Opera Seria y Bufa
Opera Seria y Bufa
Opera Seria y Bufa
La obra mozartiana abarca todos los géneros musicales de su época e incluye más de seiscientas
creaciones, en su mayoría reconocidas como obras maestras de la música
sinfónica, concertante, de cámara, para fortepiano, operística y coral, logrando una popularidad y
difusión internacional.
https://www.youtube.com/watch?v=Ux3hVIC3Cp4
El barbero de sevilla Gioanchino Rossini
Gioachino Antonio Rossini (Pésaro, Estados Pontificios; 29 de febrero de 1792-
Passy, París, Francia; 13 de noviembre de 1868), más conocido como Gioacchino
Rossini o Gioachino Rossini,1 fue un compositor italiano. Su popularidad le hizo asumir el «trono»
de la ópera italiana en la estética del bel canto de principios del SIGLO XIX, género que realza la
belleza de la línea melódica vocal sin descuidar los demás aspectos musicales.
Argumento[editar]
Lugar: Sevilla, España.
Época: siglo XVIII.
Acto I[editar]
Plaza enfrente de la casa del doctor Bartolo, en Sevilla
En una plaza pública en las afueras de la casa del viejo doctor Bartolo, una banda de
música y un pobre estudiante llamado Lindoro están dando una serenata, sin resultado,
ante la ventana de Rosina (Ecco ridente in cielo - "Aquí, riendo en el cielo"). Rosina es una
pupila del doctor y este quiere casarse con ella. Lindoro, quien en realidad es el joven
Conde Almaviva disfrazado, espera conseguir que la bella Rosina le ame por sí mismo y no
por sus títulos o su dinero. Almaviva paga a los músicos cuando se marchan, quedando él
entristecido y solo.
Fígaro, que presume de ser el barbero más famoso de Sevilla y de que eso le abre todas
las puertas, se acerca cantando (Aria: Largo al factotum della città - "Abrid paso al factótum
de la ciudad"). Aprovechando que Fígaro fue en el pasado sirviente del Conde, le pide
ayuda para encontrarse con Rosina, ofreciéndole dinero en caso de que logre arreglarlo.
(Duo: All'idea di quel metallo - "A la idea de aquel metal"). Fígaro aconseja al Conde que se
disfrace de soldado borracho, para que le sirva de pretexto para que el doctor Bartolo le dé
alojamiento en su casa amparándose en la obligación legal que recaía sobre los
ciudadanos de acoger a las tropas cuando estas se desplazaban. Fígaro es generosamente
recompensado por esta sugerencia.
Casa del doctor Bartolo
La escena comienza con la cavatina de Rosina: Una voce poco fa - "Una vocecita hace
poco". (Esta aria fue originalmente escrita en la tonalidad de Mi mayor para una voz
de mezzosoprano, pero a veces se traspone un semitono hasta Fa para que lo
interpreten sopranos de coloratura, dándoles la oportunidad de cantar cadencias extras
ligeramente tradicionales a veces llegando a res agudos o incluso fas, como en el caso de
las interpretaciones de Diana Damrau.)
Rosina escribe una carta a Lindoro. Conforme está abandonando la habitación, entran el
Dr. Bartolo y D. Basilio, un profesor de música. Éste le cuenta sobre la llegada a Sevilla del
conde de Almaviva enamorado en secreto de Rosina. Bartolo sospecha del Conde y
pretende firmar el acta de casamiento con Rosina ese mismo día, y Basilio le aconseja que
se quite de en medio al conde creando rumores falsos sobre él (esta aria, La calunnia è un
venticello - "La calumnia es un vientecillo" casi siempre se canta un tono inferior a la original
en re mayor).
Cuando los dos se han ido, entra Fígaro a la casa y se entrevista con Rosina. Fígaro le pide
a Rosina que escriba una carta a Lindoro y él se la hará llegar. (Dúo: Dunque io son…tu
non m'inganni? - "Entonces yo soy la que... ¿no me estás engañando?"). Aunque
sorprendida por Bartolo, Rosina consigue engañarlo, pero él sigue sospechando. (Aria: A
un dottor della mia sorte - "A un doctor como yo").
Conforme la sirvienta del Dr Bartolo, Berta, intenta abandonar la casa, se encuentra con el
Conde disfrazado de soldado ebrio. Temiendo a este borracho, Berta se apresura a acudir
donde Bartolo en busca de protección e intenta alejar al supuesto borracho, pero no lo
logra. El Conde consigue unas palabras con Rosina, susurrándole que es Lindoro y le
entrega una carta. El vigilante Bartolo sospecha y exige saber qué es esa pieza de papel en
las manos de Rosina, pero ella le engaña entregándole la lista de la lavandería. Bartolo y el
Conde empiezan a discutir y, cuando Basilio, Fígaro y Berta aparecen, el ruido atrae la
atención del oficial de la guardia y sus hombres. Bartolo cree que el Conde ha sido
arrestado, pero Almaviva sólo tiene que mencionar su nombre al oficial para quedar en
libertad. Bartolo y Basilio están asombrados y Rosina se burla de ellos. (Final: Fredda ed
immobile - "Fría e inconmovible").
Acto II[editar]
Casa del Doctor Bartolo
Almaviva de nuevo aparece en casa del Doctor, esta vez disfrazado como alumno de canto
y pretendiendo actuar como un sustituto de su, supuestamente, enfermo maestro Basilio,
habitual maestro de música de Rosina. Inicialmente, Bartolo sospecha, pero permite a
Almaviva entrar cuando el Conde le da la carta de Rosina. En ella describe el plan de
Bartolo de desacreditar a Lindoro quien él cree que es un sirviente del Conde y pretende
conseguir mujeres para su amo. Para no dejar a Lindoro solo con Rosina, el Doctor Bartolo
hace que Fígaro le afeite. (Quinteto: Don Basilio! — Cosa veggo! - "¡Don Basilio! — ¿Qué
veo?").
Cuando Basilio aparece de repente, le sobornan con una bolsa de Almaviva para que se
finja enfermo. Finalmente Bartolo detecta el truco, echa a todo el mundo de la habitación y
se apresura a ir a un notario para redactar el contrato de matrimonio entre él y Rosina.
También muestra a Rosina la carta que ella escribió a "Lindoro", y la convence de que
Lindoro es meramente un servidor de Almaviva.
La escena queda vacía mientras la música crea una tormenta. El Conde y Fígaro suben por
una escalera hasta el balcón y entran en la habitación por la ventana. Rosina muestra la
carta a Almaviva y expresa sus sentimientos. Almaviva revela su identidad y los dos se
declaran su amor. Mientras Almaviva y Rosina están absortos el uno en el otro, Fígaro les
urge que se marchen. Se oye a dos personas que se acercan a la puerta, e intentando
escapar por la escalera, se dan cuenta de que la han quitado. Los que se acercan son
Basilio y el notario. Basilio tiene que elegir entre aceptar un soborno y ser testigo o recibir
dos balas en la cabeza (una elección fácil, dice él). Él y Fígaro firman como testigos el
contrato de matrimonio entre el Conde y Rosina. Bartolo entra pero es demasiado tarde. El
aturdido Bartolo (que era quien había quitado la escalera) queda tranquilo cuando le
permiten quedarse con la dote de Rosina.
https://www.youtube.com/watch?v=TKDXr_fimQ8