Qué Es La Didáctica y Por Qué Es Importante para Un Maestro
Qué Es La Didáctica y Por Qué Es Importante para Un Maestro
Qué Es La Didáctica y Por Qué Es Importante para Un Maestro
- ¿Siempre que yo enseño mis alumnos aprenden? ¿Si yo enseño y ellos no aprenden,
esto significa que lo que yo hice no fue enseñar?
- ¿Durante el tiempo dedicado a la enseñanza, mis alumnos aprenden otras cosas diferentes de
las que yo quería que aprendan? Y si así fuera ¿qué lugar podría otorgarse a estos aprendizajes
“fuera de programa”?
- ¿A mis alumnos, les puedo enseñar lo que yo quiera, y del modo que mejor me parezca?
¿Quién debe decidir lo que se enseña en los jardines de infantes? ¿En las escuelas primarias
y secundarias? Y ¿en los institutos terciarios y en la universidad? Y una vez que alguien
lo ha decidido ¿qué tan obediente se supone que sea el maestro/profesor, respecto de esas
decisiones?
- Si parece evidente que es justo enseñar a todos los alumnos los mismos conocimientos,
para que vivan en la misma comunidad... ¿cómo conjugar esta idea con la evidencia de
que los alumnos, las personas, son diferentes entre sí, vienen de diferentes mundos simbólicos
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Selección de Daniel Brailovsky, 2017, Material de Cátedra.
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y seguramente aspiran a formas diversas y muy distintas entre sí de realización personal?
(…)
(…) Respondiendo entonces al interrogante que nos planteábamos inicialmente (¿por qué
la didáctica es importante para alguien que quiere ser maestro?) tal vez ya puede
formularse una respuesta: la didáctica es importante porque nos brinda herramientas para
pensar los problemas de todos los días y para enseñar mejor, considerando un enorme
abanico de alternativas que siempre existen, y comprendiendo las ventajas y
desventajas que presenta cada una de esas alternativas. La didáctica es importante,
además, porque nos invita a pensar la enseñanza más allá del sentido común, estableciendo
relaciones entre lo que pasa en el aula, en la escuela, en el sistema educativo y en el mundo
social. Las personas que deciden ser maestros o profesores cursan carreras en las cuales nunca
faltan varios niveles de psicología evolutiva, psicología del aprendizaje o psicología de
la educación. Esto se debe a que existe una muy bien fundada suposición que afirma lo
siguiente: si deseas enseñar, debes saber algo acerca del aprendizaje que pretendes promover.
Pero enseñanza y aprendizaje, aunque estén relacionados entre sí, son cosas muy distintas: la
enseñanza es explícita, puede ser organizada, sistemática y está en manos de un maestro
que en muchos casos utiliza algún método o algunas técnicas para desarrollarla. El
aprendizaje, en cambio, es una experiencia personal e interior que, aunque pueda
impulsarse con estudio y práctica, por lo general tiene lugar de una manera más o
menos inconsciente o poco controlada. (…)
Es fácil responder a las preguntas: ¿qué enseñé ayer? ¿Cómo lo enseñé? Pero es mucho más
difícil tratar de darnos cuenta cómo, bajo qué circunstancias o influencias, o incluso en qué
medida, aprendimos algo. El aprendizaje es algo oscuro y misterioso acerca de lo que
es muy difícil saber algo, incluso cuando se trate de nuestros propios aprendizajes. ¿Qué
decir entonces acerca de la pretensión de comprender el aprendizaje de otras personas? O peor
aún: de comprender el aprendizaje en general, para aplicar ese conocimiento a la
experiencia de personas que ni siquiera conocemos todavía. No sólo es absurdo sino
que, además, es en cierto sentido violento pretender saber cosas acerca de personas que
todavía no conocemos. Esta es una de las razones por las que la didáctica no se limita,
como en otros tiempos se creyó, a elaborar métodos de enseñanza justificados en teorías
psicológicas del aprendizaje, sino que es una disciplina más amplia y reflexiva que nos
ayuda a pensar lo que sucede cuando intentamos enseñar.