Gatos Viejos - Corregida
Gatos Viejos - Corregida
Gatos Viejos - Corregida
Isadora y Enrique son un par de ancianos que residen en un octavo piso, junto a sus dos
gatos. Ella tiene una hija cuarentona llamada Rosario, que aún vive a sus expensas, y
que se ha propuesto quedarse con el departamento en que la pareja vive, con la excusa
de trasladar a su madre a un lugar más acorde a su edad, pero con el íntimo propósito de
arreglar su propia y fracasada vida. Pese a que Gatos viejos trata sobre las relaciones de
familia y las desventuras de un par de ancianos en un mundo concebido y diseñado para
individuos productivos, su mayor riqueza se encuentra al considerarla, en realidad,
como una fábula de la juventud.
Marco Tulio Cicerón -jurista, filósofo y orador romano-, en su diálogo Sobre la vejez,
clasificaba en cuatro las causas de las fatalidades que se achacaban a la ancianidad: la
pérdida del manejo de los negocios, el debilitamiento el cuerpo, la privación de los
deleites de la vida y su cercanía con la muerte. Cicerón proponía que a través de las
virtudes -fortaleza, templanza, prudencia y sabiduría-, dichos males no eran capaces de
aquejar a los viejos, poniendo acento, eso sí, en que el ejercicio de tales virtudes debía
comenzar en la juventud, pues una amable vejez se preparaba desde aquella etapa.
Llevando esta idea al plano artístico, todo relato sobre el presente, o incluso sobre el
futuro, es en realidad un relato sobre el pasado. Gatos viejos se sitúa en el presente,
pero su nudo dramático gira en torno a la juventud. Hay tres elementos argumentales de
la cinta que permiten comprender lo anterior:
I. Relación madre-hija: Isadora es una mujer tosca, parca, incapaz de exteriorizar afecto
y con un torcido sentido del humor, muy propio de quien ha visto y vivido lo suficiente.
Rosario, en tanto, es una niña malcriada, con todo lo patético que ello puede resultar en
una persona adulta. No tiene sentido de la responsabilidad ni de la consecuencia de sus
actos. Isadora y Rosario sostienen una relación enferma, marcada por el resentimiento,
la culpa y la pugna de poder. Los directores insinúan que el vínculo padres-hijos, desde
muy temprana edad, es determinante para obtener individuos capaces de desarrollo
integral y dispuestos a alcanzar la felicidad.
III. El agua: este elemento cumple un rol esencial en la historia. Es parte del recuerdo
más preciado que Isadora guarda de su infancia, y que trata sobre un paseo familiar a
orillas de un río cuando ella tenía cinco años. En dicho recuerdo, su madre le permite ir
tras unos jóvenes que habían llamado su atención. Para ello, debe cruzar un riachuelo, y
lo hace. Así, en el agua, da su primer paso hacia un mundo mayor. Aquel recuerdo
marca su vida y la forma de encararla. Es esencial el hecho de que su madre le permita
tomar ese riesgo, misma confianza que Rosario reclama por parte de Isadora: desea ese
reconocimiento para validarse ante ella, quizá para comenzar, por fin, a ser mujer.
No obstante, a Isadora anciana, el agua la perturba de sobremanera. Aquello que en
algún momento de nuestras vidas significa aventura y descubrimiento, en la vejez se
torna incierto y riesgoso.
Así, a lo largo de la película, el agua funciona como el elemento vital que químicamente
es, pero además opera a nivel filosófico: el origen de todo es el agua, todo nace en ella y
toda vida en ella termina. Aunque quizás, acercándonos al final de la cinta, el
pensamiento que mejor la encarne sea el de Heráclito de Efeso: “En los mismos ríos
entramos y no entramos, somos y no somos”, citado ordinariamente como: “Nadie se
baña dos veces en el mismo río”, porque ni el agua ni nosotros somos los mismos.
Toda fábula entraña una moraleja, y de considerar a Gatos viejos como tal, aquella no
podría ser otra que la propia conclusión del dialogo de Cicerón: la mala vejez tan sólo es
consecuencia de una juventud descuidada, mal vivida. El aquí y ahora son efecto del
entonces y del ayer. Isadora lo sabe: “ya ni siquiera estoy aquí”, reflexiona, con
perturbadora lucidez.
Ficha Técnica: Título Original: Gatos Viejos / Drama, Comedía Negra / Chile, EUA /
2010 / 88 minutos / ATP / Interpretes: Bélgica Castro, Alejandro Sieveking, Claudia
Celedón, Catalina Saavedra, Alejandro Goic, Alicia Rodríguez y Diego Casanueva /
Montaje: Gabriel Díaz / Director Fotografía: Sergio Armstrong / Producción: David
Robinson, Kimberly Jose, Sebastián Silva / Guión: Sebastián Silva y Pedro Peirano /
Dirección: Sebastián Silva y Pedro Peirano / Productora: Elephant Eyes Films, Diroriro,
Jirafa.
dariuslacroix.wordpress.com