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Matus (2007) "Adiós, Señor Presidente" Capitulo 1

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Carlos Matus (2007)

“Adiós, Señor Presidente”


“1. Los tres cinturones del gobierno”

A través de esta metáfora el autor explica que para gobernar con eficacia el gobierno, a la hora de
llevar a cabo políticas públicas antes de tomar decisiones, debe poder administrar (apretar o soltar el
cinturón) tres cuestiones: lo político, lo económico y el intercambio de problemas. Esto será posible a
través de la Planificación Estratégica Situacional (PES) que, siguiendo lo que plantea Carlos Matus
podría definirse como una herramienta de planificación pública que evalúa las tres cuestiones
mencionadas mediante un balance tanto de lo positivo como de lo negativo, para poder dar
respuestas precisas a preguntas como:

 ¿Cómo va el gobierno? ¿Cuál es su balance global?


 ¿En qué medida se están cumpliendo los compromisos sobre los objetivos y las metas?
 ¿Las decisiones tomadas conducen a un enfrentamiento eficaz de los problemas que concentran
el foco de atención del gobierno y la ciudadanía?
 ¿Cuáles son las principales causas del éxito o fracaso de la gestión del gobierno?
 ¿Qué debe corregirse para contrarrestar las fallas identificadas? ¿En qué debemos perseverar?
 ¿Es necesario o inevitable cambar o alterar los objetivos y las metas?
 ¿Cuánto pesan en las fallas las circunstancias o variables fuera del control del actor?

“El método PES califica la gestión del gobierno según sean sus resultados y las condiciones fuera del
control del actor (variantes) en que estos se logran. Recuérdese que el actor elige su plan, pero no
puede elegir las circunstancias favorables o desfavorables que lo motivan y en que debe realizarlo. El
plan no solo responde a la voluntad e ideología del gobernante, sino también a las circunstancias en
que los formula. De la misma manera, sus resultados también dependen del escenario en que los
planes deben ser ejecutados” (Matus, C. 2007:33)

La planificación estratégico-situacional permite procesar problemas desde el punto de vista político y


técnico atendiendo la existencia de otros actores que contribuyen a la configuración de una situación
dada. Se parte desde la idea de que el problema se expresa o existe en una situación específica que se
comparte con responsables determinados dispuestos a actuar (o no) y otros actores relacionados. El
trabajo en el marco del enfoque de planificación situacional supone seleccionar el problema (o los
problemas) entre el conjunto, así como también realizar su descripción y explicación situacional.
Realizada la explicación es factible identificar los nudos críticos sobre los que será necesario actuar.
Simultáneamente se definen los resultados u objetivos a alcanzar, lo que constituye la imagen
objetivo.

El autor manifiesta que “en el método PES, los resultados de un gobierno se ordenan en relación a tres
balances”:

 Balance de Gestión Política (I): “Sintetiza los resultados positivos y negativos que se logran en el
ámbito específico que da o niega respuesta a las demandas políticas de los actores sociales y a la
población en general, y se refiere a la acción del gobernante que incide sobre la calidad de la
democracia, el respeto de los derechos humanos, la distribución del poder que descentraliza y logra
un equilibrio de gobernabilidad en las diversas instancias de gobierno, el apego a las reglas de ética,
la eficacia, respetabilidad y celeridad de la justicia , el mantenimiento de la legitimidad y legalidad
del gobierno, la distribución del ingreso, el nivel general de calidad de la democracia y los efectos
de todos estos aspectos mencionados sobre la imagen del gobernante y la adhesión que logra en
los actores sociales y la población. El criterio central de gestión en este balance apunta a maximizar
los beneficios políticos ponderados de los diversos actores y grupos sociales en el periodo total de
gobierno (o minimizar los costos políticos)” (Matus, C. 2007:33-34) El recurso escaso crítico para
manejar este balance es el poder político.

 Balance Macroeconómico (II): “Registra, en sus beneficios y costos, las consecuencias políticas del
manejo macroeconómico y los resultados económicos alcanzados en las condiciones políticas
vigentes, entre los cuales destacan el crecimiento económico, el empleo, el equilibrio del comercio
exterior y la tasa de inflación. El criterio central para la gestión de este balance es la eficacia
macroeconómica en el período de gobierno”. El recurso escaso crítico para administrar este
balance apunta a los medios económicos” (Matus, C. 2007:34)

 Balance de Intercambio de Problemas Específicos (III): “Se refiere, a su vez, al saldo de efectos
políticos positivo o negativo que genera el enfrentamiento de los problemas específicos que la
población valora, por ejemplo, agua potable, vivienda, transporte urbano, electricidad, teléfonos,
seguridad personal, educación, salud básica, saneamiento urbano, recreación, etc. El criterio
central en el manejo de este balance consiste en mantener los ‘marcadores’ de los problemas
dentro de metas aceptables en relación con la situación previa”. Los recursos escasos críticos en
este balance incluyen el poder político, los recursos económicos y, principalmente, las capacidades
gerenciales (Matus, C. 2007:34)

“La ciudadanía es el juez que valora en el presente el impacto de la gestión publica. Nunca se debe
perder de vista la necesidad de calcular, cada día, estos balances, proyectarlos hasta el fin del gobierno
y evaluar sus causas y consecuencias. En el análisis de estos balances el PES considera dos criterios
que fueron, desde hace tiempo, señalados por Max Weber:
a) eficacia formal o técnica, que responde a la necesidad de enfrentar con rigor y con apego a los
paradigmas científicos vigentes los problemas propios de cada balance, y
b) eficacia material o política, que responde a la necesidad de considerar que el poder político es un
recurso escaso que no debe consumirse hasta cualquier límite a causa de una adhesión infantil y
tecnocrática al primer criterio, pues la pérdida del poder político puede llevar, en su extremo, a la
derrota misma del criterio técnico basado en las teorías científicas.
Ambos tipos de eficacia están fuertemente interrelacionados. La ineficacia técnica conduce, a la larga,
a la ineficacia política. La ineficacia política conduce, a la larga, a la ineficacia técnica.
Así, cada balance tiene dos componentes:
a) eficacia formal o técnica, y
b) eficacia material o política” (Matus, C. 2007:34)

El Balance Global del gobierno se construye agregando los signos positivos y negativos de los tres
balances parciales anteriores. “Si un gobernante, a causa de la improvisación, la negligencia o la
incapacidad tiene un déficit en estos tres balances de gestión, inevitablemente desacumula poder y
pierde prestigio. No basta con manejar bien uno de los balances. No se puede estar en déficit en los
tres balances, porque ello indica desgobierno. El costo político global de la gestión de gobierno no
debe superar los beneficios políticos agregados de los tres balances. Este es un principio básico del
arteciencia de la política. El olvido del balance I expresa el barbarismo tecnocrático. El olvido del
balance II refleja el barbarismo político. El deterioro del balance III señala el barbarismo gerencial. Por
ello, el arte de la política, con el auxilio del procesamiento tecnopolítico busca la manera de
compensar los efectos de estos tres balances, a fin de lograr en cada periodo crítico del proceso de
gobierno un balance político global positivo, dentro de las restricciones que exigen un buen o
razonable manejo de la racionalidad formal o técnica. (…) Si un gobernante pierde capital político,
deben buscarse las causas de ese deterioro en un mal manejo del balance político global de gestión
(IV). Este balance puede ser negativo a causa de: a) un mal procesamiento tecnopolítico década
problema, b) un desfase en el tiempo entre costos y beneficios políticos en cada problema, y c) una
ausencia de evaluación global y permanente del balance de gestión del gobierno. (…) La peor gestión
política es aquella que consume el capital político del gobernante sin alcanzar los resultados
anunciados perseguidos, y ello puede ocurrir por un mal manejo técnico. La peor gestión técnica es la
que, por no medir los costos políticos, queda inacabada y debe retroceder cuando ha consumido
torpemente el capital político que del daba sustento” (Matus, C. 2007:36-37)

“Un gobierno puede ser deficiente por tres razones:

a) porque camina en la dirección errada a causa de una mala selección del proyecto de gobierno o
por no saber corregirlo a tiempo; ello puede originarse en una deficiente selección de problemas,
causada a su vez, por la carencia de una gran estrategia o por la carencia de un buen sistema de
evaluación de la marcha del gobierno; en este caso sus decisiones no dan en el blanco de las
aspiraciones y necesidades ciudadanas, no aprovechan las potencialidades del sistema, ni enfrentan
las amenazas a las conquistas ya alcanzadas.

b) debido a un procesamiento tecnopolítico torpe del proyecto elegido, sin la debida consideración
situacional de los aspectos políticos y técnicos, lo cual conduce a pagar un costo político o económico
excesivo por cada decisión, y

c) porque la gerencia por problemas y operaciones es deficiente y, por consiguiente, es baja la


capacidad de ejecutar lo decidido.
La primera causa nos dice que un gobierno no puede ser mejor que su selección de problemas. Ese es
su techo, alto o bajo, según sea la calidad de esa selección. Pero el gobierno puede ser peor que su
selección de problemas si desaprovecha ese límite potencial con un deficiente procesamiento
tecnopolítico.
Así, la segunda causa, puede sumarse o restarse a la anterior. Un procesamiento tecnopolítico de alta
calidad de los problemas contribuye a alcanzar el techo de la primera causa, pero si ese procesamiento
es torpe, el piso de mala gestión no tiene límites, aun si la selección de problemas es adecuada. La
tercera causa tiene como techo la segunda y apunta a la capacidad gerencial de realizar con eficiencia
y eficacia las decisiones tomadas, que es lo que cuenta en última instancia”, dentro del espacio de
eficacia posible determinado por los dos primeros criterios (Matus, C. 2007:39)

“El criterio de síntesis para evaluar la marcha de un gobierno es el balance global de su gestión en
una situación concreta. Ese balance global sintetiza los tres balances parciales. Cada balance tiene en
él debe el costo político de la acción o inacción sobre los problemas que aquejan a la sociedad, y en
el haber los beneficios políticos producidos con dicha acción u omisión”. El olvido de alguno de los
tres balances indica inevitablemente una mala selección de problemas (Matus, C. 2007:40)

El autor al final del capítulo manifiesta que “En síntesis, no se puede gobernar con eficacia sin disponer
de métodos potentes de planificación. Pero, para valorar los métodos de planificación moderna en
particular y las ciencias y técnicas de gobierno en genera se requiere superar el drama actual de la baja
capacidad de gobierno. Y aquí reside el principal escollo. No hay una conciencia sobre la baja
capacidad de gobierno. Hay un consenso inconsciente en el atraso. Estaos en un estadio de
desconocimiento de segundo grado. No sabemos que no sabemos” (Matus, C. 2007:41)

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