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Mi Familia para Cristo

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MI FAMILIA PARA CRISTO

“Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, Que anda en sus caminos.
Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá bien. Tu
mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas
de olivo alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre Que
teme a Jehová.” Salmos 128:1-4 https://www.bible.com/bible/149/PSA.128.1-4

La familia es el principal pilar de toda sociedad. De lo que hagamos con ella


depende nuestro presente y nuestro futuro como personas, como región, como
país y como seres humanos. Pues es dentro de la familia donde nacemos,
aprendemos, nos educamos y desarrollamos.

La familia se fundamenta en el matrimonio entre un hombre y una mujer los cuales


se complementan mutuamente en un vínculo de amor tal y como lo dice Génesis
2:24: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer,
y serán una sola carne.” (https://www.bible.com/bible/149/GEN.2.24)

Sin embargo, el círculo familiar puede incluir los parientes por consanguinidad
o matrimonio, como los abuelos, sobrinas, sobrinos, primos, tíos y tías.

Uno de los principios fundamentales de la unidad familiar es que involucra un


compromiso ordenado por Dios para la vida de los miembros. El esposo y la
esposa son responsables de mantenerlo unido, a pesar de la actitud actual del
entorno cultural.

Dicha unión conforma una comunidad de amor y solidaridad, la cual genera


vida y transmite valores humanos, culturales, éticos, sociales y espirituales.
2 También consolida los principios de la sana convivencia los cuales son
esenciales para el desarrollo y el bienestar de sus miembros y de la misma
sociedad.

La educación y conocimientos que se adquieren en la familia, perduran para


siempre en sus integrantes. Debido a ese vínculo tan estrecho que se tiene
entre sus integrantes, toda situación de alegría, tristeza, dolor, etc. Repercute
de manera significativa en ellos ya que las huellas que deja la familia en una
persona son muy difíciles de borrar.

Una familia cristiana es aquella que se alinea con los principios bíblicos y en la
que cada miembro entiende y cumple con la función que Dios le ha dado. La
familia no es una institución establecida por el hombre. Fue creada por Dios
para el beneficio del hombre, y él es responsable de administrarla.

La iglesia es en sí misma una gran familia constituida en su mayoría por


familias más pequeñas. Por eso nuestra visión no puede separarse del
concepto de la familia, y debemos defenderla a como dé lugar. Pues desde el
principio la familia ha tenido que soportar diversos ataques por parte del
enemigo.

Es por ello que es necesario que miremos a grandes rasgos cómo debe ser
una familia que tenga a Jesucristo como eje central de sus vidas.

“Someteos unos a otros en el temor de Dios. Las casadas estén sujetas a sus
propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así
como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así
que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus
maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la
3 iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en
el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una
iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que
fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres
como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque
nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como
también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y
de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto
respecto de Cristo y de la iglesia. Por lo demás, cada uno de vosotros ame
también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.” Efesios
5:21-33 https://www.bible.com/bible/149/EPH.5.21-33

En primer lugar, el liderazgo familiar comienza con la sujeción mutua dentro del
temor de Dios. Es decir, el marido es cabeza de la familia, la mujer debe estar
sujeta a su marido y los hijos deben estar sujetos a sus padres; pero todos
ellos deben vivir en obediencia total a Dios.

La cabeza de la familia debe ser el primero que busque tener una relación
espiritual fuerte con Dios, para que así mismo pueda influir en el resto de su
familia conduciéndolos a la verdad bíblica.

Un buen ejemplo de encaminamiento es el de Josué:

“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a
quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los
dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a
Jehová.” Josué 24:15 https://www.bible.com/bible/149/JOS.24.15
4 El cual dijo a los demás israelitas que escogieran a quien servir, o que pasos
seguir o que vida tener. Sin importar lo que ellos hicieran, él tomó la decisión y
encaminó a su familia a servirle al Señor.

En segundo lugar, los padres deben saber que detrás de cada niño o joven mal
educado suele haber una familia disfuncional, bien sea por la composición de
ella o porque no cumple las obligaciones ineludibles de unidad, formación y
entrega a los compromisos adquiridos en el momento de su formación. No se
puede echar la culpa a los niños, ni a los jóvenes por algunos de sus malos
comportamientos. Hay que buscar su origen para corregirlo. La familia es una
unidad de destino espiritual, social y político. Los padres están en la obligación
de defenderla de los ataques de sus innumerables enemigos, algunas veces
incluso de los que tiene dentro, debido al mal ejemplo que pueden darse unos
a otros.

Tomando por ejemplo, el caso de tu propio hogar, bastará con acercarse a tus
hijos y hacerles unas sencillas preguntas las cuales te invito a que te hagas tú
mismo(a) en este instante:

 En cuanto a la Oración:

¿Dónde oran tus padres?

Si alguien le preguntara esto a tu hijo(a), ¿podría dar una respuesta rápida y


concisa?

o quizás ¿lo pensaría antes de responder?

 Devocionales Diarios:

¿Dónde está la Biblia en tu casa?


5 ¿En qué silla se sienta tu mamá (o tu papá) cuando lee su Biblia?

 Limpieza:

¿Nuestras casas y patios dan testimonio de que somos cristianos?

¿Están limpios, arreglados, bien cuidados?

¿Qué tipo de testimonio da una casa sucia, descuidada y llena de basura?

 Ambiente:

Cuando alguien pasa el umbral de su hogar ¿se puede sentir la presencia de


Dios?

¿Se oyen palabras indebidas, expresiones impías, chismes o frases no


piadosas?

¿Se habla mal de algún(os) hermano(s) de la iglesia o de su pastor?

¿Se oyen melodías espirituales o se oyen maldiciones y el ruido constante de


la televisión, juegos de video y/o pleitos familiares?

La familia en su unidad, es la única institución que ofrece a los niños, todo el


amor centrado en ellos. Las demás instituciones que cuidan a los niños,
escuelas, guarderías, etc. no tienen la misma intensidad de ofrecimiento de
amor ya que las mismas son únicamente responsables, de instruir en
conocimientos y cuidar físicamente, durante las horas de permanencia en ellas.

La familia educa dando ejemplo y exigiendo a todos sus miembros: orden en


las cosas, obediencia, colaboración y ayuda en la casa, responsabilidad en los
6 encargos, horarios de estudios, etc. y sobre todo, reconociendo los esfuerzos
que hacen todos los componentes por ser mejores. Todos tenemos la
obligación de intentar que la familia, sea una realidad de unión y perfecta
convivencia, empezando por la propia y haciendo lo posible, para que la ajena
también lo sea.

Efesios 6:1-4 dice: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto
es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con
promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros,
padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y
amonestación del Señor.” (https://www.bible.com/bible/149/EPH.6.1-4)

Otras veces, la familia tiene enemigos por fuera, intentando que ella no tenga
la unidad necesaria para sobrevivir. Estos enemigos lo hacen a través del mal
ejemplo de las amistades, de los medios de comunicación y de los sistemas
modernos electrónicos entre otros.

Lo importante aquí es que como padres, debemos tener como prioridad el


ganarnos a nuestra familia. Y eso solo lo lograremos poniendo a nuestra
familia en manos de Dios dando testimonio a nuestra familia de la obra de Dios
en nuestras vidas. De ahí que Dios hará su obra en todos nosotros y se
comenzará a notar su presencia en nuestro hogar.

 Cuando Cristo está en mi hogar… otros serán atraídos a Él por medio del
ambiente hogareño. “E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que
ya no cabían ni aun a la puerta;…” Marcos
2:2 https://www.bible.com/bible/149/MRK.2.2. Un hogar Cristo-céntrico es muy
atractivo para aquellos que viven vidas vacías y huecas. La gente es atraída
por la luz. Un hogar amoroso, y pacífico sirve de refugio para otros.
 Cuando Cristo está en mi hogar… su palabra será expuesta. “y les
predicaba la palabra.” Marcos 2:2 https://www.bible.com/bible/149/MRK.2.2. El
compartir la palabra empieza en el hogar. ¡Jesús estaba predicando en la
casa! Cristo le dijo al endemoniado de Gadara, cuando fue liberado, “…Vete a
tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo
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y cómo ha tenido misericordia de ti.” Marcos 5:19

¿Se ha sentado usted alguna vez con sus hijos a compartir su testimonio con
ellos?

¿En verdad saben ellos lo que Dios hizo por usted?

Este tipo de predicación hogareña, no es el tipo de predicación golpeado con la


Biblia, pero es una manera natural de compartir la gracia de Dios con los de
nuestra casa. – Los discípulos continuaban unánimes en el templo y partían el
pan en las casas. (Hechos 2:46). – Pedro predicó en el hogar de Cornelio el
Centurión. (Hechos 10:1).

 Cuando Cristo está en mi hogar… mis necesidades físicas, y las de mi


familia, serán suplidas. “Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico,
que era cargado por cuatro.” (Marcos 2:3). Todos los que estaban en la casa
fueron testigos del poder sanador y salvador de Cristo.
 Cuando Cristo está en el hogar… se multiplican las oportunidades para
ministrar a otros. Aunque la casa ya estaba llena, no uno, sino cinco más
entraron – el hombre enfermo y cuatro que lo llevaban cargando. ¡Qué
testimonio y exaltación de nuestro Señor si viéramos más sanidades en
nuestros hogares! Imagínese la gloria que Dios recibiría si vecinos enfermos
vinieran a su hogar para orar. Las Puertas de entrada no estuvieran ya más
limitadas a las puertas del templo, pero se expandieran a las de cada hogar
cristiano.
 Cuando Cristo está en mi hogar… mis necesidades espirituales serán
suplidas. “Al ver la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son
perdonados.” (Marcos 2:5) Cuando Cristo está en el hogar, puede salvar a los
de nuestro hogar. Cuando la familia se encuentra con graves problemas de
`pecado’ en uno de sus miembros, el hogar se convierte en un altar de
arrepentimiento donde Dios puede perdonar los pecados y salvarlos de
condenación eterna.

¿Estamos conscientes de que Dios trabaja en el hogar igual que en el templo?


8 ¿Por qué nos reservamos toda la oración, arrepentimiento y la búsqueda de la
presencia de Dios para los domingos y los otros días de cultos?

¡Dios puede obrar en nuestros hogares, si nosotros permitimos que Su


presencia more ahí!

Que confortable es disfrutar de la familia. Tener una buena familia, es un


privilegio que no tiene precio. Sentirla como refugio en las angustias, peligros o
incertidumbres y percibirla como receptora para compartir las alegrías y logros
alcanzados. Es también una gran satisfacción, poder presentar con orgullo a
terceras personas a sus componentes, máxime si están unidos entre sí.

Bendiciones.

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