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Oratoria Tics

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INTRODUCCIÓN

Las formas de vida que se experimentan actualmente son incomparables con las
que se vivían hace algunas décadas y un hecho innegable es que estas se sustentan
en las tecnologías de la información y comunicación (TIC) que se hacen presentes
en gran parte de los ámbitos en que los seres humanos se desarrollan, lo cual ha
significado re-estructuraciones en la organización de la economía, la política, la
sociedad, la cultura, la educación, entre otros ámbitos.

La incorporación de las TIC ha significado que para los espacios educativos estas
dejen de ser una opción, y los esfuerzos de los países e instituciones se encaminen
en la generación e implementación de iniciativas que impliquen el máximo
aprovechamiento de las tecnologías en los procesos formativos (Severin, 2010).

El surgimiento y desarrollo del internet representó la multiplicación de posibilidades


en el acceso a la información, las transacciones comerciales, los espacios de
formación, y la re-estructuración de actividades que la mayoría de los humanos
realizan. Según datos de We are Social (Agencia de marketing y comunicación on
line 2.0) (Sánchez, 2014), el número de usuarios de internet en el mundo en esas fechas
ascendía a los 2 mil 484 millones 915 mil 152 habitantes que representaban un
35% del total de la población mundial. El registro de sus principales usos
reportaba: las visitas a las redes sociales, la visualización de noticias, descarga de
archivos, comunicación, acceso a información, datos sobre empleo, apoyo a la
educación, información y comercialización de productos, entre otros.

Para 2017 el Comité para la conectividad en el mundo ITU (2017) presenta las
estadísticas a nivel global, destacando que la edad promedio de usuarios está entre
15 y 24 años. De 104 países que participaron en el estudio más del 80% de su
población está en línea. En los países desarrollados el 94% de los individuos usan el
internet y son jóvenes de 15 a 24 años, comparado con el 67% de habitantes de
países en sub desarrollo y solo el 30% de países con escaso desarrollo. Tan solo de
los 830 millones de gente joven que está en línea, 320 millones (39%) están en
China e India. Según este estudio, los jóvenes que utilizan internet representan uno
de cada cuatro de los individuos que usan la red a nivel mundial (ITU, 2017).

Para el caso específico de México el Instituto Nacional de Estadística y Geografía


(INEGI) en su informe del 15 de mayo de 2017 presentó los siguientes datos:

 Al segundo trimestre de 2016, el 59.5% de la población de seis años o más


en el país se declaró usuaria de Internet.

 El 68.5% de los cibernautas mexicanos tienen menos de 35 años. El 47.0%


de los hogares del país tiene conexión a Internet. El uso de Internet está
asociado al nivel de estudios; entre más estudios mayor uso de la red.

 Internet se utiliza principalmente como medio de comunicación, para la


obtención de información en general y para el consumo de contenidos
audiovisuales.

 Los usuarios de teléfono celular representan el 73.6% de la población de


seis años o más, y tres de cada cuatro usuarios cuentan con un teléfono
inteligente (Smartphone) (INEGI, 2017).
En este sentido, el uso de las TIC se encuentra cada vez más difundido tanto por la
aparición de nuevos dispositivos como por la reducción de costos asociados.

El acceso a esta tecnología es predominante entre los jóvenes del país. Si como se
indicó, poco más de la mitad de la población de seis años o más se declaró como
usuaria de Internet, entre los individuos de 12 a 24 años, las proporciones son
superiores al 80 por ciento, es decir, que entre los jóvenes es habitual el uso de
Internet.

Considerando grupos quinquenales de edad se pueden resaltar ciertos aspectos.


Mientras que poco más de la mitad (53.1%) de los niños de entre 6 y 11 años
señaló utilizar Internet con cierta regularidad, entre los adolescentes de 12 a 17
años la proporción alcanza el 85.5 por ciento, proporción semejante a la observada
para individuos de entre 18 y 24 años (85.0%). Incluso para el grupo de edad de
25 a 34 años tres de cada cuatro individuos declararon utilizar Internet (74.3%)
(INEGI, 2017).

En la era del conocimiento, el acceso a Internet se encuentra asociado de manera


importante con el nivel de estudios. De la población que tiene formación superior
(licenciatura o posgrado), nueve de cada diez ha incorporado el uso de Internet en
sus actividades habituales; cuatro de cada cinco de los que cuentan con estudios de
nivel medio superior (preparatoria o equivalente) también lo hacen así, y con nivel
básico (primaria o secundaria) resultan poco menos de la mitad (48.7%).

Para actividades de apoyo a la educación el porcentaje alcanza poco más de la


mitad (51.8%), aunque cabe tener en cuenta que una proporción importante de la
población objeto de estudio ya no se encuentra en situación de asistencia a la
escuela (71.1%) (INEGI, 2017).

En este contexto de auge del uso de internet a nivel mundial y nacional, en el


entorno educativo se identificó que la evolución tecnológica había tenido una
convergencia entre la televisión, Internet, los dispositivos móviles y los videojuegos
generando escenarios de formación denominados de aprendizaje universal (Fernández,
2010
) buscando que los procesos de enseñanza-aprendizaje no se quedaran atrás,
sometiéndolos a una acelerada adaptación a los avances, implicando la aplicación
de metodologías de formación adecuadas en las que se preveía el equilibrio entre la
información, el conocimiento, la comunicación y la producción del mismo
conocimiento.

Las sociedades actuales son lo que son por el creciente protagonismo tecnológico
que existe, sin embargo, no debe perderse de vista que las TIC no son la solución a
todos los problemas y que son herramientas que nos permiten explotar diferentes
rutas y acciones por experimentar, sobre todo en el ámbito educativo, donde el
foco de atención está en los retos del desarrollo de habilidades y destrezas que son
susceptibles de computarizarse como la creatividad o la inteligencia social (Cobo, 2016).

Es ante estos elementos, que el presente documento esboza de manera


generalizada la implicación de las TIC en la educación y cómo distintos autores han
reportado, abordado o proyectado sus usos o aplicabilidad en la educación.

La metodología empleada para el desarrollo fue de tipo documental conduciendo a


un proceso basado en la búsqueda, recuperación, análisis, crítica e interpretación
de datos, por lo que las fases heurística y hermenéutica se ven reflejadas en el
trabajo desarrollado.

Las TIC en la educación: Alcances


Dussel y Quevedo (2010)
 hablaron de las ricas experiencias en materia de introducción de TIC
en los procesos de enseñanza aprendizaje, refiriendo que la mayoría de las veces,
estos programas de formación eran empujados por una fuerte presión social y
económica para que las tecnologías se incluyeran en la educación.

Asimismo, Laviña (2010) hizo hincapié en la importancia que las universidades españolas


y latinoamericanas daban a la difusión en implantación plena de las TIC en todas
las áreas y actividades de la universidad, tal era el caso de los procesos
investigativos, docentes y de gestión, promoviendo las redes de conocimiento, los
recursos de aprendizaje e investigación y los servicios telemáticos como elementos
que se hicieran habituales en las comunidades universitarias.

El informe Horizont (2010) escrito por García, et al (2010) proyectó los alcances de las tecnologías


en el ámbito educativo desde las siguientes posturas:

 Los procesos de producción y difusión de contenidos se facilitan en múltiples


formatos, multiplicando la cantidad de recursos explotables en línea,
implicando un cambio en la percepción, valoración y producción de
conocimientos.

 Las tecnologías afectan profundamente las formas de trabajar, colaborar,


comunicarnos y seguir avanzando, se abren nuevas brechas y se disminuyen
otras, dando lugar a nuevos escenarios potenciales de desigualdad.

 La tecnología no solo es un medio de capacitación para los estudiantes, sino


que se convierte en un medio de comunicación y relación, así como en una
parte ubicua y transparente de su vida.

 El recelo que los docentes y las instituciones en sí mismas sienten hacia el


uso de las TIC se va perdiendo progresivamente, así, son cada vez más
numerosos los docentes que comienzan a utilizar en sus prácticas educativas
distintos recursos tecnológicos.

 La forma de visualizar los entornos de aprendizaje cambió, dando apertura a


la interdisciplinariedad y la colaboración virtual, difuminándose las fronteras
entre ambos mundos.

 Las tecnologías que se usan se basan cada vez más en la nube y la idea de
centralización tecnológica tiende a desaparecer. El almacenamiento de
datos, la forma en que se comparten, el acceso a aplicaciones se mueve de
los equipos personales a una estructura montada en la nube.

Claro (2010)
 en su publicación titulada Impacto de las TIC en los aprendizajes de los
estudiantes. Estado del arte, después de un análisis realizado a la literatura hasta
esa fecha concluyó que aún no había evidencias positivas sobre el impacto de las
tecnologías en el aprendizaje, ya que muchas de las veces los resultados
presentados en los productos de investigación eran contradictorios y obtenidos en
circunstancias demasiado específicas, por lo que no podían realizarse
generalizaciones. La autora planteó la importancia de considerar tres dimensiones
al momento de realizar investigación sobre el impacto de las tecnologías y estas
tenían que ver con: la relación entre el tipo de uso de TIC y los resultados de
aprendizaje en las asignaturas; otra dimensión referida a las condiciones escolares
y pedagógicas en que se usan las TIC y por último la referida al papel que juegan
las características sociales (capital cultural, capital social y capital económico) e
individuales (género, capacidad cognitiva y actitudes) del estudiante en su
apropiación y uso de las tecnologías.
Por otra parte para el año 2011 y 2012 aparecieron publicaciones donde se hablaba
de teorías como el conectivismo, que trataba de abordar la incidencia de la web 2.0
en el proceso de enseñanza-aprendizaje desde una postura post constructivista
(Sobrino-Morrás, 2011; Zapata, 2011; Gutiérrez, 2012; Siemens, 2012).

Un tema más asociado a los alcances de las TIC en el ámbito educativo ha sido el
referido a las competencias digitales desarrolladas por los estudiantes, en este
sentido Arras, Torres, y García-Valcárcel (2011) manifestaron con base en un estudio cuantitativo,
que la percepción de los estudiantes sobre el manejo de TIC es sobre valorada para
hacer frente a la integración de las herramientas tecnológicas en los procesos de
aprendizaje. De alguna forma estas son integradas mayormente en sentido social y
solo como consulta, son poco usadas en la colaboración, construcción y exhibición
de conocimiento postura coincidente con Adell (2011).

Otro alcance observado fue la creciente posibilidad de interacción entre quienes


participaban en ambientes de formación on-line donde, a mayor presencia de TIC,
la interacción se incrementaba, lo anterior fue reportado por Flores y De Arco (2012).

Para el año 2013 Reig y Vílchez (2013) presentaron el libro denominado Los jóvenes en la


era de la hiperconectividad: tendencias, claves y miradas, texto donde se plasmó la
perspectiva de los autores respecto a los alcances de la tecnología, reflejados en la
presencia y manipulación de los teléfonos inteligentes destacando la posibilidad de
conexión permanente a las redes sociales siendo elementos potencializadores de la
sociabilidad de los seres humanos, movilizando su desarrollo cognitivo, proceso de
individualización y desarrollo moral.

La masificación de la educación se hace presente gracias a la expansión y


facilidades permitidas por la WEB 2.0 dando paso a los Cursos Abiertos Masivos
(MOOC, por sus siglas en inglés), este hecho permitió que un considerable número
de personas accediera al conocimiento sin necesidad de ser parte de una institución
con la que debía coincidir en espacio y tiempo. Este tipo de cursos permitió mayor
inclusión a la formación y la especialización disciplinar en función de los intereses
de quien participara en ellos.

Como se ha descrito en los párrafos anteriores los alcances que las TIC representan
para la educación son mayúsculos, identificados desde la infraestructura que
implican, la teoría o teorías desde las que se investiga, las competencias que han
implicado en el desarrollo de los estudiantes y docentes o los ambientes de
aprendizaje que posibilitan, sin embargo, también es necesario hacer conciencia de
que las tecnologías no son la solución a todas las necesidades o problemáticas que
se presentan en el contexto educativo y que aún quedan muchos caminos por
recorrer.

Limitaciones

Muchos son los discursos que se han extendido afirmando sobre los profundos
cambios que las TIC han significado para el ámbito educativo, sin embargo, dichos
cambios no han sido tan inmediatos, automáticos o beneficiosos como se nos ha
hecho creer, puesto que el estudio de Gutiérrez, Palacios, y Torrego (2010) se reportó la apatía de
los estudiantes, sus pocas competencias o habilidades digitales, la neutralidad ante
la innovación que se les presentaba, la falta de innovación metodológica que diera
uso adecuado a las tecnologías y no únicamente significaran la panacea que
aliviaría de todos los males que se presentaban a la educación en esos momentos.
Dichos autores indicaron que la Universidad del siglo XXI no se conseguiría
adaptando las nuevas tecnologías a los viejos paradigmas educativos, sino
aportando a la educación el significado auténtico de la comunicación como
transformación y cambio, para acceder a la sociedad del conocimiento compartido
(Gutiérrez, Palacios, y Torrego, 2010).

Por su parte Villanueva y De la Luz Casas (2010) afirmaron que la presencia de soportes


tecnológicos que permitieran el envío rápido de la información y la capacidad
exponencial de reproducción de esta no era garantía de que el aprendizaje se
produjera y mucho menos que se generara nuevo conocimiento, por lo que
sugirieron la necesidad de diseñar actividades que promovieran el desarrollo de
competencias digitales.

Las limitaciones respecto a las TIC en la educación también fueron visualizadas


desde la capacidad de alfabetización digital de los estudiantes de nivel superior, a
decir de Adell (2011) los estudiantes universitarios están alfabetizados digitalmente en
función de perseguir sus propios fines: el ocio, el tiempo libre o las relaciones
sociales, sin embargo, si esta capacidad la asociamos al dominio de las técnicas, los
procedimientos, los procesos o las tecnologías para aprender, o la creación de
conocimiento, entonces habría que ponerlo en tela de juicio.

El análisis regional del Informe Horizon del NMC (Horizon, 2013) presentó una serie de
diez retos significativos para la adopción de tecnologías en la educación que por sus
descripciones para fines de este documento han sido tomados como limitantes:

1. Escasa creación de modelos de educación flexibles.

2. Al parecer son pocos los académicos que están utilizando tecnologías


significativas para el aprendizaje y la enseñanza, y para organizar sus
investigaciones.

3. Existe un retraso de métricas de evaluación apropiadas respecto a la


emergencia de nuevas formas escolares de autoría, publicación e
investigación.

4. Deficiente formación continua en el uso didáctico de las TIC y estimulación


de la innovación colectiva.

5. Todavía no hay datos suficientes en la formación del profesorado donde se


dé fe de que la alfabetización digital continúa aumentando su importancia
como competencia clave en cualquier disciplina y profesión.

6. Poco fortalecimiento en la infraestructura para mejorar la cobertura de


Internet, el acceso gratuito en espacios públicos y dotar de equipamiento
gratuito o con costos bajos con fines educativos.

7. Las organizaciones no están establecidas para promover la innovación en la


enseñanza.

8. Promoción de aprendizaje mixto, presencial y mediado por TIC.

9. Poco fomento a la conformación de comunidades educativas-social-


culturales.

10. Los propios procesos y prácticas educativas limitan una mayor adopción de
nuevas tecnologías (Horizon, 2013).
A decir de Mominó y Sigáles (2016) en el ámbito educativo es donde debiera hacerse más
evidente el conjunto de transformaciones tecnológico-sociales puesto que en este
contexto es donde se producen y socializan los seres humanos. Sin embargo, la
promesa de las tecnologías informáticas en red dista mucho de haberse cumplido
con la amplitud prevista. Lo anterior, debido a que entre las habilidades
tecnológicas de los llamados nativos digitales se interpone la práctica educativa
obsoleta, los principios organizativos, las culturas obsoletas de la enseñanza y las
dificultades inherentes a la creación de nuevos aprendizajes (Mominó y Sigáles, 2016).

Parte de las limitaciones que se han descrito pueden sintetizarse en los siguientes
puntos:

 El equipamiento tecnológico o instrumental no asegura, ni es suficiente para,


avanzar en los cambios más sustantivos en la formación de los individuos de
las nuevas generaciones.

 Asimismo, no puede pensarse en que un sistema educativo carente de


tecnología sería exitoso, por el contrario, nos estaríamos refiriendo a un
sistema desconectado.

 Para incorporar la tecnología es necesario identificar los hábitos que causan


problemas y que derivan de las condiciones contextuales y culturales que
demandan mayor tiempo y complejidad cognitiva, que el simple hecho de
dotar de infraestructura.

Prospectiva

Las tecnologías en la educación abren diversas puertas y a la vez significan una


enorme cantidad de retos, la idea es que a través de estas pueda crearse
conocimiento que se extienda de forma sustantiva y flexible, operacionalizándose
según el contexto en que se vea inmersa, relacionándose con adaptación,
modificación, negociación, exportar, combinar, editar, criticar, ampliar, en fin; una
serie de conceptos que se trasladen a la no linealidad del aprendizaje que se suscita
a partir del uso de estas, dando apertura a la revisión de aprendizajes, a la
corrección, deconstrucción, etcétera (Cobo, 2016).

Aplicaciones, infraestructura e individuos conviven en un mundo permeado de


virtualidad y tecnología que exige que el aprendizaje trascienda del simple uso
curricular de los dispositivos, reconociendo los procesos de creación del
conocimiento que se generan también más allá de los contextos formales.

Día a día se gestan conceptos que tratan de explicar o dirigir la penetración de las
tecnologías en la educación, se habla de la curación de contenidos, de los entornos
de aprendizaje personalizado, la gamificación como un proceso de aplicación de
lógicas y dinámicas de juego a cosas que en principio no lo son, entre otros.

Por ejemplo: de la gamificación se dice que su potencial según el reporte Horizon


(2011)
 alcanzará su máximo apogeo en el 2020, el objetivo central de esta técnica es
motivar, divertir y generar conocimiento a través de reglas de juego que involucren
acciones de aprendizaje en mundos virtuales u otros ambientes que permitan la
creación de conocimiento.

El impacto de la tecnología en la educación es tal que deben establecerse una serie


de indicadores internacionalmente comparables y relevantes desde la política
educativa, con la finalidad de contribuir al establecimiento de criterios de referencia
para hacer seguimiento a las iniciativas de integración y acceso de estas
herramientas (UNESCO, 2013).

A raíz de la evolución tecnológica, también se requiere que los estudiantes


desarrollen nuevas competencias cognitivas relacionadas con la gestión de la
abundancia de datos disponibles en la denominada sociedad de la información:
capacidades de filtrado de datos, pensamiento estadístico, análisis y visualización
de la información, pensamiento flexible e incluso un entrenamiento para tener la
capacidad de desconectarse.

CONCLUSIONES

Como se ha descrito ya, la literatura nos ofrece un cúmulo de información desde la


que pueden deducirse los alcances, limitantes y el futuro de la educación y la
implicación de las tecnologías en ella. En este sentido, es importante resaltar que la
evolución de la tecnología no es del mismo ritmo y velocidad que el de la
educación, es bien sabido que esta última aún esta retrasada y que son múltiples
los factores que frenan su avance, no se diga a la par, pero sí al menos más rápido
y significativo.

Como consecuencia de lo anterior, la sociedad del conocimiento exige cada vez más
individuos con capacidades complejas mejor y altamente desarrolladas. Sin
embargo, los estudiantes denominados millenials que se supone corresponderían a
estas exigencias, aún distan de lo que en el discurso se plantea, puesto que sus
capacidades no alcanzan a dimensionar el aporte de los nuevos entornos con
recursos cada vez más sofisticados para la colaboración, representación y
generación compartida del conocimiento.

Si bien las tecnologías pueden observarse como una oportunidad de respuesta a las
demandas de formación cada vez más amplias y diversificadas, también debería
institucional e individualmente ofrecerse soluciones innovadoras y sostenibles que
brinden alternativas de calidad en aspectos críticos para el sistema educativo.

La retórica que se ha manejado a lo largo de los años en términos de los alcances,


limitaciones y prospectiva de las TIC en la educación no ha variado demasiado, se
sigue incurriendo en los discursos del qué debiera ser y no del cómo hacerlo, la
mayoría de reportes manejan información referida a la infraestructura, capacidad
de conectividad, uso de las redes sociales, edades de los individuos que acceden a
las TIC y usos, sin embargo, es necesario ahondar en investigaciones que den
cuenta empírica de los alcances, limitaciones y prospectiva de las tecnologías en la
educación.

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