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Comentario Sobre Apocalipsis 16

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Las siete copas (16:1)

Artwork by Duncan Long

(Ap. 16:1) Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad
sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios.
v. 1 - Estas son las copas del juicio final, que eran advertencias. Dios primero le advierte al
hombre a través de las trompetas, pero si éstas son ignoradas en forma persistente
entonces Él envía sus copas de ira. Debemos recordar también que a lo largo del período
de las trompetas de advertencia la iglesia testificante ha estado trabajando. Las siete copas
son llamadas también las siete plagas. La ira de Dios es derramada sobre la tierra, lo que
es una idea bastante común en las Escrituras (Sal. 69:24, 79:6, Ez. 20:8 ff., Jer. 10:25, Sof.
3:8). Siguen el mismo patrón que las siete trompetas: cuatro (afectando a la creación:
tierra, mar, agua, cosmos), luego dos (afectando a la bestia) y la final, cuando las ciudades
de las naciones se desploman. Las primeras cuatro afectan la tierra, el mar, las fuentes de
las aguas y el sol, es decir la creación de Dios, según el anuncio de los tres ángeles (14:7).
La voz del templo sería la voz de Dios (Is. 66:6). Las copas son derramadas sobre la
creación de Dios y afectan al hombre indirectamente, por medio de su medio ambiente.
Luego siguen dos juicios adicionales que se refieren a la bestia, seguida por el juicio final.
El hombre es juzgado personalmente más tarde. Mounce destaca que 2 Tes. 1:7-9 está a
punto de ser expandido en detalle. Cuando Cristo venga de nuevo "dará retribución a los
que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo".
La Copa 1 es derramada sobre la tierra y afecta a la gente que tenía la marca de la bestia y
adoraban su imagen
La Copa 2 es derramada sobre el mar
La Copa 3 es derramada sobre los ríos
La Copa 4 es derramada sobre el sol
La Copa 5 es derramada sobre el trono de la bestia
La Copa 6 es derramada sobre el Éufrates
La Copa 7 es derramada en el aire
Deberíamos notar que las primeras cuatro copas afectan el orden creado, como fue
anunciado por el primer ángel que ordena a los que viven en la tierra, "... adorad a aquel
que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas" (14:7). Como se rehusan a
adorarlo y adoran a la bestia, las primeras copas afectan el orden creado: la tierra, el mar,
las aguas y el sol.
28. 1. La primera copa (16:2)
(Ap. 16:2) Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y
pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen.

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v. 2 - La copa es derramada sobre la tierra pero afecta al hombre directamente. La primera
copa afecta a todas las personas que adoran a la bestia y que le han dado, por lo tanto, su
lealtad a él antes que a Dios. Se rehusan a adorar a Dios y por lo tanto su hora de Juicio ha
llegado (14:7). Vea la similitud con la sexta plaga de Egipto (Ex. 9:9) en donde aparecen
sarpullido con úlceras en los hombres y en las bestias. Aquellos que reciben la marca de la
bestia son marcados por Dios (Mounce). Note que la copa es vertida sobre la tierra, pero la
gente es afectada, a diferencia de la primera trompeta que no afecta a la gente (8:7). Así
como Satanás afligió a Job con una sarna maligna (Job 2:7), los seguidores de la bestia
son afligidos con úlceras malignas y pestilentes. En Dt. 28:35 pústulas malignas serían el
juicio sobre los que desobedecieran a Dios.
28. 2. La segunda copa (16:3)
(Ap. 16:3) El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre
como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar.
v. 3 - La sangre se usa para indicar muerte. Todo se murió en el mar, comparado con las
trompetas donde sólo una tercera parte murió (8:9). Note que en las plagas egipcias era
sangre literal. Los dos testigos tienen también el poder de convertir las aguas en sangre
(11:6). Vea la similitud con la primera plaga de Egipto (Ex. 7:17 ff.) donde el Nilo se
convierte en sangre. Esto nos recuerda también de lago de sangre del lagar de la ira de
Dios en 14:19. Cada cosa viva en el mar murió, comparado con la segunda trompeta en
que una tercera parte de las criaturas vivas en el mar murió, y un tercio de los barcos
fueron destruidos (8:8-9)
28:3. La tercera copa (16:4)
(Ap. 16:4) El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y
se convirtieron en sangre. {5} Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor,
el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado las cosas. {6} Por cuanto derramaron la
sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo
merecen. {7} También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios
Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.
v. 4 - El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se
convirtieron en sangre - Así como el segunda ángel hizo que el mar se convirtiera en
sangre, ahora el tercer ángel convierte a los ríos y los manantiales en sangre (Sal. 78:44).
La sangre está indicando muerte más que en forma literal; la sangre es el castigo por
derramar la sangre de los santos y los profetas (v. 6). Compare esta plaga con la primera
plaga de Egipto (Ex. 7:17-19) en donde los peces en el río mueren y el agua se vuelve
imbebible aún en los baldes de madera y las jarras de piedra. Compare esto también con la
tercera trompeta en donde una tercera parte de las aguas se vuelven amargas y mucha
gente murió (8:11). Uno debería suponer que la sangre indica que muchas personas
murieron.
v. 5 - Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras,
el Santo, porque has juzgado las cosas - Note que Dios es descrito como el que es y el que
era; no es descrito como el que va a venir porque ya ha llegado el juicio final del mundo.
Compare con la séptima trompeta (11:17) en donde ya venido. Aquí está el ángel
encargado de las aguas; en 14:8 encontramos el ángel encargado del fuego. Algunos
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podrán decir que Dios fue duro en sus juicios, pero en relación con los pecados que el
hombre ha cometido, no lo es.
v. 6 - Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has
dado a beber sangre; pues lo merecen - La razón para el juicio se da aquí: han derramado
la sangre de los santos, uno de los crímenes más atroces que el hombre puede cometer (1
Tim. 1:13). El castigo se adecua al crimen; ellos derraman sangre así que deben beber
sangre. Esto es similar al código levítico de "vida por vida" (Lev. 24:17-18, ver también Gn.
9:5-6). Así como Juan usa la expresión "ebrio con la sangre de los santos" en 17:6,
indicando que la prostituta había matado a los santos, así acá beber sangre significa que
esta gente murió como un justo castigo por asesinar a los santos (Sal. 79, Is. 49:26). En la
plaga de los egipcios todo el agua bebible fue convertida en sangre aun en los baldes de
madera y las jarras de piedra (Ex. 7:19). Juan toma esto y lo usa para mostrar que los
perseguidores del pueblo de Dios deben ahora beber sangre porque ellos han derramado
la sangre de los santos. Los profetas son incluidos por la tradición de persecución de los
profetas (Mt. 5:12, 23:37, Lc. 11:49). Los dos testigos eran profetas y fueron matados (11:7,
10) y en 18:24 dice que en Babilonia "se halló la sangre de los profetas y de los santos, y
de todos los que han sido muertos en la tierra". Nota: "pues lo merecen" es literalmente
"pues son dignos". Contraste con el Cordero que es digno por Su sangre derramada.
v. 7 - También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso,
tus juicios son verdaderos y justos - Bajo el altar están los mártires, cuya sangre ha sido
derramada (6:9). El clamor de los mártires para que su sangre derramada sea vengada es
cumplido finalmente cuando Dios juzga a los habitantes de la tierra. También se cumple
más tarde por la caída de Babilonia (ver 19:2).
28. 4. La cuarta copa (16:8)
(Ap. 16:8) El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los
hombres con fuego. {9} Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el
nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.
v. 8 - El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres
con fuego - Note que la esfera de influencia de los ángeles se extiende hasta el sol y no
sólo hasta la tierra. No hay ninguna plaga correspondiente en Egipto, aunque la cuarta
trompeta afecta al sol (el sol es oscurecido, 8:12), pero esta plaga parece escatológica.
Esta es la contrapartida celestial de la bestia de la tierra que hizo que cayera fuego del
cielo a plena vista de los hombres y engañando a la humanidad (13:13-14). Compare con
Dt. 28:22, "Jehová te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor, con sequía, con
calamidad repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas."
v. 9 - Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que
tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria - Fueron quemados
por el gran calor del sol. Esto es en contraste con los santos que no serán quemados por el
sol (7:16). Compare con Sadrac, Mesac y Abednego que no fueron quemados por el horno
de fuego. Note la declaración explícita de que estas plagas están bajo el control de Dios. La
acusación contra el hombre es que rehusó arrepentirse y glorificarlo a Él. El ángel ya le
había dado a la humanidad una última oportunidad en 14:7 para arrepentirse antes de
estas plagas. Note cómo blasfemaron el nombre de Dios; habían tomado el carácter de la
bestia que está cubierta de nombres blasfemos (13:1, 13:5-6, 17:3). A pesar de esto. la
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humanidad todavía se rehusa a arrepentirse y glorificar a Dios. Al menos reconocieron que
Dios era la causa última de estas plagas y no la causa inmediata de su propio pecado
(Sweet).
28. 5. La quinta copa (16:10)
(Ap. 16:10) El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió
de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, {11} y blasfemaron contra el Dios del cielo por
sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras.
v. 10 - El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de
tinieblas - El hombre prefiere las tinieblas a la luz así que esto es lo que consigue. El
hombre experimenta ahora la realidad del reino de Satanás, la ausencia de todo bien.
Habiendo rechazado la bondad de Dios consiguen el mal que prefieren (xxxx). El reino de
Satanás es el reino de las tinieblas. Compare con la novena plaga de Egipto (Ex. 10:22)
cuando la oscuridad cubrió la tierra durante tres días. Caird destaca que la oscuridad
representa la desintegración política del reino de la bestia. Sweet señala que el trono de
Satanás, que compartía con la bestia (13:2) estaba en Pérgamo (2:13), la capital provincial
romana. Sugiere la destrucción de la administración central del imperio - algo así como el
caos de la guerra civil de 68-69 d.C. (Sweet).
v. 10 - y mordían de dolor sus lenguas, {11} y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus
dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras - Los efectos de la primera
plaga estaban todavía en efecto (xxxx). Por segunda vez, como en la cuarta copa, lo
maldicen a Dios. Esto está nuevamente en contraste con los santos para quienes ya no
habrá dolor (21:4). Compare esto con la agonía causada por las heridas de las langostas
en la quinta trompeta (9:5). Si comparamos el quinto sello, la quinta trompeta y la quinta
copa, encontramos aflicción. En el quinto sello la aflicción es para la iglesia; en la quinta
trompeta, las langosta atormentan a los que no tienen el sello de Dios en sus frentes, y en
la quinta copa vemos la agonía de las personas que tenían la marca de la bestia y
adoraban a su imagen.
v. 11 -, y no se arrepintieron de sus obras - La acusación contra el hombre es que, a pesar
de estas copas, todavía rehusaron arrepentirse (ver también la cuarta copa, v. 9). Como
Faraón, fueron endurecidos más allá del arrepentimiento. El comentario de Pablo en Rom.
9:17-18 es instructivo: Faraón fue levantado para que Dios pudiera demostrar Su poder y
para que Su nombre fuera proclamado en toda la tierra.
28. 6. La sexta copa (16:12)
(Ap. 16:12) El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el agua de éste se
secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente. {13} Y vi salir de la
boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus
inmundos a manera de ranas; {14} pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van
a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del
Dios Todopoderoso. {15} He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y
guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza. {16} Y los reunió en el
lugar que en hebreo se llama Armagedón.
v. 12 - El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el agua de éste se
secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente - Hay un incidente
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famoso en la historia en la que Ciro, el rey de Persia capturó a Babilonia desviando el río
Éufrates que corre por el medio de Babilonia para que su ejército entrara a la ciudad por el
lecho seco del río (Barclay). Hay una profecía contra Babilonia en Jer. 50:38, "Sequedad
sobre sus aguas, y se secarán; porque es tierra de ídolos, y se entontecen con imágenes".
Así como el Mar Rojo y el Jordán fueron secados para que los israelitas pudieran escapar
de Egipto (Jos. 2:10) y entraran a la tierra prometida, el río Éufrates es secado para hacer
lugar para los reyes del Este. Algunos comentaristas ven una distinción entre los reyes del
Este y los reyes de todo el mundo (v. 14). El Éufrates marca el límite entre Israel y sus
enemigos (Gn. 15:18). Note la similitud entre la sexta copa y la sexta trompeta (9:14) en
donde los cuatro ángeles atados junto al río Éufrates son soltados y sus tropas matan a un
tercio de la humanidad.
v. 13 - Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso
profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas - Esta es la primera mención del falso
profeta, que es la bestia de la tierra, porque él es el que realizó las señales milagrosas en
nombre de la bestia (13:13, cf. 19:20) y engañó a los habitantes de la tierra (13:14), y es
destruido en 19:20. Vemos de nuevo aquí juntos a la trinidad no santa de Satanás, la bestia
y el falso profeta. La bestia y el falso profeta reúnen a los reyes de la tierra para hacer
guerra contra el jinete del caballo blanco y su ejército en 19:19 y son arrojados al lago de
fuego y azufre en 19:20. Satanás junta a las naciones para la batalla contra el campamento
del pueblo de Dios en 20:7 y se une a la bestia y el falso profeta en el lago de fuego
(20:10). Tres espíritus malos salen de las bocas de estos tres. Que salgan de la boca
probablemente indica que estos son espíritus engañadores. Compare con el río de
mentiras que sale de la boca del dragón (12:15) y que contrasta con la espada del Hijo del
hombre (1:16, 19:15). Las ranas son animales inmundos (Lev. 11:10). Los malos espíritus
salen de la boca. Note que la palabra para espíritu es pneuma en griego, que es la misma
palabra que aliento. Caird señala que de la boca de la bestia salieron pretensiones
blasfemas de deidad (13:6), de la boca del falso profeta salió la propaganda seductora del
culto imperial (13:12-15) y de la boca del dragón salió el río de mentiras con el que trató de
vencer a la iglesia (12:15).
v. 14 - pues son espíritus de demonios, que hacen señales - Las señales milagrosas son
causadas por los demonios, y son realizadas por la bestia de la tierra (13:13) que es
identificada aquí con el falso profeta. Son espíritus mentirosos como los que indujeron a
Acab a la batalla (1 Reyes 22:21 ff.). Realizan milagros de la misma forma que lo hará
cuando llegue el hombre de pecado (2 Tes. 2:9).
v. 14 - y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel
gran día del Dios Todopoderoso - Esta es la batalla de Armagedón (v. 16) que se menciona
nuevamente en 17:14, 19:19 y 20:8. Este es un ejemplo de paralelismo en Apocalipsis.
Esta batalla precede la Segunda Venida que se menciona en v. 15. Para otras referencias
a la última batalla, ver también Zac. 14, Joel 3 y Ez. 37, 38. Esto es también una referencia
al Salmo 2:2, "se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra
Jehová y contra su ungido".
v. 15 - He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas,
para que no ande desnudo, y vean su vergüenza - Esta interjección es una advertencia a la
iglesia, que Cristo viene pronto (cf. la advertencia a Sardis para que se despierte en 3:3).
No deberíamos sorprendernos de esta interjección porque la Segunda Venida o la última
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batalla ocurre también en el sexto sello y en la sexta trompeta. Estar despiertos cuando
Cristo vuelva es un tema común en las Escrituras, lo que significa estar preparados
espiritualmente para Su venida (Mt. 24:43, 1 Tes. 5:1, 2 Pedro 3:10, Ap. 3:2). Su Segunda
Venida ocurre durante esta batalla, de ahí su mención inesperada (19:19-20, ver también
Zac.14:4, 5). Esta es la tercera de las siete bendiciones en el libro. La iglesia de Sardis
tenía que despertarse (3:2); a los mártires se les dio una vestidura blanca, y había algunos
en Sardis que no habían manchado sus ropas (3:4). Las ropas son las vestiduras de la
salvación. Aquellos que han perdido sus ropas son los que se han alejado. Aquellos que
andan exponiéndose vergonzosamente son personas cuyos pecados pueden verse, es
decir los laodicenses desnudos a los que se les aconseja que compren vestiduras blancas
para cubrir su vergonzosa desnudez (3:17-18).
v. 16 - Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón - Esto se menciona
nuevamente en 19:19 y 20:8, otro ejemplo de paralelismo en el libro. Armagedón o Har-
Magedón. A Magedón se lo vincula normalmente con Megido, y Har significa montaña.
Megido es un lugar de muchas batallas, pero no hay ninguna montaña allí. Esto es
bastante enigmático y ha desconcertado a la mayoría de los comentaristas. El punto
principal es que es el sitio de la gran batalla última. Megido es el lugar donde los enemigos
de Israel son derrotados, liderados por Débora (Jueces 5:19). Armagedón es el símbolo de
cada batalla en la que, cuando la necesidad es mayor y los creyentes están oprimidos, el
Señor muestra repentinamente Su poder en beneficio de Su pueblo afligido y derrota al
enemigo (Hendriksen). Esta última batalla se menciona aquí y en otras partes de
Apocalipsis (17:14, 19:19, 20:9, cf. también 11:7 ff. 13:7).
28. 7. La séptima copa (16:17)
(Ap. 16:17) El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo
del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. {18} Entonces hubo relámpagos y voces y truenos,
y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los
hombres han estado sobre la tierra. {19} Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las
ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios,
para darle el cáliz del vino del ardor de su ira. {20} Y toda isla huyó, y los montes no fueron
hallados. {21} Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un
talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga
fue sobremanera grande.
La séptima copa sigue rápidamente a la sexta. No hay ningún interludio como lo hubo entre
el sexto y el séptimo sello, y la sexta y la séptima trompeta, durante el cual la iglesia puede
testificar. El tiempo del arrepentimiento ya ha pasado. Hay similitudes entre la séptima
trompeta (11:15) y la séptima copa.
1. Grandes voces en el cielo
2. La ira de Dios ha llegado
3. El templo de Dios es abierto
4. Relámpagos, truenos, un terremoto, un gran granizo
v. 17 - El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del
cielo, del trono, diciendo: Hecho está - El aire es donde Satanás y sus demonios viven (Ef.
2:2). Así como la gran voz ordena que los ángeles derramen sus copas sobre la tierra
(16:1) una gran voz desde el templo dice, "Hecho está", lo que indica que con la séptima

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copa la ira de Dios se ha completado (15:1). Así como Jesús dijo, "Consumado es" cuando
completó Su obra redentora. Lo que se ve aquí es la ira de Dios sobre la sociedad y sus
estructuras; el castigo de los individuos ocurre más tarde. Contraste la destrucción aquí con
21:6, donde "Hecho está" aparece de nuevo porque el plan redentor de Dios está
completado y hay un nuevo cielo, una nueva tierra y una nueva ciudad.
v. 18 - Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un
terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la
tierra - Compare esto con la apertura del templo de Dios en 11:19, "Y hubo relámpagos,
voces, truenos, un terremoto y grande granizo." Compare también con el incensario
arrojado a la tierra como preludio a las siete trompetas (8:5, "y hubo truenos, y voces, y
relámpagos, y un terremoto"). El juicio de Dios viene de dentro del templo y del trono; viene
de Dios personalmente.
v. 18 - un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado
sobre la tierra - Este es el clímax del juicio de Dios, la destrucción completa en vez de
parcial, como en los sellos y en las trompetas. Compare con Dn. 12:1, Ez. 38:19-20,
Zac.14:4-5, Mt. 24:21 y especialmente la similitud de este pasaje con el sexto sello de 6:12-
14.
v. 19a - Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron
- Ver Zac. 14:4 en donde el Monte de los Olivos es partido en dos cuando llega el Mesías.
La única referencia anterior a la gran ciudad es la descripción de tres partes de 11:8 donde
la gran ciudad es llamada figurativamente Sodoma y Egipto, donde también fue crucificado
su Señor. Babilonia la Grande se menciona en la próxima oración (v. 19b). En 18:10 la gran
ciudad es Babilonia, ciudad de poder. El lenguaje utilizado enfatiza la destrucción total de
las ciudades del mundo y de su comercio, cultura, etc. (Is. 24:18-21). Todo lo que fue
hecho por el hombre es destruido. Esto está en contraste con la ciudad celestial que
reciben los santos y que no puede ser conmovida (Heb. 12:26). Note el lamento en tres
partes de los reyes, los mercaderes y los pilotos de las naves sobre la destrucción de
Babilonia en 18:9-20.
v. 19b - y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del
ardor de su ira - Babilonia la Grande es presentada aquí y castigada. La gran ciudad
aparece primero en 11:8. Así como Dios se acordó de Noé durante el diluvio (Gn. 8:1), y se
acordó de Abraham cuando destruyó a Sodoma y Gomorra (Gn. 19:29), y es acordó de Su
pacto con Abraham cuando los israelitas estaban en esclavitud en Egipto (Ex. 2:24), se
acordó a los crímenes de Babilonia (ver 18:5). Los próximos dos capítulos tratan de
Babilonia con más detalle. Así como hizo que las naciones se embriagaran con el vino de
su fornicación (17:2, 18:3), Dios la hace beber la copa de Su ira (ver también 14:8, Is.
51:17). Si alguno adora a la bestia también beberá el vino de la ira de Dios (14:9). Es
tiempo para que Babilonia sea juzgada (Jer. 51:13, "Tú, las que moras entre muchas
aguas, rica en tesoros, ha venido tu fin, la medida de tu codicia".
v. 20 - Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados - Esto enfatiza la destrucción
causada por el terremoto. Compare esto con la similitud del sexto sello en 6:14, donde
"todo monte y toda isla se removió de su lugar". Ver también Is. 13:13, 24:19-21. Hay
también una similitud con el efecto de la presencia de Dios sobre el gran trono blanco,
donde la tierra y el mar huyeron de Su presencia (20:11).

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v. 21 - Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento;
y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue
sobremanera grande - Lo maldicen a Dios como hicieron con la cuarta y la quinta plaga,
pero esta vez no hay ninguna mención de arrepentimiento. Esta es la actitud final de la
humanidad hacia Dios; el tiempo del arrepentimiento ha pasado. La plaga del granizo
corresponde a la séptima plaga sobre Egipto y es el juicio de Dios (Jos. 10:11, Ez. 38:22).
El granizo es enviado por Dios (ver 11:19, donde de abre el templo de Dios, el arca del
testimonio es visto y salen relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo), así
que la gente lo maldice a Dios por enviar el granizo. Granizo del tamaño de pelotas de golf
es un fenómeno climático conocido en Norteamérica.

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