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Teoria Del Conocimiento

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TEORIA DEL CONOCIMIENTO

1. Reseña histórica.

Si bien es cierto que la teoría del conocimiento, no existe como disciplina independiente en la
filosofía griega y en la filosofía medieval, no es menos cierto que tanto en la etapa de la filosofía antigua
como en la edad media, encontramos múltiples reflexiones acerca del problema de la "Teoría del
conocimiento", llamada también "Epistemología" ( de la palabra griega "epistema", que significa
conocimiento, o "gnoseología" ( del término griego "gnosis" que significa también conocimiento). En
dichas épocas del pensamiento filosófico, el problema de la teoría del conocimiento está insertado en los
textos referentes a los problemas ontológicos y psicológicos. Esto tiene lugar en forma especial en Platón
y en Aristóteles.

En la Edad moderna, la teoría del cocimiento aparece como disciplina autónoma. Como fundador
de ella podemos indicar a J. Locke (1632 – 1704), con su obra "Ensayo sobre el entendimiento humano"
aparecida en 1690. En ella Locke habla de la esencia y la certeza del conocimiento humano. Leibnitz
(1646 – 1716), refuta la doctrina de Locke en su obra "Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano",
obra póstuma aparecida en 1765. En Inglaterra prosigue la investigación acerca del conocimiento
humano, Berkerley (1685 – 1753), con su obra "Tratado de los principios del conocimiento humano",
aparecida en 1710. David Hume (1711 – 1776), publica dos obras referentes al problema del
conocimiento humano: "Tratado de la naturaleza humana" en 1740 e "Investigación sobre el
entendimiento humano", en 1748. En 1781, Manuel Kant (1724 – 1804), publica su obra "Crítica de la
razón pura", que es considerada como su obra maestra en el campo epistemológico.
 
2. Análisis del conocimiento y planteamiento del problema.

Los elementos que intervienen en el acto de conocer son: el sujeto cognoscente y el objeto conocido.
¿Cuál es el rol que cada uno de dichos elementos juega en el acto de conocer? El sujeto capta al objeto
mediante la imagen. El objeto imprime su imagen en el sujeto. De la relación existente entre el sujeto y el
objeto, surgen los siguientes problemas:
a) La posibilidad de conocimiento: el sujeto ¿puede realmente aprehender el objeto?
b) Origen del conocimiento: Este ¿proviene de los sentidos de la inteligencia o de ambos a la vez?
c) Esencia del conocimiento: ¿Cuál de los elementos recién nombrados juega el rol preponderante en la
elaboración del conocimiento?
d) Criterio de verdad: ¿Cuál es el criterio que se puede adaptar para asegurar la verdad del conocimiento?
 
3. Posibilidad del conocimiento.

a. Dogmatismo:

    Es la actitud epistemológica para la cual no existe el problema de la posibilidad del conocimiento.
Da por hecho que el sujeto puede conocer sin dificultad al objeto. El dogmatismo, en el sentido
epistemológico, no se debe entender despectivamente. Es una actitud que no tuvo problema acerca de la
posibilidad del conocimiento y aceptó simplemente dicha posibilidad.

b. Escepticismo:

Este sistema gnoseológico niega la posibilidad de que el sujeto cognoscente pueda captar el
objeto conocido. El conocimiento, como aprehensión real del objeto por el sujeto, es imposible. De lo
cual resulta que no podemos emitir juicio alguno.
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Hay diferentes clases de escepticismo. El escepticismo que niega la posibilidad del conocimiento
en general, recibe el nombre de escepticismo absoluto o radical. Cuando el escepticismo niega la
posibilidad de un determinado conocimiento, recibe el nombre del conocimiento cuya posibilidad niega.
Así, por Ej. , existe el escepticismo metafísico, en cuanto niega la posibilidad del conocimiento
metafísico. Asimismo, se habla del escepticismo ético y del religioso, pues niega el conocimiento de lo
moral y el conocimiento religioso respectivamente. Finalmente, existe el escepticismo sistemático y el
escepticismo metódico. El primero niega la posibilidad del conocimiento por principio,
sistemáticamente. El segundo lo hace por método: pone en duda lo que naturalmente nos presenta el
conocimiento, para separar de esta manera lo verdadero de lo falso y llegar así al saber absolutamente
seguro.

  El escepticismo absoluto es imposible. Ya San Agustín arguyó de la siguiente manera contra los
escépticos: "No temo los argumentos de quienes dicen: ¿Y si te engañas? Si me engaño soy. Quien no es,
no puede siquiera engañarse; y por eso, si me engaño, soy". "Así, pues, ya que soy yo que me engaño,
¿cómo puedo engañarme de que soy, si es cierto que soy yo que me engaño? Puesto que fuera yo quien
se engañase aun cuando yo me engañara, no me engañaría en cuanto a saber que soy". El escepticismo
absoluto es evidentemente falso, pues se contradice abiertamente. Al afirmar que el conocimiento es
imposible, con eso mismo expresa un conocimiento.

c. Pragmatismo:

         El pragmatismo epistemológico reemplaza el concepto de la verdad, que deriva de la


correspondencia entre el pensamiento y el objeto, substituyéndolo por el concepto de lo útil. La verdad
para el pragmatismo significa lo valioso y lo útil para la vida. El pragmatismo se enraíza en el peculiar
concepto referente a la naturaleza humana. Para dicha corriente filosófica, el hombre no es un ser
pensante, sino un ser de voluntad y acción. El intelecto, como lo observa Essen, no es dado al hombre,
según el pragmatismo, para investigar y conocer la verdad; sino para poder orientarse en la realidad. La
verdad consiste básicamente, según el pragmatismo, en lo útil y provechoso de la conducta humana.

   El error básico del pragmatismo reside en el desconocimiento y la negación de la autonomía del


pensamiento humano. Si bien es cierto que el pensamiento humano tiene estrecha relación con las
diferentes realidades de la vida y que sufre influencia profunda de las demás vivencias psíquicas, no es
menos cierto, que el pensamiento humano tiene su propio campo de acción y no puede ser reducido a la
mera función de lo útil en la vida humana.

d. Criticismo:

  El escepticismo y en concomitancia con el pragmatismo que, en último análisis es una especie de


escepticismo, son ambos la antítesis del dogmatismo. La posición intermedia entre aquellos es el
criticismo. Este sistema tiene de común con el dogmatismo que acepta la fundamental confianza en la
razón humana. No acepta, sin embargo, la posibilidad del conocimiento y de la verdad en forma ingenua,
como lo hace el dogmatismo, sino que examina detenidamente la actividad de la razón humana. La
desconfianza en lo referente a determinados conocimientos, como ser: frente a la posibilidad del
conocimiento racional de lo absoluto, lo acerca al escepticismo. La actitud del criticismo es reflexiva y
crítica. Es el término medio entre la ingenuidad del dogmatismo y lo absurdo del escepticismo.
Indudablemente la actitud epistemológica del criticismo aporta elementos valiosos a la Teoría del
conocimiento; siendo su autor Manuel Kant.

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e. El subjetivismo y el relativismo.
El escepticismo sostiene que no hay verdad alguna. El subjetivismo y el relativismo no son tan
radicales. Con ellos se afirma que si existe una verdad; sin embargo, tal verdad tiene una validez
limitada. El subjetivismo, como su nombre lo indica, limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y
juzga. El relativismo afirma que no existe alguna verdad, alguna verdad absolutamente universal.
El subjetivismo y el relativismo son análogos, en su contenido, al escepticismo. En efecto, ambos niegan
la verdad; no en forma directa como el escepticismo, pero sí en forma indirecta al dudar de su validez
universal.

4. Origen del conocimiento.

           En éste nuestro enfoque acerca del origen del conocimiento, partiremos de un juicio conocido para
todos: "Los metales se dilatan con el calor". Analicemos lo que nos suministra nuestra propia experiencia
acerca del origen de este juicio. En la formación de este juicio intervienen ante todo, nuestros sentidos.
En efecto, mediante el sentido del tacto obtenemos la sensación de calor y mediante la vista verificamos
la dilatación del metal. Pero al mismo tiempo percibimos una relación, o sea una conexión entre la acción
del calor y el hecho de que el metal se dilate. La dilatación sigue a la acción del calor, a saber, es causada
por el calor. Vemos, pues, que en la formación del juicio: "los metales se dilatan por el calor",
intervienen dos elementos: uno proveniente de los sentidos y el otro del pensamiento. Surge, pues, el
problema, ¿cuál de estos elementos es definitivo en la formación del juicio mencionado? En otras
palabras, ¿dónde tiene su origen el conocimiento? ¿Acaso en la experiencia que proporcionan los
sentidos o en los elementos que elabora el pensamiento? Además, procede esta otra pregunta: ¿En cuál
de los elementos citados se funda la validez del conocimiento? Las respuestas a estos problemas fueron
muy diferentes a lo largo de la historia del pensamiento filosófico.

a. Empirismo.

Sostiene que la única fuente del conocimiento humano son los sentidos, es decir, la experiencia
sensible. Según el empirismo, el espíritu no aporta nada en la elaboración del conocimiento, pues, es una
especie de hoja en blanco en la cual es la experiencia la que escribe. Todos los conceptos aún los más
generales y abstractos son, por lo tanto, fruto de la experiencia sensible.

            Ahora bien, la experiencia sensible puede ser externa e interna, según qué clase de sentidos
intervienen en su realización. Existe una forma de empirismo llamada sensualismo, que admite como
única fuente de conocimiento la experiencia de los sentidos externos. El filósofo francés Condillac (1715
– 1780), es su representante.

           Esta actitud epistemológica tiene sus proyecciones en el campo metafísico. En efecto, si todo el
conocimiento se reduce a la experiencia sensible, no se podrá llegar jamás al conocimiento suprasensible,
capaz de aprehender realidades suprasensibles o espirituales. El empirismo epistemológico lleva,
necesariamente al escepticismo metafísico.

b. Racionalismo.

           La fuente única del conocimiento humano, según el racionalismo es la razón. El conocimiento
cobra validez si es lógicamente necesario y universalmente válido. Solamente cuando emitimos un juicio
acerca de algo que tiene que ser así, siempre y en todas partes, y no puede ser de otra manera, solamente
entonces tenemos un juicio verdadero. Así, los siguientes juicios cumplen con estas exigencias: "El todo
es mayor que una parte". "Todo efecto tiene una causa". En ambos casos vemos que tiene que ser así y
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no de otra manera. En efecto, sostener que una parte del todo sea mayor que el todo, equivale a la
contradicción de la razón consigo misma.

          Los juicios mencionados poseen, pues, una necesidad lógica y una validez universal. Carecen de
estas características los juicios provenientes de la experiencia. Tales como: "los metales se dilatan con el
calor", "el agua hierve a 100°", etc. Existe la posibilidad que suceda diferente. Pues, no encierran en sí
una necesidad lógica. Los juicios que se basan en la experiencia tienen solamente validez hasta donde
pueden ser comprobados. Su validez, por lo tanto, es limitada. No sucede lo mismo, sostiene el
racionalismo, con los juicios que se basan en la razón. En efecto, el juicio: "El todo es más grande que
una parte de él", no se apoya en la experiencia, sino tiene su fundamento en la razón: es lógicamente
necesario y universalmente válido. De donde resulta, que el verdadero conocimiento tiene su fundamento
único en la razón.

         El origen del racionalismo se encuentra fácilmente en los cultivadores de las ciencias matemáticas,
por ser este conocimiento predominantemente conceptual y deductivo. Los principales representantes del
racionalismo fueron en la Antigüedad: Platón (427 – 347) y Plotino (205 –270). En la Edad Moderna:
Descartes (1596 – 1650), Malebranche (1638 – 1715), y Leibnitz (1646 – 1704).
          El mérito principal del racionalismo está constituido por el hecho de destacar el factor racional en
el conocimiento humano. Pero, al pretender establecer la razón como fuente única del conocimiento
humano, cae en el exclusivismo, del cual a su vez deriva su posición dogmática. Sin duda, el
racionalismo, por operar con conceptos suprasensibles abre el camino hacia las verdades metafísicas.

c. Apriorismo.

  Es una corriente epistemológica que intenta mediar entre el empirismo y el racionalismo. Manuel
Kant, es el autor principal del apriorismo, ante todo hace una crítica de ambas actitudes extremistas y
luego procura resolver el problema planteado. La actitud racionalista, sostiene Kant, es una actitud
dogmática; además, aún admitiendo con el racionalismo las ideas innatas, ¿cómo se establece la relación
entre ellas y los objetos? El empirismo por su lado, prosigue la crítica Kantiana, toma en cuenta las
relaciones que rigen las impresiones sensibles. Además, el empirismo no explica leyes que rigen el
fenómeno y que son la base del progreso científico. Pues, es incapaz de fundamentar una metafísica que
el espíritu humano exige.

  Prosigue Kant, el racionalismo admite solamente los juicios "analíticos", o sea, juicios en los
cuales la idea expresada en el predicado está contenida en la extensión del sujeto. Estos conocimientos a
priori, son independientes de la experiencia y, por ende, son inútiles. El empirismo, a su vez, admite
solamente los "juicios a posteriori", es decir, juicios en los cuales la relación entre el sujeto y el
predicado se funda en los datos de la experiencia. Dichos juicios tienen el mérito de expresar un
contenido concreto, pero son incapaces de fundamentar una ciencia.

Frente a la deficiencia de estas dos actitudes extremistas, Kant presenta su tesis: para hacer
posible la ciencia y construirla son necesarios los conocimientos tanto "a priori" como "a posteriori".
Gracias a los primeros se podrá establecer las leyes científicas y los segundos permitirán determinar el
contenido de la ciencia. Esta clase de conocimientos se podrá obtener mediante los juicios que Kant
llama "juicios sintéticos a priori". Dichos juicios provienen de la forma "a priori" que es la base del
conocimiento, y de la experiencia "a posteriori" que es el contenido del conocimiento. Pero ahora
aparece también aquí la dificultad que se presentó en el racionalismo ¿Cómo aplicar la forma "a priori" al
contenido de la experiencia que es una forma "a posteriori", siendo que una forma es independiente de la
otra? Kant resuelve la dificultad diciendo que la forma "a priori", es decir, el elemento racional, es el que
establece las relaciones necesarias y universales entre los fenómenos del contenido. Con esto Kant afirma
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que: "el orden de las cosas los forma la actividad de nuestro entendimiento" .La experiencia sensible
nos proporciona solamente el contenido, que es un "material caótico"; el sujeto pensante establece la
relación, el orden en dicho material. De lo cual resulta que el sujeto es el coordinador y constructor del
mundo de la experiencia. De esta manera queda suprimido el problema de la relación entre el
pensamiento y las cosas. El orden del pensamiento imprime el orden a las cosas. El conocimiento por lo
tanto, tiene su origen en la síntesis inseparable de las leyes del pensamiento y el contenido de la
experiencia.

Surge ahora naturalmente la pregunta, ¿cuáles son estas formas a priori que hacen posible el
conocimiento? Estas formas "a priori" inherentes a nuestro espíritu son las formas del espacio y del
tiempo. Mediante la forma a priori espacio, nuestro espíritu consigue la ordenación externa de nuestras
sensaciones y mediante la forma a priori tiempo, nuestro espíritu establece el orden interno. Así por ej. ,
la forma "a priori" establece el diseño de las figuras geométricas en el espacio y los nuevos aspectos de
los números en el tiempo: 5 más 7= 12. Todo esto lo realiza el espíritu mediante la intuición, que es el
primer grado de la actividad "a priori".

  Pero el espíritu, además de intuir, puede pensar. Así se llega al segundo grado de la síntesis, que
implica una relación más estrecha entre las diferentes intuiciones. Esa nueva síntesis se realiza mediante
el juicio. Las formas del juicio son las categorías en las cuales tienen su origen los conceptos. Así las
cualidades que constantemente persisten en el espacio, se tornan substancia y las que persisten en el
tiempo, en causa. Substancia y causa no tienen valor por sí mismos, sino que son dos formas, dos
categorías del pensamiento. Es el pensamiento, pues el legislador de la naturaleza y el constructor del
mundo. La validez de la categoría nos permite el conocimiento universal y necesario. Kant opina que de
esta manera ha superado el racionalismo y el empirismo.
 
5. Esencia del conocimiento humano.

      Las teorías epistemológicas que procuran determinar la esencia del conocimiento son muchas. Nos
detendremos brevemente en dos: El Idealismo y el Realismo.

a. El Idealismo.
          Ante todo hay que dejar en claro la distinción neta entre el idealismo metafísico y el idealismo
epistemológico. Llamase idealismo metafísico al sistema filosófico que sostiene que el fundamento de
toda realidad son las fuerzas espirituales o potencias ideales. El Idealismo epistemológico sostiene la
prioridad del pensamiento sobre lo real. La conciencia constituye el mundo de lo real. Al suprimir los
objetos reales deja solamente los contenidos de la conciencia. Atendida esta exposición, la crítica que
suele presentarse al idealismo es la siguiente:

El idealismo es, ante todo, una actitud del todo gratuita; pues, asevera sin pruebas que el objeto del
pensamiento no puede ser sino el pensamiento; que el acto de conocimiento, por ser una acción
inmanente, no puede asir otra cosa que no sean estados interiores, a saber, estados de conciencia. Esta
afirmación es ambigua. Es cierto que el pensamiento no capta sino objetos de pensamiento; pero, decir
"objetos de pensamiento" no equivale necesaria ni idénticamente a estado interior de conciencia.

El idealismo, si se lo examina a fondo es indefendible, pues conduce inevitablemente al solipsismo,


según el cual un más allá del pensamiento es impensable, porque el acto de conciencia no puede salir de
su propia interioridad; el ser se confunde con el percibir.

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b. El Realismo.

          Esta actitud epistemológica acepta la existencia de las "cosas reales" fuera de la conciencia. La
prioridad del objeto sobre el sujeto. Esto último se puede entender de diferentes maneras y de ello
proceden las diferentes clases de realismo.

Realismo Indirecto.- en esta actitud epistemológica, la prioridad del objeto respecto del sujeto significa
principalmente la parte de pasividad que nuestro conocimiento comporta en razón de la receptividad
sensible. El conocimiento, afirma dicho sistema, que nosotros adquirimos de las cosas, es a base de
sensaciones pasivamente recibidas. Estas de suyo son objetivas, pues, ellas son asidas por la conciencia
como un efecto, de la acción de los objetos que actúan como causas.

Realismo Inmediato.- esta actitud excluye la noción de causalidad cuando se trata de la prioridad del
objeto respecto del sujeto y le da un sentido mucho más amplio. La prioridad del objeto significa para el
realismo inmediato el punto de partida del conocimiento humano. Más exactamente, a la base de nuestras
nociones abstractas y de nuestras afirmaciones, hay una presencia de lo real delante de la conciencia.
Esto real inmediatamente presente, es sin duda, el real sensible, captado por los sentidos; mas este real es
al mismo tiempo inteligible, y como tal, presente a través de los sentidos, a la conciencia intelectual.

          Según ese realismo inmediato, no se niega que la conciencia humana aporta en la elaboración
final del conocimiento una parte considerable. La presencia inmediata no es más que un catalizador del
proceso cognitivo. En el realismo inmediato se acentúa, ante todo, la dualidad sujeto-objeto inherente a
todo acto del conocimiento humano. Nos pone el sujeto frente al objeto; destaca la prioridad del objeto
respecto del sujeto y pone en evidencia la actitud activa de la conciencia en el acto de conocer.
 
6. Criterio de la verdad.

       Antes de enfocar dicho problema, aclararemos el término de "verdad". En la vida diaria
hablamos de "oro verdadero", de "amigo verdadero", de "cuadro hermoso", etc. En todos estos casos
queremos afirmar que lo que es, "es". Y en eso cabalmente consiste la verdad. Sin embargo, debemos
distinguir claramente entre la verdad ontológica y la verdad lógica.

a. Verdad Ontológica.- expresa el ser de las cosas, en cuanto corresponde exactamente al


nombre que se le da; es la conformidad de un objeto con su naturaleza, representada por la
idea. Poseer esta verdad, es conocer las cosas tal cual ellas son. Por ej., "este metal es oro"
expresa una verdad ontológica, si el metal indicado es realmente oro.

b. Verdad lógica.- yo puedo emitir también un juicio que expresa conveniencia o


disconveniencia entre dos ideas; por ej.,"este oro es puro". En este caso se trata de la verdad
lógica que expresa la conformidad del espíritu con las cosas, es decir, conformidad del
espíritu con la verdad ontológica.

          La historia de la filosofía nos expone numerosos criterios de verdad que adoptan los diferentes
sistemas filosóficos. Se pueden dividir en: a) Criterios externos y b) Criterios internos. Estos a su vez se
subdividen en: interno-subjetivos e interno-objetivos.

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i. Criterios externos:

- La revelación.- criterio sostenido por el obispo francés Daniel Huet, afirmando que la sola razón
humana no puede salir por sus propias fuerzas de la probabilidad, por lo tanto, necesita de la revelación
por parte de Dios para llegar a la certeza.

- El tradicionalismo.- sostenido por Bonald. En este sistema la tradición es el criterio de verdad. Lo que
se conforma con la tradición es verdadero; lo que a ella contradice, falso.
- El consentimiento común o de la razón universal.- Lamennais sostiene este criterio. Según él, el
criterio de verdad es la autoridad que tiene la conformidad de juicios y pareceres de los hombres.

- La utilidad.- El pragmatismo sostiene que los juicios son verdaderos si de ellos fluyen resultados útiles
para el hombre.

ii. Criterios internos subjetivos:

- Según Protágoras, "el hombre es la medida de todas las cosas", y por lo tanto es verdadero aquello que
a cada uno le parece serlo.

- Criterio del instinto ciego.- Lo sostiene Tomás Reid. El alma humana tiene una facultad especial que
él llama "sentido común", que viene a ser una especie de instinto que irresistiblemente nos lleva a admitir
como verdaderos ciertos principios, aunque no veamos la razón de su verdad.

- Criterio del sentimiento.- Su sostenedor es F. Jacobi. El criterio de la verdad es una especie de


sentimiento superior por el cual espontánea e irresistiblemente creen los hombres.

- Criterio del imperativo categórico.- Kant sostiene que la certeza moral es una creencia y no una
visión intelectual objetiva.

Criterio interno objetivo:


          Según esta posición filosófica, el criterio de la verdad es la evidencia.
- René Descartes.- sostiene que la idea clara y distinta del sujeto es el criterio de la verdad.

- Criterio de la evidencia.- Llamase evidencia la plena claridad con que la verdad se impone a la
adhesión de la inteligencia.
          Según esta opinión, el criterio de la verdad es algo necesario y a la vez suficiente para que el
espíritu dé su asentimiento sin miedo a errar. … …

7. Epistemología científica en el siglo XX


Durante el segundo cuarto del siglo XX surgieron dos escuelas de pensamiento, ambas deudoras del
filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein. Por una parte, la escuela del empirismo o positivismo lógico,
tuvo su origen en Viena, Austria, pero pronto se extendió por todo el mundo. Los empiristas lógicos
hicieron hincapié en que sólo hay una clase de conocimiento: el conocimiento científico; que cualquier
conocimiento válido tiene que ser verificable en la experiencia; y, por lo tanto, que mucho de lo que
había sido dado por bueno por la filosofía no era ni verdadero ni falso, sino carente de sentido. A la
postre, siguiendo a Hume y a Kant, se tenía que establecer una clara distinción entre enunciados
analíticos y sintéticos. El llamado criterio de verificabilidad del significado ha sufrido cambios como
consecuencia de las discusiones entre los propios empiristas lógicos, así como entre sus críticos, pero no
ha sido descartado.

7
COMPRENSION:
1.- ¿A quién se puede mencionar como fundador de la teoría del conocimiento?
2.- Nombre una obra escrita por J. Locke.
3.- Nombre una obra escrita por M. Kant.
4.- ¿Qué elementos intervienen en el acto de conocer?
5.- ¿Qué problemas surgen de la relación del sujeto con el objeto?
6.- ¿Qué es el dogmatismo?
7.- ¿Qué es el escepticismo?
8.- ¿Qué es la verdad para el pragmatismo?
9.- ¿Cuál es la fuente del conocimiento humano según el empirismo?
10.- ¿Cuál es la fuente del conocimiento humano según el racionalismo?
11.- ¿De qué depende la validez del conocimiento según el racionalismo?
12.- ¿Dónde se puede encontrar el origen del racionalismo?
13.- Nombre algunos filósofos racionalistas.
14.- ¿Qué es el apriorismo?
15.- ¿Qué es necesario, para hacer posible una ciencia según Kant? 
16.- ¿Cuáles son las formas a priori que hacen posible el conocimiento, según Kant?
17.- ¿Qué se entiende por Idealismo metafísico?
18.- ¿Qué se entiende por Idealismo epistemológico?
19.- ¿Qué se entiende por realismo?
20.- ¿Qué expresa la verdad ontológica?
21.- ¿Qué expresa la verdad lógica?
22.- ¿Qué sostiene el criterio de verdad de la revelación?
23.- Nombre algunos criterios de verdad internos subjetivos
24.- ¿Cuál es el conocimiento válido para los científicos?
25.- ¿Cómo debe ser verificado el conocimiento científico?

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