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De Carbón A Diamante

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DESCUBRIENDO

POTENCIALIDADES

PSICOLOGIA/CIENCIAS DE LA SALUD
IMAGEN

5
Cómo lograr que el potencial se convierta
en talento

Si el carbón, una piedra poco apreciada, negra y común, puede llegar a


convertirse en un diamante, ¿que no seremos capaces de hacer las personas con
nuestro potencial?
• La presión y un calor extremo, unidos aun trabajo continuo, preciso y minucioso
de talla y pulido, acaba transformando un pedazo de roca sin valor, el carbón,
en una valiosa piedra preciosa: el diamante. Si cambiamos presión por esfuerzo,
calor por ayuda y guía, y mantenemos el esfuerzo, podemos explicar como el
potencial se pueden convertir en talento, y hacer que una persona brille
como un diamante, irradiando energía transformadora a su alrededor.
• Cuando las personas logran salir de la oscuridad, de la caverna en la que
viven, atenazadas por miedos, creencias negativas, hábitos incuestionados, y
prejuicios, pueden llegar a experimentar un cambio tan transformador con la
conversión del carbono en diamante. Ya Platón lo describía en su mito de la
caverna, como el paso de la oscuridad a la luz.
Se trata de un tránsito que se hace desde dentro hacia fuera,
desplegando todas las capacidades que tenemos y poniéndolas en
valor. Es un nuevo nacimiento, que se inicia con el
autoconocimiento, la recuperación de la consciencia en lo que
hacemos y los resultados que obtenemos, una búsqueda interior de
lo verdadero: cómo soy, qué quiero, cómo lo quiero.
En este nacimiento son clave las preguntas, cuestionarnos nuestras
creencias, las ideas preconcebidas, lo que siempre hemos hecho así.
Se trata de alumbrar las ideas al estilo Sócrates, utilizando la
mayéutica y la ironía, técnicas recuperadas hoy en día por las
prácticas del mentoring y el coaching. Las personas pueden
redescubrirse, reaprender, en definitiva volver a nacer, tienen así
la cualidad de las gemas, que se descubren dos veces.
A veces nos encontramos, como los
diamantes en la fase en la que son carbono,
hundidos en las profundidades, sin ver la luz,
en un estado de opacidad. De repente algo o
alguien, nos hace despertar, y a través de un
proceso en el que nos acompaña un/a coach
o mentor/a logramos convertirnos en
personas excelentes.
Hoy en día es vital que las organizaciones inviertan en procesos de
mentoring y coaching. Mediante estos procesos, una persona no solo
puede llegar a brillar como un diamante, sino convertirse en alguien
mucho más fuerte, mas integrado, mas consistente, en una sustancia que
es más dura que cualquiera de las que se conocen. Es la talla lo que hace
brillar al diamante, es el trabajo constante, buscando la excelencia, el
valor añadido, lo que hace a las personas ser brillantes.

Un/a mentor y un /a coach ayudan a tallar y pulir, es decir, a resaltar al


máximo las cualidades de cada persona, sus puntos fuertes, y en ese
proceso muchas veces hay que hacer renuncias, dejar atrás cosas. Es
inherente a todo proceso de cambio asumir pérdidas, pero son pérdidas
que no merman, sino que engrandecen.
Ningún proceso de talla es idéntico porque cada gema, al
igual que cada persona es distinta, y el objetivo de la talla,
igual que el del mentoring o el coaching, es llevar a cabo las
acciones que sean mejores para lograr el desarrollo del
potencial de cada persona individualmente considerada,
admitiendo sus distintas cualidades, condiciones,
características, situaciones, necesidades, objetivos y deseos.
Ambos procesos, se basan en el valor interior de las personas, que no
suele verse o apreciarse por todo el mundo (como el carbón antes de
ser diamante, pasa desapercibido). Quienes creen en esta forma de
trabajar con las personas, creen en el potencial, en que todas las
personas, en mayor o menor medida, esconden talento dentro, que
puede salir a la luz, a través de un proceso de talla y pulido. Esa es
precisamente la labor de un experto tallador, avivar el fuego de los
diamantes. Un/a coach y un/a mentor/a, avivan recursos internos,
los movilizan para que la persona pueda capturar mejor todo lo
que le rodea y así desplegar un mayor número de conductas
efectivas.
La talla tiene que ser profunda, pues si al trabajar con las
personas nos quedamos en la superficie el brillo no saldrá, o se
esconderá, retornando a la caverna. Se trabaja con capacidades
que están ahí pero no se ven, centrándose en resaltar las
fortalezas, optimizando los recursos internos de la persona. Las
posibilidades de las personas son infinitas solo hay que dejarlas
salir.
El mentoring y el coaching son aún más complejos que la talla de diamantes,
porque no interviene sobre objetos inanimados, sino sobre personas, que durante
el proceso ofrecen resistencias, tienen impulsos, son una parte activa del mismo,
lo que implica que antes de realizar cualquier paso debemos tener en cuenta
los movimientos anteriores del cliente, su estado actual y sus necesidades.

El verdadero talento con frecuencia muere dentro de nosotros asfixiado por


las normas, directrices, procedimientos y barreras que cada día creamos y nos
van creando a nuestro alrededor. Los/as mentores/as y coachs potencian el
desarrollo de las habilidades personales y profesionales de sus clientes, para que
alcancen objetivos de rendimiento en niveles cada vez más altos y avancen en la
consecución de su metas y su desarrollo. Lo hacen liberándolos de esas cadenas
que les van limitando, por eso se trata de prácticas empoderadoras, liberadoras y
emancipadoras.
En este nuevo milenio, tanto el Mentoring como el Coaching,
son piezas clave para hablar de organizaciones de aprendizaje,
donde los talladores de diamantes deben tener un papel
fundamental, transmitiendo a través de su labor de talla y
pulido una cultura de aprendizaje permanente, una mentalidad
de empowerment del rendimiento y una apuesta decidida por el
talento.
EL POTENCIAL NO DESARROLLADO ES UNA
FUENTE DE FRUSTRACIÓN Y DOLOR

Miles de sueños son enterrados cada día. En ocasiones son


sueños abandonados, sueños huérfanos, sueños que buscan a
alguien que se atreva; sueños en busca de soñadores valientes,
de héroes que no temen al fracaso. Pero miles de ellos acaban
en el insospechado lugar donde se encuentran las mayores
riquezas del mundo: el cementerio.
Son muchas las personas que llegan al final de sus días con un
gran vacío, con el dolor de saber que no se han atrevido y se
han traicionado a sí mismas y a sus sueños; con la gran pregunta
que les persiguió hasta el final: ¿qué habría pasado si me
hubiese atrevido?
Se han traicionado a sí mismas porque han vivido ocultando sus
aspiraciones y sus más profundos deseos, tapados por
falsas creencias limitantes y muchos miedos. Es como renunciar
a algo que realmente deseamos y no por aceptación, sino por
resignación, viviendo con una remota esperanza de que algún
día de forma mágica todo cambie; que nuestras vidas recobren
el sentido y recuperemos todas las emociones que queremos
realmente sentir en cada poro de nuestra piel y en lo más
profundo de nuestro corazón.
Ese potencial dormido es como si hubiese una parte de nosotros que
estuviese esperando a salir, a expresarse, a desarrollarse, a mostrar
y descubrir lo que podemos llegar a hacer. Pero, a veces, nos
pasamos la vida esperando y entreteniéndonos con algo en vez de
desarrollarnos y demostrarnos a nosotros mismos de lo que somos
capaces.
Esa energía encerrada a veces nos ahoga, porque en lo más profundo
de nosotros sabemos que tenemos una capacidad mayor, que
podemos hacer y ser más; que hay un héroe dentro de nosotros
esperando la oportunidad de salir. Y no sale por las dudas sobre
nuestras propias capacidades, por absurdos miedos que nos retienen,
por el miedo al fracaso, por el miedo a que dirán, por el miedo a no
ser lo bastante bueno…
CÓMO DESCUBRIR TU POTENCIAL
RESPONDIENDO A UNA PREGUNTA

Así que la pregunta es: ¿lo has dado todo? ¿Crees que ya has hecho todo lo
que has podido? ¿Crees que has llegado al máximo de tu potencial?
Espero que esa famosa pregunta no te persiga, que te atrevas, que lo des
todo, porque el miedo al fracaso provoca el fracaso. En cambio, cuando
estás dispuesto a darlo todo y a fracasar, entonces estás realmente
preparado para triunfar.
Es hora de que muestres tu potencial al mundo y lo más importante: que
te lo demuestres a ti mismo, porque no estás aquí para satisfacer las
expectativas de los demás, sino las tuyas propias.
Lo importante es que tengas la sensación de darlo todo, de estar en el
camino, de seguir progresando, de dejar de sentirte retenido por cierto
miedos o dudas; es el momento de que seas honesto y fiel a ti mismo para
que te pongas en marcha hacia tu destino.
Ese es precisamente uno de los objetivos de los talleres de
crecimiento personal: ayudar a comprender de dónde surgen
muchas de esas dudas y esos miedos. Liberarnos a través del
conocimiento y la comprensión de esos enemigos internos que
nos hacen sentir que estamos retenidos por algo, o porque
creemos que nos falta algo, cuando en realidad lo que nos falta
es confiar más en nosotros mismos y en nuestras capacidades.
Recuerda: el potencial no desarrollado provoca frustración.
Busca la manera de sacar lo que seguro ya llevas dentro de ti.

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