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ITV

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MATERIAL PARA AUTOMOCIÓN.

Un total de 7,4 millones de turismos en España pasaron en 2003 a su revisión anual, la


Inspección Técnica del Vehículo (ITV). De acuerdo al Real Decreto del 24 de septiembre
de 1985 número 1987/1985, vigente desde 1987, los automóviles con más de cuatro años
de antigüedad -cinco para motocicletas y seis para caravanas- y de matriculación
española deben superar las revisiones periódicas en las estaciones habilitadas
específicamente para ello por las comunidades autónomas.

Si un vehículo circula sin pasar la ITV, su titular se expone a una


multa de hasta 1.500 euros
Este chequeo, dependiente del Ministerio de Ciencia y Tecnología, tiene tres objetivos:
asegurar que los vehículos en circulación mantengan unas condiciones de seguridad por
encima de los mínimos exigidos, reducir el riesgo de accidentes por causas técnicas y
proteger el medio ambiente a través de la reducción de las emisiones de los gases de
escape. Finalizado el examen, se emite un informe

Examen obligatorio
El dictamen puede ser favorable, desfavorable o negativo. Si es favorable, el conductor,
tras abonar una media de 34 euros, puede circular con su coche con la seguridad de que
funciona correctamente. Deberá colocar la pegatina que le entreguen -en la que figura la
fecha de la última ITV- en una parte visible del coche. Por el contrario, si el vehículo ha
superado el examen sólo a medias y el resultado es desfavorable -el 22,6% de los
automóviles que visitaron la ITV obtuvieron esta nota en 2003-, se concede a su
propietario un plazo no superior a dos meses para que realice los arreglos pertinentes.

Durante ese tiempo sólo podrá utilizar el automóvil para acudir al taller y volver a la ITV,
quedando inutilizado para circular libremente por la vía pública. Finalmente, si en el
informe figura un resultado negativo, el vehículo permanecerá temporalmente en el
lugar donde se realiza la inspección hasta que una grúa lo traslade a un taller mecánico.
Una vez allí, el automóvil deberá ponerse a punto de acuerdo a las anotaciones
realizadas por los técnicos.

¿Qué ocurre si no estamos de acuerdo con el resultado de la ITV? Poco se puede hacer en
ese caso: si el propietario del vehículo se niega a realizar los arreglos o cambios que los
técnicos de la ITV le exigen, el vehículo podrá ser dado de baja de la circulación en ese
mismo momento. En principio, no existe la posibilidad de reclamar contra estos
resultados y pedir a otra estación una nueva revisión. En teoría sólo se puede hacer si lo
autoriza expresamente el órgano competente de la comunidad donde se realizó la
inspección, en la práctica es una situación que apenas ocurre.

Cuándo acudir a la cita


La primera vez que un vehículo ha de pasar la ITV su propietario debe tomar la iniciativa:
habrá informarse sobre cuándo le corresponde y sobre los talleres homologados a los que
puede acudir.
La primera ITV de los coches es a los cuatro años de su compra
En la página web www.aeca-ITV.com se puede encontrar toda la información necesaria.
Para posteriores revisiones el taller al que fuimos tomará la iniciativa de recordarnos
mediante carta que llegó el momento de presentar de nuevo el vehículo a la ITV.

Automóviles. Están obligados a pasar la primera ITV los vehículos de uso privado que
tengan cuatro años de antigüedad. A partir de ese momento, la visita obligatoria deberá
repetirse cada dos años hasta que cumpla los diez años. Después la revisión será anual.

Motocicletas. La ley regula que las motocicletas deben pasar la primera ITV cuando
superen los cinco años de antigüedad. A partir de este momento su examen se llevará a
cabo cada dos años.

Caravanas. La Dirección General de Tráfico estima que la primera ITV debe realizarse a
los seis años y que a partir de ese momento, las próximas revisiones serán bienales.

Multa para coches sin ITV superada


Más de dos millones de turismos, cerca del 25% del parqué automovilístico, eluden las
revisiones que periódicamente están obligados a superar, según el último informe
elaborado por la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en
la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV), patronal que reúne a las 42 empresas que
gestionan los 221 centros de ITV que existen en España. Normalmente son coches de
particulares que superan los 10 años de antigüedad y que no cumplen los requisitos
establecidos. En estos casos, el usuario dispone de dos opciones: acudir al taller para
realizar las mejoras requeridas o dar de baja el coche.

Si las autoridades policiales sorprenden al propietario de un vehículo sin la pegatina de la


ITV o con ella caducada, las consecuencias son las siguientes:

• Intervención del permiso de conducir. Habrá un plazo de diez días para pasar el
examen favorablemente.
• Pago de una multa. La Ley de Tráfico prevé sanciones de entre 94 y 1.503 euros
por circular sin haber pasado la ITV.

Un total de 7,4 millones de turismos en España pasaron en 2003 a su revisión anual, la


Inspección Técnica del Vehículo (ITV). De acuerdo al Real Decreto del 24 de septiembre
de 1985 número 1987/1985, vigente desde 1987, los automóviles con más de cuatro años
de antigüedad -cinco para motocicletas y seis para caravanas- y de matriculación
española deben superar las revisiones periódicas en las estaciones habilitadas
específicamente para ello por las comunidades autónomas.

Si un vehículo circula sin pasar la ITV, su titular se expone a una


multa de hasta 1.500 euros
Este chequeo, dependiente del Ministerio de Ciencia y Tecnología, tiene tres objetivos:
asegurar que los vehículos en circulación mantengan unas condiciones de seguridad por
encima de los mínimos exigidos, reducir el riesgo de accidentes por causas técnicas y
proteger el medio ambiente a través de la reducción de las emisiones de los gases de
escape. Finalizado el examen, se emite un informe.
Examen obligatorio
El dictamen puede ser favorable, desfavorable o negativo. Si es favorable, el conductor,
tras abonar una media de 34 euros, puede circular con su coche con la seguridad de que
funciona correctamente. Deberá colocar la pegatina que le entreguen -en la que figura la
fecha de la última ITV- en una parte visible del coche. Por el contrario, si el vehículo ha
superado el examen sólo a medias y el resultado es desfavorable -el 22,6% de los
automóviles que visitaron la ITV obtuvieron esta nota en 2003-, se concede a su
propietario un plazo no superior a dos meses para que realice los arreglos pertinentes.

Durante ese tiempo sólo podrá utilizar el automóvil para acudir al taller y
volver a la ITV, quedando inutilizado para circular libremente por la vía pública.
Finalmente, si en el informe figura un resultado negativo, el vehículo permanecerá
temporalmente en el lugar donde se realiza la inspección hasta que una grúa lo traslade
a un taller mecánico. Una vez allí, el automóvil deberá ponerse a punto de acuerdo a las
anotaciones realizadas por los técnicos.

¿Qué ocurre si no estamos de acuerdo con el resultado de la ITV? Poco se


puede hacer en ese caso: si el propietario del vehículo se niega a realizar los arreglos o
cambios que los técnicos de la ITV le exigen, el vehículo podrá ser dado de baja de la
circulación en ese mismo momento. En principio, no existe la posibilidad de reclamar
contra estos resultados y pedir a otra estación una nueva revisión. En teoría sólo se
puede hacer si lo autoriza expresamente el órgano competente de la comunidad donde se
realizó la inspección, en la práctica es una situación que apenas ocurre.

Cuándo acudir a la cita


La primera vez que un vehículo ha de pasar la ITV su propietario debe tomar la iniciativa:
habrá informarse sobre cuándo le corresponde y sobre los talleres homologados a los que
puede acudir.

La primera ITV de los coches es a los cuatro años de su compra


En la página web www.aeca-ITV.com se puede encontrar toda la información necesaria.
Para posteriores revisiones el taller al que fuimos tomará la iniciativa de recordarnos
mediante carta que llegó el momento de presentar de nuevo el vehículo a la ITV.

Automóviles. Están obligados a pasar la primera ITV los vehículos de uso privado que
tengan cuatro años de antigüedad. A partir de ese momento, la visita obligatoria deberá
repetirse cada dos años hasta que cumpla los diez años. Después la revisión será anual.

Motocicletas. La ley regula que las motocicletas deben pasar la primera ITV cuando
superen los cinco años de antigüedad. A partir de este momento su examen se llevará a
cabo cada dos años.
Caravanas. La Dirección General de Tráfico estima que la primera ITV debe realizarse a
los seis años y que a partir de ese momento, las próximas revisiones serán bienales.

Multa para coches sin ITV superada


Más de dos millones de turismos, cerca del 25% del parqué automovilístico, eluden las
revisiones que periódicamente están obligados a superar, según el último informe
elaborado por la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en
la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV), patronal que reúne a las 42 empresas que
gestionan los 221 centros de ITV que existen en España. Normalmente son coches de
particulares que superan los 10 años de antigüedad y que no cumplen los requisitos
establecidos. En estos casos, el usuario dispone de dos opciones: acudir al taller para
realizar las mejoras requeridas o dar de baja el coche.

Si las autoridades policiales sorprenden al propietario de un vehículo sin la pegatina de la


ITV o con ella caducada, las consecuencias son las siguientes:

• Intervención del permiso de conducir. Habrá un plazo de diez días para pasar el
examen favorablemente.
• Pago de una multa. La Ley de Tráfico prevé sanciones de entre 94 y 1.503 euros
por circular sin haber pasado la ITV.

Precios y liberalización del sector


La liberalización de este sector, cuya facturación en España con las revisiones realizadas
el pasado año alcanzó 250 millones de euros, se aprobó hace tres años con el objetivo de
hacer bajar los precios y mejorar la calidad del servicio.

El pasado mes de enero se cumplió el plazo máximo que el Gobierno había fijado para
que las diferentes comunidades autónomas establecieran las fechas del proceso. Sin
embargo, éstas se retrasarán hasta llegar al año 2010, puesto que la mayoría de las
concesiones aún estarán vigentes para esa fecha. Según la norma, cualquier taller podría
realizar las inspecciones obligatorias, de esta manera se cumpliría con el objetivo de
hacer bajar los precios y mejorar la calidad del servicio.

No obstante, la patronal AECA-ITV y las asociaciones de empresarios y conductores no


ven con buenos ojos la liberalización del mercado. Consideran que el paso de las
concesiones hacia un sistema de autorizaciones no se traducirá en una bajada de precios,
ni mejora de claridad. Por el contrario, provocará efectos secundarios negativos, como
que las zonas menos desarrolladas económicamente se queden sin este servicio y los
automovilistas deban desplazarse a otras comunidades.
Puntos flacos
Antes de acudir a uno de estos centros de inspección, podemos asegurarnos el visto
bueno oficial llevando el coche a un taller para cerciorarnos de que se encuentra en
óptimas condiciones. Es lo que muchos llaman la pre-ITV. Esta son las partes del vehículo
que obligatoriamente revisarán los técnicos encargados de realiza la ITV.
• Documentación. El primer paso es comprobar que la marca del coche, su número
de bastidor y matrícula coinciden con los datos que aparecen en el permiso de
conducir y la tarjeta de inspección técnica entregada por el titular. Será requisito
imprescindible para proceder a la inspección que todos los documentos sean
originales.
• Carrocería. Abolladuras, bajos y el bastidor.
• Acondicionamiento exterior. Espejos retrovisores, lunas y mantenimiento de la
placa de matrícula.
• Acondicionamiento interior. Funcionamiento de puertas, ventanillas,
mecanismos de cierre, cinturones de seguridad y limpiaparabrisas.
• Señalización y alumbrado. Luces de cruce, luz de freno, intermitentes y luces
largas.
• Dirección.
• Motor. Nivel de ruido, emisión de monóxido de carbono y grado de
contaminación.
• Catalizador. Uno de los motivos más frecuentes de rechazo en las inspecciones es
el de las emisiones excesivas. No es que los automóviles contaminen más que
antes, sino que los controles que se realizan son más estrictos ahora. En realidad,
lo que se hace es aplicar la normativa en vigor, mientras que antes se era mucho
más permisivo en este aspecto. Tal y como exige la directiva europea sobre este
tema, el nivel de contaminación de estos coches debe ser muy bajo.

Reclamar la resolución de la ITV

En los casos más graves, quien se considere


perjudicado por el informe de la inspección, puede
recurrir a la vía administrativa o a la judicial

La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es una de las fórmulas que garantiza la


seguridad en las carreteras. Millones de coches pasan cada año unos controles
exhaustivos que permiten que el parque automovilístico español esté dentro de los
parámetros de calidad exigidos. Con frecuencia, el dictamen realizado en la inspección
técnica coincide con las expectativas del titular del vehículo, pero en otras ocasiones, el
propietario disiente. ¿Qué puede hacer el consumidor cuando piensa que el informe de la
ITV no es adecuado? Las hojas de reclamaciones, quejas o sugerencias son las opciones
más utilizadas. En los casos más graves, sin embargo, quien se considere perjudicado por
la resolución de la ITV puede recurrir a la vía administrativa o a la judicial.
Revisión obligatoria

Todos los vehículos -no sólo los de cuatro ruedas- deben someterse a una inspección
técnica periódica o ITV. Así se garantiza que su estado es el correcto para circular por
una vía sin suponer un peligro para sus usuarios o para terceras personas. Este
reconocimiento no sólo pretende reducir el número de accidentes causados por un fallo
mecánico, sino controlar el nivel de las emisiones contaminantes y preservar el medio
ambiente.

Una de las obligaciones que tiene el conductor de un automóvil es circular con la ITV al
día y los distintivos que lo certifiquen en un lugar visible. También deberá mostrar los
informes de la última inspección a los agentes que se lo soliciten. Si está caducada, el
conductor sólo podrá circular hasta un lugar en el que pueda realizarla. De lo contrario,
se enfrenta a una multa e, incluso, a la retirada del carné de conducir. Antes de que esto
ocurra, si el titular del vehículo considera que no lo utilizará, puede darlo de baja de
manera temporal.

Resultado de las inspecciones


Si el resultado de la inspección es positivo, el conductor recibe un informe favorable y
una pegatina que se coloca en el parabrisas. En estas revisiones, también se puede
detectar un defecto leve. Cuando esto sucede, el examen se mantendrá positivo, pero se
recomienda al titular subsanar el desperfecto en cuanto sea posible, si bien no se le
multará por no hacerlo.

Si el informe de la inspección es desfavorable, se retiene la


tarjeta y el vehículo sólo podrá usarse para dirigirse hasta el
taller en el que se arreglen las averías
El órgano inspector también puede considerar que el resultado del reconocimiento es
desfavorable. Si se da esta circunstancia, la tarjeta queda retenida y el vehículo,
inhabilitado para circular. Sólo podrá utilizarse para ir hasta el taller en el que arregle
las averías detectadas. El titular del automóvil tiene dos meses para pasar una nueva
inspección. Si este plazo culmina sin que el conductor realice la ITV, la entidad que
retuvo la tarjeta la enviará a la jefatura provincial de Tráfico para que gestionen la baja
del automóvil.

Cuando las deficiencias detectadas en el vehículo sean de tal gravedad que constituyan
un peligro para los ocupantes del coche y para el resto de usuarios de la vía pública, la
inspección se calificará como negativa. En esta situación, el traslado del coche se
realizará a través de una grúa o de cualquier otro medio que no implique la circulación
del automóvil que no ha pasado el examen. Al igual que sucede cuando es desfavorable,
el usuario tiene dos meses para arreglar las averías y someterse a un nuevo
reconocimiento.
El precio de este segundo examen varía en función de la comunidad autónoma en la que
se realice. Una de las demandas de las asociaciones de consumidores es la gratuidad de
la misma, siempre que se lleve a cabo en un plazo determinado. En la Comunidad
Valenciana, Castilla y León, Murcia y Navarra, la segunda inspección se cobra a un precio
más reducido que la primera. En otras comunidades, como Cataluña, si la revisión se pasa
en los 15 días posteriores al primer examen, es gratuita. De lo contrario, se aplicarán
tarifas del 60% sobre los precios vigentes en la revisión ordinaria.

En ocasiones, los titulares del vehículo creen que son víctimas de un abuso por parte del
centro inspector, no están de acuerdo con su dictamen y desean otra ITV. Esta segunda
inspección se puede llevar a cabo en una estación distinta a la que ha realizado el primer
examen. No obstante, es necesario alegar razones justificadas y solicitarlo al órgano
competente de la comunidad autónoma, que deberá expedir una autorización expresa.

Desacuerdo en los precios

El desacuerdo con la resolución de la ITV puede deberse al precio que se cobra. Es


posible que el conductor piense que el coste es abusivo, pero a su alrededor encuentre
pocas alternativas. Las estaciones tienen la obligación de exhibir en un lugar visible las
tarifas que aplican a cada tipo de vehículo y el consumidor puede compararlas. La
diferencia entre los precios de las diferentes comunidades autónomas es abismal.

Se calculan diferencias de hasta un 155%. Por la revisión de un coche con motor diésel se
cobran 23,80 euros en Asturias y 60,61 en la Comunidad Valenciana, mientras que la
inspección de una motocicleta cuesta 10,20 euros en Murcia y 35,12 en Castilla y León.

Ninguna ley obliga a pasar la ITV en la comunidad autónoma donde reside el titular del
vehículo o donde se hayan matriculado el coche, la moto, el camión o el quad (los
vehículos que están obligados a someterse a este examen). Es más, las autoridades
recuerdan que la revisión puede hacerse en cualquier punto de España. Si el titular
considera que ahorraría dinero al pasar la inspección en otra comunidad, puede hacerlo.
Sólo ha de tener en cuenta el estado en el que se encuentra el vehículo porque si el
resultado es negativo y el automóvil se queda inmovilizado, el ahorro previsto puede
convertirse en un gasto.
Reclamar la resolución de la ITV
En los casos más graves, quien se considere perjudicado por
el informe de la inspección, puede recurrir a la vía
administrativa o a la judicial.
Hojas de reclamaciones, quejas y sugerencias

Las comunidades autónomas tienen las competencias en materia de inspección de


vehículos y se encargan, por lo tanto, de tramitar las quejas de los usuarios ante las
oficinas de la ITV. Mediante hojas de reclamaciones y sugerencias, se busca mejorar el
servicio prestado y corregir eventuales deficiencias.

El procedimiento, la forma de presentación y la duración de los trámites pueden variar


en cada autonomía, pero en general, la mecánica es similar. Todas las estaciones de
Inspección Técnica de Vehículos tienen la obligación de poner a disposición del ciudadano
un libro de reclamaciones. Además, para recordarles que cuentan con estas hojas,
colocan la correspondiente advertencia en un sitio visible.

El modelo consta de un original -que guarda el consumidor- y dos copias autocalcables


-una para la estación y otra para el organismo competente en materia de inspección de
vehículos-. El interesado debe escribir sus datos personales, la identificación de la oficina
de la ITV a la que se refiere la reclamación o sugerencia, y la petición.

Las sugerencias se tienen en cuenta para mejorar la organización o la calidad del


servicio, mientras que las quejas destacan anomalías en el funcionamiento,
desatenciones, demoras o falta de organización. Las reclamaciones, por lo general,
suponen la imputación de daños por parte de la empresa que realiza el servicio.

Una vez cumplimentada, la hoja de quejas y sugerencias se entrega en la estación de la


ITV y, si se quiere, también en la Dirección General competente. El director de la
estación remitirá una copia acompañada de un informe en el que se detalle su actuación
ante el titular de la misma. Estudiada la documentación, la Administración de la
comunidad autónoma contestará a la persona que haya realizado la queja y le informará
de las medidas adoptadas. También realizará una comunicación similar a la estación de la
ITV. El plazo para la contestación puede variar según la zona en la que se realice la
demanda. En Aragón, la respuesta a las quejas es de tres meses como máximo. En
Madrid, las reclamaciones relativas a la ITV se entregan en cualquier registro, por correo
o a través de Internet, con el compromiso de que en un plazo aproximado de 48 horas se
pondrán en contacto con el usuario y, en un periodo no superior a 15 días, tratarán de
darle una respuesta.

Otra de las obligaciones que tienen las empresas que prestan este servicio es seguir los
criterios descritos en el 'Manual de procedimiento de inspección de las estaciones ITV',
elaborado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Todos los centros han de
tenerlo a disposición de los titulares de los vehículos sometidos a la inspección. En el
caso de que el documento no esté en un lugar visible, el usuario podrá poner una
reclamación contra la estación.

Recursos y vía judicial


Además de las hojas de quejas y reclamaciones, quien se considere agraviado por la
resolución de la oficina de la Inspección Técnica de Vehículos puede poner un recurso
ante la comunidad autónoma en el que hará constar las alegaciones que considere
oportunas. Aunque no son demasiados quienes toman este camino, hay resoluciones
favorables por parte de la Administración hacia los recurrentes.

Otra vía es la interposición de un recurso judicial ante el juzgado de lo contencioso


administrativo de la provincia. Los motivos por los que se hacen estos recursos son
variados. Uno de ellos es que el recurrente considere que el informe sobre su vehículo
debería haber sido favorable, puesto que contrató una revisión previa en un taller, que
no detectó ninguna avería. El conductor también puede pensar que una determinada
estación exige unos requisitos muy superiores a los solicitados en otros centros o en otras
comunidades. Cuando el citado juzgado dicta sentencia y el demandante sigue en
desacuerdo, puede interponer un nuevo recurso, esta vez ante el Tribunal Superior de
Justicia. Estos procesos pueden tener un resultado satisfactorio para la persona que hace
la demanda, pero es posible que la sentencia se demore demasiado.

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