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Doctor de Diabetes

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Corregir la diabetes de tipo 2: guía de inicio rápido

Es posible corregir la diabetes de tipo 2 fácilmente. Solo hay dos cosas que debes hacer.

Si lees este breve artículo, sabrás cuáles son y cómo comenzar. O puedes saltar a los dos pasos de inmediato >

Inicio rápido
Hace veinte años, cuando compraste un flamante video, también recibiste un grueso manual de instrucciones. “Lea esto a fondo
antes de comenzar”, te imploraba el fabricante. Había procedimientos de configuración detallados y guías de solución de
problemas.

La mayoría ignoramos el manual, simplemente lo conectamos e intentamos averiguar el resto. Es por eso que a todos nos
parpadeaban las 12:00. Hoy en día, la mayoría de los nuevos productos electrónicos vienen con una guía de inicio rápido que
tiene los 4 o 5 pasos más básicos para que el dispositivo funcione, y para cualquier otra cosa que necesites, puedes consultar el
manual de instrucciones detallado. Los manuales de instrucciones son mucho más útiles de esta manera.

Bueno, no sé mucho sobre videos, pero sí sé sobre la diabetes de tipo 2. Puedo escribir un libro entero sobre obesidad (ah,
espera, ya lo hice), o ayuno (ah, también lo hice) o diabetes de tipo 2 (en 2018). Pero muchos no querrán leer todo el manual de
instrucciones. Esta es la guía de inicio rápido para corregir la diabetes de tipo 2.
Una enfermedad que se puede corregir sin problema
La mayoría de los médicos, dietistas y especialistas en diabetes afirman que la diabetes de tipo 2 es una enfermedad crónica y
progresiva. La American Diabetes Association, por ejemplo, lo proclama casi con orgullo en su sitio web. Una vez que te la
diagnostican, es una cadena perpetua. Pero en realidad es una gran mentira.

La diabetes de tipo 2 casi siempre se puede corregir y esto es casi tan fácil de demostrar, que es ridículo. Esta es una gran
noticia para más del 50 % de los adultos estadounidenses que han sido diagnosticados con prediabetes o diabetes. Reconocer
esta realidad es el primer paso fundamental para corregir tu diabetes o prediabetes. En realidad, es algo que la mayoría de la
gente ya ha reconocido como cierto de forma instintiva.

Supongamos que a un amigo tuyo le diagnostican diabetes y


luego se esfuerza mucho para perder 20 kg, deja de necesitar
medicamentos y su nivel de glucosa sanguínea pasa a ser normal. ¿Qué le dirías? Probablemente algo como “Buen trabajo. Te
estás cuidando de verdad. ¡Sigue así!”.

Lo que no dirías es algo como “Eres un mentiroso y un embustero. Mi médico dice que esta es una enfermedad crónica y
progresiva, así que debes de estar mintiéndome”. Parece totalmente obvio que la diabetes se corrigió porque tu amigo perdió
todo ese peso. Y esa es la cuestión. Se puede corregir la enfermedad.

Lo hemos sabido todo el tiempo. Pero solo cambios en la dieta y los hábitos la corregirán; NO los medicamentos. Lo más
importante, por supuesto, es perder peso. Pero los medicamentos para la diabetes no consiguen esto. Más bien lo contrario. La
insulina, por ejemplo, se sabe que causa un aumento de peso. Los pacientes sienten de forma intuitiva que van por el camino
equivocado.

A menudo me decían, “Doctor. Siempre has dicho que la pérdida de peso es la clave para corregir la diabetes. Pero me
prescribiste un medicamento que me hizo ganar 11 kg. ¿Cómo puede ser beneficioso? Nunca tuve una buena respuesta, porque
no existía ninguna. No era beneficioso. La clave era la pérdida de peso, tras lo cual la diabetes a menudo desaparece o al
menos mejora significativamente. Entonces, lógicamente, la insulina no ayuda a corregir la enfermedad, sino que en realidad la
empeora.

Otros medicamentos como la metformina o la clase de fármacos DPP4 no afectan al peso. Si bien esto no empeorará las cosas,
tampoco las mejorará. Dado que la pérdida de peso es la clave para corregir la diabetes de tipo 2, los medicamentos no
mejorarán las cosas. Los medicamentos mejoran los niveles de glucosa sanguínea, pero no la diabetes. Podemos fingir que la
enfermedad va a mejor, pero eso no lo convierte en realidad.

Esa es la razón por la que la mayoría de los médicos cree que la diabetes de tipo 2 es una enfermedad crónica y progresiva.
Hemos estado usando el tratamiento equivocado. Hemos estado recetando medicamentos para una enfermedad alimenticia. No
es de extrañar que no funcione.

Entonces, ¿cómo puedes corregir la diabetes?

El azucarero
La característica esencial de la diabetes de tipo 2 y la prediabetes es que el cuerpo está completamente lleno de azúcar. No es
solo demasiada azúcar en la sangre. Eso es solo parte del problema. Hay demasiada azúcar en todo el cuerpo.

Imagínate el cuerpo como un azucarero. Un cuenco de azúcar. Cuando somos jóvenes, el azucarero está vacío. Durante
décadas, comemos demasiadas cosas equivocadas: cereales azucarados, postres y pan blanco. El azucarero se llena
gradualmente de azúcar hasta que está lleno del todo. La próxima vez que comas, el azúcar entra al cuerpo, pero el recipiente
está lleno, por lo que se derrama en la sangre.

La insulina es una hormona normal que se produce cuando


comemos, y su función es permitir la entrada de glucosa en las
células. Cuando ya no puede hacerlo, la glucosa se acumula fuera de la célula, en la sangre y se denomina resistencia a la
insulina.
Pero, ¿por qué sucede esto? Las células ya están sobrecargadas con glucosa (ver la publicación anterior: Un nuevo paradigma
y ¿es buena la resistencia a la insulina?). Es como intentar meter aire en un globo que ya está demasiado inflado, simplemente
hace falta más fuerza. La célula se resiste a la glucosa porque está completamente llena. La resistencia a la insulina es un
fenómeno de desbordamiento.

Es como empacar tu ropa en una maleta. Al principio, la ropa entra sin ningún problema. Después de cierto punto, sin embargo,
es imposible meter esas últimas dos camisetas. No se puede cerrar la maleta. El equipaje ahora es “resistente” a la ropa. Es
mucho más difícil meter esas 2 últimas camisetas que las 2 primeras. Es el mismo fenómeno de desbordamiento. La célula está
llena hasta reventar de glucosa, por lo que tratar de forzar más es difícil y requiere dosis mucho más altas de insulina.

Cuando los niveles de insulina son incapaces de seguir el ritmo


de la resistencia creciente, aumentan los niveles de azúcar en
la sangre, tu médico te diagnostica diabetes de tipo 2 y empiezas a tomar un medicamento, como la metformina. Pero la
metformina no elimina el azúcar. En cambio, simplemente toma el azúcar de la sangre y lo mete en el hígado. El hígado
tampoco lo quiere, por lo que lo envía a todos los demás órganos: los riñones, los nervios, los ojos, el corazón. Gran parte de
este azúcar extra también se convertirá en grasa.

El problema, por supuesto, no se ha resuelto: el azucarero todavía se está desbordando. Solo has movido la azúcar de la
sangre (donde puedes verla) al cuerpo (donde no puedes verla). Así que, la próxima vez que comas, ocurrirá exactamente lo
mismo. El azúcar entra, se vierte en la sangre y tomas metformina para meter el azúcar en el cuerpo. Esto funciona durante un
tiempo, pero a la larga, el cuerpo también se llena de azúcar. Ahora, esa misma dosis de metformina no puede meter más
azúcar en el cuerpo.

Entonces vas a tu médico. ¿Qué hace? En lugar de deshacerse de la carga tóxica de azúcar, dobla la dosis del medicamento. Si
el equipaje no se cierra, la solución es vaciarlo, no forzarlo más. Una dosis más alta del medicamento ayuda durante un tiempo.
Los niveles de azúcar sanguínea disminuyen a medida que obligas a tu cuerpo a tragar aun más azúcar. Pero con el tiempo,
esta dosis también falla. Entonces, tu médico te administra un segundo medicamento, luego un tercero y luego inyecciones de
insulina.

Durante un período de años, pasaste de prediabetes a diabetes, a tomar un medicamento, luego dos y tres y finalmente altas
dosis de insulina. Pero aquí está la clave: si estás tomando cada vez más medicamentos para mantener tus niveles de azúcar
sanguínea al mismo nivel, ¡tu diabetes empeora! Incluso si tu nivel de azúcar sanguínea mejora, tu diabetes empeora.
Desafortunadamente, esto es lo que les sucede a prácticamente todos los pacientes. El cuerpo ya está lleno de azúcar.

Los medicamentos solo ocultan el azúcar en la sangre, apiñándolo en el cuerpo que ya está congestionado. La diabetes tiene
mejor pinta, ya que solo se pueden ver los niveles de azúcar sanguínea. Los médicos pueden felicitarse por la ilusión de un
trabajo bien hecho, incluso cuando el paciente enferma cada vez más. Los pacientes necesitan dosis cada vez mayores de
medicamentos y aun así sufren ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca congestiva, accidentes cerebrovasculares,
insuficiencia renal, amputaciones y ceguera. “Ah, bueno”, se dice el médico, “Es una enfermedad crónica y progresiva”.

Imagina que escondes la basura de tu cocina debajo de la alfombra en vez de tirarla a la basura. No puedes verla, así que
puedes fingir que tu casa está limpia. Cuando ya no queda espacio debajo de la alfombra, tiras la basura a tu habitación y
también al baño. En cualquier lugar donde no tengas que verla. Con el tiempo, comienza a oler. Huele muy, muy mal.

Tenías que tirar la basura, no esconderla. Si entendemos que el exceso de azúcar en la sangre es tóxico, ¿por qué no podemos
entender que demasiada azúcar en el cuerpo también es tóxica?

El final de la partida
¿Qué pasa con el tiempo, 10, 20 años?

Todas las partes del cuerpo empiezan simplemente a pudrirse. Esta es precisamente la razón por la que la diabetes de tipo 2,
a diferencia de prácticamente cualquier otra enfermedad, afecta a todas las partes del cuerpo. Todos los órganos sufren los
efectos a largo plazo de la carga excesiva de azúcar. Los ojos se pudren y te quedas ciego. Los riñones se pudren y necesitas
diálisis. El corazón se pudre y te dan ataques cardíacos e insuficiencia cardíaca. El cerebro se pudre y contraes la enfermedad
de Alzheimer. El hígado se pudre y contraes la enfermedad del hígado graso. Las piernas se pudren y te salen úlceras del pie
diabético. Los nervios se pudren y contraes neuropatía diabética. Ninguna parte del cuerpo se salva.

Los medicamentos y la insulina no hacen nada para frenar la progresión de este daño orgánico, ya que no eliminan la carga de
azúcar tóxica del cuerpo. Conocemos este incómodo dato desde 2008. No menos de 7 ensayos controlados aleatorios
multinacionales, multicéntricos, de control estricto de la glucosa en sangre con medicamentos (ACCORD, ADVANCE, VADT,
ORIGIN, TECOS, ELIXA, SAVOR) fueron incapaces de demostrar reducciones en la enfermedad cardíaca, la principal causa de
muerte de los pacientes con diabetes. Fingimos que el uso de medicamentos para reducir la azúcar sanguínea hace que las
personas estén más sanas. Pero tan solo ha sido una mentira. No se pueden usar medicamentos para curar una
enfermedad alimenticia.

Cómo corregir la diabetes


Una vez que entendemos la diabetes de tipo 2, la solución se vuelve bastante obvia. Si tenemos demasiada azúcar en el
cuerpo, deshazte de ella. No la ocultes para que no podamos verla. En realidad, solo hay dos formas de eliminar el exceso de
azúcar en el cuerpo.

1. No meter azúcar

2. Quemarla

Ya está. Eso es todo lo que tenemos que hacer. ¿La mejor parte? Es completamente natural y gratis. Sin medicamentos. Sin
cirugía. Gratis.

Paso 1: no metas azúcar


El primer paso es eliminar toda la azúcar y los almidones refinados de la dieta. La azúcar no tiene valor nutricional y por eso
puede eliminarse. Los almidones son simplemente largas cadenas de azúcares. Los almidones altamente refinados como la
harina o el arroz blanco se descomponen rápidamente en glucosa al digerirlos. Ésta se absorbe rápidamente en la sangre y
aumenta la glucosa sanguínea. Por ejemplo, comer pan blanco aumenta los niveles de azúcar sanguínea muy rápidamente.

¿No parece obvio que debemos evitar los alimentos que elevan los niveles de azúcar sanguínea porque con el tiempo el cuerpo
los absorberá? La estrategia óptima es comer poco o nada de carbohidratos refinados.

Demasiada proteína alimentaria también es convertida en glucosa por el cuerpo. Por lo tanto, debes evitar comer demasiada
proteína ya que esto también añadirá más azúcar al cuerpo. Debes abstenerte de batidos de proteínas, barras de proteínas y
polvos de proteínas. En su lugar, céntrate en comer muchas verduras y grasas naturales saludables.

La grasa alimentaria, rechazada durante mucho tiempo por su supuesto efecto causante de enfermedades del corazón, ha
regresado. Se sabe que las grasas naturales, como las que se encuentran en el aguacate, las nueces y el aceite de oliva, tienen
efectos saludables para las enfermedades cardíacas y la diabetes. La dieta mediterránea, rica en grasas naturales, está
reconocida como una dieta saludable.

También se ha demostrado que el colesterol alimentario no tiene efectos nocivos en el cuerpo humano. Los huevos y la
mantequilla han vuelto. Lo más importante es ceñirse a los alimentos enteros, naturales y no procesados.

Más: Low carb para principiantes

Paso 2: quemarla
El ayuno es el método más simple y rápido para forzar a tu cuerpo a quemar azúcar para obtener energía. La glucosa en la
sangre es la fuente de energía más accesible para el cuerpo. El ayuno es simplemente la otra cara de la comida: si no estás
comiendo, estás ayunando. Cuando comes, el cuerpo almacena energía de los alimentos. Cuando ayunas, el cuerpo quema la
energía de los alimentos. Si simplemente alargas los períodos de ayuno, puedes quemar el azúcar almacenado.

Dado que la diabetes de tipo 2 es simplemente una cantidad excesiva de glucosa en el cuerpo, quemarla corregirá la
enfermedad. Si bien puede sonar extremo, el ayuno se ha practicado durante al menos 2000 años. Es la terapia alimentaria más
antigua conocida. Literalmente millones de personas a lo largo de la historia humana han ayunado sin problemas. Si estás
tomando medicamentos recetados, debes consultar a un médico. Pero la conclusión es esta.

Si no comes, ¿bajará tu nivel de azúcar sanguínea? Por supuesto.

Si no comes, ¿perderás peso? Por supuesto.

Entonces, ¿cuál es el problema? Ninguno que yo pueda ver.

Más: Ayuno intermitente para principiantes

Podemos corregir la diabetes de tipo 2 y la prediabetes hoy, en este momento, de inmediato. Todo sin costo, sin medicamentos,
sin cirugía, con un método de curación totalmente natural y probado a lo largo del tiempo. Solo necesitamos guiar al cuerpo por
el camino de la curación y tener el coraje de aplicar nuestro conocimiento tan difícilmente obtenido.

Anteriormente
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El Dr. Fung tiene su propio blog en idmprogram.com. También publica frecuentemente en Twitter.

Su libro El Código de la Obesidad es disponible en Amazon.

Su libro nuevo, The Complete Guide to Fasting también está disponible en Amazon en inglés.

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