40 Años de Historia - INACIPE
40 Años de Historia - INACIPE
40 Años de Historia - INACIPE
Años de Historia
(México, Distrito Federal, 1985). Licenciada
40 años de historia nos cuenta los pasos que ha dado el Inacipe en Historia por la Universidad Iberoamericana,
para convertirse en una casa de estudios de excelencia académica. maestra y doctora en Historia por la Univer-
Un camino que no ha estado exento de obstáculos pero que siem- sidad Nacional Autónoma de México. Ha
pre ha resurgido gracias al esfuerzo y a la entrega de quienes han Instituto Nacional de Ciencias Penales publicado artículos en las revistas Historia
formado parte de él. y Grafía, Estudios de Historia Novohispana,
Historias e Iter Criminis. Actualmente es
Esta obra hace un recuento desde la idea de crear el instituto, miembro del Seminario “Historia Socio-
de la participación vital de la Academia Mexicana de Ciencias Pe- cultural de la Transgresión” (Instituto de
nales hasta el gran momento de consolidación del Inacipe con la Investigaciones Históricas-UNAM). Sus
transición al nuevo sistema de justicia penal en México. trabajos se han centrado en el proceso
judicial y el castigo en el Antiguo Régimen
Celebramos los 40 años de existencia del Inacipe y estamos se- (siglo XVIII), así como en la relación
guros de que vendrán muchos años más de aportaciones a la vida entre consumo de alcohol, violencia, crimen
jurídica de México. y bajos fondos (primera mitad del siglo
XX).
Se prohíbe la reproducción parcial o total, sin importar el medio, de cualquier capítulo o información de esta obra, sin previa y expresa autoriza-
ción del Instituto Nacional de Ciencias Penales, titular de todos los derechos.
Esta obra es producto del esfuerzo de investigadores, profesores y especialistas en la materia, cuyos textos están dirigidos a estudiantes, expertos
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Las opiniones expresadas en esta obra son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan la postura del Instituto Nacional
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Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . | XI
1. Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . | 1
9. Epílogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . | 111
U
n Estado Democrático se orienta por una premisa fundamen-
tal: sus instituciones deben procurar el ejercicio más amplio
de los derechos humanos; en ello encuentran la razón de su
existencia y su justificación última.
XI
XII
L
a creación del Instituto Nacional de Ciencias Penales, en 1976,
no puede explicarse de manera cabal sin remontarse a las pri-
meras décadas del siglo XX para revisar una serie de aconte-
cimientos que, en conjunto, definieron el rumbo del derecho penal, la
criminología y la criminalística en México. Durante las últimas cuatro
décadas, el Inacipe ha formado parte sustancial del quehacer jurídico
en el ámbito penal, contribuyendo a la creación de leyes, a la investi-
gación y propuesta de soluciones para los principales problemas que
D
urante los años finales de la década de los veinte se suscita-
ron importantes transformaciones en el ámbito del derecho
penal. Luego de varios años de trabajos, en 1929 se promulgó
un código penal que suscitaba grandes expectativas por su orienta-
ción positivista. Al ordenamiento se le conoció como Código Almaraz,
en virtud del apellido de su principal redactor e ideólogo —así como
presidente de la comisión redactora— José Almaraz. Sin embargo, a
los pocos días de entrar en vigor, el código fue objeto de múltiples crí-
ticas: hubo quienes consideraron que no había llevado los postulados
1
En 1929 el penalista español Luis Jiménez de Asúa llegó a plantear que en el futuro los jueces no
serían juristas, “sino antropólogos, psicólogos, psiquiatras, verdaderos MÉDICOS SOCIALES [mayúsculas
en el original], en fin… deberán poseer, por consiguiente, una sólida cultura antroposociológica, psicológica
y psiquiátrica; y aunque suene a sacrilegio en los oídos contemporáneos, lo que menos precisarán conocer
es el derecho”. Luis Jiménez de Asúa, “El código penal del futuro lejano. Fundamentos teóricos”, El Univer-
sal, 9 de enero, 1929. Archivos Económicos de la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada.
2
Alfonso Teja Zabre, “Exposición de motivos”, en Leyes Penales Mexicanas, México, Inacipe, 1979,
v. III, p. 289.
Figura 2.1. Grupo que fundó la revista Criminalia en 1933 (Imagen tomada de Sergio
Correa, Historia de la Academia Mexicana de Ciencias Penales, México, Porrúa, 2001, p. 21).
Figura 2.2. Portada del tercer número de Criminalia, publicado en noviembre de 1933
(Imagen tomada de Sergio Correa, Historia de la Academia Mexicana de Ciencias
Penales, México, Porrúa, 2001, p. 22).
A mediados del año 1940, Luis Garrido, Emilio Pardo Aspe, Fran-
cisco González de la Vega, José Ángel Ceniceros, Raúl Carrancá y Tru-
jillo y Alfonso Teja Zabre plantearon la posibilidad de instituir una
Academia Mexicana de Ciencias Penales. La aceptación unánime de
la propuesta permitió que la fundación de la Academia se encauzara
rápidamente. A ellos se agregaron, poco tiempo después, Carlos Fran-
co Sodi, José Ortiz Tirado, Javier Piña y Palacios, Francisco Argue-
lles, José Gómez Robleda y José Torres Torija. El 21 de diciembre de
ese año, reunidos todos en casa de Francisco González de la Vega, se
firmaron los estatutos de la Academia Mexicana de Ciencias Penales,
documentos que se formalizaron un mes después, el 25 de enero de
1941, con la autorización del notario Luis Chávez Hayhoe.8
En los años cuarenta y cincuenta fueron diversas las voces que de-
mandaban la creación de un organismo dedicado de manera exclusiva
a la investigación y la docencia en criminología, así como a la creación
de políticas públicas en materia de seguridad, como los que ya exis-
tían en diversos países de Europa y de América Latina.10
7
Dentro de este grupo de penalistas españoles se encontraban también Fernando Arilla Baz y Mariano
Jiménez Huerta.
8
Sergio Correa García, Historia de la Academia Mexicana de Ciencias Penales, México, Porrúa, 2001, p. 63.
9
Ibid., p. 74.
10
Una lista completa de las instituciones de este cuño, existentes hasta la década de 1970, se encuen-
tra en Rosa del Olmo, América Latina y su criminología, 4ª ed., México, Siglo XXI, 1999, pp. 150 y 151.
11
Mariano Ruiz Funes, “Anteproyecto para un Instituto de Estudios Penales”, Criminalia, año VII, núm.
6, 1º de febrero de 1941, pp. 328-330.
12
Luis Garrido “Prólogo”, Anteproyecto de Código Penal, edición facsimilar, Fundación Miguel Alemán/
Instituto Nacional de Ciencias Penales, 2013, p. 18.
13
Entrevista con el Dr. Luis Rodríguez Manzanera, 25 de noviembre de 2015. También en Luis Rodrí-
guez Manzanera, “Apuntes”, manuscrito inédito. Agradezco al doctor Rodríguez Manzanera por facilitarme
sus notas. Véanse asimismo: Juan José González Bustamante, “Instituto de Criminología”; Raúl Carrancá y
Trujillo, “Criminología en la Universidad Nacional Autónoma de México” y “A los alumnos de la Facultad de
Derecho”, Criminalia, año XXXIII, núm. 7, 31 de julio de 1967, pp. 333-337; 338-340; 341-346.
14
Una de las consecuencias más conocidas de esta Ley fue la creación del sistema de reclusorios en
el Distrito Federal, así como el cierre de la Penitenciaria de Lecumberri, conocida como “Palacio Negro”.
Véase, Sergio García Ramírez, El final de Lecumberri (Reflexiones sobre la prisión), México, Porrúa, 1979.
15
“Acuerdo por el que se otorga reconocimiento de validez oficial a los estudios de postgrado de
especialización en Criminología, que se impartirán en el Instituto Técnico de la Procuraduría General de
Justicia del Distrito y Territorios Federales”, Diario Oficial de la Federación, 23 de julio de 1974, pp. 15 y 16.
16
Véase, Rafael Moreno González, “Historia de la Criminalística en México”, en 10º Aniversario, Méxi-
co, Inacipe, 1986, t. II, pp. 587-604.
10
17
Sergio García Ramírez, “Origen y misión” en ¿Qué es el Inacipe?, México, Instituto Nacional de
Ciencias Penales, 2002, p. 11.
11
Figura 2.3. Antigua Plaza de San Agustín de las Cuevas, actualmente Centro de Tlalpan
(Imagen tomada de México y sus alrededores. Colección de monumentos,
trajes y paisajes, México, Decaén, 1855-1856).
18
Entrevista con el Dr. Luis Rodríguez Manzanera, 25 de noviembre de 2015. Véase Sergio García
Ramírez, “Una década del Instituto Nacional de Ciencias Penales”, en 10º aniversario, México, Inacipe,
1986, t. 1, p. 20. La decisión también permitiría atender “las diversas necesidades existentes sin dispersar
los recursos a la mano”. Sergio García Ramírez, “Origen y…”, op. cit., p. 9.
12
13
19
“Discurso pronunciado por el Dr. Celestino Porte Petit en la inauguración del Instituto Nacional de
Ciencias Penales”, Inauguración del Instituto Nacional de Ciencias Penales, s.p.i., pp. 29 y 30.
20
“Decreto de creación del Instituto Nacional de Ciencias Penales”, Diario Oficial de la Federación, 22
de junio de 1976.
21
Idem.
14
15
22
Durante esos años ejercieron como coordinadores del área Jurídico Penal: Sergio Vela Treviño (sep-
tiembre de 1976 a mayo de 1978); Ángel Reyes Navarro (mayo de 1978 a febrero de 1979) y Carlos Vidal
Riveroll (febrero de 1979 a mayo de 1983). Del área de Criminología: Carlos Tornero Díaz (de enero de
1977 a septiembre de 1978); Carlos Cerecedo Díaz (octubre de 1978 a julio de 1979) y Luis Marcó del Pont
(de octubre de 1979 a mayo de 1983). Del área de Criminalística: Raúl Jiménez Navarro (de septiembre
de 1976 a agosto de 1981); Rafael Moreno González (de octubre de 1981 a septiembre de 1982) y Sergio
Coyoli García (diciembre de 1982 a junio de 1985).
16
23
En entrevista, los doctores Rafael Moreno, Olga Islas, Moisés Moreno y Luis Rodríguez Manzanera
coincidieron en señalar esta anécdota como una muestra del entusiasmo de Celestino Porte Petit, así como
su extremo cuidado en el manejo del presupuesto asignado al Instituto.
17
Un símbolo de identidad
El logotipo del Inacipe ha acompañado el andar del Instituto desde sus inicios.
Previo a su inauguración, ante la necesidad de contar con un logotipo que le diera
identidad y a la vez reflejara su orientación y sus propósitos, el arquitecto Mario
Sosa —quien fuera el encargado del proyecto y construcción de las primeras ins-
talaciones— creó un diseño cuyo punto focal es una esfera, de la cual surgen una
serie de dovelas. Con ello se deseaba representar la llamada “enciclopedia de las
ciencias penales”: el conjunto de disciplinas que, de manera integral, confluyen
en el estudio del delincuente, el delito y las penas. El diseño del logotipo del Ina-
cipe ha permanecido prácticamente inalterado, salvo por un breve periodo entre
1989 y 1993 cuando se estilizó y se suprimieron las divisiones de las dovelas; no
obstante, en 1996 se recuperó el trazo original. En años recientes se ha sugerido
otra posible manera de interpretar el logotipo, que puede verse como una repre-
sentación del Iter Criminis (el camino del delito), es decir, las diferentes fases que
se desarrollan desde el momento en que comienza la planeación de un delito en la
mente del criminal, hasta llegar a la comisión del crimen (figura 2.7).
18
L
as tareas encomendadas al Inacipe no eran sencillas de reali-
zar, sobre todo, tratándose de una institución naciente, sin em-
bargo, desde sus primeras semanas de existencia, el Instituto
comenzó a rendir frutos. En el mismo año de su creación se efectuaron
dos importantes eventos en sus instalaciones: el “Primer Coloquio so-
bre Política Criminal en América Latina”, bajo los auspicios del propio
Inacipe, la Secretaría de Gobernación y el Instituto Latinoamericano
de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento
19
Figura 3.1. Carta de Israel Drapkin a Sergio García Ramírez manifestándole su interés
por impartir conferencias sobre su tema de especialidad. Septiembre, 1978.
1
El Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento
del Delincuente (Ilanud) fue creado el 11 de junio de 1975, mediante un acuerdo entre la Organización de
las Naciones Unidas y el Gobierno de Costa Rica.
20
21
Figura 3.3. Programa del “Ciclo de Conferencias sobre Temas de Derecho Penal
y Criminología”, celebrado en los meses de noviembre y diciembre de 1978.
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4
El Dr. Sergio García Ramírez comenta que a fin de impulsar a la brevedad el programa editorial del
Inacipe se decidió que éste apareciera como coeditor de una colección ya existente, la “Biblioteca Mexicana
de Readaptación Social”. Entrevista con el Dr. Sergio García Ramírez, 20 de noviembre de 2015.
25
Figura 3.5. Portada del primer libro publicado por el Inacipe en octubre de 1978.
26
Se publicaron tres números entre 1978 y 1981. El último de ellos compiló una serie de trabajos en
5
27
28
A
principios de 1983 la coordinación del Inacipe, que hasta en-
tonces detentaba la Secretaría de Gobernación, pasó a la Pro-
curaduría General de la República, por considerarse que los
fines de ambas instituciones guardaban estrecha relación, sobre todo
en materia de prevención de la delincuencia y administración de justi-
cia. En virtud de lo anterior, la presidencia de la Junta de Gobierno se
trasladó a la Procuraduría.1 Asimismo, a partir de esa fecha, el Inacipe
1
“Decreto por el que se reforma el artículo 5o. del Decreto que crea el Instituto Nacional de Ciencias
Penales”, Diario Oficial de la Federación, 24 de marzo de 1983.
29
30
5
Puede considerarse que el estudio sistemático del papel de las víctimas en el ámbito judicial comenzó
en la década de 1970. El doctor Luis Rodríguez Manzanera fue uno de los pioneros en los estudios de
victimología en México, así como en impartir cátedra sobre el tema. Uno de los principales documentos que
enuncia lineamientos respecto a los derechos de las víctimas y su situación durante el proceso penal es
la Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas del Delito y de Abuso del
Poder, adoptada por la ONU en noviembre de 1985.
31
32
33
7
“Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República”, Diario Oficial de la Federación, 9 de
agosto de 1985, arts. XXV y XXX.
8
Archivo personal del Dr. Luis Rodríguez Manzanera, “Exposición de motivos sectorial del anteproyec-
to de presupuesto de 1984”, [año 1984].
34
1986-1993
A
diez años de su creación, el Inacipe no sólo se fortalecía a ni-
vel nacional, sino que adquiría cada vez mayor relevancia en
el panorama internacional. Para conmemorar, precisamente,
su primera década de existencia se organizó un coloquio en el que
participaron reconocidos investigadores nacionales e internaciona-
les, quienes ofrecieron en sus intervenciones un panorama sobre el
estado en que se encontraban las ciencias penales en aquel momento.1
Además se llevaron a cabo otras actividades como diversos cursos de
1
Véase, 10º Aniversario, México, Inacipe, 1986, 2 vols.
35
2
El objetivo específico del curso era “utilizar la informática en la documentación, gestión, docencia e
investigación en el ámbito de las ciencias penales y contemplar la inminencia de nuevos tipos penales deri-
vados del uso de la informática”. Su duración fue de ocho meses (mayo de 1986 a enero de 1987). “Curso
de especialización en Informática y Ciencias Penales en el Instituto Nacional de Ciencias Penales”, Revista
Mexicana de Justicia, núm. 1, vol. 4, ene-mar, 1986, pp. 359-363.
36
3
“Acuerdo para la cooperación entre el Inacipe y el ILANUD”, 11 de abril de 1986. Archivo personal del
Dr. Luis Rodríguez Manzanera.
4
Documentos del archivo personal del Dr. Sergio García Ramírez.
5
Comunicación personal con el Dr. Sergio García Ramírez, 6 de diciembre de 2015.
37
Ese año se signó un convenio con una de las universidades más reco-
nocidas a nivel internacional en el campo del derecho, cuya fundación
data de tiempos medievales: la Universidad de Bolonia; de manera es-
pecífica, con su Centro Interdepartamental de Investigación en Filo-
sofía del Derecho e Informática Jurídica. La finalidad era fomentar el
intercambio de alumnos y docentes, así como la realización conjunta
de actividades de investigación y docencia.
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Figura 5.1. Los tres primeros directores del Inacipe reunidos durante la
conmemoración del XIV aniversario del Instituto. De izquierda a derecha, Gustavo
Barreto, Celestino Porte Petit y Gustavo Malo Camacho.
Figura 5.2. Ignacio Carrillo Prieto, director del Inacipe, devela la placa instalada en el
exterior del Auditorio “Alfonso Quiroz Cuarón”, 1989.
6
Dos años después, en mayo de 1992, el juez, su esposa y varios miembros de su escolta perdieron
la vida, víctimas de un atentado con explosivos.
40
Figura 5.3. Conferencia impartida por el juez Giovanni Falcone, septiembre de 1992.
Arriba, en primer plano, de izquierda a derecha, el director de Investigación Samuel
González Ruiz y el juez Falcone.
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7
El doctor Luis González Placencia, quien formara parte de la primera generación del doctorado en
Ciencias Penales, señala que era un programa “ambicioso” por sus objetivos, pues se enfocaba principal-
43
Una gran cantidad de peritos de diversas áreas, que actualmente prestan sus ser-
vicios en la Procuraduría General de la República, han recibido cursos de forma-
ción, capacitación y actualización en el laboratorio. En virtud del lugar prioritario
que la reforma penal, iniciada en 2008, concede a las pruebas en el desarrollo del
proceso, el Laboratorio de Criminalística ha adquirido un papel de mayor peso en
la preparación no sólo de peritos, sino también de agentes del Ministerio Público.
Desde 2009 el laboratorio lleva el nombre del Dr. Luis Rafael Moreno González,
como un reconocimiento a sus notables contribuciones como investigador y do-
cente, en el rubro de la Criminalística (figura 5.9).
mente en la investigación; además, el diseño del mismo posibilitaba que los alumnos asistieran a cursos
en otras universidades, incluso en el extranjero. Entrevista con el Dr. Luis González Placencia, 18 de no-
viembre de 2015.
8
En la Constitución Política de 1917 se consagra una serie de garantías sociales para todos los mexi-
canos, sin embargo, la adhesión de nuestro país al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales, el 23 de marzo de 1981, representó el inicio de una nueva etapa en la protección de los dere-
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chos humanos. Un año atrás, en mayo de 1980, se llevó a cabo en el Inacipe un ciclo de tres conferencias
sobre el tema “Derechos Humanos y Derecho Penal”. Posteriormente, en abril de 1986, se firmó un conve-
nio de intercambio y colaboración académica con la Academia Mexicana de Derechos Humanos, una de las
primeras organizaciones no gubernamentales mexicanas que se dedicó al tema. Entre los primeros resul-
tados de ese convenio se encuentra el “Taller introductorio al conocimiento de los derechos humanos y su
relación con el sistema penal”, realizado en agosto de 1986. Sobre la evolución histórica de la salvaguarda
de los derechos humanos en México, puede verse: Manuel Jorge Carreón Perea, “Alcances de la reforma
constitucional en materia de derechos humanos”, Iter Criminis, 5ª época, núm. 8, sep-oct. 2012, pp. 23-48.
9
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos fue creada, por decreto presidencial, el 6 de junio
de 1990, como organismo desconcentrado de la Secretaría de Gobernación. “Decreto por el que se crea la
45
Comisión Nacional de los Derechos Humanos como un órgano desconcentrado de la Secretaría de Gober-
nación”, Diario Oficial de la Federación, 6 de junio de 1990. Dos años después, el 28 de enero de 1992, se
elevó a rango constitucional y se estableció la obligatoriedad de las entidades federativas para crear orga-
nismos de protección de los derechos humanos. “Decreto por el que se reforma el artículo 102 de la Cons-
titución Política de los Estados Unidos Mexicanos”, Diario Oficial de la Federación, 28 de enero de 1992.
46
Figura 5.9. Como parte de las actividades por la inauguración de las nuevas
instalaciones del Laboratorio de Criminalística, se celebraron las Jornadas Nacionales
“Doctor Rafael Moreno González” de Laboratorios de Criminalística, en julio de 1992.
En la imagen, el doctor Rafael Moreno se dirige a los asistentes al evento.
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10
Archivo General de la Nación, Fondo Carlos Salinas de Gortari, Unidad Crónica Presidencial, Pro-
curaduría General de la República, 17.20.02.50, Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), Caja 02,
125357/10,Exp. 11. “Convenios suscritos durante el año 1991”.
11
La doctora Emma Mendoza señala que en las inmediaciones de la biblioteca del Inacipe se habili-
taron oficinas para que los investigadores del ILANUD pudieran desarrollar sus trabajos. Entrevista con la
Dra. Emma Mendoza Bremauntz, 18 de noviembre de 2015.
50
El maestro Martín G. Barrón, alumno de maestría en aquellos años, comenta que la mayoría de los
12
miembros de su promoción pudo titularse hacia 1994. Entrevista con el Mtro. Martín G. Barrón Cruz, 17 de
noviembre de 2015.
51
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1996-2000
A
lo largo de los casi tres años en los que el Instituto Nacional
de Ciencias Penales cesó sus funciones, las voces que deman-
daban su restauración fueron en aumento. Ante este panora-
ma, se conformó una asociación de antiguos alumnos y profesores del
Inacipe, la cual solicitó ante diversas instancias la reapertura de la
institución.1 Los esfuerzos no resultaron en vano.
1
La asociación se constituyó formalmente ante notario el 30 de agosto de 1995, denominándose
“Exalumnos y profesores del Inacipe, A.C.”. Los miembros del consejo directivo de la misma fueron: Moisés
Moreno Hernández, presidente honorario; Roberto Hernández Martínez, presidente; Estuardo Mario Ber-
55
múdez Molina, secretario; José Héctor Carreón Herrera, tesorero; María Elena Leguízamo Ferrer, primera
vocal; Pedro Hernández Orozco, segundo vocal y Jorge A. Mirón Reyes, tercer vocal.
2
La ciencia penal y la política criminal en el umbral del siglo XXI (Coloquio Internacional) con motivo de
la instauración del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe) del 22 al 26 de enero de 1996, México,
Inacipe, 1998, p. 17.
3
“Decreto por el que se crea el Instituto Nacional de Ciencias Penales”, Diario Oficial de la Fede-
ración, 11 de abril, 1996.
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Figura 6.2. Inauguración del curso de actualización para agentes del Ministerio
Público de la federación, 1999. De izquierda a derecha, José Luis Ramos Rivera,
subprocurador; Fernando Castellanos Tena, director del Inacipe, y Jorge Madrazo
Cuéllar, procurador general de la República.
59
diciales del país galo, así como el seminario “Bases y utilidad de los
estudios de ADN para la identificación de restos cadavéricos”, al que
asistieron miembros de diversas academias forenses internacionales.
Además, la presencia en el Instituto de reconocidos personajes a nivel
internacional fue constante en conferencias individuales, seminarios,
coloquios y mesas redondas. Entre los invitados destacaron Luigi
Ferrajoli, Rosa del Olmo, José Cerezo Mir, Luis Marcó del Pont, así
como otros investigadores de universidades de Argentina, España,
Italia y Alemania.
60
T
ras concluir la gestión de Fernando Castellanos, a mediados
del año 2000, Jorge Antonio Mirón Reyes fungió como encar-
gado de despacho hasta agosto de 2001, cuando se designó di-
rector del Instituto a Gerardo Laveaga Rendón, quien permanecería
en el cargo durante los siguientes once años (2001-2012).1
1
Gerardo Laveaga fue propuesto y ratificado para un segundo periodo al frente de la dirección en 2005
y para un tercer y último periodo en el año 2009.
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Figura 7.2. Ceremonia de clausura del curso de formación inicial para agentes del
Ministerio Público Federal, mayo de 2001.
Figura 7.3. Conferencia Magistral “Victimología”, impartida por la Dra. María de la Luz
Lima Malvido, el 14 de junio de 2002.
67
Desde sus inicios, el Instituto Nacional de Ciencias Penales buscó acercar las
ciencias penales a un público no restringido al ámbito académico. Una de las es-
trategias para lograrlo fue a partir de un enfoque sociocultural, que contemplaba
la realización de actividades como lecturas en voz alta de obras literarias, publi-
cación de trabajos que vinculan la literatura con las ciencias penales —un ejem-
plo, Sherlock Holmes y la investigación científica, de Rafael Moreno González— o
incluso textos escritos por literatos sobre la experiencia carcelaria —como El
hombre y la cárcel, de Óscar Wilde.
3
Actualmente la Academia Mexicana de Ciencias Penales colabora estrechamente con el Inacipe en
la producción del programa.
68
Figura 7.4. El doctor Sergio Correa presenta la película Los olvidados, de Luis Buñuel,
durante un Cine-Debate en 2002.
Figura 7.5. El Inacipe en la II Feria Internacional del Libro Jurídico del Poder Judicial
de la Federación, 2003.
69
4
“Acuerdo mediante el cual se retira del servicio de la Procuraduría General de la República, un inmue-
ble con superficie de 7,105.37 metros cuadrados, ubicado en las calles Magisterio Nacional número 113 y
Galeana número 5, colonia Tlalpan, Delegación Tlalpan, Distrito Federal, se desincorpora del régimen de
dominio público de la Federación y se autoriza su donación en favor del organismo descentralizado Instituto
Nacional de Ciencias Penales, a efecto de que lo continúe utilizando con sus instalaciones para el cumpli-
miento de su objeto”, Diario Oficial de la Federación, 22 de agosto de 2006.
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Figura 7.10. Participación del doctor Sergio García Ramírez durante el congreso
“Las ciencias penales en el siglo XXI”, celebrado en agosto de 2003.
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Figura 7.12. Evento realizado en el marco del 30 aniversario del INACIPE, 2006.
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Muro de honor
En el año 2007 se creó el Muro de honor, (figura 7.14) cuyo propósito es reconocer
a destacados penalistas, criminólogos y criminalistas que con sus contribuciones
ayudaron a definir el desarrollo de las ciencias penales en México y en el mundo,
desde el siglo XVI hasta los inicios del siglo XXI. Entre ellos se cuentan destacados
penalistas, criminólogos y criminalistas:
Mexicanos
Extranjeros
Niceto Alcalá-Zamora John Howard
Marc Ancel Luis Jiménez de Asúa
Francesco Antolisei Mariano Jiménez Huerta
Concepción Arenal Günther Kaiser
Alessandro Baratta Hermann Kantorowicz
Cesare Beccaria Arthur Kaufmann
Ernst Beling Franz von Liszt
Giuseppe Bettiol Cesare Lombroso
Karl Binding Vincenzo Manzini
Jeremiah Bentham Reinhart Maurach
William Blackstone Max Ernst Mayer
Franco Bricola Edmund Mezger
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Extranjeros
Johannes Brunnemann Karl Joseph Mittermaier
Eugenio Cuello Calón Manuel Montesinos y Molina
Francesco Carnelutti José Antón Oneca
Giovanni Carmignani Joaquín F. Pacheco
Benedikt Carpzov Ambrosio Paré
Francesco Carrara Gustav Radbruch
Giulio Claro León Radzinowicz
Károly Csemegi John Rawls
Pedro Dorado Montero Manuel de Rivacoba y Rivacoba
Émile Durkheim Arturo Rocco
Karl Engisch Juan del Rosal Fernández
Enrico Ferri Anders Sandoe Ørsted
Paul Anselm Feuerbach Johann von Scharzenberg
Raffaele Garofalo Manuel Seijas Lozano
Eusebio Gómez Sebastián Soler
Filippo Gramatica Francisco Tomás y Valiente
Herbert L. Hart Hans Welzel
Hans von Henting Thomas Hobbes
82
Figura 7.16. Primera edición de la obra de Manuel de Lardizábal, Discurso sobre las
penas (1782) que se encuentra a la entrada de la biblioteca.
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2008-2016
A
lo largo del siglo XX la sociedad mexicana demandó que la pro-
curación de justicia fuera expedita y eficiente. La desconfianza
hacia las autoridades judiciales y la policía era generalizada.
En los años cincuenta, el fotógrafo Nacho López documentó de ma-
nera visual —en la serie “Sólo los humildes van al infierno”— las nu-
merosas vicisitudes que padecían quienes se veían obligados a buscar
justicia en las oficinas de una delegación de policía (figura 8.1). Sin em-
bargo, fue en los años ochenta y noventa cuando las opiniones sobre
la justicia penal se volvieron aún más negativas, por factores como
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88
Figura 8.1. Fotografía perteneciente a la serie “Sólo los humildes van al infierno” (1954),
Nacho López [©404670 INAH. SINAFO. FN. México.
Reproducción autorizada por el INAH].
zonas del norte del país.1 Tal situación se debió a diversos factores entre
ellos, el incremento demográfico, la exacerbación del problema del nar-
cotráfico, así como la intensificación del combate al crimen organizado.
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2
“Decreto por el que se crea el Consejo de Coordinación para la Implementación del Sistema de
Justicia Penal como una instancia de coordinación”, Diario Oficial de la Federación, 13 de octubre de 2008.
“Acuerdo de la Procuradora General de la República, por el que se crea la Unidad para la Implementación
del Sistema Procesal Penal Acusatorio en la Procuraduría General de la República”, Diario Oficial de la
Federación, 17 de abril de 2012.
3
El predio, de casi 2,500 metros cuadrados, se localiza en Calzada de Tlalpan 4781 y 4785.
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4
El Dr. Rafael Estrada Michel señala que la colaboración del Inacipe con los aparatos ministerial,
forense y jurisdiccional, tanto a nivel federal como local, ha sido fructífera, en virtud de la calidad de la
94
capacitación y la cantidad de personas (varios miles) que han recibido instrucción. Esta labor, además, ha
resultado de “mutuo beneficio” y de intercambio de experiencias que han enriquecido al Inacipe. Entrevista
con el Dr. Rafael Estrada Michel, 18 de diciembre de 2015.
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POSGRADO INTERNO
Especialidades
Criminalística
Amparo Penal
Derecho Penal
Prevención y Persecución de Operaciones con Recursos de Pro-
cedencia Ilícita
Justicia Penal para adolescentes
Maestrías
Victimología
Criminalística
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INSTITUCIÓN EN DONDE SE
POSGRADO EXTERNO
IMPARTE
6
El doctor Fernando Tenorio Tagle menciona que ha visto obras publicadas por el Inacipe en institucio-
nes como la Universidad de Pittsburgh y la Universidad de Bolonia, por citar sólo dos ejemplos. Entrevista
con el Dr. Fernando Tenorio Tagle, 9 de diciembre de 2015.
7
La doctora María de la Luz Lima Malvido considera que a nivel internacional el Inacipe goza de una
gran imagen, situación que facilita (y que debe estimular) los nexos con el resto de Latinoamérica. Entrevis-
ta con la Dra. María de la Luz Lima Malvido, 3 de diciembre de 2015.
98
Figura 8.8. Algunas de las obras que ha editado el Inacipe entre 2008 y 2015.
8
Además, algunos de los investigadores del Inacipe son también académicos de la AMCP. Como se-
ñala la doctora Olga Islas, como miembro de la Academia y Doctora Honoris Causa. Entrevista con la Dra.
Olga Islas Magallanes, 27 de noviembre de 2015.
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Figura 8.9. Ejemplares de las revistas Iter Criminis, Ciencia Forense. Inacipe
y Revista Penal México.
Las dos revistas más recientes del Instituto son Ciencia Forense (2010), en coedi-
ción con la AICEF y enfocada especialmente a temas de Criminalística, y Revista
Penal México (2011), que editan de manera conjunta Inacipe, la Universidad Cas-
tilla La Mancha, la Universidad de Salamanca, la Universidad Pablo de Olavide
en Sevilla, la Cátedra de Derechos Humanos Manuel de Lardizábal y la Universi-
dad de Huelva. Esta última es considerada a la fecha como una de las revistas de
dogmática penal más importantes de Latinoamérica. (figura 8.9)
9
Los investigadores eméritos deberán: “I. Reunir los requisitos para el investigador titular ‘C’ o haber
realizado contribuciones sustanciales en el campo de las ciencias penales o disciplina afín; II. Gozar de am-
plio reconocimiento en el área de su especialidad; III. Ser miembro del Sistema Nacional de Investigadores
del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología o contar con obra publicada de amplio reconocimiento nacio-
100
A lo largo del siglo XX diversas instituciones nacionales intentaron, sin éxito, crear
un “museo criminológico” (objetivo plasmado en el Código de Procedimientos Pe-
nales desde 1931 y encomendado posteriormente al Departamento de Prevención
Social),11 a semejanza de los existentes en otros países. La intención de establecer
en el Inacipe un espacio didáctico y de divulgación para el público en general estu-
vo presente desde sus primeros años. En 1978 se planteó la posibilidad de destinar
un área para montar en vitrinas y en mamparas diversas piezas utilizadas como
instrumento del delito (pistolas, armas de fabricación casera, puntas carcelarias),
fotografías de hechos criminales interesantes, delincuentes y criminalistas famo-
sos, prisiones, antiguos aparatos dedicados a la tortura, procesos judiciales conoci-
dos. En aquel momento, sin embargo, no fue posible materializar el plan.12
nal e internacional y IV. Contar con amplia trayectoria docente, entre la que se incluya el Inacipe”. Artículo
21 del Reglamento del Personal de Investigación del Instituto Nacional de Ciencias Penales.
10
“Resolución conjunta por la que la Procuraduría General de la República y el Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología reconocen al Instituto Nacional de Ciencias Penales, como Centro Público de
Investigación”, Diario Oficial de la Federación, 25 de junio de 2012. El carácter de “Centro Público de
Investigación” lo reconocen por resolución conjunta el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)
y la dependencia coordinadora de sector a la que pertenezca la entidad paraestatal, en este caso, la Pro-
curaduría General de la República. Véase también, El Universal, “Inacipe se erige como Centro Público de
Investigación”, 27 de junio de 2012.
11
Véase Código de Procedimientos Penales de 1931, art. 674.
12
Información obtenida de los documentos proporcionados por el Dr. Sergio García Ramírez, año 1979.
13
Información obtenida del archivo personal del Dr. Luis Rodríguez Manzanera, año 1992.
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Figura 8.10. Centro Interactivo, creado para divulgar el conocimiento de las ciencias
penales entre el público no especializado,
con enfoque preferencial en niños y jóvenes.
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Figura 8.14. En el Inacipe se han dado cita importantes personalidades del Derecho
Penal, tanto a nivel nacional como internacional. De izquierda a derecha, Moisés
Moreno Hernández, Miguel Polaino Orts, Günther Jakobs y Eloísa Quintero.
106
16
El doctor Fernando Tenorio Tagle, coordinador de la obra de mérito, considera que el poder de con-
vocatoria del Instituto, a nivel nacional e internacional, facilitó que pudiera editarse el libro en un lapso tan
breve, de modo que el profesor Pavarini, quien padecía una grave enfermedad, logró ver concluida la obra
y participar en la presentación de la misma. Véase, Fernando Tenorio Tagle (coord.), El sistema de justicia
penal y nuevas formas de observar la cuestión criminal: ensayos en honor a Massimo Pavarini, México,
Inacipe, 2015. Entrevista con el Dr. Fernando Tenorio Tagle, 9 de diciembre de 2015.
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12, 13 y 14 de octubre de
Impacto y Escenarios de la Reforma Penal
2011
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109
Figura 8.16. Entrega del doctorado Honoris Causa a Luigi Ferrajoli, 2009.
110
E
l Instituto Nacional de Ciencias Penales llega en 2016 a su
cuarta década de vida. Las cifras y los datos estadísticos que
aparecen en este recuento reflejan en cierta medida sus logros,
sus fortalezas, incluso sus debilidades. No obstante, los números, por
sí mismos, serían incapaces de transmitir todo lo que implican cua-
renta años de trayectoria. Quizá un indicador todavía más certero de
la trascendencia del Inacipe sea el impacto que ha tenido en quienes
han trabajado en el Instituto o en aquellos que se han beneficiado de
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112
113
Archivos
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Bibliografía
Hemerografía
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Entrevistas
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122
Años de Historia
(México, Distrito Federal, 1985). Licenciada
40 años de historia nos cuenta los pasos que ha dado el Inacipe en Historia por la Universidad Iberoamericana,
para convertirse en una casa de estudios de excelencia académica. maestra y doctora en Historia por la Univer-
Un camino que no ha estado exento de obstáculos pero que siem- sidad Nacional Autónoma de México. Ha
pre ha resurgido gracias al esfuerzo y a la entrega de quienes han Instituto Nacional de Ciencias Penales publicado artículos en las revistas Historia
formado parte de él. y Grafía, Estudios de Historia Novohispana,
Historias e Iter Criminis. Actualmente es
Esta obra hace un recuento desde la idea de crear el instituto, miembro del Seminario “Historia Socio-
de la participación vital de la Academia Mexicana de Ciencias Pe- cultural de la Transgresión” (Instituto de
nales hasta el gran momento de consolidación del Inacipe con la Investigaciones Históricas-UNAM). Sus
transición al nuevo sistema de justicia penal en México. trabajos se han centrado en el proceso
judicial y el castigo en el Antiguo Régimen
Celebramos los 40 años de existencia del Inacipe y estamos se- (siglo XVIII), así como en la relación
guros de que vendrán muchos años más de aportaciones a la vida entre consumo de alcohol, violencia, crimen
jurídica de México. y bajos fondos (primera mitad del siglo
XX).