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formación de catequistas
2 EL CATEQUISTA
EL CATEQUISTA CREYENTE
formación
de catequistas
CREYENTE
Itinerario catecumenal
1
Fundamentos de la catequesis
2
El catequista creyente. Itinerario catecumental Vicente M.ª Pedrosa Ares
Félix Garitano Laskurain
Francisco Echevarría Serrano
Antonio Alcedo Ternero
formación de catequistas
Autores
Vicente Mª Pedrosa Ares
Félix Garitano Laskurain
Francisco Echevarría Serrano
Antonio Alcedo Ternero
Dirección editorial
Herminio Otero
Edición y reelaboración
Daniel Orozco
Maqueta
Pedro Martínez Osés
Portada
Estudio SM
Imprimátur
Emilio Rodríguez Claudio, OSA
Vicario Episcopal para la Celebración de la fe
Huelva, 20 de febrero de 2015
© PPC 2015
Parque Empresarial Prado del Espino
Impresores, 2
28660 Boadilla del Monte (Madrid)
ppcedit@ppc-editorial.com
Betania
El lugar
Betania es una aldea situada en la ladera oriental del monte de los Olivos, a
unos tres kilómetros de Jerusalén en el camino a Jericó.
Desde la época bizantina recibe el nombre de Al-Azariyá, en honor de uno
de sus vecinos más ilustres: Lázaro.
El nombre
La etimología de Betania es dudosa: casa de la aflicción o casa de la canción.
La tentación de jugar con los dos extremos es grande. En efecto, la risa y el
llanto, la alegría y la pena, la muerte y la vida son los ingredientes esenciales
de cualquier vida humana.
También el quehacer del catequista está lleno de dificultades y alegrías.
Una casa en Betania
En Betania vivían tres hermanos, amigos de Jesús: Marta, María y Lázaro. A
su casa se retira con frecuencia Jesús para refugiarse o descansar. Allí acude
cuatro días después de que Lázaro hubiera muerto y Jesús le devuelve la
vida. Allí proclama que él es la resurrección y la vida.
Y esa misma es la tarea del catequista: proclamar el sentido pascual de la vida cristiana.
Lo más importante
Precisamente en esa casa se produce un acontecimiento que, como la vida,
tiene dos caras. Jesús se detiene en casa de sus amigos. Marta se afana por
preparar las cosas para agasajar a su huésped. María, en cambio, escucha
inmóvil a los pies del Maestro sus enseñanzas.
Ante la reclamación de Marta, el Señor declara que María ha sabido escoger
la mejor parte, pues solo una cosa es necesaria en ese momento.
También el catequista sabrá “pararse y escuchar”: formarse para servir mejor.
Contemplación y acción
La opción de María sigue siendo la de todo cristiano: escuchar con atención
la enseñanza del Maestro. Pero a condición de correr después a la cocina
para disponer todo lo que precisa el huésped y aquellos que están invitados
a la mesa de la fraternidad.
ontemplación y acción –o, en terminología más actual, formación y servicio– son
C
los dos aspectos ineludibles para cualquier cristiano, y en especial para los cate-
quistas y agentes de pastoral.
Un programa de vida
Betania, la casa de Marta y María, la aldea donde el Señor resucitó a Lázaro y
cerca de la cual ascendió hacia el Padre, bien puede convertirse en símbolo
de la vida cristiana: encuentro, fraternidad, formación, servicio, entrega, vida
esperanzada, siempre con los pies en la tierra y los ojos puestos en Dios.
Toda una tarea y un reto para los catequistas.
Siglas
AA Apostolicam actuositatem
Decreto sobre el apostolado de los laicos, Concilio Vaticano II (1965).
CA Catequesis de adultos. Orientaciones pastorales
Documento de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis (1991).
CC La catequesis de la comunidad. Orientaciones pastorales para la Catequesis en España, hoy
Documento de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis (1983).
CF El catequista y su formación. Orientaciones pastorales.
Documento de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis (1985).
CD Christus Dominus
Decreto sobre la función pastoral de los obispos, Concilio Vaticano II (1965).
ChL Christifideles laici
Exhortación apostólica de Juan Pablo II sobre los laicos (1988).
CEC Catecismo de la Iglesia Católica
CT Catechesi tradendae
Exhortación apostólica de Juan Pablo II sobre la catequesis de hoy (1979).
DGC Directorio General para la Catequesis
Congregación para el clero (1997).
DH Dignitatis humanae
Declaración sobre la libertad religiosa, Concilio Vaticano II (1965).
DV Dei Verbum
Constitución dogmática sobre la divina revelación, Concilio Vaticano II (1965).
EG Evangelii gaudium
Exhortación apostólica de Francisco sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual (2013)
EN Evangelii nuntiandi
Exhortación apostólica de Pablo VI sobre la evangelización del mundo contemporáneo (1975).
FD Fidei Depositum
Constitución Apostólica de promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica (1992).
GE Gravissimun educationis
Declaración sobre la educación cristiana de la juventud, Concilio Vaticano II (1965).
GS Gaudium et spes
Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual, Concilio Vaticano II (1965).
IC La iniciación cristiana. Reflexiones y orientaciones
Conferencia Episcopal Española (1998).
LG Lumen gentium
Constitución dogmática sobre la Iglesia, Concilio Vaticano II (1964).
LM Laetamur magnopere
Carta apostólica para la aprobación de la edición típica latina del Catecismo (1997).
NDC Nuevo Diccionario de Catequética (2 vols.), San Pablo, Madrid, (1999).
NMI Novo millenio ineunte
Carta apostólica de Juan Pablo II al concluir el gran Jubileo del año 2000 (2001).
PO Presbyterorum ordinis
Decreto sobre el ministerio y la vida de los presbíteros, Concilio Vaticano II (1965).
VD Verbum Domini
Exhortación apostólica de Benedicto XVI sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión
de la Iglesia (2010).
4
Introducción
El proyecto Betania. Itinerario de formación
El proyecto Betania es un itinerario global de formación de catequistas, cuyo
segundo volumen presentamos.
Destinatarios
Este itinerario de formación está dirigido a los catequistas y a las catequistas de
base que, después de algunos cursillos introductorios y de algún tiempo de
experiencia directa de catequesis, se disponen a realizar una primera formación
sistemática para ser más fieles a la tarea catequética según las exigencias de
nuestro tiempo y las orientaciones de la Iglesia.
• El material es válido para cualquier catequista, pues está orientado tanto
a “recordar-profundizar” temas ya conocidos e incluso asimilados como a
“iniciar” a quienes comienzan.
• Pensamos, eso sí, en catequistas que han hecho ya una cierta opción de
serlo y tienen clara la decisión de entrar en un proceso de formación que los
capacite para realizar su misión.
• Los temas que se abordan son fundamentales: ningún catequista puede man-
tenerse al margen de ellos si de verdad quiere tener una formación adecuada.
El presente volumen
El objetivo de este segundo volumen es ofrecer un proceso de tipo catecumenal para
aquellos catequistas cuya fe no es todavía madura. La reiniciación de su propia fe es la
mejor base para posteriormente poder transmitirla.
El catequista se hace, de alguna forma, “catecúmeno” y, siguiendo las cuatro etapas catecu-
menales, ahonda en su fe en Cristo en un proceso breve creado expresamente para ellos.
Es, por lo tanto, un proceso cristocéntrico: los temas están centrados en la figuran de
Jesucristo con la necesaria apertura trinitaria, eclesial y social. Está centrada, por ello
mismo, en la finalidad de la catequesis.
6
INTRODUCCIÓN
Las cuatro etapas del proceso van marcando y facilitando paulatinamente la comunión
con Jesucristo:
• Anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo (Kerigma).
• Presentación de su figura como centro de la Historia de la Salvación (Narratio).
• Explicación del misterio de su persona en el marco del símbolo de la fe (Explanatio).
• I dentificación sacramental con Jesucristo (Mistagogia).
En el cuadro siguiente se puede ver el esquema global del contenido, que conviene no
perder de vista como animadores de la formación de catequistas.
Encuentro propedéutico:
Fuentes escritas del mensaje:
• Sagrada Escritura
• Catecismos
Antiguo Testamento
Sentido global
Catecumenado de la Historia Cristo, plenitud de la Revelación
de la Salvación
Historia de la Iglesia
Mistagogía
Incorporación y compromiso Ministerios
con la comunidad cristiana y servicios
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El proyecto Betania. Itinerario de formación
Objetivos concretos
• Integrar la Sagrada Escritura y el Catecismo de la Iglesia Católica como fuentes
principales de la catequesis y de la espiritualidad del catequista.
• Acoger en nuestra vida el anuncio de Jesucristo, muerto y resucitado, de manera
que la Historia de salvación de Dios con nosotros nos transforme y nos impulse al
anuncio del Evangelio.
• Tomar conciencia de nuestra identidad como seguidores de Jesús, redescubriendo
nuestra fe en él, creciendo en la relación filial con Dios Padre a través de la oración
y haciendo nuestra la misión de Jesús, sus actitudes y posiciones ante Dios, ante los
otros y ante la vida.
• Hacer de la participación en los sacramentos el alimento de la fe personal y de
nuestro servicio en la catequesis.
• Descubrir la experiencia comunitaria de Jesús con sus discípulos de manera que
nos lleve a una incorporación y un compromiso en la comunidad cristiana.
Líneas básicas
Este material tiene unas características y dimensiones fundamentales que recordamos:
• Experiencial
Pretende tener en cuenta la experiencia del catequista como persona, como cristia-
no y como catequista.
Esto plantea la necesidad de adaptar las sugerencias que se ofrecen a la realidad
concreta en la que se va a utilizar este material, ya que es imposible recoger en un
libro las variadas realidades que existen.
• Bíblica
Buscamos una fundamentación en los personajes y grandes experiencias bíblicas, en
la vida y palabra de Jesús, en el quehacer de la comunidad primitiva…
• Eclesial
Tenemos como referencia los grandes documentos de la Iglesia relacionados con
esta temática, sobre todo a partir del Concilio Vaticano II: Evangelii nuntiandi, Cate-
chesi tradendae, La catequesis de la comunidad, El catequista y su formación, Catequesis
de adultos, Directorio General para la Catequesis…
• Práctica
El conjunto de los temas y algunas sugerencias más concretas pretenden ayudar a
revisar y mejorar la acción catequética, en la que se supone que los catequistas están
inmersos.
• Celebrativa
Entendemos que la propia formación ha de cultivar la oración y celebración del
catequista. Por eso, ofrecemos sugerencias de acción de gracias, petición, expresión
simbólica de la fe…, para que la reunión sea ya de experiencia de oración y abra
perspectivas para la propia acción catequética.
8
INTRODUCCIÓN
Orientaciones pedagógicas
Para una mejor utilización de este material, conviene tener en cuenta la estructura
con que fue creado, el espíritu con que ha de ser utilizado y las distintas formas que
pueden adoptarse a la hora de ponerlo en práctica.
Los temas no están propuestos en una línea puramente asimilativa y cerrada, sino que
intentan provocar la participación y creatividad.
Se ofrecen elementos diversificados: reflexiones, esquemas, documentos, pregun-
tas…, que han de integrarse armónicamente buscando la complementariedad.
9
El proyecto Betania. Itinerario de formación
“Al borde del mantanial”
Se ofrecen elementos para la oración, símbolos…, favoreciendo un ambiente de paz y
armonía interior, acogiendo el poso que el tema deja en nosotros, remansando las ideas
fundamentales en actitud contemplativa, provocando diversas expresiones de fe.
• Un proceso
A lo largo de estos cuatro momentos se intenta desarrollar un proceso con esta
dinámica:
– Partimos de la experiencia.
– Profundizamos en ella y la iluminación con la Palabra de Dios y de la Iglesia.
– Contrastamos con nuestra realidad y clarificamos las exigencias que implica
para nosotros.
– Interiorizamos en clima de oración y lo celebramos de forma expresiva.
Conviene que el animador tenga clara esta dinámica, aproveche lo que cada mo-
mento puede aportar y logre así una enriquecedora complementariedad.
2. Actitudes de trabajo
El animador, a la hora de utilizar este material, ha de tener en cuenta estas oraciones:
• Es importante que se procure un trabajo activo, que vaya más allá de la simple
asimilación de contenidos, y participativo, de modo que favorezca la aportación
creativa de cada miembro del grupo.
• Por eso, han de utilizarse distintos elementos y actividades complementarias: re-
flexión, silencio, diálogo, audiovisuales, esquemas gráficos, símbolos, dramatiza-
ciones, estudio de documentos.
• El animador favorecerá todo lo que lleve a una mayor cohesión del grupo, ayudan-
do a despertar y hacer crecer una auténtica experiencia comunitaria.
3. Formas de utilización
• La orientación de estos temas está pensada para un trabajo de grupo en reuniones
de catequistas, bien en la propia parroquia o bien en escuelas de catequistas zonales
o diocesanas. Donde esto no sea posible, consideramos también de utilidad el uso
individual del libro, procurando, aun en este caso, no limitarse a una simple lectura
sino dejarse interpelar por los distintos momentos y su significación y contrastarlos
con la propia realidad y tarea.
• Conviene preparar bien cada tema, organizando los tiempos y el ritmo, para no
detenerse excesivamente en aspectos secundarios, pasando por alto otros que me-
recen más atención.
• Cada tema tiene un hilo conductor, que va entrelazando los distintos momentos y
orienta el camino que se ha de seguir en todo su desarrollo.
• Es necesario programar también el conjunto, atendiendo a la situación del grupo y
a sus posibilidades de avance. No hay equivalencia estricta entre tema y sesión. El
ritmo del grupo, las circunstancias… determinarán cómo hacer. Pero sí conviene
organizar adecuadamente los contenidos y la conexión entre sesiones, sobre todo
cuando se dividen los temas.
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INTRODUCCIÓN
• Teniendo en cuenta que este material está pensado para ser trabajado a lo largo de
un curso, es necesario programarlo en función del ritmo de reuniones: semanal,
quincenal… sin olvidar también el tiempo que ha de dedicarse a las convivencias.
El catequista animador
1. Rasgos
Es muy importante que quien coordina y anima el grupo sea:
– una persona con madurez.
– que ha hecho una experiencia catequética seria.
– y ha alcanzado una fe madura, de la que es capaz de dar razón.
2. Su función en el grupo
La función del catequista animador no se limita a explicar. Al contrario, se esforzará
sobre todo en los siguientes aspectos:
– Centrar bien el tema.
– Favorecer la participación de todos.
– Facilitar que se llegue a una síntesis de las ideas centrales.
– Marcar los ritmos de la sesión en un proceso armónico.
– Procurar los materiales necesarios.
– Crear un clima acogedor y de trabajo.
– Cuidar la relación entre los miembros del grupo.
– Intervenir en el momento adecuado, aportando su saber y experiencia.
En el libro del participante, a lo largo de los temas, hemos incluido una serie de textos
del papa Francisco. Con ellos pretendemos actualizar y hacer vivo el contenido descu-
bierto en cada paso de este proceso “catecumenal” que el catequista está recorriendo. El
animador debe tenerlos en cuenta, detenerse especialmente y trabajarlos.
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El proyecto Betania. Itinerario de formación
Hacer experiencia de la fe
Querido catequista:
Vamos a tratar de hacer una experiencia de gran importancia, tanto para nuestra vida
cristiana personal como para nuestra misión de catequistas o educadores en la fe de
nuestros hermanos y hermanas que buscan acceder a Jesucristo y su Evangelio.
Hubo un famoso padre conciliar que hablando de la evangelización decía que si no lo
hacemos impulsados por el Espíritu, podemos transformarnos en ideólogos o doctrina-
rios. Cuando éramos niños solíamos acudir a la “doctrina”. Este es uno de los grandes
males que podemos hacer en la catequesis: que nuestra preocupación sea fundamental-
mente el ayudar a un grupo a que “sepan” lo fundamental de la fe: qué hizo Jesús, qué
nos dijo, las oraciones tradicionales de la Iglesia…
Detrás de todo ello está el grave error de olvidarnos que Jesús no era un doctrinario sino un
hombre que transmitía una experiencia que él había descubierto y vivido en su fe. De ahí
que uno de los motivos más importantes por los que se generaba el grave conflicto con los
maestros de la ley fuera el que Jesús no se limitara a decir “lo que siempre se ha dicho”, lo que
dicen los libros, sino que transmitiese su propia experiencia de fe, la vivencia que él tenía de
Dios, cómo se situaba frente a la vida etcétera. Haríamos un gran daño a los catequizandos si
transformáramos el Evangelio de Jesús en “doctrina”.
Un buen catequista debe saber naturalmente lo que la Iglesia piensa de Jesús, debe de
conocer los grandes hitos de la tradición de la Iglesia, pero debe, sobre todo, de tratar
de transmitir su propia experiencia de fe, mejor, debe de transmitir la “melodía” de la
comunidad de Jesús pero con sus propios armónicos. Todos enriquecemos la tradición
cristiana aportando nuestra propia experiencia de fe.
Necesitamos “hacer la experiencia” de la fe… Sería muy duro reconocer que algunos de
nosotros, hechos al lenguaje, a los cultos y a la vida tradicional de la Iglesia, estuviéra-
mos ya tan viciados, tan hechos, que ello nos incapacitara a poder hacer la experiencia
de la fe, a descubrir y poder vivir la “novedad” de la fe.
• Hay muchos catequistas que no han descubierto experiencialmente la necesidad de
la oración. No hay experiencia de la fe sin oración, sin dejarte bañar gozosamente
por la presencia del Espíritu. ¿Cómo van a catequizar sin ello? ¿Se dedicarán a repe-
tir lo que llevan años diciendo?
• Hay mucha gente preocupada por formular bien lo que creemos. Eso está muy bien:
tenemos que decir bien lo que creemos, lo que la Iglesia de Jesús cree, no podemos
decir lo que nos venga a gana; pero, con todo, no evangelizamos con fórmulas, con
papeles, con libros, sino comunicando a otros una vivencia gozosa que arrancó con
Jesús, una vivencia que llevamos dos mil años haciéndola y comunicándola, y que
nosotros, los catequistas, la hemos hecho también feliz y gozosamente.
A esto viene este proceso que os ofrecemos. ¿Cómo vamos a comunicar a otros lo que noso-
tros no vivimos? Este pequeño caminar busca que los catequistas nos “autocatequicemos”,
nos ayudemos mutuamente penetrando en la savia del Evangelio de Jesús, enriqueciéndonos
con ello, haciendo “experiencia” de la fe y transmitiéndola mutuamente entre nosotros.
Los autores
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ENCUENTROS
PROPEDÉUTICOS
Temas
1. A lgunas fuentes escritas del mensaje (I):
La Sagrada Escritura
2. Algunas fuentes escritas del mensaje (II):
El Catecismo de la Iglesia Católica y los catecismos locales
1 Algunas fuentes escritas
del mensaje (I):
La Sagrada Escritura
Planteamiento y sentido
• Porque así lo quiso, Dios decidió darse a conocer a los hombres en un lenguaje
que estos pudieran comprender. Ese lenguaje es el de las acciones y el de las
palabras (DV 2).
• “La Sagrada Escritura es la palabra de Dios en cuanto escrita por inspiración
del Espíritu Santo” (CEC 81). La palabra no crea la historia, sino que la tes-
tifica. Es la historia la que crea la Palabra. De no ser así, no estaríamos ante
revelación, sino ante mitología.
• La verdadera revelación es Cristo, la Palabra hecha carne (Jn 1,14), mediador y
plenitud de toda la revelación (DV 2).
Objetivos
• Valorar la Sagrada Escritura como testimonio escrito de la Palabra Dios, dirigida
al mundo para su salvación.
• Conocer el contenido, las partes en que se divide, lo libros que la forman, los
condicionamientos que pesan sobre ella, etc.
• Integrar la Sagrada Escritura como la fuente principal de la catequesis y de la
espiritualidad del catequista.
Ideas clave
Nos ponemos en camino
•L a Sagrada Escritura es la principal fuente de la catequesis porque todas las de-
más parten de ella. La Palabra de Dios es la Fuente de las fuentes.
• La Sagrada Escritura no es un libro solo para la liturgia y la catequesis. Es luz
que quiere iluminar nuestra vida. Por ello, nos exhorta a todos a la lectura
frecuente de la misma.
• Una vida que no se nutre está llamada a morir. Si la Palabra de Dios, junto con
la Eucaristía, es el alimento de nuestra vida (DV 21), ¿cómo podemos vivir si ella
no nos nutre asiduamente?
1 Fuentes escritas (I): La Sagrada Escritura
Huellas en el sendero
• Para conocer el pensamiento bíblico sobre un tema es necesario hacer un es-
tudio diacrónico del mismo.
• En este estudio el Antiguo Testamento ha de ser interpretado desde la pleni-
tud de la revelación que representa el Nuevo Testamento.
• La Alianza y la profecía son claves para entender el modo como se llevó a cabo
la revelación.
• Gracias a la palabra, la historia profana se convierte en historia de salvación y un
hecho concreto pasa a ser acontecimiento clave de toda la historia. La Alianza
sacraliza el pasado y la profecía ayuda a descubrir el sentido del presente.
• Así surge la naturaleza divino-humana de la Escritura y se clarifica el concepto
de inspiración y el proceso de elaboración de la misma.
Aprender a caminar
•U
na lectura con dos puntos de referencia: Dios y el hombre.
•U
na pedagogía que es normativa: la que Dios ha seguido con su pueblo.
•U
nos principios de pedagogía que han de guiar al catequista: dar al catequizan-
do las claves que le permitan situarse frente a la realidad con el sentido último
revelado por Dios; respetar el proceso de cada uno; buscar la responsabilidad y
la autonomía desde el espíritu.
Bibliografía: • D
GC 36-59. • NDC, Palabra de Dios,
•C EC 101-133 Tomo II, pp. 1730-1749
Itinerario metodológico
1. Nos ponemos en camino
Trabajo en grupos
Nos distribuimos en tres grupos. La actividad en cada grupo consiste en:
– Leer el apartado indicado.
– Responder a la pregunta correspondiente.
– Presentar la respuesta en una cartulina, que luego pueda colocarse en un lugar
visible para comentarla.
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ITINERARIO METODOLÓGICO
1
Grupo 1 – Lee el apartado “La Sagrada Escritura en nuestra vida religiosa”.
– Responde a la pregunta: ¿Cuáles son nuestros “vicios” cada vez
que leemos o escuchamos la Biblia?
Grupo 2 – Lee el apartado “La Sagrada Escritura en nuestra actividad cate-
quética”.
– Responde a la pregunta: ¿Qué podemos hacer más allá de lo ha-
bitual para que la Biblia inspire nuestra vida personal y nuestro
quehacer catequético?
Grupo 3 – Lee el apartado “La Sagrada Escritura en nuestra vida diaria”.
– Responde a la pregunta: ¿Cómo hacer que la Palabra de Dios
esté presente en nuestra vida de modo habitual, como algo inte-
grado en la vida ordinaria?
Puesta en común
Un miembro del grupo presenta la cartulina con el resumen de su reflexión y se
abre un diálogo para clarificar o completar lo presentado por el grupo.
2. Huellas en el sendero
Explicación del animador
El animador presenta un resumen del apartado El libro, a partir de las siguientes
ideas:
• El DCG 14 establece un principio: “El ministerio de la palabra toma su punto de
partida de los libros sagrados”.
• La catequesis, por tanto, ha de ser un lugar para descubrir el sentido que la
Palabra de Dios da a la existencia y hallar la respuesta a los interrogantes que la
realidad plantea.
• Hay evitar tanto el convertir la catequesis en una clase de Biblia como centrarse
tanto en la vida que la Palabra de Dios pase a ser algo añadido.
• Al acercarnos a la Escritura hay que tener presente que:
– Los libros que integran la Biblia varían para los judíos (que solo reconocen los
libros del Antiguo Testamento escritos en hebreo), para los protestantes (que
excluyen del Antiguo Testamento los libros de origen griego y algunos escritos
del Nuevo Testamento) y para los católicos (que aceptamos todos los integrados
en la Biblia de los LXX).
– Fue escrita en hebreo y griego. La Palabra de Dios se encarna en la palabra hu-
mana. Todas las posibilidades, condicionamientos y limitaciones de la misma
quedan asumidas porque solo de esta manera Dios puede comunicarse con el
hombre.
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1 Fuentes escritas (I): La Sagrada Escritura
Trabajo personal
Se dividen los asistentes en dos grupos. Cada grupo trabajará personalmente uno
de los apartados del punto La Biblia como revelación. Se introduce este trabajo plan-
teando la pregunta que aparece en el párrafo introductorio:
¿Por qué estos escritos, elaborados como otros muchos de la antigüedad y sujetos
a los mismos condicionamientos y limitaciones, fueron considerados sagrados y
palabra de Dios?
Se trata de formular la respuesta a partir del tema de la alianza (grupo A) y del
profetismo (grupo B). También pueden servir de base las preguntas que aparecen
en el Libro del participante.
Trabajo de grupo
Reunidos por grupos han de elaborar una respuesta de consenso a la pregunta
formulada.
3. Aprender a caminar
Presentación de las constantes de la pedagogía divina
El animador presenta las tres constantes de la pedagogía que Dios ha seguido con su
pueblo y lo hace subrayando que el modo de hacer de Dios también es revelación.
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ITINERARIO METODOLÓGICO
1
Dinamismo El hombre es un ser histórico: vive el presente
(carácter progresivo) desde la memoria del pasado y con la ilusión
del futuro. La existencia es, por consiguiente,
interpretada como una tensión entre la tradi-
ción y su superación. Cuando esto se olvida,
se pierde el sentido y aparece la nostalgia bajo
la forma de idealización de los orígenes, falta
el compromiso por una pérdida del sentido
de la vida y del momento histórico en que
uno vive y surge la insatisfacción porque no
se realiza la utopía
Sentido interiorizador del Los planteamientos en los que aparece esta di-
proceso námica de la interiorización son: el paso del
régimen de la Ley al régimen de la gracia
predicado por Pablo; la sustitución del temor
reverente al Dios- Señor por el amor confiado
al Dios-Padre; la salvación concebida como
don frente a la doctrina farisea del mérito; la
superación del ritualismo del templo por la
religiosidad del corazón; etc.
19
1 Fuentes escritas (I): La Sagrada Escritura
Desarrollo de la celebración
Introducción
Hemos estado trabajando sobre la Biblia como Palabra de Dios. Pero la Biblia no es
un libro para ser estudiado, sino un camino para ser recorrido.
El libro abierto es como un manantial que nos invita a beber; el cirio encendido
nos recuerda que es luz para nuestros pasos y las flores, que todo es don, todo es
gracia.
Dejamos un momento de silencio para que nuestra mente y nuestro corazón se
aquieten.
Entrando en oración
Entramos en oración escuchando en silencio el salmo 119,97-112.
Escuchando la Palabra
San Juan comienza su evangelio con un himno a la Palabra Eterna en su venida al
mundo. Abramos los oídos y el corazón. Un lector proclama Juan 1,1-18.
Reflejando lo oído
Hacemos un silencio y dejamos que la Palabra resuene en nuestro interior.
Luego cada uno puede expresar humildemente los sonidos que la Palabra ha des-
pertado en su interior.
Orando con la oración del Señor
Terminamos, de pie, en torno a la Palabra, rezando juntos el padrenuestro.
20
Índice
Presentación
Betania. Formación de catequistas 3
Siglas. 4
Introducción: El proyecto Betania. Itinerario de formación 5
Encuentros propedéuticos
1. Algunas fuentes escritas del mensaje (I): La Sagrada Escritura 15
Documentos
Documentos de trabajo ................................................................................................................... 133
144