Pastoral N 008
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Pastoral N 008
El Adviento
El Adviento es un tiempo litúrgico cuyo nacimiento del Niño (en la noche de
nombre (adventus) significa “venida”. Si nos Navidad o Nochebuena) y el misterio
atenemos al objetivo pastoral que tiene este de verbo hecho carne (el día de Navi-
tiempo –que es el primero del año litúrgico-, dad), sino también Dios entrando en el
se trata de que los fieles cristianos revivan tejido de las relaciones familiares
la espera alegre de Jesús por su encarna- (Fiesta de la Sagrada Familia), y Dios
ción, y, al mismo tiempo, preparamos su resaltando la misión de María (1° de
regreso al fin de los tiempos. enero).
El Adviento tiene dos características: es, a la La fiesta de los Reyes o Epifanía, que
vez, un tiempo de preparación a la fiesta de es mucho más celebrada en las Igle-
Navidad, en la que se conmemora la prime- sias de Oriente, nos revela el alcance
ra venida del Hijo de Dios a los hombres, y universal del nacimiento de Jesús en-
un tiempo en el cual, mediante esta celebra- tre los hombres, mientras que el Bau-
ción, la fe se dirige a esperar la segunda ve- tismo inaugura la misión concreta de
nida de Cristo. Jesús, el Salvador: el Espíritu Santo lo
consagra como enviado de Dios, al
Por estos dos motivos, la Iglesia presenta el
descender sobre Él en su forma visible.
Adviento como un tiempo de “piadosa alegre
esperanza” (Calendario Romano nº 39). Cada año, las lecturas del Evangelio de
los cuatro domingos de Adviento nos
El adviento es un tiempo para vivir y cele-
hacen seguir una progresión. El primer
brar, bajo el signo del encuentro entre Dios
domingo nos orienta hacia la venida
que sale a buscar al hombre, y el hombre
del Señor al final de la historia y el
que va en busca de Dios.
mensaje es el de la vigilancia; el se-
No hace falta insistir demasiado en el concepto de que los hombres gundo domingo está centrado en la
deseamos la paz y aspiramos a conquistar la justicia y la libertad. figura de Juan Bautista y el mensaje
Esto ocurre desde siempre y de generación en generación y año es el de la paciencia y de la prepara-
tras año a través de los siglos, se han dado estos anhelos. Por eso, ción activa para la venida del Señor; el
también en esa línea y como respuesta a esos anhelos de la tercer domingo, también centrado en
humanidad, las promesas de Dios han dado una respuesta. La his- el Bautista, nos orienta con más fuerza
toria del pueblo de Dios, es el signo de estas promesas y revelan hacia la persona de Jesús que viene; el
su realización. mensaje es el de la alegría por la veni-
da muy cercana; el cuarto domingo
La Iglesia, hoy, hace su oración y la expresa en la liturgia para
muestra el misterio de la encarnación
asegurar que Dios cumple sus promesas. Así, nos invita a re-
y su mensaje es la invitación a una
encontrar, en el fondo de uno mismo, todo lo que puede ser salva-
preparación profunda del misterio de la
do; volverse hacia Cristo, que vendrá un día en su gloria, pero que
Navidad.
ya está y nos espera.
Por todo esto, conviene reafirmar que
Esto de volverse hacia Cristo es lo que llamamos “convertirse”. Por
el Adviento no es una simple prepara-
eso, también, el Adviento es tiempo de conversión y tiempo de es-
ción a la fiesta de Navidad. Celebra la
pera.
presencia de Jesús que le da sentido a
Los domingos de Adviento, las festividades de Navidad y, unos nuestra historia cuando somos cons-
cuántos días más tarde, la evocación del bautismo de Jesús, for- cientes de que va a volver. Y también,
man un conjunto que podemos llamar la celebración de la venida por supuesto, celebra al Señor que
del Señor, recordando que la palabra “Adviento” significa justa- viene cada día a nosotros con una pre-
mente “advenimiento, venida”. sencia muy real y que se hace presen-
te en la comunidad que ama.
La Navidad recuerda la venida de Jesús en la humildad de nuestra
condición humana y se desarrolla en múltiples facetas: no sólo el
El grano de mostaza
Terminada la reflexión grupal, abrimos un diálogo con todos para compartir las conclusiones.
“Les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, nada sería imposible para
ustedes" (Mt 17, 20).
En esta sociedad en la que se vive tan al día y con vida y siempre, siendo la fidelidad el signo de la au-
muy escasa reflexión personal podemos preguntar- tenticidad.
nos si tiene sentido el compromiso personal definiti-
vo y para siempre. Esta opción por los valores supremos debe realizarse
en modos concretos de actuación y algunos de estos
De acuerdo con lo que nos enseñó Jesús, lo que da modos, como el matrimonio o el celibato por el Reino
sentido a la vida humana es el amor, por lo cual, el de los Cielos, llevan consigo unas exigencias de
imperativo de progresar en el amor es una exigencia permanencia y perennidad, aunque siempre mante-
permanente. Además nuestra existencia es más que niendo el debido respeto hacia aquéllos que no han
una serie de puntos discontinuos, o de instantes sin logrado realizar estas exigencias.
pasado ni futuro.
El peligro del mundo actual radica en que, general-
Actualmente, el momento presente parece ser lo mente, los hombres de nuestro tiempo no hacen sus
único que cuenta, pues muchos olvidan -o no tienen opciones más importantes convencidos de lo que
en cuenta- el pasado y el futuro; y, lo que es peor, hacen. Le tienen miedo al “sí” y al “no” explícitos y
otros muchos procuran no planteárselo. Algo no fun- definitivos. Prefieren quedarse en la zona del “casi”,
ciona en nuestra sociedad cuando, por primera vez que permite todas las ambigüedades y hasta el
en la historia, prescindimos de nuestros mayores y echarse atrás. Tenemos un pasado que influye en
de lo que nos enseñaron, es decir, de los valores nosotros y un futuro hacia el que debemos estar
permanentes. abiertos, pero el amor a Dios y al prójimo nos indica
en todo momento la dirección a seguir y cuál es el
Para muchos, la verdad se ha reducido a una opi- sentido de nuestra vida.
nión, la belleza a la apariencia y el bien al bienes-
tar. Pero por el lado del futuro, lo terrible de la so- Pero la desorientación existente en nuestra sociedad
ciedad actual es que es una sociedad en la que pro- hace que muchos no encuentren la razón de su vi-
curamos evadirnos de los problemas, sin tener en da, y algunos, incluso, no lleguen a distinguir al
cuenta que, si bien las mutaciones genéticas se con- hombre de los animales. Así se explican tantas crisis
servan, los avances culturales pueden perderse y las matrimoniales, celibatarias, de fe y hasta psíquicas.
personas y pueblos son capaces de enfermar moral- Ahora bien, parece lógico que nuestros compromisos
mente, como lo prueban los totalitarismos: nazismo, hacia Dios y el del amor humano hacia la pareja son
comunismo, fundamentalismo y nacionalismos ex- muy de desear y se ha de intentar que sean com-
cluyentes. promisos para siempre. Creemos en consecuencia
que una persona puede comprometerse con Dios y
Y, sin embargo, los momentos singulares y las situa- con su pareja definitiva e irrevocablemente, si bien
ciones no son algo aislado y discontinuo, sino ele- sigue siendo cierto que para poder cumplir lo que
mentos que pertenecen a la historia de una vida. No hemos decidido, necesitamos de la ayuda de la gra-
empezamos nunca de cero, sino que nos vamos cia de Dios.
desarrollando paulatinamente. Sólo podemos com-
prender de forma adecuada la vida humana cuando Ahora bien, la experiencia de tantos que nos han
se la ve como un acontecer que se entrecruza y se precedido nos indican que es ciertamente posible
interpenetra, se halla en constante flujo y en el que para el hombre el cumplimiento de sus compromisos
continuamente una cosa surge de la anterior y em- con Dios y con los demás y que esta realización no
puja a la siguiente. Nuestro compromiso en favor de perjudica sino que por el contrario nos ayuda a los
la realización de la verdad, la belleza y el bien debe seres humanos a realizarnos y, por tanto, a perfec-
ser un compromiso tal que influya en toda nuestra cionarnos.
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