Tareas de Evangelios Sinópticos
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EVANGELIO SINÓPTICOS
FACILITADORA
DILSA G. DE ALVAREZ
TAREA #2
Nuestro Señor Jesús dirige su cosecha al unir a sus obreros y al dar instrucciones para ella.
Primero: la cosecha depende del horario de Dios. Mateo 10:5-6. Debemos ser sensibles
al horario y al momento oportuno del Espíritu Santo cuando labramos la cosecha. Algunas
veces Pablo fue a lugares en momentos inoportunos. Necesitamos que el Espíritu nos guie.
A veces nos adelantamos al plan de Dios, y luego intentamos sembrar la semilla de la
Palabra en tierra que no ha sido preparada. De nada sirve intentar abrir forzosamente el
corazón de una persona para que acepte a Cristo. Sólo Dios puede hacer que se abra el
corazón de una persona.
Segundo: la cosecha depende del poder de Dios. Mateo 10:8. Los dones espirituales son
otorgados a la iglesia y deben usarse hasta que Cristo regrese. El poder de Dios sigue
disponible para la iglesia hoy en día. Los dones espirituales no murieron con los apóstoles.
Wesley enseñaba que la iglesia había perdido algunos de sus dones espirituales y su poder
por su incredulidad. Pero la iglesia podía recuperarlos a través de la fe. A veces nos falta el
poder para obrar estas señales milagrosas. Debemos buscar a Dios hasta que Él nos llene de
poder. Los que piensan que Dios no sana hoy necesitan llegar a conocerle mejor.
1. La parábola nos recuerda que Dios es el único dueño. Había un hombre que
sabía que sus sueños sólo se podían realizar con mucho esfuerzo y sudor. El trabajo
duro es el precio que uno paga para obtener éxito. Así logró quitar todas las piedras,
construir unos muros fuertes para proteger la viña, construir una torre para vigilar a
sus enemigos para luego sembrar las vides y la cosecha sería muy buena. Pero el
necesitaría ayuda, así que fue a buscar labradores al pueblo, y encontró hombres con
grandes necesidades; y así los puso a cargo de la viña. Ellos acordaron quedarse con
una parte de los frutos como salario, y luego el dueño se fue de viaje.
La viña representa a la nación de Israel, Él puso líderes a cargo, pero esperaba
recibir parte del fruto. Dios es el dueño de todo lo que hay en la tierra y es la fuente
de cada bendición; pero nosotros como los labradores en la parábola, a veces nos
olvidamos de esto. Debemos recordar siempre que Dios es el único dueño.
Analizar las respuestas del Señor a las 3 preguntas que iniciaron los discípulos sobre
el futuro. Cap. 12
Jesús respondió a estas tres preguntas en Mateo 24:4-35, Marcos 13:5-31 y en Lucas 21:8-
33, no las respondió en el mismo orden y las profundizó.
1. Cerca de la cruz, Jesús nos enseña que algunos se merecen más lágrimas que
otros.
Jesús sufrió desde antes del calvario, en el Getsemaní la angustia casi lo mata que
sudó gotas de sangre, el abandono de sus discípulos, la críticas y burlas de sus
enemigos, Jesús estaba muy débil para poder cargar la cruz. Jesús veía dos cosas: el
paraíso y el infierno. Después de unas horas oscuras estaría en el paraíso y
terminaría su sufrimiento para siempre. Los judíos estaban rechazando a Cristo, por
esos Dios los castigaría. Y la muerte es sólo el principio de sufrimientos para los
que rechazan a Jesús.
Debemos tener compasión por los cristianos que sufren. Jesús no tenía compasión
por sí mismo, pero su pena le recordaba las penas futuras de los perdidos.
2. Desde la cruz, Jesús nos enseña que el pecado causa que Dios aparte la vista.
La paga del pecado es la muerte espiritual. El pecado causó que Dios apartara la
vista de nosotros. Como pecadores estábamos muertos en nuestros pecados.
El pecado hizo que Dios ocultara su rostro de Jesús. Dios tiene que ocultar su rostro
del pecado. En la cruz, Jesús se convirtió en pecado por nosotros. Su sufrimiento
físico fue enorme, pero era pequeño en comparación a su sufrimiento espiritual.
No podemos comprender el dolor espiritual que Jesús sintió sobre la cruz. Su alma
fue hecha una ofrenda por nuestros pecados. Su Padre apartó su vista totalmente de
Él. Nuestro pecado lo separó de su propio Padre. Era el plan de Dios que Jesús
muriera por nuestros pecados, pero no que nosotros muramos espiritualmente por
nuestros pecados. Amemos lo que es bueno y justo y odiemos lo que es malo.
3. Desde la cruz, Jesús nos enseña a perdonar aún a nuestros peores enemigos.
Hay dos lecciones que aprendemos aquí:
a. Jesús perdonó a sus peores enemigos. Él perdonó a quienes lo mataron, así
nosotros debemos perdonar a otros porque Él nos enseña a perdonar. Ninguna
persona debería decir que es un seguidor de Jesús si no quiere perdonar a sus
enemigos.
b. Nos ayuda a tener la misma actitud de Jesús. Los que mataron a Jesús creían
que Él era culpable, ellos nos sabían que Él era el Hijo de Dios. La ignorancia
no quita nuestro pecado, pero es más fácil perdonar la ignorancia.
Esa actitud que Jesús demostró es la que nos ayuda cuando otros nos ofenden.
Siempre nos consuela considerar que la gente ignora muchas cosas, así que
debemos tener la actitud de Jesús. Creamos que los que nos lastiman se han
equivocado, y que están actuando sin comprender bien la situación.
4. Desde la cruz, Jesús nos enseña que Dios ama a los pecadores.
En Lucas 23:39-43 Jesús nos enseña cinco cosas:
a. Algunos pecadores mueren en su pecado. Uno de los criminales que estaban a
lado de Jesús en la cruz insultó a Jesús. Este criminal representa a todos los que
rechazan a Jesús hasta el fin.
b. Algunos pecadores se suavizan en la presencia de Cristo. Como uno de los
criminales que confesó su pecado y se arrepintió. Este criminal representa a
todos los pecadores que se arrepienten y confían en Cristo.
c. Jesús perdona a cualquier pecador que viene a Él. Como aquel criminal que
se arrepintió siendo vil Jesús lo perdonó. Jesús solo quiere que la persona
ablande su corazón y se arrepienta y Él lo recibirá.
d. Es fácil recibir perdón. Es por su sangre y no por nuestras obras ni
sufrimientos, que recibimos perdón y nos recibe tal como somos.
e. Cuando muere un creyente, va de inmediato a estar con Jesús. No
tendremos un nuevo cuerpo hasta la resurrección. El espíritu del creyente sale de
su cuerpo en el momento de la muerte, y luego su espíritu va para estar con
Jesús.
5. Desde la cruz, Jesús nos enseña que podemos morir con confianza.
Jesús murió en paz, aunque fue desamparado lo hizo mirando al Padre.
Jesús murió con confianza porque vivió dentro de la voluntad de Dios.
Morir con confianza es saber en quien hemos creído.
Las recompensas que dará Dios están basadas en la fidelidad. Somos salvos por
gracia por medio de la fe en Jesús. La parábola de los obreros de la viña nos enseña
sobre las recompensas. No todas las recompensas serán iguales, y no tiene nada que
ver con la cantidad de tiempo u horas trabajando, sino que se basa en la fidelidad.
No importa cuán difícil o grande es la obra en el reino, lo que importa es si un
creyente fue fiel o no a la obra. El Señor nos da una obra distinta a cada uno, pero
Él demanda que seamos fieles.
4. Explicar 3 maneras en las que Bartimeo y su amigo sirvió de buen ejemplo
para nosotros.