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Salvamento Acuático

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Salvamento acuático

Presentado por

Yesenia Paola Galvis Gamboa

1116501988

Luis Steeven Junior Martínez Rincón

1002606088

Danna Zharick Jiménez Robles

1007764536

Presentado a:

Docente: Yolanda García Diaz

Universidad de pamplona

Habilidades acuáticas

Grupo

2020
FACTORES DE SEGURIDAD EN LA NATACION

Lograr la seguridad personal en la natación es tan importante como adquirir


conocimientos sobre las técnicas básicas de salvamento. Salvaguardar vidas es,
naturalmente el objetivo principal que se persigue al convertirse en un guardavida
competente, pero de igual importancia es el desarrollo de una actitud inteligente
hacia la seguridad personal en el agua. Existen muchos motivos que explican el
porqué de los accidentes dentro del agua, pero, además de la causa de ellos, la
mayoría de estos podrían ser prevenidos si se tuvieran mayores conocimientos
sobre la seguridad en el agua, de parte de todas aquellas personas que participan
en los deportes y actividades acuáticas.

A continuación, se enumeraran como información, las principales causas de los


accidentes acuáticos:

1. Cuando el entusiasmo es mayor que la pericia para nadar. (un poco de


conocimiento puede ser muy peligroso si no se emplea sabiamente).

2. Arriesgarse por salvar prestigio, aceptar retos, o lucirse. (la idea de que “no
puede uno rajarse ahora”, solo lleva a dificultades).

3. El instinto de explorar, construcción de “balsas”, saltar sobre rocas o vadear en


el agua, etc

4. El manejo inexperto de pequeños botes, tales como canoas, cayacs, botes de


remos. (los botes pequeños pueden ser peligrosos y traicioneros si el que los
maneja no lo hace con pericia).

5. Aguas lodosas o desconocidas, caídas repentinas, agujeros. (las aguas


desconocidas no solo son peligrosas en sí, sino porque sirven para disminuir la
confianza del nadador y aumentar su pánico en situaciones de emergencia).

6. La falta de respeto a las corrientes rápidas, mareas o resacas.

7. Peligros submarinos ocultos, tales como rocas, troncos, lodo y vegetación.


(siempre es mejor seleccionar un lugar seguro para nadar, la experimentación
suele ser peligrosa).
8. Subestimar la distancia desde la orilla. (uno cree poder nadar esa distancia pero
no puede. No se arriesgue).

9. Nadar rápidamente aguas adentro, alejándose de la orilla, de la playa o la rivera


y estar demasiado cansado para regresar. (hacer las cosas con calma,
conservando la energía y no exceder sus propias facultades físicas son todos
factores básicos de la seguridad).

10. Nadar y vadear solo, sin compañía. (nunca se sabe lo que le puede suceder a
uno cuando está solo, por lo tanto, es mejor no arriesgarse innecesariamente).

11. Los soportes artificiales tales como flotadores, chalecos salvavidas, tablas de
natación, llantas, gusanos flotadores o anillos salvavidas y otros auxiliares de
flotación. (los artefactos artificiales, si son usados adecuadamente pueden ser
instrumentos de seguridad pero, si se sobre estima este factor pueden crearse
dificultades).

12. Sobre cargar los botes o lanchas. (es mejor llevar una persona de menos y no
una de más).

Como se puede comprender hay mucho más en cuestiones de seguridad acuática


que simplemente aprender las apariencias del salvamento. Se debe tener una idea
clara y precisa sobre los peligros de participar en los deportes o actividades
recreativas acuáticas, y saber, además, como prevenir accidentes.

DONDE NADAR

Para muchos nadadores la selección de un lugar seguro para nadar quizá solo
signifique seleccionar uno de tantos que cuente con supervisión adecuada para
salvamento sin embargo, habrá ocasiones en que se querrá nadar en algunos
lugares que no estén vigilados o supervisados. En tales casos, se debe ejercer
suma cautela al inspeccionar el lugar, las condiciones del agua, las condiciones
del fondo, corrientes, etc., antes de determinar si el lugar es seguro o no para
nadar. La natación es ríos es particularmente peligrosa cuando existen corrientes
lejos de la orilla. No se debe intentar nadar contra la corriente a menos que esta
sea muy débil y el nadador se encuentre cerca de la orilla. Y, por supuesto no se
debe nadar en ningún caso solitario en tales lugares, siempre deberá existir la
seguridad de que haya otras personas alrededor que puedan ayudar en caso de
emergencia.

CUANTO NADAR.

Resulta un poco difícil recomendar un tiempo máximo o mínimo que un nadador


deberá permanecer en el agua. El tiempo que se esté en el agua dependerá de
muchos factores – La condición física del nadador, la temperatura del agua, etc. El
principal factor de seguridad involucrado en la interrogante acerca de cuanto se
debe permanecer en el agua, se relaciona con la fatiga y el mal estar físico del
nadador. Una persona que nada 15 minutos en agua fría puede poner en peligro
su salud. Y la inmersión continua puede provocar un colapso y muerte por
ahogamiento. Pero cuando la temperatura y otras condiciones del agua son
favorables para el nadador podrá permanecer en el agua un periodo bastante
largo. El único límite determinable será establecido por las sensaciones de
molestia, enfriamiento, fatiga, etc., del nadador. Generalmente es aconsejable
nadar mediante periodos cortos. Se observara que aunque muchos bañistas estén
en la playa muy pocos están en el agua en cualquier tiempo dado. El nadador bien
acondicionado puede permanecer en el agua durante una hora o poco más sin
sentir molestias, mientras que otra persona puede descubrir que 30 minutos son
suficientes para agotar su resistencia. Muchos supervisores de centros
vacacionales o de natación recomiendan un máximo de dos horas por día. La
duración de periodo de natación está regida por las temperaturas del agua y del
ambiente. Por regla general no se debe pasar más de 30 minutos en el agua.

Protocolo de rescate

Antes de comenzar con un rescate o por lo menos evaluar una situación de


rescate tendremos que contar con el mínimo de materiales básicos que son los
siguientes:

 El aro salvavidas, flotador o rosca (en desuso).


 El tubo o brazo de rescate.
 La lata de rescate (rescue can), boya torpedo, o salvavidas tubular.
 La pértiga, percha o vara del pastor.
 La férula espinal o camilla rígida.

Contando ya con este material básico en toda piscina es importante resaltar que:

Nunca se debe arriesgar la vida innecesariamente. Claro que, siempre es


importante poder y saber actuar rápidamente en una emergencia, pero no se debe
hacer sin pensar. Hay que ocupar unos cuantos segundos para analizar la
situación la situación y encontrar algún método seguro y adecuado para ayudar. Y
además tenemos que evitar meternos al agua a menos de que sea absolutamente
necesario, para poder ayudar a la persona que lo necesite podemos ayudarlo
mediante:

Extensión corporal: esta técnica puede ser empleada si la persona se encuentra


a unos cuantos centímetros de un sitio seguro, se puede rescatar extendiéndole
un brazo o la pierna. Pero, antes de hacer esto hay que asegurarse de estar
firmemente plantado, de modo que no lo puedan jalar al agua también.

Extensión por Garrocha: este método lo podemos emplear cuando la víctima


está un poco más alejada de la orilla, se le puede alcanzar con cualquier cosa o
parte del equipo que se encuentre a la mano: una garrocha, una rama larga,
cualquier cosa que sea lo suficientemente fuerte para detenerlo y sostenerlo
mientras se le jala a la orilla.

Extensión con cuerda: un pedazo de cuerda o una reata son excelentes para un
rescate, particularmente si llevan algo que flote en su extremo libre. Para sostener
firmemente el otro extremo, hay que pararse encima de la cuerda, hay que
procurar botar la boya cerca de donde se encuentra la persona, nunca a la
persona ya que la podemos lastimar.

En caso de que ninguna de las anteriores técnicas funcione y tengamos que entrar
al agua inevitablemente, ya sea porque la persona perdió el conocimiento o
porque ya lleva demasiado tiempo esta persona en esta situación, tendremos que
tener precauciones y diferentes maneras de entrar al agua dependiendo del caso.

Entrada Larga: esta entrada se utiliza cuando la víctima se encuentra demasiado


lejos del lugar seguro y debe llegarse con rapidez a ella. Se realiza tirándose de
frente rompiendo la superficie del agua emergiendo inmediatamente (dando la
impresión de un panzazo) y ubicando visualmente a la persona para nadar hacia
ella.

Entrada de Muelle: se utiliza cuando la víctima se encuentra a algunos metros del


lugar seguro en parte profunda. Se realiza lanzándose al agua de pie con zancada
larga y brazos abiertos; al hacer contacto con el agua se cierran los brazos y los
pies con energía para evitar hundirse, manteniendo la cabeza fuera para no perder
de vista a la víctima.

Entrada de boya: este método es empleado cuando la víctima se encuentra a


escasos metros de la orilla, pero no es posible auxiliarla por métodos de
extensión, al caer en el agua la ola que se produce al caer mantiene a distancia
del auxiliador a la víctima.

Controlada: es la entrada más segura pero la más lenta para el rescatista, se


utiliza cuando se desconoce la profundidad del área.

Rescate mientras se nada: esta se hace con el fin de tratar de llegar hasta la
víctima con la mayor rapidez posible sin cansarse uno mismo. Se deberá usar la
brazada que sea más fácil, pero manteniendo la cabeza fuera del agua con el fin
de no perderla de vista.

Ahora que conocemos como saltar al agua en determinados casos tendremos que
saber como acercarnos a ellas sin poner en riesgo nuestra vida y para hacerlo de
la mejor forma posible:

El mejor modo de aproximarse consiste en acercarse por detrás de la víctima.


Cuando se está suficientemente cerca para tocarlo se invierte la dirección y se
acerca con los pies primero. De esta manera se estará para usar la brazada de
lado, después de haberlo tomado firmemente con el otro brazo. La dificultad de
este acercamiento consiste en que la víctima puede no dejar acercarse por detrás.

Acercamiento por debajo del agua: Se nada por debajo del agua hasta cerca de
los pies de la víctima. Entonces se eleva hasta alcanzar sus rodillas. Se tomas
ambas partes de la víctima por las rodillas (una mano delante de una rodilla y la
otra por detrás de la otra rodilla), haciéndole girar de modo que su espalda quede
hacia uno. Entonces se sube a la superficie por detrás de la víctima, resbalando
sus manos hacia arriba, pasándolas por debajo de sus brazos. Ahora uno está en
control de la situación.

En algunas situaciones podemos ser victimas de la persona que se está ahogando


ya que ellas no razonan con claridad y su único objetivo es sobrevivir para estos
casos podremos utilizar las siguientes tácticas de liberación, para evitar colocar
nuestra vida en peligro y la de la otra persona en más riesgo.

Liberación por debajo del agua: la aproximación en la superficie no siempre sale


tan bien como en el caso anterior, hasta un experto puede caer en un peligroso
agarre sin el agua esta turbulenta o se comete un error de aproximación. Si esto
llegara a suceder, no se debe caer en pánico, forcejear es lo peor que se puede
hacer. Se puede romper el agarre fácilmente llevándose a la víctima abajo el agua.
Las probabilidades son que la víctima lo suelte a uno inmediatamente, a fin de
poder sacar la cabeza del agua otra vez.

Empujón de alejamiento: el agarre en el que el rescatador cae con mayor


frecuencia es el llamado “candado de cabeza” por el frente. Un método efectivo
para romper este candado consiste en empujar fuertemente para alejarse de la
víctima, colocando ambas manos sobre las caderas de la víctima y empujándolo,
alejándolo de uno. A medida que se extienden los brazos, el cuerpo de la víctima
se alejará y subirá en esta posición. Su “candado” o agarre es inseguro. Al
sumergir la cabeza hacia delante quedara uno completamente fuera del agarre de
la víctima. Al zafarse del candado, se colocará una mano detrás de él,
manteniendo la otra firmemente en el frente de la vadera. Luego se hace girar a la
víctima de modo que dé la espalda. Nuevamente el rescatador asume el control de
la situación y se está listo para proceder al rescate. La liberación bajo el agua y el
empujón de alejamiento son dos de las más importantes maniobras, pero existen
también otras.

TRANSPORTE DE SALVAMENTO

Después de haber terminado el acercamiento, el siguiente paso consiste en

nivelar a la víctima.

 Transporte por el cabello o por el cuello

Es el más fácil de aprender y usar. Simplemente se toma un buen mechón de

cabellos de la víctima y se remolca con el brazo extendido, utilizando el estilo

de nado a la “marinera” para moverse en el agua. Este método es el mejor

para llevar a una persona inconsciente o semiconsciente.

 Transporte por el mentón

Se pone una mano debajo de la espalda y otra debajo del mentón.

Luego se nada hacia delante varias brazadas, jalando su cuerpo hasta sacarlo

de la superficie. Con la víctima en esta posición es fácil empezar el arrastre.

 Candado del brazo cruzado

El modo más satisfactorio de transportar a una persona que está consciente,

es con el brazo del guardavida cruzado sobre el pecho de la victima (candado

de pecho o brazo cruzado).

 Candado de espalda

Es la forma más segura de transportar a una víctima que esta luchado, se

inicia el transporte tomando los dos brazos, por encima de los codos, por

detrás de la espalda de la víctima. Tan pronto como el “candado” este firme,


se usa la brazada de costado, un jalón con poca profundidad, con patada de

tijera para remolcar a la victima a lugar seguro.

AYUDA A NADADOR CANSADO

Cuando un nadador se encuentra fatigado y lejos de la orilla, puede tener

serios problemas que pueden poner en peligro su vida, por lo que el

auxiliador deberá considerar la ayuda al nadador cansado que no implica

tener que lidiar con alguien en pánico.

 De Frente

Se realiza acercándose de frente a la víctima y tomándolo por los costados

del torso se le conduce hacia lugar seguro en dirección de la espalda de la

víctima, que se dejara empujar teniendo las piernas separadas para que el

auxiliador pueda impulsarlo con patada de pecho, de frente hacia él.

 Remolque de Espadas

Se realiza acercándose por detrás de la víctima y tomándolo por debajo de

las axilas, cruzando los brazos del auxiliador al pecho de la víctima, quien

deberá separar las piernas para ser remolcado de espaldas con patadas de

pecho, hasta lugar seguro.

Hay que considerar que el estado emocional de la victima puede estar al

borde del pánico dependiendo del grado de fatiga y la ansiedad que sienta

por no poder estar a flote; por lo que resulta conveniente desde que el

auxiliador se percata de las dificultades, hablarle haciéndole sentir que la

ayuda está por llegar a él y que no debe perder la calma, así mismo al realizar

el acercamiento, ya que se puede convertir en un transporte de salvamento.


El acercamiento, ya que se puede convertir en un transporte de salvamento.

 Flotación

No todos podemos flotar. Una persona puede tener la capacidad de flotar

(permanecer dentro o sobre el agua por tiempo indefinido sin ningún

movimiento del cuerpo) si el cuerpo de dicha persona es tal, que pueda

desplazar menos peso que igual volumen de agua. Si el peso del cuerpo de la

persona es tal que sea más pesado que de igual volumen, dicha persona no

podrá flotar sin movimientos del cuerpo. Flotar requiere una práctica muy

considerable y no debe practicarla el principiante sin la debida instrucción.

Sin embargo, debe intentarse flotar antes de iniciar la práctica de brazadas.

La flotación que se requiere en la instrucción de salvamento es diferente,

aunque no por ello se aparta de lo antes mencionado, en estas prácticas se

requiere mantener la posición vertical con los brazos y los hombres fuera del

agua, lo que nos da la certeza de tener los apoyos necesarios en el agua

teniendo las manos libres para poder asistir a la víctima.

Procedimientos de primeros auxilios acuáticos

 Sacar a la víctima del agua

Comprobar respiración:

 Aislar la vía aérea


 Iniciar ventilación / oxigenación (Respiración boca a boca)

Comprobar circulación:

 Maniobras de RCP
 Traslado a un centro hospitalario:
Administración de O2

 Evitar la hipotermia
 Protección de columna cervical.
 Tratamiento para shock

Tratamiento en el lugar del accidente

La consecuencia más importante de la inmersión prolongada bajo el agua, sin

respiración, es la hipoxemia. La duración de la hipoxia es el factor crítico para

determinar la evolución de la víctima. Lo único que impedirá una

recuperación normal del semiahogado es la hipoxia irreversible. Por tanto, el

factor determinante del pronóstico neurológico es la rapidez con que se

instaura la reanimación cardiopulmonar y se recupera la respiración

espontánea y la contracción cardiaca.

Por ello el tratamiento debe comenzar, siempre, en el mismo lugar del

accidente, restaurando la ventilación y la perfusión tan pronto como sea

posible.

Hay que tener en cuanta, si el paciente comienza a toser o a escupir agua por

su nariz y boca; póngalo de lado (posición lateral de seguridad.) Esto ayuda a

evacuar el agua de los pulmones y si mantiene la cabeza más baja que el resto
del cuerpo se reduce el riesgo de que el agua retorne a los pulmones.

Permita que el agua tragada salga naturalmente.

La gran variabilidad de circunstancias que rodean todo accidente de

inmersión, generalmente desconocidas, hace que se deba de reanimar a

todas las víctimas, a no ser que se sepa que ha estado sumergido más de dos
horas.

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