Reglamento-Interno Finales PDF
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REGLAMENTO INTERNO
DE LA IGLESIA ASOCIADA
PAG
CAPÍTULO I
• DEL NOMBRE, DOMICILIO, NATURALEZA Y DURACIÓN 9
CAPÍTULO II
• DEL OBJETO, FINES Y PRERROGATIVAS 9
CAPÍTULO III
• CARÁCTER CONFESIONAL O CANON DOCTRINAL 11
CAPÍTULO IV
• DE LOS MIEMBROS Y LÍDERES LOCALES: DERECHOS, DEBERES Y
PROHIBICIONES 13
CAPÍTULO V
• RÉGIMEN DISCIPLINARIO, SANCIONES Y RETIROS 16
CAPÍTULO VI
• RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO, ESTRUCTURA ECLESIÁSTICA Y
ÓRGANOS REPRESENTATIVOS 18
CAPÍTULO VII
• VINCULACIÓN, DESVINCULACIÓN Y ESTADO DE EMERGENCIA 26
CAPÍTULO VIII
• RÉGIMEN ECLESIÁSTICO 28
CAPÍTULO IX
• RÉGIMEN ADMINISTRATIVO 30
CAPÍTULO X
• RÉGIMEN PATRIMONIAL 32
CAPÍTULO XI
• DISPOSICIONES VARIAS 34
CONTENIDO: MANUAL DE
DOCTRINAS BÍBLICAS
PAG
INTRODUCCIÓN 39
I. NUESTRA PENTECOSTALIDAD 41
Las directrices institucionales que traza, son reglas prácticas que orientan el desarrollo y la
conducción de la misma en torno a aspectos eclesiásticos, jurídicos, administrativos,
organizacionales, confesionales y patrimoniales que le competen en relación a EL CON-
CILIO.
ARTÍCULO 2
Del domicilio
El domicilio y la sede de la Iglesia Asociada será la ciudad donde esté ubicada y podrá
realizar actividades en todo el territorio nacional e internacional, en coordinación con el
Distrito respectivo.
ARTÍCULO 3
De la naturaleza jurídica y duración
CAPÍTULO II
DEL OBJETO, FINES Y PRERROGATIVAS
ARTÍCULO 4
Del Objeto
La Iglesia Asociada tiene como objeto la predicación del Evangelio del Señor Jesucristo y
contribuye al progreso integral de la sociedad colombiana, desarrollando el mismo objeto
social de EL CONCILIO.
9
ARTÍCULO 5
De los fines
En cumplimiento del anterior objeto, la Iglesia Asociada tiene los siguientes objetivos o
fines específicos:
ARTÍCULO 6
De las Prerrogativas
10
objeto la predicación del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo y/o posean enfoque
de asistencia social.
D. Generar recursos que posibiliten el desarrollo y el alcance de los fines que garan-
ticen su sostenibilidad.
F. Adquirir, usar, vender, traspasar, hipotecar, y/o alquilar propiedades que considere
necesario para llevar a cabo su obra.
CAPÍTULO III
CARÁCTER CONFESIONAL O CANON DOCTRINAL
ARTÍCULO 7
Del Carácter confesional o canon doctrinal
11
E. La creación divina del universo y del hombre, la santidad original, su caída y su
redención.
H. El bautismo en el Espíritu Santo, como la promesa del Padre, con la señal física
inicial de hablar en otras lenguas.
J. El bautismo en agua por inmersión y la cena del Señor como ordenanzas de Cristo.
N. El lago de fuego como castigo eterno para los impíos, Satanás y los ángeles caí-
dos.
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CAPÍTULO IV
DE LOS MIEMBROS Y LÍDERES LOCALES
DERECHOS, DEBERES Y PROHIBICIONES
ARTÍCULO 8
De los Miembros
Son miembros de la Iglesia Asociada, todas las personas comprometidas con ella, que
libre y voluntariamente se sujeten y acepten el Canon Doctrinal de EL CONCILIO, sean
mayores de 18 años, estén bautizados en agua, cumplan con los deberes y que además se
identifiquen con la visión de la iglesia y se comprometan con su permanente formación y
desarrollo espiritual.
Parágrafo: Los creyentes bautizados que no han cumplido la mayoría de edad no hacen
parte de la Asamblea.
ARTÍCULO 9
Derechos
13
I. Ser visitado por su Pastor o por el comité de visitación, especialmente cuando esté
enfermo o en dificultad.
ARTÍCULO 10
Deberes
G. Concurrir a las asambleas, reuniones y actos que señale el Pastor Presidente di-
rectamente o por conducto del personal que se designe en este Estatuto o el Re-
glamento Interno.
I. Cumplir con los lineamientos determinados por las directivas de la Iglesia Aso-
ciada.
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L. Desarrollar el principio de colaboración y cooperación para el éxito de las labores
de la Iglesia.
ARTÍCULO 11
Prohibiciones
B. Atentar contra la doctrina bíblica, con prácticas espirituales ajenas al canon doc-
trinal de EL CONCILIO.
H. Destruir los bienes de la Iglesia o hacer uso de los mismos sin la debida autoriza-
ción.
ARTÍCULO 12
De los Líderes Locales
Son miembros de la iglesia que por su desarrollo y liderazgo son acreditados luego de
haber recibido capacitación de la Escuela de Liderazgo Local. Portan la credencial de Líder
Local respectiva expedida por el Pastor Presidente, como reconocimiento a la labor minis-
terial que desempeñan frente a la congregación. Tienen los mismos derechos y deberes
de los miembros.
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CAPÍTULO V
RÉGIMEN DISCIPLINARIO SANCIONES Y RETIROS
ARTÍCULO 13
Sanciones
A. Amonestación Personal.
Cuando un miembro incurra por primera vez en las prohibiciones descritas en este regla-
mento, será amonestado personalmente por el Pastor Presidente.
B. Disciplina.
16
o del Pastor Presidente de la Iglesia.
Parágrafo: Para efectos de aplicar una sanción se tendrá en cuenta el debido proceso y
derecho a la defensa constitucional que se consagra en estos Reglamentos.
ARTÍCULO 14
Procedimiento para la aplicación de sanciones
El procedimiento para aplicar las sanciones por faltas se surtirá teniendo en cuenta el mo-
delo bíblico expresado en Mateo 18:15-20 y es el siguiente:
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ARTÍCULO 15
Retiro de los miembros
A. Retiro voluntario
Se entiende que hay retiro voluntario cuando un miembro se ausenta de la Iglesia sin nin-
guna comunicación por un tiempo de seis (6) meses o más.
B. Retiro forzoso
CAPÍTULO VI
RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO, ESTRUCTURA
ECLESIÁSTICA Y ÓRGANOS REPRESENTATIVOS
ARTÍCULO 16
De la Iglesia Asociada
ARTÍCULO 17
De la estructura eclesiástica
18
A. Asamblea Local.
B. Pastor Presidente.
E. Miembros.
ARTÍCULO 18
De la Asamblea Local
A. Conformación
Está conformada por los miembros activos de la iglesia, en plena comunión incluyendo el
cuerpo ministerial y el liderazgo debidamente acreditado por la iglesia Asociada.
B. Convocatoria
Se reunirá cada cuatro años o cuando sea necesario, para recibir la proyección y dirección
de la iglesia por parte del Pastor Presidente de la misma.
C. Quórum
D. Facultades
19
desarrollo de la obra, acuerdos de aplicación local y proyectos de trabajo.
3. Recibir los proyectos de trabajo que el Pastor Presidente presente en acuerdo con
su Cuerpo Asesor.
ARTÍCULO 19
Del Pastor Presidente, designación y período de ejercicio
ARTÍCULO 20
Facultades y Funciones del Pastor Presidente:
A. Legales
2. Asegurar que todos los asuntos de orden jurídico de la Iglesia sean atendidos
oportuna y eficientemente.
6. Recibir poderes específicos de parte del Presbiterio Nacional para las diligencias
oficiales a nombre de la Iglesia.
B. Administrativas
20
ción local, siempre y cuando no contravengan el presente Reglamento, los Estatutos
y el Reglamento Interno de EL CONCILIO.
C. Financieras
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7. Garantizar el cumplimiento de las normas legales, contables y tributarias que ri-
gen la Iglesia.
8. Controlar el buen uso de las cuentas bancarias a nombre de la Iglesia revisando los
procedimientos contables, fiscales y financieros.
D. Ministeriales
4. Dar cobertura a los ministros reconocidos por el Distrito, los cuales cumplirán
con las funciones que le sean asignadas por el Pastor Presidente.
6. Presentar ante el Presbiterio Distrital a los líderes locales que cumplan con los re-
quisitos para convertirse en ministros con reconocimiento de EL CONCILIO.
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9. Establecer lineamientos y directrices para los programas de restauración de la
Iglesia.
10. Establecer directrices y velar porque la filosofía y los principios doctrinales y teo-
lógicos de EL CONCILIO se apliquen en la formación de la Iglesia.
ARTÍCULO 21
Vacante, nombramiento y ratificación del Pastor Presidente
ARTÍCULO 22
Cambio de Pastor Presidente
Las iglesias asociadas con ministerios en extensión tienen la facultad de designar, cambiar,
destituir o mover a sus pastores, pero deben informarlo al Distrito correspondiente.
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Parágrafo: En caso de ausencia temporal del Pastor Presidente, se le debe informar al
Presbiterio Distrital correspondiente, quien asumirá la dirección de la Iglesia, designando
un ministro con credenciales de EL CONCILIO que cumpla los requisitos para tal cargo.
ARTÍCULO 23
Del Cuerpo Asesor y/o equivalente
Previa selección y presentación por parte del Pastor Presidente, la Asamblea Local deberá
elegir y/o ratificar el Cuerpo Asesor, que dará soporte al Pastor en la toma de decisiones
administrativas. Este Cuerpo será elegido por un periodo mínimo de cuatro (4) años, y
estará compuesto por mínimo 5 personas, elegidas de su membrecía y/o de los ministros
asociados.
A. Requisitos
8. Ser persona sujeta a la autoridad y que acepta los principios bíblicos, Estatuto y
reglamentos de la Iglesia.
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B. Elección
2. Se procederá a la elección por voto secreto y por mayoría simple serán elegidos los
candidatos con mayor número de votos.
C. Funciones
D. Sesiones
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E. Conformación
El Cuerpo Asesor está conformado por los siguientes miembros, quienes serán designados
por el Pastor Presidente de acuerdo a sus capacidades:
CAPÍTULO VII
VINCULACIÓN, DESVINCULACIÓN
Y ESTADO DE EMERGENCIA
ARTÍCULO 24
Vinculación al Concilio
La Iglesia Asociada recibe cobertura de EL CONCILIO a través del Distrito del cual es miem-
bro. Acata todas las disposiciones administrativas, ministeriales y jurídicas emanadas de él;
a su vez recibe capacitación, recursos y asesoría para sus ministros, líderes y membrecía;
además de soporte en las áreas ministerial, administrativa y jurídica.
ARTÍCULO 25
Desvinculación
26
decisión de EL CONCILIO, previo cumplimiento de los procedimientos establecidos en el
Reglamento Interno de este último.
ARTÍCULO 26
Estado de Emergencia
ARTÍCULO 27
Causales del estado de emergencia
E. Se pierda el control y el buen orden de una Asamblea Local, que ponga en peligro la
integridad de los funcionarios, los asistentes a la misma y la estabilidad de la Iglesia.
27
F. Se encuentren inconsistencias que afecten el correcto desarrollo de la Iglesia,
luego de una supervisión realizada por el Distrito.
ARTÍCULO 28
Procedimiento para declarar el Estado de Emergencia
Cuando una Iglesia Asociada sea declarada en Estado de Emergencia, el Presbiterio Distri-
tal deberá:
CAPÍTULO VIII
RÉGIMEN ECLESIÁSTICO
ARTÍCULO 29
Iglesias en Formación
Los recursos y su administración serán coordinados por la Iglesia Asociada, quien estable-
cerá los procedimientos correspondientes.
Parágrafo: Los demás procedimientos para la apertura y cobertura de obras están des-
critos ampliamente en el manual de apertura y cobertura de obras de EL CONCILIO.
28
ARTÍCULO 30
Pastoreo
ARTÍCULO 31
Iglecrecimiento
ARTÍCULO 32
Ministerios que desarrolla
La Iglesia desarrolla diversos ministerios de acuerdo al enfoque ministerial y visión del Pas-
tor Presidente, sin dejar de implementar aquellos que cumplan con el evangelismo, el dis-
cipulado, la adoración, la formación de líderes y la extensión del Reino de Dios.
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E. El cuidado, la atención y la formación de la niñez, la adolescencia a través de igle-
sias para niños o sus equivalentes.
CAPÍTULO IX
RÉGIMEN ADMINISTRATIVO
ARTÍCULO 33
Contratación
La Iglesia Asociada está obligada a cumplir con todos los parámetros legales establecidos
para los procesos de contratación, además de proteger sus propios intereses y actuar den-
tro del marco ético y doctrinal del EL CONCILIO, recibiendo del Distrito al cual pertenece,
el soporte y asesoría necesarios.
ARTÍCULO 34
Vinculación Laboral
La Iglesias Asociadas propenderán por legalizar la situación laboral del personal que apoye
sus labores administrativas mediante un contrato, en el que se contemplen las condicio-
nes salariales, prestacionales, de seguridad social y demás que se consideren necesarias,
además de las funciones que deben desempeñar y su duración.
Parágrafo: en el caso del voluntariado que sirve en la Iglesia también deberá establecer-
se el vínculo que exonere a la Iglesia de cualquier responsabilidad contractual y laboral.
ARTÍCULO 35
Procedimientos
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F. Además de los requeridos por el Estado Colombiano.
Parágrafo: Las iglesias asociadas que operan bajo la Personería Jurídica de EL CONCI-
LIO, deberán implementar un sistema contable de acuerdo con el Plan Único establecido
por éste para efectos de la unificación contable y declaraciones tributarias.
ARTÍCULO 36
De la Personería Jurídica Extendida
La Iglesia Asociada propenderá por cumplir los requisitos para obtener la Personería Jurí-
dica Extendida. Para ello, deberá demostrar que por razones de su ejercicio no existen pro-
cesos legales en contra de EL CONCILIO y suyo propio. A partir del momento que asume
su Personería, asume la responsabilidad frente a los procesos que se generen, sin embargo,
recibirá del Distrito al cual pertenece toda la asesoría necesaria para adelantar su represen-
tación en cualquier proceso legal.
ARTÍCULO 37
Derechos
La Iglesia podrá asumir ante el Estado y cualquier otra y la Constitución Política del Estado
Colombiano.
ARTÍCULO 38
Supervisión y control
La Iglesia permitirá y facilitará las visitas de seguimiento y control que el Distrito, a través
de sus funcionarios, adelante sobre su situación administrativa, jurídica y financiera, con-
certando y adoptando las determinaciones, políticas y sugerencias dadas para su correcto
funcionamiento.
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CAPÍTULO X
RÉGIMEN PATRIMONIAL
ARTÍCULO 39
Patrimonio
ARTÍCULO 40
Compra, venta o permuta de propiedades
A. La Iglesia Asociada podrá adquirir, vender, enajenar, traspasar y negociar sus bienes
muebles e inmuebles.
B. El Representante Legal tendrá la libertad de negociar hasta por un monto del 10%
del patrimonio, en adelante será el Cuerpo Asesor quien autorizará las negociacio-
nes hasta el 30% del patrimonio.
E. Para las Iglesias que operan bajo la Personería Jurídica de EL CONCILIO, los bienes deben
estar escriturados a nombre de éste y la Iglesia Asociada se beneficiará mediante la figura
legal de cesión y administración de los bienes, cumpliendo con las obligaciones tributarias y
derivadas del uso del bien. En este caso la Iglesia Asociada debe enviar anualmente y dentro
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de los tres (3) primeros meses de cada año, un inventario valorizado de todos los activos fijos
al Presbiterio Distrital respectivo, con copia a los archivos generales de EL CONCILIO.
ARTÍCULO 41
Destinación religiosa
Los bienes muebles e inmuebles bajo la titularidad de las iglesias asociadas de EL CONCI-
LIO deben conservar su destinación religiosa, razón por la cual no podrán ser reclamados
por los miembros de la iglesia, ni por sus dignatarios, aunque ellos hayan contribuido para
su adquisición.
ARTÍCULO 42
Sobre la administración del patrimonio.
Los actos y negocios que requieran la autorización previa del Cuerpo Asesor y/ o Asam-
blea, deberán constar siempre por escrito y el Representante Legal de la Iglesia deberá
anexar al documento o protocolizar cuando se trate de escrituras públicas, el extracto del
acta en la cual se le confiere la autorización.
Parágrafo: Las iglesias asociadas con Personería Jurídica Extendida hacen parte de
EL CONCILIO, y por tanto deberán conservar su destinación religiosa en toda la actividad
tendiente a la adquisición y/o disposición de los inmuebles. Por esta razón, deberán
solicitar a EL CONCILIO autorización para efectuar cualquier tipo de enajenación. La Iglesia
Asociada deberá anexar al documento o protocolizar cuando se trate de escrituras públi-
cas, la autorización dada por EL CONCILIO.
ARTÍCULO 43
Disolución
C. Mandato legal.
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ARTÍCULO 44
Liquidación
En cualquier caso de liquidación la Iglesia seguirá las siguientes disposiciones, sin perjuicio
de las normas legales vigentes:
A. La Asamblea Local informará por medio del Pastor Presidente o el Cuerpo Ase-
sor al Presbiterio Distrital, quien los asesorará para la liquidación de las obligaciones
contraídas por todo concepto.
B. Una vez establecidas sus responsabilidades en todos los órdenes, el Pastor Presi-
dente y un delegado del Cuerpo Asesor, serán las personas encargadas de ejecutar
la cancelación de las obligaciones de la Iglesia.
CAPÍTULO XI
DISPOSICIONES VARIAS
ARTÍCULO 45
Reformas y enmiendas al Reglamento Interno
Toda decisión en beneficio de la Iglesia Asociada será aplicable sin necesidad de re-
forma o enmienda reglamentaria siempre que no quebrante las leyes vigentes, el Estatuto
y el Reglamento Interno de EL CONCILIO y que no vulnere los derechos de los miembros
de la Iglesia.
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ARTÍCULO 46
Leyes de la República de Colombia.
ARTÍCULO 47
Vigencia
Este Reglamento Interno comenzará a regir a partir de la fecha de la sanción oficial del
Ministerio del Interior y de Justicia, y la promulgación de la Personería Jurídica Extendida.
35
Concilio de las Asambleas
de Dios de Colombia
MANUAL DE DOCTRINAS
BÍBLICAS
INTRODUCCIÓN
Por eso, con el ánimo de unificar nuestra norma de fe, presentamos este manual, la doctri-
na del Concilio de las Asambleas de Dios de Colombia consta de los siguientes principios
bíblicos fundamentales. Estos postulados son esenciales para un evangelio completo.
Antes de esbozar las que consideramos nuestras doctrinas básicas, verifiquemos un aspec-
to crucial concerniente a la pentecostalidad que nos rodea y define.
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I. NUESTRA PENTECOSTALIDAD
A. DEFINICIÓN ETIMOLÓGICA
El término Pentecostés viene del griego pentekosté (heméra y literalmente significa “el
quincuagésimo día”. Con esa palabra se describe la fiesta de la cosecha celebrada el quin-
cuagésimo día después de la Pascua (Domingo de Resurrección) y que pone término al
tiempo pascual. Durante el Pentecostés narrado en Hechos capitulo 2, sucedió el descenso
del Espíritu Santo y el inicio de la actividad de la Iglesia, por ello también se le conoce como
la celebración del Espíritu Santo.
B. DEFINICIÓN BÍBLICA
41
6. Somos pentecostales porque proclamamos el evangelio de nuestro Señor y Sal-
vador Jesucristo, el amor de Dios Padre y la comunión con el Espíritu Santo.
C. DEFINICIÓN HISTÓRICA
Ser pentecostal es creer que la acción del Espíritu Santo que operó en Pentecostés está
vigente para los cristianos de todos los tiempos. El Movimiento Pentecostal tiene su origen
cercano en los movimientos de santidad de finales del siglo XVIII. En 1906 rompió las ba-
rreras socioculturales, existentes en este tiempo, siendo sumamente incluyente, y dando
cabida a la diversidad. El avivamiento en la calle Azusa se usa como referente al origen de
varias denominaciones cuyo eje transversal es el movimiento pentecostal. Entre ellas las
Asambleas de Dios. Los tres grandes movimientos espirituales del siglo XVIII – el wesleya-
no, el avivamiento calvinista y el pietismo alemán- trataron explícitamente de restablecer
al máximo el cristianismo característico de la iglesia primitiva. Su enseñanza central era que
el poder del Espíritu Santo, dado en Pentecostés a todos los que se arrepintieron, creyeron
y fueron bautizados, esta disponible en todo tiempo y lugar.
D. DEFINICIÓN CONCEPTUAL
42
3. Debemos vivir como pentecostales de hecho y no nominales.
5. Debemos conocer que Asambleas de Dios está llamada a ser un gran movimiento
del Espíritu Santo.
6. Debemos recordar que el objetivo principal del bautismo del Espíritu Santo es
cumplir la misión de evangelizar.
F. TEOLOGÍA PENTECOSTAL
Los siguientes son principios teológicos - bíblicos que trazan los parámetros de la
pentecostalidad que practicamos:
1. Partimos del texto bíblico para nuestra práctica. (hacemos énfasis en la teología
de Lucas)
43
(Efesios 4:11; 1 Corintios12:28; Romanos 12:6-8; 1 Pedro 4:10-11)
G. EXPERIENCIA PENTECOSTAL
2. Hablar en lenguas como señal del bautismo con el Espíritu Santo. (Hechos 2:4)
Las Escrituras enumeran las manifestaciones del Espíritu Santo bajo tres categorías espe-
cíficas:
Todos los creyentes tienen derecho a recibir la promesa del Padre: el bautismo en el Espí-
ritu Santo, según el mandato del Señor Jesucristo, por eso deben buscarlo fervientemente.
Esa era la experiencia normal y común de toda la primera iglesia cristiana. Con el bautismo
viene una investidura de poder para la vida, el servicio, la concesión de los dones espiritua-
44
les y su uso en el ministerio (Lucas 24:49; Hechos 1:4, 8; 1 Corintios 12:1–31). Esta experien-
cia es distinta a la del nuevo nacimiento y subsecuente a ella (Hechos 8:12–17; 10:44–46;
11:14–16; 15:7–9).
4. Un amor más activo para Cristo, para su Palabra y para los perdidos. (Marcos 16:20)
El bautismo de los creyentes en el Espíritu Santo se evidencia con la señal física inicial de
hablar en otras lenguas como el Espíritu los dirija (Hechos 2:4). El hablar en lenguas en este
caso es esencialmente lo mismo que el don de lenguas (1 Corintios 12:4–10, 28), pero es
diferente en propósito y uso.
El Bautismo en el Espíritu Santo es un don divino real, vigente y necesario para todo cre-
yente, en todo lugar, en toda la historia. Esta experiencia confirma la presencia de Dios en la
vida de la persona y lo empodera para el servicio a Dios. La evidencia física que la Biblia des-
cribe para el Bautismo en el Espíritu Santo es hablar en nuevas lenguas (Hch. 2:2-4; 10:46;
11:15-17; 19:6) Incluso hay referencias que infieren esta manifestación (Hch. 8:15-17; 9:17).
Esta obra del Espíritu en el creyente generalmente prescinde del entendimiento del indivi-
duo pero trae provecho y tiene por lo menos tres propósitos:
45
El mismo texto describe cómo algunos espectadores se incomodaron con esta experien-
cia, asociándola al efecto de la embriaguez causada por el vino. Pese a ello, Pedro, investido
con el poder del Espíritu dio un sermón con el cual más de tres mil personas se convirtie-
ron.
Por otro lado, el apóstol Pablo nos orienta a hacer todo “decentemente y con orden”. Esto
nos lleva a la conclusión que el hablar en lenguas es la evidencia física inicial para el bautis-
mo del Espíritu Santo, que no se debe impedir el hablar en lenguas, mas hay que hacerlo
con sabiduría.
46
II. NUESTRAS DOCTRINAS
La doctrina del Concilio de las Asambleas de Dios de Colombia consta de los siguientes
principios bíblicos fundamentales:
A. LA SANTA BIBLIA
Las Escrituras, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, son verbalmente inspi-
radas por Dios y son la revelación de Dios para el hombre, la regla infalible y principal
autoridad de fe y conducta (2 Timoteo 3:15, 16; 1 Pedro 2:2.)
LA INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA
LA INFALIBILIDAD DE LA BIBLIA
47
EL TEMA DE LA BIBLIA
48
B. EL ÚNICO DIOS VERDADERO
LA DEIDAD ADORABLE
4. Dios es trascendente: Es decir, está por encima y más allá del universo que creó y
es mayor que él. Es inmanente, está presente en el universo y participa en él. Aunque
Dios está presente en toda su creación, la creación no es Dios.
49
ATRIBUTOS DE DIOS
3. Atributos morales: Caracterizan lo que Dios es en relación con los seres humanos.
Dios es santo, Dios es justo, Dios es fiel, Dios es misericordioso, Dios es amor y Dios
es bueno.
50
C. LA DEIDAD DEL SEÑOR JESUCRISTO
El Señor Jesucristo es el eterno Hijo de Dios. En Juan 1:1-18 se expresa su Deidad de una
manera muy explícita. El versículo 18 declara “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo,
que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. Su posición “en el seno del padre”
expresa, no una distinción en cuanto a esencia ni alguna clase de inferioridad, sino una
estrecha relación con el Padre y una participación en la autoridad de Él.
Jesús mismo reconoció su deidad cuando dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”
(Juan 14:9). También recibió adoración (Mateo 2:2; 11; 14:33; 28:9) y ejerció autoridad divi-
na perdonando pecados (Marcos 2:1-12). Y sus discípulos lo reconocieron como el Hijo de
Dios (Mateo 16:16).
5. Su resurrección corporal de entre los muertos (Mateo 28:5-6; Lucas 24:39; 1 Co-
rintios 15:3-4).
6. Su exaltación a la diestra de Dios (Hechos 1:9, 11; 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos
1:3).
51
y representa a los hombres delante de Dios y a Dios delante de los hombres. Jesús es
el sacerdote por excelencia, el Gran Sumo Sacerdote por encima de cualquier sacer-
dote humano porque no simplemente ofreció un sacrificio, sino que, se ofreció a si
mismo como sacrifico puro y su muerte trajo perdón de pecados (Hebreos 4:14-16)
Es ahora nuestro amigo y abogado a la diestra del Padre e intercede por nosotros
(Rom 8:34; Je 7:25; 1 Jn. 2:1). Él es rey, es quien ha quebrantado el poder del pecado,
la muerte, la tumba y el infierno. Él reina a la diestra del Padre en los lugares celestia-
les, reina como cabeza de la iglesia (Efesios 1:22-23) y está declarado que todo será
sometido bajo su dominio (Apocalipsis 5:6-13; 11:15).
LA NATURALEZA DE CRISTO
Dado que el nombre “Emanuel” abarca lo divino y lo humano, en una sola persona,
nuestro Señor Jesucristo, el título Hijo de Dios describe su debida deidad, y el título
Hijo del Hombre su debida humanidad. De manera que el título Hijo de Dios perte-
nece al orden de la eternidad, y el título Hijo del Hombre al orden del tiempo (Mateo
1:21-23; 13:41; Marcos 1:1; Lucas 9:26; 2 Juan 3).
52
D. LOS ÁNGELES
El vocablo ángel, se deriva del hebreo mal’ak del A.T., y aggelos del griego del N.T.,
quiere decir mensajero (Éxodo 23:20; Jueces 2:1; Lucas 2:11; Hechos 7:38; Hebreos
1:14).
Son espíritu. Esto es, seres inmateriales e incorpóreos (Hebreos 1:14). A diferencia
de los hombres, no están limitados por las condiciones naturales o físicas. Tienen la
capacidad de asumir una forma humana a fin de ser vistos por los hombres (Génesis
19:1-3).
1. Son seres creados por Dios: No se dice el momento exacto de su creación pero
son anteriores a los hombres. Por ser criaturas no aceptan adoración (Apocalipsis
19:10; 22:8-9).
3. Son numerosos: Las Sagradas Escrituras nos enseñan que el número es muy ele-
vado, millares de millares, millones de millones (Daniel 7:10; Mateo 26:53; Lucas 2:13;
Hebreos 12:22).
4. Sin sexo: Describe a los ángeles como si fueran varones, pero son seres asexuales
(Lucas 20:34-36).
Puesto que el orden es la primera ley del cielo, la Biblia implica una organización de
estos seres en cuanto a su función.
1. El Ángel del Señor: Es distinguido de cualquier otro ángel pues tiene funciones
particulares. Por sus funciones descritas en el Antiguo Testamento entendemos que
53
es una manifestación de nuestro Señor Jesucristo ya que recibió adoración, perdonó
pecados y el nombre de Dios está en él (Exodo 23:20-23).
3. Querubines: Son ángeles de elevada posición relacionados con los fines redento-
res de Dios respecto al hombre (Génesis 3:24; Éxodo 25:22).
1. Son obedientes: Cumplen su misión sin discutir ni vacilar. Por tal razón se dice
“Sea hecha tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:10; Salmo
103:20; Judas 6; 1 Pedro 3:22)
54
3. Son sabios: La inteligencia de los ángeles excede a la de los hombres pero es
finita. Son llamados sabios pero no pueden discernir la mente del hombre y no co-
nocen todos los misterios de Dios (1 Pedro 1:12)
6. Son santos: Separados por Dios y para Él, son “Santos ángeles” (Apocalipsis 14:10)
55
E. EL HOMBRE
El libro de Génesis parte de la premisa que “En el principio Dios creó los cielos y la
tierra” (Génesis 1:1). Concebimos que la creación no fue producto de un accidente
cósmico o producto de una evolución involuntaria. Sabemos que todas las cosas
fueron creadas en Él, por Él y para Él (Colosenses 1:15-17). Vemos en la naturaleza
misma un orden establecido por Dios y una armonía que él mismo sustenta. Al sa-
ber que Dios, en su sabiduría misericordiosa, ha creado todas las cosas, podemos
entender fácilmente que todo, incluyendo y sobre todo el hombre, fue creado con
un propósito divino. (Génesis 1:1,26; 2:17; 3:1-7; Romanos 5:12-21)
El hombre no fue producto de la casualidad. Dios mismo ideó, diseñó y creó al ser
humano. El Señor lo formó del polvo de la tierra sopló en su nariz aliento de vida y
el hombre fue hecho un alma viviente (Génesis 2:7). Dios hizo al hombre a su propia
imagen (Génesis 1:26, 27). Esto evidentemente hace referencia a la naturaleza espi-
ritual del hombre, y no a su cuerpo. El ser humano, aunque posee forma física, no es
sólo un ser material. El género humano fue formado como un ser espiritual, estaría
incompleto sin alguna de estas partes. Con ello, Dios le ha dotado de “inmortalidad”.
(Eclesiastés 3:11). Esto indica que tuvo un origen pero vivirá eternamente. Cada ser
humano elige en su vida terrenal dónde ha de pasar la eternidad. Dios hizo al hom-
bre a su propia imagen (Génesis 1:26, 27). Esto evidentemente hace referencia a la
naturaleza espiritual del hombre, y no a su cuerpo.
En su sabiduría perfecta, Dios formó una pareja, hombre y mujer, como el diseño
para la familia. Ambos géneros son igual de valiosos ante Dios, poseyendo igual-
mente cada uno la imagen de su Creador. La expresión de “imagen” también es
aplicada a ciertas cualidades del hombre como son el intelecto, la voluntad, las emo-
ciones y los sentimientos.
El hombre fue creado bueno y justo; porque Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza”. Sin embargo, el ser humano por su propia
voluntad cayó en trasgresión, incurriendo así no sólo la muerte física sino también la
espiritual, que es la separación de Dios (Génesis 1:26, 27; 2:17; 3:6; Romanos 5:12-19).
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Literalmente pecado significa “errar en el blanco”. Esto da la idea de alguien que
lanza la flecha a un objetivo, mas no acierta. Pecado en ese orden es fallar en el pro-
pósito divino para el hombre. Por tanto, pecado es todo aquello que va en contra de
la voluntad divina. La Voluntad de Dios no es caprichosa ni egoísta. Dios aborrece el
pecado porque destruye al que lo practica y a sus semejantes y aparta a la creación
de su creador. El pecado tuvo su origen en el mal uso de la libertad que Dios les
concedió a las criaturas dotadas de voluntad. El pecado tuvo su origen en la libre
elección de las criaturas de apartarse de Dios, primero Satanás y otros ángeles, luego
el hombre y la mujer.
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F. LA SALVACIÓN
Nuestra salvación fue conquistada por Cristo. Jesús mismo declaró que el Hijo del
hombre había venido a dar su vida en rescate por muchos (Marcos 10:45). Ello de-
muestra que Jesús hizo lo que fue necesario para nuestra liberación del pecado.
Jesús nos redimió “de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición” (Gálatas
3:13). Como nuestro Sumo Sacerdote “entró una sola vez en el santuario, habiendo
obtenido eterna redención” (Hebreos 9:12, 26).
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OBRA EXPIATORIA EN LA CRUZ
El relato bíblico describe que la pareja humana fue expulsada del huerto. Más que
ser depuesta de un lugar, hubo una ruptura de una relación: la perfecta comunión
con Dios. Desde ese momento la entrada ante la presencia de Dios estaba cerrada.
Esta realidad era tipificada con la solemnidad del lugar Santísimo en el Tabernáculo
ordenado por Dios. Aquel lugar donde moraba la presencia de Dios representada
en el Arca del Pacto, era un lugar inaccesible para los hombres. Únicamente el Sumo
Sacerdote, y bajo las leyes estipuladas, podía entrar por un breve periodo de tiempo
en el día de la expiación.
Con su muerte, Jesucristo rasgó el velo del Templo que alejaba a los hombres de Su
Dios y Creador (Hebreos 10:20). El acceso estaba al alcance de todos, mas no todos
accederían. Dios extiende la invitación de restablecer la Comunión perdida. La ex-
piación vicaria de Cristo es única y suficiente. Sólo él, quien vivió sin pecado pese a
las tentaciones, podía presentarse como una ofrenda por nosotros, cumpliendo así
el significado del día de la expiación hebreo. El contraste entre la liturgia veterotes-
tamentaria y la obra hecha por nuestro Salvador radica en que con un solo sacrificio,
Cristo nos ha hecho perfectos por la fe a aquellos que creemos y le recibimos (He-
breos 10.14). No todos serán salvos. Esta elección está en la voluntad del hombre,
como lo estuvo el desobedecer. No es que Dios decida quien se va para el infierno,
simplemente, Dios no obliga a nadie a ir al cielo. Pero quiere que todos los hombres
sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2:4).
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2. Reconciliación entre Dios y los hombres: Al quedar saldada la deuda, podemos
ser restablecidos en plena comunión con Dios (2 Corintios 5:18; Colosenses 1:21)
Incluso reconcilió a los hombres con sus semejantes (Efesios 2:16).
3. Justificación ante él: Es decir, por la obra de Cristo somos declarados justos ante el
Padre Celestial (Hechos 13:39; Romanos 3:24; 1 Corintios 6:11; Tito 3:7).
4. Regeneración: Por medio de Cristo y del Espíritu Santo cada día somos renovados
para ser conforme al Señor (Mateo 19:28; Tito 3:5).
5. Adopción: Por la misericordia de Dios y la obra de Cristo, ahora podemos ser lla-
mados hijos de Dios, herederos de las promesas divinas (Juan 1:12; Romanos 8.15;
Gálatas 4:5; Romanos 8:17).
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G. LA SANTIFICACIÓN
PROCESO EN LA SANTIFICACIÓN
Cuando nos convertimos nacemos de nuevo y somos librados de la tiranía del peca-
do. Sin embargo, debemos reconocer que aún quedarán muchas cosas por cambiar
en nuestra vida. Por la Gracia de Dios somos llamados santos, pero aún necesitamos
ser perfeccionados. La palabra “santo” significa literalmente apartado, escogido, se-
parado. Esta expresión nos conduce a dos aspectos: Separados de y separados para.
Los creyentes han sido separados del pecado y separados para Dios y su servicio. A
fin de cumplir estas expectativas Dios nos enseña en la Biblia que la santificación es
de posición e instantánea y es práctica y progresiva.
No todos han de experimentar esta sensación, pero todo aquel que se arrepiente y
recibe al Señor recibe estos beneficios.
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Este ascenso no es por medio de escalones (por etapas o ciclos) más bien es como
ascender por una colina.
MEDIOS DE SANTIFICACIÓN
El Espíritu Santo como santificador nos guiará en este proceso (2 Corintios 3:18).
Tendrá que haber una labor mancomunada del Espíritu y nuestra disposición a la
santificación. La Biblia tiene frecuentes expresiones sobre la necesidad de vivir una
vida de santidad, de abstenernos, de apartarnos, de hacer morir. Nuestra disposi-
ción al cambio y a la obra divina juega un papel fundamental, aunque por nosotros
mismos es imposible la santificación. En últimas, todo lo que hagamos para nuestra
santificación es una respuesta al llamado de Dios, a su amorosa invitación a vivir una
vida de Santidad junto a Él. No debemos negarnos a la Guía Divina al ser redargüidos
por el Espíritu para no contristarle. Será el Espíritu Santo quien nos guíe a entender la
Palabra divina, el tercer agente en la santificación, para que nuestro cambio sea real
y efectivo (Juan. 15:3; 17:17).
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H. EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO
El bautismo de los creyentes en el Espíritu Santo se evidencia con la señal física ini-
cial de hablar en otras lenguas como el Espíritu los dirija (Hechos 2:4). El hablar en
lenguas en este caso es esencialmente lo mismo que el don de lenguas (1 Corintios
12:4–10, 28), pero es diferente en propósito y uso.
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I. LA SANIDAD DIVINA
CAUSAS DE LA ENFERMEDAD
2. Por causa del pecado: Una de las consecuencias del pecado es la muerte.
Esta se da generalmente por las enfermedades. Muchos de los pecados que
el hombre comete atacan directamente su cuerpo, lo que le ocasiona enfer-
medades.
3. Por causa del descuido: La Biblia nos recuerda que somos Templo del Espí-
ritu Santo. Si bien ahora entendemos este principio, muchas veces no cuida-
mos adecuadamente nuestro cuerpo, lo que le hace propenso a enfermeda-
des, accidentes y dolencias. De alguna manera el descuido es una forma de
pecado, mas no es algo intencional.
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5. Para fortalecer nuestro espíritu: La Biblia describe el caso de Job, al cual
Dios permitió una serie de calamidades y enfermedad que produjo realmente
una mayor bendición y enseñanza espiritual. El ciego de nacimiento recibió
respuesta a su enfermedad “Para que la Gloria de Dios se manifieste en el”.
Incluso el apóstol Pablo habla de un “aguijón en la carne” (posiblemente una
enfermedad) que Dios permitió para que Pablo no se vanagloriara por todas
las revelaciones recibidas.
Nuestro buen Dios ha provisto la sanidad por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Incluso desde el Antiguo Testamento la posibilidad de sanidad estaba al alcance de
los hombres en cuanto a la protección. Dios dijo: “Si escuchas atentamente la voz de
Jehová, tu Dios, y haces lo recto delante de sus ojos, das oído a sus mandamientos y
guardas todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié sobre los egip-
cios traeré sobre ti, porque yo soy Jehová, tu sanador” (Éxodo 15:26; Deuteronomio
28:15-68).
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La sanidad divina es parte integral del evangelio. Lucas 4:18-19 declara: “el Espíritu
del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los po-
bres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los
cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos y a predicar el año
agradable del Señor” Hay muchos textos más que lo confirman (Salmo 103:3; Mateo
8:16-17; 10:7- 8; Marcos 16: 15, 18; Lucas 10:9) Dios permite que por medio de sus
hijos se operen sanidades y milagros en el Nombre de Jesús (Marcos 16:17-18; Juan
14:12-14; Hechos 5:12-16; Santiago 5:14-15).
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J. LAS ORDENANZAS DE LA IGLESIA
Las Escrituras establecen la ordenanza del bautismo en agua por inmersión. Todos
los que se arrepienten y creen en Cristo como Salvador y Señor deben ser bautizados
(Mateo 28:19; Marcos 16:16; Hechos 10:47, 48). Existe un profundo simbolismo en el
bautismo (Romanos 6:4). El bautismo es la identificación del creyente con Cristo y
una confesión pública de Su obra. El creyente declara ante el mundo que ha muerto
con Cristo. Una muerte no física, sino muerte a sus pecados y a una vida en desobe-
diencia y alejada de Dios. Somos, en sentido simbólico y espiritual, sepultados con
Cristo para resucitar por la fe. Estamos confesando el nuevo nacimiento y la nueva
vida que tenemos en Cristo. En el bautismo hacemos una renuncia pública a nuestra
vida lejos de Dios y nos comprometemos en fidelidad al Señor. Esta declaración es
muy seria por lo que tiene que hacerse con madurez y conciencia. Por tal razón no
avalamos el bautizo de recién nacidos, entendiendo que ellos no tienen la madurez
suficiente para tomar esta decisión. Entendemos la necesidad de la salvación para
los niños y no la negamos, mas sabemos que el bautismo no es para salvación, sino
para compromiso. De esta manera declaran ante el mundo que han muerto con
Cristo y que han sido resucitados con Él para andar en nueva vida
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El bautismo en agua no tiene ninguna implicación en cuanto a la salvación o el per-
dón de pecados. El bautismo es una confesión pública de que nuestros pecados han
sido perdonados y que nuestras conciencias pueden estar limpias ante Dios (1 Pedro 3:21).
Aunque en casos particulares el bautismo se realice por aspersión, vemos como bí-
blico por su connotación el sumergir la persona en el agua (atendiendo a otro matiz
del significado etimológico, como es: teñir) sin que esto represente que el bautis-
mo por inmersión tenga preponderancia en su significado respecto al de aspersión.
Practicamos como principio bíblico el bautizar la persona en el Nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo.
La Cena del Señor ocupa en los cristianos el lugar que ocupa en los judíos la pascua
(1 Corintios. 5:7). No tenemos una periodicidad específica en cuanto a su práctica,
aunque regularmente se hace una vez al mes. Esta es una ceremonia conmemorati-
va de la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo quien dijo “Hace esto en
memoria de mi” (Lucas 22:19). Nos recuerda su vida en la tierra y su obra en la cruz
muriendo en nuestro lugar y para nuestra salvación.
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La cena del Señor es un recordatorio de la obra expiatoria de nuestro Señor y la
esperanza bienaventurada de su regreso por nosotros. En ningún momento con-
sideramos bíblico que el pan y el vino se transformen literalmente en el cuerpo de
Cristo (transubstanciación). Tampoco avalamos el que la substancia del pan y el vino
se mezclen con la del Señor (consubstanciación). Creemos que el pan y el vino son
elementos simbólicos de la obra de Cristo que se manifiesta no sólo en el momento
de la cena, sino en el diario vivir del verdadero creyente.
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K. LA IGLESIA
La palabra Iglesia proviene del término griego ekklessia que traduce “congregación
llamada”. Está constituida por todos aquellos que creen en el Señor en todo lugar, en
todo tiempo de la historia. Este término tiene tres connotaciones. Se llama habitual-
mente “Iglesia” al lugar donde la iglesia habitualmente se reúne. Este es un espacio
dedicado para la exaltación al Señor y la proclamación de Su Palabra. Aunque no
es la definición bíblica, no es delito el así llamarla. Se define “Iglesia Local” como el
grupo de creyentes que se reúnen frecuentemente en un mismo sitio. También son
llamadas congregaciones y están lideradas por un pastor o grupo de pastores. Sin
embargo, el término más acertado es el de “Iglesia Universal” que es el conjunto de
creyentes en todo tiempo y todo lugar que han aceptado al Señor como soberano
en sus vidas, se han arrepentido y viven una vida de santidad aguardando la prome-
sa de la Vida Eterna. (Mateo 28:19-20; Marcos 3:13,14; 16:15-20; Romanos 1:1; Efesios
1:22,23; 4:11,12; Hebreos 5:4; 12:23)
La Iglesia es el cuerpo de Cristo, la morada de Dios por el Espíritu Santo, con el en-
cargo divino de llevar a cabo su gran comisión. Todo creyente, nacido del Espíritu
Santo, es parte integral de la asamblea general e iglesia de los primogénitos, que
están inscritos en los cielos (Efesios 1:22, 23; 2:22; Hebreos 12:23).
Siendo que el propósito de Dios en relación con el hombre es buscar y salvar lo que
se había perdido, ser adorado por el ser humano y edificar un cuerpo de creyentes a
la imagen de su Hijo, la principal razón de ser de las Asambleas de Dios como parte
de la Iglesia es:
1. Ser una agencia de Dios para la evangelización del mundo (Hechos 1:8;
Mateo 28:19, 20; Marcos 16:15, 16).
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Las Asambleas de Dios existe expresamente para dar continuo énfasis a esta razón
de ser según el modelo apostólico del Nuevo Testamento enseñando a los creyen-
tes y alentándolos a que sean bautizados en el Espíritu Santo. Esta experiencia:
1. Los capacita para evangelizar en el poder del Espíritu con señales y mila-
gros (Marcos 16:15–20; Hechos 4:29–31; Hebreos 2:3, 4).
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La iglesia tiene tres funciones:
En el servicio al Señor todos los creyentes tienen su parte. Tanto los laicos como los
llamados para un servicio frecuente, bíblicamente se enseña el sacerdocio de todos
los creyentes. La diferenciación no está en aspectos cualitativos sino de función.
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L. LA BENDITA ESPERANZA
La resurrección de los que han muerto en Cristo y su arrebatamiento junto con los
que estén vivos cuando sea la venida del Señor es la esperanza inminente y bien-
aventurada de la Iglesia (1 Tesalonicenses
4:16, 17; Romanos 8:23; Tito 2:13; 1 Corintios 15:51, 52). Por causa del pecado entró la
muerte a los hombres. Esta realidad no atemoriza al verdadero creyente pues Jesús
es la resurrección y la vida (Juan 11:25). Dios nos alienta al entender que Él ha venci-
do la muerte y nos hará victoriosos frente a este enemigo.
La Biblia relata, que los sucesos que siguen al rapto serán de regocijo en el Reino
Celestial al estar ante el tribunal de Cristo (Romanos 14:10; 1 Corintios 5:10), y cele-
brando la Cena de las Bodas del Cordero (Apocalipsis 17:7-9). Los juicios de Dios se
consumarán sobre la tierra sobre el sistema político, religioso, moral y social apar-
tado de Dios en lo que se conoce como la época de Gran Tribulación (Apocalipsis
15:4; 16:7; 19:2; Mateo 24:21; Apocalipsis 7:14). Si bien este tiempo es de juicio, el
deseo de Dios es el arrepentimiento de los hombres para ser librados del castigo
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eterno. La obstinación del corazón humano entregado al pecado es tal, pese a la
manifestación del poder y la ira divina, la constante ha de ser dureza, soberbia y falta
de arrepentimiento (Apocalipsis 9:21; 16:9; 16:11).
Jesucristo declaró que retornaría a la tierra. La Biblia afirma que será estableci-
do como Rey y Soberano sobre la tierra (Zacarías 14:4; Mateo 24:27,30; Romanos
11:26,27; Apocalipsis 20). No vendrá solo, sino que, vendrá con sus santos para go-
bernar la tierra en un reino que la Biblia lo estipula por mil años. La autoridad divina
se manifiesta en que, el primer decreto emitido será el encarcelamiento del diablo
en el abismo por este periodo de tiempo. Este reino milenario traerá la salvación
de Israel como nación (Ezequiel 37:21, 22; Sofonías 3:19,20; Romanos 11:26,27) y el
establecimiento de una paz universal (Isaías 11:6–9; Salmo 72:3–8; Miqueas 4:3, 4). La
Iglesia no será engañada, pero tristemente habrán quienes rechazarán el reino justo
y perfecto de Dios para volverse a la esclavitud del enemigo, por lo que recibirán
juicio.
Habrá un juicio final. En aquel día los pecadores muertos serán resucitados y todos
serán juzgados según sus obras. Todo aquel cuyo nombre no se halle en el Libro de
la Vida, será confinado a sufrir castigo eterno en el lago que arde con fuego y azufre,
que es la muerte segunda, junto con el diablo y sus ángeles (o demonios). La bestia
y el falso profeta también serán arrojados (Mateo 25:46; Marcos 9:43–48; Apocalipsis
19:20; 20:11–15; 21:8). Esto es lo que la Biblia describe como la condenación eterna.
Debemos vivir una vida en santidad para no ser condenados y debemos testificar a
los que no creen para que se arrepientan y se vuelvan a Dios.
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Creemos en los Cielos Nuevos y la Tierra Nueva.
La Biblia declara una restauración de los estragos del pecado. La expresión hebrea
de “cielos nuevos y tierra nueva” trae una connotación de totalidad. Es decir, todo lo
que fue destruído por el hombre y el pecado será restaurado por Dios. La Biblia de-
clara. “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva,
en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:13; Apocalipsis 21:22).
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