El documento describe varias causas directas que pueden hacer que una empresa pierda clientes, incluyendo defraudar las expectativas de los clientes, tener problemas con el equipo de ventas, fijar precios fuera del mercado, y no adaptar el producto a los cambios. También menciona que no estudiar a la competencia, mala gestión de la imagen corporativa, y el robo de clientes por exempleados pueden hacer que una empresa pierda clientes.
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El documento describe varias causas directas que pueden hacer que una empresa pierda clientes, incluyendo defraudar las expectativas de los clientes, tener problemas con el equipo de ventas, fijar precios fuera del mercado, y no adaptar el producto a los cambios. También menciona que no estudiar a la competencia, mala gestión de la imagen corporativa, y el robo de clientes por exempleados pueden hacer que una empresa pierda clientes.
El documento describe varias causas directas que pueden hacer que una empresa pierda clientes, incluyendo defraudar las expectativas de los clientes, tener problemas con el equipo de ventas, fijar precios fuera del mercado, y no adaptar el producto a los cambios. También menciona que no estudiar a la competencia, mala gestión de la imagen corporativa, y el robo de clientes por exempleados pueden hacer que una empresa pierda clientes.
El documento describe varias causas directas que pueden hacer que una empresa pierda clientes, incluyendo defraudar las expectativas de los clientes, tener problemas con el equipo de ventas, fijar precios fuera del mercado, y no adaptar el producto a los cambios. También menciona que no estudiar a la competencia, mala gestión de la imagen corporativa, y el robo de clientes por exempleados pueden hacer que una empresa pierda clientes.
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Causas directas.
Defraudar las expectativas: Las personas tienden a forjarse unas
perspectivas que, si no se cumplen, causan malestar y decepción. Lo mismo ocurre en el mundo de los negocios. Prometer más de lo que se puede dar es un grave error. Si la infraestructura interna sólo es capaz de tener un pedido listo en una semana, es una mala idea ofertar una entrega en 48 horas. Su expectativa será tenerlo en dos días y así, por ejemplo, cumplir con un cumpleaños. Problemas con el equipo de ventas: Dependientes poco educados, servicio técnico sin los conocimientos suficientes o call centers que repiten frases estándar sin escuchar las reclamaciones de la persona que está al otro lado del teléfono son algunos perfiles profesionales que cualquier gerente debería contratar, pero sólo si está buscando cerrar su negocio en poco tiempo. Estos trabajadores son el contacto con los usuarios y los que, en muchas ocasiones, les mantienen o no dentro del seno de una compañía. Precio fuera de mercado: Aunque es cierto que, en ocasiones, es imposible rebajar más el precio, en otras es debido a que la empresa no ha revisado su política ni ha estudiado cómo puede reducir costes previos, que permitan ajustarlo. Para seguir siendo competitivo no es siempre necesario recortar los precios, puestos que estos tienen que continuar cubriendo gastos y dando un margen de beneficios, pero sí ajustarlos con la calidad u ofrecer un extra que lo justifique. Los iPhone cuestan a partir de 700 euros y, a pesar de ello y de que en el mercado hay modelos mucho más baratos, vuelan de las tiendas; Apple ha conseguido rodear su marca de exclusividad. Desconocer las limitaciones propias: Aceptar pedidos que no se pueden servir ni en número ni en tiempo es una de las peores tarjetas de presentación. Por eso, desconocer el stock actual, la capacidad productiva de la compañía y la falta de recursos para externalizar ciertos procesos o contratar personal extra en momentos puntuales son algunas de las claves del fracaso. Asimismo, los plazos de entrega deben ser realistas. Una tienda online que ofrezca tener el pedido en casa del cliente en menos de 24 horas, sin estar dispuesta a asumir el coste de un servicio de mensajería urgente o sin cargárselo al comprador, sólo conseguirá enfadarlo y abrir las puerta para que busque otra opción la próxima vez que desee realizar un pedido. No estudiar a la competencia: Creerse el mejor del mercado y no ver qué están haciendo los competidores no ayuda a crecer. Incluso los líderes mundiales están siempre muy pendientes de lo que se mueve a su alrededor, no con la intención de copiarlo, pero sí de superarlo. También hay que estar atentos a los movimientos de la competencia para saber si ésta crece o no. Las pymes de sectores con barreras de entrada bajas (no se requiere un gran capital, no es necesaria maquinaria o formación muy específica, no hay que obtener permisos especiales...) tienen que estar aún más pendientes de la presencia de otros negocios similares. Por ejemplo, un restaurante puede ofrecer un buen servicio en cocina y sala y un menú con una gran relación calidad-precio, pero si empiezan a abrir empresas similares en el mismo barrio, tendrá problemas para retener a su clientela, si no cambia o refuerza su estrategia. No readaptar el producto: El mundo actual cambia de forma vertiginosa y, por tanto, es necesario revisar y actualizar las características y las funcionalidades de los productos. Esto no es sólo válido para pymes de sectores industriales o tecnológicos, ya que todas las áreas están evolucionando, aunque sea a un ritmo algo más lento. Mala gestión de la imagen corporativa: Si una compañía se ve envuelta en un conflicto, ya sea por su culpa o la de otros, la imagen de la marca probablemente se verá perjudicada. Una mala gestión de los momentos de crisis puede arruinar un negocio. Ocultar información o dar datos difusos o no contrastados, por ejemplo, sobre el origen o la calidad de la materia prima con la que se produce el género puede hacer que un rumor crezca y sea imposible pararlo. Hace tres años, muchos pequeños agricultores tuvieron problemas por la llamada crisis de los pepinos; quienes elaboraron una buena campaña informativa les resultó más fácil mantener a sus clientes más temerosos. Robo de clientes por exempleados: En ocasiones, un antiguo trabajador monta una empresa propia y, gracias a las buenas relaciones que mantuvo con algunos de sus clientes anteriores, se pone en contacto con ellos y consigue convencerlos para que se sumen a su nuevo proyecto. Este robo es mucho más sencillo si previamente no se han firmado acuerdos de confidencialidad o de no competencia (no trabajar en un negocio similar dentro de la misma área geográfica durante un periodo de tiempo), que disuadan al exempleado de este tipo de estrategias para montar su empresa. Cambios constantes en el personal: Muchas personas, sobre todo en el campo de los servicios, necesitan establecer cierta conexión para poder mantener una relación comercial. Sin embargo, si la plantilla se renueva de forma habitual, será difícil establecer este nivel de confianza repetidamente. Causas incontrolables: Aunque no dependen directamente del buen o mal hacer de la pyme, hay otras razones que hacen perder público y que deberían ser tenidas en cuenta para ajustar sus estrategias. El cambio de domicilio o el fallecimiento son algunos de los motivos más comunes y que obligan al empresario a buscar constantemente la renovación de su cartera. “Errores y causas que hacen perder clientes (Mala calidad)” Fecha de publicación: 06 – 11 -2014 Laura Saiz https://www.expansion.com/2014/10/27/pymes/144424952.html