Agudelo Graciela, La Música y Su Historia en México.
Agudelo Graciela, La Música y Su Historia en México.
Agudelo Graciela, La Música y Su Historia en México.
Graciela Agudelo
México, un país pluricultural por excelencia, es un colorido mosaico en el que
destaca su música, sus bailes y la belleza de su vestimenta tradicional.
México Prehispánico. Vestigios arqueológicos de 9000 años a. C. nos descubren
que México fue la cuna de numerosas culturas aborígenes. Arte, escultura, poesía,
danza y literatura fueron cultivados por los pueblos amerindios. Olmecas en la
costa del Golfo de México; Toltecas en el centro del altiplano, y Mayas en la
Península de Yucatán, que se extendían hacia Guatemala y Honduras.
Cuando el hombre europeo llegó al altiplano central, se maravilló ante un
importante complejo urbanístico de grandes edificios, pirámides y templos: la gran
Tenochtitlan, capital del Imperio Mexica, la actual Ciudad de México. Cantos
indígenas de diferentes etnias aún se conservan por tradición ----, o por el
acucioso trabajo de los investigadores.
México Colonial. Los primeros españoles llegaron a territorio mexicano en 1511,
en 1521 el Imperio Mexica cae ante la Conquista Española, y en 1535 se
establece el Virreinato de la Nueva España. El bagaje musical de ambas culturas,
española e indígena, se mezcla poco a poco a lo largo de 300 años, de donde
surge un género musical narrativo que se extiende por toda la República
Mexicana: el corrido. Hijo del romance español, su origen es el del trovador
popular que recorría poblaciones y, con acompañamiento de su guitarra, en sus
canciones contaba la historia de personajes y pueblos, plasmando sus rasgos más
particulares y alimentando la identidad regional y nacional.
Desde esa época, surge un canto tradicional creado también por músicos del
pueblo, quienes lo heredaron de las enseñanzas de los evangelizadores
españoles llegados al país, y que se ha transmitido oralmente de padres a hijos.
Se entona en las fiestas, las ferias, las serenatas. Se trata de la Canción
Mexicana, un género muy apreciado por los emigrantes y los nacionales que viven
lejos de su patria; pues se caracteriza por delicadas melodías de mucha amplitud
y acentuado sentimiento. Por su parte, burgueses y europeos propietarios de
plantaciones, bancos y minas, recreando las cortes del viejo continente, alientan la
interpretación de la música de cámara en las grandes ciudades de la colonia, y la
iglesia sostiene capillas musicales en las que se reproduce de la manera más
idéntica la música europea, lo que propicia la construcción de órganos tubulares
en cada pueblo y da surgimiento a un espléndido género musical: el Barroco
Mexicano.
La producción de los campos de México ha regalado al mundo el delicioso tomate
y el cacao, árbol cuya semilla contiene la materia prima para la elaboración del
chocolate. La bondad de sus diversos climas, la abundancia y variedad de los
recursos naturales y la riqueza de su subsuelo, propiciaron que desde la época
colonial se fundaran a lo largo y ancho de su territorio haciendas numerosas de
todo tipo: agrícolas, ganaderas, o para beneficio del metal.
Pues aunque existen yacimientos de zinc, oro, hierro, carbón y uranio, México es
el mayor productor mundial de plata. Alternando con los oficios propios de cada
hacienda, y con el cultivo de maíz, fríjol, calabacín, bananas, hortalizas, tabaco,
café, trigo, arroz, cebada, caña de azúcar..., el campesino de aquellas épocas
entona lo que a la larga se consolida con el nombre de Canción Ranchera, que
subsiste hasta nuestros días, y relata la vida de campo describiendo su entorno,
sus contrastes paisajísticos y sus tradiciones. Y también describe el amor, en un
lenguaje que, además de sencillo y cotidiano, es pintoresco y lleno de giros
idiomáticos regionales.
Durante el siglo XVI, la esclavitud, los malos tratos, las enfermedades hasta
entonces inexistentes en la región y la precaria condición de vida de los indígenas,
causó un descenso demográfico que tuvo que ser suplido con mano de obra
africana. La suma de esta nueva influencia da nacimiento a un género mestizo
ampliamente difundido en el territorio nacional: el son, que se mezcla de un modo
afortunado con la música tradicional española que los conquistadores trajeron al
Nuevo Mundo. La africanía aportó importantes elementos, principalmente en las
costas del Pacífico y el Golfo, regiones con mayor población negra; tales fueron la
riqueza rítmica y la utilización de la síncopa, además del tempo, la velocidad y la
cadencia en la interpretación.
Los sones de Costa Chica, cultivados en el litoral sur del Pacífico, tienen una
marcada influencia de la población africana ahí asentada; así como de algunos
ritmos sudamericanos traídos por marinos que pasaban por el lugar rumbo a
California. Es por ello que ciertos sones de esta región reciben el nombre
de chilenas, interpretadas básicamente con guitarras, vihuelas y, ocasionalmente
arpa. Como percusión se emplea una artesa, enorme bandeja hecha de ceiba que
se coloca invertida sobre el piso, ya sea para percutirse o para zapatearse durante
el baile.
Siglo XIX. Después de tres siglos de coloniaje, en 1810 da inicio la Guerra de
Independencia, que termina con la conformación de un gobierno republicano en
1822, y con el reconocimiento oficial de la independencia de México por España
en 1836. Importantes acontecimientos se suceden en ese siglo: las luchas internas
y la resistencia conservadora favorecieron la instauración de un breve imperio de
10 meses.
La inestabilidad política, las revueltas indias en la zona norte del país y la
expansión de los Estados Unidos, ocasionaron la guerra México-USA en 1846,
con el resultado de que dos años después, México había perdido 2.5 millones de
km2 de su territorio: Arizona, California, Colorado, Nuevo México, Nevada, Utah y
parte de Wyoming. Herencia de esa antigua territorialidad mexicana, y como fruto
del contacto fronterizo posterior, surge un género híbrido de la canción ranchera:
el country, que al igual que las fiestas de vaquería, comparten ampliamente ambas
naciones en un género musical hoy llamado Tex-mex.
De la boscosa zona Huasteca, que abarca la gran planicie costera del noreste del
país y de la sabana que se le une hacia el sur, provienen el son huasteco y
el huapango. El primero, con gran vigor en los acentos rítmicos, denota la
influencia de los grupos indígenas de la zona; y el segundo es un baile sobre
tablado, donde una o más parejas realizan zapateados que realzan la parte rítmica
del son. Aunque el huapango es algunas veces muy melancólico, en otras, al igual
que el son huasteco, resalta la cualidad pícara y humorística de sus versos.
También son distintivos los pasajes virtuosos en el violín y los falsetes del
cantante solista. Como población altamente musical y artística, esa región posee
un son más, el son jarocho, de mayor influencia africana, palpable en la
acentuación rítmica y en el uso del canto responsorial. Los trovadores jarochos
utilizan la combinación métrica de 10 octosílabos llamada décima, y muestran un
talento excepcional para la improvisación de coplas, y un ingenio y picardía muy
particulares, donde el arpa rasgueada y percutida, juega un importante papel.
A mediados del siglo XIX explota una revolución liberal que pretende reducir el
poder de la Iglesia y de las clases pudientes: la Guerra de Reforma. Ante una
situación tan agitada, en 1861 el gobierno determina suspender el pago de la
deuda exterior, por lo que España, Inglaterra y Francia deciden intervenir en
México y exigirlo por la fuerza. Las dos primeras naciones fueron expulsadas por
los conservadores; pero la Intervención Francesa propicia que en 1864 Napoleón
III, quien deseaba oponer un muro latino a la política
expansionista de USA, envíe un numeroso ejército que, junto con los
conservadores, apoya la proclamación de Maximiliano de Habsburgo, archiduque
de Austria, como Emperador de México. Carlota de Bélgica y su consorte
Maximiliano ejercieron durante tres años el Imperio, que culminó con el
fusilamiento de aquél y la victoria del partido liberal liderado por Benito Juárez y
apoyado por USA, que terminaba por entonces su Guerra Civil.
En ese tiempo surge el son de mariachi, el género musical más representativo de
México por la amplia difusión que ha tenido. Originalmente se interpretaba con
arpa, tres violines, una vihuela, una o varias guitarras sextas y percusión, con los
mismos instrumentistas cantando las coplas. Se especula que la palabra mariachi
surge en tiempos de la Intervención Francesa, y deriva de mariage, aludiendo al
grupo musical favorito para amenizar las bodas.
En 1875 una sublevación militar pone fin a la etapa liberal, con la instauración de
una dictadura represiva apoyada por los terratenientes, que termina hasta 35 años
después con el estallido de la Primera Revolución del siglo XX: la Revolución
Mexicana de 1910, que cierra un siglo de caos político en México.
Todos estos avatares de la historia mexicana incidieron profundamente en la
conformación de la cultura nacional, y dejaron marcada su huella en la música:
bajo la influencia de los inmigrantes alemanes, para cuya vida musical los
instrumentos de aliento ocupan un lugar preponderante, surgieron bulliciosos
grupos instrumentales de clarinetes, trompetas, saxofones, redoblante y bombo:
la tambora, creando géneros de música que subsisten hasta la fecha.
Habitantes de Europa Central, que llegaron a México para participar en la
construcción de los ferrocarriles, heredaron a la región norte del país el acordeón y
los alegres ritmos que se generalizaron en esa zona: la redova, la polka y el
chotís. En tanto, la alta sociedad se recreaba en la llamada música de salón, con
obras de exquisitez poética: mazurkas, minuetos y danzas diversas, entre las que
destaca el vals, ritmo este que las regiones de la costa sur del Pacífico acogen
con gran identificación expresiva.
La Revolución. Tras la caída de la dictadura en 1910, se suceden años de luchas
intestinas en las que participan las clases medias, los obreros y los campesinos;
pero en 1919, tras el asesinato del revolucionario líder agrarista Emiliano Zapata,
la burguesía asume el poder. En la música de arte algunos cantantes de ópera y
pianistas destacaban en el Viejo Continente; y surgieron compositores del
Romanticismo, entre quienes se encuentran Ricardo Castro y Manuel M. Ponce.
Como canción popular, el antiquísimo corrido adquiere su mayor auge a partir de
la Revolución Mexicana, ya que por su carácter narrativo es un útil instrumento de
comunicación que describe las lides, las escenas de campaña, los éxitos y
derrotas del soldado y su inseparable mujer, la soldadera; el forajido, la
cotidianidad de los pueblos, las costumbres lugareñas... Como género bailable
popular se impone el jarabe, una especie de suite conformada por varios sones.
Originalmente se acompañaba por bandurrias y guitarras y algunas veces con
arpa, violín y una especie de bandola; pero actualmente los sones se acompañan
con mariachi.
A principios de los años 50s, la televisión puso una vestimenta especial a este
ensamble musical y le añadió el uso de la trompeta, colocando este grupo en una
destacada posición dentro de la música tradicional y su difusión dentro de los
medios. Ya desde antes, entre los años 30 y 40, el cine había consolidado la
posición del mariachi con la producción de películas que mostraban una imagen
esquematizada de México, en donde todo giraba en torno al charro
(caracterización emblemática del auténtico mestizo mexicano), al tequila
(aguardiente destilado del agave y actual bebida nacional) y al mariachi. El famoso
son jarabe tapatío es considerado el baile nacional, y se interpreta por la
característica pareja del Charro y su compañera, la China Poblana.
Desde el istmo hacia el oriente se despliega la portentosa selva mexicana, que
sobre un subsuelo de mantos petrolíferos, yergue las copas de sus árboles:
ébano, cedro, caoba, palo de rosa, sándalo y otras maderas preciosas. Esta
región natural, que es compartida con el hermano país de Guatemala, encuentra
un eco musical en la marimba, donde grupos de músicos nativos le arrancan a la
madera la resonancia de los cantos y trinos de las aves.
La península de Yucatán ha aportado la canción yucateca. Su desarrollo, a
principios del siglo XX, fue producto del rico ambiente literario y musical que se
vivía en sus ciudades, donde se acostumbraba la serenata y las veladas literarias;
y cantar a dueto acompañándose con la guitarra se convirtió en un verdadero arte
popular. Con toda la costa oriente de Yucatán mirando hacia el Caribe, la poesía
lírica se combinó con los ritmos sensuales de las Islas Antillanas y de otros países
caribeños del continente.
El bolero, el bambuco y la clave son los géneros que conforman la canción
yucateca. Estos candentes ritmos llegados a la Península de Yucatán, asimilaron
la esencia mexicana adquiriendo una sonoridad melancólica, dulce y de muy alta
expresividad. Según iba evolucionando la canción yucateca, fue compuesta para
dos voces, con dos distintas melodías y, en algunos casos, dos distintos textos
cantados al mismo tiempo.
En el Caribe, específicamente en Cuba, Puerto Rico y la República Dominicana,
se dio el encuentro de dos culturas musicales: la española y la africana, dando
como resultado una música que posteriormente se extendería a otros países del
continente, entre ellos México. La presencia de población de origen africano, que
ya había puesto su huella imborrable en la cultura de nuestro país, formó un
ambiente favorable para esos géneros musicales que llegarían en el siglo XIX:
el danzón se convierte en parte integral de la cultura mexicana y se mantiene
hasta la fecha como una manifestación activa de su tradición popular. También del
Caribe llegaron el mambo, la cumbia, el bolero y la guaracha, entre muchos otros
géneros y ritmos.
México Contemporáneo. Al término de la Revolución Mexicana, en 1920, el país
entró en un periodo de industrialización y estabilidad política, donde no han faltado
los intermitentes brotes de inconformidad y violencia. La refinación del petróleo,
las industrias petroquímica y textil, y el turismo, son importantes soportes de su
economía. A partir de la firma del Tratado de Libre Comercio, en 1994, los
principales socios comerciales de México son USA y Canadá.
El 88% de las exportaciones son bienes manufacturados. Sin embargo, el
desempleo y la inflación frenan el desarrollo del país. En enero de 1994, un
movimiento de reivindicación social en Chiapas, allá donde se yerguen
antiquísimos monumentos en medio de la selva, puso de manifiesto la
marginación y pobreza rural de una población indígena de estirpe maya, y la falta
de comprensión a diferentes modos de vida, más allá de los convencionales en
una sociedad industrializada.
Antes de la mitad del siglo XX se da en México un importante movimiento cultural
nacionalista, del que surgen grandes artistas del pincel como Diego Rivera, José
Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, y en la música José
Pablo Moncayo, Carlos Chávez y Silvestre Revueltas.
Actualmente existen en México cerca de 22 orquestas, incluyendo una infantil; 313
grupos artísticos y 415 festivales de arte al año, entre los que se encuentra el Foro
Internacional de Música Nueva, con 27 años de realización continua. A partir de
1993, el Sistema Nacional de Creadores de Arte y otros Programas Nacionales de
Fomento a la Cultura y las Artes, han representado una mejora en las condiciones
económicas y de producción de algunos compositores y otros artistas.