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Uso de La Fuerza

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1.

NORMATIVAS INTERNACIONAL E INSTITUCIONALES DEL USO DE LA


FUERZA.

En el desempeño de sus funciones, los funcionarios encargados de hacer


cumplir la ley han de atenerse a normas muy estrictas en este ámbito, que
reconozcan tanto la importancia como las exigencias propias de las tareas que
están llamados a desempeñar.
Es esencial prever procedimientos adecuados con responsabilidad jurídica y
política del organismo encargado de hacer cumplir la ley en materias del uso de
la fuerza y las armas de fuego.
En el ámbito internacional, las normas más importantes se encuentran en el
Código de Conducta para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley de
1979, y en los Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y las Armas de
Fuego de 1990.
La facultad de Carabineros para emplear la fuerza y armas de fuego en el
cumplimiento de sus deberes, deriva de la Constitución Política de la República
que, en el artículo 101°, inciso segundo, deposita en las Fuerzas de Orden y
Seguridad el ejercicio del monopolio estatal de la fuerza en el ámbito interno.
Por su parte, la Ley N° 18.961, de 1990 Orgánica Constitucional de
Carabineros de Chile, en los artículos 1º a 4º, confiere a Carabineros sus
atribuciones legales de policía. Finalmente, las causales de justificación
penales específicas ante los posibles efectos dañinos de la fuerza coactiva de
Carabineros se encuentran en el Código Penal, artículo 10°, numerales 4º a 6º
(legitima defensa en todos sus tipos) y 7º (estado de necesidad justificante) , a
su vez, con los artículos 410°, 411° y 412° del Código de Justicia Militar.
Específicamente en el ámbito interno estas normativas fueron recogidas por
Carabineros de Chile a través de la Circular N°1.832, de 01.03.2019.

2. MODELO PARA EL USO DE LA FUERZA.

Muchos organismos encargados de hacer cumplir la ley de todo el mundo se


refieren a un “modelo del uso de la fuerza” como base para sus procedimientos
operacionales. Ese modelo indica, de distintas formas, cierto patrón de
comportamiento de un individuo y la respuesta adecuada del funcionario
encargado de hacer cumplir la ley.
Es necesario observar que la terminología y la cantidad de niveles pueden
variar considerablemente, igual que la presentación visual, que puede ser
escalonada, circular o adoptar otra forma más compleja dependiendo del país y
su marco jurídico que la desarrolle.
El modelo debe expresar que la respuesta del funcionario que debe ser
coherente con la situación y el comportamiento del individuo. Asimismo, debe
indicar claramente que ciertas reacciones no son adecuadas para la situación;
por ejemplo, responder con una fuerza potencialmente letal para dominar una
situación de resistencia pasiva.
Es de la mayor importancia considerar que la realización de un modelo del uso
de la fuerza supone el riesgo de presentar de manera simple algo
extremadamente complejo. Pero en contraparte su ventaja consiste en ilustrar
la idea de una respuesta gradual.

3. PRINCIPIOS PARA EL USO DE LA FUERZA Y ARMAS DE FUEGO.

La fuerza solo debe aplicarse cuando sea estrictamente necesaria y en la


medida requerida para el desempeño de las funciones policiales. Por su parte,
el empleo de armas de fuego debe considerarse una medida extrema, en
circunstancias excepcionales que supongan un peligro inminente de muerte o
lesiones graves para el carabinero o para cualquier otra persona.
Los supuestos básicos para el empleo de la fuerza y de armas de fuego a nivel
internacional y nacional son los siguientes principios:
•PRINCIPIO DE LEGALIDAD:
El uso de la fuerza debe efectuarse en el cumplimiento del deber y empleando
métodos (procedimientos) y medios (armas) que hayan sido previamente
autorizados por Carabineros de conformidad a la Ley.
Ejemplos: cada carabinero porta en su cinturón de servicio elementos de
protección como esposas, bastón de servicio y arma de fuego.
•PRINCIPIO DE NECESIDAD:
Su empleo es el último recurso frente a la resistencia de un fiscalizado o para
repeler una agresión ilegítima.
Ejemplo: una persona puede ser inmovilizada por la fuerza si no ha accedido
voluntariamente a la fiscalización.

•PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD:
Significa que debe haber un equilibrio entre el grado de resistencia o de
agresión que sufre un carabinero y la intensidad de fuerza que se aplica para
lograr que la persona se someta al control policial que sea necesaria para
neutralizar una agresión.
Ejemplo: un carabinero puede emplear su bastón de servicio para inhibir una
agresión de una persona que utiliza sus puños, y puede usar su arma de fuego
para repeler amenazas potencialmente letales como armas blancas o de fuego.

•PRINCIPIO DE RESONSABILIDAD:
Significa que el uso de la fuerza fuera de los parámetros permitidos por la ley
no solo conlleva responsabilidades individuales por las acciones y omisiones
ocurridas, sino también la responsabilidad de los mandos llamados a dictar
ordenes, supervisar y/o controlar la legalidad, necesidad y proporcionalidad en
el ejercicio de esta por parte de los subalternos.

4. USO DIFERENCIADO Y GRADUAL DE LA FUERZA.

La actuación policial, especialmente la preventiva, impone la necesidad de


fiscalizar personas.
Éstas pueden adoptar diversas actitudes frente a las indicaciones de la
autoridad policial, que van desde la normal cooperación, hasta la adopción de
una posición de resistencia, o incluso de agresión.
La colaboración o resistencia de una persona que está siendo controlada o
fiscalizada puede darse en cinco niveles:

a) Nivel 1, de cooperación: la persona sujeta a control policial da


cumplimiento a las indicaciones del Carabinero sin manifestar
resistencia. Ejemplo: se solicita identificación a una persona en un
control de identidad y esta accede de inmediato tras consultar las
razones.

b) Nivel 2, de resistencia pasiva: la persona sujeta a control policial no


obedece las indicaciones del Carabinero y manifiesta una actitud
indolente, haciendo afirmaciones corporales o verbales negativas.
Ejemplo: Una persona es controlada y no acata las indicaciones
expresando su desagrado con gestos faciales o expresiones de brazos.

c) Nivel 3, de resistencia activa: existe una oposición directa al control


policial, que se manifiesta mediante intentos de evasión o de resistencia
física. Ejemplo: el controlado trata de huir del lugar o se resiste a su
inmovilización.
d) Nivel 4, de agresión activa: el controlado intenta agredir al Carabinero
para resistir el control o evadirlo. La amenaza no pone en riesgo vidas.
Ejemplo: el controlado cierra sus puños para agredir o intenta golpear al
carabinero con un objeto.
e) Nivel 5, de agresión activa potencialmente letal: se realiza un ataque con
armas o tácticas lesivas graves o potencialmente letales. Ejemplo: una
persona amenaza o agrede a un carabinero con una intensidad progresiva,
o a una tercera persona, mediante artes marciales, armas blancas, o armas
de fuego.

Frente a los distintos niveles de oposición o agresión, se pueden distinguir


iguales niveles
de fuerza que el personal de Carabineros debe emplear, con criterios
diferenciados y con
una intensidad progresiva, para vencer la resistencia o repeler la amenaza:
a) Nivel 1 de fuerza: Presencia policial. Empleo de medios preventivos
como la presencia física del Carabinero, el uso de dispositivos
institucionales, o la exhibición de identificación de parte del personal de
civil. Se prioriza el diálogo.
b) Nivel 2 de fuerza: Verbalización. Utilización de medios preventivos
como un mandato perentorio, y la persuasión.

c) Nivel 3 de fuerza: Control físico. Aplicación de medios reactivos.


Reducción del fiscalizado para doblegar su fuerza e inmovilizarlo.

d) Nivel 4 de fuerza: Uso de armas no letales. Empleo de medios


reactivos como armas no letales (disuasivos químicos, bastón de
servicio, esposas, carros lanza agua o tácticas defensivas para inhibir la
agresión).

e) Nivel 5 de fuerza: Uso de armas potencialmente letales: Empleo de


medios reactivos y fuerza potencialmente letal para repeler la agresión y
proteger la vida del Carabinero o de un tercero. Se deben considerar los
requisitos de legalidad, necesidad, proporcionalidad y responsabilidad.
El uso de la fuerza potencialmente letal constituye una medida extrema
solamente justificada por la legítima defensa de la vida (propia o de un tercero,
de pariente o privilegiada).

El arma de fuego únicamente se empleará para interrumpir una agresión, es


decir, para hacer cesar un ataque grave que afecta la integridad de una
persona, ya sea del Carabinero o de un tercero. De esta manera, Carabineros
ha determinado dos formas de uso para un arma de fuego, una preventivo y
uno reactivo.
El uso preventivo es cuando el arma se extrae de la funda y se exhibe sin
dispararla ante una situación de riesgo. Esto se realiza con la finalidad de
facilitar la ejecución del eventual disparo. Es importante señalar que la ley no
establece restricciones para extraer el arma de fuego con el dedo fuera del
disparador.
El uso reactivo es cuando el arma es disparada con el propósito de neutralizar
una agresión actual o inminente. Se dispara en dirección a la amenaza al
mayor volumen que ella ofrece.
Se encuentra totalmente prohibido efectuar disparos al aire, a multitudes para
dispersarlas o a los neumáticos de un vehículo que se da a la fuga y que no
represente un riesgo a la integridad física del Carabinero o de un tercero.

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