Capitalismo VS Socialismo
Capitalismo VS Socialismo
Capitalismo VS Socialismo
La pugna entre estos dos modelos deriva de los tiempos de la Guerra Fría,
en que se opusieron dos bloques políticos y económicos en el mundo: el
comunista, orquestado por la U.R.S.S. y el capitalista, por E.E.U.U y los países
aliados (Francia, Inglaterra).
Fuente: https://www.caracteristicas.co/socialismo-y-
capitalismo/#ixzz64VQFVw69
1. Orígenes
2. Conceptos
En el capitalismo, las clases pudientes controlan los medios de producción.
4. Tipos de capitalismo
5. Tipos de socialismo
6. Políticas
El socialismo muchas veces ha conducido a dictaduras.
7. Críticas
8. Modelo de sociedad
10. Comunismo
Fuente: https://www.caracteristicas.co/socialismo-y-
capitalismo/#ixzz64VbIM9LM
1.- El capitalismo es cooperación
Muchas veces se ataca al capitalismo porque, claman, es una descarnada
competencia, una especie de lucha física como las típicas del mundo animal.
Nada más lejos de la realidad. El capitalismo es en realidad una competencia
cooperativa o, dicho de otro modo, una competencia por ser más eficaz en la
cooperación. Cuanto más sirves a los demás, más triunfas en el capitalismo
liberal. Es lo que generalmente se ha denominado la soberanía del consumidor
como característica inequívoca del libre mercado. En última instancia, todos
somos consumidores. El socialismo sin embargo niega y prohíbe tal
cooperación. Imponiendo desde arriba las decisiones políticas de turno, no
permite que los individuos lleguen libremente a acuerdos voluntarios entre sí.
Preferir la cooperación a la imposición es preferir el capitalismo.
2.- El capitalismo es optimismo
Creer en el capitalismo es creer en el mundo de las oportunidades. Es creer
que se puede hallar en casi todo horizonte posibilidades de creación, de
expansión, de construir y elevar los estándares de vida y la condición humana
misma. Es creer que el Universo nos puede ofrecer ilimitadas fuentes de
progreso y avance, que los recursos no están dados porque esos ‘mismos
recursos’ pueden reordenarse y reinventarse para conseguir cosas mejores,
más rápidas, más potentes y más deslumbrantes hoy que ayer y mañana que
hoy.
3.- El capitalismo es creer en la gente
El manido concepto de ‘pueblo’ por el socialismo sólo adquiere verdadero
significado, sentido y poder en el marco del capitalismo de libre mercado. El
capitalismo cree que somos nosotros todos y cada uno de los individuos los
que debemos tomar las decisiones, pues el llamado mercado no es más que la
red de las constantes decisiones de todos los miembros de la sociedad. El
socialismo sin embargo cree que el hombre común no es quién para tomar
decisiones y que debe delegarlas en una burocracia. De ahí que con lógica el
socialismo sea una ideología de arrogancia y desprecio a esa gente, ese
pueblo.
4.- El capitalismo protege el planeta
Ninguna catástrofe ambiental es mayor que la que han producido los
regímenes comunistas en el planeta. Las estadísticas muestran una clara
correlación entre el bienestar socio-económico y las mejores condiciones
ambientales. No hay que olvidar que una de las bases del respeto y el
capitalismo es la propiedad privada. La llamada Tragedia de los comunes,
donde todo es de todos, explica por qué la propiedad común es
ambientalmente mucho más desastrosa siempre que la privatización. Nadie
tiene incentivos para cuidar algo que no es suyo. El capitalismo es enemigo de
la polución.
5.- El capitalismo es un antídoto contra las guerras
Que en la era del capitalismo se han reducido las guerras en comparación con
eras anteriores es un hecho. También hay que advertir que es mucho más
probable que los países menos liberales y capitalistas se enfrenten entre sí que
los que no lo son. Australia no declararía la guerra a Nueva Zelanda ni
Holanda a Alemania. Ya decía Frédéric Bastiat que donde no cruzaran las
fronteras los bienes lo harían los soldados. Un sistema de cooperación como el
capitalismo es el revulsivo perfecto de un sistema de violencia. A diferencia
del socialismo cuya base es la violencia del poder político sobre la sociedad.
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SI UD. está leyendo este artículo, es más que probable que piense que el mundo
está patas para arriba.
No le entra en la cabeza que Bush sea presidente, y es más, seguro que habrá
comprado uno de esos calendarios que cuentan por lo que falta para que se vaya
(511 días, 510 días, 509 días, etc.).
Estará tocando madera, haciendo tripas corazón o cruzando los dedos de que no
sea tan torpe de atacar a Irán. También sabe ahora que ni aun borracho debe
apostar por dinero a que Bush no hará cosas estúpidas. Lo primero que le viene
a la mente cuando ve una foto de Bush seguro que rima con hijo de su madre.
Quienquiera que sea elegido nuevo presidente Ud está casi seguro que peor que
Bush, imposible, A estas alturas tiene una sensación amarga en el estómago, las
posibilidades de que cambien las prioridades del sistema que lo tiene a mal traer
son escasas.
Si tuviera que hacer una lista de los problemas más importantes que aquejan al
mundo, no sabría en que orden colocarlos pero sí cuales incluiría en el paquete:
la ocupación de Irak, el recalentamiento del planeta, los 2 millones de presos en
la cárceles de EE UU, el tratamiento desigual hacia las mujeres, las redadas
contra las familias de inmigrantes, los 47 millones de personas sin cobertura
médica, el gran capital empresario desbocado.
Lo peor de todo es sentir que algo se debería hacer para cambiar este desastre,
pero la tarea pareciera tan abrumadora, que resulta difícil imaginar un resultado
positivo.
Por otro lado, lo malo, es que los ricos y poderosos controlan aun los medios de
comunicación, hacen y deshacen con sus dineros la "democracia
norteamericana", han equipado enormes ejércitos de policías, aumentado la
prisiones y pisoteado las libertades y derechos civiles.
Hay una pregunta que salta de inmediato: ¿Qué podemos hacer al respecto?
Veamos algunas ideas con las que podemos comenzar.
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La mayor parte del tiempo desde que el ser humano trasciende la naturaleza,
digamos unos 100.000 años, el hombre ha vivido en pequeñas y pacíficas
comunidades, en donde la cooperación, mutua dependencia y colaboración
fueron la base de subsistencia.
Digamos que es solo a partir de los últimos 5.000 años que el desarrollo
tecnológico permitió que hubiera sobrantes de alimentos y otros productos más
allá de las necesidades inmediatas. Primero fue la domesticación de animales y
la agricultura, luego la industria y hoy en día las computadoras. Esta
sobreproducción o excedente hizo posible que una pequeña minoría empezara
a vivir a costa del trabajo de otros.
Esto no era así ni siquiera hace cien años. Antes las hambrunas y las plagas se
debían a que la agricultura era incapaz de producir suficientes alimentos si las
condiciones climáticas eran perjudiciales durante uno o dos años. Las medicinas
y los remedios no habían alcanzado el grado de desarrollo suficiente para
permitir curar las enfermedades.
En la actualidad, las hambrunas y las plagas son causadas por los monopolios
de la agroindustria y el gobierno norteamericano al acaparar alimentos o al
subsidiar a los agricultores para que no siembren con el objeto de mantener alta
las ganancias y los precios. Es para no creer que fortunas del orden de los 10.000
millones de lo que pagamos en impuestos sean usados todos los años a fin de
sostener el precio de la leche, aun cuando en 20% de los niños norteamericanos
viven bajo el nivel de pobreza.
Lo mismo ocurre con los laboratorios farmacéuticos. Un ejemplo: Los remedios
contra el SIDA no son perfectos pero aun así pueden mejorar la calidad de vida
de los infectados por el VIH, además de prevenir la propagación del virus. Sin
embargo las grandes corporaciones farmacéuticas norteamericanas insisten en
cobrar miles de dólares anuales por paciente por esas drogas imprescindibles.
¿Porqué? Lucro.
Todos los años las Naciones Unidas informan que alrededor de 6 millones de
niños menores de 5 años mueren debido a la desnutrición o enfermedades
fáciles de prevenir, en la mayoría de los casos debido a la proliferación de aguas
contaminadas. En otras palabras, cada año, el capitalismo es responsable de la
magnitud de un Holocausto en razón de su codicia y negligencia.
Y todo perfectamente legal. Bush podrá ser torpe como una mula, pero por lo
general los grandes capitalistas y sus personeros han desarrollado numerosas
artimañas para proteger sus puestos.
Vea como ahora los medios se ensañan con la película Sicko de Michael Moore.
La CNN está trasmitiendo un informe en el que ataca a la película de Moore
diciendo que es pura propaganda, a la vez que acepta millones de dólares en
concepto de publicidad de las mismas compañías de seguros médicos (HMO)
que el film critica. Una joyita de "periodismo objetivo".