Bullying y Cyberbullying en Argentina
Bullying y Cyberbullying en Argentina
Bullying y Cyberbullying en Argentina
ADOLESCENCIA
Perspectiva familiar
La plenitud, la fuerza y el intenso movimiento de cambio y reflexión que
caracterizan la vida adolescente ponen a prueba el equilibrio familiar.
2
“Identidad y Ciclo Vital” - Erik Erikson, 1959
Los jóvenes no siempre tienen la asertividad y la paciencia suficiente
para elegir los momentos de dialogo, para explicar sus deseos, para exponer
sus puntos de vista o para escuchar a sus padres.
Lo biológico y lo cultural
El crecimiento es un proceso tan intrincado y delicado, que necesita
poderosos factores estabilizadores, más intrínsecos que extrínsecos, que
conserven tanto el equilibrio de la pauta total, como la dirección y la tendencia
del desarrollo. La maduración es, en cierto sentido, un nombre para ese
mecanismo de regulación.
Es la biología y no los factores ambientales, lo que determina los rasgos
del desarrollo, y la maduración debida solo a procesos genéticos, es la que
hace posible el ulterior a aprendizaje. Arnold Lucius Gesell3 llamaba
“aculturación” al proceso ulterior a la maduración en el que los factores
ambientales conforman la conducta individual o colectiva, “aunque la
aculturación nunca puede prevalecer sobre la maduración”.
Fases de la adolescencia
Se suele considerar que la adolescencia tiene las siguientes fases con
sus características, si bien, la frontera entre cada una es muy difusa y varía
según el autor.
3
Psicologo y pediatra estadounidense especializado en el desarrollo infantil. Su trabajo relacionado con
el establecimiento de unas pautas de conducta infantil a lo largo del desarrollo, está considerado como
uno de los más influyentes en la puericultura de los años 40 y 50 .
Adolescencia media: entre los 14 y 16 años. Empieza a asumir su nuevo
cuerpo y su nueva identidad. La principal preocupación es el sexo. Dudas
sobre orientación sexual y la experimentación con estímulos fuertes como el
alcohol, las drogas y el tabaco.
4
“Charlas y conferencias sobre Adolescencia”, Dr. Luis Horstein, Médico Psicoanalista
En este actual contexto social surge una nueva designación del modo de
ser adolescente: Generación Y o Generación Internet. Esta designación
pretende caracterizar a la generación que nació entre enero de 1977 y
diciembre de 1997, tiempo en el que se han experimentado cambios
significativos en el mundo, tales como la escalada de la computadora, el
surgimiento de Internet y de otras tecnologías digitales.
Mario Margulis6
Resumen
Si la adolescencia es un período de descubrimientos y de angustias, pero
también de grandes preguntas, se podría afirmar que estas preguntas han
hallado respuesta satisfactoria al superar la adolescencia e ingresar en otra
etapa de la vida; o simplemente, si en la mayor parte de los casos, se han
suprimido, olvidado o resignado. Al reducirse las angustias e inquietudes de la
adolescencia y entrar en un período corporal y social más estable, las
preguntas existenciales se olvidan. ¿No sería más certero postular que es
frecuente en la sociedad actual que la adolescencia se reprima pero no se
supere?
5
En http://revistas.unla.edu.ar/epistemologia/article/view/574
6
Lic. en Sociología, UBA, Profesor Consulto en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) a cargo de la
Cátedra Sociología de la Cultura
Adolescencia y cultura
Vanguardia
Los adolescentes ingresan a un mundo en cambio veloz, en el que ellos
son agentes de transformación. A diferencia de los adultos no poseen la
experiencia, las vivencias del pasado, la memoria de lo acontecido y vivido.
Incorporan con facilidad los códigos del presente y su percepción, vivencias y
emociones están condicionadas por rasgos de la cultura del momento en que
les toca vivir. Se erigen así en vanguardia portadora de las transformaciones en
los códigos de la cultura, niegan la historia, descreen de la experiencia, y ello
dificulta el entendimiento y la comunicación con generaciones mayores: todo
ello es trascendente, porque son ellos los que portan y producen las matrices
de significación que construirán el futuro. El adolescente es vanguardia.
Absorbe las bases profundas de los procesos de cambio de su tiempo y lugar y
se siente insatisfecho e incomprendido por el mundo social en que le toca vivir.
Lleva consigo los códigos profundos de los procesos de cambio y no puede
menos que sentirse defraudado por la forma en que tales cambios han anclado
en la cultura de sus mayores y en sus instituciones.
La incomodidad del adolescente con las generaciones mayores y con las
instituciones dominadas por los adultos, lo llevan a buscar encuentros y
sociabilidad con los de su propia edad. También a elegir modelos de
identificación, muchas veces transgresores, que le sirven para distanciarse de
todo aquello que experimenta como dispositivos limitadores que la sociedad
genera. Sus reacciones ante el mundo adulto, al que aterrizan con sus nuevas
fuerzas, son en algunos casos la rebeldía, pero en la mayoría de las ocasiones
una amplia gama de modalidades de la resignación. La adaptación resignada
es acompañada, con frecuencia, con la represión de las preguntas, deseos,
promesas e ideales concebidos en los momentos en que la metamorfosis
incitaba a las mayores rupturas y en los que iba descubriendo sus nuevas
potencias.
4) Maltrato y violencia
Las cifras sobre suicidios en el país forman parte del informe “Estadísticas
Vitales”, elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación, donde se
manifiesta que en 2010 (último relevamiento, publicado este año) se
registraron 3.024 casos de personas que se quitaron la vida, de las cuales
913 tuvieron como víctimas a chicos y jóvenes de 5 a 24 años.
Origen temprano
La agresión se presenta muy tempranamente en nuestro desarrollo. Tan
pronto como logramos tener control motor de nuestros cuerpos, comienzan a
aparecer en los seres humanos comportamientos agresivos.
En la infancia alcanzan su pico entre los 3 y 4 años; de allí en adelante
comienzan a decrecer. Se estima que un 4% de los niños se convierte en
agresivo crónico y mantiene conductas agresivas frecuentes hasta la
adolescencia y adultez.
A nivel evolutivo, los instintos agresivos ayudaron a los organismos a
adaptarse al entorno. Pudieron haber sido clave para protegerse de amenazas
a la integridad física y a la seguridad del grupo de pertenencia.
La agresión también se relaciona con la dominancia social. Sin embargo,
las personas suelen combinar métodos coercitivos y prosociales para mantener
el control de sus recursos.
Conexiones neuronales
La ciencia ha demostrado que no existe el gen de la violencia que nos
obliga a ser agresivos con los otros, como también no existe el área de la
violencia en el cerebro.
Conocer cómo funcionan ciertas regiones y circuitos neuronales puede
ayudarnos a comprender mejor como se desencadena la conducta agresiva.
Los circuitos neuronales implicados en la regulación de la agresión están
relacionados con las áreas cerebrales involucradas en el control del miedo y el
control afectivo. El afecto negativo puede provocar un comportamiento
agresivo.
Hay cuatro regiones cerebrales: la corteza prefrontal, el estriado ventral,
el hipotálamo y la amígdala. Esta última tiene un rol clave en la percepción del
miedo y en el desencadenamiento de respuestas de ataque y fuga. Las
personas agresivas presentan una híper reactividad de la amígdala.
La corteza prefrontal desempeña un papel crucial restringiendo brotes
impulsivos. Un déficit en este circuito aumentaría la vulnerabilidad de una
persona a la agresión impulsiva. El entorno ambiental también influye de
manera crucial en las conductas de los seres humanos.
El estriado ventral que participa en la motivación y procesamiento de
recompensas, ha sido identificado como importante para la agresión
instrumental, porque está basada en metas y premeditación más que en
construir una respuesta a una amenaza.
Enfermedad mental
Suelen asociarse las conductas violentas con enfermedades mentales.
Hay algunos cuadros patológicos, como la psicosis, que pueden presentar
conductas de este tipo, la mayoría de las personas con enfermedades
mentales no son violentas. Además, estos trastornos son poco frecuentes, por
lo que su incidencia no altera la tasa de agresión en la sociedad.
El Psiquiatra Marcelo Cetkovich en su libro El estigma de la enfermedad
mental y la Psiquiatría, establece que existe mayor probabilidad de que las
personas con enfermedades mentales sean víctimas de la agresión a que se
conviertan en victimarios. Específica, también, que con un tratamiento
adecuado se reducen las chances de que una persona con un cuadro psicótico
sea violenta.
Se considera que otros factores situacionales, como sufrir agresión en la
infancia y el abuso de sustancias, entre otros, son predictores más importantes
de la conducta agresiva que la presencia de una enfermedad mental.
Violencia Social
Se entiende por violencia social todo aquel acto con impacto social que
atenta a la integridad física, psíquica o relacional de una persona o un
colectivo, siendo dichos actos llevados a cabo por un sujeto o por la propia
comunidad.
Existen múltiples formas de violencia social, siendo algunas de ellas la
violencia doméstica, las agresiones racistas y/u homofóbicas, los ataques
terroristas, los secuestros, asesinatos u homicidios, las agresiones sexuales, el
vandalismo, el acoso escolar o laboral o cualquier tipo de actuación que
pretenda alterar el orden público mediante el ejercicio de la violencia.
Sin embargo, este tipo de violencia no abarca sólo actos criminales
realizados de forma directa, sino que también entran dentro de dicha
consideración aspectos como los valores, estereotipos, prejuicios y calumnias
transmitidos culturalmente o a través de los medios que puedan incitar al odio o
menosprecio a una persona o colectivo.
Ejemplos claros de ello lo constituyen la promulgación y expansión de
creencias que incitan al machismo, la homofobia o el racismo.
BULLYING
GROOMING
“El conocimiento del adolescente a través del psicoanálisis” - Serge Lebovici o Michel
Soulè, 1981
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES –
- ciberadictosblog.blogspot.com/2008/04/la-adiccin-internet-en-
argentina.html, Mayra Basualdo, 2012
Bibliografía
TENTI FANFANI, Emilio (comp.), Una escuela para adolescentes, Buenos Aires,
UNESCO / Gobierno de Santa Fé / UNICEF, 1999.