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Levantamientos Catastrales y Mapas

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Bhmjm

ESCUELA SUPERIOR DE INGENIEROA Y


ARQUITECTURA
UNIDAD:

“TICOMAN”
CARTOGRAFÍA DIGITAL

Resumen 2
PROFESOR: ORDAZ AYALA MA. ELDA
ALUMNAS: CAMACHO CASTRO NAYELI

FECHA: 20/05/2020

Levantamientos catastrales y mapas

El arte de la cartografía es muy antiguo. Puede considerarse que la línea divisoria


entre la cartografía antigua y la moderna está trazada por tres grandes
realizaciones, a saber: la triangulación de Francia, comenzada por Cassini de
Thury en 1747 y terminada por el Gobierno de la Revolución Francesa; la primera
triangulación exacta del Reino Unido hecha por William Roy, y el enlace por
triangulación de los observatorios de Greenwich y París, realizado con el auspicio
de la Royal Society de Gran Bretaña. La triangulación se convirtió así en la base
de toda la cartografía moderna.
Las técnicas de levantamiento catastral se basan en cinco principios
fundamentales.
 El primero consiste en “trabajar del todo a las partes”, es decir establecer
un marco inicial de puntos de control que a continuación se “desglosan” en
redes más pequeñas con puntos más cercanos unos a otros.
 El segundo principio es el de coherencia, es decir que una vez establecida
la red de orden superior, es posible trabajar con normas menos rigurosas
en los órdenes inferiores sin afectar la precisión general del trabajo.
El medio tradicional para establecer un control es la triangulación, cuyo principio
se basa en la trigonometría simple, es decir que si se conocen dos ángulos y la
longitud de uno de los lados de un triángulo, o si se conoce la longitud de los tres
lados, es posible establecer con precisión el tamaño y la forma del triángulo. Las
mediciones de los ángulos se efectúan utilizando un teodolito, mientras que las
distancias que en el pasado tenían que medirse de manera muy laboriosa con
cintas de medir metálicas, se registran ahora utilizando instrumentos electrónicos
de medición de distancias.

El hecho de que la Tierra sea un esferoide y no una superficie plana significa que
es imposible medir en su superficie líneas rectas euclideanas. Las líneas medidas
de ese modo no son ni siquiera arcos de una verdadera esfera, lo que crea
complicaciones en las mediciones
y en los cálculos. Sin embargo,
esto no afecta la simplicidad del
principio, y en última instancia la
mayoría de los mapas modernos
se basan en una serie de
triángulos derivados de una o dos
líneas básicas de longitud
conocida que se extienden a
través de toda la superficie
cubierta por el mapa. De esta
manera se ha formado una red
primaria de puntos de control que
a su vez se han usado como base
para determinar una serie
Triangulación utilizando AB como línea básica La distancia AB se mide con
de redes de segundo precisión.
orden, las cuales se han Por consiguiente, los puntos C, D, E, F, G, H, I, J y K pueden fijarse sólo utilizando
usado para establecer la medición angular

puntos de tercer y cuarto


orden, con los detalles
locales fijados en relación
con la red general.

Una vez que se cuenta con un marco inicial de puntos de control horizontales, es
posible establecer puntos adicionales ya sea mediante una nueva triangulación o
recurriendo a la trilateración (es decir midiendo los lados y no los ángulos de los
triángulos), o mediante la poligonación. Además, pueden usarse métodos de
fijación de posiciones por satélites o técnicas de fotogrametría.

La poligonación es un método utilizado con frecuencia para hacer levantamientos


de perímetros, para delimitar una superficie con el propósito de efectuar
posteriormente un levantamiento más detallado, o para establecer el trazado de
una carretera, de un ferrocarril, del curso de una corriente de agua, etc. La
poligonación continúa con la medición del ángulo y de la distancia lineal hasta el
punto siguiente en el polígono; a partir de allí los rumbos pueden orientarse desde
el punto previo y establecerse un nuevo punto de control en dirección directa. La
poligonación continúa de esta manera hasta que puede cerrarse el polígono, en el
punto en que comenzó, o de preferencia en un punto de control diferente
establecido previamente, lográndose de esta manera el control necesario e
independiente contra cualquier posible error en las mediciones.

Normalmente los ángulos se miden con


un teodolito, aunque para los
levantamientos elementales puede
utilizarse una brújula prismática o la
alidada de planchetas. Las distancias
deben medirse con una cinta utilizando
una banda de acero, con métodos de
distancia óptica tales como la alidada
Poligonación entre los puntos conocidos A y B utilizando los puntos
horizontal o empleando mediciones conocidos C y D como orientación, y determinando los puntos E, F, G
electrónicas de distancia. Los datos se y H mediante la medición de ángulos y distancias
registran en libretas topográficas o
electrónicamente para efectuar nuevos
cálculos.

Las técnicas topográficas electrónicas son ahora la norma en el mundo más


desarrollado. Incluyen mediciones hechas utilizando una “estación total” que
combina tanto las calidades angulares de un teodolito tradicional con mediciones
electrónicas de distancia como el registro automático de datos. Las ventajas de la
utilización de este equipo son las siguientes:

 La rapidez con que pueden efectuarse levantamientos en comparación con


los métodos tradicionales, obteniéndose así niveles más altos de
productividad;
 Un riesgo menor de cometer errores graves en las mediciones, y una
exigencia menor de capacidades de manipulación para obtener niveles
mucho más elevados de precisión y exactitud.

Las desventajas de los métodos electrónicos:


 Son una inversión de capital mucho más elevada y el costo de
mantenimiento mucho más alto, factores que reducen las divisas que
poseen los países en desarrollo.
 Además, si el equipo sufre una avería será tal vez necesario enviarlo a otro
país para su reparación, lo cual puede retrasar gravemente la realización de
un levantamiento topográfico.

Los precios de los receptores del Sistema de Posicionamiento Mundial (SPM) han
disminuido considerablemente desde que se utilizaron por primera vez, de manera
que su utilización es ahora una posibilidad económicamente viable. Con este
sistema es necesario ver cuatro satélites en el cielo,
cuyas señales capta el receptor del SPM. Las
señales se marcan con impulsos en momentos
conocidos, de manera que el instante en que se
reciben tres señales nos da la información sobre la
distancia en que se encontraban en ese momento los
satélites; la medición hasta un cuarto satélite es
necesaria para establecer la diferencia de tiempo
entre el reloj del receptor del SPM y el tiempo
registrado por el sistema de satélites. Globalmente el
sistema permite determinar las posiciones relativas
de puntos cercanos en el terreno con una precisión
de unos pocos centímetros en latitud, longitud y
altura. En campo abierto es sumamente útil y económica para establecer redes
densas de puntos de control.

Bandas de fotografía aérea

La fotogrametría es otro método mediante el cual es posible establecer gran


número de puntos de control sobre una zona limitada, siempre que en las
fotografías puedan verse claramente puntos adecuados del terreno. Las
posiciones de algunos puntos en el terreno deben determinarse mediante el SPM,
triangulación o levantamientos poligonales.

El recubrimiento anterior y posterior de las fotografías debe ser aproximadamente


del 60 por ciento, mientras que el recubrimiento lateral entre bandas debe ser de
un 15 por ciento.
La precisión alcanzable con el equipo moderno depende más del costo que de
cualquier otro factor.

Otro beneficio que se obtiene con el uso de la fotogrametría es que las técnicas
pueden utilizarse no sólo para fijar puntos de control sino también para establecer
detalles y curvas de nivel. Las técnicas de levantamiento de campo son menos
adecuadas para la cartografía topográfica salvo en el caso de zonas relativamente
pequeñas.

Un mapa es generalmente una hoja plana y para trasladar los datos esféricos a
esa hoja hay que hacer una proyección cartográfica. Hay muchos tipos de
proyección y todos ellos exigen que se hagan cambios en los ángulos y las
distancias medidos en la superficie de la Tierra. Ya sea la forma o la superficie (o
ambas cosas) de las características naturales de las que se ha levantado el mapa
habrán sufrido inevitablemente cierta alteración. Distintas proyecciones dan
resultados diferentes para distintas partes de la superficie de la Tierra. Algunas
proyecciones ofrecen ventajas especiales para determinados fines y, por
consiguiente, la elección de una proyección está determinada en cada caso por la
superficie de la Tierra a que ha de aplicarse y por la finalidad del mapa.

La escala escogida para levantar un mapa dependerá siempre de la topografía y


del número de detalles del terreno y del uso que se ha de dar a los mapas
derivados de los mapas originales. En términos generales, la escala escogida
debe ser la que muestre el detalle requerido con la exactitud y claridad necesarias,
dejando un margen suficiente para insertar la materia descriptiva que se necesite
para determinados fines.

Las escalas más convenientes para los mapas topográficos de uso general son las
comprendidas entre 1:25.000 y 1:250.000. Son comunes las escalas de 1:50.000 y
1:100.000. Sin embargo, incluso los mapas más grandes de este tipo contienen
muchas características indicadas mediante “signos convencionales” y no trazadas
a escala. Si se quiere obtener un detalle topográfico de mucha precisión será
necesario utilizar una escala mayor. El hecho de no haber comprendido las
limitaciones de los mapas topográficos usuales ha dado lugar a gran confusión en
muchos países, sobre todo en materia de concesiones mineras.
Mapas catastrales

En términos estrictos, un catastro es un registro de fincas y de valores de la tierra


y de los propietarios, que originalmente se compilaba con propósitos de
tributación. Sin embargo, en muchos países ya no existe un impuesto sobre la
tierra y en la práctica el catastro tiene otras dos finalidades igualmente
importantes: facilita la descripción precisa y la identificación de determinadas
parcelas y sirve de registro permanente de derechos sobre la tierra.

La escala de los mapas catastrales es de gran importancia. Como la finalidad del


mapa es proporcionar una descripción precisa de la tierra y facilitar su
identificación, la escala debe ser suficientemente grande como para que cada
parcela, que pueda ser objeto de posesión separada (convencionalmente
conocida con el nombre de “parcela de reconocimiento” o “parcela de tierra”),
aparezca en el mapa como una unidad reconocible. Si los datos de los mapas se
almacenan en una computadora, se podrán trazar casi en cualquier escala, hecho
que dará la impresión de una mayor exactitud de la que exige la calidad de los
datos de un levantamiento.

Puesto que tanto el mapa como los correspondientes registros son partes
complementarias del mismo sistema de descripción e identificación, debe existir
algún sistema de correspondencia entre lo que se muestra en el mapa y lo que se
incíuye en los registros. Por regla general esto significa que se debe asignar un
número o dar un nombre a cada parcela de tierra. Estas referencias se conocen
con el nombre de identificadores de la propiedad (IDP) o números de referencia de
la parcela única (NRPU). Es posible elaborar diversos sistemas de referencia,
entre ellos:

 El nombre del cesionario o el cedente


 Un número de título que siga una secuencia
 El volumen y los números de las hojas en que está registrada la parcela
 El nombre de una finca o localidad con un número de parcela individual
 El bloque de registro y números de parcelas individuales
 Una dirección postal
 Una referencia de índice de calles y el número de la parcela
 Una retícula coordinada o “geocódigo”

El mapa catastral deberá indicar los límites de cada parcela de tierra, y en algunas
jurisdicciones puede también mostrar su superficie y la longitud efectiva y la
orientación de cada lindero.
. Para los mapas catastrales de ciudades se necesitará una escala mucho mayor
que para los de zonas rurales.

Los mapas más conocidos son mapas topográficos a escalas de


aproximadamente 1:50.000. Esos mapas permiten representar con exactitud
(aunque no siempre a escala) la posición de carreteras, líneas ferroviarias,
senderos, aldeas, ríos, arroyos, puentes, edificios importantes, límites
administrativos y otras características semejantes, así como el relieve de la tierra,
la profundidad del agua y las variaciones de nivel de las mareas. Sin embargo,
estos mapas son muy inadecuados para fines catastrales. Un simple ejemplo
aclarará este punto. Una línea trazada cuidadosamente con un lápiz tendrá una
anchura aproximada de medio milímetro. En un mapa a escala de 1:50.000 esta
línea representará una línea de 25 metros de anchura en el terreno. Hay muchos
países, especialmente países montañosos, en los que existen parcelas de menos
de 25 metros de anchura. En su mayor parte, los mapas catastrales deben tener
una escala de 1:500 a 1:2.500, aunque en zonas densamente desarrolladas se
necesitará tal vez una escala mayor, mientras que en campo abierto podrán
utilizarse escalas mucho menores.
. En zonas donde hay cercas permanentes o campos rodeados de terraplenes, las
cercas y los terraplenes pueden constituir un medio adecuado de identificación
detallada, pero en campos abiertos sin cercas ni terraplenes, será necesario
utilizar algún medio para indicar los límites de las parcelas sobre el terreno.

Una buena señal debe ser duradera por sí misma y difícil de eliminar accidental o
voluntariamente. Asimismo, en muchos países es conveniente que el material con
que se fabrican estas señales sea de un tipo que no incite al robo. Como las
señales deben ser fácilmente reconocibles, conviene que sean bien visibles en el
terreno, pero para los puntos importantes, por ejemplo los utilizados como puntos
de control en los levantamientos, es útil complementar las señales de superficie
con otras señales fabricadas con hormigón y enterradas debajo de las primeras.
Reconocimientos aéreos y mapas catastrales

Hay dos formas de levantar mapas a partir de fuentes primarias. Una de ellas es el
levantamiento sobre el terreno y la otra los reconocimientos aéreos, es decir hacer
mediciones a partir de fotografías aéreas. Los puntos determinados en fotografías
aéreas sobrepuestas pueden transformarse en posiciones en un mapa, ya sea
utilizando medios mecánicos análogos o mediante el uso de técnicas
matemáticas. Este procedimiento, conocido como fotogrametría, exige la
realización de algunas mediciones sobre el terreno a fin
de determinar la escala y la orientación precisas de un
mapa en relación con los datos obtenidos sobre el
terreno.

La escala de la fotografía varía a través de una fotografía


puesto que es igual a la relación entre la longitud focal de
la cámara de reconocimiento aéreo (f) y la altura de vuelo
del avión (A) sobre cualquier punto del terreno (a);
matemáticamente:

la escala en cualquier punto = f/(A-a).

Como la altura del terreno (a) varía a lo largo de una


zona, lo mismo sucede con la escala de la fotografía.

Es posible que en otros casos no se logren los mismos resultados, por ejemplo, en
algunos sistemas de campo abierto en los que diferentes propietarios de la tierra
practican el mismo cultivo de una manera más o menos continua en una gran
extensión de terreno, o en algunas zonas arboladas. Las fotografías aéreas
pueden mostrar detalles de carácter temporal, por ejemplo, las divisiones de un
solo campo en varios cultivos, o detalles internos de la parcela que es objeto de
reconocimiento, por ejemplo, pequeñas zanjas internas de avenamiento.

Una de las grandes desventajas de los reconocimientos aéreos es que, con


excepción de las señales de control sobre el terreno que forman parte de la red
geodésica básica, no deja puntos señalados permanentes sobre el terreno. Con
frecuencia se necesita un gran número de estas señales para realizar un
reconocimiento catastral eficiente, a fin de facilitar el trabajo de subdivisión y el
futuro restablecimiento de las características limítrofes que falten.

En ciertos casos puede ser difícil obtener la autorización de las autoridades


militares para efectuar levantamientos aéreos, pues en muchos países estas
autoridades se han opuesto tradicionalmente a dar acceso público a las fotografías
aéreas por presuntas razones de seguridad. Dada la fácil disponibilidad y la
calidad de las imágenes transmitidas por los satélites modernos, esta restricción
prácticamente carece de sentido.
Puede procederse a una cartografía más precisa utilizando fotografías rectificadas
que eliminan todas las distorsiones que se presentan cuando la fotografía no se
efectúa con la cámara apuntando exactamente hacia abajo en forma vertical.

Otro método diferente de levantamiento de mapas catastrales es la utilización de


aparatos de estereorrestitución fotogramétrica. Este equipo puede utilizarse ya sea
para indicar las características físicas que coinciden o coexisten con los límites
locales, o para ubicar puntos detallados que pueden utilizarse como un control
para levantamientos catastrales simples sobre el terreno. Es posible entonces
levantar mapas catastrales partiendo de una combinación de una restitución
fotogramétrica de detalles físicos que son visibles desde el aire utilizando métodos
gráficos simples de levantamiento para precisar determinados límites de parcelas.
El producto resultante responderá a las normas de precisión, es decir será
equivalente a la anchura de una línea trazada en el mapa.

Puede utilizarse la técnica de fotogrametría para producir datos coordinados


numéricamente mediante el uso de equipos analíticos de estereorrestitución o
comparadores.

Para establecer un sistema catastral es sin duda útil utilizar técnicas


fotogramétricas cuando los límites de las parcelas son visibles desde el aire, o
cuando es posible instalar señales relativamente baratas y estables y de un
tamaño que permita verlas claramente en las fotografías. Cuando se trata de
zonas pequeñas, o cuando un levantamiento ya existente es objeto de una adición
o revisión, la ventaja de la velocidad es mucho menor y, en todo caso, se debe
sopesar en relación con el aumento de los costos.

De las observaciones anteriores se desprenden las siguientes conclusiones


generales:

 Cuando los reconocimientos aéreos forman parte de las prácticas normales


de levantamientos topográficos de un país, también pueden emplearse para
efectuar trabajos catastrales de cierta importancia, siempre que el trabajo
de campo adicional no sea de tal magnitud que resulte más económico
utilizar sólo personal de tierra. En esos casos puede resultar económico
usar fotografías a escala suficientemente grande para atender las
necesidades de los levantamientos catastrales, aunque de esta manera se
exceda de las necesidades de otros proyectos cartográficos. Puede resultar
económico llevar a cabo un levantamiento dual o múltiple mediante un
juego de fotografías. Sin embargo, a menudo las necesidades de diferentes
aplicaciones de la fotografía son incompatibles y tal vez sea necesario usar
juegos múltiples de fotografías.
 Cuando es necesario realizar rápidamente un nuevo levantamiento catastral
de una zona extensa, el reconocimiento aéreo es con frecuencia el método
más práctico, a menos que sea preciso realizar posteriormente muchos
trabajos de campo suplementarios.
 A menos que se encuentre una ocupación razonablemente permanente
para el personal y el equipo de un departamento de reconocimientos aéreos
de un organismo nacional de cartografía, generalmente será más
económico contratar a una empresa comercial para que efectúe el trabajo.
 Los levantamientos catastrales de zonas pequeñas, la ampliación de
levantamientos ya existentes y el trabajo de revisión se realizarán mejor
empleando el personal de tierra de la organización nacional de
levantamientos catastrales, de conformidad con un programa continuo.
 El reconocimiento aéreo no eliminará el levantamiento sobre el terreno con
fines catastrales; debe en realidad complementarlo. Cuando no sea muy
urgente abarcar una zona muy extensa, y sobre todo si se dispone de
topógrafos locales, o pueden conseguirse en número suficiente, resultará
preferible confiar por completo en los levantamientos sobre el terreno para
levantar mapas catastrales, aunque los reconocimientos aéreos pueden
utilizarse para algunos otros fines. En todo caso, es sumamente útil que el
personal del catastro se haga plenamente responsable de la conservación y
la actualización de los mapas que produce.
 En muchos casos conviene utilizar fotografías aéreas a escala grande en
lugar de los mapas basados en fotografías. Si se toman estas fotografías,
es posible que, con algunas variaciones en el método y un mayor cuidado
en la adaptación, se puedan emplear para levantar mapas así como para
sus propósitos originales. No deben dejarse de lado las oportunidades de
esta clase. En efecto, cuando se toman fotografías aéreas de una
determinada zona para los fines de un departamento administrativo, es
conveniente averiguar si otros departamentos también necesitan fotografías
o mapas de la zona, y estudiar si resulta económico tomar de una sola vez
las fotografías a la mayor escala necesaria para cualquiera de estos fines.

Registros de la propiedad

Los mapas catastrales son esencialmente descripciones de las parcelas (parcelas


de levantamiento o propiedades) con referencia a las cuales se definen los
derechos y se identifica a los titulares de esos derechos.

Es necesario hacer una distinción entre los registros de la propiedad y los registros
de escrituras. Una escritura es un documento en el que se hacen constar las
transacciones que afectan, o pueden afectar, a un derecho. Las escrituras deben
registrarse por interés público o por interés de particulares. Sólo se levanta una
escritura cuando hay algún cambio en la posesión de un derecho y un registro de
escrituras es también un registro de las transacciones relativas a los derechos,
pero no de los derechos mismos. Sin embargo, el registro de las escrituras puede
desempeñar una función importante en la preparación o mantenimiento de un
registro de la propiedad como veremos más adelante.

Un importante resultado de este interés por los sistemas de registro de las


tenencias individuales primarias, ha sido el aumento de la creencia de que la
inscripción en el registro es impracticable o innecesaria, e incluso inconveniente,
en los lugares donde la propiedad privada no es una característica importante del
régimen de tenencia de la tierra.

lgunas clases de derechos de propiedad de la tierra no pueden dejarse de lado,


por ejemplo, los derechos de ocupación secundaria o de uso de la tierra. Algunos
de ellos, por ejemplo, los arrendamientos hereditarios y vitalicios, el derecho de
ocupación, etc., se apartan tanto de los derechos del poseedor primario que
necesariamente deben encontrar lugar en todo registro de derechos. Otros, por
ejemplo, los arrendamientos estacionales que no se renuevan, son de tan breve
duración que el trabajo de llevar el registro al día no se justifica con las ventajas
derivadas del registro de esos derechos.

Hay también muchos derechos que no entrañan posesión legal, física o


condicional de la tierra. Uno de los más interesantes deriva del hecho de que en
algunos países la propiedad de los árboles se puede tener y transmitir
independientemente de la propiedad de la propia tierra.

Hay también una clase muy numerosa de derechos públicos sobre la tierra, que
comprenden no sólo derechos del Estado, sino también de un gran número de
organismos estatales, locales y comunidades campesinas, y en algunos países los
propios lugares de las aldeas.

Un registro de títulos apunta claramente a algo mucho más concreto. Cada


parcela de tierra se inscribe originariamente en el registro como una unidad de
propiedad. Una vez hecho esto, todas las transacciones que afectan a la parcela
se inscriben en el registro, refiriéndolas a la misma parcela, con lo que la
inscripción sirve de prueba del título y de salvaguardia contra cualquier pretensión
contraria. La dificultad estriba en la naturaleza de la prueba en que se ha basado
la inscripción original. Cuando el registro se ha efectuado desde la primera
ocupación de la tierra no surge ninguna dificultad, ya que es evidente que no
existía anteriormente ninguna pretensión antagónica. Sin embargo, esto ocurre
raras veces e inmediatamente se plantea el problema de determinar la prueba que
se necesita para efectuar la primera inscripción. El examen de los títulos absolutos
de propiedad puede ser, y habitualmente es, un proceso largo, difícil y costoso, y
en el peor de los casos no se consiguen resultados definitivos.

El establecimiento de un sistema de registro de la propiedad de la tierra puede


tropezar a veces con una fuerte oposición pública, y hay quizás un mayor número
de casos en que dicha oposición impide toda acción. Es muy significativo observar
que sólo en contadas ocasiones esa oposición proviene de los mismos
propietarios de la tierra, lo que a veces hace pensar en el desinterés de la
oposición.

Las finalidades que persigue un sistema completo de registro de la propiedad de la


tierra son:
1. proporcionar, en cualquier momento y mediante el simple examen de los
mapas y registros, una descripción exacta y actualizada de todos los
derechos sobre la tierra reconocidos por la ley o por la costumbre del lugar,
así como una relación de las personas, clases de personas, corporaciones
públicas, etc., investidas en ese momento de tales derechos; y
2. ofrecer medios inmediatos para identificar, con certeza y exactitud, tanto las
inscripciones de los mapas y los registros relativos a cualquier parcela así
como la parcela a la que se refieren las inscripciones en esos mapas y
registros.

Cabe esperar que la consecución de estos objetivos influya en todas las


relaciones entre la tierra y los individuos, grupos sociales y corporaciones públicas
interesadas en la tierra. Estos efectos se examinarán más adelante.

Para alcanzar estos objectivos se requieren los siguientes documentos:

1. Un mapa catastral en el que, mediante una serie de señales o


características permanentes del terreno, se pueda identificar con exactitud
toda parcela que haya sido o pueda ser objeto de un derecho, ya sea
directamente mediante un examen o una simple medición.
2. Un registro que funciona como un índice del mapa, y que la superficie de
cada parcela objeto de un levantamiento ofrezca, mediante tablas, toda la
información acerca de la parcela que figura en el mapa.
3. Un registro o serie de registros coordinados que contengan toda la
información siguiente que se trate de registrar:
a. Número, nombre, etc., del mapa correspondiente.
b. La propiedad originaria de cada parcela en los lugares donde se
reconozcan distintos derechos de propiedad originarios, por ejemplo,
tierras del Estado o terrenos que no son del Estado; tierras
comunales y privadas; tierras de aldeas y familias, etc.
c. Las “fincas primarias”, por número de serie y nombres (de haberlos).
d. La propiedad originaria de cada finca primaria, cuando se
reconozcan distintos derechos de propiedad originarios; por ejemplo,
tierras del Estado o tierras que no son del Estado; tierras comunales
y privadas; tierras de aldeas o de familias, etc.
e. Los números, u otros medios de identificación, de las parcelas
incluidas en cada finca primaria.
f. La superficie de cada parcela y la superficie total de la finca primaria.
g. El nombre, la descripción u otros medios de identificación del
propietario original.
h. Si el propietario original es un grupo de personas (siempre que no se
trate de una asociación, por ejemplo, una empresa o sociedad
cooperativa), los nombres y otros medios de identificación de cada
miembro del grupo que esté reconocido como copropietario y la
naturaleza de su derecho. Esta clasificación incluye grupos tales
como los copropietarios, una familia ampliada, los habitantes de una
aldea, una tribu, etc. Deberá incluirse también el nombre, título, etc.,
de la persona o entidad reconocida como representante de los
copropietarios con propósitos de transacción.
i. El tipo de tenencia de la tierra si difiere de la tenencia básica, por
ejemplo, arrendamiento de terrenos del Estado.
j. Cualquier derecho permanente sobre la tierra que no entrañe la
ocupación por personas distintas del propietario original o de los
copropietarios, a saber, servidumbres, derechos de pastoreo, tala o
recogida de productos forestales, etc.
k. Todo derecho que el Estado se reserve frente al propietario original.
l. Cualquier derecho primario, por ejemplo, sobre árboles, etc., o sobre
las cosas que se encuentran en la tierra y que no pertenezcan al
propietario original.
m. Los derechos permanentes y subordinados de ocupación o de uso
de la tierra.
n. Los derechos subordinados de carácter temporal que tengan por
efecto la supresión o la suspensión de los derechos del propietario
original, por ejemplo, las hipotecas usufructuarias.
o. Los derechos subordinados temporales de ocupación o de
aprovechamiento de la tierra que modifican, pero no suprimen ni
suspenden, los derechos del propietario original, por ejemplo, las
tenencias ordinarias.
p. Los gravámenes sobre la tierra que no afecten a los derechos de
ocupación y aprovechamiento, por ejemplo las hipotecas simples.

Al establecer un sistema de registro muchos gobiernos desearán tal vez limitarse


inicialmente a los elementos esenciales del registro de las tenencias básicas, de
los titulares originales de derechos y de los titulares subordinados cuyos derechos
son más o menos permanentes, o pueden tener el efecto de suspender los
derechos existentes de los propietarios originales. Puede haber buenas razones
prácticas para no registrar derechos tales como los que confieren las tenencias
anuales. Es una buena práctica limitar la inscripción de una manera que permita
actualizar el registro y mantener su precisión. La existencia de un registro inexacto
puede ser peor que la falta de un registro.

Computadorización de mapas y registros

Entre otras cosas las computadoras pueden utilizarse para:

a. acelerar la recopilación y el proceso de datos de levantamientos


catastrales;
b. lograr reducciones importantes en el costo y el espacio necesario para
almacenar y recuperar los datos de registro de propiedad de la tierra;
c. impedir una duplicación innecesaria de registros;
d. simplificar la preparación de copias de “reserva” de registros en casos de
catástrofes;
e. acelerar la elaboración de los datos para el primer registro de un título de
propiedad;
f. reducir el tiempo y los costos que entraña la transferencia de derechos de
propiedad y la tramitación de hipotecas;
g. facilitar la vigilancia y el análisis de los valores de mercado y de
arrendamiento de la tierra y la propiedad;
h. proporcionar mejores estimaciones del valor de la tierra con fines de
tributación o para adquisición obligatoria;
i. mejorar la eficiencia y la efectividad de la cobranza de impuestos sobre la
tierra y la propiedad;
j. ayudar a compilar la información y los informes cuya producción era
imposible o muy engorrosa utilizando sistemas manuales;
k. proporcionar mecanismos de control de calidad;
l. integrar los registros de propiedad de la tierra, uso de la tierra y valor de la
misma con datos socioeconómicos y medioambientales para apoyar la
planificación física;
m. ayudar en la concesión y vigilancia de permisos para construir;
n. administrar bienes de propiedad y garantizar su uso y mantenimiento
eficientes;
o. documentar y vigilar las zonas arqueológicas y otras zonas de interés
científico o cultural;
p. registrar las órdenes para la conservación de árboles y de zonas de
conservación;
q. apoyar la administración de servicios públicos, tales como abastecimiento
de agua, saneamiento, gas, electricidad, alumbrado público y teléfonos; y
r. facilitar la transmisión automática de facturas a los clientes, asegurando
que no se pierda ninguna dirección y mejorando de esa manera la cobranza
de impuestos.
s. La computadorización acelera el proceso de los levantamientos catastrales
sobre el terreno y de los levantamientos fotogramétricos, el
almacenamiento, la recuperación y el análisis de los datos, así como la
preparación y la producción de mapas y planos catastrales. El registro
automático de datos tiene dos ventajas: reduce los errores humanos que se
producen al escribir y posteriormente transcribir observaciones de
levantamientos catastrales, y facilita la transferencia de datos para su
posterior cómputo y ajuste. A pesar del costo elevado de un equipo
moderno de levantamientos topográficos, puede aumentarse
considerablemente la productividad mediante el uso de computadoras, lo
que permite reducir los costos por unidad del levantamiento.

En muchos sistemas catastrales la tarea prioritaria es el manejo más eficiente de


registros escritos y no la producción de mapas catastrales digitales. Los datos
escritos pueden incluir el número de referencia de la propiedad, el nombre y la
dirección del propietario, el número del título y la forma de tenencia, detalles sobre
hipotecas, subarriendos o cesiones, otras advertencias y posiblemente detalles
sobre arriendos anuales y pago de arriendos y sus fechas de vencimiento.
Además, puede haber referencias a planes de levantamientos, zonas de uso de la
tierra, aplicaciones de la planificación, etc.

No es necesario incorporar todos los datos en un sistema siempre que se tenga


acceso a ellos cuando sea necesario. Se está haciendo más común la práctica de
conectar una serie de computadoras para formar redes que abarcan zonas locales
o más amplias. Utilizando estos medios, es posible recoger, almacenar y
actualizar los datos en diferentes lugares. Por ejemplo, el Registrador de títulos
puede mantener el registro definitivo de los propietarios de la tierra, mientras que
el Ministerio de Hacienda puede conservar las evaluaciones relativas a los
impuestos sobre la tierra; los departamentos municipales de planificación pueden
mantener datos sobre el uso de la tierra, mientras que las empresas de servicios
públicos pueden conservar los datos sobre saneamiento, agua y electricidad.
Todas estas bases de datos pueden vincularse entre ellas y es posible
intercambiar los datos cuando sea necesario.

Debido al elevado costo de la recopilación y mantenimiento de los datos, es


menester compartir estos datos si se quiere que los sistemas catastrales sean
económicamente viables. Con frecuencia se comprobará que las series de datos
son incompatibles por una u otra razón; por ejemplo, pueden contener diferentes
sistemas de referencia de las parcelas, el Registrador de títulos puede utilizar un
sistema de volumen y hojas para identificar las parcelas, mientras que la
evaluación con propósitos fiscales puede utilizar un sistema totalmente diferente,
por ejemplo, una secuencia numérica sin atributos espaciales; o las series de
datos pueden guardar relación con diferentes definiciones de unidades de
superficies, definiéndose la unidad impositiva por el uso de la tierra, mientras que
el título registrado se refiere a la propiedad de la tierra. Para poder compartir los
datos es necesario ponerse de acuerdo sobre normas comunes.

Para utilizar plena y eficazmente un sistema catastral computadorizado será


necesario elaborar una estrategia colectiva de modo que los posibles usuarios del
sistema, especialmente otros organismos del gobierno y órganos paraestatales,
puedan tener acceso al sistema. En primer lugar, es necesario identificar a los
usuarios potenciales y emprender un estudio de viabilidad para determinar el
volumen de la información relacionada con la tierra que pasa entre ministerios,
departamentos y otras organizaciones, y de esa manera decidir si se justifica la
instalación de una red computadorizada. Una vez efectuado el estudio de
viabilidad, debe efectuarse un análisis de las necesidades de los usuarios,
determinándose detalladamente los recursos ya disponibles y el tipo y la cantidad
de datos que será necesario elaborar. Deberán tenerse en cuenta las necesidades
inmediatas y a largo plazo puesto que, si tiene éxito, el sistema crecerá
inevitablemente.
A partir de estos estudios puede elaborarse una estrategia de aplicación para
determinar, con sujeción a los recursos disponibles, el equipo y la formación que
se necesitan. La estrategia de aplicación deberá traducirse en especificaciones
técnicas que se describirán en una oferta de licitación, que se enviará a los
abastecedores de sistemas. El documento de licitación contendrá detalles sobre la
forma en que ha de evaluarse cualquier sistema (conocida con el nombre de
prueba de referencia) y la forma de la prueba de aceptación que se exigirá al final
del proyecto. Sobre la base de las respuestas a la oferta de licitación y de los
resultados de los ensayos básicos, se escogerá al mejor abastecedor. Una vez
finalizados los acuerdos contractuales adecuados, será posible instalar el sistema
y efectuar las pruebas de aceptación para cerciorarse de que el sistema
suministrado funciona de acuerdo con las especificaciones. Con frecuencia se
organizará un proyecto experimental en una zona limitada para comprobar que las
tareas han sido especificadas de manera correcta.

Esta protección puede lograrse de la manera siguiente:

 limitando el carácter y la amplitud de los datos personales recogidos;


 cerciorándose de que los datos mantenidos son pertinentes y precisos;
 limitando la cantidad y el tipo de los datos que pueden revelarse;
 adoptando procedimientos para proteger el sistema contra todo uso no
autorizado de los datos; y
 permitiendo que toda persona pueda examinar, impugnar o corregir los
datos.

El carácter confidencial de los datos es difícil de proteger porque también es difícil


dar una definición jurídica de “información” y de lo que tiene carácter confidencial.

Principios que deben seguirse en la preparación y mantenimiento de un


registro de derechos

Los detalles concretos del proceso de registro de derechos varían tanto, según las
circunstancias locales, que sería inútil tratar de bosquejar un método en términos
generales. Sin embargo, existen ciertos principios de aplicación general que son
muy útiles para aplicar cualquier método que se adopte.

 El primero es reconocer que es necesario contar con mapas adecuados.


Ningún sistema de registro de derechos será verdaderamente eficaz sin el
apoyo de una serie adecuada de mapas catastrales. Incluso el sistema más
sencillo de inscripción voluntaria se verá considerablemente reforzado y
facilitado con los medios precisos y uniformes de descripción que sólo
dichos mapas pueden proporcionar.
 El segundo principio es reconocer que, en última instancia, todo sistema de
registro debe ser obligatorio. Sólo mediante la obligatoriedad se podrá
lograr la universalidad de que depende la plena eficacia de un registro. Si
en primera instancia se introduce un sistema de inscripción voluntaria, tal
sistema deberá considerarse como parte del proceso educativo necesario
destinado a preparar al público para la inscripción obligatoria.
 El tercer requisito es que un sistema de registro tendrá pleno éxito sólo si
cuenta con el apoyo de la opinión pública y, por lo tanto, será necesario
educar a esta opinión para que acepte el sistema. En gran parte la
educación puede consistir en disipar las dudas y temores, pero también
puede hacerse mucho mediante una propaganda inteligente del gobierno
encaminada a poner de manifiesto las ventajas que el registro depara a los
individuos y a la comunidad local.

En lo que se refiere a las tenencias comunales, una dificultad especial puede ser
el derecho que tengan los miembros de la comunidad que la han dejado a
recuperar sus derechos al regresar. La existencia de estos derechos es una razón
especial para efectuar una investigación local muy minuciosa entre los miembros
más influyentes de la comunidad. La mera aceptación de las demandas
presentadas por una persona puede dar lugar a errores importantes. Por
supuesto, esto también es cierto en otros casos.

El éxito o el fracaso de un sistema de registro dependen de la exactitud y rapidez


con que se inscriben las modificaciones.

Probablemente, la rápida comunicación de las modificaciones se logrará mejor si


se aplican los principios siguientes:

 En la medida de lo posible, las modificaciones deberán ponerse en


conocimiento del funcionario del registro automáticamente o durante los
trámites ordinarios.
 Cuando los informes dependen de la iniciativa de los individuos a quienes
afecta la modificación, convendrá facilitar en todo lo posible dichas
comunicaciones situando las oficinas del registro locales en el lugar más
conveniente para las personas que deberán recurrir a ellas, y organizando
visitas periódicas de los funcionarios del registro.
 Los asientos del registro deberán comprobarse periódicamente mediante
inspecciones sobre el terreno (por ejemplo, por los funcionarios del registro
durante sus giras por la zona, o por los topógrafos catastrales encargados
de comprobar y revisar los mapas, etc.).

Donde existe un sistema de tributación de propiedad de la tierra, el reconocimiento


catastral y el registro sirven generalmente de base para la evaluación del
impuesto, y en realidad la mayoría de los antiguos catastros se prepararon con
fines fiscales. Esta utilización de los registros no es indispensable, pero la
combinación de las dos series de registros tiene sin duda grandes ventajas desde
el punto de vista administrativo, puesto que da, tanto al gobierno como al
propietario, un estímulo para mantener los registros con precisión y actualizados, y
justifica inmediatamente los gastos que entraña el mantenimiento de los registros.
Lugar que ocupan los levantamientos catastrales y los registros en el
desarrollo rural

No todos los países prevén realizar reformas inmediatas de su estructura agraria,


pero prácticamente todos los países han estado esforzándose por mejorar el
rendimiento de su agricultura y de su economía rural en general, así como las
condiciones de vida de su población campesina.

En consecuencia, la mayoría de los países han considerado necesario hacer un


inventario de sus recursos naturales y estudiar en qué forma se aprovechan o se
desperdician. Muchos países también han estimado conveniente elaborar planes
para mejorar la agricultura y desarrollar la economía rural.

Los planes de desarrollo pueden ser de una variedad casi infinita, pero en cada
caso tanto el éxito de la operación como su acertado planteamiento dependerán,
en primer lugar, del conocimiento de los recursos humanos y materiales de que se
disponga o pueda disponer y, en segundo lugar, del conocimiento acerca de la
forma en que dichos recursos se emplean, se malgastan o se desaprovechan.

Los mapas a escala grande y el conocimiento exacto de la forma de tenencia de la


tierra constituyen la base necesaria para reunir y clasificar la información acerca
de los recursos disponibles. La otra base necesaria es un censo eficiente y la
clasificación de los recursos humanos del país; la utilidad del censo e incluso la
posibilidad de realizarlo dependen en gran medida de los mapas a escala grande y
de otras características de los levantamientos catastrales.

Los usos generales a que pueden destinarse los mapas a escala grande,
directamente o como mapas de base, son demasiado variados para enumerarlos y
bastará dar algunos ejemplos. Los casos más notorios son las obras de riego, de
contención de inundaciones o de protección, de construcción de ferrocarriles,
carreteras, canales y puertos, oleoductos y para muchas otras finalidades
urbanas, tales como la planificación urbana y el alcantarillado. Los mapas
catastrales pueden adaptarse a todos estos usos en su forma actual o
añadiéndoles el relieve topográfico u otros detalles necesarios para un fin
determinado.

Los mapas catastrales que indican los linderos de los campos son especialmente
apropiados para hacer levantamientos topográficos del uso de la tierra y para
clasificar a las tierras con arreglo a la capacidad o productividad del suelo. Los
mapas de Myanmar a una escala de 1:3.960 se utilizaron para establecer la
clasificación de las tierras campo por campo, clasificación en que se basa la
evaluación del impuesto sobre la tierra, y para la preparación de estadísticas de
las cosechas anuales, con cuyo propósito se registraron las cosechas recogidas
en cada campo.

Los mapas catastrales permiten determinar de modo preciso las variaciones


anuales o estacionales de las zonas abastecidas de agua mediante canales de
riego, facilitando así los cálculos de la cantidad efectiva de agua suministrada a
una finca o un campo. También hacen posible registrar con exactitud y claridad los
efectos que los cambios en el abastecimiento de agua tienen en los cultivos, y
permite realizar un control cuidadoso de la distribución del agua para asegurar el
mejor abastecimiento posible.

El empleo de los mapas catastrales para clasificar las tierras con arreglo a su
productividad es sólo un ejemplo de los muchos tipos de clasificación para los que
es necesario contar con mapas a escala grande. La clasificación puede ser del
uso efectivo de la tierra, o con propósitos tributarios, o puede tener como finalidad
la clasificación de suelos. Puede hacerse para ciertos usos recomendados de la
tierra, para tipos existentes de fincas o con propósitos de conservación de suelos.
Puede referirse a la capacidad de pastoreo, a la clasificación por tipos de tenencia
y de conformidad con el suministro de agua. Todas estas clasificaciones requieren
el uso de mapas catastrales, o resultan mucho más fáciles y precisas si se usan
estos mapas.

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