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Reflexión Ética Del Abogado

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA


VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE INVESTIGACIÓN, EXTENSIÓN Y POSTGRADO
CREATEC VALLES DEL TUY - ESTADO MIRANDA
CURSO: PRÁCTICA PROFESIONAL.

REFLEXIÓN
ÉTICA DEL ABOGADO.

PROFESOR: RAMÓN NÚÑEZ.


PARTICIPANTE: MARLYN FLORES
C.I: V-11.554.923

CHARALLAVE, ABRIL 2020.

Comienzo esta reflexión, no sin antes expresar desde mi óptica, que un


Abogado es aquel profesional que tiene como finalidad defender el valor de la
justicia. Es quien asesora a otras personas en temas legales o las representa para
defender sus derechos o reclamos ante un tribunal de justicia; que para poder
cumplir su función debe ser un buen conocedor de su sociedad, de los hechos
concretos que importan a cada uno de sus asuntos y de la evolución legal y
jurisprudencial. Por todo ello nunca puede dejar de ser un estudiante. Como
colaborador de la Administración de Justicia, deberá no sólo conocer la Ley, la
Jurisprudencia y la praxis en los Tribunales, sino también, tener un código ético
que le permita realizar su misión atendiendo al valor que representa la justicia. Es
esta la característica inherente del Abogado o Abogada de hoy y siempre, ya que a
través del Derecho se da la defensa a las garantías humanas.

Ahora bien, la actividad profesional del Abogado se encuentra consagrada en


la norma 2 de la Ley del Abogados y en el reglamento de la misma ley
específicamente en el artículo 3, en el primero concordado con el segundo
establece: “El ejercicio de la Abogacía, impone dedicación al estudio de las
disciplinas que impliquen la defensa del Derecho de la libertad y la justicia”.
Como se nota, implica la dedicación correcta a la indagación, el estudio de las
ciencias comparables y doctrinas aplicadas al Derecho por el ejercicio correcto de
la ética jurídica y la moral personal tanto del cursante de la carrera de Derecho
como el egresado de la honorífica escuela de Derecho de cualquier universidad a
nivel nacional.

Para mi en lo personal, tanto las mujeres y los hombres Abogados o aún


cursantes de la carrera, la obligación sine quannon es expresar y mantener siempre
una conducta recta ante las adversidades, pero sublime frente a las cuestiones
caritativas de aquellos a los cuales representan, para obtener el éxito moral como
un buen activista del Derecho. En pocas palabras el que ejerce la función de
Abogado debe tener sentido humanista como insignia eterna, fiel a su profesión
sagrada, humilde, sincero sin ser ofensivo, real, confiable y confidente.
Con respecto, al basamento en el artículo 4, del Código de Ética Profesional
del Abogado Venezolano, los deberes esenciales del mismo, son cinco(5) a saber:

1. -Actuar con probidad, honradez, discreción, eficiencia, desinterés, veracidad y


lealtad.
2. -Conservar absoluta independencia en sus actuaciones profesionales.
3. -Mantener en todo el momento el respeto a su dignidad como persona y como
profesional.
4. -Defender los Derechos de la sociedad y de los particulares cooperando en la
conservación y perfeccionamiento del orden jurídico y en la relación de una recta
y eficaz administración de justicia.
5. -Fortalecer la fraternidad de sus colegas, mediante el respeto mutuo con trato
cordial y racional tolerancia.

El profesional del Derecho debe mantener de forma eficaz y muy presente los
principios; y ello en conveniente exponer el Decálogo del Abogado el cual
establece que en :

Primer lugar, el Abogado nunca debe dejar de estudiar pues el Derecho es


evolutivo y cambiante como la sociedad, si eso es exacto queda claro que si no se
actualizan conocimientos permanentemente serán cada vez menos Abogados.

Segundo lugar, el Derecho se ejerce pensando.

Tercer lugar, el Abogado está obligado a trabajar pues la abogacía es en


palabras del autor del Decálogo una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia,
aunque estimo es más apropiado hablar de un ejercicio de la abogacía como una
batalla permanente por alcanzar la justicia.

Cuarto lugar, el Abogado debe luchar permanentemente por la vigencia y


aplicación del Derecho.
Quinto lugar, el Abogado debe ser leal, esto es, consecuente con su cliente a
quien no debe abandonar, salvo que sea indigno de su defensa, debe ser leal con
su adversario aún cuando él sea desleal para con el Abogado de la contra parte.

Sexto lugar, requiere tener la virtud de ser tolerante con el criterio, la verdad
u opinión del adversario, en la misma medida que el Abogado desea sea tolerada
la tesis que él sostiene o defiende, es decir, debe tener como actitud el saber que el
Derecho exige renunciar a sus puntos de vista y respetar el mandato de la ley y de
quien la aplica.

Séptima virtud que debe exhibir un Abogado es la de tener paciencia, pues es


real el axioma que la justicia tarda y es lenta pero al final llega, cuando se lucha
sin claudicaciones por ella al amparo del Derecho.

Octavo lugar el ejercicio profesional del Abogado demanda tener fe en el


Derecho como el mejor instrumento para la convivencia humana, en la justicia
como el destino final del Derecho, en la paz como sustituto o producto bondadoso
de la justicia y sobre todo un Abogado debe tener fe, según el Decálogo; y esto es
destacable en la libertad, sin la cual no hay derecho, ni justicia, ni paz.

Noveno lugar el Abogado debe aprender a olvidar pues debe comprender que
la abogacía es una lucha de pasiones y si en cada batalla el Abogado se carga de
rencores, llegará el día en que la vida se le hace imposible.

Y, en décimo lugar hay que amar la profesión y tratar de considerar la


abogacía, de tal manera que algún día cuando un hijo le pida un consejo para su
destino, hay que considerar un honor proponerle el que sea Abogado, en este
punto hay que resaltar que las cosas cuando se las hace queriendo lo que se hace y
se pone mucho empeño y más entrega, da mejores resultados. Cabe destacar que
el Abogado está sujeto al secreto profesional (no puede divulgar la información
que le aporta su cliente). Su obligación es litigar conforme a la responsabilidad
social que su rol le confiere.
En conclusión, considero que para lograr la excelencia en la carrera del
Derecho, depende de dos grandes aspectos, primero, la universidad que educa,
deberá brindar una formación integral y sólida a través de los conocimientos
teóricos-prácticos, y segundo la concepción y mentalidad del alumno, quien
necesariamente, cual inspiración al sacerdocio religioso, debe tener vocación
(aptitud especial para una profesión o carrera), de manera que al quererla, cumpla
a cabalidad con los principios de alcanzar la justicia y por ende la paz social, solo
así se mantendrá firme ante la corrupción y por el contrario contribuirá con su
erradicación, para darle el sitial que le corresponde a la carrera del Derecho, y
reivindique la verdadera responsabilidad del Abogado frente a la sociedad.

Por último no quisiera culminar, sin antes hacer mención, a un extracto del
ALMA DE LA TOGA, del Dr. Angel Ossorio:” El anhelo, visión o norte de
cualquier jurista, es ver tres valores caminando juntos por un plano único, que
son la Razón, el Derecho y amparados por la Justicia”.

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