Criollismo
Criollismo
Criollismo
Introducción
1 La identidad Criolla en el pensamiento de Don Carlos de
Sigüenza y Góngora
1.1 Don Carlos de Sigüenza y Góngora y el entorno barroco
novohispano
2 Ciencia y filosofía: La ilustración en el pensamiento criollo
2.1 ¿Es el criollo un pensador ilustrado o un escolástico?
2.2 Elementos argumentativos de la Libra Astronómica Filosófica
de Don Carlos de Sigüenza y Góngora
2.3 La ilustración novohispana y su influencia en los futuros
movimientos independentistas
2.4 El aristotelismo de Sigüenza
3 Mitología y religión: la mística como fundamento de la cultura
en la Nueva España
3.1 La mitología europea y americana en el pensamiento
criollo
3.2 Los mitos de Guadalupe y Quetzalcóatl
3.2.1 Guadalupe: El mito funcional
3.2.2 Quetzalcóatl: Icono del cristianismo en el México
prehispánico
4 Arte y estética del virreinato: Literatura y arquitectura, reflejo
de una nación.
4.1 El barroco: Trasfondo estético en la identidad criolla
1
4.2 Literatura y arquitectura: Símbolos de una identidad
4.2.1 Literatura: Emblema, poesía y biografía
4.2.2 El teatro: Arte y literatura en movimiento
Conclusiones
2
Introducción
La identidad de un grupo social, de una nación, se muestra en sus
actos, en los hábitos de los individuos que integran dicho grupo y
dichos hábitos se revelan en el lenguaje. En esta tesis procuraré
estudiar los hábitos de acción que emanan de un grupo de la Nueva
España, en concreto de los criollos ya que me parece que es justo en
éstos donde surge la identidad mexicana. Para ello me serviré de los
textos de un emblemático pensador criollo, Don Carlos de Sigüenza
y Góngora, pues me parece que en su corpus se puede identificar no
sólo su pensamiento sino el pensamiento en general que permea la
sociedad novohispana y en concreto el criollismo.
El objetivo es, a partir de los textos de este autor, hacer un análisis
de la identidad criolla, ya que en su producción se refleja su
identidad cultural que caracteriza al todo el conjunto de esta casta.
Las líneas argumentativas que regirán esta investigación son 3:
Ciencia, religión y arte. Estos son tres discursos representativos
tanto del autor como de la naciente identidad mexicana del
virreinato de la Nueva España durante el Siglo XVII.
El criollo, si nos encajonamos en la definición más radical, se refiere
a aquel individuo que era hijo de españoles, pero que para su dicha
(o su desgracia), había nacido en América. Esta definición, encierra
el carácter más efímero de lo que el criollismo representa. Sin
embargo, creo que la verdadera importancia del criollismo, radica
en su línea de pensamiento y en su carácter social y cultura. Por
tanto extenderé la definición de criollo a todos aquellos personajes
de la época que tengan las características que a través de la siguiente
tesis iremos encontrando.
El interés principal de hacer esta investigación, surgió a partir de
una lectura de Wittgentein donde habla de “semejanzas familiares”.
Wittgenstein propone que las “semejanzas familiares” son aquellas
que tienen en común todos los integrantes de un grupo y por lo cual
son llamadas de “X” manera. Con esta teoría, Wittgenstein evita
caer en la problemática de los universales y al mismo tiempo en la
problemática nominalista del significado. ¿Por qué me interesó eso?
Por el hecho de que con esta teoría podemos tratar la identidad
3
desde una perspectiva no esencialista, podemos hablar de las cosas
que tenemos en común por ejemplo los mexicanos, y hablar de que
hay algo que nos hace ser mexicanos sin tener que apelar a la
mexicanidad, que es un elemento del lenguaje que nos remite
inmediatamente a un tratamiento esencialista y por lo mismo,
estático e inmutable. Al mismo tiempo, el hecho de que dijera
“familiares” me hizo pensar que dichas semejanzas podrían ser
heredables y que por tanto se podría hablar de “semejanzas
familiares” a la manera de Wittgenstein, para argumentar respecto
de la identidad; y que el carácter lingüístico que tenía la filosofía de
Wittgenstein, me daba un parámetro para hablar de la identidad en
términos de relación con el lenguaje, o mejor dicho, que el estudio
de la identidad tenía que hacerse a partir de un estudio del lenguaje,
pues era a partir de éste que las personas de un mismo grupo se
transmitían dichas semejanzas.
¿Por qué elegí a este autor y no otro? Me parece que Don Carlos de
Sigüenza y Góngora es uno de los personajes más significativos en
la Nueva España del siglo XVII, pero además podemos rastrar en su
obra las tres lineas argumentativas en las cuales pretender
fundamentarse esta investigación, ya que el acervo de Sigüenza
contiene temas tanto de ciencia, como la Libra astronómica, temas de
religiosos, contenidos en un sin número de poemas dedicados a la
Virgen de Guadalupe o en textos como Paraíso Occidental, y
finalmente también tiene textos de carácter artístico como Teatro de
las virtudes políticas y Los infortunios de Alonso Ramírez.
El índice está organizado de tal manera que el argumento se vaya
desenvolviendo poco a poco. El primer capítulo consiste en hacer
una introducción a quién es nuestro autor y cuál es su contexto
histórico, social, político y cultura. De esa manera podremos
entender de una mejor manera el contexto de cada una de las obras,
el por qué las escribe y cuál es el trasfondo identitario que se
encuentra en cada una de ellas.
Si bien es cierto que todos los capítulos quedan de alguna manera
entretejidos, ya que debido al carácter del tema no se puede desligar
un tema del otro (me refiero a que por el carácter barroco de la
sociedad, no se puede hablar de la ciencia sin hacer referencia a la
4
religión o al arte y de igual manera no se puede hablar del arte sin
hacer referencia a la religión y al pensamiento científico), esto no
quiere decir que no exista un orden establecido. Los capítulos están
acomodados de cierta manera ya que me parece relevante en primer
lugar hacer referencia al pensamiento científico novohispano, pues a
partir de ahí podremos entender una de las principales
características del criollismo, el antagonismo frente a la ilustración
europea y una reinvención de la tradición escolástica. En segundo
lugar se tratará el tema de la religión, ya que en gran medida éste es
el tema central del criollismo, pues a partir de ésta se puede
entender no sólo la religión sino ver una perspectiva amplia de la
cosmovisión y sus repercusiones en la sociedad y en la política. Para
el último capítulo me pareció que era oportuno cerrar con el tema
del arte, que aunque ya se deja ver al principio, en este último
capítulo se reafirman algunas ideas que se van contextualizando y
nutriendo con lo que le va aportando la investigación.
5
6
La identidad Criolla en el pensamiento de Don Carlos de
Sigüenza y Góngora
«Dulce, canoro cisne mexicano
cuya voz si Estigio layo oyera,
segunda vez a Eurídice te diera,
y segunda el Delfín te fuera humano»
Sor Juana Inés de la Cruz
1.1 Don Carlos de Sigüenza y Góngora en el entorno barroco
novohispano
El siglo XVII es el siglo del barroco. Dentro de las muchas
características que perfilan la identidad de la sociedad novohispana,
es el barroco una de las influencias que cobra más importancia, pues
parece trascender el mero estilo artístico, para convertirse en el estilo
de vida colonial; volviéndose así parte fundamental de la cultura
mexicana. El término barroco viene del portugués barroco1, que
significa “perla chueca” y se usaba para calificar aquellas obras de
arte demasiado recargadas y desmesuradas. Dicho movimiento
artístico surge como respuesta estética a la reforma luterana, la cual
evitaba las imágenes y los referentes simbólicos en la arquitectura y
en la pintura2. Estas características del barroco empatan
perfectamente, como iremos viendo más adelante, con el
pensamiento y la cultura novohispana.
La creación literaria está recargada de metáfora, pero no sólo la
literatura, sino que todo el ambiente esta permeado por un juego
metafórico; la gastronomía, la religiosidad, las festividades. México
es un amplio y diverso panorama de yuxtaposiciones que se ven
reflejadas en las formas de expresión criollas, en los poemas de Sor
Juana y Sigüenza, en los recetarios, en los tratados de medicina y de
ciencias. Leer un texto del siglo XVII novohispano es abrir la
ventana a un mundo de colores, de juegos del lenguaje, de códigos
1
En español barrueco
2
A partir de esta disputa estética se acuña el término horror vacui, que significa
terror al vacio
7
metafóricos. El criollo, que es quien hace la cultura, busca destacar a
partir de sus dotes y virtudes para obtener los reconocimientos que
por defecto le son privados, revelando así sus inquietudes, sus sanas
ambiciones, sus ansias de enfrentamiento; y es justo en estas
características donde se comienza a forjar la identidad criolla, pues a
través de sus confrontaciones intelectuales, se van haciendo
autoconscientes de su condición de criollos, de sus virtudes y sus
defectos, pero sobre todo, van marcando una línea muy particular
de nacionalismo, delimitando y apartándose de las culturas de las
que proceden; con lo cual se comienza a estructurar la base del
pensamiento independentista del siglo XVIII.
Don Carlos de Sigüenza y Góngora fue un sabio mexicano y muchas
veces reconocido como el más grande y más importante de entre
estos; dicha genialidad sólo comparable en su momento con la
enigmática Sor Juana, le valió un amplio reconocimiento en la
sociedad novohispana que permanece hasta nuestros días. Nacido
en la ciudad de México en pleno siglo XVII (1645), sobrino del
famoso poeta cordobés Luis de Góngora, de quien le viene el gusto
por la literatura, Sigüenza es uno de los referentes más importantes
del pensamiento criollo, ya que en cada uno de sus poemas, ensayos
y discursos, se deja ver ya un bosquejo bien delineado de lo que más
adelante en el siglo XVIII se consolidará como la naciente identidad
criolla.
Quien era Don Carlos de Sigüenza y Góngora y por qué su
pensamiento es tan importante en el surgimiento de la identidad
criolla, es el primer aspecto que vamos a tratar. Sigüenza era un
hombre de letras y de ciencia, a muy temprana edad (17 años)
ingresa al colegio jesuita de Tepotzotlán donde se formaba la elite
intelectual en aquel tiempo y del cual será expulsado años después
por indisciplina. Estudió también en la Real y Pontificia Universidad
de México, de la cual más adelante fue catedrático de astronomía y
matemáticas. Como podemos ver, la importancia y el alcance
intelectual de este autor son impresionantes. Su figura es reconocida
además por la diversidad de temas que abarca, lo cual se demuestra
a través de sus muchos textos, que van desde el ensayo científico, la
poesía, la literatura, y los textos políticos, en los cuales hace
demostración de sus amplios conocimientos tanto de ciencias como
8
de historia universal. Sigüenza no sólo conoce, sino que domina
temas como los clásicos griegos y romanos, la filosofía medieval,
temas científicos de la ilustración, y agregado a este bagaje, que
muchísimos eruditos europeos envidiarían, le sumamos la enorme
cantidad de conocimientos que tiene de la historia de los antiguos
mexicanos.
Haciendo gala de su conocimiento, Sigüenza expresa en cada uno de
sus trabajos, el ferviente impulso que tiene por equipararse a sí
mismo y a su nación ante los acontecimientos políticos, cívicos y
religiosos que acontecen en Europa. Su estandarte será siempre,
homologar su herencia europea con su herencia americana.
Sigüenza eleva a cada momento la antigua cultura prehispánica3, la
pone a la altura de las viejas glorias del mundo clásico, comparando
figuras como Seneca y Cicerón, con Netzahualcóyotl y
Huitzilopochtli. Es tanta la exaltación que hace del pasado
mexicano, que en textos como Teatro de las virtudes políticas que
constituyen a un príncipe, el cual escribe como parte del arco triunfal
que se hace para dar la bienvenida al Virrey Conde de Paredes,
Marqués de la Laguna, invita a este último a seguir las virtudes
advertidas en los Héroes y Monarcas del antiguo imperio mexicano.
Y no sólo se limita a la exaltación de la antigüedad prehispánica,
sino que, en la mayoría de los casos, hace una mezcla entre la
mitología europea y la americana, legitimando de esta manera los
relatos indígenas; pero al mismo tiempo, apropiándose y
construyéndose una identidad propia, fruto de la conjunción de
ambas culturas.
Sigüenza no es el único autor novohispano que se encuentra en los
parámetros que hemos mencionado, Muchos al igual que él siguen
la misma línea de pensamiento. Sor Juana, amiga de Sigüenza, es tal
vez, junto con él, la representante más importante del criollismo en
el siglo XVII; en sus poemas como el Primero Sueño o en su ensayo
3
Es un caso tan extraño que alabe tanto a los antiguos mexicanos y los tenga en
tan alta estima, sin embargo a los indígenas que le son contemporáneos les tiene
cierto desprecio, los critica y los describe terriblemente, la prueba de ello está en
el contraste que existe entre el Teatro de las virtudes políticas y el Alboroto y motín
de indios de México, donde en el primero los alaba y en el segundo los desprecia.
9
conocido como Neptuno alegórico, la décima musa presenta las
mismas características que tiene Sigüenza en sus textos. La ironía, la
mezcla cultural, la identificación de los mitos, el trabajo hermético,
el enfrentamiento ante la ilustración europea; todas estas son
características de éstos y muchos otros autores criollos de la época.
“Estamos en la segunda mitad del siglo XVII en que
los escritores, ya en plena madurez criolla, parecen
imantados por la interna e incompatible necesidad de
ponderar, en extremos de lo inverosímil, todo lo que
pertenece a la naturaleza y a la cultura que, dotada de
un pasado clásico propio, ya llaman patria.”4
Como bien lo apunta O´Gorman, El criollismo comienza a
manifestarse fuertemente en el siglo XVII. Los autores de esta época
tienen la preocupación, o mejor dicho, la necesidad de expresarse y
expresar su entorno, su pensamiento, sus ideas y sus inquietudes; de
deliberar acerca de los temas de actualidad, de hacer oír su voz. La
joven identidad criolla, educada en su mayoría por la orden jesuita,
comienza a cavilar y a introducirse en las discusiones religiosas,
políticas y científicas; exigiendo ser reconocidos y no
desmerecidamente, pues muchas de las disertaciones que
formularon en su momento, estaban a la altura de las discusiones en
las grandes universidades europeas.
Como todos sabemos, el criollo no es la casta fuerte de América, no
tienen derecho ni posibilidad alguna de llegar a ocupar un cargo
importante dentro de la política en la Nueva España como bien
demostrado queda en el siguiente pasaje de Gómez de Cervantes.
“Los que ayer estaban en tiendas y tabernas y en otros
ejercicios viles, estén hoy puestos y constituidos en los
mejores y más calificados oficios de la tierra, y los
caballeros y descendientes de aquellos que las
4
O´Gorman, Edmundo. Meditaciones sobre el criollismo México: Condumex, 1970.
10
conquistaron y ganaron, pobres, abatidos,
desfavorecidos y arrinconados.”5
El hecho de ser subestimados en una nación que sentían propia,
hace que en muchos de sus textos tengan a bien exaltarse entre ellos
mismos como una forma de autodefensa ante la situación política en
México, claro ejemplo es el texto de Paraíso Occidental, en el cual
nuestro autor engalana las virtudes de un par de monjas que
residieron en el Convento Real de Jesús María de México y a razón
del cual Margo Glantz comenta:
“Fueron capaces de vislumbrar algunos de los visos
de la, para ellos, verdadera religión, cosa que por
extensión enaltecía a los criollos nacidos en América;
y, segundo, para defender a esos mismos criollos que,
como él mismo, habían tenido la poca fortuna de que
su nombre hubiera ido perdiendo crédito por
mexicano doméstico“6
En este florecimiento de la identidad criolla, otro aspecto que resalta
es el claro ataque hacia la reforma luterana y la iglesia anglicana,
hacia la naciente ilustración francesa, el circulo de les libertines7 y los
excesos de Luis XIV.
“Así porque en él fue cortada la cabeza a la impía Ana
Bolena mujer de Henrico VIII, Rey de Inglaterra,
habiéndola antes convencido de incestuosa con su
propio hermano; como también porque en él comenzó
Calvino a enseñar a los de Ginebra su falsa secta, y se
5
Gonzalo Gómez de Cervantes, La vida económica y social de Nueva España al
finalizar el siglo XVI, ed. Alberto María Carreño. México, 1944, pp. 77-‐‑82, 132.
(324)
Sigüenza y Góngora, Carlos. Paraíso occidental México: UNAM, 1995. Pág. O-‐‑53
8
Sigüenza y Góngora, Carlos. Primavera Indiana, Poema sacrohistórico, idea de
10
Gaos, José Prologo a. Sigüenza y Góngora, Carlos. Libra astronómica y filosófica
11
pág. 163
17
con el “gachupín” en su necesaria convivencia en
tierras americanas. Para establecer la diferencia entre
su entorno y el de la sociedad peninsular, el criollo
subraya unos signos de identidad cultural y de
naturaleza; exalta los frutos de la tierra, la belleza del
paisaje, la opulencia de las ciudades y la riqueza
excepcional de los metales preciosos; la vastedad de
su territorio y la variedad generosa e inimaginable de
su clima.”16
El criollo tiene este doble conflicto de apartarse de sus antecedentes
inmediatos, pero al mismo tiempo tomándolos y haciendo una
conjunción entre estas dos culturas para hacerse de una identidad
propia. En el camino enaltecerá los valores y virtudes que adoptan
de dichas culturas, pero al mismo tiempo criticarán fuertemente sus
defectos, proponiéndose a sí mismos como los auténticos mexicanos,
en un discurso de patriotismo.
El conflicto entre el hispano y el novohispano es bastante claro. A
nadie le queda duda de los esfuerzos criollos por ensalzarse y
elogiarse a sí mismo en una búsqueda de mostrarse como superior
al “gachupín”. A propósito de esto David Brading hablará de cómo
Diego Cisneros y Enrico Martínez proponen lo siguiente:
“Enrico Martínez y Diego Cisneros convinieron en que
los criollos diferían de los españoles en que la
disposición colérica de sus antepasados peninsulares
se volvía más tratable gracias al benigno clima en el
que se criaban. “Que la región hace a los hombres
templados, de agudos ingenios, y aparejados y
perfectos para las ciencias.””17
pág. 144
Brading, David. Orbe Indiano, México: Fondo de cultura económica, 1991. pp.
17
392
18
Sin embargo, nuestros autores novohispanos no son tontos, y saben
que no les conviene declarar abiertamente una guerra cultural
contra sus similares hispanos, sino que más bien los tienen por
amigos y les procuran alabanzas, las cuales lo españoles devolverán
generalmente con favores, como en el caso de Sor Juana, o con
reconocimientos en el caso de Sigüenza. El distanciamiento y la
auto-‐‑afirmación, es más bien sutil, siempre de una manera literaria
irónica pero prudente como en el siguiente ejemplo.
“porque en cualquier huerta de la ciudad hallará el
criollo chirimoyas, aguacates, zapotes blancos,
plátanos, guayabas, pirayas, ciruelas, tunas
diferentísimas; y no echará de menos el gachupín sus
celebrados y suspirados duraznos, granadas,
membrillos, brevas, albérchigos, chabacanos, peras,
naranjas y limones de diversas especies…”18
Lo primero que nos encontramos en este párrafo es la distinción
entre el criollo y el “gachupín”, favoreciendo claramente al primero
pues le asigna, de las frutas mencionadas, las más exóticas;
demostrando así la superioridad de las cosechas mexicanas frente a
las españolas. Segundo aspecto que se puede encontrar en el
fragmento anterior, es la condición que le asigna el criollo al español
de extranjero, de ajeno a estas tierras. El criollo ve al español tal vez
no como un intruso, pero si como un tercero que habita en el
territorio que siente propio.
Respecto del indígena, si bien no se cansa de alabarlo en Teatro de las
virtudes políticas, la alabanza va más bien dirigida hacia los antiguos
mexicanos, hacia los mexicanos prehispánicos. Su pasión por el
conocimiento de la historia y la mitología americana es amplia. La
admiración hacia las virtudes que se tenían en los antiguos pueblos
mexicas es reconocida en muchas de sus obras. Muchas de las
costumbres y tradiciones son adoptadas por el criollismo y a la hora
de formular su identidad, convierten orgullosamente al antiguo
pueblo mexicano, en sus antepasados. Pero toda esta alabanza y
Sigüenza y Góngora, Carlos. Glorias de Querétaro. México: Imprenta
18
pág. 69-‐‑70
24
El criollo a través de los ojos de Alonso Ramírez, personaje de una
novela de Sigüenza y Góngora, tiene la visión de aquellos países
como pueblos de bárbaros que han abandonado la razón y la fe por
alcanzar objetivos menos dignos, gente avariciosa que se comporta
de una manera poco civilizada y que comete crímenes sin ningún
tipo de remordimiento. Esa es la idea que se tiene en general sobre
aquellos países en la sociedad de la Nueva España, y por eso mismo,
muchos de los intelectuales criollos más importantes del momento
entran en constante controversia con los ilustrados europeos.
Esta visión no ciega por completo la razón de los ilustrados criollos,
pues si bien tienen comentarios negativos y controversias respecto
de los europeos, también reconocen en muchos de ellos, la voz de la
verdad y adoptan las posturas de estos cuando las creen verdaderas.
El caso más claro de esto es Atanasio Kircher (alemán), el cual
influye ampliamente en el pensamiento de Sigüenza y Góngora, o el
mismo Descartes de quien Sigüenza toma el mecanicismo.
Dos obras de suma importancia revelan las controversias entre el
pensamiento ilustrado europeo y el criollo, además de ser dos de los
más significativos e importantes de la época. Uno de ellos es la Carta
a Sor Filotea de Sor Juana, quien entra en discusión con el padre
Vieira acerca de cuestiones teológicas y el otro es la Libra astronómica
filosófica de Don Carlos de Sigüenza y Góngora quien discute
problemas filosóficos y científicos con el Jesuita Kino, de quien dirá
en la misma libra citando a San Jerónimo en la epístola 14:
“si he de escribir alguna cosa en defensa mía, la culpa
está en ti porque me provocaste, no en mi que fui
obligado a responder”21
La Libra Astronómica, la cual analizaremos para develar los
argumentos y descubrir en ellos la visión científica de Sigüenza y de
la identidad criolla, surge del intento de Sigüenza por demostrar
que los cometas no son malos augurios, ni símbolos de males
futuros como se creía en aquella época. A este texto responde el
Gaos, José Prologo a. Sigüenza y Góngora, Carlos. Libra astronómica y filosófica
21
pág. 79
27
Este aspecto tan importante, característico de las ciencias en México,
no representa que la ciencia en este virreinato sea mala, o este
caduca, sino al contrario. La ciencia en México se aparta del radical
movimiento ilustrado francés, pero sin dejar de ser un movimiento
ilustrado. Muchas de sus aportaciones son bien recibidas en las
universidades europeas, además de que se generan importantes
disputas intelectuales con los más reconocidos científicos del viejo
continente. La forma de hacer ciencia en la Nueva España, no es
inválida, sino que es otra forma de hacer ciencia, una manera
alternativa que respeta en su medida los dogmas religiosos y que de
alguna manera fue predecesora de muchos grupos contemporáneos
que también buscan hacer ciencia sin tener que renunciar a su fe.
Dos de las obras de San Agustín con mayor relevancia en la Libra
Astronómica son las Confesiones y De civitate dei.
San Buenaventura
Al igual que San Agustín, Sigüenza no sólo conoce a algunos doctos
eclesiásticos, sino que domina a casi todos y conoce casi a la
perfección sus doctrinas.
“Nadie, si no es incurriendo [en] gravísima nota,
podrá negar haberle comunicado Dios a Adán la
ciencia natural de las cosas, por ser doctrina de Santo
Tomás, de San Buenaventura… y común de los
escolásticos…”23
Aquí el nombre de Santo Tomás y de San Buenaventura, dos
nombres que revelan los esfuerzos de Sigüenza por mantener la
relación de la religión en la astronomía, sin caer en alguna herejía.
Pero es también interesante analizar un poco más a fondo la tesis.
En la parte en la que menciona que Dios se comunicó con Adán,
revela también el enorme conocimiento que tiene Sigüenza de los
textos bíblicos, pero no sólo eso, sino que además toma el hecho
como un suceso completamente verídico y real. La discusión de
Sigüenza y Góngora, Carlos. Libra astronómica y filosófica México: UNAM, 1984
23
pág. 157
28
cómo interpretar los textos bíblicos surge en esa época, y los
científicos del renacimiento en muchos de los casos (como el de
Galileo) proponen hacer una lectura metafórica de la Biblia.
Sigüenza no propone la figura metafórica, pero tampoco cae en el
extremo de la ortodoxia Luterana (la cual también le desagrada)
sino que hace una interpretación que le permite argumentar
bíblicamente y teológicamente. A partir de un pasaje del génesis, él
hace una interpretación de dicho pasaje, pero sin negar la existencia
de ningún suceso.
La obra más relevante de San Buenaventura en los argumentos
expuestos por Sigüenza y Góngora es De caelo.
Compañía de Jesús
El papel que juega la Compañía de Jesús en el pensamiento de
Sigüenza y no sólo de este sino de todo el pensamiento
Novohispano es de gran importancia. Los intelectuales Jesuitas son
los principales y los más importantes educadores del virreinato.
Don Carlos de Sigüenza y Góngora hace referencia frecuentemente a
los estudios realizados por la Compañía de Jesús acerca de los
temas científicos que se discutían en la época.
“Y aunque este sentir fuera sólo imaginación mía (que
no lo es, sino corriente opinión de gravísimos autores
y muchos de ellos de la sacratísima Compañía de
Jesús, como adelante diré)…”24
Como podemos ver, Los autores científicos pertenecientes a la
Compañía de Jesús, gozaban de un amplio reconocimiento no sólo
religioso sino también científico. Las tesis de Sigüenza están
ampliamente influenciadas por los jesuitas con quienes estudió
durante algún tiempo en el colegio de Tepotzotlán. Toda la ciencia
que se hacía en la Nueva España, o al menos la de mejor calidad, se
hacía en los sectores que rodeaban a los jesuitas. Grandes autores
como Pedro de Abarca, Miguel de Castilla y Antonio de Figueroa
Sigüenza y Góngora, Carlos. Libra astronómica y filosófica México: UNAM, 1984
24
pág. 6
29
Valdés, reconocidos todos ellos por sus importantísimos tratados,
pertenecieron a dicha sociedad. La elite, no sólo científica sino
también cultural y no solo en América sino en todo el mundo, está
conformada por pensadores jesuitas. El papel que jugaron durante
el siglo XVII y XVIII es de suma importancia para el reconocimiento
intelectual de los pensadores americanos y en la formación
independentista que más adelante hará que comiencen las guerras
de independencia en los países latinoamericanos.
Autores de la filosofía clásica y antigua.
Una de las características más importantes que permea el
pensamiento criollo, es que recurre constantemente al saber de los
clásicos y de los antiguos, y los toma como figuras de autoridad.
Ahora demostraremos la influencia que tienen estos pensadores en
la Libra Astronómica y por lo tanto en el pensamiento científico que
se desarrollaba en la Nueva España.
Algunos de los autores a los que Sigüenza recurre constantemente
son: Ptolomeo, en los textos Almagesto, Apotelesmas, Centiloquio, Cien
aforismos, Cuadripartito, De los juicios de los astros; Hipócrates en De
aere, Aquis et locis; Séneca con sus famosas Naturales quaetiones y
algunos otros de mayor importancia que explicaremos más a fondo.
Aristóteles
El estagirita es uno de los tres autores más importantes para la
ciencia en aquella época en la Nueva España. Las referencias a la
tradición aristotélica en la filosofía y en las ciencias son incontables.
Virginia Aspe se ha dedicado a rastrear la influencia de este filósofo
en la filosofía mexicana.
“Hay mucho de Aristóteles, y hay que decirlo
también, hay mucho de influencias pitagóricas,
neoplatónicas (por eso en el XVII pudo conectarse la
escolástica al hermetismo) y estoicas; merecen ser
rastreadas, aunque siempre digan relación a la
30
escolástica, pues es indudable que el motor de esa
filosofía fue el cristianismo.”25
En la Libra Astronómica de Sigüenza; la cita de los Meteorológicos y
la alusión a Aristóteles como el principie de los peripatéticos, deja
en claro lo importante que le parece a Sigüenza el estagirita.
“Porque, o son los cometas celestes o sublunares: si
sublunares, será su formación la que les atribuyen los
peripatéticos, con su príncipe Aristóteles, en el libro I
de los Meteoros…”26
Además de ser uno de los autores más citados, Los meteorológicos,
también es uno de los textos a los que más recurre el autor para
fortalecer la defensa de su tesis frente al padre Kino. En el siguiente
pasaje Sigüenza nos deja ver la importancia de pensamiento
aristotélico no sólo para Sigüenza sino para todos los Jesuitas.
“Espántame también el que ya Séneca y Aristóteles se
contrapesen en las escuelas de la compañía de Jesús, y
que con las autoridades de aquél se satisfaga a las del
que reconocen los filósofos por su príncipe.”27
Este pasaje me parece particularmente importante ya que el padre
Kino también era un jesuita y es justamente a partir de Aristóteles y
de Tomás de Aquino que ataca las tesis de Sigüenza, la maestría de
Sigüenza es impresionante pues es a partir del mismo Aristóteles
que refuta a Kino. Ambos autores de formación jesuita, ambos
aristotélicos, sin embargo el pensamiento ilustrado ya se hace
presente en el discurso de Sigüenza.
La ciencia del siglo XVII está aun permeada por la filosofía griega y
sobre todo la aristotélica. La física, la astronomía y muchas otras
25
Aspe, Virginia. La influencia de Aristóteles en la filosofía novohispana. Coloquio
de pensamiento Novohispano. Guanajuato 2009
26
Sigüenza y Góngora, Carlos. Libra astronómica y filosófica México: UNAM, 1984
pág. 11
Sigüenza y Góngora, Carlos. “Infortunios de Alonso Ramírez” en Obras
27
pág. 164
32
para su argumentación y respaldar sus tesis frente a las del padre
Kino. Si bien los argumentos presocráticos no tienen gran validez, y
carecen de autoridad, es de alabarse la forma en que Sigüenza logra
emparentar las tesis presocráticas con las discusiones
contemporáneas, para sacarles el máximo provecho posible.
Autores renacentistas
El renacimiento está a la vuelta de la esquina, no tiene demasiado
que los primeros pensadores renacentistas plantearon las tesis que
reformaron el método científico. Galileo con su De maculis solis,
Tycho Brahe con De nova stella son dos autores que marcan la pauta
para que Sigüenza y Góngora adopte un método, el método del
hombre moderno. Pero además de estos dos estupendos autores,
Copérnico y Kepler son también los dos grandes aurigas que se
dejan ver en el pensamiento astrológico y astronómico de nuestro
autor.
Copérnico y Copernicanos
Copérnico es uno de los autores más importantes del renacimiento,
sus descubrimientos acerca de la astronomía, hace un cambio radical
en el paradigma del estudio astronómico y científico.
“la doctrina de los copernicanos de que con el
movimiento diurno de la Tierra se mueve todo lo que
es de la naturaleza terrestre…”29
No es de sorprendernos que Sigüenza conozca y hasta cierto punto
domine las tesis astronómicas de Copérnico y las discusiones que se
derivan de estas tesis y que son desarrolladas por los copernicanos.
Sigüenza utiliza sus argumentos en su disputa con el padre Kino,
haciendo gala de la vanguardia que mantiene en su discurso y
demostrando que la distancia del viejo continente no mantiene a la
ciencia americana al margen de las disputas emergentes.
Sigüenza y Góngora, Carlos. Libra astronómica y filosófica México: UNAM, 1984
29
pág. 148
33
La admiración que tenía Sigüenza por Copérnico se deja ver en la
forma que usa su texto De revolutionibus orbium caelestium para
rebatir los argumentos del padre Kino.
Kepler
“Porque si se siguiere a Juan Keplero, se forman los
cometas de varios humos crasos y pingües, que
exhalan los cuerpos de las estrellas…”30
Kepler o Keplero como lo llama Sigüenza en la Libra Astronómica es
otro de los científicos con mayor número de referencias y de los más
aceptados y apreciados por Sigüenza a la hora de argumentar. En
las palabras de Sigüenza puede notarse no sólo una admiración por
el científico, sino que en algunos casos se verá como está en contra
de algunas de sus tesis y buscar encontrar una solución a lo que le
parecen errores muy claros en la astronomía de Kepler.
Dos textos que forman claramente el pensamiento científico de Don
Carlos son Epitome astronomiae Copernicanae, Tabulae Rudolphinae
ambo de Johannes Kepler, quien posiblemente es el pensador que
más influye en la visión científica de la Libra Astronómica.
Autores modernos
Mucho se ha dicho acerca de si Sigüenza y Góngora es ya un
hombre moderno o no. Depende pues de qué se entienda por el
término de hombre moderno. ¿Son modernos aquellos que
apartaron el saber científico del conocimiento religioso? Si esa es
una característica de la modernidad entonces Sigüenza no es
moderno. Pero si pensamos en modernidad como el momento en
que se critica a las estructuras pasadas, si un conocimiento pasado
es puesto en crisis y se muestra su caducidad, si llamamos
modernidad al análisis y la inspección rigurosa de las creencias y de
los estándares, entonces Sigüenza es claramente un pensador
moderno, y la Libra Astronómica y Filosófica es el estandarte de su
modernidad. Elías Trabulse comenta:
Sigüenza y Góngora, Carlos. Libra astronómica y filosófica México: UNAM, 1984
30
pág. 12
34
“Como astrónomo Sigüenza se enfrenta a un sistema
que le ataca, del cual el padre Kino o Josef de Escobar
son típicos representantes; alegan la primacía de la fe,
el peso de la tradición y del consenso universal a lo
que Sigüenza responde con una sola idea básica: La
Libertad Filosófica, la independencia de la razón que
será la divisa del siglo de las luces”31
Como bien menciona Eduardo Díaz Sosa en su estudio sobre el
pensamiento científico de Sigüenza y Góngora, la dificultad por
saber si nuestro autor es o no moderno, sólo deja ver el carácter
transitorio que representa su pensamiento. Por un lado Don Carlos
está atado al pensamiento medieval, no puede negarlo, pero por
otro, es un hijo de su época, la modernidad; es contemporáneo de
Descartes y de Kircher, dos autores que tienen una gran influencia
en su pensamiento. José Gaos lo dice claramente en el prólogo a
Libra Astronómica:
“el carácter transitorio se muestra en la postura dual
de astrónomo y astrólogo, como la del científico que
acepta a medias el nuevo paradigma de la ciencia sin
desechar el anterior; así como la del hombre
ortodoxamente religioso que a la vez busca deslindar
entre la verdad científica y la verdad religiosa”32
Descartes
Descartes es el padre de la modernidad y uno de los grandes autores
científicos de la época. Es conocido en toda Europa tanto por sus
aportes a las ciencias, las matemáticas y la filosofía. Eslabón
fundamental en la cadena de científicos que aportaron algo a la
transformación del método científico.
31
Trabulse, Elías, Ciencia y Religión en el siglo XVII, México, El Colegio de
México, 1980, p. 78.
32
Sigüenza y Góngora, Carlos, Libra Astronómica y Filosófica, Presentación de
José Gaos, México, UNAM, 1978. p. 14.
35
“como a otro intento prueba bastantemente Renato
Descartes en su Filosofía…”33
La importancia de encontrarlo (y en una gran cantidad de ocasiones)
en el texto de Sigüenza, reside en el hecho de demostrar que los
científicos novohispanos ya cuentan con el conocimiento y la
influencia científica y filosófica de este autor, lo cual demuestra que
lejos de ser unos escolásticos retrógradas, estaban a la vanguardia
del pensamiento y podría considerárseles ya como pensadores
modernos.
Atanasio Kircher
Kircher tiene una relevancia impresionante en el pensamiento
criollo novohispano y particularmente en el de Sigüenza34. Sin duda
las tesis del erudito jesuita son parte fundamental de la estructura
científica en la que se mueve el pensamiento científico en América.
“…y otras antiquísimas historias arábigas, hebreas,
samaritanas y egipcias, que refiere el padre Atanasio
Kirchero en varios libros suyos, como son el De Peste,
Arca de Noé, Edipo Egipciaco y Obelisco Panfilio”35
Como ya decíamos, existe una enorme influencia jesuita en la vida
social, política y científica de la Nueva España. En este caso Kircher
es uno de los pilares en los estudios científicos jesuitas y por lo
mismo, en la Nueva España sus obras siempre fueron muy bien
recibidas y acogidas. Las tesis de Kircher son adoptadas por los
científicos de la Nueva España quienes en su mayoría, o al menos
los más destacados estudiaban en el colegio jesuita de Tepotzotlán.
Por eso mismo y por la influencia y el aprecio que hay de parte de
Don Carlos de Sigüenza y Góngora hacia esta orden, Kircher es el
autor más citado de la obra, por encima de Aristóteles y Descartes,
33
Sigüenza y Góngora, Carlos. Libra astronómica y filosófica México: UNAM, 1984
pág. 149
34
Aunque también se ve su relevancia en otros autores criollos, el ejemplo más
claro vuelve a ser Sor Juana
35
Sigüenza y Góngora, Carlos. Libra astronómica y filosófica México: UNAM, 1984
pág. 28
36
lo cual demuestra la importancia de la obra de Kircher en América.
Algunas de las obras citadas de este autor en la libra son: De peste,
Edipo egipciaco, Itinerari extático, Obeliscus pamphilicus, Progimnasmas,
Scrutinium physico-‐‑medicum contagiosae luis quae pestis dicitur.
Pensadores no científicos
En esta gran obra que es la Libra Astronómica y Filosófica, Sigüenza no
se conforma con citar sólo a los pensadores científicos. Don Carlos
recurre a algunos autores y los toma como autoridades en el tema
aunque estos no son propiamente hombres de ciencia. Doy algunos
ejemplos a continuación.
Isaías, Jeremías, los Profetas
Al igual que en el caso anterior y como ya habíamos mencionado
cuando se habló de autores eclesiásticos, en la Nueva España no
hay ningún tipo de conflicto entre ciencia y religión, sino que al
contrario hay una estrecha relación en donde se hace ciencia a la luz
de la revelación que hay en los textos sagrados.
“Que no hayan de ser cometas las estrellas que caerán
del cielo, como quieren algunos modernos, sino que
por faltarles la luz, como a la luna y al sol –según los
contextos de Isaías, de Ezequiel, de Joel – les parezca,
a las que no las vieren…”36
El caso de algunos libros de los profetas que se encuentran en el
Antiguo Testamento y que aparecen citados en la Libra Astronómica
son un suceso que hoy en día nos dejaría impactados, pero que en
aquel entonces era lo más común, lo más normal y de hecho, lo
mejor. Las profecías en este caso son usadas como elementos
fundamentales de la discusión. En algunos otros casos, se tomará la
palabra de los personajes bíblicos, dándoles una importancia en las
discusiones científicas, casi al grado de compara sus argumentos con
los de científicos reconocidos de la época, como Galileo u otros más.
Sigüenza y Góngora, Carlos. Libra astronómica y filosófica México: UNAM, 1984
36
pág. 64
37
Hesíodo y Homero
La aparición de los poetas griegos en un libro de tintes científicos no
es casualidad. Para los autores criollos del siglo XVII, las referencias
a los textos de estos autores y a ellos mismos son muy abundantes.
Tanto la literatura, el ensayo, la poesía y, como se puede ver en el
siguiente pasaje, la ciencia, tienen en gran medida influencia de los
antiguos rapsodas griegos.
“Si esto me respondiera, me respondería muy bien,
porque si se lee a Orfeo, Hesíodo, Homero, Teócrito, y
a los que los imitaron.. no se hallarán otras algunas,
supuesto que ni Hiparco, ni Ptolemeo (sacando unos
eclipses observados en Babilonia) tuvieron de los
antiguos caldeos cosa digna…”37
Al igual que con la religión, la ciencia novohispana no se separa
radicalmente de los relatos homéricos y de los textos de Hesíodo. En
el primer caso, porque los poemas homéricos son tomados como
documentos históricos con gran validez aun teniendo referencias
paganas. De igual forma Hesíodo es tomado con seriedad, pues la
manera en que los novohispanos trataban el tema de las religiones
paganas (tanto las grecolatinas como las americanas) era muy
diferente a lo que hacemos hoy en día. Los criollos no
descalificaban por completo los relatos mitológicos, sino que los
tomaban como una interpretación distinta, donde los dioses y
héroes de la mitología, no eran más que hombres virtuosos, que
algunos habían tomado por dioses, salvando así las mitologías y su
contenido, sin tener que presentar un enfrentamiento directo entre
estos frente a la religión verdadera.
2.3 La ilustración novohispana y su influencia en los futuros
movimientos independentistas
Sigüenza y Góngora, Carlos. Libra astronómica y filosófica México: UNAM, 1984
37
pág. 163
38
Para concluir el capítulo quiero hacer una crítica a la propuesta de
Jaime Labastida el cual afirma que la ilustración científica que existe
en el pensamiento de los criollos no tiene relación con los
posteriores movimientos independentistas.
“Los ilustrados novohispanos no querían la
independencia.”38
Primero que nada hay que notar que Labastida critica la noción de
“Ilustración novohispana” y pone en entre dicho si realmente existe
dicha ilustración, dejando claro que desde su perspectiva los criollos
no eran ilustrados sino que más bien fue un movimiento de
modernización de la escolástica, movimiento que para él no
representa ya propiamente una ilustración.
A esto me gustaría apuntar lo que mencioné al principio del capítulo
acerca de lo que Kant dice sobre la ilustración y me pregunto ¿no es
este afán de modernizar la escolástica la raíz de una ilustración?
¿No este ejercicio evolutivo del pensamiento representa un cambio
de paradigma en la forma de hacer ciencia y filosofía? Para mí sí, y
por eso mismo defiendo la propuesta de que el pensamiento
novohispano es un pensamiento ilustrado.
Otra de las cuestiones que me inquietan es que Labastida asume que
el desarrollo del pensamiento científico no tiene repercusiones en los
cambios políticos e ideológicos de la sociedad.
“Quizás debamos extraer una conclusión. Las ideas
políticas, aun las revolucionarias, no son acompañadas
siempre por posiciones avanzadas en el terreno
científico. Por el contrario, hay científicos que tienen
posiciones científicas retrógradas y que hace, sin
embargo, enormes aportaciones en el campo de la
ciencia. Es el caso de Vesalio, médico de Carlos V y de
Felipe II. Es también el caso de Thomas Hobbes,
38
Labastida, Jaime. Boileau y Díaz de Gamarra, Mociño y Alzate: rectificaciones
(acaso in)necesarias en México: entre el discurso público y el ámbito privado México:
Porrúa Universidad Panamericana, 2011 pág. 30
39
partidario de Charles I, el rey de Inglaterra y, por lo
tanto, enemigo de la revolución de Cromwell. Tal vez,
las ideas políticas y las revoluciones científicas
caminen por sendas separadas. Unas no conducen a
las otras.”39
Esta aseveración me resulta ruidosa, ya que a lo largo de la historia
nos hemos dado cuenta que el desarrollo del pensamiento científico
no es independiente del los cambios políticos y sociales; por
supuesto que hay cambios sociales en la medida en que el
pensamiento se desarrolla, somos una unidad, el pensamiento
científico no está apartado del pensamiento político o el religioso.
Cuántas veces aun hoy en día hemos aseverado que un pueblo culto
exige gobernantes cultos, que una sociedad educada tiene un mejor
desarrollo a nivel social y cultural. No podemos negar por ejemplo
que la Ilustración francesa que comenzó como un movimiento
científico, no haya sido causa en gran parte de la revolución
francesa, entonces por qué sí negar que en la ilustración científica
novohispana no está ya la semilla de la independencia.
La razón para desestimar que sea del pensamiento criollo de donde
surgen las ideas que más adelante darán pie a la guerra de
independencia es que según Labastida no hay en los criollos un
sentimiento de nacionalismo, y que ellos mismos se identifican con
los españoles antes que con los indígenas.
“En el conjunto de estas tesis siempre quedan
soslayados algunos hechos básicos. Se olvida que
criollo es un adjetivo que califica al sustantivo español
(por lo tanto, se debería decir, en todo caso, que esos
supuestos ilustrados eran españoles criollos); que la
nacionalidad de los criollos era, por lo tanto y no
podía ser de otro modo, la española.”40
Labastida, Jaime. Boileau y Díaz de Gamarra, Mociño y Alzate: rectificaciones
39
(acaso in)necesarias en México: entre el discurso público y el ámbito privado México:
Porrúa Universidad Panamericana, 2011 pág. 29
40
Labastida, Jaime. “La Ilustración novohispana” en Revista de la Universidad de
México. Nueva época. Marzo 2012, No. 97
40
Sin embargo me parece que en lo que va de la tesis y en lo que más
adelante se dejará en claro es que para los criollos sí hay un
distanciamiento entre los ellos y los españoles (un distanciamiento
que los mismos españoles remarcan al tomarlos como menores, por
ejemplo Sahagún). Labastida afirma que la nacionalidad de los
criollos es la española y que “criollo” sólo es un adjetivo que
acompaña al sustantivo “español” y no un sustantivo por sí mismo,
sin embargo al leer los textos de los jesuitas criollos a mi me parece
evidente que por lo menos para los criollos no es así. Ahí está
Clavijero en el S. XVIII, pero ya en el S. XVII Sigüenza tiene textos
donde se nota claramente un distanciamiento identitario entre
criollos y españoles y aun más atrás en el S. XVI Bernardo de
Balbuena en su texto Grandeza Mexicana deja ver este nacionalismo
criollo que Labastida niega.
2.4 El aristotelismo de Sigüenza
Cabe señalar, dada la naturaleza de la discusión entre Sigüenza y el
padre Kino, la influencia aristotélica que existía en la filosofía
novohispana. ¿Por qué es relevante esto para la tesis? Porque me
parece importante destacar que el pensamiento científico
novohispano estaba permeado por las tesis aristotélicas.
Mientras que el paradigma del sistema Ptolemaico se desmoronaba
debido a los estudios de Kepler y Copernico, sumados a los
descubrimientos de Galileo; la filosofía aristotélica comenzaba a
hacerse agua en la medida en que la escolástica perdía terreno frente
a la ilustración europea. Sin embargo si volteamos a ver la discusión
entre el padre Kino y Sigüenza, ambos se sirven de Aristóteles para
defender sus tesis.
“Instancia a la respuesta primera
Para que mejor se entienda lo que pretendo decir,
quiero repetir lo que es el número 13 de mi Manifiesto
tengo ya dicho con las siguientes palabras: opinión de
Aristóteles y de los peripatéticos es ser «el cometa un
meteoro encendido y engendrado de nuevo de una
copia grande de exhalaciones levantadas del mar y de
41
la tierra hasta la suprema región del aire, donde,
encendidas por la antiperístasi y ya por medio de ésta
con mayor consistencia y condensación, son
arrebatadas del primer moble, cuyo impulso llega
hasta allí, al cual se mueve, hasta que aquella materia
unctuosa, pingüe, crasa, sulfúrea y salitrosa se vaya
disminuyendo al paso que el fuego la consume, con
que se apaga el cometa. Y si esto es cometa, no sé por
qué de él se atemorizan tanto los hombres, cuando no
hay noche alguna que dejen de inflamarse otros tantos
cometas, cuántas son las estrellas que nos parece que
corren y que verdaderamente no son sino exhalaciones
de tan poca compacción y cuantidad, que apenas se
encienden cuando al instante se acaban, no
distinguiéndose de los cometas, sino en lo breve de su
duración, supuesto que convienen en todo lo demás,
como lo dijo el mismo Aristóteles, en el capítulo VII:
«tal es también la estrella crinita, cual es la estrella
errante.» Y si estos instantáneos cometas o
exhalaciones volantes, no son prenuncios de hambre,
pestilencias y mortandades, ¿por qué lo han de ser
aquellas exhalaciones durables de que se forma el
cometa, siendo así que el origen de éste y de aquellas
es uno mismo?» No sé con qué palabras más claras
pude explicar mi concepto para decir el que de una
misma materia se forman estrellas volantes y cometas,
para de ello hacer argumento contra sus imaginadas
fatalidades. Y aunque en su respuesta da a entender el
reverendo padre ignoro la lengua latina, pues
presupone el que no entendí la autoridad del filósofo,
no quiero responderle lo que debiera, sino suplicarle el
que lea con cuidado lo que aquí escribo, para que
advierta el despropósito grande de su respuesta.
Desde el texto 25 del libro I de los Meteoros hasta el 32
inclusive, impugnándolas, refirió Aristóteles las
opiniones de los filósofos acerca de los cometas; y
desde el 33 comenzó a explicar la suya, proponiendo
primero las causas materiales, formal y eficiente de
42
estos fenómenos, como le contará con evidencia a
quien lo leyere, y como lo dice su comentador el
erudito padre Nicolás Cabeo, de la Compañía de Jesús:
«Refutadas las opiniones de los otros, empieza
Aristóteles a exponer la suya propia acerca de la
materia, forma y (causa) eficiente de los cometas.
» Y
más adelante, habiendo dicho en la nota marginal el
que «las estrellas fugaces y los cometas están en el
mismo género
», en el cuerpo del comentario nos da la
inteligencia del texto con las siguientes palabras:
«pone Aristóteles la paridad entre la estrella fugaz y el
cuerpo del cometa en que ambos se forman de la
misma materia, condensada y encendida, y en que
difieren sólo según la más y la menos, y porque la
materia de la estrella se desvanece, mientras la materia
del cometa permanece, aun encendida, en el mismo
lugar.
» Luego si yo dije que constando los cometas y
estrellas volantes (en opinión de Aristóteles) de una
misma materia y no significando aquella cosa fatal,
tampoco lo significarían los cometas; y consta, no sólo
de las palabras del texto, sino de lo que dicen sus
comentadores, ser verdad el que ambos meteoros se
forman de una materia: síguese el que de la misma
manera que entendieron ellos el texto, lo entendí yo; y
también se sigue el que, decir el reverendo padre que
la inteligencia no ha de ser sino en que ni el uno, ni el
otro son cosa fija, fue lo primero que, llevado del
espíritu de contradicción, de le ofreció que decir.
Que la materia de todos los meteoros sea una misma y
que sean comparables entre sí por esta razón y no por
la que quiere el reverendo padre que no son fijos, se
prueba de lo que dijo el erudito Nancelio en la
prefación a su docto volumen [de la] Analogia
Microcosmi ad Macrocosmon: «Y de esta materia (iba
hablando de las exhalaciones) variadamente
encendida por el fuego cercano se presentan variadas
formar ante los ojos de quienes las miran, a las cuales
nosotros, por el aspecto de las cosas que nos son
43
familiares, llamamos antorchas, teas, vigas, candelas,
lámparas, lanzas o jabalinas, chispas titilantes, leños o
tizones, fuegos fatuos y sonoros, cabras o corzos
danzantes, dragones volantes, astros como cayendo,
pajas ardientes, varas, espadas, bólidos, fauces (de la
que habla Plinio en el libro II [y] Aristóteles en el libro
[de la] Meteorología) y los cometas, nunca
impunemente vistos por el orbe; y estos en verdad con
formas enteramente diversas para el populacho que
los contempla (atienda a esto el reverendo padre),
espantosos, rizados, crinitos, encrestados, con
altadares o barbados, con cola, etc.
»
Y aunque el padre Ricciolo, en el lugar citado arriba,
quiere probar el que más se parecen los cometas a los
planetas, que a las estrellas volantes (acerca de que no
quiero hacer juicio, porque no me importa), con todo,
formando el argumento (a qué había de satisfacer)
según la muerte de Aristóteles, lo propuso así: «Todas
las formaciones ígneas semejantes a los cometas, a
saber, las vigas ardientes, los dragones volantes, las
antorchas, las estrellas que caen o que corren, los
fuegos fatuos, las cabras danzantes, el fuego Tindárido
en torno a las antenas, etc., se forman de una
exhalación cálida, seca, sulfúrea o nitrosa, y
encendida; y no difieren del cometa si no por la figura
y duración, ni diferirían si aquella exhalación fuese
más densa y mejor comprimida y más pingüe, o se le
suministrara pábulo por más largo tiempo; pues las
estrellas que corren, extinguidas aun antes de su
completo desarrollo por falta de pábulo, si tuvieran un
alimento más duradero, cumplirían su curso por más
largo tiempo y se volverían cometas; este argumento
de semejanza, con la diferencia predicha, es de
Aristóteles en el libro I de los Meteoros.
» Vea ahora el
reverendo padre si como entienden a Aristóteles
varones grandes, lo entendí yo, y piense lo que dirán
otros de su respuesta.
44
Instancia a la respuesta segunda
Peor es esta respuesta que la pasada, y si no satisfacen
a mi argumento con la primera, tampoco con ésta lo
satisface. Porque si lo que yo digo es ser los cometas
de la misma materia que las estrellas volantes, para
inferir el que aquellos no causan ni significan cosas
fatales, pues las estrellas que corren no las denotan, ¿A
qué propósito es el lugar de Séneca, que es el
siguiente?: «¿Por qué, pues, nos admiramos de que los
cometas (digo en las Cuestiones naturales),
espectáculo tan raro en el mundo, aun no sean regidos
por leyes determinadas, ni sean conocidos sus
comienzos y sus términos, y cuyo retorno se da con
enormes intervalos?, etc.
» Y más adelante: «vendrá un
tiempo en que estas cosas, que ahora están ocultas, la
ocasión las saque a las luz, y con la diligencia de una
más larga época. Para la investigación de cosas tan
profundas no basta una sola edad, aunque se dedique
íntegramente al estudio del cielo.» Y luego: «Habrá
alguna vez quien demuestre en qué regiones caminan
los cometas, porque andan tan separados de los
demás, cuántos son y sus cualidades; estemos
contentos con lo hallado y que la posteridad
contribuya en algo a la verdad.»
Si dijera Séneca ser la materia de los cometas
específicamente diversa de la que compone a las
estrellas volantes, estuviera bien. Pero afirma que en
su tiempo (por aparecerse en tarde en tarde) aun no se
sujetaba a hipóteses sus movimientos y presagiar que
habría en los siglos venideros quien las hallase (que
eso es y no otra cosa lo que contiene su dicho) ¿qué
tiene que ver esto con la materia de que se forman,
hablando él de solos los movimientos de los cometas,
cuyas reglas se ignoraban cuando vivía y aun hoy se
ignoran? Despropósitos son estos tan excesivos que
me embarazan el discurso cuando pienso en ellos, y
más diciéndolos quien nos da a entender en este su
45
escrito cuan erudito y consumado es en las ciencias
todas. Espántame también el que ya Séneca y
Aristóteles se contrapesen en las escuelas de la
Compañía de Jesús, y que con las autoridades de aquél
se satisfaga a las del que reconocen los filósofos por su
príncipe. Para tal respuesta como es esta segunda,
basta lo dicho.”41
Disculparán la extensión del texto que acabo de citar pero me parece
oportuno poner un fragmento de esa magnitud para demostrar dos
aspectos fundamentales. El primero es como ya mencioné, la
influencia aristotélica en el pensamiento Novohispano. Aristóteles
es, por mucho, el autor más citado de la obra, el libro de Los
meteorológicos es la columna vertebral del argumento de Eusebio
Kino y al mismo tiempo se convierte en el arma principal en la
defensa de Sigüenza. En las diferentes partes del fragmento se
puede ver cómo Sigüenza y Góngora no sólo conoce el corpus
aristotélicos y las tesis del estagirita sino que domina a sus
comentadores e interlocutores, tan profundamente que aunque el
texto mencionado son Los meteorológicos, podemos encontrar rastros
de otros como la Physica, De Caelo, De generatione et corruptione y
Metaphysica, como sucede en los siguientes dos párrafos donde
Sigüenza acude a tesis aristotélicas como el primero motor y la
teoría de las causas.
“Y aun cuando fueran los cometas elementares, no hay
razón alguna para que sean temidos, aunque su
resolución se haga dentro del globo terráqueo, a que
deben la materia que los compone. Para lo cual
presupongo, como cosa que nadie ignora, que en
opinión de Aristóteles, en el libro I de los Meteoros, los
cometas no son otra cosa que un cuerpo vastísimo
compuesto de varias exhalaciones que, levantándose
del mar y tierra y encumbrándose a la suprema región
del aire, adquieren allí bastante compacción y
Sigüenza y Góngora, Carlos. Libra astronómica y filosófica México: UNAM, 1984
41
pág. 57-‐‑61
46
densidad para no desbaratarse con el movimiento
rapidísimo del primer moble.”42
“Aserción fue también esta de aquel indigne
promovedor de las doctrinas de Demócrito y padre
grande de la verdadera filosofía. Epicuro según de él
lo refiere Pedro Gassendo en [su] Syntagma Physicum,
donde después de probar largamente lo que tengo
insinuado y me queda por decir, concluye así: «Que
ciertamente así opinó Epicuro, se desprende del
mismo texto, cuyo sentido es: cuando el nacimiento y
ocaso de los astros, según el periodo del año,
significan diferentes estados en el aire y como que los
anuncian anticipadamente, lo hacen del mismo modo
que las golondrinas y de más animales que con su
llegada a nosotros nos presagian la primavera, y con
su partida el invierno; o también del modo que
algunas mutaciones en el aire, como el iris, el
relámpago, la obscuridad, que anuncian previamente
otras mutaciones futuras, como la serenidad, los
truenos, la tormenta. Puesto que así como la
golondrina no es causa de la primavera, ni el iris de la
serenidad, sino solamente un signo, así la naciente
canícula, verbi gratia, no es causa de que haya calores,
sino solamente un signo del tiempo que se producen.
»
Y del mismo parecer fue Aristóteles en el libro de los
Meteoros: «Cuando aparece Orión y cuando se oculta,
parece ser incierto y débil, por el hecho de que su
nacimiento y ocaso, cuando varían los tiempos y se
cambian, suceden aquel en el estío y este en el
invierno»; como también Plinio: «En el tiempo más
ardiente del estío aparece el astro de la canícula.
»”43
Sigüenza y Góngora, Carlos. Libra astronómica y filosófica México: UNAM, 1984
42
pág. 47
Sigüenza y Góngora, Carlos. Libra astronómica y filosófica México: UNAM, 1984
43
pág. 164
47
El otro aspecto que quiero hacer notar con estas citas es el estilo
argumentativo que usa Sigüenza es muy semejante al que usa
Aristóteles en la Physica; primero presenta el problema a tratar,
después apela a la opinión de los eruditos y dialoga con otros
autores tomándolos como interlocutores para finalmente dar su
opinión y concluir. Esta estructura se ve en cada apartado de la Libra
astronómica. Quiero hacer notar que como dije en un principio el
aristotelismo no está sólo en el pensamiento de Sigüenza, ya la
doctora Virginia Aspe se ha dedicado arduamente a rastrear esta
influencia en muchos pensadores novohispanos del siglo XVI, XVII
y XVIII, y esta sólo es una muestra de lo arraigada que estaba esa
corriente filosófica en la Nueva España.
Conclusión
Como hemos podido ver sobre todo en esta segunda parte del
capítulo, es claro que existe una estructura escolástica en la libra
astronómica, es algo que no podemos negar; sin embargo también
me parece inaudito pretender que dicha estructura no exista.
Sigüenza tiene una tradición formativa que no puede negar,
aprendió el modelo escolástico porque asistió a colegios donde ese
era el modelo educativo y discursivo. Seguramente los primeros
pensadores ilustrados en Europa también pasaron por este proceso
de ilustración, sería muy iluso de nuestra parte pensar que el
cambio fue espontaneo y que un día surgieron un grupo de
pensadores sin ningún tipo de proceso de pensamiento. El cambio
del paradigma de la escolástica al pensamiento moderno es parte de
una evolución del pensamiento, y ese proceso sí que está presente
en el pensamiento criollo no sólo a nivel científico, sino también
político y social, un proceso evolutivo del pensamiento que muchas
veces no estaba siquiera presente en los pensadores españoles o
italianos o alemanes. También es absurdo pensar que encontraremos
estas características en todos los pensadores criollos, y descalificar al
criollismo de ilustrado sólo porque estas características de la
ilustración no se presentan siempre y en todos los criollos, en
cambio no me parece insensato admitir que son ilustrados a partir
de algunos ejemplos, porque si bien es cierto que habrá quienes aun
no lo eran como el ya mencionado Martin de la Torre, las
características de la ilustración que expone Kant, sí que las podemos
48
encontrar en un pensamiento generalizado (que no general) que es
evidente comienza a permear la sociedad de la Nueva España.
49
50
Mitología y religión: la mística como fundamento de la
cultura en la Nueva España.
« Si merecí Calíope tu acento
de divino furor mi mente inspira,
y en acorde compás da a mi instrumento,
que de marfil canoro, a trompa aspira.»
Don Carlos de Sigüenza y Góngora
Introducción
Antes de comenzar quiero mencionar que los tres textos clave de
Sigüenza en los cuales se basan gran parte de los argumentos del
siguiente capítulo son: Primavera Indiana, Paraíso Occidental y Las
Glorias de Querétaro. El primero es un poema que escribe nuestro
autor a los 17 años enalteciendo el nuevo mundo mientras narra la
aparición de la Virgen de Guadalupe, convirtiéndola en un símbolo
de la identidad de los habitantes de la Nueva España. El segundo,
Paraíso Occidental, es un texto que envía Don Carlos al rey de España
para pedirle su apoyo a un convento de monjas criollas en la Nueva
España, en dicho texto relata la vida de estas monjas y las exalta
para demostrar la gran fe y la grandeza espiritual que se vive en
estos territorios. Finalmente Las Glorias de Querétaro es un texto que
escribe nuestro autor con motivo de las festividades que se llevaron
a cabo en Santiago de Querétaro con motivo de la dedicación de un
templo a Santa María de Guadalupe.
Como podremos ver a través de este capítulo, la religiosidad que se
vivía en la Nueva España tiene rasgos muy característicos. El
catolicismo es parte fundamental de la vida diaria de los habitantes
novohispanos, la fe del criollo es una fe sin precedentes, una fe
cargada de exuberancias, una fe que al igual que el resto de las
características del criollo, representa la unión de dos culturas. En la
Nueva España, el criollo participa en los rituales propios de la
religión católica, pero además adopta y adapta los antiguos rituales
prehispánicos dándoles un nuevo significado y legitimándolos ante
las autoridades eclesiásticas. Ya lo habían entendido las órdenes
51
religiosas del siglo XVI y lo heredan al criollismo del XVII. Las
técnicas de evangelización utilizadas por los franciscanos, tales
como las posadas y las pastorelas, son tomadas por los criollos como
ritual.
Hay una enorme cantidad de detalles religiosos que se transforman
en la religiosidad novohispana. Las construcciones de los templos
con amplios atrios, las churriguerescas fachadas de las iglesias, lo
exuberante de las fiestas patronales y la fuerte devoción que movía a
miles de personas a través de largas peregrinaciones.
“Fr Alfonso de la Cadena y Fr Francisco de S. Miguel
del orden de S. Francisco, sus padres espirituales y
confesores determinaron casarla segunda vez con
persona, que no sólo la sustentase, y le aumentase la
hacienda, sino que supiese estimar a Marina por sus
virtudes.”44
Como podemos ver en este pasaje, la influencia que tiene la iglesia
sobre los habitantes de la Nueva España es muy fuerte, a tal grado
de tomar parte en las cuestiones más intimas de la vida privada. La
imagen del confesor no es para nada la que tenemos hoy en día. En
aquel tiempo las grandes personalidades tenían asignado un
confesor, el cual no se limitaba simplemente a confesar a las
personas, sino que estaba encargado de guiar espiritualmente a sus
confesos y de aconsejar las decisiones que debían tomar respecto de
su vida cotidiana, así como amonestar fuertemente sus pecados y
herejías. El confesor es una especie de mediador protector que ve
siempre por el bien de las personas, y que en la mayoría de los casos
es tomado en alta estima.
Como vemos, el papel de la iglesia en la sociedad colonial es
importantísima. La iglesia no está apartada de ninguna manera de
las cuestiones políticas, sino que contrario a esto, tiene una
influencia determinante en las decisiones que se toman. Las
disputas que se dan en el siglo XVI entre los dominicos Fr Bartolomé
Sigüenza y Góngora, Carlos. Paraíso occidental México: UNAM, 1995. Pág. Q-‐‑
44
16
52
de las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda, las cuales tienen fuertes
repercusiones en las decisiones del rey Carlos V respecto de las
encomiendas, se encuentran también en el pensamiento criollo del
Siglo XVII. Si el confesor juega parte importante en las decisiones
que toman sus confesos, los virreyes también tenían a sus confesores
que de alguna manera les aconsejaban sobre las decisiones que
debían tomar respecto de la política en América.
Sigüenza delata la enorme devoción mencionada hace unos
momentos en su libro Paraíso occidental, en el cual describe la vida de
Sor Marina de la Cruz y de Sor Inés de la Cruz.
“Y no era menos estimable lo que ejercitaba en su
retiro doméstico donde maceraba sus carnes con
ayunos, cilicios ásperos, y disciplinas sangrientas…”45
El pasaje citado muestra aspectos demasiado profundos de la
manera que se vivía la vida dentro de los conventos; a propósito de
esto Margo Glantz menciona que:
“Es evidente que la sociedad novohispana estaba
hambrienta de santidad, es decir, de víctimas
propiciatorias capaces de sobrepasar la ruptura entre
el lenguaje burocrático, el dogma, y la encarnación de
una fe…46
Es por eso que en la literatura y la poesía buscan constantemente la
aprobación divina, hacen de México la nación enmendadora de los
desastres europeos. Convierten a América en el anhelado paraíso
terrenal. Presentan a su tierra como predilecta por Dios, dándose a
sí, las características del católico perfecto, del paradigma de beato.
Para el criollo el nuevo mundo es modelo de santidad y pureza que
responde a las herejías protestantes. El criollo toma la bandera de la
defensa de la fe, introduciéndose en discusiones teológicas como la
45
Sigüenza y Góngora, Carlos. Paraíso occidental México: UNAM, 1995. Pág. Q-‐‑
15
46
Glantz, Margo. Prólogo a Sigüenza y Góngora, Carlos. Paraíso occidental
México: UNAM, 1995. Pág. XLII
53
que suscita Sor Juana con su famosa Carta Atenagórica, que le vale
una disputa con el padre Vieira y la amonestación del obispo Santa
Cruz.
El criollismo en particular tiene una fuerte devoción por la virgen de
Guadalupe. Son innumerables los poemas, las prosas, las referencias
literarias y mitológicas que remiten a la virgen del Tepeyac (más
adelante en capítulos siguientes se abordará con mayor profundidad
este tema, ya que la imagen de Guadalupe es fundamental para el
estudio de la identidad criolla).
“Es el americano Guadalupe
antes fúnebre albergue de la noche,
si no fue donde densas nieblas tupe
el claro, del Arturo boreal coche.
Timbre es lustroso el orbe, ya le
ocupe
no de este manto azul fogoso
broche,
si de Apolo mejor purpúrea aurora
que de fulgentes rayos el sol dora.”47
La Virgen de Guadalupe, patrona de la ciudad de México, es la
imagen religiosa más representativa en América, símbolo de unión
cultural y una parte fundamental de este enorme rompecabezas que
es la identidad criolla. La virgen es el claro resultado de la
adaptación del culto católico y el rito mexicano. Una virgen morena
enlaza las tradiciones españolas que ponen como patronas de las
provincias españolas a la virgen María en sus diferentes
advocaciones marianas,48 con los rasgos característicos de los
pueblos americanos. El relato Huei tlamahuiçoltica49 que suele
47 Sigüenza y Góngora, Carlos. Primavera Indiana, Poema sacrohistórico, idea de María
54
Sigüenza y Góngora, Carlos. Teatro de las virtudes políticas que constituyen a un
príncipe México: UNAM, 1986. pág. 20
57
los indios habían emigrado de Babilonia. Asimismo,
citó un relato en Quiché descubierto por fray Francisco
Vázquez, en que se describía a los indios con una tribu
de Israel, que habiendo escapado de Egipto con
Moisés, pasó a Babilonia y no a Palestina, y luego
vagabundeó lentamente a través del Asia.”55
Algunos otros de los dioses prehispánicos, los explicará Sigüenza de
otra manera. El caso de Huitzilopochtli, dios de la guerra, será una
de las personalidades que mencionará en Teatro de las virtudes
políticas. En el caso de esto a diferencia de los otros, no hay un
sincretismo con el dios Marte, sino que dirá que fue tomado por dios
a su muerte debido a sus virtudes guerreras que tantas glorias le
procuraron al pueblo mexica.
“De uno y otro será desempeño el valeroso
Huitzilopochtli, caudillo y conductor de los
mexicanos en el viaje que por su disposición
emprendieron en demanda de las provincias de
Anáhuac que habitaron los toltecas, sus progenitores
antiguos, y son las de que ahora se forma la Nueva
España. Acción tan estimada de su barbaridad
ignorante que no supieron pagarla sino con la
apoteosis con que después de su muerte lo veneraron
por Dios.”56
Los dos mitos importantes que apunta J. Lafaye son Guadalupe y
Quetzalcóatl. La primera como ya dijimos, es resultado de la
evangelización, transformando a Tonantzin en Guadalupe, el
segundo tiene también una gran importancia, ya que la imagen de
Quetzalcóatl es también usada como medio evangelizador. De
nuevo el sincretismo criollo identifica la imagen de Quetzalcóatl con
la figura del apóstol Santo Tomás. Quetzalcóatl es la suprema
deidad de muchas de las culturas prehispánicas, la cual se presenta
55
Brading, David. Orbe Indiano, México: Fondo de cultura económica, 1991. pp.
338
56
Sigüenza y Góngora, Carlos. Teatro de las virtudes políticas que constituyen a un
príncipe México: UNAM, 1986. pág. 59
58
como hombre que viene de oriente con características europeas; con
lo que le da la facilidad a los evangelizadores de presentarlo como
uno de los seguidores del Dios verdadero.
Ambos mitos, el de Guadalupe y el de Quetzalcóatl tendrán una
enorme importancia tanto a la hora de construir la identidad criolla,
como a la hora de comenzar a pensar en independizarse del reino
español, pues ambas figuras destruyen de alguna manera los
argumentos que les permitían a los españoles tener derecho sobre
las tierras en la Nueva España. Las consecuencias que acarrea que la
iglesia acepte que Tonantzin es en realidad Guadalupe y
Quetzalcóatl Santo Tomás, dan los argumentos necesarios a los
criollos para demostrar según las tesis expuestas por Ginés de
Sepúlveda en el Siglo XVI, la conquista de América es inválida.
3.1 La mitología europea y americana en el pensamiento criollo
Hay quienes afirman que la religión es una construcción social. El
rumbo de este capítulo no apunta a discutir dicha afirmación, pero
lo menciono porque es verdad que la religión juega un papel muy
importante dentro del constructo social. Es el caso en todas las
sociedades del mundo, y para nuestro interés analizaremos en el
siguiente capítulo, la importancia de la religión en la época
novohispana, las influencias que tienen en la sociedad, así como la
conformación de la identidad novohispana a partir de ciertos rasgos
característicos muy particulares del México del siglo XVII.
Los tres principales puntos a analizar y que desde mi perspectiva
me parecen los más importantes y representativos de los criollos,
son la influencia religiosa del catolicismo español, la Virgen de
Guadalupe, que es un elemento fundamental en la fundación de la
identidad criolla; y junto con este, la imagen de Quetzalcóatl que
representa junto con Guadalupe, el sincretismo que envuelve la fe
de los habitantes de la Nueva España.
En la interesante labor de evangelización que hacen los frailes del
siglo XVI, encontramos detalles impresionantes, factores
importantísimos y técnicas sorprendentes de cómo los primeros
evangelizadores que llegaron a América hicieron para llevar la
59
religión a un pueblo completamente desconocido, con costumbres
completamente diferentes y bien arraigadas, pero sobre todo a un
pueblo que en principio, no estaba dispuesto a abandonar sus
antiguas creencias de un día para el otro.
Una de las técnicas, y la más importante a mi parecer, pues con el
tiempo tendrá una gran importancia en la conformación de la
identidad mexicana, es la de adoctrinar a los antiguos mexicanos,
adoptando de ellos sus antiguas costumbres para adaptarlas a la
visión cristina. Los frailes, cansados de destruir los templos y
torturar a los indígenas con la intención de que abandonen la
idolatría, comienzan a optar por tomar un camino diferente, un
camino de comprensión de los viejos rituales para emparentarlos
con los viejos mitos europeos y la religión católica. El códice
florentino es la ardua labor de Fray Bernardino de Sahagún por
entender la mitología prehispánica, por aprender la lengua y los
conocimientos de los antiguos mexicanos. El objetivo de Sahagún
era llevar a cabo una evangelización eficiente, pero con gran astucia
se percató que destruir sus códices y templos no era suficiente,
porque su fe permanecía en la tradición oral. Sahagún se acercó a los
hombres más viejos y aprendió de ellos su cosmovisión y su cultura,
su religión y su visión de los dioses, esta fue la estrategia principal
de Sahagún para la evangelización; aprender para enseñar. De una
manera similar a la de San Pablo57, Sahagún se acercó a los
indígenas y les mostró a ese Dios que no conocían, tomó elementos
de su propia cultura para explicarles la nueva religión. De esta
manera fundó un tipo de religiosidad bastante peculiar, una
religiosidad que heredarían los criollos del siglo XVII y con la cual
comenzarían estos últimos a fundamentar y legitimar su propia
identidad, la cual más tarde y en algún momento también
conformaría la identidad de todos los mexicanos aun en nuestros
días58.
Al Dios desconocido
57
Porque hay que advertir que si bien es cierto que hay algunos mexicanos que
58
hoy en día no son creyentes, son los menos y aun esos están bautizados y han
hecho su primera comunión.
60
Después de analizar la influencia religiosa que hay en México, y que
se fue conformando durante el virreinato, poco me sorprenden ya
los ritos católicos que hay hoy en día. Pienso por ejemplo en la
devoción por la Virgen de Guadalupe y las impresionantes
peregrinaciones el 12 de Diciembre, o la cantidad de fieles que se
reúnen cada mes en la iglesia de San Judas, o las procesiones que se
hacen en los pueblos para conmemorar a sus santos; todos estos
reflejos de una fe católica que comenzó a construirse o a fomentarse
en el siglo XVI y que sigue vigente hasta nuestros días. Incluso ritos
y sectas que no son reconocidas por la Iglesia Católica, como el culto
a la Santa Muerte, son igualmente resultado de aquella labor
sincrética de los frailes que no tenían otro objetivo que el de enseñar
la doctrina católica en este continente.
Otro de los rasgos importantes que debemos mencionar sobre la
religión respecto de la influencia europea en la sociedad
Novohispana es el hecho de que los reyes españoles buscaban
difundir la religión católica en todo el reino, tanto en Europa como
en las colonias americanas. Toda la sociedad y la política que se
hacía dentro de los alcances de los monarcas hispanos tenían detrás
la busca de la instauración del catolicismo como la religión oficial.
Una de las instituciones que surge a partir de este aspecto es la
Inquisición española, que tiene jurisdicción sobre los aspectos
teológicos.
Uno de los inquisidores más importantes en México y que tiene una
relevancia sumamente importante fue Fray Juan de Zumárraga,
quien tomo el cargo de inquisidor en 1535. Algunos de los aspectos
que dan gran importancia a Zumárraga son la fundación de los
colegios de Santa Cruz de Tlatelolco y San Juan de Letrán; además
de ser a él a quien acudió Juan Diego para mostrarle la imagen de la
Virgen de Guadalupe.
Finalmente me parece oportuno presentar el conflicto que se daba
entre los propios religiosos, respecto de la diferencia de las castas.
Mostremos por ejemplo, que uno de los aspectos que más influencia
tuvo en que muchos de los habitantes criollos de la Nueva España se
dedicaran a las labores eclesiásticas se debe a la falta de
oportunidades que tenían frente a sus similares Españoles, pues
61
aunque los españoles no estuvieran tan capacitados en las labores
políticas o económicas, tenían mayores oportunidades que los
criollos aunque estos últimos tuvieran mayores estudios y aptitudes,
hecho que hacía que los jóvenes nacidos en América se dedicaran al
estudio en los principales colegios para convertirse en sacerdotes.
“Todos los jóvenes criollos de buena familia se
educaban en colegios jesuitas de la ciudad de México y
de Puebla, con el resultado de que nadie deseaba
seguir la profesión de sus padres sino que antes bien
querían todos dedicarse al estudio de las letras para
prepararse lo mejor posible a ingresar en el sacerdocio
y en las órdenes religiosas.”59
Sin embargo aun dentro de este ámbito, los religiosos criollos
seguían teniendo menos oportunidades frente a los españoles, los
cuales los tachaban de incompetentes para asuntos teológicos.
“En cuanto a los criollos, como se les llamaba a los
españoles nacidos en las Indias, algunos eran aptos
para el sacerdocio, pero la mayor parte toman del
natural y costumbres de los indios, como nacidos en
los mismos climas y criados entre ellos, por lo que
manifiestamente eran ineptos para la vida religiosa y
la ordenación.”60
El mismo Sahagún llegó a hacer comentarios despectivos respecto
de algunos criollos a los cuales no creía calificados para dedicarse a
los asuntos de la Iglesia, aspecto que cayó muy mal en el ánimo de
Torquemada que es de quien tenemos dichos registros.
Más adelante, cuando la Iglesia de la Nueva España ya estaba más
en poder de los criollos que de los peninsulares, pues este sector fue
creciendo rápidamente con el transcurso del tiempo. Ahora eran los
59
Brading, David. Orbe Indiano, México: Fondo de cultura económica, 1991. pp.
325
60
Brading, David. Orbe Indiano, México: Fondo de cultura económica, 1991. pp.
328
62
criollos quienes eran la mayoría y de alguna manera, autoridad en
las órdenes religiosas; fue entonces que las cosas se invirtieron.
“Al comienzo del siglo XVII, era una institución
dominada en todos los niveles, aparte del obispo, por
el clero secular criollo, que cada vez más consideraba
como intrusos a los frailes llegados de la Península.
Aun dentro de las órdenes religiosas, el conflicto entre
criollos y gachupines produjo cierto distanciamiento
de los dedicados fundadores de cada provincia.”
Ahora eran los criollos quienes atacaban al sector peninsular,
reclamando poco a poco su derecho y expresando su insatisfacción
tras haber sido devaluados y poco tomados en cuenta. Este es un
reflejo del sentir criollo en la sociedad en general, y que me parece
importante mencionarlo ya que revela lo que estaba pasando en la
sociedad no sólo dentro del seno de la Iglesia, sino en todos los
aspectos de la cultura criolla.
3.2 Los mitos de Guadalupe y Quetzalcóatl
Hay dos mitos fundamentales, de los cuales los intelectuales criollos
se valen para afirmar su identidad. Los criollos conocedores de las
grandes culturas clásicas ven que todas ellas, tienen un mito que les
da cierta autoridad, un mito que los unifica, que los legitima como
parte de una sociedad. Para los griegos están la Teogonía de
Hesíodo y los poemas homéricos, para los romanos la Eneida y el
mito de Rómulo y Remo, los Egipcios tienen a Isis y Osiris, y así los
Babilonios y las grandes culturas mesopotámicas. De igual manera
el criollo busca en los mitos de Guadalupe y Quetzalcóatl, la
narración que los legitime y les de autoridad en su propia nación,
frente al español que no siendo originario de la Nueva España tiene
mayor autoridad sobre las cuestiones políticas y las decisiones que
se toman en la sociedad Novohispana.
63
“Visto desde una perspectiva histórica, el culto de la
imagen de Guadalupe parece un mito de fundación.”61
Si el relato de la Virgen de Guadalupe es o no un mito, no es un
asunto que vayamos a tratar en este capítulo. Si bien es cierto que
hablaremos de las críticas que se hicieron hacia la figura de la
Virgen criolla, mi objetivo no es poner en duda la veracidad del
relato, sino obtener de éste, rasgos característicos de la sociedad y
cómo éstos se conectan con la tesis que se propone de la identidad
criolla. De igual manera será tratado el mito de Quetzalcóatl, la
visión que tienen algunos sobre su posible identificación con el
Apóstol Santo Tomás y las repercusiones que tuvo o que buscaba
tener respecto de la política y la religiosidad mexicanas.
3.2.1 Guadalupe: El mito fundacional
México adopta rasgos peculiares de la religiosidad en España. El
ejemplo más claro es tal vez el culto a las imágenes, y
particularmente a las vírgenes; tradición que se da en las ciudades
españolas y que llega a México para maximizarse a niveles
estratosféricos.
“En los primeros años del siglo XVII ya era claro que
la religión indígena había llegado a centrarse en las
imágenes cristianas como patrones espirituales, cuya
devoción llegó a ser expresión de solidaridad
comunitaria. En 1642, Juan de Grijalva observó que
los naturales “en el culto y reverencia de las imágenes
son extremados”, ya que cada casa y cada familia
tenían su propio altar con un crucifijo y varias figuras
de la Virgen María y de Santos.”62
Las procesiones en los pueblos, las mayordomías, y la santería son
rasgos del sincretismo que se da entre la religión española y los
61
Brading, David. Orbe Indiano, México: Fondo de cultura económica, 1991. pp.
394
62
Brading, David. Orbe Indiano, México: Fondo de cultura económica, 1991. pp.
383
64
viejos ritos paganos prehispánicos, que algunos criollos llegan a
difundir, tal es el caso de el asunto que nos compete en este capítulo.
La Virgen de Guadalupe es uno de los elementos fundamentales de
toda la religión católica en América.63 La creciente Iglesia católica en
México necesitaba o mejor dicho, buscaba tener un cierto estatuto
que la legitimara o la emparentara con las formas religiosas de
España. México necesitaba tener algún símbolo, un estandarte para
ponerse a la altura de los santos de Europa, algo que demostrara
como tanto se había dicho, que América era el Paraíso en Occidente,
que Dios había dado a los hombres para recuperar la Iglesia de los
abusos cometidos en Europa, tales como el protestantismo inglés y
alemán o el ateísmo científico francés, al respecto Brading apunta
acertadamente lo siguiente en uno de sus capítulos clave de Los
orígenes del nacionalismo mexicano:
“No contento con explicaciones filosóficas acerca de la
excelencia de los incas, Calancha también proponía
una premisa teológica. El apóstol Santo Tomás
también había predicado en el nuevo mundo. Después
de todo Cristo había ordenado que el Evangelio fuera
difundido a todas las naciones: ¿Por qué se le iba a
negar a América ese derecho natural? ¿De qué otra
manera podrían explicarse las leyendas indígenas que
hablaban de un dios blanco barbado o la sorprendente
similitud entre los ritos y las creencias indígenas y el
cristianismo? En México, el gran sabio criollo Carlos
de Sigüenza y Góngora, contemporáneo y amigo de
Betancourt, aceptaba la teoría e identificaba a Santo
Tomás con el héroe y dios indígena Quetzalcóatl.”64
Gran parte de la fe en España estaba sostenida por los milagros, las
reliquias; esa forma de religiosidad tan característicamente española.
Sin embargo frente a la gran cantidad de milagros que se daban en
63
Su fama llega a alcanzar ciudades de Sudamérica, por lo cual no me atrevería
a reducir su importancia sólo a México
Brading, David. Los orígenes del nacionalismo mexicano. México: Era, 1988. Pág.
64
27
65
España, las tierras americanas parecían desprovistas de la atención
divina, la ausencia de santos propios o de patrones no importados
era un hecho que preocupaba al clero mexicano. La Virgen de los
Remedios, que fue la patrona de ciudad de México durante mucho
tiempo, era una Virgen que no se había aparecido en México y que
por lo tanto era una virgen primordialmente hispana. Es por todo
esto que Guadalupe juega un papel tan importante en la fundación
de la identidad criolla65 ya que les da a los criollos esa ansiada
legitimidad religiosa.
El texto Imagen de la Virgen María, Madre de Dios de Guadalupe.
Milagrosamente aparecida en la ciudad de México (1648), del criollo
Miguel Sánchez es un parte aguas en la historia de la religión
católica en América, pues a partir de éste, las peregrinaciones hacia
el Tepeyac en busca de milagros por parte de la Virgen morena
comienzan a acrecentarse. Hay una gran cantidad de milagros que
los cronistas criollos relatarán y que servirán de promoción a la que
más adelante se nombrará la patrona de México.
La difusión de la imagen de la Virgen de Guadalupe, estará siempre
a cargo de intelectuales criollos quienes la tomarán como bandera de
identidad y de autonomía religiosa; es por eso que se le llamaba la
Virgen criolla.
Si bien es cierto que, como dije anteriormente, no intentaré resolver
el problema de la veracidad de los relatos, lo que es importante
recalcar es cómo, todos éstos, son afirmados y tocados por la elite
criolla, hecho que será juzgado por muchos que intentarán atacar el
relato, tachándolo de falso y de promotor del paganismo indígena.
“Francisco de Bustamante, quien atacó el culto
mariano del Tepeyac, tildándolo de subterfugio para
la idolatría y afirmando que los indios iban al
santuario para rendir culto a sus diosas indias, pues
era bien sabido que el Tepeyac había sido el sitio de un
65
De la cual yo digo que es una de por lo menos dos identidades mexicanas
66
importante templo dedicado a Teotenantzin, “Madre
de los dioses”.”66
Aquí Bustamante apunta a que el relato es sólo un mito inventado,
con tintes sincréticos, aspecto del cual ya hemos hablado y que es
característico del criollismo, por lo cual muchos dudarán de la
validez de la aparición y más bien la calificarán de un invento de los
criollos. Uno de ellos será el gran filósofo Sahagún, quien se sumará
a la postura de Bustamante, sobre que sólo es un pretexto para
continuar los ritos paganos.
“¿Qué importaban los argumentos antiaparicionistas,
o qué importaban otras vírgenes españolas, si ésta es
de esta tierra, pedazo y sabor a barro mexicano,
nervadura y cohesión de los mexicanos?.”67
En contraposición a estos argumentos en contra, aparecerán las
alabanzas por parte de todo el sector criollo, promoviendo el culto y
afirmando la validez de Guadalupe. La elite intelectual criolla
comienza a escribir poemas refiriéndose a la figura de la Virgen.
Una gran cantidad de capillas son construidas por toda la Nuevas
España convirtiéndose en templos Guadalupanos adonde llegaban
grandes cantidades de peregrinos. El mismo Sigüenza participa en
estos movimientos que difunden la imagen Guadalupana,
escribiendo varios textos, algunos de ellos con la intención de alabar
a la Virgen como lo es Las Glorias de Querétaro, texto que escribe para
la inauguración de un templo que se edificó en la ciudad de
Querétaro a la Virgen criolla.
Otro de los poemas es Primavera Indiana, uno de los poemas más
significativos del guadalupanismo que se vivía en aquella época. El
poema de Sigüenza muestra de nuevo los rasgos del sincretismo,
hace en él, alusión a la mitología grecolatina para autentificar el
mito propio. La Virgen de Guadalupe que presenta Sigüenza en este
66
Brading, David. Orbe Indiano, México: Fondo de cultura económica, 1991. pp.
385
67
Ramón, Kuri Camacho. El barroco jesuita novohispano: la forja de un México
posible, México: Universidad Veracruzana, 2008. pp. 29
67
poema tiene todas las características de los criollos, es una Virgen
americana que viene de Europa; esa es la visión que tienen los
criollos de sí mismos, Europeos que tuvieron, para algunos la
fortuna y para otros la desdicha, de nacer en América. No son
europeos pero tienen un pasado en común con ellos, esa es
justamente la imagen que presenta nuestro autor.
“Éste pues vasto cuerpo, que domeña
al gran Fernando, cuyos huesos ata
oro por nervios, y de peña en peña
por sangre vive la terriza plata.
Ya depuesta por él la inculta greña
renuncia alegre religión ingrata,
mientras Plutón con lágrimas nocturnas
exhaustas llora sus tartáreas urnas.”68
Sigüenza inteligentemente utiliza también la imagen de Guadalupe
como fundamento de su constante ataque hacia los países europeos
que desde su punto de vista están cayendo en herejías. Como ya lo
vimos al inicio del capítulo, Sigüenza utiliza cualquier arma para
criticar a países como Inglaterra, Francia, Alemania y Holanda, así
que la Virgen de Guadalupe le da un nuevo fundamento para la
crítica.
“En una hábil variación de un tema franciscano,
Sigüenza y Góngora contrastó audaz mente la caída
del norte de Europa en el negro invierno de la herejía
con la aparición primaveral de Nuestra Señora de
Guadalupe en el norte de América, señal inequívoca
de que el viaje místico de la Iglesia continuaba hacia el
Oeste”69
A partir de este tipo de textos y de los milagros relatados, algunos
por Miguel Sánchez y otros que parecen venir de mismo
68
Sigüenza y Góngora, Carlos. Primavera Indiana, Poema sacrohistórico, idea de
María Santísima de Guadalupe de México párrafo XXIV
69
Torre Villar, Testimonios históricos guadalupanos. México: Fondo de Cultura
Económica, 1999. pp. 346-‐‑347.
68
Ixtlilxóchitl, la Virgen de Guadalupe comienza a difundirse por
todas partes y a tener tanto reconocimiento que hay autores que
afirman que no había ningún hogar en la Nueva España que no
contara con una imagen Guadalupana en sus casas o en sus altares.
“La rapidez con que el culto ganó terreno fue notada
por el provincial e historiador de los jesuitas, Francisco
de Florencia (1620-‐‑1695) quien en La estrella del Norte de
México (1688), afirmó que cada pueblo y casa de la
Nueva España tenía una copia de la imagen.”70
El mismo Antonio Robles quedará sorprendido con la magnitud de
la fidelidad mexicana anotando en su Diario de sucesos notables, el
rápido crecimiento del culto a la Virgen del Tepeyac.
“Pues no había en todo México más que una imagen
de esta soberana Señora en el convento de Santo
Domingo, y hoy no hay convento ni iglesia donde no
se venere, y rarísima la casa y celda de religioso donde
no esté su copia…”71
Hace un momento mencionamos la intervención de Ixtlilxóchitl y
Miguel Sánchez en la redacción de los milagros adjudicados a la
Virgen de Guadalupe. Me gustaría agregar que en ambos casos, las
fuentes son dudosas como apunta Brading:
“Para Miguel Sánchez… no había tal argumento en
que apoyarse: no encontró fuentes escritas y hubo de
depender de la tradición oral conservada en el
santuario. Luis Lasso de la Vega, en su versión en
náhuatl de la historia, tampoco ofrece ninguna
sugerencia de fuentes anteriores”72
70
Brading, David. Orbe Indiano, México: Fondo de cultura económica, 1991. pp.
378
71
Antonio Robles, Diario de sucesos notables (1665-‐‑1703), ed. Antonio Castro Leal,
3 vols. México, 1946, I, 144-‐‑146.
Brading, David. Orbe Indiano, México: Fondo de cultura económica, 1991. pp.
72
387
69
El relato oficial de Sánchez, no tiene un fundamento tangible. El crea
el relato a partir de lo que se tiene rescatado por tradición oral. No
se tiene manera de demostrar su veracidad, aun hoy en día la
discusión acerca de la veracidad del relato guadalupano sigue
dando dolores de cabeza. Hay quienes atribuyen a Ixtlilxóchitl la
descripción o invención de los milagros.
“Que Ixtlilxóchitl hubiera adquirido el texto original y
añadido la sección que describía los ulteriores
milagros no resultaba improbable, pues había
estudiado a las órdenes de Valeriano y había
compuesto himnos en náhuatl, basándose en los
salmos, que él atribuyó a Nezahualcóyotl.”73
Con todo esto que hemos dicho, lo que es importante notar es que el
relato de Guadalupe es claramente criollo, no digo ya por su
invención, sino por su difusión. Hay que apuntar que el sector
criollo lo utiliza para autentificar su identidad. Un fundamento que
les da unidad como sociedad, que los distingue completamente de
los españoles. Guadalupe es el estandarte por antonomasia del
movimiento.
Los criollos son los Adanes de esta nueva tierra, de este nuevo
paraíso, en el cual Dios los puso para dominar. Eran unos Adanes
dormidos durante los primeros siglos de la Nueva España, pero
ahora que ha llegado Guadalupe, han despertado para tomar
potestad sobre lo que les es propio. Eso es Guadalupe, la imagen
que los autentifica como señores de esta tierra.
Por eso las alabanzas, por eso la difusión tan ardua de su imagen y
de su mito, por eso el interés tan fuerte de que sea reconocida;
porque al ser reconocida les da el carácter que siempre han
anhelado, el de su independencia, el de su autonomía. Luis Becerra
Tranco, en este afán que describimos por darle autenticidad a
Guadalupe, hace una ardua tarea de búsqueda de bases históricas
Brading, David. Orbe Indiano, México: Fondo de cultura económica, 1991. pp.
73
387
70
presentando una versión española y otra náhuatl donde trataba de
dale cierta base histórica al relato.
El relato de Guadalupe se convierte en un discurso patriótico, un
discurso criollo, con eminentes rasgos sincréticos, donde aparece un
indio, con una Virgen mestiza, utilizando como señal flores
españolas (rosas de Castilla). La mezcla cultural se encuentra en
todo el relato, pero siempre puntualizando que es una virgen
Americana y no Europea.
Hoy en día pensamos que la Virgen de Guadalupe es la virgen que
se le apareció a los indígenas, que es primeramente mestiza, cuando
la realidad es que es criolla, que está más emparentada con la
identidad criolla que con la mestiza. Florencia en su texto Estrella,
dedicado a la Virgen de Guadalupe, habla de la virgen que viene de
occidente a terminar con la idolatría y la cultura prehispánica para
instaurar una nueva Nazaret en Occidente.
“Dio gracias a María, “tu milagrosa imagen de
Guadalupe, la que ataste al Demonio, y ahogaste en
todo este Nuevo Mundo mexicano el Dragón de Siete
Cabezas de la idolatría… También saludó a la Virgen
“cuando renace su Imagen y por su Imagen en esta
florida cristiandad del imperio de México, entre las
flores de Guadalupe, su nueva Nazareth y patria
indiana”, tropo que lleva a elogiar “la tierra de
promisión de México” 74
Esto hace pensar en el mismo discurso patriótico. El criollo es aquel
que viene de occidente a instaurar un nuevo imperio Mexicano. Este
hecho se verá más claramente en el siglo XVIII, donde el discurso
independentista tome estas bases para afirmarse como una sociedad
independiente de la corona española. No es coincidencia ni capricho
de Hidalgo haber tomado a la Virgen de Guadalupe como
estandarte del movimiento de independencia. Necesitaba una
bandera que le diera unidad a sus tropas, y si recordamos que en
principio el movimiento de independencia era un movimiento
74
Florencia, Estrella, pp. 161, 565, 599, 731.
71
criollo, es fácil entender el por qué Guadalupe era el estandarte de
un movimiento armado.
Más adelante y con el movimiento de independencia avanzando,
pero ya no en manos de los criollos sino de todas las castas que
buscaban la independencia de México frente a la corona española, el
símbolo de Guadalupe se convirtió no sólo en un símbolo criollo,
sino que pasó a representar a todos los grupos y castas que
habitaban en la Nueva España. Aunque todo el movimiento
Guadalupano fue promovido por los sectores criollos de la sociedad,
la Virgen nunca fue particular: las peregrinaciones indígenas que la
adoptaron como patrona y madre, asistían año con año a visitarla,
hecho que un principio seguramente debió identificarse con la
idolatría hacia la antigua diosa Teotenantzin, pero que a través de
los años se olvidó la antigua creencia, para adoptar a Guadalupe
como su cuidadora y madre; lo cual contribuyó enormemente para
la evangelización de los pueblos indígenas.
“Pero el ulterior desarrollo del culto de Guadalupe se
derivó del inextricable entrelazamiento de fervor
religioso y entusiasmo patriótico. Los habitantes de la
Nueva España, marcadamente divididos por clases,
razas, costumbres y hasta lenguajes, tenían poco más
que los uniera que su identidad común como hijos y
súbditos de la Madre de Dios.”75
Manuel Altamirano apuntará correctamente la importancia de
Guadalupe para la unidad nacional y para la creación de la
identidad mexicana, tanto en el criollismo del siglo XVII como la
identidad mexicana de todos los tiempos.
“Sólo ante Nuestra Señora de Guadalupe, “la deidad
nacional”, permanecían unidos los mexicanos, en
condiciones de igualdad: “Es la igualdad ante la
Virgen; es la idolatría nacional… en último extremo,
75
Ignacio Manuel Altamirano, Obras completas, 12 vols. (México, 1986-‐‑1988), V,
116-‐‑118.
72
en los casos desesperados, el culto a la Virgen
mexicana es el último vínculo que los une.”
Es ahora más plausible hablar de la guadalupana como madre de
México si notamos que en ella se fundamenta la identidad nacional.
Es madre de México en el sentido que heredamos de ella,
características que nos delinean un perfil psicológico, sociológico y
cultura.
“No obstante, durante el siglo XVII, el clero mexicano
encontró un vehículo más poderoso para su celo
patriótico que la mera contemplación de la civilización
indígena o la especulación acerca de Santo Tomás.
Descubrió a nuestra señora de Guadalupe. Una vez
que fue publicado el primer relato en 1648, el
significado místico de la Virgen María en el Tepeyac al
indio Juan Diego, así como la milagrosa impresión de
su imagen en el sayal, pronto se convirtió en tema de
extasiados sermones y disquisiciones… Tanto criollos
como indígenas se unieron en la veneración de la
Guadalupana. Había surgido un gran mito nacional
mucho más poderoso, porque tras él se hallaba la
devoción natural de las masas indígenas y la
exaltación teológica del clero criollo.”76
3.2.2 Quetzalcóatl: Icono del cristianismo en el México
prehispánico
Como dije al principio del capítulo, hay dos mitos fundacionales de
la identidad criolla, dos mitos de los cuales se sirven los
intelectuales criollos para reafirmar su identidad; el primero de ellos
lo acabamos de tratar; el mito de Guadalupe. El segundo,
Quetzalcóatl, es tal vez no tan importante como el mito
guadalupano, pero si tiene gran relevancia en el pensamiento
novohispano como veremos a continuación.
76
Brading, David. Los orígenes del nacionalismo mexicano. México: Era, 1988. Pág.
26-‐‑27
73
El antiguo mito de los mexicanos prehispánicos es adoptado por los
criollos novohispanos con un objetivo muy específico, como ya lo
dije hace un momento respecto de la Virgen de Guadalupe: los
criollos necesitaban algo que los legitimara, algo que le diera
fundamento a su identidad, y usaron los mitos para ello, los
adoptaron, los transformaron y los crearon en busca de un
fundamento que les regresara lo que creían que por derecho les
pertenecía. El mito de Quetzalcóatl, al igual que el de Guadalupe,
encaja perfecto en las necesidades del criollismo. Durante mucho
tiempo, fueron los intelectuales criollos los que se dedicaron a
estudiar la historia, la mitología y la cosmología prehispánica, tanto
que muchos de ellos quedaban enamorados ya que al nacer en
América, veían a los antiguos mexicanos como sus antepasados.
“El rasgo más notable del enfoque de Ixtlilxóchitl a la
historia antigua de México fue su afirmación de que
los olmecas, pueblo bárbaro que ocupó el Anáhuac
tras la legendaria época de gigantes, recibieron las
reglas de la moral y las artes de la civilización de
manos de un sabio blanco y barbado, conocido como
Quetzalcóatl-‐‑Huémac, llegado de muy lejos.”77
En el siglo XVII, ya bien estudiada y conocida la mitología
prehispánica, el mito de Quetzalcóatl cubre perfectamente las
necesidades criollas, los cuales inmediatamente comienzan a echar
mano del sincretismo que los caracteriza para conjugar al dios de los
antiguos mexicanos, con uno de los apóstoles que seguían a Cristo.
La narración encaja perfecto. Un hombre blanco y barbado que
venía de oriente y que instauró las leyes morales así como la
prohibición de los sacrificios. En este relato los elementos que
envuelven a Quetzalcóatl, sobre todo el hecho de que fuera un
hombre blanco y barbado en una cultura donde los hombres solían
ser morenos y lampiños, da para pensar (como se sigue creyendo
hoy en día), que era un Europeo que por alguna razón habría
llegado a América. De esto fue lo que se sirvieron los intelectuales y
estudiosos criollos para afirmar que dicho héroe tolteca, había sido
Brading, David. Orbe Indiano, México: Fondo de cultura económica, 1991. pp.
77
302
74
en realidad a quien ellos conocían como el Apóstol Tomás, que en
uno de sus muchos viajes, había llegado a tierras indianas a predicar
el evangelio y enseñar la palabra del Dios único.
El primero de los estudiosos que pone las cartas sobre la mesa
respecto de la posible identificación del Apóstol con la divinidad
prehispánica es Alva Ixtlilxóchitl, el cual si bien no afirma
contundentemente que Quetzalcóatl es en verdad el mencionado
Apóstol; sí aporta datos contundentes que permiten y animan a
otros a aventurarse a afirmar lo que hemos mencionado.
“Aunque el cronista mestizo decidió no identificar a
este sabio legislador con el apóstol cristiano,
firmemente colocó su misión en la época de la
encarnación de Cristo: clara insinuación de que
Quetzalcóatl probablemente había sido el Apóstol
Santo Tomás”78
Esta tesis tiene las características claves de la identidad criolla; pero
en este caso a diferencia de la Virgen de Guadalupe, me atrevo a
decir que dicho relato es realmente una invención criolla, adoptando
la mitología y agregándole el elemento religioso. Si bien el mito de
Quetzalcóatl no es un invento criollo, pues tenía preexistencia
dentro de la cosmovisión Azteca y de la mayoría de las culturas
mesoamericanas, es cierto también que los rasgos de la religión
católica fueron agregados a propósito por algunos intelectuales, sin
tener esto fundamento alguno que verificara o diera validez a la
tesis propuesta, pero eso sí, un sin número de argumentos que les
daban las armas suficientes para que en principio al menos no se
negara rotundamente su propuesta.
Algunos de los muchos intelectuales que apoyaron dicha propuesta
fueron Alonso Ramos, Antonio de la Calancha, Becerra Tanco y
Baltazar y hasta el mismísimo Sigüenza y Góngora tomó por
verdadera y promovió este mito, publicando un texto llamado El
fénix del occidente, S. Tomás Apóstol, hallado con el nombre de
Brading, David. Orbe Indiano, México: Fondo de cultura económica, 1991. pp.
78
302
75
Quetzalcóatl79 y demás detalles en el nombre.80 En el cual, sostenía la
tesis mencionada, describiendo datos interesantes sobre el paso de
Quetzalcóatl por esta nación, muchos de los cuales había
investigado él mismo.
Como hemos visto, este mito les da a los criollos, carentes de
identidad, una sólida base a partir de la cual comenzar a construir
su propia historia que los legitime frente a los españoles que en ese
momento son los dueños del virreinato. El mito de Quetzalcóatl les
permite a los criollos apropiarse del pasado cultural que necesitan,
pues la falta de una historia propia, de un pasado glorioso los
mantiene por debajo de los europeos que no necesitan
autoafirmarse. Los criollos son hombres letrados con una cultura
impresionante y herederos de las grandes fortunas que sus padres
españoles acumularon. En la mayoría de los casos, un criollo tiene
más conocimiento, más cultura y más reconocimientos que un
español que llega de la península, sin embargo, por falta de este
fundamento, cargarán siempre con un complejo de inferioridad, el
cual combaten por medio de estas propuestas identitarias.
El mito de Quetzalcóatl también tiene repercusiones en el siglo
XVIII como parte del pensamiento independentista, y esto se debe a
que si bien en el siglo XVI, Juan Ginés de Sepúlveda, argumenta en
la polémica que se suscita entre él y fray Bartolomé de las Casas, que
la conquista de las Indias es justa porque España tiene que cumplir
con la labor evangelizadora de los reyes católicos; el argumento de
Ginés se desploma frente al mito de Quetzalcóatl, pues los
intelectuales del XVIII argumentarán que la evangelización por
parte de España no es necesaria ya que el mismo Apóstol Santo
Tomás, había venido a Evangelizar estas tierras y no hacía falta de la
corona española para convertir a la religión verdadera a los antiguos
mexicanos, que ya habían recibido de primera mano, la palabra de
Dios. Esto desarma por completo el argumento primordial que
legitimaba a los Españoles tener posesión sobre las Indias y dejaba a
79
Sólo se tiene conocimiento de esta obra a partir de referencias, aunque no se
conserva ningún volumen de ella
80
Es de notar el tamaño de los títulos de los textos barrocos, parecería que es
parte de la picardía propia del barroco novohispano
76
los criollos, herederos por nacimiento del derecho sobre estas tierras,
como monarcas indiscutibles del reino de la Nueva España.
77
78
Arte y estética del virreinato: El reflejo de una nación.
« Los más en el mundo no conocen
ni examinan lo que cada uno es,
sino lo que parece.»
Baltasar Gracián
Así como en los capítulos anteriores ha habido un texto de Sigüenza
y Góngora que rige la argumentación, en el cual podemos encontrar
los rasgos característicos del criollismo en los bien logrados
párrafos, de igual manera para este capítulo hay dos textos clave, el
primero de ellos es Teatro de virtudes políticas que constituyen a un
príncipe : advertidas en los monarcas antiguos del Mexicano Imperio, con
cuyas efigies se hermoseó el Arco triunfal que la Ciudad de México erigió
para recibimiento del Virrey Conde de Paredes, Marqués de La Laguna,
texto que invita al nuevo virrey a seguir el ejemplo de los antiguos
gobernantes de México. El segundo texto es una biografía (novela)
que lleva por título Infortunios de Alonso Ramírez, en el cual relata la
suerte de un personaje criollo que en su andar es apresado por unos
piratas holandeses. Esta última novela aunque no lo parezca es de
gran relevancia para entender la identidad mexicana ya que al igual
que en Paraíso Occidental, nos relata el día a día de la vida en la
Nueva España, desde la perspectiva de un criollo.
4.1 El barroco: Trasfondo estético en la identidad criolla
El arte es un medio de expresión en el que se revela el espíritu
humano. En este caso, el barroco, es el estilo artístico que caracterizó
el periodo novohispano, particularmente el siglo XVII. A través de
esta tesis, hemos tratado este siglo, como característico de la
conformación de la identidad criolla. En el presente capítulo
pretendo mostrar la importantísima influencia que tuvo el barroco
en el surgimiento de dicha identidad.
La literatura juega un papel importantísimo en el estudio de la
identidad novohispana ya que en ella se revelan las características
del pensamiento criollo, tanto como la religiosidad y el mito, pues
79
está nutrida y envuelta por ésta. Por eso es que al principio
mencionaba que la religiosidad es una de las características más
importantes, pues está presente en todas las demás características.
La literatura novohispana, que surge primordialmente del sector
criollo de la sociedad, es una literatura claramente barroca y
profundamente patriótica. Como hemos visto a través de lo que va
de este trabajo, el barroco es un estandarte del movimiento criollo,
toda su literatura, tanto la poesía como, la novela y la dramaturgia,
siguen los estándares de Luis de Góngora, a quien se le califica como
el gran poeta barroco del siglo de oro español. Su herencia se ve
encarnada en la poesía y la dramaturgia de Sor Juana y en los
poemas y novelas de su sobrino Don Carlos de Sigüenza y Góngora,
así como la mística poesía de Fray Miguel de Guevara o la
teatralidad de Juan Ruiz de Alarcón. Además de Góngora, los
poetas novohispanos también tenían influencias de Quevedo, Lope
de Vega y Calderón de la Barca; todos ellos de esta misma vertiente
literaria.
El barroco envuelve el pensamiento novohispano, la poesía criolla
está llena de versos recargados de metáforas. En la literatura el
criollo representa el mundo que tiene frente a sus ojos, relata el día a
día que se vive en la sociedad de la Nueva España.
“El poeta criollo, cuanto más adorna y más eufemiza,
más lejos parece situarse de una realidad que ha
querido plasmar verbalmente de manera espontánea;
su mundo subjetivo se vuelca en el entorno inmediato,
y éste se vuelve signo de sus vivencias, que
progresivamente se tornan en mitos propios.”81
La literatura como medio de expresión transmite estos parámetros a
sus lectores. Los habitantes de la Nueva España se desarrollan,
interactúan entre ellos a la manera que hacen los personajes de la
literatura que leen. El criollo culto, el poeta, crea mundos, construye
identidades, moldea sociedades. El arte es el signo que representa la
Bravo Arriaga, María Dolores. La Excepción y la Regla México: UNAM, 1997.
81
pág. 145
80
situación cultural de una nación, pero es también un arma que sirve
para estructurar determinada forma de pensamiento. Cuando
escribe, el criollo relata su situación, pero también construye su
futuro; marca el camino que seguirá la sociedad.
El arte es y siempre ha sido el reflejo de la identidad, y el barroco
está lleno de simbolismo que remite a los más profundos
pensamientos. El arte criollo está cargado de colores, de sabores, de
exuberancias, de imágenes exóticas, todas ellas demuestran el
carácter del criollo, el dualismo cultural que los caracteriza.
En América el barroco adquiere un nuevo significado. Es adoptado
y maximizado por los intelectuales del Nuevo Mundo, se nutre de
nuevas figuras, de nuevos estilos. El estilo de la poesía náhuatl es
incorporado por esta tendencia del criollo a homogeneizar todo.
Las fiestas religiosas, las inauguraciones, y las bienvenidas a las
grandes autoridades, van siempre acompañadas de textos literarios
encargados a los más importantes poetas del momento. Dicha labor
les daba cierto renombre ante la corte virreinal, aspecto que les
favorecía enormemente aunque no siempre fuera de su agrado
realizar encargos. Como menciona Dolores Bravo:
“Si el criollo quería destacar en la sociedad
novohispana -‐‑y éste es el caso de Sigüenza y Góngora-‐‑
, debía asumir esa paradoja que hemos venido
planteando, es decir, renunciar a ser crítico de un
orden que, por otro lado, se le presentaba como el
único posible.”82
El criollo no expresa abiertamente el descontento que a veces tiene
con la situación política de su nación en la cual se mantiene ajeno de
las decisiones importantes, pero la literatura es su única arma, su
único medio de hacer una crítica a un orden que le parece injusto.
Bravo Arriaga, María Dolores. La Excepción y la Regla México: UNAM, 1997.
82
pág. 146
81
En la sociedad novohispana del siglo XVII, el barroco trasciende de
categoría; deja de ser simplemente un estilo artístico, para
convertirse en un modus vivendi, en una referencia del periodo
histórico de la cultura occidental. El barroco es adoptado en todas
las manifestaciones artísticas de la elite virreinal, la elite criolla de la
que hemos venido hablando. Este sector social encuentra en el
barroco las características que lo arroparán y forjarán su identidad.
La historia del criollo es siempre una historia de reconocimiento
frente al otro. No es español, no es indígena, no es negro; no sabe
qué es, pero algo tiene que ser, al final, no es ninguno pero es todos.
El criollo advierte en el barroco la estética de su interior y a través
de esta, procura exteriorizarse.
“La unidad es un tema del barroco, pero no se trata de
una unidad terriblemente homogeneizadora, se trata
de una identidad alcanzada únicamente a través de la
alteridad, de la diferencia.”83
El criollo construye no su identidad a partir de lo que es, sino de lo
que no es, de lo otro. Toma sus características de sus referentes
próximos. Es un no-‐‑español, no-‐‑indígena, no-‐‑mestizo; y el barroco
le da la fuerza necesaria, para tomar todo eso y hacerlo propio. El
barroco hace síntesis de sus elementos, el criollo hace síntesis de su
alrededor, de su entorno. Se ha dicho que México es una nación
multicultural porque en ella conviven individuos de diferentes
culturas; el criollo es entonces multicultural porque él es un
individuo en el cual conviven muchas culturas, y conviven
armónicamente, esa armonía que sólo se logra en el arte barroco, la
armonía de los contrastes.
Luis Xavier López Farjeat y Héctor Zagal Arreguín, Dos aproximaciones
83
estéticas a la identidad nacional México: Universidad Autónoma de Nuevo León,
1998. Pág. 26
82
“El barroco es un movimiento cultural de síntesis que
no anula las diferencias, sino que convive o, mejor
dicho, subsiste gracias a ellas.”84
El barroco europeo es un movimiento que nace con el renacimiento,
que se nutre del renacimiento y que rápidamente toma posesión de
la estética del viejo continente. Sin embargo llega a América, toma
aun más fuerza; se nutre increíblemente de la gama de posibilidades
que el exótico ambiente le presenta. En una tierra tan rica, que exalta
los colores y los sabores de sus productos, el barroco parece
sembrarse y crecer fuertemente como muchos otros frutos que se
traen de España.
Las técnicas traídas de Europa se fusionan con las artesanías
prehispánicas, dando pie al surgimiento de nuevos métodos,
independientes del barroco que se daba en Francia o Italia.
“El barroco, nacido en el seno de la Compañía de
Jesús, exenta entonces de toda sospecha de herejía, es
el estilo que sustituye al impulso renacentista en
México. En este sentido, sostenemos que México no
está construido a partir del ideal renacentista, sino a
partir del ideal barroco de la contrarreforma
católica.”85
Como todos sabemos, el barroco es un movimiento que surgió con
la contrarreforma como un ataque directo al pensamiento reformista
luterano, como una exaltación frente a la sobriedad artística de los
países protestantes. Como hemos visto en capítulos anteriores, la
identidad criolla tiene una fuerte carga anti-‐‑reformista. Se ve aquí
claramente como el barroco y el criollismo llevan el mismo flujo. Esa
84
Luis Xavier López Farjeat y Héctor Zagal Arreguín, Dos aproximaciones
estéticas a la identidad nacional México: Universidad Autónoma de Nuevo León,
1998. Pág. 26
85
Luis Xavier López Farjeat y Héctor Zagal Arreguín, Dos aproximaciones
estéticas a la identidad nacional México: Universidad Autónoma de Nuevo León,
1998. Pág. 34
83
defensa de la religión es característica de la religiosidad
novohispana que estamos describiendo.
Las técnicas barrocas apuntan hacia la conformación de una
identidad de contradicciones, hacia la unificación de los contrastes
que revelarán, en cada una de las obras de los intelectuales criollos,
la nación mexicana, de la cual surgirán los primeros mexicanos en el
siglo XVIII.
4.2 Literatura y arquitectura: Símbolos de una identidad.
La literatura barroca novohispana es el lugar más común donde
podemos encontrar los rasgos del criollismo; no podría afirmar que
el principal, pues la arquitectura es también de gran importancia en
la expresión del barroco mexicano; sin embargo, por obvias razones,
hay más obras literarias que arquitectónicas.
Una de las grandes características de la literatura novohispana es el
juego pícaro que siempre aparece y que es parte fundamental de
muchas obras literarias criollas. Los empeños de una casa es un
ejemplo que me queda a la mano, pero como éste hay muchos. La
monja se burla continuamente de sus enemigos intelectuales, critica
burlonamente a estos; en sus obras dramáticas, hace siempre una
crítica social a manera de picardía.
“A su vez, el hombre culto del barroco adopta algunos
giros “vulgares”. No existe una ruptura, una barrera
impenetrable, entre la alta cultura barroca y lo que ha
dado en llamarse cultura popular. Aunque se trate en
el fondo de cierta afectación, el hombre culto barroco
gusta de asumir o rozar algunos aspectos populares.”86
El criollo nutre su lenguaje no sólo del castellano, sino que adopta
los errores lingüísticos y los rasgos del lenguaje popular; palabras
que usan los indígenas, otras que surgen del español que hablan la
Luis Xavier López Farjeat y Héctor Zagal Arreguín, Dos aproximaciones
86
estéticas a la identidad nacional México: Universidad Autónoma de Nuevo León,
1998. Pág. 61
84
casta de los negros. El criollo usa un lenguaje deforme como el
barrueco, pero que expande su acervo lingüístico y le permite
importar palabras extrañas para la construcción de sus increíbles
poemas.
Son muchos los tipos de literatura que se generan en la Nueva
España. La poesía, la emblemática, los textos dramáticos y las
biografías son los géneros que aparecen con mayor frecuencia en los
registros históricos de obras y que tenemos hoy en día a la mano
para poder estudiar las costumbres de nuestro pasado nacional.
4.2.1 Literatura: Emblema, poesía y biografía
Emblema
Dentro de los géneros literarios que existían en el periodo barroco,
había uno de gran importancia y particularidad que era la literatura
emblemática. En esta literatura, se conjugaban dos tipos de lenguaje,
el lenguaje verbal y el iconográfico. La simbología que se presenta
en estos textos, reflejan mucho de lo que hay en el criollo. El símbolo
toma el papel principal dentro de la expresión. “El signo significa
otra cosa distinta de lo que es. Quien se queda en el signo no
entiende el signo”.87 El símbolo es el criollo, que no es español
aunque parece español, él mismo se presenta como algo distinto de
lo que es.
“En efecto, la presencia del emblema en el género
dramático es una idea aceptada que se apoya en el
evidente carácter visual de la cultura barroca.”88
Dicho carácter visual se genera por la herencia artística criolla, una
herencia que retoma los retablos churriguerescos europeos y las
pinturas de Rivera y Zurbarán junto con los códices mexicanos y la
plasticidad de la estética iconográfica prehispánica.
Ibíd Pág. 37
87
89
José Pascual Buxó, El resplandor intelectual de las imágenes. Estudios de
Emblemática y literatura novohispana México: Oak Editorial, 2001. Pág. 26
90
Bárbara Skinfill Nogal, “La literatura emblemática en la biblioteca del Colegio
Máximo de San Pedro y San Pablo” en Literatura y Emblemática México:
Universidad Autónoma de Zacatecas, 2004. Pág. 113
86
“Esto no es extraño si consideramos que la reflexión
que se generaba a partir de la imagen del emblema fue
muy explotada por los jesuitas para la formación
espiritual, en la enseñanza y la propaganda de los
ideales del cristianismo y, en especial de los de su
orden.”91
Los jesuitas son la orden con mayor presencia en la Nueva España y
los principales promotores de las artes y la cultura en la sociedad
novohispana. Sus colegios son forjadores de intelectuales, que al
educarse con esta cosmovisión, lo que logran es generar más este
tipo de expresiones que difunden los valores culturales criollos, con
lo cual infunden en toda la sociedad, estas características de
identidad.
Los libros de emblemas fueron traídos a América principalmente
por los jesuitas. La simbología ya había sido usada desde el siglo
XVI por los primeros evangelizadores como medio para convertir a
los indígenas, Estos primeros evangelizadores de distintas órdenes
toman los elementos de la vieja idolatría pagana, y convierten a los
antiguos dioses en símbolos de la cristiandad. Además los estudios
que se hacen en el colegio de Tlatelolco sobre los códices de los
naturales, son característicos de los intentos por parte de los frailes
como Sahagún, por entender el pasado indígena para facilitar la
evangelización. En este caso, para el jesuita, el emblema le sirve para
todo eso y más. El emblema barroco encaja perfecto con la forma de
vida jesuita y si pensamos que estos eran los principales educadores
de la sociedad novohispana, entendemos perfectamente la
importancia y el aporte que tuvo la emblemática al desarrollo de las
características identitarias.
Poesía
El siguiente género a tratar es la poesía. La poesía es cultivada tan
activamente por la sociedad novohispana, que se llegan a crear
certámenes literarios quincenalmente. Los poetas criollos
novohispanos muestran la fuerte influencia de sus antecesores
91
Ibíd Pág. 113
87
españoles. La poesía que se hacen en el México del siglo XVII llega a
tener tanta fama, que trasciende la barrera del océano y llega a ser
conocida en España.
“En esta mística se conjuga lo inefable de la
experiencia subjetiva y la expresividad del ritmo, la
rima, la métrica y, sobre todo, la metáfora… La poesía
barroca, en especial por el uso de la metáfora y el
continuo juego de oposiciones”92
De entre las muchas características que tiene la poesía, la metáfora
es la carta fuerte que aporta el elemento identitario a la cultura
criolla. La metáfora es la que le permite al poeta expresar la
contradicción, el dinamismo de la realidad que lo rodea, que le
permite a si mismo expresarse como elemento de cohesión y
coacción, como bivalente, su múltiple significado. La metáfora le da
movimiento a la esencia del criollo. La identidad no es algo
esencial93, porque la esencialidad conlleva permanencia; es la
metáfora la que rompe con esta permanencia y le permite al criollo
ser uno y muchos, ser cada uno y sí mismo. Es en la metáfora donde
se revela la pasión que tiene el criollo por su entorno, ama su nación,
le gusta confrontar la naturaleza que lo rodea, frente a la naturaleza
española. El criollo identifica lo exótico que hay en la naturaleza con
lo exótico de su naturaleza misma.
Biografía
Finalmente me gustaría exponer la biografía como género literario
por la relevancia que tiene este tipo de textos en la sociedad
novohispana, ya que debido a un decreto por parte del rey, el
género novelesco estaba prohibido para la Nueva España, con lo
cual, las biografías pasaron a llenar el hueco dejado por las novelas
en los grupos intelectuales de la época.
Luis Xavier López Farjeat y Héctor Zagal Arreguín, Dos aproximaciones
92
estéticas a la identidad nacional México: Universidad Autónoma de Nuevo León,
1998. Pág. 37-‐‑39
88
“La enorme cantidad de impresos que de estos tópicos
(biografías) existen en el Fondo Reservado de la
Biblioteca Nacional, nos mueve a verlos como un
corpus literario que corresponde no a una moda de
época sino a toda una manifestación profunda de la
espiritualidad y la ideología barrocas novohispanas.”94
Esta característica del criollismo de crear una gran cantidad de obras
biográficas tiene una razón muy clara; el criollo utiliza la biografía
como una manera de darse a conocer, de revelar su realidad, de
exponerse ante los ojos del mundo, tal es el caso de Los infortunios de
Alonso Ramírez, en el cual se relatan las peripecias que le ocurren
justamente a un criollo como lo podemos ver en la siguiente cita que
pertenece a esta biografía.
“Llamose mi padre Lúcas de Villanueva, y aunque
ignoro el lugar de su nacimiento cónstame porque
varias veces se le oía que era andaluz, y sé muy bien
haber nacido mi madre en la misma ciudad de Puerto
Rico y su nombre es Ana Ramírez.”95
La biografía es una confrontación ante el español, una forma de
demostrarle, de expresarle “aquí estoy” de decirle y decirse a sí
mismo “esto soy”. Pienso por ejemplo en Paraíso Occidental, texto en
el que el criollo Sigüenza y Góngora, escribe a los reyes españoles
describiendo la vida de las monjas en un convento mexicano. En
toda la obra se nota claramente el ímpetu de Sigüenza por
demostrar la valía de las monjas mexicanas, una búsqueda constante
por demostrar que son tan fieles o más que las propias monjas
europeas.
“El barroco permite al criollo perfilar su propia
identidad. El barroco sabe asumir las confrontaciones.
94
Bravo Arriaga, María Dolores. La Excepción y La Regla México: UNAM, 1997.
pág. 121
Sigüenza y Góngora, Carlos. “Infortunios de Alonso Ramírez” en Obras
95
estéticas a la identidad nacional México: Universidad Autónoma de Nuevo León,
1998. Pág. 71
90
la parte inferior de nuestra mortalidad obsequia a la
superior, de que le proviene el vivir, así las ciudades y
reinos, que sin la forma vivifica de los príncipes no
subsistieran, es necesario el que reconozcan a estas
almas políticas que les continúan la vida.”97
En este sentido, se habla de teatro, porque se generan obras
dinámicas que relatan la historia de una persona donde el mundo es
el escenario.
El arte salta a las calles, donde la arquitectura barroca se convierte
en un elemento más de la escenografía de la vida. El espacio,
elemento tan importan en el arte barroco, juega un nuevo papel
cuando el entorno se convierte en parte de la obra de arte. La vida es
una obra de arte donde el autor, la obra de arte misma y hasta el
espectador forman parte del elenco. El dinamismo que expresa el
arte barroco es lo propio de la vida y el criollo lo entiende, entiende
que la vida es adaptación, mutación y no permanencia. El criollo no
permanece estable, se transforma y continúa cambiando en la
búsqueda de la identidad.
“El hombre barroco se decide por lo infinito, por lo
indefinido, y está dispuesto a sacrificar proporción y
simetría a favor de la manifestación de la infinitud. El
barroco es dinámico, explosivo, sigue un ritmo
violento y convulsionado, siente una especial atracción
por lo excéntrico, lo flamígero y obscuro.”98
En este ámbito tan dinámico y explosivo, la fiesta se revela como
medio de difusión del arte. Es en las reuniones de la elite
novohispana, donde los intelectuales del momento acudían a las
recepciones de los condes y virreyes en busca de una velada amena
donde el arte se difundía y se hacían encargos de todo tipo. Sin
embargo había otro tipo de fiestas, las fiestas conmemorativas
Sigüenza y Góngora, Carlos. Teatro de las virtudes políticas que constituyen a un
97
pág. 175
estéticas a la identidad nacional México: Universidad Autónoma de Nuevo León,
1998. Pág. 49
93
Esta riqueza es una característica más del síndrome criollo que
mencioné hace un momento. La necesidad de legitimación de la que
hemos hablado en toda esta tesis se revela de nuevo en este simple
rasgo. El criollo quiere ser siempre el mejor, el más grande, el más
importante. Por esa razón busca constantemente la confrontación
con el español, por eso los intelectuales criollos llegan a ser tan
magníficos y geniales, por ese afán de superioridad frente al resto;
por eso mismo es que a Sigüenza le afecta tanto la crítica de Kino o
que Sor Juana responda coléricamente la carta al Obispo Santa Cruz.
94
Conclusión
Como vimos a través de toda la tesis, hay una gran cantidad de
características en donde se revela la identidad criolla del siglo XVII
novohispano; sin embargo como también pudimos apreciar, todas
estas características encajan perfectamente en los tres tipos de
lenguaje que propusimos en el prólogo, aunque los límites que hay
entre cada uno de estos lenguajes se diluyen en la tesis, esto no tiene
por qué preocuparnos pues si analizamos la propuesta que hemos
visto, es congruente que las distinciones pierdan importancia, y los
lenguajes tengan suficientes puntos en común para eliminar los
límites entre uno y otro.
Quiero señalar también si alguien me pidiera que explicara en dos
palabras la tesis, estas dos serían “sincretismo” y “religión”. Pues
esas dos son las dos características que me parecen más
fundamentales de la identidad novohispana. Y digo identidad
novohispana, porque son los criollos los que forman dicha
identidad, la identidad novohispana es la identidad criolla, es la que
permea toda la sociedad durante el siglo XVII y XVIII que no es
poco, pues si nos damos cuenta, es el mismo tiempo que llevamos
de ser un país independiente.
Analizando los rasgos del criollismo, me doy cuenta que dichos
rasgos no han desaparecido, que aun cargamos con la identidad
criolla del siglo XVII más de lo que estaríamos dispuestos a aceptar.
Pienso que esta identidad es la del México contemporáneo (o al
menos un sector social, pues creo que en México hay al menos dos
mestizajes y el criollismo es uno de estos dos), a la cual, por su
mismo carácter sincrético, se le van sumando rasgos de los
momentos históricos subsecuentes (como el segundo imperio, que
agregó a dicha identidad rasgos franceses).
Creo haber logrado exponer de una manera, que por medio del
lenguaje científico, el lenguaje religioso y el lenguaje artístico, el
criollo no sólo revela su identidad, pues en un principio no contaba
con una, sino que construye y es por medio de estos tres lenguajes
que la transmite o mejor dicho que la hereda no sólo durante todo el
95
siglo XVII y XVIII, sino hasta hoy en día. Podemos ver en el
muralismo y en toda la iconografía del siglo XX, la influencia
barroca que hemos heredado desde el virreinato. Y para quien diga
que una de las características principales del siglo XX es el laicismo,
puedo decirle que en el fondo, detrás del laicismo se esconde la
ferviente religiosidad y mística criollas; pues si no existiera dicha
religiosidad tan fuerte y arraigada, no tendría por qué existir o
haber existido un movimiento laicista que procurara acabar con la
influencia religiosa; además de que muchas veces los mismos
representantes de dicha laicidad, profesaban su fe por debajo del
agua.
96
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