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Schumpeter

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Sólo son emprendedores los inventores de una “nueva combinación” de las

condiciones del proceso productivo

La definición del emprendedor expuesta por Joseph Schumpeter en su Teoría del


desarrollo económico  publicado en 1911, poco o casi nada tiene que ver con el número de
personas que se autodenominan o son denominadas emprendedores. Este término se puso
de moda en Chile ya hace más de una década y su impropio uso sigue aumentando con el
ingreso de nuevas personas a las actividades por cuenta propia en concordancia con la caída
del empleo asalariado. Es necesario recordar que el concepto de emprendedor en un sentido
estricto sólo debería reservarse al innovador capaz de llevar a cabo “una nueva
combinación” de los elementos que condicionan el proceso productivo pudiendo alcanzar
los siguientes ámbitos: 1) la producción de nuevos bienes, esto es bienes con los cuales
los consumidores no están familiarizados o un bien que presenta una nueva cualidad, 2)
la introducción de nuevos métodos de producción, 3) la apertura de nuevos mercados,
4) la conquista de una nueva fuente de oferta de materias primas o bienes
semifacturados, 5) el establecimiento de una nueva organización industrial. Una nueva
combinación cobra forma en nuevas industrias que generalmente no surgen de las antiguas,
pero que inician su proceso de producción al lado de ellas. Esta nueva combinación daría
lugar entonces a un nuevo tipo de desarrollo económico que representa una perturbación
del equilibrio que altera y desplaza para siempre el estado de equilibrio existente
previamente [1] 

Ser emprendedor no es lo mismo que ser capitalista

El emprendedor que es capaz de llevar a cabo una nueva combinación no requiere una
permanente vinculación con la empresa y en consecuencia no debe asimilarse a propietarios
y gerentes que solamente se dedican a operar un negocio establecido.

Debido a que el emprendedor no es una profesión y en general tampoco una condición


duradera, ellos no forman una clase social en un sentido sociológico estricto, como por
ejemplo los terratenientes, los industriales o los trabajadores aunque podría conducir a una
cierta posición de clase.

El emprendedor debe considerarse como un auténtico líder en la medida en que es


capaz de resolver los nuevos problemas que debe enfrenta. Al actuar fuera de las vías
acostumbradas, carece de la información necesaria para lograr un mejor conocimiento de la
situación que procura transformar. Todo esto supone un alto grado de racionalidad que la
acción rutinaria no exige. Lo que el emprendedor puede en definitiva crear es el resultado
de su imaginación, intuición, y previsión. Otras dificultades que el emprendedor debe
enfrentar es la reacción del medio social que desea transformar, entre las que sobresalen los
impedimentos legales y políticos y la oposición de los grupos que son amenazados por la
innovación. Encontrar la cooperación para el cambio también supone ganarse a los
consumidores que estarían abiertos a aceptar los bienes y servicios que la innovación
procura ofrecer.

En términos hedonísticos la conducta del emprendedor sería irracional.


Además Schumpeter señala claramente que la personalidad del capitalista no corresponde
con su idea de liderazgo. En muchos sentidos el típico emprendedor a diferencia de otros
actores económicos representa un desafío a las convenciones tradicionales. Su tarea
“consiste precisamente en la destrucción del pasado y la creación de nuevas formas de
acción”. Esto no solamente caracteriza su actuar económico, sino que también su
conducta y motivaciones de orden moral, social y cultural. El típico emprendedor sólo
se retira de la arena cuando sus esfuerzos se agotaron y son insuficientes para cumplir con
la tarea que él se propuso llevar a cabo. Esto no se verifica en el caso del hombre
económico que pondera los resultados de acuerdo a la utilidad o falta de utilidad de sus
esfuerzos llegando a abandonar su acción cuando aprecia que los costos superan los
beneficios. En cambio, “una actividad del tipo del emprendedor es obviamente un obstáculo
al goce hedonístico de los bienes que son adquiridos usualmente mediante el dinero. El
consumo supone ocio. En términos hedonísticos la conducta del emprendedor sería
irracional”.

¿Cuántos de los denominados o autodenominados emprendedores satisfacen estos


requerimientos?

[1] Schumpeter, J., The Theory of Economic Development, New Brunswick – London:


Transaction Publishers, 6ª edición, 2012.

JOSEPH ALOIS SHUMPETER (1883-1950), austriaco, estudio en la Universidad de


Viena y fue alumno de los celebres Friedrick Von Wieser y Eugen Von Bohm-Bawerk.
Fue el primer economista importante que retomó el concepto de emprendimiento de
Cantillon y Say, en su libro “La Teoría de la Dinámica Económica”(1911).Este autor
planteó la existencia del desequilibrio dinámico, causado por el empresario innovador, y
llamó a las tareas que realizan este tipo de empresarios “destrucción creativa” (Drucker,
1985).

Se destacó por sus investigaciones sobre el ciclo económico y por sus teorías sobre la
importancia vital del emprendedor en los negocios, subrayando su papel para estimular la
inversión y la innovación que determinan el aumento y la disminución de la prosperidad.
Popularizó el ya mencionado concepto de destrucción creativa ,como forma de describir el
proceso de transformación que acompaña a las innovaciones.
El principal aporte de Schumpeter es la concepción cíclica e irregular del crecimiento
económico, desarrollada en 1911 en su Theory of Economic Development ('Teoría del
crecimiento económico') mientras daba clases en Czernowitz en Ucrania. En ella recoge su
teoría del “espíritu emprendedor” (entrepreneurship), derivada de los empresarios, que
crean innovaciones técnicas y financieras en un medio competitivo en el que deben asumir
continuos riesgos y beneficios que no siempre se mantienen. Todos estos elementos
intervienen en el crecimiento económico irregular.
Después de ser Ministro de Economía de Austria tras la Primera Guerra Mundial,y luego
de dirigir el Banco Biederman, pasó a ocupar varias cátedras universitarias.Durante 1930 y
1940 fue Profesor de muchas generaciones de economistas en la Universidad de Harvard.

Schumpeter (1942) utilizó el término emprendedor para referirse a aquellos individuos que
con sus acciones causan inestabilidades en los mercados. Define al emprendedor como una
persona dinámica y fuera de lo común, que promueve nuevas combinaciones o
innovaciones. Él lo expresa de la siguiente manera en su libro “Capitalismo, Socialismo y
Democracia: “La función de los emprendedores es reformar o revolucionar el patrón
de producción al explotar una invención, o mas comúnmente, una posibilidad técnica
no probada, para producir un nuevo producto o uno viejo de una nueva manera; o
proveer de una nueva fuente de insumos o un material nuevo; o reorganizar una
industria, etc.”

Según este autor el equilibrio clásico sería obstaculizado por las acciones de los
emprendedores, en pos de obtener un lugar monopólico en el mercado, por medio de la
introducción de alguna innovación. Ellos estarían incentivados a arriesgarse, a causa de las
ganancias que podrían obtener. Y estas ganancias monopólicas permitirían la creación de
otras innovaciones, ya que las anteriores habrían sido difundidas, y de esta manera se
generaría un proceso de retroalimentación que propiciaría el crecimiento y el desarrollo.
Sin la existencia de emprendedores que lleven a cabo innovaciones, la tasa de crecimiento
estaría limitada al crecimiento de los factores de la producción y se dificultaría la
generación de dicho proceso.

Los trabajos de Joseph Schumpeter sobre el emprendimiento y la innovación, y su efecto en


el desarrollo económico constituyen una de sus contribuciones teóricas de la mayor
importancia.
En The Theory of Economic Development (1934; en adelante TED) Schumpeter argumenta
que las innovaciones, que constituyen un elemento fundamental dentro del funcionamiento
de un sistema económico, especialmente cuando se le considera desde un punto de vista
dinámico, son realizadas por empresarios, pero es importante considerar con mayor
cuidado qué entiende Schumpeter por las innovaciones. Para dicho autor, las innovaciones
implican llevar a cabo nuevas combinaciones de factores (“carrying out new combinations”
,TED, 66). Esta tarea que, reiteramos, de acuerdo a Schumpeter sólo es llevada a cabo por
empresarios innovadores , involucra las siguientes actividades: (1) La introducción de un
producto nuevo (o de un producto conocido de una calidad distinta); (2) La introducción de
un nuevo método de producción o de comercialización de un producto; (3) La apertura de
nuevos mercados; (4) La obtención de nuevos oferentes de materias primas; y (5) La
reorganización de una industria, lo que puede incluir la monopolización de la referida
industria o la destrucción de un monopolio (TED, 66).
A partir de estas observaciones se puede apreciar que para Schumpeter el proceso
innovador es fundamentalmente distinto de un proceso de invención. Las “combinaciones”
llevadas a cabo por empresarios se basan en elementos que de alguna forma ya existen pero
que son organizados en una forma novedosa y original. Es en base a estas consideraciones
que Schumpeter puede entonces argumentar que en la medida que una invención no se
transforma en una aplicación práctica ella será económicamente irrelevante (“economically
irrelevant” TED, 88).
El empresario schumpeteriano, quién lleva a cabo las “combinaciones” a las cuales nos
referimos, presenta las características las cuales se asocian regularmente con la figura de
un emprendedor: iniciativa, visión, imaginación. Pero para Schumpeter el empresario
innovador presenta además la característica de liderazgo. En estricto rigor es éste liderazgo
de los empresarios el que conduce a un proceso de innovación en la economía.

El modelo del empresario cuyas líneas fundamentales definió Schumpeter, se inserta


dentro de una teoría más global del desarrollo económico y constituye una primera
mirada respecto de este tema. Pero como es bien sabido el tema del emprendimiento es
un asunto sobre el cual Schumpeter volvió, con algunos matices, a lo largo de su vida y en
su obra.
Es en “Capitalism, Socialism and Democracy” (1950; en adelante CSD) donde Schumpeter
utiliza la expresión de la “destrucción creativa”, en referencia al rol fundamental que el
emprendimiento tendría en la economía. En sus propias palabras, “la apertura de nuevos
mercados domesticos o extranjeros,el desarrollo organizacional de canales de
comercialización y la creación de industrias básicas como la fabricación de acero ,ilustran
un proceso de mutación ,que revoluciona incesantemente la estructura económica desde
adentro,lo cual va destruyendo las viejas estructuras y creando los nuevos elementos para
el desarrollo.Este proceso de destrucción creativa es un hecho esencial para el progreso del
capitalismo”. (CSD, 83;.)
En esta línea Schumpeter no sólo se manifiesta a favor de un sistema de patentes de
forma de incentivar la innovación, sino que argumenta también que las prácticas
monopolísticas pueden tener efectos beneficiosos sobre la economía. Esto está relacionado
al hecho de que algún grado de poder monopólico es el premio asociado a un proceso de
innovación. Pero desde un punto de vista más profundo Schumpeter observa correctamente
que en un modelo teórico de competencia perfecta no existirá el progreso económico. De
esta forma el poder monopólico, lejos de ser perjudicial para los consumidores, ha sido en
general beneficioso para ellos; para Schumpeter la influencia monopólica no es un “mal
necesario” debido a alguna “imposibilidad” de un sistema puramente competitivo, sino que
“ este se ha convertido en el más poderoso motor de progreso y en particular de la
expansión del producto total (CSD, 106).
Schumpeter habría de volver al tema del emprendimiento una vez más durante la década de
1940, cuando se relaciona con el Research Center in Entrepreneurial Studies organizado
por Arthur Cole en la Universidad de Harvard. En este centro el enfoque para el estudio del
emprendimiento era de tipo multidisciplinario y Schumpeter habría de participar en varias
de sus actividades . En éste centro Schumpeter escribió una serie de trabajos sobre el tema
del emprendimiento que aparecieron publicados en 1947 y 1949 (Schumpeter 1947, 1949).
En estos artículos Schumpeter volvería a resaltar la importancia del fenómeno del
emprendimiento, reiterando conceptos que ya habría utilizado en otras partes. Así
encontramos que el concepto del “creative response”, que caracteriza al problema del
emprendimiento, y la característica de “getting things done”, que es un elemento que
distingue al emprendedor, son temas que aparecen especialmente destacados en estos
trabajos (Schumpeter 1947)

El punto fundamental a rescatar de sus contribuciones de Shumpeter ,es el énfasis en


el emprendedor como innovador y por lo tanto como catalizador del progreso
económico. Un mundo sin emprendedores es un mundo estacionario donde no existe
ni puede existir el progreso económico. Como Schumpeter argumenta en uno de sus
primeros trabajos, en un escenario como este nos encontramos con que el agente económico
es en realidad un ser inerte;

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