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Apertura de Credito

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TEMA: LA APERTURA DE CRÉDITO


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INTRODUCCIÓN

En el siguiente ensayo abarcaremos el tema de “El contrato de Apertura de Crédito” el cual es


un acuerdo en virtud del cual un establecimiento bancario se obliga a tener a disposición de
una persona sumas de dinero, dentro del límite pactado ya sea por tiempo fijo o
indeterminado, siendo su objeto principal la promesa bancaria de otorgarle a su cliente sumas
de dinero, para que posteriormente, este disponga del crédito y así se convierta en deudor del
banco, no entendiéndose estas como entrega de fondos anticipados, sino como una apertura de
un crédito con el cual el cliente podrá disponer de los medios de pago concedidos por el banco
como parte contractual.

También hablaremos de las formas de extinción, la naturaleza jurídica, caracteres, cartas de


crédito, crédito confirmado, modalidades de apertura de crédito, diferencias con el contrato de
préstamo, contenido del contrato contenido del contrato y la extinción del contrato.

La banca tradicional ofrece aperturas de crédito, cuentas, títulos y tarjetas que son atractivos
para los ahorrantes, así también para cubrir gastos personales
.
En la actualidad estos servicios son brindados a empresas o personas que son capaces de
cumplir con las condiciones que se anteponen antes de ser otorgados.

Dentro del marco jurídico, se establecen leyes y reglamentos que nos ayudan a conocer los
beneficios o ventajas que la obtención de estos servicios nos proporciona, y darnos la
seguridad de que, si en dado caso lo que se ha pactado al firmar un contrato de obtención de
estos, tendremos el respaldo suficiente para poder exigir el cumplimiento de estas.

El otorgamiento de los créditos, avalado por la Superintendencia del Sistema Financiero que
tiene por objeto la supervisión y regulación financiera. Y de esta forma preservar la
estabilidad del sistema, para lograr la eficiencia y transparencia de este.

La superintendencia utilizando recursos adecuados para el desempeño de sus funciones y


contando con total independencia, vela por la seguridad y solidez de los integrantes del
sistema financiero de acuerdo con lo que establece esta ley y otras leyes aplicables; así como
los reglamentos y las normas técnicas que al efecto se dicten, todo en concordancia con las
mejores prácticas internacionales sobre esta materia.
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LA APERTURA DE CRÉDITO

El contrato de apertura de crédito es un contrato por el cual una entidad crediticia, de


ordinario un banco, el acreditante se obliga a poner una suma de dinero a disposición del
acreditado, o a contraer por cuenta de éste una obligación, para que el mismo haga uso del
crédito concedido en la forma y en los términos y condiciones convenidos, quedando obligado
el acreditado a restituir al acreditante las sumas de que disponga, o a cubrirlo oportunamente
por el importe de la obligación que contrajo, y en todo caso a pagarle los intereses,
prestaciones, gastos y comisiones que se estipulen; en general una entidad credicticia obliga a
tener a disposición de una persona sumas de dinero dentro del límite pactado y por un tiempo
fijo o indeterminado.

NATURALEZA JURÍDICA

La apertura de crédito es un contrato preliminar de promesa de préstamos, al que sigue uno o


varios contratos definitivos de préstamos al disponer el cliente de los fondos acreditados.

Para otros, el contrato es uno y los eventuales y sucesivos actos de disposición del crédito, no
son más que actos de cumplimiento de la obligación única de suministrar fondos, asumida por
el banco. El acreditado tiene derecho de disponer de la suma total que el banco pone a su
disposición. Los singulares actos de disposición de esa suma por el cliente, no son más que el
ejercicio concreto del derecho concedido.

La apertura de crédito se caracteriza por el hecho de que el banco se compromete a dar dinero
al acreditado o asumir una obligación de poner determinada cantidad de dinero a disposición
del mismo acreditado, y este se compromete a restituir la cantidad que el acreditante le
entregó directa e inmediatamente, al cumplir la obligación.

Referencia:

Dice la Sentencia del Tribunal Supremo de 25 de octubre de 2005 que "es el instrumento
jurídico de financiación de la actividad empresarial que se conoce como contrato de apertura
de crédito en cuenta corriente, ya que la concedente, obligada a tener a disposición del
acreditado sumas de dinero dentro de los límites convenidos, sólo será efectiva titular de un
derecho a exigir la devolución si la otra parte del contrato hubiera hecho uso del crédito con
disposiciones de dinero".

CARÁCTERES

Este es un contrato consensual. Se perfecciona


por el mero acuerdo de voluntades. No requiere
formalidad alguna para su validez.

La apertura de crédito es un contrato bilateral. Se


generan obligaciones tanto respecto del banco
como del tomador del crédito.

La obligación del banco consiste en poner a


disposición del cliente la cantidad de dinero
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estipulada en el contrato y respetar el plazo convenido en el mismo. La obligación del cliente


se resume en el pago de la comisión convenida más los intereses derivados de la utilización
del crédito y, fundamentalmente, la restitución de las sumas que le fueron adelantadas.
En este contrato cobra especial relevancia el elemento “disponibilidad”. En efecto, que el
cliente tenga a su disposición el dinero que necesita, significa que tiene la posibilidad de
emplear la caja del banco, como si fuera propia, hasta el monto acordado y por el período de
tiempo señalado en el contrato. Podrá entonces efectuar los retiros que necesite, sea en una
sola vez o fraccionadamente. Esta disponibilidad no es consecuencia de una previa entrega de
dinero por parte del cliente como en el contrato de depósito. El dinero está disponible para el
cliente porque el banco le ha concedido un crédito.
Es un contrato marco para regular futuros contratos de préstamo o de descuento de
documentos. Es un contrato de ejecución sucesiva que se cumple ante los requerimientos del
cliente.

Es un contrato convenido intuitu personae, en razón a que el banco acreditante se obliga en


consideración a la solvencia y demás condiciones personales del cliente acreditado. Este
carácter trae consigo tres consecuencias esenciales:

1. Que el banco se reserva la facultad de cancelar el crédito y cerrar la cuenta en cualquier


momento;

2. Que el cliente no puede transferir los derechos nacidos del contrato sustituyendo a otra
persona en su lugar y

3. Que el contrato termina con la muerte o extinción del acreditado.

CARTAS DE CRÉDITO

Estas deberán expedirse en favor de alguna persona determinada y no serán negociables.


Deberán expresar una cantidad fija o ciertas cantidades indeterminadas, pero estas deberán ser
comprendidas en un máximo cuyo límite se señalará precisamente en términos del contrato.

Las cartas de crédito no se podrán aceptar si no son protestables, ni conferirán a sus tenedores
derecho alguno en contra de las personas a quienes van dirigidas.

El tomador no tendrá derecho en contra del dador, sino en los casos cuando se haya dejado en
su poder el importe de la carta de crédito, en los casos que
sea su acreedor por ese importe, o en los casos en los que el
dador estará obligado a reponer el importe señalado en la
carta, y si ésta no fuese pagada, se pagarán los daños y
perjuicios.

Quien expide una carta de crédito, salvo en los casos en los


que el tomador haya dejado un importe de la carta que
tenga en su poder, lo hayan afianzado, asegurado, o sea su
acreedor por el importe, podrá anularla en cualquier
momento en conocimiento del tomador y de aquel a quien
fuese dirigida. Además, quedará obligado hacia la persona
a quien se le dio a cargo la misma carta, por la cantidad que
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se pague en virtud de la misma carta dentro del plazo fijado; serán seis meses contados desde
la fecha de su expedición posterior al término de esta carta o en caso contrario diversos
términos, por el cual la carta podrá quedar cancelada.
CRÉDITO CONFIRMADO

Los créditos confirmados se otorgan como una obligación directa para el acreditante hacia un
tercero; esto debe constar por escrito y no podrá ser revocado por aquel que no haya pedido el
crédito. Lo anterior salvo convenio en contrario, por lo que el tercero a cuyo favor se abre el
crédito podrá transferirlo, pero este mismo quedará sujeto a aquellas obligaciones que en el
escrito de confirmación del crédito hayan sido estipuladas a su cargo.

El acreditante podrá oponer al tercero beneficiario aquellas excepciones que nazcan a partir
del escrito de confirmación, salvo que el mismo estipule las derivadas de aquellas relaciones
entre un tercero y el que solicitó el crédito, que en ningún caso podrán oponerle aquellos que
resulten la relacionadas entre este último y el propio acreditante.

Respecto a los contratos de crédito de habilitación, el acreditado estará obligado a invertir el


importe del crédito en la adquisición de cualquier material inmaterial en cuestiones de pago
de los salarios gastos directos y jornales derivados de explotación, indispensables para los
fines de su empresa, Todos aquellos créditos de habilitación están garantizando con materia
prima, con frutos, y materiales adquiridos, o aquellos artefactos que se obtengan con un
crédito, aunque estos sean futuros o pendientes.

Referente al contrato de crédito refaccionario, los acreditados quedarán obligados a invertir el


importe del crédito en la adquisición de instrumentos, abonos, ganado, útiles de labranza y
animales de cría, entre otros, en la realización o plantaciones de cultivos, ya sean cíclicos o
permanente para la apertura de tierras destinadas al cultivo, en la compra de instalaciones y
maquinaria y en la construcción y realización de obras necesarias para que se fomente la
economía de la empresa del acreditado.

VARIEDADES

a) El acreditante se obliga a poner a dispodicion del acreditado una suma de dinero para
que este disponga de ella en la forma, términos y condiciones convenidos, y el acreditado se
obliga a restituir las sumas de que disponga y a pagar los intereses y demás prstaciones que
estipulen.
b) El acreditante se obliga a contraer una obligacion por cuenta del acreditado en la
forma, términos y condiciones convenidas y a el acreditado, a cubrir al acreditante
oportunamente por el importe de la obligación que contrajo y pagarle las prestaciones
estipuladas.

MODALIDADES DE APERTURA DE CRÉDITO

La apertura de crédito asume modalidades diversas, según cuál sea la forma en que se utilice
el crédito por el cliente del banco.

A. Apertura de crédito en cuenta corriente


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En la práctica bancaria, la apertura de crédito suele vincularse con la cuenta corriente


bancaria.

El banco debita en la cuenta del cliente las sumas de que éste vaya disponiendo y le acredita
las entregas que efectúe para ir reintegrando los fondos dispuestos, resultando así un saldo
diario, sobre el que se liquida el interés pactado.

B. Apertura de crédito con garantía

La apertura del crédito puede ser con garantía o sin ella.

La primera es más frecuente que la segunda; lo normal es que la apertura venga acompañada
de una garantía de carácter personal o real.

C. Apertura de crédito impropia o a favor de terceros

La apertura de crédito impropia es aquella en la que el crédito abierto por el banco no es


utilizado por el cliente que da la orden sino por un tercero (beneficiario) designado por éste.
En cualquier caso, la operación tiene siempre una finalidad solutoria, normalmente nacida de
un contrato de compraventa realizado entre el cliente y el beneficiario. El fin típico de la
apertura de crédito impropia es, en efecto, el pago del precio en el contrato de compraventa y,
especialmente, en las ventas de plaza a plaza.

"El contrato de apertura de crédito en cuenta corriente, es aquél en virtud del cual una de las
partes (banquero en general) se obliga por tiempo fijo y cantidad máxima, a poner a
disposición de la otra una suma de dinero, de la cual ésta podrá disponer de una vez o en
fracciones, ya directamente, ya mediante operaciones que permitan obtenerlo, con facultad de
reembolso a voluntad durante el tiempo prefijado, y de volver a disponer de él nuevamente, y
así sucesivamente, procediéndose, una vez transcurrido dicho plazo, a la liquidación de la
cuenta, al objeto de determinar el saldo definitivo a restituir, si
lo hay.".

La doctrina viene destacando su importancia económica en el


sistema comercial actual por razón de la facilidad crediticia que
implica este contrato que permite la disposición, total o parcial,
de dinero.

DIFERENCIAS CON EL CONTRATO DE PRÉSTAMO

El contrato de préstamo o mutuo, con o sin intereses, es un


contrato real en cuanto a que sus efectos propios no surgen
hasta que se realiza la entrega de la cosa por una de las partes a
la otra y tal entrega implica un elemento esencial que solo se da
en algún grupo de contratos. Además, es un contrato unilateral
en cuanto solo produce obligaciones para una de las partes, el
mutuario o prestatario. Este contrato se diferencia
sustancialmente del contrato de apertura de crédito en cuenta
corriente; la sentencia del Tribunal Supremo de 11 de junio de
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1999 recoge la de 27 de junio de 1989 que, con cita, a su vez, de la de 12 de junio de 1976,
dice que "el contrato de apertura de crédito en cuenta corriente aunque aludido en el número
7º del artículo 175 del Código de Comercio, no adquirió carta de naturaleza en nuestro
Ordenamiento positivo, hasta que lo introdujeron en él las sentencias de esta Sala que se citan
en la de 1 de marzo de 1969 y las Resoluciones de la Dirección General de los Registros de 28
de febrero de 1933 y 16 de junio de 1936, y que se define por la doctrina como "contrato por
el cual el banco se obliga dentro del límite pactado y mediante una comisión que percibe del
cliente, a poner a disposición de éste, y a medida de sus requerimientos, sumas de dinero o a
realizar otras prestaciones que le permitan obtenerlo al cliente".

CONTENIDO DEL CONTRATO

Si el contrato de apertura de crédito es un negocio jurídico bilateral por el cual el comerciante


se obliga a tener a disposición de la contraparte una determinada cantidad de dinero, en
efectivo o en efectos mercantiles, haciéndose constar en la cuenta corriente del beneficiario la
cantidad por la que se concede el crédito, y las cantidades de las que va disponiendo el
beneficiario, estableciéndose un servicio de caja del que, en un momento determinado, podrá
surgir un saldo exigible, resulta evidente que esta disposición de fondos se concreta en una
serie de obligaciones contraídas por la entidad bancaria, que pueden consistir en:

a) La entrega de efectivo.
b) El pago de cheques girados por el acreditado.
c) El descuento de letras, etc. (Sentencias del Tribunal Supremo de 12 de junio de 1976,
27 de junio de 1989 ó 11 de junio de 1999).

Llegado el momento del cierre de la cuenta, si no hubiese sido reintegrado el importe


dispuesto en la condiciones establecidas, se suscita el problema de la demostración de la
existencia de un saldo deudor y de su importe, que normalmente vendrá reflejado en el
extracto o relación de movimientos habidos, expresivos de la operativa de la cuenta corriente
de crédito, tanto en cuanto a la disposición del efectivo aportado por la entidad financiera o
crediticia, como de los ingresos o reposiciones realizadas por el acreditado.

Por tanto, a partir del otorgamiento de la póliza correspondiente, el banco debe cumplimentar
las órdenes que el acreditado realice dentro del espacio de tiempo convenido y hasta el límite
total de disposición pactado.

En cuanto a las obligaciones de acreditado, son tres; a saber,

a) Debe abonar al banco las comisiones pactadas,


b) Debe reintegrar la suma dispuesta en los
plazos pactados y
c) Debe satisfacer los intereses por las
cantidades dispuestas hasta el reembolso final.

EXTINCIÓN DEL CONTRATO

El crédito se extinguirá, cesando, en consecuencia,


el derecho del acreditado a hacer uso de él en lo
futuro:
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1. Por haber dispuesto el acreditado de la totalidad de su importe, a menos que el crédito


se haya abierto en cuenta corriente;
2. Por la expiración del término convenido, o por la notificación de haberse dado por
concluido el contrato, conforme al artículo 294, cuando no se hubiere fijado plazo;
3. Por la denuncia que del contrato se haga en los términos del citado artículo;
4. Por la falta o disminución de las garantías pactadas a cargo del acreditado, ocurridas
con posterioridad al contrato, a menos que el acreditado suplemente o substituya
debidamente la garantía en el término convenido al efecto;
5. Por hallarse cualquiera de las partes en estado de suspensión de pagos, de liquidación
judicial o de quiebra;
6. Por la muerte, interdicción, inhabilitación o ausencia del acreditado, o por disolución
de la sociedad a cuyo favor se hubiere concedido el crédito.

El contrato de apertura de crédito se extingue por las causas comunes a todo contrato bilateral
como son el transcurso del plazo convenido, la muerte de acreditado es un contrato intuitu
personae o de confianza- por incumplimiento, etc. Téngase en cuenta no obstante (Juan y
Mateu) que en la práctica, las pólizas de apertura de crédito suelen incorporar una cláusula de
prórroga tácita por cuya virtud el contrato se prorroga automáticamente al cumplirse el plazo
pactado si ninguna de las partes manifiesta en tiempo oportuno una voluntad contraria a dicha
prórroga.

Especial interés cobra sin embargo, la posibilidad de desistimiento unilateral que en ocasiones
se reservan los bancos, facultad que recuerda Broseta Pons, debe entenderse implícita en los
contratos de duración indefinida respecto de ambas partes, siendo solo admisible en el resto
de contratos cuando concurre justa causa. Señala Juan y Mateu que son, por ejemplo, "justas
causas de denuncia por la entidad acreditante el incumplimiento por el acreditado de su
obligación de pagar las comisiones o intereses debidos, o de restituir las cantidades dispuestas
en las fechas fijadas, así como la utilización de las cantidades dispuestas para una finalidad
distinta de la pactada. También es motivo suficiente para la extinción unilateral por la entidad
acreditante un empeoramiento de la situación patrimonial del acreditado sobrevenido a la
celebración del contrato y que le impida seguir cumpliendo las obligaciones que se derivan
del mismo. Otro tanto ocurre con el incumplimiento de la obligación de prestar las garantías
pactadas, o con la devaluación o desaparición de las garantías ya prestadas, siempre que el
cliente no las sustituyera o reconstituyera. Desde el punto de vista del cliente acreditado, hay
un motivo de denuncia por ejemplo cuando el banco se niega injustificadamente a atender las
órdenes de disposición de la línea de crédito".
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En

cuanto a los efectos de la extinción, procederá la reintegración a la entidad financiera de las


cantidades que hasta ese momento se hubieran dispuesto por el acreditado o cliente del banco,
junto con los intereses pactados.

CONCLUSIÓN

Podemos concluir que estamos ante un contrato por el cual un banco compromete una
posibilidad crediticia a su cliente contratante, compromiso que le lleva a proporcionarle
fondos, de las muy diversas formas que se puede ello efectuar, hasta una cierta cuantía o
límite, percibiendo por tal facilidad crediticia una comisión (de disponibilidad), así como unos
intereses que se girarán de acuerdo con las condiciones pactadas, por todos y cada uno de los
días en que el acreditado adeude suma de dinero y en función de las cantidades dispuestas en
cada momento.

Por tanto el contrato de apertura de crédito es una operación bilateral en la cual el que banco
se compromete a tener determinadas sumas de dinero a disposición de su cliente, durante un
tiempo determinado y solamente cuando el cliente hace uso de ese crédito abierto se trasforma
en deudor del banco.

Así pues, el contrato de apertura de crédito en cuenta corriente constituye una figura
intermedia entre el contrato de cuenta corriente y el de apertura de crédito simple.

La apertura de crédito se caracteriza por el hecho de que el banco se compromete a dar dinero
al acreditado o asumir una obligación de poner determinada cantidad de dinero a disposición
del mismo acreditado y este se compromete a restituir la cantidad que el acreditante le entregó
directa e inmediatamente al cumplir la obligación.

La doctrina viene destacando su importancia económica en el sistema comercial actual por


razón de la facilidad crediticia que implica este contrato que permite la disposición, total o
parcial, de dinero.
Esta disposición de fondos obliga a la entidad bancaria a: la entrega de efectivo, el pago de
cheques girados por el acreditado, el descuento de letras, etc. El acreditado debe abonar al
banco las comisiones pactadas, debe reintegrar la suma dispuesta en los plazos pactados y
debe satisfacer los intereses por las cantidades dispuestas hasta el reembolso final.

En cuanto a la extinción del contrato de apertura de crédito esta se produce por las causas
comunes a todo contrato bilateral como son el transcurso del plazo convenido, la muerte del
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acreditado, por incumplimiento, etc. Especial interés tiene la posibilidad de desistimiento


unilateral que en ocasiones se reservan los bancos.

En cuanto a los efectos de la extinción, procederá la reintegración a la entidad financiera de


las cantidades que hasta ese momento se hubieran dispuesto por el acreditado o cliente del
banco, junto con los intereses pactados.

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