Caperucita Roja
Caperucita Roja
Caperucita Roja
Narrador: Había una vez una hermosa niña llamada Caperucita Roja…
Madre: Caperucita, la abuela está enferma. Sé una buena niña y llévale esta canasta de
comida.
Madre: Sí. Por favor ve directo a casa de la abuela y ¡no hables con ningún extraño!
Narrador: Caperucita se desvió un poco del camino recogiendo flores para su abuelita
cuando se encuentra con un lobo…
Caperucita: A visitar a mi abuelita que está enferma. Vive al otro lado del bosque.
Caperucita: ¡Gracias! Es usted muy amable, Sr. Lobo, pero mi madre me ha dicho que no
hable con extraños.
Narrador: El lobo se aleja entre los árboles y Caperucita continúa recogiendo flores. Pero
mientras reúne suficientes para formar un hermoso ramo, el hábil lobo corrió a la casa de
la abuela y golpeó a su puerta.
Narrador: Pero el lobo se devoró a la abuelita en un instante, se vistió con sus ropas y se
metió en la cama. Caperucita Roja golpeó la puerta…
Lobo: ¿Quién es?
Narrador: Y el lobo se devoró a Caperucita Roja en un parpadeo. Estaba tan satisfecho que
pronto se quedó dormido y empezó a roncar ruidosamente. Esos sonidos llamaron la
atención de un leñador que pasaba y echó un vistazo para averiguar… así fue que el
valiente leñador entró a la casa de la abuela y al ver al lobo con la panza hinchada y
dormido sobre la cama de la abuela vistiendo sus ropas, le abrió la barriga y, de un salto,
salieron la abuelita y Caperucita Roja…
Narrador: Caperucita Roja prometió no volver a hablar con extraños nunca. Y todos ellos
vivieron siempre felices.