Libro Biomedica Español
Libro Biomedica Español
Libro Biomedica Español
compiladas por
Franco Simini
Franco Simini
Autores:
Ricardo Armentano, Julio Arzuaga, Pedro Arzuaga,
Fernando Brum, Gustavo Brum, Juan Bussi, Daniel Cibils,
Henry Engler, Jacques Fauquex, Liliana Gadola,
Alberto Gómez, Alvaro Gómez, Santiago González,
Daniel Geido, Javier Hurtado, Jorge Lobo, Bernardo Martínez,
Eduardo Mizraji, Pablo Musé, Franco Pessana,
José Pedro Podestá, Gregory Randall, Walter Reyes,
Oscar Sanz, Franco Simini, Hamlet Suárez, Mario Svirsky,
Carlos Trampal y Horacio Venturino.
Montevideo, URUGUAY
2007
Ingeniería Biomédica
perspectivas desde el Uruguay
Franco Simini
compilador
Imprenta:
Central de Impresiones
XXXXXXXXXXX
Distribución general:
Departamento de Publicaciones de la Universidad de la República.
José Enrique Rodó 1827, 11200 Montevideo, URUGUAY
+598 2 408 2906 infoed@edic.edu.uy
catálogo de publicaciones: http://www.universidad.edu.uy/institucional/publiuni
PRÓLOGO
Nos complace especialmente dar a conocer esta obra coordinada por el Profesor Franco
Simini que expresa el espíritu de la Universidad de la República (UR) en lo que refiere
a sus funciones de enseñanza, investigación y extensión.
Fruto de tendencias de renovación en la UR, el Núcleo de Ingeniería Biomédica
(NIB) nace al final de la década de los 80 como estructura transversal que abarca la
Facultad de Medicina y la Facultad de Ingeniería. En la década de los 90 recibió un
impulso mayor por parte de ambas facultades y de organismos centrales (CSIC, CSE,
etc.), que le permitió ampliarse.
La enseñanza ha motivado la redacción y edición del presente compendio, derivado
de dos décadas de clases y seminarios del NIB a cargo de autores de extracciones muy
diversas. Todos estos docentes se han aplicado a enseñar a resolver problemas y a pro-
poner soluciones novedosas en la frontera entre la Medicina y la Tecnología.
El lector encontrará en todos los capítulos, en mayor o menor medida, el resultado de
investigaciones en la fisiopatología, en el diagnóstico, en la electrónica y otras tecnolo-
gías. Se destacan por su novedad y significación los trabajos sobre los implantes coclea-
res de los Doctores Hámlet Suárez y Mario Svirsky, las aplicaciones de la Tomografía
por Emisión de Positrones del Dr. Henry Engler, la cardiología intervencionista presen-
tada por el Dr. Walter Reyes y el desarrollo de marcapasos de los ingenieros de CCC
del Uruguay S.A.. El lector deducirá también que varias líneas de investigación en la
Universidad de la República han utilizado la instrumentación propuesta por el NIB.
Entre las acciones del NIB se destacan su participación en la temática de la incorpora-
ción de tecnología biomédica y su uso eficiente: en este libro se incluye el mantenimiento
y su gestión, además de presentar al lector uruguayo las aplicaciones de la tomografía
por emisión de positrones, en vías de incorporación al país gracias a un esfuerzo man-
comunado del Poder Ejecutivo que le encomienda a la Universidad de la República
su tarea de introducción y evaluación de tecnologías. Por otra parte, anticipándose a
corrientes renovadoras divulgadas recientemente y a los incentivos para reforzar el
Uruguay Productivo, el NIB ha concretado la transferencia tecnológica de un prototipo
a la industria nacional para su producción y distribución en el mercado regional. Otros
prototipos están siguiendo el mismo camino de concepción, desarrollo y prueba en la
Universidad de la República hasta su entrega a otros actores que aseguren crecimiento
económico, fuentes de trabajo calificado y reducción de la emigración neta.
Por lo dicho anteriormente, resaltamos que este libro, cuyos capítulos fueron escri-
tos por especialistas destacados en sus campos de estudio, constituye un puente. Es un
puente entre los docentes y los estudiantes que encuentran en “Ingeniería Biomédica”
una obra de referencia desde la perspectiva del Uruguay.
Rafael Guarga
Rector de la Universidad de la República
julio 2006
INTRODUCCIÓN
PLAN DE LA OBRA
Positrones (PET, Capítulo 17). Las imágenes digitales son el tema del Capítulo 18
que incluye los métodos de calibración de monitores necesarios para el diagnóstico
por imágenes.
AGRADECIMIENTOS
Franco Simini
julio 2006
INDICE
Prólogo 5
Introducción 7
Plan de la obra 8
Agradecimientos 9
4 Electrofisiología cardíaca 69
Walter Reyes
4.1 Sistema eléctrico cardíaco 69
12 Indice
5 Marcapasos 91
Julio Arzuaga, Fernando Brum, Pedro Arzuaga y Oscar Sanz
5.1 Los primeros marcapasos 91
5.2 Marcapasos a demanda 92
5.3 Un marcapasos bicameral 93
5.4 Un marcapasos programable 94
5.5 Comunicaciones del marcapasos con el exterior 96
5.6 Proyecto de un marcapasos VVI 96
5.7 El firmware 101
5.8 Confiabilidad de los marcapasos 104
5.9 Perspectivas de futuro 106
5.10 Bibliografía 108
5.11 Apéndice: Programa de un marcapasos 109
10 Biosensores 191
Juan Bussi
10.1 Principios de funcionamiento 191
10.2 Etapas de construcción 193
10.3 Evolución de biosensores 202
10.4 Comentarios finales 205
10.5 Bibliografía 206
14 Indice
El proyecto de un equipo para uso médico es una actividad que involucra el enfo-
que profesional del médico y la capacidad de creación del ingeniero. Se procede
mediante la interacción de diversos especialistas en la definición de un instrumento
para luego proyectarlo y construirlo, seguida por la verificación de su eficacia en
la clínica y nuevamente la vuelta al diseño para mejorarlo. En este capítulo se pre-
sentan los lineamientos generales para encarar un proyecto de equipo biomédico,
cuyos detalles que hacen a su especificidad (marcapasos, ventilador o máquina de
diálisis) serán explorados en los capítulos siguientes. Los aspectos de seguridad en
el proyecto, dada su importancia, serán abordados en un capítulo dedicado exclu-
sivamente a ellos.
Del punto de vista tecnológico el equipo biomédico incluye una amplia gama
de tecnologías que abarca desde la mecánica hasta la electrónica y la informática
pasando por las tecnologías de materiales, todas puestas al servicio de un objetivo
muy particular: facilitar el ejercicio de la medicina con herramientas que den los
mejores resultados posibles. En el proyecto de equipos biomédicos intervienen
aspectos de seguridad del paciente, de la fisiología humana y de los objetivos tera-
péuticos perseguidos, en el marco de un enfoque general de ingeniería.
Es importante seguir las etapas del proyecto y de la realización de un equipo
biomédico: desde la concepción de un equipo hasta su producción, la ingeniería
biomédica se organiza en una secuencia que ordena el trabajo:
Figura 1.1 – Elementos de un proyecto para su gestión. El proyecto de equipos biomédicos implica,
además de los desafíos técnicos, aspectos de tiempo de desarrollo y costos de mano de obra y com-
ponentes.
– estudio
– reuniones con equipo multidisciplinario
– proyecto de circuitos
– programación de computadora
– compras y obtención de materiales
– armado de prototipo
– pruebas
– documentación (técnica y para el usuario)
Para registrar las horas y las compras se usan programas de productividad per-
sonal como planillas electrónicas y bases de datos que facilitan su procesamiento,
pero probablemente el registro primario personal siga siendo un cuaderno que el
proyectista tiene siempre a mano. Los gastos y compras del desarrollo deben ser
cuidadosamente documentados, para que quede el registro de las opciones que se
estudiaron antes de tomar la decisión de un gasto. Las planillas de compra resumen
de manera comparable, en un solo documento, las ofertas que fueron consideradas.
El ejemplo de la Tabla 1.2 incluye las características comunes de las ofertas y un
recordatorio de la razón por la cual se tomó la decisión de compra.
Proyecto de Equipos Biomédicos 21
Tabla 1.2 – Planilla de Compra. Se detallan las ofertas del mismo producto y la decisión de
compra.
Tabla 1.3 muestra sobre qué elementos se basó el proyectista para tomar la decisión
de la tecnología para implementar una campana de vacío.
Tabla 1.3 – Tabla Comparativa de Diseño. Para tomar una decisión de diseño se comparan so-
luciones tecnológicas para una campana de vacío que reduce la presión intra abdominal (proyecto
ABDOPRE).
Empresa Precio Observaciones Espesor Peso Teléfono
$4000 molde Hacen la campana con forma
Xir
+ $1800 cada para adaptarse al abdomen 5 mm 0.9 Kg 613-67-37
Acrílicos
pieza humano
$800 + No
Acriform Diámetro 40 cm. Altura 20 cm. 5 mm 336-23-82
impuestos indica
Plástico reforzado en fibra de
Fivisur U$S500 10 mm 8 Kg 347-96-97
vidrio. Difícil de esterilizar
$150 por
Tiefesa pieza si Aguanta -40mmHg. 20 mm 5Kg 606-09-11
fabrican 10
Una vez que el prototipo está funcionando, debe ser sometido a las pruebas que
demuestren que cumple las especificaciones con el nivel de seguridad deseado y
por lo tanto puede ser aplicado o usado en la clínica. El conjunto de pruebas está
descrito en los Protocolos de Pruebas. La complejidad de las pruebas depende
del equipo, diferentes para una balanza de paciente y para un monitor invasivo. El
protocolo de pruebas inicia describiendo el objetivo perseguido en cada etapa y la
manera de lograrlo incluyendo la cantidad de medidas o de pruebas necesarias. El
protocolo hará referencia a las normas de seguridad que debe cumplir el equipo y a
la manera de medir, por ejemplo, las corrientes de fuga. Cada prueba estará detallada
para indicar si se hace una medida o evaluación con un paciente o con elementos
inanimados como “fantomas” o bancos de prueba. En caso de prever un conjunto
de medidas en pacientes (Protocolo Clínico) se detalla su número y sus caracte-
rísticas, además de las referencias que se toman para demostrar la equivalencia o
veracidad de las nuevas medidas. Los protocolos de prueba son documentos de gran
importancia por los siguientes motivos:
para cumplir con lo especificado. Cada ciclo o cada versión de programa tiene su
documentación de pruebas en base a protocolo y no es correcto corregir los resul-
tados de pruebas anteriores cuando se aplica un prototipo que contiene cambios.
Este concepto de documentación exhaustiva de versiones proviene de la ingeniería
de la programación y se aplica con propiedad a la ingeniería biomédica al igual que
en toda realización con implicancias sobre la seguridad, la trazabilidad de errores
y la certificación de calidad.
En algún momento del desarrollo es deseable transmitir los objetivos del proyecto
a un círculo de personas mayor que el grupo de diseño, lo que lleva a documentar el
prototipo en un folleto, una presentación multimedia o un artículo técnico. La vía
de comunicación puede ser el papel o un sitio de internet. Esta difusión preliminar
es de gran valor para comunicarse con una audiencia calificada de proyectistas,
médicos de la especialidad o técnicos de instalación y mantenimiento. El esfuerzo
de ordenamiento del material en un artículo o en presentaciones a lo largo del pro-
yecto contribuye al éxito de la tarea.
Tabla 1.4 – Algunos elementos para integrar. Partes OEM en proyectos de equipos biomédicos.
Fuente de poder
Plaqueta de ECG
Plaqueta de medida de presión arterial
Medidor de presión parcial de O2 por infrarrojo
Cajas
1.6 BIBLIOGRAFÍA
1 Dailey Parkson, L. “Companies look for unit of Computing Consumption”, IEEE Spectrum Octubre
2003, p 19.
2 Turner M, Bidgen D y Brereton P. “Turning Software into a service” IEEE Spectrum, October
2003, páginas 38-44.
3 Simini F, Piriz H, Scarone C “Proyectos de Ingeniería Biomédica: tecnologías desarrolladas en
la Universidad disponibles para el país” Revista Ingeniería de la Asociación de Ingenieros del
Uruguay, Montevideo, Número 49, mayo 2004, paginas 16 a 21.
4 ISO normas: http://www.iso.org. La norma 60601 se encuentra en este sitio de la ISO.
2
SEGURIDAD DEL PACIENTE
Franco Simini
Las radiaciones electromagnéticas (EM) emitidas por antenas (o por cualquier arte-
facto que irradie energía EM) tienen efectos de por lo menos dos tipos sobre el tejido
biológico: un efecto térmico y un efecto sobre las estructuras celulares. Los efectos
térmicos fueron estudiados ya que las pruebas son relativamente fáciles de hacer,
mientras que los demás efectos (inmediatos y a largo plazo) de las irradiaciones EM
están siendo investigados y la evidencia disponible es muy escasa.
Si bien las radiaciones se manifiestan en todo el espacio, el hecho de que la
intensidad de campo disminuya con el cuadrado de la distancia aumenta la impor-
tancia del efecto de antenas ubicadas muy cerca del cuerpo humano. De allí que se
preste especial atención en esta primer mitad del siglo XXI a los teléfonos celulares
y otros artefactos de comunicación integrados a la vida cotidiana, por su cercanía
y por lo prolongado de la exposición humana. Por ejemplo, en el rango de frecuen-
cias de las antenas para telefonía celular (entre 800 MHz y 300 GHz) se observa un
incremento de la temperatura del tejido de 1 grado Celsius con una dosis absorbida
de 4 W/Kg. Esta tasa, denominada Tasa Específica Absorbida (SAR por “Specific
30 Franco Simini
Para registrar los efectos de las radiaciones es necesario cuantificarlas. Estas me-
didas son de utilidad para comparar los campos que se registren en la proximidad
de antenas o de artefactos que emiten radiaciones EM en hospitales, con valores
de referencia. Dando un paso más en la dirección de preservar a los pacientes de
efectos dañinos, se debe estimar la absorción de energía EM por el tejido vivo, que
responde de manera diferente según su composición. Se consideran para ello, además
de las intensidades de campo eléctrico y de campo magnético, diversas expresiones
de tasa de absorción de energía.
Tasa de absorción específica (TAE) es la potencia eléctrica disipada o absorbida
por unidad de masa de tejido humano expuesto a un campo electromagnético. Se
define como la derivada de la energía (dW) absorbida por la masa (dm) contenida
en un volumen (dV) de densidad ρ [kg/m3]. La absorción de energía por el tejido
(TAE) es proporcional a la conductividad del tejido y al cuadrado de la intensidad
del campo e inversamente proporcional a la densidad del material de acuerdo a la
expresión:
Los campos EM actúan sobre la materia viva que absorbe su energía. La manifestación
más aparente es el aumento de temperatura, pero la complejidad de las estructuras
biológicas impide sacar conclusiones apresuradas. Independientemente de la
modalidad de transferencia de la energía, el efecto más simple es el de la inducción de
corriente cuyas características varían fuertemente con la frecuencia del campo EM. La
corriente inducida (y en consecuencia la energía disipada) depende de la conductividad
del tejido. Los valores encontrados en estudios experimentales (7) están resumidos en
la tabla 2.1, donde se ven valores generalmente por debajo de 1 S/m en todo tipo de
tejidos, excepto en sangre, encéfalo y músculos para frecuencias superiores a 1 GHz
donde la conductividad es de varios S/m con valores máximos de 35 S/m en 20 GHz.
Esta variedad de conductividades en el cuerpo humano nos alerta sobre el hecho de
que los valores promedio del efecto térmico de las radiaciones EM puedan enmascarar
efectos importantes en compartimientos o sub sistemas del organismo.
100
10
0,1
10 100 1 KHz 10 KHz 100K 1 MHz 10MHz 100M 1 GHz 10 GHz
Frecuencia (Hz)
Figura 2.1 – Conductividad de tejidos humanos y frecuencia del campo EM. Se especifican las
conductividades en músculo, masa cerebral y sangre en función de la frecuencia del campo EM. La
conductividad aumenta hasta dos órdenes de magnitud entre las frecuencias lentas (compatibles con
fenómenos fisiológicos) y las frecuencias tecnológicas, sugiriendo cierta inmunidad térmica de los
tejidos a las ondas EM. Resta por dilucidar los efectos NO térmicos de las ondas EM de frecuencias
altas. Datos graficados de la Tabla 2.1 a su vez elaborados del informe de Brooks (7).
A mayor frecuencia, mayor conductividad eléctrica del tejido que sugiere cierta
inmunidad térmica a los campos EM de frecuencias superiores a los KHz. El uso
generalizado de ondas EM para las comunicaciones, incluyendo el área de la salud
con la telemetría y los procedimientos de imágenes, está basado en la ausencia de
efectos inmediatos sobre la fisiología humana y animal. Como se verá en el próximo
parágrafo, los efectos de la corriente sobre el cuerpo humano detectados microscó-
picamente, a paridad de intensidad son mayores para las corrientes de frecuencia
industrial. Para sentir una corriente de pocos Hz, ésta debe tener una intensidad doble
que si tuviera 50 Hz y en 50 KHz el cuerpo humano no percibe corrientes de decenas
de mA, lo que permite que se construyan tomógrafos de impedancia eléctrica (8,9).
En cambio a 50 Hz una corriente de 10 mA puede ser peligrosa (10).
En frecuencias elevadas (desde decenas de KHz a los GHz) la transferencia
de energía EM a los tejidos no evidencia disipaciones tan importantes como en
frecuencias industriales. La descripción de la modalidad de acoplamiento según
la frecuencia del campo EM nos permite suponer que interviene la similitud de
dimensiones entre las estructuras afectadas y la longitud de onda. Simultáneamente
con la disminución del efecto térmico en frecuencias elevadas, es razonable pen-
sar que se pueda dar una interacción “no disipativa” con estructuras biológicas de
menores dimensiones, como los componentes de las células. La materia viva ha
siempre estado sometida a las radiaciones cósmicas que incluyen frecuencias en un
amplio espectro, pero de intensidad reducida. La era tecnológica introduce desde
el siglo XX una mayor intensidad de algunos componentes cuyas consecuencias
desconocemos por ahora. En el otro extremo, las frecuencias bajas (fracciones de
Hz o pocos Hz) son las que provocan excitación de nervios por estar en el rango de
las manifestaciones eléctricas neurofisiológicas.
34 Franco Simini
Es importante resaltar que las medidas de TAE o de energía disipada por unidad
de superficie son hechas en laboratorio con modelos como el “hombre de referencia
36 Franco Simini
estandarizado” definido por la UNEP (11). Por lo tanto las únicas medidas que se
pueden realizar por parte del Ingeniero Biomédico en hospitales son medidas de
campos EM en el espacio vacío en ausencia del paciente. Los efectos de estos campos
en la geometría (tamaño, orientación espacial, estado de salud, etc.) del paciente
son medibles únicamente por el constructor del equipamiento o por el organismo
de ensayo y certificación.
Las Figuras 2.2 y 2.3 representan los valores de campo eléctrico y magnético
respectivamente que fueron publicados como referencia para las medidas de campo.
Estos niveles de campo EM en función de la frecuencia (Tabla 2.3) se refieren a
población en general. Por su estado de indefensión y de exposición continua a los
artefactos productores de campos EM, los pacientes no deberían estar sometidos a
campos superiores a estas referencias.
Seguridad del Paciente 37
10000
Campo eléctrico (V/m)
1000
100
10
hasta 8 25 Hz 800 3 KHz 150K 1 MHz 10 M 400 M 2 GHz hasta
Hz 300 G
Frecuencia (Hz)
Figura 2.2 – Valores de referencia de campo eléctrico. Se muestran los valores para público en
general. En frecuencias industriales (50 Hz) un campo eléctrico de 100 V/m induce corrientes en el
tronco de una persona del orden de 10mA/m2, lo que equivale a unos 2.5 mA por el tronco (de un
cuarto de metro cuadrado de sección) de una persona expuesta a ese campo.
100000
Campo magnético (A/m)
10000
1000
100
10
1 Hz 8 Hz 25 Hz 800 3 KHz 150K 1 MHz 10 M 400 M 2 GHz hasta
300G
Frecuencia (Hz)
Figura 2.3 – Valores de referencia de campo magnético. Se muestran los valores para público en
general, publicados por la ICNIRP en escalas aproximadamente logarítmicas.
1000
100
Corriente (mA)
10
1
50 Hz 1 KHz 10 KHz 100 KHz 1 MHz
0,1
Frecuencia (Hz)
Figura 2.4 – Efectos de la corriente eléctrica en el hombre. Graficación de los valores publicados
por la ICNIRP (6) sobre los efectos de corrientes eléctricas en el hombre (inducidas por campos EM
o por contacto). Para cada efecto se grafica el valor mínimo que puede provocarlo: por ejemplo el
umbral de percepción de corriente de 50 Hz es 0.2 a 0.4 mA y se grafica aquí 0.2 mA.
NOP
NOP
JUMP rutina_error
grados. Un programa que se bifurque según la temperatura esté por encima o por
debajo de 35 grados podría cumplir su función si se programara:
MÓDULOS Y ENCAPSULAMIENTO
Las tendencias actuales de ingeniería de la programación coinciden todas en reco-
mendar proyectar la programación en forma modular para facilitar la comprobación
de módulos y para poder re utilizar código confiable. La programación orientada
a objetos permite lograr niveles de seguridad mayores porque el intercambio entre
módulos está claramente explicitado (reduciendo posibles errores) y por la utiliza-
ción de código ya probado y seguro.
Habiendo visto los efectos dañinos que pueden producir las ondas EM y las co-
rrientes en el paciente y en quien opera los equipos médicos y conociendo los
peligros de una programación descuidada de las computadoras que forman parte
del instrumental, nos proponemos ahora examinar los criterios generales a tener en
cuenta durante el proyecto.
Aunque parezca obvio repetirlo en un texto de ingeniería, la primera caracte-
rística de un buen proyecto es su simplicidad. Cuanto más simple la propuesta que
cumple con la especificación, mejor el diseño. La búsqueda de simplicidad del
Ingeniero Biomédico va más allá del respeto de la especificación inicial emanada
del usuario clínico o de quien concibe un nuevo instrumento, porque el ingeniero
tiene la responsabilidad de redactar esa especificación y por lo tanto propondrá
44 Franco Simini
2.10 BIBLIOGRAFÍA
1 Código de seguridad 6, sobre limites de exposición en la gama de 3 KHz a 300 GHz, del gobierno
de Canadá http://www.hc-sc.gc.ca/hecs-sesc/pcrpcc/publication/99dhm237/tdm.htm visto el 22 de
junio de 2004.
2. de Salles AA, C. E. Fernández “Riesgos a la Salud Provocados por los Teléfonos Celulares
Móviles - Una Discusión Reabierta: Los Efectos a Largo Plazo“ INFOSUIS, número 6, diciembre
1999, disponible en http://www.suis.org.uy/infosuis/temas/temas_06-1.shtml visto en noviembre
2006.
3 MacArthur, John “Cell phones and the brain”, 2000 www.fi.edu/brain vista julio 2006.
46 Franco Simini
4 “The Antenna Tower Struggle” sobre la instalación de antenas en una localidad de EEUU http://
www.citymtnviews.com/antenna_tower.php4 visto el 22 de junio de 2004.
5 Doll R, Hill AB. “Lung cancer and other causes of death in relation to smoking; a second report
on the mortality of British doctors”. Br Med J. 1956 Nov 10;12(5001):1071-81.
6 ICNIRP International Comission on Non-Ionizing Radiation Protection “Recomendaciones para
limitar la exposición a campos eléctricos, magnéticos y electromagnéticos (hasta 300 GHz)”,
www.icnirp.de
7 BROOKS http://www.brooks.af.mil/AFRL/HED/hedr/reports/handbook/tbl-48.htm visitado en
agosto 2006.
8 Hartman, R, J Lobo, M Ruétalo y F Simini “IMPETOM - I Reconstrucción tomográfìca de imágenes
a partir de medidas de impedancia eléctrica“INFOSUIS, número 15, diciembre 2002, disponible
en http://www.suis.org.uy/infosuis/temas/temas_15-3.shtml visto en noviembre 2006.
9 Revista “Physiological Measurement” special issue on Electrical Impedance Tomography 24,
2003.
10 Webster, JG “Medical Instrumentation. Application and Design”, Third Ed. John Wiley & Sons,
Inc, New York, 1998.
11 UNEP/OMS «Electromagnetic Fields (300 Hz - 300 GHz)» Environmental Protection Criteria
137, Geneva, 1993.
12 Basalo, S; Deambrosi, H; Pravia, C; Simini, F. - Seguridad del paciente en el proyecto de transduc-
tores de presiones áreas con elementos piezo-resistivos. Rev. bras. engenh, Cadernos de Engenharia
Biomedica; 6(1):21-8, 1989.
13 Norma ISO 60601 descrita en http://www.iec.ch visto en noviembre 2006.
14 DALE “Manual de uso del verificador de corrientes de fuga“ (Dale Technologies) disponible en
http://www.daletech.com/main/product_info.php-cPath=21&products_id=32.htm
15 Grompone J, Jerusalmi J y Simini F “TElex Switching by microcomputer networks”,
Communications internacional, Volume 10 number 6, pages 60-65, June 1883.
16 McKinlay, AF, S G Allen, R Cox, P J Dimbylow, et al Review of the Scientific Evidence for
Limiting Exposure to Electromagnetic Fields (0–300 GHz), Documents of the NRPB: Volume
15, No. 3, disponible en http://www.hpa.org.uk/radiation/publications/documents_of_nrpb/pdfs/
doc_15_3.pdf
3
GENERACIÓN DEL IMPULSO
NERVIOSO Y ACTIVACIÓN DE
LA CONTRACCIÓN MUSCULAR
Gustavo Brum
En los seres vivos la recepción de información del entorno así como el control de
los efectores requiere mecanismos que permitan transmitir información codifica-
da desde y hacia los centros nerviosos en forma rápida y eficiente. Los animales
superiores cuentan con un sistema nervioso desarrollado capaz de satisfacer esta
demanda y que utiliza como mecanismo fundamental para este fin el potencial de
acción, un cambio estereotipado del potencial de la membrana celular, que ocurre
en el rango de los milisegundos y que se propaga a lo largo de los nervios. Este ca-
pítulo no pretende otra cosa que describir en forma somera los mecanismos básicos
involucrados en la generación del potencial de acción con el objetivo de orientar
al lector no familiarizado en esta temática en la selección de la bibliografía más
adecuada para sus intereses. Trataremos previamente, en forma sucinta, el potencial
de reposo de la célula y posteriormente introduciremos algunos conceptos básicos
sobre canales iónicos. Estos últimos conceptos se aplican tanto a células excitables
como no excitables ya que éstas presentan también un potencial de reposo negativo,
pero a diferencia de las primeras no generan potenciales de acción. Dado el interés
que puede tener para los diseñadores de equipamiento médico, incluiremos algunos
aspectos relacionados con el control de la liberación de calcio en el músculo, proceso
que pone en marcha la contracción muscular.
como la bomba de Na/K que hidroliza una molécula de ATP por cada ciclo de
transporte. Las asimetrías de concentración iónica y la selectividad de la membrana
celular determinan que en condiciones de reposo se registre un potencial de mem-
brana del orden de los -70 a -90 mV (Vm=Vint–Vext). Partiendo de que la densidad
de flujo (Φ) de una especie iónica determinada va a depender del potencial y del
gradiente de concentración podemos escribir:
I=ΦzF (3)
La Tabla 3.1 resume valores típicos de concentración de los iones más impor-
tantes para una célula de mamífero en condiciones fisiológicas y los potenciales de
equilibrio (Eeq) correspondientes.
Tabla 3.1 – Concentración de iones en células de mamíferos.
[C]int [C]ext Eeq (*)
Ion
(mM) (mM) (mM)
K+ 140 5 -89
Na+ 10 145 71
Cl- 5 110 -83
Ca2+ 10-4 1.8 131
* T = 37°C
Generación del Impulso Nervioso y Activación de la Contracción Muscular 49
La facilidad con que los iones atraviesan la membrana celular difiere según la
especie iónica. La densidad de flujo cuando Vm=0 o el soluto no tiene carga está
dada por el segundo término de la ecuación (2) que no es otra cosa que la ley de
Fick de la difusión:
Φ = - Dd[C]/dx (5)
Φ = - PΔ[C] (6)
P = Dβ/l (7)
con τm = Rm Cm
1 Dado que en condiciones experimentales el axón se encuentra en un medio de baja resistividad, en general se
asume que es nula.
52 Gustavo Brum
Figura 3.2 – Circuito equivalente del axón. En A se representa el circuito equivalente de una célula
cilíndrica. Cuando se inyecta corriente en la célula la corriente circulará a través de la membrana, a
lo largo del axoplasma y retornará por el medio extracelular como indican las flechas. B Al aplicar un
pulso cuadrado de corriente saliente a través de la membrana el cambio de potencial se atenúa con la
distancia al punto de inyección. Se muestra el cambio en el potencial de membrana en función de la
distancia a distintos tiempos del comienzo del pulso. C. Se representa el curso temporal del cambio
de potencial registrado a distancias crecientes del punto de inyección. (B y C modificado de 11)
Figura 3.3 – Potencial de acción. A Potencial de acción registrado en un axón gigante de calamar a
distancias a y b del sitio de aplicación del estímulo (Tomado de 8). B corresponde al registro simul-
táneo del potencial de acción y la contracción en una fibra aislada de músculo esquelético (Tomado
de Hodgkin y Horowicz J Physiol 136:17P, 1957). C muestra potenciales de acción típicos del nodo
sinusal. Obsérvese que la actividad es automática y su frecuencia depende de la pendiente de la fase
de despolarización que sigue al potencial de acción. D Potenciales de acción de músculo cardíaco
ventricular. Compárese la escala temporal con el del nervio. En la parte superior se muestra el registro
electrocardiográfico correspondiente.
α
n ←⎯→ 1-n
β
donde τ = 1 / (α + β)
Figura 3.5 – Conductancias iónicas. A dependencia del voltaje de las constantes cinéticas que con-
trolan la activación y la inactivación de la conductancia al Na (ver texto). B Conductancias calculadas
a partir de las corrientes de Na (izquierda) y K (derecha) registradas en respuesta a pulsos de amplitud
creciente. (Modificado de 8)
Ii = - Ic
del axón. Por ejemplo las fibras motoras, mielínicas, presentan velocidades de
conducción que van de 70 a 120 m/s mientras que las fibras del simpático tienen
velocidades de propagación del impulso en el rango de 0.7 a 2 m/s.
Figura 3.7 – Corrientes de compuerta. Arriba a la izquierda se grafican superpuestas corrientes capa-
citivas no lineales registradas en respuesta a los pulsos de voltaje que se muestran. Abajo a la izquierda
se muestra la integral de la corriente. (Tomado de 4) A la derecha se compara la carga desplazada al
inicio del pulso (on) con la que retorna al finalizar el mismo (off) en un experimento similar.
60 Gustavo Brum
Figura 3.8 – Registro de canales iónicos. A Esquema de la configuración para el registro de cana-
les iónicos con la técnica del parche. B Registro de la actividad de un canal de calcio en un miocito
cardíaco aislado. El registro inferior corresponde al promedio 119 registros como los superiores.
(Tomado de Brum y Osterrieder, Hormone and cell regulation 9:241-257, Elservier Science Publishers
BV, 1985)
Generación del Impulso Nervioso y Activación de la Contracción Muscular 61
ix = γx ( Vm – Ex)
Ix = N p ix
Figura 3.9 – Estructura de los canales iónicos. La parte superior A muestra la estructura típica de
un canal, en este caso del canal de Ca. La parte inferior B muestra un esquema tridimensional de la
estructura propuesta para un canal de K. Nótense la distribución de los segmentos con aminoácidos
cargados que ofician de sensores de voltaje. (Tomado de 4)
Este tema es sumamente amplio y requeriría varios capítulos para presentar los
aspectos generales. Algunos temas como la medida de corrientes de compuerta se
discuten en las revisiones citadas anteriormente (1,2,3). Se recomienda el excelente
libro de Bertil Hille (8) para un tratamiento general del tema y el de Sackman y
Neher (16) para el estudio de los aspectos más técnicos sobre registro y procesa-
miento de canales iónicos.
Figura 3.10 – Aspectos estructurales del músculo esquelético. A Esquema que ilustra la interac-
ción entre los filamentos finos y gruesos cuando el Ca++ está unido a la troponina. Se esquematiza
una molécula de miosina y su segmento S1 interactuando con la actina. La línea punteada indica un
cambio de orientación del S1. B Esquema de la estructura de una fibra muscular. Se representan los
miofilamentos y se indican los componentes del sistema de membranas, retículo sarcoplásmico (RS) y
túbulos T (de Wheater y col. Functional Histology. Edinburgh: Churchill Livingstone, 1979). C Detalle
de la tríada en varias especies con diferente contenido de isoformas del canal de liberación (RyRs). Se
muestra la distribución de los pies y su ubicación en la tríada. Las flechas blancas señalan los canales
extratríadicos posiblemente activados únicamente por el Ca++ liberado. D Esquema que muestra cual
sería la distribución de las isoformas de RyR (B y C tomados de Felder y Franzini-Armstrong PNAS
99: 1695-1700, 2002).
La puesta en marcha de este proceso se inicia con la unión del Ca++ a la proteína
reguladora troponina que al cambiar su conformación habilita la interacción entre
los filamentos finos y gruesos. El Ca++ se halla acumulado en el retículo sarco-
plasmático (RS) y es liberado en respuesta a la despolarización de la membrana
del túbulo T (ver Figura 3.10B). El túbulo es una continuación de la membrana
superficial y es a este nivel donde se localizan los sensores de voltaje que activan
el proceso de liberación de Ca++. La secuencia de eventos que comienzan con la
despolarización de la membrana celular y finalizan con la liberación intracelular de
Ca++ se conoce con el nombre de acoplamiento excitación-contracción (AEC). La
Figura 3.10B presenta el sustrato estructural donde tienen lugar estos fenómenos.
Dado que la activación de la contracción debe ocurrir en forma simultánea, tanto en
la parte central como en la periferia de la fibra muscular, el Ca++ debe liberarse en
forma homogénea desde la superficie al centro. Los túbulos T que, como dijimos,
64 Gustavo Brum
Agradecimiento
Agradezco al Dr. Julio Hernández la lectura del manuscrito y las valiosas suge-
rencias.
3.7 BIBLIOGRAFÍA
1 Almers, W. Gating currents and charge movements in excitable membranes. Rev. Physiol. Biochem.
Pharmacol. 82: 96–190, 1978.
2 Armstrong CM. Sodium channels and gating currents. Physiol. Rev. 61: 644-683, 1981
3 Armstrong C. M. y Bezanilla F. Currents related to movement of the gating particles of the sodium
channels. Nature 242: 459–461, 1973.
4 Bezanilla, F. The Voltage Sensor in Voltage-Dependent Ion Channels. Physiol. Rev. 80: 555–592,
2000.
5 Endo M, Tanaka M y Ogawa Y. Calcium induced release of calcium from the sarcoplasmic reti-
culum of skinned skeletal muscle fibers. Nature 228: 34-36, 1970.
6 Goldman D.E. Potential , impedance and rectification in membranes. J Gen Physiol 27, 37-60,
1943.
7 Hamill OP, Marty A, Neher E, Sakmann B, Sigworth FJ Improved patch-clamp techniques for high-
resolution current recording from cells and cell-free membrane patches. Pflugers Arch.391(2):85-
100, 1981.
8 Hille, B. Ionic Channels of Excitable Membranes (Sinauer, Sunderland, Massachusetts, 1992).
9 Hodgkin, A. L. y Huxley, A.F. A quantitative description of membrane current and its application
to conduction and excitation in nerve. J. Physiol. (Lond.) 117: 500–544, 1952.
10 Hodgkin, A.L. y Katz B. The effect of sodium ions on the electrical activity of the giant axon of
the squid. J.Physiol 108: 37-77, 1949.
11 Jack J. J. B., Noble D. y Tsien RW. Electric Current Flow in Excitable Cells. Clarendon Press.
Oxford, UK, 1983.
12 Melzer W, Rios E, Schneider MF. A general procedure for determining the rate of calcium release
from the sarcoplasmic reticulum in skeletal muscle fibers. Biophys J. 51(6):849-63, 1987.
13 Protasi F. Structural interaction between RYRs and DHPRs in calcium release units of cardiac and
skeletal muscle cells. Front Biosci 7:d650-8. Review, 2002.
14 Rios E y Brum G. Involvement of dihydropyridine receptors in excitation-contraction coupling
in skeletal muscle. Nature 325:717-720, 1987.
15 Rios E. y Pizarro G. Voltaje sensors and channels of excitation-contraction coupling. News Physiol
Sci 3: 223-227, 1988.
16 Sakmann B y Neher E, Single-Channel Recording. Kluwer Academic Publishers, 1995.
17 Schneider, M. F., y Chandler W. K.. Voltage dependent charge movement in skeletal muscle: a
possible step in excitation-contraction coupling. Nature 242: 244–246, 1973.
18 Tanabe, T., Takeshima, H., Mikami, A., Flockerzi, V., Takahashi, H., Kangawa, K., Kojima, M.,
Matsuo, H., Hirose, T., Numa, S. Primary structure of the receptor for calcium channel blockers
from skeletal muscle. Nature 328:313-318, 1987.
19 Zhou J, Brum G, Gonzalez A, Launikonis BS, Stern MD, Rios E.Ca2+ sparks and embers of ma-
mmalian muscle. Properties of the sources. J Gen Physiol 122(1):95-114, 2003.
68 Gustavo Brum
BRADICARDIAS
Los ritmos lentos o bradicardias se originan por alteraciones en el automatismo o en
la conducción del impulso eléctrico. Los trastornos en la automaticidad del NS que
resultan en una frecuencia cardíaca anormalmente lenta (bradicardia sinusal) son
Electrofisiología Cardíaca 71
TAQUICARDIAS
Se describen tres mecanismos de taquicardias. Las arritmias por mecanismo au-
tomático se originan por aumento anormal del automatismo (pendiente de fase 4
del potencial de acción) o aparición de automatismo en células miocárdicas que
normalmente no lo tienen. Es la causa menos frecuente de arritmias de trascendencia
clínica. La llamada “actividad gatillada” es otro mecanismo que probablemente
juegue un rol importante en muchas arritmias clínicas aunque muchas veces sea
difícil de demostrar. Se debe a la aparición de depolarizaciones espontáneas en fase 3
o 4, llamadas post-depolarizaciones, que si alcanzan el nivel umbral pueden generar
latidos o ritmos anormales. El mecanismo que más comúnmente está en juego en
las arritmias clínicas es el denominado reentrada. Para que exista una arritmia por
reentrada es necesario que existan dos vías de conducción, con conexión proximal y
distal, formando un circuito eléctrico, con propiedades electrofisiológicas diferentes,
una de ellas con período refractario más largo y mayor velocidad de conducción y la
72 Walter Reyes
Figura 4.3 – Mecanismo de Reentrada. Vía de conducción A con período refractario más corto y
menor velocidad de conducción. Vía de conducción B con período refractario más largo y mayor ve-
locidad de conducción. A: un estímulo precoz se bloquea en la rama B pero no en la A, “reentrando”
en la B en sentido retrógrado e iniciando la arritmia. B y C muestran dos posibles situaciones del
circuito cuando no hay arritmia.
Electrofisiología Cardíaca 73
Figura 4.5 – Mecanismo de las taquicardias supraventriculares más comunes. Reentrada nodal,
reentrada aurículoventricular y taquicardia auricular primaria.
Electrofisiología Cardíaca 75
Figura 4.6 – Electrodo distal del catéter de ablación por radiofrecuencia. Se aplica sobre la su-
percicie endocárdica del corazón. La zona clara adyacente al electrodo es la zona de necrosis tisular,
la zona en forma de salvavidas es la de injuria térmica.
Electrofisiología Cardíaca 77
Solutions) (17). De esta forma genera en tiempo real, y aún analizando un solo
latido, una imagen tridimensional virtual de la actividad eléctrica del corazón sin
establecer contacto con la superficie cardíaca. El registro de cada uno de los 3000
electrodos puede recuperarse seleccionándolo con el ratón; también dispone de la
capacidad de localizar la posición de otros catéteres auxiliares introducidos en el
corazón (18-22) (Figura 4.7).
Figura 4.7 – Imagen de aurícula derecha en ritmo sinusal obtenida con Ensite.
Figura 4.8 – Imagen virtual de la aurícula izquierda creada por el sistema Carto. Panel izquierdo
muestra secuencia de activación (código de colores) preablación y Panel derecho muestra, postablación,
una línea formada por cada aplicación puntual de radiofrecuencia rodeando la desembocadura de cada
vena pulmonar mediante la cual se logra el aislamiento eléctrico de cada vena.
En todos estos sistemas, que incorporan un software cada vez más amigable para
el usuario, el catéter de mapeo “navega” por las cámaras cardíacas registrándo su
ubicación anatómica en las tres coordenadas espaciales, sin uso de radioscopía y
en tiempo real, mostrando además las características de la activación eléctrica en
cada sitio y su relación con un punto de referencia. Toda la información está en un
mapa tridimensional de la cámara cardíaca en estudio, en colores pre codificados
por el operador. A la imagen anatómica puede superponerse la imagen eléctrica
para ver la secuencia de activación de la cámara codificada en colores o el voltaje
de la señal.
Figura 4.9 – Panel Izquierdo: Tomografía computada con contraste. Se ve la pared posterior
de la aurícula izquierda y nacimiento de las venas pulmonares. Panel Derecho: Resonancia Nuclear
Magnética con contraste, se ve el nacimiento de 2 venas pulmonares.
Figura 4.10 – Resonancia nuclear magnética en tiempo real. Se ven los catéteres de mapeo y
ablación integrados por sistema tridimensional.
82 Walter Reyes
Figura 4.12 – Cardiodesfibrilador Implantable. A través del electrodo auricular es capaz de sensar
y estimular la aurícula. A través del electrodo ventricular es capaz de sensar y estimular el ventrículo,
de hacer estimulación antitaquicardia para interrumpir una arritmia o de liberar entre 1 o 2 bobinas
y la carcaza del generador un choque eléctrico de baja intensidad (cardioversión) o alta intensidad
(desfibrilación) para interrumpir una arritmia grave.
Figura 4.13 – Canales usados para el análisis de los vectores del ritmo en la discriminación de
arritmias supraventriculares y ventriculares.
86 Walter Reyes
A:
B:
Figura 4.14 – Sistemas de mapeo no fluoroscópico en tiempo real. A: Vectores del ritmo en ritmo
sinusal, taquicardia supraventricualr (igual) y taquicardia ventricular. B: Análisis por el canal de
frecuencia y el de choque.
Electrofisiología Cardíaca 87
Así como hace 10 años hubiera sido muy difícil imaginar la realidad actual, el de-
sarrollo tecnológico hace difícil predecir el futuro de la Electrofisiología Clínica en
cada una de las áreas tratadas. Sin embargo existen algunas necesidades y situaciones
clínicas en las cuales puede percibirse que los aportes tecnológicos contribuirán a
su resolución. Las resumiremos por áreas.
Marcapasos Es difícil pensar que haya cambios significativos en los algoritmos
diagnósticos y terapéuticos que utilizan los marcapasos; en cambio se puede esperar
una mejora en su duración con una fuente de energía diferente o una forma no inva-
siva de recargar la batería implantada. Sistemas de control de estos dispositivos vía
telefónica o a través de Internet ya existen, aunque no están muy difundidos y son
aún poco prácticos. Es posible que en el futuro los marcapasos puedan controlarse
periódica y automáticamente a través de telemetría satelital, esté donde esté el pa-
ciente en el mundo, sin que se entere y sin concurrir al Hospital. Sin embargo, para
que este generador cumpla su función debe estar en contacto a través de catéteres
electrodos introducidos en el sistema venoso con la superficie del corazón. A pesar
de su evolución en tamaño, eficiencia y durabilidad, los electrodos son una fuente
frecuente de problemas, muchas veces de riesgosa resolución. La extracción de
cables, ya sea por infección, rotura, o por existir un número excesivo en el sistema
venoso, es un procedimiento complejo y de riesgo vital. La necesidad de estimular
el ventrículo izquierdo en muchos pacientes, con las limitaciones que los sistemas
actuales mantienen, y con las limitaciones que impone el árbol venoso coronario
para su ubicación, contribuyen también a generar la aspiración a disponer de un
marcapasos que logre estimular el corazón, en el lugar o lugares óptimos, sin la
necesidad de electrodos que invadan el sistema vascular.
Cardiodesfibriladores En los cardiodesfibriladores, a diferencia de los marcapasos,
es posible que haya una evolución significativa en el software, sobre todo en los
algoritmos de discriminación diagnóstica de las arritmias. Son también aplicables
aquí los comentarios sobre los electrodos. Debemos imaginar la existencia futura de
cardiodesfibriladores implantables capaces de estimular o desfibrilar el corazón sin
necesidad de catéteres, electrodo o bobinas intracardíacas. El futuro de esta tecnolo-
gía sin duda incluirá también un tamaño menor de los generadores, sin comprometer
su duración o prolongándola, a menor costo y con mayor accesibilidad a su uso.
Ablación Los sistemas de mapeo no fluoroscópico con imágenes anatómicas en
tiempo real son una realidad (Figura 4.14). La identificación del sitio objetivo y su
ubicación con el catéter son todavía dependientes del operador. No son difíciles de
imaginar unos sistemas que permitan determinar con precisión el lugar apropiado de
aplicación de energía para interrumpir y curar una arritmia y que permitan el posicio-
namiento automático del catéter en ese lugar. A pesar de la experiencia y efectividad
con la RF, aparecerán otras fuentes de energía aplicables a casos particulares.
88 Walter Reyes
Agradecimiento
Sr. Roberto Alanis. Especialista. Soporte Técnico. Guidant Europa CRM.
Electrofisiología Cardíaca 89
4.8 BIBLIOGRAFÍA
1 Fogoros RN. Electrophysiologic Testing. Blackwell Scientific Publications, Inc. Boston, MA,
1991.
2 Janse MM. Mechanisms of Arrhythmias. Clinical Approaches to Tachyarrhythmias Series. Editor:
John Camm. Futura Publishing Co., Mount Kisco, NY. 1993.
3 Wellens HJJ, Gorgels APM, Rodr[iguez LM y col. Supraventricular Tachycardias: Mechanisms,
electrocardiographic manifestations and clinical aspects. En, Josephson ME y Wellens HJJ (ed):
Tachycardias: mechanisms and management. Futura Publishing Co., Mount Kisco. NY. 1993,
p.121.
4 Gonzalez Zuelgaray J. Taquicardias Supraventriculares. En: Arritmias Cardiacas. Editor: J.
Gonzalez Zuelgaray. Editorial Intermedica, Buenos Aires. Argentina. 1996, p.113.
5 Josephson ME. Clinical Cardiac Electrophysiology: Techniques and interpretations. Philadelphia,
Lea&Febiger, 1993.
6 Akhtar M, Jazayeri M, Sra J y col. Atrioventricular Nodal Reentry: Clinical, Electrophysiological,
and Therapeutic considerations. Circulation, 1993;88:282
7 Benditt DG, Benson DW. Cardiac Preexcitation Syndromes: origins, evaluation and treatment.
Martinus Nijhoff Publishing, Boston. 1986.
8 Waldo AL. Atrial Flutter: Mechanisms, Clinical Features and Management. En: Cardiac
Electrophysiology, From Cell to Bedside. Third Edition. Ed: Zipes D, Jalife J. WB Saunders Co.
Philadelphia. 2000. p.468.
9 Falk RH, Podrid PJ. Atrial Fibrillation: Mechanisms and Management. Second Edition. Lippincot-
Raven Publishers, Philadelphia. 1997.
10 Zipes DP, Haissaguerre M. Catheter Ablation of Arrhythmias. Second Edition. Futura Publishing
Co. Armonk, NY. 2002.
11 Morady F. Catheter Ablation of Supraventricular Arrhythmias: State of the Art. J Cardiovasc
Electrophysiol 2004;15(1):124.
12 Haissaguerre M, Gencel L, Fischer B et al. Successful catheter ablation of atrial fibrillation. J
Cardiovasc Electrophysiol 1994;5:1045.
13 Jais P, Haissaguerre M, Shah D, et al. A focal source of atrial fibrillation treated by discrete ra-
diofrequency ablation. Circulation 1997;95:572.
14 Haissaguerre M, Jais P, Shah D, et al. Spontaneous initiation of atrial fibrillation by extopic beats
originating in the pulmonary veins. N Engl J Med 1998;339:659.
15 Pappone C, Oreto G, Lamberti F. Catheter Ablation of paroxysmal atrial fibrillation using 3D
mapping system. Circulation 1999;100:1203.
16 Huang SKS. Radiofrequency Catheter Ablation of Cardiac Arrhytmias: basic concepts and
clinical applications. Part 1: Fundamental aspects of Radiofrequency Energy Applications. Futura
Publishing Co. Armonk, NY. 1995.
17 Disponible en: http://www.endocardial.com/
18 Knight B, Bogner P, Wasmer K, et al. Human Pathologic Validation of Left Ventricular Linear
Lesion formation Guided by Noncontact Mapping. J Cadiovasc Electrophysiol 2002;12:1
19 Gasparini M, Mantica M, Coltori F, et al. The use of Advanced Mapping Systems to guide right
linear lesions in Paroxysmal Atrial fibrillation. European Heart Journal 2001;3:suppl P
20 Darbar D, Ogin J, Miller J, et al. Localization of the origin of arrhythmias for ablation: from
electrocardiography to advanced endocardial mapping systems. J Cardiovas Electrophysiol
2001;12:11.
21 Sra J, Bathia A, Krum D, et al. Noncontact mapping for ablation of complex arrhythmias. J Interv
Cardiovasc Electrophysiol 2001;5:3.
22 Hindrincks G, Kottkamp H. Simultaneous nonconctact mapping of the left atrium in patients with
paroxysmal atrial fibrillation. Circulation 2001;104:3
23 Disponible en: http://www.jnjgateway.com/
24 Ben-Haim SH. Non-Fluoroscopic Electroanatomical Cardiac Mapping. En: Cardiac
Electrophysiology: From cell to bedside. Third Edition. Ed: Zipes D, Jalife J. W.B. Saunders
Company. Philadelphia, PA. 2000. Capítulo 92. Pag: 834.
90 Walter Reyes
En este capítulo se analiza el marcapasos cardíaco desde dos ópticas. Por un lado
desde el punto de vista lógico, construyendo un modelo del funcionamiento cardíaco;
por el otro mostrando las capacidades y limitaciones del uso de circuitos simples
utilizando un ejemplo práctico. Asimismo se incluye una sección que presenta al-
ternativas para el desarrollo de estas tecnologías en América Latina.
Históricamente los primeros marcapasos eran dispositivos muy simples, que gene-
raban solamente un estímulo a intervalos regulares. En 1932 el Dr. Alfred S. Hyman
desarrolló el primer dispositivo de estimulación artificial del corazón denominándolo
‘pacemaker’. En 1952, el Dr. Paul Zoll desarrolló el primer marcapasos externo,
de gran tamaño y que, por estar conectado a la red eléctrica, limitaba la movilidad
de los pacientes. En 1958, el Dr. Ake Senning implantó el primer marcapasos en
un ser humano, el dispositivo fue diseñado por el Dr. Rune Elmqvist en Suecia. El
marcapasos funcionó solamente durante unas horas (4).
El primer implante efectivo fue realizado en Uruguay en febrero de 1960 por
los Dres. Orestes Fiandra y Roberto Rubio en una paciente de 34 años que sufría
de un bloqueo aurículo ventricular. El dispositivo fue construido por Elmqvist y
constaba de dos transistores de silicio alimentados por una batería de níquel-cad-
mio encapsulados en resina epoxi. El generador entregaba pulsos de una amplitud
de alrededor de 2V y una duración de 2ms. Las baterías eran recargadas mediante
inducción magnética, una carga realizada durante la noche era capaz de mantener
el funcionamiento por un mes. El dispositivo funcionó adecuadamente durante más
de nueve meses en la ciudad de Montevideo (4).
La Figura 5.1 muestra el esquema de funcionamiento de este marcapasos primi-
tivo desde el punto de vista lógico utilizando una Máquina de Estados Finita. Esta
Máquina muy simple describe el funcionamiento de los primeros marcapasos. El
período, representado en la Máquina por el [Time out], así como las características
del pulso (Amplitud y Ancho de Pulso) están determinados exclusivamente por el
circuito.
92 Julio Arzuaga, Fernando Brum, Pedro Arzuaga y Óscar Sanz
Time out
Pace
Figura 5.1 – Diagrama de estados de un marcapasos primitivo. Se utilizan los siguientes símbolos:
[S] es el estado de la Máquina (único en este caso); [Time out] es el evento que hace evolucionar la
Máquina; [Pace] es la acción que ocurre al efectuarse la transición. La flecha indica el sentido de la
transición y separa el evento de las acciones realizadas durante su transcurso.
Pace
Figura 5.2 – Diagrama de estados de un marcapasos a demanda. [S] es el estado de la Máquina;
[Sense] es el resultado de un latido espontáneo del corazón; [Time out] es el evento interno; [Pace]
es la acción que ocurre al efectuarse la transición.
Sense
A R Tout R
A Tout Pace
Figura 5.3 – Diagrama de estados de un marcapasos a demanda con período refractario. Existen
dos estados: [A] Estado de Alerta en el que se sensa, [R] Estado Refractario en el que se ignora la
actividad cardíaca. Los eventos son [Sense] Evento de sensado; [A Tout] Evento de reloj: transcurrió el
tiempo máximo de espera de un sensado y [R Tout] Evento de reloj: transcurrió el Período Refractario.
La única acción es [Pace] que es el Estímulo.
V Sense
A Sense V Sense
A V R
R Tout
Figura 5.4 – Diagrama de estados de un marcapasos bicameral en versión simplificada. Siguiendo
la nomenclatura de las figuras anteriores, la descripción de eventos, acciones y estados está en la
Tabla 5.1.
94 Julio Arzuaga, Fernando Brum, Pedro Arzuaga y Óscar Sanz
V estimula el Ventrículo
V sensa el Ventrículo
I Inhibe el estímulo cuando se detecta un evento espontáneo
V estimula el Ventrículo
O no sensa
O no corresponde
XYZ
donde
X – cavidad estimulada (A, V, D)
Y – cavidad sensada (A,V, D)
Z – respuesta al sensado (I, T, D) (inhibido, gatillado, doble)
Fuente: ‘Inter-Society Commission on Heart Disease Resources’
(ICHD)
96 Julio Arzuaga, Fernando Brum, Pedro Arzuaga y Óscar Sanz
Para ilustrar con un ejemplo las consideraciones básicas a tener en cuenta en el diseño
electrónico y en el diseño del firmware presentamos la implementación de un mar-
capasos externo, programable mediante llaves, con las siguiente características:
Quedan fuera del alcance del ejemplo las siguientes prestaciones adicionales:
V+
V+ PIC
Sensado 16C76/ Estímulo
JW V-
V-
Sensibilidad
Otros Parámetros
Figura 5.5 – Diagrama de bloques del marcapasos externo VVI. Sus funciones son sensado y
estimulación en el ventrículo, con efecto de inhibición en caso de sensado. V+ y V- son las fuentes de
alimentación del microcontrolador PIC16C76/JW.
VDD
R35
750K C6
47NF
28
20
1
25 14
RB7
MCLR
VDD
RB4 RC3/SCK 13 QUICK DISCHARGE
RC2/CC1 PACING
21
RB0/INT SENSING IN
U4 23
RB2 2 READING ENABLE
RA0/AN0 SELECTION IN
16 6
C7 17 RC5/SD0 RA4/TOCK
15PF 18 RC6/TX/CK
RC7/RX/DT 7
VDD Y1 RA5/SS/AN4
12
11 RC1/T1OSCI/CCP2
R36 3 2.76 8KH Z RC0/T1OSO/T1CKI 22
33K RB1 24
C8 15PF RB3 HIGH AMPLITUDE PACING
10
9 OSC2/CLKOUT
OSC1/CLKIN
C9 5
22PF RA3/AN3/VREF 15
RC4/SDI/SDA 26
4 RB5 27
3 RA2/AN2 RB6
RA1/AN1
VSS
VSS
19
8
PIC16C76
C4
R5
100NF
HSMS2802 R6 10-15M
1
2
D2 47K
7
3 +
R7 R8 6 3 UPC4250
V- C5 2 -
U1 +
U2
6 D3
2
3
UPC4250 -
20K 82K
22NF
R9
4
8
R HSMS2824 SENSING IN
4
8
7
3 UPC4250
+
6
2 U3 R10
-
1M
4
8
R11 5.1M
R12
15M R13 R14
15M 15M
VDD
SW1
1RSW6
SENSITIVITY
SELECTOR
Figura 5.7 – Circuito de sensado de un marcapasos. Consiste en un comparador con un selector
de umbral.
QUICK DISCHARGE Q1
BSS84
R1
100K
R2
100 OHMS
C1
V-
10UF
Q2
PACING BSS138
VDD
Q3
BSS84
C2
Q4 D1
R3 HSMS2824
BSS138 15K
medida que se vayan descargando las pilas. Los marcapasos externos reales están
en general alimentados a batería evitando los problemas derivados de la conexión
a la red eléctrica e incluyen circuitos de detección de la condición de batería baja.
Los marcapasos implantables incluyen funciones de telemetría que indican al mé-
dico el estado de la batería con la suficiente antelación para planificar su eventual
reemplazo.
5.7 EL FIRMWARE
Time
Stamp
Sense
N Tout
R Tout
A R
Pace
A Tout
Pace
Sense & Noise
A Tout
W
Figura 5.9 – Diagrama de estados de un marcapasos a demanda con detección de ruido. Se agre-
gan los estados [N] y [W], que corresponden a la ‘ventana de ruido’ [N], y a la espera del refractario
total en presencia de ruido [W] respectivamente.
Se agregaron dos estados: [N] y [W], complicando el retorno del estado [R]
al estado [A] y la condición de sensado. Se dividió el período refractario en dos
partes, [Rtout] que corresponde a un refractario absoluto, pasando luego al estado
[N] (Noise Window) en el cual los eventos se sensan pero no se reportan. Cuando
se produce un sensado en el estado [N], se guarda el Time Stamp del momento en
el que ocurrió en la variable [TS] y se permanece en el estado [N] a la espera de
que transcurra un Time Out de 100 ms ([Ntout]). Al entrar en el estado [A], habrá
transcurrido todo el período refractario y la variable [TS] tendrá el tiempo del último
sensado, que generalmente tiene valor 0 indicando que no se ha sensado.
Si en el estado [A] no se produce un sensado, el comportamiento no varía. En
caso contrario, si el tiempo transcurrido entre el nuevo sensado y el tiempo regis-
trado en la variable [TS] es menor que 100 ms, estamos en presencia de ruido y se
pasa al estado [W] para completar el período programado. En caso en que el tiempo
transcurrido sea mayor que 100 ms o que no se haya sensado en la Noise Window,
el evento será un sensado normal inhibiendo el estímulo.
Como puede apreciarse, la máquina se ha complicado considerablemente pero
aún se mantiene relativamente sencilla. Se seleccionó este algoritmo y su implemen-
Marcapasos 103
Tabla 5.3 – Variables de la Máquina de estados del Marcapasos a demanda con período re-
fractario.
Tipo y nombre Descripción
unsigned char State Estado de la Máquina. Además de los estados puede adoptar
el valor FAILURE, utilizado para dejar fuera de servicio el
dispositivo en caso de malfuncionamiento.
unsigned char Event Evento ocurrido.
unsigned int Tout Variable global utilizada para informar a GetEvent() del time out
que se desea esperar.
unsigned int RefractoryTout Período Refractario programado – 100 ms, estos 100 ms
transcurren en el estado [N] Noise Window.
unsigned int AlertTout Período programado – Refractario programado – Ancho de Pulso
programado.
unsigned int TimeStamp Lleva el momento en que se detectó un evento de sensado en el
estado [N] Noise Window.
unsigned int SenseTime Lleva el tiempo en el que ocurrió el último evento ventricular. Es
usada para poder decidir si los eventos sensados en el estado [A]
Alert son catalogados como ruido o como eventos normales.
Tabla 5.4 – Rutinas Auxiliares de la Máquina de estados del Marcapasos a demanda con período
refractario.
Tipo y nombre Descripción
unsigned char GetEvent() Espera la ocurrencia de un evento, retorna el evento ocurrido. La
enorme mayoría del tiempo el microcontrolador se encontrará en
esta rutina. Se presenta en detalle en la próxima sección.
void DisableSense() Evita que los eventos de sensado sean reportados por GetEvent(),
en una versión para un dispositivo implantable esta rutina podría
apagar el circuito de sensado para ahorrar consumo.
void EnableSense() Hace lo contrario.
void Pace() Implementa el estímulo.
unsigned int Elapsed() Retorna el tiempo transcurrido dentro de la rutina GetEvent() a la
espera de un evento.
void ReadParameters() Lee los valores programables y los actualiza. El dispositivo
comienza a funcionar con los nuevos parámetros
inmediatamente.
104 Julio Arzuaga, Fernando Brum, Pedro Arzuaga y Óscar Sanz
Figura 5.10 – Rutina GetEvent() que pone el microprocesador en estado de bajo consumo. Se
mantiene el microprocesador en estado ‘Sleep’ hasta que ocurre un evento cardíaco o un time out.
Nótese que el microcontrolador solamente estará fuera del estado de bajo con-
sumo cuando está ejecutando el código, usualmente sólo algunos milisegundos en
cada ciclo cardíaco. Toda la espera se realiza en modalidad de bajo consumo.
• Firma en la RAM: Una posible falla es que la memoria RAM pase al estado
‘Todo 0’ o ‘Todo FF’. Este caso puede detectarse asignando durante la iniciali-
zación un valor prefijado a una variable y verificando la permanencia de dicho
valor en cada ciclo.
• Duplicación de los parámetros: En un dispositivo programable los valores de
los parámetros residen en variables que deben ser invariantes en todo momento
excepto cuando se produce una operación de comunicaciones. Es conveniente
llevar una copia del área de parámetros y verificar en cada ciclo que las dos áreas
sean idénticas.
• Program Counter fuera del área de programa:
Es posible neutralizar efectos desconocidos y potencialmente peligrosos subsi-
guientes a que el “Program Counter” asuma valores fuera del área de memoria
prevista para el programa, rellenando toda el área de programa no utilizada
con saltos al estado absorbente conocido y seguro. El estado absorbente prevé
entonces un registro del evento y el arranque de cero en condiciones seguras.
ciones cada vez más exigentes, hacen que las necesidades de inversión, así como
la capacidad de colocar los desarrollos en el mercado tengan una importancia
creciente con respecto a los aspectos puramente tecnológicos. Estos puntos deben
ser tenidos muy en cuenta, tanto a la hora de proyectar las actividades de grupos
o empresas específicas, como a la hora de definir estrategias de desarrollo a nivel
nacional o regional.
5.10 BIBLIOGRAFÍA
1 Fiandra O. et al, “Marcapasos Cardíacos”, INCC, 1984.
2 Lindgren A., Jansson S., “Fisiología Cardíaca y Estimulación”, Elema, 1992.
3 Silveira F., Flandre D., “Low Power Analog Cmos for Cardiac Pacemakers Design and Optimization
in Bulk and Soi Technologies”, Kluwer Academic Publishers, 2003.
4 Prutchi D., Norris M., “Design and Development of Medical Electronic Instrumentation”, Wiley-
Interscience, 2004.
5 Manual del microcontrolador PIC16C7X, Microchip.
Marcapasos 109
Programa principal del Marcapasos a demanda con período refractario. Las variables
están definidas en la Tabla 5.3 y las rutinas auxiliares en la Tabla 5.4.
110 Julio Arzuaga, Fernando Brum, Pedro Arzuaga y Óscar Sanz
6
INGENIERÍA CARDIOVASCULAR:
INNOVACIÓN EN MÉTODOS DE
DIAGNÓSTICO NO INVASIVO
Ricardo Armentano y Franco Pessana
Se pueden clasificar los modelos en dos grandes categorías. Los modelos de repre-
sentación y los modelos de conocimiento. En los primeros, el sistema estudiado
es abordado como una caja negra donde solamente el comportamiento “entrada-
salida” se considera interesante. Por el contrario, los modelos de conocimiento son
elaborados a partir de consideraciones físicas donde se hacen intervenir las leyes
de la física y donde los parámetros del modelo tienen un significado físico preciso.
Los modelos matemáticos así elaborados pueden ser utilizados por el clínico como
apoyo al diagnóstico y para prever las reacciones del paciente a ciertos estímulos.
Este capítulo tiene como objetivo presentar los últimos pasos en la modelización
de la pared de las arterias a partir de datos obtenidos en animales conscientes. El
modelo utilizado será un modelo de conocimiento donde el comportamiento reo-
lógico de sus parámetros será simulado en el dominio temporal. Seguidamente se
presentarán las bases para trasladar esta modelización al abordaje clínico utilizando
métodos enteramente no invasivos.
dE d E
S E E H M S elastico S vis cos o S inercial (1)
dt dt
2.0 2.0
Tensión (10 6 Dyn/cm2 ) Tensión (10 6 Dyn/cm2 )
1.6 1.6
1.2 1.2
0.8 0.8
1.08 1.12 1.16 1.20 1.24 1.08 1.12 1.16 1.20 1.24
Deformación Deformación
Figura 6.2 – Determinación de la relación tensión-deformación elástica pura. La relación tensión-
deformación aórtica (línea fina), involucra las propiedades elásticas, viscosas e inerciales, conformando
un lazo de histéresis. Izquierda: Mínimo valor de superficie encontrada mediante la sustracción viscosa
(línea gruesa). Obsérvese el área remanente correspondiente al comienzo del rulo. Derecha: Incrementos
ulteriores del módulo inercial producen la desaparición total del lazo de histéresis. La relación elástica
pura (línea gruesa) es coincidente con la relación tensión-deformación diastólica.
Ingeniería Cardiovascular: Innovación en Métodos de Diagnóstico No Invasivo 115
S S E S C S SM S H S M (2)
dE d E
S EE E EC fC E ESM f A E H M
dt dt (3)
cual depende a su vez de la ubicación del eritrocito en el eje transversal del vaso. El
conjunto de las velocidades de desplazamiento da un lugar geométrico definido como
perfil de velocidades. Este perfil presenta tensiones y deformaciones por cizallamiento
contra la pared [20]. La deformación de tal perfil en las bifurcaciones arteriales suele
asignarse como una de las causas principales de desarrollo de las placas de ateroma.
De igual forma, la tensión de cizallamiento contra la pared arterial actuaría sobre el
endotelio, el cual a través de mediadores químicos enviaría la información sobre el
contenido al continente; esto cerraría un proceso de control interno en ambos com-
ponentes. La viscosidad sanguínea, altamente dependiente del hematocrito, juega
un papel preponderante en la relación entre las tensiones y las deformaciones por
cizallamiento en la interfase pared fluido y dentro del vaso. Para ver la influencia
del endotelio sobre las propiedades mecánicas de la pared arterial, se ha realizado
un estudio en 7 arterias subclavias con y sin endotelio, en condiciones idénticas de
frecuencia (80 latidos por minuto), viscosidad sanguínea (3 mPa.s) y presión (80
mmHg). Bajo estas condiciones, se demuestra que la ausencia de endotelio genera
un aumento significativo (p<0.05) de la elasticidad arterial y de la viscosidad parie-
tal. Este comportamiento de rigidificación de la pared arterial se hace más notorio
cuando aumenta el cizallamiento en ausencia de endotelio, mientras que la misma
situación, pero con el endotelio intacto, disminuye la rigidez [21].
ELASTICIDAD
1.6 Tensión (10 Dyn/cm2)
6
1.6 Tensión (10 6 Dyn/cm2)
1.2 1.2
elastina colágeno
0.8 0.8
0.4 0.4
0.0 0.0
1.10 1.15 1.20 1.25 1.30 1.35 1.10 1.15 1.20 1.25 1.30 1.35
Deformación Deformación
VISCOSIDAD INERCIA
Tensión (10 6 Dyn/cm2)
Tensión (10 6 Dyn/cm2)
0.2 0.2
0.1 0.1
0.0 0.0
-0.1 -0.1
1.10 1.15 1.20 1.25 1.30 1.35 1.10 1.15 1.20 1.25 1.30 1.35
Deformación Deformación
1.5 1.5
1.2 1.2
0.9 0.9
0.6 0.6
1.10 1.15 1.20 1.25 1.30 1.35 0.0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6
Deformación Tiempo (s)
z4 Diámetro
z5 Intima IMT
Pared posterior z6
z7 Media
Adventicia
Figura 6.5 – Imagen ecográfica de una arteria carótida. Obsérvese la doble línea en la pared
posterior y su correlato anatómico.
118 Ricardo Armentano y Franco Pessana
255
Perfil de linea
205 Derivada
M -A
155
Diámetro
105
I-L
L-I
55
-45 IMT
Figura 6.6 – Perfil y derivada de una línea vertical de la imagen digital de la arteria carótida. La
derivada es utilizada para la identificación automática de las interfases íntima-lumen, lumen-íntima
y media-adventicia.
Diametro (Pixel)
54.0
53.0
52.0
51.0
50.0
49.0
Tiempo
Figura 6.7 – Determinación de la señal temporal de diámetro. A partir de una secuencia de imá-
genes ecográficas, el software determina el movimiento de la pared anterior y posterior, así como la
curva de diámetro resultante, a lo largo de varios ciclos cardíacos.
Figura 6.8 – Diagrama en bloques de la pared arterial. Se muestran las señales de entrada, com-
paración y salida de un sistema adaptativo para la determinación instantánea de las componentes
mecánicas de la pared arterial.
. . ·z
. ·z
. b ·z
H z (7)
. ·z
. ·z
. ·z
y la transferencia del Filtro Pasa Bajos de la Pared Arterial estuvo dada por:
122 Ricardo Armentano y Franco Pessana
. ·s
. ·s ·s
H s (8)
s . ·s . · ·s . ·
Figura 6.9 – Salida del algoritmo de cálculo de filtrado adaptativo de la pared arterial. Puede
observarse el resultado de las componentes de la pared arterial de la ecuación (2), así también como
los coeficientes del filtro ARMA adaptativo [20].
VI C RP
Figura 6.10 – Esquema eléctrico del modelo de Windkessel modificado. C: Compliance Arterial, RP:
resistencia periférica, ZC: resistencia característica, VAo: válvula aórtica, VI: ventrículo izquierdo.
a) Resistencia periférica
La disipación de la energía está generalmente asociada a fenómenos viscosos y
por lo tanto a la disipación de calor por fricción. En el caso del sistema arterial, la
resistencia está concentrada en el lecho arteriolo-capilar y dos magnitudes físicas
tienen una acción destacada sobre ella: la viscosidad de la sangre y la dimensión
de los vasos.
·M ·L
RP (9)
P ·R
siendo μ, la viscosidad sanguínea; L, la longitud del segmento arterial analizado y
R, el radio de la arteria.
La resistencia periférica se calcula mediante el cociente entre la presión media
determinada en un estudio por medio de un esfigmomanómetro semiautomático
(Dinamap Critikon) y el flujo medio determinado por el producto de la sección
del vaso y la velocidad media de la sangre (Eco-Doppler Hewlett Packard Sono
1500).
b) Compliance arterial
Se define la compliance arterial como la variación de volumen del vaso por
unidad de variación de presión arterial. Ésta caracteriza la performance de amorti-
124 Ricardo Armentano y Franco Pessana
DM (10)
C
·R ·VOP
c) Onda reflejada
Se descompone la onda del pulso propagado a través del árbol arterial en dos
ondas que tienen sentidos de propagación opuestos (onda incidente y onda refle-
jada). El fenómeno queda caracterizado por un coeficiente de reflexión (Γ), que
cuantifica la proporción de la onda incidente que es reflejada en los sitios donde
abunda la ramificación de las arterias, como así también en los cambios abruptos
de las dimensiones (desadaptación de secciones), como por ejemplo en las termi-
naciones arteriales y en los múltiples sitios donde los conductos arteriales de baja
resistencia terminan en arteriolas de alta resistencia. Se calcula el módulo del co-
eficiente Γ como el cociente de la amplitud de la onda reflejada sobre la amplitud
de la incidente (ver Figura 6.11).
Figura 6.11 – Descomposición de la onda de presión en una onda incidente y una reflejada.
Onda incidente
Onda reflejada
ZC RP
Figura 6.12 – Cálculo del coeficiente de reflexión. Se deduce el coeficiente de reflexión a partir de
la teoría de las líneas de transmisión, donde RP es la resistencia periférica o carga del sistema y ZC es
la resistencia característica.
126 Ricardo Armentano y Franco Pessana
Para evaluar esta desadaptación, provocada por una mayor reflexión y por au-
mento en la VOP, se ha propuesto el índice de desajuste (ID) [26], que se calcula
como el producto de la VOP por el coeficiente de reflexión Γ:
6.7 DISCUSIÓN
Cita del Dr. Bernardo Houssay: Hay tres factores principales que dificultan
el progreso: El primero y más poderoso es el misoneísmo, la resistencia a lo nuevo
con el afán de evitar las innovaciones que se producen fatalmente a cada adelanto
científico. El segundo es la desmedida preocupación por la aplicación inmediata,
idea propia de los ambientes atrasados, o bien signo de decadencia de los ya ade-
lantados. El tercero es el orgullo localista, profesional o nacionalista, que es mezcla
de ignorancia, inmadurez y autodefensa de los mediocres. Bernando A Houssay:
Ciencia e Investigación 1952. 8: 327.
6.9 BIBLIOGRAFÍA
1 Nichols WW, O’Rourke MF, Avolio AP, Yaginuma T, Murgo JP, Pepine CJ, Conti CR. Age-related
Changes in Left Ventricular Arterial Coupling. In: Yin FCP (Ed), Ventricular Vascular Coupling:
Clinical, Physiological, and Engineering Aspects. New York: Springer-Verlag pp 79-114, 1987.
2 Fitchett DH. LV-arterial coupling: interactive model to predict effect of wave reflections on LV
energetics. Am J Physiol 261: H1026-H1033, 1991.
3 Simon A, Levenson J. Overview on atherosclerotic systolic hypertension. Int J Cardiol 16: 1-18,
1987.
4 Cohn JN. Blood pressure and cardiac performance. Am J Med 55: 351-361, 1973.
5 Randall OS. Effect of arterial compliance on systolic blood pressure and cardiac function. Clin
Exper Hypertens [A] (Proc Symp on Systolic Hypertension) A4: 1045-1057, 1982.
6 Burton AC. Physiology and Biophysics of the Circulation. Chicago: Year Book, pp 63-75,
1972.
7 Armentano RL, Levenson J, Barra JG, Cabrera Fischer EI, Breitbart GJ, Pichel RH, Simon A.
Assessment of elastin and collagen contribution to aortic elasticity in conscious dogs. Am J Physiol
260: H1870-H1877, 1991.
Ingeniería Cardiovascular: Innovación en Métodos de Diagnóstico No Invasivo 129
8 Cabrera Fischer EI, Armentano RL, Levenson J, Barra JG, Morales MC, Breitbart GJ, Pichel
RH, Simon AC. Paradoxically decreased aortic wall stiffness in response to vitamin D3-induced
calcinosis: a biphasic analyisis of segmental elastic properties in conscious dogs. Circ Res 68:
1549-1559, 1991.
9 Wiederhielm CA. Distensibility characteristics of small blood vessels. Fed Proc 24: 1075-1084,
1965.
10 Barra JG, Armentano RL, Levenson J, Cabrera Fischer EI, Pichel RH, Simon A. Assessment of
smooth muscle contribution to descending thoracic aortic elastic mechanics in conscious dogs.
Circ Res 73: 1040-1050, 1993.
11 Milnor WK. Hemodynamics. Baltimore: Williams & Wilkins pp 56-96, 1982.
12 Bauer RD, Busse R, Schabert A, Summa Y, Wetterer E. Separate determination of the pulsatile elastic
and viscous forces developed in the arterial wall in vivo. Pflügers Arch 380: 221-226, 1979.
13 Bauer RD. Rheological Approaches of Arteries. Biorheology Suppl I: 159-167, 1984.
14 Lundholm L, Mohme-Lundholm E. Length at inactivated contractile elements, length-tension
diagram, active state and tone of vascular smooth muscle. Acta Physiol Scand 68: 347-359,
1966.
15 Fung YC. A First Course in Continuum Mechanics. New Jersey: Prentice-Hall Inc, 1977.
16 Fung YC. Biomechanics. New York: Springer-Verlag, 1981.
17 Armentano RL, Barra JG, Levenson J, Simon A, Pichel RH. Arterial Wall Mechanics in conscious
dogs. Assessment of viscous, inertial and elastic moduli to characterize aortic wall behaviour. Cir
Res 76: 468-469, 1995.
18 Barra JG, Levenson J,Armentano RL, Cabrera Fischer EI, Pichel RH, Simon ACh. In vivo effects
of angiotensin-II receptor blockade and converting enzyme inhibition on the aortic canine visco-
elasticity. Am J Physiol 272: H859-H868, 1997.
19 Armentano RL, Barra JG, Simon A, Pichel RH, Levenson J. Pressure dependent-elasticity and
pressure independent-wall viscosity induced by renovascular hypertension in the canine aorta.
16th Scientific Meeting of the International Society of Hypertension. Glasgow, UK. 1996.
20 Pessana FM. Influencia del Cizallamiento Sanguíneo sobre la vasomotricidad de las Arterias
Periféricas en Humanos. Tesis de Maestría. Mágister en Ingeniería Biomédica. Facultad de
Ingeniería y Ciencias Exactas y Naturales. Universidad Favaloro, 2003.
21 Cabrera Fischer E, Armentano R, Pessana F , Graf S, Romero L, Christen A, Simon A, Levenson
J. Endothelium-dependent arterial wall elasticity modulated by blood viscosity. American Journal
of Physiology. 282: H389-H394, 2002.
22 Salonen J, Salonen R. Ultrasound B-mode imaging in observational studies of atherosclerosis
progression. Circulation [supl II]: II-56-II-65, 1993.
23 Gariepy J, Simon A, Massonneau M, Linhart A, Segond P, Levenson. Echographic assesment of
carotid and femoral arterial structure in men with essential hypertension. Am J Hypertens 9:126-
136, 1996.
24 Armentano RL, Megnien LJ, Simon A, Bellenfant F, Barra JG, Levenson J. Effects of hypertension
on viscoelasticity of carotid and femoral arteries in humans. Hypertension 26: 48-54, 1995.
25 Ljung Lennart. System Identification, Theory for the User Second Edition. Prentice Hall Inc
1999.
26 Casanave G, Armentano RL. Impedancia arterial: evaluación no-invasiva de sus parámetros
constitutivos en la hipertensión. Rev Arg Bioing Vol 1, Nro. 1: 23-32, 1995.
27 Casanave G, Armentano RL, Fischer EIC, Tonelli A, Sánchez R, Pichel RH. Noninvasive asses-
sment of forearm impedance in normal subjects, and patients suffering sustained and borderline
hypertension. World Congress on Medical and Biomedical Engineering. Rio de Janeiro. 1994.
130 Ricardo Armentano y Franco Pessana
28 Ting CT, Chou CY, Chang MS, Wang SP, Chiang BN, Yin F. Arterial hemodinamics in human
hypertension. Effects of adrenergic blockade. Circulation 84: 1049-1057, 1991.
29 Armentano RL, Barra JG. Velocidad de propagación de la onda del pulso: valor pronóstico y
diagnóstico en la fisiopatología arterial. Rev Arg Bioing Vol 2, Nro. 1: 11-15, 1996.
30 O’Rourke MF. Arterial Function in Health and Disease. Edinburgh: Churchill 94-132, 185-243,
1982.
31 Armentano RL. Détermination in vivo des caractéristiques hémodynamiques artérielles, appli-
cation à l’hypertension. Université de Paris VII, Denis Diderot. Doctorat de Biomécanique:
Mécanique des Systèmes Biologiques. Director: Dr. Patrice Flaud. Laboratoire de Biorheologie
et Hydrodynamique Physicochimique. CNRS. URA 343. Paris, Francia. 1999.
32 Armentano RL, Simon A, Levenson J, Chau NP, Megien JL, Pichel RH. Mechanical pressure vs
intrinsic effects of hypertension on large arteries in human. Hypertension 18: 657-664, 1991.
33 Graf S, Gariepy J, Massoneau M, Armentano RL, Mansour S, Barra JG, Simon A, Levenson
J. Experimental And Clinical Validation Of Arterial Diameter Waveform And Intimal Media
Thickness Obtained From B-Mode Ultrasound Images Processing. Ultrasound in Medicine and
Biology 25 (9):1353-63, 1999.
34 Levenson J, Pessana F, Gariepy J, Armentano R, Simon A. Gender Differences in Wall Shear-
Mediated Brachial Artery Vasoconstriction and Vasodilatation. J Am Coll Cardiol 38: 1668-1674,
2001.
35 Armentano RL, Graf S, Barra JG, Gerardo Velikovsky G, Baglivo H, Sanchez R, Simon A, Pichel
RH, Levenson J. Carotid Wall Viscosity Increase Is Related To Intima-Media Thickening In
Hypertensive Patients. Hypertension 31 (part 2): 534-539. 1998.
7
LA ROBÓTICA EN CIRUGÍA
VASCULAR
Bernardo Martínez
Figura 7.1 – El cirujano y la consola del sistema da Vinci. Este sistema tiene una visión tridimen-
sional. Se ve la instrumentación que sigue el movimiento de las muñecas del cirujano para aumentar
la capacidad de control de movimiento de los brazos robóticos.
Figura 7.2 – El cirujano sentado en la consola del sistema robótico ZEUS™. El cirujano usa el
micrófono para comandar la cámara sensible a la voz y controla los instrumentos con las manos. En
primer plano el instrumental quirúrgico que usa el asistente de cirujano que ha colocado previamente
los brazos robótico en posición. La visión del cirujano es bi-dimensional.
Desde 1995, los sistemas robóticos han sido incorporados a las prácticas qui-
rúrgicas en las especialidades vascular, cardíaca, urológica, pediátríca y en cirugía
general. En 1998, nuestro equipo fue una de las primeras instituciones hospitalarias
del medio-oeste de Estados Unidos de Norteamérica en adoptar también la tecno-
logía AESOP®/HERMES™.
En 1999, el Doctor Lloyd Boyd de Ontario (Canadá) se convirtió en un pionero
de la robótica utilizando el sistema ZEUS™ para las cirugías de bypass coronario.
El sistema ZEUS™ fue utilizado en la muy promocionada primera cirugía transat-
lántica, realizada el 7 de setiembre de 2001 desde una sala de operaciones en New
York, con el paciente en un quirófano en Strasbourg, Francia (15). Le siguen varios
hitos en las diferentes especialidades (16, 17). En Francia, el Doctor Desgranges
La Robótica en Cirugía Vascular 135
y sus colaboradores han reportado éxito en 4 de 5 cirugías de reconstrucción de la
aorta abdominal utilizando el sistema da Vinci®. De esa manera han demostrado
que la anastomosis aórtica humana puede ser realizada sin mayores complicaciones.
En el transcurso de los años 2000 al 2002, debido a litigios legales sobre derechos
de patentes del diseño de sistemas quirúrgicos computarizados, Intuitive Surgical,
Inc.® adquirió la empresa Computer Motion®, acordando que ambas empresas
mantengan sin embargo sendas identidades.
En1998 adoptamos los instrumentos computarizados -sistema robótico activado
por la voz- AESOP®-HERMES™, y en 2003 adquirimos el sistema da Vinci®.
para establecer un mejor acceso quirúrgico al espacio anatómico confinado en el
orificio de entrada al tórax (20).
Figura 7.3 – Robot para cirugía vascular da Vinci. Se ven en primer plano dos brazos robóticos
que se mueven bajo las órdenes del cirujano sentado en la consola robótica. Hay cuatro brazos que
sostienen 2 o 3 instrumentos y una microcámara.
La experiencia ganada con los trabajos en modelos porcinos (1998 a 2002) nos dio
la capacidad para aplicar la instrumentación robótica en el ser humano. Nuestro
equipo, con el patrocinio de la empresa Intuitive Surgica, Inc®, es el centro prin-
cipal de investigacion y entrenamiento de cirujanos en los Estados Unidos para
las reconstrucciones aórticas utilizando el sistema da Vinci®. El diseño del pro-
grama de entrenamiento está organizado de tal manera que el cirujano adquiere
progresivamente la habilidad necesaria para manejar el sistema robótico. Esto es
sumamente crítico antes de pasar a la fase II y III de la investigación clínica. La
seguridad del paciente y el nivel de entrenamiento del cirujano son la base de este
protocolo.
Desde 2001 el desarrollo de la instrumentación endolaparoscópica dirigida hacia
la cirugía aórtica se ha incrementado. Sin embargo, el entrenamiento quirúrgico y
los obstáculos a superar para obtener las credenciales profesionales son el factor
limitante que impide en parte el avance de esta desafiante tecnología. El desarrollo
tecnológico instrumental va más rápido que la capacidad de aprendizaje y adopción
por parte de los equipos quirúrgicos.
Haciendo una revisión en la literatura científica, de 12 centros hospitalarios
mundialmente distribuidos considerados pioneros en la cirugía aórtica laparoscó-
pica, son pocos los casos de complicaciones mayores o de muerte de pacientes en
los últimos 6 años. Durante mi experiencia en el laboratorio he notado más ventajas
con el uso del sistema da Vinci®, comparado con el sistema ZEUS™. El Doctor
Wisselink, que fue el primero en realizar una reconstrucción robótica de la aorta en
el paciente humano, ha basado su experiencia utilizando el sistema ZEUS™ (24).
Los resultados del trabajo realizado por el Doctor Wisselink en el laboratorio con el
sistema da Vinci® son similares a los resultados encontrados en nuestro laboratorio.
El Doctor Kolvenbach concuerda con mi opinión respecto a que el sistema ZEUS™
es más lento que el sistema da Vinci®. El Doctor DeGranges, con un protocolo
similar al nuestro, ha demostrado buenos resultados con el sistema da Vinci®: su
grupo ha realizado con éxito 4 de 5 procedimientos aórticos. Los equipos europeos
están rápidamente ganando experiencia en realizar procedimientos aórticos lapa-
roscópicos y quirúrgicos robóticos.
cirujanos deben volver a diseñar sus estrategias quirúrgicas para adaptar la técnica
operatoria clásica al uso de la robótica.
Agradecimiento
El autor agradece a las siguientes personas que hicieron posible la redacción de este capí-
tulo: Cathy Wiegand, enfermera y administradora clínica del Minimal Invasive Vascular
Surgery, St. Vincent Mercy Medical Center, Toledo, Ohio, USA; Doctor Miguel Canales,
médico, cirujano general y administrador de Intuitive Surgical, Inc, Sunnyvale, CA, USA;
Doctora M. Carmen Di Tore-Franco, médica, de Maumee, Ohio, traductora al español e
Inés Martínez, traductora del manuscrito al español, Toledo, Ohio, USA.
7.7 BIBLIOGRAFÍA
1 American Heart Association. Heart Disease and Stroke Statistics—2004 Update. Dallas, TX:
American Heart Association; 2003
2 Parodi JC. Endovascular repair of abdominal aortic aneurysm and other arterial lesions. J Vasc
Surg 1995; 21:549-557
3 Dion YM, Chin AK, Thompson TA. Experimental laparoscopic aortobifemoral bypass. Surg
Endosc. 1995; 9:894-897.
4 Dion YM, Katkhouda N, Roleau C, Aucom A. Laparoscopy-assisted aortobifemoral bypass. Surg
Laparosc Endosc. 1993; 3:425-429.
5 Dion YM, Gracia CR. Experimental laparoscopic aortic aneurysm resection and aortobifemoral
bypass. Surg Laparosco Endosc. 1996; 6:184-190.
6 Dion YM, Gracia CR. A new technique for laparoscopic aortobifemoral grafting in occlusive
aortoiliac disease. J. Vasc. Surg. 1997; 26:685-692.
7 Schaaf T. Robotic surgery: The future is now (Medical device link website) March 2001. Available
at Http:www.devicelink.com
8 Mohr F, Falk V, Diegeler A, et al. Computer enhanced “Robotic” cardiac surgery: experience in
148 patients. J thorac cardiovasc surg 2001,; 121:842-853.
9 Cadiere GB, Himpens J, Vertruyen M, et al. Evaluation of telesurgical (robotic) Nissen
fundoplication. Surg endosc. 2001; 15:918-923.
10 Carpentier A, Loulmet D, Aupecle B, et al. Computer Assisted open heart surgery: first case
operated on with success. CR Acad Sci III. 1998; 35:437-442.
11 Dogan S, Aybek T, Mierdl S, et al. Atria septal defect closure-first totally endoscopic intracardiac
procedure. Abstract guide-3rd Ann. Scientific Meeting of Intl. Soc for minimally invasive cardiac
surgery (ISMICS) Atlanta, GA. June 8-10, 2000:18
12 Melvin WS, Needleman BJ, Krause KR, et al. Computer assisted robotic heller myotomy: initial
case report. J laparoendosc adv surg tech A. 2001; 11:251-253.
13 Kypson AP, Nifong LW, Chitwood WR,Jr. Robotic mitral valve surgery. Surg Clin N.A. 2003;
83:138-403.
14 Menon M, Shrivastava A, Tewari A, et al. Laparoscopic and robotic assisted radical prostatectomy:
establishment of a structured program and preliminary analysis of outcome. Journal of urology.
2002
La Robótica en Cirugía Vascular 139
33 Ahn SS, Clem FF, Braithwaite MA, Conception B, Petrik PV, Moore WS. Laparoscopic aorto-
femoral bypass: initial experience in an animal model. Ann Surg. 1995; 222:677-683.
34 Chen MH, Murphy EA, Levison J, Cohen JR. Laparoscopic aortic replacement in the porcine
model: a feasibility study in preparation for laparoscopically assisted abdominal aortic aneurysm
repair in humans. J Am Coll Surg. 1996, 183:126-132.
35 Jones DB, Thompson RW, Soper NJ, Olin Jm, Rubin BG. Development and comparison of
transperitoneal and retroperitoneal approaches to laparoscopic-assisted aortofemoral bypass in a
porcine model. J Vasc Surg. 1996; 23:446-471.
36 Bruns CJ, Wofgarte B, Kasper M, Zenner D, Walter M, Manich B. Gassless videoendoscopic
implantation of aortobifemoral vascular prosthesis via transperitoneal versus extraperitoneal
approach in an animal model. Surg Endosc. 1998; 12:137-141.
37 Hill AB, Mackenzie KS, Steinmetz IK, Fried GM. Videoendoscopic thoracic aorta to femoral
artery bypass. J Vasc Surg. 1998; 27:948-954.
38 Kavic MS. Robotics, technology and the future of surgery. J Soc Lap Surg. 2000; 4:277-279.
8
MECÁNICA VENTILATORIA:
FISIOLOGÍA E INSTRUMENTOS DE
EVALUACIÓN
Javier Hurtado y Franco Simini
8.1 DEFINICIONES
Circulación Pulmonar. En íntimo contacto con los espacios aéreos, existe una muy
fina red de vasos capilares que conducen la sangre que habrá de ser oxigenada en
su pasaje por los pulmones. La circulación pulmonar tiene un régimen especial de
presiones y depende del estado funcional del corazón, que impulsa la sangre dentro
de este árbol vascular para que se oxigene en su pasaje por la proximidad de los
alvéolos (1).
Vc=500 mL
V
o
l
u
m
e
n
VE = Vc x (1/Ttot)
VE = Vc x (1/Ttot) x (Ti/Ti)
VE = (Vc/Ti) x (Ti/Ttot)
V Vc/Ti
o
l
u
m
e
n
Ti Te
Tiempo
Ttot
Figura 8.2 – Representación esquemática del ciclo ventilatorio. La altura del triángulo representa
el volumen corriente Vc y su base muestra la distribución de los tiempos inspiratorio Ti y espiratorio
Te. La pendiente de los triángulos es el flujo medio en cada fase del ciclo.
Esta forma de análisis del patrón respiratorio ha sido usada tanto para la in-
vestigación como para el monitoreo y seguimiento de pacientes con insuficiencia
respiratoria. Para ello se deben medir simultáneamente el volumen, el flujo aéreo
y la presión de la vía aérea en el tiempo, como se muestra en la Figura 8.3. El
análisis del patrón respiratorio se completa con otras medidas de la intensidad
del impulso neuromuscular (“respiratory drive”), como es la Presión de oclusión
bucal a los 100 milisegundos del comienzo de la inspiración (P0.1). La presión de
oclusión tiene un significado semejante al del flujo medio inspiratorio Vc/Ti. Se
realiza midiendo la caída de presión en la vía aérea cuando se inspira contra una
vía aérea deliberadamente ocluida al comienzo de la inspiración. La vía aérea se
puede ocluir mediante una válvula operada de manera manual o electrónica al inicio
de la inspiración. Se ha demostrado que si la oclusión es breve (menor de 200 ms),
ésta no alcanza a ser detectada por el centro respiratorio. Además de que la P0.1 es
una medida independiente de la conciencia y la voluntad, tiene la ventaja de ser
tomada en condiciones de flujo aéreo nulo, ya que en esta fracción de tiempo, la
vía aérea está totalmente ocluida. Esto lo diferencia del Vc/Ti que también evalúa
el impulso neuromuscular pero en condiciones dinámicas, sin interrupción del flujo
gaseoso y por lo tanto, es afectado por los cambios de resistencia de la vía aérea.
De esta manera se puede interpretar que la P0.1 es una medida del impulso neuromu-
scular independiente de las condiciones de carga mecánica del aparato respiratorio
(4,5,6,7). En la Tabla 8.1 se muestran los parámetros del patrón respiratorio y del
impulso neuromuscular en una población de sujetos normales.
Mecánica Ventilatoria: Fisiología e Instrumentos de Evaluación 145
Tabla 8.1 – Valores normales de parámetros del patrón respiratorio.
Parámetro Valores de referencia unidades
Frecuencia respiratoria f 12.5 (2.7) ciclos por minuto
Volumen corriente Vc 0.53 (0.15) L
Ventilación minuto VE 6.54 (1.91) L/min
Flujo medio inspiratorio Vc/Ti 266 (60) mL/s
Tiempo inspiratorio Ti 1.97 (0.33) s
Periodo espiratorio útil Ti/Ttot 0.41 (0.06) S
Presión de oclusión bucal P0.1 1.06 (0.3) cm H2O
Se indican los valores normales y entre paréntesis el desvío estándar (DS).
FLUJO AÉREO
El flujo de gas (V´, L/s) que entra o sale por la vía aérea puede ser cuantificado y
representado en el tiempo. En el punto de reposo, antes del inicio de la inspiración,
el flujo parte de un valor cero, que indica que no entra ni sale aire del aparato res-
piratorio. A medida que los músculos respiratorios se contraen, el flujo inspiratorio
aumenta hasta un valor máximo que luego declina hacia el final de la inspiración.
Por convención, el flujo inspiratorio se grafica con valores positivos, mientras que
el flujo espiratorio se representa con valores de signo negativo. En el pasaje de
inspiración a espiración el flujo aéreo pasa por un punto de flujo cero. Los puntos
de cruce por cero en la señal de V´ son utilizados para identificar los momentos de
inicio de inspiración y de espiración. En la Figura 8.3 se ven las señales de presión
y de flujo aéreo Pva y V`.
VOLUMEN CORRIENTE
Ya hemos definido que el volumen de aire que entra o sale en inspiración o espira-
ción es el volumen corriente (Vc, mL). A los efectos prácticos y en condiciones de
normalidad, el volumen de aire que entra debe ser igual al volumen que sale. Sin
embargo, fisiológicamente, estos volúmenes no son exactamente iguales debido a
que la composición gaseosa es diferente en términos de concentraciones de oxígeno
y de anhídrido carbónico, como consecuencia del metabolismo celular (10).
PRESIÓN PLEURAL
La pleura es una membrana compuesta por dos delgadas láminas u hojas que tapizan
los pulmones y la pared torácica. Entre ambas existe una escasa cantidad de líquido
seroso que permite el deslizamiento de esas estructuras anatómicas durante la respi-
ración. La presión pleural es la que se mide en el espacio comprendido entre estas
membranas. Este espacio no puede ser abordado sin dañar las estructuras pulmonares
Mecánica Ventilatoria: Fisiología e Instrumentos de Evaluación 147
INSPIRACIÓN Y ESPIRACIÓN
Las variables fisiológicas deben ser analizadas en el tiempo ya que describen los
cambios propios del ciclo respiratorio. Es así que es posible identificar un momento
de inicio y fin de inspiración y por lo tanto, un tiempo inspiratorio (Ti). Luego, los
ciclos se suceden en el tiempo con una frecuencia que puede ser variable. De la
misma forma, se identifica un punto de inicio y otro de fin de espiración que deli-
mitan el tiempo espiratorio (Te). La suma de los tiempos inspiratorio y espiratorio
conforma el tiempo total (Ttot) o duración total del ciclo ventilatorio. La duración
total de un ciclo es del orden de 4 a 6 segundos. La relación “tiempo inspiratorio:
tiempo espiratorio” (Ti/Te) es generalmente 1:2, vale decir que la espiración suele
durar el doble que la inspiración. Otra forma de expresarlo es en términos de Ti/Ttot,
cuyos valores normales son de 0.3 a 0.4.
C = ΔV/ΔP
RESISTENCIA
DINAMICA
$ Pes/$v
V
V
$V
COMPLACENCIA
DINAMICA
$v/$Pes
V
V $v
tiempo
Figura 8.4 – Esquema para la evaluación gráfica de la Complacencia (C) y Resistencia (R)
pulmonares dinámicas. Se entiende por “dinámica” la situación de medida en el transcurso de la
respiración, sin detenerla. Para la C se determina la ΔV y ΔPes en el momento de cero flujo y para R
los ΔV´ y ΔPes en momentos de flujos máximos.
150 Javier Hurtado y Franco Simini
TRABAJO RESPIRATORIO
De la misma manera que el trabajo es el producto de una fuerza por la distancia
recorrida, en mecánica de los fluidos y en fisiología respiratoria, el trabajo respi-
ratorio W es el producto del volumen por la presión a lo largo de una parte o de un
ciclo respiratorio completo. El trabajo se calcula como la integral del flujo aéreo
por la diferencia de presión que lo provoca. Dado que la espiración es generalmente
un fenómeno pasivo, sólo tiene sentido medir el trabajo inspiratorio. Ello se hace
Mecánica Ventilatoria: Fisiología e Instrumentos de Evaluación 151
Figura 8.6 – Bucle de Presión/Volumen. Se construye a partir de las señales de volumen (V, integral
del flujo V’) y de diferencia de presión ΔP. El área de la superficie rayada (vertical y horizontalmente)
representa la integral del producto V x ΔP con respecto al tiempo, proporcional al trabajo inspiratorio
We+Wr. El trabajo resistivo Wr se disipa en cada ciclo, mientras el trabajo elástico We es acumulado
en las estructuras anatómicas que se deforman para luego volver a su estado de reposo.
una resistencia en serie con un capacitor, por los cuales circula una corriente que
equivale al flujo aéreo, mientras la diferencia de presión es asimilada a la diferencia
de potencial (ddp) aplicada al circuito, como se muestra en la Figura 8.7.
flujo aéreo
delta P R
C
Figura 8.7 – Modelo RC de la mecánica ventilatoria. Las resistencias de las vías aéreas R son
modeladas con un resistor, la complacencia por un condensador, el flujo aéreo por la corriente y la
diferencia de presión entre la boca y la pleura con la diferencia de potencial aplicada al circuito. Este
modelo que no distingue los comportamientos mecánicos en inspiración y espiración no permite
evaluar los matices de las situaciones patológicas. Se puede obtener un par de valores R y C para la
inspiración y otro para la espiración, en forma promediada o en cada ciclo.
Figura 8.8 – Transductor piezoresistivo. Existen dos conexiones para tubos (o catéteres) que per-
miten someter el elemento sensible a una diferencia de presiones, por ejemplo entre la vía aérea y la
atmósfera o entre ambos lados de la grilla de un neumotacógrafo. Las dimensiones de este transductor
son 30 x 60 mm aproximadamente. Figura tomada del catálogo de MicroSwitch Corp,
8.6 EL NEUMOTACÓGRAFO
Para medir el flujo de aire se recurre al efecto que produce su pasaje por un obs-
táculo, que debe ser mínimo para no alterar el propio flujo objeto de la medida. El
efecto es una diferencia de presión entre ambos lados del obstáculo. Se denomina
“neumotacógrafo” (de pneuma = soplo o aire y pneumon = pulmón, tacos = rápido
por velocidad y grafos = escribir o dibujar) el dispositivo que mide la velocidad
154 Javier Hurtado y Franco Simini
del aire o sea el flujo aéreo. La Figura 8.9 muestra el esquema con una de las dos
construcciones posibles, mediante una simple malla, (la otra sería con un conjunto
de tubos). La presión diferencial es luego medida con un transductor de presión
piezoresistivo y transformada en unidades de flujo mediante una constante de
calibración, propia del neumotacógrafo que es válida en un rango determinado de
flujos. Por lo tanto se utilizan neumotacógrafos de calibre y malla diferentes para
recién nacidos, pacientes adultos o atletas en situación de esfuerzo máximo: el flujo
aéreo de un recién nacido de 2 Kg de peso es del orden de 500 mL/min mientras
que el adulto llega a 15 L/min.
adaptación
Pes aislación
Pa
V’
procesamiento
señales en pantalla
informe
archivo y red
El proyecto integra las siguientes partes, algunas de las cuales están disponibles
en el mercado y otras deben ser desarrolladas:
les), reduciendo con ello las posibles complicaciones secundarias. Actualmente los
equipos de ventilación son comandados por el médico con quien interactúan poco y
no toman en cuenta casi para nada al paciente. Los intentos de control automático
del ventilador en base a variables del paciente (18,25) esperan desarrollos mayores
para lograr la adaptación del equipamiento a la fisiología del paciente. En el futuro
esperamos por lo tanto aparatos que se comuniquen más con el equipo tratante y
con el propio paciente, para alcanzar el objetivo de mantener la respiración. Esta
comunicación podrá lograrse mediante la incorporación de pantallas (por ejemplo
bucles de presión/volumen, imágenes tomográficas y sugerencias de sistema experto)
en los paneles de control.
Finalmente, la tecnología también ha buscado la simplificación de algunos
equipos de ventilación mecánica para permitir que, en circunstancias especiales,
puedan ser usados fuera de las unidades de tratamiento intensivo. Hoy se encuen-
tran aparatos muy simples en diferentes áreas del hospital, para el manejo de casos
poco complejos. También existen aparatos diseñados para uso domiciliario, en el
tratamiento de afecciones crónicas que no necesitan hospitalización por ninguna
otra indicación. En este sentido, la ventilación estará asegurada por aparatos más
pequeños, con mayor independencia de la red eléctrica y de fuentes de oxígeno. Se
acoplarán los ventiladores artificiales con compresores de aire y concentradores de
oxígeno. Se usarán baterías de mayor duración y circuitos aéreos con válvulas menos
complicadas, pero sobre todo serán implementadas modalidades de ventilación más
fisiológicas. Los conocimientos en mecánica respiratoria, la circulación pulmonar
y el intercambio gaseoso deberán seguir integrándose y darán origen así a equipos
que apoyen mejor a la función respiratoria.
8.11 BIBLIOGRAFÍA
1 West J.B. Respiratory Physiology. Ventilation, blood flow and gas exchange. In: John F. Murray,
Jay A. Nadel, editors. Texbook of Respiratory Medicine. Philadelphia: W.B. Saunders Company,
1998: 51-89.
2 Milic-Emili J. Drive and timing components of ventilation. Chest 1976; 70:131-133.
3 Milic-Emili J. Recent advances in clinical assessment of control of breathing. Lung 1982; 160:1-
17.
4 Píriz H Nuevos aspectos del estudio del control de la respiración. Anest Analg Reanimac 1986;
3:48-54.
5 Berger A.J. Control of breathing. In: Murray J NJ, editor. Textbook of respiratory medicine.
Philadelphia 1988: WB Saunders, 1988: 179-196.
6 Curuana-Montaldo B. The control of breathing in clinical practice. Chest 2000; 117(205):225.
7 Whitelaw WA. Airway occlusion pressure. J Appl Physiol 1993; 74:1475-1483.
8 Iotti G.A. y Braschi A. Signals for respiratory mechanics measurements. In: Giorgio A. Iotti,
Antonio Braschi, editors. Measurements of respiratory mechanics during mechanical ventilation.
Rhazuns: Hamilton Medical Scientific Library, 1999: 19-35.
9 West J.B. Mecánica Respiratoria. In: West JB, editor. Fisiología Respiratoria. Buenos Aires:
Editorial Médica Panamericana, 2002: 87-113.
160 Javier Hurtado y Franco Simini
10 West J.B. Ventilación. Cómo llegan los gases a los alvéolos. In: John B.West, editor. Fisiología
respiratoria. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana, 2002: 11-20.
11 Gallagher C. Measurements of respiratory pressures. In: Martin J.Tobin, editor. Principles and
practice of intensive care medicine. New York: MacGraw-Hill, Inc, 2004: 81-90.
12 Nunn J.F. Resistance to gas flow and airway closure. In: J. F. Nunn, editor. Applied respiratory
physiology. Londres: Butterworths & Co, 1987: 46-71.
13 Nunn J.F. Elastic forces and lung volumes. In: J. F. Nunn, editor. Applied Respiratory Physiology.
Londres: Butterworths & Co, 1987: 23-45.
14 Hurtado J, Mazza N. Trabajo respiratorio en Asistencia Respiratoria Mecánica. Pac Critico 1992;
5:216-228.
15 O´Donell D WK. Measurements of respiratory flow and volume. In: Martin J.Tobin, editor.
Principles and practice of intensive care medicine. New York: McGraw-Hill, Inc., 1998: 63-80.
17 Basalo S, Deambrosi H, Estol P, Piriz H y Simini F “MECVENT sistema para la determinación
automática de parámetros de la mecánica ventilatoria neonatal” Proyecto de fin de Carrera, Facultad
de Ingeniería, Montevideo, 1987.
18 Crego F, Giusto A, Pérez JJ, Artucio H, Rivara D, Hurtado J y Simini F “AUTOVENT control
automático de la presión de soporte y de la frecuencia ventilatoria por capnografía de aire espira-
do”, Proyecto de fin de Carrera, Facultad de Ingeniería, Montevideo, 1992.
19 Facelli MG, Gesto L, Rego R., Rivara D, Hurtado J y Simini F “MONRES monitor para medi-
cina intensiva con pantalla sensible al tacto”, Proyecto de fin de Carrera, Facultad de Ingeniería,
Montevideo, 1995.
20 Alonso R, Cigarán JC, Diaz L. Hurtado J. Santos C y Simini F “MONICLI, monitor no invasivo
para medicina intensiva” Proyecto de fin de Carrera, Facultad de Ingeniería, Montevideo, 2001.
21 Forellius Y, Churi N, Hodos A, Piriz H y Simini F “PREMAX equipos para la medida de presio-
nes máximas de inspiración y espiración” , Proyecto de fin de Carrera, Facultad de Ingeniería,
Montevideo, 2003.
22 Hartman R, Lobo J, Ruétalo M, Olivera W y Simini F “IMPETOM-I - Reconstrucción tomográfica
de imágenes de impedanciometría del tórax” Proyecto de fin de Carrera, Facultad de Ingeniería,
Montevideo, 2002.
23 Estol P, Piriz H, Basalo S, Simini F and Grela C “Oro naso pharyngeal suction at birth: effects on
respiratory adaptation of normal term vaginally born infants J. Perinat Med 20:297-305, 1992.
24 Estol, P; Simini, F; Piriz, H. Espirometría dinámica en 200 niños menores de 6 años, sin patología:
una aproximación a los patrones normales. Rev. Méd. Uruguay; 13(3):191 200, 1997.
25 Webster J.G. Medical Instrumentation, application and design, J. Wiley, New York, third edition,
1998.
26 Ferreira A, Rodríguez A, Mazzara P, Nieto F y Simini F “IMPETOM-C - Obtención de matriz de
impedancias del tórax” Proyecto de fin de Carrera, Facultad de Ingeniería, Montevideo, 2002.
27 González S, Liguori A, Hurtado J y Simini F “IMPETOM - Tomógrafo por impedancias” Proyecto
de fin de Carrera, Facultad de Ingeniería, Montevideo, 2005.
28 Chapt L, Chapt J, Sanguinetti R, Artucio H y Simini F “MONSE - Monitor de señales para terapia
intensiva” Proyecto de fin de Carrera, Facultad de Ingeniería, Montevideo, 1991.
9
FUNCIÓN RENAL Y PROYECTO
DE UN EQUIPO DE DIÁLISIS
José Pedro Podestá y Liliana Gadola
La función renal es muy compleja ya que de ella dependen varios parámetros que
permiten la vida: desde la eliminación controlada de agua y de desechos hasta el
equilibrio de ciertos iones. En este capítulo se describe brevemente la anatomía
y fisiología de los riñones para comprender la función renal. En ocasiones esta
función no se cumple en forma satisfactoria o es completamente ausente, lo que
motiva recurrir a métodos y equipos que la realicen. La segunda parte del capítulo
presenta la estructura de un equipo de diálisis, desde el punto de vista de su pro-
yecto y construcción. Se menciona no solamente la hemodiálisis sino también la
diálisis peritoneal. Finalmente se presentan los conceptos de mantenimiento del
instrumental de diálisis.
Figura 9.1 – Esquema de una nefrona. En el glomérulo se produce el pasaje de agua y metabolitos de
la sangre de los capilares hacia la cápsula de Bowman y por el sector tubular hacia la pelvis renal.
La sangre arterial llega por la arteria renal que se subdivide en ramas: arterias
interlobulares, arcuatas, interlobulares hasta llegar a las arteriolas aferentes glomeru-
lares. Luego de los capilares glomerulares se forma la arteriola eferente de cada
glomérulo, que lleva la sangre a una segunda red capilar (los capilares peritubulares)
que se encuentran en la médula renal. Las arterias arcuatas delimitan la corteza de
la médula renal. El flujo sanguíneo renal normal es aproximadamente 1.2 l/min
(que representa entre 20 y 25% del gasto cardíaco) que en el 90% se distribuye en
la corteza, dejando a la médula poco irrigada.
Un glomérulo está constituido por un ovillo de capilares glomerulares que se
encuentran entre la arteriola aferente y la arteriola eferente y que están rodeados
por el espacio urinario y la cápsula de Bowman. La función glomerular es la de
producir un ultrafiltrado a partir de la sangre capilar que contiene agua y sustancias
disueltas, pero no elementos formes (leucocitos ni glóbulos rojos) y sólo mínimas
cantidades de proteínas (que serán reabsorbidas en su totalidad a nivel tubular). Este
ultrafiltrado constituye el inicio de la formación de la orina. El filtrado glomerular
normal es 120 ml/min (o sea 180 l/día) y una vez formado pasa al sector tubular.
Los túbulos (contorneado proximal, asa de Henle, distal y colector) están formados
por células epiteliales cúbicas, polarizadas, ya que presentan una superficie luminal
(la que recubre la luz del túbulo) y una superficie laterobasal. Estas superficies son
estructural y funcionalmente diferentes y permiten cumplir la función de reabsor-
ción o secreción específica de diferentes sustancias que ajustarán la excreción final
Función Renal y Proyecto de un Equipo de Diálisis 163
9.2 NEFROPATÍAS
Diversas noxas pueden afectar el parénquima renal, su irrigación o las vías urinarias
y por lo tanto determinar una falla en sus funciones. En esta situación los riñones no
son capaces de mantener la homeostasis del medio interno y las diferentes sustancias
que normalmente se eliminan por vía renal se acumulan en el organismo y producen
164 José Pedro Podestá y Liliana Gadola
Figura 9.2 - Esquema físico químico de la diálisis y de la ultrafiltración. En la difusión (A) los solutos
atraviesan la membrana semipermeable en ambos sentidos tendiendo a emparejar sus concentraciones,
fenómeno conocido como DIALISIS o transporte por gradiente de concentración. El otro efecto (B)
consiste en que el agua con todos sus solutos atraviesan la membrana desde la sangre hacia el líquido
dializado, fenómeno conocido como ULTRAFILTRACION debido a la diferencia de presión entre
ambos lados de la membrana. (Dialysis and Transplantation, Ed. Owen, Pereira and Sayegh,2000)
Figura 9.3 – Diálisis peritoneal. Se coloca un catéter permanente que comunica el abdomen del
paciente con el exterior, unido a un “set de transferencia”, verdadero intermediario cuya asepsia debe
ser cuidada en extremo. Al “set” se conecta la tubuladura por la cual entra y sale alternativamente la
solución de diálisis, ya sea por maniobras del paciente o por obra del Ciclador.
9.6 HEMODIALISIS
En una hemodiálisis (Figura 9.18) la sangre del paciente sale por una vena central
como la yugular o subclavia mediante un catéter o por una aguja apropiada de una
vena de grueso calibre previamente “arterializada”. Para facilitar el acceso a una
vena periférica se realiza quirúrgicamente una fístula arteriovenosa con antelación
como se ve en la Figura 9.4. La sangre impulsada por una bomba peristáltica pasa
por un filtro (Figura 9.5) denominado “dializador” donde se ponen en contacto a
través de la membrana semipermeable (de diálisis) el líquido de diálisis (que circula
a contracorriente por la periferia de los capilares del filtro) y la sangre del paciente
que luego de circular por los tubos capilares regresa al torrente sanguíneo a través
de otra aguja o catéter venoso.
Función Renal y Proyecto de un Equipo de Diálisis 167
Figura 9.5 – Filtro dializador. Para evitar la contaminación este filtro debería ser destruido luego
de cada uso. En general es re-utilizado para el mismo paciente en lapsos de pocos días para lo cual se
conserva en solución desinfectante.
(habitual 350 – 400 ml/min) y del flujo de la solución de diálisis (500 ml/min). La
solución de diálisis tiene una composición determinada de acuerdo a las caracte-
rísticas del paciente. Se produce en el monitor de diálisis por la unión en relación
constante para cada aparato (por ejemplo 1 parte de volumen en 35 partes, 1/35) de
un concentrado de solutos y agua “tratada” (desionizada por un sistema de filtros y
ósmosis inversa). En algunos monitores puede regularse la concentración de sodio
de acuerdo a las necesidades, por ejemplo, con un gradiente decreciente desde el
inicio a la finalización de la diálisis. La concentración de potasio puede oscilar entre
2.5 y 3.5 mEq/l y la solución puede contener o no glucosa. La temperatura del baño
debe mantenerse constante a 36oC para mejorar la tolerancia y evitar el enfriamiento
del paciente durante la circulación extracorpórea (de un volumen aproximado de
350 ml de sangre). Además de una composición iónica adecuada y constante, a una
temperatura adecuada, la solución de diálisis debe cumplir requisitos microbioló-
gicos estrictos para evitar la contaminación del paciente.
La mayoría de las membranas asegura una eliminación razonable de los solutos
de bajo peso molecular como la urea. Sin embargo, la eficacia de la eliminación
de solutos disminuye a medida que aumenta su peso molecular. Así la aclaración
de vitamina B 12 que tiene un peso molecular de 1350 D, rara vez excede los 40
a 60 ml/min. Una hemodiálisis habitual dura entre 4 y 5 horas y en los pacientes
en situación de insuficiencia renal crónica en etapa de tratamiento de sustitución
debe repetirse habitualmente 3 veces por semana. La tolerancia a la hemodiálisis
ha mejorado en los últimos 10 años al introducir monitores que utilizan solución de
diálisis con bicarbonato y “ultrafiltración controlada”. El uso de bicarbonato en la
solución de diálisis contribuye a corregir la acidosis metabólica de la insuficiencia
renal y evita los efectos deletéreos del acetato utilizado anteriormente. Los monito-
res con “ultrafiltración controlada” utilizan sistemas volumétricos controlados por
microcircuitos electrónicos que permiten una extracción de volumen exacta, que se
define de acuerdo a la situación clínica del paciente (ganancia de peso o volumen
interdiálisis, por ejemplo). Estas dos modificaciones han permitido disminuir la
frecuencia de episodios de hipotensión arterial intradiálisis, una de las complica-
ciones más frecuentes. La circulación extracorpórea a un flujo sanguíneo 350 a 400
ml/min, con un volumen en el circuito de 350 ml implica riesgo de hemorragia grave
si se produce una desconexión accidental o riesgo de embolia gaseosa si penetra
aire accidentalmente en el circuito, por lo cual los monitores deben registrar y dar
alarma al detectar una pérdida de presión o burbujas de aire y los pacientes deben
ser estrictamente controlados clínicamente durante estos procedimientos.
1 Por estos motivos recibe indistintamente los siguientes nombres: Membrana (por su función), Filtro
(por su función), Dializador (por su función), Fibra (por su material), Capilar (por su composición),
Placa (antiguamente por su forma).
170 José Pedro Podestá y Liliana Gadola
Flujo Sanguíneo: La sangre debe ser impulsada desde el paciente a un flujo ajus-
table entre 0 y 500 ml/min (en algunos casos hasta 600 ml/min), según la pauta
de tratamiento establecida por el médico. De todas formas, se ha comprobado que
aún cuando se aumente mucho el flujo sanguíneo (y/o el del baño), la hemodiálisis
necesita un tiempo mínimo de contacto para lograr el intercambio, por lo que cada
diálisis insume un tiempo del orden de las 3,5 a 4 horas.
Figura 9.8 – Bomba de sangre. Su característica debe ser de no dañar los componentes sólidos de la
sangre, como los glóbulos rojos. Siendo una bomba peristáltica sus rodillos comprimen la tubuladura
empujando su contenido, sin agresiones mecánicas, siempre y cuando esté bien regulada la separación
entre rodillo y concavidad.
La pared de la tubuladura tiene un espesor del orden de 1,5 mm, por lo que la
separación entre el rodillo y la superficie debe ser igual a 3 mm. Si hubiera más
separación habría reflujo, perdiendo eficiencia y además la bomba no ocluiría, y si
hubiera menos separación se apretarían muchos glóbulos de la sangre, destruyén-
dolos en un proceso llamado hemólisis.
Medida de Presión Arterial: El control de la presión arterial (Pa) es previo a la
Bomba B1, la cual será negativa al funcionar B1. Este control es opcional y funciona
de manera similar al Medidor de Presión Venosa, salvo que su rango en general es
de -300 a + 300 mmHg (medida manométrica). Se le pueden fijar los límites su-
perior e inferior dentro del cual debe operar, dando alarma en caso de traspasarlos
y deteniendo B1. Algunos equipos efectúan este control no mediante una medida,
sino mediante un pequeño compartimiento (vulgarmente llamado “Raviol” por su
172 José Pedro Podestá y Liliana Gadola
Figura 9.9 – Sensor de Presión. Una placa que tiene adosado un Puente de Wheatstone, varía sus
resistencias al deformarse por la presión ejercida sobre ella.
Además del circuito de sangre, para realizar la diálisis se debe hacer circular un
baño por el otro lado de la membrana semipermeable, de modo que se produzca el
intercambio con la sangre. A través de la membrana el intercambio se produce por
tres procesos, Gradientes de Concentración, Ósmosis y Gradientes de Presión.
Habiendo gradientes de concentración, las concentraciones de los iones tienden a
igualarse por difusión entre el circuito de sangre y el circuito de baño. La difusión
se da desde donde hay más iones Sodio hacia donde hay menos iones.
La ósmosis es un proceso en el cual los líquidos que pueden pasar a través de la
membrana disuelven ciertos iones del otro lado (estos iones normalmente no la
atraviesan) y una vez disueltos la pueden atravesar de regreso.
Los gradientes de presión generan una Presión Transmembrana (PTM, o TMP
por su sigla en inglés) que es negativa. Esta TMP = Pb – Pv < 0, es decir la presión
del baño menos la presión venosa, y al ser negativa se utiliza para extraer líquido
sobrante de la sangre, en un proceso llamado Ultrafiltración (ver 9.4).
Estos tres procesos logran las dos tareas de la Diálisis, que son purificar la sangre
y extraer el líquido que no es eliminado por la orina. Como referencia en cada diálisis
y dependiendo del paciente, se pueden extraer entre 0 y 6 litros, que es el excedente
del líquido que el paciente adquirió en los dos o tres días entre tratamientos (hay
pacientes que ingieren poco líquido, por estar en dietas estrictas, y además puede
ser que sus riñones algo funcionen y eliminen al menos parte del líquido). Para me-
jorar el proceso de intercambio, se realiza la circulación de baño a contracorriente
con respecto a la sangre. Se ha comprobado que al circular en el mismo sentido se
produce una saturación del baño, reduciendo la eficiencia de la diálisis.
Por lo expresado el baño debe ser un preparado específico, de modo de apor-
tarle al paciente los iones que le falten y extraerle los que tiene en exceso, es decir
176 José Pedro Podestá y Liliana Gadola
DILUCIÓN DE CONCENTRADOS
De todos los componentes citados, el sodio tiene un papel preponderante del punto
de vista eléctrico, ya que el agua sin sodio prácticamente no conduce electricidad,
mientras que el agregado del sodio la hace conductora. Dado que existe una gran
linealidad entre el sodio y la conductividad del líquido, puede ser evaluado por
mediciones de conductividad eléctrica. Una buena medida de la cantidad de sodio
da una idea si el aporte de los concentrados fue correcto. Como los concentrados
son fabricados por laboratorios, el resto de los componentes se mantendrá en la
misma proporción, ya que el equipo lo único que varía es la dilución y por ende la
concentración. Por lo tanto, algunos equipos utilizan la medida de conductividad
para la regulación del aporte de cada concentrado. Otros equipos prefieren realizar
la dilución en forma volumétrica, que en principio sería lo más adecuado ya que
los laboratorios fabrican los concentrados de esa forma, o sea para ser diluidos en
cierta proporción (por ejemplo 1 + 34) y no para dar cierta conductividad.
de las sustancias más activas que existen, por lo que la velocidad de casi cualquier
reacción química es afectada por la concentración de iones hidrógeno que haya
alrededor. El ser humano depende de miles de reacciones químicas en la sangre,
cuyas velocidades deben ser las convenientes, por lo que la concentración deseable
se ubica un poco del lado alcalino (mayor de 7), más que en la neutralidad del pH
7. Si la concentración de hidrógeno se eleva un 35 % o se reduce en un 25 %, la
química corporal se altera lo suficiente como para producir la muerte. La variación
representada es logarítmica, es decir, una solución con pH 6,0 tiene una concen-
tración de iones hidrógeno 10 veces mayor que la neutra, mientras que una con pH
8,0 tendrá diez veces menor concentración de iones hidrógeno. El pH de la sangre
es del orden de 7,4 y no debe bajar a menos de 7,32 ni subir por encima de 7,46 por
lo que el pH del baño debe ser similar.
CONDUCTIVIDAD
La medida de la conductividad en un líquido es proporcional a su salinidad. En el
caso del baño de diálisis resulta proporcional a la concentración de sodio, de tal
manera que para una concentración de sodio de 138 mmol/l, la conductividad a 25
ºC es de unos 14,0 mS/cm y se observa una linealidad en el rango de las medidas
habituales. Como recordatorio, los materiales presentan una resistividad al paso de
la corriente, que se mide en ohm.m (Ω.m). Para una cierta longitud del material
por la cual circula la corriente, se obtiene la resistencia de ese material, medida en
ohm (Ω). Análogamente, se puede hablar de conductancia de un material, definida
como la inversa de la resistencia, que se mide en 1/ohm o mho, o Siemens (S). Por
lo tanto, se define la medida de conductividad como la inversa de la resistividad,
es decir en 1/ohm.m, o bien en mho/m o en S/m. A fin de obtener un número que
refiera a la concentración de sodio (salvo en un factor 10), la unidad utilizada en
un equipo de diálisis es por convención mS/cm, en lugar de S/m.
La conductividad, al igual que la resistividad depende de la temperatura del
material. La temperatura del baño es ajustable en cierto rango, por lo que la indi-
cación o control de conductividad varía también. Para ello, se extrapolan todas las
medidas de conductividad a 25 ºC, de modo que la indicación no variará al ajustar
la temperatura. Como referencia, la variación de conductividad es de un 2 % por
grado de temperatura C, que representa un valor muy alto para no ser compensado.
Normalmente dentro del equipo parte del flujo limpio es recirculado, hecho que
estabiliza la conductividad, evitando oscilaciones que darían frecuentes estados de
alarma.
MEDIDA DE CONDUCTIVIDAD
Para el control de la concentración de sodio en el baño, el equipo de diálisis debe
medir la conductividad en el baño, mientras circula. Para ello se utiliza una Celda
de medida, consistente en un tubo con dos anillos de material conductor (puede
ser carbón) ubicados a una cierta distancia y entre los cuales se mide la resistencia.
Función Renal y Proyecto de un Equipo de Diálisis 179
Para la medida de la resistencia se utiliza la Ley de Ohm: se hace circular una cierta
corriente y se mide el voltaje entre los anillos (o podríamos aplicar un cierto vol-
taje y medir la corriente que circula). Algunos equipos disponen de una segunda y
tercera celdas que se emplean para la regulación de la mezcla de los concentrados
ácidos y bicarbonatos, midiendo primero el aporte de sodio por el concentrado
ácido, y luego el aporte total de ambos concentrados. En este caso los equipos
pueden usar bombas del tipo peristáltico para el ingreso de los concentrados, cu-
yas revoluciones son reguladas según la conductividad lograda. También cuando
se utilizan concentrados en polvo, se pueden realizar medidas de conductividad
para determinar el grado de saturación del líquido obtenido al mezclar el polvo
con el agua tratada. El valor central de conductividad es 14 mS/cm y se pueden
fijar límites de alarma inferiores y superiores (es conveniente que no baje de 13,5
ni supere los 15 mS/cm, pero es el médico que fija estos límites de acuerdo al
paciente y al tratamiento).
MEDIDA DE TEMPERATURA
Para el control y medida de la temperatura del baño, se colocan sondas de medida
en el baño, cerca de las celdas de conductividad, ya que también se utilizan para
la compensación a 25 ºC. Los sensores son resistencias calibradas que varían su
valor con la temperatura, en forma lineal en cierto rango, llamadas termistores. Los
más comunes son del tipo PT100, que significa que a temperatura de 25 ºC son
de 100 ohm, y varían en forma positiva, es decir aumentan su valor al aumentar la
temperatura. Existen termistores con otros valores iniciales y también del tipo NT,
es decir que disminuyen su valor al aumentar la temperatura.
La temperatura del baño debe ser regulada con bastante precisión (del orden de
0,1 ºC), ya que de ésta depende la temperatura de la sangre del paciente. Además
como el circuito sanguíneo es extracorpóreo, con un baño frío la sangre se enfriaría
y se produciría una hipotermia. Se indica la temperatura en una escala con valor
central en 37 ºC, es ajustable y se pueden fijar límites de alarma (además de los
límites internos de control del propio equipo). Se obtiene el aumento de la tempe-
ratura con un calentador en contacto con el agua, mediante una resistencia blindada
(del orden de los 1.600 W) controlada mediante optoacopladores para asegurar el
aislamiento galvánico en forma redundante (blindaje y optoacopladores). También
es común encontrar en algunos equipos intercambiadores de calor entre el baño que
se desecha a 37 ºC y el agua que entra entre 15 y 20 ºC. De esta forma se obtiene
un ahorro energético y además se logra estabilizar mejor la temperatura, ya que la
diferencia entre la temperatura de entrada del agua fría y la temperatura final de
37 ºC es menor.
180 José Pedro Podestá y Liliana Gadola
VÁLVULAS SOLENOIDE
Las válvulas solenoide tienen un émbolo que las acciona y están presentes en todo
equipo. El émbolo conforma el núcleo de un electroimán arrollado a su alrededor,
que al energizarse lo obliga a moverse, operando la válvula. Disponen además de
un resorte que lo lleva a su posición inicial cuando se desenergiza. Habitualmente,
estas válvulas son Normalmente Cerradas, de modo de no ofrecer pérdidas de agua
ante el fallo de energía y son alimentadas por una tensión de 24 Vcc, pero existen
otros valores, siempre inferiores a 50 V de tensión de toque.
Figura 9.13 – Bomba de Engranajes. Consiste en una cavidad con dos engranajes que se acoplan
entre si y sellan las paredes de la cavidad. A la derecha la representación esquemática de la bomba
de engranajes.
DEGASIFICACIÓN O DEAREACIÓN
En todo sistema hidráulico se está expuesto a tener pérdidas de agua donde hay
presión positiva, o entradas de aire donde hay presión negativa. Al existir conec-
tores que se conectan y desconectan a la membrana semipermeable y lugares de
introducción de concentrados, es muy factible que pueda ingresar aire al sistema
que debe ser eliminado. Para ello se intercalan en el circuito tanques de expansión
del líquido, o compartimientos atrapa burbujas, de modo que el aire quede atrapado
y pueda ser eliminado mediante alguna bomba de extracción o válvula de alivio.
Se realiza la detección del aire normalmente por contacto del nivel del agua con
un par de electrodos. En caso de detectarse un circuito abierto entre los electrodos,
significa que el agua no los cubre y debe ser extraído el aire. Se ubica la detección
del aire luego de los puntos de introducción de los concentrados, y en lo posible
luego de los conectores de la membrana semipermeable. El agua tratada es desioni-
zada y por lo tanto muy poco conductora del punto de vista eléctrico, pero vuelve a
ser conductora por el aporte de los concentrados, que introducen iones de sodio, y
entonces la medida de conductividad permite detectar aire entre los electrodos.
182 José Pedro Podestá y Liliana Gadola
Figura 9.14 – Detector de fuga de sangre. A la derecha la representación esquemática del detector
de fugas.
Figura 9.15 – Circuito de baño cerrado. El circuito intermediario entre la sangre y el baño contiene
un volumen controlado de líquido de baño.
Función Renal y Proyecto de un Equipo de Diálisis 185
BOMBAS DE CONCENTRADO
Las Bombas volumétricas utilizadas en general son las Bombas de Pistón que bom-
bean un volumen determinado según el recorrido del pistón. Funcionan en base a
dos válvulas, una de entrada y otra de salida. Cuando el pistón retrocede, la válvula
de entrada permite el pasaje de líquido que llena la cavidad del cilindro que va de-
jando el pistón (entre tanto la válvula de salida permanece cerrada). Al avanzar el
pistón, sucede lo inverso, queda bloqueada la válvula de entrada y el líquido sale
por la de salida (Figura 9.16). Cada válvula posee además un resorte para llevarlas
a su posición inicial, cuya tensión debe ser vencida por el líquido para que pueda
pasar a través de ellas.
Figura 9.16 – Bomba volumétrica o de pistón. Cuando el pistón retrocede, la válvula de entrada
permite el pasaje de líquido que llena la cavidad del cilindro que va dejando el pistón y al avanzar el
pistón, sucede lo inverso. A la derecha la representación esquemática de la bomba volumétrica.
CÁMARA DE BALANCE
Para lograr un circuito cerrado se crea una Cámara de Balance, compuesta por una
membrana impermeable y flexible que divide la cámara en dos cavidades cuyos
volúmenes en conjunto suman el volumen constante de la cámara (Figura 9.17).
Mediante un juego de cuatro electroválvulas que operan de a dos en forma alternada,
se selecciona la entrada y salida a cada cavidad. En un semiciclo se llena una cavidad
186 José Pedro Podestá y Liliana Gadola
Figura 9.17 – Cámara de balance. En un semiciclo se llena una cavidad y el líquido entrante a una
cavidad impulsa al líquido de la otra cavidad a salir gracias a la deformación de la membrana que se
“pega” alternativamente a las dos concavidades de la cámara.
El flujo transferido será de unos 30 ml, pero el flujo de baño limpio es la mitad,
y la otra mitad es baño sucio, por lo tanto habría que hacer el doble de semiciclos.
Por ejemplo, para lograr un flujo de 500 ml/min, debe ocurrir un semiciclo cada 1,8
segundos, y variando la cantidad de semiciclos se puede variar el flujo. El incon-
veniente que presenta es que el flujo sólo circula por el paciente durante la mitad
del tiempo, ya que durante la otra mitad se está enviando el baño sucio al drenaje.
Para mejorar esto se incorporan dos cámaras de balance en paralelo, de modo que
una funciona al revés que la otra, y el flujo entonces es más continuo. Mientras una
cámara saca el baño sucio, la otra hace circular baño limpio al paciente, y viceversa.
Los tiempo sin operación (“dead-time”) ahora son los tiempos de operación de las
electroválvulas, lo que hace que el flujo sea lo suficientemente continuo como para
que el paciente no note la intermitencia.
ULTRAFILTRACIÓN
Se incorpora ahora una bomba de ultrafiltración, que saca directamente líquido antes
de la cámara de balance y la envía al drenaje. Como el circuito es cerrado, es decir
con un volumen fijo dentro del equipo, al extraer líquido mediante una bomba, este
líquido sólo puede provenir del circuito externo, es decir del paciente, lográndose
la ultrafiltración. Se utiliza una bomba volumétrica como las de los concentrados,
que saca un pequeño volumen (1 ml) en cada pulso. De esta forma se obtiene una
ultrafiltración muy pareja y suave que es muy fácilmente tolerada por los pacientes.
En este caso, no se utiliza la TMP (presión transmembrana) para la regulación de la
ultrafiltración, sino que es su consecuencia directa. Se mide y se muestra con límites
de alarma. Por ejemplo, si el filtro estuviera tapado, la TMP empezaría a descender
llegando a – 500 mmHg, que desencadena la alarma del equipo.
Función Renal y Proyecto de un Equipo de Diálisis 187
DESCALCIFICACIÓN
Los concentrados utilizados producen calcificaciones que deben ser eliminadas, sien-
do lo ideal descalcificar el equipo después de cada diálisis y por lo menos una vez al
día. Para ello se hace un proceso de desinfección química, pero esta vez con Ácido
Cítrico o Ácido Peracético. Se finaliza con un lavado para que no queden restos.
MÓDULOS ACCESORIOS
Algunos equipos incorporan módulos accesorios para realizar funciones comple-
mentarias, que nombraremos sin describirlos:
• Módulo de Temperatura (medida de temperatura corporal real del paciente y
medida de reflujo de sangre en la fístula, o sea la eficiencia de la diálisis)
• Módulo de Volumen (medida del volumen real de sangre en el paciente, para
determinar cuánto aumentó realmente y cuánto se debe ultrafiltrar)
• Módulo de Hemodiafiltración (fabricación de suero fisiológico en línea)
• Módulo de Presión (con medida y alarma de presión Sistólica, Diastólica y
de Pulso)
a) b)
Figura 9.18 – Equipos de Hemodiálisis. a) Equipo antiguo con tanque. b) Equipo moderno com-
putarizado. Tratamiento de hemodiálisis. En los equipos modernos, las medidas de control durante
la circulación extracorpórea de presión arterial, flujo sanguíneo, presión venosa, detección precoz
de presencia de aire y medidas para evitar la contaminación son de gran importancia para asegurar
el confort y evitar complicaciones para el paciente, que se somete habitualmente al tratamiento tres
veces por semana.
problemas de contaminación entre pacientes. Si bien los costos de los insumos son
superiores, se producen algunos abaratamientos, ya que el costo de los equipos y
del servicio técnico es menor, no habría costos de desinfectantes, y se precisarían
menos equipos, ya que cada equipo permitiría realizar cuatro diálisis en un día en
lugar de tres. Otros avances no se hacen en los equipos sino en los materiales de los
filtros dializadores, para hacerlos más eficientes y más biocompatibles.
Pero lo más complicado es especular sobre el futuro no inmediato, es decir qué
puede cambiar en 10 años más de Diálisis. Básicamente, si uno mira 10 años hacia
atrás, podemos decir que los avances son lentos, incorporan nuevas tecnologías
pero en sus raíces son lo mismo. De esta forma seguiremos teniendo hemodiálisis
de 4 horas 3 veces por semana, con equipos de tecnología electrónica e hidráulica
relativamente compleja, cada vez con más funciones y más seguros.
Pero también podemos ser un poco más futuristas, y tal vez no se de en los
próximos 10 años, pero creo que es lo que se debe apuntar, cuando uno piensa no
en el ingeniero que diseña un equipo de diálisis, ni en el médico que elige el mejor
tratamiento, ni en el enfermero que atiende al paciente, sino en el paciente mismo.
Si uno fuera el paciente: ¿qué sería lo mejor para un paciente, lo más biocompatible,
lo más tolerable, lo más cómodo?
Sin duda sería útil poder diseñar un equipo lo suficientemente pequeño como
para que entre en el lugar dejado por el riñón, de bajo consumo para que utilice los
recursos del cuerpo humano, tanto energéticos, como de líquidos y de sustancias
químicas. Es decir, que realmente haga todas las funciones que realiza un riñón, con
la misma calidad, precisión y celeridad. Hasta ahora esa posibilidad sólo está dada
por los transplantes de riñones obtenidos de donantes, que los limita mucho, y en
muchos casos con problemas de biocompatibilidad. Pero la solución real debería
ser una fabricación en serie de “riñones” biocompatibles, y quizás no estemos tan
lejos. Hace sólo unas décadas que se investigan soluciones para la diálisis, y los
avances han sido notorios.
9.16 BIBLIOGRAFÍA
1 Owen, W., B. Pereira and M. Sayegh Dialysis and Transplantation. A companion to Brenner and
Rector´s The Kidney. Ed. W.Saunders Co, 2000.
2 Mazzuchi N, Schwedt E, Fernández J, y col. Registro Latinoamericano de Diálisis y Transplante
– Informe 2001. Nefrología Latinoamericana, 9(2): 190 – 243, 2002.
3 Mazzuchi N, Schewdt E, González F, y col. Evaluación del Programa de Diálisis para el tratamiento
de la insuficiencia renal crónica en el Uruguay. Archivos de Medicina Interna, 23 (Sup 3): 1-72,
2000.
4 Fondo Nacional de Recursos: http://www.fnr.gub.uy
5 Manual de Nefrología Clínica: Stanley S. Franklin
6 Manual Operativo y Técnico de Equipos marca Fresenius Medical Care ®
7 Manual Operativo y Técnico de Equipos marca Gambro®
10
BIOSENSORES
Juan Bussi
Analito
Bio- Señal
Transductor
receptor medible
Figura 10.1 – Configuración de un biosensor.
Reconocimiento
Analito
TR TR Señal
TR
No reconocimiento
TR TR
Bioreceptor
inmovilizado
Adsorción física y química. En este caso las biomoléculas son retenidas sobre un
material sólido bajo la acción de distintos tipos de fuerzas moleculares de atracción
eléctrica. Las proteínas tienen estructuras moleculares con gran cantidad de grupos
cargados eléctricamente, lo que les permite interaccionar fuertemente con otros
compuestos y ligarse fuertemente. Las biomoléculas también pueden ser inmovi-
lizadas mediante formación de enlaces covalentes entre grupos funcionales de su
estructura y los del soporte sólido. Para ello se requiere una activación previa de
grupos superficiales del soporte.
Membrana
Glucosa oxidasa
Membrana
Transductor
10.2.3 TRANSDUCCIÓN
Los cambios producidos por la interacción del analito con el bio-receptor deben ser
transformados en una señal eléctrica mediante algún dispositivo transductor. Para
ello existen distintas técnicas que permiten obtener señales de calidad suficiente
para establecer correlaciones con la cantidad del analito a ser determinado. A con-
tinuación se describen las más conocidas.
de una diferencia de potencial entre los dos electrodos genera una corriente como
resultado de las siguientes semirreacciones:
I
Fuente de
V voltaje variable
Electrodo de
referencia
Solución de
electrolito
Cátodo de
metal noble
Figura 10.4 – Esquema básico de un circuito electroquímico.
Conexiones al
amplificador
Sello de epoxi
Alambre de plata
cubierto con Orificio para
cloruro de plata agregado de
electrolito
Cilindro de
plexiglass
Alambre
de platino
Tubo de
vidrio
O-ring Membrana
permeable
al oxígeno
Figura 10.5 – Electrodo de Clark.
RT
E = Eo + ln([i])
zF
estos sensores. El rango normal de detección es 10-4 - 10-2 M, aunque algunos pue-
den alcanzar un rango menor. El tiempo típico de respuesta está entre uno y cinco
minutos, permitiendo unos 30 análisis por hora.
h
d a) membrana semipermeable
b) biocatalizador inmovilizado
c) membrana de vidrio de un
electrodo de pH
f d) electrodo de pH
e) potencial eléctrico
f) electrodo Ag/AgCl
g) HCl diluido
g h) electrodo de referencia
c
b
a
Enzima
Luz entrante
Luz saliente
Mediador
Luz entrante
Cable de
fibra óptica
Membrana
semipermeable
Figura 10.7 – Biosensor óptico.
200 Juan Bussi
peroxidasa
cromógeno(2H) + H2O2 Producto coloreado + 2H2O
luciferasa
ATP + D-luciferina + O2 oxyluciferina + AMP + pirofosfato +
CO2 + luz (562 nm)
Tabla 10.1 – Parámetros que afectan la magnitud y tiempo de respuesta de la señal de un bio-
sensor
V2 = V1 * (R2/1000) = 10.000 x R2
0,1
10M R2
Sensor R1
V1 1K 100K
- V2
-
+
1/2LF41
+ Al
voltímetro
1/2LF412
79L05
0,1
1.0 1.0
1K
Las técnicas amperométricas son las que más han sido usadas como transducto-
res de biosensores desde su origen en la década de 1960. Sucesivas mejoras han
sido introducidas en los métodos de integración del bio-receptor y el transductor,
dando origen a 3 diferentes generaciones de biosensores. La primera generación
es la basada en el uso de membranas y polímeros para mantener el bio-receptor
anexado al resto del dispositivo electrónico. La transducción tiene lugar a partir de
compuestos electroactivos formados en las reacciones entre analito y bio-receptor.
Los ejemplos mostrados en este capítulo pertenecen mayoritariamente a esta primera
generación. En la segunda generación se incorporan compuestos “mediadores” que
transfieren electrones directamente desde la enzima al electrodo. De esta forma no
es necesario recurrir a productos de la reacción del analito para la transducción. El
uso de mediadores también permitió eliminar el problema generado por la depen-
dencia que tiene la señal de la concentración del oxígeno disuelto en la solución
del analito antes de comenzar la medida. También han sido importantes para la
miniaturización de los dispositivos. Un conjunto de compuestos denominados “fe-
rrocenos” reúnen las propiedades requeridas para los mediadores (inercia química,
solubilidad, regenerabilidad). Otra gran ventaja que se ha encontrado con el uso
de mediadores es la reducción del potencial de oxidación requerido, lo que reduce
significativamente el problema de interferencia de otros compuestos presentes en
fluidos biológicos. Para representar la participación de los mediadores se recurre a
esquemas como el de la Figura 10.9.
Biosensores 203
+
D-glucosa FAD Ferroceno + 2 H
Glucosa oxidasa
Electrodo
D-glucono- FADH Ion Ferrocenio electrones
1,5 lactona
Materiales de construcción
Polímeros. La importancia de los polímeros se aprecia en las varias funciones que
cumplen en la construcción de una sonda para biosensor: inmovilización de la
enzima, permeación selectiva del analito, mediación eléctrica entre la enzima y los
electrodos. Distintos tipos de polímeros son descriptos en la bibliografía para estos
fines. Por un lado se tienen las resinas epoxi en las que es necesario incorporar
polvo de grafito, junto con la enzima para lograr conductividad eléctrica entre los
electrodos. Por otra parte se tienen los polímeros conductores que tienen la capacidad
de retener electrostaticamente distintos compuestos como ferrocianuro o ferrocenos
que actúan como mediadores. Las limitaciones de estos filmes de polímero es que
pueden ser degradados por el peróxido de hidrógeno y además pueden desprender
204 Juan Bussi
Bioreceptores y mediadores
La combinación de dos o más tipos de enzimas puede mejorar las condiciones de
funcionamiento de un biosensor. Un ejemplo es el uso de la enzima horseradish
peroxidasa (HP) junto con la glucosa oxidasa en la determinación de glucosa. En su
estructura, la HP tiene grupos que permiten la transferencia directa de electrones al
electrodo. Su utilización permite reducir el potencial aplicado al electrodo y evitar
la interferencia de otras sustancias. Otro ejemplo es el análisis de colesterol para
el cual se requieren 2 enzimas: colesterol esterasa y colesterol oxidasa. Distintos
compuestos son empleados como mediadores. En general son compuestos organo-
metálicos con bajo potencial redox e independiente del pH. Sistemas de reconoci-
miento de analitos mediante el uso de anticuerpos y proteínas receptoras están siendo
crecientemente incorporadas en biosensores para uso en biomedicina.
Electrodos
Son construidos con metales tales como platino, oro, grafito, óxidos semiconducto-
res. Una mención aparte merecen los electrodos de pasta de carbón que incorporan
la enzima, mediadores y el carbón grafitizado como conductor eléctrico, todo lo
anterior en una matriz polimérica. Distintos diseños de este tipo de electrodo per-
miten mejorar la estabilidad, selectividad y repetibilidad de las medidas.
Miniaturización
La aplicación de técnicas de fabricación por circuitos impresos ha permitido obtener
electrodos de muy pequeño tamaño y de bajo costo. Esto es considerado de impor-
tancia clave para la comercialización a gran escala debido fundamentalmente a la
vida útil limitada de los electrodos. Ello es debido a los procesos de desactivación
Biosensores 205
Figura 10.10 – Electrodo descartable para biosensores (extraído del sitio www.palmsens.com/docs/
PS_Florence_electrodes.doc; acceso el 29/06/2004)
Biosensores implantables
La regulación de dosis de insulina necesaria para las personas con diabetes requiere
varias mediciones por día. Los riesgos de hipoglicemia son elevados y un monitoreo
continuo contribuiría eficazmente a la adecuación de la administración de insulina.
El uso de biosensores implantados en el tejido subcutáneo es una de las alternati-
vas que más ha sido explorada para el monitoreo continuo. Varios inconvenientes
deben ser resueltos como la biocompatibilidad de los materiales, miniaturización
adecuada de la sonda, estabilidad de la señal. En este último sentido se han alcanzado
períodos de utilización de hasta 24 horas, luego de lo cual, la deriva progresiva de
la señal acarrea apartamientos significativos de la medida. Los inconvenientes de
los biosensores implantables han planteado el desafío de desarrollar biosensores
no invasivos para los mismos fines. En tal sentido, un dispositivo que combina la
extracción electroosmótica de glucosa y su posterior medida por un biosensor ha
dado lugar a un instrumento con aspecto de reloj de pulsera capaz de suministrar 3
lecturas de nivel de glucosa por hora durante un período de 12 horas de monitoreo
continuo.
10.5 BIBLIOGRAFÍA
Biosensors; Prof. Raj Mutharasan (responsable del sitio); http://www.drexel.edu/academics/coe/ce/
web_books/EngBio/Hidden/sensr/tocsenf.HTM; con acceso el 22/06/2004.
Biosensors: a brief tutorial; Medical Device Technology 1994; http://www.fraserclan.com/biosens1.
htm; acceso el 22/06/2004.
Biosensors; C.Tonnesen, G. Withrow; http://www.hitl.washington.edu/scivw/EVE/I.D.1.c.Biosensors.
html; acceso el 22/06/2004.
Elements of biosensor construction; J. Daves, D. Huw Vaughan,, M.F. Cardosi; Enzyme and Microbial
Technology, 17 (1995) 1030-1035.
Glucose Biosensors: 40 Years of advances and Challenges; Joseph Wang; Electroanalysis 13(12)
(2001) 983-988.
Sensors for glucose monitoring: technical and clinical aspects; T Koschinsky, L. Heinemann; Diabetes/
Metabolites Research and Reviews 17 (2001) 113-123.
Enzyme-Based Biosensors for in Vivo measurements; George S. Wilson, Yibai Hu, Chemical Reviews
100 (2000) 2693-2704.
Glucose Biosensors based on oxygen electrode with Sandwich-Type Membranes; S. Yang, P. Atanasov,
E. Wilkins; Annals of Biomedical Engineering, 23 (1995) 833-839.
Solvent-resistant carbon electrodes screen printed onto plastic for use in biosensors; S. Kroger, A.P.F.
Turner; Analytica Chimica Acta 347 (1997) 9-18.
Performance of subcutaneously implanted glucose sensors for continuous monitoring; M. Gerritsen,
J.A. Jansen, J.A. Lutterman; The Netherlands Journal of Medicine 54 (1999) 167-179.
Biosensors: Past, Present and Future; A.P.F. Turner (responsable del sitio); http://www.cranfield.
ac.uk/biotech/chinap.htm; acceso el 22/06/2004.
Application of conducting polymers to biosensors; M. Gerard, A. Chaubey, B.D. Malhotra; Biosens
ors&Bioelectronics 17 (2002) 345-359.
Sol-gel encapsulation of lactate dehydrogenase for optical sensing of L-lactate; Biosensors&Bioele
ctronics 17 (2002) 323-330.
Detection of Hypoglycemia with the GlucoWatch Biographer; K.R. Pitzer, S. Desai, T. Dunn, S.
Edelman, Y. Jayalakshmi, J. Kennedy, J. A. Tamada, R.O. Potts; Diabetes Care 24 (2001) 881-
885.
Biosensor arrays for simultaneous measurement of glucose, lactate, glutamate, and glutamine; I. Moser,
G. Jobst, G. A. Urban; Biosensors&Bioelectronics 17(4) (2002) 297 – 302.
11
INSTRUMENTACIÓN DEL
LABORATORIO CLÍNICO
Horacio Venturino
• Bioquímica
Química Clínica
Inmunodiagnóstico
Endocrinología
Electroforesis
• Hematología
Contadores de células sanguíneas
208 Horacio Venturino
Coagulación
Agregación plaquetaria
• Serología
• Microbiología
Bacteriología
Parasitología
Micología
Virología
• Biología molecular
• Banco de sangre
Clasificación de grupos sanguíneos
Detección de enfermedades infecciosas
La sección de Química Clínica analiza suero (sangre sin células ni fibrina), orina,
líquido cefalorraquídeo y otros fluidos orgánicos, para determinar la concentración
(análisis cuantitativo) y/o la presencia por arriba o por debajo de un nivel umbral
(análisis cualitativo), de una gran cantidad de sustancias de interés diagnóstico.
La sección de Hematología determina la cantidad y características de las células
sanguíneas de las tres grandes series: roja (glóbulos rojos y otras), blanca (glóbulos
blancos y otras) y plaquetaria. Además evalúa la función de la coagulación y la
agregación de las plaquetas, ambas esenciales para mantener la sangre confinada
en los vasos sanguíneos.
La Serología utiliza técnicas que se basan en la detección de reacciones antíge-
no – anticuerpo. En general, para detectar enfermedades de tipo autoinmunitario y
algunas infecciosas.
La sección de Microbiología analiza fluidos, tejidos y desechos orgánicos para
determinar la presencia de microorganismos patógenos de varios tipos. Por ejemplo
bacterias, virus, parásitos y hongos.
Biología Molecular es la sección que se especializa en una técnica que ha re-
volucionado la microbiología, la oncología, la medicina forense, la criminología y
hasta la arqueología. En creciente utilización, se basa en la detección y multiplicación
de sectores específicos de ADN. La técnica más utilizada se basa en la reacción
en cadena de la polimerasa (PCR) sobre un fragmento deseado de la molécula de
ADN. Es utilizada para infectología en la detección de células, bacterias, hongos y
virus, para detección del cáncer, enfermedades genéticas, identificación de personas,
parentescos y otras aplicaciones. Cuando se quiere estudiar RNA es necesario hacer
primero una trascripción del fragmento a ADN.
El Banco de Sangre clasifica el grupo sanguíneo de la sangre donada que guarda
en reserva, y realiza pruebas buscando enfermedades infecciosas, habitualmente
SIDA, Hepatitis B y C.
La mayoría de los instrumentos del laboratorio están en las secciones de Química
Clínica y Hematología. Sin embargo, la presencia de instrumentos de análisis clínico
Instrumentación del Laboratorio Clínico 209
Acciones
Médico Paciente
Información
Transferencia Análisis
Resultado
del resultado
ANALIZADOR
b a
g f e d c Proporcionado Id. de la
Lectura Procesamiento Detección Incubación Mezclado de reactivos muestra
y muestra
11.1.3 TERMINOLOGÍA
Exactitud y precisión: Para lograr exactitud los equipos deben ser precisos y ser
calibrados regularmente contra calibradores confiables, trazables a patrones prima-
rios o secundarios. Cada analito individual que el analizador mide debe ser cali-
brado con la frecuencia recomendada por el fabricante del equipo y/o del reactivo.
La precisión se logra con un diseño adecuado, la construcción con materiales de
calidad y el correcto mantenimiento. Es importante destacar que los analizadores de
laboratorio no dan exactamente el mismo resultado cada vez que miden una misma
muestra. A esto se le llama “dispersión de los resultados”. Se debe al gran número de
variables involucradas en los procesos de medición electro – químico – biológicos
y la existencia de ruido eléctrico e interferencias fisicoquímicas de diferente tipo.
Dispersión es lo inverso a la reproducibilidad o repetibilidad.
A fin de establecer su buen funcionamiento, los equipos son probados antes de
medir muestras de pacientes, haciendo determinaciones de muestras con valores
conocidos es decir, hacer Control de Calidad. Este tema fundamental será tratado
más adelante en el presente capítulo.
Robustez: Muchos instrumentos de laboratorio son sometidos a una pesada carga de
trabajo. Frecuentemente trabajan las 24 horas incluyendo los fines de semana. Los
operadores cambian y no todos los operan con el cuidado y conocimiento espera-
do. Con frecuencia no se les hace el mantenimiento preventivo que corresponde al
usuario. Por ende, los equipos deben ser lo suficientemente robustos para mantener
el funcionamiento y hacerlo de acuerdo a las especificaciones originales, aún en las
circunstancias indicadas.
Mínimo mantenimiento: Dado que los mantenimientos correspondientes al usuario
y al servicio técnico implican costos, tiempo fuera de servicio y que no siempre se
hacen en la forma y la frecuencia adecuados, resulta ventajoso diseñar pensando
en minimizar el mantenimiento necesario.
Velocidad: En situaciones clínicas críticas, la evolución del paciente depende de
la rápida implementación de acciones terapéuticas cuya selección depende fre-
cuentemente de los resultados de pruebas de laboratorio. Por esto, la rapidez con
que un analizador obtiene los resultados es una característica importante. El rápido
avance tecnológico de las últimas décadas ha permitido la introducción de equipos
“automáticos”, que con una mínima participación del operador realizan rápidamente
la mayoría de las acciones necesarias para determinar diferentes analitos sobre la
muestra de cada paciente, de un grupo de muestras de pacientes.
Servicio Técnico: Todo equipo requiere reparaciones, mantenimiento preventivo,
cambios de hardware y actualizaciones de software durante su vida útil. El diseño
debe contemplar el permitir un acceso fácil a los distintos sectores del equipo y
disponer de manuales de servicio claros, ordenados y completos. Debe haber proce-
dimientos adecuados establecidos para cada tarea. Debe disponerse de un servicio
técnico local, debidamente preparado, dotado de los repuestos, herramientas e
instrumentos. El usuario adquiere una fuerte dependencia del buen funcionamiento
214 Horacio Venturino
11.1.6 CALIBRACIÓN
Como sistemas de medida relativos, los analizadores de laboratorio clínico requieren
ser calibrados periódicamente en cada uno de los analitos que miden. La razón es que
con el tiempo y el uso se producen cambios en el instrumento, principalmente en el
sistema de medición mismo, que de no ser periódicamente compensados afectarían
progresivamente a los resultados. La calibración se hace antes de medir muestras
de pacientes y consiste en medir de una a varias muestras con valores diferentes,
conocidos y exactos, trazables a patrones externos universalmente aceptados. La
exactitud del sistema de medida será en el mejor de los casos igual a la exactitud
de los calibradores utilizados. Por esto, podemos decir que el sistema de medida
siendo calibrado “hace un acto de fe” en la exactitud de los calibradores utiliza-
dos. Los sistemas que tienen respuesta lineal dentro del rango de valores a medir
requieren dos calibradores. Los que tienen respuestas no lineales requieren dos o
más. Habitualmente, para calibrar cada analito se usa un valor cero y un valor en el
centro del rango de medida, o un valor en el centro del rango fisiológico y otro en
un extremo del rango de medición. Uno de los puntos es utilizado para determinar
el origen y el otro la pendiente de la recta (o curva de calibración) que tras la ca-
libración define el comportamiento del instrumento al medir muestras de valores
desconocidos. Antes de poder ser calibrado, es condición imprescindible que el
sistema de medida sea preciso. Es decir, debe repetir aceptablemente el resultado,
al medir repetidamente una misma muestra. Para evaluar la precisión del sistema
el proceso de calibración mide cada calibrador un mínimo de 2 veces y un máximo
de 4 a 6. De no repetir, no continúan con la calibración.
Instrumentación del Laboratorio Clínico 215
42 mV = 7.383
6 mV = 6.841
Calibrador 2: 6.841
y presume un
offset comportamiento lineal
Figura 11.2 – Recta de calibración de un electrodo que mide el pH. El electrodo, al enfrentarse
en forma sucesiva a cada calibrador genera un voltaje. Se confía en la exactitud de los estándares.
Con estos 2 puntos se construye una recta de referencia que define el comportamiento del sistema
de medida.
pH
7.383
Resultado
7.089
6.841
mV del electrodo
6 mV 42 mV
22.5 mV
Muestra ?
Figura 11.3 – Uso de una recta de calibración para determinar un pH. Al enfrentar el electrodo
con una muestra de valor desconocido del parámetro a medir, se obtiene un voltaje. En nuestro ejemplo
22.5 mV. Con la curva de respuesta predeterminada se extrapola el resultado.
216 Horacio Venturino
CONTROL DE CALIDAD
Es necesario atestiguar periódicamente el buen funcionamiento de un sistema de
medida en cuanto a su precisión y exactitud mediante el control de calidad (QC por
su sigla en inglés). Los “controles” son muestras de valor conocido que se miden
antes de proceder a medir un conjunto de muestras de paciente. No solo evalúan al
analizador sino a los calibradores utilizados y a los procedimientos en que interviene
el operador. Se usa uno, dos o más valores de control denominados “niveles”. Los
hay también en versiones mono y multiparámetro.
Básicamente, se espera que un sistema apto para medir muestras de paciente
informe resultados de controles de calidad que estén dentro de un rango de valores
aceptables. Los valores de aceptación declarados de cada nivel de control están dados
habitualmente por los límites de +/- 2 desvíos estándar de los resultados según fueron
determinados al ser medidos por el fabricante en un equipo igual, en perfectas con-
diciones. El desempeño de un instrumento evaluado simplemente según el resultado
de los controles “caigan” dentro del rango de aceptación, ofrece información pobre e
incompleta. Deben analizarse los resultados de una serie de medidas de cada nivel.
Las formas habituales de presentar los datos de control de calidad son: tablas,
valores de exactitud (diferencia del valor medio obtenido respecto al valor medio
del control) de precisión (desviación estándar y coeficiente de variación), y diver-
sos gráficos entre los cuales el más popular es el de Levey - Jenings que muestran
los resultados de una serie de medidas de un mismo nivel de QC en función del
tiempo.
Figura 11.4 – Gráficos de Levey Jenings para analito PCO2. Control de calidad (QC) seriado.
Error sistemático y aleatorio. Exactitud y Precisión.
Instrumentación del Laboratorio Clínico 217
Absorción atómica
En las sustancias constituidas por un solo tipo de átomos la absorción se basa en el
hecho de que al recibir energía luminosa, los electrones de las órbitas más externas
saltan temporalmente a un nivel energético superior o estado excitado, absorbien-
do de la luz la energía necesaria. El estado excitado no es estable y poco después
se retorna al estado basal. En ese proceso, la energía “absorbida”, es devuelta en
forma de calor o de luz de otra longitud de onda. Para lograr la transición al esta-
do excitado se debe aplicar un nivel de energía exactamente igual a la diferencia
energética entre el estado basal y el excitado. La energía de las ondas radiantes
depende de su frecuencia, que se expresa más comúnmente por su longitud de onda
o λ. A menor λ, más energía. Como la energía depende de la λ, la absorción de luz
por las sustancias monoatómicas se da a una o a unas pocas λ bien determinadas
(las transiciones posibles en las órbitas más externas son pocas). Las curvas que
relacionan la absorción con la λ muestran picos claros y bien definidos. Vea “vapor
de Na” en la Figura 11.5.
Absorción molecular
En el caso de sustancias constituidas por moléculas poliatómicas, la absorción,
además de deberse al salto de electrones a órbitas más exteriores, es causada por
cambios vibracionales y rotacionales de las uniones covalentes dentro de la molécu-
la. Esto determina un comportamiento mucho más complejo y ocasiona que pueda
haber varios picos de absorción, o que la absorción no se dé a longitudes de onda
218 Horacio Venturino
La longitud de onda a utilizar es una que pase cerca del máximo de absorción,
tratando de evitar los picos muy estrechos ya que un leve desplazamiento de la
longitud de onda causaría un error grande. Cuanto mayor la concentración de la
sustancia a medir, mayor es la absorción y mayor la intensidad del color percibido.
La absorción no puede medirse directamente, sino debe deducirse de la luz incidente
y de la transmitida.
Cubeta con
solución de la
Luz incidente Luz transmitida
sustancia a
medir
Figura 11.6 – Reducción de luz transmitida por una sustancia que la absorbe.
220 Horacio Venturino
100%
3
Transmitancia
Absorbancia
Concentración Concentración
Figura 11.7 – Relación entre concentración, transmitancia y absorbancia.
A = 3.c.d
Donde: A es absorción
Σ es coeficiente de absorción molar específico de la sustancia a la longitud
de onda que se mide
c es concentración
d es espesor de la muestra (espesor de la cubeta)
Ranura de Ranura
Fuente de luz Optica entrada Filtro de salida Cubeta Fotosensor Medidor
Abs. calib. / Abs. sustancia problema = Conc. calib. / Conc. sustancia problema por lo que:
Conc. de la sustancia problema = Abs. de la sustancia problema . Conc. calib. / Abs. calib.
Ranura de
salida
Luz monocromática de
diferentes long. de onda
Conjunto de
fotosensores
Luz poli-
cromática
tira en el analizador, éste la termostatiza a 37ºC para hacer una breve incubación.
Luego la ilumina con luz difusa de la longitud de onda adecuada para la prueba a
realizar. La reacción absorbe luz a esa longitud de onda por lo que la luz reflejada
depende de la concentración del analito bajo medición. La concentración de una
sustancia se relaciona inversa y logarítmicamente con la reflectancia. Es similar a
la relación de la concentración con la transmitancia. Solo una pequeña fracción de
la luz incidente es reflejada por lo que no se puede medir la RT.
La reflectancia de una sustancia problema y la de un calibrador se relacionan
mediante:
R = R’ / Rcal
donde: R = reflectancia
R’ = reflectancia medida de la muestra
Rcal = reflectancia medida del calibrador
Sensor de Esfera de
referencia Ulbricht
Fuente de luz
Sensor de
muestra
Almohadilla reactiva
con muestra
Figura 11.11 – Reflectómetro de analizador de química seca Reflotron Roche.
226 Horacio Venturino
11.4.1 LA SANGRE
La sangre consiste de agua, proteínas, electrolitos y otras sustancias en solución.
Además tiene células en suspensión. Su distribución por los vasos sanguíneos
permite que llegue a todo el organismo. De hecho no hay ninguna célula que esté
a más de 30 μm de alguna ramificación vascular. A grandes rasgos, transporta nu-
trientes, oxígeno, hormonas, otras sustancias y células de defensa hacia los tejidos;
y trae de éstos desechos y dióxido de carbono. Las células sanguíneas son: glóbu-
los rojos o RBC (red blood cells), blancos o WBC (white blood cells), plaquetas
o PLT (platelets) y células precursoras de las mencionadas. La función principal
de los glóbulos rojos es transportar oxígeno desde los pulmones a las células del
organismo y dióxido de carbono desde éstas a los pulmones. La presencia de una
proteína especializada, la Hemoglobina o Hgb en los glóbulos rojos es lo que les
permite transportar esos gases. La función principal de los glóbulos blancos está
relacionada a la defensa contra gérmenes patógenos. Hay cinco tipos de glóbulos
blancos: linfocitos, monocitos y granulocitos (que se dividen en neutrófilos, basófilos
y eosinófilos), cada uno con funciones específicas. Las plaquetas son un elemento
clave para la contención de la sangre en los vasos sanguíneos. Cuando se produce
una solución de continuidad en los mismos, se agrupan rápidamente con el fin de
bloquear la zona dañada y tratar de impedir la salida de sangre. La coagulación
complementa esta acción produciendo una malla de fibrina que literalmente une y
da sostén al “tapón” de plaquetas. Tras los primeros momentos el “tapón” de fibrina
pasa a ser el principal responsable de la contención de la sangre. Para estudiar el
complejo mecanismo bioquímico de la coagulación existen multianalizadores de
coagulación que no trataremos aquí. Otros analizadores estudian la capacidad de
las plaquetas de agruparse o “agregarse”.
la relación del volumen celular total al volumen de la muestra. Expresa qué parte de
una muestra de sangre, son células. Está determinado principalmente por los RBC
porque son las células mayoritarias. Hct en % = (MCV en fl . RBC en millones ) /
10. Normalmente: 90 . 5 / 10 = 45
Orificio en pared
de rubí
Solución salina
(conductora)
Célula
Corriente
eléctrica
Vout
- +
Fuente de
corriente
constante Pulso de célula pequeña
Células
Abertura
Electrodos
células que pudieran coincidir al pasar por el orificio generan un pulso muy ancho
y/o de excesiva amplitud. El procesamiento de señales lo reconoce y no lo cuenta
como célula. Los contadores hematológicos tienen dos de las cámaras descritas,
una para contar WBCs y otra para contar RBCs y PLTs. Esto se hace así porque
aproximadamente ¼ de los linfocitos tienen un tamaño similar a los RBCs.
6000 Ml
diluyente 6000 Ml
135 M 107 Ml isotónico diluyente
isotónico
28 M 35 Ml
Sangre 6028 Ml
con 500 Ml 6035 Ml
EDTA 1:215
1:172
5528 Ml 465 Ml a 1:215 x 1:172 = 1:37072
desechos
2da dilución
Lisígeno
800 Ml
F = 78 Mm
long = 60Mm
6328 Ml
350 Ml
1:1.14 Para conteo
de RBC/PLT
1:215 x 1:1.14 = 1:246
1ra dilución
F = 100Mm
long = 70Mm
350 Ml
Para conteo
de WBC
Figura 11.14 – Diluciones de la muestra antes de contar sus células por resistencia.
Figura 11.15 – Dispersión de la luz Láser en ángulos bajo y alto al incidir sobre una célula. Del
Manual de Operación de Sysmex SF-3000
Separación
virtual entre dos
flujos líquidos
Células sanguíneas
Reactivo para
vaina líquida Inyector
de solución
con células
Celda de flujo
de vidrio
Presión 1 Presión 2
Figura 11.16 – Principio del enfoque hidrodinámico. Del Manual de Operación de Sysmex SF-
3000
Receptor de luz
Flujo de muestra disuelta
dispersada en ángulo alto
(fotodiodo)
Células
Laser
Lente colectora
semiconductor
Obstructor del haz directo Receptor de luz
Lente colimadora Celda de flujo dispersada en ángulo bajo
(fotodiodo)
Lente condensadora
Figura 11.17 – Principio del conteo e identificación de células por dispersión de luz Láser. Del
Manual de Operación de Sysmex SF-3000
Ángulo bajo
Ángulo bajo
Eosinófilos Basófilos
Linfocitos
Restos RBC
Neutrófilos + eosinófilos +
monocitos + linfocitos
Figura 11.19 – Distribución de glóbulos blancos en los dispersogramas. Del Manual de Operación
de Sysmex SF-3000
11.5 BIBLIOGRAFÍA
1 Kaplan y Pesce. Clinical Chemistry: Theory Analysis, Correlation. 4ta edición, 2003. Editorial
Mosby.
2 Skoog y Leary. Análisis Instrumental. 4ta edición, 1995. Editorial Mc Graw Hill Interame-
ricana.
3 Tietz y col. Tietz Textbook of Clinical Chemistry. 3ra edición, 1999. Editorial Saunders.
4 Ward, Lehmann & Leiken. Clinical Laboratory Instrumentation and Automation. 1a edición, 1994.
Editorial Saunders.
5 Robert Hicks. Laboratory Instrumentation. 2da edición, 1993. Editorial Harper & Row
6 Mary C. Heaven. Laboratory Instrumentation. 4ta edición, 1994. Editorial John Wiley & Sons.
7 Larry Schoeff. Principles of Laboratory Instruments. 1993. Editorial Mosby.
8 J. Webster. Medical Instrumentation Application and Design. 3ra edición 1998. Editorial Wiley.
9 Reflotron Roche. Manuales de Operación y de Servicio de Hitachi 911 y 912, Sysmex SF-3000.
12
ELECTROENCEFALOGRAMA
Y ESTADOS DE CONCIENCIA
Daniel Cibils
externos (10). El aspecto de la conciencia que vamos a tratar en este capítulo será
el estar vígil, (despierto) y además generalmente “estar lúcido”.
En contraposición a este estado denominado “conciente”, existirá un estado
inconciente, (palabra que usaremos aquí exclusivamente como “ausencia de la
conciencia”). Como dijimos anteriormente la conciencia estaba basada en una “ca-
pacidad” de estar conciente, dada por el funcionamiento de estructuras nerviosas
definidas. Los agentes anestésicos actuando sobre el cerebro en forma global y en
estas estructuras en particular, hacen desaparecer la “capacidad de estar despierto”
y la conciencia no reaparecerá hasta que dicho efecto farmacológico cese.
No se debe confundir esta inconciencia provocada por un agente artificial, (“quí-
mico”), que deprime la actividad de un sistema imprescindible para la función de
estar despierto, con otra actividad natural del cerebro que es “el Sueño”, (fenómeno
neurobiológico, normal, activo y espontáneamente reversible). Tampoco es lo mismo
anestesia que inconciencia.
La ANESTESIA puede ser definida como: “un estado de inconciencia con au-
sencia de respuesta somática y visceral al dolor”. Modernamente, la definición de
anestesia incluye la suma de 3 aspectos:
• La PARALISIS (relajación muscular que se obtiene por drogas del tipo “curare”
que actúan bloqueando la unión de los nervios con los músculos)
• La INCONCIENCIA ( ya definida; su variación se expresará como “profundidad”
de la anestesia)
• La ANALGESIA (ausencia de dolor, que se obtiene por la administración de
drogas analgésicas)
12.2 EL ELECTROENCEFALOGRAMA
Para ilustrar solamente la compleja estructura que genera las señales electroence-
falográficas recordaremos que en un solo milímetro cúbico de nuestro cerebro hay
unas 40.000 neuronas y 1.000 millones de conexiones de fibras nerviosas. Estas
unidades funcionales no son iguales entre si ni están dispuestas espacialmente en una
única configuración. Cada neurona posee cientos o miles de conexiones funcionales
(sinapsis) de varios tipos funcionales (excitatorias o inhibitorias) y que utilizan a
su vez diferentes mediadores químicos para trasmitir su mensaje. Cada una de esas
sinapsis generan por si solas o por su efecto sobre las neuronas campos eléctricos
del orden de fracciones de microvoltio durante unos pocos milisegundos. Estos
millones de micro-dipolos se suman en el espacio y en el tiempo. Pueden sumarse
y también neutralizarse de acuerdo a su orientación y/o carga.
Para que a nivel del cuero cabelludo se pueda registrar un potencial de EEG de
unos 20-70 μV, que es la amplitud habitual del EEG estando despierto, se deben
sumar en el espacio y en el tiempo enorme cantidad de estos impulsos en una de-
terminada superficie de tejido cerebral que generalmente es de varios centímetros
cuadrados. Una parte importante de estos potenciales generados en la corteza cere-
bral, se pierden por efecto del filtrado de frecuencia o por atenuación en su amplitud
durante la difusión de estos potenciales desde su generación en la masa cerebral al
difundirse pasivamente a través de las meninges, el cráneo, el cuero cabelludo hasta
ingresar a nuestro instrumento de registro.
consciente. El segundo nivel es el análisis del EEG, como una singular metodología,
parcial y compleja del universo de funciones que es posible estudiar en el cerebro.
El nivel tercero refiere a la actividad sináptica que genera el EEG y su dependen-
cia del metabolismo neuronal y su modulación por los fármacos, por ejemplo los
anestésicos. Los niveles más inferiores corresponden a la circulación general y
encefálica que sostiene esta actividad metabólica.
En el tercer nivel de la Figura 12.1 (actividad sináptica) actuará sobre el cere-
bro el fármaco cuya interferencia con la actividad normal provocará los cambios
en el funcionamiento cerebral que determinarán el paso de actividad conciente a
inconciente. La “ventana” a cambio en el funcionamiento normal del cerebro lo
obtendremos del estudio de la actividad EEG. Los campos eléctricos que se regis-
tran sobre el cuero cabelludo (EEG) se obtienen mediante amplificadores instru-
mentales de tipo diferencial que generalmente amplifican las señales obtenidas por
dos sensores (electrodos) por 20.000. La banda clásica de la electroencefalografía
son frecuencias entre 0.5 y 70 Hz y se divide a su vez en sub-bandas (banda delta,
entre 0.5-3.5 Hz; banda theta, de 4-7.5 Hz; banda alfa entre 8-13 Hz y banda beta
entre 14-30 Hz).
Figura 12.2a – Fragmento de EEG. Sujeto despierto con una actividad electroencefalográfica
normal.
Figura 12.2b – Fragmento de EEG (continuación). Sujeto despierto con una actividad electroen-
cefalográfica normal.
Las Figuras 12.2a y 12.2b ilustran los cambios EEG producidos por una dosis
única de un agente anestésico al llegar al cerebro. Los trazos #1 en ambas figuras
son la marca de tiempo, uno por segundo. Los trazos #2 al # 9 son registros de la
actividad EEG obtenidos de 8 amplificadores diferenciales en diferentes áreas del
cuero cabelludo. La evolución temporal resumida del efecto del agente anestésico
sobre el EEG es mejor observado en la Figura 12.3.
240 Daniel Cibils
Figura 12.3 – Señal EEG de un solo canal amplificador. La base de tiempo es de 45 segundos y la
amplitud está indicada en microvoltios.
Figura 12.5 – Niveles de anestesia según Kugler. Cada letra ilustra un trazado EEG típico de cada
estadío.
Transformada de Fourier
La transformada de Fourier puede ser definida como una “Serie temporal que co-
rresponde a un proceso estacionario por lo menos débil, es decir que su esperanza
y su varianza se mantienen constantes en el tiempo (5). La transformada reaplica
a un proceso acotado en el tiempo o cíclico: su descripción en una base de senos
y cosenos se extienden en todo el espacio temporal de la señal original (5). Con la
Transformada de Fourier se tiene una ubicación absoluta de las frecuencias y ab-
soluta “deslocalización” en el ámbito temporal (Desigualdad de Parseval) (5). La
Transformada de Fourier ha permitido resolver muchos problemas, en particular ha
creado otro dominio de representación de las señales eléctricas (5).
Se analiza por Fourier la señal EEG cada 2 - 20 segundos y se muestran los
histogramas de frecuencia en la banda de 0.5 – 70 Hz ; ya sea en cada frecuencia de
la descomposición (Figura 12.6a) o en las cuatro bandas clásicas del EEG (Figura
12.6b).
a b
Figura 12.6 – Espectro de frecuencias de un trozo de EEG. En abscisas se muestran las frecuencias
en Hz y en ordenadas unidades de energiía arbitrarias. En la gráfica (a) se indica la energía en cada
frecuencia y en (b) se agrupan en las cuatro bandas clásicas del EEG: banda delta, banda theta, banda
alfa y banda beta.
a b
Figura 12.7 – Presentación del análisis espectral en el tiempo. Serie de espectros de frecencia
yuxtapuestos o CSA (a) y serie de densidad espectral o DSA (b).
A) ANALISIS BIESPECTRAL
El análisis biespectral es una técnica de procesamiento de señales que cuantifica
características NO lineales, (acoplado de fase) entre los componentes de una misma
señal (15). Esta técnica fue descrita y usada especialmente en el sistema de moni-
torización anestésica ASPECT MR, (13) para el cual dice Rampil (13): “Bispectral
analysis has several additional characteristics that may be advantageous for pro-
cessing EEG signals: Gaussian sources of noise are suppressed, thus enhancing the
signal-to-noise ratio for the non-gaussian EEG, and bispectral analysis can identify
non-linearities, which may be important in the signal generation process.The bis-
pectrum quantifies the relationship among the underlying sinusoidal components
of the EEG. Specifically, bispectral analysis examines the relationship between the
sinusoids at two primary frequencies, f1 and f2, and a modulation component at the
frequency f1 + f2. This set of three frequency components is known as a triplet (f1,
f2, and f1 + f2). For each triplet, the bispectrum, B(f1, f2), a quantity incorporating
both phase and power information, can be calculated. The bispectrum can be de-
composed to separate out the phase information as the bicoherence, BIC(f (1), f2),
and the joint magnitude of the members of the triplet, as the real triple product,
RTP(f1, f2).”
[ G xy ]2
COH xy =
G xx G yy
Figura 12.8b – Entropía del EEG durante la inducción anestésica. Puede observarse la disminución
de la entropía espectral con la profundización del plano anestésico.
El análisis mediante wavelets del EEG nos permite una ubicación perfecta en el
tiempo de los diferentes componentes de frecuencia de una señal como el EEG. La
Figura 12.9 muestra un ejemplo de análisis de una inducción anestésica mediante
wavelets.
Figura 12.9 – Análisis de una inducción anestésica mediante wavelets. Parte superior de la figura,
señal de EEG. Parte inferior de la figura, análisis wavelets.
Ordenadas = análisis wavelets entre 0.3 y 48 Hz. Abscisas = tiempo, hasta 22 segundos.
12.7 BIBLIOGRAFIA
1 Barlow J.S.: Artifact processing in EEG data processing, Clinical applications of Computer Analysis
of EEG and Other Neurophysiological Signals. Edited by Lopes Da Silva FH, Storm van Leeuwen
W, Remond A. Amsterdam, Elsevier, 1986, pp. 15-62
2 Blanco S., Figliola A., Quian Quiroga R., Rosso O., Serrano E. Time-frequency analysis of elec-
troencephalogram series. III Wavelets packets and information cost function. Physical Rew. 57
(1) 932-940, 1998
3 Bruhn J.,Lehmann L., Ropcke H., Bouillon T., Hoeft A. Shannon entropy applied od the measu-
rement of the electroencephalographic effects of desfrurane. Anesthesiology 2001, 95, 30-35
4 BWview soft. 2002 Jim Peters, GNU General Public License version 2 as published by the Free
Software Foundation, http://uazu.net/bwview/
5 Figliola A., Rosso O., Cibils D., y cols. (Enviado para publicación, 2006)
6 Gotman J. Interhemispheric relation during bilateral spike and wave activity. Epilepsia, 22, 453-
466, 1981
7 Gotman J. Measurement of small time differences between EEG channels: method and application
to epileptic seizure propagation. Electroencephal. Clin. Neurophysiol. 56, 501-514, 1983
8 Hjorth B: EEG analysis based on time domain properties. Electroencephalogr. Clin Neurophysiol
1970; 29:306-10
9 Kugler, 1981. El EEG en la clínica y en la práctica. Ed. Thieme. Stuttgart, NY
10 Machado C. Libro: Muerte Cerebral. Cuba. 2002
11 Pincus SM. Approximate entropy as a measure of system complexity. Proc Natl Acad Sci USA
1991;88:2297-2301
12 Proakis JG, Rader CM, Ling F, Nikias CL: Signal analysis with higher order spectra, Advanced
Digital Signal Processing. New York, Macmillan, 1992, pp. 550-89
13 Rampil, Ira J., A Primer for EEG Signal Processing in Anesthesia, Anesthesiology, 89(4), pp 980-
1002, 1998
14 Rosow C, Manberg PJ: Bispectral index monitoring. Anesth Clin North Am 1998; 2:89-107
15 Sigl JC, Chamoun NG: An introduction to bispectral analysis for the electroencephalogram. J Clin
Monit 1994; 10:392-404
16 Sleigh J., Olofsen E., Dahan A., de Goede J., Steyn Ross A. Entropies of the EEG. The effects of
general anaesthesia. En www.phys.waikato.ac.nz/cortex visitado agosto 2006.
13
SISTEMA DEL EQUILIBRIO:
INSTRUMENTOS DE MEDIDA
Hamlet Suárez, Franco Simini y Pablo Musé
13.1 DEFINICIONES
Figura 13.1 – Interacción de los sistemas sensoriales con la capacidad de mantener el equilibrio.
El sistema vestibular contiene detectores de aceleraciones (lineales y angulares) y el sistema propio-
ceptivo informa sobre la posición y tensión de los miembros.
en el campo eléctrico generando una señal del orden de los milivoltios de amplitud.
Esta señal es llevada por los electrodos de contacto hasta el preamplificador, donde
es amplificada y filtrada con un filtro pasa-bajos de 2 Hz para eliminar todas las otras
señales más rápidas generadas en la zona provenientes de los campos encefálicos
(Electroencefalograma , EEG) y de los músculos (Electromiograma, EMG). La pre-
sentación del ENG (1) fue en sus inicios hecha por medio de un registro sobre papel
milimetrado, luego en un osciloscopio de memoria y finalmente en un monitor de un
instrumento digital que permite además su análisis durante la adquisición (modalidad
llamada a veces “en línea” para distinguirla de la modalidad “en diferido”).
Para registrar los movimientos oculares a través de una micro cámara de video se
la debe colocar delante del globo ocular de tal forma que abarque toda la excursión
del movimiento del ojo. La secuencia de imágenes es llevada a un procesador para
el reconocimiento automático de la forma del iris, lo que produce en todo momento
sus coordenadas, asociadas a direcciones del eje de visión.
Para estudiar la respuesta de los ojos a estímulos visuales, éstos deben ser per-
fectamente controlados y conocidos. Se solicita al paciente que siga con la vista un
blanco móvil puesto a una distancia normalizada y con la cabeza inmóvil. Mientras
el paciente sigue con los ojos el movimiento del blanco móvil, se registra la posición
de los globos oculares adquiriendo la señal ENG de ambos lados (Figura 13.2).
La implementación del blanco móvil puede ser hecha con una columna de diodos
emisores de luz (LED por “light emitting diode”) que se encienden uno por vez
comandados por el programa.
El equipamiento que registra y analiza la respuesta ocular a un estímulo visual
móvil comprende, además del estímulo, los preamplificadores ENG, un programa
de adquisición de señales, la presentación de señales en pantalla, la atención de
órdenes del operador, una aplicación de procesamiento y un sistema de tiempo real
que ordene la simultaneidad de estas acciones. El sistema debe tener además la
capacidad de calibración de ángulos y señales.
La Figura 13.9 muestra los bloques de un sistema para la adquisición y procesa-
miento de señales oculares en respuesta a diferentes estímulos. VESTI90 incluye am-
254 Hamlet Suárez, Franco Simini y Pablo Musé
Figura 13.3 – Señales de ENG de seguimiento lento. El canal 1 es la respuesta ocular de un paciente
frente al cual se mueve un blanco móvil (estímulo) a una frecuencia de 0.6 Hz (el tiempo entre dos
crestas es de 1.7 segundos). Notar que la respuesta del paciente sigue de cerca el estímulo, con irre-
gularidades y un episodio de artefactos probablemente debido al contacto del electrodo con la piel. En
la hipótesis de sistema lineal, la sinusoide de entrada genera una sinusoide de salida eventualmente
atenuada y alterada en fase. Tomado del equipo VESTI90 (12).
Sistema del Equilibrio: Instrumentos de Medida 255
Para evaluar la respuesta del sistema vestibular sin que interfieran niveles cog-
nitivos superiores como la anticipación de la posición del estímulo predecible como
es una sinusoide regular, se somete al paciente a un estímulo visual no predecible.
Un estímulo que no puede predecirse fácilmente es constituido por ejemplo por la
suma de tres sinusoides de amplitud y fases constantes. El resultado se muestra en
la Figura 13.4 con la respuesta del paciente. Bajo la hipótesis de sistema lineal, la
respuesta a una suma de sinusoides debería también evidenciar las mismas frecuen-
cias, eventualmente atenuadas si llegan al límite del ancho de banda del sistema de
respuesta del paciente.
Figura 13.6 – Señal de movimientos sacádicos de un paciente normal. La onda cuadrada representa
la posición (ordenadas positivas para la izquierda y ordenadas negativas para la derecha del paciente).
Las flechas indican los momentos en que la respuesta ocular se enfrenta con el blanco móvil, con una
latencia calculada por VESTI90. En este ejemplo se muestran 17 latencias (en unidades de muestreo)
cuyo promedio en milisegundos será incluido en el informe diagnóstico. Tomado de VESTI90 (12).
plazamiento del objeto móvil y una recorrección rápida para volver al punto de
inicio del movimiento a fin de recomenzar la respuesta refleja. Esta respuesta es
denominada Nistagmus Optocinético y su función es la de mantener estable la ima-
gen de un campo visual que se mueve. La señal de posición de los ojos (ENG) es
un “diente de sierra” (Figura 13.7) en la que interesa medir la relación de velocidad
entre estímulo visual y respuesta oculomotora. En la Figura 13.7 se muestran señales
que representan la posición de un blanco en movimiento y la posición instantánea
de los ojos. Este reflejo es alterado, al igual que los movimientos sacádicos y los
movimientos lentos, por numerosas enfermedades del sistema nervioso central ya
que su regulación involucra múltiples estructuras.
Figura 13.7 – Nistagmus Optocinético. El reflejo optocinético se produce como movimiento lento
de los ojos en el sentido del desplazamiento del objeto móvil y una recorrección rápida para volver al
punto de inicio del movimiento a fin de recomenzar la respuesta refleja. El nistagmus optocinético es
no voluntario y se produce al estar sometida la visión a un objeto en movimiento.
estímulo sobre las neuronas oculomotoras del tronco cerebral y éstas a su vez pro-
ducen una acción de la musculatura ocular que lleva el ojo en el sentido contrario
al movimiento de la cabeza con la misma velocidad angular a fin de mantener la
estabilidad del campo visual sobre la retina. Este reflejo es alterado en enfermedades
del oído interno y del sistema nervioso central produciendo síntomas secundarios a
la inestabilidad de la imagen en la retina como mareos, vértigos e inestabilidad.
El reflejo vestíbulo-oculomotor es estudiado produciendo un movimiento rotato-
rio sinusoidal (menos de 0.75 Hz) del paciente alrededor de un eje vertical (Figura
13.10). El paciente está sentado en una silla montada sobre un eje solidario con un
motor que imprime el movimiento deseado. La cabeza está sostenida para que reciba
exactamente el estímulo de posición que un motor de pasos imprime al conjunto.
Mediante contactos deslizantes o por telemetría se registran en forma simultánea
la posición de la silla y la posición de los ojos mediante señales ENG. Las señales
obtenidas (sinusoide de estimulación y casi sinusoides de respuestas oculares) están
aproximadamente en oposición de fase como se ve en la Figura 13.8.
También se puede medir separadamente la función del vestíbulo derecho e iz-
quierdo mediante la irrigación del oído externo con agua a una temperatura 7 gra-
dos por encima o por debajo de la del cuerpo humano, generando movimientos de
convección de los líquidos del oído interno, y sus respuestas reflejas oculomotoras,
llamadas “nistagmus calórico”.
Figura 13.8 – Estimulación rotatoria alrededor de un eje vertical. La sinusoide que representa la
posición angular de la silla y la “casi sinusoide” de la posición de los ojos en respuesta al estímulo.
Asimilando el reflejo vestíbulo-oculomotor a un sistema lineal, se determinan su ganancia y fase como
elementos diagnósticos, además de evaluar las no linealidades.
Las tres pruebas diagnósticas descritas, movimientos lentos, sacádicos y reflejos, son
representativas de una serie numerosa de procedimientos diagnósticos disponibles.
Nos proponemos desarrollar un prototipo que permita analizar los movimientos
sacádicos y lentos de pacientes que puedan colaborar y generar un informe de las
Sistema del Equilibrio: Instrumentos de Medida 259
contactos
deslizantes
señales
ENG
entorno
visual
controlado
silla
rotatoria
PC motor de
pasos
informe
clínico
Figura 13.10 – Elementos de la silla de estimulación rotatoria. Para evaluar la respuesta del sistema
vestibular del paciente, el uso de un motor de pasos (“step motor”) permite programar el movimiento
con una función precisa, como por ejemplo una aceleración angular constante hasta llegar a una velo-
cidad angular constante por 2 segundos y luego una desaceleración también constante, en una prueba
de duración total de 30 segundos. Tomado de ROTAOT, proyecto de silla rotatoria, 1988. Actualmente
el entorno visual controlado sería implementado con cascos y visores de “realidad virtual”.
Figura 13.11 – Plataforma para la determinación del centro de presión. El centro de presión de un
paciente es la proyección del baricentro sobre el piso (COP “Centre of Pressure”). El eje “y” apunta
hacia delante del paciente, el eje “z” hacia arriba y el “x” indica posiciones hacia la derecha e izquierda
(en la figura se aleja del lector). La plataforma contiene varios sensores de presión piezoeléctricos y un
circuito electrónico de integración que entrega a la computadora (PC) tres señales, x, y, z que repre-
sentan el COP y el peso del paciente. El tambor en el ángulo superior izquierdo con rayas verticales
representa el estímulo visual al que se somete el paciente con elementos de realidad virtual.
Esta relación indica que ambas resoluciones no pueden ser arbitrariamente finas.
Una mejora en la resolución temporal se traduce en una pérdida de resolución en
frecuencia, y viceversa.
Una densidad de energía tiempo-frecuencia muy utilizada en virtud de sus
propiedades de resolución es el escalograma (10). El escalograma de una señal x,
llamado aquí SCALX, es la versión energética de la transformada Wavelet:
Figura 13.12 – Escalogramas de un registro del centro de presión COP. En (A) se muestra el esca-
lograma de un paciente con trastornos del equilibrio y en (B) el escalograma una vez que el paciente
recibiera un tratamiento de rehabilitación.
13.10 REFERENCIAS
1 Baloh R, Honrubia V. “Electronystagmography” In Baloh-Honrubia Editors “Clinical
Neurophysiology of the Vestibular System”. Phyladelphia. PA: Davis. 1979:125-161.
2 Suárez H,Macadar O, Cibils D. Analyse Dynamique de la Poursuite Oculaire Horizontale et son
Application Clinique. Revue Otoneuroophtalmologie. 1980:143-146.
3 Suárez, H- Pereda A- Macadar O. The Clinical Value of Phase Relation in non Predictive Eye
Tracking. The Journal of Laryngology and Otology. 1983:97;593-597.
4 Dichigan J, Diener H C. The contribution of vestibula-spinal mechanism to the maintenance of
human upright posture. Acta Otolaryngol (Stockh) 1989:107; 338-345.
5 Peterka R J. Simple model of sensory interaction in human postural control. Multisensory Control
of Posture. 1995:281-288.
6 Suárez H, Musé P, Suárez A and Arocena M. Assessment of the risk of fall, related to Visual
Stimulation in Patients with Central Vestibular Disorders, Acta Otolaryngol. (Stockh),
2001:121;220-224.
7 Nashner L M , Shupert C L , Horak F B , Black F O. Organization of Posture Controls: an analysis
of sensory and mechanism constraints. “Progress in Brain Research. 1995;80;441-418.
8 Suárez H, Arocena M, Suárez A, Artagaveytia TA, Musé P, Gil J Changes in Postural Control
Parameters after Vestibular Rehabilitation in Patients with Central Vestibular Disorders. Acta
Otolaryngol. 2003;123;143-147.
9 Papoulis A. Signal Analysis. New York. McGraw-Hill. 1977.
10 Mallat S. A. Wavelet Tour of Signal Processing. Academic Press. 1998.
11 Kronland-Martinet R. Mortlet and Grossman A. “Analysis of sound pattern through wavelets
transform “J. Pattern Recognition. Artificial Intell.1987, vol .1:273;3-1.
12 Delisante D, Delprato P, Simini F, Suárez H y Uturbey W “VESTI90: Equipo para el estudio de
la respuesta oculomotora a estímulos periódico y aleatorios”. In: XVI Congreso Mexicano de
Ingeniería Biomédica; Durango, México, 1993.
13 Delisante D, Delprato P, Simini F, Suárez H y Uturbey W “VESTI90: equipo para el estudio de la
respuesta oculomotora a estímulos periódicos y aleatorios”. VI Jornadas de la Sociedad Uruguaya
de Biociencias; Piriápolis, Uruguay, Oct. 1991.
14 Parmentier J. “The Physics of Labyrinthine Motion Stimulus”, Neurologic Clinics, 1990:8;2;261-
268.
14
NAVEGACIÓN GUIADA POR
IMÁGENES EN NEUROCIRUGÍA
Alvaro Gómez y Gregory Randall
La navegación guiada por imágenes en cirugía (20, 23, 21, 14, 5) se basa en
determinar las coordenadas de los instrumentos de cirugía en la mesa de operacio-
nes y mostrar su posición en las imágenes de estudios previos de TC o RNM. Esta
técnica permite desplegar la ubicación de los instrumentos sobre las imágenes para
guiar al cirujano en zonas de difícil visibilidad o acceso. Brinda una realimentación
visual de la posición del instrumento y la trayectoria que se está siguiendo, lo que
favorece y simplifica la toma de decisiones.
Figura 14.3 – Diagrama de bloques del sistema de neuronavegación. Los bloques centrales (en
color claro) se ejecutan en línea. Los bloques laterales (en oscuro) se ejecutan fuera de línea.
268 Alvaro Gómez y Gregory Randall
Figura 14.4 – Patrón utilizado. Se han marcado las esquinas que se usan en la detección.
Detección de esquinas
Para detectar las esquinas en las imágenes se utiliza el algoritmo de Harris (9) que
busca puntos de la imagen donde la autocorrelación local es alta.
Si el punto (x, y) es una esquina, la imagen varía cuando nos apartamos en
cualquier dirección de (x, y). Una forma de encontrar puntos esquina usando la
autocorrelación es:
• Para cada pixel de I calcular la autocorrelación E en todas las direcciones.
• Encontrar los puntos en que E sea máximo.
• Marcar como esquina si el máximo supera cierto umbral.
determinado el plano epipolar que pasa por X y los centros de las cámaras C y C’.
Este plano corta cada imagen en una línea llamada línea epipolar.
Si conocemos la geometría del sistema estéreo a través de la calibración podemos
usar este tipo de restricciones al momento de buscar puntos correspondientes entre
dos imágenes 2D. Conocidas las correspondencias se puede reconstruir la posición
del punto en el espacio por triangulación.
(1)
(2)
(3)
(4)
Como el patrón de la calibración es plano, las esquinas de los cuadrados del pa-
trón (puntos del modelo) y los puntos proyectados en el plano imagen (puntos de la
imagen) están relacionados por una homografía que se puede calcular si conocemos
por lo menos cuatro correspondencias de puntos entre ambos planos.
El cálculo de los parámetros intrínsecos se realiza en dos pasos:
Para el caso del sistema estéreo debemos calcular los 5 parámetros intrínsecos
de cada cámara más los 6 parámetros de la posición relativa entre ambas. El pro-
cedimiento más usual es realizar la calibración de cada cámara por separado, pero
utilizando el mismo set de imágenes. Esto da un punto inicial a partir del cual se
realiza un refinamiento imponiendo la condición que las dos cámaras ven las mismas
características en las imágenes del set.
Figura 14.8 – Cálculo de la posición del instrumento en el referencial del patrón. Notar el pivoteo,
detalles en (8)
Para seguir el puntero durante la cirugía y desplegar su posición sobre las imá-
genes de un estudio, es necesario relacionar las medidas realizadas en los distintos
sistemas de coordenadas lo cual requiere procesos de registrado y calibración.
Durante la navegación se detecta el patrón en el espacio y se calcula su posición
en el referencial . Para calcular la posición del puntero respecto a es necesario
conocer su posición respecto a . Para desplegar la posición del puntero sobre el
estudio es necesario expresar su posición en . Por tanto es necesario conocer la
transformación que relaciona y y la que relaciona y .
La transformación relaciona coordenadas del navegador y coordenadas del
mundo. Para determinarla se utiliza un patrón que se fija al paciente.
Navegación Guiada por Imágenes en Neurocirugía 275
(5)
(6)
(7)
Existen métodos iterativos y directos para encontrar los y que minimizan (7).
Los dos algoritmos directos más utilizados se deben a Horn (13) y a Arun et al. (1).
Se implementó el algoritmo de Arun en el cual las rotaciones se representan mediante
matrices ortogonales y para llegar a la solución se realiza una descomposición en
valores singulares a partir de la cual se construye la matriz de rotación solución.
Para ver las imágenes de los estudios previos y poder desplegar la posición de un
instrumento, se utiliza el software 3D-Slicer (18). Es un software de código abierto
desarrollado en el MIT por David T. Gering (5). Está desarrollado sobre OpenGL,
usa VTK para el procesamiento y Tcl/Tk para la interfaz gráfica.
El 3D-Slicer permite abrir archivos de imágenes de TC, RNM y cualquier es-
tudio médico disponible en formato DICOM. Las imágenes de un estudio pueden
desplegarse en el plano axial, plano sagital, plano coronal o definido por el usuario.
Permite generar modelos de superficie tridimensionales a partir de segmentaciones
de los cortes bidimensionales. Tiene la posibilidad de desplegar la posición de un
puntero sobre los cortes bidimensionales y sobre los modelos de superficie.
Navegación Guiada por Imágenes en Neurocirugía 277
• Fijar el plano.
• Detectar el conjunto de posiciones sobre el plano.
• Registrar el conjunto de posiciones detectadas con las posiciones teóricas
• Determinar el error entre las posiciones detectadas y las teóricas
Las Figura 14.10 muestra las posiciones detectadas y teóricas para una corrida
con el plano a una distancia de 1.5 mts. del centro de las cámaras. El plano se ubica
de tal manera que la coordenada apunta hacia el centro del par estéreo. La tabla
14.2 muestra los resultados correspondientes.
navegar hacia un objetivo en una región profunda dentro del cráneo. En este caso
es importante conocer el error que se comete al localizar el objetivo. Este error
depende del número de puntos fiduciarios, la configuración de los mismos, el error
de localización de estos puntos en cada espacio (imagen y físico) y de la posición
de la estructura objetivo (4, 24, 25, 17).
a las estimaciones de los diversos errores del sistema. Este error es del orden de los
6 mm. Este nivel de exactitud puede ser adecuado si el sistema se utiliza como guía
para llegar a una estructura fácilmente identificable pero puede resultar insuficiente
para realizar una tarea más delicada. Para lograr errores similares a los reportados
es preciso dividir por 3 el error estimado cosa que parece alcanzable dado que se
trata de una primera aproximación con el mínimo de inversión.
14.7 CONCLUSIONES
14.8 BIBLIOGRAFÍA
1 Arun, K. S., T. S. Huang, and S. D. Blostein. Least-squares fitting of two 3-d point sets. IEEE
Transactions on Pattern Analysis and Machine Intelligence, 9(5):698–700, 1987.
2 ASME. The American Society of Mechanical Engineers. http://www.asme.org/. Último acceso:
diciembre de 2003.
3 Benardete, Ethan A., Michael A. Leonard, and Howard L. Weiner. Comparison of frameless ste-
reotactic systems: Accuracy, precision, and applications. Neurosurgery, 49(6):1409–, 2001.
4 Fitzpatrick, J., Jay B. West, and Calvin R. Maurer, Jr. Predicting error in rigid-body point-based
registration”. IEEE Trans. on Medical Imaging, 17(5):694–702, October 1998.
5 Gering, David T. A System for Surgical Planning and Guidance using Fusion and Interventional
MR. Msc, M.I.T., 1999.
6 Glossop, N., F. Banovac , E. Levy, D. Lindisch, and K. Cleary. Accuracy evaluation of the aurora
magnetic tracking system. http://www.traxtal.com/. Último acceso: Diciembre de 2003.
7 Glossop, N., and R. Hu. Clinical use accuracy in image guided surgery. http://www.traxtal.com/.
Último acceso: Diciembre de 2003.
8 Gómez, Alvaro. Navegación 3d mediante visión estéreo pasiva y su aplicación a la cirugía
guiada por imágenes. Ingeniería eléctrica, Facultad de Ingeniería - Universidad de la República,
Montevideo, Uruguay, 2003.
9 Harris, C. G. and M. Stephens. A combined corner and edge detection. In Proc of the 4th Alvey
Vision Conference, pages 147–151, 1988.
10 Hartkens, T., D.L.G. Hill, A.D. Castellano-Smith, D.J. Hawkes, C.R. Maurer, Jr., A.J. Martin, W.A.
Hall, H. Liu, and C.L. Truwit. Measurement and analysis of brain deformation during neurosurgery.
MedImg, 22(1):82–92, January 2003.
11 Hartley, Richard and Andrew Zisserman. Multiple View Geometry. Cambridge, 2001.
12 Hill, Derek L.G., C.R. Maurer, Jr., , Robert J. Maciunas, John A. Barwise, J. Michael Fitzpatrick,
and Matthew Y. Wang. Measurement of intraoperative brain surface deformation under a cranio-
tomy. Neurosurgery, 43(3):514–, 1998.
13 Horn, Berthold K.P. Closed-form solution of absolute orientation using unit quaternions. J. Opt.
Soc. Amer, 4(4):629–642, April 1987.
14 Leventon, M. A registration, tracking, and visualization system for image-guided surgery. Msc,
M.I.T., 1997.
15 Liu, Charles Y., and Michael Apuzzo. The genesis of neurosurgery and the evolution of the neu-
rosurgical operative environment: Part i-prehistory to 2003. Neurosurgery, 52(1):3–, Jan. 2003.
16 Liu, Charles Y., Mark Spicer, and Michael Apuzzo. The genesis of neurosurgery and the evolution
of the neurosurgical operative environment: Part ii-concepts for future development, 2003 and
beyond. Neurosurgery, 52(1):20–, Jan. 2003.
17 Maurer, C.R., Jr., J. M. Fitzpatrick, M. Y. Wang, R. L. Galloway, Jr., R. J. Maciunas, and G. S.
Allen. Registration of head volume images using implantable fiducial markers. IEEE Trans. on
Medical Images, 16(4):447–462, Aug. 1997.
18 MIT. 3D Slicer. Open-source software for visualization, registration, segmentation, and quantifi-
cation of medical data. http://www.slicer.org. Último acceso: Diciembre de 2003.
282 Alvaro Gómez y Gregory Randall
19 Nimsky, Christopher, Oliver Ganslandt, Simon Cerny, Peter Hastreiter, Günther Greiner, and
Rudolf Fahlbusch. Quantification of, visualization of, and compensation for brain shift using
intraoperative magnetic resonance imaging. Neurosurgery, 47(5):1070–, 2000.
20 Peters, Terry M. Image-guided surgery: From x-rays to virtual reality. Computer Methods in
Biomechanics and Biomedical Engineering, 4(1):27–57, 2000.
21 Taylor, Russell H., Stéphane Lavallé, Grigore C. Burdea, and Ralph Mösges (editors). Computer-
Integrated Surgery. Technology and Clinical Applications. The MIT Press, 1996.
22 Traxtal. Practical accuracy issues in image guided and computer assisted surgery. http://www.
traxtal.com/. Último acceso: Diciembre de 2003.
23 Viergever, M. A., (editor). Special issue on image guidance of therapy. IEEE Transactions on
Medical Imaging, Oct. 1998.
24 West, Jay B., and J. Michael Fitzpatrick. Point-based rigid registration: clinical validation of theory.
Proc. SPIE Medical Imaging 2000, San Diego, CA , vol. 3979, 353-359 (Feb 2000).
25 West, Jay B., and J. Michael Fitzpatrick. The distribution of target registration error in rigid-body,
point-based registration. Lecture Notes in Computer Science, 1613:460–, 1999.
26 Zhang, Zhengyou. A flexible new technique for camera calibration. Microsoft Research, Technical
Report MSR-TR-98-71, 12 1998.
15
IMPLANTES COCLEARES
Mario Svirsky y Hamlet Suárez
Este capítulo intenta dar un breve resumen sobre los artefactos llamados implantes
cocleares (IC’s). Los IC’s son el ejemplo más exitoso de prótesis neural, o sea un
dispositivo artificial que reemplaza una función del sistema nervioso. En este caso
la función reemplazada es la audición, ya que los IC’s provocan sensaciones audi-
tivas mediante la estimulación eléctrica directa del sistema nervioso. En sucesivas
secciones intentaremos dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿Cómo funciona un
oído normal, y de qué formas puede fallar? ¿Qué características de la señal acústica
nos permiten diferenciar los sonidos del habla? ¿Cómo funcionan los implantes
cocleares, y cómo trasmiten las características mencionadas anteriormente? ¿Qué
pacientes pueden beneficiarse de un implante coclear, y cuáles son los resultados
para distintas clases de pacientes? Finalmente, ¿qué nos deparará el futuro de la
tecnología en prótesis sensoriales?
Figura 15.1 – Partes del oído humano. El oído externo está formado por el pabellón y el canal audi-
tivo externo. El tímpano separa al oído externo del oído medio. La cadena osicular, ubicada en el oído
medio, transmite el sonido hacia la cóclea (que es parte del oído interno) a través de una membrana
llamada ventana oval. En conjunto, este sistema funciona como adaptador de impedancia mecánica.
(Tomado de Svirsky y Loizou (1), con permiso).
284 Mario Svirsky y Hamlet Suárez
Figura 15.2 – Cóclea desenrollada. La onda se desplaza por la membrana basilar desde la base hacia
el ápex de la cóclea. (Tomado de Svirsky y Loizou (1), con permiso).
terno del oído medio. El sonido se propaga desde el tímpano a la cóclea (ubicada en
el oído interno) mediante una cadena osicular cuyos tres huesos se llaman martillo,
yunque y estribo. El estribo está conectado a otra membrana, llamada ventana oval,
que separa a la cóclea del oído medio. El sistema formado por el tímpano, la cadena
osicular y la ventana oval es un adaptador de impedancia mecánica. En otras pala-
bras, permite que se transmita la mayor cantidad de energía de la vibración sonora
hacia el interior de la cóclea, que está llena de fluido perilinfático.
Para ver qué sucede con la onda sonora una vez que ésta penetra en la có-
clea, es útil examinar la cóclea desenrollada tal como aparece en la Figura 15.2.
Simplificando las cosas, podemos imaginar la cóclea como un tubo lleno de fluido
y separado en dos partes por la membrana basilar que comienza en la base (donde
están la ventana oval y la ventana redonda) y se extiende casi hasta la punta o ápex
de la cóclea. La ventana oval conecta el oído medio con la escala media de la cóclea
y la ventana redonda conecta con la escala timpánica (la cóclea también incluye la
escala vestibular, como ya veremos, pero no es necesario incluirla en esta discusión
simplificada). Cuando la vibración sonora es trasmitida por la cadena osicular a la
ventana oval se produce una perturbación en la membrana basilar que se transmite
desde la base al ápex de la cóclea. Si las propiedades mecánicas de la cóclea no va-
riaran a lo largo de su longitud, esta perturbación se movería a velocidad y amplitud
constantes, independientemente de la frecuencia. Por suerte, esto no ocurre así. La
rigidez de la membrana basilar cerca de la base es 100 veces mayor que en el ápex,
variando en forma monótona. Otros parámetros mecánicos también cambian a lo
largo de la membrana basilar, pero el cambio de rigidez es dominante y determina
que la impedancia mecánica del sistema varíe en forma monótona desde la base hasta
el ápex. Esto es importante porque hace que la cóclea sea un verdadero analizador
de frecuencia. En general, el lugar de estimulación máxima dentro de la cóclea para
un tono puro depende de la frecuencia: los sonidos de alta frecuencia estimulan en
Implantes Cocleares 285
forma máxima las neuronas más basales de la cóclea (ver Figura 15.3). De esa for-
ma, los tonos puros de distintas frecuencias tienden a estimular distintos grupos de
neuronas. Este mecanismo de análisis de frecuencia se denomina código espacial.
Hay además otros mecanismos de análisis de frecuencia en el oído.
Las neuronas de la cóclea que detectan el sonido (vale decir las vibraciones de la
membrana basilar) y lo transforman en impulsos nerviosos se llaman células ciliadas
internas. La respuesta de estas células tiende a estar en fase con las vibraciones de la
membrana basilar: la probabilidad de envío de un impulso nervioso es máxima a una
cierta fase y mínima en la fase opuesta de las vibraciones de la membrana basilar.
De esta forma las señales que van por el nervio auditivo acompañan la vibración
acústica. Este mecanismo se denomina código temporal.
¿Cómo se traduce la vibración de la membrana basilar a impulsos nerviosos?
Para responder esta pregunta examinemos la Figura 15.4 que muestra una sección
transversal de la cóclea. Sobre la membrana basilar, entre la escala media y esca-
Figura 15.4 – Sección transversal de la cóclea. (Tomado de Svirsky y Loizou (1), con permiso).
286 Mario Svirsky y Hamlet Suárez
Figura 15.5 – Parte de las vías auditivas. Las células ciliadas de la cóclea envían impulsos nerviosos
a las células del ganglio espiral, las cuales a su vez los envían a varios núcleos en el tallo cerebral.
Estos impulsos nerviosos luego llegan al cerebro a través de un número de neuronas intermedias.
(Tomado de Svirsky y Loizou (1), con permiso).
Figura 15.6 – Espectro de un sonido por vibración de las cuerdas vocales: (a) espectro de la
señal de excitación provocada por la vibración cuasi periódica de las cuerdas vocales, (b) función de
transferencia del tracto vocal, que es determinada por la posición de los articuladores (lengua, labios,
etcétera), (c) señal acústica del habla que se produce por la combinación de la excitación y la función
de transferencia. Los picos de la envolvente de este espectro de frecuencia se denominan formantes.
(Tomado de Svirsky y Loizou (1), con permiso).
pleta de este tema sugerimos consultar Kent & Read (2), Ladefoged & Maddieson
(3), o Stevens (4). Un buen resumen del tema, en español, se encuentra en Guirao
(5) mientras que Quilis & Fernandez (6) lo tratan más extensamente.
La señal del habla puede ser vista como una señal de excitación multiplicada por
una función de transferencia, siendo esta última determinada por la configuración
del tracto vocal. La Figura 15.6 ilustra este concepto cuando la señal de excitación
es generada por la vibración de las cuerdas vocales. Esta vibración es casi periódi-
ca, con una frecuencia fundamental que depende de la masa de las cuerdas vocales
y de la tensión de los músculos laríngeos (las cuerdas vocales de los hombres en
general tienen mayor masa que las de las mujeres, lo cual explica que éstos tengan
voces más graves). La Figura 15.6 (a) muestra el espectro de frecuencia de la señal
acústica emitida por la laringe cuando las cuerdas vocales vibran. La Figura 15.6 (b)
ilustra la función de transferencia del tracto vocal, que es determinada por la posi-
ción de los labios, la lengua, la faringe y la nasofaringe. La Figura 15.6 (c) muestra
el espectro de frecuencia de la señal resultante que es emitida por el hablante. Los
picos de este espectro se denominan formantes y contienen mucha información
acústica de importancia.
El panel superior de la Figura 15.7 muestra un trozo de 25 milisegundos de un
sonido vocal pronunciado por un hombre. El panel inferior muestra el espectro de
frecuencia correspondiente a las tres primeras formantes indicadas mediante las
abreviaturas de uso común: F1, F2 y F3. Un ejemplo que muestra la importancia
288 Mario Svirsky y Hamlet Suárez
Figura 15.7 – Trozo de 25 ms de un sonido vocal pronunciado por un hombre. Arriba: señal
temporal. Abajo: espectro de frecuencia con las tres primeras formantes F1, F2 y F3. La línea sólida
fue obtenida usando la transformada de Fourier y la punteada usando análisis de predicción lineal.
(Tomado de Svirsky y Loizou (1), con permiso).
Figura 15.8 – Distribución bidimensional de las dos primeras formantes de vocales del habla
inglesa. Tomado de Peterson y Barney (7). Los valores de las dos primeras formantes proporcionan
información muy útil para identificar las vocales, en todos los idiomas del mundo. (Tomado de Svirsky
y Loizou (1), con permiso).
Implantes Cocleares 289
Figura 15.9 – Implante coclear que usa la estrategia “Continuous Interleaved Sampling” (CIS).
El sonido ambiente es captado por un micrófono, procesado y enviado por radio frecuencia a un re-
ceptor implantado que estimula la cóclea mediante electrodos contenidos en una pequeña vaina. La
parte del medio de la figura muestra un diagrama de bloques de una implementación simplificada de
la estrategia CIS usando la sílaba “sa” como entrada. La señal pasa primero por un conjunto de filtros
pasabanda que divide la onda acústica en cuatro canales. Las envolventes de cada canal son detectadas
por rectificación y filtrado pasabajos. Finalmente se generan pulsos de corriente cuyas amplitudes son
proporcionales a las envolventes de cada canal. Las formas de onda en la parte inferior de la figura
muestran como cambia la señal luego de cada etapa de procesamiento. (Tomado de Svirsky y Loizou
(1), con permiso).
independientemente del hablante, cada vocal ocupa una zona distinta del plano F1-
F2, lo cual quiere decir que es posible identificar una vocal con bastante precisión
simplemente determinando el valor de las dos primeras formantes.
En la esquina inferior izquierda de la Figura 15.9 se ve la forma de onda pro-
ducida por la palabra “sa”. Se distingue claramente la vibración no periódica, de
alta frecuencia, producida durante el sonido “s” de la vibración casi periódica (y
de mayor intensidad) producida durante la vocal. Finalmente, es importante señalar
que muchas características acústicas de algunos sonidos se ven más claramente en
el dominio de la frecuencia que en el temporal. Por eso, es útil examinar espectro-
gramas de la señal acústica que muestran el espectro de frecuencia de la señal en
función del tiempo. El espectrograma de la palabra inglesa “choice” se puede ver
en el panel superior de la Figura 15.10. El eje horizontal indica el tiempo, el eje
vertical muestra la frecuencia del sonido, y las zonas negras indican las frecuencias
donde hay mayor intensidad acústica En la figura se puede apreciar, de izquierda
a derecha, varias características acústicas de los distintos sonidos. La “ch” inicial
muestra energía acústica en un rango amplio, de 1,5 a 5 kHz. Es seguida por el
diptongo “oi”, de intensidad mayor que la “ch” precedente y que la “s” que sigue
al diptongo. Durante el diptongo se puede observar los cambios en las distintas
290 Mario Svirsky y Hamlet Suárez
Todas las prótesis cocleares de uso corriente tienen las siguientes características en
común (ilustradas en la parte superior de la Figura 15.9): un micrófono que recoge
el sonido, un procesador de señales que convierte el sonido en señales eléctricas,
un sistema de transmisión que envía las señales eléctricas a través de la piel uti-
lizando un enlace de radio frecuencia, un receptor-estimulador implantado en el
hueso mastoideo del paciente y un conjunto de electrodos implantados en la cóclea
(generalmente insertados a través de la ventana redonda) que están conectados al
receptor. Todas las estrategias de estimulación utilizadas intentan aprovechar la
estructura tonotópica de la cóclea (vale decir, el código espacial que determina que
las neuronas más cercanas a la base codifiquen frecuencias más altas, ver Figura
Implantes Cocleares 291
Los implantes cocleares no son una panacea: hay importantes diferencias individua-
les entre pacientes en cuanto a percepción del habla, dependiendo de varios factores.
Por eso es importante determinar quiénes son los candidatos apropiados para esta
intervención clínica. Es útil discutir separadamente el caso de los adultos y el de
los niños, así como el caso de los pacientes con sordera profunda prelingual (vale
decir, adquirida antes de cumplir los tres años de edad) o sordera poslingual.
Adultos
Hace apenas unos años sólo eran candidatos al implante coclear aquellos adultos que
padecían sordera sensorioneural profunda a total (vale decir que el promedio de sus
umbrales auditivos a 0,5 kHz, 1 kHz y 2 kHz, también llamado promedio de tonos
294 Mario Svirsky y Hamlet Suárez
puros, era superior a 90 dB) y que habían adquirido esta sordera en forma poslin-
gual. Típicamente, estos pacientes tenían poca o ninguna capacidad de identificar
palabras en formato abierto (o sea en tests donde el número de respuestas posibles
es muy grande) antes de recibir el implante. Hoy día se acepta normalmente que
los pacientes con sordera severa (promedio de tonos puros entre 70 y 90 dB) tam-
bién son candidatos siempre que reciban poco o ningún beneficio de audioprótesis
convencionales apropiadas. Más específicamente, cualquier paciente con promedio
de tonos puros de por lo menos 70 dB es candidato si no logra identificar más del
40 % de las palabras clave en el test HINT (11) de identificación de oraciones, sin
labiolectura. Este criterio ha sido establecido porque los pacientes que lo cumplen
tienen buena probabilidad de obtener mejor percepción del habla con un implante
coclear que con una audioprótesis convencional. Es de prever que los criterios
audiológicos de implantación sigan cambiando a medida que se introduce nueva
tecnología tanto en el campo de las prótesis cocleares como en el de las audiopró-
tesis convencionales.
Como se indicó más arriba, un caso aparte es el de los adultos con sordera pre-
lingual. Casi todos estos pacientes logran detectar sonidos utilizando su implante
coclear pero las mejoras en la labiolectura (cuando las hay) son muy modestas y sólo
una pequeña proporción de estos pacientes logra obtener incluso un mínimo nivel
de percepción del habla en formato abierto. Si bien la mayoría de estos pacientes
están contentos con su implante, es por lo menos cuestionable que valga la pena el
costo de la intervención (típicamente, más de 30 mil dólares) y el riesgo quirúrgico,
por pequeño que sea. Sería deseable que se pudiera determinar previamente a la
operación cuáles pacientes de esta población van a obtener un nivel aceptable de
beneficio pero lamentablemente esto es imposible hoy en día.
Niños
En los pacientes pediátricos, son candidatos los niños de por lo menos un año de
edad, con sordera sensorioneural profunda que reciben poco o ningún beneficio de
las audioprótesis convencionales. “Poco beneficio” se define para niños de cinco
años en adelante en función de los resultados de tests de percepción del habla en
formato abierto y sin labiolectura, que deben ser menores al 20 %. Para niños me-
nores de cinco años, se postula que los que reciben poco beneficio son aquellos que
no muestran progreso en el desarrollo de habilidades auditivas simples. Tal como
en el caso de los adultos, todos los niños que cumplen estas condiciones son bue-
nos candidatos para un implante coclear. Pero a diferencia de los adultos, muchos
niños con sordera prelingual obtienen excelentes resultados. Múltiples estudios
han demostrado que cuanto más temprano se realice el implante mejores son las
posibilidades del paciente (en particular, véase Fryauf-Bertschy et al. (12) y Svirsky
et al. (17)). En cambio los niños con sordera congénita que no reciben un implante
hasta entrada la adolescencia obtienen resultados bastante más modestos.
Implantes Cocleares 295
de las palabras en un test como éste que no proporciona ningún contexto lingüístico
ni permite la labiolectura, probablemente pueda comunicarse en forma muy fluida
en una conversación mano a mano. Lo que es más importante destacar es que todos
los estudios en la literatura confirman las dos conclusiones mencionadas más arriba
y que se expresan con la afirmación “casi todos los adultos con sordera poslingual
que usan prótesis cocleares obtienen algún nivel de percepción del habla en formato
abierto y los resultados muestran importantes variaciones de un individuo a otro”.
La Figura 15.12 muestra niveles de percepción del habla en cuatro grupos
de niños que fueron estudiados a diferentes edades usando el test de oraciones
Potatohead (Robbins (13)) administrado a viva voz sin labiolectura. Los círculos
negros muestran los resultados en niños con audición normal y las curvas negra, gris
y punteada muestran resultados promedio de niños con sordera profunda y congé-
nita, implantados en el segundo, tercer, o cuarto año de vida respectivamente. Una
discusión más detallada de estos datos se puede encontrar en Svirsky et al. (17), pero
cabe hacer algunas observaciones generales. En primer lugar, los niños con sordera
congénita pueden obtener niveles elevados de percepción del habla, particularmente
si reciben el implante antes de cumplir dos años. Además, los niveles de percepción
del habla obtenidos por estos niños son muy superiores a los que tienen los niños
con sorderas similares pero que usan audioprótesis convencionales en lugar de IC’s
(Meyer et al. (14), Svirsky et al. (15)). También es importante mencionar que los
IC’s benefician el desarrollo lingüístico oral (Svirsky et al. (16)) y la producción
de habla inteligible en niños sordos.
En los próximos años es de esperar que continúe la mejora de los resultados con
IC’s en cuanto a la posibilidad de discriminación del lenguaje y la inserción del
sordo profundo en la sociedad. También es muy probable que continúe el proceso de
miniaturización de estos dispositivos, culminando en el IC totalmente implantable,
con el micrófono, el procesador, y la fuente de energía (además de los electrodos,
obviamente) colocados en forma permanente dentro de la cabeza del paciente. Si
bien hay algunas barreras tecnológicas que deben superarse para lograr este objetivo,
las empresas que fabrican prótesis cocleares están enfrascadas en una furiosa carrera
para llevar al mercado el primer artefacto totalmente implantable.
Otro avance que puede llegar a beneficiar a los pacientes con sordera profunda
es el uso de factores de crecimiento neurotróficos o terapia genética neurotrófica
(Miller et al. (18)). Si bien esta área de investigación aún está en una etapa primitiva,
podría llegar a permitir el crecimiento y regeneración de las neuronas en el ganglio
espiral y de las células ciliadas en la cóclea, cuya ausencia es la causa principal de
la sordera sensorioneural. Incluso si no fuera posible restaurar el sistema nervioso
auditivo a la situación previa a la sordera, la terapia neurotrófica podría llegar a
usarse en conjunto con una nueva generación de prótesis cocleares. Por ejemplo, se
podrían hacer crecer dendritas del ganglio espiral hacia un conjunto de electrodos
mucho más pequeños y más numerosos que los que se utilizan hoy en día. De esta
manera, una prótesis coclear podría estimular pequeñas poblaciones de neuronas
bien delimitadas y así podrían codificar pequeñísimas diferencias de frecuencia
acústica, lo cual podría resultar en niveles de percepción del habla muy superiores
a los que se obtienen con las prótesis cocleares de hoy en día. Otro objetivo aún
más ambicioso (y también más lejano) es el de restaurar completamente el sistema
auditivo de una persona sorda mediante terapia genética (Lalwani y Mhatre (19)) o
terapia de reemplazo de las células sensoriales de la cóclea (Li et al. (20)).
Es interesante observar que el éxito clínico de las prótesis cocleares no ha sido
acompañado por un alto nivel de comprensión respecto a cómo el cerebro humano
interpreta la información enviada por la prótesis. Nuestra comprensión básica de
los mecanismos sensoriales, perceptuales y cognitivos que usan los pacientes con
298 Mario Svirsky y Hamlet Suárez
implantes cocleares para percibir el habla está rezagada respecto al beneficio que
estos pacientes obtienen. Es posible que durante los próximos diez años se logre
avanzar en el desarrollo de modelos matemáticos tales como el modelo MPI (sigla
inglesa del Multidimensional Phoneme Identification model) que ya ha logrado
dar explicaciones de una gran variedad de resultados experimentales en percepción
del habla, tanto en inglés como en español (Svirsky & Meyer (21); Svirsky (22);
Svirsky (23)). En forma paralela, algunos investigadores han empezado a estudiar
la influencia de parámetros cognitivos en la percepción del habla en esta población
clínica (Pisoni (24)). Finalmente, los métodos de procesamiento de imágenes fun-
cionales a través de métodos como Single Photon Emission Computed Tomography
(SPECT), Tomografía por Emisión de Positrones (PET) o Resonancia Magnética
Nuclear Funcional (fNMR) también han proporcionado información acerca de cómo
y en qué lugares del sistema nervioso central se produce el procesamiento de la
palabra y de los sonidos. Aunque todavía debemos aprender mucho para lograrlo,
quizás en un futuro no tan lejano la programación de un implante coclear se haga
con una base teórica y experimental más firme y por lo tanto sea tan fácil como
obtener una receta para lentes en el oculista.
Aunque el foco de este capítulo son las prótesis cocleares, es interesante men-
cionar que hay muchas otras prótesis neurales en distintas etapas de desarrollo.
Por ejemplo, algunas intentan estimular los nervios o músculos de pacientes pa-
ralíticos para que puedan alcanzar y agarrar objetos, o incluso para que puedan
pararse y caminar. Otras intentan restaurar la visión a los ciegos ya sea mediante
estimulación eléctrica de la corteza visual, o de la retina. Existe también un ejemplo
auditivo: las prótesis de tallo cerebral estimulan el núcleo coclear de pacientes que
no pueden beneficiarse de las prótesis cocleares ya que el nervio auditivo mismo
está comprometido. Otras tienen como objetivo controlar las cuerdas vocales, la
respiración, la micción, el dolor, el temblor involuntario y los ataques epilépticos.
Hace relativamente poco tiempo la posibilidad de hacer oír a los sordos, hacer ver
a los ciegos, y hacer caminar a los paralíticos, parecía por menos remota. Desde
entonces el desarrollo científico y tecnológico les ha permitido a muchos pacientes
alcanzar el primero de estos objetivos, lo cual representa el primer intento exitoso de
sustituir un sentido humano por una prótesis electrónica. Es imposible predecir si los
otros objetivos serán alcanzados en el futuro, pero el éxito de las prótesis cocleares
permite abrigar algún optimismo respecto a posibilidades que hasta hace no tanto
tiempo estaban reservadas a los dioses o al terreno de la ciencia ficción.
En noviembre de 2001, la Food and Drug Administration de los EE.UU. estimaba
que ya había 70.000 usuarios de implantes cocleares en todo el mundo. Un informe
de agosto del 2004 indicaba que se habían realizado más de 3.000 en Latinoamérica
(25). Nuestro equipo de implantes cocleares en Uruguay había colocado cerca de
90 dispositivos a fines del 2004, la mayoría en niños con sordera congénita. Si bien
este dato es positivo, los estudios epidemiológicos sugieren que debe haber varios
cientos de pacientes en Uruguay que podrían recibir gran beneficio de un implante
coclear pero que no pueden acceder a él por motivos económicos. La financiación de
Implantes Cocleares 299
los implantes cocleares en Uruguay surge de varias fuentes. En el caso de los niños
(hasta 12 años), el Fondo Nacional de Recursos financia entre 14 y 16 implantes
por año. En cambio se llega a apenas cinco implantes cocleares a pacientes adultos,
para los cuales la financiación es más problemática. Algunos pagan el implante con
medios propios, otros reciben ayuda del Banco de Previsión Social. La internación y
sala de cirugía es normalmente a cargo de la mutualista del paciente (si es que está
afiliado a alguna), o el Ministerio de Salud Pública. En nuestro país no se cobra por
la cirugía en si, ya que el nuestro es un programa universitario sin fines de lucro.
Como apunte final, los países de Latinoamérica en general y del MERCOSUR en
particular usan la tecnología de implantes cocleares más avanzada que se encuentra
disponible en el primer mundo para uso clínico rutinario. Ya no se usa tecnología
obsoleta y desacreditada (como los implantes cocleares de un solo canal), y tampoco
se usan los artefactos que aún son considerados experimentales. Es de esperar que
esta prudente actitud continúe durante los próximos diez años a medida que surjan
nuevas formas de tratamiento.
AGRADECIMIENTOS
Parte de la investigación descrita en este artículo fue financiada por grants otorgados
por las siguientes organizaciones: National Institutes of Health (R01-DC03937 y
R01-DC00064); Deafness Research Foundation; National Organization of Hearing
Research; American Hearing Research Foundation y American Academy of
Otolaryngology-Head and Neck Surgery. También agradecemos a Steven Staller,
de Cochlear Corporation, quien proporcionó los gráficos que se usaron de base para
la Figura 15.15, y a Phil Loizou, quien proporcionó las Figuras 15.3, 15.7, y 15.9.
Algunas de las figuras que se reproducen aquí con permiso han aparecido previa-
mente en las siguientes publicaciones: IEEE Signal Processing Magazine, IEEE
Engineering in Medicine and Biology, y en un capítulo del libro “Bioinstrumentation:
Research, Development and Applications” (Boston: Butterworths Publishers).
15.7 BIBLIOGRAFÍA
1 Svirsky, M. A. & Loizou, P. C. (2001). Prótesis cocleares. In R. Velluti & H. Suarez (Eds.), La
Coclea: Fisiología y patología (pp. 271-305). Montevideo, Uruguay: Ediciones Trilce.
2 Kent R. D. & Read C. (1992) The Acoustic Analysis of Speech. San Diego, CA: Singular Pub-
lishing Group, Inc.
3 Ladefoged P. & Maddieson I. (1996) The Sounds of the World’s Llanguages. Oxford, UK: Black-
well Publishers, Ltd.
4 Stevens K. N. (1998) Acoustic Phonetics. Cambridge, Massachusetts: The MIT Press.
5 Guirao M. (1980) Los Sentidos, Bases de la Percepción. España: Alhambra.
6 Quilis A. & Fernández J. A. (1996) Curso De Fonética y Fonología Españolas. Madrid: Consejo
Superior de Investigaciones Científicas.
7 Peterson G. E. & Barney H. L. (1952) Control methods used in a study of the vowels. Journal of
the Acoustical Society of America 24: 175-84.
300 Mario Svirsky y Hamlet Suárez
Hacia fines del siglo XIX se llegó a la convicción de que la actividad cognitiva
del cerebro humano estaba basada en un tipo de célula llamada “neurona”. Estas
neuronas poseían un cuerpo celular dotado de prolongaciones receptoras llamadas
“dendritas”, y una única prolongación emisora llamada “axón”. Estas neuronas se
organizan conformando extensas redes donde los axones se ramifican y establecen
contactos con otras neuronas. A continuación mostramos varios dibujos debidos a
Santiago Ramón y Cajal, el gran neurobiólogo español, que ilustran la riqueza y
la complejidad de las redes neuronales biológicas. En la Figura 16.1 se muestran
distintos tipos de neuronas. La imagen A corresponde a una neurona piramidal,
típica de la corteza cerebral.
302 Eduardo Mizraji
umbral (“umbral de disparo”). Estos umbrales están siempre presentes en los diversos
modelos matemáticos que intentan describir el funcionamiento de las neuronas.
La región que comunica dos neuronas se llama “sinapsis”. Esta es una zona
extremadamente compleja, en la que se ponen en contacto funcional el axón de
una neurona que transporta una señal, y la membrana de la neurona que habrá de
recibir esa señal. Entre ambas membranas existe un espacio (“hendidura sináptica”)
por el que transitan neurotransmisores. El proceso de transducción de señales en
una sinapsis química implica lo siguiente: los potenciales de acción que llegan a
la sinapsis por el axón aferente promueven la liberación de neurotransmisores a la
hendidura sináptica; estos neurotransmisores son moléculas relativamente pequeñas
que son capturadas por receptores macromoleculares ubicados en la membrana si-
náptica de la célula receptora; estos receptores moleculares desencadenan procesos
bioeléctricos en la célula receptora que finalmente son integrados con fenómenos
análogos que ocurren en otras sinapsis; de esta integración de señales resulta la
respuesta producida por la célula receptora.
La sinapsis puede poseer distinta eficiencia en su capacidad de transducción.
Además, existen sinapsis que facilitan la respuesta (excitatorias), mientras que
existen también sinapsis que dificultan la respuesta (inhibitorias). Esto está rela-
cionado con el tipo de neurotransmisor utilizado por la sinapsis. Estas propiedades
(eficiencia, estimulación o inhibición) son globalmente representadas en los modelos
Redes Neuronales 305
LA NEURONA DE MCCULLOCH-PITTS
El modelo de McCulloch-Pitts fue el primer modelo de red neuronal computable.
Este modelo fue publicado en 1943 por Warren McCulloch, un neuropsiquiatra de-
voto de la lógica matemática, y por Walter Pitts, un lógico y matemático fascinado
por la biología del cerebro. La base de su contribución fue un modelo de neurona
“digital” que incorporaba buena parte de las propiedades interesantes de las neuronas
reales. Esta neurona es un dispositivo que opera en un tiempo discreto; sus variables
de entrada y de salida sólo pueden adoptar los valores 0 y 1, que representan respec-
tivamente la ausencia y la presencia de potenciales de acción. La ley que gobierna
la neurona de McCulloch-Pitts está dada por la siguiente ecuación:
¨N ·
¤
u i ( t 1) H © M ij u j ( t )
Q i ¸
© j1 ¸
ª ¹
donde H[x] es la función escalón de Heaviside,
⎧0 sii x ≤ 0
H[x ]= ⎨
⎩1 sii x > 0 .
REDES DE MCCULLOCH-PITTS
Una de las propiedades de interés computacional de las neuronas de McCulloch-Pitts
es que son capaces de implementar compuertas lógicas. A continuación ejemplifi-
camos esto especificando los valores que deben adoptar los parámetros N, M ij y
θ i para generar algunas de las funciones lógicas fundamentales:
Es un hecho conocido que cada uno los pares de operadores (AND, NOT) y
(OR, NOT), así como la función NAND, son capaces de representar -mediante las
combinaciones adecuadas- cualquier tipo de operación lógica binaria, sea simple
o complicada (lo que en el cálculo proposicional se llama “fórmula bien formada”
o wff).
Señalemos al pasar que es un hallazgo muy destacable que el producto lógico
AND pueda ser construido a partir de un dispositivo que no multiplica las varia-
bles de entrada, sino que las suma y las compara con un umbral. Es asimismo muy
destacable que una función fundamental como NAND (también llamada “barra
de Sheffer”) sea representable con una sola neurona. Esto significa que cualquier
operación lógica, aún involucrando una extensa variedad de operadores diferentes,
puede ser computada por una red de McCulloch-Pitts conformada únicamente por
neuronas NAND. Otro hecho interesante es que funciones lógicas aparentemente tan
simples como AND o NAND no pueden ser implementadas por una única neurona
de McCulloch-Pitts. Tal es el caso del o-exclusivo (XOR) y de la equivalencia.
Esto es debido a que ninguna de las dos satisface una propiedad de separabilidad
lineal necesaria para que una única neurona sea suficiente. Sin embargo, utilizando
fórmulas conocidas del cálculo lógico es posible construir redes de neuronas de
McCulloch-Pitts que ejecuten esas operaciones. Veamos, como ejemplo, cómo la
compuerta lógica XOR puede ser representada por la siguiente fórmula:
Usando como guía esta expresión es posible construir una red de McCulloch-
Pitts capaz de computar el XOR, pues en esta fórmula intervienen los operadores
OR, AND y NOT, cada uno de ellos implementable por una neurona.
Uno de los resultados fundamentales del trabajo de McCulloch y Pitts es que
toda fórmula bien formada wff del cálculo lógico, puede transformarse en una red de
neuronas binarias que la computa. Se dice que este descubrimiento ejerció influencia
sobre John von Neumann (quien en varias instancias cita el modelo de McCulloch-
Pitts), e inspiró algunas de las ideas que condujeron a la concepción de las unidades de
procesamiento centrales utilizadas por los computadores digitales actuales. Señalemos
que además de su capacidad para implementar operaciones lógicas, las redes de
McCulloch-Pitts pueden realizar circuitos que reproducen fenómenos fisiológicos.
En su trabajo de 1943, los autores ilustran la forma de diseñar un sistema neural que
explique ciertas sensaciones térmicas paradójicas (v.g.: sensación de quemazón pro-
ducida por un objeto muy frío). Una dificultad del modelo, señalada pocos años más
tarde por sus propios autores, era su fragilidad frente a la destrucción de las unidades.
308 Eduardo Mizraji
En general, una red programada para ejecutar una tarea, comprometía gravemente
su función si alguna de sus neuronas se deterioraba. Este problema de fiabilidad fue
enfocado por Von Neumann en un trabajo célebre sobre la síntesis de organismos
fiables a partir de componentes no fiables publicado en 1956.
El modelo de McCulloch-Pitts influenció intensamente el territorio de la teoría
de las redes neuronales, y contribuyó a sustentar una suerte de paradigma digital
que mostraba cómo tanto los cerebros naturales como los computadores digitales
podían estar gobernados por un mismo tipo de marco teórico.
LA NEURONA LINEAL
Asumamos que una neurona i está gobernada por el modelo siguiente:
« N
®0 sii
®®
¤ M ij s( j) b U i
j1
r (i) ¬
® N N
¤
® M ij s( j) sii ¤ M ij s( j) U i ,
® j1 j1
¨N · N
r (i) H ©¤
© j1
¤
M ij s( j)
U i ¸. M ij s( j) ,
¸ j1
ª ¹
en un rango lineal. En este caso, y con las variables centradas en la actividad basal,
el modelo utilizable pasa a ser
N
g (i) ¤ M ij f ( j).
j1
MEMORIAS MATRICIALES
La condición de linealidad en la actividad de las neuronas permite una represen-
tación extremadamente compacta para las propiedades de una red neuronal. En el
caso en que un módulo de R neuronas reciba información conducida por señales
procedentes de N neuronas, en el régimen lineal la actividad de la red puede ser
descrita por el siguiente sistema de R ecuaciones:
g Mf ,
donde el vector columna f = [f (1) .... f (N )]T representa la información que entra
a la red en el tiempo t, y donde g = [g (1) .... g (R )]T representa la respuesta pro-
ducida por la red en el tiempo t+1. La matriz
contiene como componentes los coeficientes sinápticos de las neuronas que con-
forman la red neuronal.
Este formato matemático permite utilizar toda la potencia del álgebra lineal
para plantear el problema siguiente: ¿Puede una red neuronal lineal asociar datos
Redes Neuronales 311
G = MF .
312 Eduardo Mizraji
M GF ,
donde F + es la pseudoinversa de Moore-Penrose. Existe solución exacta si el
conjunto de entradas {f h } es linealmente independiente. En este caso, la matriz
memoria viene dada por la expresión
M = G (F T F) −1 F T .
(notar que en este caso se prueba de inmediato que es MF = G).
El caso más simple y elocuente ocurre cuando el conjunto {f h } es ortonormal.
T
En esta situación la solución anterior se reduce a M GF , y desarrollando esta
expresión se obtiene
K
M= ∑ g h f hT .
h =1
Veamos como opera esta memoria. Si ingresa a la memoria matricial M un vector
normalizado f t , resulta lo siguiente:
K
Mf t ¤ fh ,ft gh ,
h 1
f t* = f t + ruido
y en este caso, la memoria M suele (si el ruido es aproximadamente ortogonal al
conjunto de almacenado) dar como salida un vector próximo a f t . Este mismo
argumento también puede ser utilizado para mostrar que un vector deteriorado
presentado como entrada ante una matriz de este tipo, puede ser parcialmente re-
construido y establecerse una buena asociación. En cambio, si un vector entrada es
completamente desconocido por la memoria, ésta no produce ninguna salida. En
Redes Neuronales 313
todo este enfoque, se asume que la semejanza entre vectores está vinculada a su
ángulo: vectores idénticos son paralelos y vectores completamente diferentes son
ortogonales. Es un ejercicio interesante comprobar que para vectores normalizados,
la distancia euclídea está directamente relacionada con el producto escalar.
En el caso en que un vector de entrada posea componentes de algunos de los
vectores almacenados, la memoria puede generar una combinación lineal de sus
salidas. Esta propiedad puede resultar especialmente interesante para situaciones
biológico-símiles, porque revela que estas memorias poseen la capacidad de interpo-
lación que les permite generar salidas útiles ante situaciones novedosas, a pesar de
haber sido entrenadas con un conjunto limitado de patrones. Un ejemplo interesante
de esta capacidad fue investigado por el grupo de Kohonen en una situación en que
una memoria, entrenada para identificar rostros fotografiados en cinco ángulos
predeterminados, era capaz de diagnosticar el rostro correcto cuando era presentado
en un ángulo no entrenado.
En sus trabajos pioneros, J.A. Anderson y T. Kohonen mostraron que la relación
Señal/Ruido para este tipo de memoria matricial, y bajo ciertas condiciones de
aleatoriedad de la entrada, es del orden
Señal N
≈ ,
Ruido K
donde N es la dimensión de los vectores f y K es el número de pares asociados.
K
M ij ¤ g h (i)f h ( j),
h 1
1) En cada coeficiente de la matriz M hay trazas de cada uno de los pares asociados
h. Por lo tanto, cada par asociado se dispersa en todo el conjunto de coeficientes
que constituyen la memoria matricial.
2) Sobre cada coeficiente se superponen todos los pares asociados. La recolección
de los datos sin interferencia es sólo posible bajo condiciones especiales (v.g.,
ortogonalidad).
314 Eduardo Mizraji
Estas son las dos propiedades cardinales de las memorias matriciales. La primera
es la razón de que a esta clase de memoria asociativa se la denomine “memoria dis-
tribuida”. Como puede apreciarse, estas memorias matriciales implementan la idea
de Gabor y Longuet-Higgins concerniente un sistema no óptico capaz de almacenar
datos en forma distribuida. El soporte físico de estas memorias serían las diversas
estructuras moleculares que constituyen las sinapsis y que quedan abarcadas en
los coeficientes M ij de la matriz M. Varios estudios teóricos y computacionales
muestran que estas memorias pueden ser sumamente tolerantes frente al deterioro
de sus coeficientes. Esta tolerancia está regida por la relación Señal/Ruido men-
cionada anteriormente.
Señalemos finalmente que a las memorias como las descritas, donde se asocia
una salida g a una entrada f, se las llama “memorias heteroasociativas” y que en
general esto produce matrices rectangulares. Un caso especial ocurre cuando en una
memoria matricial se asocia una entrada f consigo misma. En este caso, la estructura
de la memoria posee la forma
K
M= ∑ f h f hT .
h =1
red constituida por ambas capas. Una representación matemática de este tipo de red
con capas ocultas es la siguiente:
⎧u = H ( f )
⎨
⎩g = G (u )
donde f es un vector de entrada, u es un vector generado por la capa oculta y g es el
vector salida asociado a f. La operación H representa el procesamiento de la señal f
por parte de la capa oculta, y el operador G representa la generación de la respuesta
g por parte de otra lámina neuronal. El vector u contiene una colección de señales
internas, no accesibles e intercaladas entre la entrada f y la salida g. La capacidad de
modulación por contextos de este sistema de redes requiere que las operaciones H
y G sean no lineales. Si ambas operaciones estuvieran sustentadas por las matrices
conformables G y H, la composición de las funciones correspondientes a ambas
redes produciría
g G;H(f )= (GH )f ,
CONTEXTOS MULTIPLICATIVOS
Existen alternativas para resolver problemas de contextos que permiten usar me-
morias sin capas ocultas, pero donde se opera algún tipo de pre-procesamiento no-
lineal del vector entrada y del vector contexto. En este tipo de modelo, un patrón
codificado en un vector f y un contexto codificado por un vector p son procesados
por una red neural para generar un patrón asociado g. Formalmente, el sistema
realiza la operación
g = M (f , p ) ,
donde M es algún tipo de operador capaz de actuar sobre el par (f ,p). M puede ser
un operador matricial de tipo memoria de Anderson-Kohonen en el caso en que f
y p se compongan mediante un producto de Kronecker f ⊗ p , situación estudiada
por E. Mizraji y colaboradores a partir de 1989. En este caso, si los vectores {f ⊗ p}
definen un conjunto ortonormal, entonces la memoria contexto-dependiente puede
tener la estructura
M ¤ g ij (f i p ij ) T,
ij
donde el doble subíndice ij indica que a cada entrada i se le pueden asignar varios
contextos ij a los que asociar diferentes salidas g. Este sistema en general permite
316 Eduardo Mizraji
implementar el mismo tipo de modulación por contexto que las redes con capas
ocultas, pero mantiene todas las virtudes de las memorias matriciales elementales. En
estas redes se sustituye la capa oculta por una capa única capaz de procesar entradas
de dimensionalidad extensa (pues la dimensión de la entrada es dim(f).dim(p)).
MEMORIAS DE RELAJACIÓN
Un hecho importante en la teoría de las memorias asociativas fue el desarrollo
de la idea de memorias de relajación. Este enfoque fue impulsado por investiga-
dores inspirados en técnicas y formalismos de la física estadística. Mencionemos
en particular los trabajos pioneros de W.A. Little, G.L. Shaw y J.J. Hopfield. En
estos trabajos se han explotado ciertas analogías formales entre teorías de la física
estadística y modelos neurales. Por ejemplo, el modelo matricial autoasociativo
de tipo Anderson-Kohonen, visto previamente, genera una matriz simétrica que
posee analogías formales con funciones de Lyapunov presentes en ciertos sistemas
dinámicos de espines interactuantes.
El primer modelo de Hopfield, publicado en 1982, produjo una ingeniosa
adaptación de los modelos previos, donde los patrones autoasociados quedaban
representados por los pozos de una función energía que se definía en un espacio
N-dimensional. Este modelo neural se comportaba como un sistema dinámico que,
en función de las condiciones iniciales -determinadas por los patrones de entrada-
generaba una trayectoria que era atraída por un estado final que representaba la
respuesta. La red era instruible, generando esta instrucción la función de energía,
siendo sus pozos de potencial los patrones instruidos. En 1984, Hopfield produjo
una adaptación circuital de su modelo de relajación que resultaba potencialmente
implementable con componentes electrónicos. Una variante de inspiración física es
la llamada “Máquina de Boltzmann”, modelo de red neural propuesto por Ackley,
Hinton y Sejnowsky en 1985, dónde la función energía se diseña remedando una
distribución de Boltzmann.
Señalemos que en 1977, varios años antes de estos modelos de inspiración física,
James A. Anderson y sus colaboradores habían propuesto un sistema neural autoaso-
ciativo, donde no-linealidades sobreimpuestas al modelo matricial provocaban que
una condición inicial fuese atraída por alguno de los estados multidimensionales
“aprendidos” por el sistema. Este modelo, llamado “Brain State in a Box” (BSB)
debido a que los atractores son asimilables a los vértices de un hipercubo, es un
precursor de las memorias de relajación de los años posteriores.
propia dinámica de la red. Este tipo de modelo no requiere instructor y una de sus
poderosas virtudes radica en la capacidad de establecer vecindades entre patrones
que pueden poseer una estructura de información sumamente compleja. No pode-
mos extendernos aquí sobre el tema, sobre el que existen abundantes fuentes de
información. Señalemos al pasar que este tipo de modelo crea una alternativa al uso
de métodos estadísticos de clasificación.
DM ij z Ag (i)f ( j) ,
cadena en la zona de inicio del axón i) y la sinapsis ij, que puede estar ubicada a
varios micrones de distancia.
Esta primera aproximación posee el problema de la no existencia de mecanismos
de estabilización, pues es deseable que una vez que un sistema ha sido entrenado
las modificaciones sinápticas cesen. Esto se consigue mediante una variedad de
refinamientos basados en métodos de tipo gradiente descendente. La filosofía
básica del método se ilustra en la situación que sigue. Dada una función F(x), un
procedimiento iterativo para obtener su valor mínimo es calcular
x ( t + 1) = x ( t ) − α gra d F [x ( t )] ,
donde es
⎡ ∂F ∂F ∂F ⎤
gra d F( x ) = ⎢ ..... ⎥ .
⎣ ∂x1 ∂x 2 ∂x N ⎦
x ( t + 1) = x ( t ) − 2αx ( t ) = (1 − 2α) x ( t ) ;
x ( t + 1) = (1 − 2α) t +1 x (0) .
Nótese que en este caso, podemos afirmar que la iteración converge hacia el x
donde ocurre el mínimo (x = 0) si es α ∈ (0,1) . Pero si α no pertenece al intervalo
apropiado, el procedimiento no converge.
En el contexto de los modelos de redes neuronales sometidas a un proceso de
instrucción, el instructor busca en general minimizar la distancia entre la respuesta
obtenida a partir de la red y la respuesta deseada. A esta distancia se la llama tam-
bién “error”. Sea
d = g (real) − g (ideal) ,
M ( t + 1) = M ( t ) − α gra d F(M ) .
MÉTODO DE WIDROW-HOFF
En el caso de una memoria asociativa matricial, la utilización de un método de
instrucción de tipo gradiente descendente produce un algoritmo llamado “método
de Widrow-Hoff”. Este método puede ser presentado en versión escalar o vectorial,
pero en cualquiera de los casos es un procedimiento de modificación local de los
coeficientes sinápticos y que puede converger a una memoria óptima. Mostraremos
ahora la versión vectorial del algoritmo. Sea la memoria M = [M ij], y definamos
δM = [ ]. Sea ahora q el vector que se pretende asociar a la entrada f, y sea g =
Mf la salida provocada por la actual matriz M por parte de f. Entonces, el procedi-
miento gradiente descendente, aplicado a la minimización de la distancia cuadrática
d 2 produce una fórmula en la que no figuran explícitamente derivadas:
DM A (q Mf )f T .
al lector a la bibliografía para ver sus detalles y sus variantes y sugerimos también
explorar en los sitios de internet lo documentos que se crean sobre detalles técnicos
de este método.
16.8 PERSPECTIVAS
Hoy en día se propende a admitir que el sistema cognitivo de los humanos está
conformado por una red de módulos neurales, donde cada uno es -a su vez- una red
neuronal con habilidades específicas (por ejemplo, sustentar memorias distribuidas).
Esa red de redes está establecida anatómicamente mediante un “cableado” que en
sus grandes lineamientos queda fijado al final del desarrollo embrionario (por ello
es que esta conectividad anatómica es susceptible de ser descrita en libros de texto).
Sin embargo, esta red anatómica muy compleja es capaz de sustentar otra red, de
extraordinaria riqueza y plasticidad. Se trata de la red cognitiva, creada durante la
vida de los individuos debida tanto a las interacciones espontáneas con los diversos
ambientes, como a la instrucción cultural programada por el sistema social en que
el individuo está inmerso.
Es especialmente interesante que las tecnologías de la información hayan crea-
do en las décadas recientes dos tipos de redes con ciertas similitudes formales con
las redes mencionadas. Por un lado internet es una red “anatómica” con un fuerte
potencial de crecimiento, pero con restricciones físicas superficialmente parecidas
a las de la red modular anatómica. Por otro lado, representa una red de informa-
ción sustentada por la red física pero sujeta a una dinámica de crecimiento ligada
a la capacidad de almacenar y procesar información de los módulos físicos que
la integran. En los últimos años se han encontrado algunos modelos matemáticos
referentes a varios aspectos de las redes de información que parecen ser adaptables
a las redes neuronales biológicas. Es muy plausible que la puesta en contacto de las
investigaciones sobre redes de información tecnológicas y sobre redes neuronales
biológicas produzca resultados importantes en un futuro no lejano.
16.9 BIBLIOGRAFÍA
Los siguientes dos libros son textos clásicos que abarcan profundamente los temas fundamentales
de la teoría. El de Anderson presenta un sólido fundamento de las bases fisiológicas de la teoría,
mientras que el de Kohonen enfatiza los aspectos computacionales:
Anderson, J.A. “An Introduction to Neural Networks”, The MIT Press, Cambridge, 1995.
Kohonen, T. “Associative Memory”, Springer, New York, 1977.
Los siguientes tres libros están dedicados a lectores interesados fundamentalmente en las aplicaciones
tecnológicas de la teoría:
Pao, Y-H., “Adaptive Pattern Recognition and Neural Neyworks”, Addison-Wesley, Reading, 1989.
Bose, N.K., Liang, P., “Neural Network Fundamentals, with Graphs, Algorithms and Applications”,
McGraw-Hill, New York, 1996.
Blayo, F., Verleysen, M., “Les Réseaux de Neurones Artificiels”, Presees Universitaires de France,
Paris, 1996.
Redes Neuronales 321
Los dos libros siguientes son dos diferentes compilaciones de los artículos y textos fundacionales
de la teoría de las redes neuronales, incluyendo las recientes teorías físicas sobre memorias de
relajación:
Anderson, J.A., Rosenfeld, E. (Editores) “Neurocomputing”, The MIT Press, Cambridge, 1988.
Shaw, G.L., Palm, G. (Editores) “Brain Theory”, World Scientific, Singapore, 1988.
Los dos siguientes libros conciernen a modelos de redes autoorganizadas; el de Kohonen describe
sobre su tecnología de clasificación, y el de Edelman, enfoca las bases biológicas de las actividades
conscientes:
Kohonen, T., “Self-Organizing Maps”, Springer, Berlin, 1997.
Edelman, G., “The remembered present: A Biological Theory of Consciousness”, Basic Books, New
York, 1989.
Los dos siguientes artículos pueden ser considerados como los clásicos iniciadores de la moderna
teoría de las memorias matriciales distribuidas:
Anderson, J.A. “A simple neural network generating an interactive memory”, Mathematical Biosciences
14: 197-220, 1972.
Kohonen, T. “Correlation matrix memories”, IEEE Transactions on Computers C-21: 353-359,
1972.
Las siguientes son algunas de las contribuciones del grupo de Montevideo sobre memorias contexto-
dependientes multiplicativas:
Mizraji, E., “Context-dependent associations in linear distributed memories”, Bulletin of Mathematical
Biology 51: 195-205, 1989.
Mizraji, E., Pomi, A., Alvarez, F., “Multiplicative contexts in associative memories”, BioSystems
32: 145-161, 1994.
Pomi, A., Mizraji, E., “A cognitive architecture that solves a problem stated by Minsky”, IEEE
Transactions on Systems, Man, and Cybernetics-Part B 31: 729-734, 2001.
Los siguientes tres breves artículos están teniendo fuerte influencia sobre la teoría de las redes de
información:
Watts, D.J., Strogatz, S.M., “Collective dynamics of ‘small-worls’ networks, Nature 393: 440-442,
1998.
Barabási, A.-L., Albert, R., “Emergence of scaling in random networks”, Science 286: 509-512,
1999.
Kleinberg, J.M., “Navigation in a small world”, Nature 406: 845, 2000.
17
TOMOGRAFÍA DE EMISIÓN
DE POSITRONES (PET) Y SUS
APLICACIONES EN NEUROLOGÍA
Y PSIQUIATRÍA
Carlos Trampal y Henry Engler
17.1 RADIOFÁRMACOS
17.2 EPILEPSIA
Epilepsia temporal
La mayoría de los pacientes con epilepsia parcial médicamente intratable que son
evaluados para la realización de tratamiento quirúrgico presentan el origen de sus
crisis en el lóbulo temporal, fundamentalmente en las estructuras mesiales. La
Resonancia Nuclear Magnética (RNM) como técnica de neuroimagen anatómica
y la FDG-PET como imagen funcional han demostrado ser eficaces en la identi-
ficación prequirúrgica del foco epileptógeno, así como para predecir la evolución
postoperatoria (5, 6). Con relativa frecuencia la RM no muestra alteraciones mor-
fológicas cerebrales, siendo la PET de gran utilidad estas ocasiones, ya que puede
proporcionar información adicional no invasiva en la localización del foco, reducir
la necesidad de procedimientos invasivos, y seleccionar aquellos pacientes que
podrían beneficiarse del tratamiento quirúrgico (7). El desarrollo y la progresión
de la técnica PET permiten ofrecer el empleo de otros radiofármacos diferentes
a la FDG, que podrían contribuir en el manejo del paciente epiléptico. Así, el
Flumazenil (FMZ) es un antagonista reversible de los receptores benzodiacepíni-
Tomografía de Emisión de Positrones (PET) y sus Aplicaciones en Neurología y Psiquiatría 325
C-colina (indirecto)
11
Receptores dopaminérgicos D2 11
C-raclopride
C-metilespiperona
11
18
F-epibatidina
Receptores serotoninérgicos C-imipramina
11
C-altanserina
11
18
F-DOPA
Marcador de microglía C-PK11195
11
18
F-FDDNP
cos/GABA-A érgicos. Marcado con 11C, 11C-FMZ es un radio fármaco PET idóneo
para la caracterización y el estudio de la distribución cerebral de los receptores
benzodiacepínicos/GABA-A érgicos (8). El hallazgo habitual es la presencia de
un área de hipo captación delimitada sobre el foco epileptógeno, que traduce una
reducción de los receptores benzodiacepínicos a ese nivel (9). En estos pacientes,
la extensión de la anormalidad revelada con FMZ es más reducida que la mostrada
con FDG, aportando por tanto mayor precisión en la localización del foco (10).
Ryvlin et al. (11) describieron un anormal FMZ-PET en el 86% de los pacientes
326 Carlos Trampal y Henry Engler
con epilepsia temporal y normal RM, y un anormal FDG-PET en el 57%. Sin em-
bargo, en un número reducido de pacientes, FMZ lateralizó equivocadamente el
foco, concluyendo que el FMZ es más sensible que la FDG, pero menos seguro,
y que debería ser empleado si la FDG es normal o no concluyente. Sumarizando
diversos trabajos, se podría concluir que la FDG y el FMZ presentan similar sensi-
bilidad (70-80%) en la detección del foco epileptógeno en pacientes con epilepsia
temporal y RM normal (7). FMZ también podría ser de utilidad en la evaluación
de pacientes con patología dual, es decir, los que presentan esclerosis mesial así
como un foco extramesial. La correcta detección y la posterior escisión de ambos
focos sería el mejor factor pronóstico (12). 11C-Deprenyl (DEP) es un trazador con
alta afinidad y especificidad por la monoaminooxidasa B (MAO-B), una enzima
localizada exclusivamente en los astrocitos. Se ha demostrado in vivo una elevada
actividad de la MAO-B en pacientes con epilepsia temporal mesial, motivado por
la pérdida neuronal y gliosis que conlleva la esclerosis hipocámpica, que es el
sustrato histopatológico más frecuentemente encontrado en la epilepsia temporal
(13). Kumlien et al. (14) examinaron a 23 pacientes con 11C-Deprenyl y FDG, 14
de ellos con epilepsia mesial temporal y 9 con epilepsia extratemporal, así como
a 6 sujetos sanos. Concluyeron que el 11C-Deprenyl aportó la misma sensibilidad
que la FDG en la detección de los focos temporales mesiales, pero fue de escaso
valor en la caracterización de los casos neocorticales. 11C- metil-L-triptófano (MTP)
ha sido desarrollado como un trazador para el estudio de la síntesis de serotonina,
pero en condiciones patológicas también refleja la activación del metabolismo de
la kinurenina. Niveles incrementados de serotonina y de ácido quinolínico han sido
descritos en tejido cerebral epileptiforme resecado. Con el objetivo de valorar la
captación de MTP, Fedi et al. (15) estudiaron a 7 pacientes con displasia cortical y
a 11 con epilepsia refractraria no lesional (RM normal). En el 39% de los pacientes
(4 con displasia cortical y 3 con epilepsia no lesional) MTP mostró hipercaptación
focal correspondiente al área epileptogénica, correlacionándose con los electrodos
profundos. Concluyeron que el MTP puede ser útil en la detección preoperatoria no
sólo en pacientes con visible lesión displásica, sino también en los que presentan
epilepsia parcial no lesional. 11C-carfentanil permite estudiar los receptores opiáceos
Mu distribuidos en el tejido cerebral. En pacientes que presentan epilepsia temporal
unilateral (neocórtex temporal) se ha demostrado un incremento en el número de
receptores opiáceos Mu, o bien un incremento en la afinidad, probablemente debido
a un mecanismo compensatorio anticonvulsivante, que limitaría la extensión de la
actividad eléctrica a otras regiones temporales cercanas (16).
Epilepsia extratemporal
La evolución postoperatoria en la epilepsia extratemporal, especialmente en la de
origen frontal, que es la de mayor prevalencia, es más desfavorable que la de origen
temporal, y depende de la eficaz identificación del foco, así como de la demarcación
del cortex funcionalmente normal circundante. Varios estudios han mostrado una
reducción en la captación de 11C-FMZ en el foco extratemporal, con una sensibilidad
del 72%-100% (17, 18). Comparando FDG y FMZ en la epilepsia extratemporal,
FMZ es superior en la sensibilidad para la detección y lateralización del foco (55-
100% frente a 45-80% para FDG) (7, 11) En pacientes con displasia cortical u otro
tipo de malformaciones del desarrollo, la pobre respuesta quirúrgica podría estar
condicionada por la diferencia de extensión entre las lesiones estructurales y las
funcionales. FMZ puede ser útil en la detección de las anormalidades funcionales
y modificar la estrategia quirúrgica (19, 20).
11
C-Colina (COL)
COL es un trazador que permite visualizar tumores cerebrales. Los fosfolípidos son
los principales constituyentes de las membranas celulares. La COL, a través de la
fosforilcolina se incorpora a la síntesis de fosfolípidos, entre ellos la fosfatidilcolina
(36). En cerebros de animales y de pacientes sin patología tumoral se ha observado
baja captación de COL, en relación al tejido extracerebral. Sin embargo, los tumores
cerebrales se caracterizan por un aumento en la síntesis de membranas celulares,
y por tanto, presentarían elevada captación de COL. Partiendo de esta premisa,
Shinoaura et al (37) estudiaron a 20 pacientes afectos de glioma, visualizándolos
claramente en su totalidad, tanto los tratados como los no tratados. Asimismo, Hara et
al (38) estudiando la cinética del trazador en conejos y practicando estudios clínicos
en pacientes con tumor cerebral, obtuvieron resultados igualmente satisfactorios.
Ambos autores concluyeron que 11C-COL es un trazador eficaz en la detección de
los tumores cerebrales.
Trazadores de proliferación
Un trazador PET ideal para medir proliferación, y por tanto la síntesis de DNA,
debería proporcionar una clara visualización del tumor, y que esta propiedad es-
tuviera directamente relacionada con el mecanismo bioquímico asociado con la
proliferación celular. 11C-Timidina, un nucleósido precursor del DNA, fue el pri-
mer trazador utilizado. Se incorpora al DNA y mide su tasa de síntesis, es decir la
actividad proliferativa. Sin embargo, es degradada rápidamente, incorporándose a
diferentes moléculas, impidiendo una adecuada calidad de imagen, y una medida
veraz de la actividad proliferativa, por lo cual su uso es limitado. Para solventar
este problema, se ha investigado en la síntesis de análogos resistentes al rápido ca-
tabolismo in vivo. Por ejemplo, 18F-3-deoxy-3-Fluorotimidina (FLT) es resistente a
la degradación, retenido en los tejidos de proliferación por la acción de la timidina
kinasa y proporciona imágenes de alto contraste en médula ósea y en tumores, en
animales y humanos. 11C-2-fluoro-5-metil-1-beta-D-arabinofuranosiluracil (FMAU),
presenta al igual que la timidina, rápida incorporación al DNA, pero un catabolismo
limitado (4, 39, 40). Similares características presenta la 124 I-Deoxiuridina. Roelcke
et al (25) estudiaron su comportamiento en diversos tumores cerebrales, asegurando
que la captación es mayor y heterogénea en gliomas de alto grado que en los de
bajo, y que permitiría caracterizar la actividad proliferativa de estos tumores, y en
algunos de ellos, áreas de infiltración peritumoral.
Estudios de activación
Los estudios de flujo con 15O-agua pueden ser de utilidad en la evaluación preope-
ratoria de pacientes que presentan tumores cercanos al área del lenguaje o al área
motora. Están basados en la comparación entre un estudio basal y uno posterior
de activación de esas regiones, estimulando el lenguaje o la movilización de algún
grupo muscular respectivamente. La precisa localización de esas áreas, comple-
330 Carlos Trampal y Henry Engler
en el área infartada, un paradójico incremento regional del CBF sin aumento o nor-
malización del CMRO, denominado “perfusión de lujo”, representando hiperemia
reactiva en regiones cerebrales que circundan el área necrótica (50). En la evolución
del infarto establecido, se observa junto con la depresión metabólica del oxígeno y
la glucosa, una reducción paralela en el CBF y en la extracción de oxígeno, refle-
jando una disfunción mitocondrial irreversible en el tejido dañado (51). En estas
situaciones no es infrecuente el observar el fenómeno de “diasquisis”, sugiriendo
la existencia de depresión metabólica y de flujo cruzada por desaferentación en
regiones lejanas, fundamentalmente en el cerebelo (52).
La zona de “penumbra”, que se sitúa en la periferia que rodea el área necrótica,
se caracteriza por una depresión metabólica y del flujo (CMRO por debajo del 75%
y CBF por debajo del 50%) y una máxima extracción de oxígeno, traduciendo daño
funcional neuronal todavía reversible (43).
Demencia vascular
En la mayor parte de los casos está causada por la existencia de múltiples infartos
isquémicos microscópicos. Frackowiak et al (54) describieron el patrón típico, es
decir, una reducción focal combinada del CBF y CMRO sin incremento de la OEF.
Estas alteraciones se correlacionan con el defecto funcional. En algunos pacientes
se ha evidenciado una ligera elevación de la OEF en determinadas áreas, indican-
do isquemia crónica, pudiendo influir este hallazgo en la decisión terapéutica. La
diferenciación entre demencia vascular y Enfermedad de Alzheimer es ciertamente
complicada. Los defectos focales múltiples corticales y subcorticales descritos en
el flujo y metabolismo de oxígeno permitirían diferenciarlo de la típica reducción
332 Carlos Trampal y Henry Engler
17.5 DEMENCIAS
Enfermedad de Alzheimer
El diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer (EA) se dificulta por la falta
de un trazador que específicamente detecte la enfermedad. La PET ha posibilitado
contar con un método no invasivo capaz de registrar variaciones fisiopatológicas.
Además de la FDG y de los registros de flujo cerebral sanguíneo utilizando 15O-
agua, los cuales han revelado hipometabolismo o hipoperfusión temporoparietal,
Tomografía de Emisión de Positrones (PET) y sus Aplicaciones en Neurología y Psiquiatría 333
respectivamente, otros trazadores han sido utilizados con resultado diverso. Los
pacientes con enfermedad de Alzheimer sufren de defectos regionales en la sín-
tesis y transporte de la acetilcolina (63). Este déficit esta en relación con el grado
de formación de placas seniles y la pérdida de la función cognitiva (64). Los re-
ceptores nicotínicos y muscarínicos han sido visualizados en personas normales y
en pacientes con Alzheimer. Para examinar el sistema postsináptico muscarínico
se han utilizado entre otros, los siguientes trazadores: N-11C- metil–benzotropin
(65), 11C-tropanil benzilato (66, 67) y 11C-escopolamina, substancias que muestran
afinidad por los receptores muscarínicos colinérgicos presentes en el neoestriado
y partes de la corteza cerebral. Una disminución de la ligazón de los receptores
muscarínicos ha sido descrita en la corteza frontal y temporal. Esto podría significar
pérdida neuronal en esos lugares, disminución de afinidad en los receptores o una
disminución del transporte de los trazadores hacia los receptores. Una disminución
en la captación y ligazón de la 11C nicotina en la corteza temporal y frontal ha sido
medida por medio de la PET, en pacientes con EA. Algunos estudios de monitori-
zación del tratamiento han sido evaluados con PET. Se ha visto que el tratamiento
prolongado con el inhibidor de la colinesterasa Tacrina aumenta la captación de la
11
C nicotina (68). Alteraciones del sistema productor de serotonina, que está afectado
en los pacientes con Alzheimer, han sido estudiadas con el 11C-N-metilspiperona
(69). Los diferentes trazadores utilizados hasta el momento no habían logrado
alcanzar una incidencia suficiente como para sustituir a la FDG como método de
diagnóstico clínico diferencial entre diferentes formas de demencia. En efecto,
la utilización de modelos cinéticos, con determinación del consumo regional de
glucosa, permite una aproximación al diagnóstico y al diagnóstico diferencial en
los casos de Alzheimer, demencia frontotemporal, demencia por infartos múltiples,
degeneración corticobasal, encefalitis, etc. Nuevos trazadores que específicamente
indican una determinada patología se están utilizando en este momento. La meta es
encontrar un trazador que permita el diagnóstico precoz de la enfermedad, antes de
que la sintomatología se haga presente. Estudios cuantitativos en vivo para medir
la activación glial fueron obtenidos por Cagnin et al, utilizando la PET y 11C-(R)-
PK11195, un ligando específico para los receptores periféricos benzodiacepínicos.
Los pacientes con Alzheimer muestran, en comparación con controles normales,
un incremento regional de la ligazón del 11C-(R)-PK11195 en la corteza entorhi-
nal, temporoparietal y en el cíngulo. La activación microglial parece ser un evento
prematuro en la patogénesis de la enfermedad (70). Shoghi-Jadid et al han usado el
2-(1-(6-[(2-(18F)fluoroethyl)(methyl)amino]-2-naphthyl)ethylidene)malononitrilo
(18F-FDDNP), un derivado hydrofóbico radiofluorinado del 2-(1-[6-(dimethylami-
no)-2-naphthyl]ethylidene)malononitrilo (DDNP), en combinación con la PET, para
determinar la localización de los “tangles” neurofibrilares y las placas de amiloide
en cerebros de pacientes con Alzheimer. Engler et al en Uppsala, Suecia, utilizaron
por primera vez en seres humanos el 11C- 6-OH-benzotiazol (Pittsburgh Compound
B o PIB), un derivado de la tioflavina, para visualizar los depósitos de amiloide en
vivo con excelente resultado (71). La diferencia de captación de la sustancia en la
334 Carlos Trampal y Henry Engler
corteza cerebral entre personas sanas y los pacientes con Alzheimer es notable y la
presentación de estos resultados ha causado gran expectativa en el ámbito científico.
Se espera que esta técnica no invasiva para monitorizar los depósitos de amiloide,
fenómeno que ocurre años antes de que la sintomatología se haga presente, ayudará
al diagnóstico precoz de la enfermedad y permitirá el seguimiento de actuales y
nuevas formas de tratamiento (72).
Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
También en Uppsala (Engler et al) se ha utilizado con buen resultado la combinación
de 11C-deuterodeprenyl y FDG para el diagnóstico diferencial de la enfermedad de
Creutzfeld-Jakob y otras demencias de aparición súbita tales como las encefalitis de
autoinmune o paraneoplástica (73). El deuterodeprenyl es un inhibidor irreversible
de la monaaminooxidasa B, que se produce fundamentalmente en los astrocitos
(74, 75, 76, 77). La idea de utilizar esta sustancia en combinación con la FDG es
para determinar las estructuras cerebrales en donde ha ocurrido una degeneración
neuronal (hipometabolismo) acompañada de una astrocitosis reactiva. Los cuadros
de encefalitis muestran por el contrario, un aumento en la captación de glucosa
(hipermetabolismo) en los mismos focos donde el aumento de ligazón del deprenyl
es ostensible. El método es prometedor y ha sido efectivo en la discriminación entre
casos seguros (con confirmación anatomopatológica) o clínicamente probables de
la enfermedad Creutzfeldt-Jakob y casos de encefalitis límbica debida a fenómenos
paraneoplásicos o enfermedades auto inmunes (Lupus, enfermedad de Sjögren o
tiroiditis de Hashimoto).
Esquizofrenia
Es la enfermedad mental más frecuente, afectando aproximadamente al 1% de la
población. Los estudios de metabolismo cerebral con FDG han mostrado que, a pesar
de discrepancias motivadas por las diferentes características clínicas de los pacientes
o por las estrategias empleadas, el hallazgo típico consiste en un hipometabolismo
frontal (hipofrontalidad) (79). Asimismo, Ingvar et al (83) observaron una disminu-
ción del flujo sanguíneo en el córtex frontal en pacientes con esquizofrenia crónica.
Estudios practicados a esquizofrénicos crónicos en situación basal y tras respuesta
a diversas tareas de activación han mostrado un déficit basal en el metabolismo y
en el flujo cerebral y una menor capacidad en la activación del córtex frontal como
respuesta a diferentes estímulos (cognitivos, motores). Estos resultados apoyan la
teoría de que los esquizofrénicos sufrirían un trastorno funcional en el sistema re-
gulador de la atención (cognitivo dependiente) (84). Sin embargo, estas alteraciones
metabólicos y de flujo regional no son específicas para la esquizofrenia. Es conocida
la implicación de diversos neurotransmisores, como la dopamina o la serotonina,
en los mecanismos fisiopatológicos de la esquizofrenia. Mediante la PET es posi-
ble estudiar y cuantificar su función, tanto a nivel presináptico como a nivel de los
neuroreceptores postsinápticos. Desde los años 60 se ha postulado con la existencia
de un aumento en la actividad dopaminérgica en la esquizofrenia, basándose en que
Tomografía de Emisión de Positrones (PET) y sus Aplicaciones en Neurología y Psiquiatría 337
Depresión
Los pacientes con depresión profunda pueden mostrar alteraciones en el metabolis-
mo y en el flujo regional cerebral semejantes a las observadas en la esquizofrenia
(94). La función presináptica serotoninérgica, es decir, la síntesis de serotonina, ha
sido estudiada en la depresión, identificándose diversas alteraciones. La serotonina
es sintetizada por decarboxilación a partir de su precursor, el 5-hidroxitriptófano
(5-HTP). En la depresión existe una disminución en el transporte intracerebral de
5-HTP en comparación a los individuos sanos, conllevando a una reducción en la
síntesis de serotonina (95). Este déficit se intenta compensar con un incremento
regional en su utilización. Mediante PET se ha cuantificado un significativo aumento
en la velocidad de síntesis de serotonina, por aumento en la actividad de la enzima
decarboxilasa, en el córtex medial prefrontal. Los receptores serotoninérgicos 5-HT2
y 5-HT1 han sido igualmente evaluados in vivo en la depresión mediante PET (96).
Los más ampliamente estudiados, los 5-HT2 han aportado resultados dispares, mos-
trando incrementos o decrementos en su ocupación, influyendo diversos factores,
como el tratamiento previo aplicado. Sobre los receptores 5-HT1 se ha observado
una disminución en su ocupación. Por último, la monitorización con antidepresivos
tricíclicos ha confirmado un bloqueo sobre la densidad de receptores.
Fobia social
La contribución de la serotonina a la fisiopatología de la fobia social aún no ha sido
caracterizada en detalle. Sin embargo, se ha descrito que la serotonina juega un im-
portante papel en la regulación de la ansiedad (fobia) social. Se ha observado que los
afectos de este trastorno responden favorablemente al tratamiento con inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina. Marteinsdottir et al (observaciones aún
no publicadas) examinaron la función presináptica de la serotonina con 11C-5-HTP
en sujetos que sufrían fobia social y en individuos sanos. Los primeros exhibie-
ron un significativo descenso en la captación en relación al grupo control a nivel
del córtex temporal, incluyendo región periamigdalina bilateral y gyrus temporal
inferior izquierdo, así como en córtex frontal inferior bilateral, ínsula derecha y
cíngulo anterior izquierdo. Estos resultados sugirieron la existencia de conexiones
o circuitos funcionales en la fobia caracterizados por un descenso en la captación
de 5-HTP a esos niveles.
Tomografía de Emisión de Positrones (PET) y sus Aplicaciones en Neurología y Psiquiatría 339
Abuso de sustancias
La PET ha permitido investigar diferentes sustancias causantes de adicción, entre
ellas la cocaína. La distribución regional y farmacocinética de la cocaína ha sido
estudiada mediante 11C-Cocaína, observándose una heterogénea distribución con un
máximo de captación en ganglios basales. Este mecanismo ha sido asociado en parte
con el transporte de la dopamina. La administración aguda de cocaína produce un
descenso del metabolismo cerebral en córtex y ganglios basales, correlacionándose
con la sensación subjetiva de intoxicación. Estudios de flujo con 15O-agua en adictos
crónicos han mostrado extensas anomalías, fundamentalmente en córtex frontal, con
lateralización al hemisferio izquierdo, reflejando daño vascular, isquemia o incluso
necrosis debido a la potente vasoconstricción causada. El metabolismo cerebral
en la adicción se encuentra elevado en córtex órbitofrontal y en ganglios basales,
inversamente proporcional al período de abstinencia. Por último, se ha descrito
una disminución en la disponibilidad de los receptores dopaminérgicos, pudiendo
representar una adaptación a la sobreestimulación dopaminérgica producida por el
abuso de cocaína (82).
17.9 BIBLIOGRAFÍA
16 Frost JJ, Mayberg HS, Fisher RS. Mu-opiate receptors measured by positron emission
tomography are increased in temporal lobe epilepsy. Ann Neurol 1998;23:231-7.
17 Savic I, Thorell JO, Roland P. [11C] Flumazenil positron emission tomography visualizes
frontal epileptogenic regions. Epilepsia 1995;36: 1225-1232.
18 Richardson MP, Koepp MJ, Brooks DJ, Duncan JS. 11C-flumazenil PET in neocortical epilepsy.
Neurology 1998;51: 485-492.
19 Richardson MP, Koepp MJ, Brooks DJ, Fish DR, Duncan JS. Benzodiazepine receptors in focal
epilepsy with cortical dysgenesis: an 11C-flumazenil PET study. Ann Neurol 1996; 40: 188-
198.
20 Asano E, Chugani DC, Juhasza C, Muzik O, Chugani HT. Surgical treatment of West Syndrome.
Brain Dev 2001;23:668-76.
21 Coleman Re. Clinical PET in oncology. Clin Positron Imaging 1998;1:15-30.
22 Cook G, Maisey MN, Fogelman I. Normal variants, artefacts and interpretative pitfalls in PET
imaging with FDG and 11C-methionine. Eur J Nucl Med 1999; 26: 1363-78.
23 Roelcke U, Radu KW, Von Ammon K, Hausmann O, Maguire RP, Leenders KL. Alteration
of blood brain barrier in human brain tumors: comparison of FDG, 11C-methionine and
82Rudbidium using PET. J Neurol Sci 1995; 132:20-27.
24 Ogawa T, Inugami A, Hatazawa J. Clinical positron emission tomography for brain tumors:
comparison of FDG and 11C-methionine. Am J Neuroradiol 1996;17: 345-53.
25 Roelcke U, Leenders KL. Pet in neuro-oncology. J Cancer Res Clin Oncol 2001;127:2-8.
26 Roelcke U, Von Ammon K, Hausmann O, Kaech LD, Vanlofeld W, Landolt H et al. operated low
grade astrocytomas: a long term PET study on the effect of radiotherapy. J Neurol Neurosurg
Psychiatry 1999; 66:644-47.
27 Ribom D, Erkisson A, Hartman m, Engler H, Nilsson A, Långström B et al. Positron emission
tomography 11C-methionine and survival in patients with low-grade gliomas. American cancer
society 2001; 92:1541-49.
28 Thiel A, Pietrzyk U, Sturm V, Herholz K, Hovels M, Schoder R. Enhanced accuracy in differential
diagnosis of radiation necrosis by positron emission tomography-magnetic resonance imaging
coregistration: technical case report. Neurosurg 2000;46:232-34.
29 Kubota R, Kubota K, Yamada S. Methionine uptake by tumor tissue: a microautoradiographic
comparison with FDG. J Nucl Med 1995; 36:484-92.
30 Kaschten B, stevenaert A, Sadzot B, Deprez M, Degueldre Ch, Del Fiore G et al. Preoperative
evaluation of 54 gliomas by PET with FDG and/or 11C-methionine. J Nucl Med 1998; 39:778-
85.
31 Goldman S, Levivier M, Pirotte B, Brucher JM, Wikler D, Damhaut P et al. Regional methionine
and glucose uptake in high grade gliomas: a comparative study on PET- guided stereotactic
biopsy. J Nucl Med 1997;38:1459-62.
32 Mineura K, Sasajima T, Kowada m, Shishido F, Uemura K. Changes in the 11C-methyl-l-
methionine uptake index in gliomas following radiotherapy. Gan No Rinsho 1989;35:1101-104
(abstract).
33 Lilja A, LundqvistH, Olsson Y, Spannare B, Gulberg P, Långström B. Positron emission
tomography and computed tomography in differential diagnosis between recurrent or residual
glioma and treatment induced brain lesions. Acta Radiolog 1989;30:121-28.
34 Muhr C, Bergström M. Positron emission tomography applied in the study of pituitary
adenomas, J Endocrinol Invest 1991;14: 509-28.
35 Bergström M, Muhr C, SuhkwinderJ, Lilja A, Nyberg G, Långström B. Differentiation of
pituitary adenoma and meningioma: visualization with positron emission tomography and 11C-
deprenyl. Neurosurg 1992; 30:855-61.
36 Sharon N. Carbohydrates. Sci Am 1980; 243:80-97.
37 Shinoura N, Nishijima M, Hara T, HaisaT, Yamamoto h, Fujii K et al. Brain tumors:detection
with 11C-choline PET. Radiology 1997;202:497-503.
38 Hara T, Kosaka N, Shinoura N, kondo T. PET imaging of brain tumor with metyl-11C-choline.
J Nucl Med 1997;38:842-47.
Tomografía de Emisión de Positrones (PET) y sus Aplicaciones en Neurología y Psiquiatría 343
39 Shields AF, Grierson JR, Dohmen BM, Machula HJ, Stayanoff JC,Lawhorn-CrewsJM et al.
Imaging proliferation in vivo with 18F-FLT and positron emission tomography. Nat Med
1998;4:1334-36.
40 Conti PS, Alauddin MM, fissekis JR, Schamall B, Watanabe KA. Synthesis of 2-fluoro-5-11C-
methyl-1-beta-D-arabinofuranosiluracyl (FMAU): a potential nucleoside analog for in vivo
study of cellular proliferation with PET. Nucl Med Biol 1995;22: 783-89.
41 Wise R, chollet F, hadar U, Friston K, hoffner E, Frackkowiak R. Distribution of cortical neural
networks involved in word comprehension and word retreival. Brain 1991;114:1803-17.
42 Broich K, Alavi A, Kushner M. Positron emission tomography in cerebrovascular disorders.
Sem Nucl Med 1992;4:224-32.
43 Heiss WD, Podreka I. Cerebrovascular disease. En: Wagner HN, Szabo Z, Buchanan JB, eds.
Principles in Nuclear Medicine. Filadelfia:Saunders; p. 531-548.
44 Alpert NM, Senda m, Buxton RB, Correia JA, Mackay B, Weise S et al. Quantitative pH
mapping in ischemic disease using 11CO2 and PET. J Cereb blood Flow Metab 1989;9: S361.
45 Ericson K, Bergström M, Eriksson L, Hatam A, GreitzT, Soederstroem CE et al. Positron
emission tomography with 68Ga-EDTA compared with transmission CT in the evaluation of
brain infarts. Acta Radiol 1981; 22:385-98.
46 Mathias CJ, Welch MJ, Kilbourn MR, Jerabek PA, Patrick TB, Raichle ME et al.Radiolabeled
hypoxic cell sensitizers: tracers for assessment of ischemia. Life Sci 1987; 41:199-206.
47 Hakim AM, Hogan MJ. In vivo binding of nimodipinein the brain:I.The effect of focal cerebral
ischemia. J Cereb Blood Flow Metab 1991; 11: 762-770.
48 Baron JC, Bousser MG, Rey A, Guillard A, Comar D, Castaigne P. reversal of focal “misery
perfusion syndrome” by extra-intracranial arterial bypass in hemodynamic cerebral ischemia.
Stroke 1981; 12:454-59.
49 Baron JC, Rougemont D, Bousser MG, Lebrun-Grandie P, Iba-Zizen MT, Chiras J. Local
CBF, oxygen fraction extraction (OEF) and CMRO2: prognostic value in recent supratentorial
infartion in humans. J Cereb Blood Flow Metab 1983;sup1:S1-S2.
50 Lassen NA. The luxury perfusion syndrome and its possible relation to acute metabolic acidosis
localized within the brain. Lancet 1966; 2:113-1115.
51 Wise R, Bernardi S, Frackowiak R, Leg Nj, Jones T. Serial observations on the pathophisiology
of acute stroke: the transition from ischemia to infarction as reflected in regional oxygen
extraction. Brain 1983; 106:197-222.
52 Baron J, Bousser MG, Comar D, Castaigne P. Crossed cerebellar diaschisis. In human
supratentorial brain infartion. Trans AM Neurol Assoc 1980;105: 495-461.
53 Heiss WD, Herholz K, Böcher-Schwarz HG, Pawlik G, Wienhard K, Steinbrich W. PET, CT
and MRI imaging in cerebrovascular disease. J Comput Assist Tomogr 1986;10: 903-11.
54 Frackowiak RSJ, Pozzili C, Legg NJ, DuBoulay Gh, Marshall J, Lenzi JL et al. regional cerebral
oxygen supply and utilization in dementia. A clinical and physiological study with 15 Oxygen
and PET. Brain 1981;104: 753-88.
55 Khull DE, Metter EJ, Rieje WH, Hawkins RA, Mazziota JC, Phelps DE et al. Local cerebral
glucose utilization in elderly patients with depression, multiple infart dementia and Alzheimer’s
disease. J Cereb Blood Flow Metab 3 1983; 1:494-5.
56 Yao H, Sadoshima S ,Kuwabara Y. Cerebral blood flow and oxigen metabolism in patients with
vascular dementia of the Biswanger type. Stroke 1990;21:1694-99.
57 Martin W, Baker R, Grubb R, Raichle ME. Cerebral blood volume, blood flow and oxigen
metabolism in cerebral ischemia and subarachnoid hemorrage: An in vivo study using PET.
Acta Neurochir 1984;70: 3-9.
58 Kushner M, Reivich M, Frieschi C, Silver F, Chawluk J, Rosen M et al. metabolic and clinical
correlates of acute ischemic infarction. Neurology 1987; 37: 1103-1110.
59 Chollet F, Di Piero V, Wise RJS, Brooks DJ, Dolan RJ, Frackowiak RSJ. The functional anatomy
of motor recovery after stroke in humans.: a study with PET. Ann Neurol 1991;29: 63-71.
60 Hakim AM, Evans AC, Berger L, Kuwabara H, Worsley K, Marchall G et al. The effect of
344 Carlos Trampal y Henry Engler
nimodipine on the evolution of human cerebral infarction studied by PET. J Cereb Blood Flow
Metab 1989; 9:523-534.
61 Hsu CY, Faught RE Jr, Furlan AJ, Coull BM, Huang DC, Hogan EL et al. Intravenous prostaciclin
in acute nonhemorragic stroke. A placebo-controlled double-blind trial. Stroke 1987;18: 352-58.
62 Heiss WD, Pawlik G, Hebold I, Beil C, Herholz K, Szeiles B et al. Can PET estimate functional
recovery and indicate therapeutic strategy in stroke? En: Krieglstein J (ed): Pharmacology of
cerebral ischemia. 1989 Stuttgart: Wiss Verlagsges, pp 433-438.
63 Bowen DM, Allen SJ, Benton JS et al. Biochemical assessment of serotonergic and cholinergicdys
function and cerebral atrophy in Alzheimer’s disease. J Neurochem. Vol. 41, 1983:266-272
64 Perry EK, Tomlinson BE, Blessed G et al. Correlation of cholinergic abnormalities with senile
plaques and mental test scores in senile dementia. BMJ. 1978;2:1457-1459
65 Dewey SL, MacGregor RR, Brodie JD et al. Mapping muscarinic receptors in human and
baboon brain using [N-11C-methyl]-benztropine. Synapse. 1990;5:213-223
66 Koeppe RA, Frey KA, Mulholland GK et al. [11C]tropanyl benzilate-binding to muscarinic
cholinergic receptors: methodology and kinetic modeling alternatives. J Cereb Blood Flow
Metab. 1994;14:85-99
67 Lee KS, Frey KA, Koeppe RA et al. In vivo quantification of cerebral muscarinic receptors in
normal human aging using positron emission tomography and [11C]tropanyl benzilate. J Cereb
Blood Flow Metab. 1996;16:303-310
68 Nordberg A. Clinical studies in Alzheimer patients with positron emission tomography. Behav
Brain Res.1993;57:215-224
69 Wagner HN, Jr., Burns HD, Dannals RF et al. Imaging dopamine receptors in the human brain
by positron tomography. Science. 1983;221:1264-1266
70 Cagnin A, Brooks DJ, Kennedy AM et al. In-vivo measurement of activated microglia in
dementia. Lancet. 2001;358:461-467
71 Engler H, Nordberg A, Blomqvist G, Bergström M, Estrada S, Barletta J, Sandell J, Antoni
G, Långström B, Klunk W, Debnath M, Holt D, Wang Y, Huang G, Mathis Ch. First human
study with a benzothiazole amyloid-imaging agent in Alzheimer’s disease and control subjects.
Neurobiol Aging 23, 51:5249.
72 Klunk W, Engler H, Nordberg A, Wang Y, Blomqvist G, Holt D, Bergström M, Huang G,
Estrada S, Debnath M, Barletta J, Price J, Sandell J, Lopresti B, Wall A, Antoni G, Mathis Ch,
Långström B. Imaging Brain Amyloid in Alzheimer’s Disease Using the Novel PET Tracer,
PIB. Annals of Neurology.2004; 55:306-319.
73 Engler H, Lundberg PO, Ekbom Karl, Nennesmo I, Nilsson A, Bergström M, Tsukada Hideo,
Hartvig P, Långström B. Multitracer study with Positron Emission Tomogrphy in Creutzfeldt-
Jakob disease. theEuropean Journal of Nuclear Medicine, October 2002,Vol. 30 No.1, 2003,
January.
74 Ekblom J, Jossan SS, Bergstrom M et al. Monoamine oxidase-B in astrocytes. Glia. 1993;8:122-
132.
75 Ekblom J, Jossan SS, Oreland L et al. Reactive gliosis and monoamine oxidase B. J Neural
Transm Suppl. 1994;41:253-258
76 Fowler JS, MacGregor RR, Wolf AP et al. Mapping human brain monoamine oxidase A and B
with 11C-labeled suicide inactivators and PET. Science. 1987;235:481-485.
77 Jossan SS, d’Argy R, Gillberg PG et al. Localization of monoamine oxidase B in human brain
by autoradiographical use of 11C-labelled L-deprenyl. J Neural Transm. 1989;77:55-64
78 Torstenson R, Tedroff J, Hartvig P et al. A comparison of 11C-labeled L-DOPA and L-fluorodopa
as positron emission tomography tracers for the presynaptic dopaminergic system. J Cereb
Blood Flow Metab. 1999;19:1142-1149
79 Helfenbein J, Sandell J, Halldin C et al. PET examination of three potent cocaine derivatives as
specific radioligands for the serotonin transporter. Nucl Med Biol. 1999;26:491-499 77-
80 Tedroff J, Aquilonius SM, Laihinen A et al. Striatal kinetics of [11C]-(+)-nomifensine and 6-
[18F]fluoro-L-dopa in Parkinson’s disease measured with positron emission tomography. Acta
Neurol Scand. 1990;81:24-30
Tomografía de Emisión de Positrones (PET) y sus Aplicaciones en Neurología y Psiquiatría 345
81 Gilman S, Koeppe RA, Junck L et al. Decreased striatal monoaminergic terminals in multiple
system atrophy detected with positron emission tomography. Ann Neurol. 1999;45:769-777
82 Volkow ND, Fowler J. Neuropsychiatric disorders: investigation of Schizophrenia and substance
abuse. Sem Nucl Med 1992;4:254-67.
83 Ingvar DH, Franzén G. Abnormalities of cerebral blood flow distribution in patients with
chronic schizophrenia. Acta Psychiatr Scand 1974;50:425-62.
84 Andreasen NC. Linking mind and brain in the study of mental illnesses: a project for a scientific
psychopathology. Science 1997;275:1586-92.
85 Carlsson A, Lindqvist M. Effect of chlorpromazine or haloperidol on formation of 3-
metoxytyramine and normetanephrin in mouse brain. Acta Pharmacol Toxicol 1963;20:140-
44.
86 Reith J, Benkelfat C, Sherwin A, Yasuhara Y, Kuwabara H, Anderman F et al. Elevated
dopa decarboxylase activity in living brain of patients with psychosis. Proc Natl Acad Sci
1994;91:11651-54
87 Lindström L, Gefvert O, Hagberg G, Lunberg T, Hagström P, Bergström M et al. Increased
synthesis of dopamine (L-B-11C-Dopa uptake rate) measured by PET in prefrontal cortex and
striatum in schizophrenia. ACNP annual meeting 1997, Hawaii, USA.
88 Seeman P, Ulpian C, Berggren C, Riederer P, Jellinger K, Gabriel E et al. Bimodal distribution
of dopamine receptor densities in brain of schizophrenics. Science 1984;225:728-30.
89 Farde L, Wiesel FA, Stone-Elander S, Halldin C, Nordström AL, Hall H et al. D2 dopamine
receptors in neuroleptic –naive schizophrenics patients. Arch Gen Psychiatry 1990;47: 13-19.
90 Farde L, Nordström AL, Wiesel FA, Pauli S, Halldin C, Sedvall G. PET analysis of central
D1 and D2 dopamine receptors occupancy in patients treated with classical neuroleptics and
clozapine. Relation to extrapyramidal side effects. Arch Gen Gen Psychiatry 1992;49: 538-44
91 Nordström AL, Farde L, Nyberg S, Karlsson P, Halldin C, Sedvall G. D1, D2 and 5-HT2
receptor occupancy in relation to clozapine serum concentration: A PET study of schizophrenics
patients. Am J Psychiatry 1995;152:1444-49.
92 Gefvert O, Bergström M, Långström B, Lundberg T, Lindström L, Yates R. Time course of
central nervous dopamineD2 and 5-HT2 receptor blockade and plasma drug concentrations
after discontinuation of quetiapine (seroquel) in patients with schizophrenia. Psychopharmacol
1998;135:119-26.
93 Wiesel FA, Blomqvist G, Halldin C, Sjögren I, Bjerkenstedt L, Venizelos N et al.The transport
of tyrosine into the human brain as determined with L-1-11C-tyrosine and PET. J Nucl Med
1991;32:2043-49.
94 Wiesel FA. The significance of the D2 dopamine receptor in schizophrenia as studied with PET.
Clin Neuropharm 1992a;15: 460-61.
95 Reibring L. Cerebral presinaptic serotonin formation in depression studied by PET. Thesis,
University of Uppsala, Faculty of Medicine, 1994 ,Uppsala, Sweden
96 Dhaenen H. Imaging the serotonergic system in depression. Eur Arch Psychiatry clin neurosci
2001;251:1176-80.
97 Lopez-Ibor MI, Ortiz T, Encinas M, Fernandez A, Maestu F, Lopez-Ibor JJ. Nuevos avances
en neuroimagen en el diagnóstico del trastorno obsesivo compulsivo. Actas Esp Psiquiatr
2000;28:304-10.
98 Andersson JLR, Onoe H, Hetta J, Lidstrom K, Valind S, Lilja A et al. Brain networks affected
by synchronized sleep visualized by PET. J Cereb Blood Flow Metab 1998; 18:701-715.
99 Ruby P, Decety J. Effect of subjective perspective taking during simulation of action: a PET
investigation of agency. Nat Neurosci 2001; 4 (5):546-50.
100 Andersson JLR, Lilja A, Hartvig P, Langström B, Gordh T, Handwerker H et al. Somatotopic
organization along the central sulcus, for pain localization in humans as revealed by PET. Exp
Brain Res 1997;117 (2):192-199.
101 Grasby PM, Friston KJ, Bench C, Cowen PJ, Frith CD, Liddle PF et al. effect of the 5-HT1A
partial agonist buspirone on regional cerebral blood flow in man. Psychopharmacology (Ber)
1992;108(3): 380-86.
346 Carlos Trampal y Henry Engler
102 Warburton, E, Price C, Swinburn K, Wise RJS. Mechanism of recovery from aphasia: evidence
from PET studies. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1999; 66: 155-61.
103 Mishina M, Senda M, Ohyama M, Ishii K, Kitamura S, Terashi A. Regional cerebral
glucose metabolism associated with ataxia: FDG-PET activation study in patients with
olivopontocerebellar atrophy. Rinsko Shinkeigaku 1995; 35 (11): 1199-1204. (Abstract).
104 Dagher A, Owen AM, Boecker H, Brooks DJ. The role of the striatum and hippocampus in
planning. A PET activation study in Parkinsons´s disease. Brain 2001; 124 (5):1020-32.
105 Rauch SL, Jenike MA, Alpert NM, Baer L, Breiter H, savage CR et al. Regional cerebral blood
flow measured during symptom provocation in obsessive-compulsive disorder using oxigen15-
labeled carbon dioxide and PET. Arch Gen Psychiatry 1994; 51:62-70.
106 Fredrikson M, Fischer H, Wik G. Cerebral blood flow during anxiety provocation. J Clin
Psychiatry 1997;58 (16): 16-21.
18
IMÁGENES MÉDICAS EN ENTORNO
DIGITAL
Jacques Fauquex
Figura 18.1 – XYZ y espacios dependientes usados para crear perfiles de equipos especializados.
Existen formulas matemáticas que permiten convertir las coordenadas de un color en un espacio en
coordenadas de otro espacio. Se pueden transformar HSB (Hue/Saturación/Brillo) en RGB (Red/
Green/Blue, rojo/verde/azul, usado por escáneres y monitores), en CMYK (Cyan/Magenta/Yellow/
blacK usado por impresoras), en xyY (para examinar el superficie del gamut independientemente de
la luminancia) o en Lab o Luv (para poder relacionar grados de diferencia entre colores diferentes).
Dibujo extraído del documento 4Primer.pdf del producto de calibración COLORTRON, 17 E. Sir
Francis Drake Blvd, Larkspur, CA 94939, USA.
Imágenes Médicas en Entorno Digital 349
Del lado de la imagen médica, la reproducción fiel del color no importa, esencial-
mente porque los valores capturados no pertenecen al espectro visible. Lo que se
mide en cada punto de las imágenes es la densidad (tomografía), eco de ultraso-
nido (ecografía), intensidad de campo (resonancia nuclear magnética), radiación
de positrón (PET). Los valores son representados sencillamente por una escala de
grises, sin uso del color. Aun así, no fue fácil crear imágenes significativas brin-
dando la mejor información posible sobre formas, contrastes y texturas. Varios
problemas surgen:
Figura 18.2 – Curva de Barten de la luminancia y las diferencias de niveles apenas perceptibles.
La percepción visual de contrastes es más precisa (JNDs bajos) cerca de la oscuridad que frente a
luces fuertes (JNDs altos). Tomado de Barten (6).
En realidad existen hoy buenas tarjetas de video comunes que tienen la capacidad
de calibrar las imágenes. Esta capacidad está disponible desde la tarjeta ATI Radeon
7500, de 100 $US de costo, que tiene para cada canal (rojo, verde, azul) un “LUT de
presentación 8bits - 10bit” que comanda un conversor digital-analógico (DAC) de
10 bits. Mejor aun, desde 2004 están disponibles las tarjetas Nvidia 6800 ultra DDL
y ATI X800 pro que manejan el nuevo estándar video llamado HD y su sensibilidad
de 10 bits en forma digital hasta el monitor sin ninguna conversión analógica.
Eso corresponde al estándar disponible para tarjetas de video de calificación
médica. En el caso de la Nvidia 6800 ultra DDL, la tarjeta tiene una unidad de
cálculo (Graphic Processor Unit GPU) capaz de ejecutar programas de despliegue
gráfico escritos en el lenguaje openGL que calcula los píxeles en coma flotante, sin
el problema de pérdida de precisión por razones de redondeo a valores enteros. Se
trata no solamente de una novedad sino de una revolución.
Figura 18.3 – Patas del enchufe DVI de conexión entre la tarjeta video y el monitor LCD.
CPU+GPU+LUT
Con tarjetas de video incluyendo GPU y LUT se pueden escribir programas infor-
máticos en forma de pipelines gráficos ejecutados por varios procesadores adentro
de la misma máquina:
Inicialización de imágenes
Tabla de conversión especifica de la modalidad de la imagen (por ejemplo para
CPU
transformar los valores en unidades Hounsfeld)
Máscara, substracción de una imagen de referencia
VOI LUT transformación
Recorte
GPU Anotación de la imagen
Transformación espacial (flip, rotate, zoom, pan)
Anotación de pantalla
LUT Transformación para obtener linealidad perceptiva
Para retribuir el concepto de JND, la industria gráfica puede dar soluciones intere-
santes para el transporte y visualización de imágenes médicas hacia computadoras
que no tienen programas específicos y profesionales para hacerlo. En efecto:
- Los perfiles de color están organizados para estar incluidos al principio del
archivo de imagen
- Existen varios tipos de perfiles que pueden ser aplicados en forma consecu-
tiva.
- La versión 4 de la norma ICC introduce funciones de transformación de LUT y
varios tipos de LUT (curvas, matrice 3x4, curva paramétrica).
- Todo el formato ICC está preparado para trabajar con sensibilidad 8, 16 y en
ciertos casos 32 bits.
- Todas las cámaras de foto y escáneres digitales actuales de buena calidad usan
perfiles de color, en particular para reducir la sensibilidad de 14, 12 o 10 bits a
los 8 bits que sabe manejar la computadora común.
Gracias a los perfiles de colores así definidos, las tablas de líneas y de colum-
nas de valores de 12 bits de una tomografía pueden entrar en formato bruto en un
archivo de imagen, como el formato “tiff 16 bits” o el formato “png 16 bits” por
ejemplo. A este archivo agregamos un encabezamiento con el perfil necesario para
transformar los datos brutos acorde al centro y al ancho de ventana y obtenemos una
imagen cuya apariencia es la que eligió el radiólogo. Las únicas condiciones para
que el destinatario vea la imagen correctamente son un nivel de luz ambiente bajo,
una calidad de monitor aceptable, que el monitor esté calibrado y un navegador de
internet o programa de procesamiento de imagen conforme con icc (Corel, Adobe
y todos los programas de fotografía digital).
Tabla 18.2 – Tamaño de algunas imágenes y de los estudios que las contienen.
Técnica 1 imagen 1 estudio
Tomografía computada 512 KBytes 20 MBytes
Resonancia Nuclear Magnética 128 KBytes 12 MBytes
Rayos X 10 MBytes 10 MBytes
Ecografía 300 KBytes 1.5 MBytes
Tomado de Sanguinetti (19).
Con nuevos tomógrafos que tienen múltiples (hasta 64) rangos de captores, el
espesor de cada corte disminuye y el estudio se enriquece con muchas más imáge-
nes. También las reconstrucciones 3D e imágenes compuestas ocupan más espacio.
Pero vemos claramente que los tamaños quedan en un límite totalmente razonable
para la informática multimedia actual. Cabe señalar además que la norma DICOM
incorpora los estándares de compresión sin pérdida JPEG 2000 “lossless” y JPEG
RLE que permiten achicar los archivos a un tercio de su espacio inicial.
País por país, los miembros del MERCOSUR exhiben además focos de tecno-
logía muy interesantes.
Brasil tiene una historia clínica electrónica (16) implementada en gran escala, de
la cual los elementos esenciales están duplicados sobre una tarjeta, tipo tarjeta de
crédito, que el paciente presenta a cada consultación médica. Todo el sistema fun-
ciona en java. Cuando Gosling, el creador de Java, visitó Brasil quedó impresionado
y empezó a soñar con que Norte América tuviera un sistema de salud informatizado
equivalente al instalado en Brasil (17).
Imágenes Médicas en Entorno Digital 359
18.13 BIBLIOGRAFÍA
1 CIE, Commission Internationale de l’Électricité, http://www.cie.co.at
2 ICC, Internacional Color Consortium, http://www.color.org
3 http://medical.nema.org/
http://www.dclunie.com/dicom-status/status.html
4 ftp://medical.nema.org/medical/dicom/2003/printed/03_14pu.pdf
5 Barten P., Contrast Sensitivity of the Human Eye. 1999; Bellingham, WA:SPIE
6 P. Matthijs, White Book Grayscale resolution : How much is enough?”, http://www.barco.com/
barcoview/downloads/GrayscaleResolution.pdf&e=912, p10.
7 http://www.intel.com/pressroom/archive/speeches/gelsinger20040219.htm
“PAT GELSINGER: The unfriendly exponential of power is not going to allow us to continue to
scale frequency forward. We’re not going to be able to continue reducing voltage to make up for
that power difference in the future. …
All of this points that there needs to be a major architectural paradigm shift.”
8 http://www.cs.sunysb.edu/%7Efxu/research/paper/TNS05.pdf
http://www.cs.sunysb.edu/%7Emueller/papers/PID27937.pdf
9 El color se hace necesario entre otras ocasiones cuando se trata de superponer dos tipos de imagen,
por ejemplo una tomografía clásica y una tomografía PET. La primera puede modular la luminancia
y la segunda modular un espectro de colores predefinido. Resulta una imagen dónde se puede leer
la información brindada por ambas fuentes. Para la realización de este tipo de fusión es posible
aprovechar la tecnología madura de los espacios de colores ya desarrollados para al industria
gráfica.
10 American Association of Physicists in Medecine (AAPM), Task Group 18 “Assessment of Display
Performance for Medical Imaging Systems”, Pre-print Draft (version 10), 26 de agosto 2004.
http://deckard.mc.duke.edu/~samei/tg18_files/TG18Doc_10.pdf
11 “radiologists are capable of discerning between 800 and 1000 JNDs when looking at a narrow
luminance range, i.e. by working with masking, within one single scene” dicho por el famoso
constructor de monitores Barco. Cita en P. Matthijs, White Book Grayscale resolution: How much
is enough?”. http://www.barco.com/barcoview/downloads/GrayscaleResolution.pdf&e=912, p22.
360 Jacques Fauquex
P. Matthijs se refiere a una discusión del tema por Blume H., y Muka E., “HardCopies for Digital
Medical Images”, SPIE Vol.2413.
12 http://www.dclunie.com/dicom-status/status.html
13 http://www.idoimaging.com/index.shtml
14 http://groups.google.com/groups?hl=es&lr=&ie=UTF-8&group=comp.protocols.dicom
15 S. M. Moore, S. A. Hoffman, D. E. Beecher, “DICOM Shareware: A Public Implementation of
the DICOM Standard,” in Medical Imaging 1994-PACS: Design and Evaluation, R. Gilbert Jost,
Editor, Proc SPIE 2165, pp. 772-781 (1994).
16 http://java.sun.com/developer/technicalArticles/xml/brazil/
http://www.singularitysystems.com/en_us/dow_01.php
17 http://today.java.net/jag/page1.html#8
18 http://www.snomed.org/products/content/documents/spanish.pdf
http://www.snomed.org/products/content/language.html
19 Sanguinetti, Rafael, “PACS y sistemas de imágenes médicas” en Curso de Ingeniería Biomédica,
Montevideo, 2003.
Siglas
cd/m2 candelas/metro cuadrado
CIE Commission Internationale de l’Électricité
CMYK Cian Magenta Yellow blacK
CPU Computer Processor Unit
CRT (TRC en español) Cathodic Ray Tube
DICOM Digital Imaging and COmmunications in Medicine
GPU Graphic Processor Unit
GSDF GrayScale Display Function
HSB Hue Saturation Brightness
ICC International Color Consortium
JND Just Noticeable Differences
L* Luminancia con linealidad perceptual, formula de la CIE
Lab (=L*A*B*) espacio de color donde la luminancia está representada por la primera coorde-
nada L, y el color por las otras dos A y B. Todas las coordenadas respectan una linealidad
“perceptual”.
LCD liquid cristal display
LUT Look Up Table (LUT de presentación se refiere a la formula GSDF)
Luv L*U*V* espacio de color donde la luminancia esta representada por la primera coordenada
L, y el color por las otras dos (U y V). Todas las coordenadas respetan una linealidad
“perceptual”.
PACS Picture Archiving and Communications Systems
PET Positron emission Tomography
RGB Red Green Blue
VOI LUT Value Of Interest Look Up Table
xyY espacio de color derivado de XYZ donde x=X/z y y=Y/z
XYZ espacio de color de referencia, definido por tres coordenadas XYZ
médico. Más aún cuando se sabe que comunica naturalmente los píxeles en formato
flotante con las nuevas tarjetas gráficas ya mencionadas en este artículo.
java, java beans, tomcat jboss http://sourceforge.net/projects/dcm4che/ http://
www.dcm4che.org http://mirc.rsna.org/mirc/query La empresa Tiani y uno de
sus programadores, Gunther Zeilinger, producen estaciones de reconstrucción 3D y
en paralelo dejaron libre acceso a las herramientas de distribución DICOM llamadas
“jdicom”. Luego Gunther Zeilinger empezó un proyecto más ambicioso llamado
“dcm4che”, siempre sobre la distribución de imágenes DICOM pero con tecnología
“java beans” y lógica de empresa. Esta forma de programación permite reciclar el
código fácilmente. Es lo que pasó cuando la RSNA desarrolló MIRC, un servidor
de estudios médicos para colecciones de casos publicados.
java http://rsb.info.nih.gov/ij/ El instituto norte-americano NIH da libre acceso
desde hace muchos años al primer visualizador científico con arquitectura de “plu-
gins”, ImageJ. Su colección de “plugins” es imponente.
java, JAI http://mipav.cit.nih.gov/ El NIH liberó al público un nuevo visualizador,
MIPAV, que maneja la reconstrucción 3D y esta basado en la tecnología JAI (Java
Advanced Imaging) que conoce los perfiles de color.
java http://www.pixelmed.com/ David Clunie pertenece a varios comités que
definen la norma DICOM y dejó libre acceso a una biblioteca llamada “pixelmed”
escrita en forma independiente desde cero para la distribución y manejo de imá-
genes DICOM.
19
MANTENIMIENTO DE EQUIPOS
BIOMÉDICOS
Franco Simini y Alberto Gómez
Alberto Gómez
Exponemos aquí una visión general de las tecnologías presentes en las organiza-
ciones prestadoras de servicios de salud, fundamentalmente en los hospitales, para
identificar los espacios de la ingeniería en sus diferentes especialidades. Intentamos
establecer cual es el papel que le corresponde a la ingeniería en ese escenario para
aproximarnos a una definición de la ingeniería necesaria. Fundamentalmente, qué
ingeniería, en cuanto a especialización, demandan los sistemas de salud, que son
los clientes del ingeniero.
Se deducen de las áreas listadas en la Tabla 19.1 cuales son las necesidades de
conocimientos técnicos de ingeniería y de gestión de una organización prestadora
de servicios de salud. Es responsabilidad de los administradores de los sistemas de
salud que estén disponibles. De igual manera veamos nuestras responsabilidades,
las responsabilidades de la ingeniería al respecto.
Revisemos qué ingeniería se ofrece para satisfacer las necesidades menciona-
das, y analicemos si lo que ofrece la ingeniería en general se adapta a la demanda
de los servicios. A simple vista puede pensarse que es necesario disponer de un
ingeniero especialista en todas las áreas, lo cual es prácticamente imposible hoy
día reunir en una única persona. Por otro lado no es viable para las organizaciones
disponer de una considerable variedad de profesionales. Por lo tanto, debemos
contar con un profesional de la ingeniería situado entre esos dos extremos. Si
bien no es posible obtener ese especialista, podemos tener un ingeniero formado
en una de las ramas clásicas de la ingeniería, dotándolo de formación adicional en
las otras ramas, en temas específicos a los encontrados en el ámbito hospitalario.
Será éste el profesional que llevará adelante la gestión técnica que se ajusta a las
necesidades de los sistemas de salud. Como un aspecto a destacar especialmente,
este ingeniero entre otras tareas, será un interlocutor técnico de la organización
frente a terceros. En particular será quien mantenga el contacto con el ingeniero
biomédico desarrollador de soluciones, experiencia esta última encarada por diver-
sas instituciones y empresas en países de la región en la búsqueda de tecnologías
más apropiadas a nuestras realidades.
En la medida en que la profesión acondicione su oferta a las particulares nece-
sidades de los servicios hospitalarios, podremos gradualmente contribuir a acortar
la distancia histórica entre ingeniería y servicios de salud, proyección al presente
de épocas pasadas, que cada día condice menos con la realidad de la época en que
vivimos. Mientras no logremos consolidar firmemente este proceso, continuare-
mos observando espacios sin atender apropiadamente, o atendidos sin el grado
de profesionalidad necesario para obtener calidad, eficacia y eficiencia. Serán las
instituciones académicas las indicadas para diseñar el perfil del ingeniero propuesto
y definir un título que lo identifique claramente. Deberá ser este especialista quien
llevará adelante la gestión técnica en los sistemas de salud.
Franco Simini
organismos
fabricante
certificadores
usuario
hospital
normas servicio
directivas asistencia
Ministerio Salud técnica
idea
fabricación
selección revisión
compra confiabilidad
B A
instalación, uso “historia clínica”
mantenimiento de cada equipo
evaluación dada de
verificación baja
Figura 19.2 – Ciclo de un equipo biomédico a lo largo de su vida útil. El lazo A es parte de la
rutina en el hospital para fortalecer la capacidad de compras y para la gestión del servicio prestado.
El lazo B se ejecuta con menos frecuencia y re-alimenta a los grupos de desarrollo, además de servir
de base para dar de baja el equipo.
Franco Simini
La Medicina del siglo XXI ya no responde a estas premisas. Para lograr calidad
en los servicios de salud en relación a las tecnologías biomédicas sugerimos una
posición de apertura que permita poner en marcha un acuerdo de conjunción de
intereses antes que una contraposición.
Planteamos que el proveedor de tecnología biomédica se transforme en un socio
del prestador de salud, en el sentido de comprometerse con los resultados de la
aplicación del equipamiento vendido a la población de pacientes durante un periodo
de tiempo establecido. El desafío es grande y requiere un esfuerzo de imaginación
y de compromiso para ambas partes, en el entendido que el resultado buscado es
un Servicio de Salud con un nivel de calidad conocido y constante.
Las condiciones que se espera reúna el proveedor para ofertar un equipo en este
contesto serían:
Agradecimiento
Los autores agradecen al Ing. Jorge Puchet y al Ing. Enrique Sallés la lectura de
este capítulo y las valiosas sugerencias para mejorarlo.
20
TRABAJOS PRÁCTICOS
Daniel Geido, Santiago González, Jorge Lobo y Franco Simini
Equipo a traer
Haga una lista de componentes estudiando la figura 20.1 incluyendo cables, resisten-
cias, condensadores y operacionales (se sugiere el TL064). Adquiéralos para traerlos
junto con un soldador y un “protoboard” o plaqueta con las pistas impresas. Traiga
también soporte de documentación en papel y en medio magnético.
380 Daniel Geido, Santiago González, Jorge Lobo y Franco Simini
Procedimiento
Se propone el circuito de la Figura 20.1 para registrar el ECG.
Figura 20.1 – Circuito para ECG con realimentación a la pierna derecha (RL). Tomado de J.G.
Webster.
Proyecto
Las especificaciones planteadas son las siguientes:
- La señal de ECG tiene componentes relevantes solo entre 0.05 Hz y 150 Hz
- Los valores de la señal en la piel son del orden de pocos mV (3 o 4 mV).
- La tarjeta adquisidora tiene un rango de entrada de ±5V.
Con estos datos deberá deducir el ancho de banda que debe tener su circuito y
su ganancia. Otras consideraciones importantes:
- CMRR lo más alto posible.
- Resistencia de entrada de aproximadamente 2MΩ a 50 Hz.
Preinforme
En el preinforme se deberá incluir lo siguiente.
- Diseño completo del circuito.
- Cuentas detalladas de la elección de cada componente.
- Diagrama claro de la respuesta en frecuencia esperada.
El estudiante deberá adquirir sus componentes. NO se aceptan preinformes ma-
nuscritos, por lo que deberá ser preparado con antelación y completado en medio
magnético durante el trabajo práctico o a continuación.
382 Daniel Geido, Santiago González, Jorge Lobo y Franco Simini
Informe
En el informe se deberán incluir los puntos pedidos en el preinforme, responder
todas las preguntas planteadas y las gráficas de las señales adquiridas.
Agradecimiento
Está práctica fue realizada tomando como base material publicado en internet por
el profesor J.G Webster, con su consentimiento explicito, que agradecemos aquí.
Fueron tomados elementos de las guías de prácticas de los años 1996 a 2000 entre
cuyos autores recordamos al Prof. Fernando Nieto.
Introducción
Se sugiere fuertemente leer el Anexo 20.5 a 20.8. Las herramientas de filtrado y
programación que ofrece Matlab incluyen la posibilidad de realizar un potente tra-
tamiento digital de la señal de ECG. Antes de realizar la práctica se sugiere repasar
los apuntes de la asignatura “Muestreo y procesamiento digital” y del “Taller de
filtros digitales”.
Equipo necesario
• Medio magnético con los datos adquiridos en la práctica anterior (20.1)
• PC con Matlab instalado
• Anexo 20.5 a 20.8
Procedimiento
a. Teniendo en cuenta la frecuencia de muestreo utilizada, grafique en Matlab el
primer conjunto de datos, que representa la señal ECG
b. Deduzca del trazado en que condiciones fue hecha la adquisición para esa señal
(si se estaba moviendo, tensando los músculos, cables sin trenzar).
c. Realice un programa en Matlab que filtre el ruido producido por estas situa-
ciones.
1. Realice un filtro que elimine la interferencia de la red eléctrica (por ejemplo
Butterworth).
2. Pruebe de eliminar el ruido de la red pasando una ventana de promediado so-
bre la señal. ¿Cuál es el ancho máximo de ventana que permite distinguir con
Trabajos Prácticos 383
Informe
Redacte el informe. Incluya la señal, el programa Matlab y las pantallas de resul-
tados en medio magnético.
Agradecimiento
Esta práctica fue realizada tomando como base material publicado en internet por el
profesor J.G Webster, con su consentimiento explícito, que agradecemos aquí.
Materiales necesarios
Componentes (cables, resistencias, se sugiere potenciómetros multivuelta para la
calibración del cero y el span, switches, operacionales, reguladores, cables, disquete)
y protoboard. En particular serán necesarios reguladores de 8 volts para alimentar
el transductor y reguladores para alimentar los operacionales.
Procedimiento
Diseño, implementación y prueba del circuito de pre-procesamiento analógico
El circuito recomendado para amplificar la señal del transductor de presión es
el que sugiere el fabricante en la Figura 20.2. El estudiante puede si lo desea
proponer alternativas que serán evaluadas por el docente a cargo para su puesta
en práctica
Figura 20.2 – Topología sugerida para el procesamiento analógico de la señal de presión. Tomado
de la hoja de datos de Honeywell 163PC01D36.
A tener en cuenta:
a. El rango de presiones en que se utilizará el transductor de presión es de
alrededor de 10 cm H2O en inspiración y alrededor de 1 cm en expiración,
verifíquelo el día de la práctica utilizando el neumotacógrafo y la columna
de H2O. ¿Es esto consistente con el rango de presiones en el que opera el
transductor propuesto?
b. De acuerdo a las hojas de datos suministradas: ¿Cuáles serán los valores de
tensión de salida del transductor para los rangos anteriormente nombrados?
Trabajos Prácticos 385
Preparación:
Se ajustan los valores de los presets y se releva la curva de transferencia del sistema
completo, transductor más circuito preamplificador. Para esto siga los siguientes
pasos:
e. Habiendo armado su circuito apropiadamente, conecte la salida del transductor
a la entrada del preamplificador, alimente el sistema debidamente (recuerde
alimentar el transductor entre 8 volts y tierra) y coloque los presets en los
valores calculados.
f. Conecte el osciloscopio (o el tester) a la salida del circuito y encienda la
fuente de continua.
g. Deje libre las dos bocas del transductor (0 cm H20) y registre el valor de la
salida, si no es cero ajuste el preset correspondiente.
h. Luego conecte la columna de agua a una de las bocas y aplique presión sobre
la columna con una jeringa (de esta forma estará generando una diferencia de
presión dentro del transductor). La columna está graduada con una regla en
centímetros lo que le permite seleccionar el valor de presión a aplicar en cm
de H20. A continuación registre la salida del transductor a distintas presiones
(tome 6 valores significativos). ¿Qué diferencia encuentra entre la curva rele-
vada y la ideal? Comente. Si la pendiente obtenida no coincide con la esperada,
modifique el preset correspondiente y realice las 6 medidas nuevamente.
i. De haber tenido que ajustar los presets, anote el valor en el que quedaron y
explique porque se pudo haber dado la diferencia.
Cálculos de parámetros
Con ayuda de Matlab grafique la señal de volumen, del tipo de la Figura 8.5 y
calcule:
a- Volumen Corriente (VT).
b- Para cada una de las dos maniobras anteriores (espirometría simple y for-
zada):
- Capacidad Vital (CV).
- Volumen de Reserva Inspiratoria (VRI).
- Volumen de Reserva Espiratoria (VRE).
c- Para la maniobra de espirometría forzada, el flujo forzado 25-75%; en la señal de
volumen, luego de la meseta de la señal divida el intervalo en cuatro y obtenga
el volumen al 25% y 75%. La pendiente de la recta que pasa por estos puntos se
define como el flujo forzado.
Preinforme
Para el día de la práctica el estudiante deberá elaborar un preinforme que contenga
los siguientes puntos.
a- Diseño completo del circuito.
b- Cuentas detalladas de la elección de cada componente.
c- Procedimiento de calibración y cómo calcular los volúmenes.
Informe
El informe debe incluir por lo menos los siguientes temas:
a- Explicar claramente el procedimiento de calibración de las señales.
b- Graficar las señales de flujo y de volumen en función del tiempo en ambas
maniobras antes y después de procesada cada señal. Usted conoce las cons-
tantes de calibración para cada una de esas señales, así que todas las gráficas
deberán tener las unidades apropiadas
c- Los cálculos y estimaciones de los parámetros de la mecánica ventilatoria
(VT, CPT, etc.) y su comparación con valores normales.
Esta práctica tiene como objetivo que el estudiante tome contacto con las normas
que regulan la seguridad en equipamiento médico. Para ello se prevé que el estu-
diante realice las medidas de fugas, resistencias y corrientes según las normas de
seguridad y que adquiera el hábito de tomar las debidas precauciones al momento
de realizar estas medidas.
Procedimiento
Ensayo de los equipos médicos
Utilizando el analizador de seguridad DALE 610E, se realizarán los siguientes
ensayos a ambos equipos médicos:
a. Medida de voltaje de línea y corriente consumida.
b. Medida de resistencia de chasis (verificación de conexión a tierra).
388 Daniel Geido, Santiago González, Jorge Lobo y Franco Simini
Ensayo de la computadora
a. Medida de voltaje de línea y corriente consumida.
b. Medida de resistencia de chasis (chequeo de tierra).
c. Medida de corrientes de fuga del equipo.
i. Corrientes de chasis.
ii. Corrientes de tierra.
Informe
El informe incluye:
1. Todos los valores medidos y sus observaciones
2. En base a estos valores y consultando los valores de referencia de la norma
IEC 60601 en el Capítulo 2, los tres equipos estudiados ¿tienen características
aceptables para ser usados en áreas de cuidados intensivos en lo que refiere
a seguridad eléctrica? Explique.
3. Si Usted mide una corriente de fuga de tierra igual a cero, ¿que significa?
La señal electrocardiográfica
La electrocardiografía registra los potenciales eléctricos generados por el corazón. La
actividad bioeléctrica cardíaca tiene su origen en la actividad bioeléctrica de cada una
de las células musculares cardíacas. Esta actividad eléctrica produce la contracción
rítmica del corazón. A su vez esta actividad electromecánica se produce según un orden
estricto y siempre igual latido tras latido. Las células miocárdicas son excitadas por
un estímulo eléctrico propagado por el haz de His y ramificaciones de Purkinje que
distribuyen el impulso inicial según una secuencia que se explicará más adelante.
1 Recopilación de notas para complementar las prácticas. Estas notas fueron extraídas de la documenta-
ción del proyecto CLASICAR (1) de José Alfaro, Tabaré Forcellati y Fabián Sarutte, dirigido por los
Profesores Dr. Fernando Nieto e Ing. Franco Simini.
Trabajos Prácticos 389
Figura 20.5 – Generación del pulso eléctrico y vías de conducción miocárdicas (tomado de
(4)).
partiendo, como la onda de despolarización, desde la punta hacia la base del cora-
zón, siguiendo prácticamente el mismo camino que aquélla: en este momento es
que se genera la llamada onda T. La repolarización de las aurículas coincide con
la generación del QRS y por ser de mucho menor voltaje es ocultada totalmente.
Además de las ondas mencionadas aparece luego de la onda T una última onda U,
cuyo origen es desconocido.
En el electrocardiograma se miden los potenciales de acción entre varios puntos
de la superficie de un volumen conductor. Para simplificar su medida se ha desa-
rrollado un modelo simple para representar la actividad eléctrica del corazón. En
este modelo, el corazón consiste en un dipolo eléctrico localizado en el tórax, como
se muestra en la Figura 20.6. Este campo particular y el dipolo que produce repre-
sentan la actividad eléctrica del corazón en un instante específico. En un instante
posterior el dipolo puede cambiar su orientación y magnitud, por lo tanto puede
causar cambios en el campo eléctrico. Una vez aceptado este modelo, se puede
representar este campo eléctrico por el momento dipolar M, conocido como vector
cardíaco. A lo largo del ciclo cardíaco la magnitud y dirección de M varían porque
el dipolo eléctrico varía.
Figura 20.6 – Representación de la actividad eléctrica del corazón mediante un dipolo eléctrico
(tomado de (5)).
Figura 20.9 – a) Posición de las derivaciones precordiales. b) Dirección de los vectores obtenidos.
(tomado de (5)).
Bradicardia Sinusal:
ECG: Es la frecuencia del ritmo sinusal inferior a 60 lat/min. Cuando la frecuencia
disminuye por debajo de 40 lat/min puede aparecer angina de pecho, hipotensión,
insuficiencia cardiaca o alteraciones de la conciencia.
2 Recopilación de notas para complementar las prácticas. Estas notas fueron extraídas de la documentación
del proyecto CLASICAR (1), dirigido por los Profesores Dr. Fernando Nieto e Ing. Franco Simini.
394 Daniel Geido, Santiago González, Jorge Lobo y Franco Simini
Fibrilación Auricular:
ECG: No se observa una actividad auricular clara (impulsos desordenados) y la
respuesta ventricular es generalmente muy irregular (160-200 lat/min en ausencia
de medicación bloqueadora del nodo AV).
Flutter Auricular:
ECG: El ritmo se caracteriza por una frecuencia auricular de entre 280-350 lat/min.
La frecuencia ventricular varia según el grado de bloqueo AV que suele ser 2:1 en
pacientes no tratados. Las ondas características del flúter se ven mejor en las deri-
vaciones II, III, aVF y V1.
Trabajos Prácticos 395
TRASTORNOS DE CONDUCCIÓN
Bloqueo aurículo-ventricular:
Bloqueo A-V de 1º grado: Se caracteriza por una prolongación del intervalo PR.
Síndromes de Preexcitación:
ECG: Los síndromes de pre exitación se caracterizan por la despolarización prema-
tura de una parte del músculo ventricular y se reconocen por el ECG. El síndrome
de Wolff-Parkinson-White en particular se caracterza por la existencia de ondas
P normales, intervalo PR de 0,11 segundos o menos, una mancha inicial de QRS
(onda Delta) y una prolongación del QRS. El síndrome de Lown-Ganong-Levine se
caracteriza sólo por un intervalo PR acortado. Se ha comprobado la presencia de una
conducción anómala que elude el nodo AV. Los pacientes suelen ser asintomáticos
o presentar palpitaciones o episodios sincopales.
La detección de los complejos QRS es una parte medular de todo equipo de análisis
del ECG, por ejemplo en los analizadores de registros Holter (1). Para clasificar
complejos QRS es necesario que los puntos R hayan sido determinados lo más
exactamente posible, ya que de lo contrario la traslación podría llegar a afectar la
clasificación. Un buen algoritmo de detección debe presentar gran eficiencia compu-
tacional y alta performance. Esto significa que el número de complejos no detectados
3 Recopilación de notas para complementar las prácticas. Estas notas fueron extraídas de la documentación
del proyecto CLASICAR (1), dirigido por los Profesores Dr. Fernando Nieto e Ing. Franco Simini.
400 Daniel Geido, Santiago González, Jorge Lobo y Franco Simini
Tipos de Detectores
Existe una amplia variedad de algoritmos de detección de complejos QRS, que se
pueden clasificar de acuerdo a la teoría de su funcionamiento.
Derivación de la Señal
Los algoritmos que utilizan la derivación de la señal para realizar la detección
pueden ser basados en: primera derivada, amplitud y primera derivada, primera y
segunda derivada. Estos tipos de algoritmos son muy simples y rápidos, sólo derivan
la señal y la comparan con un umbral, estimandolo a partir de derivadas previas,
también pueden llegar a usar un segundo umbral de decisión obtenido de la señal
original. Son bastante robustos frente a ruidos debidos a contracciones musculares
pero son sensibles ante los cambios en la línea base, y no tienen buen desempeño
con señales que presentan ruido de alta frecuencia (7). Son usados en sistemas de
tiempo real donde es necesario un bajo costo computacional aunque en la actualidad
están quedando en desuso debido al incremento exponencial de la capacidad de
procesamiento de los microcontroladores y de los DSP.
Filtrado Digital
Este tipo de algoritmos presenta dos etapas claramente diferenciadas: una de pre-
procesamiento de la señal para dar énfasis al complejo QRS y otra etapa de decisión
mediante el uso de umbrales. El preprocesamiento se logra con filtrado digital tanto
lineal como no lineal de la señal (8). Estos algoritmos utilizan un filtro pasabanda
para filtrar las componentes de frecuencia que están fuera del rango ocupado por el
complejo QRS (se ve en detalle en 8). El ancho de banda del filtro se elige como un
compromiso entre la reducción de ruido y la pérdida de detalles de alta frecuencia.
Un ancho de banda fijo es una limitante debido a la gran variabilidad que presentan
los complejos. A continuación se listan una serie de referencias que buscan una
solución a este compromiso.
• Kohama (10) filtra la señal ECG con dos filtros pasabandas y determina si
detectará el punto R o S dependiendo si la onda S es más débil que la onda R o
viceversa.
• Correlación cruzada
Se basa en la utilización de filtros apareados para maximizar la relación señal/
ruido (SNR) de una señal conocida contaminada de ruido con una estadística
conocida. Básicamente existen dos posibilidades, correlacionar el template
con intervalos de señal donde se sospecha que haya un QRS, o la correlación
continua del template con la señal. En (12) se propone una mejora en este tipo
de algoritmos, transformando el ruido presente en la señal en un ruido del tipo
blanco para el cual el filtro apareado es óptimo.
Teoría de Caos
Lee (13) utiliza Teoría de Caos para implementar el algoritmo de detección.
Haciendo un mapeo topológico de la señal ECG unidimensional en un vector de
dos dimensiones que permite observar desde otro punto de vista la información
contenida en la señal ECG.
De otro estudio desarrollado por Thakor 1984 (8), se puede examinar el espectro
de potencia de la SNR de los QRS con respecto a todos los demás ruidos mencio-
nados anteriormente (Figura 20.27). Thakor muestra que el máximo de la SNR se
obtiene utilizando un filtro pasabanda con fc=17 Hz y Q=3.
Figura 20.27 – SNR entre el complejo QRS y ruidos de diferentes frecuencias. (tomado de (8))
Trabajos Prácticos 403
Figura 20.28 – Diagrama de bloques del filtrado del algoritmo de Pan y Tomkins. LPF: Filtro
Pasa Bajo, HPF: Filtro Pasa Alto. Tomado de (8).
Figura 20.29 – Efecto del algoritmo de Pan y Tomkins sobre el ECG. a) Señal original. b) Salida
de filtro pasabanda. c) Salida después del pasabanda, diferenciación y elevación al cuadrado. d) Señal
final después de ventana integradora. (tomado de (8))
Luego se realiza una detección de todos los picos de la señal obtenida, tanto de
señal como de ruido. Un pico queda definido cuando la señal luego de llegar a una
404 Daniel Geido, Santiago González, Jorge Lobo y Franco Simini
altura “h” cae a una altura “h/2”. A medida que detecta los picos de señal y ruido,
actualiza umbrales que utiliza para decidir si el pico es de ruido o de señal. La apli-
cación de este algoritmo muestra que se adaptaba muy bien frente a ruidos pequeños,
pero en casos extremos como alto nivel de ruido o pérdida de señal, el algoritmo
considera picos de ruido como si fuera señal y al ser los umbrales adaptables, lleva
a la detección de picos erróneos o a la pérdida de picos de señal.
El algoritmo desarrollado para CLASICAR (1) posee dos partes bien diferenciables,
una de ellas es la de filtrado de la señal ECG, que se basa en el algoritmo de Pan y
Tomkins descrito en el punto anterior, y la otra es la etapa de detección de los picos
de la señal filtrada. La detección puede realizarse con uno o dos canales. En el caso
de utilizar dos canales se toma uno como principal y el otro como alternativo, para
que cuando la señal filtrada en el canal principal no es apta para la detección se pasa
a buscar los picos en el canal alternativo como se explica más adelante. En la Figura
20.30 se presenta el diagrama de bloques del filtrado de la señal ECG.
Figura 20.30 – Diagrama de bloques del filtrado del algoritmo de CLASICAR. BPF: Filtro Pasa
Banda
Filtro Pasabajos:
Se decidió insertar un filtro pasabajos, Butterworth de orden 4, con frecuencia de
corte fc=20 Hz. De esta manera se atenúan aún más las “frecuencias altas” evitan-
do así que el detector las interpretara como complejos QRS. Para la frecuencia de
muestreo utilizada (fs=250 Hz), se calcularon en MATLAB (2) los coeficientes del
filtro de Butterworth de orden 4, cuya transferencia es:
Filtro Pasabanda
El filtro pasabanda es un filtro de Butterworth de orden 4 centrado en fc= 13 Hz
con Q=0.92 (BW=6-20 Hz), pues en primera instancia fue implementado el filtro
con las características indicadas en (8) (fc=17 y BW=14-20) pero se observó que
no era posible detectar QRS “anchos”, por lo que luego de varias pruebas se decidió
dejar los parámetros ya indicados. Para la frecuencia de muestreo utilizada (fs=250
Hz), se calcularon con MATLAB los coeficientes del filtro de Butterworth de orden
4, cuya transferencia es:
0.0246 − 0.0493 z −2 + 0.0246 z −4
H (z ) =
1 − 3.3760 z −1 + 4.3945 z − 2 − 2.6221 z −3 + 0.6081 z − 4
Derivador:
Luego que la señal es filtrada, la mayor parte de su energía está en el complejo QRS.
La diferenciación acentúa las altas frecuencias y atenúa las bajas, por lo tanto resalta
las altas pendientes que hace que generalmente se distingan los QRS. Se observa
en la Figura 20.31 que el filtro utilizado funciona como derivador en el rango de
frecuencias deseadas para frecuencias de muestreo mayores a 200 Hz. La derivada
fue implementada mediante la transferencia:
(
H (z ) = 0.1 2 + z −1 − z −3 − 2 z −4 )
Si la frecuencia de muestreo es menor que 200 Hz el filtro anterior no funciona
como derivador en la banda deseada (6-20 Hz). Por lo que fue necesario diseñar
un filtro que funcione como derivador hasta la mitad de la frecuencia de muestreo
(1). Su ecuación es la siguiente:
1 1
1 1
2 1
3 1 1
7 1
8
H z
z z
z z
4
z
5 z
6
z z
81 49 25 9 9 25 49
La salida de filtro derivador se multiplica por una constante que depende de la
frecuencia de muestreo para ecualizar la ganancia del filtro en las distintas frecuen-
cias de trabajo.
Elevación al cuadrado:
Antes de pasar por la ventana integradora, la señal es elevada al cuadrado para que
todos los puntos sean positivos y para enfatizar la señal de alta frecuencia que es
principalmente el complejo QRS.
Ventana integradora:
La utilización de la información de la pendiente de la onda R no es suficiente, pues
muchos complejos anormales de grandes amplitudes y largas duraciones podrían
406 Daniel Geido, Santiago González, Jorge Lobo y Franco Simini
Figura 20.31 – Respuesta en frecuencia del filtro derivador del algoritmo CLASICAR.
no ser detectados solo utilizando esta información. Por lo tanto se implementa una
ventana integradora para de-enfatizar los complejos QRS. Se implementa la ventana
integradora con la siguiente ecuación en diferencias:
1
y (nT ) ;x(nT
( N
1)T ) x(nT
( N
2)T ) ......... x(nT )=
N
El tamaño de la ventana (N) debería ser siempre mayor o igual al QRS de mayor
duración, pero si la ventana fuera muy larga, la integración podría sumar la infor-
mación de la onda T y si es muy corta no se amplificaría lo suficiente, además de
producir la detección de picos erróneos. En la Figura 20.32 se muestra la relación
entre el complejo QRS y el ancho de la ventana.
Para la elección se tomó en cuenta el tamaño utilizado por el detector de Pam y
Tompkins utilizando una ventana de 150ms (38 muestras con fs=250 Hz).
Figura 20.32 – Correlación temporal del QRS con la ventana de integración. a) Señal ECG. b)
Salida de la ventana integradora (tomado de (8)).
a) Búsqueda del primer punto de la señal filtrada que supere el umbral de de-
tección
b) Búsqueda del máximo absoluto en una ventana de la señal filtrada
c) Determinación del punto R en la señal ECG
d) Actualización del salto
e) Actualización del umbral
a) Búsqueda del primer punto de la señal filtrada que supere al umbral de detec-
ción
Una vez detectado un pico R en la señal filtrada se actualizan las variables salto
y salto mínimo. Ambas indican el número de muestras que deberán adicionarse al
índice de la muestra R para encontrar el punto de comienzo de búsqueda del nuevo
pico. Luego se realiza el salto (Figura 20.33) y se comienza a buscar cual es el
próximo punto en que la señal filtrada supera el umbral de detección. Esta búsqueda
no se realiza punto por punto ya que tendría un costo computacional muy alto, por
lo que se optó por realizar la comparación cada 16ms (4 muestras a 250 Hz).
En caso de que no se encuentre ese punto dentro de un intervalo de una vez y me-
dia el promedio de los últimos ocho intervalos RR (RRpromedio) el algoritmo entra
en fase de rebúsqueda (“searchback”), suponiendo que se ha perdido un pico, por lo
que vuelve a comenzar la búsqueda pero realiza dos cambios fundamentales:
• toma como salto el salto mínimo, ya que es posible que el uso del salto promedio
(detallado en el punto d) haya sido excesivo para el tipo de arritmia que presenta
la señal.
• disminuye el umbral de detección al umbral mínimo para poder encontrar QRSs
de baja energía.
Figura 20.34 – Algoritmo de rebúsqueda de CLASICAR. Se ve que el análisis vuelve hacia atrás
en caso se pierda un latido por su escasa amplitud.
Este umbral luego se compara con el umbral mínimo calculado para el minuto
en el cual se está detectando, no pudiendo ser menor que el umbral mínimo fijado,
caso en que se toma el umbral igual al umbral mínimo.
410 Daniel Geido, Santiago González, Jorge Lobo y Franco Simini
El umbral mínimo en cambio se actualiza una vez por minuto, como un porcentaje
de la estimación de la altura promedio de los picos que se detectarán en el minuto
siguiente y para ello se toman en cuenta las siguientes variables:
También se verifica que este umbral no descienda por debajo de las siguientes
cotas mínima en ambos canales:
20.9 BIBLIOGRAFÍA
1 Alfaro J, Forcellati T, Nieto F, Sarutte F y Simini F “CLASICAR Sistema de adquisición y
clasificación automática de complejos QRS para análisis de registros ECG de 24 horas”
Documentación del prototipo realizado como proyecto de fin de carrera, Núcleo de Ingeniería
Biomédica, Facultad de Ingeniería, Universidad de la República, Montevideo, 2001.
2 MATLAB en el sitio www.matlab.com
3 Apuntes de Electrocardiografía Básica. http://www.portalcardio.com/electcard1.htm
http://webs.comb.es/aranda/eind.html
4 AGUILA, C. Electromedicina 2da edición Nueva librería Editorial Hispano Americana SA
HASA. 268 páginas 1994.
5 Webster, JG “Medical Instrumentation. Application and design”, Third Ed. John Wiley & Sons,
INC, 1998.
6 Butler Pike, http://www.gemedicalsystems.com/ Plymouth Meeting, PA 19462, U.S.A.
7 G. M. Friesen, T. C. Jannett, M. A. Jadallah, S. L. Yates, S. R. Quint, and H. T. Nagle, “A
Comparison of the Noise Sensitivity of Nine QRS Detection Algorithms,” IEEE Trans. Biomed.
Eng., vol. 37, no.1, 85-98, 1990.
8 W. J. Tompkins, Biomedical Digital Signal Processing: C-Language Examples and Laboratory
Experiments for the IBM PC, Ed. (Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall, 1993).
9 V. X. Afonso, W. J. Tompkins, T. Q. Nguyen and S. Luo, “ECG Beat Detection Using Filter Banks,”
IEEE Trans. Biomed. Eng., vol. 46, no.2, 192-202, 1999.
10 T. Kohama, S. Nakamura and H. Hocino, “An Efficient R-R Interval Detection for ECG Monitoring
System,” IEICE Trans. Inf. & Syst. ,vol. E82-D, no 10, 1425-1432, 1999.
412 Daniel Geido, Santiago González, Jorge Lobo y Franco Simini
TABLAS
Tabla 1.1 Documentos del Proyecto de Equipos Biomédicos 19
Tabla 1.2 Planilla de Compra 21
Tabla 1.3 Tabla Comparativa de Diseño 22
Tabla 1.4 Algunos elementos para integrar 25
Tabla 1.5 Equipos biomédicos desarrollados 1985 - 2006 27
Tabla 1.6 Costos de desarrollo de equipos biomédicos (prototipos) 28
Tabla 7.1 Datos comparativos de los sistemas robóticos da Vinci® y ZEUS™ 136
Tabla 11.1 Parámetros básicos determinados por los analizadores hematológicos 227
Tabla 11.2 Parámetros adicionales determinados por los analizadores
hematológicos 228
FIGURAS
Figura 1.1 Elementos de un proyecto para su gestión 19
Figura 11.1 El analizador en el entorno clínico y las fases que realiza 209
Figura 11.2 Recta de calibración de un electrodo que mide el pH 215
Figura 11.3 Uso de una recta de calibración para determinar un pH 215
Figura 11.4 Gráficos de Levey Jenings para analito PCO2 216
Figura 11.5 Algunos espectros de absorción característicos 218
Figura 11.6 Reducción de luz transmitida por una sustancia que la absorbe 219
Figura 11.7 Relación entre concentración, transmitancia y absorbancia 220
Figura 11.8 Fotómetro de haz simple para medir absorción 221
Figura 11.9 Cubeta de medida fotométrica y fuentes de error a cancelar 221
Figura 11.10 Espectrofotómetro de multianalizador Hitachi 222
Figura 11.11 Reflectómetro de analizador de química seca Reflotron Roche 225
Figura 11.12 Variación de resistencia de un orificio inmerso en una solución 229
Figura 11.13 Conexiones hidráulicas y eléctricas para la medición de resistencia 230
Figura 11.14 Diluciones de la muestra antes de contar sus células por resistencia 231
Figura 11.15 Dispersión Láser en ángulos bajo y alto al incidir sobre una célula 232
Figura 11.16 Principio del enfoque hidrodinámico 233
Figura 11.17 Principio del conteo de células por dispersión de luz Láser 233
Figura 11.18 Dispersogramas ángulo bajo (tamaño) vs. ángulo alto (densidad) 234
Figura 11.19 Distribución de glóbulos blancos en los dispersogramas 234
Figura 18.1 XYZ y espacios dependientes usados para crear perfiles de equipos
especializados 348
Figura 18.2 Curva de Barten de la luminancia y las diferencias de niveles apenas
perceptibles 351
418 Índice de Tablas y Figuras
Figura 18.3 Patas del enchufe DVI de conexión entre la tarjeta video y el
monitor LCD 352
Figura 20.1 Circuito para ECG con realimentación a la pierna derecha (RL) 380
Figura 20.2 Topología sugerida para el procesamiento analógico de la señal de
presión 384
Figura 20.3 Potencial de acción transmembrana 389
Figura 20.4 Señal ECG de superficie 389
Figura 20.5 Generación del pulso eléctrico y vías de conducción miocárdicas 390
Figura 20.6 Representación de la actividad eléctrica del corazón mediante un
dipolo eléctrico 391
Figura 20.7 Planos Sagital, Frontal y Transversal 392
Figura 20.8 Conexión de los electrodos en el sistema estándar 392
Figura 20.9 a) Posición de las derivaciones precordiales. b) Dirección de los
vectores obtenidos 393
Figura 20.10 Taquicardia sinusal 393
Figura 20.11 Bradicardia sinusal 394
Figura 20.12 Fibrilación auricular con respuesta ventricular rápida 394
Figura 20.13 Fibrilación auricular 394
Figura 20.14 Flutter auricular 395
Figura 20.15 Ritmo de fuga 395
Figura 20.16 Taquicardia nodal 395
Figura 20.17 Contracciones ventriculares prematuras 396
Figura 20.18 Ritmo idioventricular acelerado 396
Figura 20.19 Taquicardia ventricular 397
Figura 20.20 Fibrilación ventricular 397
Figura 20.21 Bloqueo auriculo-ventricluar 397
Figura 20.22 Bloqueo de Mobitz 1 398
Figura 20.23 Bloqueo de Mobitz 2 398
Figura 20.24 Bloqueo A-V de 3º grado 399
Figura 20.25 Síndrome de Wolff-Parkinson-White 399
Figura 20.26 Espectro de la señal ECG 402
Figura 20.27 SNR entre el complejo QRS y ruidos de diferentes frecuencias 402
Figura 20.28 Diagrama de bloques del filtrado del algoritmo de Pan y Tomkins 403
Figura 20.29 Efecto del algoritmo de Pan y Tomkins sobre el ECG 403
Figura 20.30 Diagrama de bloques del filtrado del algoritmo de CLASICAR 404
Figura 20.31 Respuesta en frecuencia del filtro derivador del algoritmo
CLASICAR 406
Figura 20.32 Correlación temporal del QRS con la ventana de integración 407
Figura 20.33 Descripción del salto y zona de búsqueda de pico de CLASICAR 407
Figura 20.34 Algoritmo de rebúsqueda de CLASICAR 408
Figura 20.35 Ejemplos de detección del punto R en CLASICAR 409
Figura 20.36 Cálculo de la altura promedio de los picos R por CLASICAR 411
BIOGRAFÍAS DE LOS AUTORES
bifurcación 42, 43 11
C-metionina (MET) 324, 327
arterial 116 11
C-timidina 324
BiliLED 27, 376 11
C-tirosina 324
bio-receptor 191, 192, 194, 195, 199, 202, 205 cadena osicular 283, 284
biocompatibilidad 189, 190 cadenas proteicas 61
biología molecular 127, 208 caídas 262
biopotenciales 25 calambres 182
bioquímica 207 CALANEST 27
seca 224 calcificaciones 187
bioreología 113 calentadores dieléctricos 35
biosensor 8, 191, 192, 193, 196, 198, 203, calibración 185, 214, 253, 259, 260, 267,
205 268, 270, 271, 272, 273
implantado 205 completa 215
óptico 199 de monitores 9, 355
bitácora 19, 20 calibrador 209, 210, 212, 215, 224, 225
blanco móvil 253, 254, 259 calibrar las imágenes 352
bloqueo 71 calidad 347, 363, 377, 386
aurículo ventricular 91, 397 de la diálisis 189
de Mobitz tipo I 398 de las imágenes 354
de Mobitz tipo II 398 calificación médica 353
de rama fascicular 399 CALORNAT 26, 387
de Wenckebach 398 cámara/s de medición 209
bobinas 87 cámara
de alta energía 84 cardíaca 77, 80
bomba cónica 232
de circulación de agua 224 de balance 185, 186
de engranaje 180, 181 de conteo 229
de extracción 181 tridimensional 133
de flujo 180 cambio de coloración del baño 183
de heparina 172 campana de vacío 24
de Na/K 48 campo
de pistón 172, 185 cercano 35
de sangre 171, 173, 174 eléctrico 31, 32, 34, 38, 237
de ultrafiltración 186 EM 32, 36, 38
peristáltica 171, 172 estático 38
volumétrica 185, 186 lejano 35
bradiarritmias 71, 73 magnético 31, 32, 34, 38, 78, 79, 80
bradicardia 69, 70 pulsado 38
sinusal 70, 71, 393 canal
Brain State in a Box 316 auditivo externo 283
brazos robóticos 128 de Ca 61, 62
broncoconstricción 148 de K 54, 61, 62
bucles 154 iónico 47, 58, 61, 62
presión/volumen 155 semicircular del oído 257
Butterworth 404, 405 capacidad de compras 374, 374
de comunicarse 25
C de controlar el proyecto 18
11
C-Colina (COL) 329 de distribución 107
11
C- DOPA 336 de la membrana 50, 58
11
C-fluorometil-arabinofuranosil-uracilo de reuso 193
(MFU) 324 de síntesis 20
428 Índice Analítico
elemento original 24
contráctil 112 eritrocitos 127
Peltier 212 error 210, 221, 224, 277, 278, 278
elipse de confianza al 95% 262 de localización 279
embolia gaseosa 168 de posicionamiento 277
EMG 249, 253 de programa 43
emisor infrarrojo 183 de registrado 277, 278, 279
emprendimientos tecnológicos 107 punta a punta 279
empresas innovadoras 368 sistemático 216
endocrinología 207 escala de grises 349
endotelio 116, 117 escalograma 263, 264
endowrist® 131, 133 escaneo de la imagen 348
energía luminosa 217 esfera de Ulbricht 225
enfermedad esfigmomanómetro 119, 123
cardiovascular 112 esófago 147
cerebrovascular 330 espacio pleural 147
de Alzheimer 332, 334 ESPECAR 26, 28
de Creutzfeldt-Jakob 334 especialista a distancia 354
del nódulo sinusal 71 especificación 19, 20, 24, 43
de Parkinson 334, 336 espectro 401
vascular oclusiva 131 de absorción 218
enfisema 148 de frecuencia 256, 287, 289
enfoque de longitudes de onda 218, 221
hidrodinámico 232, 233 de potencia 255
industrial 7 espectrofotometría 212, 217
ENG 251, 252, 254, 257, 258, 259 espectrofotómetro 199, 221
enlace espectrograma 262, 290, 289, 292
de radio frecuencia 291 espejismo 355
peptídico 61 espiración 142, 147, 157
covalente 194 espirometría 384, 386
ensayo esqueleto fibroso del corazón 69
clínico 373 esquizofrenia 336
de seguridad 19 estaciones digitales de visualización 354
Ensite 3000® 77 estado
entropía 249 absorbente 105
espectral 246, 247, 250 basal 217
envolvente 292 de alerta 93
enzima 192, 193, 194, 195, 197, 198, 201, de conciencia 235
203, 204, 210 excitado 217, 218
eosinófilos 226, 233 refractario 93
epilepsia 324, 327 estándares 210, 215
equilibrio 251, 252 estereoscopía 267
equipamiento estimulación 84
biomédico 365 auricular 94
de fototerapia 375 biventricular 73
médico 47, 364, 369 eléctrica de la corteza visual 298
equipo de diálisis 8, 161 rotatoria 258
biomédico 25, 45, 368, 369 ventricular 94
de ablación 8 estímulo 103, 256
electromédico 17 de rotación 260
médico telemático 17 no predecible 256
Índice Analítico 433
inmunodiagnóstico 207 J
inmunoturbidimetría 212
innovación 375 jeringa de 1 litro 386
inspiración 142, 147, 151, 157 JND 355, 356
máxima voluntaria 150 JPEG 357
profunda máxima 386 Just Noticeable Differences 350
instalación 39, 364, 373
Instituto L
de Ingeniería Eléctrica 9 L-lactato 197
Pasteur 375 labiolectura 294, 295, 296
instrucciones de instalación 372 laboratorio 32, 35, 366
instrumentación clínico 207, 212
médica 29 lactosa 197
neurológica 8 lámpara
quirúrgica vascular 131 de deuterio 222
robótica 137 de Xenón 222
instrumentos halógena 222
de diagnóstico 26 laringe 287
del laboratorio 208 laser 66
insuficiencia latencia estímulo-respuesta 255
renal 164, 169 LCD 212, 349
respiratoria 144 LED 183, 212, 225, 253, 375
insulina 205 lesiones ateroscleróticas 117
integración ley
de partes 18, 24, 25, 280 de Lambert - Beer 220
de señales 304 del todo o nada 303
intensidad lumínica 347 licitación pública 377
interacción life support devices 44
de campos alternantes 34 línea
“no disipativa” 33 de base del ECG 383
intercambio gaseoso 141, 142, 159 epipolar 271
interfase gráfica 96 linealidad
interferencia física 349
de los músculos 383 perceptiva 349
de la red eléctrica 249 linfocitos 226, 228, 230, 233
interlocutor técnico 367 líquido cefalorraquídeo 208
intermitencia 186 LIS 211
International Color Consortium (ICC) 349 lisígeno 230
íntima-media 117 lista de usuarios 378
inversión en investigación 88 LocaLisa® 79
investigación 372, 375, 376 longitud de onda 33, 217, 218, 219,
fisiológica 24 223
médica 373 luciferasa 200
ión luciferina 200
amonio 199 lumen-íntima 117
hidrógeno 177 luminancia 349, 351, 355
irradiación del paciente 77 luminescencia 200
irrigación del oído externo 258 LUT 352, 353, 356
ISO 60601 41 Luv 348
ISO 9001/2000 18 luz
isótopos 323 bronquial 148
Índice Analítico 437
método momento
de filtrado adaptativo 120 de la incorporación tecnológica 370
de retropropagación de errores 319 dipolar 391
de Widrow-Hoff 319 MONICLI 26, 28, 145, 156
no invasivo 255 monitor
micro-muñeca 131 de anestesia 242
microbiología 208 de cristal líquido 355
microcontrolador 96, 97, 104, 105, 156, 400 monocitos 226, 228, 233
micrófono 290, 297 monocromador 221, 222, 223
micromanipulación 53 MONRES 26, 156, 157
microprocesadores 209 MONSE 26, 156
microscopía confocal 66 motivación de desarrollo 26
microscopio 228 motor
microshock 40, 41 de CC 224
miniaturización 202, 297 de pasos 24, 258, 260
Ministerio de Salud 371, 372, 375 paso a paso 171, 172, 185
miosina 62, 63 por pasos 224
MIT Arrhythmia Database 400 movimiento
modalidades de ventilación 159 de iones 47
modelo de la pared 119
(HyH) 54, 56, 58 ocular 249, 252, 253
biofísico de neuronas 310 ocular lento 254
de conocimiento 111 rígido 266
de dos resortes en paralelo 112 sacádico 256, 257, 258
de integración y disparo 308 torácico 156
de Maxwell 112, 113 muestra 209, 210, 212, 218, 225
de McCulloch-Pitts 306 liofilizada 215
de red neuronal 306, 317 multianalizador 210
de representación 111 bioquímico 211
de sistema 18 multicalibradores 215
de sistemas de control 261 multiplex temporal 291
de superficie 266, 267, 277 músculo
de una cámara 271 cardíaco 53, 64, 82
de Windkessel 123 esquelético 54, 63, 65
matemáticos 111, 126, 301, 347 estriado 62
matricial 309 laríngeo 287
autoasociativo 316 liso 120
neurales 316 liso peribronquial 148
neuronal de integración y disparo 309 ventricular 54, 58, 69
pinhole 271, 272
RC 152, 154 N
Stanford 136
modiolo 286 n-de-m 292, 293
modulación por contextos 315 nafion 204
módulo nanotecnología 25, 127
de viscosidad 127 NAV 69, 74, 82
de programa 17, 25 navegación 268, 274
elástico 112 intracardíaca 79
molécula magnética de los catéteres 81
de ADN 208 navegador 276
de ATP 48 óptico 266
Índice Analítico 439
de ultrafiltración 182 X
pulmonar 146
residual 150 XOR 307, 314
sanguíneo 324, 332
Z
W ZEUS™ 134, 136, 137
wavelets 246, 247, 248, 250, 401
WBC 226, 227, 229, 230, 231