José de San Martín y Su Proyecto Político
José de San Martín y Su Proyecto Político
José de San Martín y Su Proyecto Político
España se veía amenazada por estas nuevas ideas políticas, al mismo tiempo que era asediada
militarmente: los ejércitos napoleónicos ocupaban la totalidad de la Península Ibérica; el rey Carlos
IV y su hijo Fernando VII eran desplazados y el hermano de Napoleón, José I nombrado rey de
España. Estos acontecimientos fueron favorables al ideal de libertad para las colonias americanas y
sus clases dirigentes sabían que tenían una gran oportunidad que no podían perder
La caída de Chile demostró que la única forma de asegurar la independencia de América era con la
conquista del Perú. Por ello, San Martín elabora un ambicioso plan que tendría como base de
operaciones a la antigua provincia de Cuyo. Es por ello que el general solicita el relevo de su cargo
de gobernador, como premio a sus esfuerzos, para dedicarse a la organización de ese grupo de
hombres unidos en armas y bajo el mismo desafío: la libertad americana.
Sin lugar a duda fueron decisivos los trabajos realizados por San Martín en el gobierno y
administración de Cuyo, donde forjó la independencia de tres naciones y desempeñó todas las
funciones de gobierno: fue poder ejecutivo, legislador, juez, edil y jefe militar; además,
diplomático y político.
No hay campaña militar que pueda realizarse sin los recursos indispensables para cumplirla con
éxito. Por tal motivo, San Martín preparó el terreno en todos los sentidos, adecuándolo. Sus
medidas fueron elásticas como para responder a las cambiantes condiciones políticas y militares,
pero basadas en las reales condiciones imperantes en el comercio, la industria y la producción
mendocina de aquellos años, seriamente perjudicadas por la reconquista realista del Chile.
La guerra debía comenzar antes en la economía, y la primera batalla consistía en aumentar los
recursos y disminuir los gastos; se trataba de un plan financiero de difícil implementación por la
situación imperante. Para esto, estableció contribuciones especiales, regularizó impuestos y fijó
gravámenes para el sostén del ejército. Medidas y requerimientos que debían lograr sus objetivos
sin provocar descontento ni oposición.
Luego llegaría el momento del estratega militar, mientras tanto se imponía en San Martín el
estratega político y económico. Desde septiembre de 1814, Mendoza es testigo de una notable
acción de gobierno plena de logros e innovaciones. La activación económica llevó a estimular la
producción en general, ampliando los canales de riego y su saneamiento extendió las áreas
cultivables, y logró promover la minería mendocina.
Prosperaron durante su gobierno las industrias de curtidos, tejidos y talabartería. También lo
hicieron la herrería y la preparación artesanal de sencillos productos alimenticios que abastecieron
tanto al ejército como a la población civil. Puso orden en la actividad de las pulperías, las
disposiciones contra el juego, y la regulación del tránsito; también la salud era un tema
preocupante. Con la creación de dispensarios, la implementación de una verdadera campaña de
vacunación antivariólica y la lucha contra la hidrofobia, mejoró la calidad de la salud pública. La
creación de nuevas postas de correo en Mendoza y en San Juan dio un nuevo impulso a las
comunicaciones, estableciendo una ruta directa al norte argentino.
Encaminadas sus tareas gubernamentales, San Martín fue dedicando más tiempo a la formación
del ejército. Sobre la base de las tropas existentes en Cuyo más el aporte de los auxiliares de Chile,
comandados por Juan Gregorio Las Heras, fue desarrollando la maquinaria bélica destinada a
libertar medio continente.
Con respecto al área militar, introdujo tácticas napoleónicas y preparó especialmente a los
hombres llegados de diferentes puntos del país, engrosados por las levas de esclavos y ciudadanos
de la región.
Hacia 1820, estando asegurada la independencia en las Provincias Unidas, San Martín se
encontraba en Chile, también liberado, camino al Perú, donde todavía las fuerzas realistas
comprometían el proceso iniciado. Desde allí, mirando hacia el Plata, se convencía de que un
gobierno fuerte o una monarquía constitucional eran la mejor opción para las Provincias Unidas.
Estaba convencido de que el regionalismo y el atraso socioeconómico de muchos pueblos
convertiría al proyecto federalista en el puntapié de la anarquía.
Pero aún a pesar de esta propuesta, se preocupaba por dejar en claro el contenido democrático y
antiabsolutista de su pensamiento. Este pensamiento quedó plasmado en su Proclama a los
habitantes de las Provincias del Río de la Plata, lanzado desde Valparaíso, el 22 de julio de 1820.
Allí, preocupado por las libertades y demandas democráticas, San Martín abjuró del federalismo,
pero se negó a participar de una guerra civil apuntando sus ejércitos contra los gobiernos
federalistas de las provincias.
“…yo no puedo menos que comprometer mi existencia y mi honor por la causa de mi país; y sea
cual fuere mi suerte en la campaña del Perú, probaré que desde que volví a mi patria, su
independencia ha sido el único pensamiento que me ha ocupado y que no he tenido más
ambición que la de merecer el odio de los ingratos y el aprecio de los hombres virtuosos.»
Bibliografía
Carranza, Neftalí: «Proclama a las Provincias del Río de la Plata», Valparaíso, 22 de julio de 1820;
Oratoria Argentina, Sesé y Larrañaga Editores, Bs. As. , 1905
Roig, Arturo; Lacoste, Pablo y Satlari, María Cristina, compiladores: Mendoza a través de su
historia; Caviar Blue, Mendoza, 2004.