Participacion Popular Analisis
Participacion Popular Analisis
Participacion Popular Analisis
el modelo boliviano de
descentralización
Presentación 5
Walter Franco
Cotidianidad e interacción:
El proceso social de Participación Populi 145
Iván Arias Durán
Apropiarse de la Participación Popular,
descentralizar la comunicación 165
Sergio Molina Monasterios - Miguel Bustos Quiroga
Los sujetos de la Participación Popular 181
Gonzalo A. García Crispieri
La fiesta: Espacio y pretexto para aprehender la Participación Popular 191
Sergio Molina Monasterios - Ramiro Duchén Condarco
Desarrollo Humano, Participación Popular y sostenibilidad 207
Fernando Ruiz Mier
Referencias sobre los autores 221
Presentación
Bajo ese principio, este libro se constituye en un valioso intento de aprehender las
dimensiones del proceso de Participación Popular desde una perspectiva crítica, tanto a modo
de balance como de una proyección en cuanto a sus alcances, posibilidades y limitaciones.
Por la importancia de las reflexiones expresadas en esta publicación, compuesta por doce
ensayos cuyos autores están o estuvieron involucrados directamente en la implementación de
5
la Participación Popular, consideramos que este libro es un aporte importante para entender
mejor esta construcción y para seguirla forjando sobre bases cada vez más sólidas.
Walter Franco
Representante Residente
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
6
Decisiones para el futuro
Carlos Hugo Molina Saucedo
A. MARCO CONCEPTUAL
El proceso iniciado en Bolivia plantea, de manera nítida, una serie de acciones políticas,
parlamentarias y administrativas que señalan el inicio radical de la Reforma del Estado. La
aprobación de las leyes de Reforma a la Constitución, Ministerios, Participación Popular,
Reforma Educativa, Capitalización y Descentralización Administrativa, acompañadas de la
creación del Ministerio de Capitalización y la Secretaría Nacional de Participación Popular,
así lo demuestran.
Todos los actores políticos y las manifestaciones que ellos han adquirido como
emergencia de su propia organización, están encontrando un espacio de acción en el marco de
relaciones democráticas, de respeto y de institucionalidad constitucional. El Poder Legislativo
se está convirtiendo en el centro de acción de los grupos y organizaciones sociales que
necesitan expresarse en una tribuna idónea.
7
Fortalecimiento de la sociedad civil
Existe una lógica resistencia al cambio expresada en los grupos de presión tradicionales y
en los gremios de salud y educación; en todo caso, estas acciones no son diferentes a las que
ocurren en todos los países latinoamericanos que transitan, o ya lo han hecho, por estos
caminos.
8
B. REALIDAD SOCIAL
Nuestra población acusa una dispersión extrema, pues el 36% de ella vive en
comunidades menores de 250 habitantes.
Las dos medidas anteriores buscan integrar de manera efectiva una población de dos
millones doscientos mil habitantes que no poseían referencia territorial, órganos públicos ni
Gobiernos Municipales a quien acudir. El sólo enunciado acredita su importancia.
C. DECISIÓN POLÍTICA
En los últimos dos años y medio se aprobaron las leyes de Reforma de la Constitución, de
Ministerios, de Participación Popular, Reforma Educativa, Capitalización y Descentralización
Administrativa.
En Bolivia se discutió durante trece años qué camino transitar para encontrar solución al
centralismo, torpe e irresponsable, que administraba el Estado. El tiempo pasado no ha sido en
vano. La Ley de Participación Popular, que inicia el proceso de manera radical a nivel
municipal, y la Ley de Descentralización Administrativa, que lo complementa en su instancia
departamental, señalan el camino seguido por el "modelo boliviano", como ya se conoce
nuestro esfuerzo a nivel internacional.
D. RECURSOS ECONÓMICO-FINANCIEROS
La Ley de Participación Popular establece una distribución de los ingresos nacionales con
un 75% para la administración central, 20% para los Gobiernos Municipales y 5% para
las universidades públicas. Del monto percibido por los Gobiernos Municipales, el 90%
debe ser destinado a inversión y 10% a gastos de funcionamiento.
E. GESTIÓN ADMINISTRATIVA
Con las decisiones políticas y legales adoptadas, se inicia también la administración del
proceso. La aplicación efectiva de los principios de legalidad y subsidiaridad está empezando
a dar sus frutos, precisando que la dificultad mayor está en la administración pública central
por la radicalidad de los cambios y en el armado de una estructura departamental que, sobre la
base de las que fueron Corporaciones Regionales de Desarrollo, permita ser articuladora de la
relación Nación-Gobierno Municipal.
Inicio de acciones a cargo del gobierno más cercano a la propia comunidad. Antes de
ahora, teníamos sólo 24 Gobiernos Municipales con capacidad de gestión; en 1995 sumaron
296 con planes operativos y presupuesto propio. Es obvia la necesidad de continuar
brindándoles instrumentos que faciliten su trabajo.
11
3. Capacitación social para hacer efectiva la planificación participativa
1. La posibilidad de trabajo se estableció a partir del 6 de agosto de 1993, con una coalición
de Gobierno, sobre la base del Plan de Todos propuesto por el Movimiento Nacionalista
Revolucionario del Presidente Sánchez de Lozada, que ofrecía en esta materia un marco
de referencia muy concreto. Palabras más o menos, electoralmente, el pueblo boliviano
había votado mayoritariamente por:
fortalecimiento municipal,
2. Para lograr una aproximación a estos objetivos políticos, nos encontrábamos frente a un
proceso que tenía dos formas de acción:
12
o necesidades planteadas; la acción se invierte y se priorizan las organizaciones
sociales, con las cuales los órganos públicos desarrollarán sus relaciones con
acciones que suben hasta encontrar instancias de solución.
Enfrentar la pobreza.
En este marco, hemos precisado algunos de los desafíos que debemos superar, no sólo
como objetivo del Gobierno nacional , sino como obligación del Estado.
Se define el sujeto social como Organización Territorial de Base; éstas son las
organizaciones indígenas, comunidades campesinas y juntas vecinales urbanas.
k) Se dispone que todos los órganos públicos dependientes del Poder Ejecutivo
promoverán, coordinarán y apoyarán la Participación Popular en sus componentes
públicos y sociales.
1) Se reorganizaron los Directorios de las Corporaciones Regionales de Desarrollo con
la incorporación de tres representantes de los Gobiernos Municipales y dos de las
organizaciones campesinas y vecinales, sobre un total de nueve. La Corporaciones
enfrentaron la responsabilidad del fortalecimiento de la capacidad de gestión de los
municipios que así lo requirieron.
G. ETAPAS CUMPLIDAS
Creación de Distritos Municipales Indígenas, que permiten descubrir una nueva realidad
nacional.
7. Conformación de grupos de trabajo para atender casos especiales que requieren mayor
asistencia técnica por tratarse de realidades especiales:
Departamento de Pando, por carencia de población y, por ello, con menos recursos.
15
Ciudad de La Paz, por la magnitud de su desarrollo y sus expectativas.
e) Zona del Chapare, por las dificultades que se presentan al ser área de producción
excedentaria de hoja de coca y, por ello, distorsionante de un proceso de
desarrollo normal.
16
I. ESTRATEGIAS Y MÉTODOS DE PARTICIPACIÓN MUNICIPAL
Planificación urbana.
Finanzas municipales.
Administración municipal.
Estadística e informática.
Cartografía y catastro.
Participación Popular.
Planificación participativa.
Se ha querido dejar constancia histórica del riquísimo material teórico que acompañó al
Presidente de la República en la toma de decisiones que se iniciaron con la aprobación de la
Ley de Participación Popular y continuaron con su puesta en marcha. Este volumen recoge el
aporte de quienes, desde el trabajo cotidiano en la llamada Unidad de Participación Popular,
ofrecieron su capacidad, conocimiento, experiencia y compromiso con la reforma social del
Estado boliviano.
Cada uno de los capítulos es la memoria de las propuestas que se plasmaron en la Ley. Y
son sus autores quienes las sustentaron. Se acompañan otros trabajos paralelos de ciudadanos
comprometidos, que si bien no estuvieron en el proceso de redacción del Proyecto, aportaron
con su esfuerzo y hoy se integran por derecho propio.
Dejo constancia que los nombres que aquí aparecen no son todos, ni mucho menos, los
participantes de esta experiencia extraordinaria; no son sino los que tomamos la última posta y
concluimos el esfuerzo de generaciones completas, conocidas e ignoradas. En todo caso, este
primer esfuerzo busca generar su propia continuidad.
Este esfuerzo colectivo está produciendo sus frutos. Una vez más, cuando se confía y se
trabaja con el pueblo, no hay forma de equivocarse.
Una revolución en democracia
Roberto Barbery Anaya
Por otra parte, es del caso anotar que en democracia no caben los maximalismos; menos
cuando son conceptuales. Esta premisa conlleva la demanda de replantearse términos
absolutos como el que nos ocupa. Caso contrario, la descontextualización trae consigo la
inviabilidad. La revolución ha estado tradicionalmente unida a la idea de cambio radical e
inmediato, extremo inalcanzable sin apelar a la violencia. Pero, en democracia, nos vemos
constreñidos a resignar este recurso tan fácil como difícil. Ergo, debemos tener la capacidad
19
para lograr los cambios necesarios, aceptando la lógica del proceso gradual y progresivo. Es
decir, estamos ante una redefinición de la revolución, condicionada por un contexto
específico: la democracia. Aquél que no acepta ese marco de referencia, no tiene más
alternativa que optar por la solución tan venida a menos de retirarse a las montañas fusil en
mano...
Con el trasfondo de estas consideraciones, la revolución no puede ser juzgada bajo las
reglas de la Rusia de Nicolás II. Un analista serio de la historia no puede pasar por alto que es
inadmisible condenar con valores de ayer situaciones de hoy.
Parece necesario, pues, flexibilizar las posiciones ortodoxas y comulgar con la posibilidad
de alcanzar una revolución en democracia. Sin embargo, para no incurrir en el error de la
intrascendencia, debemos cuidarnos de que las medidas impulsadas afecten las estructuras
políticas y económicas vigentes. Es el valor cualitativo de toda revolución, democrática o no.
Con este marco teórico, cabe abordar la sugerencia que intitula el presente ensayo: ¿Es la
Participación Popular una revolución en democracia?
Para los fines perseguidos, es imprescindible el análisis de los siguientes datos: 1) Los
recursos de coparticipación tributaria representan más del 50% del total de la inversión
pública que llega a los departamentos. 2) Hasta antes de la Ley de Participación Popular, el
90% de los mismos se centralizaba en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, y el 92% en las
capitales del departamento. 3) Al establecer la Ley la distribución de los recursos con atención
al número de habitantes de cada municipio, para 1995 el 32% fue a los restantes seis
departamentos y el 61% se destinó allende las capitales.
Las proyecciones anuales tienen como antecedente la realidad concreta que ha significado
la aplicación semestral de la Ley de Participación Popular en 1994. Desde el 1 2 de julio hasta
diciembre de ese año, con la sola ejecución parcial del proceso, se ha dado vida a las
poblaciones provinciales del país, que en conjunto representan el 61% del total nacional que
hasta entonces no tenía posibilidades de acceder a los recursos públicos ni a los medios de
comunicación para avisar de su existencia. En este período se han comenzado a ejecutar obras
de agua potable, alcantarillado, postas sanitarias, escuelas, polifuncionales deportivos y otras,
otorgando inédito protagonismo a la mayoría de la ciudadanía boliviana. Para muestra basta ir
más allá de las capitales y ver cómo Sica-Sica en La Paz, Sipe-Sipe en Cochabamba o Cotoca
en Santa Cruz, cuentan por primera vez con recursos y están encarando obras.
20
Las modificaciones económicas traen aparejadas las transformaciones políticas. Estos
recursos no son para que los administre el centralismo sino el Gobierno Municipal de cada
sección de provincia. Y como ahora existe qué administrar, se han conformado más de 300
Gobiernos Municipales bajo un régimen de autonomía —con relación al gobierno central,
obviamente— reconocido constitucionalmente. Autoridades elegidas por sufragio universal y
con capacidad normativa en el ámbito de sus atribuciones, administran competencias
ampliadas en materia de salud, educación, deportes, cultura, caminos vecinales y micro-riego.
Además, con la posibilidad de incrementar aún más sus recursos, una vez alcancen la
racionalidad administrativa para aprovechar los impuestos de dominio exclusivo —inmuebles,
vehículos y las transacciones sobre estos bienes— que también les ha transferido la Ley de
Participación Popular y la reciente reforma tributaria.
Apreciar los alcances del proceso de Participación Popular nos remite obligatoriamente al
conjunto de las reformas del Estado. En este contexto, es necesario referirse al neoliberalismo,
por su condición hipotética de ser la categoría política, económica y administrativa que está
pugnando por configurar las características de nuestra sociedad.
El neoliberalismo, ni duda cabe, es el mito más difundido en las postrimerías del milenio.
En los cuatro puntos cardinales del planeta no existe tema que despierte mayor polémica, al
extremo que se podría dividir la sociedad en neoliberales y antineoliberales.
Allende las divergencias entre algunos de los teóricos citados —en algunos casos existen
diferencias sustanciales—, el liberalismo político nace en la forma de una democracia
representativa censataria, por cuanto discrimina para el ejercicio de la ciudadanía en función
de criterios de raza, género, patrimonio y alfabetismo. En tanto, el liberalismo económico
decimonónico, preconiza que el trabajo es la fuente de la riqueza, y que el gobierno debe
abstenerse de intervenir en el curso "natural" de la economía, respetando los principios del
libre mercado del trabajo, el capital y las mercancías; el Estado debe dejar hacer y dejar
pasar, reduciéndose a simple gendarme de la propia dinámica generada por las relaciones
económicas.
Este es el momento de inflexión, en tanto marca una división entre el liberalismo clásico y
el liberalismo revisado, que es tal por ser portador de nuevos criterios tendientes a conciliar lo
esencial del sistema con los planteamientos emergentes de la disconformidad social
finisecular.
Nacen los "revisionistas" con una nueva propuesta teórica, de naturaleza ecléctica, que los
sitúa entre las dos ideologías extremas que pugnan por la hegemonía: el liberalismo clásico y
el marxismo. Representan una opción intermedia, que recibe anatemas de ambas partes, por
cuanto cuestiona el orden existente sin pretender su transformación esencial, atrayendo
consigo las iras de los conservadores y de aquéllos que sostienen la trastocación violenta de
las formas políticas, económicas y sociales.
La doctrina revisionista preconiza que la creciente protección del Estado al trabajador, la
legislación antimonopólica, el sufragio universal y la administración de impuestos progresivos
destinados a la ejecución de obras y a la prestación de servicios, en la medida de su
consolidación, permitirán la conservación de un sistema basado en la pluralidad de realidades,
desestimando el reduccionismo de las ideologías extremas.
Parece evidente que el más perjudicado fue el marxismo, pero sería absurdo pretender que
el liberalismo no se vio conmovido. Las consecuencias son más que ostensibles cuando
observamos que el capitalismo de la parte occidental de Europa, liderizado por los
revisionistas, ha logrado hacer realidad los anhelos sociales de la inmensa mayoría del pueblo,
merced a una política de subsidios que cubre la desocupación, invalidez, enfermedad, viudez,
orfandad, y a una vasta intervención del Estado en materia de salubridad y seguridad laboral,
jornadas de trabajo, descansos, gratuidad en la educación y la salud, además de impuestos
progresivos destinados a lograr una redistribución colectiva de la riqueza.
Por todas estas razones, el concepto convencional que en Latinoamérica se tiene del
neoliberalismo no es preciso, en el entendido de que las políticas de ajuste estructural que se
vienen ejecutando, no siempre conllevan la proyección social que permite diferenciarlas del
liberalismo del siglo pasado. En todo caso, estamos ante un modelo que propone retornar al
paleoliberalismo.
Con estas premisas, la amplia gama de criticas de "izquierda", a menos que reincidan en
convicciones stalinistas, deberían preocuparse por pregonar el neoliberalismo como única
opción viable para defender los intereses de aquéllos que se pueden ver marginados por la
implacable aplicación de políticas económicas paleoliberales. El mismísimo profeta de las
23
políticas de "ajuste estructural", Jefrey Sachs, acaba de renunciar al credo paleolítico del
Fondo Monetario Internacional, exteriorizando sus más acerbas críticas por la inflexibilidad
décimonónica de sus prelados para aplicar el plan de estabilización en la confundida Rusia.
Desde una perspectiva económica, destaca su carácter redistributivo del ingreso público.
Abandonada la tesis del Estado empresario en favor de las fuerzas privadas del libre mercado,
al gobierno le queda el rol de crear las condiciones adecuadas para fomentar la inversión y de
contribuir a lograr un equilibrio social a través de la asignación racional de las recaudaciones
tributarias en el conjunto del territorio nacional.
La paz social es uno de los requisitos que necesita el empresario para arriesgar su capital.
Las expectativas racionales se miden por el grado de confianza que ofrece el medio. Por ello,
la redistribución propiciada por la Ley de Participación Popular, además de estar inspirada en
un propósito ético, supone también una intención administrativa. No se puede pensar en
fomentar el desarrollo económico sin garantizar mecanismos que permitan un mínimo de
equidad.
Apercibidos de esta situación, los propios organismos multilaterales que impulsan las
medidas de ajuste estructural están apoyando la ejecución de urgentes políticas sociales. La
patética realidad de las indigentes masas que pueblan los suburbios urbanos y los paupérrimos
campos, ha generado una conciencia que al unísono reclama la adopción de mecanismos
institucionales que puedan aliviar la pobreza extrema. Ya no se trata de socialismo, sino de
salvar al mismo sistema, evitando las comprensibles escaladas de violencia y disconformidad
que amenazan a la democracia.
24
La conformidad social es una de las condiciones del liberalismo político y económico. Y,
en última consecuencia, es la justificación ética de la política.
En esa tesitura, la Participación Popular se inscribe entre las medidas que permiten
superar la visión ortodoxa del paleoliberalismo, ubicándose con oportunidad en los cambios
que viene encarando el Estado.
Graves consecuencias se tuvieron que lamentar para que el mundo empiece a comprender
que la naturaleza polifacética de la realidad no puede ser reducida a las limitaciones de una
ideología. Y ahora nos encontramos en una coyuntura proclive a aceptar que los colores
variopintos de las aspiraciones humanas no pueden encontrar espacio en la monocromía de un
principio: se necesita autodeterminación, pan e identidad. Por ello, es menester pasar del
antagonismo al sincretismo, rescatando la moraleja de la dialéctica idealista y materialista; la
recíproca penetración de los contrarios.
Pasar del postulado a los hechos continúa siendo el supremo desafío del hombre. Traducir
en políticas concretas los imperativos de la teoría demanda la convergencia de esos factores
diversos que permiten la coincidencia de tiempo y lugar entre el pensamiento y la acción.
No hay Estado sin presencia pública efectiva en todos los confines del territorio. La
soberanía no es una disposición de ánimo, sino una expresión política, económica y
administrativa.
Cuando nos acercamos a los dos siglos de vida republicana, más de la mitad de la
población no ha encontrado un nexo administrativo de carácter vinculante. Por ello, Bolivia es
más una intención que una realidad. El cuerpo social, como el individual, necesita
articulaciones para ser tal.
La distribución del poder, además de ser una exigencia para la supervivencia del Estado,
representa una de las condiciones distintivas de la democracia. Y, bajo cualquier forma de
gobierno, es un requisito inexcusable para garantizar la gobernabilidad.
La legitimidad y la legalidad son dos principios que pueden alcanzarse con mayores
posibilidades en el escenario municipal. Por ello, la Ley de Participación Popular
identifica en el Gobierno Municipal al sujeto público principal de su dialéctica.
Recursos: No hay estructura tan perfecta que pueda administrarse sin recursos.
Probablemente en Bolivia no han faltado las ideas, pero lo que siempre se había
extrañado era un esfuerzo consecuente para acompañarlas de medios económicos.
27
al 20 por ciento, y la transferencia al dominio municipal exclusivo del 100 por ciento
de los impuestos a los inmuebles, vehículos y transacciones que afectan a estos
bienes.
Con esta medida, Bolivia, que no tenía más de 25 Gobiernos Municipales con
posibilidades financieras y administrativas, ha pasado a contar con 311. Así, por
primera vez, la gran mayoría de la población nacional cuenta con un referente
político, económico y administrativo para la atención de sus necesidades básicas.
La Ley de Participación Popular, como bien señala su denominación, es más que una
reestructuración pública. Su objetivo principal es desarrollar los escenarios que permitan una
participación real y efectiva de los ciudadanos en la gestión pública. Con este fin se reconoce
legalmente a las juntas de vecinos y a las comunidades rurales, únicas formas colectivas que
tradicionalmente han tenido vigencia en gran parte del territorio nacional, articulándolas con
los Gobiernos Municipales. Para el efecto, se constituyen instancias —Comités de Vigilancia—
encargadas de transmitir las necesidades comunitarias y vigilar la correcta administración de
los recursos de Participación Popular.
Por todas estas razones, parece justo suponer que estamos ante un proceso que contribuye
de manera singular a consolidar el Estado boliviano, fortaleciendo la soberanía nacional a
28
través de la profundización de la democracia y la construcción de instrumentos de
gobernabilidad, constituidos a partir de una filosofía unitaria y descentralizadora.
Dos son las condiciones principales que debe reunir una organización civil para tener
mayores posibilidades de actuar como portavoz social. Un referente territorial, que le permita
fungir como representante de todos los habitantes de un radio, y una relación cercana de sus
miembros respecto del órgano público, que tienda a propiciar una participación real.
La dimensión cultural de este proceso, además de tener una connotación ética, reviste
trascendental importancia política y administrativa. Su naturaleza ética se expresa en la
reivindicación del acervo espiritual de los pueblos indígenas que originalmente poblaron estas
latitudes, a través del respeto a sus formas. Su alcance político y administrativo está dado
porque la asimilación institucional de los usos y costumbres comunitarios supone un aporte
fundamental a la gobernabilidad en todo el territorio. Es el primer paso para incorporar en la
gestión integral del Estado, procesos, actores y espacios tradicionalmente reticentes a ingresar
en una lógica formal de administración que no había tenido la capacidad para superar modelos
culturales excluyentes. Se trata de un esfuerzo destinado a incluir a todos los bolivianos en
una planificación de carácter vinculante.
El control social es otro de los objetivos perseguidos en este proceso. Una vez definida la
política municipal, son los mismos ciudadanos los encargados de vigilar la correcta
administración de los recursos, a través de sus comunidades y del respectivo Comité de Vigi-
lancia que lleva la representación de las comunidades y juntas vecinales.
En conclusión, la Ley de Participación Popular busca crear los sujetos y los espacios
adecuados para viabilizar una participación efectiva de los ciudadanos en la administración
pública. Con este fin, promueve desde el ámbito local —nivel básico y democrático de
organización territorial—, una redefinición del aparato público y de los actores civiles.
Cultura: Reencuentro y
proyección democrática
Gonzalo Rojas Ortuste
31
existencia en proyección. Paradojas necesarias: para ser se debe dejar de ser, constitución
siempre inacabada.
Una manera, más o menos tradicional, de abordar esto del contacto cultural, ha sido un
nivel de abstracción tal que demarca Una de Otra. Sin renunciar del todo a este esquema,
hemos de tener presente que aún antes de la presencia ibérica en estas tierras existían
multiplicidad de culturas, aunque éstas compartieran ciertos elementos importantes, digamos
por ejemplo, la concepción del don como clave para sus relaciones económicas.
Desde luego que lo que generalmente pensamos como peninsular tampoco era
homogéneo culturalmente, aunque sí existiera una voluntad de hegemonía (castellana,
católica,...). Todo esto, simplemente para consignar que el hecho del contacto-tensión de
culturas no es un hecho de la modernidad; pero sí de su intensificación y exacerbación cuando
estuvo asociado a la forja de identidades nacionales paralelas a su conformación de
estados-nacionales.
Queda claro que no es posible referirse a temas de cultura e identidad social sin hacer
referencia a procesos históricos de formación de los mismos. En este escrito, en atención a la
brevedad, intentaremos sintetizar este desarrollo a través de las figuras emblemáticas que en
su momento quisieron ser símbolos de valores encarnados en la cultura del subcontinente que
nos ocupa.
En efecto, junto con el siglo que ya acaba, el uruguayo José Enrique Rodó difundió su
Ariel, personaje de La Tempestad, postrer obra de la dramaturgia de Shakespeare. Ariel es un
"genio del aire", alado como la libertad, aunque sirve al duque de Milán, Próspero,
sobreviviente con su hija Miranda en una isla del ya para entonces Nuevo Mundo, como nos
inventan en el orden histórico y moral, al decir del maestro O'Gorman. Rodó enfatiza la
vocación "etérea" de Ariel, por valores culturales y morales, antes que los de la esfera de la
"necesidad". Esta última es, precisamente, la que tiene especial atracción para el otro servidor
de Próspero, Calibán. Pues sí, Calibán (nótese el anagrama por caníbal) es un ser monstruoso,
aborigen de la isla caribeña, que realiza los trabajos duros pero resistiéndose al dominio de
Próspero, quien además comparte los temores de Miranda por la lujuria del nativo, que padece
hambre y sed en una tierra de la que antes fue dueño.
32
Varias décadas después, siete para ser exactos, el cubano Fernández Retamar, a poco más
de diez años del triunfo revolucionario en la isla, invertirá la elección de nuestro
representante. En su Calibán precisamente aboga por el sufrido y rebelde monstruo como el
arquetipo de la América que rivaliza en desventaja con la del Norte. Los rasgos que
caracterizan al sufrido héroe, por supuesto, están más a tono con la época y los valores
postulados en la intelección revolucionaria.
No nos detendremos aquí a destacar que uno y otro son sirvientes de Próspero, cuestión
ésta nada irrelevante; pero interesa destacar las dicotomías propuestas, principalmente como
dilema. O libertad o necesidad, o rebelión o sumisión, o conflicto o armonía, etc. Veremos
adelante las limitaciones de esta encrucijada.
Queda por consignar que la zaga continúa hasta hoy, con el estupendo trabajo de Richard
Morse (1982) El espejo de Próspero invirtiendo el tema de atención no del objeto, por así
decir, la llamada América Latina; sino de enfoque. No se trata de verla como problemática a
la luz de la América anglosajona, sino como una diferente opción cultural, una tradición
cultural que se desarrolla en contacto/tensión con otras, pero marcando sus diferencias, esto
es, su identidad propia.
En el grotesco, la vida pasa por todos los estadios; desde los inferiores inertes y
primitivos a los superiores más móviles y espiritualizados, en una guirnalda de formas
diversas pero unitarias. Al aproximar lo que está alejado, al unir las cosas que se
excluyen entre sí y al violar las nociones habituales, el grotesco artístico se parece a la
paradoja lógica. A primera vista, el grotesco parece sólo ingenioso y divertido, pero en
realidad posee otras grandes posibilidades. L. Pinski. El realismo en la época
renacentista.
La tradición alude aquí al pasado prehispánico, que teniendo en mente sobre todo el
Estado Azteca, reiteradamente criticado por la pluma de Octavio Paz con apelativos como La
Gran Pirámide o el Ogro filantrópico (aludiendo ya al Estado mexicano contemporáneo) ha
sido ampliamente difundido; y es concordante con atributos fuertemente jerárquicos de la
organización social de España y Portugal, que estaban terminando apenas su período feudal,
cuando tomaron contacto con las sociedades de este lado del Atlántico. También alude al tipo
de organización económica, relativamente inafectada por la revolución industrial europea.
No se trata, claro está, de negar que dicha descripción tenga alguna relevancia para
caracterizar la cultura política de nuestras sociedades. Lo francamente inaceptable es que los
legados culturales anglosajones tengan sólo distingos positivos, mientras que para los del Sur
sean exclusivamente negativos en términos de una perspectiva democrática. Así, atributos
tales como corporativismo, patrimonialismo y clientelismo 2 caracterizan los regímenes
políticos de la llamada América Latina (nombre éste de las tardías pretensiones imperiales
francesas en nuestro subcontinente), para no mencionar la figura, harto seductora, del caudillo
militar. ¡Con cuánta razón Wright Mills escribía que las ciencias sociales son eurocéntricas!
en su alegato por La imaginación sociológica. Por supuesto, hay voces que en el mismo
núcleo de emisión de este tipo de argumentos discrepan abiertamente, entre ellos el propio
Morse atrás mencionado y dentro de la Ciencia Política, Howard Wiarda, quien postula para
nosotros una distinta tradición a la anglosajona, pero de manera alguna fatalmente
autoritaria3.
Para el caso boliviano, podemos intentar una mirada sintética, conscientes de que sus
elementos culturales no son exclusivos, sino en gran medida presentes en otros países de la
región; aunque obviamente con diferentes grados de intensidad, resultado de sus particulares
historias políticas.
Se dirá, y con razón, que la mayoría de los bolivianos no vive en comunidades rurales; y
si atendemos a la clasificación censal (de 1992) habrá que admitir que, en efecto, el 58% vive
en concentraciones poblacionales con más de 2.000 habitantes. Pero ya se sabe que las
características culturales no se hallan circunscritas a estas distinciones demográficas.
Tengamos simplemente presente el dato del 60% de la población que habla algún idioma
nativo. Incluso podemos hablar de las readecuaciones a diferentes ámbitos de habitabilidad,
como los ritos mineros son demandas de fertilidad del metal, lo que anteriormente fueron de
productos agrícolas, o las ch'allas en ambientes mucho más extensos que aquéllos donde esas
libaciones eran solicitudes de prosperidad agropecuaria. En los barrios creados
aceleradamente con la migración rural predominan, refuncionalizados a espacios urbanos, las
pautas de ayuda mutua, de reciprocidad.
Este ámbito de los barrios populares de las principales concentraciones urbanas podría ser
el contexto adecuado para reiterar los ya viejos temas del mestizaje y del sincretismo cultural,
como particularidades de la cultura propia de países como Bolivia. Pero prefiero echar mano
de la categoría que J. Sanjinés (1992a y 1992b) desarrolla para dilucidar pautas culturales en
el actual momento histórico: se trata de la noción de grotesco, siguiendo a Bajtín4, y en
particular del grotesco jubiloso. Bajo este denominativo el autor intenta capturar lo casi
inasible, es decir, la ambivalencia de expresiones culturales de sectores sociales de reciente
4 "To Bahhtin, the grotesque is the expresion in literature of the carnival spirit. It incorporates what for him are the primary values: in-
completeness, becoming, ambiguity, indefinabilitiy, non -canonicalism- indeed, al] that jolts us out of normal expectations and episte-
mological complacency". (Clark & Holquist 1984:312). Carácter incompleto, devenir permanente, ambigüedad; entonces, caracteriza
al grotesco.
residenciamiento en la ciudad (irradiando a otros más longevos) con elementos que hacen
patente una tensión irresuelta entre lo rural-étnico y lo urbano-criollo. Son tensiones abiertas,
propias de colectivos formados en resistencia pero en tránsito a otras situaciones, por ello es
que el estudio de Bajtín (1988) se centra en la Edad Media y el Renacimiento. En su momento
intenté (Rojas 0. 1993) "completar" esa sugerente perspectiva, por la vía de insistir sobre el
carácter histórico de tales expresiones y reintroduciendo el concepto de hegemonía, que
implica a su vez los de ideología y subalternidad.
Por las dimensiones de este capítulo, no podemos intentar siquiera una breve historiación
del proceso hegemónico en Bolivia; pero al menos podemos concentrarnos —de manera
esquemática— en las más recientes décadas de la historia nacional. Como me hiciera notar el
mismo Sanjinés (1995), en el país de hoy ya no tienen vigencia relevante las "grandes"
ideologías, con fuertes componentes cohesivos y totalizantes de un pasado cercano.
En efecto, con el nacionalismo triunfante con la Revolución Nacional del 52, el sujeto al
cual se le concentran los reflectores del actor principal es el mestizo, aquél que expresa la
síntesis de lo boliviano, su raigambre indígena junto a lo occidental. Así, el indio ya no es tal,
sino simplemente campesino, lo cual se aviene muy bien con el otro discurso en disputa, el
enarbolado por el movimiento obrero, minero principalmente, donde la noción de lucha de
clases articula la visión de sociedad, con elementos de conflicto como el criterio de parteaguas
del quehacer político, así como la posibilidad de cambio inmediata. Debemos detenernos algo
más en el marxismo ideológico de los mineros bolivianos, pero antes es necesario destacar
que junto al nacionalismo compartían un conjunto de piezas claves en su articulación
discursiva, además de los citados, el lugar que ocupan los intereses extranjeros, ya sea como
antinación o como imperialismo.
Sin embargo, aun en los marcos del sindicalismo minero, los criterios para la legitimidad
de la organización —y por tanto de su desempeño político— requerían y requieren de
importantes niveles de participación, como las asambleas en los distritos mineros, sus
congresos y los propios congresos de la COB. Por ello, Zavaleta (1983) afirmó que la libertad
sindical se constituía en el criterio básico de la democracia en Bolivia, más que lo
procedimental de la selección de dirigentes y de autoridades.
Otro efecto, sin embargo, en el habitante rural del proceso de la reforma agraria y el
reconocimiento del voto universal, fue la constitución del movimiento katarista (Rivera 1984,
Hurtado 1986 y Cárdenas 1988). Hasta el inicio de la transición a régimen democrático,
iniciado formalmente en 1978, el campesinado —como inequívocamente se lo denominaba
entonces— constituía una base social de apoyo, mediante el Pacto Militar Campesino (iniciado
por Barrientos a finales de los sesenta y que duró con Banzer hasta 1974); o bien como aliado
natural que debía reconocer la vanguardia del proletariado minero. Así, a finales de los setenta
se constituye este movimiento social, donde los intelectuales de origen aymara, pero la
mayoría ya urbanos, juegan un papel decisivo (Ticona, Rojas y Albó 1995: VIB).
En el ambiente indígena rural, como adelantamos, existe y existió una cultura comuni-
taria, que no supone la negación del individuo sino una compleja articulación/
complementaridad del individuo en su entorno familiar, y la comunidad en sus diversos ni-
veles (Albó 1985), para el caso andino. En el caso de las comunidades de tierras bajas, los la-
zos son menos fuertes, pero existen, variando tanto como las condiciones sociales donde se
desarrollan. Las razones de la persistencia de vínculos comunitarios vigorosos pueden
resumirse en dos, que se refuerzan: la condición de subalternidad en la que dichas poblaciones
se encuentran, y la necesidad de colaboración mutua precisa para enfrentar el entorno natural
usualmente poco pródigo, también por razones socio-políticas (deficitario acceso a tierra apta
para producción, agua, tecnología, transporte, educación, etc).
Desde la reinstauración del régimen democrático en 1982 compite con otras versiones que
apelan a lo popular, todavía bajo la forma de partidos políticos —significativamente
autoconcebidos como "movimientos"—. Se trata de CONDEPA (Conciencia de Patria) y de la
UCS (Unidad Cívica Solidaridad), liderados, respectivamente, por Carlos Palenque y Max
Fernández; ambos empresarios, el uno de la comunicación (tv y radio) y el otro de la
cervecería más importante del país. Ambas expresiones desarrollan acciones de proselitismo
ante la población, pero de muy diferente manera: Palenque, más conocido como el compadre,
enfatiza las relaciones cercanas de parentesco simbólico; mientras que Max Fernández es
lacónico, austero de palabras, subrayando la importancia de las obras, lo que se tipificó como
la "política del silencio" (Mayorga 1993). Si el esfuerzo del 52 fue generar un Estado
productivo, el resultado, sin embargo, fue el de producir una sociedad con predominancia en
la circulación de bienes y sobre todo de mensajes (y quizás también valores), lo que podemos
llamar mercado, a condición de insistir en este doble aspecto (mercancías y mensajes), y que
acaso quedaría mejor denominado bajo el término aymara de k'atu, por aquello de que el
mercado es el lugar de "de la concurrencia rutinaria de lo diverso", en palabras de Zavaleta.
(sincretismo/mestizaje)
Ibero-católica Katarismo
"Las 2 Repúblicas" -Estado del 52
Grotesco Condepa
Indígena K'atu UCS (Max)
(cultura de resistencia)
Cultura política
boliviana pluralista Autoritarismo
(Identidades totales)
Además, les reconoce la facultad de asociarse entre ellas (cosa que el sindicalismo
campesino, las organizaciones indígenas y el movimiento vecinal en los barrios ya hizo
mucho antes de la promulgación de la LPP) y establece niveles de representación en un
órgano de observancia del Gobierno Municipal (el Comité de Vigilancia) cuya jurisdicción se
amplía, por virtud de la misma ley, a una sección provincial (alrededor de 300) que es un
territorio urbano-rural menor a una provincia (algo más de una centena en el país) y mayor a
un cantón (cuyo número supera holgadamente al millar), de las unidades que establece la
división político-administrativa del Estado boliviano.
Esta orientación hacia un ordenamiento territorial tiene sus propios méritos (véase el
capítulo respectivo) en cuanto a provisión de servicios. Lo que nos interesa aquí es vincular
esto con la posibilidad de dar expresión institucional a la diversidad cultural y regional del
país. En efecto, la LPP también establece el recurso del distrito municipal, que junto con el
de mancomunidad, ya presente en la Ley Orgánica de Municipalidades (1985) y hoy elevado
a rango constitucional (Art. 202, 1994), concreta la formalidad aquí predicada.
En efecto, los distritos municipales deberán formarse en "los lugares en los que exista
unidad geográfica, socio-cultural, productiva o económica" (LPP, Art. 17, III), abriendo así
las posibilidades de expresar en unidades político-administrativas las especificidades
mencionadas en el marco del ordenamiento jurídico actual. Esto no obsta, por supuesto, para
que, en los lugares donde corresponda, el municipio en su integridad —y no únicamente un
distrito— tenga personalidad indígena. Con el recurso de la mancomunidad, de otra parte,
puede ampliarse la configuración de las unidades que excedan los límites de la sección
provincial, y ésta es voluntaria dependiendo de los Gobiernos Municipales implicados.
Solamente en los casos de que el municipio no alcance la cifra de 5.000 habitantes, la Ley le
obliga a mancomunarse para acceder a los recursos de coparticipación (Art. 22, II).
De este modo, se recupera una antigua visión e interacción en y con el mundo andino, a
saber, de la división (dualista) para apropiarse/articular el espacio, para acceder al territorio
"arrugado" propio de Los Andes. Hoy existen cinco distritos municipales indígenas, con sus
autoridades tradicionales reconocidas como subalcaldes y una de estas demarcaciones
involucra mancomunidad de distritos de dos municipios. La tendencia de una
descentralización efectiva, iniciada por la vía municipal, que involucra la dimensión de
autonomía, propia del municipio, se encuentra complementada con la promulgación de la Ley
de Descentralización Administrativa (Ley 1654 del 28 de julio de 1995), que posibilita la
articulación entre el nivel municipal y el nacional con la reestructuración del Poder Ejecutivo
en los nueve departamentos del país (prefecturas).
A estas alturas, me interesa insistir en la conceptualización del horizonte que nos abre una
reforma como la de Participación Popular, que además está acompañada de otras que
contienen elementos esperanzadores y posibles de vincular positivamente. Tal el caso de la
Ley de Reforma Educativa (Ley 1565 del 7 de julio de 1994) que establece como uno de sus
objetivos: "Construir un sistema educativo intercultural y participativo que posibilite el acceso
de todos los bolivianos a la educación sin discriminación alguna" (Art. 3 inc. 5), lo que es
plenamente concordante con el artículo primero constitucional que caracteriza a Bolivia como
república unitaria "multiétnica y pluricultural".
Con los ecos de la discusión de una pretendida dicotomía sobre el carácter del proceso
que inaugura la Participación Popular (reforma o revolución), recurramos a la hermosa
acepción de María Zambrano de revolución, en tanto anunciación. Así se puede entender los
temores y esperanzas, desalientos y expectativas, de los que simultáneamente es portadora y
pregonera la reforma revolucionaria del proceso de Participación Popular.
Desde que tal legado cultural es mucho más poliédrico que aquél simple que lo tipifica
como autoritario, el canalizarlo mediante su institucionalización es también proyectarlo.
Ciertamente plantea un horizonte abierto y vital, como la vida misma, que en su respuesta
negantrópica dispone, también, de lo que un lenguaje casi olvidado llamaba las reservas
morales de la sociedad: su cultura.
Clark, Katerina & M. Holquist Ch.14 Rabelais and His World Mikhail Bakhtin.
(1984) Cambridge: Harvard University Press.
Hurtado, Javier El Katarismo. La Paz: HISBOL. [Cap. 6]
(1986)
Morse, Richard The heritage of Latin America. Louis Hartz & Others
(1964) The founding of New Societies. New York. Also, H.
Wiarda (Ed.) Politics and Social Change in Latin
America: The Distinct Tradition. The University of
Massachusetts Press.
(1982) El espejo de Próspero. México: Siglo XXI.
43
La diferencia: Etnia, género
y Participación Popular
Javier Medina Dávila
Si bien la forma Estado-Nación ha fracasado en las naciones más pobres del Tercer
Mundo, aunque esto no lo quieran reconocer ni siquiera los propios interesados, un caso
particular de este fracaso, que queremos observar con lucidez para no autoengañarnos como
sociedad, lo constituye Bolivia. Las pruebas: no logró industrializar este país, el objetivo
número uno de la forma Estado-Nación. Luego, como resultado de ello, justamente, no
consiguió homogeneizarlo, ni a través de la religión: nunca, en efecto, gozaron de tan buena
salud los dioses tutelares; ni a través del idioma: esta suerte de Segunda República, que entre
todos estamos fundando, ha hecho del bilingüismo y la interculturalidad su seña de identidad;
ni a través del mercado: las economías étnicas de Don y Reciprocidad siguen funcionando en
las comunidades indígenas, asegurando su reproducción como tales, pues si hubiesen dependi-
do sólo del mercado y el dinero, hace tiempo que hubieran desaparecido. Comunidades que
ahora, por cierto, la Ley 1551 las reconoce jurídicamente con todos sus "usos y costumbres".
Y, finalmente, si bien el espacio nunca podrá ser homogeneizado físicamente, paradójica y
perversamente, ha sido el único ámbito que intelectualmente ha homogeneizado la República,
siguiendo el patrón boreal de ocupación espacial, bajo la modalidad mediterránea de región;
Agradezco el intercambio de ideas, sugerencias, críticas y aportes de Gonzalo Rojas e Iván Arias de la UTA, así como los
comentarios de Gustavo Soto, SNE. Igualmente quiero agradecer la colaboración de Silvia Vaca y Marianela Mardoñez.
45
cuando en la realidad, lo que caracteriza al territorio boliviano, "un mosaico pluriecológico",
es ser, justamente, uno de los espacios que concentra una de las mayores cuotas de biodiversi-
dad del planeta. Por ello, el hecho de existir de espaldas y, sobre todo, contra nuestra biodiver-
sidad, ha sido la razón de fondo que explica la inviabilidad de la Primera República: no pudo
producir riqueza y, por consiguiente, satisfacer las necesidades básicas de su población. En
eso estriba el fracaso. Y haremos bien, para salir de él, en mirar directamente a las cosas y lla-
marlas por su nombre.
Hoy, como sociedad (por eso hablo de Segunda República), los bolivianos hemos
empezado a apostar, en un raro y creciente consenso sólo explicable a partir del concepto
jungiano de sincronicidad, por nuestra Diversidad y por nuestra Unidad al mismo tiempo. Este
hecho, por cierto, ya no corresponde, strictu senso, al concepto de Estado-Nación.
He aquí, en somera aglutinación, la Agenda del futuro que ya ha empezado; es decir, los
signos, señales y símbolos que están esbozando el rostro de la nueva República y que han sido
recogidos por el Congreso de la Nación en la modificación del primer Artículo de la
Constitución. Allí se dice, en efecto, que Bolivia es una "República unitaria" pero, además
"multiétnica y pluricultural", "fundada en la unión y la solidaridad de todos los bolivianos".
B. GÉNERO Y ETNIA
1. Introducción
Quizá la experiencia primordial de todo ser humano, que se piensa de verdad, sea la de
descubrir que existe como varón o mujer y que lo apetecible sea la unión de esos opuestos en
una sola realidad. Pero he aquí que al no poder darse esta fusión en la vida cotidiana, la
46
solución a esta aporía ha sido proyectada como Palabra fundante; es decir, como Mito, a un
horizonte de sentido en la figura y forma de Dioses andróginos o bisexuales.
Si lo anterior era lo apetecible, lo posible son las uniones fugaces que alimentan, sin
embargo, el fuego de la vida y nos hacen barruntar que encima/debajo/ a la derecha o a la
izquierda de la dualidad, planea la unidad y que lo sensato, a lo mejor, sea la
complementariedad de ambos ingredientes para construir una civilización equilibrada y
compleja.
De cómo se distribuyan los énfasis, de cómo se dosifiquen los dos grandes ingredientes de
la vida: masculino/femenino, hanan/hurin, onda/partícula, urku/uma, o como quiera que se
nos ocurra llamarlos, tendremos uno u otro tipo de civilización. De la combinatoria de estos
dos ingredientes primordiales brota, de hecho, la diversidad de todas las culturas que en el
mundo han sido.
Pues bien, en este Pachakuti que estamos viviendo, que coincide con el final de la égira
patriarcal de Occidente, y el comienzo de otra cosa; en este momento que estamos fundando
la Segunda República con la Municipalización/Descentralización/Participación Popular, es
oportuno detenerse otra vez a pensar esa gran metáfora de la vida. Tenemos, en efecto, que
pensar, qué tipo de sociedad queremos dejar a nuestros hijos. Esta urgencia del pensar es
ahora política. Estamos colocando, en efecto, los ingredientes del próximo milenio.
Quiero, por eso, pensar Género y Etnia en relación a lo medular y más importante que
está poniendo en escena la Participación Popular: la implementación de una Democracia
Participativa Municipal de Matriz Indígena. Para ello voy a ensayar una zambullida en las
raíces de ese rizoma que somos; de momento, empero, sólo en dos de ellas: volver a pensar lo
que se pensó en esa alba de Occidente que es Grecia y volver a pensar lo que se pensó en los
Andes prehispánicos y que, por fortuna, todavía sigue signando la identidad de la Bolivia
amerindia.
47
invadido y conquistado por nómadas indoeuropeos que a partir del 2000 a.C. inician, desde la
India, una larga marcha hacia donde se pone el sol: Occidente, portando sus dioses celestes
bajo el comando de Zeus solar, dios de la luz y las tormentas. Fruto de ese encuentro desigual,
se conforma una segunda Polis, sobre el substrato de la mediterránea, esta vez, empero, más
bien patridominante, donde el sistema político, de origen aristocrático guerrero, se autoasigna,
en base al derecho de conquista, la representatividad de los otros, produciendo lo que vamos a
llamar, weberianamente, una Democracia Representativa.
Ahora bien, como puede suponerse, la simbología mediterránea asumió con naturalidad
una forma matriarcal. La analogía estaba a la mano; sobre todo en lo que hace al corazón de
su complejo semántico: fertilidad/fecundidad/consanguinidad, al que hay que añadir el
espesor político que produce el que la mujer, además o por ello mismo, fuera la propietaria de
la Tierra.
48
conceptualmente, Physis, naturaleza, y Apeiron, infinito, construyen la concepción matriarcal
del Tiempo, de acuerdo a la cual toda realidad procede de un origen materno: Arje, y ha de
volver al mismo como a su comienzo para cumplir su Telos: su finalidad. Por ello la idea
matriarcal de inmortalidad no se dirige a un más-allá futuro tras la muerte, por encima de la
naturaleza, como en la concepción patriarcal; sino que se entiende como regreso al útero
cósmico de la Gran Madre donde se concilian los opuestos que tensionan la vida en esta
Pacha: varón-mujer, vida-muerte, aquí-allá, tangible-intangible, etc.
El Tiempo matriarcal se vive como "lo que era antes de haber sido" que es como traduce
Ferrater Mora el to ti en einai presocrático, que la escolástica virtió con el célebre quod quid
erat esse. Y que los complicados filósofos de hoy traducen-glosan como amplexión en un
presente global que no se define como previsión masculina de futuro: el Prooran aristotélico
que Heidegger traduce con Voraus-sicht; sino como revisión, Anammesis, repetición, retorno
al Apeiron y a la Physis.
Ahora bien, este tránsito de la Madre al Padre, como arquetipos que definen
civilizaciones, implica el paso de una concepción optimista/hedonista de la vida, en el regazo
ubérrimo de la Madre, a una postura pesimista ante la misma, tangible ya en la epopeya de
Gilgamesh, que va a signar la historia de Occidente hasta nuestros días. La abstracción, la
trascendencia, el incremento de las mediaciones, además de servir maravillosamente para
encubrir el poder de unos pocos sobre los muchos, he aquí que además suele producir
tristeza.!Vaya, vaya!
Pues bien, en este contexto, apenas sugerido, hay que entender la primera definición
aristotélica de Hombre que va a iluminar la diferencia específica de la primera Polis
matridominante: la puesta en escena de una Democracia Participativa, que hoy tanto nos
interesa inteligir, pues todo pareciera indicar que la Historia está volviendo a cerrar, otra vez,
el círculo y que como humanidad estuvieramos empezando a estar listos para entender, otra
vez, la lógica de la complementariedad de opuestos y del Tercero incluido.
Así, pues, esta definición ubica la esencia del hombre en el Logos. El hombre, en efecto,
es el animal que posee el don del habla, la gracia de la Palabra; entendiendo por Palabra la
capacidad que permite pensar, construir y expresar la experiencia de la integralidad: de la
totalidad, como un asunto que al producir la interconectividad socio-familiar en el espacio
holístico de la comunidad, suscita, justamente, la Polis. El diálogo comunitario y la
interacción socio-familiar, sin intermediaciones, son, pues, la arquitectura primigenia de esta
experiencia de lo político en el alba de Occidente, cuando termina un Ordo regido por las
Diosas madres mediterráneas y empieza el Cosmos regido por el Nous masculino y abstracto;
transición de la cual Aristóteles es un testigo excepcional.
Hay muchas maneras de mostrar la terrible novedad que trae consigo el tránsito de la
Madre al Padre, entendidos como representaciones arquetípicas. La lectura más
estremecedoramente bella es la que propone Sófocles con Antigona y Edipo Rey; a tal punto
es fundacional esta propuesta que inaugura la Tragedia como género literario. Pero seguir esa
veta nos llevaría demasiadas páginas. Así, pues, voy a seguir el atajo de la filosofía. Para
ello, empero, nada mejor que colarse por el agujero del Tiempo. En efecto, la mentalidad
patriarcal apuesta por el futuro contra el pasado. El símbolo del Círculo se convierte en Línea
recta que no retorna sobre sí misma sino que avanza obcecada y voluntaristamente hacia lo
desconocido. Prometeo y Apolo son los astros del nuevo star sistem. Zeus es ahora quien
escribe los libretos a los héroes culturales y, como ya sabemos, los nuevos señores empiezan a
reescribir la historia a su gusto y paciencia. Resulta, ahora, que la Edad de Oro, aunque
todavía representada en el pasado (es difícil, en efecto, modificar el sistema verbal de una
lengua: hasta el latín y el castellano ha llegado el pasado como Perfectum) fue descrita como
de origen patriarcal. Para ello bastó un simple pase de mano lingüístico en la primera letra de
dos palabras, por lo demás parecidas: Jronos, el Tiempo, es relacionado con Kronos, uno de
los nombres de Saturno: padre de Zeus y, a partir de allí, se empiezan a marcar las diferencias:
el Pasado encuentra ahora su meta, Telos, en el Futuro; es decir, en la estirpe de Kronos que
terminará de destruir los diversos rostros de Moira: la antigua potencia del Tiempo
matriarcal, leída además ahora como Caos. En cambio Zeus es presentado como el
instaurador del Orden, iniciándose con ello todo un proceso de resemantización; por ejemplo,
Zeus fertiliza a la Tierra mediante la lluvia, y así sucesivamente.
La comprensión matriarcal del ser como Physis; es decir, la naturaleza como madre de la
vida y de la muerte, sufre una modificación con Parménides que empieza con los distingos; en
este caso: Ser/No-ser, donde este último es entendido como Devenir, palabra que en griego
huele a mujer preñada. Razón de más, por consiguiente, para entenderla como un Ser
aparente, voluble, subsidiario, frente al auténtico Ser cuya autenticidad y verdad estriba en su
intemporalidad e inmutabilidad. Este Ser patriarcal es Espíritu racional, Noesis; en cambio el
Ser matriarcal es sólo experiencia sensible, Aisthesis. De ahí a identificar Ser y Pensar fue
cuestión de nada. Con este paso, empero, se consuma la emancipación de Zeus de toda
atadura matriarcal. La Palabra, Logos, se emancipa del Mito: el Logos fundante y religante.
En este momento, por cierto, empieza una de las apuestas más arriesgadas y fascinantes
de la historia de Occidente: ¿qué pasa si empezamos a desmitologizar y secularizar el
mundo?. Hoy sabemos lo que pasa. Sabemos que no es sabio pensar en abstracto; que en ese
mismo hálito, hemos de pensar/sentir lo concreto: el entorno: el medio ambiente.
Esta ambigüedad es zanjada por Platón, al colocar a Nous, Espíritu, como fundamento de
la Physis. A partir de entonces empieza, ya sin trabas, a funcionar la maquinaria
racionalizadora que terminará por instaurar al Gran Padre olímpico-apolineo en lugar de la
Magna Mater.
De todos modos es interesante reparar en la ambigüedad del proceso. Así, por ejemplo,
Platón en el Timeo, dirá: "tiene sentido comparar el principio receptor con la madre, el
principio formal, eidético, con el padre y la cosa interdevenida con el hijo".
51
Ello no quitará para que, finalmente, lo material-matriarcal termine devaluado frente a lo
formal-patriarcal, elevado esta vez a Ser trascendente. Pitagóricamente se podría decir que la
medida, el número y la forma prevalecen sobre lo ilimitado, imperfecto, femenino; lo mismo
vale para lo espacial y lo nominal que primarán sobre lo temporal y lo verbal; idem: el ver
sobre el oír. Dios será concebido como un Ser sustantivo y ya no como un acontecer
energético/verbal.
Para Platón, un indoeuropeo en el Egeo, la mujer es nomás "una contrafuerza oscura", "un
enigma oscuro", el "oscuro enigma del caos"; lo contrario, por tanto, de la luz. El propio Eros
platónico es pensado patriarcalmente. Eros, hijo de Penia, la necesidad, y Poros, la abundancia
(el significado nomás de ambos nombres es ya elocuente) hereda y refleja la "belleza y la
bondad" del Padre; vale decir, su masculinidad, su fuerza cinegética y el monopolio de la
verdad. El Logos de la Polis matridominante, de signo masculino-femenino, cede ante el
Logos inter-masculino de la Polis patridominante. Las ideas y las esencias aparecen, como el
Sol y la luz, ya sin mezcla de elementos ctónico-femeninos.
Pues bien, éste es el contexto donde debemos situar la Polis patridominante, que
reformula la Democracia Participativa y donde Aristóteles formula su segunda definición de
Hombre que nos va a dar las claves para comprender en qué consiste una Democracia
Representativa.
52
De este modo la experiencia arquetípica de la realidad como totalidad femenina/
envolvente; este Género generante, simbolizado en la Gran Madre (Genus, en efecto, menta el
ser matriarcal/femenino de la divinidad como totalidad ilimitada; útero y tumba, vaso y
basamento) esta experiencia primordial, digo, será trascendida por un Ser celeste, masculino.
El Summum genus: naturaleza/materia, cederá su lugar al Ens supremum: Dios definido y
definidor, delimitado y delimitador, racionalizado y racionalizador.
Recapitulemos lo dicho en un par de cuadros para fijar los términos de referencia y así
poder seguir adelante.
1
Categorías Matriarcales Categorías Patriarcales
MASCULINO FEMENINO
Lo limitado Lo ilimitado
Lo recto Lo circular
La unidad La pluralidad
Lo estático Lo movido
Lo diestro Lo siniestro
La luz La oscuridad
El bien El mal
Filosóficamente podríamos resumir categóricamente el ideal griego clásico en el siguiente
cuadro:
DETERMINA
Especie Género
Forma Materia
Esencia Existencia
Acto Potencia
Sustancia Individuo
Abstracto Concreto
Masculino Femenino
Eidos Genus
la trascendencia a la inmanencia
el espíritu al alma
la forma a la materia
el antropocentismo al geocentrismo
Si fuese cierta la sospecha que la experiencia primordial de todo ser humano sea descubrir
que existe como varón o mujer; si además fuese dable suponer que a partir de esa experiencia,
los hombres solemos interpretar lo visible y nos arriesgamos a barruntar lo invisible,
siguiendo el dictum que insuperablemente quedará consignado en la Tabula smeragdina:
"Como es arriba, es abajo", entonces este artilugio hermenéutico podría convertirse en una
buena hipótesis que sostendría lo siguiente: el género es una clave razonable para leer también
las civilizaciones.
Licencia ésta tan arbitraria, por cierto, como todas las demás; pero que corresponde a mi
manera de pensar. Pienso, en efecto, en macho y hembra.
En esta tesitura, las categorías que suelen entrar en juego son normalmente las siguientes:
Dualismo que, inevitablemente, remite a una Unidad previa o posterior o virtual,
dependiendo de la cosmología en la que cada cual haya nacido. Dualidad lleva con
naturalidad a la categoría de Contradicción pero también a las de Alteridad y de Diferencia
que, a su vez, provocan los de Igualdad y Simetría; de allí, arribar al de
Complementariedad no queda muy lejos. Ahora bien, este concepto como que entrañará los
de Cooperación e Interdependencia que suelen ser englobadas en el concepto de
Reciprocidad. Tengo la impresión, finalmente, que todos estos conceptos como que redundan
hacia las categorías de Equilibrio y Armonía como a su telos. Con lo que retornarían al de
Unidad, pero de una Unidad compleja.
Ahora bien, de la Alquimia he aprendido que todo es cuestión de dosis en esta vida; y de
Raimon Llull que todo estriba, operativamente, en una Ars combinatoria. Así, pues, tengo la
impresión que toda civilización es el resultado de diferentes combinatorias y dosificaciones de
estos dos ingredientes primordiales: macho/hembra, urko/uma, hanan/hurin, yin/yan o, si se
prefiere, onda/partícula; los cuales, a su vez, conllevan en su interior ambos ingredientes,
como muestra, por ejemplo, la estructura del cerebro, donde, a su vez, cada uno de los lóbulos
contiene ambos elementos primando, empero, uno de ellos que es, justamente, lo que nos
permite decir macho o hembra; y así infinitamente, a saber, hacia lo infinitamente pequeño y
hacia lo infinitamente grande.
Ahora bien, este esquema cosmológico tenía una virtud: podía ampliarse o reducirse
garantizando, sin embargo, un continuo semántico: más hembra, si se reducía y concretizaba
localmente; más macho si se ampliaba imperialmente y tornaba, por consiguiente, más
abstracto; esta coherencia permitía y posibilitaba un cuantum considerablemente eficaz de
inteligibilidad social y, por consiguiente, de gobernabilidad política. En efecto, el Ordo
andino fue construido en base a una metáfora genérica: macho/hembra: sol/luna. Luego de
una metonimia: la presentación de estas entidades bajo la forma de Ancestros. La relación
metafórica, luego metonímica, permite, como dice Hocquenghem, con la ayuda de dos
proyecciones sucesivas, imponer el orden social como un orden natural; es decir, el único
posible e independiente de la voluntad humana. Luego imponer el acto de la reproducción
natural como el modelo de la reproducción social.
55
CORONA O
LUMINOSIDAD
ENTENDIMIENTO O SABIDURIA O
RAZON INSPIRACION
JUICIO O MISERICORDIA O
DISCERNIMIENTO COMPASION
REVERVERACION O ETERNIDAD O
,..k111(111 It- FUNCION PARTICULA
4117--;'"t FUNCION ONDA
,z7
0~~1111111111
1.1 .111 1111' MILI 1111111i 1111.11411a1915111,,''
.4*1111
/
REINO O
MATERIALIDAD
De hecho cuando este esquema se complejiza a escala imperial, con los Incas, el cosmos
sigue siendo leído género-divisamente. Los Incas respetaron los significantes masculinos y
femeninos, con los que los Señoríos y los Ayllus tejieron su grama de sentido, reordenando,
eso sí; es decir, reubicando algunos significantes que tenían un nivel más general de
aceptación como los nuevos pivotes semánticos, siguiendo, empero, la semiótica genérica
comúnmente aceptada. Así, ahora, en el Ordo imperial, el Sol simboliza al Inca y, por
consiguiente, preside y representa al Imperio; con lo que se da un mayor peso al elemento
masculino/abstracto, respecto del femenino/concreto, presidido por la Luna y una jerarquía de
mujeres presidido por la Coya.
Gracias al diagrama del Koricancha que nos regalara Pachakuti Yamki tenemos una idea
bastante inequívoca acerca del cosmos inca.
56
VIRACOCHA
ANDROGINO
CAMACPACHA
PADRE TIERRA
• MAMACOCHA
MADRE MAR
..••
111)..
'1 "".
".(2
ALMACEN / TERRAZA
Modelo cosmológico de Santa Cruz Diagrama del Modelo
Pachacuti Yamki. Hg. 3 Fig. 4
Así, pues, Viracocha amarra los opuestos: sol/luna, día/noche, verano/invierno, etc. Es
más: encabeza, como fundador, una jerarquía dual de descendencia; es decir, series paralelas
de dioses y diosas que engendran a varones y mujeres.
Examinando la jerarquía generacional masculina hallamos que el Sol es el primer
descendiente de Viracocha, seguido del planeta Venus, en su aparación matutina, que
simboliza al Abuelo: ancestro masculino; luego viene Camac Pacha y después el varón. La
serie femenina está encabezada por la Luna, seguida de Venus, en su aparición vespertina: la
Abuela, Mama Cocha y la mujer.
Además, este cronista señala la división del año en dos partes, un tiempo claro que dura
de abril a septiembre y corresponde al tiempo frío, asociado con el lado masculino, y un
tiempo nublado que corresponde al tiempo del calor, de octubre a marzo, asociado con el lado
femenino, como interpreta Hocquenghem.
ES
LEYENDA:
TIEMPO CALIDO
TIEMPO FRIO
•
• •
• / ESTACION I IU MF.DA
ESTACION SECA
Según A. M. HOCQUENGHEM
ILUVLks
EM
Hg. 5
Si juntamos toda esta información, tenemos que el territorio, el año y la sociedad están
divididos en dos partes opuestas y complementarias, dividida cada una a su vez en dos
mitades. Esta decisión permite asociar cuatro regiones del espacio a cuatro tiempos del año y
a cuatro grupos sociales.
La división en dos está marcada por el pasaje del sol en el momento de los equinoccios,
que separa la parte norte de la parte sur del territorio. La parte norte es clasificada como
hanan y la sur como hurin. Este mismo pasaje del sol, cuando el día es igual a la noche,
divide el año en dos partes: el tiempo frío, cuando el sol se encuentra hacia el norte y los días
son más cortos que las noches, del equinoccio de marzo al de abril, clasificada como hanan, y
el tiempo caluroso, cuando los días son más largos que las noches, del equinoccio de
septiembre al de marzo, clasificada como hurin. A la derecha del sol, en su recorrido diurno
de Este a Oeste, se asocian los hombres y a la izquierda las mujeres, que se orientan según la
luna que nace cada mes al Oeste y desaparece al Este.
EL MODELO DEL ORDEN DEL MUNDO ANDINO
LA CUADRIPARTICIÓN
ESTE ESTE
HANAN HURIN HURIN
NORTE
SUR NORTE
c_51
II DERECHA
O IZQUIERDA
OESTE ♦ DOMINANTE OESTE
- (DOM INADO
A MUNDO DE LOS VIVOS HOMBRE B . MUNDO DE LOS MUERTOS
9 MUJER
V VIEJO Según A.M.H.
Fig. 6
J JOVEN
El sol y la luna imponen la misma regla a sus descendientes: aquél que ocupa el rango
más elevado, Collana, debe encontrarse a su derecha y aquél que ocupa el rango menos
elevado, Cayao, debe colocarse a su izquierda. Pero el recorrido de estos astros va en sentido
inverso: el sol sale cada día al Este y desaparece cada noche al Oeste, mientras la luna nueva
aparece cada mes al Oeste y desaparece al Este. Las posiciones ocupadas por aquél que tiene
el rango más alto se invierten entonces, entre la parte Norte y la parte Sur del territorio, del
tiempo y de la sociedad. En el Norte, durante el día y afuera, el que tiene mayor rango se
coloca al Norte; mientras en el Sur, de noche y adentro, éste se coloca al Sur. El sol impone
su regla en lo que se clasifica como hanan y la luna en lo que se clasifica como hurin.
La división en dos mitades está marcada por el pasaje del sol o de la luna en el meridiano.
El Chinchay suyu, al Noroeste, está asociado a los tres meses fríos y húmedos del equinoccio
de marzo al solisticio de junio. Como en esta región el sol desaparece, esta mitad del territorio
se asocia con los hombres adultos. El Anti suyu, al Noreste, está asociado a los tres meses
fríos y secos del solsticio de junio al equinoccio de septiembre. Como en esta región el sol
aparece, esta mitad del territorio se asocia con los hombres jóvenes. El Chinchay suyu
domina en relación con su mitad el Anti suyu. El Colla suyu, al Sureste, está asociado a los
tres meses calurosos y secos, del equinoccio de septiembre al solsticio de diciembre. Como
en esta región la luna desaparece, esta mitad del territorio se asocia con las mujeres adultas.
El Cunti suyu, al sureste, está asociado con los tres meses calurosos y húmedos, del solsticio
de diciembre al equinoccio de marzo. Como en esta región la luna aparece, esta mitad del
territorio se asocia con las mujeres jóvenes. El Colla suyu domina en relación con su mitad el
Cunti suyu.
59
RELACIÓN TIEMPO - ESPACIO - SOCIEDAD
FIG.7
Según A.M.H.
60
EL MODELO DEL ORDEN DEL MUNDO ANDINO
LA TRIPARTICIÓN
SEGUN G. HURTON
KANAN PACHA LADO IZQUIERDO
KAY PACHA
fge`••n•1 HURIN PACHA LADO DERECHO
Según A.M.H.
Fig. 8
Así pues, cada uno de los tres mundos, que constituyen el universo, está dividido en
cuatro regiones, que corresponden a cuatro tiempos y cuatro grupos sociales: varones,
mujeres, mayores y menores. El modelo de la tripartición se inscribe en el nivel de estos tres
mundos donde se cumplen las tres funciones: sacerdotal, administrativa y agrícola/productiva.
En el mundo exterior, hanan pacha, visible, se inscribe el orden del mundo. Es la pareja
astral, el sol y la luna, la que allí rige. Son ancestros menores; no tienen el poder de animar
sino sólo de ordenar. Marcan las fronteras del espacio y del tiempo, el lugar de lo masculino y
lo femenino. El sol con su pareja la luna representa la función administradora.
En este mundo, kay pacha, reinan el Inca y la Coya, ellos participan del poder de sus
ancestros, asumen la función sacerdotal, administrativa y, como la reproducción de todo
aquello que está en este mundo depende de sus fuerzas, asumen la función
agrícola/productiva.
Los representantes de las tres clases que asumen las tres funciones: sacerdotal,
administrativa y agrícola, no deben mezclarse, pero sí comunicarse. En el modelo del
universo andino los tres mundos, donde se originan las tres funciones, no se mezclan pero se
comunican. Entre el hurin y el kay pacha los que hacen el vínculo son el trueno, el
relámpago, y el rayo: manifestaciones del poder de vida y de muerte de Pachacamac. La
comunicación entre el hanan pacha y kay pacha es directa. La vinculación entre el hanan
pacha y el hurin pacha se establece en el momento del pasaje de los astros por el "túnel"; es
decir, cuando son invisibles.
Ha llegado el momento de enunciar la tesis que quiero dejar sentada para entender el
desafío que precipita la Participación Popular. Es la siguiente: la Democracia
Representativa corresponde a un Paradigma patriarcal; la Democracia Participativa, a
un Paradigma matrístico. La historia de Occidente, que culmina en el Industrialismo y su
forma política: el Estado-Nación, se ha caracterizado por la subordinación del Paradigma
matrístico por el patriarcal, que piensa, además, la oposición como exclusión y represión y no
como inclusión y complementariedad de opuestos.
Sostengo, pues, que muchos indicios (que son incluso movimientos sociales de
importancia inocultable, como el feminismo, el pacifismo y el ecologismo) obligan a
sospechar que la historia de la humanidad, en el tercer milenio, probablemente busque
lúcidamente y no sólo como fruto de la inercia, el equilibrio y la complementaridad entre
ambos Principios. Lo cual, políticamente, se deberá expresar por una sana complementariedad
y mutua retroalimentación entre un Sistema representativo de índole más bien general,
indicativo, nacional y un Sistema participativo de índole más bien concreto, ejecutivo y local
que es, precisamente, lo que estamos empezando a implementar con la Municipalización y la
Participación Popular, sobre todo en la Bolivia rural; matrística, no por casualidad.
1. Introducción
Las sociedades amerindias, por razones lógicas, siempre han dialogado con su opuesto,
como complementario, pero en su propia sintaxis epistemológica, como demuestran las
investigaciones que se han hecho sobre simbolismo y religión.
Esta disponibilidad dialógica ha despistado sobre todo a los teólogos que han visto en ello
un triunfo relativo de su religión; de ahí proviene, justamente, el mitema ese acerca de la
cristiandad americana y, luego, los discursos sobre el mestizaje y el sincretismo. Ese diálogo
amerindio con la alteridad occidental no se ha producido, pues, como algunos sostienen, por
el hecho de haber sido vencidos y colonizados, sino a pesar de ello; responde, como dije, a
razones lógicas, estructurales a sus visiones del mundo.
Lo que hemos de constatar, sin embargo, con lucidez y honestidad, es que tanto la
Colonia española como la Primera República fracasaron en este intento de hacer desaparecer
el sistema del Otro en su propio sistema; es decir, sustituir el sistema cosmovisivo amerindio
por la apropiación forzada y generalizada del sistema occidental.
Pues bien, el modelo lingüístico (a diferencia del de mestizaje y sincretismo) tal vez sea el
menos perverso para tratar de aproximarse a la comprensión de lo que debería ser un diálogo
intercultural, operativizado en la planificación participativa, en la Bolivia de la
63
Municipalización, Descentralización, Participación Popular: la Segunda República,
justamente.
Ahora bien, toda lengua —como se sabe— se desarrolla en tres niveles fundamentales: el de
la fonología: un número de fonemas bastante restricto pero de altísimo potencial
combinatorio; la morfología: el gran juego de las relaciones entre las palabras; el léxico: el
tesoro que cobija todo lo que se puede nominar y, por tanto, conocer, de tal suerte que no hay
lexema que no pueda ser transportado de una lengua a otra.
Pero he aquí que lo propio de cualquier lengua es ser sistema y cuando se encuentra con
otra lengua lo que se pone en escena es un encuentro de sistemas. Y el diálogo intercultural
no es nada si no es, para empezar, un careo de sistemas; reconocerle al otro que tiene una
lengua propia y no sólo un dialecto. Esa primera mirada es la que nos constituye como sujetos
y, a saber, no en abstracto, sino en un contexto concreto a compartir con el otro. La mirada
mutua es la que inevitablemente suscita la toma de conciencia de la diferencia y de todo el
complejo conceptual al que hacía referencia al comienzo de este texto.
He aquí, sin embargo, que no quiero proseguir mi discurso en abstracto, sino que deseo
hilvanarlo a un diálogo de civilizaciones que ya ha empezado en nuestro país, en una región
que proféticamente se ha adelantado en implementar casi todas las reformas estatales en curso
y que conociéndola mejor podríamos barruntar, ya ahora, cómo será la Bolivia de la Segunda
República; me refiero al área guaraní. Allí teólogos jesuitas e ipayes han empezado este
diálogo; epocal para el cristianismo y epocal para Bolivia.
Lo mejor que puedo hacer entonces es condensar y glosar la lectura que de esta
experiencia germinal de diálogo intercultural ha hecho Bartomeu Meliá para la
sistematización de la experiencia pedagógica del centro de Capacitación Arakuarenda,
auspiciada por el FIS, cuando a la sazón yo era su Director de Educación.
64
dialectales más tradicionales, y que se han perdido en el chiriguano moderno. Ello produce la
sensación, en el propio hablante, de que no sabe hablar con propiedad y corrección su propia
lengua.
Ahora, si bien es cierto que la lengua chiriguana no tiene un corpus literario extenso, ni
ha sido usada en la educación formal, presenta, sin embargo, una mayor complejidad
gramatical y una mayor riqueza de recursos expresivos que el castellano hablado en el lugar, y
eso, a pesar de un contexto de explotación y de que los hablantes guaraníes son tenidos por
incultos.
De ahí probablemente que sus problemas diglósicos provengan más, por un lado, de los
prejuicios de los castellanoparlantes y, por otro, de los complejos de inferioridad provocados
por el colonialismo e interiorizados por ellos mismos.
Ahora bien, lo interesante del renacimiento guaraní es que empieza por una toma de
conciencia colectiva, producida en el exilio de la zafra, de su situación lingüística. Fruto de
esa reflexión es que plantean una salida a través del Bilingüismo. Es decir, afirman su propio
sistema, no aceptan la sustitución de su sistema por el sistema castellano y, es más, buscan el
diálogo entre los dos sistemas lingüísticos; lo cual redunda, justamente, en un diálogo
intercultural.
Los guaraníes conceptualizan la identidad de su sistema con la expresión Ñande reko que
significa: nuestro modo de ser, nuestra manera de estar, nuestra ley y norma, nuestro
comportamiento, nuestros usos y costumbres. Como se ve, interconectan y relacionan los
múltiples aspectos concretos que nuestra palabra Cultura condensa abstractamente. Pues bien,
este modo de ser como Sistema es lo que va a ser afectado cuando llegan los occidentales y, a
saber, en los tres niveles conocidos: sociedad, economía y cosmovisión.
Hasta aquí las pinceladas que he esbozado han sido más bien generales. De ahora en
adelante me voy a referir a decisiones y prácticas sociales de los guaraníes a partir de 1990,
que es la fecha desde la que los conozco mejor.
Para empezar, han decidido —como ya dije— mantener el sistema guaraní y el sistema
castellano. Esta convicción, por ejemplo, se expresa bien en este nuevo dicho: "Queremos ser
guaraníes y bolivianos al mismo tiempo"; lo que indica que este Bilingüismo hay que
entenderlo no sólo lingüísticamente.
Luego, han decidido hacer dialogar a los dos sistemas. Ello es lo que sucede en las
conversaciones de Arakuarenda, donde teólogos e ipayes releen juntos el proceso misional; se
cuentan sus mutuas experiencias religiosas; constatan cómo se han mantenido dos lenguajes
religiosos; analizan los mitos; se asombran cómo el profetismo, la palabra y la hierba
conviven sin esquizofrenias. Pero he aquí que éste no es un diálogo de cuatro sabios aislados,
sino que repercute de modos y maneras muy concretas en el renacimiento de la nación guaraní
y en la reconstrucción de su sociedad.
Ahora bien, la lección más grande que nos dan los guaraníes es que el paradigma
cognitivo elegido no es el de la sangre: mestizaje; ni el de los dioses: sincretismo, sino el del
lenguaje: Bilingüismo.
En quinientos años de historia americana ésta me parece la opción más lúcida, inteligente
y honesta. No quieren, como los occidentales, hacer pasar su derrota como un empate; pues tal
es, en el fondo, la inconfesada pretensión de los teóricos del mestizaje, el sincretismo y de esa
perplejidad llamada religiosidad popular. Pocas veces he visto una voluntad tan obstinada por
autoengañarse y engañar a los demás, como en este punto. ¿Gajes del monoteismo y el
mesianismo? ¿del aristotelismo? ¿de todos juntos?. Bien, decía que este diálogo no es
académico, sino interactivo y concreto: produce políticas y desata energías hacia metas y
objetivos muy concretos. Yo diría que nos encontramos ante la modalidad boliviana del
diálogo inter-cultural y que éste, sin lugar a dudas, no sólo que entronca con la Participación
Popular, en la medida que le ha antecedido, sino que es uno de esos aportes silenciosos con
los que Bolivia enriquecerá el siglo XXI.
Este diálogo se da a muchos niveles, pero me limitaré a algunos puntos que tienen que ver
con los planes de desarrollo municipales, generados participativamente.
Esta sola toma de conciencia colectiva de que tienen su propio sistema económico en
funcionamiento me parece grandiosa; pues significa, nada menos, que el comienzo de la
resolución del problema de la pobreza en Bolivia. La pobreza no la vamos a desterrar
monoteistamente, apostando todas nuestras energías a un solo sistema económico: el del
Intercambio y la Acumulación, que, además, se ha mostrado ineficiente a este propósito y no
sólo en Bolivia. Me remito a los hechos. ¿Con qué sistema económico, sino, se ha producido
la pobreza del Tercer mundo?
La gran salida boliviana hacia un "bien-estar cualitativo" es practicar con lucidez, método
y creatividad el Bilingüismo económico. Para ello no hay que endeudarse ni mendigar: sólo
poner a funcionar nuestra inteligencia y nuestra dignidad.
67
extendió luego a un proyecto de alfabetización bilingüe para adultos y otro, después, más
complejo para mujeres, financiados por el FIS, para que entre otros objetivos, justamente, los
padres de familia pudieran acompañar y hacer suya la transformación que empezaba a
producirse en las escuelas gua raníes. La Asamblea del Pueblo Guaraní, en efecto, estaba
empezando su Reforma Educativa antes de la promulgación de la Ley. La propuesta inicial de
educación bilingüe para las escuelas no era intercultural; pero he aquí que, poco a poco, todo
este clima de interculturalidad que iba saliendo de Arakuarenda hizo que los propios
guaraníes, tanto a través de sus propias instituciones especializadas, como el Tekoguaraní,
como a través de los propios operadores del sistema educativo, fueron llenando de
interculturalidad los contenidos un tanto troyanos de la propuesta de educación bilingüe
inicial. Este revertir las cosas desde dentro, sin entrar en polémicas ni líos con los
auspiciadores del programa: UNICEF, es más, sin que éstos se den cuenta, me parece de una
inteligencia, sabiduría y sofisticación extraordinarias; pues Naciones Unidas, a pesar de su
discurso, es nomás la última iglesia laica universal para occidentalizar al resto de los
rezagados, por otros medios menos aparentemente religiosos; y sus oficiales de Programas
son nomás los últimos misioneros del siglo XX.
En salud ocurre otro tanto: bilingüismo. Desde Alma Ata la OMS ha levantado las manos
en el intento de imponer el sistema occidental de salud como único en sociedades no
occidentales.
Ahora bien, el desafío es ir comprendiendo, poco a poco, que las medicinas indígenas no
se reducen, en el mejor de los casos, a la herbolaria, sino que constituyen grandiosos sistemas
que sólo son legibles desde un paradigma cuántico y no desde el paradigma mecanicista que
es el paradigma desde el cual han sido formuladas las políticas de la Organización Mundial de
la Salud. Los sistemas médicos no occidentales, por su holismo, son la reserva que tiene la
humanidad para el próximo siglo.
68
sociedades como la nuestra, además, el seguir pensándonos subsidiaria y, en el mejor de los
casos, adjetivamente. Sin embargo, he aquí que la Ley de Participación Popular y la Ley de
Descentralización, nos obligan a repensar la Democracia sin más.
No avanzamos mucho, aunque algo avanzamos, hablando de una "Democracia del Ayllu":
Rivera, o de una "Democracia étnica": Rojas, Ticona, Albo, al lado de la Democracia liberal,
porque seguirán siendo percibidas como algo folk, como relictos que tarde o temprano
podrían desaparecer y no como la sabia, justamente, de la Democracia que nosotros
precisamos y que está buscando la humanidad entera. ¿Cómo pensar, pues, la Democracia
amerindia y la Democracia representativa como Democracia sin más?. He aquí el desafío.
En cualquier caso no podemos, a estas alturas del partido, aceptar como Democracia sin
más la Democracia Representativa, tanto si es de cuño liberal como si es de cuño socialista.
Son claramente insuficientes y parciales. El concepto holista de Democracia, que tenemos que
construir, debe complejizar, o si se prefiere, debe incluir además de la democracia política, la
democracia económica, la democracia social, la democracia étnica, la democracia informativa,
la democracia simbólica, la eco-democracia.
Menos aún podemos seguir aceptando una Democracia que se iza exclusivamente sobre el
voto cada x años, porque entonces la gobernabilidad será siempre aleatoria, incierta y frágil y,
encima, gilmente dejaremos la cancha libre para que la clase política haga lo que le dé la gana
y, además: que es lo que más jode, a nombre nuestro.
Me agrada del pensamiento andino el concepto de Thakhi camino: camino corto, medio y
grande; denota proceso, perfectibilidad, crecientes responsabilidades comunales,
complejización brotada de la experiencia: maduración. Creo que haríamos bien en entender la
Democracia como un camino y, por tanto, como una forma de entender la vida y la
organización comunitaria de la misma, en el contexto de la biosfera, con la Persona como
fundamento de la misma.
Esta manera de ver la Democracia superaría, sin suprimir y sin Aufhebung, los modelos
individualista y colectivista de la Democracia Representativa.
En efecto, el individuo, para realizarse como persona, precisa salir de sí mismo, porque su
identidad se construye en el encuentro con los demás, en la comunicación con los otros y la
comunión con la esfera de sentido: Deus sive natura.
No puede haber bien individual sin bien colectivo y no pueden haber ambos sin
contigüidad con la biosfera. Ahora bien, lo que también deberíamos haber aprendido es que
el bien común tiene que emerger de la experiencia de la gratuitidad: del don y la reciprocidad,
para que sea común de verdad. El haber negligido esta dimensión de la condición humana,
hace que la teoría y la práctica del bien común sea tan esmirriada y retórica.
Hoy también sabemos por experiencia que el bien común no puede emerger del "interés
privado" como postuló la tradición liberal. Desde el puro individualismo sólo se consigue
pasar del "interés privado" al "interés de grupo" corporativo; siempre insuficiente para
construir una sociedad de equilibrio, equitativa y justa.
Por eso no se puede identificar a priori interés individual y bien común como algo dado;
es una construcción libre que conlleva co-responsabilidad pública y, por tanto, creatividad e
interdependencia.
Por su propia naturaleza, pues, la Democracia es una opción ética: exige que la sociedad
se organice en un orden democrático que posibilite pensar lo uno y lo múltiple como
interdependientes y complementarios. Es decir, la Democracia crea un orden social que
posibilita que la libertad, la igualdad y la solidaridad sean efectivas, de modo que las personas
puedan desarrollar su autonomía individual y realizarse como seres comunitarios
ecológicamente responsables. La ética exige asimismo, del Estado democrático, la promoción
eficaz del Bien común y la liberación de las diferentes formas de explotación económica,
discriminación social o étnica; es decir, la mejora de las condiciones de la vida humana. En
este sentido la Democracia es un régimen exigente y, por tanto, la pobreza, la discriminación,
la contaminación y las guerras, tan corrientes en las Democracias Representativas, son la
negación radical de un Orden democrático, tal como la conciencia de la humanidad lo exige
hoy y, a saber, no sólo en Bolivia.
Pero la Democracia exige también un comportamiento y una actitud ética por parte de los
ciudadanos. Si los valores éticos no son cultivados por la ciudadanía, la Democracia está en
peligro. La Democracia ha de ser vivida, y contra este fin conspira, en primer lugar, la
Democracia de partidos y sufragio cada cuatro años. Se ha de mantener la tensión
comunitaria del individuo que libremente construye, junto con sus conciudadanos, este ideal
de convivencia entre hombres y mujeres libres y solidarios, como sí se dá en la Democracia
Participativa Municipal. Se ha de mantener la tensión ecológica del individuo que
responsablemente habita un espacio vivo y compartido; lo cual, relativamente, es más fácil de
ejercer en un contexto municipal.
Y si bien es cierto que la participación en estas tareas genera sentido de pertenencia a una
comunidad y a la biosfera, también lo es que ésta se ha de ir alimentando para que no decaiga.
La solidaridad quiere decir afecto, calor humano, estima, amistad: convivialidad. Todo
esto es necesario con el fin de que la justicia no quede en la fría letra de la Ley o en el servicio
"aséptico" prestado por una institución. Y esta necesidad sólo es aplicable, ejecutable en un
contexto municipal. De ahí la necesaria complementariedad entre Democracia Representativa
y Democracia Participativa. Con otras palabras: muchos de los ideales de la Democracia
Representativa sólo llegan a ser reales y concretos en una Democracia Participativa
Municipal.
71
2. El sistema democrático que provocan las leyes de Participación Popular y
Descentralización
Cada sistema tiene sus espacios y sus tiempos respectivos y el ciudadano hecha mano de
los dos como le convenga y convenga al Bien común.
En esta clave, pues, léase el cuadro que ofrezco a continuación para abrir la discusión a
este respecto y para que otros colegas lo sigan trabajando si les parece adecuado. Me
interesaría, sobre todo, que lo hagan en los talleres de Planificación Participativa Municipal.
72
SISTEMA DEMOCRÁTICO
que provoca la Participación Popular y la Descentralización
1Z'
73
Racionalidad Instrumental Sintiente
En la primera parte de este texto esbocé un principio que me parece percibir observando
la historia política de la humanidad: mientras más local, más concreto/hembra; mientras más
global, más abstracto/macho. Pues bien, Iván Arias reformula, en clave Democracia Represen-
tativa/Democracia Participativa, un diagrama desarrollado en CIPCA (Estrategia de CIPCA,
La Paz, 1988), para explicar la organización campesina, y que grafica muy bien esta realidad.
c
Democracia Representativa
Nivel Nacional
Nivel Departamental
Nivel Municipal
Nivel Comunario
Nivel Doméstico
Democracia Participativa
9
La lectura es obvia: a nivel comunitario los elementos de Democracia Representativa son
mínimos; inversamente sucede a nivel nacional: los elementos de Democracia Participativa son
mínimos.
Nivel Nacional
Nivel Departamental
Nivel Municipal
Nivel Comunario
Nivel Doméstico
Democracia Participativa
9
75
BIBLIOGRAFÍA
De León, Moisés Sefer haRimmon. cit, por Scholem, G. Die Judische Mystik, Zürick,
(1957) 1957, p. 428.
Earles, J. et alt. "La realidad física y social en la cosmología andina", en Actes del
XLlle Congres international des americanistes, 4, pp. 299-325.
Mayr, F.K. Geschichte der Philosophie, I, Antike. Kevelaer, Butzon & Bercker.
(1966)
76
(editor) Arakuarenda. Un centro intercultural de capacitación para el
(1994) desarrollo guaraní. La Paz, FIS/Arakuarenda.
Rojas, G. Democracia en Bolivia hoy y mañana. Enraizando la democracia
(1994) con las experiencias de los pueblos indígenas, La Paz, Cipca.
Santacruz Pachakuti "Relación de antiguedades desde reyno del Piru", en Tres relaciones
(1953) de antigüedades peruanas (1543), Buenos Aires, Espasa Calpe.
79
participación de numerosas actividades productivas y financieras, a una visión más bien
focalizada y concentrada en un número reducido de responsabilidades.
Político: Tiene que ver con la división y distribución del espacio político.
c) Económico: Tiene que ver con recursos, unas veces compartidos entre niveles y otras
requeridos para financiar los déficits generados por las nuevas funciones transferidas
y asumidas por los niveles subnacionales y las posibilidades reales de asumirlas con
recursos propios, lo que obliga a establecer transferencias entre diversos niveles de
gobierno.
80
Externos: Vinculados a la importante oferta de recursos por parte de la intermediación
financiera y bajas tasas de interés, que combinada con el crecimiento de las exportaciones
—esto es, importantes ingresos—, brindaba el clima propicio y la "seguridad" de hacer frente a
los compromisos futuros generados por este endeudamiento sostenido.
A comienzos de los 80 las condiciones cambiaron radicalmente: las tasas de interés y las
características del crédito se endurecieron, fundamentalmente como consecuencia de los
programas anti-inflacionarios aplicados por los países industrializados; paralelamente se
vieron afectados los términos de intercambio, que se deterioraron rápidamente al caer el
precio de las materias primas. Estos dos elementos tuvieron un efecto negativo sobre los
nuevos flujos de recursos externos, los cuales se vieron sustancialmente reducidos.
Una abultada deuda externa —y, por lo tanto, una pesada carga por el servicio de la
misma—, mermó el flujo de recursos externos, y la imposibilidad de hacer frente a los
compromisos externos llevó a tomar la decisión de financiar el déficit con emisión inorgánica
de moneda. Así, el proceso inflacionario que se inició en la década de los 70 y cobró su mayor
expresión en el período 1983-1984, además de haber deteriorado el poder adquisitivo de la
moneda nacional, provocó un desfase total en el sistema tributario y en la capacidad del
Estado para sostener su propia estructura económica y financiera.
Este sistema resultaba en extremo complejo por la gran cantidad de gravámenes de muy
poco rendimiento fiscal, y porque algunos de los regímenes impositivos eran de difícil
determinación, de tal suerte que el incumplimiento de las obligaciones tributarias llegaron a
niveles alarmantes. En este contexto, en 1985 se dictan importantes instrumentos de política
económica como el D.S. 21060 que frenó el proceso hiperinflacionario, estabilizó la economía
y creó condiciones para la reactivación económica del país.
CUADRO 1
PRESIÓN TRIBUTARIA
4. Coparticipación tributaria
La misma Ley 843 definía que la distribución del producto de estos tributos entre los
Departamentos, las Municipalidades y las universidades, se efectuaría localmente en función
de la efectiva recaudación obtenida en la jurisdicción de los distintos entes beneficiarios, lo
que provocó desequilibrios entre Departamentos y en el interior de éstos, ya que la tributación
era realizada donde el contribuyente declarara su domicilio legal. Y los grandes
contribuyentes generalmente tienen su domicilio legal en el denominado eje central del país
(La Paz, Santa Cruz y Cochabamba); en consecuencia, los recursos se concentraron en estos
departamentos y especialmente en sus capitales.
83
Esta forma de distribución de recursos (25%) no impactó en el déficit fiscal ni afectó la
estabilidad macroeconómica lograda.
CUADRO 2
DISTRIBUCIÓN DE COPARTICIPACIÓN TRIBUTARIA
Tal fue el contexto, hasta 1993, en el que se inscribió el proceso de descentralización del
país iniciado con la promulgación, el 20 de abril de 1994, de la Ley 1551 de Participación
Popular que comprende transformaciones políticas, económicas, administrativas y sociales
expresadas en la descentralización del sector público mediante la revalorización de Gobiernos
Municipales autónomos con competencias ampliadas (transferidas) y recursos incrementados
para su financiamiento correspondiente, fijándose límites a su aplicación (10 por ciento en
gastos de funcionamiento y 90 por ciento destinado a la inversión).
De esta forma, el viejo estilo de administración centralizada del país, que había generado
una marcada concentración de recursos —especialmente en las tres principales ciudades
capitales del país— fue sustituido por la posibiliadad real de la participación del conjunto de la
población boliviana en las políticas públicas.
84
rural), otorga nuevas competencias e incrementa recursos para su financiamiento; con este
objetivo, se distribuyó el 20 por ciento de la recaudación efectiva de renta interna y renta
aduanera (coparticipación tributaria) entre los 308 municipios —hoy 311— bajo el principio de
distribución igualitaria por habitante, y transfirió al dominio exclusivo municipal los
impuestos a la propiedad rural, a los inmuebles urbanos, a los vehículos automotores,
motonaves y aereonaves, transacciones de inmuebles y vehículos, consumo específico de la
chicha; además de los ingresos por tasas, patentes e impuestos aprobados en el marco de la
Constitución Política del Estado y la Ley Orgánica de Municipalidades.
Se sustituye el IRPE por el Impuesto a las Utilidades (IU), que se fija en 25% de las
utilidades, siendo coparticipable por los Gobiernos Municipales y las
universidades. El IRPE estaba penalizando a las empresas que acumulaban capital
(productivas) y favorecía a las que no tenían patrimonio neto considerable (por lo
general empresas de servicio).
e) Se deroga el IRPPB y se crea el IPB, que incorpora la propiedad inmueble rural como
consecuencia de haberse ampliado la jurisdicción territorial de los Gobiernos
Municipales.
85
B. LA NACIÓN, EL DEPARTAMENTO Y EL GOBIERNO MUNICIPAL
Estas reformas se iniciaron con la Ley de Ministerios, que instituyó una nueva
organización del gobierno central en el marco de una concepción estratégica integral del
desarrollo sobre la base de tres ejes: el desarrollo sostenible, el humano y el económico.
Por otra parte, se buscó la captación de inversión privada con capitales frescos, bajo el
principio de que el Estado ya no interviene en la actividad productiva. En este marco se
inscribe la Ley de Capitalización, que busca la ampliación del mercado y de la producción.
Este conjunto de reformas impactó con diversa intensidad a nivel nacional, departamental
y local. Así, por ejemplo, las leyes de Ministerios y de Capitalización tuvieron efectos
directos sobre el nivel nacional de gobierno. En cambio, las leyes de Reforma Educativa,
Participación Popular y Descentralización Administrativa generaron impactos directos sobre
los tres niveles de gobierno, con mayor énfasis en los ámbitos departamental y local.
1 Las reformas de primera generación fueron aquéllas destinadas a lograr la estabilidad macroeconómica y, fundamentalmente, detener
la hiperinflación.
2 Entendida, por otros, como un proceso creativo de privatización de las empresas públicas.
3 Entre otras, la Ley de Reforma del Sistema Tributario, la del Sistema de Regulación Sectorial, la de Hidrocarburos (proyecto) y la de
Minería.
86
ámbito. En tanto que según la Descentralización Administrativa, es el nivel departamental el
que asume nuevas competencias con los recursos asignados para el efecto. Así, el nivel central
de gobierno fue afectado por ambas reformas, ya que en ambos casos se delegaron y/o
transfirieron competencias que eran de su jurisdicción a los nuevos ámbitos local y
regional-departamental.
Por otra parte, el ámbito territorial municipal —que a partir de la Ley de Participación
Popular comprende la sección de provincia— añade un elemento de jurisdicción que permite
modificaciones trascendentales en cuanto al ámbito de las competencias.
De las cinco reformas centrales encaradas por el actual Gobierno, cuatro tienen
importantes efectos en el área social: la Reforma de Poder Ejecutivo, la Participación Popular,
la Reforma Educativa y la Descentralización Administrativa.
87
La capacidad productiva, participativa y organizativa de la población es una de las
potencialidades para el desarrollo, no sólo porque permite complementar esfuerzos técnicos y
financieros con el conocimiento y la experiencia social, o porque el dinamismo de la
participación social impacta positivamente en el desarrollo productivo y en el crecimiento
económico, sino fundamentalmente porque el hecho de reconocer esta capacidad social
posibilita avanzar en la construcción de una sociedad integrada, solidaria y equitativa.
Aproximadamente el 30% de la inversión pública está manejado por los municipios, los
cuales definen sus prioridades mediante un proceso de planificación participativa.
Este enfoque plantea que la inversión pública debería orientarse hacia las siguientes áreas
estratégicas:
infraestructura de transportes,
infraestructura de apoyo a la producción, y,
mejora de los índices de desarrollo humano a través de la inversión en:
educación primaria y técnica,
red de atención primaria en salud,
agua potable y saneamiento básico.
88
c) Impulsar a las actividades productivas en las que existen ventajas comparativas,
explotando de manera racional los recursos forestales; promover el desarrollo de
actividades agropecuarias, agrosilvopastoriles, artesanales; fomentar la pequeña y
mediana industria, etc.
Esta reforma apunta al logro de objetivos comunes planteados por todos los países
empeñados en llevar adelante un proceso de construcción nacional, integrado y sostenible en
el tiempo y el espacio, donde el ser humano cumpla el rol de sujeo y objeto del desarrollo.
La Reforma Educativa pretende una mejora en la calidad de la educación que reciben los
recursos humanos; por ende, la posibilidad de reducir los indicadores de analfabetismo y
deserción escolar, y mejorar los índices de aprobación, aprovechamiento escolar, continuidad
de grado y de ciclo 6 , promedio de maestros por alumno y la calidad de la distribución de los
mismos 7 , etc.
4 La Ley de Participación Popular establece que un municipio tiene por jurisdicción territorial una sección de provincia, además de las
capitales de departamento y puertos mayores reconocidos constitucionalmente.
5 Aprobada en julio de 1995 y en vigencia desde el l a de enero de 1996.
6 De cada 100 estudiantes que inician el ciclo básico en Bolivia, sólo 35 continúan el ciclo intermedio y únicamente 12 el ciclo medio,
culminando el bachillerato solamente 5 estudiantes.
7 En Bolivia el promedio de alumnos por maestro es de 20, siendo el promedio latinoamericano de 25, lo que muestra una mala
distribución espacial, inter-grado e inter-ciclos de los maestros. Si a ello se añade que los maestros en un 30% son interinos, es decir,
que no tienen formación profesional, sino que son autodidactas; y que un 20% están en el grado O del escalafón docente, es decir, que
tienen más de 25 años de ejercicio profesional con poca o nula renovación pedagógica y didáctica, la imagen es completa al respecto.
Si bien los resultados de la Reforma se podrán constatar efectivamente recién en el largo
plazo, existen indicadores de inversión en formación, actualización y mejoramiento docente,
así como en bibliotecas, textos y otros instrumentos pedagógicos que a la fecha ya permiten
observar que existe un proceso de cambio positivo.
Entre otros aspectos, la retención de los alumnos en clase se considera posible al haberse
identificado las dos causas fundamentales de la deserción escolar: La colaboración que
prestan los niños y niñas del área rural a sus padres en las labores agropecuarias y de casa, y la
falta de comprensión en el aprendizaje de un idioma, el castellano, que no es el originalmente
propio.
Según los datos del Censo Nacional de Población del año 1976, la migración urbano-rural
tenía una fuerte incidencia en el proceso de urbanización sin industrialización. En ese marco,
las medidas de política de población también pesaron a la hora de establecer que el municipio
sería urbano-rural. Este proceso, que buscaba un efecto de doble entrada, estaba orientado a
los propósitos que el Presidente de la República definío como urbanizar el área rural y
ruralizar el área urbana.
Urbanizar el área rural porque se pretende que ésta tenga el mismo acceso a servicios que
tiene el área urbana; y ruralizar el área urbana porque se busca que los sistemas productivos y
comunitarios del área rural se incorporen a la práctica urbana. Con estas medidas se quiere
detener el caudal migratorio en favor de las áreas urbanas.
Pero este movimiento migratorio no era sólo urbano-rural, sino también de la provincia a
las capitales y de los departamentos con menor desarrollo económico a los de mayor
desarrollo.
Entonces, la intencionalidad era establecer municipios que tengan igualdad de
oportunidades de empleo, de servicios y de otros mecanismos inherentes al nivel de vida de
sus habitantes. Por ello se establecieron algunas prioridades en los sectores de salud,
educación, caminos secundarios y vecinales, cultura, y saneamiento básico. Es decir, se obligó
al Gobierno Municipal a asumir atribuciones y competencias que nunca antes tuvo, exigiendo
que al menos un 90 por ciento del presupuesto de ingresos provenientes de la coparticipación
tributaria se destinen a la inversión.
En este tema hubo mucha polémica. Sin embargo, el uso de una metodología, con una
sola variable, que signifique menos posibilidades de manipulación y/o error tiene tres
cualidades: es un dato que todos los habitantes conocen, por tanto, es universal; tiene una
modalidad de cálculo establecida y conocida, por tanto, es transparente; y es un mecanismo
comprensible de cálculo de los ingresos municipales, por tanto, es simple.
91
un 50% de acuerdo a la población de cada uno. Pero además, se rescata un Fondo
Compensatorio Departamental —creado en la Ley de Participación Popular— que distribuye
recursos del Gobierno nacional en favor de los departamentos que no reciben regalías por
explotación de recursos naturales no renovables 1 1 en proporciones que alcalcen al menos el
nivel de regalías per cápita promedio nacional. Este per cápita se calcula también en base a la
población de cada departamento.
Esto comprueba que la población se concibe como objetivo para lograr el cambio
mediante las reformas, pero también como instrumento para el mismo objeto.
Por otra parte, el denominado "Nuevo Modelo Sanitario" incorpora los objetivos de
protección de la salud de la madre, el niño y los recién nacidos como parte de su diseño
organizacional y de los objetivos buscados, en el marco de las dos leyes mencionadas. En el
caso de la Reforma Educativa, este hecho se señala explícitamente.
Se puede decir que Bolivia constituye un caso extraño donde si bien no existe una
institucionalidad específica para el diseño e implementación de políticas de población, y si
hay es restrictiva y muy limitada, las políticas están allí, en los sectores, regiones y
municipios, de manera implícita o explícita dependiendo del tipo de reforma que se esté
ejecutando. Es posible que esta situación sea más ambiciosa que la de sectorializar una
política poblacional, ya que se disemina y empapa otras políticas de reforma de manera
integral y sostenible
Finanzas Públicas
El ánalisis comparativo de las finanzas públicas, referido a los ingresos y gastos por
niveles de administración, muestra que su comportamiento es el siguiente:
92
CUADRO 3
95
CUADRO 6
CUADRO 7
INDICADORES Y RELACIONES 1993
NACIONAL, REGIONAL Y MUNICIPAL
96
Los ingresos y gastos en los niveles nacional, departamental y municipal muestran que en
1993 más del 50% del ingreso corriente en las Corporaciones Regionales de Desarrollo
corresponde a las transferencias, y que en el nivel municipal esta relación es cercana al 75%;
en ese escenario, el gasto corriente de los departamentos es de un 27% de los ingresos totales,
y cerca del 40% de sus ingresos corrientes y las transferencias financian el 74% del gasto
corriente; en tanto que en el nivel municipal estas relaciones son, respectivamente, del 73, 77
y 97%.
Las limitaciones impuestas por la Ley de Participación Popular para el uso de los
recursos, tanto por las Corporaciones Regionales de Desarrollo como en los Gobiernos
Departamentales, señalan importantes cambios en esa estructura. En 1995 el 28% del ingreso
corriente en las Corporaciones Regionales de Desarrollo correspondió a las transferencias, y
en el nivel municipal la relación fue del 75%; en tanto que el gasto corriente de los
departamentos bajó a 17% de los ingresos totales y a 26% de sus ingresos corrientes, y en el
nivel municipal fue del 55 y 27%, respectivamente.
CUADRO 8
Económica, porque los recursos generados por renta interna y renta aduanera son
distribuidos equitativamente entre todos los municipios en función al número de
habitantes de la sección municipal.
CUADRO 9
PRESUPUESTO EJECUTADO %
INSTITUCIÓN 1995 1er. SEMESTRE EJECUCIÓN
Fuente: TGN
1. Variables socioeconómicas
Bolivia tiene una población que alcanza a los 6.420.792 habitantes según el Censo de
1992.
Desde 1950, la población boliviana fue creciendo a un ritmo acelerado, en todos los
períodos considerados, superior al promedio de América Latina: desde 1.098.581 en 1950
hasta 6.420.792 en 1994. En general, esta población tiene una estructura joven
(aproximadamente el 42% es menor de 15 años), y una fecundidad y nupcialidad tempranas.
Los departamentos más poblados del país son La Paz, Cochabamba y Santa Cruz,
representando el 57,3, 62,8 y 68,1% del total de la población total en los años 1950, 1976 y
1992, respectivamente, con una tendencia ascendente especialmente por las corrientes
migratorias producidas desde 1985 por las medidas de ajuste estructural (el cierre de empresas
estatales deficitarias y el consecuente incremento del desempleo produjo la migración de
contingentes importantes de población, especialmente proveniente de las regiones mineras de
Oruro y Potosí, hacia las ciudades del eje central. Por su parte, Santa Cruz tiene una dinámica
propia de atracción poblacional como efecto del desarrollo agrícola empresarial y la
producción de hidrocarburos; y Cochabamba mantiene un crecimiento homogéneo en el
período descrito en razón al incremento de la producción en las zonas cocaleras del
departamento. A su vez, La Paz crece como producto del proceso de urbanización, teniendo
entre sus ciudades la de más alta tasa de crecimiento demográfico: El Alto, con una tasa del
9,7%.
La densidad poblacional varía desde 0,26 a 8,13 hab/km2 en 1950; 0,54 a 12,96 hab/km2
en 1976; y 0,6 a 19,96 en 1992. La tendencia creciente más acelerada se presenta en La Paz,
Cochabamba y Santa Cruz, siendo el departamento de menor densidad Pando y el de mayor
Cochabamba. La distribución porcentual de la población nuevamente refleja el peso relativo
de los tres departamentos del eje central.
Sin embargo, las ciudades capitales se han mostrado incapaces de satisfacer las demandas
de estos contingentes de población que día a día alimentan los cordones periurbanos. Falta de
vivienda, baja cobertura en los servicios de saneamiento básico, agua potable y energía
eléctrica muestran el deterioro de la calidad de vida, especialmente del migrante urbano. El
incremento persistente del desempleo abierto, el aumento de la informalidad y las actividades
de baja productividad se presentan como fenómenos esencialmente urbanos, traducidos en
bajos ingresos y en el deterioro persistente de la calidad del empleo.
99
CUADRO 10
INDICADORES MACROECONÓMICOS
CONCEPTO 1985 19b6 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994
PIB (MM Bs. corrientes) 2.866,7 8.924,1 10.178,5 12.300,7 14.748,9 17.541,8 17.879,0 20.557,0 23.089,6 25.183,0
PIB (MM $us corrientes) 6.421 4.656 4.949 5.234 5.497 5.547 6.067 5.258 5.407 5.533
Tasa de creo. PIB (1,90) 0,35 2,60 3,00 2,70 4,70 4,46 3,44 3,18 4,00
PIB per cápita ($us) 1.162,31 825,29 858,97 889,55 914,81 903,93 968,11 821,49 827,69 829,92
Inversión (MM $us) 1.085 623 736 591 541 509 802 830 856 890
Inversión (%PIB) 16,9 13,4 14,9 11,3 9,8 9,2 13,2 15,8 15,8 16,1
Inversión Pública (M$us) 272 361 334 315 421 532 481 566
Exportaciones (MM$us) 1.859 1.350 1.212 1.273 1.472 1.128 1.105 972 988 1.004
Exportaciones (%PIB) 29,0 29,0 24,5 24,3 26,8 20,3 18,2 18,5 18,3 18,1
Inflación (IPC) 8170,5 66 10,7 21,5 16,6 18 14,5 10,5 9,31 7,5
Tipo de cambio (Bs/$us) 2,06 2,35 2,68 3,17 3,58 3,91 4,27 4,55
Deuda Ext. Pub. (MM $us) 3.294,4 3.642,5 4.289,0 4.069,5 3.491,6 3.778,9 3.628,0 3.784,5 3.776,9 4.056,8
Población (MM de hab) 5,52 5,64 5,76 5,88 6,01 6,14 6,27 6,40 6,53 6,67
100
con el 34,21%, que muestra un leve descenso con relación a los años anteriores. Continúan los
Servicios Básicos (electricidad, gas, agua, transporte, almacenamiento y comunicaciones) con
un 12,53% con tendencia al alza. Finalmente, los Derechos e Impuestos sobre Importaciones
muestran un importante aporte a la composición del PIB en Bolivia, ya que su contribución
subió del 2,67% en 1980 al 7,45% en 1993.
La composición del PIB por el Tipo de Gasto muestra al Gasto en Consumo Privado como
uno de los principales componentes, con una oscilación del 65% al 76% para el período
considerado. El siguiente concepto es el de las exportaciones, que osciló entre el 25 y 31%
hasta 1991, habiendo bajado los dos últimos años al 19%.
La inversión social siguió un curso errático, producto de las oscilaciones del PIB; sin
embargo, La Paz se mantiene como el principal departamento receptor de estos recursos. En
1993 el 5,55% del total de la inversión pública fue destinado al área social, habiendo sido del
orden del 13% en 1987, lo que muestra una tendencia a la baja.
Una parte de la población objetivo de la Participación Popular es la que hasta hoy se vio
obligada —como efecto del rigor del modelo económico y las difíciles condiciones
agroecológicas— a migrar y dejar sus tierras originarias para asentarse en áreas urbanas sin
industrialización.
Estas migraciones son de tres tipos:
Un segundo grupo objetivo de la Participación Popular son las etnias y las poblaciones
indígenas, que tienen formas de organización y de reproducción comunitaria propias y
tradicionales. Las formas de producción en ayllus y tentas permitieron que estas comunidades
sobrevivan frente a una serie de agresiones culturales, sociales, económicas, jurídicas, etc. Y
ahora, la Participación Popular les permite cierta independencia y autonomía organizativa de
relacionamiento con la sociedad occidentalizada del país, a través de los distritos municipales
indígenas y de los recursos que se pueden invertir en sus territorios, desde el ámbito
municipal, para la satisfacción de sus necesidades.
Un tercer grupo objetivo son todos los usuarios de los servicios de salud, educación y
otros. A ellos la Participación Popular les dota de nuevos recursos para la ampliación,
mantenimiento y refacción de su infraestructura.
3. Empleo municipal
Por otra parte, se generaron 17 mil empleos permanentes en la estructura de los Gobiernos
Municipales, tanto a nivel burocrático como técnico y de servicios. Con estos indicadores
queda más que justificada la incidencia de la Participación Popular en la reactivación
económica del país y en el combate al desempleo y al subempleo.
CONCLUSIONES
103
social, que profundizó las desigualdades en la distribución del ingreso,
expresadas en el deterioro de la calidad de vida especialmente en el área rural
(como lo demuestran los indicadores de mortalidad materno-infantil,
fecundidad, empleo y pobreza); y c) política, que vía la concentración
económica y social fortaleció a los órganos centrales del aparato público con
total decisión, estrangulando a las instancias locales y anulando su capacidad de
gestión.
Además, este proceso desató otros sub-procesos de diversa índole orientados a revertir la
tendencia común en la región: ausencia de complementariedad de los intereses sectoriales con
los territoriales, lo que generó una competencia inútil por los mismos espacios geográficos y
beneficiarios, reduciendo el impacto de obras y proyectos de inversión. En nuestro caso las
entidades públicas en los departamentos nunca lograron efectivamente niveles mínimos de
coordinación e interrelación ni siquiera en los directorios de las Corporaciones Regionales de
Desarrollo.
104
Recuperación de la
conciencia territorial
Luis F. Ramírez Velarde
INTRODUCCIÓN
Si bien los sujetos definidos por la Ley de Participación Popular son las organizaciones
comunitarias y el órgano público a cargo de su aplicación es el Gobierno Municipal, que
demuestran un importante avance y fortalecimiento en este proceso, un significativo
subproducto del mismo es haber logrado finalmente en Bolivia la toma de conciencia sobre
nuestro espacio territorial y su respectiva organización.
Antes de esta ley no importaban mucho los límites cantonales, seccionales o provinciales,
porque en la práctica no tenían mayor significado —la sección municipal no contaba siquiera
con una autoridad establecida y los corregidores o agentes cantonales lo eran meramente de
nombre, sin presupuesto ni posibilidades de hacer nada por su cantón—. Ahora es elemental
conocer los límites y la población de cada sección, pues de ello depende el monto de recursos
de coparticipación que recibirá el Gobierno Municipal.
Por tanto, fue necesario también establecer grupos de trabajo interinstitucional, y ciertos
criterios básicos para hacer coincidir estos espacios y facilitar así una mejor relación entre los
limites municipales, los sectores funcionales y las organizaciones sociales.
Para entender este fenómeno es importante revisar los antecedentes sobre la organización
y percepción del territorio en la historia, de modo de tener presente la dimensión territorial
como un marco para la aplicación de la Ley de Participación Popular.
El territorio originario
Desde épocas anteriores a la Colonia existía una amplia conciencia sobre el manejo del
territorio. Nuestras culturas originarias tenían una visión espacio céntrica y un enorme respeto
por la tierra y la naturaleza que las rodeaba. Esta herencia todavía es válida en la organización
actual de las comunidades originarias y rurales.
Como una forma del dominio del territorio y expresión de una íntima relación con la
naturaleza, aunque situadas en el altiplano, extendían su dominio hacia las tierras bajas,
manteniendo un control sobre los diversos pisos ecológicos, muchas veces sobre territorios
discontinuos.
El imperio incaico
El gran imperio incaico adoptó muchos de estos elementos. Con sede en el Cuzco, se
dividió en los cuatro grandes territorios del Tahuantinsuyo. En su avance expansionista supo
muchas veces respetar las características culturales y organizativas de cada región, como en el
caso de los aymaras, los que pudieron mantener su cultura e idioma intactos. Sin embargo, en
algunos casos se practicó el traslado total de comunidades para facilitar su conquista.
La organización adoptada obedeció al esquema del ayllu, unidad social básica consistente
en un clan de familias extendidas que vivían juntas en un área delimitada, compartiendo
tierras, animales y cosechas. Todo pertenecía a la comunidad, la que asignaba tierras a la
familia según sus necesidades.
Varios ayllus conformaban un distrito y varios distritos constituían uno de los cuatro
territorios del Tahuantinsuyo.
El ayllu era dirigido por un Mallku con el apoyo de un Consejo de Ancianos, los amautas;
el distrito tenía su dirigente y el gran territorio estaba a cargo del Apo que respondía
directamente al Inca.
Bajo esta organización se hicieron las grandes obras del incario, ciudades y centros
importantes, el sistema de tambos desarrollado a lo largo de los principales caminos que
partían del Cuzco y conformaban un verdadero sistema lineal de asentamientos (Ver gráfico
1), el sistema de chasquis y todo su sistema avanzado de riego y cultivo en terrazas o
sukakollos.
El territorio del Imperio era cuidadosamente planificado, desde su unidad comunal hasta
el mismo complejo del Tahuantinsuyo.
Una revisión de las otras etnias y culturas de la época nos da también una específica
organización social en cada una de ellas, y un tratamiento especial del territorio en cada caso.
107
B. EL TERRITORIO COLONIAL
Administración
La Colonia se montó sobre esta estructura, gobernándola desde España a través del
Consejo de Indias, un grupo de notables que emitía las principales pautas para el buen
gobierno del territorio conquistado.
La encomienda
La reducción
De esta manera, en tres años en el Virreinato del Perú se habían reducido 573 poblados
dispersos a sólo 40 durante la época del Virrey Toledo. Si bien ésta pareciera una medida
importante en el ordenamiento territorial, los fines de un control más estricto de la población,
contraviniendo los usos de la población originaria, evidentemente no fueron aceptados de
buena gana.
108
CAMINOS INCAICOS Y TAMBOS
SEGUN GUAMAN POMA Y CIEZA ll E LEON
(Mapa de T. Bouysse Cassagne)
GRAFICO 1
Urcos
Q.riquiJana
Cangalla I
\ omhopala
1
Cacha
Sicuani
Lur>ache
Churipara
k-- A s I l I o
Ayaviti,,,, pupwa
Pucara\ Chuchricache
\
Nicasio•'1%----n •—..,„1-luncane
---,"1 Moho
Guaycho
Paucarcolia?
Carabuc0 .../
Puno •
Chucuiths...• ••n••• Achacache
Acota . n.\ .. ~u ••• '`.1 iluarin
•-n, ~ ...n%a
llaveJoh \\
Pomata . .PucaranI
`-\\.ala
Zepita
Machaca
Caiamarca
Caoulav r I • '''
'. Ayo . Ayo
Caquingn ".\
Slca• Slca
sariapa •
---\ Car acollo
Totorae
tP \‘`:
Chuquicota
Chayania
La Plata
Porco
Tarrillos
Puno : localización precisa Porco: localizacibn aproximada
100 km
1
109
La hacienda
Sobre este nuevo sistema, que no significaba la propiedad de la tierra, el conquistador con
su apetito propietario avanzó hacia el sistema de la hacienda, convirtiéndose en el dueño de
tierras y población y comenzando un dominio absoluto sobre el pueblo conquistado. A pesar
de ello, en algunas zonas se mantuvo la organización comunitaria original, aunque restringida
en sus poderes.
El territorio republicano
Es así como encontramos enormes incongruencias en la división territorial, como las del
Norte de Potosí donde claramente se ve un caos de líneas divisorias entre ayllus, provincias,
secciones y cantones; y donde la nueva división política no coincide para nada con la división
tradicional del territorio de los ayllus. Lo mismo ocurre con los otros pueblos indígenas del
altiplano o de los llanos.
El sistema de hacienda significaba, por otra parte, el poder del patrón urbano sobre el
campo, el que incluso en algunos casos se traducía en la creación de cantones
correspondientes a las haciendas. El régimen municipal se consolidó como el gobierno de las
ciudades y para las ciudades, desde donde a través del sistema de la hacienda se controlaba al
mundo rural.
ffiff KO 2
44-4
PROV
CHARKAS
PROV.
CHAYANTA
Limite territorial
del Ayllu
— • — • Limite Provincial
Areas externas al
territorio Ayllu
111
las dos formas de organización: institucional oficial para el mundo formal y comunal para las
actividades de la población rural. Bajo estas características, los límites formales no tenían
mayor incidencia ni significado.
La organización comunal
Por otra parte, después de la Reforma Agraria las comunidades de las ex haciendas
reforzaron el movimiento sindical campesino convirtiéndolo, a pesar de su nombre, en una
amplia red comunal que con el tiempo se fue consolidando hasta alcanzar los niveles de
organización que conocemos ahora, desde el sindicato comunal, las subcentrales, centrales,
federaciones hasta culminar con la Confederación Sindical Unica de Trabajadores
Campesinos de Bolivia (CSUTCB). Incluso muchas comunidades originarias entraron en el
esquema sindical para adaptarse al proceso, pero sin abandonar totalmente sus formas internas
de organización.
La realidad del campo señalaba una sólida organización de sus comunidades con una muy
débil presencia del gobierno. Y sin embargo, a pesar de que la Ley de Reforma Agraria ya
indicaba que por una posterior ley se otorgaría personería jurídica a estas comunidades, la
anunciada norma para este efecto nunca se hizo realidad hasta la Ley de Participación
Popular.
112
El municipio urbano
Su jurisdicción territorial que, según la Constitución Política del Estado y la Ley Orgánica
de Municipalidades, debería ser objeto de una ley específica, nunca se determinó hasta la Ley
de Participación Popular, y los alcaldes asumían, según su mejor entender, la tarea de definir
hasta dónde les correspondía atender al municipio. En el mejor de los casos se dictaron leyes
u ordenanzas para delimitar el "radio urbano" como área de jurisdicción municipal, y las
acciones y proyectos del municipio se restringían a estos límites urbanos.
Las elecciones municipales reflejaban esta actitud, pues sólo votaban los residentes
urbanos y si acaso algunos vecinos de comunidades muy próximas. La mitad del país se
encontraba fuera del sistema municipal, en tierra de nadie. Así lo admitían incluso los agentes
cantonales o alcaldes de sección, al describir sus responsabilidades como dirigidas solamente
al pueblo del cantón o sección, y al expresar en muchos casos que las zonas rurales "eran
atendidas por los sindicatos".
La delimitación territorial
Los cantones, secciones e incluso provincias en el pasado fueron creados alegremente sin
responder a criterios técnicos. Las leyes de creación por lo general no fijaban claramente los
límites de sus territorios y, cuando más, indicaban las colindancias pero no su exacta
ubicación ni las comunidades o cantones que incluían. En algunos casos, incluso se creaban
secciones y hasta provincias sin continuidad territorial o estableciendo bolsones en medio de
otras jurisdicciones. Es clásico el ejemplo de la provincia Sebastián Pagador en Oruro, que al
crearse divide en dos a la provincia Avaroa; o la Primera sección Pucarani de la provincia Los
Andes, que tenía un pedacito de su territorio en medio de la Segunda sección de Batallas (ver
gráficos 2 y 3). De antología es el caso de un cantón que se crea en Oruro, definiendo su
límite al Este (!) con la República de Chile.
Por otra parte, aunque existían normas para la creación de cantones, referidas al tamaño
mínimo o al requerimiento para su sostenimiento económico, éstas fueron totalmente
ignoradas y la creación de cantones se desarrolló en la forma más caótica. La fiebre de
cantonización, especialmente en el altiplano, llevó a una multiplicación irracional de cantones.
EL TERRITORIO DIVIDIDO DE LA PROVINCIA
GRÁFICO 3
HUANCANE
incla Avaroa
• CACACHACA
ANCACATO
CHALLAPATA
•
-
\
Provincia
CRUCE CULTA
r'
•
Sebastian Pagador
SANTUARIO DE QUILLACAS
Prov Inc
DEPTO. DE POTOSI
Limite Provincial
Limite Departamental
PROVINCIA LOS ANDES
GRAFICO 4
PRIMERA SE CCION
O
HUPINA
PEÑAS
••
SURIWI
-CUARTA
/ SECCION C9
PRIMERA
BATALLAS SECCION /
IIIII
PATAMWA
LAJA
TERCERA SECCION
VIACHA
PROV. INGAVI
Limite Provincial
Limite Seccional
115
De 8 cantones que existían en la provincia Los Andes, por ejemplo, se pasó en menos de diez
años a 28. Hay cantones de más de 400 mil habitantes, y otros de sólo 14 habitantes. Hay
secciones de más de 700 mil habitantes, y otras de menos de 100 habitantes. Existen en el país
93 secciones con menos de 5 mil habitantes, considerados un mínimo racional para el
funcionamiento de un municipio. Como se ve en el siguiente cuadro, la dispersión de
secciones por tamaño es muy grande.
Chuquisaca 0 4 11 12 0 1 28
La Paz 2 18 26 26 1 2 75
Cochabamba 1 7 11 21 3 1 44
Oruro 9 12 9 3 0 1 34
Potosí 2 7 7 21 0 1 38
Tarija O 0 2 8 0 1 11
Santa Cruz 0 11 9 25 1 1 47
Beni 0 5 5 5 2 0 17
Pando 4 11 0 1 0 0 16
* Existen 300 secciones provinciales, 7 capitales de departamento, además de sus primeras seccciones y 3
puertos.
Los distritos
Entrelazados con estos problemas en la división política, encontramos el problema
adicional del poco uso real de estos límites. Cuando los sectores tratan de organizar sus
servicios dividen por su cuenta el territorio y aparecen así distritos o áreas de salud, de
educación, de caminos o de otros sectores que nada tienen que ver entre sí ni con la división
política, ni con la organización social de la población.
El nuevo municipio
116
municipio bajo un nuevo concepto es delimitado, al fin, otorgándole una jurisdicción precisa:
las secciones de provincia son ahora el territorio municipal, cubriendo así con municipios todo
el territorio nacional.
Existía conciencia, desde entonces, por la imprecisión de los límites, que iban a surgir
conflictos territoriales entre muchos municipios; y desde el principio se determinó esta
identificación como provisional. Así fue, y en los primeros meses ya se contaba con unos 80
reclamos de comunidades o hasta cantones, que habían sido mal ubicados o con sus límites
mal trazados. Se resolvieron muchos de estos casos cuando se trataba de un simple problema
de interpretación de la ley creadora o se dejó para solución en el Congreso los casos que
requerían de una intervención legal. El proceso implicaba muchas veces la revisión detallada
de todos los antecedentes legales, mientras que en otros casos el reconocimiento del terreno y
la consulta a las comunidades y Gobiernos Municipales era imprescindible para llegar a un
acuerdo.
Para enero de 1995 ya se pudo contar con una revisión de este listado. Se encontraron 3
nuevos municipios, cuyos antecedentes no figuraban en la primera aproximación y se
corrigieron algunos errores adicionales para llegar al número de 308 municipios con vigencia
durante este año.
Sin embargo, a fines del mismo y con motivo de la preparación para las elecciones
municipales, se volvió a hacer una revisión cuidadosa y dictarse una nueva ley para admitir
como nuevas secciones a las 7 capitales de departamento, diferenciadas de sus capitales de
primera sección, delimitar jurisdicciones territoriales para los 3 puertos y admitir como
secciones a 3 municipios del Beni que aunque contaban tradicionalmente con Gobiernos
Municipales, no se pudo encontrar documentos legales de su creación. De este modo se
terminó el año 1995 con 311 municipios en el país, y conscientes de que todavía falta
solucionar muchos conflictos de límites seccionales y mucho más en relación a los cantones.
Sin embargo, éste no es el único caso para realizar una distritación. Este proceso también
se utiliza para organizar los espacios administrativos de un municipio definiendo territorios
menores y manejables para la administración de los servicios municipales y especialmente en
relación a la educación y salud. Estos espacios pueden coincidir con los cantones de un
municipio, y si éstos no se adaptan a las necesidades, pueden agregarse o dividirse cantones
en nuevos distritos administrativo funcionales para hacer más eficiente la administración
municipal.
a.
trí Í 0 R .D, R ;a
Q3
CD in u N. I, _VE__1.1. m — r
1 A ELE /-/.7
arrlí-no Ta R N s _ Ckaco — 131).1u-IBE
_214 2div-
¿A Ele
ustrie200
Aceda
trd 1 de-1
-no Y+clor;d
n
cf.. J
Z_
Lt e á Ja le° '
nw „Te
IT IrOd,)
ce
-Reo
tiias"cs„<„
.1Zz
Ju./ O
c,41,-1,1,1esc,
EL-Pe/38ra s epa r o
.5 5 ec
-...._,----..../.,-_
L v /1 D o
L
Se utiliza también este instrumento para solucionar irregularidades de la división política
que no permiten una organización racional del territorio y una confluencia de todos los actores
en el proceso de planificación participativa, la ejecución de los planes y el control social de
los mismos. El proceso de distritación se realiza para crear o conciliar los espacios
administrativo funcionales sobre los cuales opera el municipio y los diferentes sectores y
sobre los cuales debe interactuar con la organización social existente.
donde existen cantones sin antecedentes legales y que, con suficiente población,
posibilidades e historia, han adquirido un carácter unitario propio;
donde las disposiciones legales en la creación de unidades políticas son poco claras o
incongruentes;
Para realizar estas tareas se ha creado un Grupo Nacional de Trabajo entre las
instituciones que tienen que ver con el manejo del territorio —como la Secretaría Nacional de
Participación Popular, la Subsecretaría de Ordenamiento Territorial, el Instituto Nacional de
Estadísticas, el Instituto Geográfico Militar y las secretarías de Educación y Salud— para
120
DISTRITACION DE LA PRIMERA SECCION
DE LA PROVINCIA INGAVI
GRÁFICO 6
3.
STO. DOMItiGO
DE MACHACA •
1
Ejemplos
CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS
GRÁFICO 7
DISTRITO IV ESIACION
de la BIC6FERA
DISTRITO VIII
3
Brechas
(/‘
I
' YUCUNO
DISTRITO VII ,
\....... .N,
1 \\
D.
PILCN LAJAS
carel • referencia
limitrofe
DISTRITO III
CHIMANES
— — — Limite D'atrita'
Distritos Urbanos de
111111 San Borja
123
El fortalecimiento municipal
para la Participación Popular
Rubén Ardaya Salinas
Lo más importante de esta fase de elaboración y diseño fue la gran libertad de trabajo que
gozamos, producto de la confianza del Director de la Unidad de Participación Popular (UPP).
Este recuento histórico lo he tomado de mi libro de notas, que por supuesto es incompleto
porque no pude asistir a todos los eventos importantes por razones diversas. Este pretende ser
un aporte a la historia que un día deberá ser escrita sobre el proceso de Participación Popular.
Alguien deberá reunir los documentos y a los actores y tratar de escribir la historia oficial.
La UPP como oficina se montó sobre lo que era el proyecto EMSO heredado de la gestión
anterior, del Gobierno del Acuerdo Patriótico. Sólo algunos de los trabajos y de las famosas
"consultorías" tuvieron utilidad para el tipo de trabajo que iniciábamos con un pequeño grupo
de profesionales jóvenes encabezado por Carlos Hugo Molina.
Dos años después se puede afirmar con absoluta claridad que sin los cuatrocientos mil
dólares del EMSO, sin la libertad de trabajo que nos dio el "negro" Romero y sin el "azar" que
unió al equipo dirigido por Carlos Hugo, la Ley de Participación Popular y la
conducción-ejecución de la misma hubieran tenido otro rumbo.
¡No sabíamos por dónde empezar! En materia social, los antecedentes que teníamos eran
los de la Reforma Agraria y los del Instituto Indigenista. ¿Cómo fortalecemos a los actores
sociales?, ¿cómo nos vinculamos con las políticas sociales?
El equipo comenzó a dividir las funciones y tareas a realizar. Unos a buscar y estudiar
metodologías de trabajo con los sujetos sociales, otros a diseñar mecanismos e instrumentos
de capacitación a sujetos sociales y a funcionarios/autoridades municipales. Estudiar formas
de asignación de recursos a los Gobiernos Municipales. Cómo coordinar con los organismos e
instituciones sectoriales. Otros a estudiar los mapas de Bolivia, a hacer un mapeo territorial.
Otro grupo a hacer análisis y evaluación de la legislación existente, otros a formular un
sistema de comunicación popular. ¡Y sólo éramos dieciocho!
¿Qué hacemos con la cuestión de género, de clase, de región?, ¿cuál será el puente entre
las OS y la "Alcaldía"?, ¿cuál será el mecanismo de consulta?, ¿priorizamos áreas
geográficas?, ¿cómo interrelacionamos a los sectores?, ¿cómo fomentamos el área
productiva?, ¿cómo hacemos conocer a sus jurisdicciones a las autoridades municipales?,
¿cómo obtenemos información?, ¿cómo hacemos un sistema de corresponsabilidad entre
sociedad civil y órgano público?
El personal del EMSO que quedó con nosotros mantenía cierto tipo de relación con
algunas instituciones, básicamente con el Instituto Nacional de Estadística. Eso se lo rescató.
No se despidió a nadie por cuestiones político-partidarias.
La pregunta que nunca tenía respuesta era: ¿hay que formar los recursos humanos de las
administraciones municipales?, ¿cómo?, ¿en qué? ¿Cómo eliminamos el prebendalismo y la
injerencia política?, ¿podemos encaminar a las CORDES? Las administraciones municipales
127
ejecutan obras, la comunidad las solicita y ¿qué hace la CORDE?, ¿se puede o no avanzar sin
legislación?, ¿cómo simplificamos los trámites en la administración municipal? ¡No debemos
perder de vista la integralidad!, nos repetíamos siempre.
Todas estas preguntas comenzaban a tener respuestas en los borradores. La UPP elaboró
37 borradores de anteproyectos de la Ley de Participación Popular. Hasta pasados los 25
borradores, se había pensado en un Decreto Supremo de Participación Popular. Luego, el
Presidente de la República decidió que sería proyecto de ley. El borrador número siete se
filtró y fue entregado a los enemigos acérrimos del proyecto: el presidente del Comité Cívico
de Santa Cruz de la Sierra, quien "con la prueba" en la mano empezó a denigrar a la
Participación Popular: no habían pasado más que algunos días, pero el equipo ya estaba
trabajando el décimo borrador; de allí se extremaron las medidas de seguridad y nunca más
hubo "robos" de los borradores.
Para nosotros no era una novedad saber que lo municipal estaba en crisis de todo tipo:
crisis de legitimidad, poca capacidad de gestión y planificación de los servicios, escasos
128
recursos propios vía tributación, no existencia de carrera administrativa, etc. Teníamos que
elaborar nuevos instrumentos y metodologías para la realidad institucional municipal y
proyectarla hacia el proyecto de administración y gestión municipal que queríamos, cual
debería ser el enfoque territorial del trabajo.
Ante tanto trabajo se decidió crear ocho comisiones para profundizar el estudio y la
elaboración de propuestas.
La lógica de trabajo fue siempre pensar en la prueba piloto. Todo lo queríamos hacer en
lugares y temas pilotos. El Presidente de la República nos hizo comprender que las pruebas
pilotos debíamos hacerlas en todo el país, es decir, que las acciones no debían privilegiar
zonas geográficas.
En la reunión del 27 de octubre de la Comisión Nacional se decidió ya discutir el borrador
con el Presidente de la República, porque los "tiempos políticos no esperan tiempos técnicos".
En esa ocasión Fernando Romero fue reconocido como "conductor" de la Comisión Nacional
y Carlos Hugo Molina de la Comisión Técnica, y ya se plantearon modificaciones a las
funciones del Ministerio de Desarrollo Humano.
¿Tocamos o no lo del gobierno departamental?, ¿eso nos hará pelear más con los comités
cívicos?, ¿queremos o no hacerlo?, ¿definimos el concepto de Participación Popular o no? Se
discutió el tema del Prefecto, y también el de los Consejos Provinciales de Desarrollo.
Ese mismo día se volvió a reunir el Grupo de Trabajo para el Fortalecimiento Municipal.
131
mejor? ¿Cómo corregir la inequidad? ¿Cómo incorporamos la demanda social de los sectores
populares? ¡Hay necesidad de estimular la organización social para organizar la demanda!
¿Qué será de la Unidad de Participación Popular? Debe estar con la Secretaría Nacional de
Desarrollo Rural y con Asuntos Urbanos. ¡Hay que replantear la organización dentro del
Ministerio de Desarrollo Humano! Hay que hacer de la UPP como UDAPE o darle mayor
jerarquía. La UPP se la pensó como una Secretaría, pero que abarca a todas las instancias
públicas. ¡Debemos corregir desequilibrios regionales! La sección de provincia será
transformada en Municipio. ¿Cómo recomponemos los ingresos nacionales, departamentales
y municipales? ¿Qué hacemos con el IVA y el IT? ¿Introducimos el Impuesto Especial a los
Hidrocarburos? ¿Cómo incorporamos la OTB al Gobierno Municipal? ¡Nace la idea del
Comité de Vigilancia! ¿Cómo unimos lo urbano y lo rural en la sección municipal? ¿Cómo
hacemos para combinar la lógica municipal con la lógica campesina, la lógica de los servicios
con la de producción?
Resulta inútil describir que después de cada reunión había que correr a investigar, a
sistematizar información existente y a realizar consultas y trabajo de equipo.
B. EL FORTALECIMIENTO MUNICIPAL
1. La realidad institucional
Habían muchos actores institucionales sin nunguna coordinación, cada uno haciendo
cosas distintas y similares y no comunicándose entre ellos. El Proyecto de Apoyo a la
132
Descentralización (PROADE) trabajaba en fortalecimiento institucional con CORDES y
difusión de la idea de la descentralización, el Fondo Nacional de Desarrollo Regional también
realizaba tareas de fortalecimiento, el propio EMSO había hecho algo de capacitación, más un
proyecto llamado PFFM del Banco Mundial.
La otra constatación fue que evidentemente las instituciones hacían "lo que podían"
porque no había un Gobierno que sepa lo que quiere, no se tenían ideas ni políticas
gubernamentales específicas con respecto a lo municipal. A partir de allí había que invitarlas a
"adecuarse" a la nueva situación.
Se hizo una especie de inventario de las instituciones y se evaluó sus productos en materia
de oferta de capacitación a las CORDES. Con municipios se había trabajado muy poco, salvo
algunos diagnósticos burocráticos, nada más.
Las instituciones habían brindado apoyo y colaboración a casi todos los Ministerios, pero
sobre todo al de Planeamiento y Coordinación.
En realidad, nuestra política partió del conocimiento y la constatación de lo que eran las
instituciones, trabajando durante años en Bolivia sin ningún o muy pocos resultados. Era una
tragedia cuánto dinero se gastaba en estudios, consultorías, diagnósticos y luego se los
archivaba en los estantes.
Tuvimos que dedicar mucho tiempo a conocer lo que hacían las instituciones de
cooperación al país. Gracias a ello resolvimos actuar con firmeza frente a las ofertas que
tenían concepciones sectoriales. Al inicio estas instituciones y la propia cooperación tuvieron
recelos por lo que hacíamos. Una vez que demostramos nuestro acierto, poco a poco se fueron
plegando a las políticas en materia de Participación Popular de la Secretaría.
Por primera vez en la historia, el Gobierno competía con las instituciones y demostraba
que tenía una lectura correcta de la realidad, que tenía voluntad para cambiar esa realidad y
contaba con recursos técnicos/tecnológicos para hacerlo. El Gobierno, a través de la Secretaría
de Participación Popular, desafiaba a las instituciones con decenas de años de trabajo en el
campo a ser más eficentes y a mostrar resultados. Ahora podemos decir que las instituciones
fueron tocadas en su orgullo y que respondieron al reto nacional de la Participación Popular.
Una enseñanza que nos deja este proceso es que es mejor hacer la norma y ejecutarla y no
contratar extraños para que elaboren una Ley y la ejecuten otros. Allí se pierde la riqueza, la
integralidad, la filosofía y la propia mística de la implementación de una proceso de reforma
importante.
Este entusiasmo, esta convicción, acto de fe o "sentido de misión" —como nos definió un
consultor venido de la Universidad de Tel Aviv, Israel— fue el combustible que nos hizo
mover y que supimos transmitir a las Unidades de Fortalecimiento Municipal —cariñosamente
llamadas UFIs— en todo momento. Asumimos que el proyecto era nuestro, veíamos sus
resultados y nos sentíamos parte de este proceso, nos sentíamos corresponsables del cambio al
que contribuíamos de manera directa y concreta. Esa fue nuestra satisfacción y nuestra
recompensa. No hubo otra.
Esta concepción integral del fortalecimiento municipal era nueva, porque no sólo
teníamos conciencia de que había que potenciar el área financiera o administrativa de la
administración municipal, ni tampoco deberíamos sólo cualificar los servicios básicos que
prestan los Gobiernos Municipales, sino que debíamos, en cumplimiento de la Ley Orgánica
de Municipalidades y de la propia Ley de Participación Popular, hacer de la administración
municipal un órgano que promueva el desarrollo. En el municipio debía darse el matrimonio
entre desarrollo social y desarrollo económico.
Queríamos Gobiernos Municipales con autoridad, capacidad y personalidad. Con
funcionarios y autoridades municipales identificados, motivados y con visión del mediano y
largo plazo del desarrollo municipal. Gobiernos Municipales con funcionarios creativos,
planificadores y buenos ejecutores; con trabajo de equipo y con mentalidad de servidores
públicos. Con mentalidad gerencial y administración participativa. Con gestión transparente y
eficaz, prestando más y mejores servicios a la población. En síntesis, que sean Gobiernos
Municipales de la Participación Popular.
3.2. La estrategia
Nuestra estrategia estaba basada en dos pilares: operadores regionales eficientes y unidad
de mando sólida. Es decir: centralismo y descentralización a la vez.
Fueron once días de capacitación en los que los operadores aprendieron a marchas
forzadas los contenidos, las metodologías, la forma de hacer las cosas. Aprendieron la mística
y la voluntad política de llevar adelante este proceso y, sobre todo, se dieron cuenta que el
éxito de la implementación dependía en gran medida de ellos.
135
Por supuesto que no fue fácil al inicio. En general, los funcionarios estaban
acostumbrados a la vida tranquila de burócratas. No conocían para nada su territorio
departamental, no conocían a los sujetos sociales ni institucionales del proceso. No habían
recibido la capacitación óptima en materia de pedagogía. Había que inventarlo todo. En
algunas CORDES no existían medios materiales para llegar al territorio, es decir, vehículos y
presupuesto adecuado para realizar las tareas encomendadas.
Una semana después de la realización del evento, las UFIs ya estaban preparadas para
"adentrarse" a los municipios, al territorio, a realizar su trabajo.
UFIs preparadas y con mística, Gerentes con recursos y voluntad política, buena
coordinación en el Poder Ejecutivo y excelentes relaciones con los Gobiernos Municipales,
fueron la clave para ejecutar un proyecto de Participación Popular exitoso.
Los Gerentes y Directores de las UFIs comprendieron desde el inicio que se trataba de
implementar un proyecto político. Que políticamente era importante para el Gobierno
nacional el éxito del Programa Nacional de Fortalecimiento Municipal. Nueve fueron los
Gerentes que iniciaron esta cruzada nacional de capacitación y asistencia técnica municipal:
Nicolás Quenta, Filemón Iriarte, Erwin "negro" Franco, Jorge Melgar, Ascanio Nava,
Gonzalo Barrientos, Mario Oña, Línder Gómez y Joselino Beltrán.
Una vez vencido este obstáculo, los Gerentes realizaron una especie de distritación de sus
territorios para crear Brigadas de Fortalecimiento multidisciplinarias para trabajar en/con un
136
grupo de municipios. Sólo en una Corporación de Desarrollo se creó una Brigada por
municipio. La Dirección Nacional de Fortalecimiento Municipal no intervino en las
decisiones de las UFIs, hubo absoluta autonomía para que cada una se organice a su manera
para realizar el fortalecimiento municipal.
De pronto, las UFIs se convirtieron en las Gerencias mejor organizadas y más eficaces de
las CORDES, aspecto que originó ciertos celos institucionales entre Gerencias. Los técnicos se
convirtieron en el apoyo técnico más eficiente de los alcaldes y concejales, conocieron toda la
jurisdicción donde operaban, ayudaban a los funcionarios municipales a realizar sus tareas y
obligaciones en el puesto de trabajo, realizaban seminarios de capacitación
teórico-conceptual, recogían infomación del municipio para enviarla a la capital
departamental y a la sede de Gobierno. Ayudaban a hacer proyectos de desarrollo, a poner al
día la contabilidad, a elaborar los progamas de desarrollo, a comunicarse con la ciudadanía,
etc.
Los operadores regionales realizaron la campaña de capacitación más grande que tuvo
Bolivia en toda su historia; llegaron a los 305 municipios y cooperaron en la elaboración de
igual cantidad de Planes Anuales Operativos, elemento sustancial de la credibilidad del
proceso porque allí estaba la utilización de los recursos de coparticipación tributartia y la
inversión en el municipio.
5. El contenido
Como ya se expresó líneas arriba, se inició la capacitación a los operadores y los sujetos
institucionales con lo más urgente para la implementación de la Ley de Participación Popular:
la propia Ley, la elaboración del Plan Anual Operativo (PAO), la elaboración del Presupuesto
(SP) y la Organización Administrativa (SOA). Había necesidad de que se presupueste y
ejecuten los recursos en el municipio.
No se olvidó el tema de administración municipal. Para ello se tuvo que desarrollar los
sistemas ausentes enunciados en la Ley SAFCO. Se desarrollaron los sistemas de
Administración de Bienes y Servicios, de Organización Administrativa, de Administración de
Personal y de Programación de Operaciones. Por último, se capacitó en legislación municipal
para que los operadores, sin necesidad de ser abogados, pudiesen asistir a las autoridades y
funcionarios municipales en materia legal.
Es evidente que todo lo que se hizo desde la DFM no hubiese sido posible realizarlo con
cuatro técnicos que formábamos parte de esa Dirección. Desde el inicio nos dimos cuenta de
nuestras limitaciones en materia de personal y recursos financieros.
Por otro lado, las UFIs no dependían administrativamente de la DFM por lo que toda la
programación y ejecución debía realizarse por consenso, por convencimiento y
enamoramiento, más que por "instrucción".
Nuestra fuerza y rapidez dependía de que todos los actores institucionales mencionados
pensemos y actuemos como municipalistas. Aspecto nada fácil para personal acostumbrado a
pensar y actuar como centralistas. No fue fácil hacer sentar en una misma mesa a sectores
diferentes. Cada uno con su visión sectorial (y a veces sectaria), con sus prácticas
independientes y verticalistas, con celos institucionales, con roces personales, sobre todo los
que pertenecían al mismo Ministerio.
El PNFM tuvo la virtud de hacer terrenal el texto de la Ley de Ministerios y las sucesivas
reformas a la misma. La voluntad política y el sentido integral del Programa hizo cambiar de
mentalidad a la burocracia central.
El PNFM inició sus acciones antes de que entre en vigor la propia Ley de Participación
Popular en julio de 1994. Ya en abril y mayo habíamos capacitado a 117 técnicos para que
trabajen con los Gobiernos Municipales. Los meses de mayo y junio fueron de preparación y
139
primeros aprendizajes. En julio se inició la capacitación de los operadores a los sujetos
institucionales. En octubre de 1994 se produjo el "milagro" esperado: recibimos 281 Planes
Anuales Operativos con más de cinco mil proyectos de desarrollo social y económico
elaborados.
Lo llamamos milagro porque hasta julio del mismo año sólo 26 Gobiernos Municipales
tenían cierta capacidad de gestión. Ahora 281 presentaban sus PAOs y Presupuestos
debidamente aprobados por los Concejos y Juntas Municipales.
En 1995 la planificación llegó hasta 301 PAOs con sus respectivos Presupuestos
Municipales.
La composición de los PAOs ejecutados en 1994 y programados para 1995 fue como
sigue:
140
Lo destacable del proceso de inversión municipal es que en 1994 la relación de la
localización de los proyectos era del 51% en el área rural y 49% en el área urbana. Esta
relación cambió significativamente en 1995: 81,5% a nivel rural y 18,5% a nivel urbano. Que
no se sorprenda en cuanto a los resultados reales del proceso de implementación en el área
rural y su consiguiente expresión político-electoral.
Dos son los resultados concretos que podemos expresar. Por un lado, la responsabilidad y
concresión en materia de desarrollo social y económica a través de los Gobiernos
Municipales; y, por otro, la gran responsabilidad del cambio en la estructura de la inversión
pública: en 1993 la inversión pública municipal representaba el 2% de la inversión pública
nacional; en 1995 ascendió al 30%.
Por donde se lo vea, la Participación Popular fue un acierto grande del actual Gobierno
nacional, sobre todo en materia de democratización de la inversión social, lo que significa que
los beneficios sociales lleguen al territorio y a mayor cantidad de población. Este resultado
tendrá impacto a mediano plazo en el desarrollo humano de Bolivia. Igualmente, el
fortalecimiento de los Gobiernos Municipales a través del PNFM tuvo gran impacto en el
desarrollo institucional de la administración pública municipal.
Los resultados mencionados se los debemos, en última instancia, a los técnicos de las
UFIs. Ellos no sólo se tuvieron que someter a un fuerte proceso de capacitación por parte de la
DFM/SNPP y ausentarse durante semanas de sus hogares a los centros de capacitación, lo cual
hicieron con gran responsabilidad y compromiso, sino también debían ausentarse para
compartir conocimientos con las autoridades y funcionarios municipales e incluso con los
dirigentes de las Organizaciones Territoriales de Base en los municipios.
Si bien es cierto que se convirtieron en una elite bien formada con respecto a los
funcionarios de las CORDES, es igual de evidente que son personal capacitado a nivel
departamental y nacional, con posibilidades de encontrar empleo en muchas más instituciones
que antes de ingresar a la Corporación.
De hecho, desde el mes de agosto de 1995 las UFIs no recibieron capacitación y sólo
hicieron asistencia técnica municipal en contabilidad, planificación y en ejecución de
proyectos de inversión. También realizaron capacitación de candidatos a concejales, sean
éstos del oficialismo o de la oposición.
Por último, diciembre de 1995 se convirtió en el mes de la incertidumbre para los técnicos
en fortalecimiento de las UFIs debido a que las prefecturas se hacían cargo de la capacitación
municipal.
Los técnicos municipales de las CORDES fueron los que materializaron la recuperación de
la credibilidad ciudadana en sus instituciones, sean éstas regionales o nacionales. Fueron los
que garantizaron que la Participación Popular sea un proceso de transición hacia nuevas
formas de relacionamiento entre Estado y sociedad civil; los que facilitaron la nueva
redistribución del poder y de la economía en Bolivia. Los funcionarios de las UFIs crearon un
ambiente/escenario para recibir el cambio y las transformaciones políticas del actual Gobierno
nacional.
La liquidación
El Gobierno nacional asignó gran cantidad de recursos para capacitar al personal de las
UFIs y de los Gobiernos Municipales. Los resultados los hemos visto. Es cierto que la
capacitación y la formación es algo que cuando se lo adquiere no se pierde jamás, nadie puede
quitarnos nuestra formación, por ello los excapacitadores de las UFIs ahora están trabajando
como funcionarios de los Gobiernos Municipales. Quienes ganaron en el proceso de
aplicación de la LDA fueron las administraciones municipales porque ahora pueden contar con
personal capacitado y así mejorar sus actividades administrativas y operativas.
Pero, por otra parte, tanto el Gobierno nacional como la Prefectura han perdido capacidad
operativa al liquidar las UFIs. El Gobierno aún no había logrado la capacitación necesaria en
los municipios para dedicarse exclusivamente a las funciones normativas. Las UFIs de las
Corporaciones se encontraban en el proceso de consolidación de la capacitación y asistencia
técnica al momento de su liquidación.
143
Cotidianeidad e interacción:
El proceso social de la Participación Popular
Iván Arias Durán
A. RAZÓN Y PRETEXTO
Bolivia se halla inmersa en una de las transformaciones sociales más importantes desde la
fundación de la República. En el presente libro el lector tiene la posibilidad de encontrar las
explicaciones más profundas de los motivos que llevaron a la promulgación de la Ley de
Participación Popular (LPP), como también de sus implicaciones en la vida futura.
Las próximas líneas recogen los sabores, dulces y amargos, de esta revolución silenciosa
que obliga a los sujetos sociales y políticos a modificar discursos y acciones, las más de las
veces en favor de la Ley, pero también en contra.
A este mismo funcionario le tocó visitar a los indígenas mosetenes para agilizarles la
otorgación de su personalidad jurídica en el marco de la Ley. Uno de los requisitos para
acceder a este reconocimiento estatal es la presentación del libro de actas de la comunidad.
Los mosetenes manifestaron no contar con el libro. Entonces, el funcionario les explicó la
importancia del libro de actas: en él se escriben el desarrollo y acuerdos de reuniones y
asambleas comunales, y con el pasar de los años ese libro se constituye en la historia de la
comunidad.
"¡Ese es nuestro libro de actas! —exclamó el mosetén mostrando el árbol—. Ahí está escrita
nuestra historia, cada símbolo significa un hecho y un dato". El funcionario quedó
sorprendido. Y haciendo caso a lo que dice la Ley, que respeta los usos y costumbres, aceptó
el "Arbol de actas" como documento para otorgar la personalidad jurídica.
Sería muy difícil condensar y agotar todos los aspectos que hacen a la Participación
Popular en un solo documento. Es por eso que, con el objetivo de organizar la lectura,
haremos referencia a dos temas. El primero, que tiene que ver con las dificultades y
potencialidades que han posibilitado la otorgación de personerías jurídicas a los sujetos de la
Participación Popular, que son las comunidades campesinas, pueblos indígenas y juntas
vecinales. El segundo, referido a problemas y potencialidades en la conformación y
funcionamiento de los Comités de Vigilancia.
Mediante datos empíricos veremos cómo estos tres actores: Sociedad civil, Gobierno
Municipal y Gobierno nacional interactúan en el municipio. Todo este accionar nos ayudará a
comprender cómo, en el día a día, se están tejiendo nuevas identidades, nuevas relaciones y
cómo emergen nuevos espacios y actores de poder.
En algunas ciudades los partidos políticos que detentan el poder municipal han
procedido a desconocer a los dirigentes vecinales vigentes con el objetivo de
propiciar la elección de nuevos dirigentes adeptos o favorables a las autoridades
municipales en actual ejercicio. Lo que se pretende con esta medida, a posteriori, es
que los miembros del Comité de Vigilancia, elegidos por los dirigentes de las juntas
vecinales, no sean hostiles al Alcalde.
En todo caso, en la mayoría del país las juntas vecinales no han permitido que se las
manipule y, como ocurrió en la amazónica población de Guayaramerín, hicieron
respetar sus usos y costumbres. "Acá nos quisieron (los del Concejo Municipal)
dividir y fraccionar a las juntas vecinales existentes desde hace muchos años.
1 Para este documento utilizamos el término comunidades urbanas y comunidades rurales para referirnos a toda la variedad de
organizaciones que la LPP reconoce como sujetos.
2 Capítulo II: De los Sujetos de la Participación Popular: comunidades campesinas, pueblos indígenas y juntas vecinales. Se reconoce
como representantes a sus autoridades según sus usos, costumbres y disposiciones estatuarias. Art.3: OTBs y representación; Art.4:
Personalidad Jurídica; Art. 5: Registro de Personalidad Jurídica. Este artículo señala que las OTBs para obtener su personalidad
jurídica deben presentar los siguientes documentos: libro de actas, actas de asamblea, acta de posesión que designe a sus representantes
o autoridades, y/o estatutos y reglamentos respectivos; Art.6: Unidad de Representación; Art.7: Derechos de las OTBs; Art.8:
Deberes de las OTBs; Art.9: Asociación Comunitaria. Ley de Participacion Popular, LPP 1551. Abril de 1994.
147
Nosotros les hemos discutido con la Ley en la mano y al final hasta hemos tenido
que grabar las propagandas del canal estatal donde explicaban que la LPP respeta los
usos y costumbres de las juntas vecinales...; fue una pelea dura, pero nos hicimos
respetar"3.
En las zonas de predominancia urbana, poco a poco se van perdiendo los lazos de
solidaridad, expresada en los trabajos comunales. Y es que en las ciudades, las
formas de presión para obtener la prestación de servicios por parte del Gobierno
Municipal son distintas; se utilizan otros medios e instrumentos, destacándose el
compadrazgo, los lazos familiares o comerciales que reemplazan a la presión social
organizada barrial.
Como decía un vecino: "en las ciudades grandes han desaparecido las guitarreadas,
esos cálidos momentos en los que en torno a una vieja guitarra nos juntábamos los
amigos y cantábamos y tarareábamos; hoy mandan los karaokes, esos espacios
oscuros, fríos e impersonales, donde sólo escuchamos voces y no vemos caras".
En las zonas donde existe tradición de sindicato obrero (especialmente en los centros
mineros), el proceso de implementación de la LPP choca con la resistencia de la
organización funcional corporativa.
148
Esta precariedad organizativa se expresa en la inexistencia de reuniones comunales
periódicas, libro de actas comunal, estatutos y reglamentos, y hasta inexistencia de
directivas comunales. Estas carencias se reflejan en los débiles lazos de solidaridad
grupal y comunal, esto es, conciencia colectiva débil.
Este conflicto interno es una de las razones que explica el poco involucramiento de
los comunarios en el ámbito municipal. El diseñar y tejer el nuevo universo de
relaciones endo y exo comunales tomará su tiempo en la región andina del país.
"No basta con tomar las alcaldías, hay que saber gobernarlas. No vaya a ser que al
mes de posesionados la gente nos expulse o pida la renuncia de los concejales o
alcaldes indios. Aquí tenemos un montón de ONGs, hoy ya tienen un nuevo desafío:
capacitamos en la gestión municipal futura"5.
"Para sacar personalidad jurídica —me decía un dirigente Chimán— cada comunidad
debe presentar el croquis, el espacio que ocupa su comunidad. En nuestro caso eso
no podemos hacer y si lo hacemos estaríamos sentando las bases para que nuestro
4 Expresiones de Guido Chumiray, Presidente de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), Santa Cruz. Mayo de 1995.
5 idem.
6 En Bolivia, aparte de los aymaras y quechuas que son los grupos étnicos mayoritarios y dispersos en casi toda la geografía nacional,
existen 37 grupos indígenas asentados en los siguientes ecosistemas:
Oriente:
Ayoreo (3.000), Chiquitano (40.000), Pauserna (30), Guarayo (12.000), Yuqui (151)
Chaco:
Guaraní (50.000), Mataco (4.800), Tapiete (780), Simba (400)
Amazonia norte:
Araona (93), Cavineño (3.108), Chacobo (855), Esse Ejja (1.875), Nahua (sd), Pacahuara (14), Toromonas (sd), Yaminahua (630),
Mosetenes (sd)
Amazonia sur:
Baure (4.957), Canichana (1.018), Cayubaba (180), Chimán (6.000), Itonáma (4.724), Moré (860), Movima (2.038), Moxeño (40.000),
Sirionó (880), Tacana (6.643), Yuracaré (5.000)
Todos los grupos indígenas, población expresada entre paréntesis, concentran 190.037 habitantes, aunque en algunos casos no se
dispone de datos (sd). Rojas, Albó, Ticona; 1995.
territorio se parcele y con el tiempo desaparezca". El mismo dirigente me informaba
que, por eso, el Gobierno Municipal no les quería extender la solicitud de personería
jurídica mientras no entreguen bien definidos los límites de las comunidades
existentes en el Territorio Indígena Multiétnico (TIM).
Ahora bien, según la LPP y sus reglamentos, se sabe que una Subcentral para ser
reconocida como tal, tiene que tener previamente registradas todas las comunidades
que la integran: "Se reconocerán a las Asociaciones Comunitarias integradas por las
Organizaciones Territoriales de Base con personería jurídica reconocida..."7.
En este caso, como en el de los ayllus del Norte Potosí en los andes bolivianos, se
debería entregar personalidades jurídicas a las comunidades que integran el
Territorio Indígena sin que se les exija el croquis. En otros casos, se debería entregar
directamente la personalidad jurídica a nivel de Subcentral.
9. Lo anterior lleva a otro problema. Resulta que muchos gobiernos municipales y/o
subprefectos se han empeñado en entregar a pueblos indígenas la personalidad
jurídica como comunidad campesina 8 . Según la explicación de estas autoridades,
"no se les puede entregar personalidad jurídica como pueblo indígena a ésos porque
hablan castellano igual que nosotros y si algún día fueron indígenas ahora ya no lo
son". Esto, y la razón de fondo, se debe a que el hecho de entregar personalidad
jurídica como pueblos indígenas refuerza la demanda de delimitación de Territorios
Indígenas que vienen enarbolando las organizaciones indígenas desde el año 1990.
Por su parte, los pobladores rurales de las tierras bajas, debido a la revalorización
social que se ha dado en los últimos años, sobre lo indígena, todos ellos, sean o no, se
llaman a sí mismos indígenas. "Nosotros somos indígenas y nadie de afuera va a
venir a decirnos lo que somos", me decía un indígena Moré. "Quieren que seamos
campesinos para que sólo hablemos de tierra y nos olvidemos del tema territorio.
Claro, lo que quieren es que no se toque a los grandes ganaderos y madereros que
tienen no diez ni cien hectáreas de tierra, sino miles y miles...; muchas de esas
hectáreas están en territorios indígenas"9.
7 Decreto Supremo N2 23858: Reglamentos de las OTBs, Artículo 12: asociaciones de OTBs.
8 Al respecto ver el Decreto Supremo N' 23858 de 1994 que reglamenta la LPP. En el artículo 1' de dicho Decreto Supremo, se explica
las definiciones de Pueblo Indígena, Comunidad Campesina y Junta Vecinal.
9 Explicación de José Gabriel Guaseve, Presidente de la Central de Pueblos Indígenas del Beni (CEPIB).
151
Por su parte, por ejemplo, el Alcalde de San Ramón, municipio fronterizo con Brasil,
me decía: "Mire, si vamos a aceptar a los campesinos que viven por aquí como
pueblos indígenas, yo le puedo asegurar que se nos viene un tremendo problema que
yo no sé quién lo para..., porque eso sí que nos va a generar tremendo conflicto con
los ganaderos...".
Sobre el mismo tema, un alto funcionario del Beni, departamento donde con mayor
fuerza se plantea la temática territorial-indígena, decía: "Yo no sé para qué seguimos
con el tema del territorio. Para mí desde que se aprobó la Ley, todos somos iguales,
ya se acabó la discriminación que antes había. Con la Participación Popular todos
recibimos por igual. Hoy todos somos iguales. Eso de seguir con la demanda de
territorios lo único que hace es dividirnos más y más".
El impacto social en la base rural es grande y se siente mucho más que en las
ciudades. Es el caso de Arque, población del valle cochabambino. Una investigación
realizada por una ONG que trabaja en la zona, explica que en cien años que tiene de
existencia la población de Arque, el Estado boliviano apenas invirtió 100 mil dólares.
Y de ese monto sólo el 0,5% favoreció al área rural. "Este año, con la Participación
Popular, en Arque, se van a invertir 500 mil dólares y el 70% de esos recursos en el
área rural" 10. Lo que no se hizo en cien años, se hará cinco veces más en un solo año.
Debido a que la utilización del término OTB 11 generó problemas con las
organizaciones campesino-indígenas de nivel nacional (CSUTCB, CEPIB, CIDOB), en
mayo de 1995 se firmó un convenio entre ellas y el Gobierno nacional, para retirar de
los reglamentos de la Ley el término OTB y referirse a los sujetos de la Participación
Popular por su nombre; es decir: junta vecinal, comunidad campesina, pueblo
indígena.
Mediante este Convenio se intentó desbloquear un aparente problema por el cual las
organizaciones campesinas alegaban que la LPP creaba nuevas organizaciones
campesinas, desconociendo las existentes. El convenio demostró que aquel
argumento no era cierto y que las organizaciones nacionales lo utilizaban sólo como
medio para evitar la implementación de la LPP en el área rural.
12. Si bien en la parte occidental del país se tuvo problemas con el término OTB
(Organización Territorial de Base), que engloba a todas la formas de organización
existentes en el país, en el Oriente este término no ha generado problemas. "Para
10 Explicación del Licenciado Jorge Lozano, investigador del Programa de Salud y Nutrición Alimentaria (PROSANA). Mayo de 1995.
11 Al respecto, la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) instruyó que ninguna comunidad
campesina solicite su personalidad jurídica hasta que se borre el nombre de OTB de la Ley. Según la dirigencia de la CSUTCB, el
Gobierno buscaba crear nuevas organizaciones para manipularlas. Sin embargo, con el pasar del tiempo se pudo comprobar que no era
esa la intención y se llegó a firmar un acuerdo.
152
nosotros la cosa está clara como el agua. No es que hay que crear otra organización
como parecía al principio, sino que somos las mismas comunidades campesinas. Por
eso somos, por ejemplo, la `OTB comunidad Chaco Lejos'. Lo de OTB está bien no
más, además si así dice la Ley, así tiene que ser y hay que respetar"12.
En cambio, la actitud de las bases era, y es, diferente. A pesar de la oposición de sus
dirigentes cupulares, en las comunidades había otra actitud. "Lo que hay que hacer es
aprovechar esto...; ya estamos viendo que como nunca se están haciendo obras en el
campo. No podemos ser ciegos, parece no más bien esta Ley de Participación
Popular, por eso para que no se distorsione tenemos que meternos"13.
12 Expresión de Damián Brito, Secretario Ejecutivo de la Central Unica de Campesinos de Guayaramerín, Beni. Agosto de 1955.
13 Expresión de Víctor Méndez, dirigente de la comunidad El Palmar, Chuquisaca. Enero de 1995.
15. Dirigentes vecinales y campesinos con poca voluntad para explicar los alcances de la
LPP. Esta falta de voluntad tiene variados orígenes:
Los Comités de Vigilancia (CV) son el ente articulador entre la sociedad civil y el
Gobierno Municipal 15 para lo que se determina formas de elección y funciones
específicas.
Debido a que los integrantes del CV no reciben compensación económica alguna por
cumplir su función social, las tareas de control se están realizando sólo en los centros
urbanos y con la única participación de los representantes urbanos, desplazando a los
representantes del área rural.
En casi la mayoría de los CV la iniciativa está siendo llevada por los delegados de los
centros urbanos, porque son quienes más cerca se hallan del GM y les significa
menor inversión en tiempo y recursos económicos.
Esto redunda en que exijan mayor cantidad de obras en los pueblos de vecinos en
detrimento de las comunidades rurales. O, en su defecto, la calidad de las obras es
14 Al respecto, los sindicatos afiliados a la Central Obrera Boliviana (COB), encabezados por los maestros, a principios de 1995,
desarrollaron un proceso de desinformación y oposición, acompañada de movilizaciones, en contra de las leyes de cambio aprobadas
por el Gobierno: de PP, de Reforma Educativa y de Capitalización. A todas ellas las denominaron las "leyes malditas".
15 Art.10: Comité de Vigilancia; Art.11: Suspensión de los recursos de Coparticipación; Ley 1551. También en los Artículos 14 al 20 del
Decreto Supremo N2 23858: Reglamento de las OTBs.
mayor en los centros urbanos que en los rurales por el control casi permanente que
realizan los delegados citadinos.
21. En algunos lugares los CV están generando conflicto con los Concejos Municipales
que sienten usurpadas sus funciones. No existe la explicación adecuada y pedagógica
sobre la diferencia entre controlar (función del CV) y fiscalizar (función del
Concejo).
Ni bien pasaron tres semanas, llegaron noticias de que el Alcalde del municipio había
sido secuestrado por los vecinos y campesinos, porque se había negado a rendir
cuentas a los del CV. Estos, molestos, movilizaron al pueblo y secuestraron al
Alcalde para que les dé explicación de las malas obras que se estaban ejecutando. El
Prefecto inmediatamente se hizo presente en el lugar para solucionar el problema. Y
preguntó a los secuestradores: "¿Por qué han hecho eso?". Los del CV contestaron:
155
"Este Alcalde es un ladrón, se está robando la plata de la Participación Popular. Le
hemos pedido cuentas y se ha hecho el loco. Los del Concejo no hacen nada. Usted
nos dijo que éramos la máxima autoridad...; y más bien que sólo lo hemos
secuestrado, porque usted nos dijo que podíamos colgarlo".
Los delegados al CV, especialmente campesinos, son avasallados por miembros del
GM o contratistas que ejecutan obras del municipio, continuando con la vieja práctica
señorial-racista que se resume en la expresión: "¡ningún indio me va a controlar!".
Varios CV no han sido dotados de oficinas y mobiliario como señala la LPP debido
al9:
156
función de control se dispersa según la dispersión de las obras que ejecuta la
Alcaldía. De esta manera, la tarea de control por parte del CV se hace errática.
En cambio, no ocurre lo mismo en los municipios donde existe el PPDM, ya que este
instrumento se convierte en el referente necesario para elaborar los Planes Anuales
Operativos y, luego, controlar su ejecución.
Además, el PPDM permite que el CV no sólo tenga control sobre los recursos de
coparticipación sino sobre el total de recursos que maneja el GM, ya que al momento
de elaborar el PPDM se toma en cuenta todos los recursos que ingresan al municipio.
27. Las Unidades de Fortalecimiento Municipal (UFM) de las CORDEs en casi todos los
departamentos, a pesar de ser los principales responsables de la implementación de la
LPP en los municipios, no son valoradas como tales por las instancias superiores, y
sólo son vistas como instrumentos de propaganda política. Veamos algunos datos:
Escasa llegada de los personeros de las CORDES, de los personeros de las UFMs
a la base social que se refleja en que las comunidades y juntas vecinales
desconocen:
22 Las Unidades de Fortalecimiento Municipal (UFM), nombre que utilizaremos en el presente texto, de las nueve Corporaciones de
Desarrollo (CORDEs) fueron creadas a partir de la aprobación de la LPP. Estas UFMs, que en algunos lugares tienen el rango de
Departamento y en otros el de Gerencia, son los brazos operativos de la Secreataría Nacional de Participación Popular (SNPP) en todo
el país, ya que la SNPP no tiene oficinas regionales.
Los formularios de solicitud de personalidad jurídica.
Los requisitos para obtener la misma.
Los derechos y deberes de las comunidades y juntas vecinales establecidos
en la LPP.
Varias UFM no cuentan con el personal adecuado: algunas tienen gran cantidad
de personal pero sin la capacitación y motivación suficiente como para llegar a
las comunidades rurales; en cambio, otras tienen muy poco personal en ciertos
casos muy motivado y en otros no calificado para la tarea a desarrollar.
Sin embargo, también se puede detectar una actitud paternalista en la que las UFIs, en
vez de dinamizar el proceso conjuntamente con las comunidades, se han convertido
en los que han acelerado y ejecutado el trabajo de las comunidades, sin tomar en
cuenta sus ritmos. Se puede apreciar una leve suplantación de roles: han hecho
aquello que los comunarios "no podían hacer" (llenado de formularios, elaboración
de estatutos, reglamentos, etc.) sin darse cuenta que si bien eso garantiza éxitos
estadísticos, no es aval de involucramiento societal.
Por otro lado, también se puede comprobar una marcada dependencia de los
Gobiernos Municipales, especialmente pequeños, al accionar de las UFIs. Debido a la
carencia de recursos humanos y a las propias limitaciones en que se encuentran en
los municipios rurales, la presencia de personeros de las UFIs ha sido la tabla de
salvación de muchos Gobiernos Municipales. Esta relación de inicial colaboración se
ha ido convirtiendo en perniciosamente dependiente. Hay casos en que el Alcade o el
Concejo Municipal no hacen nada sin consultar previamente al personero de la UFI.
32. En general, se puede apreciar que la gente, ya sea urbana o rural, está desinformada
sobre los aspectos de la LPP, debido a que, entre muchos otros factores, las instancias
encargadas (llámese Ministerio de Comunicación, CORDES, Prefecturas y Alcaldías)
emiten mensajes sobre la PP sin tomar en cuenta los destinatarios (v.g.: mensajes en
castellano, priorización de los mensajes por televisión y en prensa escrita en un país
donde existe un elevado índice de analfabestismo, los idiomas nativos son
dominantes y la televisión tiene sólo llegada urbana).
Esta ausencia, sumada a otras, ha dejado el campo abierto para que agentes opuestos
desacrediten y deslegitimen la LPP ante los indígenas y campesinos de base. Por
ejemplo, eso explica la resistencia inicial a la LPP en las comunidades, ya que
algunos maestros rurales que están constantemente con ellos "informaron" que
mediante esta Ley el Gobierno pretendía cobrar mayores impuestos, quitar la tierra a
los campesinos y privatizar los servicios básicos de salud y educación.
159
capítulo del presente libro, han marcado la diferencia y han demostrado que es
posible generar procesos comunicacionales de base en los que los niveles de
involucramiento social sean espontáneos.
Algunas CORDES han empezado a editar materiales populares para explicar algunos
aspectos de apoyo a los Gobiernos Municipales en temas administrativos.
La experiencia acumulada por parte de los funcionarios de las UFMs de todo el país
es un desafío a ser recopilado y sistematizado. El personal que, a pesar de todas las
limitaciones, ha trabajado durante estos meses de aplicación de la Ley tiene mucho
que enseñarnos.
160
Muchos concejales, especialmente de municipios predominantemente rurales, sólo
se reúnen para aprobar cuestiones administrativas y cobrar sus dietas. De la mayoría
de estos concejales sus ingresos económicos no provienen de los actos de
fiscalización al Ejecutivo municipal, sino de otras actividades vinculadas al comercio
o trabajos estables en los centros urbanos más cercanos.
En este punto resumiré algunos de los obstáculos que han presentado miembros del
GM a comunidades y juntas vecinales para obtener la personalidad jurídica:
En otras partes se está exigiendo que las firmas de los solicitantes comunales del
registro tengan el debido reconocimiento de firmas que realiza un abogado.
Por otro lado, los Gobiernos Municipales quieren tener bajo su control a la mayoría
de las juntas vecinales, para lo que están incentivando desconocimientos de
directivas elegidas con anterioridad a fin de forzar la elección de nuevos dirigentes
adeptos al partido de turno que está al frente del ejecutivo municipal.
En algunas secciones municipales las Alcaldías son aún feudos de clanes familiares,
mientras que en las ciudades medianas y grandes, la Alcaldía se ha convertido en el
mayor generador de empleo.
La falta de personal calificado en los muncipios alejados de los centros urbanos está
obligando a que los GM contraten personal externo, con salarios elevados, para que
les ayuden en los aspectos administrativo-contables, lo que les significa erogar
muchos recursos.
49. Entre los actores del municipio, por las obras que se están realizando, se relaciona
Participación Popular básicamente con escuelas, postas sanitarias y arreglo de plazas.
Como me decía el Alcalde de Villa Tunari: "En estos próximos años los municipios
nos vamos a vestir con lo que más necesitamos: plazas, escuelas, postas sanitarias,
52. A partir de los Gobiernos Municipales se están revalorizando las acciones culturales
y productivas del municipio. Es así que las ya casi desaparecidas ferias productivas o
artesanales están volviendo a revivir. Algunos ejemplos:
De la misma manera han resurgido las ferias del pescado en los municipios del
trópico, de la manzana en los valles, de la papa en el altiplano. "Este año queda usted
invitado a la fiesta de la vendimia en Camargo; después de veinte años volvemos a
reeditar esta fiesta tan típica de nuestra región". Y con ello la actividad turística se
reaviva: "Si usted quiere venir al Festival del Charango, apúrese que ya las agencias
de turismo están llenando sus cupos".
163
Apropiarse de la Participación Popular,
descentralizar la Comunicación
Miguel Bustos Quiroga
Sergio Molina Monasterios
El Estado nacido con la República transitó el camino recorrido por la mayor parte de los
estados latinoamericanos: el desencuentro con sus sociedades y la lucha estéril por un ideal
jamás alcanzado, la unidad nacional. Y en ese transcurrir tuvo que dotarse de infinidad de
instrumentos que colaboraran en su tarea, entre ellos, una política comunicacional (cuando la
hubo) que le siguió en suerte; un Estado centralista, necesariamente tiene formas de
comunicar del mismo cuño.
Ese Estado simplemente buscó propalar una legalidad casi inexistente, el cumplimiento de
sus determinaciones; sin importarle lo que al respecto pensara su sociedad, desplazada y
olvidada.
Por supuesto, en la mayor parte de los casos, no logró concretar este deseo y lo que se
vivió, más bien, fue una larga seguidilla de incongruencias donde la sociedad civil llevó la
peor parte. Las consecuencias fueron desastrosas: largos períodos autoritarios, ruptura del
diálogo y, por tanto, mayor inviabilidad de un desarrollo armónico y coherente del país.
A. EL NUEVO ESTADO
No se quiere decir con esto que fue una actitud consciente de los gobernantes; en la mayor
parte de los casos no existieron políticas, estrategias, planes comunicacionales y, por defecto,
las pocas acciones comunicacionales e informativas que se desarrollaron, transcurrieron por
los carriles del centralismo y la concentración'.
Puede decirse, incluso, que antes de ese proceso, la oligarquía era más "descentralizadora"
como lo atestiguan el desarrollo compartido entre las ciudades capitales de algunos
departamentos y las intermedias en ciertas regiones del país; urbanización que expresa cierta
industrialización y modernización social (la tradición y la literatura han sido los lugares
privilegiados de expresión sobre este punto)3.
Ahora bien, la centralización excesiva, por obra de un reflejo distorsionado, fue trasladada
a cada uno de los departamentos que buscaban de una u otra manera conseguir una alícuota
del poder que emanaba de La Paz.
Lo cual dará lugar a centros de poder urbano regionales, representados, sobre todo, por
los movimientos cívicos que, a su vez, son el resumen de oligarquías con una gran
concentración económica. Por tanto, movimientos capitalinos "centralistas" que no tenían en
cuenta el entorno provincial.
En resumen, lo que se podía percibir a nivel departamental era una reproducción del
esquema nacional; si bien se criticaba el centralismo, se lo replicaba regionalmente: como se
dijo, la estructura estaba diseñada del centro a la periferia.
De esa forma, si alguna provincia se desarrollaba era de forma independiente, porque sus
riquezas naturales lo permitían o por características peculiares del lugar, pero nunca como
resultado de un proceso planificado y coherente.
Eso sí, hubo un atisbo de política agitativa y de propaganda, lo que se plasmó, por ejemplo, en la creación del Instituto Nacional de
Cinematografía y en los primeros noticieros en este formato que hizo el Estado boliviano.
Paradójicamente, la política comunicacional descentralizadora de la Secretaría Nacional de Participación Popular retomó estas
prácticas, más de 40 años después.
2 Casi todos los movimientos nacionalistas importantes del continente tuvieron una concepción parecida, es el caso del PRI en México,
el peronismo en la Argentina, etc.
3 Son ejemplos típicos La Chaskañawi, La candidatura de Rojas; el doctorcito en la casa de hacienda o sea en la provincia. Los legados
arquitectónicos olvidados que hacen referencia al otrora poderío señorial provincial, etc.
A lo largo de esos años se consolidaron polos de progreso (siempre en el marco del
desarrollismo, hijo de la época) que darán a luz, con el tiempo, a Corporaciones Regionales de
Desarrollo, al reparto de regalías, etc., intentos que no impiden la reproducción del esquema;
por el contrario, se convierten en firmes aliados de éste. Ahora, la ciudad capital
departamental es la mayor generadora de empleos y de servicios, junto con el centro del
poder: La Paz.
Y antes, las luchas regionales habían obtenido la creación de Cómites de Obras Públicas a
Santa Cruz, para paliar una situación que año tras año se tornaba más insostenible. Lucha que
expresaba reivindicaciones elementales: salud, educación, servicios, etc4.
El dinamismo económico localizado supone sus propias distorsiones, entre ellas, los
movimientos de migración intra e interdepartamental que darán como resultado grandes
conglomerados urbanos.
Las provincias lo único que podían hacer era mirar, admirar y migrar a la ciudad, dándose
las espaldas a ellas mismas. La supervivencia de la cultura estaba enmarcada en la forma
como se imbricaba e hibridaba en la cultura hegemónica y no solamente en como resistía;
cultura hegemónica que quería ser totalizadora, pero sin encontrar la manera de hacer
desaparecer a las otras. No podía.
Se trató de un proceso desigual donde los pueblos, que por muchísimos años (muchos
más que nuestra vida republicana) se habían mantenido fieles a determinada forma de vida,
tenían que olvidar sus costumbres y su cultura para que el Estado los tenga en cuenta. Pero el
olvido sólo fue una estrategia de sobrevivencia. La imposición que venía de un extremo se
tradujo en reserva del otro. Si bien los pueblos se vacían, las comunidades resisten.
El Estado en procura de la construcción de ese oscuro objeto deseado (la unidad nacional)
busca no sólo la creación de polos de desarrollo, de la industrialización, la imposición de una
4 La lucha se simbolizó hasta musicalmente, por ejemplo, la canción oriental que pedía el 11 por ciento (de regalías). Un número que re-
sume las reivindicaciones cívicas y el derecho de las regiones por participar de un Estado que más bien las apartaba.
5 Vale la pena (y no sólo anecdóticamente) tener en cuenta que el proceso de concepción e implementación de la Participación Popular
fue conducido por un Presidente que vivió largamente fuera del país y un Vicepresidente que fue dirigente indígena y oriundo de una
provincia netamente campesina. Esto es, por hombres "externos" al transcurrir cotidiano y a la cultura de la ciudad de La Paz. Lo mis-
mo ocurre con la mayor parte del equipo ejecutor de la Participación Popular, que por lo menos en sus inicios estuvo conformado por
profesionales del "exterior" de la República, esto es las provincias y departamentos alejados de La Paz (con un predominio claro del
oriente boliviano).
167
legislación, una religión, una moneda, sino también (y sobre todo) de una sola lengua a través
de la castellanización, de la lectoescritura, de la imposición de determinados valores a través
de la comunicación. Deseo no concretado, frustración histórica e incapacidad de la clase
política y, a la vez, condición de posibilidad.
B. UN ESTADO INCOMUNICADO
Una metáfora de la ruptura que existía entre el Estado y la sociedad civil la constituye el
telégrafo. Como se sabe, el gobierno, sobre todo después de la Guerra del Chaco, controló el
medio de comunicación más importante para vincular el centro a la periferia, el telégrafo, y
luego la incipiente telefonía. En ese entonces nacen funcionarios casi literarios: ellos eran los
únicos que sabían qué querían decir las rayas y los puntos que se escuchaban en medio de una
estática fenomenal ante las miradas atentas de casi todo el pueblo que esperaba una respuesta.
Entre todos, a duras penas, intentaban descifrar y entender la transmisión, pero no podían
contestar nada; se podía saber que no iban a mandar los medicamentos ansiados, pero no decir
que eso era injusto. No había posibilidades de intercambio6.
Es el auricular que escuchaba ese operador de radio; un auricular que servía para
escuchar, no para transmitir. El auricular de la espera, de la recepción y de la imposición. No
el del diálogo o el intercambio.
6 Dice una canción de protesta: "Entre tu pueblo y mi pueblo, hay un punto y una raya...". Lo que nos separa es tan elemental pero a la
vez tan complicado; dos signos de gramática y a la vez un problema irresoluble de comunicación.
El tiempo ha pasado y ahora el mensaje va por radio local y en idioma nativo, la interacción es casi inmediata, pero esa ya es otra
historia.
168
Ese único auricular del telégrafo que escuchaba nuestro personaje, es el símbolo de la
unidireccionalidad y verticalidad de la comunicación boliviana.
ESTADO
GOBIERNO
PREFECTURA
MUNICIPIO
COMUNIDAD
Situación replicada en cada departamento, reproducción del esquema nacional; sólo que
esta vez hacia las demás provincias.
Este cuadro generó luchas y experiencias de todo tipo que dieron como resultado un país
insostenible y, precisamente por eso, dotado con las herramientas necesarias para
transformarlo.
C. HISTORIAS
Barrientos, líder histórico de los guaraníes, hizo una larguísima travesía a pie desde el
Izozog hasta la ciudad de La Paz, para pedir al Presidente de la República que no les quitaran
169
sus tierras. Durante días —en los cuales muchos de los miembros de la expedición perdieron la
vida—, caminaron hasta el centro del poder para pedir lo que no podía ser puesto en duda: su
derecho a un territorio. Al llegar fue recibido por el Presidente de ese entonces, Hernando
Siles, quien tuvo la deferencia de complacerlos.
Mucho tiempo transcurrió hasta 1990 cuando cientos de indígenas caminaron 640
kilómetros para dirigirse a La Paz en busca de reivindicaciones que no eran económicas o
políticas, sino de re-conocimiento; demanda insatisfecha por una clase política y sus
correlatos sociales (la "sociedad oficial"), que les negaba incluso derecho a la ciudadanía.
Más de 60 años entre las dos marchas, sin embargo, la historia casi no ha cambiado.
Comunidades a las que se les negaba la existencia, que no eran noticia para la política y la
comunicación que se consumía alrededor de la plaza Murillo7.
D. EL PUNTO DE ENCUENTRO
Necesario por cuanto el antiguo modelo había demostrado su ineficiencia9, Bolivia era el
último carro de una locomotora que había desviado su camino hacia el progreso.
7 Otras marchas de distinto signo pero equivalentes son "La marcha por la vida" de los mineros relocalizados realizada en 1985 o, más
recientemente, la de los cocaleros en 1994. La ciudad de La Paz, la cumbre del poder, también debía ser la de la protesta.
El Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, irónicamente, afirmó —luego de que el proceso de descentralizción se puso en marcha— que
lo hacía para que ya no se tiraran más piedras en la sede de gobierno y para que los manifestantes lo hicieran en cada uno de sus
departamentos.
8 Junto a todas las reformas estructurales al Estado. Cabe destacar entre ellas, la reforma a la Constitución Política del Estado, la
Reforma Educativa, la Capitalización, etc.
9 Hasta 1993 el eje central (La Paz, Cochabamba, Santa Cruz) recibía el 90,9% de los recursos de coparticipación y el resto de los
departamentos el 9,1%; por otra parte, las ciudades capitales recibían en ese mismo año el 92,1% frente al escaso 7,9% de
coparticipación destinado a las provincias.
En 1995, con la plena vigencia de la Ley de Participación Popular, el eje central recibirá el 68,1% de la coparticipación, una
disminución sustancial. Además —y este es el dato más ilustrativo—, las ciudades capitales se quedarán sólo con el 38,9% de la
coparticipación frente a un 61,1% que recibirá el resto de las provincias.
Aun si la inversión de los recursos antes de la Ley de Participación Popular hubiera sido óptima (no es el caso), la inequidad
necesariamente generó distorsiones.
170
El cambio de los paradigmas y de las perspectivas a nivel internacional l o y sobre todo la
lucha del pueblo boliviano por re-conocerse configurarán y prepararán ese lugar de encuentro
entre el Estado y la sociedad civil.
El Estado que sólo hablaba y era recibido a través de un auricular, ahora escucha y
E. LA NUEVA ETAPA
Esta primera etapa de una "nueva República" 13, comienza a ser repensada y a repensarse;
y ya no sólo el Estado, sino toda la política en su conjunto.
Es que utilizar medios o mensajes que no denoten equidad y participación, iría contra el
mismo espíritu de este nuevo Estado.
10 "El derrumbe epoca! del socialismo repercutirá también en Bolivia y se dejaría notar en casos tan concretos, y significativos, como que
empieza a derretirse, en la cabeza y en el corazón de los bolivianos, la lógica de guerra civil que caracterizaba a nuestra sociedad...
Estado y sociedad empiezan a dialogar, aprender e interactuar mutuamente". Javier Medina; Una Eutopía posible y sensata. La
Participación Popular como fruto de las luchas sociales en Bolivia. (1995). P. 18. Mimeo. SNPP.
11 Op. cit. p. 20.
12 La Participación Popular y la Descentralización Administrativa (1995): Carlos Hugo Molina; P. 3. Mimeo.
13 Algunos investigadores bolivianos (J. Medina, G. Rojas, 1. Arias, etc.) afirman que se abre la posibilidad de fundar una "Nueva
República", producto de un acuerdo flamante entre la sociedad civil y el Estado y que tiene su plasmación en la Ley de Participación
Popular.
171
Uno de los errores más grandes que se podía haber cometido, era difundir las reformas
estatales con estrategias de comunicación previas a ellas, por ejemplo, sólo con spots
televisivos, solicitadas o cuñas radiales transmitidos por las cadenas nacionales.
Esto no implica rechazar a priori estos instrumentos: el spot en sí mismo no es malo; sin
embargo, lo que se necesitaba era encontrar todas las formas y medios de comunicación
posibles para hacer no sólo que el Estado transmita la justeza y el contenido de las reformas a
la sociedad civil, sino para establecer diálogo y respuesta, una relación interactiva en la cual
roten los roles de emisor y receptor.
Era necesario aprehender los medios y los instrumentos, las formas y gramáticas que son
propias de la comunidad boliviana (no en vano la Ley las reconoce según sus "usos y
costumbres").
Pero al mismo tiempo, se debían utilizar los medios que fueron a-propiados y
resignificados por esas comunidades a lo largo de su historia.
A-propiados, esto es, los que sin ser originarios, con el devenir del tiempo se convirtieron
en parte de esas culturas sólo que en otro espacio. Asimilados pero también resemantizados;
con formas reconocibles pero también deformadas; con géneros foráneos pero yuxtapuestos a
los propios.
Esas transacciones constantes muy bien pueden convertir en ajena una fiesta tan
tradicional como la del carnaval, y en a-propiado un medio tan representativo de la hegemonía
como la TV.
La cuestión, antes que otra cosa, es tratar de ver cómo son consumidos por el público,
cómo son recibidos y cómo reproducen formas de socialidad particulares; es el caso de la
14 En el caso de las radios, por ejemplo, los espacios que se transmiten en la madrugada tienen un sentido totalmente distinto al de la
programación de los horarios "centrales". Y, siguiendo este ejemplo, las radios locales con una tecnología que no proviene de raíz
amerindia alguna, pero que con su uso y consumo fue apropiada hasta ser transformada en un producto absolutamente singular en
nuestro país. Por ejemplo, radio Perla del Acre en Cobija que permite comunicar a gran parte de la Amazonia entre sí, y que "incluso
sirve a los 'organismos de seguridad' si quieren saber qué pasa en el departamento" (comunicación personal hecha a los autores por el
director de esa radioemisora).
172
interacción que se establece en el barrio, su refracción (sumamente filtrada) en las relaciones
comunitarias. Y, también, cómo se identifican con un tiempo que no es el de la producción
sino el de la productividad, el del entorno, no el de la razón.
Estos medios eran los que había que buscar (y encontrar junto a la comunidad) para que la
Participación Popular tenga correlato comunicacional. Medios que adquieren otra dimensión:
de comerciales pasan a ser un servicio; de fomentar el consumo y la ideología de la
hegemonía, a reivindicar el lugar en el mundo en que se sitúa el migrante o el campesino; de
consumidores a productores.
Medios que permiten vincular a la comunidad y, por tanto, colaborar con ella en la
identificación de sus necesidades y de su problemática para que pueda sistematizarlas y
convertirlas en su nueva Agenda para el Desarrollo: por ejemplo, la radio local15.
Medio que se convierte en mediación 16, en lugar de encuentro. Medio, sin embargo, que
es paradigmático, que asume determinado rol (no la radio en sí misma, sino el papel que
juega ésta) y que se podría renombrar e interpelar de muchas maneras en la descentrada
pluralidad de la sociedad boliviana.
Búsqueda incesante que no desprecia la tecnología, que la asume como propia, que la
incorpora: el video como continuación de un largo proceso de entrecruzamiento entre lo
propio y lo a-propiado en la espiral ascendente e incesante de la comunicación boliviana. Ya
no del centro a la periferia, sino al revés; ya no de arriba hacia abajo, sino a la inversa.
El cine, por ejemplo, que se utiliza para la difusión de la Ley de Participación Popular en
las ciudades, retomando las experiencias revolucionarias del 52, pero en otro contexto y en
otro sentido. Ya no un Estado interventor, sino interacción comunitaria17.
Vertical era y es imponer una consigna a la radio; horizontal convertir este medio en
educativo en esta nuestra cultura oral por excelencia. Interacción pero no imposición.
Búsqueda del espacio donde el marketing y el rating no funcionan porque son desplazados por
las prácticas culturales.
15 "La radio habla básicamente su idioma —la oralidad no es únicamente resaca del analfabetismo ni el sentimiento subproducto de la vida
para los pobres—. "Puede así servir de puente entre la racionalidad expresivo-simbólica y la informativo-instrumental, puede y es algo
más que el mero espacio de sublimación: aquel medio que para las clases populares está llenando el vacío que dejan los aparatos
tradicionales en la construcción del sentido". De los medios a las mediaciones. (1992): 1. Martín Barbero. Gustavo Gil i.
16 En el sentido que utiliza este término J. Martín Barbero. Op. cit.
17 En agosto y septiembre de 1995 se difundieron documentales sobre el proceso de implementación de la Participación Popular en
diferentes salas cinematográficas de todo el país. El objetivo fue lograr una mayor inserción de esta reforma en las ciudades capitales
de departamento.
173
Un balance comunicacional
A juicio de Beltrán este gobierno no ha formulado una política general para normar el
manejo de los recursos de comunicación del Estado, falencia que no encuentra a niveles más
bajos de la estructura estatal, pero esta vez en el marco de las estrategias.
Es más, algunos neocríticos del gobierno se aventuran a afirmar que no existe nada de
esto, que se trata más bien de ausencias y que todo el proceso comunicacional no ha sido más
que una suma de improvisaciones, desorganización, superposición y delegación de funciones,
falta de profesionalismo, etc19.
18 L.R. Beltrán. "Ministerio de Comunicación. Buenos propósitos y realidad. Un balance los múltiples intentos gubernamentales por
esbozar tina estrategia comunicacional". Común, Revista de Cultura, La Paz, N 2 5, Agosto-Noviembre de 1995, pp. 40-44.
19 Son paradigmáticos en este sentido el artículo de José Luis Exeni R. ("Soy de Bolivia, la Cueva. El déficit informativo del gobierno".
La Razón 30 de julio de 1995) y de Alfonso Gumucio Dagrón ("¿Participación Popular sin comunicación participativa?". Presencia,
La Paz, recorte de prensa sin fecha).
Exeni afirma: "... proponemos considerar por lo menos cuatro causas, a modo de ausencias: 1. La ausencia sistemática... de políticas de
comunicación... 2. La ausencia de una sistematicidad y coherencia mínimas en el desenvolvimiento del discurso oficial... 3. La
ausencia dramática de planificación estratégica y operativa de la comunicación-información... 4. Finalmente, la ausencia y/o
imposibilidad de decisión de profesionales de comunicación...".
Hay que decir, en su descargo, que en una nota a pie de página del mismo texto afirma que "en el seno del Ejecutivo, de manera
autónoma —y pese a las 'interferencias' existentes—, se desarrollan importantes estrategias y acciones comunicacionales que merecen
destacarse por lo menos en cuatro sectores: Participación Popular, Género, Salud y Asuntos Etnicos".
174
Las contingencias políticas que mediatizan la acción comunicacional,
complementándola o distanciándose de ella.
20 El Ministerio de Comunicación Social está encargado, según la Ley, de formular y aplicar políticas de comunicación social asegurando
su compatibilidad con las estrategias aprobadas por el Presidente de la República, organizar un sistema de información que sistematice
demandas sociales y de opinión pública, además de coordinar la comunicación interministerial y las acciones de difusión de las
políticas de gobierno, entre otras cosas.
21 Y esto es lo que precisamente lo que no ven todos los críticos de la política comunicacional del gobierno.
Meses después de la discusión que citábamos en otro pie de página, Mauricio Antezana, asesor del Ministerio de Comunicación,
afirmaba que esa instancia gubernamental "se volcó afanosamente a la tarea de informar las leyes de cambio por diferentes medios. En
su premura, probablemente olvidó algunos recaudos, quizá dejo escapar ciertas rigurosidades técnicas. Pero entendió que nunca era
tarde para informar. Y aprendió que la información no viene sola sino acompañada de la educación y la movilización". ("La tentación
de una evaluación". La Razón, 3 de septiembre de 1995).
22 "Nacemos y vivimos de la comunicación". Entrevista con Barnett Pearce de Jorge Urien Berri, en La Nación de Buenos Aires.
Reproducida por La Razón, La Paz, recorte de prensa sin fecha).
175
Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en otros países, la gente no creyó nunca en estas
campañas, con resultados desastrosos para los gobiernos que se animaron a utilizarlas.
Tener una política y estrategias de comunicación también puede ser una prioridad estatal.
Y este es un cambio que estamos viviendo aunque no sea el más publicitado.
23 Son innumerables los trabajos publicados al respecto. En los últimos dos años todos se animaron con la comunicación, no sólo los
especialistas en el tema. La mayoría de los cientistas políticas, los sociólogos, economistas y especialistas en ramas anexas escribieron
sendos artículos que ameritan un comentario más extenso que el que nos permitiría este pie de página.
24 Una de las más interesantes propuestas hechas por el actual gobierno fueron los programas "Goni Dialoga con..." que implicaban el
traslado del Presidente a diferentes regiones del país y en las cuales se seleccionaba de manera aleatoria a un grupo de ciudadanos para
que dialogaran con el Primer Mandatario. La metáfora de la Escucha a la que hacíamos referencia al comenzar este texto deja de ser
tal: se concreta. El nuevo Estado que busca tener otro tipo de relación con su Sociedad.
176
H. LA NUEVA ESTRATEGIA
Podría simbolizarse como un rombo, que a diferencia del triángulo, tiene un espacio
mayor de interrelación horizontal y dialógica; pero también implica que siguen existiendo
lugares donde se mantiene el sistema anterior: la unidireccionalidad, la verticalidad, etc. Pero
esta vez se trata de espacios no deseados ya no de una política estatal.
NACIONAL
MUNICIPAL DEPARTAMENTAL
COMUNIDAD
177
GOBIERNO NACIONAL
c GM
O OU
M BN
U
N <-0
D
A
1~1 E
R
NP
OA
D L
GOBIERNO REGIONAL
En ese sentido, y en esa búsqueda, se ensayó una definición de lo que entendemos por
Comunicación Descentralizada:
178
Y como vínculo y enlace priorizado: la radio loca125•
/ GOB MOFA"
MEDIOS PROPIOS
TÉCNICOS
MEDIOS APROPIADOS
/ / GOB REG
DI ÁLOGO
PLANIFICACIÓN PARTICIPATIVA TÉCNICO PLANIFICACIÓN INDICATIVA
CIEN TÍ F I C 0
Si decíamos que antes era la comunidad la que tenía que aprender el lenguaje del Estado y
utilizar sus medios, ahora es el Estado quien tiene la obligación de hablar otro lenguaje: el de
la comunidad.
Después de muchísimos años el Estado asume que con el control social, la participación
de las comunidades, la distribución equitativa de recursos, esto es, con la Participación
Popular, se logrará un desarrollo efectivo del país a partir de una relacion directa entre
recursos técnicos y económicos y la participación ciudadana. Entre la escucha del Estado y la
intervención de la sociedad.
25 Entre el 15 de septiembre y el 24 de octubre de 1994, la Secretaría Nacional de Participación Popular organizó la "Primera Cruzada de
Difusión Radial". El objetivo primero era acercarse a la comunidad a través del diálogo con las autoridades y personalidades del área
rural. Pero, con la particularidad de hacerlo a través de programas de radio o TV locales con el fin de abarcar la mayor cantidad de
público posible.
La cruzada fue un éxito en la medida en que la receptividad lograda, el grado de cumplimiento del cronograma, la disponibilidad de las
autoridades y de las radios superaron el 90% (Participación Popular y Comunicación Descentralizada; MDSMA; 1994). Se logró
llegar a 80 radios locales y cubrir todo el territorio nacional. Esta política se replica constantemente.
Junto a las Jornadas de Participación Popular (ver en este libro el texto "La Fiesta: espacio y pretexto para aprehender la participación
popular") fueron las dos campañas comunicacionales más grandes desarrolladas por la Secretaría.
El tercer gran plan diseñado es la "Red de Comunicación Intermunicipar una red multimedia e interactiva (banda, lateral, radio y TV
local, boletín municipal de información, etc.) entre los Gobiernos Municipales, las comunidades de base, las instancias departamentales
y nacionales, que establece un espacio dialógico en el cual los roles de emisor y receptor se intercambien permanentemente. En ella se
prioriza la infraestructura instalada de las ONGs, instituciones públicas y privadas, etc.
179
Este convencimiento es un punto de encuentro y resultado de la demanda de
participación. Es producto de una larga e histórica lucha. Es el reconocimiento de la capacidad
y el derecho que tenemos todos los bolivianos de ser socios del desarrollo. Pero, además, es el
reconocimiento que hace la comunidad del Estado y su beneplácito por la firma del nuevo
contrato social, del acuerdo para el desarrollo.
180
Los sujetos de la Participación Popular
Gonzalo A. García Crispieri
Apodo es el nombre que se utiliza con cariño y mucho respeto para quienes queremos. Y
OTB es el apodo que, a partir de la legalización de la Participación Popular —que en nuestro
181
país siempre fue parte y patrimonio de nuestras culturas originarias— sintetiza tres aspectos:
Organización, Territorio y Base (léase comunidad).
Es territorio, porque reconoce el espacio donde estamos asentados de manera real, donde
realizamos la mayor parte de nuestras actividades. Ese territorio que de manera inconsulta,
arbitraria y con exclusivos fines de lucro estaba siendo entregado —entre cuatro paredes de la
ciudad de La Paz— a nuevos grandes empresarios de la tierra.
Es comunidad, porque los pueblos o comunidades indígenas (hay más de una treintena en
el país), por primera vez en la historia nacional son reconocidos en su cultura, sus costumbres
y sobre todo como parte importante del país a través del desarrollo sostenible y de la
preservación del medio ambiente que ellos han cuidado permanentemente. Además, estas
comunidades contarán con los recursos de la Participación Popular para mejorar sus
condiciones de vida.
Esos son los sujetos de la Participación Popular, que deben plantear y priorizar sus
necesidades en cuanto a escasez de servicios básicos u otro tipo de demandas. Y deben —y
pueden— hacerlo por su proximidad con las necesidades diarias de los vecinos, porque es
obligación de cada uno de nosotros aportar de acuerdo a nuestras posibilidades al desarrollo
de la comunidad, del municipio y del país. Así, la organización territorial de base constituye el
interlocutor válido de la población con el Gobierno Municipal.
A partir de la Ley 1551, las también llamadas OTBs tienen poder político de definición y
poder económico de uso de los recursos de la Participación Popular para, de esa manera,
poder ejercer plenamente sus derechos y deberes a través de su personalidad jurídica, que los
habilita para ser sujetos de crédito, administradores de servicios y, sobre todo, forjadores de
su propio destino; como lo han venido haciendo hasta ahora, sin ningún tipo de
182
reconocimiento por parte del Estado nacional, de las Corporaciones Regionales de Desarrollo,
de las prefecturas y de los Gobiernos Municipales.
Existen 112 provincias, cada una de ellas con una ciudad intermedia como capital de
provincia, que constituyen el 12% del total de la población nacional, actuando con debilidad y
sin mayores recursos como centros de contención migratoria hacia las ciudades mayores a
cincuenta mil habitantes, que son las más expuestas al flujo migratorio del área rural. Son sólo
once las ciudades con población mayor a cincuenta mil habitantes, constituyendo el 46,6 %
del total de la población nacional; el resto de la población, vale decir el 41,4%, se encuentra
dispersa en más de 185 ciudades o poblaciones. Estas desigualdades, fruto de una injusta
distribución de los recursos por concepto de coparticipación tributaria, nos llevaron a niveles
de pobreza extremos y malas condiciones de vida de la población boliviana.
Además, el Estado, hasta ahora, no ha podido administrar los servicios básicos a nivel
nacional (fundamentalmente educación, salud y saneamiento básico), y ni siquiera lo ha hecho
a nivel departamental. Hay un mal manejo de los recursos, como por ejemplo la existencia de
profesores fantasmas, alumnos fantasmas y por lo tanto escuelas fantasmas; servicios de salud
que no llegan a la población y se quedan en las estadísticas. Todo esto por causa de la
concentración de las decisiones y administración desde el nivel central. Frente a esa realidad,
la descentralización y desconcentración de los servicios hará más factible que éstos lleguen al
ciudadano. Es parte del objetivo del Gobierno de Bolivia "lograr una administración más
eficiente de los recursos".
183
Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la
Confederación de Colonizadores de Bolivia (CCB) y la Federación Nacional de Mujeres
Campesinas "Bartolina Sisa".
5. El nominativo de OTB
(Correcciones a algunos procedimientos y aspectos del Reglamento)
Dada la confusión que este término ha suscitado, se acuerda comenzar a usar los
nombres de "comunidades o pueblos indígenas, comunidades campesinas y juntas
vecinales", al referirse a los sujetos de la Participación Popular. Para ello se
acuerda:
De la misma manera que se ha acordado estos cambios con las autoridades nacionales de
los campesinos y pueblos o comunidades indígenas, en el último Congreso Nacional de la
Confederación Nacional de Juntas Vecinales —CONALJUVE- realizado en la ciudad de
Cochabamba se ha establecido claramente eliminar el uso de la sigla OTB y seguir utilizando
el término de Junta Vecinal, como la Organización Territorial de Base en las áreas urbanas.
B. PERSONALIDAD JURÍDICA
184
La necesidad de trasladarse desde las comunidades a las capitales de departamento, y
desde allí a la sede del Gobierno, para hacer el seguimiento del trámite, la necesidad de contar
con asesoramiento y contactos en el Palacio de Gobierno y de contar con los recursos
necesarios para poder realizar el trámite en las prefecturas, ha hecho que pocas comunidades
urbanas o rurales tengan su personalidad jurídica.
El manejo de los mecanismos para otorgar una personalidad jurídica hacía que el trámite
sea netamente politizado, cuando no un medio de acceso a recursos extraordinarios por parte
de funcionarios del Palacio de Gobierno, por lo que salía más rápido el trámite de
personalidad jurídica de instituciones o asociaciones productivas, gremiales o profesionales,
que el de las comunidades mismas.
En uno de sus articulados, la Ley de Reforma Agraria señala que a través de una ley se
otorgará personalidad jurídica a las comunidades campesinas. Tuvieron que pasar más de
cuarenta años para que la voluntad política de un Gobierno nacional haga realidad esta
determinación. Así, desde abril de 1994, a través de la Ley 1551, se otorga esta personalidad
jurídica a las comunidades campesinas.
Pero la Ley de Participación Popular va más allá, otorga personalidad jurídica a todas las
comunidades urbanas y rurales, sean o no nombradas en la Ley de Reforma Agraria; también
otorga personalidad jurídica a las asociaciones comunitarias tales como: ayllus, capitanías,
sub-centrales, distritales, centrales o federaciones dentro de una jurisdicción municipal a
través del Gobierno Municipal y, cuando sobrepasa este límite, mediante la subprefectura de
la provincia o de la prefectura departamental, previo dictamen de los gobiernos municipales
que tienen en su jurisdicción a las comunidades que son parte de la asociación comunitaria.
El proceso de Participación Popular tiene como uno de sus principales objetivos fortalecer
a las comunidades urbanas y rurales, para lo cual las reconoce estableciendo mecanismos de
fácil acción, donde el rol de los Gobiernos Municipales seccionales y de los Prefectos y
Subprefectos es fundamental.
Las comunidades urbanas y rurales que ya poseen personalidad jurídica sólo tienen que
registrarse en la subprefectura o prefectura departamental, sin que la autoridad administrativa
pueda formular observación alguna. Este trámite es totalmente gratuito.
No se debe olvidar que la Ley 1551 establece que del total de recursos de la Participación
Popular sólo el 10% podrá ser utilizado en gastos corrientes, en tanto que el otro 90% debe ser
invertido en la jurisdicción municipal, de manera justa y equitativa entre las áreas urbanas y
rurales.
Ahora bien, los derechos de las denominadas Organizaciones Territoriales de Base están
establecidos en el Artículo 72 de la Ley 1551 de Participación Popular, y son los siguientes:
Queda claro que la personalidad jurídica es necesaria para que las comunidades o pueblos
indígenas, comunidades campesinas y juntas vecinales sean sujetos de donaciones, créditos y
puedan relacionarse con los órganos públicos para ser sujetos de los derechos y obligaciones
emergentes de todos los actos civiles definidos en el ordenamiento jurídico nacional.
6. Personalidad Jurídica
(Aclaración y correcciones a algunos aspectos del Reglamento)
Para aplicar la Ley de Participación Popular se necesita voluntad política a fin de lograr
un cambio sustancial tanto en los órganos públicos como en la sociedad civil; en los niveles
nacional, departamental y local.
Por ello, las autoridades de las comunidades urbanas y rurales deben asumir que se ha
traspasado el poder político y económico al ámbito local, a través del gobierno municipal. Por
su parte, los pueblos o comunidades indígenas deben repensar la posibilidad de ligarse a
niveles departamentales (por lo menos) y nacionales (de alguna manera).
Las estructuras de los pueblos indígenas, sobre todo en el oriente boliviano, están siendo
adecuadas por los mismos dirigentes que ven que el proceso es tremendamente dinámico y
por ello no pueden quedar al margen.
En el caso del occidente del país, las estructuras de las comunidades indígenas, en unos
casos, están cruzadas con las de los sindicatos campesinos; y, en otros, están siendo rescatadas
y consolidadas, como ocurrió con los ayllus del Norte de Potosí y los de Carangas.
En general, las comunidades campesinas tienen una estructura que de una u otra manera
responde a los desafíos que estamos viviendo. Su estructura nace del seno de las comunidades
y llega hasta el nivel nacional con una Confederación Unica, pasando por las subcentrales,
centrales y federaciones departamentales.
En ese marco, los dirigentes campesinos han visto con buenos ojos la aplicación de la Ley
1551, porque responde a su demanda permanente de participar, de ser actores del desarrollo
de sus comunidades y de poder aportar en la toma de decisiones en los niveles municipal,
provincial, departamental y nacional.
Ello no ocurre todavía con las autoridades de las juntas vecinales urbanas, que están
desorientadas y no saben si apoyar los intereses sectarios de algunos políticos o asumir
plenamente el proceso de Participación Popular para solucionar los problemas cotidianos de
los vecinos a quienes representan.
La estructura organizativa que existe en las ciudades es representativa en algunos casos,
en tanto que en otros los intereses político-partidarios dan lugar a que existan dos o tres
organizaciones de base en un mismo territorio, por lo que la representación se dificulta y se
torna conflictiva.
Con los mismos dirigentes, respetando los usos y costumbres propios de cada comunidad
y con la adecuación de las estructuras organizativas locales de acuerdo a lo establecido en la
Ley de Participación Popular, el proceso será una realidad. Para ello es fundamental asumir
que se está tratando de perfeccionar la democracia representativa con una práctica
democrática participativa a nivel municipal. Se trata de un proceso que responde a una lógica
diferente en lo que respecta a la incorporación, como actores decisivos, de la mujer, de los
jóvenes, de los ancianos y de la diversidad étnico-cultural —esto es, de los tradicionalmente
excluidos— en la toma de decisiones de la comunidad, sea ésta urbana o rural.
189
La Fiesta: espacio y pretexto para
aprehender la Participación Popular
Sergio Molina Monasterios
Ramiro Duchen Condarco
Después de haber eludido esta perspectiva durante años, el Estado transitaba un camino
que ni siquiera conocía pero que ya estaba hecho; lo habían recorrido, desde siempre, las
comunidades bolivianas. Eso sí, al margen de él, un actor siempre ausente. Quizá por ello,
incluirse en la obra, dialogar con la sociedad —o recuperar un diálogo perdido hacía mucho— se
convirtió en el desafío más grande de la política boliviana.
A la vez, era una cuestión espacial: ¿dónde se sitúa el Estado para reiniciar el diálogo?.
No es la intención de este artículo encontrar todas las dimensiones en las que se expresa el
nuevo diálogo; se remite a una de ellas, la dimensión lúdica. La fiesta como espacio de
interrelación entre el Estado y la sociedad civil; y, también, la Participación Popular como
anunciación i , celebración y reencuentro.
Pese a su simpleza, en este espacio -el de la fiesta- se cifra parte de la complejidad de las
relaciones sociales bolivianas, el intercambio con el otro, la ayuda mutua, la reciprocidad,
expresiones ancladas hace mucho en la memoria colectiva del pueblo.
A. LA DEVOLUCIÓN DE LA PALABRA
Fueron jornadas festivas en las cuales primaron las formas tradicionales de comunicación
de cada una de las comunidades participantes; de esa forma, los mensajes fueron sobre todo
corporales, orales y lúdicos; se priorizó la utilización de mini medios, ferias populares y otros
de carácter participatorio, interpersonal y dialógico.
La mayor parte de este texto se basa en la experiencia obtenida a lo largo de los meses
que duró esta campaña en todo el país y en algunas preguntas que se hicieron constantemente
sus organizadores: ¿Cómo con escasos recursos humanos y financieros se pudo desarrollar
una movilización tan grande y con tantas perspectivas? ¿Cuáles son los motivos del éxito de
las Jornadas? ¿Es que la Participación Popular y la fiesta provienen de un lugar común y por
ello sus similitudes?
1 Gonzalo Rojas afirma que el proceso de Participación Popular es una reforma revolucionaria, "si por revolución entendemos, como
quiere la filósofa María Zambrano, una anunciación; y por ello portadora de esperanzas y temores". Autodeterminación. La Paz, N.
13. p. 11.
2 Cosa que no ocurre con la misma importancia en las grandes ciudades, donde esa misma matriz sufrió otro tipo de transformaciones,
transacciones y combinaciones y donde las "agendas" (política, comunicacional, etc.) tienen otras mediaciones. v. S. Molina. "Las
Jornadas de Participación Popular". La Razón, Ventana. 20 de agosto de 1995.
3 Un informe detallado sobre las Jornadas de Participación Popular puede encontrarse en Participar No. 9 revista de la Secretaría
Nacional de Participación Popular. Julio 1995.
Uno de los temas compuestos para las Jornadas dice:
Sin embargo, cuando se afirma: "la comunidad espera", sigue presente una concepción
paternalista del Estado, el padre que da y entrega al pueblo: puedo recibir a la Participación
Popular francamente, pero como algo que viene de afuera, que es, todavía, externo.
"Desde Pucará/ con el corazón,/ vengo a esta jornada/ de participación/... Dizque están
deseando/ que esta Ley se anule/ y si se atrevieran/ el pueblo los pule..."5.
4 Escuchado por primera vez en Riberalta, departamento del Beni, el 13 de mayo de 1995.
5 Coplas de César Arteaga, Presidente de una Comunidad de Pucará, Vallegrande, departamento de Santa Cruz. Escuchadas por primera
vez el 28 de mayo de 1995. Participar, Organo de la Secretaría Nacional de Participación Popular, La Paz, Año 2, N 2 9, julio de 1995.
p. 20.
6 Desde Pucará/ con el corazón/ vengo a esta Jornada/ de participación.
Junto a Vallegrande/ ahora lo celebro/ presidente Goni/ dio poder al pueblo.
También Pucará/ está aquí presente/ para agradecer/ a nuestro Presidente.
Aquí en Vallegrande/ fue este aniversario/ de participación/ justo y necesario.
Esta nueva Ley/ nos dio en qué pensar/ con tanto trabajo/ para realizar.
Hoy los campesinos/ tienen que apelar/ a las Alcaldías,/obras reclamar.
Qué buena esta Ley/ todos lo verán/ escuelas y postas/ se reconstruirán.
Con estos recursos/ de Participación/ se harán muchas obras/ en toda la nación.
Con estos recursos/ se abrirán caminos/ trayendo el progreso/ pa' los campesinos.
Hoy las OTBs/ tienen, pues, derechos/ y las obligaciones/ llevan en su pecho.
Ahura la OTB/ está en su derecho/ al que no trabaje/ le tiran los mechos.
También la OTB/ tiene obligación/ de participar/ junto a su azadón.
Voces discordantes/ llaman Ley Maldita/ apenas critican/ no aportan nadita.
Todos esos críticos/ nadita no hicieron/ por los campesinos/ cuando ellos estuvieron.
Qué buena esta Ley/ que se implementó/ a la oposición/ nada le gustó.
Diz'que están deseando/ que esta Ley se anule/ y si se atrevieran/ el pueblo los pule.
No les queda más/ más que oponerse,/ si no están fregaos/ tarde ya les pese.
Digan lo que digan/ y hablen a su antojo/ la participación/ fue puñete en el ojo.
Ay los concejales/ recién trabajaron/ pero pues sus dietas/ mucho se aumentaron.
Ahura los Alcaldes/ mucho habían viajau/ ya su diez por ciento/ ya lo han terminao.
Su preocupación/ es de los Alcaldes/ de las OTBs/ pedidos que arden.
Ahura las OTBs/ tienen que puyar/ pa' que los Alcaldes/ hagan trabajar.
Ahura el Comité/ va a vigilar/ pa' que los recursos/ no han de malgastar.
Algunos alcaldes/ no se han apurau/ para hacer sus obras/ ya están aplazaus.
También puede notarse en esta última copla un alto grado de politización (de claro signo
partidario y con adversarios bien identificados)7.
Esta canción expresa, por otro lado, un excelente resumen, no sólo de la Ley de
Participación Popular, sino de sus principales problemas: es como una insurgencia de la vida
real; ya no la fría letra del texto, sino práctica diaria.
"Ay los concejales/ recién trabajaron/ pero pues sus dietas/ mucho se aumentaron".
"Ahura las OTBs/ tienen que puyar/ pa que los Alcaldes/ hagan trabajar".
Las contradicciones en el propio texto de la copla son las formas oblicuas, las
transacciones, el toma y daca diario entre la cultura popular y los sectores hegemónicos; el
clientelismo y la reciprocidad; el populismo, y el convencimiento de la necesidad de
participar, de obtener igualdad de condiciones.
Vemos cómo la cultura popular considera propia (en la segunda canción) y se apropia (en
la primera a la que hacíamos referencia) de los elementos centrales de la Ley de Participación
Popular: la sociedad civil como interlocutor privilegiado ("Hoy las OTBs/ tienen, pues,
derechos, y las obligaciones/ llevan en su pecho", o sino "Su preocupación/ es de los Alcaldes/
de las OTBs/ pedidos que arden"); el control social sobre las autoridades (Ahura el Comité de
Vigilancia/ va a vigilar, pa que los recursos/ no han de malgastar"); la distribución de recursos
("Qué buena esta Ley/ todos lo verán/ escuelas y postas se reconstruirán"); la realización de
obras para el desarrollo ("Con estos recursos de Participación,/ se harán muchas obras,/ en
toda la Nación"); etc.
Una búsqueda que ahora se ilumina, aunque se la había hecho de infinitas formas y
expresiones a través de nuestra historia, como la que ocurre año tras año en el Carnaval de
Oruro: la lucha del ciudadano boliviano por tener una identidad8.
Ahora bien, para tener sentido, afirma Luis H. Antezana, es necesario que cualquier
discurso social haya acumulado en la historia una estructura de "juicios y prejuicios"
7 La Participación Popular, junto a la Reforma Educativa y la Capitalización —las tres grandes reformas estructurales promulgadas por el
gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada— fueron calificadas como "leyes malditas" por sectores trotskystas. Este calificativo se
popularizó entre la oposición y durante varios meses la lucha política en Bolivia adquirió carácter metafísico: la maldición y la
bendición enfrentadas; el bien y el mal, en su eterna lucha, habían concedido a Bolivia el honor de ser elegida como escenario de la
contienda. El mismo hecho de que este tipo de adjetivos se hubieran popularizado es un dato curioso: la discusión no tuvo nunca a la
razón como protagonista. Estaban en juego, sobre todo, elementos paganos, religiosos, corporales, sentimentales, místicos, pero nunca
el racionalismo que tanto reclamaban los intelectuales alemanes para nuestra época.
8 v. de Thomas Abercrombie. "La fiesta del carnaval postcolonial en Oruro: clase, etnicidad y nacionalismo en la danza folklórica",
Revista Andina año 10 N. 2, diciembre de 1992. p. 282.
(Zavaleta Mercado) y, además, sea aceptado y escuchado en el mercado sociocultural
vigente9.
Al circular y ser asimilado por ese mercado, los discursos se convierten en patrimonio
social, se insertan lentamente en las matrices culturales porque de ahí provienen.
Demostración de la necesidad que había de su producción. Comprobación de la continuidad
discursiva. Hibridación de estratos culturales arcaicos y residuales para su emersión en el
futuro.
B. LA CUESTIÓN ESPACIAL
Las Jornadas de Participación Popular, además, ocupan otro lugar. Del espacio privado
donde el ciudadano estaba acostumbrado a recibir mensajes del Estado, al espacio público, a
la plaza.
Se recoge así la mejor tradición de las movilizaciones sociales y políticas bolivianas, pero
con otra significación. Ya no se trata de la acción (de reivindicación y protesta, de violencia
concentrada en las marchas y las manifestaciones) sino la actuación; es que las prácticas
culturales "representan, simulan las acciones sociales, pero sólo a veces operan como una
acción" 10 . La Participación Popular se sumerge así en medio de esas prácticas.
Eso lo que Mijail Bajtin estudia en la obra de Rabelais: una cultura popular que tiene su
espacio propio, la plaza pública y su propio tiempo, el carnaval-11.
9 v. el prólogo de Luis H. Antezana al libro de F. Mayorga Política y discurso en Bolivia. Ildis y Ceres. La Paz. 1993.
10 v. de García Canclini. Culturas híbridas Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Editorial Sudamericana. Buenos Aires.
1992. p. 327.
11 v. de M. Bajtin. La cultura popular en la edad media y en el renacimiento, El contexto de Francois Rabelais; Alianza Universidad,
1987. Hacemos referencia a la particular lectura que hace de este texto Jesús Martín Barbero en De los medios a las mediaciones.
Comunicación, cultura y hegemonía; Gustavo Gili, Barcelona, 1987.
La plaza como un teatro donde los roles de actores y espectadores se intercambian
constantemente hasta desaparecer en un diálogo incesante 12 . La plaza ya no lugar de
oposición sino de construcción. Lo cual no es nuevo, ya Garcilaso de la Vega señalaba que en
el incario el lugar de reunión en festividades y comidas era la plaza pública13.
La fiesta entonces, para la Participación Popular, asume contornos de ch'alla. Ch'alla por
el comienzo de la construcción, por un futuro que Bolivia ni siquiera tiene asegurado. La
espera por el ideal momento de su conclusión sólo para celebrarlo, y celebrar la espera de la
celebración.
"... prácticas 'gratuitas' e 'ineficaces' como pintarse el cuerpo o realizar fiestas en las que
una comunidad gasta el excedente de todo un año y mucho tiempo de trabajo para
preparar ornamentos que se destruirán en un día. Siempre los hombres hicimos arte
preocupándonos por algo más que su valor pragmático; por ejemplo, por el placer que nos
da, porque seduce o comunica algo de nosotros"14.
Es el caso de las Jornadas de Participación Popular asumidas como propias por los
bolivianos en una gran fiesta nacional. No olvidemos que en Bolivia nada es importante si no
se traduce en fiesta, rito y celebración, elementos centrales e inherentes a nuestra matriz
cultural.
Por eso, no es aventurado afirmar que la Participación Popular también es una agresiva
política cultural del Estado en procura del re-conocimiento, por parte de la sociedad civil, de
las creaciones que había hecho a lo largo de su historia.
Y como fenómeno cultural es que la Participación Popular se asemeja a una fiesta (las dos
provienen del mismo lugar), en la cual la movilización, la disputa, la violencia y la poesía
tienen lugar. Fiesta que siempre existió, pero ahora enmarcada en una nueva perspectiva;
quizá por ello, y como nunca, en esta diversidad sin límites, se trate de un fenómeno nacional.
La fiesta provoca el juego; el rito es un lugar donde las transacciones entre clases o etnias,
y su distinción, se potencian al máximo; donde el Estado pierde condición de emisor
omnipotente, y se entrecruza con la sociedad en transacciones inverosímiles; donde asumen
papel protagónico las pulsiones adormecidas en la memoria cultural del pueblo.
15 Como atestiguan los principales jefes de la oposición en entrevistas periodísticas, pero que se resumen en las afirmaciones de Hugo
Bánzer Suárez (principal jefe de ADN): "No derogaré la Participación Popular" (La Razón, La Paz, 10 de agosto de 1995)
16 M. Bajtin. Op Cit.
Cuando esta lucha se desata, no hay tregua posible, la cultura popular arremete contra el
poder en una hora y en un lugar y lo desarma. Hasta que se declara el armisticio. Los tres o
cinco días del carnaval son eternos. Y cuando retorna la paz, también retorna como por
encanto el viejo reinado. Las fuerzas que se desataron por un momento para mostrar su
poderío son constreñidas hasta el nuevo año. Es el tiempo cíclico de la cultura popular.
En ese sentido, nos viene a la memoria una canción de Joan Manuel Serrat:
"Hoy el noble y el villano/ el pro hombre y el gusano/ bailan y se dan la mano/ sin
importales la facha/ juntos los encuentra el sol/ a la sombra de un farol/ empapados en
alcohol/ mareando a una muchacha/ Y con la resaca a cuesta/ vuelve el pobre a su
pobreza/ vuelve el rico a su riqueza/ y el señor cura a sus misas/ se despertó el bien y el
mal/ la zorra pobre al portal/ la zorra rica al rosal/ y el avaro a las divisas"17.
En la letra, Serrat hace referencia a una fiesta que sirve momentáneamente como
elemento unificador, de comunión entre los miembros de un barrio catalán de las más diversas
condiciones económicas y sociales. Todos comparten por un instante la alegría, se confunden
en un mismo espacio pero, una vez finalizada, cada quien se va por donde vino. Fiesta,
entonces, como forma de control social18.
Nos referimos, sin embargo, a la fiesta boliviana; a otra forma de socialidad; a un punto
de encuentro, que marca el inicio de un camino por recorrer entre todos.
Bolivia es un país contradictorio por excelencia, de una diversidad sin límites, por tanto,
¿qué puede unificarlo? ¿Dónde se agrupa, participa y se libera? ¿En qué espacio se producen
la interrelación y el diálogo? Quizá en aquel lugar donde la cultura humana brota del juego
-como tal- y sobre el cual se desarrolla. No el juego dentro de la cultura, sino el carácter de
juego de la cultura19.
Como ya se quejaba Huizinga, los investigadores han descuidado el juego y la fiesta para
entender nuestra sociedad; ni qué decir de los gobernantes identificándolos siempre como una
dimensión ajena al mundo de "lo político" (como si la misma cultura no atravesara todos los
espacios y les diera espesor y volumen). Ambito festivo al cual uno se trasladaba o quería
trasladarse como si fuera un lugar para el adormecimiento (y por eso la utilización
absolutamente opuesta que hacen los sectores hegemónicos del alcohol y de las drogas, en
17 J. M. Serrat. Fiesta.
18 V. Reifler Bricker. Humor ritual en la altiplanicie de Chiapas. Fondo de Cultura Económica, México, 1986 (citado por N. García
Canclini. Op. cit. p. 206-207).
19 v. Huizinga. Homo ludens. Fondo de Cultura Económica.
relación a su uso por los sectores populares). Y, finalmente, como si fuera posible hacer
distinciones sociales categóricas.
"El conjunto anual de celebraciones comunales está íntimamente ligado con el ciclo
agrícola... Se celebra la vida y la muerte, la siembra, el trabajo, la espera ansiosa y el
producto final. Así la comunidad suele reunirse, presidida por sus autoridades en el
reparto simbólico y primera roturación de la tierra...; en el momento de la siembra; en la
fiesta de los muertos al principio de las lluvias; en el Carnaval -en plena época de
maduración- para constatar como crece el producto y, finalmente -poco después de la
cosecha, ya en la época seca- en la gran fiesta anual de la comunidad, en la cual la alegría
colectiva se combina con la celebración de la misma institución comunitaria..."20.
Pero, además, fiesta donde la comida es reservada y compartida con los visitantes, con la
esperanza de recibir a cambio más de lo que se les ofrece, en el marco de la reciprocidad.
20 K. Libermann, A. Godínez y X. Albó. "Mundo rural Andino..." en X. Albó, K. Libermann, A. Godínez y F. Pifarré. Para comprender
las culturas rurales en Bolivia. Segunda Edición, Ministerio de Educación y Cultura, CIPCA, UNICEF, La Paz, 1990. p. 59.
Fiesta que también es bebida. En el esquema referencial de la lógica andina, se bebe para
reencontrarse con los ancestros, para entrar en comunión con el pasado.
O en el oriente, donde Fray Bernardino de Nino, al estudiar a los chiriguanos observa que:
"Se celebra tan sólo para beber y llenarse, y para disfrutar del trabajo que les costó la
siembra del maíz, para tener unos días de regocijo general, beber, en suma, como buenos
hermanos"21.
"No se concibe fiestas sin bebidas, -esto es como una ley universal-; de manera que esta
gente, cuando la tiene, está de fiesta, pero hasta que se termine. Por eso es que en el
período de sus 'cosechas', preparada la aloja, pasan semanas y meses emborrachándose...
Así es como unos hacen fiesta para emborracharse, mientras otros se emborrachan para
hacer fiesta; de donde queda nivelada la sociedad progresada con la salvaje"22.
Fiesta que también es música, la que cautivó a D'Orbigny. El viajero francés reprodujo
con la ayuda de los "maestros de capilla" las melodías y letras de la música de los chiquitos,
las cuales -según sus palabras- ofrecían "nuevos motivos característicos de esas naciones en
estado salvaje"23.
21 F. Bernardino de Nino. Etnografía chiriguana. Tipografía Comercial de Ismael Argote, La Paz, 1912. p. 256.
Más adelante el propio autor comenta: "Después de esto, el chiriguano pasa el tiempo en el ocio, bebiendo hoy acá, mañana allá,
visitando a unos, jugando con otros, gozando, en suma, de su casi ningún trabajo, mejor que el más grande mandatario del mundo. La
cosecha se practica entre mayo y junio, y después de ella, principian las libaciones en honor del dios vientre. Como el deseo de beber
es extraordinario, antes de hacer la libación general, las familias aisladamente van principiando a elaborar una pequeña cantidad de
chicha para beberla entre pocos amigos y parientes" p. 257.
22 E. L. Maradona. A través de la selva. Buenos Aires, 1937. p. 75 (pie de página).
23 A. D'Orbigny. Viaje a la América Meridional. En Biblioteca Indiana. Viajes y Viajeros por América del Sur. Edición con estudio y
notas de los textos de D'Orbigny, Wiener y La Condamine. Aguilar, Madrid, 1958. p. 731.
La fiesta, entonces, celebrando la producción, la roturación de la tierra, la siembra y la
cosecha, en fin, el ciclo reproductivo.
Infinitos son los elementos que configuran el círculo de las fiestas; también expresión
mística; sincretismo religioso, yuxtaposición del rito pagano y cristiano. El agradecimiento
extensivo a todos los dioses que configuran nuestro imaginario.
"La fiesta constituye el lugar y el momento por excelencia de comunión social, pero
también de comunión y encuentro sagrado con esos seres de otros mundos que
determinan el destino y el sentido de este mundo donde moran los humanos /.../ Toda la
celebración comunal -añade- es un lugar de encuentro en el que todos expresan y
comparten conjuntamente sus necesidades y ansiedades..."24
Ese encuentro al que hacen referencia los autores antes citados es comunicación en el
estricto sentido de la palabra. La comunión a través de la fiesta.
Prima el concepto de reciprocidad, uno de los ejes de nuestra cultura, traducido como la
esperanza de recibir a cambio, más de lo que se ofrece, pero en beneficio de toda la
comunidad, no individualmente. Sentido colectivo de la vida.
¿Por qué referencias tan extensas a la fiesta? Es que comprender la fiesta en una
dimensión más integral, permite aprehender no sólo nuestra cultura, sino dar un giro
insospechado a la visión de lo estatal y del significado de la Participación Popular en Bolivia.
La fiesta, el juego y el rito han cobrado últimamente un enorme interés para los estudios
contemporáneos de comunicación y de lo popular.
"Pero en su mayoría esos estudios no se interesan sino por las 'verdaderas' fiestas, o sea,
las de las sociedades primitivas; y cuando se asoman a las otras es para ver qué queda de
aquello de lo primitivo"25
En este caso, la fiesta sólo interesa en tanto primitivismo, juego como curiosidad
folklórica. En la "evolución" incesante de la humanidad aún hay sociedades "atrasadas" que
deben ser objeto de estudio. Los yukis perdiendo dimensión humana para convertirse en el
espíritu del laboratorio. O, lo que es lo mismo, fiesta simplemente como oposición, forma de
resistencia; o fiesta como sinónimo de intrascendencia y frivolidad.
Esa no es nuestra materia de estudio. Sabemos la inutilidad de buscar algo que no existe,
la sociedad primitiva pura, la fiesta con danzas autóctonas sin rap ni texmex, la cultura sin
hibridar, sin desfiguración. Es idealismo creer que en la fiesta y el juego sólo se expresan las
ansias transformadoras del pueblo.
He ahí nuestro pretexto, la Participación Popular mirada desde la fiesta y las dos
proviniendo de una matriz cultural común.
Tomemos otra vertiente de análisis. Para Martín Barbero, en la Edad Media se inicia un
proceso de enculturación que se expresa en dos campos:
"El de la transformación del sentido del tiempo que, aboliendo el del ciclo, impone el
lineal centrado sobre la producción; y el de la transformación del saber y sus modos de
transmisión mediante la persecución de las brujas y el establecimiento de la escuela"28.
Otros, en cambio, afirman que sobre todo dentro del contexto de la cultura andina, la
fiesta significa la ruptura de lo cotidiano y, como tal, la vivencia de nuevas emociones que
irán dando forma a un nuevo tipo de comportamiento sociocultural.
203
"Las fiestas tenían un carácter colectivo en que las castas y jerarquías eran diluidas en
momentos de ruptura con la rutina de lo cotidiano" 0.
Ahora bien, decíamos, siguiendo a Martín Barbero, que el sentido primitivo del tiempo es
bloqueado, se de-forma y desplaza y se sitúa en la producción el nuevo eje de la temporalidad
social.
Esta fue una de las formas de imposición de la cultura hegemónica; pero, a través de una
serie de transacciones e intercambios, el pueblo se sobrepone. Los viejos valores se inscriben
en una matriz cultural que pervive hasta nuestros días y que cobra renovada vigencia en la
fiesta y la Ley de Participación Popular.
Durante siglos, las culturas desplazadas emergen con más fuerza en cada nueva acción
social, en el tiempo del trabajo y del ocio, en el de la vida y de la muerte; acciones que la
cultura hegemónica no quiere aceptar, hasta que entiende la imposibilidad de seguir
reprimiéndolas, de mantener al margen lo que es constitutivo a ella misma, porque en
cualquier recodo, en la esquina menos concurrida, vuelve a aparecer con esas tercas ganas de
no morir, de transformarse infinitamente y de emerger con más ímpetu; entonces surgen
productos como la Participación Popular.
Mientras no se desataron esas fuerzas, mientras esa lucha estéril se mantuvo, el país
siguió sumido en el atraso y en la pobreza porque era incapaz de mirarse a sí mismo para
encontrar su propio camino. Sin embargo, en los últimos años, la cosa está cambiando31.
30 M. Guardia Crespo. Música popular y comunicación en Bolivia. Las interpretaciones y conflictos. Universidad Católica Boliviana,
Cochabamba, 1994. p. 33. v. también de X. Albó y M. Preiswerk. Op cit. y de K. Libermann, A. Godínez y X. Albó. "Mundo rural
Andino...". p. 58.
31 Hay un ejemplo que nos llama la atención: escuchar aymara y quechua en horarios centrales de la radio y no sólo en las madrugadas
(en programas dirigidos a un público casi por entero campesino y migrante); si bien las experiencias de radiodifusión bilingüe son
mucho más antiguas y se remontan a la década del cincuenta (v. de R. Archondo. Compadres al micrófono; La resurrección
metropolitana del ayllu. Hisbol; 1991), en los últimos años radioemisoras como Fides y Metropolitana, dos de las más importantes de
la ciudad de La Paz, asumen el bilingüismo como una práctica casi permanente y no dirigida sólo a los mestizos migrantes (aunque
sigan siendo éstos los privilegiados); es una forma de asumir la pluriculturalidad como algo "natural" al país.
Lo mismo puede decirse, aunque ya de forma más anecdótica, de la elección de Víctor Hugo Cárdenas, como Vicepresidente de la
República" o de que la "Segunda Dama de la Nación" sea una chola, etc.
Qué lejos estamos de aquel 1925 en que la celebración del centenario de la República transcurrió con la Plaza Murillo cerrada a los
"indios" porque la "afeaban" y hacían "quedar mal" al país frente a los invitados extranjeros.
204
H. EL LUGAR PRIVILEGIADO PARA ACTUAR
Hemos tratado de mostrar los rastros por donde se debe husmear la forma en que se ha
engarzado lo popular y la Participación Popular32 . ¿Una afirmacion exagerada?, es
posible, pero que sirve para comenzar a explicar una de las razones de su éxito.
32 La Participación Popular se encuentra con la cultura popular, en una de sus manifestaciones: la fiesta; al seguir esa huella, se
comprueba la imaginación sin límites de los habitantes de este país, pero también (y este es el otro rastro que se debe tener en cuenta)
de cómo se apropian, desde su particular perspectiva, de la modernidad, perteneciente, por origen, al occidente antes que a las
sociedades amerindias.
Un ejemplo. En la inauguración de una obra que permite a un barrio alejado acceder por primera vez a la luz eléctrica, una familia
comentaba que ahora por fin podría pensar en comprarse un televisor. Pero la TV significa aquí otra cosa. Si en la capital esa es una
forma de modernización, casi un artículo de primera necesidad, en ese pueblo es una forma de ingresar a la modernidad, de
considerarse dignos, iguales y diferentes a otros habitantes, de formar parte del todo social.
Fernando Calderón entiende a la modernidad como un proyecto cultural en el que coexisten la valoración de la libertad social y de la
libertad individual, y por la cual se busca tanto la integración como la diferenciación de los actores (Fernando Calderón. Paradojas de
la Modernidad. Diálogos de Milenio No. 9. Noviembre de 1994). En cambio, la modernización puede entenderse sólo como procesos
económicos, tecnológicos y científicos de apropiación social de la naturaleza.
La Participación Popular es moderna en ambos sentidos, busca no sólo equidad en la distribución de los recursos y racionalidad en el
manejo administrativo —formas de modernización solamente—, sino la identificación de las distintas subjetividades del otro para
armonizarlas con esta racionalidad, lo que se entiende por modernidad.
33 La referencia más extensa a este asunto la hacen Javier Medina en Una Eutopía Posible y Sensata. La Participación Popular como
fruto de las luchas sociales en Bolivia; mimeo; SNPP; 1995 y Sergio Molina e Iván Arias en "De la nación clandestina a la
Participación Popular". Informe especial de CEDOIN, 1996. La Paz.
Desarrollo Humano, Participación
Popular y sostenibilidad
Fernando Ruiz Mier
INTRODUCCION
207
disciplina fiscal, en lo económico. Más aún, en los últimos años se ha desarrollado un
consenso a nivel nacional sobre los beneficios de tener un sistema político pluralista y la
necesidad de mantener los equilibrios macroeconómicos.
A. EL DESARROLLO HUMANO
Durante los últimos años se ha forjado cierto consenso acerca de la necesidad de ampliar
la visión de los procesos de desarrollo, reconociendo, primero, que el desarrollo debe ser visto
como un proceso impulsado por y para el individuo y, segundo, que estos procesos incorporan
varias dimensiones que deben ser integradas. Este consenso constituye un cambio
significativo respecto del modelo de desarrollo que había llegado a predominar, el cual daba
énfasis al aspecto de crecimiento económico centrado principalmente en la inversión. La
nueva visión del desarrollo, al poner el acento del proceso en la persona, implica tanto una
nueva concepción de la política social tradicional como una aproximación distinta al conjunto
de políticas del Estado.
208
Dentro del proceso de desarrollo el accionar del Estado tiene efectos en distintas esferas:
la económica, la social, la político/legal y del medio ambiente. En cada una de estas esferas
las políticas tienen objetivos específicos propios. En lo social, se busca el acceso universal a
servicios básicos, el desarrollo de las capacidades del individuo, el reconocimiento y
aprovechamiento de la diversidad cultural y la igualdad de oportunidades. En la esfera
política, la estabilidad política y el arraigo de la democracia representativa. En el ámbito
económico, la estabilidad económica y el crecimiento autosustentado. Finalmente, en el
ámbito del medio ambiente, el uso racional de recursos y la preservación de la calidad
ambiental. Si bien cada uno de estos ámbitos de acción del Estado tienen objetivos específicos
internos, todos, en su conjunto, contribuyen al bienestar del ser humano. Adicionalmente, las
acciones que se ejecuten en cada uno de ellos tienen incidencia en los otros. Es por esto que,
si bien cada una de estas esferas amerita acciones específicas, es necesario un enfoque integral
que tome en cuenta las distintas interrelaciones entre las mismas y considere el impacto que
las políticas e instrumentos de unas tienen sobre otras.
Viendo al individuo simultáneamente como sujeto y objeto del desarrollo, esta nueva
visión requiere de un modelo de desarrollo que rompa el sistema paternalista y altamente
centralizado donde el Estado asume la responsabilidad total de resolver los problemas del
individuo, para entrar en otro diferente que: i) reconozca la interrelación de los varios
objetivos y favorezca una acción integral, ii) asigne particular atención al establecimiento de
las condiciones necesarias para proporcionar oportunidades equitativas al individuo y lograr el
pleno desarrollo de sus capacidades, y iii) establezca espacios para varios actores de la
sociedad civil facilitando la participación ciudadana. Es en base a estos criterios que el
Gobierno boliviano ha adoptado el concepto de Desarrollo Humano como el marco
conceptual que ordena sus acciones, especialmente en el área social.
participación,
oportunidad,
responsabilidad.
La identificación de estos elementos hace posible establecer un criterio ordenador para las
políticas del Gobierno.
209
A fin de darle un sentido más operativo al concepto de Desarrollo Humano era necesario:
El acceso a servicios basicos: Busca mejorar la provisión de servicios que cubran las
necesidades básicas de la población, haciendo un énfasis especial en la educación.
La participación del individuo en las decisiones que afectan su vida es uno de los pilares
del Desarrollo Humano. La participación en los procesos económicos, sociales y políticos que
210
configuran el Estado no solamente permite al individuo y a la comunidad aprovechar las
oportunidades existentes y contribuir a ampliarlas, sino también induce a la población a
asumir la responsabilidad en la solución de sus propios problemas.
Si bien la participación requiere acciones que partan del ciudadano o de las diversas
organizaciones de representación que la sociedad civil genere, las instancias gubernamentales
pueden alentarla y estimularla estableciendo espacios, mecanismos e instrumentos adecuados
para facilitar y afirmar el proceso de participación. Reconociendo esta realidad, el Gobierno
ha realizado un importante esfuerzo para establecer el marco legal e institucional, a través de
la Ley de Participación Popular, que permita a la población incorporarse de manera activa a
los procesos de decisión.
Para corregir estas deficiencias, el Gobierno ha instituido un nuevo marco legal que
permite una acción gubernamental ordenada y coherente, la elaboración de políticas sociales
integrales y el espacio para la participación de todos los actores involucrados en el proceso de
Desarrollo Humano. Este marco legal ordenador está basado en cinco leyes fundamentales: la
Ley de Reforma a la Constitución Política del Estado, que reconoce por primera vez la
diversidad multiétnica y pluricultural del país; la Ley de Participación Popular, que
descentraliza una serie de funciones al nivel local y crea los mecanismos para la participación
ciudadana en las decisiones del Estado; la Ley de Reforma Educativa, que posibilita una
sólida formación de los recursos humanos del país; la Ley de Capitalización, que transfiere la
propiedad y administración de empresas al sector privado y reasigna recursos estatales
estableciendo una base más solida para un sistema de pensiones; y la Ley de
Descentralización Administrativa, que transfiere una serie de funciones, entre ellas la de
definir la inversión pública, al nivel departamental.
Dentro del proceso de cambio en el que se encuentra Bolivia, el Estado está modificando
su perfil, reduciendo sus actividades directas en el sector productivo, mejorando su rol
normativo con énfasis en una economía de mercado, ampliando la participación social y
descentralizando la provisión de servicios básicos. El cambio institucional que se viene
realizando no sólo persigue mejorar la eficiencia de las instituciones existentes sino
acomodarse a un nuevo esquema de gestión de la política económica, social y ambiental que
emerge de la redefinición del rol del Estado y de sus relaciones con la sociedad civil.
Una revisión de algunos indicadores sociales tradicionales muestra que éstos han
mejorado en los últimos diez años. Sin embargo, una proyección de esta evolución muestra
también que, de continuarse con la forma de hacer política del pasado, se requeriría un largo
tiempo para llegar a una situación que podría considerarse aceptable. Al mismo tiempo, si
bien existe consenso acerca de la necesidad de invertir más en el área social, no deja de ser
cierto que, con base en los recursos que se destinaron al sector, tendrían que haberse logrado
mejores resultados. Estas observaciones, conjuntamente con el objetivo del Gobierno de dar
un salto cualitativo significativo en lo social, han hecho necesario replantear la política social
en el país.
Era evidente que no era suficiente administrar lo que se tenía de mejor manera, sino que
se requería un enfoque y un accionar radicalmente distintos. Era necesario establecer nuevas
reglas de juego, con base en respuestas distintas a las preguntas que guían la política social:
¿quién y cómo define qué servicios producir?, ¿quién y cómo define quiénes acceden a los
servicios?, ¿quién y cómo produce los servicios?, ¿quién y cómo los financia? y ¿quién y
cómo garantiza la calidad de los servicios?
Antes, la respuesta a todas estas preguntas era la misma: el Estado. Sin embargo, al igual
que en el campo económico, el Estado se ha mostrado inepto para realizar todas estas
funciones de manera eficiente y efectiva. Había poca claridad sobre las prioridades, el aparato
estatal era ineficiente en la producción de servicios, la calidad de los mismos era aleatoria, los
beneficios del esfuerzo estatal no llegaban necesariamente a los grupos más necesitados y el
financiamiento no siempre era suficiente y oportuno.
Al mismo tiempo, en contraste con el caso económico, donde la receta es simple y tiene
una aceptación generalizada: que el Estado deje de estar involucrado en la actividad
productiva abriendo espacio al sector privado y utilizando al mercado como mecanismo para
contestar todas esas preguntas; en el campo social existen elementos que introducen una
mayor complejidad propia al sector. Por un lado, el Estado tiene un mandato ineludible, lo que
tiene implicaciones sobre el rol que debe jugar. Por otro lado, la naturaleza de los servicios
sociales determina que el mercado tenga limitaciones para contestar todos los interrogantes.
Las bondades del mercado como mecanismo de asignación de recursos son ampliamente
reconocidas. Esta función de asignación, que se realiza de forma descentralizada, está
213
íntimamente ligada a lo que podemos interpretar como una función reguladora que consiste en
supervisar o evaluar el desempeño de las empresas e inducir mejoras en el mismo a través de
señales concretas. El mercado premia a quienes lo hacen bien (produciendo lo que la gente
desea o necesita, de una manera eficiente, con una calidad aceptable y al menor costo) y
castiga a quienes lo hacen mal. Este premio o castigo se manifiesta a través del voto de los
consumidores con su dinero. Los consumidores o clientes tienen la opción de "salida" al
decidir no comprar un producto de una empresa y acudir a la competencia.
Desde la perspectiva de una empresa la señal sobre su desempeño es muy clara. Aquellas
empresas que por alguna ineficiencia ofrecen productos de una mala calidad o incurren en
mayores costos, descubren rápidamente que sus clientes ejercen la opción de salida. La
pérdida de clientes es una señal clara y contundente de que su desempeño es deficiente. Esta
señal les permite tomar las acciones remediales apropiadas y aquellas empresas que lo hacen
sobreviven. Las tendencias privatizadoras de empresas productivas de los últimos años
reflejan un claro reconocimiento de que el mercado es un mejor supervisor, y da mejores
señales, que el Estado en lo que concierne a lo que la gente desea y al control de calidad y
costo.
Sin duda es posible concebir un rol para el mercado, complementado por acciones o una
forma de operar distinta a la tradicional por parte del Estado. En principio es posible
considerar varias opciones institucionales intermedias. Esta, por ejemplo, es la base de
algunos esquemas en los que el Estado distribuye cupones (vouchers) que pueden ser
utilizados para adquirir servicios específicos ofertados en un ambiente de competencia.
214
En el caso de educación, por ejemplo, esto contemplaría la distribución de cupones a los
padres de niños en edad escolar. Con estos cupones los padres podrían comprar servicios
educativos ofrecidos por instituciones privadas en un régimen de competencia. Este tipo de
esquema posibilitaría, en principio, aprovechar la capacidad reguladora del mercado, ya que
permite a los padres expresar su criterio sobre la calidad del servicio directamente sacando a
los niños de una escuela y enviándolos a otra, ejerciendo de esta manera la opción de salida.
Si bien el esquema de cupones u otros que buscan integrar el mercado con un rol estatal
son atractivos, es importante destacar que deben existir una serie de condiciones para que, en
la práctica, se den los resultados esperados. Aspectos como la alta dispersión poblacional en el
caso boliviano hacen que sea muy improbable que se establezca un entorno competitivo que
posibilite la opción de salida. Es este reconocimiento el que ha motivado la búsqueda de
alternativas que presenten un mecanismo regulador que pueda ser efectivo en el área social.
En principio, la posibilidad de expresar una opinión siempre existe. Sin embargo, el que
estas opiniones tengan impacto y lleguen a influir el desempeño de instituciones involucradas
en la provisión de servicios requiere de ciertas condiciones. Entre ellas, que las opiniones
lleguen a quienes toman las decisiones y que lo hagan de manera oportuna y contundente.
C. LA PARTICIPACIÓN POPULAR:
DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES
Uno de estos desafíos es la necesidad de coordinación que surge, primero, por el mayor
número de actores, y, segundo, por la forma en la que las leyes de Participación Popular y
Descentralización Administrativa reasignan funciones y responsabilidades. Con relación a
este segundo punto tenemos, por ejemplo, que la infraestructura de educación y salud, así
como la responsabilidad de inversión en infraestructura en estos sectores, ha sido transferida a
los Gobiernos Municipales. Al mismo tiempo, la administración de recursos humanos, para
proveer servicios de educación y salud, está asignada al nivel departamental. En
consecuencia, distintos factores (insumos) para la provisión de estos servicios han sido
descentralizados a distintos niveles. En Bolivia, para el caso de algunos sectores se ha dado
una descentralización por factores.
Otro desafío para el nivel central parte de la idea introducida por la Participación Popular
de que el Desarrollo Humano debe darse a nivel de municipio. Los municipios han sido
llamados a desempeñar un rol pivotal como agentes del Desarrollo Humano incorporando un
aspecto territorial a la gestión del desarrollo. Esto hace necesario replantear la pregunta sobre
el rol del gobierno central, y en particular del Ministerio de Desarrollo Humano, en el
Desarrollo Humano. La respuesta a esta pregunta nos lleva a repensar, además de lo
relacionado a la gestión compartida y a la readecuación de los sistemas de provisión de
servicios discutidos en el párrafo anterior, la naturaleza de los programas sectoriales
promovidos por el Gobierno central.
217
del Gobierno central y del MDH en el Desarrollo Humano es el de identificar claramente
cuáles serán los instrumentos de política.
Estos elementos plantean distintos desafíos que empiezan con un cambio de mentalidad y
deben manifestarse a nivel institucional y operativo. Esta concepción exije el fortalecimiento
de la gestión, si bien debe identificar e instituir los instrumentos apropiados para una gestión
eficiente y efectiva, debe también partir de un enfoque nuevo en el área social done se
reconoce la necesidad de focalizar esfuerzos, concentrarse en aquéllos que tienen mayor costo
efectividad, así como la importancia de la información confiable para el diseño, la ejecución y
el seguimiento de políticas. Este es un principio que debe aplicarse tanto a nivel central como
departamental y local.
3. El rol de la información
Las reformas adoptadas por el Gobierno introducen, de manera formal, nuevos actores al
quehacer nacional. Asimismo, la Ley de Participación Popular en particular, crea instancias y
mecanismos para la participación de la población en la identificación de necesidades,
priorización de proyectos, supervisión de la oferta de servicios y control de la gestión social.
Para que cada uno de estos actores pueda cumplir el rol que le compete es necesario no sólo
dotarlos de una capacidad de gestión, sino también proveerlos de información pertinente,
confiable y oportuna.
218
CONCLUSION
Javier Medina Dávila (50) estudió Filosofía en Alemania y Austria. Fue Director del
Instituto de Historia Social Boliviana (1984-90), Director de Educación del Fondo de
Inversión Social (1990-93) y Subsecretario de Desarrollo Rural del Ministerio de Desarrollo
Humano (1993-95). Actualmente es consultor de la Secretaría Nacional de Participación
Popular. Ha publicado: Repensar Bolivia (1992), Del alivio a la pobreza al Desarrollo
Humano (1994), El trueno sobre los cocales. Coca, cultura y democracia participativa
municipal (1995), La Participación Popular como fruto de las luchas sociales en Bolivia
(1995) y Democracia Participativa en la polis griega y Participación Popular (1996).
Mario Galindo Soza (41) es economista por la Universidad Mayor de San Andrés y
master en Ciencias Sociales con mención en Economía por la New School for Social Research
City University of New York. Fue docente de la Universidad Mayor de San Andrés, de la
Universidad Católica Boliviana, del CIDES-UMSA y del CESU-UMSS / CEBEM. Trabajó como
Director de Departamento del INE, asesor de la Presidencia del Banco Central de Bolivia, con-
sultor de UNFDC, Proyecto EMSO-Descentralización Administrativa, Director Económico-
Financiero de la Secretaría Nacional de Participación Popular (1993-95) y consultor de la
Secretaría Nacional de Planificación y UNICEF-Prefectura de Santa Cruz. Actualmente es
consultor de UNICEF-Secretaría de Salud. Tiene varias publicaciones sobre temas económicos
y de descentralización.
Fernando Ruiz Mier (40) Ph. D. se graduó como doctor en Economía de Purdue
University en Estados Unidos en 1985. Durante los dos últimos años se desempeñó como
Secretario Nacional de Política e Inversión Social en el Ministerio de Desarrollo Humano. Su
experiencia profesional abarca el servicio público, como Subsecretario de Inversión Pública y
Financiamiento Externo (1989) y Subsecretario de Política Monetaria (1988); la función
internacional, como Gerente de Programación y Revisión de Operaciones de la Corporación
Andina de Fomento (1992-93); la docencia, como profesor universitario en Estados Unidos, y
la consultoría privada. Ha publicado diversos artículos en libros, revistas profesionales y la
prensa. Actualmente se desempeña como consultor internacional independiente.
223