Viviendosobrio PDF
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VIVIENDO SOBRIO
ALGUNAS SUGERENCIAS
Aun las palabras "mantenerse sobrio", y con mayor razón "vivir sobrio",
ofendieron a muchos de nosotros cuando se nos dio por primera vez ese
consejo. Si bien es cierto que habíamos bebido en exceso, muchos de
nosotros nunca nos sentimos borrachos, y estábamos seguros de que
casi nunca parecíamos borrachos. Muchos de nosotros nunca nos
tambaleamos, caímos o tuvimos la lengua pesada; muchos otros nunca
desordenaron sus vidas, nunca perdieron un día de trabajo, nunca
tuvieron accidentes automovilísticos y nunca llegaron a estar
hospitalizados o encarcelados por causa del licor.
Una persona que tenga una alergia a las comidas puede vivir
sintiéndose permanentemente en estado de autocompasión,
quejándose de que le ha sido injustamente negado un placer, y
reprochándose constantemente por no serle permitido comer
alguna sustancia deliciosa.
Obviamente, aun cuando nos sintamos engañados, no es
conveniente ignorar nuestra estructura fisiológica. Si ignoramos
nuestras limitaciones, podrían resultar serios desajustes o
enfermedades. Para permanecer saludables o razonablemente
satisfechos, debemos aprender a vivir con los cuerpos físicos que
tenemos.
Muy bien, pero ¿qué puede hacer usted si sabe que tiene una
enfermedad incurable, progresiva y fatal, ya sea que se trate del
alcoholismo o de alguna otra, como un cáncer o una afección
cardiaca?
"Si usted desea recuperarse", dijo una mujer miembro de A.A., "lo
único que debe hacer es tomar su tratamiento, seguir las
direcciones y continuar viviendo. Es muy fácil siempre y cuando
recuerde los nuevos hechos que sabe acerca de su salud. ¿Quién
tiene tiempo para sentirse "deprimido" o autocompadecerse
cuando encuentra que hay tantos placeres conectados con una
vida feliz y sin el temor de la propia enfermedad?".
Ensaye esta idea. ¿No sería preferible para usted el reconocer que
tiene una condición de salud que puede tratarse exitosamente,
que gastar una cantidad de tiempo preocupándose
miserablemente acerca de lo que está mal en usted.? Hemos visto
que ésta es una pintura de nosotros mismos, de mejor apariencia y
de mayor sensación, que la antigua representación triste que
acostumbrábamos ver. Y es mucho más real, además. Esto lo
sabemos. La prueba de ello está en la forma en que ahora nos
sentimos, actuamos y pensamos. Quienquiera que lo desee puede
tomar "un período de ensayo" de este nuevo concepto de sí
mismo. Posteriormente, quienquiera que desee regresar a sus
viejos días tiene la completa libertad para empezarlos de nuevo.
Usted tiene el pleno derecho de volver a tomar su miseria si
realmente la desea.
6. PONERSE EN ACTIVIDAD
Es muy difícil sentarse calmadamente a tratar de no hacer una
determinada cosa, o aun de no pensar acerca de ella. Es mucho más
fácil ponerse en actividad y hacer alguna otra cosa, diferente del acto
que estamos tratando de evitar.
Casi todos nosotros teníamos que trabajar. Pero aún así, había varios
espacios largos y vacantes de minutos y de horas en los cuales no
encontrábamos nada que hacer. Necesitábamos conseguir nuevos
hábitos o actividad para llenar esos espacios abiertos y utilizar la
energía nerviosa que previamente era absorbida por nuestra
preocupación o nuestra obsesión por la bebida.
Cualquiera que haya intentado alguna vez modificar un hábito sabe que
es mucho más fácil encontrar una actividad nueva y substitutiva que
dejar el antiguo hábito sin colocar nada en su lugar.
El ayudar con esas pequeñas y fáciles tareas físicas no quiere decir que
usted sea el celador o conserje del grupo. Nada de eso. Por los años que
llevamos haciéndolo y observando a nuestros compañeros que lo hace,
sabemos que prácticamente todas las personas actualmente
recuperadas en A.A., han tomado sus turnos en esos detalles menores
de limpieza, organización y cuidado general del grupo. Los resultados
que hemos sentido al efectuar esas tareas son concretos, benéficos y
usualmente sorprendentes.
En A.A. nadie está ni por "encima" ni por "debajo" de los demás. No hay
clases, ni estratos ni jerarquías entre los miembros. No hay funcionarios
formales, ni tienen ninguna clase de poder, gobierno o autoridad. A.A. no
es una organización en el sentido ordinario de la palabra. En vez de eso,
es una comunidad de iguales. Todos nos llamamos unos a otros por el
nombre de pila. Los miembros se turnan para llevar a cabo los servicios
que necesita el grupo para poder funcionar y reunirse.
8. Tomar un curso. ¿Ha deseado usted alguna vez poder hablar swahili o
ruso? ¿Aprender historia o matemáticas? ¿Arqueología o antropología?
Casi en todas partes pueden conseguirse cursos por correspondencia,
instrucción por la televisión o la radio, clases para adultos (no
necesariamente con objetivos académicos) y que usted podría tomar.
¿Por qué no ensaya? Nosotros hemos visto que un curso de esos no sólo
puede añadirle una nueva dimensión a la vida, sino en ocasiones
conducirnos a una carrera totalmente diferente.
11. ¡Ensayar algo totalmente frívolo! No todo lo que hacemos tiene que
ser un esfuerzo dirigido hacia el mejoramiento personal, aunque siempre
tales esfuerzos son valiosos y nos proporcionan un alza en nuestra
propia estimación. Muchos de nosotros creemos que es importante
equilibrar los temas serios con las cosas que hacemos por pura
diversión. ¿Le gusta a usted el deporte? ¿Los zoológicos? ¿El chicle?
¿Las películas de los Hermanos Marx? ¿Las lecturas de ciencia ficción o
las historietas de detectives? Si no es así, busque a otra actividad no
alcohólica con la cual sienta agrado y diviértase en seco. Usted se lo
merece.
12. Llene este espacio usted mismo. Esperamos que la lista que le hemos
dado le abra alguna idea diferente de todas las que le hemos enunciado .
. . ¡Si es así, magnífico! Proceda.
Por vía de ejemplo: "Odio este trabajo. ¿Tengo qué seguir en él, o
puedo renunciar?" Un poco de sabiduría nos dice: "Bien, si
renuncio es probable que pase un tiempo difícil las próximas
semanas o meses, pero si tengo la decisión suficiente para
afrontarlo, 'el valor para cambiar', yo creo que podría hacer un
mejor papel en otra parte".
Usted hará la elección que más le convenga. Nadie más que usted
conoce cuál ha sido su forma de beber y hasta dónde aprecia la
abstención que ha ganado hoy en día.
Puede ser sólo nuestra imaginación, pero el ansia de una copa parece
agudizarse cuando el estómago está vacío. Por lo menos, es mucho más
notoria esa compulsión.
Este libro está basado en nuestra propia experiencia personal, antes que
en informes científicos. Por ello no podemos explicar precisamente, en
términos técnicos, por qué sucede esto. Solamente podemos informar
que millares de nosotros, aun muchos que afirman que nunca han sido
aficionados a los dulces, hemos notado que el comer algo dulce
disminuye la urgencia de beber.
Algunos de nosotros creemos que es algo más que el mero sabor lo que
ayuda a controlar el impulso hacia el alcohol. Puede también deberse en
parte, a que estamos substituyendo toda una serie de acciones físicas:
conseguir la bebida dulce, o un vaso de leche o de jugo, y algunas
galletas o helados, y luego beber o masticar, y tragar.
Tal vez la manera más rápida de comprender esto, antes de que usted lo
ensaye, es ponerse a sí mismo mentalmente en el lugar de la persona
que recibe la llamada. Es algo muy satisfactorio y compensatorio el que
alguien confíe en nosotros hasta ese punto. Por consiguiente quien
recibe la llamada, casi invariablemente se muestra cortés y agradecido
por haber sido seleccionado, y no se siente sorprendido; por el
contrario, se siente feliz de escucharnos.
Pero hay más. Muchos de nosotros hemos visto que cuando deseábamos
beber, podíamos telefonear a alguien con mayor experiencia en
sobriedad, y que ni siguiera era necesario mencionarle que estábamos
pensando en beber. Eso era a menudo comprendido tácitamente. Y
¡realmente no importaba el momento de nuestra llamada, de día o de
noche!.
Es muy posible, claro está, permanecer sobrios entre amigos que no son
alcohólicos recuperados, y aun entre aquellos que consumen grandes
cantidades de alcohol, aunque probablemente sintamos alguna
incomodidad en su compañía. Pero estando con otros alcohólicos
abstemios, podemos tener la seguridad de que nuestra preocupación es
altamente apreciada y profundamente comprendida. Esto tiene un gran
significado para ellos, así como su bienestar es muy apreciado por
nosotros.
Una de las razones por las cuales es una buena idea tener padrino, es
que se consigue así una orientación amistosa durante aquellos primeros
días o semanas en los cuales A.A. parece distinto y nuevo, antes de
sentir que ya se conocen los caminos que se están transitando. Además,
el padrino puede dedicar mucho más tiempo a atenderlo, y darle mucha
mayor atención individual que un terapeuta profesional que
posiblemente se encuentra muy ocupado. Los padrinos llegan al punto
de hacer visitas nocturnas a domicilio.
B. Ya sea que nos guste o no lo que el padrino nos sugiere, el hecho real
es que el padrino ha estado abstemio durante mucho más tiempo, sabe
cuáles son las trampas que hay que evitar, y es probable que tenga
razón. (Los padrinos sólo pueden hacer sugerencias; no pueden obligar
a nadie a hacer algo, ni tampoco prevenir ninguna acción).
Alguien ha dicho que los alcohólicos pueden ser aquellas personas que
nunca debieran tener secretos acerca de sí mismos, especialmente los
que pertenecen a la clase que sufre sentimientos de culpa. El abrirnos a
otras personas nos evita guardar nuestros secretos, lo cual puede ser
un buen antídoto para cualquier tendencia hacia la excesiva auto-
preocupación y autoconmiseración. El buen padrino es alguien en quien
podemos confiar, para desahogarnos completamente.
Aunque la única persona A.A. que encontremos para hablar sea alguien
a quien no conocíamos previamente, tenemos la seguridad de encontrar
en ella un sincero interés y deseo de ayudarnos. Cuando referimos
sinceramente nuestras preocupaciones o nuestro problema, se presenta
inmediatamente una sincera comprensión. En ocasiones, hemos
obtenido el ánimo que necesitábamos de alcohólicos recuperados por
los cuales nunca nos habíamos interesado. Y aun en el caso de que ese
sentimiento sea mutuo, cuando alguien que trata de permanecer sobrio,
pide la ayuda de otro alcohólico recuperado para no beber, desaparecen
todas las diferencias superficiales.
Entre tanto, es una magnífica idea revisar todos nuestros otros hábitos
de salud para verificar si en alguna forma están afectando nuestra
facultad de conciliar el sueño. Tal vez estemos tomando demasiado café
por las tardes, o no estemos comiendo adecuadamente, o no estemos
haciendo suficiente ejercicio, o el sistema digestivo no esté funcionando
normalmente. Encontrar este tipo de problemas puede tomarnos
también algún tiempo.
Porque sabemos muy bien qué tan peligrosas pueden ser esas píldoras,
algunos de nosotros hemos tenido que soportar esta situación anormal
durante algún tiempo, hasta cuando nuestros cuerpos lograron
establecer una rutina saludable para el sueño. Una vez que hemos
logrado superar esa dificultad temporal, cuando el ritmo natural del
sueño se restablece, podemos verificar que el precio que pagamos bien
valía la pena.
Puede ser útil mencionar también otra curiosidad acerca del sueño
cuando dejamos de beber. Mucho tiempo después de habernos
separado de la botella, entre muchos de nosotros se ha presentado el
caso de despertarnos alguna mañana o noche dándonos cuenta de que
acabamos de tener un sueño sumamente vívido en que nos veíamos
bebiendo.
Algunos nos han preguntado, "¿Esto quiere decir entonces que hay que
colocar la sobriedad por encima de la familia, el trabajo, o la opinión de
los amigos?".
Pero cuando se alejaban los efectos del alcohol, nos quedaba una
sensación de estar mucho más apartados, mucho más retirados y más
diferentes que nunca, y mucho más tristes.
El alivio es una palabra muy débil para definir la sensación inicial. Está
mezclado con asombro, y casi con cierto terror. ¿Es esto real? ¿Podrá
perdurar?
Pero ahora sabemos muy bien que no tenemos que proceder por nuestra
cuenta. Es mucho más sensato, seguro y fácil hacerlo en compañía de
toda una flota feliz que va en la misma dirección. Y ninguno de nosotros
tiene por qué sentir vergüenza de utilizar la ayuda, puesto que todos nos
ayudamos unos a otros.
No es una cobardía el utilizar ayuda para recuperarnos de un problema
de bebida, así como no es cobardía utilizar una muleta cuando tenemos
una pierna rota. Una muleta es un artefacto maravilloso para aquellos
que lo necesitan y para aquellos que comprenden su utilidad.
¿Pero es que hay algo realmente heroico en una persona ciega que va
dando tumbos y caídas simplemente porque se niega a utilizar una ayuda
que fácilmente podría obtener? El asumir riesgos locos e innecesarios,
alcanza en ocasiones alabanzas inmerecidas. Pero una ayuda mutua,
que siempre funciona mejor, realmente debiera ser más apreciada y
admirada.
Puesto que nadie puede vivir totalmente solo, puesto que todos nosotros
dependemos en algún grado de nuestros congéneres, que nos
suministran por lo menos algunos bienes y servicios, hemos visto la
sensatez de aceptar esa realidad particular y trabajar dentro de ella en
la aventura tan importante de sobreponernos a nuestro alcoholismo
activo.
Tal vez el miedo también debiera estar en esa lista, ya que muchos de
nosotros creemos que la ira es frecuentemente una manifestación del
temor. No siempre estamos seguros acerca de qué nos produce ese
temor. En ocasiones, no es más que un miedo vago, generalizado e
indefinido. Y puede ocasionar una ira igualmente generalizada, que
repentinamente acabará enfocándose sobre algo o alguien.
Pero hay algo más, tal vez. ¿Hemos estado gozando de la vida
últimamente? ¿O por el contrario, nos hemos mantenido tan
preocupados por nuestro mejoramiento, manteniendo nuestra nariz tan
sumamente pegada a la trencilla de nuestra recuperación, que hemos
dejado de contemplar un atardecer? ¿O la luna nueva? ¿O deleitarnos
con una buena comida? ¿O de tomarnos un merecido descanso? ¿O
apreciar un buen chiste? ¿O gozar de algún afecto?
Con toda seguridad, una sola copa tal vez no lo sería para una
persona normal. Pero nuestra experiencia con los problemas del
alcohol nos muestra que una copa supuestamente inocua y segura
puede hacernos peligrar a quienes no somos tan normales. Tarde
o temprano, nos podrá persuadir que una copa más tampoco nos
hará daño. Y luego tal vez pensemos en un par adicionales.
Pero cuando usted llegue al final de este capítulo, tal vez desee
ensayar algo nuevo. Ponga a un lado este libro y revise su día. Vea
cuántas veces usted hubiera podido retardar un poco el paso o
tomar las cosas con un poco más de facilidad si se hubiera
detenido a pensar en ello.
Sin embargo, ahora que nos sentimos libres del alcohol, tenemos
mucho más control sobre nuestro pensamiento. Tenemos un
campo más amplio en pensamientos, y nuestra mente ya no está
empapada. Los pensamientos en los cuales preferimos gastar
nuestro tiempo en un lapso cualquiera de 24 horas pueden influir
fuertemente en la formación de nuestra sensación particular para
ese día: brillante y saludable u opaco y desalentador.
Puesto que gran parte de nuestro pensamiento solía estar
intrincadamente asociado con nuestro estilo de vida alcohólica,
hemos visto que vale la pena observar estrechamente nuestros
hábitos de pensamiento y buscar formas diferentes y mejores para
utilizar nuestra mente.
"Eso está bien para ellos, pero yo no estoy tan mal, de manera que
eso no es para mí".
"Me aburre toda esa habladera acerca de Dios y tener que asistir a
las reuniones. Por otra parte, yo nunca he sido gregario".
Por eso hacemos un gran esfuerzo por evitar todas las drogas
ilícitas, e incluso muchas de las píldoras y panaceas que se
venden sin receta, así como los tranquilizantes.
Esto es algo parecido a la posición - o tal vez sería mejor decir "no
posición" - de los miembros de A.A. sobre las bebidas alcohólicas.
Como sociedad, no somos anti-alcohol, ni nos oponemos a la
bebida para los millones de individuos que pueden tomarla sin
hacer daño a sus propias personas o a otras.
El segundo cuento trata de una mujer joven, diez años sobria, que
fue hospitalizada para sufrir una delicada operación. Su médico,
que era experto en alcoholismo, le dijo que, después de la
operación, sería necesario administrarle una o dos veces, una
dosis de morfina, como analgésico; pero le aseguró que después
no la necesitaría más. Nunca había tomado nada más fuerte que
una aspirina, y ésta raramente, en dolores de cabeza.
Pueda ser que usted tenga la misma fortuna en estos aspectos que
hemos tenido muchos de nosotros. Millares de nuestros miembros
se encuentran profundamente agradecidos del incontable número
de hombres y mujeres profesionales que han tratado de ayudarles.
Los enredos emocionales con las demás personas no son la única fuente
de peligros para que nuestra sobriedad se vea dependiente de factores
extraños. Algunos de nosotros tenemos la tendencia a poner
condiciones a nuestra sobriedad, sin siquiera darnos cuenta.
"Tómate un trago".
"¿Tú no bebes?"
Para nuestro alivio, hemos observado que estas preguntas se nos hacen
menos frecuentemente de lo que esperábamos, y las respuestas que a
ellas dábamos eran mucho menos importantes de lo que nosotros
habíamos creído. El hecho de que no estemos bebiendo ocasiona menos
tempestades de las que teníamos.
También pueden ser verdad "Ya he bebido suficiente", "He tomado todo
el que puedo manejar", y "Me he dado cuenta que el trago no me
conviene".
Cuando nos vemos en esta situación y tenemos que apelar a una excusa
prefabricada para no beber, tratamos de no buscar una disculpa que sea
demasiado complicada, como por ejemplo, "Tengo una enfermedad
misteriosa", o "Estoy tomando unos remedios" porque lo más probable
es que tales explicaciones no sean suficientes, y tengamos que
contestar preguntas adicionales.
Esa noción infantil de que nosotros podíamos hacer otro tanto cuando
quisiéramos fue una ilusión peligrosa. Nosotros somos únicos, y a nadie
más nos parecemos. (No podemos emular al abuelo, que bebió un litro
de whisky diario durante su vida hasta la edad de noventa años).
Pero finalmente nos hicimos esta pregunta: ¿No será mucho más
inteligente buscar y encontrar un poder superior al nuestro que persistir
en nuestros inútiles esfuerzos personales, máxime cuando hemos visto
una y otra vez que son inefectivos? Todavía no creemos que sea una
muestra de inteligencia el tratar de ver en la oscuridad cuando se puede
simplemente encender una lámpara y utilizar la luz que nos proporciona.
Nosotros no adquirimos la sobriedad enteramente por nuestra propia
cuenta. Esa no fue la forma en que aprendimos a permanecer abstemios.
Y tampoco, el gozar plenamente de una vida de sobriedad es tarea para
una sola persona.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS
Los primeros once capítulos básicos fueron escritos por Bill W.,
co-fundador de A.A. Contiene también las historias personales de
muchos miembros de A.A., escritas por ellos mismos, adicionadas
con algunos apéndices especiales.
Los lectores regulares del libro afirman que las lecturas repetidas
revelan significados profundos que no pueden obtenerse
suficientemente con una primera lectura precipitada.
COMO LO VE BILL
LLEGAMOS A CREER . . .
FOLLETOS
EL A.A. GRAPEVINE *
Como casi todos los que han ido a una reunión de A.A., usted
probablemente se sentirá sorprendido la primera vez. La gente
que usted ve a su alrededor tiene una apariencia normal,
saludable, razonablemente feliz y exitosa. No tiene la apariencia
estereotipada de las caricaturas pasadas de moda acerca de los
borrachos, los fanáticos o los abstencionistas antialcohólicos.
Puede estar seguro que cada uno de los miembros de A.A. que
encuentra en ese salón entiende profundamente la forma en que
usted se siente, porque recordamos vívidamente nuestras propias
miserias de resaca, y la sensación que se tiene la primera vez que
se ingresa a una reunión de A.A.
Si usted es tímido, o tendiente a ser solitario, como muchos de
nosotros, observará que los miembros de A.A. no tienen
inconveniente en dejarlo solo si eso es lo que usted realmente
desea para poderse sentir más cómodo.
REUNIONES ABIERTAS
REUNIONES DE PASOS
Ya sea que esto suceda o no, casi seguramente podrá lograr una
buena carcajada en compañía de los A.A., y tal vez podrá escoger
un par de ideas que le permitirán lograr la abstención. Si desea
utilizarlas, es algo que sólo usted puede decidir.
Pero sea cual fuere la senda que usted escoja, por sí mismo o en nuestra
compañía, siempre tendrá nuestros más fervientes deseos por su
bienestar.