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6.5 Taller Plaguicidas en La Agricultura - Almacenamiento y Mezclas

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REGIONAL NARIÑO

CENTRO INTERNACIONAL DE PRODUCCION LIMPIA


TECNOLOGO EN SALUD OCUPACIONAL
RIESGO QUÍMICO

INSTRUCTOR: Jaime Marín Fajardo Daza

TALLER
PLAGUICIDAS EN LA AGRICULTURA
ALMACENAMIENTO Y MEZCLAS

INTRODUCCIÓN:

En el presente taller trataremos los problemas derivados del manejo de los plaguicidas de uso
fitosanitario, es decir, los utilizados para eliminar las enfermedades de las plantas. Sabidos
son los beneficios que han aportado los plaguicidas al mundo agrario, sin embargo, no hay
que olvidar que su uso indiscriminado es muy peligroso. Al mismo tiempo que son efectivos
para eliminar las plagas dañinas que afectan al campo, también son venenosos o nocivos
para los seres humanos, el ganado, la fauna, la flora y el medio ambiente, por lo que utilizar
los plaguicidas con conocimiento y seguridad es fundamental, tanto para proteger la salud de
las personas que trabajan en el campo, como para proteger el medio ambiente y al resto de
la población. A continuación, haremos una breve descripción de cuáles deben ser las
prácticas adecuadas para almacenar y mezclar los plaguicidas.

NORMAS BÁSICAS:

1. Buscar asesoramiento (centros agrícolas) antes de elegir un producto de uso fitosanitario


que se quiera aplicar. Informarse sobre cuál es más eficaz, teniendo en cuenta el tipo de
plaga y el cultivo, y a la vez menos tóxico, y también sobre cuál es el momento más
oportuno para empezar el tratamiento. La información tiene que ser actualizada.
2. Almacenar los plaguicidas en locales que queden protegidos de la lluvia y el sol y que
estén alejados de las viviendas. Los locales serán seguros y se deberán poder cerrar con
llave; en la puerta se colocará un cartel que avise sobre los riesgos de los productos
almacenados. Todos los plaguicidas son sustancias peligrosas, por tanto, deben estar
separados de alimentos y concentrados, y fuera del alcance de los niños, animales
domésticos y personas que desconozcan su manejo.
3. Agrupar las sustancias almacenadas por categorías de peligro (tóxicos, corrosivos,
inflamables, etc.). Nunca deben estar juntos los productos tóxicos y los corrosivos. Las
sustancias inflamables (gasolina, ACPM, etc.) han de guardarse en un armario que pueda
cerrarse con llave. Igualmente, hay que controlar el buen estado de los envases
(incluyendo la etiqueta) para evitar las fugas o derrames.
4. Conservar los plaguicidas en el envase original de compra, de este modo siempre se sabe
el producto que contienen. Es obligatorio que los recipientes que tienen sustancias
peligrosas lleven una etiqueta en la que figure el nombre del producto, sus efectos nocivos
y las medidas de seguridad que hay que seguir al utilizarlo.
5. Nunca se deben trasvasar los plaguicidas a recipientes domésticos. Esto puede dar lugar a
que se confundan los productos peligrosos con otros de uso común o con alimentos o
bebidas para personas y animales. Si fuera necesario trasvasar los plaguicidas por causas
de derrames o roturas de los envases originales, hay que especificar el nombre del
producto y sus efectos nocivos en el nuevo recipiente.
6. Preparar las diluciones (caldos) siguiendo todas las indicaciones del fabricante y no usar
nunca productos sin etiqueta. Realizar estas operaciones respetando las dosis y las
diluciones recomendadas. Recuérdese que más concentración no significa mayor eficacia
del producto, significa más riesgos.
7. Realizar las mezclas al aire libre y siempre utilizando los equipos de protección obligatorios
que se indican en la etiqueta de cada producto. Nunca se usarán las manos para remover
las mezclas, aunque estén protegidas con guantes. Igualmente, los instrumentos
utilizados, embudos, filtros, paleta, etc. se usarán sólo para estas tareas. Las operaciones
de mezcla y carga (en los equipos de aplicación) son de alto riesgo porque implican el
manejo de pesticidas concentrados.
8. Evitar que los productos sobrantes de los caldos de plaguicidas contaminen el agua
potable. No hay que lavar nunca los recipientes o los aparatos fumigadores en fuentes,
arroyos o ríos.

CASO PRÁTICO:

Bertín tiene una plaga de orugas en el campo de hortalizas de su propiedad. Harto del
problema, acude a Felipe, un vecino suyo que posee unas tierras de cultivo colindantes a las
suyas. Más de una vez, su amigo le había comentado que utilizaba un plaguicida para
“fumigar” que “acaba con todo”.

Bertín se dirige hacia la casa del vecino y una vez allí le cuenta el problema. Felipe le
contesta que no se preocupe, que aquello tiene fácil solución. Le coge por el hombro y le
conduce hasta un cobertizo situado a escasos metros de su vivienda. El cobertizo no tiene la
pared frontal, por lo que el interior siempre está al descubierto. Felipe guarda allí el forraje
para los animales, los utensilios viejos, los abonos y los productos para fumigar. También es
el sitio habitual en el que su perro “Chispa” come y duerme.

Felipe señala un montón de bidones que están agrupados en el suelo, cerca del plato de
comida del perro, y le dice a Bertín entre risas:

-Mira todo lo que tengo aquí para terminar con los “bichos”. Esto es un producto a base de
endosulfán y metomilo. Funciona de maravilla, aunque ahora ya no lo venden.

Felipe señala un bidón grande que está en medio del resto de recipientes. Se va hacia él, lo
coge y lo arrastra hasta donde está Bertín.

- Coge el embudo y aquel bidón de agua que está vacío. Pondremos allí el plaguicida.
Mientras comentan asuntos relacionados con la calidad de las cosechas, Bertín sujeta el
embudo y Felipe echa el producto en el recipiente de plástico, que lleva la etiqueta de una
conocida agua mineral de la zona. Durante la operación, el líquido salpica la comida del perro
que está en el plato, pero ninguno de los dos amigos se da cuenta de ello. Cuando terminan
de llenar el envase, Felipe le explica la cantidad de producto y de agua que tiene que
mezclar.

Al finalizar, Bertín le agradece a su amigo la ayuda y se dirige hacia su casa. Al llegar, va


hacia una habitación, pequeña y sin ventanas, que hay justo en la entrada de la vivienda.
Bertín utiliza esta habitación como almacén.

Al cabo de un momento, entra su hija María. La chica tiene veinte años y ayuda a sus padres
en el campo. María ha terminado este año estudios de Formación Profesional sobre técnicas
agrícolas. Su padre le comenta que, por fin, ha encontrado un producto que solucionará la
plaga de orugas.

María se interesa por saber qué es y cómo lo ha conseguido. Bertín le enseña el bidón que
acababa de dejar en el suelo, al lado del tanque de fumigar, y le explica su visita a casa de
Felipe.

Al terminar, su hija le replica con enojo que no debería utilizar sustancias peligrosas, como
los plaguicidas, sin saber los riesgos que tienen. Le aconseja que vaya a la Cooperativa
Agrícola y pida información. Igualmente, le remarca que aquel bidón era de agua y que no
estaba indicado el producto que había dentro. Bertín le contesta que no se enfade, que no es
para tanto, y que más tarde ya escribirá que aquello es ”venenoso”. Cuando María se va del
cuartito, Bertín decide no entretenerse más y se pone a hacer la mezcla allí mismo. Además,
para conseguir que sea más efectiva, decide aumentar la cantidad de plaguicida que su
amigo le había dicho.
1. CAUSAS DE RIESGO EN EL ALMACENAMIENTO Y MEZCLA DE PLAGUICIDAS

¿Qué normas básicas se deben tener en cuenta en los siguientes casos?

a. Trasvasar un plaguicida a un recipiente que se puede confundir con otro de tipo


alimentario, como es el caso del bidón de agua. Realizar esta operación sin las debidas
precauciones de seguridad (protecciones personales, control de derrames y salpicaduras,
etc.).
b. Elegir un plaguicida para aplicar en el campo de hortalizas sin informarse previamente, a
través de un estamento o de una persona especializada, de su efectividad y de los
peligros que puede comportar su uso. Cada plaga requiere un tratamiento específico.
c. Guardar sustancias peligrosas en un cobertizo desprotegido, que no puede cerrarse con
llave y en el que también se guardan animales.
d. No etiquetar el recipiente en el que se ha trasvasado el plaguicida, por lo que resulta
imposible identificarlo.
e. Realizar la mezcla del plaguicida sin disponer de las instrucciones del fabricante y,
además, aumentar las dosis de concentración recomendada por el vecino.
f. Hacer la mezcla del plaguicida en el interior de una vivienda, en un local que no tiene
ventilación y sin utilizar las protecciones personales adecuadas.
g. Almacenar agrupados, y en un mismo lugar, envases que contienen sustancias peligrosas
(almacén de Felipe).
2. Analizar las distintas situaciones peligrosas que se producen en el almacén de Felipe y en
la casa de Bertín. Después, confeccionar un listado con los factores de riesgo que hayan
identificado y, al mismo tiempo, plantear de qué modo se podrían evitar.

3. Una vez analizadas y diferenciadas las dos historias descritas en el caso práctico, dividir el
grupo en dos subgrupos. Cada subgrupo deberá representar una de estas dos situaciones
y establecer el final más idóneo para ellas, desde un punto de vista preventivo. Para
desarrollar esta actividad cada subgrupo deberá plantearse, previamente, una serie de
preguntas como, por ejemplo: ¿Descubre Felipe por qué enferma su perro? ¿Quién se
encarga de hacerle evidente a Felipe los riesgos de los productos peligrosos que usa: el
veterinario, su familia, su propio vecino? ¿Qué soluciones decide implantar? ¿Qué le puede
ocurrir a Bertín cuando está haciendo la mezcla del plaguicida? Igualmente, los aprendices
harán hincapié durante la escenificación de las cuestiones de seguridad que deben tenerse
en cuenta.

4. Dibujar el plano de un teórico almacén que responda a las normas legales establecidas
para guardar las sustancias peligrosas de forma segura. Para realizar esta actividad, los
aprendices necesitarán disponer de información sobre almacenamiento de productos
peligrosos, por lo que deberán documentarse a través de publicaciones, técnicas,
legislación, vídeos, etc. Para elaborar el dibujo se deberán tener en cuenta aspectos del
recinto, como: la iluminación, la ventilación, la disposición de las estanterías y el mobiliario,
el tipo de separación que tienen que tener estos productos (distancia, paredes, armarios,
etc.).

Fuente: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. INSHT–Centro Nacional de


Condiciones de Trabajo. Barcelona, España.

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