La Lengua China
La Lengua China
La Lengua China
Como toda lengua, el chino tiene aspectos que son relativamente sencillos y otros de una gran
complejidad.
Una de las cuestiones más sencillas es la gramática. Veamos algunos ejemplos en relación a
sustantivos y adjetivos, ya que no existe ni el género ni el número. Esto es, si tenemos un perro
frente a nosotros, diremos “ese perro” y si tenemos muchos perros, diremos “esos perro”, es decir
no hay forma plural del sustantivo (“s” o “es”, como sería en español) al sustantivo, ya que el
artículo indica el número. Un gato dos gato
Tampoco existe el género, como en español sería “perro” “perra”, sino que en chino se dice “perro
macho” o “perro hembra”. No se dice “hombre” o “mujer”, sino que tenemos “humano macho” o
“humano hembra”.
Otro aspecto sencillo del idioma chino es que no existen las conjugaciones verbales (Yo como, tú
comes, él come, etc…). Los tiempos de una acción se indican por el adverbio de tiempo. Ejemplo:
“Yo comer hoy”, “Tú venir colegio mañana.”, “Nosotros viajar año pasado.”
A modo un poco jocoso, se podría pensar que un diálogo, literalmente traducido, sería así:
-Tú bien?
Uno de los aspectos que vuelve complejo al idioma chino es sin dudas es la cuestión de la
entonación. En chino hay 4 tonos:
Si uno se equivoca en el tono cambia todo el sentido de la palabra. Por ejemplo: tomemos la
palabra MA
MĀ: Mamá
MÁ: Atontado
MĂ: Caballo
MÀ: Retar
Otro ejemplo sería la palabra de la cifra 4 (SI, cuarto tono) y la palabra “muerte” (SI en tercer
tono). De allí la superstición china de que trae mala suerte pronunciar el número 4 en las
celebraciones.
La escritura china aparece aprox. 1500 años AC 1. La escritura china continúa respetando el
principio de la sumeria: a cada objeto le corresponde un signo. Actualmente existen unos 80000
caracteres (aunque los más utilizados son 4000). La ventaja de este tipo de escritura es que se
puede comprender, aunque no conozcamos la palabra. De hecho, en China se hablan muchas
lenguas diferentes, pero las palabras se escriben de la misma forma. Por ejemplo: la palabra
“árbol” se escribe 木, pero en Pekín se pronuncia “mu”, en Cantón se pronuncia “mo”.
Muchas palabras se construyen a partir de otras, es decir, se componen como un rebus. Por
ejemplo: la palabra “sol” se escribe 日. Ahora, si asociamos las dos palabras “árbol” y “sol” y
colocamos al sol bajo el árbol, tendremos la palabra “oscuridad”. Contrariamente, colocando el
signo sol por sobre el árbol tendremos la palabra “luz”. Para escribir la palabra “bosque” hay que
alinear los árboles 木木. Los caracteres están inspirados en las formas. El hecho de que muchas
palabras sean compuestas suele ser un recurso poético, pues deja libradas las palabras a la
interpretación del lector.
Entonces, vemos que hay una cierta lógica en la escritura china. El número uno se escribe con una
línea. El dos con dos, el tres con tres.
Pero además de la lógica, hay un orden a respetar en la escritura china: las palabras se escriben
siempre de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha y del interior al exterior. Si se cambia el
sentido de la escritura (por ejemplo, el 1 que es una línea debe escribirse de izquierda a derecha),
estará mal escrito. Esto puede resultar imperceptible con una birome o un lápiz, pero con un
pincel o una pluma se ven los trazos gruesos y finos según cómo se apoye. Es decir, el trazo del
pincel permite ver el movimiento. Si no se respeta ese modo, es una escritura errónea.
1
Las primeras escrituras fueron las sumerias (región mesopotámica, actual Siria e Irak) 3300 años AC y eran
de características cuneiformes. Luego, en el 3000 AC, aparecen los jeroglíficos egipcios.
En el 1000 AC aparece el primer alfabeto fenicio, donde utilizaban un signo por cada sonido. Entonces, por
ejemplo, para la letra A buscaron una palabra que empezara con A: Alef, que quiere decir buey de ahí, que la
A tuviera inicialmente la forma de una cabeza de buey.
De la caligrafía china a la escritura del nudo
En su texto “De la caligrafía china a la escritura del nudo.” Ferdinand Scherrer analiza ciertos
puntos de la obra de Lacan suponiendo una relación entre esas dos escrituras.
Hace referencia al seminario …O peor y algunas frases en chino que en la edición milleriana han
sido dejadas de lado. Cree constatar una escansión del chino en momentos cruciales de su
desarrollo hacia una lógica del agujero: en momentos de crisis donde se entremezclaban
cuestiones personales, institucionales y políticas.
Scherrer menciona que es un contexto particularmente doloroso y trágico que Lacan emprende su
estudio del chino (1941) y las sucesivas rupturas de agrupaciones que atravesó hasta llegar a 1971,
“de un discurso…” donde habla de una la nueva exclusión de Lacan.
En 1969, Lacan venía de ser echado de un grupo por razones poco claras por un grupo de
lingüistas universitarios, a quienes responde con el seminario de los Cuatro discursos y de modo
más directo en el “De un discurso”. En ese contexto la referencia al chino será un punto de apoyo
sólido, pues le “ha servido a generalizar la función del significante”. Es este mismo año donde
comenzará sus estudios con el sinólogo Francois Cheng, hasta el año 1973- coincidentemente?- el
año del nudo borromeo.
Sostiene que la referencia a Mencio es como un punto de apoyo extraterritorial para Lacan, en el
momento donde él mismo debe confrontarse a todo tipo de polémicas con el mundo universitario,
especialmente, con lingüistas que en nombre de la ciencia ridiculizan su concepción de la metáfora
y el signo; y también con Leclaire y Derrida sobre las relaciones de la palabra y la escritura.
Lacan vuelve sobre la teoría del signo y el síntoma, la cuestión del hombre y la mujer y la
proporción sexual, las relaciones del lenguaje con el goce. Se pelea con Freud y su teoría del
padre, particularmente retomando la crítica al mito de Edipo y de Totem y Tabu. Luego de haber
puesto el proyecto freudiano al derecho remplazando el lenguaje y la palabra, se trata de tomarlo
“a la inversa”. Pero lo hace con un gran sentimiento de soledad.
El autor vuelve a 1961, época de La Identificación y de crecientes tensiones con la IPA, sobre la
teoría del significante para refundarla promoviendo el trazo unario y prevenir así toda tentación
de considerar el significante como “una cosa, pues es una falla y de estructura”. Introduce el trazo
unario como soporte. El significante no es ni una cosa ni una substancia. Lo que hace a su unidad
es justamente el ser diferencia absoluta, la unidad en tanto que pura diferencia, su fecundidad
reside en que no puede ser idéntico a sí mismo.
Lacan toma el ejemplo del carácter chino yi (uno)(ver escritura arriba), del cual Cheng dice que “es
sin dudas el más importante entre todos los trazos de base y puede ser considerado como “el
trazo inicial” de la escritura china. Su trazado, según la interpretación tradicional, es un acto que
separa (y une al mismo tiempo) el cielo y la tierra. Además, el carácter Yi quiere decir a la vez
“uno” y “unidad original”. Combinando los trazos de base y apoyándose en las “ideas” se obtienen
otros ideogramas.
Resulta importante precisar que el carácter no es reductible a un simple trazo horizontal, presenta
una estructura específica: el trazado de yi porta la marca de “l’Unique trait de pinceau” 2, del S1,
del trazo unario de la singularidad del calígrafo, la marca de su intención 3 o de su deseo, del
surgimiento de su resonancia interior. “el hueso de la estructura”.
Scherrer plantea la hipótesis de que Lacan intentará en lo siguiente encontrar una escritura de ese
rasgo unario, de inventar de algún modo el equivalente del carácter chino. Una escritura o un
carácter que llevara también la marca de su origen, el corte y el agujero. Será primeramente el
toro, el agujero del toro. “Es ese el origen del rasgo unario: un agujero” dirá en referencia a las
figuras topológicas. Y hacia el final del Sinthome será la recta infinita.
Las figuras topológicas pueden ser consideradas como dibujos, figuraciones, incluso obras de arte
o como una escritura. Mencionemos la importancia del vacío dejado por la hiancia del hueco de la
mano que sostiene el pincel, “el puño vacío”. La posición de la mano del calígrafo forma en efecto
una cavidad ovoide que es el médium, “la enforma” de la energía, del halo, de la intención (yi), del
calígrafo. Todos estos elementos vienen a figurar un agujero que no es puro vacío o pura nada
abstracta. Es un agujero intensivo de donde brotan las pulsiones, el deseo, el pensamiento, lo real
del inconsciente. Hay que considerar que el vacío tiene su importancia en el pensamiento chino,
pues es también un elemento de la caligrafía misma, como los espacios vacíos entre caracteres y lo
blanco de la hoja. El vacío es a menudo más importante que lo pleno, lo no trazado más que lo
trazado. Ello es aún más patente en la pintura que tiene estrecha relación con la escritura.
Con el nudo borromeo Lacan encuentra este ideal de simplicidad que reivindica en su enseñanza y
que había reconocido en el rasgo unario. Lo que tal vez haya fascinado a Lacan en la caligrafía
china es que ella produce el rasgo unario.
La escritura china exhibe en su caligrafía aquello que queda velado en nuestra escritura, en
particular la barra del corte entre S y s, pues escribe con la barra. Solamente la asociación de ideas
permite esa experiencia.
2
Se podría traducir como “la única línea de pincel”, pero “trait” puede traducirse como línea, trazo, atributo,
rasgo.
3
Juego de palabras: en chino intención se pronuncia yì y que no debe confundirse con el yi de la clase de
Lacan