Génesis 16 SP
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Génesis 16 SP
2. ¿Qué clase de esposa deseaba Abraham para Isaac? ¿Por qué crees que le preocupaba esto?
3. El siervo preguntó qué debía hacer si no podía encontrar una mujer dispuesta a ir con él a Canaán. ¿Cómo
respondió Abraham, y por qué crees que fue tan firme en cuanto a este punto?
¡Aprende la VERDAD!
El siervo de Abraham no podía contener su deleite cuando vio cómo obró Dios. Durante tu estudio
en esta semana, observa lo emocionado que estaba el siervo por la manera que vio a Dios obrar.
Luego pide a Dios que te ayude a ver las muchas maneras en las que Él está obrando en el mundo a tu
alrededor. Cuando Él te muestre algo, encuentra a otra persona con la que puedas compartirlo. Al compartir
estos relatos acerca de la obra de Dios, experimentarás gozo y alentarás la fe de otra persona. Prepárate para
compartir acerca de esto en tu Grupo Pequeño.
9. Por la manera en que el siervo relató su búsqueda, ¿cómo se manifiesta su fe y reverencia por Dios?
11. ¿En qué se parece su petición en el versículo 49 a lo que dice en los versículos 12, 14 y 27? ¿Qué te indica
esto respecto a su motivación como siervo?
16. ¿Cuáles detalles del reporte del siervo crees que habrían sido más alentadores para Isaac?
¡Aplica la VERDAD!
Nuestro versículo para memorizar nos dice: “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia
inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas.” ¿Cómo podemos evitar la
confianza en nuestra propia inteligencia? ¡Confiando en la Palabra de Dios como cierta y orando respecto a
todo! El siervo de Abraham no confió en sí mismo para elegir una esposa para Isaac. Sabía que necesitaba la
ayuda de Dios. Así que la pidió. Tú no tienes que tomar decisiones por ti mismo. Dios enderezará tus caminos si
lo incluyes a Él en tus planes. ¿Con qué decisiones necesitas pedirle a Dios que te ayude? ¿Le invitarás a Él a
guiarte? Prepárate para contarlo a tu Grupo Pequeño.
Comentario Lección 16
Día 7: Una Esposa para Isaac
Génesis 24
Génesis 24 describe cómo encontró Abraham una esposa apropiada para Isaac. Abraham envió al siervo en quien
más confiaba a su tierra natal para buscar a la que Dios quería como esposa para Isaac.
Abraham tenía 140 años de edad al inicio de este capítulo. Aunque Isaac ya tenía como 40 años de edad, seguía
siendo función de su padre arreglar un matrimonio adecuado. Abraham era demasiado anciano para viajar.
Encargó a su siervo fiel que lo representara ante sus familiares en Mesopotamia. Este “siervo” no nombrado
resulta ser el personaje central y el héroe en el desenlace del drama.
Abraham insistió que Isaac no debía casarse con una mujer cananea. Los cananeos no creían en el Dios verdadero.
Dios, que había sido tan fiel en el pasado, no abandonaría a Abraham ahora: “Él mandará su ángel delante de ti, y
tomarás de allí mujer para mi hijo” (24:7). En el caso improbable de que el siervo no encontrara a ninguna
candidata dispuesta, debía considerarse libre de su juramento. Sin embargo, dos veces Abraham le advirtió a su
siervo: “No lleves allá a mi hijo” (24:6, 8).
Piensa en la importancia de casarse con un creyente. Dios quiere que Sus hijos se casen con otros
creyentes. ¿Por qué? Porque si no lo hacen, los cónyuges incrédulos los pueden apartar de Dios.
Pablo escribió: “No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la
justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?” (2 Corintios 6:14). Juntar en un yugo a dos
bueyes físicamente desiguales puede causar dolor físico para ambos animales. De igual modo, unir a una pareja
espiritualmente desigual puede causar dolor espiritual y emocional a ambos. Sin embargo, si ya estás casado con
un incrédulo, no abandones a tu cónyuge. La Escritura señala que un cónyuge incrédulo puede llegar a la fe
como resultado del testimonio del cónyuge creyente (1 Corintios 7:12-16).
Aun antes de que el siervo terminara su breve oración, una hermosa jovencita llamada Rebeca vino al pozo. El
siervo debe haber esperado con asombro mientras Rebeca ofrecía sacar agua, tanto para el siervo como para que
bebieran los camellos. Después de que todos los camellos habían tomado agua, el siervo se preparó para darle a
Rebeca los costosos regalos del tesoro de su amo. Sin embargo, primero hizo la pregunta crítica: “¿De quíén eres
hija?” (24:23). Rebeca confirmó sus esperanzas. Respondió que ella era nieta de Nacor. ¡Era sobrina nieta de
Abraham! Ella añadió que a su familia le encantaría recibir al siervo y a sus acompañantes para que pasen la
noche. El siervo inmediatamente dio gracias a Dios por haber contestado tan rápidamente y tan claramente sus
oraciones.
Rebeca rápidamente informó a su familia respecto al visitante y su misión. Su hermano, Labán, se dirigió al siervo
de Abraham como, “bendito del Señor” (24:31). Esta frase sugiere que él y el siervo adoraban al mismo Señor.
Sin embargo, Labán siempre estaba listo para buscar cualquier ventaja, especialmente financiera. En un capítulo
Génesis – Lección 16 4
posterior manifestaría una excepcional devoción a un conjunto de ídolos caseros. Por el momento, muestra
amabilidad al proveer una cena para sus invitados. Pero el devoto siervo de Abraham se negó siquiera a comer
mientras no hubiera explicado el motivo de su venida.
El siervo se esmeró en señalar que Isaac, el hijo que le nació a su amo en su edad avanzada, era el único heredero
de Abraham. Si el siervo llegara a encontrar una joven que fuera fiel a Dios, él estaba preparado, en
representación de su amo, para ser generoso con ella y su familia si ellos consienten en su matrimonio con Isaac.
El siervo velaba sinceramente por los intereses de su amo, sin omitir nada de lo que Abraham había ordenado.
Concluyó su explicación describiendo su oración para pedir dirección divina y relatando la manera admirable en
la que Dios había respondido. Sólo quería saber si ellos “mostrarían bondad y sinceridad” (24:49) con su amo.
Su interés es seguir la dirección del Señor. Si ellos no compartieran ese interés, él se retiraría.
Dios Da el Éxito
Labán y Betuel reconocieron que Dios claramente había dirigido, así que aprueban el matrimonio. El siervo
respondió adorando al Señor. Presentó a Rebeca y su familia costosos regalos. Luego el siervo y sus hombres
disfrutaron una cena con Betuel y su familia y pasaron la noche allí.
La madre y el hermano de Rebeca pidieron 10 días más con ella antes de que partiera. Pero el siervo estaba
decidido a volver inmediatamente a su amo. “No me detengáis, puesto que el SEÑOR ha dado éxito a mi viaje;
enviadme para que vaya a mi señor.”
La familia decidió consultar con Rebeca para ver si ella estaba dispuesta. Ella aceptó emprender inmediatamente
el largo viaje a Canaán. Así que la familia le permitió partir. Enviaron con ella a su nodriza y sus ayudantes.
También pronunciaron sobre ella una bendición. Expresaron la esperanza de que sus hijos fueran “millares de
miríadas” (24:60), una bendición que se ha cumplido con creces.
Piensa en la fe de Rebeca. Para ser una mujer tan joven, Rebeca mostró una gran madurez
espiritual. Escuchó el relato del siervo, y se convenció de que era la voluntad de Dios que ella fuera
con él. Su familia quería demorar su partida por otros 10 días, pero ella estaba lista para salir
inmediatamente. No sería fácil. Ella no conocía al siervo. No conocía al hombre con quien se casaría. El viaje
sería largo y duro. Ella estaría lejos de su familia, y quizá jamás los volvería a ver. Pero Dios había dejado muy
claro lo que era Su voluntad, y ella estaba decidida a seguir al Señor. Cuando Dios te muestre claramente Su
voluntad, ¿estarás listo para seguirle a Él—inmediatamente y a cualquier costo?
Al acercarse la caravana a Canaán, Isaac observaba desde una distancia. Cuando Rebeca lo vio, se bajó de su
camello y se cubrió con un velo. El siervo le dijo a Isaac todo lo que había sucedido. Luego Isaac trajo a Rebeca a
la tienda de Sara y ella llegó a ser su esposa. Este acto era importante, porque era la única ceremonia de bodas
típicamente observada por los pueblos nómadas en esa época. Leemos que Isaac “la amó. Así se consoló Isaac
después de la muerte de su madre.”
¡Personaliza la VERDAD!
El siervo de Abraham no tenía mayor deseo que el de agradar a su amo. Casi podemos sentir su
deleite al ver a Dios obrar a favor de Abraham. Cuando Dios tan hermosamente proveyó una esposa
para Isaac, el siervo difícilmente pudo contener su gozo. “Bendito sea el SEÑOR … que no ha dejado
de mostrar su misericordia y su verdad hacia mi señor” exclamó (versículo 27). ¿Tú te gozas al ver que Dios lleva
a cabo Sus buenos planes en la vida de las personas a las que amas? ¿Son los propósitos de Dios tu más elevado
ideal? Reflexiona sobre lo que te produce gozo. Pide a Dios que purifique tus motivaciones de tal manera que tú,
como el siervo de Abraham, puedas experimentar personalmente—y luego reportar a otros—el poder y la gloria
de Dios en tu vida diaria.