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Unidad 4

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En este capítulo abordaremos Empatía y Habilidades Sociales, los dos

pilares que definen la Inteligencia Interpersonal (encuentro con los otros).

Empatía

La soledad puede ser buena compañera al momento de buscar nuestra


esencia interior para alcanzar la propia consciencia, sin embargo, somos
seres sociales. No estamos solos al nacer ni podemos sobrevivir sin
cuidados.

“La naturaleza se encarga, de que tanto en el ejercicio del sexo como en


saciar el hambre, prodigar cuidados o ser sociable se garantice la
reproducción y supervivencia”, nos explica el divulgador científico Eduard
Punset.

Somos con otros y sobrevivimos en manada. La empatía es el estímulo


principal del comportamiento social y una respuesta de adaptación al
medio. La componen aspectos instintivos, pero también emocionales y
racionales.
Para desandar este concepto en profundidad recomendamos, a quienes
interese, la lectura de un libro que repasa la evolución de la empatía y su
poderosa influencia en el desarrollo y futuro de nuestra especie. La obra
referida, “La civilización empática” de Jeremy Rifkin, plantea una visión
interdisciplinar de la naturaleza humana poniendo de manifiesto aportes de
la biología y las ciencias cognitivas.

“La civilización empática” se puede descargar gratis aquí:


https://soyandrespaz.files.wordpress.com/2010/05/75987310-civilizacion-
empaticarifkin-libro.pdf
¿Qué es la empatía? Una capacidad, la de alcanzar el sentimiento del
prójimo. Es aquella que nos permite comunicarnos con eficacia. Una
identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo del
otro. Exige confianza y voluntad de entrega.

Es comúnmente definida, en un sentido menos académico, como la


capacidad de ponerse en los zapatos o en la piel del otro para alcanzar sus
sentimientos

Un punto interesante que nos aclara Jeremy Rifkin “es el hecho de que
muchos autores han asociado erróneamente la empatía a simples
sentimientos y emociones. Si sólo se tratara de eso, la conciencia empática
sería imposible.

Estamos empezando a saber que un momento empático exige compromiso


personal y cierta medida de desapego. Si volcamos totalmente nuestros
sentimientos en los sentimientos de otra persona o los sentimientos de otra
persona inundan nuestra psique, perderemos nuestra individualidad y la
capacidad de imaginar al otro como si fuéramos él. La empatía supone un
equilibrio delicado. Tenemos que estar abiertos a sentir el sufrimiento del
otro como si fuera nuestro, pero sin que ese sufrimiento nos engulla y anule
la capacidad del yo para ser un ente único y separado. La empatía requiere
un límite poroso entre el «yo» y el «tú» que permita que las identidades de
dos seres se reúnan en un espacio mental común”.

La empatía es una experiencia afectiva, pero


también cognitiva. Sin embargo, no alcanzaría definirla sólo desde la razón.
Porque si bien razonar permite organizar experiencias, la empatía combina
pensamientos junto a sensaciones, sentimientos y emociones.

Neuronas espejos
Las neuronas espejo fueron descubiertas en 1996 por el equipo de
neurofisiólocos dirigidos por Giacomo Rizzolatti en la Universidad de
Parma (Italia) mientras estudiaban el cerebro de los Macaca nemestrina,
una especie de monos que suele ser utilizada en los laboratorios
neurocientíficos de todo el mundo. Las células cerebrales de los macacos
no sólo se ponían en funcionamiento cuando los animales realizaban algún
tipo de movimiento particular, sino que alcanzaba con observar a otros de
la especie hacerlo para activarse. Ese fue el motivo por el que se las
denominó neuronas espejo o especulares.

Con el tiempo, las mismas neuronas fueron descubiertas en la corteza


cerebral frontal inferior de la especie humana. Parte de las investigaciones
revelaron que la imitación no se limitaba a los movimientos físicos. El reflejo
se trasladaba al plano de los sentimientos, produciendo un contagio a nivel
emocional. La empatía podría ser entendida, en parte, desde el
funcionamiento de este grupo neuronal.

“Estas células son los diminutos milagros gracias a los cuales atravesamos
el día. Son el núcleo del modo en que vivimos la vida. Nos vinculan entre
nosotros, desde el punto de vista mental y emocional. (…) Sin lugar a dudas,
las neuronas espejo nos brindan, por primera vez en la historia, una
explicación neurofisiológica plausible de las formas complejas de cognición
e interacción sociales”. (Iacoboni)

Así es qué, explica el investigador, cuando observamos una película en la


que los protagonistas se besan, algunas de las células que se activan en
nuestro cerebro son las mismas que se activan cuando besamos. De igual
manera, al observar que una persona siente dolor, las neuronas espejo nos
ayudan a leer la expresión facial y experimentar igual sufrimiento.

“Si alguien ve que tengo un nudo en la garganta, si me ve sufrir porque he


cometido un fallo, las neuronas espejo de su cerebro simulan la angustia
que siento yo. Empatiza conmigo automáticamente. Sabe cómo me siento
porque, literalmente, siente lo mismo que yo”, afirma Iacoboni para
explicarnos que estamos cableados para sentir empatía y es esa parte de
nuestra naturaleza la que nos hace seres sociales.

Cuando escuchamos u observamos a alguien gesticular, activamos las


neuronas espejo que afectan las mismas zonas del habla que nuestro
interlocutor. Como si fuéramos nosotros mismos los que hacemos uso de la
palabra. Incluso antes de la aparición del leguaje funcionaban por conducta
imitativa en la rudimentaria gesticulación.

Hipótesis del bucle


William James (principios de la Psicología - 1850) ya consideraba que para
que una emoción pueda sentirse son esenciales determinados cambios
corporales. El miedo –por ejemplo- viene acompañado de sudor en las
manos, palidez y temblores.

Además de las modificaciones orgánicas, es precisa una señal hacia el


cerebro que le informe el acontecimiento. Se establece, pues, una
retroalimentación. A partir de ella, el psicólogo contemporáneo portugués
Antonio Damasio desarrolló su hipótesis del bucle: “cerebro-cuerpo-
cerebro”. Hay estructuras cerebrales que perciben lo que nos pasa en el
cuerpo y actúan en consecuencia. Si pongo cara triste (de rabia o cualquier
otra) mi sistema límbico lo reconoce y devuelve eso en el sentimiento
correspondiente. Es un ida y vuelta.

La “ínsula” (una estructura del cerebro) está ubicada en la corteza exterior


y tiene conexiones con casi todas las áreas. Esto hace que pueda reconocer
los gestos del rostro y los vincule y sincronice con la emoción
correspondiente. De ahí que muchos expertos nos digan lo bueno que es
reír. Estos cambios gestuales llevan información al cerebro y nos aportan
sensación de bienestar y buen humor. El sólo dibujar una sonrisa alcanza
para empezar.

Cuando hay determinadas expresiones en tu rostro (no importa si son


voluntarias o no) se activan determinadas zonas cerebrales que te provocan
una emoción simultánea. Esas son las células que llamamos “neuronas
espejo”. Esto ocurre con tus expresiones faciales, tanto si lo ves como si lo
imaginás.
“Somos criaturas sociales. Nuestra supervivencia depende de entender las
acciones, intenciones y emociones de los demás. Las neuronas espejo nos
permiten entender la mente de los demás, no sólo a través de un
razonamiento conceptual sino mediante la simulación directa. Sintiendo,
no pensando”. G. Rizzolatti
Ver video: El poder de la empatía – Brené Brown
https://www.youtube.com/watch?v=AiZt7Gc0oMo

Cooperación y cuidado de la especie

Según nos relata Riftkin en “La civilización empática”, Darwin, al que se lo


conoce fundamentalmente por la “supervivencia del más apto”, también
refirió al sentimiento de “cooperación”. El investigador ya hablaba -por
ejemplo- de la naturaleza social y de las emociones en animales. Una de sus
citas:

“Todos sabemos cuán tristes se quedan los caballos, los perros y los carneros
cuando se los separa de sus compañeros, y cuántas pruebas se dan de afecto
las dos primeras especies cuando vuelven a estar reunidas”.

Y a pesar de que su justificación biológica fue sostenida durante mucho


tiempo, en sus últimos escritos se enfrentó a algunos autores utilitaristas
sosteniendo que «los impulsos [humanos] no siempre surgen de un placer
previsto». Para ejemplificarlo, Darwin citó el ejemplo de una persona que
se lanza a rescatar a un desconocido en un incendio corriendo un grave
peligro y sin pensar en ninguna recompensa. Darwin decía que esta
conducta surge de un impulso humano más profundo que el impulso por el
placer: el instinto social. Darwin vivió antes de que la conciencia psicológica
llegara a su auge, en un mundo donde la palabra empatía aún estaba por
inventar. Aun así, captó la importancia del vínculo empático. En el caso del
hombre que salva a otro de un incendio, ese hombre siente instintivamente
el sufrimiento de la víctima como si fuera suyo y acude en su ayuda. Esto es
lo que entendía Darwin por «instinto social»”.

Una prueba más de la conciencia del otro en nuestros antecesores, los


monos, estaría dada por el acto de acicalamiento: la conducta social de
desparasitar. En un experimento realizado con chimpancés pudo
observarse que cuando se les suministraron raciones de comida, muchos
de ellos se la obsequiaron a los miembros de la comunidad que habían
quitado sus parásitos.

Riftkin nos explica que al igual que nuestros parientes más cercanos, el
hombre primitivo dedicaba mucho más tiempo al acicalamiento mutuo, al
juego y a otras conductas pro- sociales.
En el caso del juego, también se entiende como una actividad social
importante, “porque en él creamos compañía y confianza, y ejercitamos la
imaginación y la creatividad individual. Es en el juego donde superamos
nuestra sensación de soledad existencial y recuperamos el sentimiento de
compañía que descubrimos por primera vez con nuestra compañera de
juegos primigenia, nuestra madre.”

Etapas de la empatía
Martin L. Hoffman, doctor en piscología social, define una predisposición
para la empatía en cada etapa del desarrollo del niño y la considera el
elemento principal de la comunicación efectiva.

 Las primeras son preverbales, automáticas y en la mayoría de los


casos, involuntarias.

 En el orden superior, la empatía es cognitiva. Hay un registro del otro


a nivel consciente. Mucho tiene que ver en la edad adulta y a la hora
de relacionarnos con un prójimo, nuestras historias personales. El
vínculo que tuvimos con nuestros padres primero, y las formas en las
que nos relacionamos en otros espacios de socialización después,
hicieron la diferencia.

La empatía incluye consciencia y afecto. El otro que me construye también


me responsabiliza y compromete desde el amor. Porque para Ser, el Yo no
alcanza. Apenas nos da existencia.

“Ser significa comunicar [...]. Ser significa ser para otro y, por medio del
otro, para uno mismo. La persona no tiene un territorio interno soberano:
se encuentra siempre, y plenamente, en la frontera; cuando mira en su
interior, mira en los ojos de otro o con los ojos de otro” Bajtin

Paradigma del cuidado

Bernardo Toro, catedrático e investigador -especializado en ciudadanía,


democracia y participación- destaca la importancia del cuidado para
prevenir daños futuros y salvar la especie. Autor del Paradigma del cuidado,
nos explica que el cuidado no es una opción, aprendemos a cuidar o
perecemos.

“Cuando amamos, cuidamos, y cuando cuidamos, amamos”. Nos resulta


relevante, antes de finalizar con el apartado empatía, compartirles una
conferencia de Bernardo Toro en la que no sólo refiere al prójimo, también
pondera el cuidado de uno mismo y de la tierra. Porque difícilmente
podamos amar a otro si antes no alcanzamos la autoestima. Y es casi
imposible que sobrevivamos si, como dice Riftkin, nuestro impulso
empático no alcanza la vida que conforma la biósfera del planeta.

Ver video: “El Paradigma del cuidado”


https://www.youtube.com/watch?v=5nivihNqbXk

El arte de comprender emociones

Según Daniel Goleman, la empatía como coincidencia de los sentimientos,


necesidades y preocupaciones de los demás, comprende diferentes
competencias:

• Comprensión de los demás: tener la capacidad de captar los sentimientos


y los puntos de vistas de otras personas e interesarnos activamente por las
cosas que les preocupan.
• Desarrollo de los demás: comprender las necesidades de desarrollo de
los otros y ayudarles a fomentar sus habilidades.

 Orientación hacia el servicio: anticiparse, reconocer y satisfacer a


quienes necesitan ayuda o padecen penurias.

• Aprovechamiento de la diversidad: aprovechar las oportunidades que


nos brindan diferentes tipos de personas.

• Comprensión organizativa: capacidad de darse cuenta de las corrientes


emocionales y de las relaciones de poder subyacentes en un grupo.

La licenciada en filosofía, Sofía Hidalgo, define de manera simple y clara


algunos actitudes características de acciones empáticas.

¿Cuándo demostramos empatía?

 Cuando sabemos escuchar y comprender los sentimientos del otro


sin estar tan pendiente de nosotros mismos y de nuestras propias
palabras.
 Cuando no sólo utilizamos las palabras para consolar. También un
abrazo, una palmada en el hombro, un beso o una caricia.
 Cuando estamos con alguien que tiene un problema y le ayudamos
con el sentido del humor, por ejemplo.
 Cuando nos expresamos con delicadeza y cortesía.
 Cuando no mostramos gestos de aburrimiento, irritación o cansancio
hacia lo que nos cuentan los demás.
 Cuando evitamos un comentario, una broma o un chiste que
sabemos va a molestar.
 Cuando ayudamos a resolver problemas y somos capaces de
consolar.

¿Cuándo no demostramos empatía?

Por el contrario, también pueden existir momentos y situaciones en las que


no mostramos empatía:

 Cuando creemos que nuestros problemas son los únicos que hay en
el mundo.
 Cuando no escuchamos a los demás.
 Cuando juzgamos y hacemos comentarios hirientes.
 Cuando escatimamos una sonrisa, un gesto amable o una
demostración de afecto.
 Cuando hacemos algo esperando recompensa.

La empatía, explica Hidalgo, es una buena habilidad para practicar, pues nos
permite comprender a los demás. Pero – aclara- debemos tener cuidado
para no desconectar de nosotros mismos.

¿Eres una persona empática?

Puedes realizar un test en línea desde:


http://www.muyinteresante.es/salud/test/eres-una-persona-empatica
Habilidades Sociales

Las habilidades sociales son un conjunto de capacidades (hábitos o estilos),


que permiten el desarrollo de conductas favorables al momento de
optimizar nuestras relaciones interpersonales.

El término habilidad nos señala que esas competencias sociales que


aspiramos alcanzar no son un solo un rasgo determinado por la
personalidad. Mucho hay también de comportamientos aprendidos y
adquiridos.

¿Para qué sirven?

Expresar sentimientos de una forma eficaz.


Alcanzar objetivos.
Solucionar o evitar conflictos.
Actuar asertivamente.

En esta posibilidad de relacionarnos eficazmente también debemos


comprender que ganar es saber ceder. La autoestima y los deseos son
importantísimos, pero también lo es atender a intereses y derechos de
otros.

La Dra. E. Collado y el Dr. A. Vindela contemplan en su definición de


habilidades sociales el “ser capaces de expresar nuestros sentimientos,
opiniones, deseos o necesidades en diferentes contextos o situaciones” sin
“tensión, ansiedad u otras emociones negativas”.

Destacan su importancia en dificultades tales como:

 La determinación para decir No.


 Sostener o cerrar conversaciones.
 Enfrentarse eficazmente a las críticas.
 Hacer valer los propios derechos.
 Pedir favores.
 Manejar adecuadamente situaciones interpersonales conflictivas.

Elia Roca, psicóloga y autora de “Cómo mejorar las habilidades sociales”,


también explica que son primordiales en nuestras vidas ya que:

 La relación con otras personas es nuestra principal fuente de


bienestar; pero también puede convertirse en la mayor causa de
estrés y malestar, sobre todo, cuando carecemos de habilidades
sociales.
 Los déficits en habilidades sociales nos llevan a sentir con frecuencia
emociones negativas como la frustración o la ira, y a sentirnos
rechazados, infravalorados o desatendidos por los demás.
 Los problemas interpersonales pueden predisponernos a padecer
ansiedad, depresión, o enfermedades psicosomáticas.
 Mantener unas relaciones interpersonales satisfactorias facilita la
autoestima.
 Ser socialmente hábil ayuda a incrementar nuestra calidad de vida.
Si bien los conflictos interpersonales son inevitables -como lo es el
desacuerdo o la confrontación de intereses-, las habilidades sociales son un
conjunto de herramientas necesarias en la comunicación eficaz. Y, junto
con el autoconocimiento, el autocontrol, la motivación y la empatía nos
conceden el conocimiento necesario para encontrar una salida justa al
momento de resolver conflictos.

Todos percibimos la realidad de manera diferente, pero tendemos a


defender nuestras creencias y deseos mucho antes de contemplar lo mismo
en la otra parte.

No existe comunicación sin malentendidos, ni situación que se complique


más que aquella en la que olvidamos ser empáticos. Debemos ser sinceros
con nosotros mismos y dar luz a nuestra consciencia: ¿hay un interés
genuino por el otro o prevalece el comportamiento egoísta? En este punto
la escucha activa es básica. Y “escuchar sin prejuicios”, agregaría el biólogo
Umberto Maturana.

“El amar ocurre en el momento en que usted abre el espacio relacional para
ver y oír al otro sin prejuicio o a la otra sin expectativa, pero para que eso
pase usted tiene que estar dispuesto a hacerlo”.
Umberto Maturana

Los elementos constitutivos de las Habilidades Sociales

Antes de pensar en la posibilidad de una comunicación efectiva, debemos


gestionar nuestra emocionalidad. No es posible reaccionar con lucidez en
estado de estrés. Como vimos, eso genera una sensación de amenaza. Y el
otro que piensa distinto pasa a ser un peligro para nuestra mente.
Responderemos con ataque o huida. El miedo como algo útil para la
supervivencia se transforma en nocivo para la interacción social. Este
aspecto, el fisiológico, es uno de los tres elementos constitutivos de las
habilidades sociales. Los otros dos son el cognitivo y el conductual.
Conductuales: Refieren a los que hacemos o decimos cuando realizamos
una conducta social (en interacción con otros). Incluyen componentes no
verbales, para-verbales y verbales. En el primer grupo se destacan las
expresiones faciales, la mirada, la sonrisa, la postura corporal, la distancia
de contacto y la gestualidad. En el segundo contemplamos todos los
componentes de la voz que no tienen que ver con lo dicho sino con el cómo:
volumen, tono, timbre, fluidez, velocidad, claridad y tiempo de habla. Por
último, los verbales. Allí se contempla: contenido, humor, atención
personal, preguntas y respuestas.
Cognitivos: Refieren a “lo encubierto”: pensamiento, creencias y
expectativas. Son nuestros procesos de interpretación, aquello que
pensamos y a partir de lo cual construimos sentido. Por eso a algunos “nos
parece una cosa y a otros, otra”. Cuando emitimos un juicio, por ejemplo,
mucho tiene que ver la manera en que pensamos acerca de lo evaluado…
Fisiológicos: Son los cambios que se producen en el organismo. Son
indicadores de nuestra emocionalidad.

Regla de Merehibian

En los años 80, el psicólogo alemán Albert Mehrabian, explicaba que en la


comunicación de emociones (no confundamos con el contenido ni le
quitemos importancia a las palabras) más del 90% del mensaje es leído a
partir de los no verbales.
La conocida Regla de Mehrabian, sostiene que en una conversación
personal o íntima, solo un 7% de lo que recibe el enunciatario proviene de
la palabra. El 93% restante es interpretado a partir de la paralingüística y el
lenguaje corporal, un 38% se atribuye a la voz (entonación) y el 55% a los
gestos, posturas, expresiones faciales o ritmo respiratorio.

Ver video Regla de Mehrabian:


https://www.youtube.com/watch?v=DsuxGEmNzvU

Ver video: Comunicación no verbal / Lenguaje corporal


https://www.youtube.com/watch?v=hOkxu0nzG6M

De todos los elementos conductuales enunciados y explicados a través de


los videos sugeridos, elegimos dedicar un apartado especial a dos de los
“No Verbales”: Mirada y Sonrisa.

La Mirada

La mirada constituye uno de los elementos más importantes en el


encuentro con el prójimo. Evitarla suele ser rápidamente connotada como
falta de confianza. El contacto ocular es señal de una buena disposición al
momento de la comunicación.
¡Ojo con los ojos!
Según donde fuera orientada, se clasifica en:

(a) La mirada de poder: Cuando miramos en el triángulo que va desde los


ojos y hasta la frente de la otra persona. Generalmente se da en relaciones
de poder, sin vínculo afectivo.

(b) La mirada social: Cuando miramos el triángulo entre los ojos y la boca.
Adecuada para relaciones sociales. A medida que la relación de trabajo se
torna más empática, prevalece esta segunda por sobre la primera.

(c) La mirada íntima: Cuando miramos entre los ojos y el cuello del otro.
Este llamado “triángulo inacabado” es para las relaciones íntimas o
amorosas. En otros espacios puede ser denunciado por acoso sexual.

Es muy importante entender y atender a los inconvenientes que pudiera


traer la mirada íntima en espacios inadecuados.

Mirada filosófica de la mirada

Quisiéramos profundizar con una “mirada filosófica” y citar a Sartre para


honrar el culto que de ella hace el filósofo en su obra “El Ser y la nada”.

El "mirar", aclara Jean - Paul, es la acción por la cual "el otro" se hace
presente a mí.

¿Cuál es mi reacción ante esa mirada que se me echa encima?, se pregunta.


Sartre menciona tres tipos:
El miedo o La vergüenza o El orgullo

Miedo: La mirada del otro, dirigida a mí, me alcanza y hace cambiar de


actitud poniéndome en guardia. Sentirse mirado es para Sartre sentir la
existencia absurda que soy.
Vergüenza: Por la vergüenza reconozco que soy el objeto que el otro mira
y juzga.
Orgullo: Sentirse mirado es dejar de ser dueño de la situación. La mirada
cosifica, me permite vivir la sensación de que existe alguien que me ve no
como “Ser para sí” sino como “ser en sí”.

¿Se dan cuenta por qué las miradas son los ojos del alma?

La sonrisa

Desde una construcción poética o metafórica, la sabiduría popular acuñó


muchas frases para definirlas:
“La sonrisa es la distancia más corta entre dos personas” “La sonrisa es un
arma de construcción masiva” “La sonrisa es una línea curva que lo
endereza todo” “La sonrisa es el idioma de las personas inteligentes”

La ciencia también ha realizado investigaciones que prueban su poder.


Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland
compararon los resultados entre un grupo de pacientes que miraban
películas bajo tensión con otros que visualizaron comedias.

Contrariamente con aquellos que se mantuvieron en situación de estrés, la


risa del segundo grupo provocó que el endotelio, capa interior de los vasos
capilares, se expandiera para permitir un mejor flujo sanguíneo.

Reír reduce los riesgos de problemas cardiovasculares, entre otros tantos


beneficios:

1. Produce endorfinas, y como consecuencia disminuye el mal humor, la


preocupación, la angustia y la tristeza.

2. Limpia las paredes arteriales, haciendo que baje la presión arterial y


reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

3. Favorece la eliminación del colesterol, lo que mejora la circulación y nos


protege de un posible accidente cerebro-vascular.

4. Refuerza el sistema inmunológico, y al aumentar los linfocitos y ciertas


inmunoglobinas, permanecemos protegidos de elementos externos
perniciosos.

5. Favorece la digestión y la eliminación de la bilis al movilizar 450 músculos.


6. Elimina el insomnio; gracias a la sana fatiga que produce y a la actuación
sobre el sistema vegetativo.

7. Se limpian los ojos por un mayor lagrimeo junto al movimiento de los


músculos orbiculares.

8. Despeja la nariz y los oídos debido a la vibración de la cabeza.

9. Mejora la capacidad respiratoria: hace trabajar a nuestros pulmones


(entran 12 litros de oxígeno en lugar de 6 habituales)

10. Rejuvenece al estimular y estirar los músculos de la cara.

11. Relaja tus músculos: se masajean y estiran naturalmente la columna y


las cervicales.

12. Envía mensajes positivos: mediante la sonrisa haces más feliz a su


entorno y atrae a la gente.

13. Reduce el estrés, ya que consigue disminuir el cortisol y la adrenalina en


el cuerpo.

14. Libera emociones: las emociones positivas que se mantienen reprimidas


se ven favorecidas por la sonrisa.

15. Se eliminan toxinas, debido al aumento de la sudoración y la contracción


muscular.

Contagio emocional: la risa como organizador social


Además de percibir y regular nuestras propias emociones, podemos hacer
lo mismo con las ajenas.

El “circuito abierto del sistema límbico” permite comunicar nuestras


emociones y captar la de quienes nos rodean. A esto se llama contagio
emocional. Este circuito opera de manera inconsciente y sincroniza nuestro
estado de ánimo con el de otros.

Los investigadores demostraron que entre las emociones más contagiosas


se encuentra la alegría. Es por esta razón que cuando estamos con alguien
que es pesimista y negativo comenzamos a sentirnos mal. Pero como
dijimos, el autocontrol mejora nuestra calidad de vida. Si procuramos -
aunque sea conscientemente- generar una sonrisa, contagiaremos esa
sensación positiva a otros mientras la experimentamos en nosotros
mismos. Sonreír produce una sensación placentera hacia nuestro interior y
en el de las personas que nos rodean.

”La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al
día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la paz.”
Madre Teresa de Calcuta

¿Es posible cultivar la sonrisa?


“El sólo ejercicio de sonreírle a otro es el mejor disparador de una buena
comunicación. Este hecho casi automático no requiere más que tu sonrisa
como punto de partida. Cuando una persona SONRIE, se establece un
enlace espiritual, la otra persona va por más…”, sostiene Fabián Sorrentino,
director del sitio Sonría.com.

La sonrisa puede cultivarse -según el especialista- buscando espacios o


actividades que nos la provoquen. Un proceso más elaborado, nos explica,
consiste en la risa compartida. Porque en la medida en que una persona sea
capaz de generala para sí, también la generará en su grupo social.

El poder oculto de la sonrisa

Recomendamos visualizar el video de Ron Gutman, Director General de


HealthTap, una iniciadora de la salud interactiva cuya misión es utilizar la
Internet y la tecnología de los medios sociales para conectar mejor a los
pacientes con sus médicos. Ron es conocido por el público en general como
un defensor de la sonrisa.

Ver video: “El poder oculto de la sonrisa”


https://www.youtube.com/watch?v=U9cGdRNMdQQ

Postura corporal, gestos y componentes paralingüísticos

Para quienes interese, descargar gratis el cuadernillo “Habilidades sociales


y de comunicación” desde aquí: http://ocw.um.es/cc.-sociales/la-
metodologia-de-aprendizaje-basado-enproblemas/material-de-clase-
1/tema-11.pdf

Estilos de comunicación ¿Qué es la asertividad?


Asertividad y Habilidades Sociales no son sinónimos.
Según la Real Academia Española, asertividad (o cualidad de asertivo)
significa expresar opiniones de manera firme.

El término se emplea en referencia a una estrategia comunicativa que se


ubica en el medio de dos conductas antagónicas: la pasividad y la
agresividad. La asertividad incluye una utilización adecuada de los
componentes verbales, no verbales y paralingüísticos de la comunicación.

Una persona asertiva logra establecer un vínculo comunicativo sin agredir


a su interlocutor ni someterse a él. Reúne actitudes que contemplan sus
intereses sin olvidar las obligaciones. Atiende, de manera respetuosa,
deseos del otro.

A la hora de desarrollar la asertividad no alcanza con conocer la teoría. La


autoestima como cimiento de la confianza, adquiere un rol relevante.

El respeto hacia uno mismo y el amor propio son indispensables para poder
amar y respetar a otros.
A continuación, repasaremos los tres modos comunicativos y las
particularidades que se le adjudican a cada uno de los estilos según su tono
enunciativo.
*Los rasgos característicos fueron relevados de diferentes sitios en la
WWW.

Conducta Pasiva

CONDUCTA GENERAL: actúa con la esperanza de que los demás adivinen


sus deseos. Su apariencia es de inseguridad.

VERBALMENTE: se disculpa constantemente, da mensajes indirectos, habla


con rodeos, no encuentra palabras adecuadas, se humilla a sí mismo.

VOZ: débil, temblorosa, volumen bajo.

MIRADA: evita el contacto visual, ojos caídos y llorosos.

POSTURA: retraída

Rasgos característicos:

a) Elementos no verbales.

• Expresión facial seria y tensa. • Ojos orientados hacia abajo. • Sonrisa


tímida, con poca frecuencia y amplitud. • Postura corporal: tiende a alejarse
y contraerse. • Posición ladeada con respecto al interlocutor, evitando el
frente a frente. • Evita el contacto físico al estrechar la mano y la suele dejar
“muerta”. • Gestos: pocos y próximos al cuerpo para pasar inadvertidos. •
Movimientos nerviosos en manos y piernas.
b) Elementos paraverbales:

• Volumen de voz excesivamente bajo. • Entonación más bien monótona.


• Fluidez verbal escasa, resultando el habla entrecortada. • Velocidad: muy
lenta o muy rápida. • Claridad deficiente. Duración breve y a base de
monosílabos.

c) Elementos verbales:

• Contenido: uso del condicional, sin afirmaciones y con muletillas


dubitativas. • Atención personal: no suelen interesarse por sus
interlocutores. • Preguntas y respuestas: contestan con la menor cantidad
de palabras.

Conducta Agresiva
CONDUCTA GENERAL: exagera para demostrar “superioridad”. Refleja
agresividad. Suelen estar tensos y aislados. Comunican de manera
unidireccional y no permiten el ida y vuelta. VERBALMENTE: exige, usa
palabras altisonantes. Hace acusaciones, impone su opinión. Se comunica a
base de mandatos. Se sobrestima. VOZ: fuerte, fría y autoritaria. MIRADA:
sin expresión. Fija, penetrante y orgullosa. POSTURA: rígida, desafiante y
soberbia.

Rasgos característicos:

a) Elementos no verbales

• Expresión facial con signos de tensión o de enfado permanente. • Ojos:


miran de manera agresiva y sostenida. • No respeta las distancias
traspasando incluso la distancia íntima. • Posición frente a frente. • Gestos:
abundantes y amenazadores.

b) Elementos paraverbales:

• Volumen de voz excesivamente alto, lo que impide el uso de la


entonación. • Fluidez verbal buena. • Velocidad: muy rápida. • Claridad: no
muy buena. • Duración: excesiva.
c) Elementos verbales:

• Contenido: usan términos imperativos con críticas al comportamiento de


los demás y palabras amenazantes. • Atención personal: no suelen
interesarse por sus interlocutores. • Preguntas y respuestas: contestan a las
preguntas con otra pregunta o la ignoran.

Conducta Asertiva

CONDUCTA GENERAL: actúa con organicidad; escucha con atención.


VERBALMENTE: expresa a partir del “Pienso, siento y necesito”. VOZ: firme,
calurosa, relajada. MIRADA: ve a los ojos. Mirada franca y ojos expresivos.
POSTURA: bien balanceada, relajada y tranquila.

Rasgos característicos:

a) Elementos no verbales.

• Expresión facial amistosa y distendida. • Ojos: miran directamente al


interlocutor pero le dan descansos. • Sonríe con frecuencia. • Posición
frente a frente manteniendo las distancias adecuadas. • Gestos: firmes y
abundantes pero nunca amenazadores.

b) Elementos paraverbales:

• Volumen de voz adecuado. • Entonación: variable en función de la parte


del mensaje que quiere resaltar. • Fluidez verbal buena. • Velocidad:
adecuada. • Duración: proporcional a los participantes.

c) Elementos verbales:

• Contenido: usan la primera persona para expresar sus ideas, opiniones,


emociones y sentimientos. Habla en términos de colaboración. • Atención
personal: abundante, reforzando siempre al otro. • Preguntas y respuestas:
formula preguntas pertinentes y responde de manera adecuada al tipo de

pregunta (abierta o cerrada).

Actuar asertivamente no es algo que logremos hacer siempre ni asegura la


ausencia de conflictos. Por momentos somos agresivos y otras tantas veces
actuamos de manera pasiva. En el medio, el equilibrio, es lo que
procuraremos alcanzar a partir de lo revisado en cada aporte teórico.
La baja estima –por ejemplo- es una de las razones por las cuales llegamos
a creer que no tenemos derechos. En este sentido, el entrenamiento en
habilidades sociales y la búsqueda de la asertividad, nos permite estar
dispuestos y preparados para reclamar lo merecido o actuar con lucidez
ante situaciones de injusticia.
La conducta ASERTIVA solo es posible de alcanzar cuando logramos
Autoestima.

Ser asertivo significa dejar que los demás sepan lo que sentís, pensás y
necesitás de una forma que no les ofenda, pero que al mismo tiempo te
permita expresarlo.

Características de las personas asertivas:

 Se siente libre y con derechos para manifestarse: “Esto es lo que yo


siento, pienso y necesito".
 Puede comunicarse de manera franca y directa con afectos cercanos,
lejanos o ajenos. Actúa de un modo que juzga respetable: ni todo,
ni nada.
 Acepta sus limitaciones
 Evita los dos extremos: por un lado la represión, y por otro la
expresión agresiva.

Estrategias asertivas:
 Decir NO
 Ser específico
 Criticar constructivamente

Decir NO asertivamente:
Evita repercusiones negativas.
Hace que ganemos el respeto de los demás y aumentemos el respeto
por nosotros mismos.
Nos ayuda a vencer sentimientos de inferioridad.

Pasos para dar una Crítica Constructiva (Scholtes, 1991):

Secuencia:
1. “Cuando tú...”
2. “Siento...”
3. “Porque yo...” (Pausa para el diálogo)
4. “Me gustaría...”
5. “Porque...”
6. “¿Qué opinas?”

Cómo recibir crítica constructiva:


Respirar profundamente.
Escuchar cuidadosamente.
Hacer preguntas para clarificar.
Reconocer la crítica constructiva.
Reconocer los puntos válidos.
Tomar tiempo para interpretar lo escuchado.

(No olvidemos los pensamientos erróneos que revisamos en las


distorsiones cognitivas)
Ver nota: “Cómo entablar mejores conversaciones con los demás”
https://hipertextual.com/2017/01/conversaciones-mejorar
¿Se acabaron para siempre los problemas?

No, el conflicto parte constitutiva de las relaciones humanas y de la


convivencia. Stephen Robbins lo define como “un proceso que se inicia
cuando una parte percibe que otra la ha afectado de manera negativa o que
está a punto de afectar alguno de sus intereses”. Implica desarmonía entre
las partes.
Las habilidades comunicacionales nos permiten negociar con eficacia.
Alcanzar el ganar-ganar (conformidad de ambas partes con el acuerdo)
seguramente implica un “ceder – ceder” en algo durante la negociación.
¿Cuáles son las herramientas para para alcanzar un arreglo conveniente?

 Retroalimentación en la comunicación
 Escucha Activa
 Empatía
 Asertividad

Estos cuatro conceptos (mencionados y desarrollados durante el Seminario)


nos permiten hacer de la Inteligencia Emocional una efectiva herramienta
de negociación.
Habilidades para la vida

La Inteligencia Emocional nos permite entrenar “Habilidades para la vida”,


y aunque hay diversas formas de clasificarlas, la propuesta de la
Organización Mundial de la Salud logró un amplio reconocimiento por su
flexibilidad y aplicabilidad.

Los puntos recorridos durante los módulos y sugeridos por la OMS son:

Autoconocimiento: es el soporte y el motor de la identidad y de la


autonomía. Captar mejor nuestro ser, personalidad, fortalezas, debilidades,
actitudes, valores, aficiones… Construir sentidos acerca de nosotros
mismos, de las demás personas y del mundo que compartimos. Conocerse
no es solo mirar hacia dentro, sino que también es saber de qué redes
sociales se forma parte, con qué recursos personales y sociales contamos
para celebrar la vida y para afrontar los momentos de adversidad. En
definitiva, saber qué se quiere en la vida e identificar los recursos
personales con que se cuenta para lograrlo.

Empatía: es una capacidad innata de las personas que permite tender


puentes hacia universos distintos al propio, para imaginar y sentir cómo es
el mundo desde la perspectiva de la otra persona. Poder sentir con la otra
persona facilita comprender mejor las reacciones, emociones y opiniones
ajenas, e ir más allá de las diferencias, lo que nos hace más tolerantes en
las interacciones sociales. “Ponerse en la piel” de la otra persona para
comprenderla mejor y responder de forma solidaria, de acuerdo con las
circunstancias.

Comunicación asertiva: la persona que se comunica asertivamente expresa


con claridad lo que piensa, siente o necesita, teniendo en cuenta los
derechos, sentimientos y valores de sus interlocutores. Para esto, al
comunicarse da a conocer y hace valer sus opiniones, derechos,
sentimientos y necesidades, respetando las de las demás personas. La
comunicación asertiva se fundamenta en el derecho inalienable de todo ser
humano a expresarse, a afirmar su ser y a establecer límites en las
relaciones sociales.

Relaciones interpersonales: Establecer y conservar relaciones


interpersonales significativas, así como ser capaz de terminar aquellas que
bloqueen el crecimiento personal (relaciones tóxicas). Esta destreza incluye
dos aspectos claves. El primero es aprender a iniciar, mantener o terminar
una relación; el segundo aspecto clave es aprender a relacionarse en forma
positiva con las personas con quienes se interactúa a diario (en el trabajo,
en la escuela, etcétera)
Toma de decisiones: Decidir significa actuar proactivamente para hacer que
las cosas sucedan en vez de limitarse a dejar que ocurran como
consecuencia del azar o de otros factores externos. Continuamente
estamos tomando decisiones, escogiendo qué hacer tras considerar
distintas alternativas. Esta habilidad ofrece herramientas para evaluar las
diferentes posibilidades en juego, teniendo en cuenta necesidades, valores,
motivaciones, influencias y posibles consecuencias presentes y futuras,
tanto en la propia vida como en la de otras personas.

Manejo de problemas y conflictos: No es posible ni deseable evitar los


conflictos. Gracias a ellos, renovamos las oportunidades de cambiar y
crecer. Pueden ser una fuente de sinsabores, pero también una
oportunidad de crecimiento. Podemos aceptar los conflictos como motor
de la existencia humana, dirigiendo nuestros esfuerzos a desarrollar
estrategias y herramientas que permitan manejarlos de forma creativa y
flexible, identificando en ellos oportunidades de cambio y crecimiento
personal y social.

Pensamiento creativo: Usar la razón y la “pasión” (emociones,


sentimientos, intuiciones, fantasías, etcétera) para ver la realidad desde
perspectivas diferentes que permitan inventar, crear y emprender con
originalidad. Pensar creativamente hace referencia a la capacidad para
idear algo nuevo, relacionar algo conocido de forma innovadora o apartarse
de esquemas de pensamiento o conducta habituales (pensar “fuera de la
caja”). Esto permite cuestionar hábitos, abandonar inercias y abordar la
realidad de formas novedosas.

Pensamiento crítico: Analizar experiencias e información y ser capaz de


llegar a conclusiones propias sobre la realidad. La persona crítica no acepta
la realidad de manera pasiva “porque siempre ha sido así”. Por el contrario,
se hace preguntas, se cuestiona rutinas, investiga. El pensamiento crítico
requiere la puesta en acción tanto de habilidades cognitivas (un proceso
activo de pensamiento que permite llegar a conclusiones alternativas),
como de competencias emocionales (relacionadas con las actitudes
personales, ya que es necesario también querer pensar).

Manejo de emociones y sentimientos: Esta habilidad propone aprender a


navegar en el mundo de las emociones y sentimientos, logrando mayor
sintonía con el propio mundo afectivo y el de las demás personas. Las
emociones y sentimientos nos envían señales constantes que no siempre
escuchamos. A veces pensamos que no tenemos derecho a sentir miedo,
tristeza o ira. Este es un ejemplo de cómo el mundo afectivo se puede ver
distorsionado por prejuicios, temores y racionalizaciones. Comprender
mejor lo que sentimos implica tanto escuchar lo que nos pasa por dentro,
como atender al contexto en el que nos sucede.

Manejo de tensiones y estrés: Las tensiones son inevitables en la vida de


todas las personas. El reto que representan no consiste en evadir las
tensiones, sino en aprender a afrontarlas de manera constructiva, sin
instalarse en un estado crónico de estrés. Esta habilidad permite identificar
las fuentes de tensión y estrés en la vida cotidiana, saber reconocer sus
distintas manifestaciones y encontrar vías para eliminarlas o
contrarrestarlas de manera saludable. Fuente:
http://habilidadesparalavida.net

Camino a la felicidad

¿Por qué solemos escuchar que es más importante el trayecto que alcanzar
la meta? Veamos cómo funciona en nosotros cualquier incentivo. Dijimos
que las sinapsis cambian de manera constante a través de nuevos
aprendizajes. Para que esas sinapsis se desarrollen se activan unas
hormonas llamadas neurotransmisores.

La dopamina es una hormona relacionada con el placer, la recompensa y el


incentivo. Los experimentos demuestran que está íntimamente ligada a la
“anticipación”. O sea, la expectativa de que algo ocurra es más placentera
que el propio resultado. Por eso solemos escuchar que “La felicidad es el
camino, no la meta”.

Así podemos comprender la expectativa por un ascenso, el ahorro para


alcanzar un bien muy deseado o las relaciones amorosas que van y vienen.
Creer que voy a tener una recompensa actúa mejor que la certeza de
conseguirla. El incentivo por la recompensa y por la incertidumbre se da
gracias a la dopamina.
Toma de decisiones
La felicidad depende, en gran medida, de un manejo inteligente de las
emociones. El Dr. Antonio Damasio demostró que sin ellas es imposible la
toma de decisiones. Para ilustrarlo citaremos un caso paradigmático: Elliot,
abogado de una importante empresa que fuera sometido a una operación
cerebral.
A Elliot se le diagnosticó un tumor detrás de la frente. Los médicos lograron
extirparlo completamente, pero el paciente ya no era el mismo. Su
personalidad

había mutado rotundamente. Tan grande fue su cambio que lo despidieron


de la empresa en la que trabajaba, se divorció de su esposa de muchos años
y perdió la casa. No lograba establecer prioridades ni hacer una gestión
eficiente del tiempo.

Ante su vida derrumbada, consultó a un especialista.


Ese neurólogo fue el Dr. Antonio Damasio, quien estaba más sorprendido
que el propio Elliot.

Damasio pensó en la hipótesis de un hombre totalmente desconectado de


las emociones. También lo percibía por su parca manera de relatar lo que
le estaba sucediendo. Y así fue. Los cirujanos que extirparon el tumor
habían cortado-accidentalmente- conexiones donde está la amígdala. O
sea, los enlaces entre el cerebro emocional y el racional. Esto hacia que
Elliot pudiera evaluar racionalmente todas las alternativas sin decidirse por
ninguna. Para él, todas tenían el mismo valor. Ese era el problema del
paciente: sin emociones no había preferencias. Todo da lo mismo…

Al momento de la toma de decisiones además de tener en cuenta los datos


de la realidad debemos prestar atención a nuestros sentimientos e
intuiciones.

“La llave que favorece la toma de decisiones es permanecer en contacto


con nuestras propias emociones.” Daniel Goleman

“Los sentimientos desempeñan un papel fundamental para navegar a


través de la incesante corriente de las decisiones personales que la vida
nos obliga a tomar. Es cierto que los sentimientos muy intensos pueden
crear estragos en el razonamiento, pero también lo es que la falta de
conciencia de los sentimientos puede ser absolutamente desastrosa,
especialmente en aquellos casos en los que tenemos que sopesar
cuidadosamente decisiones de la que, en gran medida, depende nuestro
futuro: la carrera que estudiaremos, la necesidad de mantener un trabajo
estable o de arriesgarnos a cambiarlo por otro más interesante, con quién
casarnos, donde vivir, que apartamento alquilar, que casa comprar,
etcétera. Éstas son decisiones que no pueden tomarse exclusivamente con
la razón, sino que también requieren del concurso de las sensaciones
viscerales y de la sabiduría emocional acumulada por la experiencia
pasada. La lógica formal por sí sola no sirve para decidir con quién
casarnos, en quien confiar, o qué trabajo desempeñar porque, en esos
dominios, la razón carente de sentimientos es ciega”. Antonio Damasio

Ver más en: “Entre la razón y el corazón: la importancia de la emoción en la


toma de decisiones”. http://medina-
psicologia.ugr.es/cienciacognitiva/?p=242

El efecto velcro-teflon

Verónica De Andrés y Florencia Andrés, autoras de “Desafiando


Imposibles”, nos alertan en su libro acerca de la necesidad de evitar uno de
los caminos que más rápido nos llevan a la infelicidad: el efecto velcro-
teflón.

Explican las divulgadoras, que solemos poner el acento de nuestra atención


“en cosas que no han salido como esperábamos, y a dar por sentado o pasar
por alto todo lo que ha salido bien. Nuestro cerebro es como el velcro para
lo negativo —se adhiere con fuerza a eso— y al teflón para las cosas
positivas —parece patinar y pasar de largo—“.

Una de las trampas que nos tiende la mente [distorsiones cognitivas] –


manifiestan- es convencernos de que los eventos negativos son
verdaderamente tremendos y los positivos no son tan importantes.

“Esta trampa es una de las claves de la infelicidad cotidiana (…) Abandonar


este camino implica dar importancia a los eventos positivos, mucha más
importancia de la que naturalmente nuestro cerebro quiere darle, y
aprender a bajar la intensidad emocional que suele surgir en torno a
eventos negativos. ¿Una manera simple de lograrlo? Hablar sobre las cosas
buenas que nos suceden, comentarlas con nuestra pareja, amigos. Este
simple hábito de poner en palabras los eventos positivos ayuda a revertir
en parte el “efecto teflón”.
Hablar de lo bueno nos hace sentir mejor y contagia emociones positivas.

Obligados a conquistar la felicidad

El título de este apartado corresponde a un artículo publicado en la Web.


Da cuenta de que "(...) la ley suprema del funcionamiento del cerebro es
mantenernos vivos, no felices". La felicidad no es instintiva, es una conducta
aprendida. Una construcción mental nacida de funciones cognitivas
(pensamientos).

No podemos ser felices de forma permanente, - por mucho que lo


intentemos- explica el neurocientífico Francisco Mora–. “Porque el cerebro
humano no lo permite. Los códigos construidos y depositados en él no dejan
alcanzar la felicidad constante, lúcida, sin sufrimiento. No obstante –alega
este experto y divulgador–, es posible llegar a parpadeos de felicidad,
momentos fugaces, que son aquellos que experimentamos cuando uno se
aleja mentalmente del mundo y se encuentran satisfechos los placeres y no
se siente ni dolor ni sufrimiento”.
Conocer cómo funciona nuestro cerebro y poder ser dueños de nuestros
pensamientos nos permite diseñar estrategias para enfrentarnos a las
diferentes situaciones que se nos irán presentando a lo largo de la vida.
Entendiendo que ser feliz no implica evitar el sufrimiento, sino asumirlo
como parte aprendizaje

¿Cómo transitar esas pruebas y salir fortalecidos?

Recordado –también- que la felicidad es un estado de ánimo, y que ellos


proceden de las emociones. No elegimos lo que nos pasa, pero sí cómo
reaccionamos ante las circunstancias de vida. Cuando nos detenemos en
una emoción sin traer pensamientos superadores, quedamos atrapados en
ella.

Ver más en: “Obligados a conquistar la felicidad”


http://www.lavanguardia.com/estilos-de-
vida/20121207/54357077714/obligados-aconquistar-la-felicidad.html

“En busca de la felicidad” https://ined21.com/en-busca-de-


lafelicidad/?utm_content=bufferf122b&utm_medium=social&utm_source
=twitter.com&ut m_campaign=buffer

Aprendiendo a ser felices

Compartimos una entrevista realizada por Eduard Punset al Dr. Martin


Seligman.
Sinopsis: Salud, dinero y amor. Siempre se ha dicho que estos son los tres
componentes básicos de la felicidad. Pero, ¿se corresponde esta idea tan
generalizada con la realidad?
Martin Seligman, psicólogo de la Universidad de Pennsylvania desmiente
este mito instaurado en nuestra sociedad con su psicología positiva.

El dinero sólo influye en la felicidad cuando uno es extremadamente pobre,


pero una vez superado este umbral el aumento de la riqueza tiene muy
poca relación con el aumento de satisfacción en la vida.

La salud parece que tampoco es un factor determinante en la felicidad de


las personas. Gente con problemas serios de salud tiene por lo general,
tanta satisfacción en la vida como las personas sanas.

El amor es quizás el elemento que más nos puede ayudar a sentirnos felices.
Y es que conseguir un nivel alto de satisfacción en la vida está
estrechamente ligado a las relaciones con las otras personas. Pero, a pesar
de que los casados se declaran más felices que los solteros, este tampoco
parece ser el ingrediente determinante de la felicidad.

Entonces, ¿qué necesitamos para sentirnos satisfechos con nuestra vida?


Para Seligman es básico rediseñar nuestra forma de actuar para tener una
vida más comprometida y con más significado.

Video completo desde:


https://www.youtube.com/watch?v=RoOxyF1u1GM

Los 3 niveles de felicidad

¿Qué hace a una persona para alcanzar la felicidad? ¿Hay diferentes


intensidades en esa sensación de bienestar?

Martin Seligman ofrece una mirada positiva ante la posibilidad de sentirnos


plenos. El psicólogo diferencia tres tipos de vida felices:
1. LA VIDA AGRADABLE O PLACENTERA El placer que obtenemos a través de
los sentidos. Se relaciona con gratificaciones pasajeras, algo así como
pequeños o grandes lujos: comprarnos algo, disfrutar de una comida o ir al
cine, por ejemplo.

2. UNA VIDA CON COMPROMISO Disfrutar en el trabajo, compartir con


afectos, gozar el tiempo libre…

También logramos este grado de felicidad cuando nos comprometemos con


actividades que permiten desarrollar nuestras habilidades y alcanzar el
estado de flujo (fluir).

3. LA VIDA CON SENTIDO Es el nivel más profundo y el que requiere un


mayor grado de madurez. Implica ponemos al servicio de algo más grande
que nosotros mismos y que finalmente da sentido a nuestra existencia.
«Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido»

Madre Teresa de Calcula


Cuando me amé de verdad, por Charles Chaplin

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo


estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y entonces, pude
relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento


emocional no son sino señales de qué voy contra mis propias verdades. Hoy
sé que eso es… autenticidad.

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y


comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy
sé que eso se llama… madurez.

Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo


tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello
que deseo, aun sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo
mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese


saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara
hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que
se llama… amor hacia uno mismo.

Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre


y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro.
Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi
propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad. Cuando me amé de verdad,
desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos
veces. Así descubrí la… humildad.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de
preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es
donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.

Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme


y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una
valiosa aliada. Y esto es… ¡saber vivir!

No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y


del caos nacen las estrellas. Charles Chaplin
Síntesis de la Unidad Nº4

 Abordamos Empatía y Habilidades Sociales, los dos pilares que


fundan la Inteligencia Interpersonal.
 Definimos Empatía desde nuestra constitución biológica y
desarrollamos sus características como experiencia afectiva y
cognitiva.
 Distinguimos la predisposición para la empatía en cada etapa de la
vida y su valor como elemento indispensable para una comunicación
efectiva.
 Precisamos Habilidades Sociales, explicamos sus elementos
constitutivos y destacamos la importancia de aprenderlas para
optimizar nuestras relaciones interpersonales.
 Dedicamos un apartado especial a la mirada y la sonrisa desde la
biología y la filosofía.
 Repasamos los Estilos de comunicación (agresivo, asertivo y pasivo)
y desarrollamos el concepto asertividad.
 Conceptualizamos la felicidad y repasamos sus diferentes niveles.
Bibliografía consultada

 Bachrach, Estanislao (2012). Ágilmente. Buenos Aires: Sudamericana


_______ (2014). EnCambio. Buenos Aires: Sudamericana

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 Brown, Brené (2012). Frágil. El poder de la vulnerabilidad. Barcelona:


Ediciones Urbano.

 Bruce, Lipton (2007) Biología de las creencias. Barcelona: Palmyra

 Conley, Chip (2012). Ecuaciones Emocionales. Barcelona: Ediciones B

 Covey, Stephen (1997) Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.


Buenos Aires: Paidós

 Csikszentmihalyi, Mihaly (1997). Aprender a fluir. Barcelona: Kairós

 Damasio, Antonio (1994) El error de Descartes. Santiago: Andrés Bello


_______ (2000). Sentir lo que sucede. Cuerpo y emoción en la fábrica
de la consciencia. Santiago: Ed. Andrés Bello. _______ (2010) Y el
cerebro creó al hombre. Buenos Aires: Destino _______ (2014) En
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 De Andrés, Verónica y Andrés, F. (2010).Confianza Total. Buenos
Aires: Grupo Editorial Planeta _______ (2013). Desafiando
Imposibles. Buenos Aires: Grupo Editorial Planeta

 Fros Campelo, Federico (2013) Ciencia de las emociones. Buenos


Aires: Ediciones B

 Gardner, Howard (1993) Estructuras de la mente. Teoría de las


Inteligencias Múltiples. Bogotá: Fondo de Cultura Económica

 Goleman, Daniel (2000) La inteligencia emocional. Buenos Aires:


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 Hornstein, Luis (2011) Autoestima e Identidad. Narcisismo y valores


sociales. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica

 LeDoux, Joseph (1999). El cerebro emocional. Barcelona: Ariel

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 Punset, Eduardo (2005) El viaje a la felicidad. Buenos Aires: Destino

 Punset, Elsa (2016) El libro de las pequeñas revoluciones. Buenos


Aires: Destino
 Rifkin, Jeremy (2010) La civilización empática. Barcelona: Paidós

 Roca, Elia (2014) Cómo mejorar las habilidades sociales. Valencia:


ACDE Ediciones
 Sartre, Jean-Paul (2005). El Ser y la Nada. Buenos Aires: Losada

 Schaffer, Rudolph (2000) Desarrollo social. México: Siglo XXI Editores

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