Mensaje A La Iglesia de Efeso
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Apocalipsis 2:1-7
El Señor le había dicho “Yo estoy en medio de ti” y se lo bueno que estás
haciendo y también lo que has dejado de hacer. Hay algo que no encaja, algo
anda mal, les dice el Señor. “Han perdido su primer amor”. Pero, ¿Cómo es
eso de perder el primer amor? ¿Sera que la Iglesia de Éfeso se concentró
tanto en atacar las herejías que se olvidó que Jesús era el centro de su vida y
misión? Hace varios años que no estoy con ellos y es posible que el celo por
defender la sana doctrina pudo haber desarrollado en ellos un espíritu duro y
crítico que termino por opacar el amor en la Iglesia. Claro, ahora me acuerdo.
Me vieron a mi reaccionar la vez que me encontré con Cerinto el hereje en
un baño público. Yo mismo inculque eso en ellos. Es que hay que defender la
doctrina sin dejar de lado al Señor de la doctrina. No podemos permitir que la
fama alcanzada por pelear contra los herejes nos convierta una vasija rota
que no retiene agua como le dijera Jeremías a Israel.
Había que hacer algo frente a esta situación: Recuerda, por tanto, de donde
has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto
a ti, y quitare su candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
Me preguntaba entonces: ¿De donde había caído la Iglesia? ¿Cuáles eran las
primeras obras que el Señor estaba reclamando? ¿Que era tan grave como
para decir que si no ocurría la iglesia desaparecería?
“Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio
del paraíso de Dios”.
Yo ya vencí, ahora les toca a ustedes. Son los siguientes en la lista de los
vencedores. Yo, "el Cordero que ha vencido les digo: Luchen fielmente que
yo les sostendré en mi mano. Venzan por la sangre del cordero y por la
palabra del testimonio menospreciando sus vidas hasta la muerte. La
verdadera victoria es “Morir para vencer” y venceremos solo si somos fieles a
la manera del Cordero.
La carta plantea a los efesios una opción radical: seguir como están y perder
su candelabro, o arrepentirse, ser fiel hasta la muerte, y ganar el árbol de la
vida en el paraíso.