ANTIDIABETICOS
ANTIDIABETICOS
ANTIDIABETICOS
• Sulfonilureas. Actúan en primera instancia estimulando la secreción de insulina. Esto significa que
para que sean eficaces debe existir un mínimo de función pancreática (no tienen efecto en
pacientes pancreotomizados). Existe evidencia de que las sulfonilureas tienen una segunda acción a
largo plazo aumentando la respuesta metabólica a la insulina circulante, posiblemente por inducir la
formación de nuevos receptores celulares de insulina, o bien por aumentar la sensibilidad de los ya
existentes.
• Carbamoilmetilbenzoatos. Actúan como las sulfonilureas estimulando la secreción de insulina,
aunque mediante un mecanismo molecular algo diferente. Su primer representante comercializado
es repaglinida.
• Biguanidas. El modo de acción no es bien conocido. Precisan de insulina para ser efectivas, pero
no estimulan la producción pancreática. Tal vez el mecanismo principal resida en el incremento de
la captación periférica de la glucosa al hacer aumentar el número de receptores tisulares de
insulina, pero otros mecanismos propuestos son: una reducción de la absorción oral de glúcidos; un
aumento de la captación muscular de glucosa y la reducción de la gluconeogénesis hepática.
SULFONILUREAS
SEGUNDA GENERACIÓN
PRIMERA GENERACIÓN
Clorpropamida Glibenclamida
Tolbutamida Gliclazida
Glimepirida
Glipizida
Gliquidona
Glisentida
Esta división puede dar lugar a confusión, porque es puramente cronológica y apenas existe la cualidad de
innovación terapéutica que el término generación parece implicar. Las sulfonilureas más modernas son más
potentes que las de la primera generación, pero ello se traduce simplemente en la administración de dosis
menores*. La acción hipoglucemiante es la misma. Los efectos secundarios también. La única propiedad
interesante es que la unión a proteínas plasmáticas de muchas sulfonilureas de segunda generación es de
tipo no iónico, y por tanto, son menos susceptibles a las interacciones medicamentosas que los
antidiabéticos más antiguos, los cuales pueden ser desplazados de la unión a proteínas plasmáticas por
fármacos como la warfarina o los salicilatos, dando lugar a cuadros hipoglucémicos.
Por consiguiente, es útil prescindir del criterio generacional y considerar a las sulfonilureas como un conjunto
homogéneo donde la característica diferencial más importante es la farmacocinética, especialmente la
duración de acción y la vía metabólica principal.
En la duración de acción hay que considerar dos factores: cuanto más larga sea, tantas menos dosis hay que
administrar al día y más cómoda es la administración. Pero por el contrario, si se produce un episodio
hipoglucémico, éste será más prolongado.
Por ello, pese a la comodidad de la dosis única diaria, es prudente a veces recurrir a sulfonilureas de acción
corta (por ejemplo: en pacientes ancianos con hábitos dietéticos irregulares).
En cuanto a la vía metabólica, la mayor parte de las sulfonilureas sufren biotransformación hepática, pero
algunas se eliminan intactas por vía renal. Esto debe tenerse en cuenta en pacientes con insuficiencia renal
porque podría producirse un efecto acumulativo.
No existiendo circunstancias especiales, algunos autores prefieren comenzar con glibenclamida por tener
una serie de condiciones bastante atractivas como son duración de acción adecuada, un margen de dosis
amplio y mínima posibilidad de interacción por desplazamiento de la unión a proteínas plasmáticas.
La clorpropamida es un medicamento tradicional que sigue siendo muy usado, pero debida a su larga
semivida hay que tener precaución en ancianos y pacientes con insuficiencia renal.
En cualquier caso, la selección depende de la experiencia del clínico más que de cualquier otro factor.
En la tabla siguiente figuran las características farmacocinéticas de las sulfonilureas más representativas.
* Las dosis típicas de las sulfonilureas de primera generación es de 100 a 250 mg, las de segunda de 2,5 a
20 mg.
Hay que esperar que hasta un 20% de los pacientes no van a responder al tratamiento inicial (fracaso
primario). De los que tienen respuesta satisfactoria, aproximadamente un 5% de pacientes cada año van a
fallar en el control de la glucemia (fracaso secundario).
Bastantes veces los fracasos secundarios pueden resolverse cambiando a otra sulfonilurea. En casos
extremos se añade una biguanida al régimen de las sulfonilureas o se ensaya la acarbosa, pero muchos de
los pacientes que precisan terapia combinada terminan necesitando insulina.
Teóricamente, los carbamoilmetilbenzoatos tienden a producir una menor desensibilización de las células
beta pancreáticas, que las sulfonilureas. Este efecto, cuya evidencia científica no es muy consistente, puede
atribuirse más a la corta duración de efectos de repaglinida (único representante del grupo, por el
momento), que a efectos metabólicos específicos.
Los medicamentos del grupo que quedan en el mercado son buformina y metformina. Fenformina fue
retirada por su especial relación con el efecto adverso más peligroso de estos fármacos: la acidosis láctica.
La incidencia de acidosis láctica es considerablemente menor con los otros medicamentos, especialmente con
metformina, que es el más experimentado y se considera por ello de elección.
El riesgo de acidosis láctica se minimiza respetando estrictamente los criterios de exclusión que figuran en el
Cuadro III.
• Enfermedad cardíaca o respiratoria que pueda reducir la perfusión periférica o causar hipoxia central.
Otros Antidiabéticos
La goma guar y los inhibidores de las alfaglucosidadas pretenden controlar la glucemia actuando sobre
el proceso de absorción de los carbohidratos de la dieta.
La goma guar es una fibra soluble de origen vegetal que mezclada con agua forma un mucílago muy
viscoso no absorbible. El mecanismo de acción no es bien conocido. Posiblemente el aumento de viscosidad
del contenido intestinal dificulte la acción de los enzimas pancreáticos, o bien retenga la glucosa en el lumen
intestinal. Se toma disperso en 1/4 de litro de agua, o se espolvorea en la comida. En ningún caso debe
ingerirse como polvo seco por el riesgo de obstrucción esofágica.
Acarbosa y miglitol son un inhibidores de las a-glucosidasas, un grupo de enzimas presentes en las
vellosidades intestinales, que catalizan la formación de glucosa a partir de la sacarosa y de los oligosacáridos
que se producen en la hidrólisis digestiva del almidón. Se toma en comprimidos junto con cada comida.
El efecto principal de ambos es aplanar la curva de glucemia, de tal forma que el pico posprandial es menos
pronunciado. El descenso de glucemia postprandial con la acarbosa es del mismo orden que con los
antidiabéticos orales. El efecto de la goma guar es más modesto y se discute incluso que exista. La influencia
de cualquiera de los dos medicamentos en la glucemia en ayunas es muy escasa.
Los efectos adversos derivan de que los carbohidratos no absorbidos son objeto de fermentación bacteriana
en el colon: meteorismo, distensión abdominal, diarrea, etc.
En términos de eficacia demostrada y de tolerancia, los inhibidores de las alfaglucosidasas parecen
claramente preferibles a la goma guar, pero en cualquier caso no está bien definido el papel de estos
fármacos en la terapia antidiabética. Estos fármacos son capaces de reducir la glucemia posprandial,
produciendo además un modesto efecto sobre la glucemia en ayunas. Todo ello conduce a una leve pero
significativa disminución de la hemoglobina glucosilada (Hb1Ac), uno de los principales marcadores
biológicos de la diabetes mellitus.
Por todo ello, los inhibidores de las alfaglucosidasas tienen interés terapéutico (solos o asociados a otros
antidiabéticos) en los casos recientemente diagnosticados de diabetes no insulino-dependiente (diabetes de
tipo 2 o "de madurez"), así como en aquellos otros casos de pacientes mal controlados con otros
tratamientos, o incluso como una alternativa a los otros antidiabéticos orales convencionales en pacientes
bien controlados pero con riesgos elevados de hipoglucemia (sulfonilureas) o de acidosis láctica
(biguanidas).
Los antidiabéticos orales sólo se usan en diabetes no dependiente de insulina ("de madurez" o tipo 2)
estable, no complicada con cetosis. Sulfonilureas y biguanidas tienen potencia hipoglucémica muy parecida.
Es difícil llegar a la normalización de la glucemia con cualquiera de ellas si se parte de cifras en ayunas
superiores a los 2 g/l.
El uso de las biguanidas ha estado mucho tiempo restringido por la aparición de acidosis láctica, un efecto
secundario con índice de mortalidad superior al 25%. En estos momentos está en recuperación, por la
sustitución de la fenformina (que ha desaparecido del mercado) por la metformina, que tiene una
incidencia de acidosis láctica entre 10 y 20 veces menor. Se valoran por otra parte las propiedades
beneficiosas de las biguanidas, como son no aumentar la insulinemia, inducir pérdida de peso y no producir
apenas cuadros de hipoglucemia. Se considera que si se respetan estrictamente los criterios de exclusión de
los tratamientos, el riesgo de un accidente grave por acidosis láctica con metformina es del mismo orden
que el de un cuadro hipoglucémico con sulfonilureas.
La mayoría de los autores aconsejan intentar corregir la hiperglucemia a base de dieta, ejercicio y pérdida de
peso, y recurrir a los antidiabéticos únicamente en los casos donde no sean suficientes las medidas
dietéticas. Comenzar con sulfonilureas es una práctica usual, aunque debe considerarse la metformina en
pacientes obesos.
En caso de fracaso secundario de la sulfonilurea, la asociación con metformina o con acarbosa puede tener
efectos aditivos y es posible así prolongar el control. En último caso se recurre a la insulina. Está siendo muy
ensayado el régimen llamado BIDS (insulina al acostarse y sulfonilurea durante el día). La administración
nocturna de una dosis de insulina de acción intermedia (incrementada gradualmente hasta obtener una
glucemia en ayunas de 1,5 g/l o menos) y de un régimen diurno de sulfonilurea es más cómodo que los
regímenes intensivos de insulina que se usan hoy en diabetes de tipo I, pero en última instancia hay que
transferir el paciente a uno de ellos.
La introducción de un nuevo grupo de antidiabéticos orales, los carbamoilmetilbenzoatos, no modifica
sustancialmente el panorama del tratamiento de la diabetes de tipo 2, aunque puede mejorar levemente el
control de la hiperglucemia posprandial, unos de los problemas típicos de estos pacientes, al estimular más
rápidamente la secreción de insulina que las sulfonilureas.
Antidiabéticos orales
Advertencia
• Estimula el páncreas para producir más insulina para que transporte más
glucosa desde la sangre a sus células (sulfonilureas, meglitinidas).
• Hace a las células más sensibles a la insulina disponible para que la célula
absorba más glucosa de la sangre (tiazolidinedionas o glitazonas).
• Propicia que el hígado produzca menos glucosa de lo que haría con niveles
inferiores de glucosa (biguanidas).
• Reduce el ritmo de la digestión de carbohidratos, permitiendo que el cuerpo
aproveche mejor la glucosa (inhibidores de la alfaglucosidasa).
A veces se deben tomar asociadas para evitar tener que pasar a inyectarse insulina.
Estas medicaciones permiten a las personas con diabetes de Tipo 2 usar mejor su
propia insulina durante el día.
Esto se aplica especialmente a las personas con una dieta especial y que hacen
ejercicio con regularidad.
Ninguno de los tipos de pastillas para la diabetes es mejor que otro para empezar. El
médico, según las características del diabético, elegirá el más adecuado para iniciar el
tratamiento.
¿Y la insulina?
Pese a que lo habitual en los pacientes con Diabetes tipo 2 es empezar con pastillas,
en determinadas circunstancias podría tener que empezar directamente por la insulina,
como en caso de:
• Hipoglucemia.
• Molestias estomacales y del intestino.
• Pérdida de apetito.
• Aumento o pérdida de peso.
• Urticaria y picores.
• Enrojecimiento facial provocado por el efecto combinadode medicación y
alcohol.
Fallo primario
Si se usan con propiedad, las píldoras para la diabetes pueden ser muy efectivas para
el control de su glucosa en sangre.
No obstante, en ciertas personas con diabetes de Tipo 2, no hacen ningún efecto.
Esto se denomina "fallo primario", y las causas no están muy claras.
Fallo secundario
En otros casos, las píldoras para la diabetes hacen efecto durante algún tiempo y
luego pierden su eficacia.
Esto se denomina "fallo secundario" y sucede gradualmente, en proporción del 5 al
10% al año, quizá porque el cuerpo produce menos insulina o porque se hace más
resistente a su producción natural de insulina.
Cuando una clase de píldoras pierde su eficacia, su médico puede cambiarlas por
otras.
Pero, por muy eficaces que sean las píldoras, ellas solas no pueden solucionar el
problema de la diabetes.
Tienen que actuar en conjunción con un buen programa que incluya una
alimentación adecuada y ejercicios.
Si toma medicación para la diabetes, trabaje con un equipo especializado que
determine cómo equilibrar su medicación, nutrición y ejercicios.
SULFONILUREAS
Son medicamentos que funcionan estimulando la producción de insulina por parte del
páncreas (lo que se conoce por "acción secretagoga"), por lo que son sólo útiles en la
diabetes tipo 2, en la que no se ha perdido completamente la capacidad del páncreas
para producir insulina.
Son fármacos de primera elección para pacientes con diabetes tipo 2 sin sobrepeso
que no se controlan con dieta y ejercicio.
Los alimentos dificultan su absorción, por lo que deben tomarse al menos 30 minutos
antes de las comidas.
Glucolon
Norglicem 5
EFECTOS SECUNDARIOS
PRECAUCIONES
No deben ser tomadas si se tiene alergia a Sulfamidas.
BIGUANIDAS
Son medicamentos que funcionan reduciendo la producción de glucosa por parte del
hígado, disminuyendo su absorción intestinal y aumentando su uso por los tejidos
extrapancreáticos.
EFECTOS SECUNDARIOS
Comunique los síntomas a su médico y para evitar problemas siga su dieta y programa
de ejercicios físicos, controle su glucemia regularmente, tome la medicación tal y como
su doctor le ha indicado, y visite regularmente a su médico.
PRECAUCIONES
Su uso está contraindicado en insuficiencia renal (creatinina > 1,5 mg/dl), hepática,
cardiaca o respiratoria graves.
EFECTOS SECUNDARIOS
Los más frecuentes y molestos son la flatulencia, meteorismo, dolor abdominal, diarrea
que aumentan de intensidad si no se hace bien la dieta, sobre todo si se consumen
dulces.
PRECAUCIONES
TIAZOLIDINODIONAS
Además, sólo las Tiazolidinodionas han demostrado preservar la función de las células
beta pancreáticas, las encargadas de producir insulina.
EFECTOS SECUNDARIOS
Pueden producir cefalea, aumento de peso, edemas en tobillos y piernas, anemia leve
o dolor de espalda.
PRECAUCIONES
MEGLITINIDAS
La principal diferencia es que las Meglitinidas tienen inicio de acción más rápido y una
duración de acción más corta.
EFECTOS SECUNDARIOS
Puede provocar hipoglucemias, aunque por su rapidez de acción suelen ser poco
duraderas. No por ello resta peligrosidad a la hipoglucemia.
PRECAUCIONES
ASOCIACIONES DE FÁRMACOS