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Cari Fratelli

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ARCHIVO 1

I.- REFLEXIONES - 20° DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - A – Agosto 16


de 2.020 “Mujer, ¡Qué grande es tu fe¡”

El evangelio de este domingo nos invita a admirarnos de la actitud y la fe de la mujer


cananea. Los que venimos domingo a domingo a la eucaristía, necesitamos un poco del
corazón y de la fe de esta mujer. La fe verdadera está en ser humildes, en no darse por
vencidos,  por muy mal que vayan las cosas, sabiendo que el bien que hagamos a los demás
nos lo hacemos a nosotros mismos.

Jesús nos da una gran lección. Actúa como situándose en lugar nuestro. Comienza por no
responder a los gritos de la mujer, guarda silencio como si sus gritos no le llegasen, y hasta
le pone una imagen bien poco delicado, y si despreciativa. “El pan de los hijos (clara
referencia al pueblo judío), no se tira a los perros (referencia a los publicanos y
pecadores”. Ella no se dejó vencer ni por el cansancio ni, mucho menos, por el recelo,
sabiendo que efectivamente no formaba parte del pueblo elegido; al contrario, ella insiste y
persiste, como si nos enseñara que la fe cuando es sólida vence todo obstáculo. La fe
confiada, sabe esperar. La fe  nos hace pacientes y constantes. Estas actitudes un tanto
bruscas, no revelan el modo de pensar ni de actuar de Jesús, porque él no hace acepción de
personas.

Quiere, más bien, demostrarnos cómo también los paganos tienen fe, y cómo a veces los
que no pertenecen a la Iglesia, pueden tener más fe que los que estamos dentro. Y así, los
gritos de esta mujer pagana. “y se puso a gritarle: “Ten compasión de mí, Señor, Hijo de
David”, su fe y su oración lograron el milagro de la curación de su hija. La salvación es
universal y se ofrece a todos. Demos gracias, porque vivimos una fe consciente e
iluminada, y no menospreciemos la fe que no vemos en tantos corazones ajenos
aparentemente a nosotros. Recordemos que los grandes tesoros no están a flor de tierra sino
que hay que buscarlos en la profundidad.

La mujer Cananea se presenta siempre como maestra de perseverancia y oración. Y Dios,


aparentemente retrasando su escucha, lo que hace es que nuestro deseo crezca, que el objeto
de nuestra oración se eleve, que de lo material pasemos a lo espiritual, de lo temporal a lo
eterno y de los pequeño a lo grande. De este modo, puede darnos mucho más de lo que le
habíamos pedido en un primer momento.

La fe de esta mujer, unida a su respuesta reconociendo su condición de alejada del pueblo


de Dios, la hace entonces merecedora del elogio de parte del Señor, obteniendo finalmente
lo que buscaba con afán: la sanación de su hija enferma. Jesús pone en juego la fuerza, el
amor y la fe de esa mujer, que fue mucho más impactante de lo que tal vez él mismo podía
pensar. Y así, Jesús es capaz de sorprenderse de la respuesta vital que puede dar una
persona. Y el amor de aquella mujer por su hija. Y podríamos decir que Jesús se rinde ante
la fe de esa mujer.

Este divino encuentro nos invita a cambiar de modo de pensar. Quizá nos hemos olvidado
que la Iglesia es más que sus estructuras; que ella existe allí donde actúa el Espíritu, y que,
por eso, también más allá de las fronteras de la Iglesia puede haber mucha fe como lo
muestra la profundidad del corazón de esta mujer pagana: “Ten compasión de mí, Señor,
Hijo de David”; de ahí que el mismo Jesús lo reconozca: “Mujer, qué grande es tu fe”.

San Agustín admiraba la fe esta mujer Cananea, y decía que ella le recordaba a su madre,
Santa Mónica. También ella había seguido al Señor durante años, pidiéndole la conversión
de su hijo, y no se había desalentado por ningún rechazo. Había seguido al hijo hasta Italia,
hasta Milán, hasta que vio que regresaba al Señor. En uno de sus discursos, recuerda las
palabras de Cristo: "Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; tocad y se os abrirá", y
termina diciendo: "Así hizo la Cananea: pidió, buscó, tocó a la puerta y recibió".

Jesús es capaz de encontrar una gran fe en aquella persona que nadie sospecharía. Él tiene
claro que el pan es para todos, que en el corazón de Dios hay sitio para todos y que el
lenguaje del amor de Dios se entiende en todas las lenguas. Jesús quiere ir más allá y sacar
lo mejor del ser humano. La valentía y determinación de la cananea ha de ser nuestro grito
orante al Señor de la vida para que nos cure de esta pandemia y de tantas enfermedades que
están postrando nuestra pobre humanidad. Pero, ¿Sé encontrará fe en nosotros, como la fe
de la mujer cananea? ¿Será que el Señor puede decir de cada uno de nosotros: “Hijo, hija,
familia, ¡qué grande es tu fe!?

II.- ANÉCDOTAS
1.- El espeleólogo:
En cierta ocasión un espeleólogo descendió a unas cavernas con sus alumnos. Uno de éstos,
admirado por las diversas formas de las rocas, preguntó: ¿Cómo es posible esta belleza? Y
el espeleólogo dirigiéndose a él le contestó: sólo el paso de los años y la suave persistencia
del agua han hecho posible este milagro. Constancia, hábito, confianza... es el agua con la
que Dios va moldeando nuestro corazón.

2.- Ayúdate que yo te ayudaré:


Hubo una inundación muy grande en un pueblo pequeño. Todas las personas buscaron la
manera de salvarse, pero un hombre se quedó solo en ese lugar, subió al techo de su casa y
rezaba incansablemente pidiendo que Dios lo salvara. Éste, confiaba plenamente en el
Señor y estaba seguro que lo salvaría, de repente fue interrumpido por un hombre que
pasaba en una balsa invitándolo a subir, sin embargo el hombre respondió "Dios me
salvará" y lo dejó ir. Luego pasaron un hombre en un bote, luego una lancha y finalmente
un helicóptero. A todos los rechazó diciendo: "Dios me salvará." Finalmente, el tipo se
ahogó y llegó al cielo. Dios lo recibió a la entrada. El hombre, muy enojado, le dijo a Dios:
"¿Por qué no me salvaste si yo confiaba en ti?" Y Dios le dijo: A ver: ¿Y la balsa, el bote,
la lancha y el helicóptero que te mandé?

3.- El tamaño de tu fe.


Einstein decía que es más difícil romper un prejuicio que romper el núcleo de un átomo. La
fe lo sí lo puede hacer. Rompe prejuicios y abre fronteras. Deshace las separaciones
artificiales que los humanos levantamos en ocasiones. Sí, Jesús tenía razón. La fe puede
mover montañas.

III.- APUNTES.
1.- Fe de mujer, que vence al diablo:
“Cuentan que una señora muy pobre telefoneó a un programa cristiano de radio pidiendo
ayuda. Un brujo amigo del diablo que escuchó la petición consiguió su dirección, llamó a
sus secretarios y ordenó que compraran alimentos y se los llevaran a la mujer, con la
siguiente instrucción: Cuando ella pregunte quién mandó estos alimentos, respondan que
fue el ¡DIABLO! - Cuando llegaron a la casa, la mujer los recibió con alegría y de
inmediato se dio a la tarea de guardar los alimentos que le llevaron los secretarios del
amigo del diablo. Al ver que ella no preguntaba nada, ellos le dijeron: ¿Señora…no quiere
saber quién le envió estas cosas? La señora, con una fe digna de imitar, respondió:- No, mi
hijo... No es preciso. “Cuando Dios manda, hasta el diablo obedece!

2.- El mayor deseo: [Desear ver Dios como lo hizo la cananea].


Cierto día un hombre encontró una botella, al destaparla se dio cuenta que tenía un genio.
Este le dijo: -Te concederé tres deseos. -Muy bien dijo el hombre, mi primer deseo es tener
mucha lana [dinero)] - Concedido dijo el genio y lo convirtió en oveja.

3.- Quién te amara tanto…que de amor muriera?


Cierta vez, un hombre que se encontró una lámpara mágica, entonces la frotó y salió un
genio. El genio l dijo al hombre: -Por haberme liberado, te concederé solamente dos deseos.
Y el hombre le contestó: -Listo. Primero, quiero estar rodeado de muchas mujeres, pero
bien bellas. Al ver cumplido su deseo dijo asombrado: -¡Uy…Me quiero morir! Y el genio
dice: -Concedido tu deseo…Y se murió…!

ARCHIVO 2.
SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARIA
FIESTA PATRONAL – DIÓCESIS DE ZIPAQUIRÁ
Agosto 15 - 16 de 2020.
“Nuestra Señora de la Asunción, intercede por nosotros”

Hoy, como cada año, vuelve la solemnidad de la Asunción de la Virgen María, la fiesta
mariana más antigua, la cual nos impulsa a elevar la mirada hacia el cielo, allá donde Dios
nos espera como nuestra meta y nuestra eterna morada. Hoy, nuestra Diócesis de Zipaquirá,
celebra su fiesta patronal. La festividad del triunfo final de María, la humilde esclava del
Señor, la mujer vestida de sol, la primera mujer que ha entrado al cielo y la primera que
experimentó los frutos de la redención, nos participa su gloria y su destino.

El dogma de la Asunción fue definido solemnemente por el papa Pío XII el 1-XI- 1950, con
estas palabras: “…Pronunciamos, declaramos y definimos que la Inmaculada Madre de
Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta (elevada) en
cuerpo y alma a la gloria celeste…”.

Aquella que en el parto conservó intacta su virginidad, conservará su cuerpo también,


después de la muerte, libre de la corruptibilidad. Aquella que había llevado al Creador
como un niño en su seno, tendrá luego su mansión en el cielo. Aquella que había visto a su
Hijo en la cruz y cuya alma había sido atravesada por la espada del dolor del que se había
visto libre en el momento del parto, lo contempla ahora a la derecha del Padre. Como
Madre de Dios posee lo mismo que su Hijo y es venerada por toda creatura como Madre y
esclava de Dios. Por todo ello, la augusta Madre de Dios alcanzó definitivamente, como
suprema coronación de todos sus privilegios, el ser preservada inmune de la corrupción del
sepulcro y, a imitación de su Hijo, vencida la muerte, fue llevada en cuerpo y alma a la
gloria celestial para resplandecer ahí como reina a la derecha de su Hijo, por todos los
siglos.

Lo mismo que el sol incide sobre las vidrieras y se irradia a través de ellas, Dios  traspasó a
María, la transformó, la transfiguró hasta asumirla plenamente en la resurrección de Cristo.
Por eso, es primicia de nuestra glorificación futura, garantía de que “Cristo transformará
nuestros cuerpos mortales en un cuerpo glorioso como el suyo”. La fiesta de hoy es la
exaltación, no de una mujer poderosa, sino de una mujer pobre, humilde, mujer de pueblo.
Esposa y madre, que a veces no entendía los caminos de Dios pero los aceptaba en la fe;
Mujer consciente de que los dones que tenía no eran suyos, sino maravillas que Dios había
realizado en ella. Por eso, su voz se hace canto agradecido en el Magníficat. Es imagen de
los que formamos la Iglesia peregrina, y de lo que estamos llamados a ser.

Qué bello espectáculo que congrega en torno a la Madre a cientos de  hijos del mismo
Padre, que comparten la misma fe, que se sientan a la misma mesa, que reconocen a María
como Madre y modelo. Ella nos reúne para hacer Iglesia. Esa es su misión: irradiarnos a su
Hijo en la comunidad. Asunta, desde el cielo intercede por nosotros. Su mediación es
subordinada a la de Cristo, al que no oscurece, sino que lo irradia. De ahí que los Santos
Padres compararon a María con la luna, que, en medio de nuestras noches y de nuestras
oscuridades, refleja la luz del sol y la irradia hasta que llegue el día. Lo que el Señor nos
dará un día como gracia, nos lo entrega ahora como tarea.

El sentido, la significación y el valor de la obra de María, es acercar el Cielo, ya aquí, en la


tierra. Ella nos ha acercado el cielo a la tierra, y nosotros como Iglesia, tendremos que
recorrer el camino de su Fiat. Como ella, debemos aprender a lanzarnos a las cosas de
Dios. Ella es modelo de fe (“que se cumplan en mí tus palabras”). Es modelo de docilidad
a los planes de Dios (“He aquí la esclava del Señor”). Es modelo de caridad, de apertura a
los demás, modelo de respuesta rápida, ágil, concreta y eficaz (…Se puso en camino y fue
aprisa a la montaña”). María es modelo de docilidad y obediencia (Hágase en mí, según
tu palabra). El camino de María, entonces tiene que ser el camino de la Iglesia, el camino
de los humildes, de los pobres y olvidados. Todos queremos llegar a Dios, y María es
nuestra esperanza porque ya lo ha alcanzado.

María nos enseña a “alimentar la interioridad” volviendo al corazón, a la meditación y a la


oración. Que esta solemnidad nos haga levantar nuestra mirada al cielo en donde está
nuestra meta, ya preludiada por la asunción de María Santísima al cielo. Alimentemos
nuestra interioridad para hacer, como ella, la voluntad del Señor.

II.- ANÉCDOTAS:
1.- Miguel Ángel y la viejita:
Miguel Ángel lleva meses pintando el techo de la Capilla Sixtina y está un poco cansado,
cuando un día ve que llega una viejecita y se pone a rezar; como Miguel Ángel está
bastante aburrido, decide aprovechar la ocasión para hacerle una broma y desde lo alto de
los andamios va y dice:- Pssst! Pssst! Soy Jesús. (Pero la viejecita no se inmutaba). - Oye,
que soy Jesús, que he bajado a la Tierra a escuchar tus oraciones. (Y la viejita como si
nada). - Pero mujer, me estoy apareciendo a ti...Y la viejecita le responde: - Ay Jesús,
¿quieres callarte? ¡Déjame que estoy hablando con tu mamá!

2.- Lo importante es subir al cielo


En cierta ocasión, a Juan XXIII, siendo nuncio en París, lo llevaron a un campamento
militar a bendecir unas instalaciones. Luego le presentaron a un grupo de paracaidistas a
quienes les habló un rato, terminando con estas ingeniosas palabras: - No quisiera,
muchachos, que olvidaran esto: que a fuerza de bajar del cielo en paracaídas, se olvidaran
de subir a él...

III.- APUNTES:
1.- Adiós mamá… [María quiere que seamos sus hijitos de verdad]
Un hombre joven estaba de compras en el supermercado, cuando notó que una viejecita lo
siguió por todos lados. Si él se paraba, ella paraba, y se quedaba mirándolo. Al fin, camino
a la casa, ella se atrevió a hablarle y le dijo: "Espero que no lo haya hecho sentirse
incomodo; Es solo que usted se parece tanto a mi hijo que falleció recientemente. El joven
con un nudo en la garganta, replicó que tranquila, que no había problema. La viejita le dijo,
le quiero pedir algo poco común. El joven le dijo: claro abuelita en que puedo ayudarla? La
viejita le dijo: cuando me vaya del supermercado, quisiera que me dijera "Adiós mamá"
esto me hará muy feliz! El joven sabiendo que sería un gesto que llenaría el corazón y
espíritu de la viejecita, accedió. Entonces, mientras la viejita pasaba por la caja registradora
se volteó y sonriendo, con la mano le dijo adiós HIJO! Él lleno de amor y ternura le
respondió efusivamente "ADIOS MAMA", contento y satisfecho porque seguramente había
traído un poco de alegría a la viejecita. El joven continuó pagando sus compras. "Son
$50.000 pesos, le dijo la cajera. "Porqué tanto si solo llevo 3 cositas! Y la cajera le dice:
"Si, pero su MAMA dijo que usted pagaría lo de ella también".

2.- Mi suegra está en todo:[María: Presencia siempre discreta].


Una mujer va donde el sacerdote que la casó hace dos meses, el sacerdote le pregunta cómo
va  su matrimonio? -  ella dice: todo bien, pero mi suegra está en todo ¿cómo así que está
en todo? si padre, en todo lo que hago: en los fríjoles, en la sopa, en el pollo, en todo. No
entiendo dice el padre. Mire, mi marido dice: el pollo le quedaba más rico a mamá, la sopa
siempre te queda sin sal, a mamá no y los fríjoles no te quedan como los hace mamá. En
todo está la mamá de mi esposo, estoy desesperada, qué me aconseja, Padre? Mire por qué
no le haces una cena bien romántica: a ver…¿qué color le gusta a tu esposo?: el negro
padre. Entonces ponte un vestido y prepárale algo bien rico; apagas la luz y prendes velas y
veras que ahí  no estará presente la mamá de tu esposo. Gracias padre, eso haré. Llegada la
tarde hace la cena, se pone el vestido negro, baja los tacos de la luz y enciende las velas.
Llega su esposo quien al ver que hay velas y su esposa está de negro, se angustia y
pregunta: ¿qué le pasó a mi mamá!!!?

3.- Enamorados de la mujer bella: La Madre de Dios [Trucos para una homilía]
Unos fieles le surgieron a su párroco ser más emotivo o dinámico en las homilías. Fue a
donde su amigo, el padre Pedro a que le ayudara. El padre Pedro le dijo:, “Felipe, trata de
comenzar la homilía con alguna afirmación dramática para llamar la atención.” “Por
ejemplo, diga: “Estoy enamorado de una mujer bella”. Luego espera un momento y dice:
“Ella es…mi mamá.” En la próxima homilía, así comenzó: “Estoy enamorado de una mujer
bella. “Toda la comunidad quedó en silencio y atenta. Pero el padre no podía recordar lo
que seguía. Volvió a decir “Estoy enamorado de una mujer bella…Ella es…Ella es…Ella
es…la mamá del Padre Pedro.” Este domingo deberíamos decir, “Estoy enamorado de la
mujer más bella. Ella es” LA MADRE DE DIOS…

4.- Cerca del Jefe


El arzobispo, hace un viaje en avión. Al despegar, le pide a la azafata que le sirva una
copita de vino. A los pocos minutos, la llama de nuevo y le pregunta: ¿A qué altura vamos?
¡Mil quinientos pies ! - contesta la azafata. ¡Entonces... tráigame otra copita de vino! A los
pocos minutos la llama de nuevo y le pregunta: ¿A qué altura vamos? ¡Cinco mil pies! -
contesta la azafata. ¡Entonces tráigame otra copita vino! Poco después pregunta de nuevo:
¿A qué altura vamos? ¡Veinte mil pies! ¡Otro vinito... por favor! Al momento recapacita y
dice: ¡No , no tráigame agua . A esta altura  nos puede ver el jefe!
 
5.- Tres astronautas
Varios astronautas se reúnen en la Nasa. Un Ruso dice: Nosotros enviaremos un cohete a
Mercurio, para estudiar la atmósfera de ese planeta. El de los Estados Unidos dice:
Nosotros enviaremos un radar a la luna para estudiar el interior de este satélite. Y un
Pastusito dice: Nosotros enviaremos un cohete al Sol… Entonces todos le dicen: ¡Pero
cómo se le ocurre... El cohete al acercarse al Sol, se derretirá! Y el Pastusito les responde:
Bueno... Nosotros no vamos a ser tan tontos como para ir de día...Nos vamos de noche!

6.- Tres loquitos: [Para niños]


Estaban 3 locos en un avión con tremendo alboroto, y de repente el piloto le dice al
copiloto: Vaya a ver qué les pasa a esos tipos. El copiloto se dirige a los loquitos y vuelve a
la cabina. El piloto le pregunta: ¿Qué hiciste para que se quedaran quietos? Nos pusimos a
jugar a la escuelita y les mandé tareas. Cinco minutos después, se vuelven a alborotar y el
piloto le dice al copiloto: Vaya a ver qué les pasa a esos tipos esta vez. El copiloto se va y
regresa. El piloto pregunta: ¿Ahora qué hiciste? Revisé sus tareas y como las hicieron bien,
les abrí la puerta y se fueron al recreo.

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