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Libro .Principios Basicos Armas

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Decreto N° 1172/2003

PRINCIPIOS BÁSICOS
SOBRE EL EMPLEO
DE LA FUERZA Y DE
ARMAS DE FUEGO
POR LOS FUNCIONARIOS
ENCARGADOS
DE HACER CUMPLIR
LA LEY
PRINCIPIOS
BÁSICOS SOBRE
EL EMPLEO
DE LA FUERZA
Y DE ARMAS
DE FUEGO POR
LOS FUNCIONARIOS
ENCARGADOS
DE HACER CUMPLIR
LA LEY
Argentina, Leyes
- 1a ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires :
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la
Nación. Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo
Cultural, 2018.
48 p. ; 13x9 cm.

© Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural

Av. del Libertador 8151


Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Impreso en la Argentina
Presidente de la Nación
Ing. Mauricio Macri

Ministro de Justicia y Derechos Humanos


Dr. Germán Garavano

Secretario de Derechos Humanos


y Pluralismo Cultural
Lic. Claudio Avruj
PRINCIPIOS BÁSICOS SOBRE EL EMPLEO
DE LA FUERZA Y DE ARMAS DE FUEGO
POR LOS FUNCIONARIOS ENCARGADOS
DE HACER CUMPLIR LA LEY

Adoptados por el Octavo Congreso de las Na-


ciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tra-
tamiento del Delincuente, celebrado en La Ha-
bana (Cuba) del 27 de agosto al 7 de septiembre
de 1990.

El Octavo Congreso de las Naciones Unidas so-


bre Prevención del Delito y Tratamiento del Delin-
cuente,

Recordando el Plan de Acción de Milán, aprobado


en el Séptimo Congreso de las Naciones Unidas
sobre Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente y por la Asamblea General en su
resolución 40/32, de 29 de noviembre de 1985,

Recordando también la resolución 14 del


Séptimo Congreso, en la que se pidió al Comité de
Prevención del Delito y Lucha contra la Delincuencia
que examinara medidas para la aplicación más
eficaz del Código de Conducta para Funcionarios
Encargados de Hacer Cumplir la Ley,

Tomando nota con reconocimiento de la labor


realizada en cumplimiento de la resolución 14
del Séptimo Congreso por el Comité, la Reunión
8

Preparatoria Interregional para el Octavo Congreso


de las Naciones Unidas sobre Prevención del
Delito y Tratamiento del Delincuente acerca de los
principios y directrices de las Naciones Unidas en
materia de prevención del delito y justicia penal y
su aplicación, así como sobre prioridades para el
establecimiento de nuevas normas, y las reuniones
preparatorias regionales para el Octavo Congreso,

1. Aprueba los Principios Básicos sobre el


empleo de la fuerza y de armas de fuego
por los funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley, que figuran en el anexo a la
presente resolución;

2. Recomienda que se adopten medidas en


el plano nacional, regional e internacional
con respecto a esos Principios Básicos y
su aplicación, teniendo en cuenta las cir-
cunstancias políticas, económicas, socia-
les y culturales y las tradiciones de cada
país;

3. Invita a los Estados Miembros a que ten-


gan en cuenta y respeten los Principios
Básicos en el marco de su legislación y
práctica nacional;

4. También invita a los Estados Miembros


a que señalen los Principios Básicos a la
atención de los funcionarios encargados
de hacer cumplir la ley, los miembros del
9

poder ejecutivo, los jueces, los abogados,


el poder legislativo y el público en general;

5. Invita además a los Estados Miembros a


que informen al Secretario General cada
cinco años, a partir de 1992, sobre los pro-
gresos alcanzados en la aplicación de los
Principios Básicos, incluida su difusión,
incorporación a las leyes, la práctica, los
procedimientos y las políticas internas, los
problemas enfrentados en su aplicación
en el plano nacional y la asistencia que
podría requerirse de la comunidad inter-
nacional, y pide al Secretario General que
informe al respecto al Noveno Congreso
de las Naciones Unidas sobre Prevención
del Delito y Tratamiento del Delincuente;

6. Hace un llamamiento a todos los gobier-


nos para que promuevan seminarios y cur-
sos de capacitación en los planos nacional y
regional sobre la aplicación de la ley y la ne-
cesidad de restringir el empleo de la fuerza
y de las armas de fuego por los funcionarios
encargados de hacer cumplir la ley;

7. Insta a las comisiones regionales, los


institutos regionales e interregionales de
prevención del delito, y justicia penal, los
organismos especializados y otras entida-
des del sistema de las Naciones Unidas,
otras organizaciones intergubernamen-
10

tales interesadas y las organizaciones


no gubernamentales reconocidas como
entidades consultivas por el Consejo Eco-
nómico y Social a que participen activa-
mente en la aplicación de esos Principios
Básicos e informen al Secretario General
acerca de las actividades realizadas para
difundir y aplicar los Principios Básicos y
el alcance de su aplicación, y pide al Se-
cretario General que incluya esta informa-
ción en su informe al Noveno Congreso;

8. Exhorta al Comité de Prevención del De-


lito y Lucha contra la Delincuencia a que
considere, con carácter prioritario, proce-
dimientos para asegurar la aplicación efi-
caz de la presente resolución;

9. Pide al Secretario General que:

a. Adopte medidas, cuando correspon-


da, para señalar esta resolución a la
atención de los gobiernos de todos
los órganos de las Naciones Unidas
interesados, y procure la más amplia
difusión posible de los Principios Bá-
sicos;

b. Incluya los Principios Básicos en el


próximo número de la publicación de
las Naciones Unidas titulada Dere-
11

chos Humanos: Recopilación de


instrumentos internacionales;

c. Proporcione a los gobiernos que lo


soliciten servicios de expertos y ase-
sores regionales e interregionales
para prestar asistencia en la apli-
cación de los Principios Básicos, e
informe al Noveno Congreso acerca
de la asistencia técnica y la capacita-
ción que haya efectivamente propor-
cionado;

d. Informe al Comité, en su 12º perío-


do de sesiones, sobre las medidas
adoptadas para aplicar los Principios
Básicos;

10. Pide al Nuevo Congreso y a sus reunio-


nes preparatorias que consideren los pro-
gresos alcanzados en la aplicación de los
Principios Básicos.
12

Anexo:
CÓDIGO DE CONDUCTA PARA
FUNCIONARIOS ENCARGADOS
DE HACER CUMPLIR LA LEY

Considerando que la labor de los funcionarios


encargados de hacer cumplir la ley1  *  constituye
un servicio social de gran importancia y, en
consecuencia, es preciso mantener y, siempre que
sea necesario, mejorar las condiciones de trabajo y
la situación de estos funcionarios,

Considerando que la amenaza a la vida y a la


seguridad de los funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley debe considerarse como una amenaza
a la estabilidad de toda la sociedad,

Considerando que los funcionarios encargados


de hacer cumplir la ley desempeñan un papel
fundamental en la protección del derecho a la vida, la
libertad y la seguridad de las personas, tal como se
garantiza en la Declaración Universal de Derechos
Humanos y se reafirma en el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos,
1 De conformidad con el comentario al artículo 1 del Código de conducta
para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, la expresión “fun-
cionarios encargados de hacer cumplir la ley” incluye a todos los agentes
de la ley, ya sean nombrados o elegidos, que ejercen funciones de policía,
especialmente las facultades de arresto o detención. En los países en que
ejercen las funciones de policía autoridades militares, ya sean uniformadas
o no, o fuerzas de seguridad del Estado, se considerará que la definición de
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley comprende los funcionarios
de esos servicios.
13

Teniendo presente que las Reglas Mínimas


para el Tratamiento de los Reclusos prevén las
circunstancias en las que los funcionarios de
establecimientos penitenciarios podrán recurrir a la
fuerza en el ejercicio de sus funciones,

Teniendo presente que el artículo 3 del Código


de Conducta para Funcionarios Encargados de
Hacer Cumplir la Ley estipula que esos funcionarios
podrán usar la fuerza sólo cuando sea estrictamente
necesario y en la medida que lo requiere el
desempeño de sus tareas,

Teniendo presente que en la reunión


preparatoria del Séptimo Congreso de las Naciones
Unidas sobre la Prevención del Delito y Tratamiento
del Delincuente, celebrada en Varenna, Italia, se
convino en los elementos que debían tenerse en
cuenta en la continuación de los trabajos sobre las
limitaciones en el uso de la fuerza y de las armas de
fuego por parte de los funcionarios encargados de
hacer cumplir la ley,
Teniendo presente que el Séptimo Congreso,
en su resolución 14, entre otras cosas, subraya
que el empleo de la fuerza y las armas de fuego
por los funcionarios encargados de hacer cumplir
la ley debe conciliarse con el debido respeto de los
derechos humanos,

Teniendo presente que el Consejo Económico y


14

Social, en su resolución 1986/10, sección IX, de 21


de mayo de 1986, invitó a los Estados Miembros a
que prestaran especial atención en la aplicación del
Código a la cuestión del uso de la fuerza y armas
de fuego por parte de los funcionarios encargados
de hacer cumplir la ley, y que la Asamblea General,
en su resolución 41/149, de 4 de diciembre de 1986,
entre otras cosas, acogió con satisfacción esta
recomendación formulada por el Consejo,

Considerando que es oportuno, teniendo


debidamente en cuenta su seguridad personal,
atender al papel de los funcionarios encargados de
hacer cumplir la ley en relación con la administración
de justicia y la protección del derecho a la vida,
la libertad y la seguridad de las personas, a su
responsabilidad de mantener la seguridad pública y
la paz social, y a la importancia de sus calificaciones,
capacitación y conducta,

Los Principios Básicos que se enuncian


a continuación, formulados para asistir a los
Estados Miembros en sus actividades destinadas
a asegurar y fomentar el papel que corresponde
a los funcionarios encargados de hacer cumplir
la ley, deben ser tenidos en cuenta y respetados
por los gobiernos en el marco de sus respectivas
legislaciones y prácticas nacionales, y deben
señalarse a la atención de los funcionarios
encargados de hacer cumplir la ley, así como de
otras personas como jueces, fiscales, abogados
15

y miembros del poder ejecutivo y legislativo, y del


público en general.

Disposiciones generales

1. Los gobiernos y los organismos encarga-


dos de hacer cumplir la ley adoptarán y
aplicarán normas y reglamentaciones so-
bre el empleo de la fuerza y armas de fue-
go contra personas por parte de funciona-
rios encargados de hacer cumplir la ley. Al
establecer esas normas y disposiciones,
los gobiernos y los organismos encarga-
dos de hacer cumplir la ley examinarán
continuamente las cuestiones éticas rela-
cionadas con el empleo de la fuerza y de
armas de fuego.

2. Los gobiernos y los organismos encarga-


dos de hacer cumplir la ley establecerán
una serie de métodos lo más amplia po-
sible y dotarán a los funcionarios corres-
pondientes de distintos tipos de armas y
municiones de modo que puedan hacer
un uso diferenciado de la fuerza y de las
armas de fuego. Entre estas armas debe-
rían figurar armas incapacitantes no leta-
les para emplearlas cuando fuera apropia-
do, con miras a restringir cada vez más el
empleo de medios que puedan ocasionar
lesiones o muertes. Con el mismo obje-
16

tivo, también debería permitirse que los


funcionarios encargados de hacer cumplir
la ley cuenten con equipo autoprotector,
por ejemplo, escudos, cascos, chalecos a
prueba de balas y medios de transporte a
prueba de balas a fin de disminuir la nece-
sidad de armas de cualquier tipo.

3. Se hará una cuidadosa evaluación de la


fabricación y distribución de armas no
letales incapacitantes a fin de reducir al
mínimo el riesgo de causar lesiones a per-
sonas ajenas a los hechos y se controlará
con todo cuidado el uso de tales armas.

4. Los funcionarios encargados de hacer


cumplir la ley, en el desempeño de sus fun-
ciones, utilizarán en la medida de lo posi-
ble medios no violentos antes de recurrir al
empleo de la fuerza y de armas de fuego.
Podrán utilizar la fuerza y armas de fuego
solamente cuando otros medios resulten
ineficaces o no garanticen de ninguna ma-
nera el logro del resultado previsto.

5. Cuando el empleo de las armas de fuego


sea inevitable, los funcionarios encarga-
dos de hacer cumplir la ley:

a) Ejercerán moderación y actua-


rán en proporción a la gravedad del delito
17

y al objetivo legítimo que se persiga;

b) Reducirán al mínimo los daños


y lesiones y respetarán y protegerán la
vida humana;

c) Procederán de modo que se


presten lo antes posible asistencia y ser-
vicios médicos a las personas heridas o
afectadas;

d) Procurarán notificar lo sucedi-


do, a la menor brevedad posible, a los pa-
rientes o amigos íntimos de las personas
heridas o afectadas.
6. Cuando al emplear la fuerza o armas de
fuego los funcionarios encargados de
hacer cumplir la ley ocasionen lesiones
o muerte, comunicarán el hecho inmedia-
tamente a sus superiores de conformidad
con el principio 22.

7. Los gobiernos adoptarán las medidas


necesarias para que en la legislación se
castigue como delito el empleo arbitrario o
abusivo de la fuerza o de armas de fuego
por parte de los funcionarios encargados
de hacer cumplir la ley.
18

8. No se podrán invocar circunstancias ex-


cepcionales tales como la inestabilidad
política interna o cualquier otra situación
pública de emergencia para justificar el
quebrantamiento de estos Principios Bá-
sicos.

Disposiciones especiales

9. Los funcionarios encargados de hacer


cumplir la ley no emplearán armas de fue-
go contra las personas salvo en defensa
propia o de otras personas, en caso de
peligro inminente de muerte o lesiones
graves, o con el propósito de evitar la co-
misión de un delito particularmente grave
que entrañe una seria amenaza para la
vida, o con el objeto de detener a una per-
sona que represente ese peligro y oponga
resistencia a su autoridad, o para impedir
su fuga, y sólo en caso de que resulten
insuficientes medidas menos extremas
para lograr dichos objetivos. En cualquier
caso, sólo se podrá hacer uso intencional
de armas letales cuando sea estrictamen-
te inevitable para proteger una vida.

10. En las circunstancias previstas en el prin-


cipio 9, los funcionarios encargados de
hacer cumplir la ley se identificarán como
tales y darán una clara advertencia de su
19

intención de emplear armas de fuego, con


tiempo suficiente para que se tome en
cuenta, salvo que al dar esa advertencia
se pusiera indebidamente en peligro a los
funcionarios encargados de hacer cumplir
la ley, se creara un riesgo de muerte o da-
ños graves a otras personas, o resultara
evidentemente inadecuada o inútil dadas
las circunstancias del caso.

11. Las normas y reglamentaciones sobre el


empleo de armas de fuego por los funcio-
narios encargados de hacer cumplir la ley
deben contener directrices que:

e) Especifiquen las circunstancias


en que los funcionarios encargados de
hacer cumplir la ley estarían autorizados
a portar armas de fuego y prescriban los
tipos de armas de fuego o municiones au-
torizados;

f) Aseguren que las armas de fue-


go se utilicen solamente en circunstancias
apropiadas y de manera tal que disminuya
el riesgo de daños innecesarios;

g) Prohíban el empleo de armas


de fuego y municiones que puedan provo-
car lesiones no deseadas o signifiquen un
riesgo injustificado;
20

h) Reglamenten el control, alma-


cenamiento y distribución de armas de
fuego, así como los procedimientos para
asegurar que los funcionarios encargados
de hacer cumplir la ley respondan de las
armas de fuego o municiones que se les
hayan entregado;

i) Señalen los avisos de adverten-


cia que deberán darse, siempre que pro-
ceda, cuando se vaya a hacer uso de un
arma de fuego;

j) Establezcan un sistema de
presentación de informes siempre que los
funcionarios encargados de hacer cumplir
la ley recurran al empleo de armas de fue-
go en el desempeño de sus funciones.

Actuación en caso de reuniones ilícitas

12. Dado que todas las personas están au-


torizadas a participar en reuniones líci-
tas y pacíficas, de conformidad con los
principios consagrados en la Declaración
Universal de Derechos Humanos y en el
Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, los gobiernos y los organis-
mos y funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley reconocerán que la fuerza
y las armas de fuego pueden utilizarse
21

solamente de conformidad con los prin-


cipios 13 y 14.

13. Al dispersar reuniones ilícitas pero no


violentas, los funcionarios encargados de
hacer cumplir la ley evitarán el empleo de
la fuerza o, si no es posible, lo limitarán al
mínimo necesario.

14. Al dispersar reuniones violentas, los fun-


cionarios encargados de hacer cumplir la
ley podrán utilizar armas de fuego cuando
no se puedan utilizar medios menos peli-
grosos y únicamente en la mínima medida
necesaria. Los funcionarios encargados
de hacer cumplir la ley se abstendrán de
emplear las armas de fuego en esos ca-
sos, salvo en las circunstancias previstas
en el principio 9.

Vigilancia de personas bajo custodia o detenidas

15. Los funcionarios encargados de hacer


cumplir la ley, en sus relaciones con las
personas bajo custodia o detenidas, no
emplearán la fuerza, salvo cuando sea
estrictamente necesario para mantener la
seguridad y el orden en los establecimien-
tos o cuando corra peligro la integridad
física de las personas.
22

16. Los funcionarios encargados de hacer


cumplir la ley, en sus relaciones con las
personas bajo custodia o detenidas, no
emplearán armas de fuego, salvo en de-
fensa propia o en defensa de terceros
cuando haya peligro inminente de muerte
o lesiones graves, o cuando sea estricta-
mente necesario para impedir la fuga de
una persona sometida a custodia o de-
tención que presente el peligro a que se
refiere el principio 9.

17. Los principios precedentes se aplicarán


sin perjuicio de los derechos, obligaciones
y responsabilidades de los funcionarios
de establecimientos penitenciarios, tal
como se enuncian en las Reglas Mínimas
para el Tratamiento de los Reclusos, so-
bre todo las reglas 33, 34 y 54.

Calificaciones, capacitación y asesoramiento

18. Los gobiernos y los organismos encar-


gados de hacer cumplir la ley procurarán
que todos los funcionarios encargados
de hacer cumplir la ley sean selecciona-
dos mediante procedimientos adecuados,
posean aptitudes éticas, psicológicas y
físicas apropiadas para el ejercicio eficaz
de sus funciones y reciban capacitación
profesional continua y completa. Tales ap-
23

titudes para el ejercicio de esas funciones


serán objeto de examen periódico.

19. Los gobiernos y los organismos encarga-


dos de hacer cumplir la ley procurarán que
todos los funcionarios encargados de ha-
cer cumplir la ley reciban capacitación en
el empleo de la fuerza y sean examinados
de conformidad con normas de evaluación
adecuadas. Los funcionarios que deban
portar armas de fuego deben estar autoriza-
dos para hacerlo sólo tras haber finalizado
la capacitación especializada en su empleo.

20. En la capacitación de los funcionarios


encargados de hacer cumplir la ley, los
gobiernos y los organismos correspon-
dientes prestarán especial atención a las
cuestiones de ética policial y derechos
humanos, especialmente en el proceso
de indagación, a los medios que puedan
sustituir el empleo de la fuerza y de armas
de fuego, por ejemplo, la solución pacífica
de los conflictos, el estudio del comporta-
miento de las multitudes y las técnicas de
persuasión, negociación y mediación, así
como a los medios técnicos, con miras a
limitar el empleo de la fuerza y armas de
fuego. Los organismos encargados de ha-
cer cumplir la ley deben examinar sus pro-
gramas de capacitación y procedimientos
operativos a la luz de casos concretos.
24

21. Los gobiernos y los organismos encar-


gados de hacer cumplir la ley proporcio-
narán orientación a los funcionarios que
intervengan en situaciones en las que se
empleen la fuerza o armas de fuego para
sobrellevar las tensiones propias de esas
situaciones.

Procedimientos de presentación de informes y


recursos

22. Los gobiernos y los organismos encarga-


dos de hacer cumplir la ley establecerán
procedimientos eficaces para la presen-
tación de informes y recursos en rela-
ción con todos los casos mencionados
en los principios 6 y 11 f). Para los casos
con respecto a los cuales se informe de
conformidad con esos principios, los go-
biernos y los organismos encargados de
hacer cumplir la ley asegurarán que se
establezca un procedimiento de revisión
eficaz y que autoridades administrativas
o judiciales independientes estén dota-
das de competencia en circunstancias
apropiadas. En caso de muerte y lesiones
graves u otras consecuencias de impor-
tancia, se enviará rápidamente un informe
detallado a las autoridades competentes
para la revisión administrativa y la super-
visión judicial.
25

23. Las personas afectadas por el empleo de


la fuerza y de armas de fuego o sus re-
presentantes legales tendrán acceso a un
proceso independiente, incluido un pro-
ceso judicial. En caso de muerte de esas
personas, esta disposición se aplicará a
sus herederos.

24. Los gobiernos y los organismos encar-


gados de hacer cumplir la ley adoptarán
las medidas necesarias para que los fun-
cionarios superiores asuman la debida
responsabilidad cuando tengan conoci-
miento, o debieran haberlo tenido, de que
los funcionarios a sus órdenes recurren,
o han recurrido, al uso ilícito de la fuerza
y de armas de fuego, y no adopten todas
las medidas a su disposición para impedir,
eliminar o denunciar ese uso.

25. Los gobiernos y los organismos encarga-


dos de hacer cumplir la ley adoptarán las
medidas necesarias para que no se im-
ponga ninguna sanción penal o disciplina-
ria contra los funcionarios encargados de
hacer cumplir la ley que, en cumplimiento
del Código de conducta pertinente y de
estos Principios Básicos, se nieguen a
ejecutar una orden de emplear la fuerza o
armas de fuego o denuncien ese empleo
por otros funcionarios.
26

26. Los funcionarios encargados de hacer


cumplir la ley no podrán alegar obediencia
de órdenes superiores si tenían conoci-
miento de que la orden de emplear la fuer-
za o armas de fuego, a raíz de la cual se
ha ocasionado la muerte o heridas graves
a una persona, era manifiestamente ilícita
y tuvieron una oportunidad razonable de
negarse a cumplirla. De cualquier modo,
también serán responsables los superio-
res que dieron las órdenes ilícitas.
27

SECRETARÍA DE DERECHOS HUMANOS


Y PLURALISMO CULTURAL
Av. del Libertador 8151 | C1429BNC | CABA
(011) 5300-4000
www.derhuman.jus.gob.ar

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