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Mediumnidad y Obsesion PDF

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MEDIUMNIDAD

Y OBSESIÓN

OBRA MEDIÚMNICA

ESPÍRITU ODILON F ERNANDES


MÉDIUM CARLOS A. BACELLI
ÍNDICE

BREVE EXPLICACIÓN .....................................................................................5

1ºMEDIUMNI DAD Y OBSESI ÓN ................................................................6

2ºOBSESIÓN KÁRMICA .................................................................................9

3ºINTERFERENCIA OBSESIVA .................................................................. 13

4ºESPÍRITUS LIVIANOS............................................................................... 17

5ºOBSESIÓN FÍSICA .................................................................................... 21

6ºMÉDIUMS FASCINADOS ....................................................................... 25

7ºOBSESIÓN E INMUNIDAD .................................................................... 30

8ºPERDIDA DEL DISCERNIMIENTO....................................................... 34

9ºTÁCTICA OBSESIVA ................................................................................. 38

10ºEL YUGO DE LA MEDI UMNIDAD..................................................... 42

11ºOBSESIÓN Y PSICOGRAFÍA ............................................................... 46

12ºOBSESIÓN Y CRISIS .............................................................................. 50

13ºDAD DE GRACIA..................................................................................... 54

14ºMEDI DAS PROVIDENCIALES ............................................................. 58

15º¿POR QUÉ CRITICAMOS? ................................................................... 62


16ºESPIRITISMO Y OBSESIÓN................................................................. 66

17ºACUSACIÓN TENDENCIOSA ............................................................. 70

18ºINTERDEPENDENCI A PSÍQUICA ...................................................... 74

19ºOBSESIÓN SIN MALDAD .................................................................... 78

20ºNO TODO ................................................................................................. 82

21ºDELANTE DE LA OBSESIÓN .............................................................. 86

22ºMEDI UMNIDAD Y ORACI ÓN............................................................. 90

23ºVOCES OBSESIVAS................................................................................ 94

24ºDE HECHO ............................................................................................... 98

25ºDESOBSESIÓN......................................................................................102

26ºOBSESIÓN Y AFINIDAD.....................................................................106

27ºCONSI DERACI ONES IMPORTANTES ............................................110

28ºOBSESIÓN Y CARÁCTER ...................................................................114

29ºOBSESIÓN E IMPRUDENCIA ...........................................................118

30ºOBSESIÓN Y MEDICINA ....................................................................122


BREVE EXPLICACIÓN

Amigo lector, este libro es una sencilla


contribución de nuestra parte al estudio de la
mediumnidad en sus vínculos con el problema de la
obsesión, la cual, infelizmente, a la manera de la
hierba dañina, que se inmiscuye en la tierra del
bendecido trigal del intercambio psíquico.
Y, aun, por así decir, una visión nada pretensiosa
del asunto que nos enseña un minucioso abordaje, en
sus más variados aspectos.
Tal como en los demás trabajos nuestros, no nos
movió aquí la idea de aleccionar sobre el tema, delante
del cual, incluso de este Otro Lado de la Vida, no
pasamos de meros aprendices.
Esperando que nuestro esfuerzo sea
comprendido por cuantos nos dieron la alegría de
estudiar con nosotros las observaciones que nos
fueron posibles tomar, meditando sobre el capítulo
XXIII del “Libro de los Médiums”, de Allan Kardec,
rogamos al Divino Maestro que nos conserve en su
paz.

Odilon Fernades – Uberaba – MG 9-11-55

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M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN


MEDIUMNIDAD Y OBSESIÓN
-237. En el número de los escollos que
presentan la práctica del Espiritismo, e s
preciso colocar, en primera línea, la
obse sión, que quiere decir el imperio que
algunos espíritus saben tener sobre
ciertas personas. (El Libro de los Médiums,
segunda parte cap. XXIII, ítem 337)

La mediumnidad ejercida con responsabilidad


jamás conduce a la obsesión.
La obsesión, casi siempre, es un problema
kármico que la mediumnidad bien orientada auxilia a
resolver.
Muchos medianeros idóneos comenzaron su
desarrollo experimentando el asedio de espíritus
obsesores, al paso que diversos sensitivos poco
vigilantes, cayeron más tarde en las redes de la
perturbación espiritual, volviéndose presas de
entidades que pelean contra la luz.
Siendo instrumento de iluminación para las
criaturas inmersas en las sombras de la propia
ignorancia, es natural que la mediumnidad sea
combatida en los que a ella se dedican.
Los espíritus obsesores apenas “molestan” a los
que estén molestando; las personas
espiritualmente cómodas y apáticas están como los
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ODILON FERNANDES

espíritus obsesores desean que estén y, por eso


mismo, disfrutan de aparente tranquilidad.
Hacemos esta aclaración porque nos es común
registrar quejas de los médiums, en la alegación de
que sus luchas personales recrudecieron después que
se entregaron a la práctica metódica del Espiritismo.
Cuanto mayor es el valor de la tarea que un
médium desempeñe en el mundo, mayor será la
persecución que las huestes invisibles de las tinieblas
le moverán, tanto mayor también será la tutela que los
Benefactores Espirituales le consagrarán.
De modo que el medianero al servicio de Cristo
no tendrá razón de sentirse apenas a merced de los
adversarios de la tarea ennoblecedora que ejecutan:
los Mensajeros del Bien no lo abandonan y
permanecen tomando las providencias necesarias a
fin de ampararlo en el cumplimiento del deber
cotidiano.
No nos olvidemos, aun, que la falta de vigilancia
del médium abre brechas en sus defensas, haciéndolo
más accesible a las influencias negativas, porque todo
es simplemente una cuestión de sintonía.
Los Espíritus Amigos carecen del concurso del
médium para obrar en beneficio del propio médium
que necesitan socorrer. Cuando el médium no les
ofrece siquiera, una mínima condición de sintonía, a
través de la oración, del pensamiento elevado o de la
voluntad de mejorar, es como alguien llamado a
remover un pesado obstáculo, sin manos para
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M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

efectuarlo…
Cuando el Evangelio se encontraba en la fase de
implantación en la Tierra, los primeros cristianos
pagaron un alto precio por su idealismo. Durante
trescientos años, permanecieron en los circos
romanos, testimoniando la fe con la propia vida.
Hoy, los espíritas, y más particularmente los
médiums, deben dar su cuota de sacrificio por la causa
del Evangelio Resucitado. ¡No hay más necesidad de
morir en los espectáculos públicos, pero sí de
continuar sufriendo por el triunfo de la Verdad!
La historia del Espiritismo, en cuanto al
Cristianismo lo fue, deberá ser escrita en el mundo
con las lágrimas de sus mártires.
¡En cuanto a esto, no alimentemos ilusiones!
Llevando en las manos el foco resplandeciente de
la mediumnidad, el médium, donde estuviera, se
sentirá rodeado por las tinieblas del preconcepto y de
la incredulidad, del escarnio y de la tentación que
habrán de tramar siempre para eclipsar la Luz de que
se hace emisario.
No obstante es imprescindible perseverar.
¡A pesar de todas las luchas que encare, el
médium no debe retroceder, convencido de que,
iluminando caminos, terminará por iluminarse a sí
mismo!

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OBSESIÓN KÁRMICA
“La obsesión pre senta caracteres
diversos que e s necesario distin guir, y
que resultan del grado de obligaciones
y de la naturaleza de los efectos que
producen.” (Segunda Parte, cap. XX III,
ítem 237)

La obsesión kármica es un laberinto que


solamente el tiempo conseguirá deshacer.
Compararíamos la obsesión temporal a la
invasión de moscas atraídas por una herida sin
ninguna condición de asepsia. Pero la obsesión
kármica, cuyas causas tienen raíces en las
experiencias pasadas, se asemejaría a una herida
pustulosa necesitando cuidados específicos para
cicatrizarse.
Casi todos somos víctimas de procesos
obsesivos esporádicos, oportunistas, que
permitimos se instalen en nosotros por nuestra falta
de vigilancia cotidiana, pero, igualmente, no somos
pocos los que padecemos obsesiones kármicas,
alimentadas por el odio secular de los que hicimos
mal en otras existencias, plantando en sus almas los
espinos con que ahora nos hieren.
No obstante sea cual fuera la influencia
espiritual de carácter negativo que experimentemos,
la verdad es que nos encontramos en proceso de
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

reajuste. Armonizándonos con la propia conciencia,


a través de aquellos que se hacen instrumentos de
la Ley, que nos educan de manera reciproca.
Los que hoy se vinculan por cadenas de
animosidad están, sin que de eso se den cuenta,
estrechando lazos de afinidad para el futuro.
En otras palabras, diríamos que todo y
cualquier proceso obsesivo, por más extraña que
nos parezca semejante afirmación, es un proceso
pedagógico natural, y casi inevitable, que la Vida nos
lleva a cambiar valores, fortaleciéndonos
mutuamente – obsesores y obsesados – en el caldo
hirviente del sufrimiento que jamás es unilateral.
Todo obsesor, por más endurecido que se
revele, sufre con el mal de que se hace agente, tanto
como todo obsesado, por más compasión que nos
inspire, sufre las consecuencias de su propio
desatino en el dolor que haya esparcido alrededor
de sus pasos.
La obsesión kármica, propiamente considerada,
no es extraño que se arrastre por siglos y envuelva
una serie de factores que no pueden ser
menospreciados. Todo proceso obsesivo que así se
caracterice, engloba en su contexto un grupo de
almas que se mueven como piezas en un tablero de
ajedrez… reaccionando psíquicamente, nada hay
que afecte a uno de sus integrantes que no
repercuta sobre los demás; por eso la solución de un
problema de obsesión kármica requiere un trabajo

10
ODILON FERNANDES

que abarque más, casi siempre relacionando


componentes más allá de los que directamente se
revelen envueltos en la trama.
Difícilmente, en un cuadro de obsesión kármica,
el obsesado alcanzará mejoras, sin que los
interesados por el decidan crecer interiormente,
empeñándose en la propia renovación. La
indiferencia delante de un obsesado, como si de él
intentasen eximirse de cualquier responsabilidad, es
un obstáculo casi insuperable, a menos que él posea
méritos personales para liberarse del yugo que lo
oprime.
Los familiares que obren como si el obsesado
no les inspirase respeto, cuando pueden haber sido
perfectamente los autores intelectuales del proceso
que se instaló de forma más directa en uno de sus
integrantes, comprometiéndose inapelablemente y,
más deprisa de lo que supongan, responderán por la
omisión, pudiendo aun ocurrir lo que llamaríamos
de una “transferencia obsesiva”…
Por “transferencia obsesiva”, queremos
referirnos a los casos de cambios de domicilio
espiritual de carácter obsesivo de una mente para
otra, lo que, infelizmente, no es tan raro.
Hemos acompañado en diversas familias
procesos obsesivos kármicos ocurriendo en
retroceso, o sea, pasando por la madre y por el
padre y, las criaturas menores, en un ejemplo
inequívoco de compromiso colectivo.

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M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

La obsesión kármica es una “victoria


prometedora” que, bajo pretexto reclama un rescate
en los tribunales de la Divina Justicia, la cual ordena
la revisión del proceso que la desencadenó. Y esto
sólo se hará posible por la inversión de los polos
emotivos, es decir: odio convertido en amor, mal
en bien, orgullo en humildad…
Terminaríamos indagando si una obsesión
temporal puede transformarse en un caso de
obsesión kármica… Perfectamente, ya que el karma
no es solamente el de ayer es el de hoy también. Si
cogemos lo que plantamos, no podemos olvidar que
continuamos sembrando lo que inevitable
segaremos.

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ODILON FERNANDES


INTERFERENCIA OBSESIVA
“238. La obse sión simple tiene lu gar
cuando un e spíritu malhechor se impone
a un médium, se inmiscuye, de mala
forma, en las comunicaciones que recibe,
le impide comunicarse con otros e spíritus
y su stituye a aquellos que son
invocados.”
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 238)

Por más eficiente que sea un violinista, su


actuación quedará perjudicada, en el caso que el
instrumento musical no corresponda a las
expectativas…
Todo médium, en la tarea a que se dedique
puede sufrir interferencias de carácter obsesivo,
empañándole el brillo. La interferencia obsesiva a
que nos referimos, en muchos medianeros ocurre
de forma intermitente, o sea, en crisis más o menos
periódicas, quitándoles la confianza indispensable
junto a los compañeros.
El médium que, del punto de vista emocional y
doctrinario, hoy esté bien, y mañana no está, no
inspira confianza en los comunicados de los cuales
se haga intérprete por parte de los Mensajeros de la
Vida Mayor. Podrá hasta operar con relativa
desenvoltura, intermediando espíritus infelices, pero
no siempre estará apto para reflejar el pensamiento
que proviene de las Esferas Superiores.
Hasta cierto punto, la interferencia obsesiva es

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M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

normal en casi todo medianero aun en lucha con las


propias imperfecciones, pero cuando ella se demore
o se vuelva, digamos, repetitiva, la facultad
mediúmnica “enferma” y reclama tratamiento.
El tratamiento del médium cuya mediumnidad
se encuentra “enferma”, a semejanza del lecho del
río repleto de piedras revolviendo las aguas, debe
empezar con el propio médium, concienciándose de
la necesidad de la “suspensión temporal” de sus
facultades, a fin de que la sintonía establecida con
los espíritus perturbadores se deshaga…
Atención para el hecho de que no estamos
aconsejando el aislamiento total del médium
enfermo de las actividades en las cuales encontrará
oportunidad de rehacerse; consideramos de buen
juicio que las facultades psíquicas del médium en
cuestión sean saneadas, a través del concurso
terapéutico del pase, del agua fluidificada, de la
oración, de la reflexión conducida por amigos que
por él se interesan, de la lectura que le posibilite la
renovación de las energías y, sobre todo, del trabajo
en el bien, que le permita recomenzar a recorrer el
camino…
Cometen falta de caridad cuando pasen a exigir
de los médiums una conducta moral elevada,
causándole así la buena voluntad en servir, como
puedan, a los propósitos del Señor.
Comprendamos que, sobre la Tierra, ningún
médium estará todo el tiempo dispensado de esa o

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ODILON FERNANDES

de aquella influencia espiritual perniciosa.


Repetiríamos, con Kardec, que el mejor médium
sería el que menos sufriese el asedio de los espíritus
interesados en desorientarlo y, a través de él,
dejando sin rumbo a decenas de personas…
Además, de parte de los espíritus negativos a la Luz,
hay gran interés en derrumbar a los médiums que
funcionarían como punto de referencia para los que
orbitan a su alrededor, promoviendo un “desastre”
de proporciones inimaginables en la ruta evolutiva
de los compañeros que a través de ellos fueran
agrupados.
Imprescindible se hace que los amigos de los
sensitivos bajo la interferencia obsesiva – sea ella
constante o periódica – encuentran en su beneficio,
procurando preservarlo de deslices mayores,
conscientes de que el pequeño e inevitable tropiezo
será siempre mejor que la caída espectacular.
En cuanto a los Espíritus Superiores, no los
juzguemos peores de lo que nos juzgamos a
nosotros, cuando llegamos al absurdo de suponerlos
capaces de “darle la espalda” a los que no les
presenten un invariable certificado de santidad y
equilibrio… Recordemos a Cristo cuando nos
advirtió: “…si vosotros, siendo malos, sabéis dar las
buenas dadivas a vuestros hijos, cuanto más vuestro
Padre, que está en los Cielos, dará buenas dadivas a
los que se lo pidieran”…
Es lógico que, cuando el violín se presente

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M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

dañado, el violinista procurará sustituirlo


provisionalmente por otro, sin que eso signifique
que lanzará al primero (que tal vez haya
servido por muchos años) al cubo de la basura…
Después que el violín cuyas cuerdas se rompieron
sea reparado, demostrando ser capaz de emitir el
mismo sonido de antes, el violinista lo retomará en
sus brazos, regocijándose al acariciarlo sobre su
pecho.
No nos olvidemos aun de que, incluso por
entre las nubles anunciadoras de borrasca, el Sol
acostumbra a brillar, desvelando caminos a los que
deseen avanzar.

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ODILON FERNANDES


ESPÍRITUS LIVIANOS
“Se puede, pues, e star engañado sin
estar obse sado; la obsesión está en la
tenacidad del espíritu del cual no se
puede de sembarazar.” (Se gunda Parte,
cap. XXIII, ítem 238)

Como escribió Kardec, la obsesión propiamente


dicha se caracteriza por la tenacidad del espíritu
obsesor que, en síntesis, se encuentra obsesado por
la idea fija del mal.
La obsesión, por tanto, no es algo pasajero, es
una situación persistente, como una molestia que
exige un prolongado tratamiento.
El médium, sin que esté obsesado, puede ser
molestado por espíritus adversarios del ideal que
abraza o por espíritus ociosos y livianos que a él se
aproximen, sin una causa definida.
¡Existen, más allá de la tumba, espíritus
necesitados que se apegan a los encarnados,
especialmente a los médiums que, no es de
extrañar, pasan inclusive, a admirar,
experimentando una agradable sensación en su
compañía! Esos espíritus, que aun no consiguieron
emanciparse de la psicosfera del planeta, se sienten
seguros al lado de los médiums y, casi siempre, sin
la autocrítica necesaria, quieren participar de

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M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

sus actividades doctrinarias, entrometiéndose


en la “sintonía” que los compañeros de la
mediumnidad, a su vez, no logran establecer de
manera imperturbable con los canales superiores de
la Espiritualidad…
Esos espíritus, solícitos, imaginándose
investidos de una condición espiritual que están
lejos de poseer, pueden presentarse a través de
nombres pomposos o incluso como venerables
figuras de la Historia que ellos mismos crean haber
sido.
Semejantes comunicaciones, cuando ocurren,
no deben ser despreciadas por los estudiosos de la
mediumnidad, porque encierran una gama preciosa
de lecciones sobre la personalidad del comunicante,
aumentando sus conocimientos en torno del
universo psicológico de las almas.
Es prácticamente imposible meter en un libro
todas las emociones del espíritu, esté él en el cuerpo
físico o fuera de él; por eso, todo lo que se refiera a
la Vida Espiritual, por más absurdo que parezca a los
hombres, no debe ser considerado o tomado como
ficción, por cuanto las condiciones de existencia que
imaginamos en las otras dimensiones no son
siquiera un pálido reflejo de la diversidad infinita
que la vida se desdobla en las múltiples moradas del
Padre.
Los llamados “seres elementales”, aun poco
investigados por las ciencias del espíritu, entre las

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ODILON FERNANDES

cuales el Espiritismo se incluye, son una realidad y


existen. Duendes y gnomos no constituyen meras
creaciones de mentes fantásticas; a semejanza de
los seres alados que convencionalmente son
llamamos “ángeles” o de los que se transfiguran en
formas animalescas, como si fuesen dioses de la
mitología más primitiva, se esparcen en los infinitos
grados de la infinita escala de espíritus que une a los
“subterráneos” de la Vida a la bóveda excelsa de la
Creación Divina.
Volviendo al asunto que nos ocupa en este
capítulo, esclarecíamos aun que los espíritus
embusteros que se aproximan al médium puede
tomarse como afectos por él; sintiéndose solitarios,
desgarrados tal vez del grupo espiritual con el cual
perdieron contacto, el médium pasa a ser su punto
afectivo de referencia, pudiendo tener inicio en ese
enredado fortuito una unión que perdure por siglos.
Muchos espíritus renacerán en la familia de los
médiums que los “acogieron” en su atmósfera
psíquica…
Carecemos de ideas para pensar que todo
espíritu es, como nosotros, originarios de las mismas
entrañas divinas que nos generaron y que no hay
prueba de ignorancia mayor que el preconcepto
familiar que – pásmense – a veces se extiende aun
igualmente injustificado preconcepto de orden
espiritual… “¡¿Entonces – alegan muchos - , aceptar
como integrante de mi familia a un espíritu que me

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M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

es totalmente desconocido?!...” Pero,


preguntaríamos, ¡¿quién sería totalmente
desconocido de quién?! ¡¿El Cristo no nos amó a
todos como hermanos?!... Un niño que se adopte no
es un elemento extraño a la familia consanguínea a
que se una; puede no tener el mismo tipo de
sangre corriendo en sus venas perecibles,
pero ciertamente es hecha de la misma argamasa
espiritual que nos formó y el aire que circula en sus
pulmones es el mismo que oxigena los nuestros…
Estamos envueltos en un proceso de educación
reciproca en el que somos, al mismo tiempo,
maestros y aprendices uno de otros.
No hay nadie sin alguien a quien deba extender
las manos, en el auxilio de que igualmente se revele
necesitado.
¡Benefactores de hoy – obsesores de ayer,
obsesores de ahora – benefactores de mañana!
Pensemos así, y las dificultades que
enfrentemos serán reducidas a sus dimensiones
reales.

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ODILON FERNANDES


OBSESIÓN FÍSICA
“Pueden incluirse en esta categoría los
casos de obsesión física, quiere decir,
que consiste en las manife staciones
ruidosas y obstinadas de ciertos
espíritus que hacen oír
espontáneamente golpes y otros
ruidos.” (Segunda Parte, cap. XXIII,
ítem 238)

La obsesión puede manifestarse de diversos


modos, dependiendo de la condición y de la
intención del espíritu obsesor junto a quien desee
perjudicar.
Muchas personas portan de manera
inconsciente la facultad mediúmnica de efectos
físicos, o sea, la posibilidad de la producción de
fenómenos físicos por su intermedio a través de la
liberación, más o menos abundante de ectoplasma.
En cuanto esto ocurre, el espíritu obsesor,
sirviéndose del referido fluido material, produce las
más extrañas manifestaciones materiales al
derredor e, inclusive, en el cuerpo del propio
médium.
Aprendiendo a lidiar con el ectoplasma, como
alguien que aprende a lidiar con la energía
electromagnética, el verdugo espiritual comienza a
perturbar el sueño de su víctima con golpes en la

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M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

pared, ruidos en el techo, pasos dentro del cuarto,


semi materializándose frente a la cama,
encendiendo y apagando la luz de forma
intermitente, quitándole las sábanas, tocándole el
cuerpo, inclusive, llega a relacionarse con ella
sexualmente, llamándola por el nombre,
despertándola con sobresaltos…
Recordamos un caso de obsesión que nos fue
narrado por un antiguo trabajador de la Doctrina en
Uberaba. Una joven de una familia bien situada,
extremadamente educada y de carácter elevado
pasaba por la constante humillación que, siempre
que estaba junto a otras personas, indiscretamente
liberaba gases intestinales que le llevaban a la
vejación…
Atendemos personalmente, en nuestras
lecturas en la “Casa de las Cenizas”, a personas que
no tenían control, por ejemplo, sobre la mano…
Recordamos de alguien que, cierta vez, cuando fue a
bajarse del autocar, no consiguió hacer que la
diestra se soltase del pasamano en que se apoyaba
para descender; el autobús arrancó y él comenzó a
ser arrastrado, casi cayendo bajo las ruedas del
pesado vehículo… Kardec, en “El Libro de los
Médiums”, narra casos semejantes, y la “Revista
Espírita”, escrita y compilada por el insigne
Codificador, está repleta de ejemplos de obsesión
física.
A veces, la interacción espíritu obsesor y

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ODILON FERNANDES

obsesado es tan grande, que ambos pasan a tener


mutua dependencia psíquica. Cuando eso ocurre, la
naturalidad con que obra el obsesado puede hacer
dudar de la presencia del obsesor, llevándonos a
creer en la existencia de un simple proceso de
naturaleza anímica, porque puede ser de interés del
obsesor ocultarse, a fin de que no sea
desenmascarado.
Muchos casos que la Medicina cataloga como
esquizofrenia no pasan de ser manifestaciones
obsesivas en que el obsesor actúa de forma sutil y
ostensiva al mismo tiempo – ostensiva en sus
efectos y sutil en sus causas…
La obsesión sutil es obra del espíritu más
intelectualizado y es más difícil el tratamiento, por la
impermeabilización del obsesor a las exhortaciones
que le son hechas.
La obsesión ostensiva, normalmente de
carácter físico, casi siempre es promovida por un
espíritu que no consigue camuflar su propia
agresividad, a semejanza de quien se habituó a
hablar sin pensar y obrar sin contenerse.
En los casos de obsesión física, los médiums
deben ser tratados como en los demás casos de
obsesión, a no ser que, volviéndose demasiado
violentos, al punto de poner en riesgo su vida y de
los que con él conviven, haya necesidad de
controlarlos con expedientes de inmovilización física,
entre los cuales destacaríamos la internación en

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M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

algún lugar especializado.


La oración dentro de casa, el recurso
terapéutico del pase, la dedicación a la caridad, el
esfuerzo de renovación íntima, la lectura evangélica,
la confianza en Dios y en sus Mensajeros de la Vida
Más Alta son expedientes espirituales insustituibles
que, aunque no consigan sanear del todo el
problema de la obsesión, erradicándole la causa, la
ablandan en sus efectos, anulándole las
consecuencias que ella misma continuaría
alimentándose y, así, permitiendo, con el tiempo,
que se agote su cáliz de aflicciones.

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ODILON FERNANDES

MÉDIUMS FASCINADOS

“La fascinación tiene consecuencias


mucho más graves. Es una ilusión
producida por la acción directa del
espíritu sobre los pensamientos del
médiums y le paraliza de alguna forma
su juicio c on respecto a las
comunicaciones.” (Segunda Parte, cap.
XXIII, ítem 239)

La fascinación, si así nos podemos expresar, es


una especie de hipnosis a que el espíritu obsesor
induce al médium obsesado. Refiriéndonos al
médium obsesado, porque en un último análisis, el
obsesado no deja de ser un médium en potencia.
Fascinado, el médium no se juzga equivocado
en las comunicaciones que esté intermediando, no
obstante la fascinación ejercida sobre él puede ir
mucho más lejos…
El médium fascinado, en sus instantes de
lucidez, rechaza, por ejemplo, la advertencia que le
es hecha por los Espíritus Amigos, los cuales
aprovechando las claridades mentales en su casi
permanente estado de fascinación, intentan
despertarlo para sus responsabilidades.
Curiosamente, existen medianeros que,
paralelamente, consiguen, según sus conveniencias

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M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

personales, abrirse a la inspiración de orden


superior y estancarse en la inflexibilidad de la
fascinación que estima cultivar. Veamos si
conseguimos expresarnos mejor: aunque esto no
ocurra por mucho tiempo, existen médiums que
consiguen sustentar dos sintonías en polos
completamente opuestos, o sea, captan mensajes de
tenor positivo y se someten de buen grado a las
sugestiones infelices que les atiende los intereses
inferiores.
¿Por qué entonces – preguntarían muchos – la
Espiritualidad se mostraría benevolente con tales
compañeros de la mediumnidad que intentan servir
al Bien y al mal? Por varios motivos –
responderíamos. El primero de ellos es, tal vez, el
más importante sería no dejar al médium
completamente a merced de una influencia
negativa… ¿Acaso los padres del mundo ahorran
consejos a los hijos que apenas los escuchan
parcialmente? ¿El agua pura de la fuente, en el ansia
de alcanzar los labios sedientos del peregrino, se
conduciría al lecho sucio?
Como cualquier ser humano, el médium está
sujeto a deslices que no deben desacreditarlo en los
aciertos que, por otro lado, sea capaz de efectuar…
Si de la boca de personas consideradas íntegras
podemos, a veces, registrar palabras infelices o
anécdotas deprimentes, sin que tal cosa les ensucie
el alto concepto en que los tenemos, de la boca de

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ODILON FERNANDES

hermanos habituados a asuntos infelices podemos,


y no es raro, captar verdades que nos ofrecen la
impresión de un lirio floreciendo en un charco…
Necesitamos aun considerar que el problema
de la fascinación sobre los médiums no debe ser
imputado apenas a los desencarnados, puesto que
muchos de ellos se transforman en víctimas de las
propias alucinaciones en las ideas pomposas que
forman al respecto de sí mismos. Además, esta
fascinación es la más grave de todas, porque el
médium no se pone en la condición de quien
admite estar necesitando ayuda para reencontrar el
discernimiento.
Un sabio de la Antigüedad escribió: “Es
esforzarse en vano pretender traer entendimiento a
quien imagina poseer entendimiento”.
¿Qué hacer por el enfermo incapaz de aceptar
que está enfermo? ¿Qué providencias tomar en
beneficio de quien, estando inmerso en las sombras,
se considera en la luz?
De los espíritus con los cuales hemos lidiado en
el Más Allá, los fascinados por sí mismos son los más
difíciles de auxiliar; solamente el dolor, en el
lenguaje silencioso del tiempo, conoce la
argumentación irrefutable que terminará por
vencerlos, obligándolos a la introspección de la que
huyen, recelosos ciertamente de su encuentro con la
Verdad.
¡¿Cuántos espíritus, encarnados y

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M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

desencarnados, no tienen el autoconocimiento, que


los impulsaría a la humildad, en el reconocimiento
de las limitaciones que prefieren ignorar?! ¿Cuántos
otros se deciden por la comodidad moral, por la
incapacidad de renunciar al “hombre viejo”,
desanimados por la intuición de caminos lejanos a
recorrer, en la renovación íntima?!
De los problemas de la fascinación, por tanto,
el de los médiums víctimas de comunicados que
no resisten a la criba de la razón al cual deben ser
sometidos, es lo más insignificante.
Fácil desenmascarar la mentira; difícil no
mentir… Fácil apuntar errores ajenos; difícil
aceptar que se está errando…
Busquemos la concienciación indispensable, y
el camino que trillamos se nos presentará menos
obstruido.
Sabemos dónde se encuentran, dentro de
nosotros, las piedras de tropiezos que necesitamos
remover o evitar.
Reflexionemos en la extensión y en la dificultad
de la jornada evolutiva que nos compete emprender
y, sin desánimo, prosigamos, paso a paso,
sedimentando en nosotros las virtudes que, un día,
habrán de redimirnos.
¡Serenamente, añadamos a nuestra edificación
íntima los ladrillos del amor y de la sabiduría con
que los ángeles, en la argamasa del sudor y de las
lágrimas que derramaron, ya construyeron el castillo

28
ODILON FERNANDES

de la felicidad inalterable en que residen, entre las


estrellas!...

29
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

OBSESIÓN E INMUNIDAD

“Estaríamos en un error, si se cre yese


que este género de obsesión no puede
alcanzar sino a personas simples,
ignorantes y desprovista de juicio; los
hombres más espirituales, los más
instruidos y los más inteligentes bajo
otros aspectos no están exentos, lo
prueba que e sta aberración es el efecto
de una causa extraña, de la cual sufren
la influencia.” (Segunda Parte, cap.
XXIII, ítem 239

Kardec es claro cuando afirma que “los


hombres más espirituales, los más instruidos y los
más inteligentes bajo otros aspectos” no están
inmunes al proceso obsesivo.
Entendamos que, como no consigue huir a la
influencia, a veces perniciosa de los vehículos de
comunicación, el hombre en el mundo nunca estará
completamente aislado de la influencia mental de la
comunidad invisible que lo rodea, porque no hay
propiamente frontera separadora entre encarnados
y desencarnados… Las dos dimensiones, la física y la
extra física, se interpenetran, coexisten, son
interdependientes y progresan paralelamente.
“Vivos” y “Muertos” están en constante
intercambio, a través del diálogo inarticulado del

30
ODILON FERNANDES

pensamiento. Los que procurasen atentar para el


referido fenómeno telepático lograrían, de forma
más lúcida, disponer de prolongadas
conversaciones con los que viven en otras
dimensiones espirituales de la Vida.
No estamos, con estas palabras, queriendo
justificar la obsesión, pero no podemos omitir la
naturalidad del proceso en que encarnados y
desencarnados se encuentran envueltos en la
condición de maestros y aprendices uno de los otros
en la cartilla del sufrimiento.
Cuando el obsesado se levanta, el obsesor
igualmente se yergue, por cuanto, sino hay proceso
obsesivo unilateral, es de Ley que las almas que
mutuamente se encadenan, mutuamente se
emancipen, en la exacta división de los lucros y
perjuicios que vengan a sumar.
En cierto modo, el educador que educa está, al
mismo tiempo, siendo educado por el educador,
ampliando conocimientos que, si así no fuese,
permanecerían estacionados.
Por la ley de compensación, el mal nada
consigue hacer más allá de revolver la tierra,
preparando el terreno donde el bien florezca.
La obsesión que padecen los hombres cultos, le
será una preciosa lección dura de humildad, para
que no se consideren, en lo alto del pedestal en el
que se refugian, más bien participar de lo que quiera
que sea…

31
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

¿Cuántos de ellos, indefensos e inseguros, no se


ayudan de hermanos y hermanas incultos que, con
manos callosas por el trabajo rudo y titubeante en
las palabras que profieren en oración, los auxilian a
recomponerse psicológicamente? ¿Cuántos,
al visitarlos en las casuchas donde residen, no
respiran una atmósfera de paz que no existe en las
casas suntuosas en que curten su indiferencia por
las cosas espirituales?
Por lo expuesto, podemos concluir que nadie
está en el mundo absolutamente inmune a la
influencia obsesiva, en sus diversos grados de
manifestación. Acordándonos de que el propio
Cristo, aunque inalcanzable, no se negó al
atrevimiento de las Tinieblas en las tentaciones con
que, a cada paso, era probado en sus propósitos…
Todos los grandes héroes de la fe padecen
ignominiosas persecuciones espirituales, inclusive,
muchos de ellos, en el lecho en que se encontraban
prestos a dejar la Tierra… Los mártires cristianos
eran exhortados, en los postes de sacrificio y en las
hogueras del testimonio, a renunciar a la creencia en
el Evangelio…
Aun hoy, la tentación persigue los pasos de
todos los que procuran la victoria sobre sí mismos,
sirviendo a la Gran Causa del Señor.
¡El discípulo sincero de la Buena Nueva nunca
transitará por los caminos de la Tierra con perfecta
paz! ¡Acosado por todos los flancos de la lucha que

32
ODILON FERNANDES

sustenta en nombre del ideal que abrazó,


experimentará aflicciones desconocidas de los que
ignoran lo que es sufrir por la Verdad!
La relativa inmunidad contra la obsesión
solamente alcanzada por aquellos que son capaces
de amar a sus semejantes, disponiéndose a
ampararlos, aunque en ruinas…
Los que aman al prójimo sensibilizan el corazón
de los verdugos que, conmovidos por sus gestos de
benevolencia, acaban por transformárseles en
protectores.
¡Veamos que nos referimos a inmunidad
relativa, porque la absoluta inmunidad contra la
obsesión es privilegio de los ángeles, así mismo
como de aquellos que no osan, como el Cristo hizo,
peregrinar por los sinuosos y oscuros caminos de la
Tierra!

33
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

PERDIDA DEL DISCERNIMIENTO

“…El espíritu conduce a aquel que vino


a dominar como lo haría a un ciego y
puede hacerlo aceptar las más
extravagantes doctrinas, las más
falsas teorías como si fuese la única
expresión de la verdad; más bien,
puede excitarlo las diligencias
ridículas, comprometedoras e incluso
peligrosas.” (Segunda Parte, cap. XX III,
ítem 239)

La obsesión, de entrada, no siempre se instala


con todo el imperio sobre el obsesado. Podríamos
compararla a una pequeña tumoración que, poco a
poco, se desenvuelve, llegando, y no es raro, a tomar
posesión de un órgano…
La obsesión alcanza su estado de mayor
gravedad justamente cuando el obsesado pierde la
facultad de discernir lo que es cierto de lo que está
equivocado.
Confuso, prácticamente anulado en sus
condiciones intelectuales, el obsesado se coloca a
merced de los espíritus obsesores que le sustituyen
la voluntad.
Cuando el obsesado lucha contra las ideas
extrañas que le son sugeridas, aun hay esperanza de

34
ODILON FERNANDES

una rápida reversión en el cuadro obsesivo que se


diseña, pero cuando él las “incorpora” de
modo totalmente pasivo, el problema se vuelve por
demás preocupante y sin ninguna previsión de
mejora.
Cuando estaba encarnado, en mis reflexiones
de joven adepto de la Doctrina Espírita, creía que el
hombre es fruto de sí mismo, o sea, cada cual
cogería rigurosamente de acuerdo con la propia
siembra; imaginaba que la bendición divina no daría
privilegio a quien de ella no se hiciese acreedor, a
costa del esfuerzo intransferible… Después, cuando
ya fui más maduro por la experiencia y por el
sufrimiento, alteré sustancialmente mi modo de
pensar. Hoy, más que nunca, creo que nadie
consigue salir de determinadas situaciones, sin la
intervención “directa” de la mano de la Divinidad…
Veamos el ejemplo de Paulo de Tarso, el
inolvidable Apóstol de los Gentiles. ¡¿Como él, sin la
sublime visión del Cristo renacido, a las puertas de
Damasco, podría modificar su interior, pasando
instantáneamente de férreo perseguidor de los
cristianos al mayor propagador de la Buena
nueva?!...
¡“Milagros” existen, sí! ¡El Supremo Poder de la
Vida encierra consigo la prerrogativa de hacer
cumplir decretos o renovarlos, precipitar o adelantar
acontecimientos, hacer posible lo imposible, sin la
efectiva participación de la voluntad humana!...

35
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

Que me perdonen los compañeros de fe que


no consigan estar de acuerdo con semejante
observación pero, ¿por acaso, la justicia de los
hombres, aunque tan imperfecta es en cuanto a
la interpretación de los magistrados que la hacen
cumplir? ¿La Justicia Divina sería menos
magnánima?...
Mutilado en lo que se refiere al discernimiento
que debería guiarlo, al médium le falta suelo para
pisar con seguridad, mostrándose prestos a
desmoronar en cualquier instante, en el desastre
mediúmnico inevitable.
Cuando en el medianero aun sobra alguna luz y
él, entonces, sea capaz de vislumbrar el peligro a
que se expone, conviene que, serenando
íntimamente en el clima de la oración, abdique de
cualquier idea que le esté subrepticiamente
fomentando el personalismo y se auto interne en el
anonimato del servicio en el bien, procurando, a ser
posible, socorrer con las propias manos a los pobres
más pobres en la periferia de la ciudad. ¡No
obstante, incluso con la práctica de la caridad
genuina, que el médium se prevenga contra la falsa
noción de santidad que, temerariamente, podrá
comenzar a imaginar al respecto de sí mismo!
Como percibimos, el asunto es complejo y
demandaría un abordaje meticuloso con exactitud.
Que el médium crea firmemente no ser nada más
allá de un trabajador entre tantos otros, luchador en

36
ODILON FERNANDES

la difícil tarea del perfeccionamiento íntimo, que le


exigiría repetidas experiencias en el cuerpo, ya que
le sería una locura pretender alcanzar el Cielo de
asalto…
Médiums hubo que, infelizmente, pasaron toda
la existencia entera dominados por las ideas
mesiánicas, siempre peligrosas, creyéndose
investidos de alto poder misionero, cuando no
pasaban de mendigos del pan espiritual más
simple que les socorriese el hambre de la luz.
Muchos de ellos aun pueden verse en las calles de
las grandes ciudades, discutiendo y gesticulando al
viento en sus delirios de grandeza, cuando no
ostentando un altivo porte en medio de la plebe
ignorante, emperadores que caminasen entre
súbditos reverentes…
¡¿Cuántos de ellos, de regreso al Más Allá,
difícilmente son instados en sus concepciones
extravagantes, refiriéndose al Cristo, como si Jesús
siquiera se les igualase a la estatura espiritual?!...
¡Temamos, pues, la pérdida del discernimiento
más de lo que la perdida de la luz del propio Sol en
el firmamento!

37
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN


TÁCTICA OBSESIVA
“…para lle gar a tales fines e s preciso un
espíritu hábil, astuto y profundamente
hipócrita, porque no puede engañar y
hacerse aceptar sino con la ayuda de
una máscara que sabe tomar y de una
falsa apariencia de virtud; las grandes
palabras de caridad, humildad y amor a
Dios son para él como credenciale s;
pero, a travé s de todo e sto, deja
transparentar señales de inferioridad
que e s preciso estar fascinado para no
notarlo…” (Segunda Parte, cap. XX III,
ítem 239)

Los espíritus que intentan engañar a los


médiums no dudan en tomar el nombre de Dios
para hacerlo. Además, la historia está repleta de
ejemplos de hombres que corrompían, saqueaban,
extorsionaban, mentían y hasta mataban - ¡en
nombre de Dios!... Citemos el ejemplo de la
Inquisición y hechos similares ocurridos con adeptos
de otros credos religiosos o sospechosos de herejía.
Para alcanzar sus objetivos inferiores, los
espíritus no revelan ningún escrúpulo en revestirse
como “ángeles de luz”, obrando bajo el escudo de
nombres venerables que ostentan de manera no
respetuosa.
El espíritu obsesor, sin la menor ceremonia, se
hace pasar por mensajero del bien, aconseja

38
ODILON FERNANDES

procedimientos fraternos, se empeña en conquistar


la confianza del médium, le sugiere actitudes de
extrema dedicación, llegando, incluso, a conmover
hasta las lágrimas… Todo para envolverlo en la tela
de sus oscuros y reales intereses. Así,
imperceptiblemente, el médium se va rindiendo a
sus vibraciones, hasta que, fascinado, se destituye
del imprescindible buen sentido, que preservaría su
integridad psicológica.
No es extraño, que el espíritu obsesor penetre
de tal forma en el alma del médium obsesado, que
este pasa a defenderlo ardientemente, cuando
alguien le cuestiona la identidad y la intención,
molestándose al aceptar la cuestión, como si fuese
él mismo el ofendido.
Mientras, por más que se esmere, el espíritu
obsesor acaba por traicionarse, consiguiendo no
ocultar sus inequívocas señales de inferioridad, a
semejanza de alguien que consigue engañar a las
personas durante algún tiempo, pero no todo el
tiempo…
Para admitir que fue engañado por este o
aquel espíritu, es necesario que el médium posea
cierta humildad; en caso contrario, incluso que la
identidad espiritual sea desenmascarada, el médium
proseguirá cultivando las convicciones en la
inhabilidad del espíritu que se vanagloria con su
“asistencia”.
En lo que atañe a la vanidad, necesitamos tejer

39
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

una breve consideración. El médium acostumbra a


juzgar el grado de su evolución espiritual por la
condición evolutiva del espíritu que le asesora las
actividades. ¡Pura ilusión! Espíritus que obran en el
anonimato, cuyos nombres ni siquiera son
conocidos por los hombres, están en
estacionamiento espiritual casi siempre superior a
los que reverenciamos…
No es porque, por ejemplo, Becerra de
Menezes asista a tal médium que éste esté a la
altura del gran benefactor de todos nosotros. Los
Espíritus Superiores, atentos a la palabra de Cristo
de que “los sanos no necesitan de médico”, se
acercan a las almas enfermas con el propósito de
auxiliarlas en la cura. ¡¿Acaso el Señor no convivió
con pecadores y adúlteras, hombres rudos y de
inteligencia obtusa, pacientemente instruyéndolos al
respecto del Reino Divino?!...
A la pérdida del discernimiento, a que nos
referimos en el capítulo precedente, sólo se nivela la
vanidad del médium que se imagina en la condición
de misionero.
Insistimos en que la mediumnidad, del punto
de vista moral, es instrumento de progreso a realizar
y no de progreso realizado.
Las credenciales del espíritu bien intencionado
son siempre las del trabajo que inspira el médium a
concretar, sin sustraerle el libre albedrío. El espíritu
que dicta normas y se enfada cuando no las ve

40
ODILON FERNANDES

cumplirse puede hasta poseer méritos que no


discutimos, pero innegablemente aun tiene mucho
que aprender.
¡La táctica del espíritu obsesor intelectualizado
es sutilísima! No es de extrañar, para sorprenderlo
en contradicción, se necesita de un refinado espíritu
de observación en un curso de tiempo más o menos
largo.
No obstante no nos precipitemos en cualquier
juicio sobre los espíritus, como no debemos
apresurarnos en la opinión al respecto de personas
y acontecimientos. No permitamos dejarnos llevar
por las apariencias, ni del bien ni del mal, porque el
espíritu aparentemente rudo en su modo de
expresarse puede ser portador de virtudes
esenciales que verdaderamente lo acrediten.
¡Muchas rosas de innegable belleza están
totalmente desprovistas de perfume, al paso que
otras de aspecto más común exhalan agradable olor,
bajo la sencillez de la propia forma!

41
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

10º

EL YUGO DE LA MEDIUMNIDAD

“La subyugación es una opresión que


paraliza la voluntad de aquel que la
sufre y lo hace obrar contra su
voluntad. En una palabra, la persona
está bajo un verdadero yugo.”
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 240)

El yugo de la mediumnidad con Jesús


igualmente puede ser interpretado como el yugo
leve al que el Señor se refiere.
En el ejercicio de la mediumnidad el
medianero, poco a poco, convierte la obsesión de
que pueda ser víctima en sintonía de orden superior,
conquistando la salud mental en su perfecta
integración con la Mente Divina.
El médium que no se dispone a servir,
rebelándose contra su condición de médium – vivirá
bajo un pesado yugo del desequilibrio, ejerciendo,
incluso a su disgusto, la mediumnidad con los
espíritus que la viciaran en sus formas.
El río, en su trayectoria, no consigue huir a la
dirección del mar; contornando obstáculos y
saltando riberas, y helo ahí, en breve, tragado por
las aguas del océano en que se pierde… El médium
que, por libre iniciativa, no se prestara a los Espíritus
Benefactores, será obligado a servir de intérprete a

42
ODILON FERNANDES

los espíritus que habrán de parasitarle las


facultades, utilizándolo para satisfacer sus pasiones.
Muchos espíritus, aunque eviten la
reencarnación, la cual, en cierta manera, los
sometería a un proceso reeducativo, no consiguen
vivir lejos de las sensaciones que el cuerpo material
les proporciona… Para estos, los médiums sin
compromisos con el trabajo del bien serían los
instrumentos del placer; semi-incorporadas, tales
entidades, distantes de las limitaciones de la
materia, lograrían contentarse a semejanza de
alguien que matase la propia sed a través de manos
ajenas…
Por más extraño que parezca, se cuenta a
millares los espíritus que denominaríamos
“comensales” del psiquismo humano, conviviendo
con los encarnados, en perfecta simbiosis, en el
banquete de las emociones infelices.
El médium que se distancia del bendecido yugo
de la disciplina espiritual carga el peso de la
impiadosa carga de la obsesión.
¡¿Cuántos médiums no se quejan de la
exhaustiva rutina de los compromisos mediúmnicos,
suspirando por la libertad que, al final, los
esclavizará a las drásticas consecuencias de orden
moral?!
Mil veces es preferible que él se equivoque y
continúe equivocándose, intentado acertar, que,
pretextando imperfecciones en la tarea, de ella se

43
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

distancie, desistiendo de cualquier esfuerzo por la


mejora personal. Además, llega a ser conmovedor la
dedicación del medianero que, consciente de sus
dificultades, no se revuelve contra la cruz que les
pesa en los hombros, perseverando en el auxilio del
cual se reconoce el mayor necesitado.
Gran parte del sufrimiento existente en el
mundo es el sufrimiento que el hombre impone al
propio hombre, por su falta de comprensión de las
luchas de cada uno. En caso de que procurásemos
aceptar a los otros tal como son, entenderíamos
más deprisa que toda la experiencia, por más que
nos escandalice en alguien, está al servicio del Amor
con que Dios conduce el inmenso rebaño humano al
aprisco de su Corazón.
¡Que los médiums no se lamenten, en las
pruebas de su vida, ni quieran obtener todas las
respuestas para los dramas personales que vivan!
El yugo de la obsesión es violencia, pero el de la
mediumnidad es una invitación serena para el
rescate de nuestras muchas faltas.
No crea el medianero que los Espíritus estén
sobre la Tierra buscando ángeles que puedan
interpretarlos junto a los hombres…
¡El pecador de buena voluntad es más útil a
Jesús que el virtuoso incapaz de descruzar los
brazos!
¡Feliz del médium que se supera en los
propósitos del Evangelio, sobreponiendo la

44
ODILON FERNANDES

grandeza del ideal a la propia pequeñez!


¡Feliz del médium que llora, pero que tampoco
no se olvida de sonreír; que a veces se desalienta,
pero que jamás rechaza la esperanza!
¡Feliz del médium que se desdobla para dar a
los otros lo que reconoce no tener para sí!
¡Feliz del médium, por fin, que abraza como
suyos a hermanos – encarnados y desencarnados,
obsesores o no – aunque ignoran su misma
procedencia divina!...

45
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

11º

OBSESIÓN Y PSICOGRAFÍA

“Ella se traduce en el médium


escribiente por una necesidad
incesante de escribir, incluso en los
momentos más inoportunos. Vimos los
que, en la falta de lápiz o bolígrafo,
simulan e scribir con el dedo, por todas
partes don de se encuentren, incluso
en las calle s, sobre los puertas y los
muros.”
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 240)

La mediumnidad psicográfica, como cualquier


otro tipo de mediumnidad, necesita ser disciplinada,
o sea, no puede y no debe ser ejercida
aleatoriamente.
Los Espíritus Benefactores, en contacto con los
hombres, igualmente se someten a la disciplina, por
cuanto las tareas a que se entregan en la Vida
Espiritual son múltiples, absorbiéndoles la mayor
parte del tiempo. Ellos no están al lado de los
médiums a cualquier hora, de hecho desocupados
que no tendría más que hacer, además de contactar
con los encarnados.
El médium que no disciplina su actividad
mediúmnica, incluso que se sitúe imbuido de la
mejor de las intenciones, es candidato a la obsesión.

46
ODILON FERNANDES

Existen medianeros que largan sus deberes


para atender al llamamiento de los espíritus, siendo
que los espíritus con discernimiento jamás van a
inmiscuirse en sus actividades cotidianas, al punto
de perjudicarles el camino… Médiums que, para
atender a los espíritus, dejan la comida quemándose
en el fuego, dejan de amparar a un familiar enfermo;
faltan al servicio que les posibilita la conquista del
pan de cada día; relegan al olvido los cuidados de la
casa; se niegan al cariño afectivo a sus cónyuges;
despiertan de madrugada para incorporar; todo lo
atribuyen, a lo que les ocurre, la acción del Mundo
Espiritual; se dejan envolver por ideas en las que se
ven investidos del papel de misioneros – entonces,
sin duda alguna, bajo la influencia espiritual, como
mínimo, liviana e irresponsable.
Se cuenta que determinada médium vinculada
a la Iglesia oraba fervientemente todos los días,
implorando que la Madre del Señor le concediese el
acceso al Paraíso que, cierta vez, escuchó la voz de la
Venerable Señora le susurraba al oído: -
“Ciertamente, usted, mi hermana, por sus elevadas
dotes morales, ascenderá al Cielo, después de la
muerte; pero, mientras eso ocurre, pare un poco de
rezar y vaya a remendar el vestido de su hijita, que
está casi desnuda…”
Que el médium, sea cual fuera, nunca se crea
inmune a la influencia espiritual perniciosa; porque
se consagre al bien, no significa que pueda ignorar la

47
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

vigilancia por garantía del propio bien que practique,


ya que el bien, aunque seamos libres, no nos endosa
los resbalones en el mal. A pesar del bien que
seamos capaces de realizar, el mal que sobre existe
en nosotros deberá, con el concurso del tiempo, ser
totalmente erradicado.
De hecho, “el amor cubre multitud de pecados”,
para que el pecador comprenda la necesidad de
redimirse.
En lo que se refiere, en particular, a la
mediumnidad psicográfica, hemos visto decenas de
médiums en la producción de páginas y libros sin
mayor provecho doctrinario, sobrecargando
cuadernos repletos de frases casi indescifrables,
llegando al cúmulo, inclusive, de creer que
semejantes jeroglíficos pertenecen a la
representación ortográfica de lenguas muertas…
Infelizmente, en esos compañeros que no
consiguen contener el impulso de escribir lo que
escriben bajo – está claro – el envolvimiento de los
espíritus, no es de extrañar que están faltos del
buen sentido, el desequilibrio es evidente, pudiendo
aun ser la manifestación de una enfermedad
psíquica de difícil tratamiento.
Cuando son solicitados a cooperar en la
orientación de un médium con tales características,
conviene recomendar la suspensión temporal de los
ejercicios psicográficos, hasta que él se serene
mentalmente, rompiendo el vínculo mental

48
ODILON FERNANDES

establecido. Procuremos orientarlos en la


canalización de sus recursos mediúmnicos para
otros sectores de las actividades espirituales que lo
mantengan más en contacto con la realidad,
porque existen mentes fácilmente sugestionables,
entregadas al delirio y a la alucinación.
Entiendan que la mediumnidad es un campo
vastísimo de manifestaciones, pudiendo ser
ejercitada mucho más allá de los límites en que fue
catalogada por investigadores, que apenas la
clasificaron en sus tipos más comunes.
Mediumnidad, en síntesis, es intermediación, y
el médium, en todo cuanto haga, podrá ser el
interprete de las fuerzas con las cuales sintonice,
evidentemente calcadas en sus propios deseos e
intenciones.

49
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

12º

OBSESIÓN Y CRISIS

“La obse sión, en cualquier grado que


esté, siendo siempre el efecto de
opresión, y esa opresión no pudiendo
jamás ser ejercida por un buen
espíritu, de eso re sulta que toda
comunicación dada por un médium
obse sado e s de origen sospechosa y no
merece ninguna confianza. Si algunas
veces, en ella se encuentra algo
bueno, es necesario tomarlo y
rechazar simplemente todo lo
dudoso.” (Segunda Parte, cap. XXIII,
ítem 242)

Se hacen prácticamente imposibles evaluar los


grados de los casos de obsesión, según su gravedad,
porque este es, casi siempre, también ejercido de
acuerdo con las conveniencias del espíritu obsesor.
Existen obsesados que tienen grandes periodos
de lucidez y otros que están bajo el imperio de los
obsesores casi constantemente.
El médium, por tanto, puede sufrir lo que
llamaríamos crisis obsesiva repitiéndose
periódicamente. Fuera del ciclo de las crisis,
apartándose el espíritu que lo atormenta y persigue,
él conseguiría entrar en una fase de aprovechable
producción mediúmnica.

50
ODILON FERNANDES

Hemos acompañado el caso de muchos


médiums los cuales, infelizmente, en lo que se
refiere al ejercicio de la psicofonía, no mantienen la
regularidad necesaria en sus actividades.
Apartándose del grupo, abandonan las reuniones,
no se adaptan en ningún centro, permitiéndose
susceptibilidades con facilidad, dudan de sus
propias facultades sensitivas, huyen del estudio,
quieren ser el foco de la atención junto a los
compañeros, exigen que las tareas les atiendan las
disponibilidades de tiempo…
Algunos médiums de los cuales estamos aquí
refiriéndonos necesitan, de cuando en cuando en el
ápice de la crisis obsesiva, ser internados en
sanatorios, porque el obsesor, en su mayor
concentración de odio, es capaz de volverlos
violentos y agresivos; otros son inducidos al
alcoholismo y a una vida de completo
distanciamiento de los compromisos espirituales;
muchos siguen por atajos en los que consumen la
mejor parte de su existencia, lamentando, de modo
tardío, la oportunidad perdida…
Si el médium, fuera de la crisis que lo
acomete, buscase, ante la tregua del obsesor,
fortalecerse psíquicamente, lograría que esas crisis
se esparcieran y ocurriesen más suavemente,
eximiéndolos de los efectos que, no es extraño, se
postran por largo tiempo. Consideremos que el
espíritu obsesor tiene sus recaídas en el

51
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

remordimiento y en el arrepentimiento, cuando,


entonces, el momento se hace propicio a la acción
de los Benefactores, que intentan persuadirlos de
sus intenciones, ofreciéndoles una nueva
oportunidad de renacer en un cuerpo físico.
No hay nadie que, por mayor que sea su
indiferencia y rebeldía, no experimente anhelos
de renovación, por cuanto el mal es
extremadamente agotador para quien lo práctica, al
contrario del bien, que, en crescendo, envuelve en
inefables sensaciones a quien a él se dedica.
Los Instructores de la Vida Mayor saben
diagnosticar y aprovechar esos estados del alma en
los espíritus endurecidos y los aprovechan, en la
intuición de rescatarlos de sí mismos, trayéndolos a
la superficie de la plena conciencia de sí.
En los médiums bajo el asedio periódico de los
espíritus que lo persiguen, necesitamos separar la
cizaña del trigo, no considerando totalmente lo que
sean capaces de producir, pero no tampoco
aceptando sin análisis; además, esa conducta,
independientemente de la condición de equilibrio
del medianero, debe siempre guiar los estudios de
las comunicaciones mediúmnicas…
¡Un médium obsesado es un campo vastísimo
para la observación y un espíritu obsesor es un
mundo de emociones a ser desvelado en el universo
del psiquismo humano!
Entre los hombres, el Psicoanálisis, aunque sea

52
ODILON FERNANDES

una ciencia que aun es nueva, es un ejemplo de las


potencialidades sin explotar y desconocidos del ser,
obrando sobre él de modo desordenado, porque el
psiquismo humano puede ser comparado a una
nave espacial cuyo conductor permanece
adormecido delante del panel… ¡Fuera de control,
semejante nave vuela impulsada por la energía de
origen, dando vueltas en el Infinito, sin conciencia de
su sublime destino!
No marginalicemos a los médiums obsesados,
catalogándolos de desequilibrados o
menospreciándolos en su lucha.
Todo ser humano tiene sus crisis de falta de
salud, capaces de comprometerlo delante de la Ley
de Causa y Efecto.
No olvidemos que la Caridad igualmente
predica atención para con los médiums más
necesitados e inseguros, todos prototipo de los
medianeros que, en la Gran Mañana, habrán de
reflejar con perfección los esplendores del Amor y
de la Verdad.

53
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

13º

DAD DE GRACIA

...3º) “Creencia en la inhabilidad y en la


identidad absoluta de los e spíritu s que
se comunican y que, bajo nombre s
respetable s y venerados, dicen cosas
falsas y absurdas.” (Se gunda Parte, cap.
XXIII, ítem 243)

En el ítem que examinamos en este capítulo,


Kardec nos indica uno de los medios para poder
identificar la presencia de la obsesión en el médium
que padece la influencia.
El medianero que cree en la inhabilidad del
espíritu que se manifiesta por su intermedio, está, a
través del orgullo y de la vanidad, ofreciendo campo
libre de actuación para la obsesión.
Cuando alguien cuestiona la naturaleza del
espíritu que por él se comunica, el médium se siente
cuestionado en cuanto a la autenticidad de sus
facultades y, entregándose a la susceptibilidad, llega
a romper antiguos lazos de amistad.
Tenemos aquí igualmente una de las tácticas
que los espíritus obsesores acostumbran a emplear,
con eficiencia, para apartar a los médiums de los
que podrían auxiliarlo en la vuelta al equilibrio…
Haciéndoles creer que la desconfianza está sobre su
mediumnidad y no sobre el origen de las

54
ODILON FERNANDES

comunicaciones que reciben, los


espíritus perturbadores una vez más consigue
escarnecer a los médiums, incapaces de autocrítica
en el análisis riguroso de su producción
mediúmnica.
Infelizmente, esto ocurre con mucha frecuencia,
revelando que, de hecho, la duda al respecto de la
procedencia de ciertas comunicaciones por
determinados médiums no es destituida de
fundamento, pues, si los referidos médiums no se
sintiesen ofendidos, habrían de cooperar con los
investigadores, sometiéndose a la necesaria
investigación.
En los médiums sin Doctrina (y ellos están por
todas partes) y que – peor aun – obran en nombre
del Espiritismo, el ridículo está siempre presente en
las previsiones que se atreven a hacer, diciéndose
inspirados por venerables personajes de la
Espiritualidad. Comparecen en los noticiarios de la
prensa escrita, hablada y televisada, pronosticando
el futuro, cuando, en realidad, no serían ni incluso
capaces de formar una idea precisa de la propia vida
para el día siguiente…
Además de prestigio personal a traducirse, no
sería extraño, desear alguna ganancia económica,
las mentes de esos médiums en potencial se
asemejan a juguetes electrónicos en las manos de
los espíritus obsesores, los cuales les aprietan las
cuerdas a voluntad… Los catalogamos de “médiums

55
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

en potencia”, porque en realidad lo son,


comprometiéndose delante de la Ley del Karma, con
la cual deberán armonizarse en el futuro,
dedicándose, entonces, de modo extremado a la
mediumnidad con Jesús en el “dad de gracia lo que
de gracia recibiste”.
Además, cuando el maestro nos transmitió tan
precioso precepto, Él no lo vínculo a la cuestión del
dinero solamente, puesto que hay varias maneras
de que el médium mercenario se haga pagar por sus
servicios… Algunos trabajan por el salario del elogio,
otros por oscuros intereses afectivos…
El “dad de gracia” es mucho más variado de lo
que podemos suponer, a la primera interpretación.
Es indispensable que el médium ansioso por
sinceramente servir a la Causa de la Verdad
seguidamente se cuestione en cuanto a las propias
intenciones en la mediumnidad; en caso que
concluya por el uso indebido de sus facultades
sensitivas, es mejor que de ellas procure abdicar,
atento a aquella otra preciosa advertencia del Señor:
“Si vuestra mano es motivo de escándalo, cortadla…”
Conforme podemos percibir sin esfuerzo, la
mediumnidad es una escuela de infinitas lecciones
para el espíritu que en ella se matricule; antes de ser
instrumento de aprendizaje para terceros, ella lo es,
primero, para el propio médium, ya que,
evidentemente, él se coloca en la condición de
aprendiz de buena voluntad y no en la de maestro

56
ODILON FERNANDES

autosuficiente…
Que el médium aun permanezca atento a los
elogios que los desencarnados puedan dirigirles, en
la intención de envolverlos en sus sofismas; que
permanezca atento a los elogios exacerbados,
pero también a las críticas exageradas que tengan el
objetivo de desalentarlos en el cumplimiento del
deber.
¡Muchos espíritus obsesores procuran anular el
ánimo del médium, buscando convencerlo de sus
imperfecciones y dificultades, susurrándoles a los
oídos que la mediumnidad es muy santa para tan
incorregible pecador; que sería casi una blasfemia
que él, siendo tan deforme moralmente, ostentase
una virtud tan bella!
Si los Espíritus Esclarecidos no hacen elogios
infundados a quien quiera que sea, tampoco no
descienden a la crítica faltando a la caridad de nadie.

57
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

14º

MEDIDAS PROVIDENCIALES

“5º) Disposición para apartarse de las


personas que pueden dar útile s
avisos.”
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 243)

Cuando los médiums se encuentran bajo la


influencia mental de los obsesores, se hacen
“sordos” a la voz de los Espíritus Amigos, los cuales,
a través de ellos mismos, intentan alertarlos por el
peligro a que están expuestos. Ocurre, entonces,
muchas veces, que toman la advertencia saludable
que le es hecha por artimañas de las tinieblas,
interpretando todo contrariamente, pero siempre de
acuerdo con su conveniencia personal.
Percibiendo la delicadeza de la situación, los
Espíritus Protectores, los cuales nunca desisten de la
tarea que les fue confiada, buscan inspirar a alguien
con acceso al médium que desean despertar para la
realidad. Cuidando de aproximar al referido amigo
del medianero bajo el imperio de la fascinación,
utilizándolo como instrumento de la medida
socorrista ineludible, no siempre, infelizmente,
logrando alcanzar el objetivo.
Estando bajo el yugo mental del obsesor que,
no es de extrañar, lo maniobra como si fuese un

58
ODILON FERNANDES

fantoche, el médium toma al compañero que lo


alerta por un adversario de sus aspiraciones,
llegando aun, a imaginarlo envidioso de su condición
de médium.
Como es fácil constatar, los espíritus obsesores
son extremadamente hábiles y astutos en sus
tramas; por eso, existen casos de obsesión que,
envolviendo una serie de factores y circunstancias,
necesitan largo tiempo a fin de ser
convenientemente solucionados.
El problema de la obsesión se hace más grave
cuando exija, para ser cuestionado, buena voluntad
de un número relativamente grande de personas en
él directamente envueltas. Por ejemplo: un joven
médium en notorio desequilibrio que, a fin de
ajustarse como el duro desafecto invisible de la
familia, que lo eligió para su venganza, necesita de la
adhesión de los padres y hermanos al tratamiento
espiritual… ¿Y cuántos, por puro preconcepto
religioso, no se omiten, prefiriendo ver a los
familiares en una caída en la alcantarilla de la
perturbación al acompañarlos a la casa espírita que
les facilitará la recuperación? ¡¿Cuántos no deciden
recorrer los más sofisticados consultorios
psiquiátrico, cargando consigo sus sensitivos
enfermos, pero no osan pasar siquiera por el lado
de una institución espírita capaz de beneficiarlos
tanto con el concurso de la oración y del pase?!
¡¿Cuántos casos de obsesión no se hacen crónicos,

59
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

por la imposibilidad de los que se acomodan, no


queriendo asumir la parcela que les cabe en el
esfuerzo por el reequilibrio de aquellos a quien
dicen amar?!...
Entendamos que, en la mayoría de las veces,
una deuda kármica no pertenece exclusivamente
a aquel que le esté padeciendo las consecuencias;
casi siempre, los corresponsables por ella son
llamados a su necesaria reparación, conviviendo con
el sufrimiento de quienes le soportan los afectos
más directos…
Nadie se precipita en un abismo por una libre
iniciativa… Los autores intelectuales de la caída o los
sueños de los brazos que la facilitaran no pasaran
indemnes por la ley, la cual nos registra los más
insignificantes gestos e intenciones.
Los que, indiferentes, asisten al fracaso ajeno,
se comprometen a auxiliar al infeliz protagonista a
redimirse, porque nadie avanza en la dirección de
las estrellas, escuchando el gemido de los que se
pierden en el valle.
Los Espíritus Benefactores no relegan al
médium a la propia suerte y, de todas las maneras,
intentan socorrerlo; cuando no lo consiguen de
manera ostensiva y directa, hacen que simples
recortes de periódicos les venga a parar en las
manos; que la frase de un out-door les llame la
atención; que oiga un asunto que lo exhorte a la
reflexión más serias; que la televisión sea puesta en

60
ODILON FERNANDES

el justo momento del reportaje capaz de servirle de


ejemplo…
¡Médium alguno podrá quejarse de la falta de
amparo de la Vida Espiritual en sus actividades!
¡Que esté el médium siempre consciente de sus
imperfecciones y nunca se considere inmune a la
influencia espiritual negativa; que prosiga
trabajando, convencido de sus luchas, que no se
desanime delante de las decepciones de las cuales él
mismo es la causa!...A través del perseverante
cumplimiento del deber, con la alegría de quien,
pacientemente, siembra bajo la prometedora tierra
de sus sueños, el médium acabará por edificarse
interiormente, sorprendiéndose, un día, más
determinado y fortalecido.
Principalmente en lo que se refiere a la
construcción moral de las criaturas, nada ocurre de
repente; todo es obra del tiempo en el sudor y en las
lágrimas derramadas…
¡Nosotros mismos, compañeros domiciliados
en el Más Allá, tenemos el vuelo limitado por la
fragilidad de las propias alas! Conseguimos
movernos apenas en el territorio demarcado por
nuestras posibilidades espirituales, aunque, a
nuestros ojos, el firmamento lleno de estrellas nos
sea angustiante invitación a la ascensión que aun no
logramos.

61
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

15º

¿POR QUÉ CRITICAMOS?

6º) Lle var a mal la crítica al re specto de


las comunicaciones.”
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 243)

Antes de la crítica al médium o a la tarea por él


desempeñada, conviene cuestionarnos en cuanto a
los motivos que nos llevan a practicarla.
¿Será que no estaremos siendo motivados por
el despecho? ¿Será que procedemos apenas con el
sincero propósito de auxiliar? ¿Será que “algo”
dentro de nosotros no se regocija con la reprimenda
que dirigimos a los compañeros de la
mediumnidad?...
Normalmente, cuando alguien registra la
sencillez de nuestras intenciones a su respecto, su
reacción es positiva. El psiquismo humano es capaz
de captar, de manera inconsciente, los sentimientos
que nos mueven en la relación.
Cuando dialogamos con alguien, guardando
oscuros propósitos, hasta nuestra voz se modula
diferente y nos dejamos traicionar, por la mímica
facial que nos denuncia el estado interior.
Quien se dispusiera a la crítica fraternal y
amorosa a los médiums poco experimentados, con

62
ODILON FERNANDES

la única intención de con ellos colaborar, debe obrar


completamente limpio de pasiones, orando antes de
la indispensable observación de la cual sienta la
responsabilidad de hacer.
¿Por qué los hijos habitualmente no llevan a mal
las críticas hechas a ellos por los padres? Porque,
aunque, en principio, puedan rebatirlas, ellos saben
que tales llamadas de atención, en esencia, busca
exclusivamente su bien.
Siendo un espíritu altamente comprometido
con el pasado, el médium se permite enfadarse con
relativa facilidad, raramente admitiendo críticas a
su trabajo.
¡Es, en verdad, en cuanto a nosotros mismos, un
espíritu complicado!
La Verdad – alguien ya dijo en otra parte - ,
aunque pueda ser comparada al diamante, cuando
es lanzada en el rostro, no vale más que una piedra
cualquiera…
Cuando nos aproximamos a un médium, para
alertarlo al respecto de esta o de aquella situación
que le esté siendo inconveniente, no ignoramos que
estamos también acercándonos a las entidades que
lo envuelven.
Colocando el corazón de muestra, nuestras
palabras junto a las personas siempre surtirán un
efecto más allá de nuestras expectativas.
Seamos, en lo posible, transparentes en
nuestros sentimientos, en la relación con las

63
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

personas, y seremos respetados por ellas.


¡Sin duda, los otros nos observan más de lo que
creemos y, no es de extrañar, que gastaremos un
tiempo para conseguir cuanto deseamos en
su confianza, normalmente con los médiums, por su
naturaleza, ya tan desconfiados!
El personalismo en el medianero puede ser
detectado por la frecuencia con que él se expresa en
la primera persona del singular: “yo curé, yo curo”;
yo hice, yo hago” “yo soy esto, yo soy aquello”; “si no
fuese yo”; “me buscó”; “se trató conmigo”; “compete
sólo a mí”… Está claro que el médium necesita
asumir la responsabilidad personal de sus actos,
pero, en lo que atañe a la mediumnidad, él no puede
dejar de expresarse en plural, para no desconsiderar
la parcela con los espíritus.
El ejercicio de la mediumnidad nos enseña un
idioma – el idioma de la fraternidad, en que tenemos
la oportunidad de reeducar el habla, reeducando el
espíritu, combatiendo antiguos vicios de lenguaje
que aun más nos inclinaban a las expresiones de
egoísmo.
El médium que evocase para sí los frutos que la
mediumnidad produce sería como el naranjo que,
después de llenar de fruta sus ramas, desmereciera
el suelo del cual se nutrió. Y, por increíble que
parezca, principalmente con referencia al campo de
la cura espiritual, existen muchos médiums así.
Otro factor importante a considerar en este

64
ODILON FERNANDES

capítulo es el de la crítica que un médium pueda


dirigir a otro, previniéndose de todas las maneras
para no practicarla, pero lo practica. Tal
procedimiento es altamente reprobable.
El médium que, subrepticiamente, intenta
solapar la tarea del compañero, acusándolo de
plagio y de falta de honestidad, de mistificador y
liviano, sin cuestionar la procedencia o no de
semejantes acusaciones, revela celo y falta de
respeto.
La tierra de la mediumnidad con Jesús en la
Doctrina Espírita es un campo de infinitas
posibilidades y hay lugar para que todos traigan a
ella su modesta parcela de contribución.

65
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

16º
ESPIRITISMO Y OBSESIÓN

“No fueron ni los médiums, ni los


espíritas que crearon a los e spíritu s,
pero fueron los espíritus antes que
hicieron que hubiese espíritas y
médiums; no siendo los e spíritu s sino
las almas de los hombre s, hay pue s,
espíritus de sde que hay hombres y, por
consiguiente, todo el tiempo,
ejercieron su influencia saludable o
perniciosa sobre la Humanidad. La
facultad mediúmnica no es para ellos
sino un medio de manife starse; en la
falta de e sta facultad, lo hacen de mil
maneras más o menos ocultas. Sería,
pues, un error creer que los e spíritus
sólo ejercen su influencia por las
comunicaciones escritas o verbale s;
esta influencia es en todos los
instantes, y aquellos que no se ocupan
de los espíritus o incluso no creen en
ellos están expuestos como los otros, y
más que los otros, porque no tienen
contrapeso.
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 244)

El texto de Kardec que nos da las reflexiones en


este capítulo es de meridiana claridad: la existencia
o no de los espíritus independiente de la creencia o
de la incredulidad de los hombres.
Poblando las dimensiones espirituales, antes

66
ODILON FERNANDES

incluso que la Tierra les ofreciese condiciones a la


reencarnación, los espíritus están en interrumpido
contacto con los encarnados.
Diríamos que, ignorando la realidad de la Vida
Espiritual, los hombres están como encerrados en
una caverna subterránea, inconscientes de cuanto
pasa más allá de sus límites.
Si, por ejemplo, los peces pudiesen dialogar
entre ellos, es probable que los más escépticos no
admitiesen de ninguna forma de vida que
extrapolase de su mundo líquido…
El Codificador fue suficientemente claro cuando
afirmó que los incrédulos para con la existencia de
los espíritus están, más que los que creen,
expuestos a su acción, y esto es por un motivo
obvio: voluntariamente anulados en sus
percepciones, con las cuales podrían intercambiarse
con ellos de manera lúcida, padeciéndoles
pasivamente la influencia. Por tanto, en el caso
específico de la obsesión, los que desconocen el
mecanismo de influencia de los Espíritus sobre los
hombres no sabrán atinar con la causa del problema
con el cual se enfrentan, a semejanza del médico
que, por no conseguir formular un diagnóstico
correcto, se equivoca en las prescripciones que
efectúa al enfermo bajo su responsabilidad.
¡¿Cuántos profesionales de la Medicina,
felizmente, después de exhaustivos exámenes en
sus pacientes, no acaban (constatando nada desde

67
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

el punto de vista físico) por orientarlos a una


terapéutica de orden espiritual?!... Es verdad que la
mayoría proceden así por falta de opción, buscando
sugestionarlos positivamente, pero el hecho es que
los resultados alcanzados son los mejores.
¡El Espiritismo, iluminando los caminos que
ligan a los dos planos de la Vida, nos posibilitó,
verlos, liberándonos de las sombras del éxito mental
en que permanecíamos aislados! Los espíritus
estaban, como siempre estuvieron y siempre
estarán, alrededor de los hombres, y los hombres,
ignorándoles la presencia por completo, a servirlos
en la condición de medianeros inconscientes.
¡Después de restaurar el Evangelio de Cristo, tal
vez haya sido esta la mayor contribución del
Espiritismo a la Humanidad: concienciar al hombre
de la vida que prosigue más allá de la muerte, en la
interdependencia de los seres que habitan sus
múltiples dimensiones!
Gracias a la Doctrina Espírita, millares de
obsesados retomaron el equilibrio y se liberaron de
las celdas de los hospitales psiquiátricos
verdaderamente medievales; los epilépticos se
levantaron de las crisis en que se convulsionaban
bajo sedantes, en las traumáticas sesiones de
electroshock; los considerados locos fueron
desatados, transformándose en excelentes
trabajadores de la mediumnidad; los que oían voces
escaparon a las “hogueras inquisitoriales” del

68
ODILON FERNANDES

fanatismo religioso; los que curaban dejaron de ser


considerados adeptos de Satanás: los videntes
supieron interpretar sus visiones de manera
racional…
¡El Espiritismo despertó para las realidades
espirituales de la Vida! Si no fuese por él, aun hoy los
médiums estarían todos catalogados en la condición
de desequilibrados mentales y, espiritualmente, la
Humanidad estaría viviendo en una gran desolación,
bajo la aridez de las filosofías materialistas.
¡Restaurando el Evangelio y reviviendo el
Pentecostés, el Espiritismo hizo caer el muro de la
separación que se erguía entre encarnados y
desencarnados, mostrando que la Vida, dentro y
fuera de la materia, es siempre la misma!

69
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

17º
ACUSACIÓN TENDENCIOSA
“En resumen, el peligro no e stá en el
Espiritismo en sí mismo, una vez que
puede, al contrario, servir de control te
preserva del peligro que corremos, sin
cesar, con nuestro de sconocimiento;
está en la orgullosa propen sión de
ciertos médiums en creerse,
livianamente, los instrumentos
exclusivos de los Espíritus Su periores y
en la especie de fascinación que no les
permite comprender las tonterías de
las cuales son interpretes.”
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 244)

Cuando surgió, el Espiritismo fue acusado por


sus detractores de concurrir para la falta de salud de
los que se sumaban a sus principios. Hasta hoy, le
pesa la etiqueta de “sectas de locos”, con que sus
más aferrados adversarios intentan detenerle la
marcha victoriosa, en la adhesión a sus postulados
por un número cada vez más expresivo de
admiradores.
Debemos considerar que la problemática de la
obsesión está registrada prácticamente en casi todas
las páginas del Viejo como del Nuevo Testamento.
Por tanto la acusación con alevosía contra el
Espiritismo es una actitud tendenciosa, puesto que,
de manera general, todas las doctrinas religiosas

70
ODILON FERNANDES

admiten la influencia espiritual en sus dogmas.


Las propias filosofías orientales pregonan la
necesidad de la vigilancia contra los espíritus del
mal, culpables de inducir a los hombres a la
deserción del deber.
Buda, por ejemplo, habría sido tentado por
Mara, el Príncipe de las Tinieblas, que no ahorrara
esfuerzos en el sentido de hacerlo renunciar a su
elevada misión junto a la Humanidad… En el
Islamismo, tal vez la creencia religiosa más ortodoxa
de cuantas existan en la Tierra, se sabe, que cierta
vez, Mahoma casi se tira desde un peñasco por
orden de un espíritu perseguidor…
Si considerable número de personas
psíquicamente afectadas se acercan al Espiritismo,
es porque con él se identifican en lo que se refiere a
sus necesidades de orden espiritual.
Incomprendidas y marginadas en el ambiente en
que viven, esas personas abrazan en la Doctrina la
esperanza de ajustarse psicológicamente, volviendo
a la normalidad convencional en sus emociones,
aceptables por lo común de las personas que se
auto catalogan equilibradas.
Cansadas de sufrir en los sucesivos ingresos
hospitalarios a que fueron conducidas,
sometiéndose a la química de medicamentos
altamente nocivos al cerebro, esas personas
recurren al Espiritualismo como el sediento que se
cae sobre el torrente cristalino de la fuente, al

71
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

descubrirla…
Para esos médiums exhaustos de luchar con
sus facultades psíquicas, el Espiritismo
representa bendecido refugio de paz después de
una larga batalla…
Aceptados en sus filas y, brutos elevados a la
condición de seres humanos, en el tratamiento
fraternal que se les dispensa, es comprensible que
tales medianeros asuman con él una irrescatable
deuda de gratitud, dedicándose a la causa con un
idealismo febril…
Si algunos sensitivos se complican, la culpa, por
tanto, no debe ser imputada a la Doctrina, que les
faculta los medios de esclarecerse; la
responsabilidad les cabe por entero y de manera
doble, porque se complicaron con pleno
conocimiento de causa… Para ellos, el Espiritismo
fue la oportunidad no aprovechada, la expectativa
que se frustró, la invitación que no se atendió…
Los espíritus (encarnados y desencarnados)
que no consiguen auxiliarse en el Espiritismo,
difícilmente lo conseguirán en otra parte que no sea
en el Espiritismo que le constituía el único camino de
ascensión, pero ciertamente lo que le es más
racional y accesible a la recuperación del tiempo
perdido.
Acusar a la fe espírita de alienante, por predicar
las verdades de la sobrevivencia, de la
comunicabilidad de los espíritus y de la

72
ODILON FERNANDES

reencarnación es, mínimamente, cooperar con el


triunfo del materialismo sobre el espiritualismo; en
este sentido, hemos, infelizmente, acompañado a los
religiosos que, de manera inconsciente, se
encuentran al servicio del escepticismo, tomando
ellos mismos, sin que lo perciban, la iniciativa
de públicamente ridiculizar la religión, adhiriendo las
supuestas experiencias parapsicológicas que, a rigor,
dejan mucho que desear en sus conclusiones.
¡Superando las piedras de tropiezo que, a
propósito, le fueran y le son colocadas en el camino
por sus adversarios gratuitos, la Doctrina Espírita
triunfará!

73
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

18º
INTERDEPENDENCIA PSÍQUICA
“Uno de e stos últimos que subyugaba
a un muchacho de inteligencia muy
limitada, interrogado sobre los
motivos de su elección, nos respondió:
tengo una gran necesidad de
atormentar a alguien; una persona
razonable me repelería; yo me uno a
un idiota, que no me opone ninguna
resistencia”.

El asunto puede ser controvertido, pero la


realidad es que existen obsesores y obsesados que
pasan a vivir en régimen de interdependencia
psíquica.
El odio más acérrimo termina, con el tiempo,
transformándose en amor y el obsesor más
implacable acaba por despertar en sí sentimientos
de admiración por su víctima.
Obligando a obsesor y obsesado a permanecer
tan ligados en el proceso simbiótico a unirlos, que
no soportan la separación, como los siameses, que
renacen con este o aquel órgano en común.
Es probable que, según las anotaciones de
Kardec, el espíritu obsesor subyugador del
muchacho intelectualmente limitado viniese, más
tarde, a renacer en su grupo familiar, cooperando,
así, a través de su genética física y “psicológica”, con
el progreso de la víctima que eligió para satisfacer su

74
ODILON FERNANDES

“necesidad muy grande de atormentar a alguien”…


Vinculándose psíquicamente al obsesado, el
obsesor igualmente se le compromete con el karma,
hecho el profesor, al ceder a los alumnos parte de su
patrimonio intelectual, que estos, a su vez, cederán,
parte de sus propios méritos, a cuantos vinieran a
aceptar su influencia.
¡He aquí, en síntesis, el mecanismo de la
evolución: alternándose en las varias experiencias
de los renacimientos, encarnados y desencarnados
son herederos y donador unos de otros, disfrutando
el patrimonio que le es común! Por lo expuesto, la
entidad obsesora puede simplemente ser un espíritu
desgarrado que las Leyes de la Vida “impulsan” en la
dirección de alguien, o sea, el espíritu obsesor (no es
raro que sean vínculos emocionales más estrechos,
padeciendo de extraña solidaridad afectiva) puede,
por obra de los llamados “azares”, ligarse a una
persona junto a la cual comenzará a vivir una nueva
historia.
Así como anónimo emigrante llega solo a
determinados países y se casa, dando inicio a la
formación del propio tronco familiar, existen, en la
erraticidad, espíritus emigrantes, en la búsqueda de
almas con las cuales puedan establecer vínculos más
o menos duraderos, y esto puede perfectamente
originarse a través de un proceso obsesivo que, a
primer análisis, interpretamos como que es un mal.
La Ley Divina permite que muchos espíritus

75
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

obsesores se localicen junto a los espíritus que


obsesan, buscándoles el progreso común; sí, porque
el obsesado, a su vez, puede tener mucho que
transmitir al obsesor, inclusive lecciones de
paciencia, de solidaridad, de fe, de perdón, de
esperanza…
¿Cuantos, en el mundo, no contraen
matrimonio con quien, en casi todo, le está en
condición subalterna, causando extrañeza a cuantos
no comprenden tan disparatada unión, trayendo la
incumbencia de elevar el nivel del cónyuge a que se
une y también el de sus familiares?
Principalmente del punto de vista espiritual,
quien tiene más es llamado a cooperar con quien
tiene menos y quien camina al frente es convocado a
extender la mano a los que siguen en la retaguardia.
¡Nadie se eximirá de la responsabilidad del
auxilio!
Ínter ligados en la Mente Divina que nos atrae,
evolucionamos en la dirección de la Luz, emergiendo
de las sombras de nosotros mismos.
La esencia en todo cuanto existe es Amor.
Procuremos mejorarnos y mejoremos las cosas
de nuestro entorno.
Todo resentimiento es inútil.
La Vida habrá de despojarnos de lo que no nos
sea estrictamente necesario.
A lo largo de nuestra trayectoria, iremos
relegando al polvo del camino el cadáver insepulto

76
ODILON FERNANDES

de las propias ilusiones.


Quien se fija mentalmente en determinado
proceso obsesivo nada consigue, más allá de
vitalizarlo a través de la acción del pensamiento
poco vigilante.
Volvámonos conscientes de la realidad de la
obsesión, pero no nos permitamos estacionar en
ella psicológicamente, sin considerar las
consecuencias, cual enfermo que estimase el propio
estado de invalidez de que se prevalece, para
sobrevivir sin mayores esfuerzos.
No olvidemos que el mal sobrevive en el
mundo, alimentado por la idea de quien le garantice
la existencia ficticia.

77
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

19º
OBSESIÓN SIN MALDAD
“Hay e spíritus obse sores sin maldad,
que tienen algo de bueno, pero tienen
el orgullo del falso saber; poseen sus
ideas, sus sistema sobre la ciencias, la
economía social, la moral, la religión, la
filosofía; quieren hacer pre valecer su
opinión y buscan, para e se efecto,
médiums bastante crédulos para
aceptarlos con los ojos cerrados, a
quien fascinan, para impe dirles
discernir lo verdadero y lo falso. Son los
más peligrosos, porque los sofismas no
les cuesta nada y ellos pueden dar
crédito a las utopías más ridículas;
como conocen el prestigio de los
grandes nombre s, no tienen ningún
escrúpulo de los grande s en servirse de
aquellos ante los cuales nos
inclinamos.

Conforme el lúcido comentario de Kardec que


nos inspira en este capítulo, hay espíritus obsesores
sin maldad, obrando, no movidos por algún deseo
de venganza, y sí por el “orgullo del falso saber”…
A los obsesores que actúan sobre sus víctimas
por cuestiones meramente personales, no sabemos
distinguir a aquellos que, sin ningún motivo
particular en lo que dice al respecto del odio,
influencian a los encarnados, en la tentativa de

78
ODILON FERNANDES

imponerles sus ideas.


Los que desencarnan intelectualmente
poseídos por falsas teorías, no es extraño que
prosigan, más allá de la muerte, defendiendo sus
puntos de vista, de los cuáles difícilmente se liberan,
en lo que llamaríamos auto obsesión.
Para estos compañeros estacionados en el
círculo de los propios razonamientos equivocados,
no exige lógica fuera de los pensamientos que les
guían las falsas concepciones sobre los más variados
temas de la existencia.
No aceptando las ponderaciones de los
Benefactores Espirituales que intentan despertarlos
para la realidad, no les queda otro camino que no
sea el de la reencarnación, para que, favorecidos
por el temporal olvido, consigan asimilar ideas
armoniosas con la normalidad. Incluso así, muchos
de ellos, mal entrenados en la vida mentalmente
entera absorbida por “invenciones” que suponen de
inmenso valor para la Humanidad, siendo en la
adolescencia, retoman el patrimonio del pasado y se
revelan, a los ojos de los familiares, completamente
extraños en su modo excéntrico de ver las cosas.
¡¿Cuántos no reencarnan, imaginándose
científicos altamente dotados, líderes políticos de
gran proyección, actores de raro talento, escritores
geniales, misioneros de la fe en el cumplimiento de
una elevada misión?! ¿Cuántos prácticamente no
pasan ridiculizados por cuántos de ellos no se

79
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

compadecen?
¿Cuántos traen, de otras vidas, el sueño que no
consiguieron hacer realidad, cual viajeros que,
negándose a caminar, estuviesen estacionados en el
tiempo?!...
En este sentido, ¿cuántos espíritus que “tienen
algo de bueno”, no dictan a los medianeros que les
sirven a los propósitos absurdos fórmulas
farmacológicas para, por ejemplo, la cura del
cáncer?
¿Cuántos otros, delirando, no se atreven a hacer
esdrújulas revelaciones e inconsecuentemente
profecías, como si tuviesen en las manos las
llaves del futuro?
¡Cuántos, sin nunca haber logrado ausentarse del
domicilio espiritual en el que se recogieron por la
desencarnación, no describen, con detalles
impresionantes la supuesta vida existente en otros
planetas, incluso en aquellos distantes de nuestro
sistema solar!...
Tales obsesores, con sus sofismas, “retrasan” el
progreso de cuantos se les hacen adeptos, los
cuales, con sus mentes frágiles, dadas a las cosas
fantásticas, los aceptan sin ningún análisis.
Una vez más, alabamos la inspiración
kardeciana que inscribió en el pórtico de la Tercera
Revelación la inolvidable leyenda: “La fe verdadera
sólo es aquella que puede encarar la razón, cara a
cara, en todas las épocas de la Humanidad”.

80
ODILON FERNANDES

Tales obsesores sin maldad, obcecados por las


ideas que los impulsan, son espíritus sin humildad y
sin ningún compromiso con la Verdad, de la cual
piensan que son los propios autores.
¡Autores de la Verdad! ¡Sí, muchos lo son, en la
Tierra y en el Más Allá, los que imaginan que la
Verdad, a semejanza de la Historia, existe en función
de sus creadores y que, por tanto, la mentira, no
existe!...
Aunque no tengan nada específicamente
contra nadie, no podemos dejar de considerar que
estos obsesores de la Humanidad son parásitos que,
agarrándose al tronco del árbol de la evolución
humana, le minan las energías, retardándole el
desenvolvimiento.
Infelizmente, en todas partes del mundo
podremos identificarlos en sus “focos” de actuación
sectaria, dividiendo, al revés de sumar; separando,
en vez de unir; confundiendo, en vez de esclarecer…
¡No les ofrezcamos guarida mediúmnica en sus
aspiraciones de carácter personalista y estaremos
cooperando para que el hombre alcance, más
deprisa, las luces de su emancipación espiritual,
alzando vuelos en la dirección del Infinito!

81
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

20º

NO TODO

“Entre esas publicaciones, e stán las


que, sin ser malas y sin provenir de
una obse sión, pueden ser
consideradas como impru dentes o
desastrosas.”
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 247)

Evidentemente, no todo lo que ocurre de


negativo en la mediumnidad puede ser imputado a
la acción de un espíritu obsesor. Precisamos
considerar también la falta de discernimiento del
médium, el cual, contrariando la orientación de los
Benefactores Espirituales, obran por su propia
cuenta y riesgo.
Kardec, en el texto que nos dice más arriba,
específicamente se refiere a las publicaciones
psicográficas intempestiva, o sea, al médium que
sin someter su producción mediúmnica a cualquier
análisis, la hace editar, más por vanidad personal
que para prestar servicio al ideal abrazado.
Es indispensable que el médium de psicografía
entienda que no todo lo que él recibe merece
divulgación, sin que esto de modo alguno
desmerezca sus facultades. Principalmente en el
inicio de su desenvolvimiento, lo que él tiene
oportunidad de intermediar no pasa, en la mayoría

82
ODILON FERNANDES

de las veces de adiestramiento mediúmnico,


buscando futuras y aprovechables producciones
doctrinarias.
Extrapolando el asunto, diríamos que las
intervenciones mediúmnicas consideradas
“imprudentes, intempestivas o desajustadas”
pueden extenderse aun a otros tipos de
mediumnidad como, por ejemplo, la clarividencia y
la clariaudiencia. No todo lo que el médium veo u
oye de los espíritus debe ser hecho público, porque
puede estar siendo víctima de una trama obsesiva
que le comprometa el buen sentido. Además, lo que
el médium registra psíquicamente es para su propio
“consumo” en el auxilio al prójimo, porque, de
manera general, las personas no sabrán qué hacer
con lo que le es revelado…
No podemos, pues generalizar el problema de
la obsesión, catalogando a los médiums para
desmoralizarlos en sus actividades.
Nadie nace investido de toda la experiencia y,
siendo así, es comprensible que el médium
incipiente, alguna vez se equivoque, dándonos la
falsa impresión de orgullo y vanidad. Con los
desafíos que enfrentará, a lo largo de sus
actividades, el médium tendrá la oportunidad de la
madurez, rehaciendo conceptos, alterando puntos
de vista, incorporando nuevos valores, cambiando,
en fin, su ángulo de visión de la Vida.
¡¿Cuántos médiums, evaluando, más tarde, el

83
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

trecho del camino ya recorrido, no consideran que,


si fuesen capaces de comenzar a recorrerlo ahora,
habrían de evitar los percances que antes ni siquiera
conseguían detectar?!...
Esto también ocurre con los espíritus… Muchos
de ellos que se trasformaron, junto a los más
diferentes médiums, autores de voluminosas obras
psicografiadas, si pudiesen, habrían de refundirlas,
tanto del punto de vista literario como doctrinario,
puesto que, escribiéndolas hace treinta, cuarenta
años atrás, en muchos aspectos, ya no piensan hoy
como pensaban ayer. ¡Es perfectamente
comprensible que así sea!
¿Por qué no daríamos a los espíritus el derecho
de modificarse en sus conceptos? ¡¿Acaso no son
personas desencarnadas, igualmente sujetas a la ley
del cambio?!...
Aquí, llamamos la atención para un hecho
curioso a rigor, no existe contradicción en el espíritu
que aparentemente se contradice en la opinión que
expresa según las circunstancias… Walt Whitman,
célebre poeta norteamericano, escribió con rara
belleza y profundidad: “¡¿Me contradigo?! Pues bien,
me contradigo. ¡Soy amplio, contengo multitudes!...”
La Verdad jamás se altera en su esencia, sin
embargo, de acuerdo con la ocasión, ella se presenta
con trajes diferentes, así como el hombre que no se
pone smoking para un baile de carnaval o la mujer
que no se pone un vestido de seda para la sesión de

84
ODILON FERNANDES

gimnasia.
En las palabras o en los pensamientos que la
expresan, la Verdad nunca se desfigura, mas sus
trazos podrán acentuarse de forma más nítida o,
entonces, se vuelve casi imperceptible.
No podemos responsabilizar de todo a los
otros, mientras por todo deberemos
responsabilizarnos en cuanto a lo que nos ocurre,
incluso guardando la convicción de no haber
desencadenado la acción de la cual estemos
padeciendo las consecuencias.
¡Seamos prudentes y no atropellemos el
Tiempo, por cuanto el Tiempo, en la sabiduría que le
es peculiar, conoce el exacto momento de sacar del
anonimato la humilde semiente que se oculta en las
entrañas de la tierra, para hacerla florecer a las
caricias del Sol!

85
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

21º

DELANTE DE LA OBSESIÓN

“Dos cosas e senciales tenemos que


hacer en este caso; probar al espíritu
que no somos sus juguetes y que le es
imposible engañarnos; en segundo
lugar, probar su paciencia
mostrándonos más pacientes que él;
convencido de perder su tiempo;
acabará por retirarse, como lo hacen
los inoportunos a los cuales no
prestamos oídos.”
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 249)

Tomar conciencia del asedio espiritual de


carácter negativo es, sin duda, para el médium, de
importancia fundamental en la vuelta del equilibrio,
porque el médium que ignora o no admite que
pueda sufrir influencias perniciosas casi estará, por
eso mismo, bajo su acción, dificultando la benéfica
intervención de los que se disponen a auxiliarlo.
Cuando el médium, inspirado por la humildad,
reconoce su vulnerabilidad a los espíritus obsesores,
él, modificando el propio tono mental, comienza a
liberarse de su influencia, a semejanza de alguien
que, después de un largo tiempo de esclavización,
decide tomar la iniciativa de sacudir el yugo opresor.
Por su condición espiritual, los espíritus
perseguidores desean resultados inmediatos en sus

86
ODILON FERNANDES

planes y, así impacientes, abandonan las víctimas


sobre las cuales no los consiguen satisfacer.
El médium que perseverará en la resistencia al
mal, por la vivencia en el bien, acabará por
adoctrinar a los propios obsesores, convenciéndolos
de la sinceridad de sus nuevos propósitos y,
temerosos de, en vez de influenciar, terminaran
influenciados por los ejemplos positivos que se le
hacen constantemente, los espíritus desajustados,
aunque a disgusto, se distancian de la presencia de
aquellos a quien intentan perjudicar. Después de
obtener lo que desean, junto a ellas, es común que
las entidades obsesoras dejen las víctimas
entregadas a las consecuencias infelices de sus
tramas, amargándoles las secuelas espirituales en
los sanatorios y en las penitenciarias, en el calabozo
voluntario de los cuartos oscuros y en las cloacas
del vicio…
¡Por tanto, la obsesión más temible no es
aquella que ya se consumó, y sí la que está en vías
de consumarse! ¡El obsesado que nos solicita
cuidados improrrogables no es aquel sobre el cual la
obsesión ya se declaró de manera inequívoca, y sí
aquel que presentimos en vísperas de grandes
desastres morales!
El médium interesado en proseguir en la tarea
de la mediumnidad necesita ser firme en sus
convicciones, no rechazando el cumplimiento del
deber, que le garantiza equilibrio “para el gasto

87
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

diario”…
Sin asiduidad al servicio mediúmnico, a través
de su tiempo ocioso, el médium posibilitará a los
obsesores brechas en su vigilancia, permitiéndoles
minar su resistencia psíquica, hasta que le sea
comprometida por completo su integridad.
La disciplina moral e intelectual es factor
imprescindible a la sintonía continua que el médium
necesita establecer con los Espíritus Amigos,
huyendo a las indeseables interferencias en su
“canal de transmisión”…
Está claro que la condición mediúmnica ideal
aun está lejos de ser alcanzada por los médiums del
mundo, aunque no seamos perfectos, no podemos
ignorar que somos criaturas perfectibles, o sea,
necesitamos aplicarnos al constante
perfeccionamiento de nuestras facultades sensitivas;
esto ocurrirá por una concienciación cada vez mayor
y más clara de lo que pretendemos de nosotros,
¡delante de la Vida!
Cuando los obsesores desisten de asediar a los
médiums que les “agotan la paciencia”,
reconociendo la fragilidad de sus intenciones,
naturalmente se predispone a seguir otros caminos,
acatando las sugestiones de los Instructores
Espirituales que, entonces, a ellos consiguen
aproximarse con mayor provecho. ¡Por esto
volvemos a afirmar que la adoctrinación de
cualquier obsesor sin el concurso del obsesado es

88
ODILON FERNANDES

prácticamente imposible!
Quien se reconoce en flagrante estado obsesivo
– esté o no en el ejercicio consciente de la
mediumnidad
– deberá apegarse a labores espirituales, trabajando,
cuanto más perturbado se sienta, no cediendo
treguas a las ideas pesimistas que ceden “carroña” a
los pensamientos enfermos de los espíritus
obsesores.
Si, a veces, el replanteamiento de las tareas del
médium obsesado se hiciera necesario, será
siempre indispensable que él prosiga transpirando
en las actividades del bien, sin que se considere
incapacitado para ejecutarlas dentro de las
limitaciones que presente.
Apartar al médium del grupo espírita, bajo el
pretexto de que él se encuentra fuertemente
influenciado por los espíritus sufridores, sería como
apartar al enfermo del hospital, negándole el
tratamiento adecuado.
Delante de la obsesión, no nos entreguemos a
la desesperación, originado por la ignorancia de
cuantos tantean la realidad sin que puedan verla.
Aprendamos a lidiar con ella, manteniendo la
seriedad y la serenidad necesaria. ¡Entonces, aquello
que nos parezca un gigantesco problema se reducirá
a sus reales dimensiones!

89
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

22º

MEDIUMNIDAD Y ORACIÓN

“Por un lado, el médium debe hacer un


apelo fervoroso a su protector, así
como a los Buenos Espíritus que le son
simpáticos, y pedirle s que lo asistan.”
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 249)

Si la sintonía mediúmnica no se improvisa, el


médium que desea estar siempre en condiciones de
contactar con los Espíritus Amigos necesita vivir,
interiormente, en permanente clima de oración.
La oración es un estado mental accesible
solamente a aquellos que le alcancen la faja
vibratoria, afectándole los sentimientos.
Los médiums que no cultiven el hábito de la
oración encuentran en sí mismos inmensos
obstáculos a ser superados, antes que consigan
establecer una deseable sintonía con los espíritus
que respiran en atmósferas espirituales superiores.
Por así decirlo, en la mediumnidad, la oración
sería la preparación de la tierra psíquica para que la
simiente de las ideas que ahí serán cultivadas por
los espíritus produzca los mejores frutos.
Entre tanto, el ruego no debe limitarse al
universo de las palabras… La oración, como
sinónimo de recogimiento intelectual, es de
fundamental importancia para el médium, pero por

90
ODILON FERNANDES

sí sola no basta.
Es indispensable que el médium, más allá de
condicionarse intelectualmente, también se
condicione en el sudor vertido en el bien, porque
solamente la acción consigue crear nuevos hábitos
en la personalidad.
Cuando nos referimos al sudor vertido en el
bien, entendemos el bien en sus múltiples
manifestaciones y no apenas limitado a la caridad
convencional junto a los necesitados.
¡Los horizontes del bien son vastísimos! La
honestidad en la profesión, la autenticidad en la
opinión, la dedicación a las causas comunitarias, el
apoyo espontáneo e incondicional a las iniciativas
dignas, la comprensión en familia, el esfuerzo de
renovación personal, la renuncia a lo que pueda
perjudicar la felicidad ajena, el ejemplo en la vivencia
de la fe, el silencio delante de las agresiones…
El bien practicado eventualmente jamás es
sacrificio, pero el bien que se busca practicar
cotidianamente es profundo modificador de hábitos
y tendencias, moldeando el espíritu por los patrones
del Evangelio.
El “apelo fervoroso” a que se refiere Kardec en
el texto en examen, implica disposición de cambio,
no de aquel cambio de superficie, y sí de aquel que
echa raíces en la personalidad, compromiso
personal al individuo con la propia conciencia, sin
importarle si está siendo notado o no por las hábiles

91
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

miradas del mundo.


No existe “apelo fervoroso” sin aval de
nuestras intenciones; por consiguiente, nosotros
mismos estaremos siendo refractarios a todo y
cualquier auxilio que nos pueda ser dispensado. ¡Es
que la conciencia, a niveles difícilmente sondables
por nosotros, acciona mecanismos de defensa
contra nuestra propia falta de sinceridad!
Cuando el médium se disponga a solicitar,
fervorosamente, la intercesión de los Espíritus
Benefactores, es indispensable que él extrapole las
fronteras de la palabra y aprenda a pedir obrando,
con las manos puestas en el arado del servicio
desinteresado a cuantos les comparten la
experiencia física, comenzando, principalmente, por
aquellos que no le son afines.
Muchos estiman dar rodeo a las tareas
desagradables, pero no nos olvidemos que son
justamente esas las que están esperando por
nosotros, amarrándonos los pies en el camino en
que pretendemos movernos para adelante.
Compromisos olvidados o ignorados, evitados
o rechazados son peso sobre las alas de los que
desean volar al Cielo, sin impulso para dejar la
Tierra…
Que, pues, en la oración, el médium dialogue
con los espíritus que se identifique con sus
aspiraciones de crecimiento, solicitándoles amparo y
comprensión en los intentos de romper con el

92
ODILON FERNANDES

“hombre viejo”, consciente de las crisis de desaliento


que a veces habrán de envolverlo.
Decidido a caminar con Jesús, que el médium
no retroceda en su jornada a pretexto de las
sucesivas caídas a que naturalmente se verá
expuesto, porque, en cuanto no las fortalezca, es
comprensible la fragilidad de sus piernas.
¡En las variadas dimensiones espirituales más
próximas a la Tierra, nosotros, los espíritus, porque
aun luchamos contra los propios tormentos,
comprendemos la pelea de nuestros hermanos
médiums y, lejos de censurarlos, nos
compadecemos de sus pruebas, tanto en cuanto
rogamos a Dios que se compadezcan de las
nuestras!

93
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

23º

VOCES OBSESIVAS

“Pero, si el médium escritor puede


evitar estos contactos, absteniéndose
de escribir, no ocurre lo mismo c on el
médium oyente que el espíritu
obse sor persigue, llegan do a hacerlo
en todo instante, con sus propósitos
groseros y obscenos, y que no tiene el
recurso de tapar sus oídos.”
(Segunda Parte, ítem 249)

Es muy común que, valiéndose de la


mediumnidad clariaudiente de sus víctimas, los
obsesores no les den tregua, haciendo que escuchen
en todos los momentos, en sus términos obscenos y
palabras inconvenientes.
Aun más grave en semejante caso es cuando
las entidades perseguidoras les “ordenan” actitudes
agresivas contra el prójimo, induciéndolas, incluso, a
la práctica de crímenes horribles.
Catalogar a los médiums clariaudientes de
alucinados, reduciéndolos a la condición de
esquizofrénicos, es demasiado simple para la ciencia
materialista, que no admite la idea de la
inmortalidad… Catalogando a los obsesados como
enfermos mentales, la ciencia los margina,
imaginando solucionar el problema serio
interviniendo a nivel de la química cerebral de los

94
ODILON FERNANDES

pacientes, cuando no les prescribe operaciones


de mutilación en la región de los lóbulos frontales.
Juana de Arco, oyendo “voces” que inspiraban
sus acciones en defensa de la Vida, fue conducida a
la hoguera de la Inquisición…
Millares de médiums, en el mundo entero,
padecieron torturas ignominiosas por los que
intentaban silenciar su sensibilidad psíquica las
palabras que sonaban inaudibles a sus oídos
sordos…
¡Voces instigando al mal y voces aconsejando al
bien son de todos los tiempos y siempre sonaron en
la Tierra!
“Oír voces”, por tanto, es para el hombre, un
fenómeno mucho más común de lo que se piensa: la
cuestión es que él toma estas “voces” por sus
propios pensamientos, no siendo capaz de distinguir
con claridad las reflexiones que le pertenecen de
aquellas que le son sugeridas.
Cuando el médium no consigue hacer callar las
“voces” que lo perturban, estas “voces”, sonándole
con frecuencia en la acústica cerebral, pueden
inducirlo a un estado de hipnosis más o menos
profundo, obligándolo a cometer lamentables
equívocos, a veces irreparables.
¿Cuántos no han sido arrastrados al suicidio o a
la delincuencia por las “voces” que no logran
enmudecer, oponiéndoles una contraria
argumentación? ¡¿Cuántos, al comando de las

95
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

“voces” que los instruyen, no planean dentro de


casa, asesinatos o hurtos contra los familiares que
les dedican una extremada consideración?!...
¡Podríamos decir, sin la intuición de librar al
hombre de su responsabilidad, que casi todos los
actos de violencia cometidos en el mundo son
practicados con el auxilio de un compañero
espiritual, ya que no es raro sea el autor intelectual
del crimen perpetuado!
En su mayoría, las personas, médiums,
clariaudientes en potencia, porque no saben separar
la cizaña de la insensatez del trigo de la prudencia,
obran como si fuesen marionetas al impulso mental
de los que les dominan la voluntad… El proceso
puede ser tan sutil que, delante del televisor, por
ejemplo, los espíritus obsesores hacen la palabra
del locutor que suene distorsionada a los conductos
auditivos de aquellos a quien desean dominar,
alterándoles el sentido en su propia dicción, como
técnicos de electrónica que lograsen manipular el
sonido en la fuente de la cual se origina.
Para que el médium así atormentado se libere,
es indispensable no recogerse en demasiado
silencio ni se entregue a excesivo mutismo,
buscando, las “voces” malévolas para sobreponerse
a las de carácter benevolente…
Que hable sobre asuntos de elevación
espiritual, que haga lecturas evangélicas en voz alta,
que oiga música clásica relajantes, que se ocupe de

96
ODILON FERNANDES

una tarea exigente de cierta concentración mental,


que asista a ver películas adecuadas para inspirarle
pensamientos de nobleza y, sobre todo, que no se
niegue a revelar a alguien de confianza lo que las
“voces” le están segregando, por más absurdos y
extraños que sean los temas.
A pesar de los peligros de la mediumnidad
clariaudiente con connotación obsesiva, el médium
portador de esa facultad, aprendiendo a efectuar el
entrenamiento intelectual necesario, podrá
beneficiarse infinitamente con los diálogos que
establece con los instructores de la Vida Mayor,
funcionando como un excelente canal para las
orientaciones que se haga necesario transmitir a los
hombres.
¡Eduquemos la mediumnidad y ella, cual río
que corre represado en el lecho, se hará motor
generador de luz!

97
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

24º

DE HECHO

“Como no hay peor ciego que aquel


que no quiere ver, cuando se reconoce
la inutilidad de toda intención para
abrir los ojos de los fascinados, lo
mejor que se puede hacer e s dejarlo
con sus ilusiones. No se pue de curar a
un enfermo que se obstina en
conservar su mal y en él se complace.
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 250)

¡De hecho, muy difícil, casi imposible es la tarea


de curar al enfermo que no se deja curar!
Cuando el médium obsesado se muestra
impermeable a las orientaciones que le son
transmitidas, buscando su equilibrio, infelizmente no
existe otra providencia que no sea la de dejarlo
entregado a las consecuencias de su insensatez.
¿Qué puede hacer el padre por el hijo que no le
acata los consejos? ¿Qué puede el profesor junto al
alumno que se rebela delante de la lección?...
¡Cuando el médium, bajo el imperio de la
obsesión, rechaza las ponderaciones que intentan
liberarlo del yugo opresor, es indispensable que él
sorba, solo, hasta la última gota, hasta desbordarse
el vaso de su amargura!
Evocamos en este capítulo la Parábola del Hijo
pródigo, contada por Jesús… Aquel padre no resto

98
ODILON FERNANDES

alternativa a no ser la de que el hijo viviese la


propia experiencia, aprendiendo, a través del dolor,
lo que no quiso aprender con quien ya había
caminado por equivocados caminos.
Es siempre así: de manera general, las
personas, imaginando que el propósito es negarles
la oportunidad de disfrutar los placeres de la vida,
no creen en la sinceridad de los que ya tuvieron
innumerables decepciones y se entregan a pesar de
todas las advertencias, a la siembra falta de
vigilancia de cuanto habrán, en tiempo breve, de
coger con sus propias manos.
¡De hecho, nada más frustrante que intentar
abrir los ojos a quien prefiere permanecer
sumergido en las tinieblas!
Notemos que la Pedagogía Divina no violenta
conciencia alguna.
Dios no obliga a que los incrédulos en él crean,
esperándoles, paciente, el despertar de la fe.
Cuando la obsesión alcanza límites extremos,
hay como una reacción inversa que, naturalmente,
conduce al obsesado a la vuelta al equilibrio.
Evidentemente, debemos hacer todos los
esfuerzos para auxiliar a los que se sumergen en el
desequilibrio, aun, si no lográramos éxito, no
debemos pensar que estén ellos irremediablemente
perdidos.
Nadie se retrasa más de lo que debe en las
sendas de la evolución.

99
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

Todo mal termina convirtiéndose en bien a


favor de quien le padece la influencia.
Más pronto o más tarde, pero siempre en el
instante dispuesto por las Leyes de la Vida, todos se
compenetran con sus responsabilidades y marchan,
de forma consciente, para su sublime destino.
Hagamos, así, lo que pudiéramos para ser los
“instrumentos” de los cuales Dios utiliza, para
despertar los espíritus adormecidos, pero no nos
desalentemos con los que, acomodándose en el
lecho de color rosa de sus sueños infantiles, se
niegan a contemplar la luz de la Verdad.
En el estudio de la obsesión, consideramos aun
que muchos obsesores y obsesados se acomodan a
la carencia espiritual en la cual se encuentran, de
hecho aquellas personas que se habituaron a
efectuar chantaje emocional con su propia situación,
exhibiendo públicamente sus maldades, en la
intuición de conmover a los semejantes…
Existen obsesados que no pasan de mendigos
de la afectividad ajena, de acuerdo con las
conveniencias sentimentales que les guían el
psiquismo.
El obsesado que, en la feliz expresión de Allan
Kardec, “se obstina en conservar su mal y en él se
complace” es del tipo que de víctima pasa a verdugo
del propio obsesor. Casos así son muy frecuentes en
la Vida Espiritual e incluso en la relación entre los
hombres de la Tierra.

100
ODILON FERNANDES

Es bastante común que el obsesor termine


enredado en su propia trama obsesiva,
esclavizándose a quien pretendía esclavizar; cuando
verifica su grado de envolvimiento psicológico con la
víctima, casi siempre es tarde para retroceder…
¿No es así que ocurre con muchos que,
después de probar la droga, se hacen sus
dependientes?...
Adquiridos de manera imperceptible,
difícilmente conseguimos liberarnos de ciertos
hábitos y tendencias que se nos arraigan en el alma.
De hecho, antes de que expresemos nuestro
parecer sobre ese o aquel problema, procuremos
examinarlo por sus más variados ángulos,
convencidos de que, incluso así, nuestra opinión
jamás debe pretender la palabra definitiva acerca de
las cosas que nos reclaman análisis.

101
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

25º
DESOBSESIÓN
“Las imperfecciones morale s del
obse sado, frecuentemente, son un
obstáculo a su liberación.”
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 252)

La llamada reunión mediúmnica de


desobsesión, sin duda, es de gran valía para el
obsesado o para el médium que le integra el cuadro
de actividades cuando igualmente es importante
para el espíritu obsesor.
Siendo, en síntesis, una reunión donde deben
predominar la oración y el diálogo fraternal, la tarea
de la desobsesión alrededor de la mesa que les
promueve el reencuentro en el tiempo…
Por tanto no se trata apenas de una reunión
para adoctrinar al obsesor, sino también para
evangelizar al obsesado, cuya presencia, no siempre
es necesaria o conveniente en el recinto.
No anoten contradicción en lo que afirmamos,
puesto que, de cierta forma, la presencia del
obsesado se dará a través del adoctrinador que le
represente la causa junto al obsesor.
Es claro que el obsesado, cuando no sea él uno
de los componentes de la referida sesión
mediúmnica, deberá ser orientado en el sentido de
participar de una reunión consentida con sus
condiciones emocionales, probando su adhesión
psicológica al esfuerzo que se hace en su beneficio.

102
ODILON FERNANDES

Además, sin su decidido consentimiento


psíquico, el obsesado no se liberará del proceso
obsesivo que lo aflige, porque, incluso que sus
antiguos acreedores espirituales se aparten,
espíritus obsesores oportunistas aparecerán en
escena, dispuestos a ocuparles la casa mental.
Aquí, aun, deseamos presentar al médium de
incorporación como elemento de unión entre
obsesado y obsesor… El asunto es complejo y
apelamos para la buena voluntad de nuestros
lectores para que nos hagamos entender. En el acto
de la psicofonía, hablando por los labios del médium
de que se sirve, el obsesor le transfiere al cerebro las
“imágenes vivas” de su desdicha. Así, en conexión
psíquica con el adoctrinador, médium y espíritu
están como dos protagonistas en escena delante de
quien, investido del papel de director
“Cinematográfico”, va orientándole los movimientos.
Podríamos, pues, afirmar que la adoctrinación
sobre todo de espíritus obsesores es adoctrinación
sobre el médium (este, más allá de incorporarlo,
“incorpora” también el psiquismo del obsesado) y
autoadoctrinación sobre el adoctrinador.
Dejando el tema un tanto técnico de lado, nos
gustaría resaltar que, en verdad, la desobsesión sólo
ocurre cuando el obsesado decide modificarse
interiormente, liberando para ser liberado.
¿Valdría a alguien cambiar de ciudad, para huir
de las malas compañías, continuando, en otros

103
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

lugares, a ser el hombre liviano e irresponsable que


fue siempre?
¿Conseguiría alguien dejar de ser lo que es,
simplemente cambiando sus ropas?...
Ningún espíritu se modifica de un instante para
el otro.
A veces, el problema de la desobsesión
exige maniobras demoradas, envolviendo
personas y situaciones de indefinible
complejidad.
En cierta forma, los integrantes del grupo
mediúmnico de desobsesión están participando de
una reunión desobsesiva de larga duración,
semejantes a enfermos que se someten a una
delicada intervención en un avanzado centro
quirúrgico.
¡Todo médium es un obsesado en potencia
bajo “habeas-corpus”!
La tarea de la desobsesión no debe sufrir
solución de continuidad, porque todo trabajo de
renovación que se paraliza necesita de ser
recomenzado de cero.
¡Se engañan los compañeros que creen que
otra reunión-sesión mediúmnica pueda resolver el
problema que se inició a través de muchas
existencias! ¡Se engañan los que se imaginan el acto
de “apartar” a los espíritus obsesores como algo que
se consiga con unos minutos de diálogo!...
Realmente, el Amor, en fracción de segundos,

104
ODILON FERNANDES

consigue operar todo en todos, ¡¿pero dónde


estarán en el mundo aquellos que le conocen los
secretos, capaces de hacerlo vibrar en la voz que
desata los que sienten odio secular?! ¡¿Dónde los
que consiguen verterlos en las lágrimas que lloran
sobre el sufrimiento ajeno, cicatrizándole las llagas?!
¡Desistamos de ser obsesores, y nunca más
seremos obsesados!
Concentrémoslo en el bien a favor de todos
cuantos nos rodean, y naturalmente nos
inmunizaremos contra el mal que nos rodea.
No perturbemos a nadie, y no nos sentiremos
perturbados por quien quiera que sea.
Cristo pasó en el mundo incólume a los
conflictos alrededor suyo, porque El era la Paz que
no dependía de la paz en torno de sí.
Comprendamos, y la comprensión nos
conferirá la paciencia necesaria para no
desarmonizarnos con el ritmo de la Vida.
¡Las cosas son como son y habrán de ser como
deben ser!
¡Dios es el Centro de Fuerza que
irresistiblemente nos atrae, y todos – encarnados y
desencarnados, obsesores y obsesados, creyentes y
no creyentes – encontraremos en Él la plenitud de la
Luz!

105
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

26º
OBSESIÓN Y AFINIDAD
“El medio más poderoso de combatir
a los malos espíritus e s el de
aproximarse lo más posible de la
naturaleza de los buenos.” (Segunda
Parte, cap. XXIII, ítem 254)

Nada más valioso, también en mediumnidad,


que este axioma: “los semejantes atraen a los
semejantes”.
Médiums indisciplinados atraerán la compañía
de espíritus irresponsables.
Médiums conscientes de sus deberes atraerán
la presencia de espíritus dedicados al bien.
En obsesión, por tanto, no podemos dejar de
considerar la ley de afinidad, ya que los espíritus
obsesores no consiguen imponerse a quien no le
ofrece campo.
Todo médium bajo la influencia obsesiva se
revela interiormente: además, la obsesión es
siempre anuncio de la necesidad de transformación
moral de quien les ofrece la acción.
El médium podrá hasta disfrazarse a los ojos de
los hombres que lo observan, pero no logrará
camuflarse a los ojos de los espíritus que lo espían…
Conociéndoles la naturaleza de los
sentimientos, los espíritus obsesores se imantan al
psiquismo de los médiums poco vigilantes,

106
ODILON FERNANDES

viciándoles las fuerzas, en un proceso de


vampirización psíquica.
Porque no soportan la presencia de los buenos,
tal como la noche no tolera el esplendor solar, los
espíritus considerados malos se apartan de los
médiums que buscan aproximarse a los espíritus
benevolentes. ¡Es una cuestión de refracción moral!
El gorrión no convive con el cuervo, ni las
palomas con las serpientes…
En El Más Allá, los desencarnados integran
comunidades espirituales que le son afines. Los que
se dedican al Arte forman grupos consagrados a
cultivarlo; los que se entregan a la Ciencia
naturalmente se unen en las investigaciones por
ellos promovidas; los que abrazan la Religión
identificándose unos a otros, en busca de la unidad
de la fe…
Los espíritus obsesores, cuando se acercan al
médium idóneo, no siempre lo hacen con la
intención de perjudicarlo… Puede ser que, exhaustos
de las decepciones sufridas, para él se sientan
atraídos con la intuición de mejorar, a semejanza de
quien, cansado de beber agua impura, un día
experimenta la necesidad de sorber la linfa cristalina
de la fuente…
Otros buscan la compañía del médium, para
comprobar la sinceridad de él, necesitados como se
encuentran que les motiven el cambio que se
pretende emprender en él mismo.

107
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

Desencantados con los hombres, muchos


espíritus, cuando se presentan delante de quien les
parece estar por encima de los intereses
inmediatistas de la Humanidad, se les agarran con
todas las esperanzas, como náufragos a los
salvavidas que les son lanzados.
Cuando eso ocurre y el médium no consigue
sustentarse en los buenos ejemplos,
desmandándose, por fin, en la liviandad, los
espíritus que en él se refugiaban se rebelan y pasan
a cobrarles la coherencia. Por esto es importante la
autenticidad por parte de los médiums, no
ofreciendo a los otros una imagen distorsionada de
lo que es en la intimidad. Es preferible que el
médium asuma su condición de espíritu en lucha, y
no el que ostenta la falsa aureola de santidad en la
frente.
Para que se aproximen, “lo más posible, de la
naturaleza de los buenos” espíritus, el trabajador de
la mediumnidad no necesita haber abdicado de
todas sus inclinaciones; le será suficiente la
intención honesta de corregirse, porque, con raras
excepcionales, los buenos espíritus que se imantan a
la psicosfera del planeta están aun sujetos a la ley
del karma, muy distantes de la condición de
angelitud.
¡Nada conmueve más que la persona
consciente de sus limitaciones haga un esfuerzo
digno por superarse! Debe provocar lágrimas en los

108
ODILON FERNANDES

ángeles la actitud del pecador que, por primera vez,


decide extender, con las propias manos manchadas,
un pedazo de pan al hambriento…
¡Desenvolvimiento mediúmnico no es
conocimiento teórico, simplemente: es práctica del
Evangelio en lo cotidiano!
Leer, demuestra más cuánto asimiló de la
lección
– eso es que realmente confiere al médium respeto
y credibilidad, incluso delante de los desencarnados
que le cuestionan los propósitos de renovación.
Quien se eleva arrastra consigo a los que se les
unen en la experiencia.
Porque comprendemos los mecanismos de la
evolución, los Espíritus Superiores no se desesperan,
contemplando el esfuerzo de los encarnados en
dejar el abismo… Les extienden la mano, pero saben
que, en la Naturaleza, todo debe obedecer a un
criterio de coherencia.
A su tiempo, todas las cosas se alteran, en
busca de la grandeza divina.
¡La propia desintegración de la materia es
anhelo de sublimación!
La obsesión forma parte del extenso programa
a que el ser humano, eterno aprendiz de las
verdades eternas, debe someterse en la Tierra para
ascender al Cielo.

109
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

27º
CONSIDERACIONES IMPORTANTES
“Los Buenos Espíritus no imponen
ninguna violencia…”
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 237)

Los Espíritus esclarecidos en cuanto a la


realidad de la Vida, igualmente conscientes de sus
limitaciones, no imponen ninguna especie de
violencia a las personas, no efectúan cualquier cobro
en el sentido moral en sus actitudes.
Los espíritus moralistas, los que apuntan con el
dedo en ristre las llagas de los semejantes, estén en
el cuerpo o no, están muy lejos de la verdadera
moralidad.
El Cristo, Modelo de Perfección para la
Humanidad, conviviendo todo el tiempo con
pecadores confesos, jamás los dejó violentados ni
siquiera a través de una sola palabra; si se indignaba
contra los “sepulcros vestidos de blanco por fuera,
pero llenos de podredumbre por dentro”, se
compadecía de las mujeres adulteras y de los
hombres que se habían sumergido en el lodazal de
la propia fragilidad espiritual…
Los espíritus que trabajaban junto a los
médiums bien intencionados no les trazan reglas de
comportamientos, condicionándoles la asistencia en
su rígido cumplimiento. Comprendiéndoles las
luchas que ya hicieran en el mundo, procuran

110
ODILON FERNANDES

fortalecerlos para que, poco a poco, consigan


naturalmente superarlas.
Apenas los espíritus revestidos de falsa moral
se muestran intolerantes con los médiums que aun
no se despojaron de sus malas inclinaciones,
llegando, incluso, a denunciarlos públicamente,
como si ya hubiesen alcanzado la condición de
angelitud…
Conforme la experiencia nos enseña, los que
más exigen son casi siempre los que menos
cumplen sus exigencias.
Hablando a las conciencias de los doctores de
la ley, Jesús exhortó a tirar la primera piedra a quien,
de entre ellos, se considerara libre de pecado… No
hubo nadie que osase hacerlo. Todos se retiraron,
por cuanto remetidos por el Verbo Divino a una
profunda introspección, concluyeron, de inmediato,
acerca de la superficialidad de las virtudes que
ostentaban.
Los Buenos Espíritus, al contrario de lo que se
imagina, nunca dejan al médium en una situación
embarazosa, ni son capaces de “empujarles”,
exponiéndolo al ridículo, premeditadamente… Si
obrasen así, antes de comprometer al médium,
comprometerían la idea espírita que, de una forma o
de otra, el médium está representando.
Cuando el médium llega a complicarse en una
actuación de carácter público, es porque hace
mucho tiempo ocurrió entre ellos, y los espíritus que

111
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

asistían a la desvinculación psíquica que no supo


preservar. Entonces, los adversarios desencarnados
de la Doctrina se movilizan, ofrecen retaguardia
espiritual al médium, desdoblándose en cuidados y
gentilezas, para, en el instante oportuno, dejarlo
entregarse a sí mismo… El objetivo no es alcanzar al
médium, es escarnecer a la Doctrina, cuya imagen
intentan perjudicar a toda costa. Apenas, hemos
acompañado el esfuerzo de equipos espirituales
enteros en el asesoramiento a este o aquel médium,
obrando en nombre del Espiritismo, por su vanidad
y personalismo, cuya reputación colocan en riesgo.
Está claro que tal asesoramiento no ocurre por
méritos personales del médium.
Por lo expuesto, observamos que muchos
médiums dan, en la mediumnidad, un trabajo
inmenso a los espíritus, porque son como
adolescentes deslumbrados con un automóvil que,
sin habilidad, conducen ligeramente por las calles de
la ciudad.
Tenemos aun que considerar que, si el médium
cuenta con la tutela fraternal de los espíritus que le
comprenden las flaquezas, no debe, por otro lado,
obligarlos a su comodidad, abusando de su
paciencia y confianza. Que les demuestre a ellos su
buena voluntad en renovarse, manteniendo
perseverantes esfuerzos en su renovación personal.
¡No es porque los Espíritus Superiores nos
aceptan como somos que debemos continuar

112
ODILON FERNANDES

siendo lo que somos!


¡Sepamos, de una vez por todas: nosotros
somos los que debemos cobrar de nosotros mismos
coherencia!
Apenas a los Espíritus Amigos asistir al triste
espectáculo de nuestras imperfecciones, a pretexto
de ser más esclarecidos, es contra sentido de los
mayores, no obstante es lo que muchos de nosotros
habitualmente hacemos sin la menor ceremonia.
¿Cuánto no se sentirá apenado el padre delante
del hijo que no le respeta la autoridad, como si el
padre, por su más amplia visión de la vida, tuviese la
obligación de aceptarlo siempre en la condición de
niño que se niega a crecer?
Dicen las Escrituras Sagradas que “el amor de
Dios nos obliga”, pero tal obligación no nos humilla
ni violenta nuestra conciencia.
¡Si los espíritus obsesores empujan a los
médiums por la violencia, los Buenos Espíritus los
“empujan a través del corazón”!

113
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

28º
OBSESIÓN Y CARÁCTER
“Se comprende mu y fácilmente la
diferencia que existe entre obse sión
simple y la fascinación; se comprende
también que los espíritus que producen
estos dos hechos deben diferir de
carácter.”
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 239)

El carácter de la obsesión, como ya tuvimos


oportunidad de referirnos en páginas anteriores,
está directamente relacionado con el carácter del
espíritu obsesor y con el del médium obsesado.
Existen entidades ligeras que no tienen la
menor convicción en lo que hacen; perturban por
perturbar; sin – digamos – una causa que los motive
en profundidad. Otros espíritus obran con plena
“conciencia” en sus actitudes, ejerciendo – si así
fuese posible expresarnos – la obsesión con…
dignidad.
Aunque es extraña esta última afirmación, la
verdad es que muchos espíritus, no dedicando odio
a nadie, relacionándose hasta con cierta simpatía
con los demás, cargan en el alma un rencor
concentrado contra aquel que, de manera
inconsciente atentó contra su felicidad.
¿No vemos en el mundo ejemplos semejantes
entre las personas? ¿No percibimos las que son
buenas para con todas, excepto para con quien les
tenga perturbada la paz?
La obsesión ejercida por un espíritu duro es

114
ODILON FERNANDES

más difícil de ser tratada de lo que la motivada por


un espíritu cuyo carácter deja mucho que desear.
Los espíritus sin carácter, normalmente son
entidades desocupadas, incapaces de crear raíces en
cualquier cosa que hagan; en la Tierra, serían
fácilmente confundidos con inofensivos ladrones,
que huyen despavoridos, a una simple patada en el
suelo…
La obsesión que envuelve cuestiones del
sentimiento es mucho más compleja y, casi siempre,
envuelven espíritus intelectualizados, los cuales,
incluso sabedores de sus errores, insisten en
continuar odiando.
Hemos oído, en la Vida Espiritual, historias
tales, contadas por espíritus que, durante largo
tiempo, estuvieron envueltos en procesos obsesivos
que, sinceramente, si estuviésemos en lugar de ellos,
experimentando lo que experimentaron, con todo el
conocimiento evangélico ya poseído probablemente
lo haríamos peor de lo que hicieron… Son casos
horrorosos de maldad deliberada, tramas terribles
haciendo infelices a almas indefensas…
Está claro que el mayor mérito del perdón está
en la gravedad de la ofensa a la cual se es llamado a
perdonar, no obstante no podemos omitir la
realidad que, para perdonar, a veces necesitamos
remover pesados obstáculos sobre el corazón,
hecho a alguien que, para sobrevivir a un
terremoto, necesitase librarse de los escombros

115
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

cubriéndolo.
Con tales espíritus heridos por el dolor de los
que aman con indefinible ternura, el diálogo se hace
indispensable; hay necesidad que les hablemos al
corazón y a la inteligencia de manera simultánea,
procurando hacer que ellos mismos arranquen las
cercas del resentimiento que levantaron alrededor
de sí mismos.
¡El perdón de quien perdona no debe depender
del perdón de quien es perdonado! Nos explicamos:
el perdón, beneficiando especialmente a quien se
dispone a perdonar, no debe condicionarse al
arrepentimiento de quien necesita perdonarse.
Dialogando con el obsesor, busquemos hacerle
entender la necesidad que nadie tome la justicia por
sus manos, porque, delante de la Ley Divina, cada
cual recibirá invariablemente de acuerdo con las
propias obras; pase el tiempo que pase, el deudor
será llamado a desquitarse con la conciencia y,
conforme nos enseño Cristo, nadie hará justo al que
no merece… Otro factor importante hemos de
considerar: cuando el obsesado sinceramente
reconoce sus faltas y suplica la misericordia de su
víctima, incluso si ella, ahora convertida en verdugo,
no se muestre dispuesta a aceptarle el pedido de
perdón, él conseguirá acabar la revuelta e
inmunizarse parcialmente contra sus agresiones.
En casi todo proceso obsesivo tenaz hay una
simiente de amor sofocada por los espinos del odio;

116
ODILON FERNANDES

esto significa que, extirpadas las malas hierbas, la


simiente florecerá, transformando en jardín la tierra
en desolación.
El dolor es, de hecho, una gran maestra:
después de cumplir la tarea que le compete, él
desaparece a fin de que el amor le complete la obra,
¡en la sublimación de la vida!
No menospreciamos a nadie en sus
sentimientos. El ser más embotado es Dios en la
plenitud de sus facultades en estado latente y, por
consecuencia, guarda dentro de sí riquezas
inconmensurables.

117
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

29º

OBSESIÓN E IMPRUDENCIA

“Es preciso, guardarse de atribuir a la


acción directa de los espíritus todos
los sinsabore s, frecuentemente, son la
consecuencia de la incuria o de la
imprudencia.”
(Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 253)

Siendo la Doctrina de la Fe Razonada, el


Espiritismo nos advierte contra los excesos que
pueden ser cometidos en nombre de la creencia,
conduciendo al fanatismo.
¡Aunque encarnados y desencarnados estén en
permanente contacto, no todo lo que ocurre a las
personas debe ser atribuido “a la acción directa de
los espíritus”, o sea, las personas no tienen como
eximirse totalmente de la responsabilidad de sus
actos!
Reconocemos la influencia perniciosa de los
espíritus sobre los encarnados, pero por la obsesión
que, por ejemplo, lleva a la criminalidad, el obsesado
es el que debe ser llamado a sentarse en el banco de
los reos y no el espíritu que, prevaleciendo de su
incuria, lo inspiró.
Porque no asume lo que hace, temiendo la
consecuencia de sus acciones, las personas ligeras
insisten en transferir la autoría de la culpa a otros…

118
ODILON FERNANDES

padecen de lo que podríamos llamar de ¡Síndrome


de Pilatos!
Hay quien por simples tropiezos culpa a los
espíritus, como si ellos, incluso los obsesores, se
preocupasen con semejantes “niñerías” de lo
cotidiano de la vida en la Tierra.
De hecho, existen espíritus especialistas en el
“arte” de torturar a los encarnados, agotándoles la
paciencia en tramas menudas urdidas
caprichosamente, aun. De manera general, la
imprudencia humana es la que debe ser
responsabilizada por la mayoría de los fastidios
experimentados por los encarnados, en su día a día.
A través del pensamiento, él puede, a ejemplo
del pararrayos, atraer descargas psíquicas que lo
vuelvan vulnerable a pasajeras situaciones de
malestar, las súbitas indisposiciones, las
desagradables pesadillas, las sordas irritaciones…
No es raro que, el ser humano sea más
influenciado por la naturaleza de los propios
pensamientos o aun por la parte de los encarnados
que de los desencarnados.
El optimista mueve en su beneficio energías
anímicas que le son habitualmente desconocidas. ¡El
poder de la fe, en síntesis, es el poder de la criatura
que libera las fuerzas espirituales representadas en
sí!
Cristo poco o nada consiguió realizar entre los
que dudaban, porque la duda obstruye la

119
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

canalización de los recursos divinos a quien de ellas


necesita.
Aquellos que todo cuanto les ocurren de
negativo atribuyen la acción de los espíritus
obsesores, acaban por “crearlos”, o sea,
posibilitan que las cosas pasen a ser como
imaginan…
¡Reafirmando lo que dijimos antes, muchos
encarnados son verdaderos obsesores de los
desencarnados, apresándolos con sus ideas
enfermizas! En gran número de casos, son los
encarnados que insisten en esclavizar a los
espíritus, aficionándose al proceso de la simbiosis
mental en la cual se satisfacen.
¡Meditando sobre el tema ahora en estudio,
paralelo a la Ley de Causa y Efecto, es igualmente
grande la equivocación de los adeptos de la Doctrina
que atribuyan todo cuanto les sucede no presente a
los acontecimientos del pasado! Si hay simientes que
apenas germinan en el tiempo, hay aquellas de
floración inmediata…
¡No podemos permitir que la falta de
esclarecimiento nos induzca a creer en lo que la
razón sea incapaz de concebir! ¿Cómo
responsabilizar directamente a los espíritus
obsesores por la mala señalización causante de
tantos accidentes en las carreteras? ¿Sería justo
apoyarnos literalmente en el karma, para
explicarnos las incidencias de quien, por ejemplo, se

120
ODILON FERNANDES

entrega a la bebida, hasta que le sobrevienen


complicaciones físicas no sanadas?
¡Consideremos el karma de la falta de
vigilancia! Casi siempre, es la falta de celo y de
prudencia, de buen sentido y de discernimiento que
lleva a las personas a plantar de inmediato cosecha
de los dolores que soporta.
Tal vez el fanatismo sea más perjudicial a la
evolución del espíritu de lo que la incredulidad. Los
incrédulos, cuando son sinceros, aun consiguen
avanzar en la senda de los propios valores, pero los
fanáticos, proyectándose fuera de sí, se dispersan en
los caminos de la intolerancia.
Que los médiums, pues, eviten todo cuanto les
pueda ocurrir en la vida y que sea atribuido a los
espíritus. Y aquí tanto vale la acción de los obsesores
como la de los benefactores, porque el médium
consciente de sus deberes, que busca cumplirlos con
abnegación, deberá sus méritos personales a las
conquistan que efectúen.
Los espíritus, sea en el bien o en el mal, jamás
podrán ser íntegramente responsabilizados junto a
las personas por las actitudes que son fruto de su
libertad de elección.

121
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

30º
OBSESIÓN Y MEDICINA
“Cuando los médicos conozcan bien el
Espiritismo, sabrán hacer e sta
distinción y curando más enfermos que
con las duchas.” (Cap. XXIII – Segunda
Parte, ítem 253)

Es innegable que la Medicina aun se encuentra


gateando en el conocimiento espiritual de la Vida.
Algo materialista, la ciencia médica contemporánea
se niega a admitir la sobrevivencia del alma y el
intercambio con los “muertos”. Hasta cierto punto,
es comprensible que así sea, puesto que durante
siglos la religión cortó el avance científico, enviando
cuanto de él eran consagrados a los puestos
inquisitoriales.
El abismo existente entre Religión y Ciencia fue
cavado por primera vez, recelosa de que la segunda,
como de hecho ocurrió y viene ocurriendo, le
destruyese los dogmas que, estacionarios, no
acompañaban el dinamismo natural del
Conocimiento.
Durante siglos, la intolerancia religiosa y la
arbitrariedad científica combatieron la
mediumnidad, catalogando a los sensitivos de
herejes y locos. Cuantos no fueron encerrados en las
lúgubres celdas de los hospitales psiquiátricos, no
sabríamos decir… Cuantos no fueron perseguidos

122
ODILON FERNANDES

como adeptos del más bajo fetichismo, igualmente


no lo podríamos decir…
Lo cierto es que, si no fuese por el admirable
esfuerzo de Allan Kardec, con la publicación de “El
Libro de los Médiums”, hasta hoy los médiums
estarían padeciendo incomprensibles
discriminaciones.
Bajo la inspiración de los Espíritus Superiores,
él orientó la mediumnidad, vinculó su ejercicio al
Evangelio de Jesús y rescató a los médiums de las
manos que los oprimían.
Aun hace poco, que los obsesados eran
tratados como enfermos psiquiátricos comunes,
locos en desequilibrio irreversible que acababan
incluso enloqueciendo, delante de los tratamientos
experimentales a que eran sometidos…
Los obsesados, médiums en potencia, padecían
como cobayas humanas la acción del electroshock,
de la insulinoterapia, de las duchas frías, de las –
inclusive
– agresiones físicas, de las torturas en el área de la
sexualidad… Dando alas a la imaginación enferma,
muchos médicos, más desequilibrados y peligrosos
que los propios enfermos mentales internados bajo
sus cuidados, sometían a los pacientes a los más
extraños servicios, antes y aun después de Freud
abrir el campo de la sexualidad humana, quedando
los cimientos del Psicoanálisis, el cual, de hecho, está
apenas en sus principios…

123
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

¡Hoy, felizmente, con poco más de un siglo de


existencia, el Espiritismo ya extendió su influencia en
los diversos sectores del Conocimiento y viene, de
una forma o de otra, consiguiendo cooperar en la
formación intelectual de los que se
responsabilizaron por el progreso de la Ciencia del
Tercer Milenio!
Especialmente en Brasil, numerosos médicos
unidos a la Doctrina han, en los simposios y
congresos, levantando la voz en defensa de la
mediumnidad, logrando que el asunto por lo menos
comience a ser estudiado con la serenidad debida.
No podemos olvidar que Rhine, a través de la
Parasicología, dio a la mediumnidad foros de ciencia,
rompiendo el preconcepto de cuantos se mantenían
a distancia, chamuscados por las llamas de la
intolerancia religiosa del pasado.
No obstante, pese a nuestro sencillo homenaje
al gran investigador del psiquismo, Kardec
continuará insuperable en la extraordinaria síntesis
de “El Libro de los Médiums”.
Realizando obra de auténtico misionero de los
Planos Superiores de la Vida, el Codificador logró
desmitificar el mediumnismo y mostrar las
evidencias del fenómeno mediúmnico a través de
los tiempos.
Hoy, muchos médicos, incluso los que no
aceptan los postulados de la Doctrina, están
teniendo el coraje de encaminar pacientes a los

124
ODILON FERNANDES

centros espíritas, reconociendo las limitaciones de la


Ciencia para lidiar con los problemas de la obsesión,
a la cual, no es de extrañar, en sus manifestaciones,
se confunda con las psicopatías.
No podríamos dejar de resaltar el valor del
trabajo del Dr. Becerra de Menezes que, aun en el
cuerpo, escribió el excelente libro “La Locura Bajo
Nuevo
Prisma”, como también el del Dr. Ignacio Ferreira,
durante más de 50 años fue Director médico del
Sanatorio Espírita de Uberaba, con sus “Nuevos
Rumbos de la Medicina”.
Antes, incapaces de distinguir un trance
mediúmnico de crisis epiléptica, los médicos ahora
antevén en el inmenso campo que los espera en el
futuro, felizmente, ya les tocaron las puertas.
Pero, en cuanto la Medicina se prepara para
adentrar el continente inexplorado del Psiquismo, el
Espiritismo continúa pacificando las fuerzas
inmediatistas en conflicto y colocando a los
sensitivos en los caminos del servicio con Jesús,
atento al “dad de gracia lo que de gracia recibisteis”.
Los templos espíritas, a la Luz del Evangelio del
Señor, abrigando a obsesados y obsesores,
médiums y adoctrinadores, alrededor de una mesa
rústica, son una especie de filtro de decantación,
catalizador de las energías que depure, esterilizador
fluídico promoviendo el reciclaje de las vibraciones
en desarmonía.

125
M EDIUMNIDAD Y OBSESIÓN

¡Aguardemos el porvenir, convencidos de que


la contribución espírita en la Medicina será
inestimable, cabiendo al Espiritismo la bendecida
tarea de re aproximar la Ciencia de la Religión para
que ambas consigan, finalmente, caminar sin ningún
estorbo, rumbo al progreso real, con vistas a la
gloria espiritual de la Humanidad!

126
PREGUNTRAS FRECUENTES SOBRE ESPIRITISMO

LIBRO QUÉ ES EL ESPIRITISMO

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