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MONOGRAFIA Medicina Interna

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos
Área de Odontología
Catedra de Medicina Interna

Uso de Antinflamatorios
en Odontología

Dr. Nucho Fantasia

Bachilleres:

Diana Betancourt CI: 24.245.046


Seychelles Canino CI: 25.231.052
Yurvely Díaz CI: 24.923.876
Solmairy García CI: 24.201.050
3
er Año
Sección: 2

San Juan de los Morros, Marzo del 2020


Índice

Título
Pág.

Introducción…………………………………………………………..…..……………3
Uso de antinflamatorios en Odontología……………………………………...…….4
Antinflamatorios no esteroides (AINE)………………………………………………4
El ibuprofeno…………………………………………………………………………...5
El Naxoproxeno………………………………………………………………………..5
El Ketorolaco…………………………………………………………………………...5
La Indometacina……………………………………………………………………….6
El Sulindaco…………………………………………………………………………….6
Antinflamatorios Esteroideos (Corticoides)…………………………………………6
Conclusión……………………………………………………………………………...8
Bibliografía……………………………………………………………………………...9
Anexos………..…………………………………………………………………........10
Introducción

En el campo de la farmacología se ha producido una importante


revolución y, ningún odontólogo puede estar familiarizado con todos los
fármacos que tienen aplicación en el tratamiento del dolor. Los AINES son
fármacos coadyuvantes muy útiles para el tratamiento de los dolores dentales y
las alteraciones derivadas de las intervenciones endodónticas.

Existen controversias en cuanto al uso de estos medicamentos, siendo


la causa principal en muchos de los casos, el completo desconocimiento de los
mismos, por lo cual es fácil caer en una rutina de prescripción de fármacos que
no siempre cumple con el objetivo final, ya que no sólo por saber la dosis y
presentaciones de estos fármacos significa que en realidad estemos indicando
el medicamento adecuado.

Muchas veces el profesional se deja influenciar por la publicidad de la


industria farmacéutica en nuestro campo, desconociendo cómo actúan, las
posibles reacciones adversas de toxicidad y las interacciones con otros
medicamentos.
Uso de Antinflamatorios en odontología

La presencia de inflamación en el área bucodental va asociada a signos


de calor, rubor, tumor y disminución de función de esa zona.
Para tratar esta inflamación lo principal es dar solución a la causa que
origina directamente la inflamación (una caries, una infección etc.) y
seguidamente, el odontólogo especialista debe indicar la toma
de antinflamatorios para disminuir la sintomatología.

Los antinflamatorios son un tipo de medicamentos capaces de detener la


inflamación localizada en una parte del cuerpo causada por algún traumatismo,
proceso infeccioso, posteriormente a una extracción dental etc.

La inflamación es un proceso fisiológico defensivo, que, de salirse de


control biológico, representa por sí solo un problema, ya que incluye un daño o
lesión celular. Los agentes desencadenantes de la inflamación pueden ser
físicos (golpes), químicos, térmicos, vasculares, inmunológicos o
bacteriológicos. Es un proceso que abarca cuatro grandes componentes: dolor,
calor, rubor y tumor (Tétrada de Celso), pudiéndose llegar a la pérdida de la
función.

Los fármacos antinflamatorios se agrupan en dos apartados que están


bien diferenciados, denominados genéricamente como los siguientes:

 Que además, poseen acciones analgésicas, antitérmicas y


antiagregante plaquetaria.

 Antinflamatorios esteroideos o corticoides, dotados a su vez de acciones


de carácter hormonal. El mecanismo de acción e cada grupo es
marcadamente distinto, y es que mientras los esteroideos actúan
inhibiendo los mecanismos de la inflamación (histamina, serotonina,
linfokinas), estabilizando las membranas celulares, evitando la
extravasación o edema, e inhibiendo factores de la inmunidad
(macrófagos, monocitos y neutrófilos) los no esteroideos (AINES) deben
su acción a la inhibición reversible de la síntesis de prostaglandinas.

Antinflamatorios no esteroides (AINE)

Los AINES son fármacos de uso común en odontología para el manejo


del dolor y de la inflamación siendo paracetamol e ibuprofeno los más
utilizados. Su mecanismo de acción está ligado a la inhibición de la
ciclooxigenasa y, por tanto, de la síntesis de prostaglandinas. Todos poseen un
mecanismo de acción similar por lo que los efectos secundarios también son
comunes. Los más frecuentes corresponden a alteraciones gástricas leves
(como náuseas o vómitos) o graves (como hemorragia o perforación gástrica).
Otros efectos secundarios incluyen el riesgo aumentado de accidentes
vasculares (en particular de infarto agudo de miocardio), toxicidad renal por
disminución de la perfusión y riesgo de diátesis hemorrágica por el efecto
antiagregante plaquetario de estos fármacos. Su uso está contraindicado en el
tercer trimestre del embarazo por inducir el cierre prematuro del conducto
arterioso.

Los AINES correspondientes al grupo de los derivados del ácido


propiónico (Ibuprofeno, Ketoprofeno y Naxoproxeno entre otros) ampliamente
conocidos en el mercado, son sustancias antiinflamatorias de acción
moderada, incluso para algunos inferior a la del ASS, aunque tienen marcada
acción analgésica dentro del rango de dolor leve – moderado, por lo que cada
vez se utilizan más con esta finalidad.

El Ibuprofeno: se ha empleado mucho en nuestro campo como


analgésico, y se administra vía oral a dosis de 200 a 400 miligramos cada 4 a 6
horas, o vía rectal a dosis de 500 miligramos cada 8 horas, no debiendo
superarse los 2400 miligramos al día. Dosis superiores a los 600 miligramos no
aumentan la eficacia del ibuprofeno.

También existen en el mercado preparados de ibuprofeno a los que se


les ha añadido alguna sustancia complementaria como por ejemplo la arginina,
para así conseguir una mejor y mayor rapidez de absorción del principio activo,
obteniéndose dosis sanguíneas máximas en un lapso de tiempo comprendido
entre los 15 y los 20 minutos. El Ketoprofeno se administra en dosis de 25 –
250 miligramos cada 6 – 8 horas vía oral, aunque existen comprimidos
entéricos de 100 miligramos cada 12 – 24 horas (Dosis máxima de 300
miligramos al día). Por vía rectal la dosis es de 100 miligramos cada 12 ´24
horas, y por vía parenteral pueden administrarse 100nmiligramos en una sola
dosis.

El Naxoproxeno: tiene una acción más prolongada que los anteriores y


se administra a dosis orales o rectales de 250 – 500 miligramos cada 12 -24
horas (dosis máxima de 1250 miligramos al día).

El Ketorolaco: derivado del ácido pirrolacético es un AINE que


comparte los mismos perfiles de toxicidad que el resto de estas sustancias,
aunque últimamente algunos autores refieren que los márgenes de actuación
son más estrechos que en resto de AINES. Presenta principalmente una fuerte
acción analgésica y se administra vía oral a dosis de 10 miligramos entre cada
4 y 6 horas, no recomendándose tratamientos de más de 7 días de duración,
mientras que por vía parenteral se administran entre 10 y 30 miligramos cada 4
a 6 horas con un máximo de 2 días. Está contraindicado en menores de 16
años.
En el grupo de los derivados del ácido fenilacético, destacaremos el
Diclofenaco, sustancia muy conocida y de reconocida potencia antiinflamatoria.
Se administra por vía oral a dosis de 50 miligramos cada 8 horas, o en
comprimidos retard de 100 miligramos cada 24 horas. Por vía rectal la dosis
también es de 100 miligramos, cada 12-24 horas, y por vía parenteral i. m. se
emplean dosis de 75 miligramos cada 24 horas.

La Indometacina: derivado del indolacético, es un buen antiinflamatorio


que también posee una buena acción analgésica, pero con mayor toxicidad
gastrointestinal, administrándose vía oral a dosis de 25 miligramos cada 12
horas, o en supositorios de 100 miligramos cada 12 -24 horas, siendo la dosis
máxima de 200 miligramos al día.

El Sulindaco: del mismo grupo, también es buen antiinflamatorio y


analgésico a dosis de 200 miligramos cada 12 horas por vía oral.

De los derivados antranílicos destacaremos el ácido Mefenámico, que se


emplea como antiinflamatorio y analgésico a dosis de 500 miligramos cada 8
horas y el ácido Niflúmico, en dosis de 250 miligramos cada 8 horas.
Solamente comentaremos de estos dos últimos que si bien se toleran mejor a
nivel gástrico, podrían llegar a producir cuadros diarreicos en ocasiones
tornándose peligrosos, lo que obligaría a suspender el tratamiento de forma
inmediata.

En el campo de la odontología, los AINE han sido empleados en el


control del dolor y la inflamación postquirúrgicos, en el manejo del dolor pulpar,
en afecciones periodontales y traumatismos, así como en tratamientos
ortodóncicos, entre otros. La utilización de AINE en odontología es variada y se
emplean fármacos tales como piroxicam y naproxeno; diclofenaco y celecoxib;
ácido acetilsalicílico, ibuprofeno y paracetamol, aunque las preferencias de
elección parece ser que podrían cambiar de acuerdo con la temporalidad

Los analgésicos antinflamatorios no esteroideos son los medicamentos


más comúnmente empleados en terapéutica odontológica, aunque el
paracetamol no es considerado como un AINE, se encuentra, al igual que el
ibuprofeno, entre los analgésicos más utilizados en el manejo del dolor dental.

Cuando se trata de combatir un proceso inflamatorio el naproxeno se


utiliza como primera opción seguido por el ibuprofeno, diclofenaco y
nimesulida. El naproxeno ha sido probado en modelos de dolor e inflamación
dental; sin embargo, en un régimen de tres días de tratamiento se ha
encontrado que su eficacia antiinflamatoria no es superior a la del paracetamol,
un analgésico antipirético carente de propiedades antiinflamatorias, y los
mismos resultados se encontraron cuando se comparó el ibuprofeno (600 mg
cada 6 horas) con un gramo de paracetamol cada 6 horas. Una respuesta a
este último resultado podría deberse a que una dosis de 2,400 mg al día de
ibuprofeno sólo tiene propiedades analgésicas y no antiinflamatorias.
Antinflamatorios Esteroideos (Corticoides):

El uso de los corticoides como alternativa terapéutica, incluyendo


aquellas enfermedades que cursan con afectación oral, comenzó a
generalizarse a partir de la década de los cincuenta, concretamente en 1952
cuando Sulzberger y Witten realizaron un estudio sobre la utilización tópica de
la hidrocortisona suponiendo el mayor avance en dermatología de la época. En
la actualidad, aun cuando existen otras alternativas de tratamiento, los
corticoides continúan siendo el tratamiento sintomático de elección en la
mayoría de las enfermedades vesículo-ampollosas, de curso crónico e
inflamatorio que se desarrollan a nivel oral.

El objetivo final del tratamiento es evitar brotes y recurrencias. Si no es


posible conseguir esto, al menos se intenta reducir la sintomatología, disminuir
el tamaño de las lesiones y su duración, y sobre todo aumentar los períodos
intercríticos. Los corticoides se pueden emplear de forma local o sistémica,
dependiendo del sujeto, la entidad de que se trate y de la agresividad de la
misma. Sin embargo, debido a la escasez de estudios controlados al respecto,
no existe ningún protocolo estandarizado y las combinaciones y posibilidades
terapéuticas son múltiples.

En la corteza suprarrenal se segregan hormonas esteroideas con dos


tipos de acciones, las sexuales y las corticoides propiamente dichas. En este
último grupo se diferencian los mineral-corticoides con acción sobre el
metabolismo hidrosalino y los glucocorticoides con acción sobre el metabolismo
de los glúcidos, lípidos y proteínas, fundamentalmente, aunque también tienen
cierta acción mineral-corticoide, teniendo además la característica acción
antiinflamatoria e inmunosupresora ya comentada, siendo estas acciones las
que más aplicación tienen en la terapéutica.

Debido a la potente acción inflamatoria de los corticoides, sería de


esperar que no tuvieran una importante acción antiálgica y aliviaran el dolor
dental; no obstante, en estudios realizados pos extracción de terceros molares
se muestran resultados ambiguos, aunque en nuestra experiencia, sí hemos
constatado una disminución significativa del consumo de analgésicos por parte
de los pacientes intervenidos por retenciones de estos molares, a los que se
les controlaba la inflamación con estas sustancias.

Los antinflamatorios esteroideos o Corticoides más utilizados se


clasifican según su acción en corta (vida media de 8 a 12 horas), intermedia
(de 18 a 36 horas) y prolongada (entre las 36 y las 54 horas). Son los más
potentes antinflamatorios que existen, aunque no están exentos de efectos
secundarios, así que su uso se reserva para patologías muy concretas, como
serían aquellas enfermedades de la medicina bucal con origen autoinmune
(lupus eritematoso diseminado o discoide, Penfigoide, Liquen erosivo…
etcétera), o como coadyuvante en el tratamiento del shock séptico y
anafiláctico, aunque nunca como sustituto del tratamiento específico de cada
uno de ellos. Dentro de la patología bucal, también tienen su aplicación en
aquellas circunstancias donde tengamos, o se vaya a producir un edema de
riesgo para el paciente, como un edema de glotis, la inflamación del suelo de la
boca de cualquier causa (quirúrgica, infecciosa, traumática o tumoral) con el
consiguiente peligro.

Debemos destacar dentro de los de acción corta el acetato de cortisona,


que lo podemos encontrar en tabletas de 5, 10 y 25 miligramos, y también
parenteral con 25 y 50 miligramos por mililitro, aunque su absorción i.m. es
irregular. La Hidrocortisona (Cortisol) se presenta en tabletas y por vía
parenteral en las mismas dosis que la anterior, aunque la vía parenteral es
solamente i.m. en este caso.

Conclusión

Los antinflamatorios son un tipo de medicamentos capaces de detener la


inflamación localizada en una parte del cuerpo causada por algún traumatismo,
proceso infeccioso posteriormente a una extracción dental. Existen dos
grandes grupos de fármacos antinflamatorios, como los son los antinflamatorios
esteroides y los no esteroides.

Teniendo en cuenta que los antinflamatorios esteroides son los


corticoides naturales o sintéticos, además se pueden utilizar como
inmunodepresores y antialérgicos.

Por otro lado, se encuentran los antinflamatorios no esteroides (AINES),


fármacos que por su mecanismo de acción pueden clasificarse según su acción
frente a la síntesis de prostaglandinas y tromboxanos.

En conclusión el manejo de los AINES debería sujetarse a las


condiciones clínicas del paciente con base en el efecto buscado, ya sea
analgésico o antinflamatorio, pues estos medicamentos tienen un potencial
variable según la clase a la que pertenezcan. Con fines de lograr una respuesta
duradera y sostenida, se recomienda que su administración sea con dosis y
horario fijo para mantener un nivel plasmático adecuado, ya que de lo contrario
podrían existir fluctuaciones en el efecto.
Bibliografía

http://servicio.bc.uc.edu.ve/odontologia/revista/v3n1/3-1-6.pdf

https://www.medigraphic.com/pdfs/adm/od-2014/od144d.pdf

https://www.propdental.es/blog/odontologia/medicamentos-antiinflamatorios-
tratando-la-inflamacion/.com

https://estudidentalbarcelona.com
Anexos

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