ARGUMENTIC. (ESTRA) - ARGUMENTACION Y PETICION DE PRINCIPIO. Adolfo Leon Gomez PDF
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ARGUMENTACION y PETICION
DE PRINCIPIO
"El estudio de los sofismas retóricos que estuvo en boga durante la Edad
Media e incluso en los primeros tiempos de la Edad Moderna, cayó en desuso
con el advenimiento de la nueva lógica. Empero, hoy día los lógicos están
tomando nuevamente interés en ellos, pues los refinados métodos de análisis
de que disponen permiten estudiar los sofismas retóricos de manera mucho
más profunda y mostrar que en ellos hay mucho de interesante y valioso. El
lógico belga Perelman ha iniciado una interesante vía de exploración en
este campo".
Francisco Miró Quesada.
- 117-
"Las técnicas discursivas que permiten obtener o aumentar la
adhesión de un auditorio a las tesis que proponemos para su asen-
timiento" 1.
ARGUMENTOS Y FALACIAS
- 118-
Copi nos da criterios de invalidez mediante normas de validez lógica,
pero no los da de inaceptabilidad mediante normas de aceptabilidad; se
limita a decirnos que
el término falacias informales se reserva para argumentos que
aunque incorrectos, pueden ser psicológicamente persuB'sivos.
Si corrección e incorrección son sinónimos de validez e invalidez,
tenemos derecho a preguntar: ¿para qué distinguir entre falacias formales
e informales?
5 Al respecto dice Russell. Signification et vérité. Flammarion, 1969, p. 38: "Hay una
diferencia entre la eficacia de una mentira y la de una verdad: la mentira no produce el
efecto buscado sino tanto tiempo como se espera la verdad. De hecho, nadie podría aprender
a hablar si 10 verdadero no fuera la regla: si su niño ve un perro y usted dice: "gato",
"caballo" o "cocodrilo", al azar, usted no estaría en medida de engañarlo diciendo "perro" t
cuando no es un perro. La mentira es una actividad que presupone la veracidad como regla
usual".
En la misma dirección, pero desde una perspectiva diferente, J. Searle. Expression' and
meanin~. Cambridge University Press, 1979, p. 67, crítica a Wittgenstein, Philosophical
Investi4ations, par 249: "Pienso que Wittgenstein está errado cuando dice que mentir es
un juego de lenguaje que debe ser aprendido como cualquiera otro. Pienso que está errado
porque mentir consiste en violar una de las reglas regulativas de la realización de actos
lingüísticos. Si la regla define lo que es una violación, no es necesario aprender por separado
cómo seguirla y cómo violarla".
Sin embargo, en otros pasajes de las Investigaciones Filosóficas -aforismos 345 y
346- hace observaciones muy similares a las que hace Searle para criticarlo:
"Las órdenes a veces no se cumplen: ¿Pero, qué sucedería si las órdenes no se cum-
plieran nunca? El concepto de orden perdería su razón de ser". La excepción presupone
la regla.
6 Para Perelman la regla de justicia es la regla fundamental de la razón práctica.
Le Champ de l' Argumentation. Presses Universitaires de Bruxelles, 1970, p. 293-4.
- 119-
Un teórico de las falacias -más moderado que Copi- ha dado en
el clavo.
Para S. Toulmin.
- 120-
Schopenhauer, por su parte, opone la refutación ad hominem a l~
refutación ad rem:
121 -
En relación con el argumento ad homine'm' strictu sensu se encuentra
el argumento ad persona m -Copi 10 llama ad hominem abusiv'Q- que
es un ataque contra la persona del adversario y tiende a descalificarlo. Este
procedimiento, a veces es reprochable, pero no nos podemos dispensar
totalmente de él porque muchas veces resulta como efecto -deseado o
no-- de una refutación ad hom:inem strictu sensu: aquél cuya tesis ha
sido refutada por una argumentación, disminuye su prestigio. Es el efecto
de toda refutación, cualquiera sea la técnica utilizada, en virtud de la
interacción que se produce entre el acto -lingüístico o extralingüístico-
y la persona que 10 realiza.
- 122
tratar de la misma manera situaciones que pertenecen a la misma catego-
ría esencial. El dicho popular es muy sabio: ¡el que tiene rabo de paja
no se arrime a la candela!
4. Puesto que todo argumento es ad hominem, la falla más grave
en que puede incurrir un orador es la petición de principio -petitio
principii-.
Por supuesto que la tortura, como actividad no discursiva y vi·olenta, no es una petición
de principio; pero su práctica, entendida y verbalizada como la presenta Becaría, sí lo es.
- 123-
La acusación de S. Mil1 17, de que todo silogismo correcto de la forma:
Todos los hombres son mortales
Sócrates es hombre
luego, Sócrates es mortal,
es una petición de principio porque la propOS1Clon "Sócrates es mortal"
está ya contenida en la suposición más general "todos los hombres son
mortales", es inaceptable porque confunde razonamiento lógico con argu-
mento y, en lógica, la acusación de petición de principio carece de sentido.
De hecho, en esta perspectiva mil1iana, toda derivación formalmente
correcta será una petición de principio, y el principio de identidad -que
afirma que "toda proposición se implica a sí misma"- será la petición de
principio puesta en forma 18.
La diferencia entre lógica formal y argumentación - y sus relaciones
con la petición de principio- pueden ilustrarse con este pasaje de Popper
en el cual acusa a la teoría de la evolución de ser tautológica o cuasitauto-
lógica:
- 124-
es verdadera -puesto que es la misma proposición-, la conclu-
sión será verdadera. Pero la premisa es lógicamente irrelevante
para probar la conclusión; si la proposición es aceptable sin arg'u-
m:entos, ningún argumento que la requiera como premisa podrá
conducirnos ,a aceptarla como conclusión 20. En tal argumento, la
conclusión afirma sólo 10 que está afirmado en las premisas y,
por consiguiente, el argumento, aunque perfectamente válido, es
incapaz de establecer la verdad de la conclusión 21.
Copi se da cuenta de que la petición de principio no es un error de
lógica, pero no se da cuenta de que es una falla de argumentación. Su error
viene de no conocer las condiciones de ésta: la adaptación al auditorio.
Si la petición de principio es la falla más seria de que adolece una
argumentación ¿será fatal una petición de principio?
Toulmin ve las cosas con poco dramatismo:
La petición de principio por sí misma jamás es faltal para un
argumento. Aunque nada sustantivo se ha agregado a la tesis
original, tampoco se ha hecho nada por desacreditarla. Si el que
afirma tiene una posición que puede ser defendida -si hay ar-
gumentos disponibles para defender la tesis- debe comenzar de
nuevo y acercarse al tema en otra dirección 22.
Sin embargo, Toulmin debe responder al dilema implícito en la
explicación de Copi:
0, la tesis es aceptable sin argumentos, y, en este caso, ¿para qué
argumentar? -Contra et pro factum non valet argumen'tatum-;
o, si la tesis es defendible con argumentos relevantes ¿para qué
comenzar arguyendo argumentos irrelevantes que no sólo desca-
lifican la tesis, sino también al orador?
La argumentación es temporal y una falla de esta naturaleza -cuando
se dispone de argumentos sólidos en la retaguardia- puede se'r fatal,
corre el peligro de ser extemporánea, intempestiva.
Hay otra petición de principio más sutil que la anterior. Está tema-
tizada por Aristóteles 23, en la Lógica de Port Royal 24, e, implícitamente,
en Perelman-Olbrechsts 25.
Según la lógica de Port Royal.
125 -
"En todo razonamiento, 10 que sirve de prueba debe ser más
claro y más conocido que 10 que se quiere probar".
A veces, 10 que sirve de prueba, semánticamente, es 10 mismo que
lo que se quiere probar. A veces, es diferente. Al respecto, agrega Port
Royal:
- 126-
Esta versión tiene la desventaja de confundir, como lo hacía MilI,
argumentos con razonamientos formales, pero permite formular un análogo
en términos argumentativos, así:
La tesis p (conclusión) no puede ser más fuerte que el fundamento
(premisa) q. Esta condición es análoga a la regla dellatius h:08 de
que hablaban los lógicos tradicionales... Aparentemente esta
condición hace parte de las condiciones de contenido proposicional,
pero no es así porque el término "más fuerte que" se refiere al
grado de adhesión o aceptación que da el auditorio a p y a q, y a
la creencia que tiene el orador del grado de adhesión hacia p y q
que tiene el auditorio.
La idea me viene de Toulmin cuando nos dice que
La conclusión de un argumento, en ningún caso, puede ser más
fuerte que la(s) premisa(s) 26.
Pero una cosa es aceptar la regla del latius has y otra aceptar que
Todo argumento debe, por supuesto, comenzar con premisas a las
cuales ambas partes asienten,
como pretenden Creighton y Smart 27.
La discusión planteada anteriormente sobre la diferencia entre ar-
gumento ad hominem strictu sens·u y ad humanitatem puede aclarar mi
negativa a tal tesis.
4 . 1. Hay otros dos fenómenos argumentativos relacionados con la
petición de principio: el círculo vicioso y el argumento refutativo de
la regresión al in.finito.
4 . 1 . 1. El círculo VICIOSO o dialelo, que podríamos llamar también
doble petición de principio 28, o petición indirecta de principio, es un vicio
argumentativo que consiste en demostrar que una proposición q es con-
secuencia de p y luego concluir -para acabar la demostración- que p es
una consecuencia de q 29.
En términos más generales un círculo vicioso corresponde al siguiente
esquema:
p es aceptable porque q es aceptable, q es aceptable porque m es
aceptable, m es aceptable porque p es aceptable 30. La longitud de la ca-
- 127-
dena puede variar y sus casos límites se dan cuando hay dos eslabones p y q,
como en el ejemplo que acabamos de citar de Blanché, y cuando h,ay
un solo eslabón, que corresponde al primer caso de petición de principio
propiamente dicho. p es aceptable porque p es aceptable. Un círculo vi-
cioso será un argumento en que hay un número de pasos intermedios
entre la conclusión p y la razón p.
Tomemos dos ejemplos de Carney y Scheer.
Todas las afirmaciones del Corán son verdaderas porque son la
palabra de Dios. Sabemos que el Corán es la palabra de Dios
porque Mahoma 10 dijo. Podemos confiar en Mahoma porque él
es el profeta de Dios. Y sabemos que él es el profeta de Dios
porque el Corán 10 dice, y todo lo que dice el Corán es verdadero.
El segundo, mucho más interesante, se refiere a la ley del efecto en
la teoría del aprendizaje que a veces ha sido formulada como un círculo
vicioso:
- 128-
en axiomas y teoremas es un poco arbitraria, de tal manera que
se puede deducir, ad libitum, q de p o p de q. No hay nada ilógico
siempre y cuando los razonamientos se presenten como simples
derivaciones formales y que no se pretenda haber demostrado ca-
tegóricamente la verdad de p y de q 31.
4 . 1 . 2 . La regresión al infinito -re'gressio ad infinitum--, es un ar~
gumento refutatorio, que deriva su fuerza de la petición de principio porque
ella consiste en acusar al adversario de que para justificar su tesis o
definir sus términos, debe emplear princip,ios que, si bien no son idén'ticos,
son de la misma naturaleza que la tesis o términos propuestos y así
indefinidamente, 10 que hace que nunca se justifique la tesis o se definan
los términos.
Veamos dos ejemplos de los dos casos de regresión al infinito:
Popper, partiendo de Hume 32, considera que todo intento por basar
el principio de la inducción -la naturaleza se comporta siempre de ma-
nera uniforme-, en la experiencia, conduce a una regresión infinita.
porque el principio de la inducción debe ser una proposición
universal. Entonces, si tratamos de mirar su verdad como conocida
por la experiencia, aparecerán los problemas que motivaron su
introducción. P-ara justificarlo, debemos emplear inferencias in-
ductivas; y para justificar éstas, aceptar un principio inductivo de
orden superior, y así sucesivamente. Esto significa que todo intento
por fundar el p'rincipio de la inducción en la exp'eriencia. .. debe
conducir a una regresión infinita.
Lo que puede ilustrarse con el siguiente diagrama, don.de Pi, es p,rin-
cipio de inducción, Ex experiencia, la flecha, el pasaje de la experiencia al
principio, el índice numérico indica el grado del principio introducido.
31 El círculo vicioso corresponderá a estos dos esquemas formales que son verdades
lógicas:
(1) (pc---. q) {--+ (q f--t'p)
Ensayo sobre el entendimiento humano, parte 1, secciones V y VIII. Popper. The Jogic oi
scientific discovery. Hutchison of London, 1972, pp. 29, 254, 264, 369. Conjectures and
refutations, Routledge and Kegan Paul, 1972, pp. 21, 42, 289, Objective Knowledge. Oxford
Clarendon Press, 1972, pp. 86, 91.
- 129-
IDEAS Y VALORES -- 9
Se dice que dos personas tienen las mismas ideas, cuando tienen
ideas similares; y las ideas son similares cuando contienen una
parte idéntica. Si una idea puede tener una parte que no es idea,
tal definición no es lógicamente objetable. Pero si una parte de
una idea es una idea, entonces en el segundo lugar en que ocurra
una identidad de ideas, debe sustituirse la definición, y así su-
cesivamente.
Lo que puede verse en la siguiente formalización donde:
i == df misma ( idéntica) idea.
s =- df idea similar.
A, B, == dí conjuntos de partes de ideas.
A', B', == dí subconjuntos propios de A y B (subconjuntos
de partes de ideas).
A", B", ... == df subconjuntos propios de A' y B'
EA == dí existe un A tal que
EB == df existe un B tal que
/\ == df conjunción.
e == dí inclusión.
== dí, igual por definición:
Así tendremos-:
(1) A i B == df A s B
y (2) A s B == df EA' EB' (A' CA 1\ B' CB 1\ A' B')
Ahora bien, reemplazando
A i B de (1) por A' i B' de (2), tendremos:
( 1') A' i B' == dí A' s B'
y
(2') A' s B' == df EA" EB" (A" e A' 1\ B" CB' 1\ A" B")
Y así sucesivamente ...
4. 1 . 2 . 1. Dos clases de regresión al infinito. Russell, quien parece
ser el primero en interesarse en el valor refutatorio de la regresión infinita,
distingue dos clases de ella: una regresión inaceptable y una regresión
inocua.
La primera se da:
cuando dos o más propOSICIones se unen para constituir el
significado de alguna proposición: de estos constituyentes, hay
uno al menos cuyo significado es igualmente comp-uesto, y así
- 130-
ad in/initum. Esta forma de regresión resulta de las definiciones
circulares· . .. En cada estadio el término que debe ser definido
reaparece y no resultará ninguna definición,
Esto se debe a que
Una significación no puede contener al infinito otras definiciones,
so pena de volverse completamente indeterminada 34.
Es, precisamente, lo que sucede en el ejemplo de regresión tomado
del mismo Russell.
La regresión inocua se da cuando la significación no está en cuestión,
por ejemplo:
Si A es una proposición cuyo significado es perfectamente definido
y A implica B, B implica a e, y así sucesivamente, tenemos un
regreso infinito, que no es objetable. Esto depende del hecho de
que la implicación es una relación sintética, y que, aunque, si A
es un agregado proposiciones, A implica a toda proposición que es
parte de A, no se sigue que toda proposición implicada por A
es parte de A. Así no hay que completar la regresión infinita, como
en el caso anterior, para que A adquiera significación 35.
Las observaciones de Russell son inobjetable's siempre y cuando cada
vez que él habla de significación entendamos significación y justificación,
como 10 propusimos en nuestra definición inicial. En efecto, no todas las
regresiones tienen que ver con la significación; hay muchas, como la ilus-
tración que dimos de Popper, que tienen que ver más con la justificación
que con la significación. Aristóteles, más visionario, estaba en lo justo
cuando nos d,ecía que no puede demostrarse (justificarse) ni definirse
todo, so pena de incurrir en regresión viciosa· al infinito 36.
En otros términos si cada vez que intentamos justificar una pro-
posición o determinar su significado nos vemos embarcados en una re-
gresión infinita, es porque la proposición no se justifica o no tiene significado
determinado.
4 . 1 . 2 . 2. Generalización de las consideraciones sobre la regresión
al infinito.
Para explicar 10 anterior nos valdremos del análisis formal hecho por
Langford en el capítulo XII de la. obra Symbolic Logic de Lewis-Langfor 37.
- 131-
Para explicar la regreslon VlClos·a al infinito, Langford parte del
análisis de una paradoja semántica:
Consideremos que p es el nombre de una proposición cuyo contenido
es "p es falsa", que podemos escribir:
p: p es falsa.
Esta expresión es paradójica porque: si es verdadera, entonces es
verdadero 10 que significa, es decir, que es falsa; si es falsa, entonces es
falso 10 que significa, por consiguiente p es verdadera. En resumen, si la
expresión es verdadera, tiene que ser falsa, y si es falsa, tiene que ser
verdadera.
Tomemos ahora una pareja de proposiciones tales que cada una
remita a la otra:
p1: p2 es falsa.
p2: p1 es falsa.
Si le hacemos a esta pareja de proposiciones el mismo análisis
anterior, tendremos:
si p es verdadera, es verdadero 10 que significa, luego p2 es falsa.
Pero si p2 es falsa, 10 que significa es falso, es decir, pl es verdadera.
Por otra parte, si p1 es falsa, es falso 10 que significa, luego p2 es
verdadera, por consiguiente p1 es falsa.
En este caso no hay una paradoja lógica, pero la pareja sí tiene
algo anormal: encierra una reMresión viciosa- al infinito, como la llama
Langford. Miremos las expresiones de cerca:
El significado de pI es p2 es falsa. Pues bien, todo intento por
determinar el significado de pl conduce a una regresión infinita así:
si p2 es falsa, reemplazando p2 por su significado, obtenemos:
(pl es falsa) es falsa,
y reemplazando p1 por su significado, obtenemos:
«p2 es falsa) es falsa) es falsa, y así sucesivamente. Nunca podre-
mos determinar el significado de p1. Igual sucederá si tratamos de
determinar el significado de p2.
El esquema formal y su nombre -regresión viciosa al infinito-
muestra el parentesco entre el círculo vicioso y la regresión infinita.
- 132-
Si queremos determinar el significado o la justificación de p1, por
ejemplo:
(1) p2 es falsa.
(2) (p1' es falsa) es falsa.
(1') «p2' es falsa) es falsa) es falsa.
(2') « (pl" es falsa) es falsa) es falsa) es falsa.
(1") .......................................... ... ,
donde los índices indican las semejanzas y diferencias entre círculo vicioso
y regresión infinita. Es 10 mismo que queríamos resaltar cuando definimos
la regresión al infinito como
un argumento refutatorio que consiste en acusar al adversario de
justificar sus tesis o definir términos, con tesis o términos que si
bien no son idénticos, son de la mism'a naturaleza que la tesis o
términos propuestos, y así indefinidamente ...
El parentesco y la diferencia fueron vistos por los escépticos, cuando
objetaron que la búsqueda de un criterio general de verdad conduce o a
un círculo vicioso o a un regreso al infinito.
El célebre pasaje de Sexto Empírico 38 es así:
Además, para decidir la disputa sobre el criterio de verdad,
debemos poseer un criterio aceptado mediante el cual podamos
juzgar la disputa, y para poseer un criterio aceptado, debem.os
haber decidido la' disputa sobre el criterio. Y cuando el argumento
se reduce de esa manera a una forma de razonamiento circular, el
descubrimiento del criterio se vuelve impracticable ... , mientras
que si ellos [los estoicos] ofrecen un criterio para juzgar el criterio,
los forzamos a un regreso ad infinitum.
N. Rescher traduce el pasaje de Sexto, de acuerdo con patrones de
detalle y precisión [sic], partiendo de los cuatro presupuestos siguientes:
(1) Para garantizar racionalmente que la tesis p es verdadera,
la verdad de p se debe establecer con referencia a un cri-
terio de verdad.
(11) Un criterio de verda'd debe tener la forma: siempre que la
tesis p satisface el requerimiento R, entonces p es verda-
dera:
(e) (v p) [R(p) --. T(P)]
(111) Establece'r la verdad de la tesis p con referencia a un criterio
es dar un argumento deductivo razonable de la forma:
3S Citado por N. Rescher The Coherence Theory 01 truth. Oxford, 1973, pp. 12-13•
.,- 133 -
C
R(p)
(p)
(IV) Un argumento deductivo razonable es uno que formalmente
es válido y tiene premisas verdaderas. En consecuencia, un
argumento deductivo no puede ser calificado como razonable
si la verdad de sus premisas no ha sido establecida.
El crítico escéptico procede como sigue: Consideremos que
garantizamos el asentimiento racional a la proposición p
como verdadero. En ese caso, a partir de (1) - (111), debe
existir un argumento razonable de la forma:
e
R(p)
(p)
pero por el presupuesto (IV), tal argumento sólo se puede ca-
lificar de razonable si la verdad de sus premisas - y especial-
mente de la primera, C- ha sido establecida; en consecuencia es
un requisito inicial establecer la verdad de T (C). ¿Cómo proceder
en este caso?
Caso (i): e es autoaplicable
Entonces T(C) se debe establecer mediante un argumento de
la forma:
C
R(C)
T(C)
Pero antes de que un argumento de esta forma sea razonable para
establecer T(C), debemos haber establecido ya a T(C) para va-
lidar nuestro uso de la primera premisa. Entramos en un .círculo
vicioso.
Caso (ii): e no es autoaplicable
Entonces T(C) se establece con relación a otro criterio Cl, según
el cual
el
Rl(C)
T(C)
Y, ahora, ¿de dónde viene el? Si es autoaplicable, volvemos al
caso (i), si no es autoaplicable debemos recurrir a otro criterio
- 134-
C2
R2(Cl)
T(Cl)
Y, ahora, ¿de dónde viene C2? Con esta pregunta continuamos
nuestro regreso al infinito . .. 39.
4 . O. 1. He presentado las últimas secciones de este parágrafo sobre
la petición de principio utilizando esquemas cuasilógicos, pero mi objetivo
era poner de relieve las semejanzas y diferencias entre los diversos fe-
nómenos argumentativos analizados. Sin embargo, la argumentación real
se desarrolla en el lenguaje ordinario con sus posibles ambigüedades e
interpretaciones. A menudo es muy difícil decir si dos afirmaciones o dos
comportamientos derivan su justificación exclusivamente el uno del otro 40,
o saber si la premisa discutida no tiene otro fundamento que la con-
clusión que se ha querido derivar de ella y que esta premisa constituye
un eslabón indispensable en el razonamiento. Es muy raro que esta de-
pendencia sea suficientemente segura para que la acusación de petición
de principio se admita sin réplica 41.
135 -
de la conclusión y que su relación argumentativa con la conclusión
es diferente de la que se había supuesto 42.
136 -
Dadas las dificultades de discernir la petición de princIpIo, sugiere
Perelman que quien acusa al interlocutor de petición de principio,
tendrá todo interés en poner el razonamiento en forma.
He aquí una petición de principio señalada por O. Navarre, en un
pasaje del discurso de Antifón sobre el asesinato de Herodes.
Sabedlo bien que yo merezco vuestra piedad mucho más que el
castigo. En efecto, el castigo es para los culpables, la piedad para
aquellos que son objeto de una acusación injusta.
El orden de la mayor y de la conclusión se ha invertido. La menor
subentendida "yo soy objeto de una acusación injusta" no la puede
admitir el auditorio, porque si hubiera sido acordada, el proceso estaría
juzgado. Es la razón por la cual Antifón, en vez de presentar el derecho
que pretende tener a la piedad como la conclusión de un silogismo, pre-
senta su afirmación antes que la mayor, para darle una especie de verdad
independiente. Observemos que los autores antiguos gustaban presentar
en sus discursos las cuestiones como juzgadas a su favor y se las inge-
niaban, mediante artificios de forma, para despistar a aquellos que qui-
sieran imputarles una petición de principio, y con frecuencia 10 lograban 44.
4 .,O . 2 . Lo cómico de la petición de principio, del círculo vicioso y
de la regresión al infinito.
Como 10 veremos en detalle en la sección 7, 10 cómico es un criterio
distintivo entre lógica formal y argumentación; 10 cómico es 10 que pro-
duce risa, y la risa puede ser de comunión -complicidad o comprensión-,
o de exclusión, es decir, sanción a conductas argumentativas extravagantes.
A la espera de más aclaraciones al respecto, me limito, en esta
sección, a narrar tres historias, que corresponden a cada uno de los fe-
nómenos argumentativos analizados:
4 . O. 2 . 1. Cómico de la petición de principio.
Lo cómico de la petición de principio nos llama la atención sobre
esta patología de la argumentación, como puede apreciarse en esta historia
un poco macondiana:
U n señor se presenta al correo a reclamar un giro.
- No puedo pagárselo, dice el empleado. Usted no tiene papeles.
- ¡Ah!, dice el señor, mire esta fotografía. Es mía, ¿no es cierto?
El empleado toma la foto, la mira cuidadosamente, y luego dice:
U sted tiene razón, es usted, y le paga el giro.
137 -
4 . O. 2 . 2. Lo cómico del círculo vicioso se puede apreciar en esta
historia alusiva a la política colombiana:
5. Prueba y argumentación.
He dicho que la argumentación es ad homin.em y que la falla más
seria de la argumentación es la petición de principio.
No obstante, Aristóteles en los Primeros Analíticos nos dice que la
petición de principio
En las demostraciones se dirige a términos que son verdaderos, y
en la dialéctica a términos que sólo son probables 45.
y en los Tópicos nos agrega:
- 138-
En vista de lo anterior estaríamos tentados, como a primera vista
lo hacen Perelman-Olbrechts, a acusarlo, igual que a Mili, de confundir
razonamiento lógico y argumento, pero no caeremos en esa tentación.
- 139-