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Reseña - Un Hombre

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Charles Bukowski

Heinrich Karl Bukowski (Charles Bukowski) nació en Andernach, Alemania el agosto 16


de 1920 y falleció en San Pedro, California el marzo 9 de 1994. Fue un escritor y poeta cuyas
obras se sitúan dentro de la corriente conocida como Realismo Sucio. La escritura de Bukowski
evidencia la influencia que recibió de las calles estadounidenses, en particular de la ciudad de
Los Ángeles. Debido a la crisis económica por la que atravesaba Alemania luego de la I
Guerra Mundial, Bukowski llega de la mano de sus padres a Norteamérica cuando tenía 5 años,
estando allí se refugiaron en el suburbio del South Central de Los Ángeles. Su infancia estuvo
marcada por el maltrato propinado por su padre, y por los niños de su escuela que se fijaban en la
apariencia de su rostro, marcado por el acné, lo que contribuyó a su carácter marginal.

Pasó gran parte de su adolescencia en la Biblioteca Municipal de Los Ángeles, de allí


surge su interés por la escritura, teniendo como inspiración a John Fante, veía en sus libros la
magia que en otros autores no encontró. Durante dos años cursó estudios de arte, literatura y
periodismo en la Universidad de Los Ángeles. A la edad de 24 años publica su primer escrito
“Afterman of a Lengthy”, dos años más tarde perdería su amor la publicación tras la
decepcionante acogida de su relato “20 Tanks Frim Kasseldown”, por lo que deja de escribir
durante casi una década. A partir de 1950, Bukowski se emplea como cartero. En 1955 fue
internando en el hospital de Los Ángeles debido a complicaciones en una úlcera, posteriormente,
retoma la escritura mediante la poesía. Para 1957, se casa con Barbara Frye, una poeta
proveniente de Texas. Tras su divorcio con Frye, Bukowski cae en el alcoholismo, sin embargo,
no dejó de lado la poesía. En 1964 nace su primera y única hija, Marina Louise Bukowski. En
Tucson conoce a Jon Webb y Gypsy Lou, quienes lo motivan a vivir de sus escritos. Fue
columnista de la Notes of Dirty Old Man, para el periódico Los Ángeles Open City hasta 1969.
A sus 49 años escribe su obra “Post Office” (Cartero). En 1985 se desposa nuevamente, Manly
Palmer Hall es el nombre de su segunda mujer, de quien habla en sus novelas “Mujeres” y
“Hollywood”

Bukowsky fue conocido como un gran representante de la decadencia estadounidense y el


Nihilismo. Sus obras influyen en autores como Roger Wolfe, Raúl Núñez, Alberto Fuguet, entre
otros. A la edad de 73 años termina su novela “Pulp”, meses después fallece a causa de leucemia.

“Un hombre” – Charles Bukowski


1973

George, un hombre solitario, fumador, desordenado recibe la visita de Constance, una


mujer con la que tuvo algo, ella llega con whisky después de robar y abandonar a Walter, su
pareja, nombra que la insatisfacía sexualmente y que era un hombre joven muy antiséptico para
su gusto. A George siempre le han gustado las piernas de Constance, por lo que le hace saber el
deseo que despierta en él, de un momento a otro le expresa deseos que no había mostrado antes:
azotarla y abofetearla, deseos que ejecuta, él, lamenta lo que le hizo, se recuesta en sus piernas y
se duerme, ella aprovecha para irse a Boulevard, donde se reencuentra con Walter, él se
encuentra borracho y solo en la barra.

El realismo sucio y su expresión a través de Bukowski

“Un hombre” de Charles Bukowski es el reflejo de una cotidianidad sombría en la que se


reproducen aspectos desagradables de la sociedad, a juicios morales su lenguaje es malsonante e
irrespetuoso. Como propiedad innegable del Realismo Sucio, la descripción en este cuento
introduce al lector en una situación de reconocimiento en medio de un drama narrativo, que no
planea hallar moralejas ni se inclina hacia algún tipo de método con el que se pueda embellecer
la historia, más bien, subraya de manera implícita sentimientos oscuros como los celos, la ironía
y la inseguridad, entre otros, tampoco pretende complacer doctrinas o instituciones, se preocupa
por enfrentar la idiosincrasia del protagonista y experimentar su forma de vivir.
El realismo sucio reconoce una cosificación social del ser humano que no tiene en cuenta
la clase social, la ocupación, antecedentes o años. No importan de dónde vienen los
personajes, todos ellos muestran tendencias similares. Los personajes del realismo sucio
son identificables a pesar del lugar […] La desaparición de los estándares sobre la
definición del hombre, entonces, constituye a su vez la condición de los personajes del
realismo sucio y su sentido de oponer resistencia a lo establecido. (Martínez, 2016, p. 12)
El desarrollo del argumento es directo, preciso y sobrio, cuenta con matices crudos que
enmarcan la realidad humana, una realidad carente de virtudes, sin motivaciones y que se
extiende hasta la violencia urbana. Bukowski encasilla a los personajes en el estilo vulgar,
corriente y ordinario que suscita aires de marginalidad.
Con la simplificación de los personajes, es evidente que el objetivo general del autor era
garantizar que el contexto, fuera aquello que añade profundidad y sentido al escrito. Sin duda, la
obra entra en la corriente de lo esencial, Bukowski se despoja de los adornos, la amabilidad, el
preciosismo estético y expresa tal cual los actos cotidianos de todo individuo con un lenguaje sin
tapujos. Expuso su realidad a través de George, un lacayo de oficios varios, sin educación
universitaria, con frustraciones, deseos sexuales en un relato descarnado y violento. En esencia,
la obra brilla por la ausencia de personajes heroicos.
El estilo narrativo de Charles Bukowski ha tenido la mejor recepción en quienes aquí
suscitan. La caracterización de los espacios logra ubicar al lector en un ambiente inhóspito que
da lugar al surgimiento del desasosiego; la adecuada selección de las palabras y el tono
imperativo remiten a la creación de una imagen mental que minimiza el riesgo de distracción.
Por su puesto, no se puede dejar de lado, el hecho de que mientras se avanza en la lectura,
propicia el acto de acudir al cuestionamiento por mediación de la moral.
Referencias:
Martínez Aragón, A. (2016). El espacio del realismo sucio.

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