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MAYEUTICA

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Diálogo didáctico de mayéutica

Sócrates ( 470 a. C. - 399 a. C.) fue un filósofo griego considerado como uno de los más
grandes tanto de la filosofía occidental como universal y como precursor de Platón y
Aristóteles, siendo los tres representantes fundamentales de la filosofía griega.

La creación de la mayéutica se suele atribuir a Sócrates, y a él se debe que se le llame el


“método socrático “La sabiduría de Sócrates no consiste en la simple acumulación de
conocimientos, sino en revisar los conocimientos que se tienen y a partir de ahí construir
conocimientos más sólidos. Esto le convierte en una de las figuras más extraordinarias y
decisivas de toda la historia; representa la reacción contra el relativismo y subjetivismo
sofista.

“El Método Socrático o Mayéutica ha sido reconocido como uno de los antecedentes más
antiguos de la teoría constructivista en la educación” (Henson y Eller, 1999, p.45).

Se le llama así por cuanto pretende hacer que no se sabe nada. Comprende dos partes:
comienza por colocarse en la conciencia y afirmación de ignorancia. Es lo que se ha
denominado “ironía socrática”, la cual abre camino al paso del terreno empírico al de la
esencia.

Una frase célebre de Sócrates es: “Solo sé que no se nada” Afirma que el principio
fundamental de la sabiduría consiste en el reconocimiento de su propia ignorancia y el
reflexionar sobre el propio yo para conocerse a sí mismo. La ética socrática se desarrolla
sobre tres puntos:

1. El Bien: Sócrates no tuvo nunca un concepto claro, ni llegó a dar una definición precisa
sobre el sumo Bien. Para él no existe un bien trascendente como un ideal al cual haya que
orientar la vida, sino muchos y diversos bienes. El Bien es el conjunto de bienes regulados
por la razón, de cuyo conjunto resulta la vida feliz. La característica fundamental del bien
en Sócrates es la utilidad. A su vez, identifica el bien como lo agradable y el mal con lo
desagradable. Buscar el bien mejor y establecer una escala de bienes, implica la renuncia
a otros bienes inferiores.

2. La Virtud: Sócrates le da un sentido exageradamente intelectualista y llega a identificarla


con la ciencia. Dice que hay que enseñarla, porque sin la educación las mejores
disposiciones naturales no logran desarrollarse, ni llegan a dar buenos frutos. Afirma que su
virtud es saber que no sabe nada.
•3. La Moral: niega la existencia del mal moral, afirmando que ninguno peca voluntariamente,
que el que peca lo hace por ignorancia, sencillamente porque no conoce el bien. Por tanto,
no se debe castigar, sino instruir.

Sócrates simplemente pensaba en crear dudas a base de una pregunta, para analizar y
comparar si se trata de una verdad. La mayéutica consiste esencialmente en emplear el
diálogo para llegar al conocimiento. Una fase constructiva, positiva y de indagación que
consiste en guiar las respuestas del alumnado hacia la definición universal mediante
razonamientos inductivos, de modo que el maestro opera como orientador que enseña a
los alumnos a avanzar por sí mismos.

Consiste en hacer preguntas apropiadas con tal de guiar a una persona para que reflexione
y sea capaz de encontrar en su mente conceptos tácitos que subyacen en ella. Funciona a
partir de la dialéctica: se genera una dinámica de preguntas y respuestas las cuales,
paulatinamente, hacen explicita una verdad que, de otra manera, seguiría implícita en la
mente.

Es decir, para nuestro filósofo, a cada nivel de realidad le corresponde un determinado


grado de inteligibilidad o conocimiento. Así, mientras que la ciencia o episteme corresponde
al mundo de las ideas, del mundo sensible el único conocimiento que podemos obtener es
un conocimiento inseguro: la opinión o doxa. No obstante, también debemos tener en
cuenta que dentro de ambos niveles de conocimiento distingue entre diferentes grados.

Consiste en hacer preguntas apropiadas con tal de guiar a una persona para que reflexione
y sea capaz de encontrar en su mente conceptos tácitos que subyacen en ella. Funciona a
partir de la dialéctica: se genera una dinámica de preguntas y respuestas las cuales,
paulatinamente, hacen explicita una verdad que, de otra manera, seguiría implícita en la
mente.
Su método centrado en el diálogo, y sobre todo en la interrogación, su habilidad de
persuadir y disuadir, y, de hecho, toda su obra se dirigió al descubrimiento de problemas,
más que a la búsqueda de soluciones. “Sócrates hacia surgir donde quiera lo que antes
parecía no existir: un problema.” (Ferrater Mora, J, 1969, p.45).

La mayéutica nos incita a recurrir a nuestros conocimientos para responder cuestiones


nuevas, lo cual provoca un ejercicio mental importante y significativo más allá de la
memorización o mecanización de datos o teorías. Al discutir lo ya conocido se razona y por
ende se aprende mejor. La función del diálogo socrático no es otorgar respuestas u ordenar
posturas, sino suscitar en el espacio de debate inquietudes o dudas: reflexionar, no
imponer.

“La mayéutica no es otra cosa que esta fe asombrosa en la marcha de la razón,


conquistando a su paso nuevos territorios y añadiéndolos al imperio de la realidad” (Tovar,
1968, p.138)

La realidad separada entre el mundo sensible y mundo inteligible.

 El mundo sensible o mundo visible es el conjunto de todo aquello que se muestra a los
sentidos, fundamentalmente las cosas físicas.

 El mundo inteligible es la auténtica realidad, el ámbito en el que se sitúan las ideas.

A continuación anexo un cuadro de comparación entre ambos mundos.


Mundo sensible Mundo inteligible

Realidad visible Realidad invisible

Perceptible por los Imperceptible por los


sentidos sentidos

Sujeto al cambio Inmutable

Realidades particulares Realidad en sí

Ejemplo: Las cosas


Ejemplo: La Belleza
bellas

Objetos supuestamente Objetos autenticamente


reales reales

Objetos de la opinión Objetos de la ciencia

Carecen de valor Son valores


En este método socrático el profesor no es el oponente en una discusión ni tampoco el
abogado del diablo que básicamente dice “yo niego todo lo que tú afirmas y afirmo todo lo
que tú niegas”. Esto ocurre a veces, pero no constituye un principio pedagógico. Tampoco
es el caso que el profesor socrático posea todo el conocimiento o todas las respuestas, ni
tampoco que esté “simplemente poniendo a prueba” a sus alumnos. El profesor es un
partícipe en el diálogo, y él mismo debe estar siempre abierto al aprendizaje. De ello se
sigue que el profesor socrático nunca se refugia en el respeto a su autoridad, ni tampoco
busca crear un culto de la personalidad haciéndose inaccesible, frío o distante. En cambio,
el profesor socrático conoce los nombres de sus alumnos, y los alumnos conocen los de
sus compañeros. El profesor socrático apunta a la “incomodidad productiva”, que no al
pánico y la intimidación. La meta no es inspirar temor en los corazones de los alumnos para
que así vengan preparados a la clase, sino el inspirar el temor de no poder articular con
claridad los valores que rigen sus vidas, o que sus valores y creencias no resistan al poder
del escrutinio.

La investigación progresa interactivamente, y el profesor es tanto un partícipe como un guía


de la discusión. Es más, la investigación tiene un final abierto. No hay tal cosa como un
argumento predeterminado o una meta a la cual el profesor pretenda llevar a sus alumnos.
El grupo avanza según cómo va el diálogo.

“Deben proporcionar al estudiante herramientas que lo capaciten para cambiar sus hábitos
de aprendizaje signados por el conductismo y dirigirse hacia el aprendizaje constructivista”
(Peñuela, 2010, p.3)

La mayéutica consiste esencialmente en emplear el diálogo para llegar al conocimiento.


Aunque Sócrates nunca sistematizó la mayéutica, seguramente es correcto destacar las
siguientes fases en este método:
I FASE: Se plantea una cuestión que, en el caso del uso que Sócrates hizo de este
método, podía expresarse con preguntas del siguiente tipo: "¿qué es la virtud?", "¿qué es
la ciencia?", "¿en qué consiste la belleza?", ¿Qué es el derecho?

II FASE: El interlocutor da una respuesta, inmediatamente discutida o rebatida por el


maestro.

III FASE: A continuación se sigue una discusión sobre el tema que sume al interlocutor en
confusión. Este momento de confusión e incomodidad (la aporía) por no ver claro algo
que antes del diálogo se creía saber perfectamente es condición necesaria para el
aprendizaje.

IV FASE: Tras este momento de confusión, la intención del método mayéutica es elevarse
progresivamente a definiciones cada vez más generales y precisas de la cuestión que se
investiga (la virtud, la ciencia, la belleza, el derecho).

V FASE: La discusión concluye cuando el alumno, gracias a la ayuda del maestro,


consigue alcanzar el conocimiento preciso, universal y estricto de la realidad que se
investiga.

Las principales dificultades para implantar el método socrático en las aulas residen en el
elevado número de alumnos, la escasa cercanía y confianza que existe entre el profesor y
los estudiantes, el supuesto estatuto del docente como autoridad en plena posesión del
conocimiento, las exigencias curriculares y la necesidad de evaluación de unos contenidos
y de un temario concreto. Sin embargo, los profesores debemos esforzarse por llevar a las
aulas el afán de examinarse a uno mismo y a los demás, la búsqueda de la definición
universal y la finalidad pedagógica de conformar buenas personas. El último propósito
debería ser fomentar el pensamiento autónomo y crítico entre nuestros alumnos, así como
propiciar su madurez intelectual y moral.
Conclusiones:

Si bien es necesario establecer que los valores fundamentales deben impartirse idealmente en el
seno familiar, se sugiere que las escuelas implementen el sistema de educación socrática con el fin
de formar estudiantes capaces de discernir y analizar por sí mismos, de manera que a la larga no
se conviertan en repetidores de conocimiento sin reflexión. El docente es el componente más
importante para lograr este objetivo, pues ningún método reemplaza el estímulo y la percepción que
un notable profesor provoca en los alumnos, ni puede lograr que desarrollen la capacidad de razonar
individualmente. Por ello, es de suma importancia la correcta preparación del personal docente.
Sócrates enfatizaba sobre este punto:

Si para cada uno es verdadero lo que opine por medio de la percepción y una persona no puede
juzgar mejor lo experimentado por otra, ni puede tener más autoridad para examinar la corrección
o la falsedad de la opinión ajena, y, según se ha dicho muchas veces, sólo puede juzgar uno mismo
sus propias opiniones, que son todas correctas y verdaderas ( Platón, 1992, p.161 ).

Asimismo, si se da la debida importancia al estudio de las humanidades al fortalecer y promover la


enseñanza de la filosofía, la ética, la literatura y las artes, se podrán formar y preparar individuos
plenos. Como resultado, mejorará la democracia y la vida en sociedad.

Está en nuestras manos elegir una educación que conduzca a una ciudadanía mundial y a una
justicia global más allá del viejo y estrecho concepto de desarrollo que considera únicamente el
crecimiento económico y las posesiones individuales.

La noción más completa de desarrollo humano se basa en el ejercicio de habilidades como el


pensamiento crítico y la imaginación ( Nussbaum, 2009, p.6-8 ).

Para alcanzar esta meta, se deben incluir estudios de lenguas extranjeras en conjunto con otras
materias, como la economía, la política, la historia, la sensibilización sobre la pluralidad y la
multiculturalidad. Esto ayudará a que se mejore el nivel social, se logre la integración de los seres
humanos en una comunidad justa y se comprenda el funcionamiento de los factores
socioeconómicos del país, lo que a la vez facilitará el progreso. Todo ello debe conducir a la
formación de una sociedad estable cimentada en los principios de libertad e igualdad, pronta a
aprovechar ‘el método de desarrollo humano’ o ‘método de las capacidades’. En consecuencia, será
posible construir un mundo mejor y más justo para sus habitantes.
Referencias bibliográficas

Ferrater Mora, J. (1969): Diccionario de filosofía. Buenos Aires: Sudamericana.


Henson, K. y Eller, B. (1999). Psicología educativa para la enseñanza eficaz.
México: Internacional Thomson.
Nussbaum, Martha C. (2009), “Education for Profit, Education for Freedom”, Liberal
Education, vol. 95, núm. 3, pp 6-13.
Peñuela, C. (2010). Diseño de la Instrucción para un Sistema de Educación Abierta
Y a Distancia.
Platón (1992), Diálogos V, Madrid, Gredos.
Tovar, C. (1966) La vida de Sócrates. Revista de Occidente. Madrid: Editorial Revista de
Occidente, tercera edición.

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