Diseños Ui Parte I
Diseños Ui Parte I
Diseños Ui Parte I
Parte 1
Si bien es cierto que la aplicación del diseño estadístico en ambientes industriales se inició en la
década de 1930, el catalizador de la segunda era, o era industrial, fue el desarrollo de la
metodología de superficies de respuesta (MSR), por parte de Box y Wilson.
A la expresión H0 : p = 0.08 se le conoce como hipótesis nula y HA : p < 0.08 se le llama hipótesis
alternativa. El nombre de hipótesis nula se deriva del hecho de que comúnmente se plantea como
una igualdad, lo cual facilita el tener una distribución de probabilidad de referencia específica. En
general, la estrategia a seguir para probar una hipótesis es suponer que la hipótesis nula es
verdadera, y que en caso de ser rechazada por la evidencia que aportan los datos, se estará
aceptando la hipótesis alternativa. Así, en el caso de las proporciones, la afirmación que se desea
probar se aceptará como cierta, sólo en caso de rechazar la hipótesis nula.
Ahora, lo que se desea concluir es la hipótesis nula. Nótese la diferencia entre las hipótesis
alternativas en las expresiones (2.4) y (2.5). En (2.4) HA se conoce como hipótesis alternativa de
un solo lado (unilateral), ya que la única manera de rechazar H0 es teniendo valores de la
proporción muestral pˆ significativamente más pequeños que 0.08. Asimismo, en (2.5) HA se llama
hipótesis alternativa de dos lados (bilateral), ya que la evidencia en contra de H0 se obtiene con
valores pequeños o grandes de la proporción muestral pˆ. Así, la elección de la hipótesis alternativa
en cuanto a si debe ser unilateral o bilateral depende de la afirmación que se quiera probar.
Otro aspecto importante es la selección del valor del parámetro que especifica la hipótesis nula,
esto es, ¿por qué 0.08 en las hipótesis de las expresiones (2.4) y (2.5)? Este valor se elige de
manera que separe dos situaciones que llevan a tomar diferentes acciones. Por ejemplo, en la
hipótesis dada en (2.4) se eligió 0.08, porque ésta es la proporción de defectuosos reportada el
mes anterior, y después de implementar un programa de mejora se quiere ver si dio el resultado
esperado. En caso de no rechazar H0 se concluiría que el programa no funcionó y que se deben
tomar medidas adicionales para bajar la proporción de defectuosos.
1. Identificación y enunciación del problema. Este punto podría parecer muy obvio, pero
es común que en la práctica no sea sencillo darse cuenta de que existe un problema que
requiere experimentación, y tampoco es fácil desarrollar una enunciación clara, con la que
todos estén de acuerdo, de este problema.
2. Elección de los factores, los niveles y los rangos. Cuando se consideran los factores
que pueden influir en el desempeño de un proceso o sistema, el experimentador suele
descubrir que estos factores pueden clasificarse como factores potenciales del diseño o
bien como factores perturbadores.
3. Selección de la variable de respuesta. Para seleccionar la variable de respuesta, el
experimentador deberá de que esta variable proporciona en realidad información útil
acerca del proceso bajo estudio. En la mayoría de los casos, el promedio o la desviación
estándar (o ambos) de la característica medida será la variable de respuesta.
4. Elección del diseño experimental. Si las actividades de planeación previas al
experimento se realizan como es debido, este paso es relativamente sencillo. La elección
del diseño implica la consideración del tamaño de la muestra (número de réplicas), la
selección de un orden de corridas adecuado para los ensayos experimentales y la
determinación de si entran en juego o no la formación de bloques u otras restricciones
sobre la aleatorización.
5. Realización del experimento. Cuando se lleva a cabo el experimento es vital monitorear
con atención el proceso a fin de asegurarse de que todo esté haciendo conforme a la
planeación. Los errores en el procedimiento experimental en esta etapa destruirán por lo
general la validez experimental.
6. Análisis estadístico de los datos. Deberán usarse métodos estadísticos para analizar los
datos a fin de que los resultados y las conclusiones sean objetivos y no de carácter
apreciativo. Si el experimento se ha diseñado correctamente y si se ha llevado a cabo de
acuerdo con el diseño, los métodos estadísticos necesarios no deben ser complicados.
7. Conclusiones y recomendaciones. Una vez que se han analizado los datos, el
experimentador debe sacar conclusiones practicas acerca de los resultados y recomendar
un curso de acción. Los métodos gráficos suelen ser útiles en esta etapa, en particular
para presentar los resultados. También deberán realizarse corridas de seguimiento o
pruebas de confirmación para validar las conclusiones del experimento.
Son variaciones pertinentes las ocasionadas exclusivamente por el elemento, tratamiento o sujeto
sometido al ensayo comparativo. Son variaciones no pertinentes las determinadas por causas
ajenas al elemento, tratamiento o sujeto sometido a la experimentación, que vienen a interferir con
las variaciones pertinentes y a enmascarar su intensidad, reforzando o atenuando las diferencias
entre los resultados obtenidos con los distintos tratamientos o sujetos, objeto del trabajo
experimental.
Por otra parte, el experimentador agrícola debe tener presente que los campos experimentales no
se establecen, en general, con fines especulativos, dentro de una finalidad puramente científica,
sino que normalmente se planean desde un punto de vista esencialmente práctico. El fin
perseguido en todos los casos es un mayor beneficio neto por hectárea, y éste depende de
numerosos factores, que intervienen simultáneamente en el resultado económico, como son la
productividad, la calidad, la rusticidad, las exigencias en fertilizantes, la demanda del mercado y
otros, que deben tomarse en cuenta en la evaluación de los resultados.
En el estado actual de la ciencia agrícola el posible nivel de perfección en las prácticas de cultivo
es bastante grande y no siempre puede esperarse que una modificación en cualquiera de ellas,
dentro de las modalidades perfeccionadas de las mismas, produzca aumentos en la producción o
en la calidad de las cosechas, cifradas en elevados tantos por ciento, por ejemplo; frecuentemente,
debemos esperar que dichas modificaciones produzcan incrementos o diferencias relativamente
moderados.
Otro aspecto que debe tomarse en consideración en los trabajos experimentales e que los
resultados de un experimento son, como hemos visto en el capítulo anterior, de la aplicación
limitada, pues solo pueden darse por buenos en las mismas condiciones de suelo y clima o
estación en que fueron obtenidos. Para llegar a establecer los resultados de una práctica o
tratamiento como ley general será preciso repetir la experiencia en diferentes lugares, sobre
distintos suelos, en condiciones climatológicas variadas, y obtener, en estas condiciones de
semejantes, la confirmación de la hipótesis formulada como consecuencia del primer experimento,
que sólo así podrá ser generalizada.
Por último, hay que considerar que el establecimiento de un campo de ensayo o lote experimental
debe ser la fase final, como si dijéramos, en la resolución de un problema agrícola dado, y solo
debe realizarse para comparar tratamientos o modalidades culturales en que la superioridad
relativa de unos respectos a otros sea difícil de apreciar por métodos más expeditos y menos
costosos.