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Pastoral N 008

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Pastoral

Recursos para Agentes Pastorales de Editorial SAN PABLO – Lima – Perú


Año I – Nº 008 – 19 de noviembre 2010

El Adviento
El Adviento es un tiempo litúrgico cuyo nacimiento del Niño (en la noche de
nombre (adventus) significa “venida”. Si nos Navidad o Nochebuena) y el misterio
atenemos al objetivo pastoral que tiene este de verbo hecho carne (el día de Navi-
tiempo –que es el primero del año litúrgico-, dad), sino también Dios entrando en el
se trata de que los fieles cristianos revivan tejido de las relaciones familiares
la espera alegre de Jesús por su encarna- (Fiesta de la Sagrada Familia), y Dios
ción, y, al mismo tiempo, preparamos su resaltando la misión de María (1° de
regreso al fin de los tiempos. enero).
El Adviento tiene dos características: es, a la La fiesta de los Reyes o Epifanía, que
vez, un tiempo de preparación a la fiesta de es mucho más celebrada en las Igle-
Navidad, en la que se conmemora la prime- sias de Oriente, nos revela el alcance
ra venida del Hijo de Dios a los hombres, y universal del nacimiento de Jesús en-
un tiempo en el cual, mediante esta celebra- tre los hombres, mientras que el Bau-
ción, la fe se dirige a esperar la segunda ve- tismo inaugura la misión concreta de
nida de Cristo. Jesús, el Salvador: el Espíritu Santo lo
consagra como enviado de Dios, al
Por estos dos motivos, la Iglesia presenta el
descender sobre Él en su forma visible.
Adviento como un tiempo de “piadosa alegre
esperanza” (Calendario Romano nº 39). Cada año, las lecturas del Evangelio de
los cuatro domingos de Adviento nos
El adviento es un tiempo para vivir y cele-
hacen seguir una progresión. El primer
brar, bajo el signo del encuentro entre Dios
domingo nos orienta hacia la venida
que sale a buscar al hombre, y el hombre
del Señor al final de la historia y el
que va en busca de Dios.
mensaje es el de la vigilancia; el se-
No hace falta insistir demasiado en el concepto de que los hombres gundo domingo está centrado en la
deseamos la paz y aspiramos a conquistar la justicia y la libertad. figura de Juan Bautista y el mensaje
Esto ocurre desde siempre y de generación en generación y año es el de la paciencia y de la prepara-
tras año a través de los siglos, se han dado estos anhelos. Por eso, ción activa para la venida del Señor; el
también en esa línea y como respuesta a esos anhelos de la tercer domingo, también centrado en
humanidad, las promesas de Dios han dado una respuesta. La his- el Bautista, nos orienta con más fuerza
toria del pueblo de Dios, es el signo de estas promesas y revelan hacia la persona de Jesús que viene; el
su realización. mensaje es el de la alegría por la veni-
da muy cercana; el cuarto domingo
La Iglesia, hoy, hace su oración y la expresa en la liturgia para
muestra el misterio de la encarnación
asegurar que Dios cumple sus promesas. Así, nos invita a re-
y su mensaje es la invitación a una
encontrar, en el fondo de uno mismo, todo lo que puede ser salva-
preparación profunda del misterio de la
do; volverse hacia Cristo, que vendrá un día en su gloria, pero que
Navidad.
ya está y nos espera.
Por todo esto, conviene reafirmar que
Esto de volverse hacia Cristo es lo que llamamos “convertirse”. Por
el Adviento no es una simple prepara-
eso, también, el Adviento es tiempo de conversión y tiempo de es-
ción a la fiesta de Navidad. Celebra la
pera.
presencia de Jesús que le da sentido a
Los domingos de Adviento, las festividades de Navidad y, unos nuestra historia cuando somos cons-
cuántos días más tarde, la evocación del bautismo de Jesús, for- cientes de que va a volver. Y también,
man un conjunto que podemos llamar la celebración de la venida por supuesto, celebra al Señor que
del Señor, recordando que la palabra “Adviento” significa justa- viene cada día a nosotros con una pre-
mente “advenimiento, venida”. sencia muy real y que se hace presen-
te en la comunidad que ama.
La Navidad recuerda la venida de Jesús en la humildad de nuestra
condición humana y se desarrolla en múltiples facetas: no sólo el

1 Pastoral l Editorial SAN PABLO l www.sanpabloperu.com.pe


La biblia y los jóvenes
Ricardo Stirparo y Horacio Prado: bibliayjoven@hotmail.com

Parábola del grano de mostaza


Jesús, en muchas ocasio- Los niños continuaron con sus travesuras, y termina-
nes, señala que para en- ron agotando la paciencia del sacerdote y los adultos
trar y construir el Reino, del pueblo... ya nadie esperaba nada de ellos y solo
hay que hacerse pequeño. intentaban evitarlos. Hasta que un día, el catequista
Frente a los poderosos y del pueblo, se quedó largas horas contemplando un
engreídos, ensalza a los pozo. El hermano pequeño se acercó curioso y le di-
humildes; frente a los que jo:
se creen sabios y mejores
 ¿Quién está ahí dentro?
que los demás, realza a
los sencillos. No duda en  Dios - contestó el catequista.
decirle a sus seguidores
 ¿Dios está escondido dentro de este pozo?
que deben hacerse como niños. Su vida entera nos
invita a ser sencillos, porque Dios obra en aquellos  Sí.
que se reconocen necesitados de él.
 Quiero verlo -dijo el niño con curiosidad.
Primer momento: Motivación
El catequista lo levantó y le ayudó a apoyarse sobre
Para introducir el tema de hoy leeremos el siguiente
el borde del pozo. Reflejado en el agua, el niño pudo
cuento:
ver su propio rostro.
Una pareja tenía dos niños pequeños, de 8 y 10 años
 Pero si soy yo -gritó-.
de edad, quienes eran extremadamente traviesos.
Siempre estaban metiéndose en problemas y sus  Eso mismo -dijo el catequista, volviendo a colocar
padres sabían que, si alguna travesura ocurría en su delicadamente al niño en el suelo-.
pueblo, sus hijos estaban seguramente involucrados.
 Ahora ya sabes dónde está escondido Dios.
La mamá de los niños escuchó que el sacerdote del
Para trabajar este cuento, compartirán en gru-
pueblo había tenido mucho éxito disciplinando niños,
pos con la siguiente guía:
así que le pidió que hablara con sus hijos. El sacer-
dote aceptó pero pidió verlos de forma separada, así • Ponerle un nombre al relato.
que la mamá envió primero al niño más pequeño. • ¿De qué nos está hablando esta historia?
El sacerdote era un hombre enorme con una voz • ¿Cuál es la mirada y la actitud del sacerdote y
muy profunda, sentó al niño frente a él y le preguntó adultos del pueblo, sobre estos niños?
gravemente:
• ¿Cuál es la mirada del catequista?
 ¿Dónde está Dios?
• ¿Qué situaciones de nuestras vidas podemos com-
El niño se quedó boquiabierto pero no respondió, partir, dónde despreciamos lo que Dios valora y
sólo se quedó sentado con los ojos bien abiertos. Así aprecia?
que el sacerdote repitió la pregunta en un tono to-
davía más grave: Se pone en común lo trabajado por los grupos.

 ¿Dónde está Dios?


De nuevo el niño no contestó. Entonces el sacerdote
subió de tono su voz, aún más, agitó su dedo frente
a la cara del niño, y gritó:
 ¿Dónde está Dios?
El niño salió gritando del cuarto, corrió hasta su casa
y se escondió en el closet, cerrando la puerta. Cuan-
do su hermano lo encontró en el closet le preguntó:
 ¿Qué pasó?
El hermano pequeño sin aliento le contestó:
 ¡Ahora sí que estamos en graves problemas, her-
mano, han secuestrado a Dios y creen que noso-
tros lo tenemos!

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Segundo momento: “Iluminamos con la Palabra”
Leemos y anunciamos la Parábola de la semilla del gra-
no de mostaza que la encontramos en Mc 4, 30-32
(también la podemos hallar en Mt 13, 31-32 y en Lc
13, 18-19):
“También decía: ¿Con qué podríamos comparar el
Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para repre-
sentarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se
la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de
la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la
más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto
sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su
sombra”.
Luego de la lectura de la parábola, el coordinador • La imagen de los pájaros posándose en el árbol la
acercará al grupo algunas ideas que permitan la re- tomó Jesús del profeta Ezequiel cuando se refiere a
flexión acerca de la necesidad de la humildad y la los reinos de la tierra. “Esto dice el Señor:- Yo to-
sencillez en nuestras vidas: maré un tallo de la copa de un cedro y lo plantaré en
un monte muy alto y echará ramas y dará frutos y
• En Palestina era muy común hablar de la semilla
se hará un cedro magnífico y toda clase de pájaros
de mostaza como la más pequeña de todas las semi-
anidarán en él y habitarán a su sombra y sabrán to-
llas. La semilla diminuta de mostaza era usada para
dos los árboles del bosque que yo, el Señor, humillo
significar cualquier cosa chiquita. Jesús habló una
al árbol elevado y exalto al árbol pequeño” (Ez 17,
vez de la fe como una semilla de mostaza. Dijo a los
22). Por eso toma Jesús como imagen la planta de la
apóstoles que si tuvieran fe, aunque fuera un poco,
mostaza, porque ni siquiera es un árbol. Jesús quiere
como de un grano de mostaza, podrían hacer gran-
darnos a entender que el Reino de Dios no va por
des obras (Mt 17, 29; Lc 17, 6).
grandezas sino que es una realidad modesta que sin
• La pequeña semilla de mostaza llega a ser la más embargo atrae a todos los pueblos (simbolizados
grande de las hortalizas. La planta de mostaza en por los pájaros).
Palestina, por su tamaño, usualmente no era sem-
• Jesús mismo, en su persona y en su vida, nos lo
brada en el jardín sino en el campo. No era raro que
demuestra; no buscó el poder ni la fama ni la gloria
creciera de 3 a 4 metros. Era un arbusto gigante, tan
de este mundo y sin embargo sigue atrayendo a mu-
grande que sus ramas se extendían
cha gente. El Reino de Dios empieza tam-
como las de un árbol. Tal arbusto
bién con una palabra, una invitación y
atraía muchas aves. Esto es lo que
luego conquista a toda la persona.
pasa en la parábola. En el tiempo
de Jesús las aves se podían ver, en • Son los pequeños actos cotidianos los
las ramas de la planta de mostaza, que pueden cambiar el mundo; pequeños
mientras se comían las pequeñas actos de amor, de solidaridad, de colabo-
semillas negras de las vainas de ración; gestos de cariño, de amistad, de
mostaza. Por eso, la parábola ofre- perdón que vivimos día a día. Estos actos
ce una escena conocida por los pequeños, humilde y pacientemente repe-
judíos, mediante la cual Jesús in- tidos, hacen surgir otros que, por la acción
tentó dejar una enseñanza sobre el del Espíritu Santo, en ellos germina la
crecimiento del reino de Dios. gran fuerza de cambio en la tierra.

Oraciones para ser feliz


A través de 36 oraciones se manifiesta cómo se puede vivir en felicidad siguien-
do los mandamientos y las bienaventuranzas. Estas oraciones invitan a la inter-
pretación de la palabra de Dios, para llegar a hacer de la relación entre los hom-
bres una convivencia más fraterna y más humana.
Autor: Héctor Muñoz, op
Editorial: SAN PABLO

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Tercer momento: Reflexión personal
Luego del anuncio de la parábola, proponemos al grupo un momento de meditación y reflexión personal, pa-
ra rumiar la palabra en el corazón. Repartiremos a cada integrante una guía para este momento:

Parábola del grano de mostaza

Contexto en que Jesús dice esta parábola.


¿Qué dice? Protagonistas. Verbos y acciones que aparecen.
Mensaje Principal.

¿Qué le dice a mi vida esta parábola?


¿Qué me dice?
¿En qué situaciones puedo aplicarla?

¿A qué me invita esta parábola?


¿Qué le digo?
¿Qué respuesta/compromiso puedo ofrecer a lo que Dios me dice?

Cuarto momento: Reflexión grupal


Concluido el tiempo personal se encontrarán en pequeños grupos para compartir el fruto de la meditación y
abrir un espacio de reflexión grupal. Para esto, a cada grupo le acercaremos la siguiente ficha:

El grano de mostaza

¿Cómo se encuentra "el terreno" de nuestro grupo?


Sembrado en el terreno… ¿Qué disposiciones necesitamos para recibir "la semilla" de Dios?
¿Qué otras "semillas" caen hoy en nuestro terreno?
¿Qué actitudes en nuestras vidas necesitan convertirse en "pequeñas"
La más pequeña de las semi-
para que Dios crezca en nosotros?
llas…
¿Qué aspectos de nuestro grupo nos cuesta asumir, aceptar y amar?
¿Qué proyectos de Dios han crecido en la vida del grupo?
La mayor de las hortalizas… ¿Qué "ramas" tenemos para ofrecer a los demás?
¿Qué reciben de nuestro grupo los otros miembros de la comunidad?

Terminada la reflexión grupal, abrimos un diálogo con todos para compartir las conclusiones.

Quinto momento: Oración final


Rezamos juntos las “Letanías de la humildad” de Cardenal Merry del Val.
Oh Jesús! manso y humilde de corazón, escúchame: del temor de ser juzgado, líbrame Señor
del deseo de ser reconocido, líbrame Señor del temor de ser atacado, líbrame Señor
del deseo de ser estimado, líbrame Señor del temor de ser humillado, líbrame Señor
del deseo de ser amado, líbrame Señor del temor de ser despreciado, líbrame Señor
del deseo de ser ensalzado, líbrame Señor del temor de ser señalado, líbrame Señor
del deseo de ser alabado, líbrame Señor del temor de perder la fama, líbrame Señor
del deseo de ser preferido, líbrame Señor del temor de ser reprendido, líbrame Señor
del deseo de ser consultado, líbrame Señor del temor de ser calumniado, líbrame Señor
del deseo de ser aprobado, líbrame Señor del temor de ser olvidado, líbrame Señor
del deseo de quedar bien, líbrame Señor del temor de ser ridiculizado, líbrame Señor
del deseo de recibir honores, líbrame Señor del temor de la injusticia, líbrame Señor
del temor de ser criticado, líbrame Señor del temor de ser sospechado, líbrame Señor.

“Les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, nada sería imposible para
ustedes" (Mt 17, 20).

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Espiritualidad
P. Pedro Trevijano: pedrotrevijano@telefonica.net

¿Es posible un compromiso definitivo?

En esta sociedad en la que se vive tan al día y con vida y siempre, siendo la fidelidad el signo de la au-
muy escasa reflexión personal podemos preguntar- tenticidad.
nos si tiene sentido el compromiso personal definiti-
vo y para siempre. Esta opción por los valores supremos debe realizarse
en modos concretos de actuación y algunos de estos
De acuerdo con lo que nos enseñó Jesús, lo que da modos, como el matrimonio o el celibato por el Reino
sentido a la vida humana es el amor, por lo cual, el de los Cielos, llevan consigo unas exigencias de
imperativo de progresar en el amor es una exigencia permanencia y perennidad, aunque siempre mante-
permanente. Además nuestra existencia es más que niendo el debido respeto hacia aquéllos que no han
una serie de puntos discontinuos, o de instantes sin logrado realizar estas exigencias.
pasado ni futuro.
El peligro del mundo actual radica en que, general-
Actualmente, el momento presente parece ser lo mente, los hombres de nuestro tiempo no hacen sus
único que cuenta, pues muchos olvidan -o no tienen opciones más importantes convencidos de lo que
en cuenta- el pasado y el futuro; y, lo que es peor, hacen. Le tienen miedo al “sí” y al “no” explícitos y
otros muchos procuran no planteárselo. Algo no fun- definitivos. Prefieren quedarse en la zona del “casi”,
ciona en nuestra sociedad cuando, por primera vez que permite todas las ambigüedades y hasta el
en la historia, prescindimos de nuestros mayores y echarse atrás. Tenemos un pasado que influye en
de lo que nos enseñaron, es decir, de los valores nosotros y un futuro hacia el que debemos estar
permanentes. abiertos, pero el amor a Dios y al prójimo nos indica
en todo momento la dirección a seguir y cuál es el
Para muchos, la verdad se ha reducido a una opi- sentido de nuestra vida.
nión, la belleza a la apariencia y el bien al bienes-
tar. Pero por el lado del futuro, lo terrible de la so- Pero la desorientación existente en nuestra sociedad
ciedad actual es que es una sociedad en la que pro- hace que muchos no encuentren la razón de su vi-
curamos evadirnos de los problemas, sin tener en da, y algunos, incluso, no lleguen a distinguir al
cuenta que, si bien las mutaciones genéticas se con- hombre de los animales. Así se explican tantas crisis
servan, los avances culturales pueden perderse y las matrimoniales, celibatarias, de fe y hasta psíquicas.
personas y pueblos son capaces de enfermar moral- Ahora bien, parece lógico que nuestros compromisos
mente, como lo prueban los totalitarismos: nazismo, hacia Dios y el del amor humano hacia la pareja son
comunismo, fundamentalismo y nacionalismos ex- muy de desear y se ha de intentar que sean com-
cluyentes. promisos para siempre. Creemos en consecuencia
que una persona puede comprometerse con Dios y
Y, sin embargo, los momentos singulares y las situa- con su pareja definitiva e irrevocablemente, si bien
ciones no son algo aislado y discontinuo, sino ele- sigue siendo cierto que para poder cumplir lo que
mentos que pertenecen a la historia de una vida. No hemos decidido, necesitamos de la ayuda de la gra-
empezamos nunca de cero, sino que nos vamos cia de Dios.
desarrollando paulatinamente. Sólo podemos com-
prender de forma adecuada la vida humana cuando Ahora bien, la experiencia de tantos que nos han
se la ve como un acontecer que se entrecruza y se precedido nos indican que es ciertamente posible
interpenetra, se halla en constante flujo y en el que para el hombre el cumplimiento de sus compromisos
continuamente una cosa surge de la anterior y em- con Dios y con los demás y que esta realización no
puja a la siguiente. Nuestro compromiso en favor de perjudica sino que por el contrario nos ayuda a los
la realización de la verdad, la belleza y el bien debe seres humanos a realizarnos y, por tanto, a perfec-
ser un compromiso tal que influya en toda nuestra cionarnos.

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El rincón del cuento
María Inés Casalá y Juan Carlos Pisano: inescasala@gmail.com

La sal sobre tus plantas


Una enfermera trabajaba en un geriátrico cuidando
con mucho amor y dedicación a las personas
mayores que vivían allí.
Entre ellas, una anciana le llamaba la
atención. Siempre estaba contenta y era
la que tenía más paciencia. Pedía las co-
sas por favor, daba las gracias y estaba
atenta a lo que pudieran necesitar los
otros viejitos. Rara vez pasaba un día
sin que fuera algún nieto a visitarla. Y, si
no podían ir, le dejaban a la enfermera
alguna golosina para que se las diera al
día siguiente en nombre de ellos.
Cierta tarde, mientras la señora acomo-
daba unas flores que le habían llevado, la enfermera haya construido una hermosa familia no quiere
se le acercó y le dijo: decir que no haya tenido problemas…
 ¡Qué linda familia tiene! Se nota que le fue muy  ¿Y cómo es así tu abuela, cómo está siempre ale-
bien en la vida. No debe haber tenido muchos gre? No tiene ni un poquito de rencor a pesar de
problemas. lo que sufrió.
 Sí, tengo una linda familia – contestó la señora y  No, desde que soy chiquita siempre le escuché
se quedó en silencio, cortando la conversación. dar el mismo consejo; dice que el rencor en el co-
razón es como la sal sobre las plantas: las seca.
Esto le llamó la atención a la enfermera porque
era evidente que había dicho algo que la molestó, Para pensar y conversar acerca del cuento
por eso, al día siguiente comentó con una nieta lo
 ¿Somos capaces de servir a los demás, en silen-
que había sucedido y le preguntó si sabía qué le
cio, sin esperar recompensas ni el reconocimiento
había caído mal a la abuela para no volver a de-
por lo que hacemos?
cirlo.
 ¿Necesitamos que nos reconozcan y agradezcan
 La abuela sufrió mucho, le contó la joven. Con
por lo que hacemos?
apenas doce años, se escapó de Europa con sus
hermanos menores porque estaban pasando mu-  ¿Sabemos qué es lo que podemos hacer por los
cho hambre a causa de la IIª Guerra Mundial. Sus demás o hacemos lo que a nosotros nos gusta?
papás murieron allá. Ni bien llegó, trabajó en la Por ejemplo: la maestra quiere que nos sentemos
casa de una familia que la maltrataba y, como no y nos paramos para preguntarle si la ayudamos a
podía mantener a sus hermanitos, fueron a parar repartir las fotocopias. En esta situación, nuestro
a un instituto y no los volvió a ver nunca más, por interés no es ayudar, sino hacer algo que nos
más que hizo grandes esfuerzos por encontrarlos. gusta.
Así que, lo que le debe haber dolido es que usted
 ¿Somos capaces de perdonar o de no desearle el
no se haya dado cuenta de que tuvo problemas y
mal al que nos hizo algo malo?
muchos en su vida. El hecho de que, después

Pastoral – Director: P. Alberto Scalenghe, ssp l Coordinador Equipo de Redacción: Juan Carlos Pisano
l Diseño: Eduar Ruíz Delgado l Edita: SAN PABLO, Av. Armendáriz 527, Miraflores, Lima (Perú), Telefax:
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