Los Cometas
Los Cometas
Los Cometas
PARRAFO1
Los cometas son pequeños cuerpos de forma irregular compuestos por una
mezcla de granos no volátiles y gases helados, lo que les valió ser designados
por Whipple como "bolas de nieve sucias".
El nombre "cometa" proviene del griego clásico y significa astro con larga
cabellera, como referencia a sus largas colas.
PARRAFO 2
Típicamente, un cometa tiene menos de 10 km de diámetro.
La mayor parte de sus vidas son cuerpos sólidos congelados.
Cuando eventualmente se acercan al Sol, el calor de éste empieza a vaporizar
sus capas externas, convirtiéndolo en un astro de aspecto muy dinámico, con
unas partes diferenciadas; el gráfico inferior muestra los componentes de un
cometa.
Mientras se mantiene congelado, es simplemente un núcleo y su aspecto es
muy similar al de un asteroide, con la salvedad de que, en vez de estar
compuesto por rocas, lo está por hielos.
Las estructuras de los cometas son diversas y con rápidos cambios, aunque
todos ellos, cuando están suficientemente cerca del Sol, desarrollan una nube
de material difuso denominada coma, que aumenta de tamaño y brillo a medida
que el cometa es calentado por la radiación solar.
También muestran normalmente un pequeño núcleo, semioculto por la neblina
de la coma, la coma y el núcleo constituyen la "cabeza" del cometa.
PARRAFO 3
PARRAFO 4
EL NÚCLEO
Después que sonda espacial europea Giotto fotografiara el núcleo del cometa
Halley en 1986,
sabemos que el núcleo de un cometa probablemente tiene una superficie que
puede definirse como una corteza negra.
El cometa Halley posee un núcleo de unos 12 km y
se cree que los núcleos de los cometas tienen diámetros comprendidos entre 1
y 50 km.
El cometa Hale-Bopp de 1997 tenía un núcleo estimado en unos 40 km.
La corteza negra del núcleo ayuda al cometa a absorber calor, el cual causa
que algunos hielos de debajo de la corteza se conviertan en gas.
Con el aumento de la presión por debajo de la corteza, el helado terreno
empieza a combarse en algunos sitios.
Eventualmente las áreas más blandas de la corteza ceden y el gas es
disparado hacia afuera de forma parecida a un géiser y que los astrónomos
denominan chorro o jet.
Junto con el gas también se arrastra el polvo que pueda contener.
A medida que aparecen más y más chorros, se forma una envoltura de gas y
polvo alrededor del núcleo que se denomina coma.
PARRAFO 5
LA COMA
Los cometas normalmente despliegan una coma de varios miles de kilómetros
de diámetro, cuyo tamaño depende de la distancia al Sol y del diámetro del
núcleo.
Este último es importante, pues como los chorros generalmente surgen en la
cara del núcleo que mira el Sol, la más caliente, cuanto mayor es el núcleo,
más grande es la superficie dirigida al Sol, con lo que potencialmente puede
existir un número mayor de chorros que proporcionen una mayor cantidad de
gas alimentando a la coma.
Uno de los mayores cometas históricos fue el Gran Cometa de 1811.
Su núcleo fue estimado entre 30 y 40 km de diámetro y durante los meses de
septiembre y octubre de 1811 la coma alcanzó un diámetro aproximadamente
igual al del Sol (1.400.000 km).
El diámetro de la coma decrece apreciablemente cuando alcanza la órbita de
Marte.
A esa distancia es cuando el chorro de partículas solares adquiere la suficiente
intensidad para arrastrar las partículas de gas y polvo del núcleo y la coma, y
este proceso es el responsable de la cola del cometa que le confiere su
espectacularidad.
PARRAFO 6
LA COLA
Las colas de los cometas brillantes pueden llegar a tener una longitud de 150
millones de kilómetros (1 U.A.) y más.
Sin embargo, las colas que están compuestas por gas y polvo procedentes del
núcleo son muy difusas, tanto que el vacío en la cola es mucho mejor que
cualquier vacío que se pueda producir en la Tierra.
La cola más larga observada fue la del Gran Cometa de 1843, que se extendió
más de 250 millones de kilómetros.
Para tener una idea de lo que esto representa, baste decir que, si el núcleo de
cometa estuviera situado en el centro del Sol, la cola no sólo rebasaría las
órbitas de Mercurio, Venus y la Tierra, sino ¡también la de Marte! Muchos
cometas poseen dos colas, una cola de gas (también llamada cola iónica o cola
de plasma) compuesta por iones por el choque del viento solar con el cometa, y
la cola de polvo, compuesta por partículas liberadas del núcleo al vaporizarse
el hielo.
Las partículas de polvo se disponen siguiendo la órbita del cometa y se
desplazan ligeramente por la presión de la radiación solar, por lo que tienden a
curvarse respecto a la cola de iones.
La cola de plasma con frecuencia muestra estructuras asociadas con
variaciones del ritmo de eyección del núcleo en el tiempo.
La cola iónica normalmente es más azul, estrecha y recta, mientras que la cola
de polvo es más difusa, ancha, a menudo curvada y de color más blanco.
Estas diferencias de aspecto están directamente correlacionadas con los
diferentes orígenes y composiciones de ambas colas.
Alrededor del cometa también se desarrolla una tenue envoltura de hidrógeno:
como el cometa absorbe luz ultravioleta, por procesos químicos se escapa
hidrógeno y forma una especie de envoltura.
Sin embargo, esto no puede ser observado desde la Tierra, pues su luz es
absorbida por la atmósfera y únicamente es posible verlo desde el espacio.