Sistemas de Moldajes en Altura
Sistemas de Moldajes en Altura
Sistemas de Moldajes en Altura
INSTITUTO TECNOLÓGICO
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INDICE
Pág.
I. INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 1
4.1.3. Tendencia........................................................................................................ 15
V. CONCLUSION ........................................................................................................... 51
BIBLIOGRAFIA ................................................................................................................ 52
ii
ÍNDICE DE FIGURAS
Pág.
Figura 1: Moldaje liviano estructurado en acero con placa de madera recubierta en resina
fenólica con terminación lisa. ............................................................................................... 17
Figura 2: Moldaje con placa de madera, vigas secundarias, vigas principales y puntales:
mesas voladoras. ................................................................................................................... 18
Figura 3: Elementos metálicos componentes de moldajes de hormigón, moldaje Ghetal. .. 19
Figura 4: Elementos de aluminio en losa ............................................................................. 20
Figura 5: Moldajes conformados por pequeñas piezas desmontables. ................................. 21
Figura 6: Moldajes conformados por piezas modulares. ...................................................... 22
Figura 7: Moldajes monolíticos de muros. ........................................................................... 23
Figura 8: Moldajes de una sola fase (túneles). Hormigón visto con acabado de tabla
machihembrada..................................................................................................................... 24
Figura 9: Chimenea de central eléctrica ............................................................................... 26
Figura 10: Moldajes deslizantes, Edificio de la CTC, Santiago, Chile. ............................... 26
Figura 11: Detalle del funcionamiento de los moldajes deslizantes. .................................... 27
iii
ÍNDICE DE TABLAS
Pág.
iv
I. INTRODUCCIÓN
Un sistema de moldajes debe ser instalado en forma correcta y segura, mantener la alineación,
nivelación y aplome antes y durante las faenas de hormigonado, mantener su posición
mientras el hormigón se encuentra en estado fresco y desmoldar sin golpear, tanto la
superficie del hormigón como el moldaje. La madera fue alguna vez el material predominante
como cara superficial del moldaje y a su vez, elemento resistente de ésta. El moldaje se
construía en obra, ya sea sobredimensionado, con el consiguiente mayor consumo de mano
de obra y materiales o subdimensionado, agravando el riesgo de accidentes en obra y
perjudicando la buena ejecución del proyecto. La reutilización del material era baja (tres o
1
cuatro veces) dependiendo de la simetría de los elementos hormigonados y del estado de los
materiales después del desmolde. Además, la calidad en las terminaciones superficiales
obtenidas necesitaban ser revestidas (estuco y yeso).
En Chile no existen normas y/o reglamentos sobre moldajes, ni tampoco sobre ningún
aspecto de éstos. Se procede de acuerdo a la costumbre y la experiencia personal de los
ingenieros y constructores a cargo de las obras y a los plazos mínimos para el desmolde y el
descimbre recomendados por la norma NCh 170.
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II. OBJETIVOS
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III. ANTECEDENTES GENERALES
El término hormigón procede de formicō, palabra latina que alude a la cualidad "moldeable"
o de dar "forma". El término concreto también es originario del latín: concretus, que significa
"crecer unidos" o "unir". Su uso en español se transmite por vía de la cultura anglosajona,
como anglicismo, siendo la voz inglesa concrete.
Ya desde mediados del siglo XIX se realizaron algunas obras con hormigón armado. Al
principio eran elementos parciales como terrazas, y macetas jardineras (Monier 1849) o hasta
barcos (Lambot 1848). El primer forjado de vigueta metálica y placa armada, lo construyó
Ward en 1875 y el mismo Monier patenta la primera viga en 1878. Hennebique edificó en
1900 el primer edificio construido completamente con hormigón armado: muros forjados y
escaleras. Auque es más conocido el edificio que construyó, en 1903, Auguste Perret en la
calle Franklin de París con estructura de hormigón armado o el garaje Ponthieu de 1905.
La apuesta de estos pioneros por todo un sistema constructivo y el empuje de los avances
técnicos y científicos, hizo que en muy poco tiempo se hicieran grandes progresos. Nombres
como Freyssinet, Maillart, Boussiron, Le Corbusier, Eduardo Torroja o Frank Lloyd Whrigt
irán alternándose en el candelero de los primeros en hacer una propuesta o en construir una
novedad técnica: la primera cúpula, el primer encofrado con apertura en la clave, la primera
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casa prefabricada, la primera lámina plegada o el primer rascacielos, sistemas nuevos de
encofrado, desencofrado, armado u hormigonado.
Las dos primeras décadas del siglo XX fueron un tiempo de búsqueda, de innovación, de
estudio y prueba. En los años veinte, treinta y cuarenta aparecieron construcciones
interesantes que junto con una solución ajustada al cálculo y al coste, tenían una innegable
elegancia. Sobre todo las construcciones laminares de los años 40 y 50 que redujeron a hojas
las bóvedas de las cubiertas.
En 1852, Coignet construye el primer encofrado para una terraza en Saint Denis a base de
hormigón en masa reforzado con perfiles metálicos.
Una aportación que es especialmente interesante en lo que se sucederá para el diseño de las
formas construidas es la continuidad entre elementos distintos del edificio. Desde que
Maillart creó el forjado fungiforme en 1908, que anulaba los ángulos aristados entre el fuste
de las columnas y el plano del forjado, se inicia un camino que tendrá gran implicación en el
diseño de las formas construidas.
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La propiedad más característica de las estructuras de hormigón armado es el monolitismo y
es también de donde pueden nacer sus más brillantes y específicas soluciones estáticas
Con los sistemas constructivos de piedra y cerámica, las estructuras debían seguir
necesariamente la trayectoria de las resultantes del peso para asegurar la estabilidad. En la
época del acero la tracción se pudo incorporar a la construcción en elementos lineales
superando las dimensiones de la madera. La técnica del hormigón permitiría la flexión en
elementos superficiales.
Quizá fuera la estrecha colaboración que se dio en la época entre arquitectos e ingenieros de
la construcción lo que favoreciera el uso de superficies cuya geometría permitiera
comprender los cálculos estructurales, como también es cierto que las dimensiones de las
obras (propias de edificios de equipamiento con grandes salas de reuniones, palacios de
congresos, pabellones de deportes, sedes de instituciones internacionales) obligaban a
racionalizar la construcción, haciendo a veces más importantes los procesos constructivos -
como los encofrados o la prefabricación en serie- que el propio resultado final. La geometría
posibilitó construir edificios- artefactos que serían extraordinarios o curiosos alardes de
equilibrio para el usuario.
Así, obras que no son más que una concha autoportante apoyada en tres o dos o incluso un
punto; o extensas superficies que cubrían grandes áreas sin apoyos intermedios con
ligerísimas losas; o insensatos voladizos que parecían llevar escrito “más difícil todavía”
fueron posibles por la audacia de los arquitectos pero también por la aportación de las
ingenierías, las empresas constructoras, los avances en el cálculo estructural y el empeño
económico de los clientes (en muchos casos entidades públicas).
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patentes de nuevos métodos o elementos colaborantes o auxiliares del sistema como
encofrados, desencofrantes, camiones hormigoneras, y las mejoras en la industria auxiliar en
general como talleres de prefabricación.
La arquitectura de los años cincuenta ni siquiera se asocia con ese material de manera
inmediata y exclusiva. En esa época aparecen edificios prismáticos, de estuco y cristal, de
estructuras metálicas que entroncan con su tiempo y lo caracterizan incluso. Sin embargo si
se piensa al revés, si se intenta situar la arquitectura del hormigón armado parece que ese
período es lo más parecido a su mejor momento.
El hormigón a la vista trata de rescatar ciertos valores de masa y de muralla, ciertos juegos
de luces toscas y de sombras profundas que habían quedado atrás en la prehistoria. Las
posibilidades plásticas de este material son infinitas, porque es posible producirlo en
componentes simples, como paneles paredes o paneles de cobertura, como pilastras o pilotes,
como parasoles: pero también es posible echarlo en moldes de cualquier forma y dimensión.
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que la crisis de la civilización burguesa debe ajustar cuentas con las poquísimas esperanzas
de un futuro mejor.
Estos dos últimos párrafos resumen, escuetamente y con gran precisión, lo que representó el
material en esa época. También de la cita se desprende que las circunstancias del momento
favorecieron un tiempo de “esplendor” para el material.
Junto a esa componente psicológica del estado de ánimo cultural de la gente se dieron las
condiciones para que se pudiera no sólo proyectar en el tablero, sino construir esa
arquitectura. Los encargos por parte de instituciones públicas, entes internacionales de nueva
creación, sedes de asociaciones y la retahíla de grandes empresas privadas, que las buenas
perspectivas mundiales favorecen, abundaron en ese tiempo de recuperación económica y
anímica.
Es en ese momento, al final de la primera mitad del siglo XX, que el uso del hormigón armado
se transforma en cierto modo. Si primero se usó el hormigón como refuerzo escondido de la
piedra, luego como sustituto o sucedáneo de la madera y el acero (con las estructuras de
barras que posibilitaron su uso generalizado), en ese tiempo se asumió por fin, en la
concepción formal de la arquitectura, que el hormigón podía ofrecer su propio proceso de
elaboración. Siempre se había construido en hormigón siguiendo la secuencia propia del
material: una mezcla de áridos y aglomerante vertida en un recipiente donde antes se han
colocado unos refuerzos metálicos de manera que resuelvan las posibles tensiones. Cuando
por fin se comprende que ese recipiente es molde, se incorpora una visión escultórica (en
cuanto al proceso) del posible resultado formal.
Por su parte el problema estructural se concentra en los nudos, en los enlaces. Aparecen
maneras distintas de afrontar el cálculo estructural que implican tomar los elementos
superficiales como estructurales. Ya no son sólo las barras y cables, que se pueden asimilar
matemáticamente a un elemento lineal, o los arcos que se pueden analizar en el mismo plano
en que se plantean los esfuerzos. Los elementos arquitectónicos superficiales deben
calcularse como caparazones que responden a las solicitaciones de manera conjunta y se debe
estudiar la trayectoria que las tensiones siguen por ellas para apurar el cálculo hasta donde se
pueda. Los apoyos y las articulaciones pasan a ser empotramientos, de modo que las
tensiones se reparten por todo el esqueleto contribuyendo a un monolitismo general para todo
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el edificio. La posibilidad de este empotramiento en los nudos permitió fusionar la viga al
pilar y pensarlos a la vez. Se iba configurando una “nueva” arquitectura para un “nuevo”
material, una arquitectura que permitiría formar conchas, cáscaras, esbeltas estructuras con
continuidad real entre pilares y vigas, concavidades y convexidades y una plástica de la línea
curva y las superficies continuas que ofrecía una nueva expresividad.
También desde la llamada “piedra artificial” se pudo haber llegado, en la lógica evolución
técnica, a lo mismo; puesto que la posibilidad de formar “sillares” artificiales, en taller, está
en el arranque de la prefabricación que acompañó a la arquitectura del hormigón armado. Sin
embargo el interés que tiene hablar de una arquitectura de hormigón situada en el centro del
siglo veinte, radica en la capacidad de la producción de obras que ofrecieron un referente
arquitectónico, y por tanto artístico, a su tiempo.
En este sentido hay que entender que el interés de la prefabricación no está en la posibilidad
de fabricar sillares con la forma deseada, sino de estructurar el propio proceso de ejecución
a través del diseño de formas descomponibles en fragmentos que se acoplan, como
procedimiento alternativo al vertido “in situ”.
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Posteriormente se investigó la conveniencia de introducir tensiones en el acero de manera
deliberada y previa al fraguado del hormigón de la pieza estructural, desarrollándose las
técnicas del hormigón pretensado y el hormigón postensado.
1939: Freyssinet produjo cuñas cónicas para los anclajes de los extremos y diseñó gatos de
doble acción, los cuales tensaban los alambres y después presionaban los conos machos
dentro de los conos hembra para anclarlos a las placas de anclaje. Este método consiste en
estirar los alambres entre dos pilares situados a varias decenas de metros, poniendo
obturadores entre las unidades, colocando el hormigón y cortando los alambres después de
que el hormigón adquiera una resistencia de diseño específica.
1945: La escasez de acero en Europa durante la Segunda Guerra Mundial le dio ímpetu al
desarrollo del hormigón presforzado, puesto que se necesitaba mucho menos acero para este
tipo de construcción con respecto a las convencionales en hormigón armado.
1949: Se empieza a trabajar en Estados Unidos con el pretensado lineal al llevarse a cabo la
construcción del afamado puente Filadelfia Walnut Lane Bridge. La Bureau of Public Roads
(Oficina de caminos públicos), ha investigado y mostrado que durante los años 1957-1960
se autorizaron para la construcción 2052 puentes de hormigón pretensado, totalizando una
longitud de 109.43 km, con un costo total de 290 millones de dólares.
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1952: Hay una reunión en Cambridge, en la cual se crea una sociedad internacional bajo el
nombre de Fédération Internationale de la Précontrainte (FIP). El objetivo principal de este
grupo de ingenieros visionarios era diseminar el mensaje e iluminar al mundo acerca del
concepto relativamente desconocido de la construcción con hormigón pretensado, lo cual se
llevaría a cabo alentando la integración de grupos nacionales en todos los países que tuviesen
particular interés en el asunto y facilitando un foro internacional para el intercambio de
información.
1958: Se construye el puente Tuxpan (carretera México - Tuxpan) con una longitud total de
425 m. Estructura principal de tres luces de 92 m de hormigón pretensado, construidos con
el procedimiento de doble voladizo (primer puente de este tipo en América Latina).
Existen numerosas especies de hormigones entre los cuales mencionan algunos, los más
utilizados.
Aireado o celular
Se obtiene incorporando a la mezcla aire u otros gases derivados de reacciones químicas,
resultando un hormigón de densidad (lo cual le permite por ejemplo flotar) El término
celular refiere a que en este tipo de hormigón se procura formar celdas o células
(burbujas) de gas independientes, aisladas entre si, que luego del fraguado dejan huecos
que al material le proporcionan las varias características especiales de este tipo de
hormigón.
Existen distintas técnicas de producción de hormigón celular. Las dos más conocidas son
las del hormigón celular 'autoclavado' (curado en autoclave) y las técnicas de mezclado
con agentes espumigenos o espumas especiales. En el primer caso las burbujas se generan
mediante reacciones químicas que producen gas (utilizando por ejemplo polvo de
aluminio incorporado a la mezcla). En el segundo caso las burbujas suelen ser de aire el
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cual se atrapa primero en una espuma que luego se va incorporando a la mezcla. El
hormigón celular 'autoclavado', además es 'curado' a alta temperatura y presión, lo cual
genera reacciones químicas adicionales que se traducen en mayor resistencia y menor
tiempo de 'curado'.
Los hormigones celulares típicos no contienen áridos granulados. Normalmente
contienen áridos muy finos (arena fina) y/o cenizas y en algunos casos incluso se
prescinde de los mismos (la mezcla básica es cemento y agua)
El hormigón celular se caracteriza por una resistencia a la compresión muy elevada.
La resistencia a compresión del hormigón celular varía en función de la densidad del
material, siendo mayor con una densidad elevada. Los ensayos realizados en laboratorio
evidencian resistencias mecánicas superioras a las normativas. Las densidades, con estas
técnicas, pueden ser: 550 kg/m3 con una resistencia de 5 Mpa, 500 kg/m3 (4Mpa), y hasta
400 kg/m3 (3Mpa). Cuanto menos densidad, más aislamiento térmico.
Entre las características más destacables e interesantes del hormigón celular se
encuentran las siguientes:
Bajo peso
Facilidad para trabajarlo una vez fraguado (por ejemplo ranurarlo para insertar
conductos hidráulicos o eléctricos.
Excelente aislamiento térmico.
Traslúcido
Existe un hormigón traslúcido, obtenido por mezcla con plástico o fibra de vidrio. Un
modelo a pequeña escala de una capilla con paredes de hormigón traslúcido ha sido
desarrollado por Will Wittig. Algunas de sus propiedades son:
Conducen electricidad, además de ser más resistentes y ligeros que los cementos
convencionales.
El hormigón (concreto) translúcido tiene un peso volumétrico máximo de 2.100
kg/m3 y el gris de 1.950 kg/m3, cifras menores a los 2.500 kg/m3, que es el peso
de los cementos comerciales.
Permitirá, en el futuro, la construcción de edificios con muros y techos por los
cuales puede penetrar la luz.
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Microhormigón
Es un hormigón de altas prestaciones en los cuales las partículas del árido no superan los
10 mm. Se utiliza para la fabricación de tejas de hormigón y otros materiales.
Adquieren 90 por ciento de su resistencia final en menos de siete días, lo cual permitiría
un ahorro significativo en la industria de la construcción, pues el tiempo para levantar
una edificación disminuiría casi el 60 por ciento.
Permeable
Es un hormigón que utiliza áridos de gran tamaño, lo cual permite que una vez colocado
queden huecos entre la pasta y las piedras. Por estos espacios puede escurrir el agua u
otros líquidos. Su desarrollo aún está en fase experimental, pero se proyecta su utilización
en estacionamientos y pavimentos.
Ciclópeo
El hormigón (concreto) ciclópeo está constituido por una mezcla de hormigón con una
resistencia última a la compresión de 175 kg/cm2 a los 28 días, a la cual se le agregará
hasta el 35% de piedra. Es utilizado principalmente para muros de contención, cimientos
'corridos' y sobrecimientos.
De alta densidad
Los hormigones convencionales tienen una densidad aproximada de entre 2200 y 2500
kg/m3. Se denomina hormigón de alta densidad, u hormigón pesado, a aquellos
hormigones con una densidad superior a la habitual. Estos hormigones, capaces de
alcanzar densidades de más de 6000 kg/m3, están fabricados con áridos de densidades
superiores a los habituales (normalmente barita, magnetita, hematita) El hormigón pesado
se ha utilizado generalmente para blindar estructuras y proteger frente a la radiación, en
centrales nucleares, salas de radiología de hospitales, aceleradores de partículas, etc.
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IV. DESARROLLO
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norma DIN 18202 que clasifica los moldajes según la deformación máxima. Otras normas
existentes dicen relación con puntales telescópicos de acero y moldajes verticales. Esta
situación normativa no nos debe extrañar, ya que la tendencia actual es por desempeño, lo
que consiste en establecer mediante códigos de comportamiento los requisitos de tolerancias
admisibles y después comprobar que se cumplen, y no encontrarse atado a unas
recomendaciones normalizadas que podrían limitar la introducción o innovación de
tecnología.
4.1.3. Tendencia
Una clara tendencia está orientada hacia sistemas de moldajes de mayor tamaño, que
pueden ser movidos en ensambles con grúas de gran capacidad, que permitirán mover menos
cantidades de piezas, optimizando el periodo de arriendo de grúas y reduciendo la mano de
obra, lo que confiere mayor eficiencia a un menor costo total.
Desde el punto de vista del mercado, la tendencia actual está orientada al arriendo,
debido al costo de los equipos y porque esta modalidad permite acceder a una garantía y al
servicio adicional que entregan las empresas, en el sentido de responsabilizar a la empresa
proveedora por el desarrollo de planos que permitan facilitar el uso correcto del moldaje,
visitas a la obra y capacitación de los trabajadores.
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4.1.4. Impacto
El impacto en la industria de la construcción tiene que ver con la característica de los
sistemas de moldajes industrializados que son capaces de dar variadas soluciones que en
general se pueden resumir en los siguientes aspectos:
Facilidad y rapidez de montaje, con pocas piezas para unir, alinear y eliminar el
calafateo.
Posibilidad de utilizar “form liners” o láminas con relieve que se fijan al panel y
que permiten obtener superficies texturazas.
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de obra que se emplea en su confección, a su bajo nivel de utilización, a los tiempos
requeridos para su utilización y descimbre, a la dificultad que implica su transporte, a los
malos acabados que se obtienen en las superficies del hormigón, entre otras. Esto está
produciendo que la industria tienda a utilizar la madera únicamente para elementos con
formas muy complicadas o singulares. Los moldajes de madera también son preferidos por
empresas constructoras muy pequeñas debido a la baja inversión inicial que implican, en
comparación con otros sistemas.
Sin embargo, es posible utilizar moldajes en los que se use parcial o totalmente la
madera, de manera de producir moldajes prefabricados. Estos podrán ser de prefabricación
estándar, o de prefabricación hecha a la medida. En nuestro medio, por ejemplo, es posible
encontrar moldajes livianos estructurados con fierro y con placas de madera recubiertas con
resina fenólica (Catálogo de la Cámara Chilena de la Construcción, 1996), los cuales han
tenido una gran acogida nacional e internacional, debido a sus buenos resultados (Ver figura
1)
Figura 1: Moldaje liviano estructurado en acero con placa de madera recubierta en resina
fenólica con terminación lisa.
Fuente: Alsina
También, cada vez son más comunes los moldajes para losas que consisten en una plataforma
de madera y en un sistema estructural de metal que sirve como soporte y como instrumento
para el transporte del moldaje. En estos casos, se puede trasladar el sistema completo
haciéndolo rodar (si la etapa siguiente se desarrollara en el mismo nivel), o mediante una
grúa (Catálogo de la Cámara Chilena de la Construcción, 1996), (ver Figura 2).
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Figura 2: Moldaje con placa de madera, vigas secundarias, vigas principales y puntales: mesas voladoras.
Fuente: Peri
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Figura 3: Elementos metálicos componentes de moldajes de hormigón, moldaje Ghetal.
Fuente: Empresa DOM
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Tabla 2: Cuadro de aspectos que deberán ser considerados al utilizar moldajes Metálicos
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4.1.6. Clasificación de los moldajes por su funcionalidad
4.1.6.1. Moldajes conformados por pequeñas piezas desmontables:
Este sistema de moldaje está compuesto por piezas pequeñas y livianas que, en
general, no requieren de una grúa para transportarlas. Con este fin, se pueden utilizar
materiales como la madera, el terciado, el plástico, el aluminio e incluso el acero (ver Figura
5). Este tipo de moldajes tiene la desventaja de que debe ser desarmado y armado tras su
desmolde e instalación, por lo cual, su rendimiento es menor en relación a los sistemas que
se mencionan en las secciones siguientes.
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Figura 6: Moldajes conformados por piezas modulares.
Fuente: Acegtel Cia
losas. Estos sistemas se basan en la utilización de elementos que permiten un trabajo muy
rápido, con poco personal y que permiten obtener terminaciones muy buenas. Algunos de
estos moldajes traen incorporado en su estructura los sistemas de protección, para que el
operario trabaje en la parte superior con el capacho de hormigón, rodeado de pasarelas de
seguridad. Adicionalmente, estos moldajes son versátiles, y se acomodan fácilmente a
elementos de diferentes dimensiones.
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Los moldajes de pilares pueden ajustar su altura a una gran variedad de tamaños. Los
moldajes de muros son modulares en largo y alto. Traen incorporado todos los sistemas de
protección y elementos auxiliares de trabajo para el personal tales como escalerillas,
andamios, etc. Para complementar los equipos ya descritos, se cuenta con mesas voladoras,
que son fáciles de desmoldar y que se complementan adecuadamente con los moldajes de
pilares y muros. Este tipo de equipo es también muy versátil, debido a su facilidad para ajustar
niveles y brindar contra-flechas. Finalmente, es importante mencionar que este tipo de
moldajes facilita el descimbre, al permitir deformaciones, que aunque pequeñas, producen
un espacio libre y se desmoldan sin mayor dificultad. Este factor, además de agilizar las
operaciones, aumenta considerablemente la vida útil del moldaje al prevenir el uso de
herramientas como el «diablo», que concentra la aplicación de carga solamente en el molde.
se cuenta con gatas niveladoras y diagonales telescópicas, que dan contra-flecha y aploman
al moldaje. Los moldajes trabajan en mitades, lo cual tiene dos efectos, el primero es
aumentar la maniobrabilidad (hay que recordar las grandes dimensiones del moldaje): el
segundo, es que se logra mantener la losa alzaprimada siempre, ya que primero se saca una
mitad, y se colocan las alzaprimas antes de retirar la otra mitad (Bascuñán, 1995).
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Figura 8: Moldajes de una sola fase (túneles). Hormigón visto con acabado de tabla machihembrada
Fuente: Empresa Peri Alemania
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Este tipo de moldaje es también de acero. Los moldajes de acero tienen una vida útil
muy superior a los otros sistemas, debido a todas las razones descritas en esta sección. Existen
casos donde se les ha dado más de 1.000 usos, aunque se ha observado que, pasando los 500
usos, aproximadamente, los moldajes comienzan a mostrar imperfecciones en mayor o menor
grado. Por otra parte, este tipo de moldajes se puede desmoldar de manera mucho más rápida
que cualquier otro tipo de ellos, en especial, de los tradicionales. En algunos casos se
calientan los moldajes, o se diseñan mezclas para obtener resistencias mayores de 28 días y
poder desmoldar 14 horas después de haber hormigonado. Este tipo de moldajes permite
lograr rendimientos de un piso (de aproximadamente 600 m2 de planta), cada cuatro días de
trabajo. Cabe mencionar, sin embargo, que los rendimientos están directamente relacionados
con la cantidad de m2 de moldaje con que cuenta la empresa, así como con el tipo de
hormigón que esté usando.
Cabe mencionar, que para acceder a estos sistemas no es necesario que la empresa
constructora incurra en una gran inversión, ya que existe la posibilidad de arrendarlos a un
precio igualmente competitivo.
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Figura 9: Chimenea de central eléctrica
Fuente: Dang Jin, Corea del Sur
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Los moldajes verticales son generalmente movilizados mediante el uso de gatos
hidráulicos que se montan sobre barras de acero lisas, y que quedan embebidas en el
hormigón Las ventajas de los moldajes deslizantes son su rapidez y su economía, además de
brindar estructuras monolíticas sin juntas frías.
27
4.2. Empleo e importancia de los moldajes dentro de la obra.
La naturaleza visco-plástica del hormigón requiere que éste sea moldeado lo más fielmente
posible a la forma geométrica del elemento en construcción, por lo que los moldajes surgen
como una necesidad imprescindible desde el comienzo del uso de hormigón.
Existen diferentes tipos de moldajes y tienen diferentes usos. Los moldajes más utilizados
son de madera o metálicos.
Para cada elemento de la construcción donde llevará hormigón se necesita de moldajes, por
ejemplo: losas, muros y pilares.
Los primeros moldajes que se usaron fue la madera de álamo inicialmente, y luego la de pino,
transformado a tablas, cuartones y tablones, ya sea como cara superficial o como elemento
resistente del moldaje. Éste se construía en obra, algunas veces sobredimensionado, para el
mayor consumo de mano de obra y materiales; otras veces subdimensionado, agravando el
riesgo de accidente en obra y perjudicando la buena ejecución del proyecto. La reutilización
era baja, llegando a tres o cuatro veces, dependiendo de la similitud geométrica de los
elementos hormigonados, del cuidado en el uso y, por consiguiente, del estado de los
materiales después del desmolde. En lo cual se podía notar que las terminaciones
superficiales obtenidas en el hormigón eran bajas. Todo esto da a traducir un mayor costo en
la mano de obra, materiales y revestimientos para mejorar la terminación, como también
mayores costos de trabajo, disminuyendo la productividad y la economía de la obra.
Hace más de 50 años que se está ofreciendo al mercado paneles prefabricados, la demanda
por ellos fue creciendo progresivamente a medida que el costo de la mano de obra fue
aumentando, y las constructoras se daban cuenta que era más rentable arrendar moldajes
industrializados, que seguir construyéndolos de madera a medida para cada ocasión.
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El avance en el mejoramiento, desarrollo y aplicación de materiales nuevos y existentes, con
mejores características de resistencia y durabilidad, tales como el acero, tableros de madera
(contrachapado fenólico y otros tipos de tablero), aluminio, plásticos, fibra de vidrio, permite
acceder a sistema de moldajes para todo tipo de construcciones. Junto con ello, se agrega la
innovación de accesorios especiales para la unión de moldajes y los sistemas de
sostenimiento, como bastidor de acero, vigas de madera, acero o aluminio y la versatilidad
de los sistemas de moldajes para adaptarse a cualquier geometría. Además se puede variar la
altura alcanzable, empleando puntales telescópicos, mesas y sistemas trepantes. La
utilización de estos tipos de moldajes fabricados con materiales que tiene un exhaustivo
control de calidad, sumando a una cantidad racional de usos y cuidados correcto, permiten
cumplir con especificaciones más exigentes, otorgan un mayor rendimiento y aseguran una
mejor terminación superficial, dentro de las tolerancias especificadas. El uso de estos
modernos sistemas de moldajes industrializados no significa mayores costos a la obra, ya
que la forma correcta de evaluarlos económicamente es compararlos con el costo total de la
obra y no por la partida específica. Además, la mayor durabilidad obtenida por los materiales
con los que están fabricados, unido a nuevas técnicas de construcción, permiten confirmar
que un posible mayor costo directo por el moldaje, arrendado o comprado, es compensado
finalmente por resultados con excelentes rendimientos en tiempo y calidad. Todas estas
ventajas han permitido el desarrollo y crecimiento sostenido de la industria de moldajes
industrializados. Por lo tanto, el desarrollo de la tecnología de los moldajes está relacionado
con la combinación óptima entre calidad, seguridad y economía:
Seguridad: Construir previniendo los riesgos de los procesos constructivos, para los
trabajadores y la propia estructura.
29
Una de las tendencias está orientada hacia sistemas de moldajes de mayor tamaño, que
puedan ser movidos en ensambles con grúas de gran potencia, lo que permite mover menos
cantidad de piezas, optimizando el período de arriendo de grúas y reduciendo la mano de
obra, lo que confiere mayor eficiencia a un menor costo.
Los materiales, en cambio, se ven con gran aumento el uso de acero galvanizado y de
aluminio, lo que asegura calidad y años de servicio sin que se oxiden, con bajos costos de
mantención.
Al determinar los factores que hacen importante a un sistema de moldajes, algunos adquieran
mayor o menor relevancia, según la obra en particular. Los factores principales son:
Mano de obra.
Seguridad.
Traslado del personal en obra, accesos de circulación (libres de escombros y peligro
de caída de material), plataformas de hormigonado, andamios.
Traslado de materiales, grúa, ganchos de izaje.
Instalación, supervisión e inspección.
Protección del personal, casco, guantes, arnés.
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Duración de la obra y actividades de moldajes.
Costo.
Cantidad de metros cuadrados de moldajes a necesitar, considerando ciclos de uso.
Cantidad y tipo de partes que incluye el moldaje.
Transporte del sistema (flete).
Soporte técnico, supervisor del sistema.
Mano de obra, cuadrilla de instaladores.
Peso de los sistemas y tipo de grúa para traslado
Condiciones de uso normal, cargos por deterioro.
Detalles técnicos.
Diagrama de instalación.
Simbología básica.
Especificaciones de obra.
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Adaptabilidad del moldaje.
Relación entre condición dad por obra y el sistema de moldaje para realizar los
elementos a hormigonar.
Condiciones de obra.
Las cimbras, encofrados y moldes, así como las uniones de sus distintos elementos, poseerán
una resistencia y rigidez suficiente para resistir, sin asientos ni deformaciones perjudiciales,
las acciones de cualquier naturaleza que puedan producirse sobre ellos como consecuencia
del proceso de hormigonado y, especialmente, bajo las presiones del hormigón fresco o los
efectos del método de compactación utilizado.
Los encofrados deben ser estancos para impedir pérdidas de lechada, dado el modo de
compactación previsto.
Para lograr la rotación diaria de los moldajes, se deben desmoldar elementos de hormigón
como losas y muros a edades tan tempranas como 14 horas desde hormigonados. Las 14
horas de edad corresponden al tiempo transcurrido desde que se colocan los últimos metros
cúbicos de hormigón-al término de una jornada- hasta que se inicie la jornada siguiente, en
que una de las primeras tareas es reubicar los moldajes en su nueva posición. Se debe tener
presente la planificación y realización de todas las faenas de la obra gruesa en función del
ritmo diario establecido.
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Se puede definir el proceso de moldaje como el siguiente:
Los encofrados de madera se humedecerán para evitar que absorban el agua contenida en el
hormigón. Por otra parte, se dispondrán las tablas de manera que se permita su libre
entumecimiento, sin peligro de que se originen esfuerzos o deformaciones anormales.
Las superficies interiores de los encofrados y moldes tendrán que estar limpias en el momento
de hormigonado. Para facilitar esta limpieza en los fondos de pilares y muros, deberán
disponerse aberturas provisionales en la parte inferior de los encofrados correspondientes.
Cuando sea necesario, y con el fin de evitar la formación de fisuras en los paramentos de las
piezas, se adoptarán las oportunas medidas para que los encofrados y moldes no impidan la
libre retracción del hormigón.
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transformado en un requerimiento importante al momento de planificar una obra de
construcción.
El sistema de moldajes manuales a elegir, debiera cumplir las condiciones de ser muy sencillo
y fácil de montar, pero, al mismo tiempo, debe garantizar una eficiencia y calidad en los
resultados de la obra gruesa que se obtenga. Además, el profesional debe evaluar los costos
alternativos que implica el uso de estos sistemas de moldajes, versus otros encofrados de
mayor envergadura y peso, que radican en costos agregados de materiales y mano de obra,
producto de una menor versatilidad y horas de maquinaria, como por ejemplo una grúa.
Un sistema de paneles manuales debe incluir a lo menos los siguientes componentes básicos:
Paneles
Separadores o Tensores
Puntales de aplome
Alineadores
Es altamente recomendable que cada uno de los componentes anteriores sea parte de un
sistema integrado de moldaje, de modo que se garantice una funcionalidad de acuerdo a lo
establecido por el fabricante o proveedor del moldaje. Por otro lado, deben existir las
herramientas adecuadas para el montaje del sistema, siendo el martillo del carpintero la
herramienta más utilizada en la mayoría de los casos.
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industrializado de moldaje que permite reducir hasta un 60% el costo de la mano de obra y
reducir, en forma importante, loscostos en materiales ya que las superficies que se pueden
obtener requieren muy poca o ninguna preparación para recibir el acabado definitivo, sea
papel, pintura u otro.
Estos importantes ahorros se logran en un mayor grado al utilizar moldajes 100% metálicos,
porque permiten utilizar el producto en repetidas ocasiones sin tener que hacer costosas
reparaciones o ajustes. A diferencia de un moldaje de madera, con un encofrado fabricado
íntegramente en acero se elimina la posibilidad de que el maestro corte o perfore el material,
obligándose a respetar los planos de montaje que normalmente proporciona el proveedor del
moldaje.
Paneles:
Es recomendable que las caras de contacto lleguen hasta el borde del panel, para así tener
una textura continua y uniforme entre un panel y otro. Lo anterior produce, además, juntas
herméticas entre paneles, resultando en un acabado de concreto suave y dimensionalmente
correcto. El tamaño y peso de cada panel debe estar diseñado de modo que un solo hombre
pueda transportarlos y ensamblarlos con facilidad.
Las grillas estructurales, el reverso de los paneles, deben estar soldados directamente a la
superficie de contacto, lo cual redunda en resistencia adicional. Esto crea una sección
compuesta con la costilla, lo cual significa una sección estructural capaz de soportar la
presión entre separadores. Esta característica elimina la necesidad de cualquier apoyo
adicional.
Los paneles deben incluir perforaciones en su estructura perimetral para una fácil y adecuada
utilización de conectores o grapas. Mientras mayor sea la cantidad de perforaciones
perimetrales que tenga el panel, mayor será su capacidad de montarse en cualquier posición
solicitada ya sea horizontal y verticalmente, reduciendo así la cantidad de ajustes de la
madera.
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Conectores:
La principal función de las grapas es unir un panel en forma adyacente a otro. Se recomienda
que este elemento de conexión esté compuesto por una pieza única, de fácil y rápida
instalación.
Tensores:
Existen diversos tipos de tensores. Entre ellos, barras roscadas que determinan el espesor del
muro mediante el ajuste de tuercas, o bien, el uso de una platina de acero con perforaciones
precisas para cada ancho de muro. Estas últimas son las más recomendables puesto que
aseguran dimensiones exactas del muro antes y después del hormigonado.
Pasadores:
Este componente del sistema es responsable de asegurar el tensor en su lugar, mantener los
paneles en su línea y traspasar las cargas provenientes del concreto, que se transmiten a través
del tensor, hacia la parte posterior del moldaje.
Puntales de aplome:
Una vez que el sistema está ensamblado, es necesario asegurar la verticalidad de todo el
conjunto para obtener plomos correctos. Esta operación es realizada mediante los puntales,
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que consisten en un tubo de acero con tornillos de graduación en sus extremos. Es
recomendable que además de estos tornillos tengan la posibilidad de un ajuste manométrico,
lo que los hace más versátiles para distintas aplicaciones.
Alineadores:
La función de este componente es alinear los paneles, asegurando que los muros queden
rectos. Es importante recalcar que el alineador no está diseñado para recibir las cargas
provenientes de la presión del hormigón, pues ésta es absorbida por los tensores y, entre ellos,
es el panel el que debe cumplir la función estructural de resistir las presiones de vaciado.
En edificación usualmente se retiran los moldajes del sistema losa-muro con una resistencia
a la compresión normal de aproximadamente 70 kg/cm², aún cuando la resistencia a
compresión que debe alcanzar el hormigón para el desmolde, depende de la estructura en sí.
Por tanto, el valor indicado anteriormente es sólo referencial y debe verificarse con el
ingeniero proyectista o calculista de la obra.
El hecho de liberar los moldajes no significa liberar las alzaprimas, éstas deben mantenerse
según indicación del ingeniero calculista.
Es posible obtener resistencias tempranas hasta de 150 kg/cm² a las 14 horas, utilizando
materiales y equipos de uso normal en obras de edificación. Solamente se requiere de una
dosificación adecuada del hormigón, cemento y materiales de calidad estándar y un manejo
prolijo del hormigón en terreno hasta su desmolde, continuando con los cuidados normales
en estructuras de hormigón. Los principales aspectos a tener en cuenta son:
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Dosificación del hormigón para obtener la resistencia para el desmolde
Normalmente en los hormigones de alta resistencia inicial, la dosis de cemento está
determinada por la resistencia inicial y no por la de 28 días.
La incidencia del recurso moldaje en el costo global de la Obra Civil varía entre un 30% y
un 55%, dependiendo esto del grado de dificultad que plantee la construcción. Es justamente
esta razón y, la posibilidad que otorga la nueva tecnología de transformar su ejecución en un
proceso mecánico y con altos grados de especialización.
Uno de los cambios más novedosos, en el criterio para la toma de decisiones sobre los gastos
de obra, es aquel que dice que “Para bajar el costo total de una construcción es necesario
pagar más por algunas partidas”, la idea apunta a eliminar o disminuir con esto, la ejecución
de algunas tareas en la secuencia constructiva.
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Si bien el costo inicial es más alto que el tradicional, al dividirlo por el número de usos, el
costo unitario resulta aproximadamente un 20% inferior, tomando cuatro usos para el
tradicional (rendimiento alto) y ocho usos para el de madera prensada (rendimiento normal),
aunque el número de usos de éste, es totalmente controlable, dependiendo de la solidez de
los bastidores y del cuidado que se ponga en su manejo y tratamiento, habiéndose llegado de
quince a cuarenta usos (industria vinera Vinex), número extraordinario.
El suministro de moldaje puede ser dividido en dos grandes partidas: Compra y/o Arriendo
de equipo. El nivel de compra o arriendo dependerá de stock disponible (de propiedad de la
empresa) para afrontar la ejecución de la obra y del nivel de inversión que la empresa desee
concretar para suplir o renovar la tecnología con la que cuenta.
Otro de los criterios aplicables para la compra de moldaje es analizar los usos futuros que
este pueda tener, ya que una gran cantidad de usos durante una obra u obras sucesivas, puede
lograr equiparar una alta inversión inicial con el costo total por arriendo que se obtendría en
el mismo período.
La forma en que decae la inversión inicial no es lineal, más bien decae en forma violenta en
los primeros usos, disminuyendo su velocidad hasta volverse asintótica al eje de los usos en
el tiempo.
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Como se ha mencionado anteriormente es conveniente usar moldajes reutilizables y no como
se hacían antiguamente de fabricar un moldaje para cada estructura, lo cual incide
importantemente en el presupuesto final de la obra.
El costo del moldaje también pude reducirse, si es posible dimensionar varios elementos de
una estructura, de modo que permita usar piezas de escuadrías estándar, sin partirlas.
Por ejemplo, una viga de 9 ½” de ancho, es más conveniente proyectarla de 10” de ancho,
para permitir el uso de una tabla de 1”x10”. Si para viga a la vista, se usa madera c4c y se
especifica 15” de ancho, en vez de 14”, permite usar dos tablas de 1”x8”, que cepilladas,
tiene cada una 7 ½”. Cualquier compensación necesaria en la resistencia de una viga por
cambio de las dimensiones, puede obtenerse modificando la cantidad de acero de refuerzo, o
posiblemente, modificando la altura de ella.
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Cuando se proyecta un edificio, podrían considerarse los siguientes métodos, para reducir el
costo del moldaje:
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El costo de los moldajes incluye tres ítems:
Materiales, mano de obra y el uso de herramientas (sierra eléctrica, etc.), y equipo para
transportar el moldaje o sus materiales. Cualquiera técnica que reduzca la combinación de
costos de estos ítems, producirá economía.
Con el costo del hormigón perfectamente determinado, será difícil en este ítem, alguna
economía. Es en el moldaje donde se puede obtener un menor costo efectivo.
Como el moldaje está frecuentemente sometido a fuerzas complicadas, hay que diseñarlo
aplicando métodos que se usan en ingeniería, para otras estructuras. Si se diseña moldaje con
exceso de madera (falta de escuadrías apropiadas), será innecesariamente caro, mientras que
si se proyecta un moldaje débil puede fallar, por lo que puede resultar igualmente caro.
Diseñar el moldaje para resistir los esfuerzos requeridos, con la menor cantidad de
material.
Cuando se planifique el moldaje, considerar la secuencia y métodos de descimbre.
Usar madera de la más baja calidad, compatible con los esfuerzos requeridos y la rigidez
necesaria. Cuando sea preciso, hay que mejorar la superficie de la parte que va a estar en
contacto con el hormigón.
Usar paneles prefabricados donde sea posible hacerlo.
Usar paneles prefabricados, lo más grande posible, que sean prácticos para el transporte
con obreros o equipos en la obra.
Prefabricar moldaje para elementos (no limitarse a paneles), usando equipo mecánico
para colocarlo, donde se pueda. Esto requiere planificación, dibujos y detalles; pero
ahorra dinero.
Considerar el uso de moldaje de paneles patentados (formas efco, peri, etc.), que resultan
más económicos que el moldaje hecho en obra.
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Considerar el uso de madera prensada, en vez de madera corriente, para entablados o
cubiertas de losas. Los tamaños grandes permiten una rápida colocación y descimbre, con
buen número de usos.
Desarrollar métodos estandarizados, para fabricar, colocar y descimbrar moldajes, en
grado máximo. Una vez que los carpinteros aprendan estos métodos, trabajan
rápidamente.
Cuando se usen varias veces, moldajes de paneles prefabricados u otros elementos, tales
como para fundaciones, pilares, muros y cubiertas de losas, conviene marcarlos o
numerarlos claramente, para permitir que puedan ser armados con facilidad.
Usar los clavos más pequeños y en el menor número posible, necesario para los esfuerzos
y rigidez requeridos. Por ejemplo, se requieren menos clavos para una plancha de madera
terciada que para entablar una cubierta de cielo o un moldaje de tablas.
Limpiar, aceitar y reclavar los paneles de moldaje, si es necesario, entre dos usos.
Es conveniente almacenarlos cuidadosamente para prever torceduras y deterioros.
Usar madera larga, para muros, puntales, riostras, cintas y para otros usos, sin cortar.
Donde puedan sobresalir un poco fuera de la obra, no tiene importancia. Por ejemplo, es
usual dejar que los pies derechos, excedan el entablado del moldaje de los muros.
Usar riostras en dos direcciones y puntales diagonales, para reducir la longitud de pandeo,
lo que aumentará la capacidad de carga de los pies derechos.
Descimbrar el moldaje, tan pronto como sea posible hacerlo, si se va a usar de nuevo,
para tratar de obtener el mayor número posible de usos.
Las especificaciones de algunos proyectos exigen superficies físicas lisas de hormigón.
Para tales proyectos se pude hacer una buena economía usando moldajes con planchas
delgadas de madera terciada, madera cepillada, moldaje metálico o de fibra de vidrio.
Aunque el costo del moldaje aumenta, la reducción del costo de acabado de las
superficies, se reducirá o eliminará.
Los pequeños rebordes que aparecen en las juntas de moldaje, pueden reducirse o
eliminarse, sellando las junturas con masilla u otro producto similar antes de hormigonar.
Una planificación cuidadosa en la programación de las operaciones de construcción de
un edificio, puede asegurar la máxima economía en el moldaje y también una gran
eficiencia en la mano de obra, ambas cosas reducirán el costo.
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4.4. Tiempo de los moldajes
Inicio de la curva
Inercia en el inicio de los trabajos.
Estructuración y afianzamiento de los equipos y cuadrillas.
Puesta en marcha de servicios anexos como bodega, casino, oficinas, etc.
Reclutamiento y proceso de selección del personal.
Cursos de inducción e instrucción para el personal.
Apertura paulatina de los frentes de trabajo.
Transición de la curva
Igualdad en calidad del personal
Constancia en la ejecución de los trabajos
Confianza y animosidad en los trabajadores.
Rendimientos se mantienen.
Final de la curva
Decaimiento natural, debido al término de frentes de trabajo.
Realización de elementos de menor magnitud, y que además poseen bajos
rendimientos, por ejemplos escalas de acceso, vigas de coronación, fundaciones
menores, etc.
Inicio del proceso de terminación, embellecimiento y arquitectura de los elementos.
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Desmotivación y agotamiento natural del personal.
De la misma forma, en el curso normal de una obra se confirma lo anteriormente
expuesto, observándose notoriamente tres etapas muy marcadas dentro de esta.
Etapa 1- Período de avance lento, con pendiente (velocidad) en ascenso hasta
lograr una constante.
Etapa 2- Velocidad de avance constante de duración mayor al resto de las etapas.
Etapa 3- Velocidad de avance decreciente, hasta cumplir con la totalidad de la
obra, similar a etapa 1, pero en descenso.
Sobrecimientos O10 A
Vigas 120 B
Losa 130 C
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Vigas 220 B
Losa 230 C
Sobrecimientos O10 A
Vigas 120 B
Losa 130 C
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Como resultado de este análisis el diseñador determina el número de ciclos dándole de
esta forma la continuidad a las cuadrillas de carpintería y hormigón.
El uso repetitivo de un moldaje tiene dos variaciones, uso idéntico y uso similar:
Uso repetitivo idéntico: Significa que tanto la configuración horizontal como la vertical
de la modulación no cambia.
Uso repetitivo similar: Es cuando solo una de las configuraciones modulares es idéntica.
El moldaje debe ser descimbrado tan pronto como sea posible, para darle el mayor número
de usos; pero, no antes que el hormigón haya adquirido suficiente resistencia para asegurar
su estabilidad estructural, pueda soportar su propio peso y cualquiera otra carga de la
construcción que se le imponga.
La resistencia necesaria y el momento en que se alcanza, varía mucho con las diferentes
condiciones en las obras, de la temperatura y los materiales. La base más segura para
descimbrar pronto el moldaje de sustentación, la suministran las probetas de ensayo curadas
a la temperatura de la obra. El empleo de cloruro de calcio, el tiempo caluroso, la temperatura
elevada del hormigón, el cemento de endurecimiento rápido, una relación de agua-cemento
baja y unas cargas pequeñas, aceleran el descimbre temprano. Se habrá alcanzado suficiente
resistencia, cuando las probetas de ensayo indiquen un coeficiente de seguridad de 2 para los
esfuerzos que deban de ser soportados.
Los encofrados deben quitarse lo antes posible para que pueda procederse al curado sin
retraso. Que los encofrados son mal medio para el curado, queda indicado por las superficies
secas de hormigón, que suelen encontrarse al retirar aquellos. Otra ventaja del desencofrado
temprano, es que todas las reparaciones necesarias o tratamiento de la superficie pueden
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hacerse mientras el hormigón está todavía reciente y las condiciones son más favorables para
una buena adherencia.
Los esfuerzos causados por carga prematura, no deben exceder de cierto porcentaje de la
resistencia del hormigón al tiempo de aplicarle la carga.
El retiro del moldaje expondrá en muchos casos la estructura del hormigón, no solamente a
la carga, sino también a los esfuerzos (dilataciones) térmicos, produciendo un riesgo de
agrietamiento debido a las diferencias de temperatura.
En tiempo frío no debe descimbrarse el moldaje mientras el hormigón esté todavía caliente;
pues, el rápido enfriamiento de la superficie, puede cuartearla o agrietarla. Por esta misma
razón, el agua empleada en rociar las superficies recién descimbradas, no debe estar mucho
más fría que el hormigón. Es aconsejable mantener el moldaje y puntales, colocados tanto
tiempo como el programa de trabajo económico lo permita.
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Inicio de devolución de moldajes
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Algunos de los aspectos que se deben considerar son:
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V. CONCLUSION
Es sabido que un moldaje de buena calidad y bien trabajado da una buena terminación, lo
que genera como consecuencia economía en partidas posteriores, por ejemplo, la función del
estucado, por lo tanto, el estudio de moldajes es una partida en la cual es difícil escatimar
gastos, obvio que con cierta mesura, pero siempre dando una buena terminación y logrando
la forma deseada del elemento que se desee construir.
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BIBLIOGRAFIA
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