Septuaginta
Septuaginta
Septuaginta
Etimología
El nombre de Septuaginta se debe a que solía redondearse a 70 el número total de sus 72 presuntos
traductores. La Carta de Aristeas presenta como un hecho histórico una antigua versión de acuerdo con
la cual, por instrucciones de Ptolomeo II Filadelfo (284-246 a. C.), monarca griego de Egipto, 72 sabios
judíos enviados por el Sumo sacerdote de Jerusalén, trabajaron por separado en la traducción de los
textos sagrados del pueblo judío. Según la misma leyenda, la comparación del trabajo de todos reveló
que los sabios habían coincidido en su trabajo de forma milagrosa.
Sin embargo, al presente sabemos que uno de los criterios de autoridad más frecuentemente
implementados en esos contextos histórico-geográficos, consistía en atribuir a los textos sagrados algún
supuesto origen que se pudiera remontar a hechos extraordinarios. Aunque en general se trataba de textos
vertidos de lenguas semíticas (hebreo y arameo), algunos de estos escritos fueron originalmente
redactados en lengua griega.3
En general se piensa que la LXX habría sido formada con el objetivo de cultivar la fe de las comunidades
de israelitas piadosos que vivían en la Diáspora, y que se comunicaban en la lengua griega común
(koiné). En aquella época, residía en Alejandría una muy nutrida y numerosa comunidad de inmigrantes
hebreos. Sin embargo, dado que la orden habría provenido del rey Ptolomeo II Filadelfo, también es
probable que el fin de la misma fuera proveer a la Biblioteca de Alejandría de una versión griega de los
textos sagrados hebreos.
Proceso formativo
Para su formación, la mayoría de los escritos sagrados judíos debieron ser vertidos de sus originales
hebreos y arameos al griego. Su traducción inició en el Siglo III a.C. (c. 280 a.C.), y concluyó hacia
finales del Siglo II a.C. (c. 100 a.C.). Inicialmente fue traducida la Torá,4 Libro de la Ley o Pentateuco y
el resto del trabajo se completó paulatinamente, en los dos o tres siglos siguientes. El filósofo judío
Aristóbulo, quien vivió en Alejandría durante el reinado de Faraón Ptolomeo VI Filometor (181-145
a.C.), confirma este dato al referirse a ella en una carta al rey en los siguientes términos:
“[…] la completa traducción de todos los Libros de la Ley (el Pentateuco), en los tiempos del
rey Filadelfo, ancestro vuestro […]”
Aunque no se conoce exactamente la fecha y el lugar de estas traducciones, los estudiosos proponen que
una escuela de traductores se ocupó de verter el Libro de los Salmos de David, en Alejandría, hacia el
año 185 a. C. Más tarde tradujeron los Libros de Ezequiel y Jeremías, así como el Dodecaprofetón, o
Libro de los XII Profetas [Menores]. Más tarde tradujeron los escritos históricos: (Josué, Jueces y
Reyes), y, luego, finalmente, el Libro de Isaías. El Libro de Daniel fue traducido alrededor del año
150 a. C. Los Libros de los Macabeos, Sabiduría y Eclesiástico, fueron incorporados en el curso de los
Siglos II y I a.C. Algunos eruditos sitúan en Palestina, durante el Siglo I de la Era Cristiana, la traducción
al griego de los libros de Ester, Rut, Eclesiastés, Lamentaciones, y el Cantar de los Cantares, acaso por
Aquila.4
Los escritos y textos hebreos y arameos, que sirvieron de base para la formación de la Biblia Septuaginta,
carecían de gramemas dotados de valores fonéticos vocales, capitalización (alternancia
mayúsculas/minúsculas), signos de puntuación y acentuación, algunos ciertos tipos de conectores
lógicos, y algunas conjunciones, artículos, prefijos y sufijos adverbiales y/o preposicionales. (Más tarde,
se agregaron al idioma hebreo algunos signos con valores fonéticos vocálicos, surgiendo así el llamado
Texto Masorético.) Estos antecedentes podrían contribuir a explicar algunas diferencias interpretativas
entre la Biblia griega de los LXX y el texto hebreo-arameo conocido, y el hecho de que algún tiempo
después, en ambientes judíos, algunos revisores hubieran procedido a tratar de “corregir” la Biblia
alejandrina a fin de asimilarla a este último.
Esta compilación de textos y de escritos sagrados judíos traducidos al griego fue, desde un principio,
bastante socorrida para ilustrar la fe de las comunidades judías e israelitas de la Diáspora, permitiendo el
acceso a los textos sagrados de sus padres y ancestros a las comunidades de israelitas piadosos que no
hablaban hebreo, ni arameo.
En Qumrán fueron hallados los manuscritos del Mar Muerto, rollos con fragmentos griegos de Éxodo
(7Q1), Levítico (4Q119-120), Números (4Q121), y Deuteronomio (4Q120,122); así como porciones de
algunos de los libros deuterocanónicos: las dos terceras partes de Sirácides (Gruta 2), porciones de Tobías
(Gruta 4), de Baruc (Gruta 7), de la Epístola de Jeremías (7Q2), y, muy probablemente, de Susana
(4Q551).
Al realizar el trabajo filológico, se observan variaciones, a veces muy importantes, entre los textos
encontrados en los diferentes códices de la Septuaginta y entre estos y el Texto Masorético. Durante
muchos siglos, los estudiosos bíblicos pensaron que todas las variantes textuales y estilísticas entre la
Septuaginta y el Tanaj tan solo eran producto de malas traducciones, del desconocimiento cabal del
Tanaj, de errores de copistas, o incluso de la falta de interés en la fidelidad al texto hebreo-arameo.
Sin embargo, cuando a partir de los descubrimientos de Qumrán los estudiosos finalmente tuvieron a su
alcance los rollos manuscritos del Mar Muerto, pudieron darse cuenta de que las variaciones propias de la
Septuaginta se hallaban reflejadas también en manuscritos hebreos y arameos bastante más antiguos que
las formas actuales del Tanaj judía; las cuales se derivan del texto masorético, que data de los Siglos IV
al VIII de la Era Cristiana.
Una lectura atenta de los Códices griegos revela que los textos asentados en la Biblia LXX representan
fielmente, con certeza total, textos en un estado “primitivo”, carente de un estilo pulido y acabado,
mucho más primario y primigenio, que el actual texto hebreo-arameo masorético, bastante más pulido y
editado en el curso de los siglos posteriores. Y tales diferencias se perciben de un modo sumamente
especial en libros que presentan variantes consistentes en el orden de versos, ideas inacabadas o faltas de
pulido, presentes en la versión LXX de los Libros de Samuel, Reyes, Ester, Job, Proverbios, Isaías,
Jeremías, Lamentaciones, y Daniel. El actual texto hebreo-arameo masorético refleja numerosas
correcciones en términos de estilo, que incluyen variaciones en el orden de numerosos versos y pasajes, y
redondeo de ideas que no habían sido asentadas de forma digerida, correcta o elegante en los antiguos
textos hebreos y arameos premasoréticos, de donde fue tomada, de forma más temprana, la Biblia
Septuaginta.
Ante las controversias suscitadas en torno de estos hechos, algunos estudiosos señalan que, en numerosos
casos, en Qumrán se han hallado manuscritos hebreos que avalan la versión griega de los LXX, y otros
que respaldan al texto masorético. Se ha determinado finalmente, que aquellos manuscritos que avalan la
Septuaginta son mucho más antiguos que aquellos que respaldan al texto masorético.5
Hacia el año 70 de la Era Cristiana, un grupo de rabinos que habían escapado del asedio de Jerusalén, se
reunieron en Yamnia, y fundaron una escuela. Y hacia el 95 de la Era Cristiana, llegaron a un consenso
sobre la lista (o canon) de los libros hebreos que habrían de ser parte del Tanaj judía, quedando
establecido así el llamado Canon Palestinense para la mayoría de los judíos de habla y cultura hebrea, a
principios del Siglo II de la Era Cristiana. El Canon Palestinense significó el rechazo de una serie de
textos que grupos de maestros judíos de habla griega habían incluido en el llamado Canon Alejandrino, o
Biblia de los Setenta, en los Siglos II y I a.C. El Canon Alejandrino sigue siendo utilizado por la escuela
rabínica de Alejandría. Por una tradición histórica que data del Siglo XVI, se llama protocanónicos a
todos los escritos comúnmente admitidos en el Tanaj hebreo, así como en la Biblia griega de los LXX, y
deuterocanónicos a todos los escritos presentes en la Biblia griega de los LXX, pero no en el Tanaj. La
voz “deuterocanónico” significa “del segundo canon”, en contraposición a la voz “protocanónico”, que
significa “del primer canon”. Sin embargo, hoy se sabe que, en orden cronológico, el Canon Alejandrino
fue primero que el Palestinense.
Hacia fines del Siglo I, y principios del Siglo II, el judío Teodoción hizo una revisión de la LXX, tratando
en lo posible de hacerla coincidir con los textos hebreo-arameos con ciertas ediciones propias de esa
época, los cuales hoy se llaman los “protomasoréticos” —debido a que de ellos se derivan los “textos
masoréticos” de siglos subsecuentes—, los cuales ya incluían algunas importantes “revisiones”
tempranas de grupos de rabinos de esos siglos. Entre 123 d. C. y 130 d.C., Aquila de Sinope hizo una
nueva traducción, siguiendo textos hebreos de manera literal. Símaco hizo una nueva traducción hacia el
170 d.C., en la que buscaba mejorar la calidad de la redacción griega.4 Hasta ese momento, todavía los
libros más tarde compilados bajo el término “Biblia” solían circular por separado.
En el Siglo III, Orígenes compuso la Hexapla, en donde compara en forma de columnas seis versiones
enteras del Antiguo Testamento, la quinta de las cuales corresponde a la Septuaginta. A partir de esta, y
tras cotejarla con nuevas traducciones, Orígenes editó una versión completa, en la cual indicó las
diferencias con el texto masorético hebreo-arameo, llenando los pasajes omitidos de forma primigenia
con textos procedentes de la edición tardía (del Siglo II) del judío Teodoción.4 Aunque la Hexapla como
conjunto se perdió, se conservan fragmentos importantes. Otras ediciones de la Septuaginta, han sido
atribuidas a Hesiquio de Jerusalén y a Luciano de Antioquía.6
Los manuscritos bíblicos extensos más antiguos que incluyen la Versión de los LXX en la parte de sus
textos correspondiente al Antiguo Testamento de las Biblias cristianas, son el Códex Sinaíticus y el
Codex Vaticanus, del Siglo IV, y el Códex Alexandrinus, de la primera mitad del Siglo V. Existen
algunas diferencias textuales, de número y de orden de los libros, entre estos tres Códices: El Códex
Sinaíticus omite algunos textos, aún protocanónicos, e incluye I y IV Macabeos. El Códex Vaticanus
omite los cuatro Libros de los Macabeos, e incluye algunas partes y pasajes propios del texto griego
conocido del Libro de Enoc.7 Y el Códex Alexandrinus incluye los cuatro Libros de los Macabeos, el
Libro de las Odas y el Libro de los Salmos de Salomón.4
Además de los textos del Tanaj o Biblia hebrea, la Biblia Septuaginta incluye algunos otros que no son
incluidos en aquella. Estos textos reciben varias nomenclaturas: las iglesias cristianas ortodoxas los
llaman “anagignoscomenos”, y la Iglesia católica los llama “deuterocanónicos”. La mayoría de las
iglesias protestantes actuales, sin embargo, los consideran apócrifos. Fueron leídos por maestros judíos
de habla griega y por comunidades judías de habla y cultura griega de los Siglos II a.C. a I, e
incorporados a los códices de la Biblia desde entonces y en siglos subsecuentes, con diferencias
regionales, por las comunidades cristianas primitivas.4 La mayoría son reconocidos como canónicos e
incluidos en la Biblia hasta la actualidad por todas las iglesias cristianas ortodoxas (calcedonianas y no
calcedonianas), y también por la Iglesia católica, aunque con algunas diferencias entre los libros
aceptados por una u otra iglesia. Algunas ramas del protestantismo, como los luteranos y anglicanos,
incluyen estos libros en sus Biblias, y los consideran lecturas recomendables ricas en enseñanzas, aunque
no como textos de autoridad normativa o dogmática.8 9
Existen cuando menos unos cinco libros en la Biblia LXX que -por influencia de Jerónimo- no son
reconocidos por la Iglesia católica como deuterocanónicos. Ellos son 1 Esdras (llamado en la Vulgata 3
Esdras), 3 Macabeos, 4 Macabeos, Odas y Salmos de Salomón. Los primeros dos libros, sin embargo,
sí son reconocidos por la Iglesia ortodoxa.
Dichas series de textos, algunos de los cuales fueron redactados de forma original en lengua griega, hoy
son reconocidas y agrupadas por múltiples autores bajo el nombre conjunto de “Plus de los LXX” o
“Plus de la Septuaginta”. Para efectos de estudio, en las siguientes líneas se ha desarrollado de forma
detallada un listado muy primario de estos documentos:
1. El texto griego antiguo, OG, del pasaje Daniel 3:24bis-90; que incluye la Oración de
Azarías y el Himno de los 3 Jóvenes, junto a sus respectivas Notas complementarias
[EWT]
2. El texto griego antiguo, OG, de la Historia de Susana —nomenclaturada, en la Biblia Latina,
“Capítulo 13” del Libro de Daniel—, junto a su respectivo Epílogo (Verso 63 OG, según el
numeral de Alfred Rahlfs) [EWT]
3. El texto griego antiguo, OG, de la Historia de Bel y el Dragón —nomenclaturada, en la
Biblia Latina, “Capítulo 14” del Libro de Daniel—, junto a su respectivo Epígrafe (Verso 1
OG, según el numeral de Alfred Rahlfs) [EWT]
Algunos importantes manuscritos de la Biblia Septuaginta incluyen, asimismo, las partes y pasajes
propios del texto griego conocido de:
[C] Incluido completo en uno alguno de los Códices de la Biblia LXX, aunque no recibido de
forma consensual por todos los Patriarcados que forman parte de la Iglesia Ortodoxa.
Algunos de estos textos han sido recibidos por algunos de ellos, y/o también por algunas
Iglesias ortodoxas orientales.
[E] Incluido completo en el Canon Amplio Oriental del Antiguo Testamento, seguido por las
Biblias propias de la Iglesia Ortodoxa. Todos estos libros están dentro del canon de las
iglesias nestorianas y del canon de la Iglesia Copta.
[W] Incluido completo en el Canon Amplio Occidental del Antiguo Testamento, seguido por
las Biblias propias de la Iglesia católica latina occidental.
La mayoría de los libros de estas series fueron escritos durante el período intertestamentario;16 es decir,
son algo más tardíos que el resto de los libros del Antiguo Testamento, y algo más tempranos que los
escritos propios del Nuevo Testamento; por lo cual representan cierta continuidad lógica y necesaria, y
suplen las lagunas culturales de otra forma existentes entre ambos Testamentos. De la misma manera,
algunos de estos textos representan creencias y valores ancestrales de tribus israelitas no judías; es decir,
que existieron fuera del judaísmo de Judá, o Judea.
Ediciones impresas
La editio princeps es la Biblia políglota complutense basada en manuscritos ahora
perdidos, parece transmitir versiones muy antiguas.17
La Edición Aldina, iniciada por Aldo Manucio, apareció en Venecia en 1518. El texto es más
cercano al Codex Vaticanus que al de la Complutense.
Más utilizada ha sido la Edición Romana, o Sixtina, la cual reproduce el Codex Vaticanus.
Fue publicada en 1586, bajo la dirección del Cardenal Caraffa, por orden del papa Sixto V,
para apoyar la traducción de la Vulgata, ordenada por el Concilio de Trento. Ha sido
reeditada varias veces.
La Edición de Grabe fue publicada en Oxford, de 1707 a 1720, y se basa en el Codex
Alexandrinus, que se encuentra en el Museo Británico de Londres.
La Edición de Swete, conocida de forma común y familiar como Biblia de Cambridge, se
basa de manera preferente en el Códex Vaticanus, si bien teniendo en cuenta variantes y
porciones retomadas de numerosos Códices, mayores y menores. Fue impresa y editada
por la Universidad de Cambridge, y dada a conocer en tres gruesos volúmenes que fueron
siendo publicados en los años de 1887, 1891 y 1894. Algunas reediciones de la misma,
aunque no la primera, incluyen ciertas partes y pasajes propios del texto griego conocido
del Libro de Enoc, cuya edición se basa en el Códex Vaticanus, así como en el Códex
Panopolitanus.
La Edición de Tischendorf, conocida de forma común y familiar como Biblia de Oxford, se
basa en el Códex Sinaíticus. Fue impresa y editada por la Universidad de Oxford, y
publicada en el año de 1922. (Constantino de Tischendorf ya había publicado, con
anterioridad, el Nuevo Testamento del Códex Sinaíticus en 1911.)
Alfred Rahlfs, estudioso alemán que dedicó varias décadas de su vida al rescate del texto
de la Biblia Septuaginta, en Gotinga, Sajonia, comenzó su Edición en 1917, la cual una vez
completa fue publicada en 1935. Se basa de manera preferente en el Códex Alexandrinus,
el más completo de los tres grandes códices griegos, si bien incluye algunas series de
variantes del Códex Vaticanus, el Códex Sinaíticus, y algunas otras fuentes, y ofrece notas
críticas respecto a las variantes de las distintas fuentes.18 Se realizaron numerosas
ediciones: 1.ªEd. 1935; 3.ªEd. 1949; 4.ªEd. 1950; 5.ªEd. 1952; 6.ªEd. 1959; 7.ªEd. 1962;
8.ªEd. 1965.
The Göttingen Septuagint (Vetus Testamentum Graecum: Auctoritate Academiae
Scientiarum Gottingensis editum) es considerada la mejor edición crítica. Ha sido publicada
por Volúmenes, entre 1931 y 2006, y aún no está completa. Presenta numerosas variantes
de muy distintas fuentes.19
En 2006, la Sociedad Bíblica Alemana publicó una revisión de la Edición de Rahlfs,
revisada por Robert Hanhart. Esta editio altera incluye miles de variantes respecto a la
edición original.20
Traducciones impresas
En el año de 1851, Sir Lancelot C.L. Brenton publicó la primera Traducción Inglesa de la
Biblia Septuaginta Griega. Esta versión se ciñe al Canon Amplio Oriental, seguido por las
Biblias cristianas ortodoxas, que incluye el Salmo 151, la Oración de Manasés,21 y los
Libros III de Esdras, y III y IV de los Macabeos.
En el año 2007, un equipo de estudiosos de la Organización Internacional para Estudios de
la Septuaginta y Afines publicó una Nueva Traducción Inglesa de la Septuaginta. Esta
versión incluye, junto a los habituales del Canon Ortodoxo, el Libro de los Salmos de
Salomón, y versiones alternas comparadas de textos paralelos de los libros de Josué, los
Jueces, Tobías, Daniel, Susana, y Bel y el Dragón.
En el año de 1986, un equipo de estudiosos de La Sorbona de París comenzó a publicar,
por entregas de Tomos y Volúmenes, La Bible d'Alexandrie, traducción al francés de la
Biblia LXX. Esta versión francesa no ha sido terminada hasta la fecha.
En el ámbito hispánico, desde 1928 existe la Biblia de Jünemann, una traducción literal de
la Biblia griega al español hecha por el sacerdote de origen alemán Guillermo Jünemann.
El Antiguo Testamento de esta versión está basado en gran parte de la Septuaginta. La
Biblia de Jünemann se ciñe al Canon Amplio Occidental, seguido por las Biblias católicas,
aunque en Versión OG.14
Un equipo de traductores dirigido por Natalio Fernández Marcos y María Victoria Spottorno
Díaz-Caro, del CSIC, ha realizado una traducción al español de la Septuaginta a partir de
las últimas ediciones críticas. En 2008 apareció el primer volumen de los cuatro previstos:
La Biblia griega – Septuaginta, I: Pentateuco (http://www.sigueme.es/libros/la-biblia-griega-
septuaginta-i.html) (Colección Biblioteca de Estudios Bíblicos 125), Ediciones Sígueme,
Salamanca. A finales de 2011 apareció el segundo volumen: La Biblia griega - Septuaginta,
II: Libros históricos (http://www.sigueme.es/libros/la-biblia-griega-septuaginta-ii.html)
(Colección Biblioteca de Estudios Bíblicos 126). En noviembre de 2013, el tercero: La Biblia
griega - Septuaginta, III: Libros poéticos y sapienciales (http://www.sigueme.es/libros/la-bibli
a-griega-septuaginta-iii.html) (Colección Biblioteca de Estudios Bíblicos 127). Y finalmente,
en octubre de 2015, se publica el cuarto y último volumen: La Biblia griega - Septuaginta,
IV: Libros proféticos (http://www.sigueme.es/libros/la-biblia-griega-septuaginta-iv.html)
(Colección Biblioteca de Estudios Bíblicos 128).
Archivos informáticos
La Edición de Swete del Antiguo Testamento Según los LXX, se encuentra disponible en
formato de archivo escanográfico en el sitio de Christian Classics Ethereal Library (http://w
ww.ccel.org/s/swete/?show=worksBy).
El archivo de texto más completo de la Edición de Rahlfs de la Biblia Septuaginta, en
griego koiné original, ha sido el capturado por un equipo de estudiosos del Centro de
Análisis Computarizado de Textos (CCAT) de la Universidad de Pensilvania, y está
disponible en formato de estudio morfológico en el sitio del CCAT, y en formato navegable
(HTML) en el sitio de Thesaurus Indogermanischer Text und Sprachmaterialien (TITUS) (htt
p://titus.fkidg1.uni-frankfurt.de/texte/etcs/grie/sept/sept.htm), auspiciado por la Universidad
Johann Wolfgang Goethe, de Fráncfort del Meno, y en Internet Sacred Text Archive (http://
www.sacred-texts.com/bib/sep/index.htm) (en este último sitio, con opción a compra en
formato privativo). Este archivo contiene las seis variantes más notorias del documento
histórico, que son dos diferentes versiones de Josué, de los Jueces, de Tobit, de Daniel, de
Susana, y de Bel y el Dragón.
La Traducción Inglesa de Brenton, es posible encontrarla en formato navegable, con opción
a compra en formato propietario, en el sitio de la English Translation of the Greek
Septuagint Bible (http://www.ecmarsh.com/lxx/index.htm).
La Nueva Traducción Inglesa, es posible encontrarla para ser descargada por partes en
formato propietario de archivos PDF en el sitio de la NETS (New English Translation of the
Septuagint) (http://ccat.sas.upenn.edu/nets/).
Así mismo, es posible descargar gratuitamente, en formato privativo, el archivo CCAT
sobre el texto de Rahlfs, hasta en 8 distintas opciones de mapeo, partición y acentuación
del mismo (con ciertas omisiones, sin embargo, con respecto del texto del CCAT, como son
las versiones alternas más tardías de 6 de los escritos doblemente vertidos), desde The
Unbound Bible (http://unbound.biola.edu/index.cfm?method=downloads.showDownloadMai
n), un proyecto de Biola University (http://www.biola.edu/), así como el archivo de La
Sagrada Biblia (https://web.archive.org/web/20140525013213/http://www.synodia.org/libros/
junemann/) de Don Guillermo Jünemann, que ha sido creado por VE Multimedios (http://ww
w.vemultimedios.org/).
Véase también
Versiones latinas de la Biblia
Deuterocanónicos
Referencias
1. Henri-Charles Puech (Ed.), Las religiones en el mundo mediterráneo y en el Oriente
Próximo I: Formación de las religiones universales y de salvación, Historia de las Religiones
Siglo XXI, Vol. 5, Madrid, 1985 (4.ª ed.), pág. 180.
2. KELLY, John Norman Davidson; Early Christian Doctrines; Pág. 53; Continuum; Londres,
Inglaterra, 1958; ISBN 0-8264-5252-3.
3. DE JERUSALÉN, Escuela Bíblica; Biblia de Jerusalén; Pp. varias; notas e introducciones a
los textos; Desclée de Brouwer; Madrid-Bilbao, España, 1975; ISBN 84-330-0022-5.
4. Cousin Hugues (1992) La Biblia Griega: Los Setenta. Estella: Verbo Divino.
5. THIEDE, Carsten Peter; “The Dead Sea Scrolls and the Jewish Origins of Christianity”;
Acápite “A Greek surprise”, pp. 124-130; Lion Publishing, Oxford, 2000; ISBN 978-970-777-
245-8.
6. Dines, Jennifer (2004) The Septuagint, Michael A. Knibb, Ed., London: T&T Clark.
7. Gr. 1809. Ver: Corriente, Federico y Antonio Piñero (1984) "Libro 1 de Henoc. Introducción";
Apócrifos del Antiguo Testamento IV: 34. Madrid: Ediciones Cristiandad.
8. 1611 King James Bible (https://www.kingjamesbibleonline.org/1611-Bible/).
9. Lutherbibel 1545 Original-Text (http://enominepatris.com/biblia/biblia2/index.htm)
Archivado (https://web.archive.org/web/20070928082804/http://enominepatris.com/bibli
a/biblia2/index.htm) el 28 de septiembre de 2007 en la Wayback Machine.:
10. La Biblia Latina llama Libros I y II de Esdras a los actualmente llamados Libros de Esdras y
Nehemías y llama Libro III de Esdras a éste, que en los códices de la Septuaginta se
designaba como Esdras A y en la terminología inglesa como 1 Esdras o Esdras griego
("Greek Ezra").
11. Un cuarto documento, el Apocalipsis de Esdras o Libro IV de Esdras, comúnmente
asociado a aquellos otros tres, jamás constituyó parte de los escritos griegos de la Biblia, ni
de la Septuaginta. Sin embargo, aparece en múltiples versiones y ediciones no griegas de
la Biblia —entre las que destacan la Peshitta siríaca, la Vulgata latina, y otras Biblias
cristianas ortodoxas, e incluso protestantes—; y es considerado de manera habitual como
parte del Canon seguido por algunas Biblias cristianas ortodoxas y orientales. La iglesia
armenia lo incluye en la Biblia solamente como apéndice.
12. El texto hebreo del Libro de Eclesiástico incluye un breve Salmo de Alabanza de unos
quince versos en Eclesiástico 51:12a-12p, y unas Doxologías y Subscripciones en
Eclesiástico 51:30a-30d. Y algunas ediciones tardías medievales de la Biblia Latina
agregan, al final del Libro de Eclesiástico, un breve documento de sólo trece versos llamado
Oración de Salomón —nomenclaturada, en algunas ediciones de la Biblia Latina, “Capítulo
52” del Libro de Eclesiástico—. Ninguno de estos textos forma parte del texto de la Biblia
Septuaginta. Por otra parte, la Biblia de Cipriano de Valera, de 1602, y la Biblia de Jaime I
de Inglaterra, de 1611, en adición al “Prólogo del traductor griego”, comúnmente presente
en los códices griegos del Libro de Eclesiástico, agregan a este libro otro curioso “Prólogo
de un autor incierto”. Hay algunos indicios de que éste se encuentra en al menos algunos
viejos códices griegos del Libro de Eclesiástico.
13. (De acuerdo al texto griego de ese libro bíblico, solamente los dos primeros Salmos —
nomenclaturados como los Capítulos 1 y 2 de dicha colección— carecen de un Epígrafe, o
Nota descriptiva aclaratoria sobre su contenido y circunstancias.)
14. (Siglas de la expresión inglesa Old Greek, que hace referencia al texto griego antiguo, por
contraposición a otras versiones griegas tardías o posteriores.)
15. https://en.m.wikipedia.org/wiki/4_Baruch
16. Paul, Andé (1983) Intertestamento. Verbo Divino: Estella.
17. Joseph Ziegler, “Der griechische Dodekepropheton-Text der Complutenser Polyglotte”,
Biblica 25:297-310, cited in Würthwein.
18. Rahlfs, Alfred, (Ed.), (1935-1979), Septuaginta, Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft.
19. IOSCS: Critical Editions of Septuagint/Old Greek Texts (http://ccat.sas.upenn.edu/ioscs/editi
ons.html)
20. German Bible Society (http://www.scholarly-bibles.com/en/search.html?product_show=96)
21. (Capítulo extraído del Libro de las Odas, y, en esta traducción, en ausencia del resto de
este documento, agregado al final del Libro de los Salmos de David.)
Bibliografía
Martin Hengel (2004). Septuagint As Christian Scripture (http://books.google.com/books?id
=LUmGZ0NiweAC). Continuum. ISBN 9780567082879.
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