Las Heridas - Venenos y Antidotos
Las Heridas - Venenos y Antidotos
Las Heridas - Venenos y Antidotos
Asi construimos una identidad y nos “sobreidentificamos” con ella. En vez de que nos sirva, la
servimos. La estamos sosteniendo todo el tiempo. Actuamos desde el cuento que nos contamos y el
personaje que creemos ser.
La cultura occidental hace un culto de la personalidad: fisico, ropa, titulos, propiedades y vamos
perdiendo libertad autenticidad y frescura. La personalidad termina cristalizandose nuestro verdadero ser
se oculta. Solo MOSTRAMOS lo que de alguna manera creemos que nos sirve para er felices y no sufrir.
Cuando vivimos dolores en la infancia, se forma una personalidad acorazada para “protegernos”
del dolor y los conflictos vividos.
1) Cuando experimentamos muchos dolores no resueltos con los padres tenemos una personalidad
apegada al dolor, enraizada al dolor del pasado, llena de defensas, miedos y enojos.
Esta personalidad formada a partir del dolor rdebe ser reconocida,
que validemos las formas de protección desarrolladas,
que desahoguemos el dolor atrapado en el cuerpo y en el alma,
que la dirijamos a un camino de liberación de las defensas para expresar el verdadero yo atrapado en el
caparazón.
Esa personalidad herida es útil y nos protege, pero debe ser permeable para que cuando elijas, se
pueda expresar ese yo vulnerable, amoroso, libre, creativo, soñador que no se expresó en la infancia.
Las heridas de rechazo, abandono, humillación, traición e injusticia moldean personalidades con
características específicas. Esta personalidad traduce la vida desde el miedo, la falta de confianza, el
control, y recrea las mismas realidades de dolor porque está atrapado en él. Es como un intento de reparar
lo vivido que en realidad sólo repite una y otra vez los que intenta superar. las defensas aumentan sin
posibilidad de sanar.
2) La personalidad herida no esta activa todo el tiempo. Hay situaciones concretas que la activan.
EJERCICIO de auto observacion.
Cuando algo del entorno “nos envia una señal”( que solo nosotros percibimos como cuando contamos los
pases de pelota del equipo blanco) el sistema de defensa se prepara para reaccionar, sucede
automaticamente. Pero esa señal es solo una proyeccion, no una percepción de algo que realmente está
afuera. La herida ha tomado el control de nuestra realidad y crea una amenaza que se origino en un dolor
pasado con los padres. Vemos la realidad distorsionada por nuestro pasado resentido y
sobredimensionada por nuestra vulnerabilidad.
Toma conciencia de:
La función de esa personalidad herida es protegernos del dolor primario. Se construye como un
mecanismo de defensa, pero como es gobernada por la criatura interior y no hemos sanado esa herida,
termina reproduciendo el mismo dolor con sus propias defensas. Ejemplo de ello es una persona que para
no ser traicionada no confía en nadie. Aparentemente, desconfiar la “defiende” pero la predisposición a la
mentira hará que interprete equivocadamente muchas cosas como si lo fueran. Y la vieja herida se vuelva
a abrir…pero no la abrió “el otro”, sino uno mismo.
Cuando la personalidad es dirigida por la conciencia y no por el niño herido, podes discernir
mejor y darte cuenta de cuándo sobredimensionas una situación y cuándo estás en un verdadero peligro.
Conocer la personalidad herida y desarrollar otras partes conscientes y sanas, hará flexible tu manera de
vivir. Pero es un proceso que demanda mucha atención.
Aprender a sanar las heridas es aprender a expresar el verdadero yo. Esa mejor parte de ti, que cuando se
expresa te hace auténtico y libre, que a veces está tan oculta en la rígida personalidad herida que no
encontramos y necesitamos profundamente.
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VENENOS Y ANTIDOTOS:
El veneno es producto de la ignorancia. El veneno son las emociones que nos llevan a actuar una
y otra vez de la misma menera y que forman nuestro carácter. Venenos son todos esos hábitos que
refuerzan la posición de dolor y endurecen la armadura de la personalidad. Veneno es lo que debemos
dejar de fabricar. Porque unicamente viene de nosotros mismos
Dejar de consumir el veneno es difícil, dejar de elegir lo que hicimos tantos años es un proceso
de paciencia y amor muy lento y continuo pero es el unico camino para integrar las experiencias vividas y
extraer de ellas la medicina que en realidad nos traen. La medicina tambien es lo propio que requiere un
proceso de comprension y compasion. Todo tiene un sentido y depende de nosotros que lo vivido sirva
para crear felicidad o para crear sufrimiento. Somos libres de elegir.
El veneno son las emociones aflictivas a las cuales somos adictos y el antidoto es lo que nos
libera de esa adicción. El antidoto es la conciencia. El antidoto va a desactivar los efectos del veneno que
dejaron los pensamientos de ataque hacia nosotros mismos. El antidoto son nuevas acciones conscientes,
compasivas, guiadas por la esencia que esta siempre presente, imposible de peredr, que es puro amor y
pura paz.
Todas las victorias cotidianas son antídotos para el veneno. Hay que aprender a reconocernos y
festejarnos, aunque al día siguiente volvamos a inyectar el mismo veneno.
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El antidoto en la herida de abandono es sentirte el mejor padre y la mjor madre para uno mismo,
desarrollar la capacidad de respetarse, comprometerse con uno mismo y amarse.
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En esta herida, un proceso de sanación es completar las tareas de desarrollo. Ser reconocidos por lo
que somos más allá de lo que hacemos. Ser tocados y nutridos. Aceptarnos y sentir que estamos bien
como somos, que la vida también está bien.
Esto es una filosofía de vida, es un compromiso de todos los días. Así como el amor es una elección
diaria, así la transformación de tu personalidad tiene que ver con aplicarte el antídoto todos los días.
Cada vez que me permito generar ese rechazo en mi vida, la personalidad herida se refuerza. Es
como darme el veneno que me lastima. Cuando reforzamos la personalidad herida, recreamos la misma
realidad una y otra vez.
· Confiar en mi capacidad
· Nutrirme física y emocionalmente
· Aceptarme tal cual soy
· Manifestar mis ideas y validarlas
· Darme el derecho de existir
· Escucharme y respetarme
Cuando establecemos alianzas con el sistema familiar, salir de esos hábitos es un reto mucho más
fuerte. Es muy importante tener paciencia, salir de la posición de víctima y construir poco a poco la
relación con uno mismo y con los demás, basandose en el respeto y el valor.
Hay una resistencia muy fuerte a abandonar el clan familiar, trae culpa y miedo. Pero hacerlo
significa que todos los que vengan despues de uno naceran libres.
Al sanar las heridas somos participes de la evolución, del movimiento y del crecimiento común a
todos. Nuestros padres dieron lo que tenían para dar y dentro de ellos tambien habia una criatura herida
que se sentia humillada. En esta herida, algo muy importante es aprender a ganar el orgullo familiar;
mientras te avergüences de tu madre, tu padre o familia en general, no habrá posibilidad de sanar. Una
tarea de desarrollo del sistema es dejar de crear vergüenza y trabajar para recuperar la herencia positiva.
Y poner el foco en lo que vale. Siempre hay esfuerzos que no se contemplan ni se valoran en todos los
integrantes del sistema. Uno no puede curarlos a ellos pero sí curarse a sí y, con ello, abrir otras
posibilidades a quienes están y a los que vendrán.
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Hay que restituir una fe básica en la ley, el amor, en el orden de la vida. Saber que hay cosas que no
entiendes de la vida y de las personas, aceptar la imperfeccion.
·Controlar vidas
·Mentir y manipular
·Desconectarte de tus necesidades
·Que tu eje sea el trabajo y el dinero
·Ser Miss o Mr. No Necesito Nada
·Interpretar una mala intención y darla como un hecho
·Mentir, no cumplir, crear incertidumbre
·Estar de prisa y con mil cosas que resolver
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·Competir y compararte
·Autoexigencia rígida
·Autoperseguidor
·Rigidez
·Críticar a los demás
·No disfrutar lo que haces
·Vivir en el deber
·Permiso de equivocarte
Hacer actividades que disfrutes
·Tener espacios con niños o animales
·Hacer cosas sin planificar
·Bailar, cantar, cultivar un arte
·Permitirte las emociones y aprender de ellas
·Ser respetuoso con tus límites
·Hacer de la injusticia una forma de cambio sin pelea
·Equilibrar el deber y el querer
Vamos a imaginar que tu personalidad es como un edificio de cuatro pisos, cada uno con características
distintas, necesidades, tareas y potencialidades. Aunque son diferentes, juntos conforman el edificio de tu
personalidad, que te permite operar en esta vida y crecer como individuo. Vamos construyendo los pisos
de abajo hacia arriba; el cuarto es un piso más complejo y con procesos de adultos. El primer piso es la
base para el siguiente, en la medida en que tenga buenas bases y complete sus procesos; el siguiente será
mucho más sólido y conformará una personalidad en equilibrio.
Aunque edificamos los primeros pisos en la infancia, a lo largo de nuestra vida ponemos tabiques en cada
piso; por ejemplo, habrá momentos clave como la muerte de alguien importante, una crisis familiar, o
circunstancias complejas, crecer rápido y asumir responsabilidades que no corresponden a nuestra edad,
y, en consecuencia, a veces edificamos pisos que, se supone, deberíamos consolidar con más experiencia
y edad.
Cuando no levantamos bien los pisos base, uno y dos, y empezamos los pisos tres y cuatro, se presenta
una falta de solidez. Construimos un edificio sin cimientos, una fachada que no sostiene el edificio de la
personalidad.
En este edificio interior completamos tareas y aprendizajes. Las experiencias dolorosas se quedan en la
memoria de ese piso y con un mecanismo de defensa propio de la edad en que lo vivimos.
Así, cada piso tiene su propio cuerpo emocional y sistema de creencias al nivel que está desarrollando.
Las experiencias dolorosas se quedan en el cuerpo emocional del piso donde se vivieron y nunca se
olvidan. El cerebro está preparado para aprender más de lo adverso, como una medida de supervivencia.
Las experiencias traumáticas nos regresan al piso donde fueron vividas, a la manera del niño de cinco
años que las vivió.
cada vez que alguien, que representa una autoridad para mí, me habla fuerte, (a pesar de ya ser un adulto),
me iré al piso donde se quedó fijada esta experiencia y la reviviré como si hubiera sido ayer, con el miedo
del niño que fui.
Si te das cuenta de que revives un dolor del pasado, puedes desactivarlo y dejar de reforzarlo.
Desde la inconsciencia actúas desde el niño que fuiste y las personas de hoy son los viejos padres de tu
realidad interior.
Conozcamos los 4 pisos de tu personalidad:
Primer piso nivel: YO TIERRA SENSORIAL NIÑEZ
De 0 a 7 se desarrolla lo afectivo. El vínculo y el sentido de pertenencia son fundamentales. Es muy
importante que seamos cuidados, alimentados en todos los niveles, tocados físicamente, besados,
protegidos, con entornos predecibles y estables. Es un plano muy físico, instintivo, sensorial, con
procesos cognitivos importantes que se construyen con base en lo que siento del mundo que me rodea y
donde el afecto es lo que permite el aprendizaje. Sin afecto lo aprendido se olvida.
El pensamiento mágico, lo sensorial, la fantasía, la idealización de mis padres, la presencia de ambos
como proveedores de afecto y contención, todo, en general, construye un primer piso que me permitirá
desarrollar un yo soy sano y capaz de seguir creciendo.
Somos como una semilla bajo la tierra llenándose de los nutrientes necesarios y creando las bases y
raíces de lo que será una plataforma fundamental de la identidad.
Aquí desarrollamos el yo soy a través de la mirada de los que nos aman. Sé que soy valioso porque así
me tratan, soy merecedor porque así me lo hacen saber, todo el yo soy se edifica con base en el afecto y la
presencia de las personas que me educan y me ayudan a mirarme a través de sus ojos.
El niño que fuimos durante los primeros 7 años de vida desarrolló defensas y modos de adaptación. De no
ser así, no estaría vivo. todo lo que construimos en nosotros como aislamiento, disociación, dependencia,
victimismo, fueron nuestros mecanismos de defensa en años vulnerables y debemos transformarlos con
paciencia y amor. En este piso se forman las raíces de nuestro autoconcepto, de nuestras creencias y los
dolores más viejos surgidos en el vientre materno. Se expresan de maneras inconscientes e instintivas. En
este piso se forman las raíces de nuestro autoconcepto, de nuestras creencias y los dolores más viejos
surgidos en el vientre materno. Se expresan de maneras inconscientes e instintivas.
Un primer nivel solido da confíanza en la vida, es explorador, le gusta lo nuevo, sabe reír y le gusta
aprender cosas nuevas. El piso tierra sano es contar con un niño libre que disfruta ser quien es, se expresa
con libertad y sabe gozar la vida.
Las heridas de esta etapa se sanan con coraje. Hay miedo pero se anima a soltar las defensas para vivir lo
nuevo.
Desarrollar un piso joven sano depende mucho de la responsabilidad que nos den lospadres, de la
confianza en nuetsrar capacidades y del ejemplo que tenemos de ellos como adultos.
Padres felices o padres que sufren son fundamenales para que los hijos a su vez confien en ellos y en lo
que les enseñaron.
Que plomo!!!!!!!
El piso fuego es el más sutil de todos, en él se viven procesos integrativos, tomamos el control de la vida
y nos gobernamos desde el amor y el respeto por lo que somos. Es importante entender esto porque
muchas personas poseen un gran autocontrol, pues tienen al niño o al adolescente amagado. Esto no
funciona. En el piso fuego los demás se expresan y sabes cómo son y qué necesitan, tienes mucho
contacto con ellos. Este piso integra todos los niveles desde el yo niño, el yo adolescente, el yo joven,
todo integrado en el yo adulto, en una sola conciencia. Ya no hay guerra en mi interior y tampoco en las
cosas importantes, ya no soy arrastrado por mis dolores y pasiones, soy una persona más consciente de
mí, que se dirige como una unidad con todas sus partes.
SANACION
Primer paso: conocer la personalidad herida y desarrollar las tareas que no se completaron
En el trabajo con la personalidad libramos una batalla con todos esos falsos yo que nos dan seguridad y
con los que nos identificamos plenamente. Por eso si intenta no controlarlo todo o ser vulnerable, esto va
en contra de la armadura que siempre te ha protegido. La batalla es con lo conocido, lo cómodo, lo que
nos da seguridad, lo que sentimos nuestro aliado, con lo que nos hemos identificado pero nos lastima
porque nos aleja de nuestro verdadero yo.
El primer paso para el mantenimiento interior es conocer al enemigo, la máscara, la falsa personalidad, y
hacerte un experto en ella, saber cómo te convence y cuáles son sus miedos, para desarrollar argumentos
adultos y tirar los argumentos Kurus, inspirados por el niño y el miedo
Es importante mantenerte alerta. Si te agarra en la inercia, no verás que ya estás otra vez alimentando la
falsa personalidad. Sólo es posible ganar esa victoria de manera cotidiana si tu adulto está alerta y lo
observas; pero si estás en piloto automático, es imposible sostener una nueva posición
Segundo paso: desahogar el dolor que encierra la herida
Sanar una herida es imposible, si no expresamos el dolor que encierra. La vida y los dolores presentes nos
llevan al dolor del pasado y nos dan la oportunidad de sanarlo. El dolor no permitido, tragado, ahogado,
no nos permite acumular la energía necesaria para librar la batalla contra los viejos miedos, ya que para
mantener ese dolor aislado y negado se requiere una gran cantidad de energía. Si dejáramos de tenerle
miedo al dolor y sentirlo en conciencia y empatía con nosotros, nos permitiría ganar energía para
continuar el camino.
Cuando sólo entendemos nuestra herida no sanamos. PSICOANALISIS. Si conoces cómo se genera, cuál
herida es, cómo se sana, pero sin tocar el dolor, entonces serás un experto en tus heridas, pero no en vivir
en pAZ.
Lo que en verdad sana es expresar el dolor que encierra desde la conciencia del cuarto piso, que es una
forma de expresar el sufrimiento, integrándola en todos los NIVELES
ES COMUN NO SABER COMO LIBERARNOS DEL DOLOR.
El proceso de desahogar el dolor pasa por los 4 niveles. Infantil adolescente revelde, conceptualiza y al
final comprende y contextualiza
Para cada herida describí las tareas que no se completaron y los antídotos para cada una. Vuélvelos a leer
y elige tres para tenerlos presentes. Comprométete contigo y llévalos a la práctica.
Es importante que ocupemos el lugar de madre-padre de nosotros mismos
primero que debe cambiar la manera de tratarte eres tú. Qué triste haber sufrido con un padre perseguidor
y descalificador y hoy ser igual.
No hay manera de salir del círculo de dolor si eres tú quien lo reproduce. Aprende a tratarte diferente y
reconcíliate contigo. No mereces reproducir el rechazo de tus padres porque ellos lo tenían dentro,
producto de la relación con sus propios padres o de la ignorancia; pero ya no es tu historia y eso significa
adoptar una responsabilidad.
Hemos hablado de la personalidad herida que tiene atrapado al verdadero yo. Pero, ¿quién es el verdadero
yo? ¿Cómo saber cuando expresas el verdadero yo? Creo que pensar que no he sido el verdadero yo causa
duda y confusión.
El verdadero yo, expresarlo y liberarlo, no significa ser otra persona ni hacer algo por completo distinto.
En realidad, expresar el verdadero yo tiene que ver con hacer las cosas desde la paz, la alegría, el
verdadero querer; no es actuar desde la compulsiva necesidad de que me quieran o de querer controlar al
otro, ni para que todos vean mi valor cuando me quieran para tener control y vean que soy valioso.
Detectar cuando usar mis defensas termina siendo en contra de lo que quiero.
El problema es llevar la defensa para todos lados y si estoy con mi pareja y podemos construir un
momento de autenticidad, no pueda porque piense que le doy armas para lastimarme, o mejor no le digo
que lo amo porque después pensará que me tiene segura. ¿Te das cuenta de la diferencia?